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ARTÍCULO ORIGINAL
Lakshmi N Yatham1| Sidney H Kennedy2| Sagar V Parikh3| Ayal Schaffer2| David J Bond4|
Benicio N Frey5| Verinder Sharma6| Benjamin I Goldstein2| Soham Rej7| Serge Beaulieu7|
Martin Alda8| Glenda MacQueen9| Roumen V Milev10| Arun Ravindran2| Claire O’Donovan8|
Diane McIntosh1| Raymond W Lam1| Gustavo Vazquez10| Flavio Kapczinski5| Roger S
McIntyre2| Jan Kozicky11| Shigenobu Kanba12| Beny Lafer13| Trisha Suppes14| Joseph R
Calabrese15| Eduard Vieta16| Gin Malhi17| Robert M Post18| Michael Berk19
1
Department of Psychiatry, University of British Columbia, Vancouver, BC, Canada
2
Department of Psychiatry, University of Toronto, Toronto, ON, Canada
3
Department of Psychiatry, University of Michigan, Ann Arbor, MI, USA
4
Department of Psychiatry, University of Minnesota, Minneapolis, MN, USA
5
Department of Psychiatry and Behavioural Neurosciences, McMaster University, Hamilton, ON, Canada 6Departments of
Psychiatry and Obstetrics & Gynaecology, Western University, London, ON, Canada 7Department of Psychiatry, McGill
University, Montreal, QC, Canada
8
Department of Psychiatry, Dalhousie University, Halifax, NS, Canada
9
Department of Psychiatry, University of Calgary, Calgary, AB, Canada
10
Departments of Psychiatry and Psychology, Queen’s University, Kingston, ON, Canada
11
School of Population and Public Health, University of British Columbia, Vancouver, BC, Canada
12
Department of Neuropsychiatry, Kyushu University, Fukuoka, Japan
13
Department of Psychiatry, University of Sao Paulo, Sao Paulo, Brazil
14
Bipolar and Depression Research Program, VA Palo Alto, Department of Psychiatry & Behavioral Sciences Stanford
University, Stanford, CA, USA 15Department of Psychiatry, University Hospitals Case Medical Center, Case Western Reserve
University, Cleveland, OH, USA
16
Bipolar Unit, Institute of Neuroscience, Hospital Clinic, University of Barcelona, IDIBAPS, CIBERSAM, Barcelona,
Catalonia, Spain
17
Department of Psychiatry, University of Sydney, Sydney, NSW, Australia
18
Department of Psychiatry, George Washington University, Washington, DC, USA
19
Deakin University, IMPACT Strategic Research Centre, School of Medicine, Barwon Health, Geelong, Vic., Australia
Correspondencia
Lakshmi N Yatham, Department of Psychiatry, University of British Columbia, Vancouver, BC, Canada.
Email: yatham@mail.ubc.ca
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La Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments (CANMAT) publicó con
anterioridad guías sobre el tratamiento del trastorno bipolar en 2005, junto con
comentarios internacionales y subsecuentes actualizaciones en 2007, 2009 y 2013.
Las últimas dos actualizaciones se publicaron en colaboración con la International
Society of Bipolar Disorders (ISBD). Estas guías de Tratamiento del trastorno bipolar
CANMAT e IBSD 2018 describen el importante avance en este campo desde la última
edición completa publicada en 2005, incluyendo las actualizaciones en el diagnóstico
y el manejo, así como las nuevas investigaciones en las terapias farmacológicas y
psicológicas. Estos avances se tradujeron en recomendaciones claras y sencillas de
utilizar como terapias de primera, segunda y tercera línea, teniendo en cuenta los
niveles de evidencia de eficacia, el aval clínico de acuerdo con la experiencia, y las
valoraciones consensuadas de seguridad, tolerancia y el riesgo de viraje anímico
relacionado con el tratamiento. Lo nuevo de esta guía es el orden jerárquico de las
recomendaciones de terapia de primera y segunda línea para la manía aguda,
depresión aguda y terapia de mantenimiento del trastorno bipolar tipo I. Se crearon
teniendo en cuenta el impacto de cada tratamiento en las diferentes etapas de la
enfermedad, esta jerarquización ayudará a los médicos clínicos a tomar decisiones
sobre el tratamiento basado en la evidencia. Como terapia de primera línea para la
manía aguda se recomienda al litio, la quetiapina, el divalproato, la asenapina, el
aripiprazol, la paliperidona, la risperidona y la cariprazina solos o en combinación.
Como opciones de primera línea para la depresión bipolar tipo I se incluye a la
quetiapina, la lurasidona más litio o divalproato, el litio, la lamotrigina, la lurasidona o
la lamotrigina como coadyuvante. Si bien, generalmente, en el trastorno bipolar tipo
I la medicación que fue efectiva durante la fase aguda debe continuarse durante la
fase de mantenimiento, existen ciertas excepciones (como con los antidepresivos); la
información disponible sugiere que el litio, la quetiapina, el divalproato, la
lamotrigina, la asenapina y la monoterapia o terapia combinada deben ser
considerados como primera línea en aquellos pacientes que inician o cambian la
terapia durante la fase de mantenimiento. Además de abordar las cuestiones
relacionadas con el trastorno bipolar I estas guías brindan una reseña y
recomendaciones para el manejo clínico del trastorno bipolar tipo II, así como
consejos sobre poblaciones específicas tales como mujeres en diferentes etapa del
ciclo reproductivo, niños y adolescentes y adultos mayores. También se incluyen
descripciones del impacto de determinadas comorbilidades médicas y psiquiátricas
tales como uso de sustancias, ansiedad y trastornos metabólicos. Finalmente, se
brinda un resumen sobre temas relacionados con la seguridad y el monitoreo. Los
grupos CANMAT e ISBD desean que estas guías se conviertan en una valiosa
herramienta para los médicos de todo el mundo.
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1 | INTRODUCCIÓN
En los 20 años transcurridos desde que la Canadian Network for Mood and Anxiety
Treatments (CANMAT) publicó las primeras guías sobre el manejo de BD (BD)1, hubo una
explosión de investigaciones sobre esta enfermedad. Durante este tiempo, la CANMAT se esforzó
por traducir los avances de las investigaciones en consensos internacionales sobre manejo clínico
basado en evidencia; primero mediante la publicación de las guías de 2005 acompañadas por
comentarios de expertos, luego mediante las actualizaciones en 20072, 20093 y 20134 en
colaboración con la International Society for Bipolar Disorders (ISBD). El principal objetivo de estas
publicaciones fue sintetizar la abundante evidencia sobre eficacia, seguridad y tolerancia de las
intervenciones disponibles para esta enfermedad compleja y variable, con el objetivo de brindar
recomendaciones claras y sencillas de ser utilizadas por clínicos para mejorar los resultados de sus
pacientes.
Teniendo en cuenta que transcurrieron 13 años desde la publicación de la última edición
completa en 2005, el objetivo de estas Guías sobre el tratamiento del trastorno bipolar 2018 de
CANMAT e ISBD es brindar una revisión detallada y actualizada sobre la evidencia de las
investigaciones, sobre la terapia de las diferentes etapas del BD, traducido a recomendaciones
clínicas para un manejo basado en evidencia. Asimismo, se incluyen principios actualizados
relacionados con el diagnóstico y tratamiento, en respuesta a los cambios realizados por la
American Psychiatric Association Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders (DSM-5
[Manual estadístico y de diagnóstico de trastornos mentales de la Asociación de psiquiatría de los
Estados Unidos])5. Con el incremento de las investigaciones de las diferentes terapias para el BD,
la clasificación de la evidencia también fue modificada para incrementar su rigor; por ejemplo, en
la actualidad se especifica en cada nivel de evidencia el tamaño mínimo de las muestras de los
ensayos clínicos aleatorios y controlados (RCT) (Tabla 1).
Al igual que con las guías CANMAT anteriores, el aval clínico para la eficacia fue un punto
importante a tener en cuenta al momento de arribar a la recomendación terapéutica final (Tabla
2). En los casilleros de texto azules (figuras) se detalla la principal información conflictiva, con el
fin de aclarar el racional utilizado para arribar a un nivel específico de evidencia en cuanto a
eficacia.
En la edición actual, se realiza una distinción adicional entre la seguridad y la tolerancia, y
se asigna una clasificación consensuada a cada medicamento en relación con estas dos medidas
cuando son utilizadas tanto en la fase aguda como de mantenimiento. Además, también se
asigna una clasificación a cada medicamento en base a sus propiedades para generar que los
pacientes viren de la manía a la depresión (viraje animico producido por el tratamiento). Se
puede obtener mayor información sobre estas clasificaciones en las respectivas secciones sobre
tratamiento, así como en la sección 8.
La clasificación final de las recomendaciones en primera, segunda o tercera línea tiene en
cuenta niveles de evidencia para eficacia, aval clínico basado en la experiencia y clasificación de
seguridad, de tolerancia y el riesgo de viraje anímico relacionado con el tratamiento. De forma
adicional, las clasificaciones jerárquica se crearon y se enumeran en las tablas sobre
recomendaciones de primera y segunda línea para manía aguda, depresión y tratamiento de
mantenimiento del trastorno bipolar tipo I (BDI). Este orden se creó teniendo en cuenta el
impacto de cada tratamiento en las diferentes fases de la enfermedad (Figura 1). El racional para
el enfoque jerárquico se basa en que el BD es una enfermedad crónica que dura toda la vida, con
episodios anímicos y síntomas anímicos sub-síndrome, y la mayoría sino todos requerirán terapia
de mantenimiento. Debido a que los tratamientos que se indican para un episodio anímico agudo
frecuentemente se continúan en la etapa de mantenimiento, al momento de indicar una terapia
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para la fase aguda se debe tener en cuenta su eficacia durante la fase de mantenimiento. Los
tratamientos que demostraron ser eficaces a lo largo del espectro de la enfermedad deben por lo
tanto ser probados primero, antes que aquellos que solo demostraron eficacia en una fase
selectiva del trastorno. Como ejemplo, si dos tratamientos tienen similar eficacia para la manía
aguda, y solo uno de estos demostró ser eficaz en la terapia de mantenimiento, el tratamiento
con evidencia durante la fase de mantenimiento se colocará en un lugar más alto de la escala
jerárquica.
Se debe tener en cuenta que cuando un tratamiento se menciona como monoterapia, eso
implica que puede ser utilizado por sí solo o en combinación con otras terapias en curso, incluso si
no hay estudios específicos que demuestren la eficacia de esa combinación. En esta situación se
asume que el tratamiento anterior en curso fue parcialmente efectivo, y la adición de un nuevo
agente brindará beneficios de una manera aditiva o sinérgica. En contraste, los agentes
enumerados específicamente como terapia combinada pueden no contar con evidencia sobre su
eficacia como monoterapia, y/o pueden presentar algún problema de seguridad si se los indican
como tal (por ejemplo, antidepresivos), y solo se recomienda su uso combinado con agentes que
cuentan con evidencia.
Al igual que con las ediciones anteriores, estas guías también cuentan con una categoría
de “no recomendado” la cual incluye tratamientos que claramente fueron inefectivos en los RCT
doble ciego. Además, se incluyó otra categoría llamada “agentes/recomendaciones no específicas
que requieren mayor estudio” donde se enumeran terapias con evidencia o experiencia clínica
insuficiente como para realizar una recomendación, o donde se cuenta con motivos para creer
que los estudios negativos fallaron debido a temas metodológicos - especialmente cuando los
resultados son inconsistentes con lo esperado de acuerdo a las propiedades farmacológicas de la
terapia y la experiencia clínica. La inclusión en esta categoría significa que la eficacia de estos
agentes es desconocida en este momento.
Al igual que en ediciones anteriores, estas guías se organizan en ocho secciones (Tabla 3)
incluyendo la Introducción. Los Fundamentos del manejo (Sección 2) discute la epidemiología del
BD, la pesquisa y las consideraciones diagnósticas, la importancia del monitoreo del riesgo de
suicidio, el modelo de manejo de la enfermedad crónica y el cuidado centrado en el paciente
(incluyendo la toma de decisiones en conjunto), así como la importancia de incorporar
psicoeducacion u otras estrategias de tratamiento psicosocial dentro de la terapia. Se revisaron la
información adicional de la presentación y la clasificación jerárquica de las opciones terapéuticas
para la manía aguda (Sección 3) y depresión (sección 4), e incluyen descripciones de las
características clínicas que pueden colaborar directamente con las opciones terapéuticas. En la
sección 5 se describe la importancia de la terapia de mantenimiento para la estabilidad del estado
de ánimo, así como la clasificación jerárquica de las opciones terapéuticas. Una revisión de
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expertos sobre la evidencia disponible de los tratamientos del trastorno bipolar tipo II (BDII) y las
recomendaciones sobre terapias se presentan en la sección 6.
Primera Evidencia nivel 1 o nivel 2, sobre eficacia más aval clínico sobre seguridad/tolerancia y ningún riesgo
de cambio relacionado con el tratamiento a
Segunda Evidencia nivel 3 o superior sobre eficacia, más aval clínico de seguridad/tolerancia y bajo riesgo de
cambio relacionado con el tratamiento a
Tercera Evidencia nivel 4 o superior para eficacia más aval clínico para seguridad/tolerancia
No recomendado Nivel de evidencia 1 por falta de eficacia, o evidencia nivel 2 por falta de eficacia más opinión de
experto
a
El texto específicamente remarcará cuando la recomendación no cuente con aval clínico para seguridad/tolerancia o riesgo de
cambio relacionado con el tratamiento.
Estas disposiciones fueron creadas teniendo en cuenta la eficacia de cada tratamiento a lo largo de todas las fases de la
enfermedad, así como la seguridad aguda y sostenida, la tolerancia y el riesgo de cambio relacionado con el tratamiento.
Por lo tanto, por ejemplo, si dos tratamientos poseen similar eficacia en la manía aguda, y si solo uno de estos demostró
eficacia para la terapia de mantenimiento, o posee mejor seguridad o tolerancia, dicho tratamiento se colocara más alto
en la jerarquía de recomendaciones.
Cuando se toma la decisión terapéutica, recomendamos que los agentes enumerados más arriba en la jerarquía se
prueben primero, excepto que alguna condición específica del paciente sea un motivo para seleccionar un agente en
orden inferior (tales como preferencia del paciente, tratamientos previos sin/con respuesta o características clínicas que
favorecen una terapia inferior en la clasificación).
Figura 1 Clasificación jerárquica de las recomendaciones de tratamientos: ¿cómo se arribó a los mismos? [La figura
de color puede consultarse en wileyonlinelibrary.com]
Tabla 3 Secciones
Sección 1: Introducción
Sección 2: Bases para el manejo
Sección 3: Manejo agudo de la manía bipolar
Sección 4 Manejo agudo de la depresión bipolar tipo I
Sección 5 Terapia de mantenimiento del trastorno bipolar tipo I
Sección 6 Trastorno bipolar tipo II
Sección 7 Poblaciones específicas
Sección 8 Seguridad y monitoreo
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2.1 | Epidemiología
2.1.1 | Prevalencia
El trastorno bipolar es una enfermedad discapacitante muy frecuente, con una morbilidad y
mortalidad significativa. La prevalencia de BD es cambiante. La Encuesta mundial sobre salud
mental reportó una prevalencia total durante la vida (y 12 meses) estimada en 2,4% (1,5%) para
BDI, BDII y subtipos de BD sub-umbrales. Si bien las tasas de prevalencia de cada subtipo varía a
lo largo de los nueve países estudiados, el BD sub-umbral fue el más frecuente, 1,4% (0,8%),
seguido por el BDI con 0,6% (0,4%) y BDII 0,4% (0,3%).6 Aunque Canadá no fue incluida en este
estudio, la Canadian Community Health Survey-Mental Health [Encuesta sobre salud mental de la
comunidad canadiense] reportó resultados similares, con una prevalencia durante la vida de BDI
de 0,87% y del BDII del 0,67%.7
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de que los episodios maníacos pueden presentarse por primera vez luego de los 50 años, como
parte del BDI, la posibilidad de una manía orgánica debe tenerse en cuenta e investigarse en estos
casos.11
Las personas que viven con BD experimentan una importante discapacidad, siendo sintomáticos
con algunos síntomas del síndrome o sub-síndrome, especialmente de depresión, durante
aproximadamente la mitad de su vida. 12,13 Los pacientes no son capaces de conservar un rol
adecuado en el trabajo el 30% o más del tiempo14
Estabilizador del Su uso en la literatura es inconsistente, y por lo tanto este término no será utilizado en estas
estado de ánimo guías.
Divalproato Incluye al valproato, valpromida, ácido valproico y dilvalproato sódico.
Antipsicóticos Incluye antipsicóticos de primera generación con alta afinidad por los receptores de
convencionales dopamina D2. Nótese que en la nueva nomenclatura basada en la neurociencia, estos se
mencionan como antagonistas de los receptores de dopamina (D2).
Antipsicóticos Incluye a los antipsicóticos de segunda generación con afinidad por los receptores de
atípicos dopamina D2 y serotonina 5-HT2 así como aquellos que tiene un efecto antagonista parcial
sobre los receptores D2/D3. Nótese que en la nueva nomenclatura basada en la neurociencia
se los menciona como antagonistas de los receptores de dopamina y serotonina (D2 y 5-
HT2A), agonistas parcial de la dopamina 2 y antagonistas del receptor de la serotonina,
agonistas parciales de la dopamina 2/3.
Recurrencia El/los episodio(s) re-emergentes de la manía o depresión, ya sea dentro del episodio anterior
o un nuevo episodio. Nótese que si bien la literatura puede utilizar la palabra “recaída” o
“recurrencia”, respectivamente, debido a que son aplicadas de forma inconsistente y a su
irrelevancia a la hora de tomar una decisión terapéutica, utilizaremos “recurrencia” para
referirnos a ambos.
Mantenimiento Terapia profiláctica luego de la estabilización de los episodios depresivos o de manía aguda.
Al compararse con controles sanos, se observa que la calidad de vida se reduce tanto en
los pacientes sintomáticos como en los asintomáticos, 15-17 y los pacientes identificaron diferentes
dominios funcionantes de particular importancia incluyendo lo físico, el sueño, el estado de
ánimo, el conocimiento, el ocio, lo social, la espiritualidad, las finanzas, el núcleo familiar, la
autoestima, la independencia, la identidad, el trabajo y la educación.18 Tanto para el
funcionamiento psicosocial como para la calidad de vida, la incapacidad es más pronunciada en
pacientes con síntomas depresivos,19-21 en aquellos con una mayor cantidad de episodios/mayor
duración de la enfermedad20-22 y en aquellos con rendimientos cognitivos inferiores.
En coherencia con estas observaciones, el Global Burden of Disease Study [Estudio sobre la
carga mundial de la enfermedad] atribuyó 9,9 millones de años de vida perdidos por discapacidad
(YLD) al BD, convirtiéndolo en la causa número 16 de YLD a nivel mundial.24 El impacto que el BD
tiene sobre las personas jóvenes es aún mayor, siendo la sexta causa de años ajustados por
discapacidad en personas entre 10-24 años a nivel mundial.25 La carga de esta enfermedad fue
mayormente enfatizada en una revisión sistemática que analizó el costo de los estudios de la
enfermedad, cuyos hallazgos demostraron que los costos mundiales anuales por persona con BD
están en el rango de US$ 1.904 a US$ 33.090; el costo por persona es superior cuando se lo asocia
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El DSM-5 también incluye una gama de especificadores que los médicos clínicos pueden utilizar
para clarificar aún más el curso específico, la gravedad y las características de los BD. Si bien se
puede encontrar una descripción más detallada en el manual DSM-5, los especificadores
disponibles y su uso a lo largo del espectro se enumeran en la tabla 5. Muchos de estos también
pueden ser utilizados para guiar las decisiones de tratamiento de la manía aguda (Sección 3) y la
depresión (Sección 4). Entre estos, los especificadores con características mixtas, que
reemplazaron a los episodios mixtos, se deben tener en cuenta debido a la posibilidad de que
emerjan presentaciones múltiples y complejas de los estados mixtos. Además, el surgimiento de
esta terminología significó que la información sobre la terapia todavía sea escasa. El DSM-5
agregó características mixtas como un especificador durante un episodio de trastorno depresivo
mayor (MDD), el cual probablemente plantee algunos desafíos pragmáticos para el diagnóstico y
dilemas de manejo para los médicos clínicos.
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Malestar ansioso X X
Características mixtas X X
Ciclaje rápido X
Características melancólicas X
Características atípicas X
Características psicóticas X X
Catatonía X X
Inicio periparto X X
Patrón estacional X
Remisión X X
Debido al frecuente inicio depresivo, las diferentes búsquedas de ayuda para períodos
hipomaníacos o maníacos, la instalación temporal de los síntomas, y las altas tasas de
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comorbilidad; la identificación temporal certera del BD puede ser difícil en muchos casos. En
efecto, muchos individuos no son diagnosticados con certeza hasta 10 años luego del inicio de los
síntomas, típicamente recibiendo entre uno a cuatro diagnósticos alternativos, previos al
reconocimiento correcto y tratamiento.34,35 Este retraso tiene consecuencias importantes,
incluyendo un tratamiento inicial inadecuado y un peor pronóstico en términos de recurrencia de
episodios y desenlace funcional.36,37 El diagnóstico equivocado más frecuente es el de MDD, ya
que los pacientes tienen mayor posibilidad de recibir tratamiento de síntomas depresivos y
pueden no recordar períodos de hipomanía o manía, o pueden no interpretarlos como
patológicos. Durante los períodos de depresión aguda el recordar y el percibir están
particularmente afectados, con pronunciadas dificultades de la memoria o la concentración.
Existen varias características de la depresión que pueden aumentar la sospecha de bipolaridad, y
acelerar las evaluaciones detalladas, incluyendo el inicio de la enfermedad a una edad precoz,
episodios depresivos altamente recurrentes, antecedentes familiares de BD, depresión con
características psicóticas, agitación psicomotora; síntomas depresivos tales como hipersomnia,
hiperfagia y sensación de pesadez en los miembros, depresión post-parto y psicosis,
antecedentes de intento de suicidio, y síntomas maníacos inducidos por antidepresivos o ciclaje
rápido (Tabla 6). Debido al reciente cambio en el DSM-5 para permitir la posibilidad de síntomas
de depresión con síntomas hipomaníacos simultáneos sub-umbrales (especificador mixto),
también es importante explorar si el individuo experimenta síntomas mixtos.38,39 La esquizofrenia
y otros trastornos psicóticos son el segundo diagnóstico equivocado más frecuente, que se
presenta como el diagnóstico inicial en tanto como el 30% de los pacientes.40 De forma adicional
al sub-diagnóstico, también hay preocupaciones de que el BD sea sobrediagnosticado en algunas
circunstancias.41 Por ejemplo, los trastornos límites de la personalidad, los trastornos por uso de
sustancias (SUD) y el trastorno hiperactivo con déficit de atención (ADHD) se superponen de
forma significa con los de la hipomanía/manía, y algunos reportes sugieren que los pacientes con
estas condiciones suelen estar mal diagnosticados con BD. Estas enfermedades también suelen
presentarse como comorbilidades del BD, lo cual vuelve al diagnóstico de este trastorno
frecuentemente desafiante.42
Los instrumentos validados de autoreporte, como el Mood Disorders Questionnaire (MDQ
[Cuestionario sobre trastornos del estado de ánimo]), pueden ser utilizados como una
herramienta de pesquisa para identificar pacientes quienes requieren una evaluación más
detallada. Debe notarse, que dichas herramientas tienen poca sensibilidad y especificidad,
especialmente en la comunidad o en poblaciones con muchas comorbilidades, y por lo tanto
poseen un alto riesgo de identificar también a aquellos con rasgos de personalidad limitrofe.43
Como tales, las herramientas como el MDQ deben ser utilizadas solo como complemento para
pesquisar poblaciones clínicas y no para diagnóstico o con propósitos de planificar una terapia.
Con el fin de mejorar la certeza del diagnóstico, es importante que los médicos clínicos adhieran
de forma estricta a los criterios diagnósticos, más que confiar en heurística.44 Es importante
completar de forma cuidadosa la historia clínica psiquiátrica, incluyendo familiares de primer
grado, con especial atención ante la sospecha de períodos de incremento de actividad,
irritabilidad u otro cambio en el comportamiento. Cuando sea posible, debe incluirse la
información adicional obtenida de amigos o familiares. El monitoreo de los síntomas en curso,
tales como el trazado del estado de ánimo, pueden colaborar con la detección de bipolaridad que
solo puede ser aparente con el paso del tiempo. La confirmación del diagnóstico puede entonces
realizarse con mayor confianza cuando los episodios se observan de forma prospectiva.
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Es importante que los médicos monitoreen de forma frecuente la ideación y el riesgo suicida. El
riesgo de suicidio es una de las principales causas de muerte en el BD, identificándose en
aproximadamente el 6%-7% de los pacientes diagnosticados con BD que murieron debido a
suicidio; por lo tanto, el riesgo de suicidio es sustancialmente superior en BD que en la población
general (10,7 por 100.000 por año).46,47 La letalidad del intento de suicidio también es superior en
el BD que en la población general.48,49 A nivel mundial, aproximadamente el 43% de los pacientes
con BD reportaron ideación suicida, el 21% un plan y el 16% un intento de suicidio en el último
año.6 Los hombres tienen un riesgo de muerte por suicidio superior, con una tasa de 0,366 por 100
personas años, en comparación con 0,127 para las mujeres.47 De acuerdo a la revisión de la ISBD
Task Force on Suicide in Bipolar Disorder [Grupo de trabajo sobre suicidio en el trastorno bipolar de
la ISBD], se deben tener en cuenta cierta cantidad de factores de riesgo sociodemográficos y
clínicos que deben ser considerados para determinar el nivel de riesgo de suicidio (Tabla 8). Los
factores reportados que se asocian de forma significativa con el intento de suicidio son el sexo
femenino, inicio de la enfermedad a una edad joven, polaridad depresiva en el primer episodio de
la enfermedad, polaridad depresiva del episodio actual o del más reciente, trastorno de ansiedad
como comorbilidad, SUD comórbido, grupo B/trastorno límite de la personalidad como
comorbilidad, antecedente de suicidio de un familiar de primer grado y intentos previos de
suicidio. Solo el sexo masculino y antecedentes de suicidio en familiares de primer grado fueron
asociados significativamente con muertes por suicidio.50, 51 Los períodos durante y luego de la
internación representan los momentos particulares de mayor riesgo, el 14% de los suicidios se
presentaron durante la internación y otro 26% durante las 6 semanas posteriores al alta.
Se debe realizar una evaluación cuidadosa del riesgo de suicidio durante todas las
interacciones con el médico clínico. La estratificación del riesgo utilizando herramientas de
evaluación no es lo suficientemente certera para predecir el riesgo de suicidio en el ámbito
clínico; en cambio, la evaluación clínica debe enfocarse en los factores de riesgo modificables que
pueden ser abordables para reducir el riesgo.53 La ISBD desarrolló tips clínicos y hojas de
información para el paciente (traducidas a diferentes idiomas) que pueden ser herramientas útiles
para los clínicos, los pacientes y los familiares para desarrollar un enfoque amplio para prevenir el
suicidio (http://www.isbd.org/Files/admin/ knowledge-Center-Documents/ suicide- prevention-
Tip-sheet.pdf).
La asociación entre los diferentes tratamientos y el riesgo de suicidio fue evaluado por el
Grupo de trabajo de la ISBD y otros. Los cuales sugieren que el litio54 y, en menor medida, los
anticonvulsivantes contribuyen a prevenir los intentos de suicidio y las muertes; aunque se
requiere mayor información para determinar su eficacia relativa. Hubo limitada información tanto
sobre los antipsicóticos como sobre los antidepresivos.47 Debido a que el método más frecuente
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Sintomatología y signos del Hipersomnia y/o incremento de la cantidad Insomnio inicial/reducción del
estado mental de siestas durante el día. sueño.
Hiperfagia y/o incremento del peso. Pérdida del apetito y/o descenso de
Otros síntomas depresivos “atípicos” tales peso.
como parálisis pesada. Niveles de actividad normal o
Retraso psicomotor. incrementados.
Características psicóticas y/o culpa Quejas somáticas.
patológica.
Labilidad emocional; irritabilidad; agitación
psicomotora; pensamientos acelerados.
Curso de la enfermedad Inicio precoz de la primer depresión (< 25 Inicio tarde de la primera depresión
años) (> 25 años)
Múltiples episodios previos (≥ 5 episodios) Duración prolongada del episodio
concurrente (> 6 meses)
Antecedentes familiares Hisotria familar positiva de trastorno bipolar Historia familiar negativa de
trastorno bipolar
38 39
Adaptado de Mitchell et al. y Schaffer et al
Trastorno bipolar u otro relacionado con otra Se asume a los episodios como consecuencia de una enfermedad
enfermedad tal como lesión traumática cerebral, tumores cerebrales como los
meningiomas del lóbulo frontal, esclerosis múltiple, accidente
cerebrovascular, enfermedad de Cushing o hipertiroidismo. El
inicio o exacerbación del estado de ánimo coincide con el de la
enfermedad.
Trastorno del estado del ánimo inducido por Los episodios se asumen como consecuencia del uso de una
una medicación o sustancia sustancia como drogas ilícitas, o una medicación (estimulantes,
esteroides, L-dopa o antidepresivos) o exposición a toxina. Los
episodios pueden estar relacionados con intoxicación o síndrome
de abstinencia.
Trastorno ciclotímico Los síntomas hipomaníacos no cumplen por completo con los
criterios del episodio hipomaníaco, y los síntomas depresivos no
cumplen con los criterios de episodio de depresión mayor.
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3
Trastorno límite de la personalidad Inestabilidad en las relaciones interpersonales, de la imagen
personal y del estado de ánimo, con marcada impulsividad y un
tema central de intenso miedo al abandono. Inicio precoz y curso
de larga duración. Son extremadamente raros los intervalos de
euforia verdadera y adecuado funcionamiento prolongado.
3
Trastorno narcisista de la personalidad Grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía de
inicio precoz. Grandiosidad no asociada con cambios en el estado
de ánimo o discapacidad funcional.
3
Trastorno de personalidad antisocial Inicio precoz de menosprecio por y violación de los derechos de
los demás; que no solo ocurre en el contexto de un episodio
maníaco.
2
Adaptado de Yatham et al 2005
3
Puede presentarse como una comorbilidad del trastorno bipolar.
Tabla 8 Resumen de los principales factores asociados con el intento de suicidio y muertes por suicidio en el
trastorno bipolar (BD)
Variable Incremento de la posibilidad de Incremento de la posibilidad de muerte
intento de suicidio por suicidio
Sexo Femenino Masculino
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Antecedentes de familiares de Trastornos del estado del ánimo. Trastornos del estado del ánimo.
primer grado BD BD
Suicidio Suicidio
Primer intento de suicidio Presente. Presente.
Debido a la naturaleza crónica, con recaídas y remisiones del BD, se requiere un enfoque de
manejo a largo plazo, multidisciplinario. El Modelo de manejo de la enfermedad crónica54 destaca
varios principios importantes para iniciar un cuidado a largo plazo para estos individuos y sus
familias (Tabla 9). Luego del manejo clínico básico incluyendo la atención al diagnóstico, a las
comorbilidades y a la salud física establecida; la educación sobre la salud del paciente y la terapia
farmacológica deben ser los pasos iniciales y fundamentales para todos los pacientes.
Idealmente, el paciente será contactado con un equipo de cuidado de la salud que incluye por lo
menos un profesional de la salud (típicamente una enfermera) además del psiquiatra para la
psicoeducación, monitoreo en curso, apoyo psicosocial, y derivación a centros comunitarios.
Todos los pacientes deben tener acceso a un médico de cabecera para que atienda sus
necesidades físicas y mentales. Si el paciente está estable y es dado de alta para ser seguido por
médicos de atención primaria, el sistema de cuidado de la salud mental debe brindarle el apoyo
directamente mediante el médico de cabecera, con atención en la continuidad del cuidado.58 Las
terapias psicosociales adicionales (descriptas más abajo) también deben ser seleccionadas para
que cumplan con las necesidades específicas y las preferencias del paciente.
Con el fin de mejorar la adherencia al tratamiento y sus resultados, es clave una alianza
terapéutica fuerte.59, 60 Los médicos deben alentar a los individuos para que participen de forma
activa en el planeamiento de su terapia, utilizando el enfoque de toma conjunta de decisiones.
61,62
Cuando sea posible, los miembros de la familia y los amigos importantes deben ser incluidos
como parte del equipo de cuidado. Existe evidencia de que las intervenciones especializadas y
basadas en un enfoque en equipo combinando farmacoterapia y psicoeducación son más
efectivas que el cuidado estándar en la comunidad.63
Se alienta el monitoreo continuo de los síntomas del estado de ánimo y otras medidas
relacionadas con la recuperación individual propia del paciente, tales como el sueño, las
facultades cognitivas, la funcionalidad y la calidad de vida.18 Para la mayoría de los pacientes el
registro diario de los síntomas anímicos, mediante un diario del estado del estado de ánimo o
mediante el National Institute of Mental Health (NIMH) Life Chart Method-Self Rating Scale [Escala
de autocalificación-método del gráfico de la vida del Instituto nacional de salud mental] puede
ayudar a identificar signos de alarma precoces de recaída, así como a resaltar las relaciones entre
el estado de ánimo y las terapias o los factores del estilo de vida tales como dieta, ejercicio o
estrés.64 Si bien muchos pacientes estarán de acuerdo con el valor de completar el diario sobre el
estado de ánimo, y se ha demostrado que esta estrategia mejora el tratamiento, completar el
mismo de forma diaria puede ser una carga.65 Las soluciones en línea como las aplicaciones para
teléfonos celulares pueden mejorar la adherencia,66 tales como la aplicación para teléfonos
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El estigma es un problema importante que impactará en los individuos con BD, así como en sus
familiares, potencialmente evitando que los individuos busquen ayuda o adhieran a la terapia o
provocando que oculten su enfermedad, reduciendo el apoyo social, el funcionamiento y la
calidad de vida.70 Asociado con actitudes negativas estereotipadas de que la enfermedad mental
se debe a una debilidad o decisión personal, o asociado con un comportamiento violento o
criminal. El estigma puede ser percibido o experimentado durante las interacciones con otros,
incluidos los profesionales de la salud, o internalizado (estigma personal). Las estrategias
específicas para reducir el estigma, especialmente el personal, mediante el fortalecimiento de las
estrategias de adaptación a través de mejorar la autoestima, empoderamiento y comportamiento
de búsqueda de ayuda, puede mejorar los desenlaces en esta población.
Apoyo del auto-manejo Empoderar y preparar a los pacientes para el control su salud y su cuidado de la
salud.
Uso efectivo del auto-manejo avala la estrategia que incluye evaluación,
establecimiento de objetivos, planificaciones de acciones, resolución de
problemas y seguimiento.
Aval de la decisión Promover el cuidado clínico coherente con la evidencia científica y las
preferencias del paciente. Incorporar a la práctica clínica diaria, guías basadas en
evidencia y compartir esta y otra información con los pacientes para fomentar su
participación.
Uso probado mediante suministro de material educativo.
Diseño del sistema de Brindar cuidado clínico y apoyo del auto-manejo que los pacientes comprendan
prestación y que se ajuste a su contexto cultural.
Asegurar el seguimiento regular por el equipo de salud, con tareas definidas para
cada miembro del equipo.
Brindar servicio de manejo de caso clínico para pacientes complejos.
Sistemas de información Brindar recordatorios temporales para los prestadores y los pacientes.
clínica Facilitar el planeamiento de cuidado individual del paciente.
Compartir información con pacientes y proveedores para coordinar el cuidado.
Sistema de salud Medir los resultados y el uso de la información para promover estrategias de
mejoría efectivas con el objetivo de un cambio de sistema integral.
Desarrollar acuerdos que facilitarán la coordinación del cuidado dentro y a lo
largo de las organizaciones.
56
Adaptado de Wagner.
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Si bien la farmacoterapia es esencial y constituye la base del éxito del tratamiento del BD, las
intervenciones psicosociales adyuvantes también pueden ser útiles en los episodios depresivos
agudos, así como en la terapia de mantenimiento para prevenir recaídas y restaurar la calidad de
vida de los individuos y de la familia.72, 73 No existe evidencia, y por lo tanto no hay
recomendaciones, sobre intervenciones psicosociales específicas en la manía aguda. Se encontró
evidencia positiva para la psicoeducación, la terapia cognitivo conductual (CBT), la terapia
focalizada en la familia (FFT), la terapia interpersonal y del ritmo social (IPSRT), y el apoyo de los
pares en la fase de mantenimiento del BD. Estas intervenciones se incluyen como opciones de
terapia adyuvante recomendadas. Se requieren estudios adicionales antes a arribar a alguna
conclusión en relación con otras estrategias tales como intervenciones de la familia/cuidadores,
terapia conductual dialéctica (DBT), terapia conductual basada en el mindfulness (MBCT),
remediación cognitiva y funcional, e intervenciones en línea (Tabla 10).
En general, se recomienda brindar psicoeducación a todos los pacientes y familiares para
prevenir las recaídas, especialmente al inicio de la enfermedad, con selección de cualquier terapia
psicosocial adicional basada en las preocupaciones individuales/presentaciones o déficits.
2.6.1 | Psicoeducación
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FFT93 presume que los resultados en BD pueden mejorarse con el apoyo y cooperación de la
familia o seres queridos, especialmente en las familias que se caracterizan por altos niveles de
expresión de emociones. La FFT se enfoca en estilos de comunicación entre los pacientes y sus
familiares o relaciones maritales, con el objetivo de mejorar el funcionamiento de la relación, y se
presenta a los pacientes y su familia en 21 sesiones durante 9 meses.
Para la depresión bipolar aguda en adultos una FFT intensiva (hasta 30 sesiones; promedio
14) sobrepasa el requisito de control de tres sesiones;94 aunque este estudio estuvo limitado por
las advertencias identificadas para CBT y IPSRT. Teniendo en cuenta que la creación original de
FFT se enfoca en factores relacionados con la depresión, puede tener una actividad depresiva
específica, algo también sugerido por la reducción de la recaída de la depresión en los estudios de
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Tabla 10 Niveles de evidencia y recomendaciones para los tratamientos psicológicos adyuvantes para el
a
trastorno bipolar
Terapia interpersonal y del ritmo Tercera línea (nivel 2) Tercera línea (nivel 2)
social (IPSRT)
IPSRT se expande en el foco de IPS sobre duelo, rol transicional interpersonal, conflicto de rol, y
déficit interpersonal mediante la inclusión de ritmos sociales y de sueño, con la población bipolar
como objetivo específico. Típicamente se presenta en 24 sesiones individuales durante 9 meses.
96,97
Se realizaron pocos ensayos controlados sobre IPSRT, con evidencia limitada sobre la
eficacia aguda. El primero, un ensayo de gran volumen 98 no mostró ningún efecto de IPSRT
comparado con una enfermedad control pero sí mostró beneficio para la reducir de la recaída y
mejorar el funcionamiento ocupacional. Un estudio sobre depresión bipolar aguda84 demostró
que la IPSRT intensiva (hasta 30 sesiones, promedio 14) supero el uso de tres sesiones en
condiciones control, pero es imposible establecer si el rendimiento se relaciona con la intensidad
o la cantidad de sesiones, con los cambios en la medicación utilizada, o con atributos específicos a
IPSRT. Dos estudios de pequeño tamaño no demostraron beneficios específicos de IPSRT en
comparación con condiciones control.99,100 Otros estudios abiertos demostraron beneficios
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101-103
previos y posteriores en una muestra pequeña. Nuevamente, debido a que muchas terapias
psicosociales para el trastorno bipolar comparten elementos centrales comunes, que pueden ser
psicoeducativos, puede ser posible que los aspectos de prevención de recaída de la
psicoeducación también resulte de las intervenciones IPSRT, mediada por los mismos procesos
terapéuticos.104
En general, se recomienda IPSRT como terapia adyuvante de tercera línea para la
depresión aguda y para el mantenimiento, con base en la evidencia limitada nivel 2 (efecto de
tamaño y pequeño tamaño de muestra) en cada fase. No existe evidencia y por lo tanto no se
puede realizar una recomendación para la IPSRT para la manía.
La intervención de los pares, tales como grupo de pares o apoyo individual, son estrategias
importantes que se cree reducen el estigma personal y el aislamiento en el BD, y ayuda a mejorar
la adherencia al tratamiento.105 Se requiere cierta precaución cuando se aplica esta estrategia ya
que , puede haber riesgos si los pares que se presentan en la intervención no están
adecuadamente entrenados o no reciben el apoyo adecuado, y si transmiten un punto de vista
que no avala el cumplimiento del tratamiento o promueven el uso de sustancias.
Las revisiones de las intervenciones de pares para personas con enfermedades mentales
serias, usualmente incorporando una pequeño pero significativa cantidad de individuos con BD,
demostraron evidencia modesta a partir de RCT y otros estudios controlados que sugieren que
existe una importante mejoría de la autoeficiencia y reducción del estigma personal.106-109 El
estudio más grande sobre intervención de pares incluyó 153 individuos con BD, los cuales
concurrieron a 21 sesiones de psicoeducación grupal, mientras que otros 151 individuos
concurrieron a 21 sesiones semanales de grupo de apoyo de pares. Los dos programas lograron
resultados semejantes en relación al tiempo hasta la recaída, e incremento de los conocimientos
sobre BD; aunque la psicoeducación fue más aceptable para los individuos y fue más efectiva para
prevenir la recaída en un sub-grupo de pacientes con menor cantidad de episodios previos.110
A través de recursos en línea está surgiendo una gran fuente de apoyo de pares,
especialmente mediante los sitios web de organizaciones tales como la Depression and Bipolar
Support Alliance (http://www.dbsalliance.org/site/PageServer?pagename=peer_landing [Alianza de
apoyo a la depresión y el trastorno bipolar]), Mood Disorders Association of Ontario
(https://www.mooddisorders.ca/ [Asociación de los trastornos del estado de ánimo de Ontario]),
el grupo de investigación y defensa CREST.BD (http://www.crestbd.ca/), MoodSwings
(www.moodswings.net.au/) y Revivre (http:/www.Revivre.org). YouTube también está surgiendo
como una importante fuente de apoyo entre pares, junto con otras redes sociales.111, 112
En general, las intervenciones de pares reciben una recomendación de tercera línea (nivel
2) como terapia complementaria de mantenimiento.
Se probaron diferentes enfoques en BD, con una variedad de objetivos, modalidades y resultados.
Ninguna de las otras intervenciones tuvo como objetivo específico la depresión bipolar o la manía.
Algunos fueron diseñados en parte para reducir la recurrencia de episodios, pero ninguno fue
exitoso para brindar evidencia sustancial sobre su eficacia. Debido a que las recomendaciones de
CANMAT son para el tratamiento de la depresión aguda y manía, y para la terapia de
mantenimiento, no realizamos recomendaciones específicas con relación a estos tratamientos.
Sin embargo, algunos de estos enfoques fueron útiles para aliviar algunos síntomas importantes
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en pacientes con BD (tales como síntomas residuales del estado de ánimo o ansiedad) y por lo
tanto los describiremos de forma breve.
Aunque similar a la FFT, las intervenciones de cuidadores/familiares constituye una
intervención psicosocial diferente y distintiva ya que es brindada a la familia/cuidador y no a la
persona con BD; existe evidencia de que dichas intervenciones mejoran los resultados clínicos del
paciente.75, 113 Los conocimientos clínicos y la práctica frecuente, sin embargo, avala la
importancia de incluir a los cuidadores y los miembros de la familia en por lo menos algunas
sesiones con el paciente (especialmente para psicoeducación), ambos reducen la carga de los
síntomas del individuo con BD, y el agotamiento y la carga emocional del cuidador. Se pueden
conseguir recursos en línea validados, tales como www.bipolarcaregivers.org. 114
La DBT, la cual incluye entrenamiento sobre el manejo de la angustia, posee varios
estudios pequeños que demostraron la utilidad para reducir algunos síntomas depresivos y el
suicidio.75 Un RCT sobre MBCT incluyó 95 pacientes que no demostraron ninguna diferencia para
la prevención de recaídas en comparación con los grupos de terapia habituales, pero sí demostró
menor cantidad de síntomas depresivos y de ansiedad en el brazo MBCT.115 Junto con los
hallazgos de otros estudios más pequeños, esto sugiere que la MBCT puede tener un rol en la
reducción de la ansiedad en BD. 75,116
Aunque no se analiza aquí, muchos de los individuos con BD pueden tener antecedentes
de abuso infantil y trastornos de la personalidad como comorbilidad, y experimentan varias
secuelas como vergüenza o conflictos debido a las experiencias conductuales durante los
episodios bipolares agudos. Todo esto podría ser considerado un objetivo para la intervención
psicosocial de una forma muy individualizada.
En varios individuos con BD puede observarse alteración funcional así como déficit cognitivo, no
solo durante los episodios agudos sino entre estos, lo que promueve la evaluación de varias
estrategias biológicas y psicosociales para afrontar estos problemas. Una intervención, la
remediacion funcional (FR), incluye 21 sesiones grupales durante seis meses. En un gran RCT, FR
demostró tener un impacto substancial sobre la funcionalidad, en comparación con la terapia
habitual.117 Junto con los resultados de otros estudios pequeños que incluyeron otras
intervenciones, estos hallazgos sugieren que existe suficiente esperanza para afrontar los déficits
funcionales y cognitivos en los pacientes con BD.118 La remediacion cognitiva basada en
computadoras puede mostrar efectos positivos sobre las facultades cognitivas, pero no sobre la
funcionalidad.119
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El DSM-55 modificó el “criterio A” para manía el cual ahora requiere un período de distinción del
estado de ánimo anormalmente y persistentemente elevado, expansivo o irritable y aumento
anormal y persistente de la energía o la actividad, presente la mayor parte del día, casi todos los
días durante por lo menos una semana (o menos tiempo si se requiere internación).
Adicionalmente, el diagnóstico de un “episodio maníaco” requiere de por lo menos tres (o cuatro
si el estado de ánimo solo es irritable) de los siguientes síntomas: grandiosidad o autoestima
excesiva, disminución de la necesidad de dormir, más locuaz de lo habitual o verborreico , fuga de
ideas o experiencia subjetiva de que el pensamiento está acelerado, distraibilidad , incremento
de actividades con un objetivo o agitación psicomotora, o excesivo compromiso en actividades
con un alto potencial para producir consecuencias graves . El trastorno del estado de ánimo debe
llevar a una marcada alteración de la funcionalidad, requiere internación o debe estar
acompañado de características psicóticas.
A diferencia del DSM-IV, el DSM-5 permite el diagnóstico de BDI en pacientes con
depresión mayor cuya manía emerge durante la terapia (por ejemplo, durante la medicación o la
terapia electroconvulsiva, [ECT]) y persiste en un nivel sindrómico completo más allá del efecto
fisiológico de la terapia.
El DSM-5 eliminó la categoría especificadora de “episodios mixtos”, reemplazándolo por
“características mixtas”. El DSM-5 también incluye otros especificadores que pueden acompañar
a los episodios maníacos: malestar ansioso, ciclaje rápido, características psicóticas congruentes
o incongruentes con el estado de ánimo, catatonía, inicio periparto y patrón estacional (Tabla 5).
La utilidad de varios de estos especificadores para seleccionar las opciones terapéuticas para la
manía se discuten más adelante en esta sección (ver “Características clínicas que colaboran con la
elección directa de la terapia”).
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Existe un rango de estrategias que fueron investigadas para su uso en la manía; incluyendo litio,
divalproato, y otros anticonvulsivantes, antipsicóticos típicos y atípicos, y otros agentes y
terapias. Estas terapias fueron evaluadas utilizando los criterios de peso de la evidencia de
eficacia (Tabla 1) así como la seguridad y tolerancia (Sección 8). En la Tabla 12 se resumen la
evidencia de eficacia y las recomendaciones para el tratamiento de la manía aguda.
De acuerdo a lo mencionado anteriormente, los agentes de primera y segunda línea se
enumeran de acuerdo a su jerarquía, teniendo en cuenta no solo la eficacia en la manía aguda sino
su eficacia para prevenir manía o depresión, tratando la depresión bipolar aguda, la
seguridad/tolerancia y el riesgo de cambio relacionado con el tratamiento. La implicancia de esta
recomendación jerárquica significa que aquellos enumerados más arriba en la tabla deben ser
considerados primero antes de seguir con el siguiente en la lista, excepto que otros factores tales
como antecedentes de no respuesta previa o las preferencias del paciente excluyan dicha
estrategia en un determinado paciente.
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La evaluación del paciente que se presenta en un estado maníaco debería incluir una evaluación
inmediata del riesgo de comportamiento agresivo, violencia y amenaza de la seguridad para
otros, riesgo de suicidio especialmente en aquellos con características mixtas, grado de
comprensión y capacidad para adherirse al tratamiento, comorbilidades (incluyendo uso de
substancias que pueden ser un agravamiento o contribuir a la presentación clínica), y la capacidad
de una red de apoyo psicosocial. Se debería incluir un examen físico junto con análisis de
laboratorio (descriptos en la sección 8), pero puede ser diferido en caso de pacientes que no
cooperan. Los resultados de la evaluación global deben utilizarse para establecer el escenario
terapéutico más apropiado (por ejemplo internación o manejo ambulatorio).
Previo a iniciar la terapia farmacológica para el episodio maníaco, es imprescindible
descartar síntomas secundarios debido a abuso de drogas, medicamentos, otras terapias o
enfermedades médicas o neurológicas (aunque, incluso en estos casos, puede indicarse terapia
sintomática a corto plazo). Se deben llevar a cabo todos los pasos para descartar cualquier otro
factor que pueda perpetuar los síntomas, tales como medicación recetada, uso de drogas ilícitas o
trastornos endócrinos. Cualquier paciente que se presente con manía quien haya recibido un
antidepresivo, se le debe suspender esta medicación si existe un diagnóstico previo de BD, y es
apropiado que comience de forma inmediata con los agentes antimaníacos. Si esta es la primera
aparición de síntomas maníacos, se les aconseja a los clínicos que confirmen el diagnóstico de
BD mediante monitoreo de los pacientes por un período de tiempo luego de discontinuar los
antidepresivos y obtener información adicional que confirme si los síntomas permanecen o es
necesaria una terapia antimaníaca. Se debería ayudar a los pacientes a que discontinúen el uso
de estimulantes, incluyendo cafeína y alcohol. Los tratamientos actuales y previos deben ser
evaluados, incluyendo adecuación de las medicaciones, dosis, y de los niveles sanguíneos
(cuando corresponda), así como la respuesta terapéutica pasada; y esto debe ser utilizado para
guiar las elecciones de los tratamientos subsiguientes. Se debe prestar atención a los síntomas de
abstinencia que pueden presentarse en los pacientes maníacos con antecedentes de abuso de
sustancias.
Cuando los síntomas de manía remitieron, las estrategias conductuales y educativas
deben aplicarse para promocionar la adherencia a la medicación en curso, reducción de los
síntomas residuales, ayuda para la identificación de signos precoces de recaída y apoyo de la
recuperación funcional (ver Sección 2).
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a
Tabla 11 Nivel de evidencia y recomendaciones para el manejo farmacológico a corto plazo de la agitación
b
Nivel de Agente Formulación Nivel de Rango de dosis de los estudios
recomendación evidencia
Dosis única Máx./24h
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a
Aunque las monoterapias se enumeran por encima de las terapias combinadas, estas últimas pueden ser indicadas
como terapia de elección en los pacientes con antecedentes previos de respuesta parcial a la monoterapia y en
aquellos con manía psicótica o en situaciones en los que se desea una respuesta rápida.
b
No se diferenció al placebo en aquellos con índice de manía; no existen estudios sobre índice de respuesta.
c
Ensayos no controlados; sin embargo, la experiencia clínica sugiere que es una estrategia útil.
d
No se diferenció al placebo en los síntomas centrales de la depresión.
e
Divalproato y carbamazepina deben ser utilizadas con precaución en mujeres en edad de gestación.
(La tabla a color puede consultarse en wileyonlinelibrary.com)
Se recomienda que, para todos los pacientes (incluyendo aquellos quienes no son tratados, así
como aquellos que reciben una terapia no de primera línea), se inicie el tratamiento con una de
las monoterapias de primera línea o terapias combinadas disponibles.
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cada medicación y las características clínicas que predicen la mejor respuesta (ver “Características
clínicas que colabora con las elecciones terapéuticas directas”) también deben ser consideradas.
En general, la terapia combinada se asocia con mayor cantidad de efectos adversos que la
monoterapia. Cuando sea posible, se deben discutir las opciones con el paciente y/o su cuidador y
se deben tener en cuenta sus preferencias antes de elegir la terapia.
Si los síntomas no son controlados utilizando monoterapia o terapia combinada con
agentes de primera línea, se debe optimizar las dosis, identificar y atender los problemas por falta
de adherencia, y se deben considerar el posible uso de sustancias (Sección 4) previo a adicionar o
cambiar terapias (Paso 3). Teniendo en cuenta que casi todos los agentes antimaníacos se
diferencian del placebo dentro de la 1ra. semana, se espera alguna respuesta terapéutica del
agente anti-maníaco dentro de 1-2 semanas. Si no se observa ninguna respuesta dentro de las
dos semanas con dosis terapéuticas del agente anti-maníaco, y se excluyen otros factores que
contribuyen a la falta de respuesta, se debe considerar una estrategia de cambio de la terapia o
una terapia complementaria.
Si la terapia combinada o con un agente de primera línea (litio, divalproato y/o anti-psicótico
atípico) con dosis óptimas es inadecuada o no tolerada, el próximo paso es rotar o complementar
con una terapia alternativa de primera línea. La excepción es que, a pesar de que existe evidencia
de nivel 1 para monoterapia con paliperidona y ziprasidona, no recomendamos la terapia
combinada con estos agentes debido a la falta de evidencia sobre la eficacia adicional (ver más
adelante “Recomendaciones no específicas/ agentes que necesitan mayor estudio”). Debido a que
hay múltiples agentes de primera línea que cuentan con sustancial evidencia y relativa seguridad
y tolerancia, el uso de agentes de segunda y tercera línea solo se recomienda luego de ensayos no
exitosos de múltiples estrategias de primera línea.
Segunda línea
En los pacientes que responden de forma inadecuada a los agentes de primera línea, las opciones
de segunda línea incluyen monoterapia con olanzapina (nivel 1), carbamazepina (nivel 1),
ziprasidona (nivel 1), y haloperidol (nivel 1)143 o terapia combinada con olanzapina más litio o
divalproato (nivel 1). Si bien cada una de estas estrategias tiene un fuerte aval de su eficacia,
como se indicó más arriba, los problemas de seguridad y tolerancia los relegan a opciones de
segunda línea. Aunque se utiliza ampliamente en la práctica clínica, la combinación del litio y
divalproato también se recomienda como opción de segunda línea, debido a que la evidencia que
avala su eficacia se limita a estudios no controlados (nivel 3). 148-151
ECT también se recomienda como una opción de segunda línea (nivel 3)152 y, aunque la
cantidad de estudios controlados es limitado, existe evidencia que sugiere que hasta el 80% de los
pacientes mostrarán una mejoría clínica marcada.153 Se utilizó terapia de pulsos breves dos o tres
tratamientos por semana. Se prefiere la colocación de electrodos bifrontales por sobre los
bitemporales, ya que se asocia con una respuesta terapéutica más rápida y menor cantidad de
efectos adversos cognitivos. 154-156
Cuando fallaron todos los agentes de primera línea, la jerarquía debe aplicarse también a
los agentes de segunda línea. Por lo tanto, la olanzapina, que se encuentra en un nivel jerárquico
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superior entre los agentes de segunda línea, debe ser la primera opción previo a contniuar
descendiendo en la tabla 12.
Tercera línea
Los agentes recomendados como opciones de tercera línea para el tratamiento de la manía aguda
incluyen monoterapia con clorpromazina (nivel 2),157 monoterapia con clonazepam (nivel 2),158
monoterapia o terapia adyuvante con clozapina (nivel 4),159-162 y monoterapia con tamoxifeno
(nivel 2).143 El tamoxifeno se colocó en una categoría inferior debido al riesgo de cáncer uterino y a
la falta de experiencia clínica a pesar de la evidencia sobre la eficacia. Los tratamientos
combinados con carbamazepina u oxcarbamazepina (nivel 3),163 haloperidol (nivel 2), 144, 164 o litio
o divalproato también son incluidos como tercera línea. La estimulación magnética transcraneal
repetitiva (rTMS) en la corteza prefrontal derecha a un umbral motor del 110% (nivel 3)166 también
pueden considerarse en combinación con la terapia farmacológica.
Los agentes de tercera línea solo deben utilizarse si el paciente no respondió a ensayos
adecuados con todos los agentes de primera y segunda línea solos o en combinación. Debido a
que la evidencia es muy limitada para los agentes de tercera línea, no fue posible enumerarlos en
ningún orden jerárquico y por lo tanto se los enumera por orden alfabético (Tabla 13).
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Los ensayos con paliperidona (nivel 2 negativo) y ziprasidona (nivel 2 negativo) como terapia
complementaria al litio o divalproato mostraron falta de eficacia.144 Esto es sorprendente dado
que los demás agentes antipsicóticos atípicos que mostraron eficacia como monoterapia,
también demostraron ofrecer beneficio adicional cuando se los combina con litio o divalproato. Es
probable que los problemas metodológicos hayan contribuido con la falla en estos estudios; por lo
tanto, se requieren mayor cantidad de estudios previo a realizar recomendaciones específicas
sobre el uso de estas combinaciones en la manía.
Los estudios con olanzapina (nivel 2 negativo)173 o risperidona (nivel 2 negativo)174 más
carbamazepina fueron negativos, aunque esto sea probablemente a los efectos de inducción
enzimática de la carbamazepina. Si bien esto se puede superar al ajustar la dosis, debido a que
dichas interacciones son impredecibles y la dosis efectiva no fue establecida, no estamos en
condiciones de brindar una recomendación específica.
Los nutraceúticos tales como los aminoácidos de cadena ramificada (nivel 3),175 ácido
fólico (nivel 2)176 y L-triptofano (nivel 3),177 así como otros agentes experimentales tales como la
medroxiprogesterona (nivel 3), 178,179 la memantina (nivel 4),180 la mexiletina (nivel 4),181 el
levetiracetam (nivel 4)182 y la fenitoína (nivel 3)183 mostraron eficacia cuando se usan de forma
complementaria con otros agentes antimaníacos, así como los anteojos que bloquean la luz azul
(nivel 3).184 Sin embargo, se requieren grandes estudios controlados previo a realizar una
recomendación sobre su uso en la manía. Si bien un pequeño RCT inicial no mostró eficacia anti-
maníaca para el verapamilo, 185 existe cierta evidencia de que podría funcionar como terapia
complementaria (nivel 4)186 o como monoterapia en mujeres (nivel 184).187 Previo a poder realizar
una recomendación, se requiere de estudios de mayor tamaño.
Las características clínicas, incluidas dentro de los especificadores del DSM-5, pueden colaborar
en la elección de la terapia entre opciones de primera y segunda línea.
En general, el litio se prefiere sobre el divalproato en aquellos individuos quienes
presentan una manía eufórica expansiva clásica (humor eufórico en ausencia de síntomas
depresivos), pocos episodios previos de la enfermedad, curso de una manía con depresión-
eutimia188-190, y/o en aquellos con antecedentes familiares de BD, especialmente con
antecedentes familiares de respuesta al litio. El divalproato es igualmente efectivo en pacientes
con manía clásica y disfórica. Además, el divalproato se recomienda para aquellos con múltiples
episodios previos, humor irritable o disfórico predominante y/o abuso de sustancias como
comorbilidad o en aquellos con antecedentes de trauma craneal. 188, 191-195 Debido a su potencial
teratogénico, sin embargo, se debe tener precaución cuando se lo indica a mujeres en edad de
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gestación. Los pacientes con factores específicos como antecedentes de trauma craneano,
comorbilidades como ansiedad y abuso de sustancias, presentaciones de esquizofrenia con
delirios incongruentes con el estado de ánimo, o sin antecedentes de enfermedad bipolar en
familiares de primer grado podrían responder a la carbamazepina.196
Cuando se requiere una respuesta rápida se recomienda la terapia combinada con litio o
divalproato y un anti-psicótico atípico, en pacientes considerados de riesgo, quienes tienen
antecedentes de una respuesta parcial aguda o respuesta profiláctica con monoterapia o en
aquellos con episodios maníacos más graves.145
Malestar ansioso
Los síntomas de ansiedad frecuentemente existen en forma simultánea durante el episodio
maníaco, y son un predictor de un mala evolución; incluyendo una mayor gravedad de los
síntomas maníacos,197 una tiempo más prolongado hasta la remisión,197,198 y mayor cantidad de
reportes de efectos adversos a la medicación.198 No se realizaron estudios específicos para evaluar
la eficacia de cualquier agente para reducir los síntomas de ansiedad durante un episodio
maníaco, aunque estos síntomas tienden a mejorar de forma concurrente con el trastorno del
estado de ánimo. Los análisis post-hoc sugieren que el divalproato, la quetiapina y la olanzapina
pueden poseer beneficios ansiolíticos específicos199, la carbamazepina también puede ser útil.196
Características mixtas
Los síntomas depresivos pueden presentarse junto con la manía en 10%-30% de los casos, 200,201
los estudios sugieren que la presencia de características mixtas indica un curso más grave y
discapacitante, así como una mayor tasa de suicidio .201,202 En estos casos, la evidencia avala el
uso preferencial de antipsicóticos atípicos y divalproato, con frecuencia se requiere una terapia
combinada.195,203 Los antipsicóticos atípicos tales como la asenapina, el aripiprazol, la olanzapina
y la ziprasidona demostraron ser igual de efectivos para tratar los síntomas maníacos no solo en
aquellos con manía clásica, sino también en pacientes con características mixtas. 196,204,205
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Ciclado rápido
El ciclado rápido, o un curso de enfermedad que incluye cuatro o más episodios del estado de
ánimo por año, afecta hasta a un tercio de los pacientes con BDI.215-218 El hipotiroidismo, los
antidepresivos y el abuso de sustancias por lo general se asocian con un ciclaje rápido; por lo tanto
es obligatorio que se realice una evaluación de la función de la tiroides y que se discontinúen los
antidepresivos, los estimulantes y otros agentes psicotrópicos que contribuyen al ciclado rápido.
Se debe prestar atención a retirar las sustancias de forma gradual con el fin de prevenir el
síndrome de abstinencia, pero esto debe sopesarse con la gravedad del ciclaje del estado de
ánimo y la necesidad de estabilizarlo. Como no hay evidencia de la superioridad de ninguna de las
terapias de primera línea para tratar los síntomas maníacos agudos en pacientes con un curso de
ciclado rápido,219 la farmacoterapia apropiada debe seleccionarse en base a la eficacia durante la
fase de mantenimiento, si se conoce (ver Sección 5). En presencia de ciclad0 rápido es probable
que las combinaciones de las drogas estabilizadoras del estado de ánimo sean requeridas con
mayor frecuencia que las monoterapias, 220 pero, en un solo estudio RCT, la terapia triple
estabilizadora no demostró superioridad sobre la terapia estabilizadora de ánimo doble,221
aunque probablemente la debilidad metodológica fue una limitante para la interpretación de los
hallazgos.
Patrón estacional
Si bien algunos pacientes pueden presentar un patrón estacional, la información canadiense es
confusa en cuanto a si los episodios de manía o depresión en el BD sigue una variación estacional
uniforme.222 No existe evidencia de superioridad de ningún agente, en pacientes en quienes se
observó episodios maníacos con patrón estacional.
Los criterios sobre depresión bipolar presentes en el DSM-5 no variaron con respecto al DSM-IV.
La depresión se caracteriza por un mínimo de dos semanas de humor depresivo y/o anhedonia y
por lo menos otros cuatro síntomas que incluyen cambios en el sueño, en el apetito/peso, en la
energía, en la actividad psicomotora, en la concentración, en el contenido del pensamiento (culpa
e inutilidad) e intencionalidad suicida. Para muchos pacientes con BD, la polaridad depresiva
suele ser más predominante y más debilitante que los estados maníacos, se estima que el estado
de ánimo depresivo representa hasta dos tercios del tiempo que se está enfermo, incluso con
tratamiento.12,223,224 Los síntomas depresivos sub-sindromales, los cuales persisten a pesar del
tratamiento, son particularmente frecuentes y una gran fuente de discapacidad funcional en estos
pacientes.225-229 Deben ser tratados de forma agresiva.
El DSM-5 incluye varios especificadores que pueden acompañar los episodios depresivos:
malestar ansioso, características mixtas, ciclado rápido, características melancólicas,
características atípicas, características psicóticas congruentes o incongruentes con el humor,
inicio periparto y patrón estacional (Tabla 5).
La utilidad de varios de estos especificadores para la selección de las opciones
terapéuticas para la depresión se discuten más adelante en esta sección (ver “Características
clínicas que ayudan a dirigir las opciones terapéuticas”).
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Los pacientes con depresión que ocurre en el contexto del BD son frecuentemente mal
diagnosticados como MDD, ya que puede ser un desafío establecer de forma retrospectiva la
presencia de manía o hipomanía (particularmente los episodios leves o moderados que no
requieren internación). Esto es especialmente cierto en ausencia de una entrevista diagnóstica
detallada o información adicional, ya que los pacientes suelen carecer de los conocimientos
básicos de lo que es la manía/hipomanía, y/o tiene una percepción limitada de esos síntomas; y
por lo tanto no los divulgan excepto que se les pregunte de forma directa. De forma alternativa,
los pacientes quienes presentarán en última instancia episodios hipomaníacos o maníacos,
pueden haber presentado solo episodios de depresión. Por lo tanto, los clínicos deben estar
atentos a un diagnóstico de BD, e interrogar de forma rutinaria sobre los síntomas de un episodio
previo maníaco/hipomaníaco en cada paciente que se presenta con un episodio de depresión
mayor. Un diagnóstico de MDD debe realizarse solo luego de excluir la posibilidad de BD.
De forma adicional a los síntomas hipomaníacos/maníacos evidentes, existen numerosas
características que aumentan la posibilidad de un diagnóstico de BD en individuos con depresión.
Estos incluyen inicio de la enfermedad a una edad precoz (menor de 25 años); episodios
depresivos cortos y muy recurrentes; antecedentes familiares de BD, depresión con
características psicóticas, características atípicas tales como síntomas vegetativos atípicos como
hipersomnia e hiperfagia, sensación de pesadez de brazos y piernas, agitación psicomotora,
depresión o psicosis post-parto, e irritabilidad, síntomas maníacos o ciclado rápido inducidos por
antidepresivos 38,39 (Tabla 6).
Los individuos con depresión que posean alto riesgo de BD, especialmente aquellos con
antecedentes familiares relevantes de BD, deben ser monitoreados cuidadosamente en busca de
síntomas maníacos o mixtos. Se debería tener en cuenta la aplicación de las recomendaciones de
tratamiento de la depresión bipolar en aquellos pacientes de alto riesgo, en lugar de afrontar los
potenciales riesgos de efectos iatrogénicos de antidepresivos como monoterapia, aunque esta
recomendación se basa en la experiencia clínica ya que no se cuenta con suficiente investigación
que aborde este tema. Como se discutió en la Sección 2, existen varias intervenciones
psicosociales útiles, tales como psicoeducación familiar e individual y FFT, las cuales mostraron
algún beneficio en esta población.
Los principios relacionados con el manejo del riesgo de la ideación suicida (ver Sección 2 y47) son
de suma importancia durante los episodios depresivos, ya que el 70% de las muertes por suicidio y
los intentos de suicidio en pacientes con BD se presentan durante esta fase.230,231 Los episodios
depresivos con características mixtas son un período de particular peligrosidad, los cuales se
asocian con un riesgo aún mayor de intento de suicido o muerte a corto plazo.232 En general, es
obligatorio que los clínicos revisen los factores de riesgo (Tabla 9) y determinen una terapia
adecuada para abordar cualquier tema de seguridad. Se debe fomentar que todos los pacientes
en riesgo desarrollen y compartan un plan de seguridad por escrito, enumerando estrategias de
afrontamiento y fuentes de apoyo que puedan ser aplicadas durante el tiempo de crisis. Como se
describió en la Sección 2, el método más frecuente de suicidio en esta población es el auto-
envenenamiento, por lo que se deben sopesar los potenciales beneficios de diferentes terapias
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contra los riesgos de toxicidad y letalidad de los mismos. Un estudio demostró que hubo menor
cantidad de muertes debido a niveles fatales de litio, en comparación con carbamazepina, y que
los opioides y las benzodiacepinas a dosis letales fueron las clases medicamentosas que se usaron
con mayor frecuencia lo que es notable dado la falta de eficacia de estos agentes en este
trastorno.55
Parte del impacto de los síntomas depresivos agudos y sub-sindromales se cree que está mediado
por el rendimiento cognitivo, el cual está deteriorado tanto subjetiva como objetivamente en la
depresión bipolar y se relaciona con un pobre funcionamiento psicosocial. 233-236
Debido a la importancia de la relación entre la cognición y la funcionalidad,237 se debe
prestar atención a evitar terapias que puedan exacerbar aún más las dificultades cognitivas238
(ver Sección 8). Aunque la evidencia sobre su eficacia es limitada, las terapias de refuerzo
cognitivo pueden ser consideradas como experimentales en esta población.72,239,240
Tanto el litio como los anticonvulsivantes, los antipsicóticos atípicos y otros agentes como los
antidepresivos han sido investigados en cuanto a su eficacia para el tratmiento de la depresión
bipolar. Fueron evaluados utilizando los criterios del peso de la evidencia sobre eficacia (Tabla 1)
así como la seguridad y tolerancia (Sección 8). Las recomendaciones se resumen en la Tabla 14.
La evaluación de los pacientes que se presentan con un estado depresivo debe incluir una
evaluación de la naturaleza y gravedad de la depresión y los síntomas asociados, el riesgo de
suicidio/comportamiento autolítico, capacidad para adherir al plan terapéutico, la capacidad de
una red de apoyo psicosocial y la discapacidad funcional. También deben completarse las
investigaciones de laboratorio (descriptas en la Sección 8). Los resultados de la evaluación
general deben utilizarse para establecer el escenario terapéutico más apropiado (por ejemplo,
internación o manejo ambulatorio), prestando atención al manejo de los riesgos de seguridad.
Previo al inicio de la terapia psicosocial para un episodio depresivo, es imprescindible descartar
síntomas secundarios al uso de alcohol/drogas, medicamentos, otras terapias y otras condiciones
médicas generales. Se debe ayudar a los pacientes a discontinuar el uso de estimulantes y
limitar el uso de nicotina, cafeína, droga y alcohol. Se debe evaluar el curso de la enfermedad y
de las terapias utilizadas actualmente y en el pasado, incluyendo respuestas y tolerancias previas
a medicaciones y dosis específicas, y utilizarlo para elecciones directas de terapias subsecuentes.
Se debe considerar el reinicio de la medicación si la recaída en depresión coincide con la
discontinuación del tratamiento.
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Ady, adyuvante; DVP, divalproato; ECT, terapia electroconvulsivante; Li, litio, SSRI, inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina.
Nivel 1 de evidencia; nivel de evidencia 2; nivel de evidencia 3, nivel de evidencia 4, nivel 1 de
evidencia negativa; nivel 2 de evidencia negativa; nivel 3 de evidencia negativa; nivel 4 de evidencia
negativa; n.d. sin información; — limitado impacto sobre la selección de la terapia; + impacto leve sobre la selección
de la terapia; ++ impacto moderado sobre la selección de la terapia; +++ impacto significativo sobre la selección de la
terapia.
a
Tendencia a la superioridad en la medición de eficacia primaria, por lo tanto calificación baja.
b
Efectivo en aquellos con episodio depresivo índice.
c
La información negativa a partir del ensayo clínico es probablemente debido a un problema metodológico;
calificado de acuerdo a opinión de experto.
d
El divalproato y la carbamazepina deben utilizarse con precaución en mujeres en edad de gestación .
(La tabla a color puede consultarse en wileyonlinelibrary.com)
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¿Por qué la lamotrigina y el litio se recomiendan como agentes de primera línea para la depresión bipolar?
Reconciliación de datos conflictivos
Litio
En el único estudio doble ciego, de gran tamaño, realizado hasta el día de hoy, el litio no fue más efectivo que el
placebo para la terapia de la depresión bipolar aguda (254). Entonces ¿cómo se justifica la recomendación del litio
como agente de primera línea?
Los niveles promedio de litio en el suero fueron solo de 0,61mEq/L y esto puede ser responsable de la falta de
eficacia demostrada por un estudio anterior con litio como monoterapia; donde este fue tan efectivo como el litio
en combinación con paroxetina en aquellos con niveles séricos de litio ≥ 0,8mEq/L (247).
Además, varios estudios cruzados de menor tamaño demostraron una respuesta significativamente mayor del litio
que del placebo en pacientes con depresión bipolar aguda (245). Asimismo, el estudio STEP-BD sugirió que los
estabilizadores del estado de ánimo, como el litio, son igual de efectivos que los estabilizadores del ánimo más
antidepresivos para el tratamiento de la depresión bipolar aguda, aunque la tasa de duración de recuperación fue
modesta, y no hubo un sub-análisis que se focalizara en el litio versus otra droga anti-maníaca (246). Por lo tanto,
los hallazgos de estos estudios justifican una clasificación nivel 2 de eficacia para el litio.
Debido a que el litio también posee una clara eficacia para prevenir los episodios anímicos y tratar la manía aguda,
nuestra clasificación jerárquica, por lo tanto, justifican al litio como un agente de primera línea importante para la
depresión bipolar. Con base en la evaluación general de los estudios disponibles, en nuestra opinión, un nivel sérico
mínimo de 0,8-1,2 mEq/L será necesario para obtener eficacia clínica.
Lamotrigina
La lamotrigina como monoterapia no fue superior a placebo en cuatro estudios doble ciego, controlados con
placebo sobre depresión bipolar aguda como resultado primario (254). Sin embargo, un metanálisis realizado con
las tasas de respuesta de estos estudios, así como de los ensayos con BDI, mostró la superioridad de la lamotrigina
(248). Además, los problemas metodológicos con los ensayos clínicos muy probablemente llevaron a que el efecto
de la lamotrigina sea subestimado- incluyendo la dosis final relativamente baja (200mg en la mayoría de los
ensayos, la cual es más baja que la habitualmente utilizada en la práctica clínica) (255) y la corta duración de los
ensayos (8 semanas en la mayoría de los ensayos), junto con la titulación lenta de lamotrigina, hizo que los
participantes del estudio recibieran la dosis final solo por un período corto (cerca de dos semanas). Además, en uno
de los estudios (249) la lamotrigina fue superior al placebo en la Montgomery-Asberg Depression Rating Scale
(MADRS [Escala de Depresión de Montgomery-Asberg]), y los cambios de los síntomas en esta escala han sido
desde entonces utilizados para demostrar la eficacia de otros agentes para depresión bipolar aguda. Finalmente, la
adición de lamotrigina al litio (253) fue superior a la adición de placebo al litio, y hubo una tendencia de superioridad
de la adición de lamotrigina a la quetiapina versus la adición de placebo (252) para la terapia de la depresión bipolar.
Es probable que estos efectos beneficiosos se deban al efecto directo de la lamotrigina y no debido a la interacción
farmacocinética entre la lamotrigina y las medicaciones concomitantes. Además, los problemas de los diseños de
los ensayos clínicos, especialmente el hecho de que la fase de titulación de seis semanas demoró casi la totalidad de
las 8 semanas de los ensayos, probablemente comprometan las señales de eficacia. Por último, la tolerancia a largo
y corto plazo de la lamotrigina es un gran beneficio. Si se toman juntos, creemos que estos datos justifican, por lo
menos, la clasificación nivel 2 de la lamotrigina para la depresión bipolar.
Además de la clasificación como nivel 2 para la depresión bipolar, la lamotrigina también demostró eficacia para la
terapia de mantenimiento y un excelente perfil de tolerancia, lo cual la califica como terapia de primera línea en la
depresión bipolar.
Figura 2 Litio y lamotrigina como agentes de primera línea para la depresión bipolar tipo I: resumen de
la evidencia (la figura a color puede consultarse en wileyonlinelibrary.com)
Se recomienda para todos los pacientes que la terapia farmacológica se inicie con uno o
más agentes de primera línea disponible. El agente o los agentes de elección para manejar el
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episodio depresivo bipolar agudo debe discutirse junto con el paciente y sus cuidadores (según
corresponda) y se debe tener en cuenta el uso de medicación actual o previa y la respuesta, la
preferencia personal, y la seguridad y tolerancia de cada agente, así como las características
clínicas que puedan influenciar en el pronóstico (ver “Características clínicas que colaboran con la
elección directa de la terapia”).
Primera línea
La quetiapina (nivel 1),241-243, el litio (nivel 2),244-246 la lamotrigina (nivel 2) 242,247,248 y la lurasidona
(nivel 2)249 son todos recomendados como opciones de primera línea con evidencia de eficacia
como monoterapia.
La lurasidona (nivel 1)249,250 y la lamotrigina (nivel 2)251,252 también se recomiendan como
terapia adyuvante de primera línea (figura 2). Aunque la quetiapina y el litio no fueron evaluados
sobre su eficacia como terapia adyuvante para la depresión bipolar aguda, los clínicos podrían
elegir indicar esta combinación en pacientes depresivos que mejoraron con alguna de estas dos
medicaciones.
Las recomendaciones sobre que terapia de primera línea debe ser considerada primero se
detalla en nuestro orden jerárquico. Recomendamos que los agentes enumerados primero en la
lista se prueben primero, en el orden en el que están enumerados; salvo que existan motivos
específicos del paciente para elegir un agente de menor orden, tales como antecedentes de
respuesta/no respuesta o características clínicas (ver “Características clínicas que colaboran con la
elección directa de la terapia”). Por ejemplo, si un paciente se presenta con un episodio de
depresión bipolar aguda y no se encuentra recibiendo ninguna terapia para este episodio, ese
paciente debe iniciar monoterapia con quetiapina si no posee antecedentes de no respuesta o
problemas de tolerancia con la quetiapina. Sin embargo, si el paciente ha recibido y tiene un
episodio de depresión bipolar aguda o no responde a la monoterapia con litio, puede ser más
apropiado agregar lurasidona, lamotrigina, quetiapina o rotar a monoterapia con quetiapina o con
lurasidona, en ese orden, debido a que las terapias combinadas con lurasidona y lamotrigina
demostraron eficacia en no respondedores al litio. De forma similar, en quienes no responden a la
monoterapia con litio, la combinación con lamotrigina puede ser otra opción.
Se les aconseja a los clínicos que dosifiquen estas medicaciones de forma apropiada
durante un período adecuado, antes de concluir que no son eficaces. Los ensayos clínicos
demostraron que no hay diferencia de la eficacia en las dosis de la quetiapina 300mg y 600mg
diarios. En los estudios clínicos no se estudiaron dosis menores de quetiapina para la depresión
bipolar. Por lo tanto, se les aconseja a los médicos clínicos que consideren una dosis de
300mg/día para quetiapina. En cuanto al litio, sugerimos que la litemia se mantenga entre 0,8 y
1,2 meq/L, mientras que para la lamotrigina el objetivo debe ser de un mínimo de 200mg/día.
Con diferentes medicaciones para la depresión bipolar, se observó que la mejoría precoz (luego
de 2 semanas) es un predictor razonable de la respuesta general, mientras que la falta de mejoría
precoz es un predictor más robusto de no respuesta.255 La lamotrigina es la excepción a esta regla,
dado la necesidad de una titulación lenta. En caso de no respuesta, la dosificación debe
optimizarse y se deben identificar y abordar los problemas de no adherencia (ver Sección 2)
previo a ajustar las estrategias terapéuticas.
Cuando se determine que un agente debe cambiarse o que se debe agregar otro agente de
primera línea a cualquier terapia actual, la eficacia de cada medicación necesita ser analizada en
el contexto de todos los objetivos del manejo del BD. Suele ser frecuente que la medicación se
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seleccione para abordar diferentes objetivos; por ejemplo, el litio puede agregarse para la
depresión aguda con la intención de reforzar la profilaxis anti-maníaca. En este escenario, si el
litio no es efectivo en el paciente individual para la depresión bipolar aguda pero también está
siendo utilizado para profilaxis anti-maníaca a largo plazo, entonces la terapia “adicional” debe
ser el próximo tratamiento para la depresión aguda bipolar. Si, por ejemplo, el paciente ya está
recibiendo profilaxis anti-maníaca de forma completa mediante un antipsicótico atípico, entonces
la nueva medicación puede reemplazar al litio mediante una estrategia de rotación. La toma de
decisiones también debe abordar la eficacia para las comorbilidades, así como los problemas de
tolerancia. En principio, como todos son iguales, se prefiere un cambio a una adición para limitar
el grado de polifarmacia, pero la realidad clínica es que los medicamentos pueden ser útiles para
algunos pero no todos los componentes de la enfermedad, y frecuentemente se requiere el uso
racional de la polifarmacia al indicar terapias adicionales. Para las situaciones en las cuales los
pacientes presentan un episodio depresivo mientras se encuentran recibiendo dosis adecuadas de
antidepresivos, se debe considerar discontinuar o rotar la clase de antidepresivo que se está
recibiendo, excepto que sean evidentes los beneficios para reducir la gravedad o la frecuencia de
los episodios depresivos. La rotación de la medicación debe realizarse de forma superpuesta y
escalonada excepto que haya una necesidad médica para una discontinuación abrupta.257
Todas las opciones terapéuticas de primera línea deben probarse con dosis adecuadas,
durante un período de tiempo también adecuado previo a evaluar las opciones terapéuticas de
segunda línea, ya sea como terapia adicional o como cambio de terapia.
Segunda línea
En los pacientes con una inadecuada respuesta a los agentes de primera línea, la monoterapia con
divalproato (nivel 2)242,258 se incluye como opción de segunda línea.
El uso adyuvante de la terapia antidepresiva (inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina [SSRI] o bupropión) junto con litio/divalproato o un anti-psicótico atípico pueden
también ser considerados como terapia adicional de segunda línea. Mientras que algunos
estudios individuales fallaron a la hora de demostrar la eficacia de la terapia antidepresiva
adyuvante, un metanálisis (nivel 1) avala su eficacia, a pesar de un pequeño tamaño de efecto.259
Este es un aspecto clave para la toma de decisiones con respecto a los antidepresivos, ya
que históricamente el foco estuvo puesto en el riesgo del cambio maníaco o el ciclaje rápido, con
un subestimación de la relativamente débil información sobre eficacia. Esta nueva apreciación,
ejemplificada por el pequeño beneficio observado en el metanálisis antes mencionado, llevó al
cambio desde las últimas guías de CANMAT, las cuales antes recomendaban a la terapia
antidepresiva adicional con SSRI/bupropión como primera línea. En cuanto a las
recomendaciones de la ISDB Antidepressant Task Force, 260 idealmente los antidepresivos deben
ser evitados, o utilizados de forma cuidadosa si son necesarios, en pacientes con antecedentes de
manía inducida por antidepresivos o hipomanía, con características mixtas actuales o
predominantes, o reciente ciclado rápido. Los pacientes y los cuidadores (según corresponda)
deben recibir educación sobre los síntomas de alarma precoces relacionados con el cambio de
estado de ánimo o aceleración de los ciclos anímicos, y en caso de que estos surjan se deben
discontinuar los antidepresivos. La monoterapia con antidepresivos NO debe utilizarse para la
terapia de la depresión BDI.
El TEC (nivel 3) también es una terapia de segunda línea, y se debe considerar
especialmente para el tratamiento de pacientes refractarios y de aquellos en los que se requiere
una respuesta rápida, tales como los que presentan una depresión mayor con riesgo de suicidio
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inminente, catatonía o depresión psicótica y/o cuando es importante lograr una rápida respuesta
para lograr la estabilización médica. La información avala el uso de pulsos cortos de localización
unilateral derecha, aunque hay información insuficiente para guiar una decisión de colocación
unilateral o bilateral para la depresión bipolar.261 Las opciones de segunda líneas adicionales
incluyen cariprazina, con eficacia demostrada mediante un RCT de gran volumen263 (nivel 2),
aunque existe menor cantidad de experiencia clínica que avale su uso. La combinación de
olanzapina-fluoxetina (nivel 2)264,265 es efectiva y también se recomienda como una opción de
segunda línea.
Al igual que el enfoque para la terapia de episodios maníacos, múltiples agentes de
primera y segunda línea y las combinaciones deben ser probadas antes de considerar iniciar un
agente de tercera línea en el paso 5.
Tercera línea
En la tabla 15 se enumeran, en orden alfabético, las opciones de tercera línea. En aquellos
pacientes en quienes la respuesta a múltiples agentes de primera o segunda línea falló, las
opciones de tercera línea incluyen monoterapia con carbamazepina (nivel 2)242 u olanzapina (nivel
1).242
Los agentes que pueden indicarse de forma adyuvante incluyen aripiprazol (nivel 4),266,267
armodafinilo (nivel 4),270 levotiroxina (nivel 3),271,272 modafinilo (nivel 2)268 (figura 3) y pramipexol
(nivel 3).273,274 rTMS sobre la corteza prefrontal dorsolateral derecha o izquierda (nivel 3)275
también puede ser utilizada como tratamiento adyuvante . Otras clases de antidepresivos como
los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina (SNRI) e inhibidores de
la monoamino oxidasa (MAOI) pueden ser utilizados de forma adyuvante pero los clínicos deben
asegurar la profilaxis anti-maníaca adecuada en dichas situaciones, ya que los SNRI y los MAOI
tiene una tendencia mayor que otros antidepresivos a inducir cambio maníaco y desestabilizar el
estado de ánimo (nivel 2).276-278
Tabla 15 Agentes adicionales evaluados para utilizar en la depresión bipolar aguda tipo I
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Ady, adyuvante; MAOI, inhibición de monoamino oxidasa; SNRI, inhibidor de la recaptación de serotonina y norepinefrina
¿Por qué el modafinilo y el armodafinilo son terapias de tercera línea para la depresión bipolar tipo I?
La terapia adyuvante con armodafinilo fue evaluada en tres estudios controlados doble ciego. De estos, uno fue
positivo (270), pero los otros dos estudios fallaron en diferenciarse del placebo en la medición de eficacia primaria
(286, 287), aunque en uno de los estudios varios objetivos secundarios fueron positivos (288). Además, en un cuarto
estudio, también hubo sugerencia de eficacia con base en algunas mediciones secundarias (289). Por lo tanto,
aunque dos estudios fueron negativos para la medición primaria de eficacia, con base en un estudio positivo y
algunos objetivos secundarios positivos en dos estudios, se los clasificó como nivel 4 (opinión de experto) y se
recomiendan como tercera línea.
Aunque un solo estudio probó que el modafinilo es eficaz (269), también se lo recomienda como tercera línea con
base en los tres estudios negativos con armodafinilo.
Figura 3 Armodafinilo y modafinilo como agentes de tercera línea para la depresión bipolar tipo I: resumen
de la evidencia (la figura a color puede consultarse en wileyonlinelibrary.com)
Los antidepresivos no deben ser utilizados como monoterapia en pacientes con depresión BDI, ya
que los ensayos clínicos disponibles no avalan su eficacia y hay cierta preocupación sobre su
seguridad en términos de cambios de humor (nivel 2 negativo). 260, 289-291
La monoterapia con aripiprazol falló en diferenciarse del placebo en dos estudios clínicos
sobre depresión bipolar.292 Aunque el análisis combinado reportó una diferenciación, 293 la
diferencia promedio en la Montgomery-Asberg Depression Rating Scale (MADRS) fue un cambio
de puntaje de solo 1,12 puntos, lo cual no es clínicamente relevante y por lo tanto, no se
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recomienda (nivel 1 negativo). La monoterapia con ziprasidona o terapia adyuvante (nivel 1),242,294
la lamotrigina en combinación con el ácido fólico (nivel 2 negativo),251 y la mifepristona no son
recomendados debido a su falta de evidencia de eficacia antidepresiva (Tabla 15).
Existe suficiente información para realizar una recomendación con respecto al uso de aspirina
(complementario) (nivel 3 negativo),296 celecoxib (complementario) (nivel 3 negativo),297
gabapentin (monoterapia) (nivel 3 negativo),298 levetiracetam (complementario) (nivel 3
negativo),299 lisdexafetamina (complementario) (nivel 3 negativo),300 memantina
(complementario) (nivel 3),301 pioglitazona (complementario) (nivel 3),302,303 riluzol (nivel 4
negativo),304 y risperidona (complementario) (nivel 3).305 Aunque la terapia complementaria con
pregnenolona se diferenció del placebo a la semana 6, el cambio en los síntomas depresivos no
fue significativamente diferente desde la semana 8 a la 12 entre los dos grupos (nivel 2).306
Malestar ansioso
Los síntomas de ansiedad frecuentemente se experimentan durante un episodio depresivo, y son
predictivos de síntomas depresivos más persistentes311 e incremento de la ideación suicida.312 Un
análisis en conjunto de dos RCT doble ciego, demostró que la quetiapina es más efectiva que el
placebo para aliviar los síntomas de ansiedad que se presentan junto con la depresión bipolar,313 y
la combinación de olanzapina-fluoxetina también demostró ser eficaz.314 En un análisis post hoc,
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lurasidona fue efectiva para mejorar los síntomas depresivos y ansiosos en pacientes con MDD
quienes presentan características mixtas y ansiedad.315 Los efectos ansiolíticos del divalproato, la
risperidona y la lamotrigina parecen ser limitados. 199,316
Características mixtas
Muchos pacientes con depresión bipolar también experimentarán por lo menos características
maníacas o hipomaníacas sub-sindrómicas , y esta presentación se asocia con síntomas
depresivos más graves, así como una mayor tasa de uso de sustancias y enfermedad
cardiovascular.317 Para muchos de estos pacientes, la terapia combinada será necesaria para
abordar los síntomas de forma adecuada.318 El análisis combinado indica que los antipsicóticos
atípicos muestran un efecto de clase para aliviar las características mixtas de la depresión bipolar;
la combinación olanzapina-fluoxetina, asenapina y lurasidona todas mostraron eficacia.319 La
lurasidona además demostró tener eficacia para tratar tanto los síntomas depresivos como los
hipomaníacos en MDD con características mixtas.320 El grupo de trabajo del ISBD recomienda
evitar el uso de antidepresivos en pacientes con características mixtas260 y el grupo
CANMAT/ISBD concuerda con esta recomendación.
Características melancólicas
Ningún estudio específico evaluó la capacidad de predecir las características melancólicas; sin
embargo, la experiencia clínica sugiere que el TEC es muy efectivo en esta población.
Características atípicas
Existe cierta evidencia de eficacia para de la tranilcipromina en pacientes con depresión bipolar
anérgica. 321 Sin embargo, debido a los riesgos de potencial cambio maníaco, este agente solo
debe ser utilizado junto con litio o divalproato o con un antipsicótico atípico. Los clínicos también
deben tener presentes los eventos adversos de este agente, relacionado con sus interacciones con
las comidas y otras medicaciones.
Ciclado rápido
Como se describió en la Sección 3, el hipotiroidismo, los antidepresivos y el abuso de sustancias
pueden asociarse con un ciclado rápido, por lo tanto en estos casos es obligatorio realizar una
evaluación de la función tiroidea y suspender los antidepresivos, las drogas estimulantes, y otros
agentes psicotrópicos. Debido a que no hay evidencia que avale ningún agente específico para
tratar la depresión aguda durante la fase de ciclado rápido, la farmacoterapia adecuada se debe
seleccionar en base a la eficacia durante la fase aguda y de mantenimiento. El litio, el
divalproato, la olanzapina y la quetiapina tendrían todos una eficacia para el mantenimiento
comparable en estos pacientes.219 En contraste, la lamotrigina no se diferenció del placebo en la
terapia de mantenimiento en pacientes con BDI de ciclado rápido.323 No se recomienda el uso de
antidepresivos, ya que se demostró que desestabilizan a los pacientes, incluso con el uso
concurrente de estabilizadores. 324
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Patrón estacional
Si bien algunos pacientes muestran un patrón estacional, la información canadiense es confusa en
cuanto a si los episodios maníacos o depresión en el BD siguen un variación estacionaria
consistente .222 No existe evidencia sobre la superioridad de ningún agente en pacientes en
quienes se observó un patrón estacional de episodios maníacos.
Casi todos los individuos con BD requieren de una terapia de mantenimiento para prevenir
subsecuentes episodios, disminuir los síntomas residuales y restablecer la funcionalidad y la
calidad de vida. Existe evidencia en aumento que sugiere que, para un subgrupo de pacientes, el
BD puede ser una enfermedad neuroprogresiva en la cual las recurrencias se asocian con
reducciones en el volumen de la materia gris y blanca del cerebro, empeoramiento de la
disfunción cognitiva, disminución de la recuperación y el funcionamiento inter episódicos,
mayor tasa y gravedad de las recaídas, y una menor tasa de respuesta para la farmacoterapia y la
psicoterapia.325 Por lo tanto es importante que se inicie un tratamiento efectivo, incluso después
del primer episodio.63 La terapia de mantenimiento efectiva, temprana en el curso de la
enfermedad, ha demostrado revertir la disfunción cognitiva y preservar la plasticidad cerebral,
particularmente en aquellos pacientes que se mantienen libres de episodios, 326,327 y pueden, por
lo tanto, mejorar el pronóstico y minimizar la progresión de la enfermedad.328 Existe información
preliminar que sugiere que, luego del primer episodio, el litio puede ser superior a la quetiapina
para la recuperaciónvolumétrica cerebral como del rendimiento cognitivo.329, 330
Con el tratamiento, el 19%-25% de los pacientes experimentarán una recurrencia cada
año, en comparación con el 23%-40% que recibe placebo.331 Los factores de riesgo para
recurrencia incluyen inicio en edad joven, 332 características psicóticas, 212 ciclado rápido,331 mayor
cantidad de episodios previos (y más frecuentes),333 ansiedad comórbida, 334 y SUD como
comorbilidad.335 Los síntomas sub-umbrales persistentes también aumentan el riesgo de
episodios anímicos subsecuentes,334, 336,337 y la presencia de síntomas residuales debería, por lo
tanto, ser un indicador de la necesidad de optimizar la terapia farmacológica . La presencia de
apoyo psicosocial y bajos niveles de estrés también protegen contra la recurrencia. 337,338
La coherencia entre la mirada del clínico y la del paciente sobre la enfermedad y la terapia son
determinantes cruciales de la adherencia al tratamiento,339 y refuerza la necesidad de un
abordaje colaborativo para la alianza terapéutica.340 Consultar sobre la adherencia y las actitudes
sin emitir ningún juicio y explorar el razonamiento detrás de la pobre adherencia es una parte
importante del tratamiento, 341 ya que hasta la mitad de los pacientes no toman su medicación de
acuerdo a cómo fue indicada.342,344 La falta de adherencia al tratamiento no reconocida puede
llevar a que los médicos crean que el paciente es un no respondedor, lo cual produce un aumento
innecesario de la dosis (especialmente problemático en drogas con un índice terapéutico
estrecho), cambios de medicación, o medicación adyuvante.341 La suspensión de la terapia puede
provocar la precipitación de la recurrencia; el 50%-90% de los pacientes que discontinúan el litio
experimentan una recaída dentro de los 3-5 meses, 345,346 la discontinuación abrupta del litio se
asocia con un mayor riesgo de recurrencia que la discontinuación gradual.347 La retirada de otros
estabilizadores del ánimo también predicen la recurrencia.348,349 Los riesgos de internación, el
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Psicológicos Pobre percepción, falta de conciencia, actitud negativa hacia la terapia, miedo a los
efectos adversos, actitud negativa a la medicación, baja satisfacción con la vida en
general, baja función cognitiva
Factores relacionados con la Efectos adversos de la medicación, eficacia inadecuada de la medicación, uso de
terapia antidepresivos, bajas dosis de tratamiento
Adaptado de Leclerc et al.353
La evidencia de los RCT es el centro de las recomendaciones de estas guías. Sin embargo, los RCT
no son la única fuente de información clínica útil, particularmente cuando se evalúa la terapia de
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mantenimiento. Los RCT ofrecen tiempos de seguimiento relativamente limitados mientras que,
para algunos pacientes, la terapia de mantenimiento puede extenderse a lo largo de las décadas.
Además, las nuevas medicaciones frecuentemente se evalúan en estudios con un diseño
enriquecido (incluyendo solo pacientes quienes respondieron a la medicación en estudio en la
fase aguda), limitando la generalización de los hallazgos positivos en los pacientes que
respondieron a la medicación completamente.
La información útil puede obtenerse de bases de datos de gran volumen, frecuentemente
de población entera, construidas a partir de historias clínicas electrónicas o registros electrónicos
de pacientes con un gran número de pacientes que serían difíciles de obtener en un RCT. En
algunas instancias, permiten una comparación con múltiples terapias 358-360 Estos grandes
números hacen posible la evaluación de diferentes tasas de eventos raros, tales como efectos
adversos menos frecuentes o suicidio.361,362
La cohorte de pacientes que son controlados en un ambiente específico brinda otra fuente
de información. Su principal ventaja usualmente es la longitud de las observaciones, en algunos
casos alcanzan hasta varias décadas. 363-365 Esto posee el costo de la generalización, en términos
de selección de pacientes y asignación de terapias no aleatorias.
5.5.1 | Paso 1: revisión de los principios generales y evaluación del estado clínico
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La elección del agente o los agentes a ser utilizados en la terapia de mantenimiento debe
discutirse con el paciente y sus cuidadores (según corresponda) y debe basarse en los
conocimientos de la medicación actual y previa utilizada y su respuesta, seguridad y tolerancia a
cada agente, polaridad predominante del episodio, y características clínicas que puedan
influenciar en el pronóstico (ver “Características clínicas que colaboran con la elección directa de
la terapia”). Al igual que con la terapia para la manía y la depresión aguda, recomendamos que las
opciones de la terapia de mantenimiento para BD siga el orden enumerado en la Tabla 17,
excepto que las preferencias del paciente u otras consideraciones tales como respuesta/no
respuesta previa, tolerancia o predominio de polaridad anímica justifiquen otras opciones. De
forma similar, como regla general, si el paciente fue tratado debido a un episodio anímico agudo y
respondió a la terapia de mantenimiento de primera línea, recomendamos continuar con esa
terapia como mantenimiento, incluso si se encuentra en un orden inferior en la lista. Como
ejemplo, si un paciente responde a la asenapina en los episodios de manía aguda, esta debe
continuarse, incluso si se encuentra en un nivel más bajo como terapia de mantenimiento. Puede
ser necesario disminuir la dosis a cierto grado una vez que el paciente está en mantenimiento ya
que los pacientes frecuentemente experimentan mayor cantidad de efectos adversos una vez
fuera de los episodios agudos.
Existe evidencia de que el riesgo de recurrencia se reduce cuando un antipsicótico se
combina con litio/divalproato. Cuando una terapia de combinación fue utilizado para tratar la
manía aguda, continuar con el antipsicótico atípico durante los primeros 6 meses luego de la
respuesta, ofrece un beneficio claro para reducir el riesgo de episodios anímicos recurrentes (nivel
2), 367 pero el beneficio luego de los 6 meses permanece incierto. Por lo tanto, se les aconseja a los
clínicos re-evaluar los riesgos y beneficios luego de 6 meses de respuesta sostenida, con el fin de
determinar si el mantenimiento de la terapia combinada con un antipsicótico atípico está o no
justificado.
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Tabla 17 Clasificación jerárquica de las terapias de primera y segunda línea recomendadas para la terapia del trastorno bipolar
Litio + + ++ ++
Quetiapina + ++ ++ ++
Divalproato — + ++ C +
Lamotrigina ++ — — —
Asenapina n.d. — + — +
Quetiapina+
+ ++ +++ c ++
Li/DVP
Aripiprazol +
n.d.a + + ++ C ++
Li/DVP
Aripiprazol n.d.a — + — +
Aripiprazol
n.d.a n.d. n.d. — + — +
OM
Olanzapina b + ++ +++ ++
Risperidona
n.d.a n.d. n.d. — + + ++
LAI
Risperidona
n.d. n.d. + ++ +++ ++
LAI (ady)
Carbamazepi
++ ++ +c ++
na
Paliperidona
n.d a n.d. — + + ++
(> 6 mg
Lurasidona +
d c n.d. + ++ ++ C ++/—
Li/DVP
Ziprasidona +
n.d.a ++ ++ ++ C +
Li/DVP
Nivel de evidencia 1; nivel de evidencia 2; nivel de evidencia 3, nivel de evidencia 4, nivel 1 de
evidencia negativa; nivel 2 de evidencia negativa; nivel 3 de evidencia negativa; nivel 4 de evidencia
negativa; n.d. sin información; — limitado impacto sobre la selección de la terapia; + impacto leve sobre la selección
de la terapia; ++ impacto moderado sobre la selección de la terapia; +++ impacto significativo sobre la selección de la
terapia.
DVP, divalproato; LAI; inyectable de acción prolongada; Li, litio; OM, una vez al mes.
a
No se diferenció de placebo en aquellos con manía índice; no hay estudios disponibles en depresión índice.
b
No se diferenció en los síntomas centrales de la depresión.
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c
Divalproato y carbamazepina deberían ser utilizados con precaución en mujeres en edad de gestación
d
Tendencia a la superioridad sobre las medidas de eficacia primaria, por lo tanto clasificación baja.
e
Efectivos en aquellos con un episodio índice de depresión.
e
Eficacia en aquellos con episodio de depresión índice.
(La tabla a color puede consultarse en wileyonlibrary.com)
Tabla 18 Agentes adicionales evaluados para uso como terapia de mantenimiento en el trastorno bipolar tipo I
Ady, adyuvante
¿Por qué se recomienda al divalproato como terapia de primera línea en el trastorno bipolar tipo I?
En el único RCT doble ciego, de gran volumen, controlado con placebo sobre monoterapia con divalproato (373),
este no fue más efectivo que el placebo para prevenir las recaídas de los episodios de anímicos, es decir el tiempo
hasta la aparición de cualquier episodio anímico. Sin embargo en este estudio, el litio que demostró en muchos
otros estudios ser efectivo para la prevención de recaídas, tampoco fue más efectivo que el placebo. Por lo tanto,
estos resultados sugieren que el estudio fue fallido pero no constituye un estudio negativo.
La mayoría de los ensayos modernos sobre terapia de mantenimiento usa diseños enriquecidos, lo que significa que
quienes respondieron en la fase aguda a la medicación en estudio, son aleatorizados para continuar con la misma
droga o se los reemplaza con placebo. Esta práctica en gran medida refleja la práctica clínica, ya que es probable
que los clínicos continúen, durante la fase de mantenimiento, con la terapia que dio resultado en la fase aguda. Es
interesante que, en el RCT de divalproato, algunos pero no todos los pacientes que fueron aleatorizados a la fase
doble ciego eran respondedores a divalproato. En un análisis post-hoc del estudio, en este sub-grupo enriquecido
los pacientes que respondieron a divalproato durante la fase aguda, y que fueron aleatorizados para continuar con
divalproato versus rotar a placebo, el divalproato fue más efectivo para prevenir la recaída de episodios del estado
de ánimo en comparación con placebo.
Además, el divalproato fue superior al placebo en una variedad de otras medidas de eficacia secundarias tales como
descenso de las tasas de discontinuación para cualquier episodio anímico o episodio depresivo.
Sorprendentemente, también hubo una tendencia a la superioridad de divalproato en relación con el litio en el
momento de cualquier episodio relacionado con el estado de ánimo. Otro RCT mostró que el divalproato es tan
efectivo como el litio (221) para prevenir la recaída de episodios del estado de ánimo.
Asimismo, dos meta-análisis concluyeron que el divalproato es efectivo para prevenir las recaídas de los episodios
anímicos (370, 372), y un estudio de cohorte basado en la población, en el Reino Unido, mostró que no existe
diferencia entre la eficacia de divalproato, de la quetiapina y de la olanzapina en la terapia de mantenimiento del
trastorno bipolar (359).
Si se consideran juntas, creemos que esta información sobre eficacia avala la clasificación en un nivel 1. Esto junto
con la experiencia clínica, los datos de cohorte de la vida real y la seguridad, justifican nuestra recomendación de
divalproato como terapia de mantenimiento de primera línea.
Figura 4 Divalproato como terapia de mantenimiento de primera línea para el trastorno bipolar I: resumen de la
evidencia de estudios controlados RCT y aleatorizados. (la figura a color se puede consultar en
wileyonlinelibrary.com)
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Primera línea
Las monoterapias con litio (nivel 1),368,369 quetiapina (nivel 1), 369,370 divalproato (nivel 1), 369,371,372
(figura 4) y lamotrigina (nivel 1)369, 373 poseen la mejor combinación de ensayos clínicos,
información administrativa y experiencia clínica para avalar sus usos como terapias de primera
línea para el mantenimiento de BD. La información reciente sugiere que la asenapina (nivel 2)374
es efectiva para prevenir tanto los episodios maníacos como depresivos, y por lo tanto se lo
recomienda como terapia de primera línea. Finalmente, el aripiprazol oral (nivel 2)375,376 o
intramuscular mensual también se recomienda como monoterapia de primera línea en vista de su
eficacia para prevenir episodios maníacos o anímicos, así como su perfil de seguridad/tolerancia,
aunque no se observó su eficacia para prevenir la depresión.
Las terapias combinadas adicionales, incluyen como primera línea a la quetiapina con el
litio/divalproato (nivel 1), 378,379 el cual demostró eficacia para prevenir cualquier episodio anímico,
maníaco o depresivo. El aripiprazol más el litio/divalproato (nivel 2)380 también debería
considerarse como una opción de primera línea.
Para los pacientes quienes experimentan una recurrencia o quienes permanecen
sintomáticos mientras reciben un agente de primera línea o una combinación, la dosificación
debe optimizarse y se deben identificar y abordar los temas relacionados con la falta de
adherencia, previo a continuar al paso 3.
Segunda línea
Aunque la olanzapina (nivel 1),381,382 es efectiva para prevenir cualquier episodio anímico, maníaco
o depresivo, se considera terapia de segunda línea debido a problemas de seguridad como el
síndrome metabólico. La monoterapia con risperidona inyectable de acción prolongada, dos
veces a la semana (nivel 1)383 o como terapia complementaria (nivel 2)384 demostró ser eficaz para
la prevención de cualquier episodio anímico o maníaco, pero no presenta una clara eficacia para
prevenir los episodios depresivos en estos ensayos. Además, hubo una tendencia a la superioridad
de la risperidona oral como terapia complementaria durante 6 meses para prevenir cualquier
episodio anímico y la manía, pero no la depresión.367 La carbamazepina (nivel 2) no fue evaluada
en ningún estudio de gran volumen controlado con placebo, pero un estudios de comparación
activa avalan su eficacia.385 L a paliperidona (nivel 2) fue más efectiva que el placebo para prevenir
cualquier episodio anímico o maníaco, pero fue menos efectivo que la olanzapina.386
La ziprasidona oral como terapia complementaria (nivel 2)387 demostró ser efectiva para
prevenir cualquier episodio anímico o maníaco, aunque existe información conflictiva (positiva y
negativa) para la terapia aguda (ver Secciones 3 y 4). Hubo una tendencia de superioridad de la
lurasidona como terapia complementaria para prevenir cualquier tipo de episodio anímico (pero
no episodios maníacos o depresivos individuales) en un estudio controlado con importante
diferencia con el placebo, para prevenir los episodios anímicos en aquellos pacientes con episodio
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depresivo índice. Asimismo, la terapia complementaria con lurasidona puede ser apropiada
para aquellos que responden a esta medicación durante un episodio de depresión índice.
Tercera línea
Los agentes de tercera línea se enumeran en orden alfabético en la Tabla 18. Hubo una tendencia
a la superioridad por parte del aripiprazol con lamotrigina como terapia complementaria (nivel
2),389 en comparación con la monoterapia con lamotrigina para prevenir la manía; por lo tanto,
esta combinación puede aportar profilaxis adicional para prevenir recaídas maníacas en pacientes
que reciben monoterapia con lamotrigina. La clozapina (nivel 4)162 y el gabapentin (nivel 4)390
también pueden ser útiles como terapia complementaria para aquellos pacientes con respuesta
incompleta a terapias de primera o segunda línea. La combinación de olanzapina/fluoxetina
mantendría la estabilidad anímica durante un período de 6 meses, en los pacientes con depresión
bipolar quienes respondieron adecuadamente a esta combinación (nivel 2)391
Los ensayos clínicos nos demuestran cuan eficaz es una droga en comparación con otra (o con
placebo) en grupos de pacientes. Se requiere una evaluación diferente para determinar el grado
de respuesta a largo plazo en un paciente individual, lo cual puede tomar una cantidad de tiempo
considerable. Pocos pacientes pueden manejar durante su vida el BD con una monoterapia la
mayoría requerirá de terapia combinada de corto o largo plazo, para abordar síntomas agudos o
sub-sindromales, así como para reducir las tasas de recurrencia. Algunos, 359,401,402 pero no todos
los informes, sugieren que la terapia a largo plazo se convierte en menos efectiva con una mayor
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duración de la enfermedad no tratada, un argumento válido para encontrar una terapia efectiva
tan temprano como sea posible.
En la mayoría de los casos, es difícil diferenciar correlatos no específicos de buen
pronóstico de la enfermedad de factores específicos de respuesta a un particular estabilizador del
ánimo. La información disponible proviene en su mayoría de estudios naturalísticos/cohorte y
pocos estudios aleatorizados. 405 No obstante, a partir de la información disponible están
surgiendo varios predictores tentativos.
Los factores asociados con buen pronóstico general del BD incluyen buena adherencia a la
terapia, falta de adversidades precoces, inicio a edades intermedias, buen apoyo social, y
ausencia de ciclado rápido espontáneo 406,407 o de características de un trastorno de
personalidad.408
En general, el litio es el gold standard para la terapia de mantenimiento, ya que es efectivo
para prevenir tanto los episodios maníacos como los depresivos (eficacia profiláctica de mayor
magnitud para la manía que para la depresión) y tendría algún grado de efecto anti-suicida.
352,369,409-413
Los pacientes quienes respondieron bien a la terapia con litio usualmente tienen un
curso clínico remitente episódico previo a la terapia, antecedentes familiares de BD
(especialmente BD que responde al litio), tasas bajas de comorbilidad (especialmente ansiedad y
trastornos de abuso de sustancias), y un patrón de manía - depresión - eutimia en episodios
bifásicos, así como una presentación clínica típica. 414-416 La sensibilidad también puede ser un
rasgo familiar; un estudio mostró que los pacientes con un familiar que responde al litio poseen un
67% de posibilidad de responder también a este, contra un 35% de los que no tienen un familiar
respondedor.417 Entre las mediciones biológicas, la ausencia de anomalías en el
electroencefalograma (EEG), las mayores concentraciones de litio a nivel cerebral, el aumento de
la N-acetíl aspartato y los picos bajos de mioinositol en la espectroscopia por resonancia
magnética, así como las diversas variables en estudios de genes candidatos, podrían predecir la
respuesta,418 pero estos estudios requieren de confirmación. La respuesta al litio en particular
pareciera ser bastante específica, como demostró un estudio sobre neuronas derivadas de células
madres pluripotenciales inducidas. Las neuronas de las personas con BD fueron hiperexcitables y
su actividad fue selectivamente modificable mediante litio in vitro de acuerdo con la respuesta
clínica.419
Los pacientes que responden a la lamotrigina tiene un predominio de la polaridad
depresiva, así mismo presentan ansiedad como comorbilidad.420,421 La monoterapia con
lamotrigina no es apropiada para pacientes con frecuentes episodios maníacos, ya que tiene
limitada eficacia para prevenir la manía.
La quetiapina demostró ser efectiva para prevenir los episodios maníacos, depresivos y
anímicos en pacientes con episodios índice maníacos, depresivos y mixtos, y por lo tanto puede
ser particularmente valioso en aquellos pacientes con características mixtas.422 La asenapina sería
efectiva para prevenir tanto la manía como la depresión, aunque la magnitud de la eficacia
profiláctica es mayor para la manía en relación con la depresión. En un estudio abierto,
aleatorizado de litio versus carbamazepina, los respondedores a la carbamazepina tenían más
posibilidades de presentar una enfermedad atípica, BDII o trastornos esquizofrénicos.405 Falta
información para diferenciar los respondedores de la medicación antipsicótica de los no
respondedores.
En general, algunos de estos posibles predictores pueden tener utilidad clínica, pero no
son prácticos. Por ejemplo, es difícil evaluar un curso pre-tratamiento en pacientes quienes
iniciaron terapia luego de unos dos episodios (práctica recomendada de la mayoría de las guías
terapéuticas), y los biomarcadores son interesantes, pero carecen de replicación suficiente y no
están disponibles.
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El BDII es un trastorno distinto al BDI, con una prevalencia similar en Canadá (0,67% comparado
con 0,87% para BDI)7. El diagnóstico del BDII requiere uno o más episodios de hipomanía, uno o
más episodios de depresión y ausencia de episodios maníacos. Los criterios de hipomanía del
DSM-5 son similares a los de la manía, con síntomas que no son característicos del individuo,
observados por otros, y que duran por lo menos 4 días consecutivos. En contraste con la manía,
no deben ser lo suficientemente graves como para producir una marcada incapacidad o requerir
internación, y debe haber ausencia de psicosis. Además, el DSM-5 también agregó un
especificador de características mixtas de la hipomanía. El diagnóstico de BDII es generalmente
estable durante el tiempo, aunque puede haber un mayor riesgo de conversión a BDI en las etapas
tempranas de la enfermedad, lo que sugiere que el BDII puede ser un factor de riesgo o un
pródromo del BDI en algunos pacientes.423
Aunque, por definición, la hipomanía es menos grave que la manía, la incapacidad
asociada con el BDII es comparable con la asociada con el BDI, 14,424 y la carga económica del BDII
es hasta cuatro veces superior. 425,426 Esto se debe a que los pacientes con BDII pasan tanto
tiempo sintomáticos como aquellos con BDI, con síntomas predominantemente en la fase
depresiva.427,428 Las tasas de intento de suicidio y de suicidio consumado en BDI y BDII son
similares, aproximadamente un tercio de los pacientes con BDII presentan un intento de suicido
durante el curso de su enfermedad429 y uno en veinticinco llega a consumarlo.430
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¿Por qué se recomienda al litio como un agente de segunda línea para la depresión bipolar tipo II?
Reconciliación de información conflictiva
En un estudio RCT doble ciego, de 16 semanas de duración, el litio demostró ser tan efectivo como la sertralina y la
combinación de sertralina + litio (427), lo cual lo califica como evidencia nivel 2. La información adicional que brinda
aval proviene de un estudio simple ciego, el cual demostró que el litio fue tan efectivo como la lamotrigina para la
terapia de la depresión del BDII durante seis semanas (445). Sin embargo, ninguno de estos estudios tenía un brazo
placebo. La información positiva controlada con placebo proviene de 4 estudios cruzados, pequeños, controlados
con placebo realizados en la década del 60 y 70, en los cuales el litio fue efectivo en una muestra mixta de pacientes
con BDI y BDII deprimidos (446-449). Los resultados se reportaron por separado para BDII en dos de los estudios y
fueron idénticos al BDI (tasa de respuesta agrupada = 65% para ambos) (446).
En contraste, en el único estudio moderno, controlado con placebo y con grupo paralelo, el litio no fue superior al
placebo en la depresión del BDII (254). Además, el litio fue menos efectivo que la venlafaxina en un RCT de 12
semanas (450).
Una potencial explicación puede ser niveles séricos bajos del litio. Los niveles del litio varían de 0,8-1,3mEq/L, y
estuvieron siempre en el extremo más alto de los rangos de los viejos estudios RCT controlados con placebo;
mientras que en los RCT negativos controlados con placebo el nivel promedio de litio fue inferior (< 0,61mEq/L en la
muestra combinada BDI + BDII, no reportado por separado para BDII). Por lo tanto, el nivel sérico de litio óptimo
para el tratamiento del trastorno bipolar II no es claro. Sin embargo, con base en los ensayos controlados por
placebo en BDI (247), un nivel sérico de 0,8-1,2mEq/L sería el más beneficioso.
De forma adicional a la evidencia en la depresión aguda, el litio también es eficaz para prevenir los episodios
anímicos en el BDII (440, 452-454). Por lo tanto, en balance, creemos que la evidencia, aunque no clara, justifica la
recomendación del litio como agente de segunda línea para la depresión BDII.
Figura 5 El litio como agente de segunda línea para la depresión bipolar II: resumen de la evidencia.
BDI, trastorno bipolar tipo I; BDII, trastorno bipolar tipo II; BDNOS, trastorno bipolar no especificado; RCT, estudio
controlado aleatorizado.
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La pregunta sobre si, y en dicho caso cuándo y cómo, utilizar un antidepresivo en el BDII continua siendo
controversial debido a preocupaciones relacionados tanto con la seguridad (particularmente la posibilidad de un
cambio hipomaníaco, síntomas mixtos, e incremento del ciclaje) como con la eficacia.
Con respecto a la seguridad, un meta-análisis que comparó las tasas de elevaciones del estado de ánimo asociado a
antidepresivos en el BDII, BDI y MDD, reportó que eran significativamente menos frecuentes en el BDII y BDI, y se
presentó casi de manera exclusiva en hipomanía más que en la manía (454). Las tasas de viraje fueron bajas incluso
durante la monoterapia con antidepresivos y con antidepresivos asociados con una alta tasa de viraje en BDI
(tricíclicos, venlafaxina). Un reporte del grupo de trabajo de ISBD sobre antidepresivos también concluyó que su
relación riesgo-beneficio fue más favorable para el BDII (261,449).
El tema de la eficacia es menos claro debido a la evidencia limitada. Los RCT mostraron que la monoterapia con
sertralina fue igual de efectiva que el litio y que la combinación litio+sertralina, y que la monoterapia con
venlafaxina fue más efectiva que el litio. Suficiente como evidencia nivel 2 para estos agentes. En un estudio RCT
con pacientes con BDI y BDII, el bupropion demostró ser tan efectivo como la sertralina y la venlafaxina (277).
Información de un estudio abierto también sugiere eficacia de la fluoxetina, y existe información de mantenimiento
de la venlafaxina y fluoxetina para prevenir recaídas. Estos hallazgos positivos deben balancearse contra el hecho
de que la paroxetina y el bupropion no fueron mejores que el placebo para la depresión aguda en los pacientes que
reciben de forma concomitante estabilizadores del ánimo. Además, es importante tener en cuenta que 1) no
existen estudios en monoterapia con antidepresivos controlados contra placebo en fase aguda, 2) muchos
antidepresivos no fueron estudiados en absoluto (y no creemos que es “antidepresivos” en general), 3) los estudios
existentes enrolaron personas con depresión pura (no mixta), y su eficacia/seguridad en el amplio espectro del BDII
no es claro, y 4) muchos de los ensayos existentes tiene una debilidad importante, incluyendo uno o más de los
siguientes: bajas dosis de antidepresivo; dosis sub-terapéuticas del medicamento comparador; y falta de
replicación.
Todo esto hace particularmente difícil poder realizar una recomendación basada en evidencia con relación a los
antidepresivos en el BDII. Restringimos nuestra recomendación a agentes específicos que han sido estudiados.
Recomendamos la monoterapia con bupropion, sertralina y venlafaxina como terapias de segunda línea, y a la
fluoxetina como de tercera línea. Además recomendamos que cualquier antidepresivo, especialmente en
monoterapia, se reserve para los pacientes con depresión pura y se eviten en aquellos pacientes con síntomas
mixtos o antecedentes de hipomanía inducida por antidepresivos (261). No queda claro si los antidepresivos
también deben ser evitados en aquellos pacientes con ciclado rápido, ya que varios estudios reportaron pobres
resultados en cicladores rápidos (455) mientras que otros no (450, 456-458). Los pacientes que reciben
antidepresivos deben ser educados sobre los signos de alarmas precoces relacionados con la hipomanía y se los
debe monitorear cuidadosamente. Finalmente, existe una necesidad urgente de mayores estudios de otros
antidepresivos en BDII, tanto en monoterapia como en terapia combinada.
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¿Por qué se recomienda a la lamotrigina como segunda línea para depresión bipolar II?
Reconciliación de información conflictiva
La monoterapia con lamotrigina fue estudiada en dos estudios sobre depresión del BDII: uno que incluyó 221
pacientes con BDII que recibieron 200mg/día o placebo durante 8 semanas, y un segundo en el cual 206 pacientes
con BDI o BDII (N=84 con BDII) recibieron 100-400mg/día durante 10 semanas (254). Ambos obtuvieron resultados
negativos. Un meta-análisis confirmó que la lamotrigina no fue superior al placebo en la depresión del BDII, aunque
sí se diferenció del placebo en el BDI (248). Varios defectos metodológicos probablemente produjeron que se
subestimara los efectos de la droga en estudio, incluyendo: 1) una titulación lenta que llevó a que los sujetos
estuvieran durante un corto período de tiempo con la dosis óptima, 2) una dosis final más baja que la usualmente
utilizada en la práctica clínica y en estudios exitosos sobre mantenimiento (255, 324), y 3) una tasa de respuesta al
placebo superior. En contraste, un estudio RCT simple ciego con una dosis relativamente alta (dosis máxima final=
300mg) y una mayor duración (16 semanas) demostró que la monoterapia con lamotrigina fue tan efectiva como el
litio a dosis adecuadas (nivel sérico promedio final = 1,1 mEq/L) en N=98 pacientes con BDII (455). Dos estudios RCT
de gran volumen en BDI + BDII y un estudio abierto de 12 semanas en pacientes con BDI+BDII+BDNOS también
reportó que la lamotrigina coadyuvante fue efectiva, pero no reportó resultados por separados para el BDII (252,
253). Finalmente, la lamotrigina tiene una robusta eficacia para prevenir la recaída depresiva en el BDI y BDII (324,
459).
Teniendo en cuenta estos factores recomendamos a la lamotrigina como terapia de segunda línea,
particularmente para pacientes quienes puedan tolerar una titulación lenta y efecto demorado.
Figura 7 Lamotrigina como agente de segunda línea para la depresión bipolar II: resumen de la evidencia.
BDI, trastorno bipolar tipo I; BDII, trastorno bipolar tipo II; RCT, estudio controlado, aleatorizado (la figura a color
puede ser consultada en wileyonlinelibrary.com)
La terapia del BDII fue pobremente estudiada en relación con el BDI. Esto probablemente se deba
a la impresión antigua y desacreditada de que el BDII es menos grave que el BDI. La cantidad de
RCT para BDII es sustancialmente menor que para el BDI, y los estudios existentes tiene un peso
bajo . También es frecuente que los ensayos clínicos enrolen pacientes con BDII y BDI sin reportar
los resultados por separado, lo cual hace difícil determinar si existen diferencias clínicas
significativas en la respuesta al tratamiento entre ambas enfermedades. Esto es importante
debido a que, si bien la experiencia clínica y los resultados en muchos estudios sugieren que la
respuesta a los estabilizadores del ánimo y los antipsicóticos es similar en el BDII y el BDI, existen
suficientes excepciones que sugieren que esto no debe darse por sentado. 248,405,431 Este también
es el caso para los antidepresivos, los cuales pueden tener un balance riesgo-beneficio más
favorable en el BDII (discutido más adelante). Por lo tanto, al formular nuestras recomendaciones,
los estudios que enrolaron pacientes tanto con BDII como BDI, pero no reportaron resultados para
BDII por separados, fueron asignados al nivel 4 (opinión de experto) si el porcentaje de pacientes
con BDII era menor al 50%.
La escasez relativa de estudios clínicos de gran volumen y metodológicamente sólidos con
BDII, representan un desafío para formular guías basadas en evidencia. Como se verá más
adelante, hay pocas terapias con evidencia de alta calidad en BDII en comparación con BDI y
menos recomendaciones de terapias de primera línea. Las limitaciones de basarse en evidencia
requieren de una conciencia de las sutilezas de los estudios disponibles, y gran confianza sobre la
experiencia clínica. Por lo tanto, debemos procurar ser claros a la hora de detallar el racional de la
selección de las terapias de primera, segunda y tercera línea para la hipomanía, depresión y
terapia de mantenimiento para esta importante enfermedad. Existe una clara necesidad de
estudios en todas las fases del BDII, con un adecuado poder.
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Tabla 20 Peso de la evidencia y de las recomendaciones terapéuticas para el trastorno bipolar tipo II
Litio Nivel 2
Lamotrigina Nivel 2
Divalproato Nivel 3
Escitalopram Nivel 3
Fluoxetina Nivel 3
Los principios generales para evaluar la manía se aplican a la hipomanía. En algunos pacientes, la
hipomanía produce incapacidad funcional mínima a nula y pueden incluso asociarse con breves
períodos de funcionalidad anormal. Sin embargo, la hipomanía prolongada, relativamente grave,
mixta o irritable puede ser incapacitante. 423 El tratamiento debe incluir discontinuar los agentes
que pueden empeorar o prolongar los síntomas, incluyendo antidepresivos y estimulantes, e
iniciar la farmacoterapia adecuada.
Desafortunadamente muchas de las medicaciones estándares para la manía que incluyen
al litio y la mayoría de los antipsicóticos atípicos no fueron estudiados en la hipomanía. Existen
cuatro estudios controlados con placebo que investigaron al divalproato (nivel 4), 432 N-
acetilcisteína (nivel 4),433 y quetiapina (nivel 4)434,435 y un estudio abierto sobre risperidona (nivel
4)436 en la hipomanía aguda. Los estudios generalmente sugieren eficacia, pero todos presentan
debilidades significativas, incluyendo uno o más de los siguientes: (i) muestras de pequeño
tamaño, (ii) muestras mixtas de BDI, BDII y BD NOS; (iii) muestras mixtas con hipomanía y manía,
y (iv) hallazgos positivos sobre algunos pero no todos los resultados. El pequeño número de
pacientes y las muestras mixtas señalan que incluso los ensayos controlados por placebo solo
cumplen criterios para evidencia de nivel 4 (Tabla 1).
Estas limitaciones metodológicas, junto con la falta de evidencia de estudios clínicos para
muchos medicamentos, vuelve difícil realizar sugerencias específicas para la terapia de la
hipomanía. La experiencia clínica sugiere que todos los medicamentos anti-maníacos también
son eficaces para la hipomanía. Por lo tanto, cuando la hipomanía es frecuente, grave o lo
suficientemente incapacitante como para requerir tratamiento los clínicos deben considerar los
estabilizadores del ánimo como el litio o divalproato y/o antipsicóticos atípicos. La N-
acetilcisteína podría también ser beneficiosa, pero se requieren mayores estudios.
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Los principios generales para evaluar la depresión en pacientes con BDI se aplican para aquellos
que presentan BDII. Las opciones terapéuticas de primera, segunda y tercera línea se enumeran a
continuación y se muestran en la Tabla 19. En las secciones relevantes se señalan las
consideraciones específicas de cada terapia.
Primera línea
La quetiapina es la única terapia de primera línea recomendada para la depresión BDII (nivel 1).
Los análisis agrupados de cinco estudios diseñados de forma idéntica, demostraron que la
quetiapina fue superior al placebo, y además igual de efectiva para la depresión aguda en el BDI y
en el BDII.243,437 El último hallazgo debe ser conciliado con el hecho de que la quetiapina venció al
placebo solo en tres de los cinco ensayos clínicos individuales en pacientes con BDII, en
comparación con todos los cinco estudios con pacientes BDI.253,290, 438-440 Esto probablemente se
deba a que la pequeña muestra de pacientes con BDII en cada uno de los ensayos se enroló
solo cerca de la mitad de los pacientes con BDII que con BDI brindó menor poder estadístico
para BDII. Finalmente, los estudios abiertos también sugieren eficacia para la quetiapina como
coadyuvante (nivel 4).441,442
Segunda línea
Las terapias de segunda línea incluyen al litio, idealmente con un nivel sérico de 0,8-1,2 mEq/L
(nivel 2) (Figura 5); y a los antidepresivos como la sertralina (nivel 2)426 y la venlafaxina (nivel
2),443,444 principalmente para pacientes con depresión pura (no mixta) (Figura 6). La lamotrigina
(nivel 2) también se recomienda como agente de segunda línea a pesar de la evidencia conflictiva,
el racional para esto se presenta en la Figura 7. El TEC (nivel 3)261 también puede ser considerado
como segunda línea y es una buena opción, especialmente para el tratamiento de pacientes
refractarios y en aquellos que se requiere respuesta rápida.
Tercera línea
Las opciones de tercera línea incluyen la monoterapia con divalproato (nivel 4)258,459,461,462-466 la
fluoxetina (principalmente en pacientes con depresión pura) (nivel 3)467-469 la tranilcipromina
(nivel 3),278 o ziprasidona (solo para pacientes con depresión e hipomanía mixta) (nivel 3).470,471 La
agomelatina complementaria (nivel 4),472 el bupropion (nivel 4),276 el ácido eicosapentaenóico
(EPA) (nivel 4),473-475 la N-acetilcisteína (nivel 4),476 el pramipexol (nivel 3),274 o las hormonas
tiroideas (nivel 4)272 también pueden considerarse. La ketamina (nivel 3)477,478 tiene un rápido
inicio de eficacia y puede considerarse para los pacientes refractarios a los tratamientos de
primera y segunda línea, también en aquellos que requieren de una respuesta rápida.
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No recomendado
En base a los resultados negativos cuando fue controlada contra placebo, no se recomienda a la
paroxetina (nivel 2 negativo).
La terapia de mantenimiento es importante para prevenir las recaídas, reducir los síntomas
sindromales, y mejorar la calidad de vida. Al igual que con el BDI, la selección de un agente debe
basarse en la terapia de la fase aguda. En la Tabla 20 se enumeran los agentes recomendados y su
clasificación de la evidencia.
Primera línea
La monoterapia con quetiapina (nivel 1),495 el litio (nivel 2), 399,450, 452 y la lamotrigina (nivel 2)323
son las opciones de primera línea.
Quetiapina. En dos estudios de mantenimiento de 52 semanas, los pacientes con BDII que
lograron la remisión de la depresión con monoterapia, continuaron con la misma medicación o
rotaron a placebo.495 Un análisis conjunto reportó que los pacientes tratados con quetiapina
tenían un significativo tiempo mayor hasta la recaída de cualquier episodio anímico (hazzard ratio
P [HR] 0,33 o reducción del riesgo de recaída de un 67%) y en depresión (HR 0,28 o una reducción
del riesgo del 72%). El tiempo hasta la recaída en hipomanía fue significativamente mayor (HR
0,65 o una reducción del riesgo del 35%). El último hallazgo puede relacionarse con la baja tasa de
base de hipomanía, la cual se presentó solo en el 10% de todos los participantes del estudio. La
quetiapina fue, por lo menos, igual de efectiva en el BDII como en el BDI, para el cual el riesgo de
reducciones fue del 42% para cualquier recaída, 48% para la depresión y del 30% para la manía. La
quetiapina adyuvante también se evaluó en un estudio, simple ciego de seis meses de duración,
donde los pacientes con BDI o BDII eran asignados de forma aleatoria al litio o quetiapina
asociada a la terapia habitual. Ambos tratamientos fueron igual de eficaces para prevenir las
recaídas.453 Los resultados no se presentaron por separado para BDII, pero los pacientes con BDII
respondieron mejor a ambas terapias que los pacientes con BDI.
Litio. En tres RCT, controlados con placebo, realizados en las décadas del 70 y 80 (duración = 11-25
meses), el litio disminuyó la frecuencia y/o la gravedad de los episodios hipomaníacos y
depresivos.399,450,452 Los niveles séricos del litio fueron de 0,8-1,2mEq/L. Una cantidad de estudios
con comparadores activos también avalaron al litio. Como se remarcó anteriormente, el litio fue
tan efectivo como la quetiapina para prevenir la recaída en un estudio simple ciego, de 6 meses de
duración.453 Un estudio de 20 meses comparó al litio con el divalproato en el BDI de ciclado rápido
+ BDII. Este demostró que ambas drogas son igual de efectivas para prevenir las recaídas.496 Los
autores notaron que los hallazgos fueron similares para BDII y BDI, pero los resultados para BDII
no se reportaron por separado. En un estudio de 2,2 años con BDII + BD NOS, el litio y la
carbamazepina fueron igual de efectivas en la mayoría de los resultados , aunque una ventaja
numérica favoreció a la carbamazepina para reducir la recurrencia subclínica. 405 En contraste, las
comparaciones cabeza a cabeza con los antidepresivos (revisados a continuación) demostraron
que el litio no fue tan efectivo para prevenir las recaída de la depresión, como la fluoxetina o la
venlafaxina.469,497 Esto puede explicarse mediante los niveles promedio de litio, los cuales eran
0,7mEq/L en ambos estudios, mientras que el ensayo con fluoxetina también estuvo enriquecido
por incluir a los respondedores a fluoxetina.
La información naturalística a largo plazo también brinda un fuerte apoyo al litio. En un
estudio de 6 años en pacientes con BDI o BDII (39% con BDII), el litio redujo el tiempo de la
hipomanía/manía en un 61% y el tiempo de depresión en un 53% en toda la muestra, en
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498
comparación con los períodos previos a iniciar el tratamiento. Los autores notaron que el
porcentaje de tiempo con síntomas anímicos fue significativamente menor para BDII que para
BDI.
Lamotrigina. En un RCT controlado con placebo de 6 meses de duración con monoterapia en BDI
+ BDII cicladores rápidos, los análisis post hoc mostraron que una mayor cantidad de pacientes
con BDII tratados con lamotrigina, en comparación con los tratados con placebo, permanecieron
estables sin recurrencia de cualquier episodio anímico;323 aunque la lamotrigina no fue superior a
placebo en BDI. En un estudio de gran volumen, de 52 semanas de duración, en pacientes con BDI
+ BDII, la lamotrigina coadyuvante fue superior al placebo para mejorar la severidad de la
depresión y las tasas de remisión. Sin embargo, los resultados no se presentaron por separado
para el BDII.251 Estudios abiertos y revisiones retrospectivas de los gráficos también avalan a la
lamotrigina.248,499-502
Segunda línea
La monoterapia con venlafaxina (nivel 2) o fluoxetina (nivel 3) son opciones de segunda línea.
Venlafaxina. En un pequeño RCT de seis meses de duración en pacientes con BDII quienes
respondieron de forma adecuada a la venlafaxina o litio, sin viraje hipomaníaco, hubo una
tendencia a tasas bajas de recaída de la depresión en pacientes tratados con venlafaxina.
Además, la tasa de respuesta sostenida fue significativamente mayor en aquellos que
continuaron con venlafaxina en comparación con aquellos que continuaron con el litio.497 No hubo
episodios hipomaníacos en ninguno de los grupos.
Fluoxetina. En un RCT de 50 semanas, el tiempo promedio hasta la recaída en depresión fue
significativamente más prolongado para la fluoxetina que para el litio o el placebo. Los pacientes
respondieron de forma adecuada a un estudio abierto de fluoxetina, enriqueciendo la muestra
para respondedores a la fluoxetina. Los episodios hipomaníacos se presentaron con similar
frecuencia baja en los tres grupos.469 En un estudio pequeño separado, de seis meses de duración,
hubo una tendencia estadística a menores tasas de recaída con fluoxetina en comparación con
placebo.503 Finalmente, un análisis post hoc de un ensayo clínico controlado con placebo, de 12
meses de duración, demostró que la tasa de respuesta fue superior al placebo en BDII.
Tercera línea
El divalproato (nivel 4),504 la carbamazepina (nivel 3),405 el escitalopram (nivel 3),505 otros
antidepresivos (nivel 3)454 y la risperidona (principalmente para prevenir la hipomanía) (nivel 4)436
pueden considerarse como opciones de tercera línea.
7 | POBLACIONES ESPECÍFICAS
7.1 | Manejo de los trastornos bipolares en mujeres en diferentes estadios del ciclo
reproductivo
La importancia del asesoramiento pre-concepción debe plantearse en todas las mujeres en edad
gestacional. Se le debe brindar a todas las pacientes por lo menos 3 meses previos a que evalúen
embarazarse o de forma inmediata en aquellas pacientes embarazadas. El tema que surge con
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requiere una discusión cuidadosa en relación a la magnitud de los riesgos y los beneficios y
limitaciones de la información. Es importante reconocer lo deseos de la paciente de hacer lo
mejor para el niño y apoyar la decisión que se toma. Cuando sea apropiado, incluir a las parejas en
la discusión y rever la decisión y la evidencia respaldatoria de forma directa o mediante material
educativo.520
Tabla 21 Clasificación de la US Food and Drug Administration (FDA [Administración de medicamentos y drogas de
a
Estados Unidos]) sobre la teratogenicidad de los medicamentos frecuentemente utilizados en el trastorno bipolar
c
Categoría de riesgo para Categoría de riesgo para la lactancia
b
el embarazo
Litio D L4
Anticonvulsivantes
Carbamazepina Dm L2
Divalproato Cm L4
Lamotrigina Cm L2
Antipsicóticos atípicos
Aripiprazol Cm L3
Clozapina Bm L3
Olanzapina Cm L2
Quetiapina Cm L2
Risperidona Cm L2
Ziprasidona Cm L2
Antidepresivos SSRI
Citalopram Cm L2
Escitalopram Cm L2
Fluoxetina Cm L2
Fluvoxamina Cm L2
Paroxetina Dm L2
Sertralina Cm L2
Otros antidepresivos
Bupropion Bm L3
a
FDA reemplazó esta categoría de riesgo en 2015 por la Pregnancy and Lactation Labeling Final Rule (PLLR [Disposición final de etiquetado para
embarazo y lactancia]). VER EL TEXTO PARA DETALLES.
b
Adaptado de ACOG Committe on Practice Bulletins-Obstetrics [Comité sobre boletines de prácticas-obstétricas]878: Clasificación de la Food and
Drug Administration: A= estudios controlados no mostraron riesgo, B= sin evidencia de riesgo en humanos; C= no puede descartarse el riesgo (falta
de información en humanos, estudios en animales positivos o no realizados); D= evidencia de riesgo positiva (el beneficio puede superar el riesgo).
La “m” subíndice representa la información obtenida del prospecto del fabricante.
c
Hale TW y Rowe HE879 Las categorías de riesgo se enumeran de la siguiente manera: L1, el más seguro; L2, seguro; L3 moderadamente seguro; L4,
posiblemente peligroso; L5, contraindicado.
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Todas las mujeres con síntomas depresivos deberían ser examinadas en busca de BD durante el
embarazo y el período post-parto.521,522 Las herramientas de evaluación estandarizadas tales
como Mood Disorder Questionnaire [Cuestionario sobre los trastornos del estado de ánimo] solos
o en conjunto con la Edinburgh Postnatal Depression Scale [Escala de depresión post-parto de
Edimburgo] son útiles.521-524 Es importante que la evaluación sea seguida de una entrevista clínica
para confirmar o excluir el diagnóstico de BD. Las mujeres también deben ser evaluadas en busca
de otros trastornos psiquiátricos que suelen presentarse junto con el BD, tales como trastornos de
la ansiedad o trastorno obsesivo compulsivo (OCD).525
Debido a la complejidad de los riesgos que enfrenta la mujer con BD durante el embarazo y el
post-parto, es una buena práctica médica fomentar alianzas entres los equipos de salud mental y
obstetricia/ginecología. Un estudio longitudinal realizado en un centro de atención terciaria
demostró un alto riesgo de recurrencia durante el embarazo: el 85% de las mujeres embarazadas
con BD quienes discontinuaron los estabilizadores del ánimo y el 37% de aquellas quienes fueron
mantenidas con uno o más estabilizadores del ánimo experimentaron un episodio anímico,
predominantemente depresivo o mixto, durante el embarazo. Para casi la mitad de las pacientes,
la recurrencia se presentó durante el primer trimestre, el tiempo promedio de recurrencia en
aquellas que discontinuaron la terapia de forma abrupta fue de dos semanas, en comparación con
las 22 semanas para aquellas que discontinuaron la terapia de forma gradual. Sin embargo, los
estudios de atención primaria, así como los centros de obstetricia, demostraron bajas tasas de
recaída u hospitalización en el embarazo.526
El orden presentado a lo largo de estas guías debería seguirse para el manejo de las
diferentes fases del BD, prestando atención a los riesgos específicos asociados al uso de cada
medicación, utilizando la información más actualizada disponible en la página de la US Food and
Drug Administration (FDA) (http://www.fda.gov/ForConsumers/ByAudience/ForWomen/
WomensHealthTopics /ucm117976.htm).
En la tabla 21 se incluye una breve descripción de los medicamentos frecuentemente
utilizados y las categorías de riesgo. Esta lista no debería considerarse como completa o general.
Además, la FDA reemplazó estas categorías de riesgo en 2015 por la Pregnancy and Lactation
Labeling Final Rule (PLLR [Disposición final de etiquetado para embarazo y lactancia]) con
secciones y sub-secciones descriptivas. Por ejemplo, para el embarazo, la información para cada
medicación se presenta utilizando los siguientes subtítulos: Registro de exposición de embarazos,
Resumen de riesgos, Consideraciones clínicas, e Información. Las últimas tres sub-secciones
aplican a la medicación con riesgo durante la lactancia. Hasta la fecha de publicación de estas
guías (febrero 2018) la FDA no completó ni publicó la información de todos los medicamentos; la
nueva información sugiere que los riesgos pueden ser sobreestimados para algunos
medicamentos como el litio.527 Por lo tanto se les recomienda encarecidamente a los clínicos que
utilicen la información actual, incluyendo la información de PLLR de la FDA si estuviera
disponible, para tomar la decisión terapéutica final en colaboración con el paciente y sus
familiares.
Cuando sea posible, las estrategias psicosociales deberían elegirse antes que los
medicamentos durante el primer trimestre de embarazo, ya que este período presenta el mayor
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540
la lactancia materna, teniendo en cuenta su relativa baja dosis en el niño. El impacto de la
medicación sobre los lactantes puede reducirse programando la administración de la droga luego
de la lactancia.541
También puede considerarse reemplazar o suplementar la leche materna por leche de
fórmula. Aunque la lactancia materna tiene muchos beneficios, la deprivación del sueño asociado
con esta puede incrementar el riesgo de episodios anímicos en las mujeres con BD. En caso de ser
posible, puede ser beneficioso para la mujer que su pareja, o quien le brinde apoyo, alimente al
niño con mamadera durante la noche lo cual permitirá que la mujer conserve un adecuado
esquema de sueño. En las mujeres con psicosis o manía post-parto dar el pecho puede ser más
riesgoso, y por lo tanto, no estaría indicado ya que la madre puede estar muy desorganizada
como para mantener una lactancia segura.542
Debido a que el parto puede ser un detonante para el primer inicio de hipomanía/manía
en mujeres con MDD, los antidepresivos deben ser utilizados con precaución, especialmente en
mujeres con antecedentes familiares de BD.543 Las mujeres con un inicio de depresión en el
período post-parto, o aquellas quienes tienen recurrencia de depresión durante el período post-
parto inmediato, también pueden tener un alto riesgo de cambiar su diagnóstico a BD luego de la
terapia con antidepresivos.537
A pesar de la carencia de estudios de investigación de gran volumen y bien diseñados que evalúen
el impacto del ciclo menstrual sobre los síntomas anímicos en el BD, la evidencia acumulada
sugiere que los cambios hormonales pueden tener un impacto en el curso de la enfermedad.
Diferentes reportes de casos y estudios prospectivos sugieren que las mujeres que experimentan
exacerbación de los síntomas pre-menstruales tienen mayor posibilidad de padecer una
enfermedad altamente sintomática y con recaídas.544,545 Uno de los estudios de mayor tamaño
(n=1099) descubrió que las mujeres que cumplen con los criterios provisionales del DSM-5 para el
trastorno disfórico pre-menstrual (PMDD) tuvieron un inicio de la enfermedad más precoz, mayor
comorbilidad de los trastornos del Eje I, y mayor cantidad de episodios maníacos/hipomaníacos y
depresivos, y una mayor tasa de ciclado rápido.546 En este estudio, hubo una brecha más estrecha
del inicio del BD y la edad de la menarca en las mujeres con PMDD como comorbilidad, lo cual
sugiere que la sensibilidad a las hormonas endógenas pueden influenciar en el inicio y curso del
BD. El síndrome pre-menstrual (PMS) y PMDD también ocurren con mayor frecuencia en mujeres
con BD.547,548 Es importante tener en cuenta que un diagnóstico certero de PMDD como
comorbilidad en mujeres con BD se realiza durante la eutimia, con un mínimo de dos meses de
trazado de síntomas prospectivos.549
7.1.6 | Menopausia
Para muchas mujeres, el estrés y los cambios hormonales asociados con la transición hacia la
menopausia pueden aumentar o desencadenar los síntomas anímicos.550-552 Un análisis post hoc
del estudio prospectivo Systematic Treatment Enhancement Program for Bipolar Disorder (STEP-
BD [Programa de mejoría del tratamiento sistemático del trastorno bipolar]) mostró un aumento
de las tasas de episodios depresivos, pero no episodios maníacos, durante la transición a la
menopausia.533 Sin embargo, debido a la escasez de ensayos clínicos en esta área, se requiere
mayor información previo a realizar recomendaciones del tratamiento.554
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Irritabilidad Episódico, prolongado, Puede ser una característica Criterio diagnóstico, falta de
patológico, asociado con asociada, relacionada con episodios distintivos
cambios en la funcionalidad, rebote estimulante, o debido prolongados, no “viaja” con otros
“viajes” con otros síntomas a comorbilidades de la síntomas maníacos.
maníacos ≥4. enfermedad (por ej. ODD)
ADHD, trastorno de hiperactividad y déficit de atención; ODD, trastorno oposicionista desafiante (adaptado de Goldstein and Birmaher 2012555).
Entre un tercio (muestras de la comunidad) y dos tercios (muestra de los ensayos clínicos)
de los pacientes con BD experimentaron su primer episodio anímico durante la infancia o
adolescencia, con un inicio precoz relacionado con una enfermedad más grave, caracterizada por
un incremento de la carga sintomática y la comorbilidad. 561, 562 En contraste con las controversias
recientes de hace una década, no hay un mayor consenso sobre este tema, aunque hay
diferencias en la forma en que se desarrollan los síntomas. El diagnóstico de BD en los niños y
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adolescentes debería realizarse con base en el mismo conjunto de síntomas que se aplican a los
adultos. 563 Cuando se lo define rigurosamente según los criterios del DMS-5, el curso de la
enfermedad en la infancia y adolescencia se caracteriza por eventuales tasas altas de
recuperación sintomática, pero también por altas tasas de recurrencia, incluso en el contexto de
tratamiento naturalistico.564 Si bien los conceptos de “sobrediagnóstico” y “sobretratamiento” en
el BD pediátrico recibieron sustancial atención,565 los estudios con población representativa
demostraron que el adolescente con BD se caracteriza por tasas bajas de tratamiento, junto con
altas tasas de suicidio y comorbilidades.566,567 Los riesgos del diagnóstico incorrecto y la terapia
para el BD en niños o adolescentes debería por lo tanto sopesarse de forma cuidadosa contra los
riesgo de un diagnóstico incorrecto o ausencia de este o de la terapia; 568 teniendo en cuenta que
la duración del retraso de tratamiento demostró ser un factor de riesgo independiente de mal
pronóstico en la adultez. 569
Reconciliación de la escasa información a partir de RCT con abundante experiencia clínica, con el fin de
determinar el nivel de recomendación de la terapia para la depresión bipolar en pediatría
Además de la lurasidona, la cual cuenta con datos positivos de un RCT (597) junto con buena tolerancia, las
opciones terapéuticas incluyen ya sea terapias con sustanciales problemas de tolerancia (combinación olanzapina-
fluoxetina) o terapias sin datos de RCT (por ej. litio, lamotrigina) o sin datos positivos de RCT (ej. quetiapina). En
este caso, la experiencia clínica en combinación con cuestiones de tolerancia y la información disponible en adultos
brindó el orden de las recomendaciones. El litio y la lamotrigina no fueron evaluados en RCT sobre depresión
bipolar en pediatría. Sin embargo, existe abundante experiencia clínica con estos agentes para tratar la depresión
en el grupo pediátrico, junto con ensayos clínicos abiertos positivos. Además, estos agentes se recomiendan para
tratar la bipolaridad aguda en la población adulta, con buena tolerancia. Por lo tanto, a pesar de la falta de
información a partir de RCT, se recomiendan como agentes de segunda línea para el tratamiento de la depresión
bipolar aguda en la población pediátrica.
En cuanto a la quetiapina, de los dos RCT negativos (601, 602), uno presentaba un rango de dosis de 300-600mg/día
pero estaba limitado a 32 pacientes y tenía un tasa de respuesta a placebo del 67%. El otro estudio, utilizó una dosis
de 150-300mg/día y tenía una tasa de respuesta al placebo del 55%. Es posible argumentar que los estudios con
quetiapina en realidad fallaron y no que fueron negativos. Por lo tanto, debido a su eficacia demostrada para la
depresión bipolar en la población adulta y los problemas metodológicos en los estudios sobre la depresión bipolar
pediátrica, y con base en la experiencia clínica, la quetiapina se recomienda como una opción de tercera línea.
En última instancia, las decisiones terapéuticas en general, pero particularmente en el contexto de incertidumbres
empíricas, deberían basarse en una discusión detallada de los riesgos y beneficios comparados de las opciones
competitivas. Las relaciones de riesgo-beneficio pueden variar en los diferentes pacientes, dependiendo de
factores tales como subtipo de BD, ansiedad como comorbilidad y trastornos del sueño.
Figura 8 Terapias para la depresión bipolar en pediatría: resumen de la evidencia (la figura a color puede consultarse
en wileyonlinelibrary.com)
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las alucinaciones o delirios, y los pensamientos y acciones homicidas o suicidas ocurren junto con
la manía en la infancia, pero son raras o ausentes en el ADHD no complicado.
Se debe notar que, mientras la irritabilidad crónica con exabruptos de comportamiento
episódico o rabia pueden observarse en diferentes trastornos psiquiátricos pediátricos
(incluyendo trastornos emergentes de la personalidad, abuso de sustancias, ODD, trastorno
generalizado del desarrollo y episodios depresivos mayor), la irritabilidad y explosividad, incluso
cuando son graves, no son suficientes para hacer diagnóstico. El reciente diagnóstico de DMMD
del DSM-5 el cual incluye irritabilidad crónica como rasgo característico enumera al BD como
un criterio de exclusión. Sin embargo, el fenotipo del DMDD es evidente en casi el 25% de los
adolescentes con BD episódico, y se asocia con factores como un gran conflicto familiar y ADHD
como comorbilidad.571 El BD clásico y la irritabilidad crónica, por lo tanto, no son mutuamente
excluyentes, a pesar de la naturaleza no específica de este último.
Una minoría significativa de niños o jóvenes con MDD eventualmente desarrollarán BD,
con reporte de una tasa promedio del 28%. 572,573 Los factores de riesgo para el cambio a manía
luego de un episodio depresivo incluye antecedentes familiares de trastornos del estado de
ánimo, desregulación emocional y conductual, síntomas maníacos sub-umbrales, ciclotimia,
depresión y psicosis.572 Un reciente meta-análisis sugirió que los predictores más fuerte eran los
antecedentes familiares, inicio a una edad temprana y presencia de síntomas psicóticos.574 Existe
una elevada prevalencia de BD entre la descendencia de padres con BD.575-577 Aunque no existe
una estrategia uniforme para el manejo de la depresión (o ADHD, ansiedad, etc.) en un niño de
padre con BD, se debe un aumentar la vigilancia cuando se indica un antidepresivo o
medicamentos estimulantes, ya que estos tienen el potencial de precipitar la manía/hipomanía.
578
Los pacientes y sus padres deben estar informados del potencial riesgo de viraje anímico y se
debe instaurar un monitoreo cuidadoso en busca del viraje a la manía/hipomanía relacionado con
el tratamiento.
Los cuestionarios de auto-reporte o los reportes de los padres pueden ser informativos y
pueden aumentar el índice de sospecha para BD.579 Sin embargo, los puntajes de dichos
cuestionarios como el Child Behaviour Checklist (CBCL [lista de verificación del comportamiento
infantil]) “fenotipo desregulación”, antes descripto como “fenotipo BD”, tiene poca capacidad
para diferenciar al BD de otras presentaciones complejas o graves.580 Los cuestionarios pueden
ser utilizados para controlar, pero no sustituyen una evaluación diagnóstica. La valoración
longitudinal de los padres puede ser la de mayor utilidad en el diagnóstico y evaluación de la
respuesta al tratamiento. Un programa en línea para la evaluación semanal (de la depresión, la
ansiedad, el ADHD, comportamiento oposicional y manía) por parte de los padres de niños entre
2-12 años está disponible en sitio www.bipolarnews.org (), se debe ingresar en Child Network581
[Red del niño].
Principios generales
Los principios generales para el manejo de los adultos con BD también se aplican para los niños y
jóvenes. En los jóvenes, los temas relacionados con la comorbilidad y la tolerancia se acentúan.
EL ADHD como comorbilidad es más frecuente en los niños y adolescentes en comparación con
adultos con BD. Asimismo, los síntomas de ADHD frecuentemente no mejoran luego de la
estabilización del estado de ánimo, y pueden requerir tratamiento para ADHD concurrente.
Además, debido al elevado riesgo de ateroesclerosis acelerada y enfermedad vascular precoz en
esta población, también se debe evaluar de formar regular los factores de riesgo cardiovasculares
y se debe implementar alguna intervención. Junto con cualquier intervención psicosocial o
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farmacológica se debe implementar el manejo del estilo de vida, lo cual incluye atención de la
dieta, del uso de sustancias, del tabaquismo y de la actividad física .582 Del mismo modo, los niños
y adolescentes son más susceptibles que los adultos a los efectos adversos metabólicos de los
medicamentos psiquiátricos, particularmente de los antipsicóticos atípicos que son considerados
como terapias de primera línea.583 En conjunto, estas características distintivas subrayan la
importancia de asegurar que la polifarmacia, requerida con frecuencia, sea la acertada y basada
en un balance de los factores, incluyendo la severidad de los síntomas anímicos, la funcionalidad
global y la salud física.
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recomienda como tercera línea para esta población debido a la abundante evidencia de estudios
en adultos junto con la sustancial experiencia clínica. También existen varios problemas
metodológicos en los estudios realizados con muestras pediátricas (ver Figura 8).
A pesar del limitado conocimiento relacionado con los riesgos precisos de la manía
inducida por antidepresivos en jóvenes con BD, los estudios observacionales fármaco-
epidemiológicos avalan la conclusión de que los antidepresivos deben ser utilizados con
precaución en BDI y BDII, y en combinación con medicamentos estabilizadores del ánimo (nivel
4).578,601
No recomendado. Un RCT de gran volumen demostró que la oxcarbamazepina no fue
superior al placebo (nivel 2 negativo) 594 aunque fue efectivo en el grupo más joven de pacientes,
pero no en los adolescentes mayores.
Terapia de mantenimiento
La información en las poblaciones pediátricas es limitada. Estas recomendaciones se sustentan,
en mayor medida, en la experiencia clínica y los estudios en adultos a diferencia de las
recomendaciones mencionadas anteriormente para la manía.
Primera línea. Las opciones terapéuticas de mantenimiento de preferencia para esta
población son el aripiprazol (nivel 2),602,603 el litio (nivel 2)604 y el divalproato (nivel 2).604,605 Sin
embargo, se debe resaltar que el tiempo de seguimiento para el estudio de aripiprazol fue solo de
30 semanas, y el tamaño de la muestra en el estudio sobre mantenimiento con litio versus
divalproato, de 18 meses de duración, fue solo de 30 participantes. Es importante destacar que
pocos pacientes continúan estando bien luego del cambio a monoterapia con litio o divalproato, y
la mayoría vuelve a responder cuando se re-instaura la combinación. Además, otros estudios
también sugieren la eficacia de la terapia combinada (ej. risperidona más litio o divalproato584 y
litio más divalproato o carbamazepina606) para obtener y mantener la remisión. La lamotrigina
complementaria también puede considerarse para aquellos pacientes ≥ 13 años (nivel 2).607
Segunda línea. No existen terapias con evidencia nivel 3 o superior para ser recomendadas
como opciones de mantenimiento de segunda línea.
Tercera línea. Aunque existe mucha menos experiencia con asenapina que con otras
medicamentos discutidos en esta sección, un reciente estudio abierto sugiere una reducción
continua de los síntomas maníacos durante 50 semanas (nivel 4).608 Además, un reciente RCT en
adultos confirmó su eficacia para prevenir las recaídas de los episodios anímicos.374 Aunque no
existen estudios de mantenimiento con quetiapina, risperidona o ziprasidona en esta población,
la experiencia clínica y los estudios abiertos incidan que la continuación y la terapia de
mantenimiento con estos medicamentos es otra opción, particularmente para aquellos pacientes
quienes respondieron bien a la terapia aguda (nivel 4).591,609,610 Además, existe evidencia de que la
monoterapia con quetiapina oral, la risperidona inyectable de larga duración en monoterapia y en
combinación la ziprasidona oral en combinación son efectivas para prevenir episodios anímicos
en adultos con BD. 369,370,383,384,387
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sugiere la necesidad de contar con un RCT previo a poder realizar una recomendación clínica al
respecto.
Uso de sustancias. El uso de sustancias es una comorbilidad que debe tratarse de forma
concurrente a los síntomas anímicos, mediante internación hospitalaria o residencia comunitaria,
según se indique clínicamente. Un pequeño estudio sugiere que el litio puede ser efectivo para
reducir el uso de sustancias en esta población (nivel 3),617 y FFT también deben considerarse
(Sección 2). Estudios positivos con N-acetilcisteína pueden beneficiar a adolescentes con
trastorno bipolar comórbido y SUD; sin embargo, los estudios que evalúan esta hipótesis no han
sido completados (nivel 4).
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tales como la dieta, el ejercicio, y la estimulación mental también debe promoverse con el fin de
disminuir aún más el riesgo de disfunción cognitiva.
Los adultos mayores con BD tienen un promedio de tres o cuatro comorbilidades médicas, siendo
las más frecuentes el síndrome metabólico, la hipertensión arterial, la diabetes, la enfermedad
cardiovascular, la artritis y las anomalías endócrinas. 631,641 En conjunto, estas contribuyen a la
reducción de la expectativa de vida en unos 10-15 años en pacientes con BD, en comparación con
la población sin enfermedad psiquiátrica.641 Debido a estas altas tasas de comorbilidades, la
evaluación de las personas mayores con BD debe incluir un examen neurológico y físico completo,
incluyendo análisis de laboratorio. La neuroimagen cerebral debería solicitarse cuando esté
indicado, particularmente en presencia de signos de foco neurológico y síntomas de inicio tardío
abrupto, o si la presentación es diferente a los primeros episodios. También es importante la
coordinación con otros profesionales de la salud, ya que esto puede optimizar la salud física,643 al
igual que la cesación tabáquica.
La información que avala la eficacia de los medicamentos en diferentes estados anímicos en esta
población es limitada, solo se cuenta con un solo RCT exclusivo en pacientes geriátricos
finalizados a la fecha, en los que se comparó el litio versus divalproato para el tratamiento de la
manía/hipomanía.644 No obstante, los ensayos clínicos abiertos, los estudios naturalísticos y los
análisis post hoc de RCT con edades mixtas sugieren que los medicamentos eficaces en adultos en
general también serán efectivos en adultos mayores. Aunque se debe tener consideraciones
adicionales en relación con la tolerancia a la medicación y los cambios farmacocinéticos y
farmacodinámicos relacionados con la edad. Debido al gran número de comorbilidades médicas
así como los cambios físicos relacionados con el proceso de envejecimiento, se debe prestar
estricta atención en estos pacientes en busca de potenciales problemas relacionados con la
farmacocinética, las interacciones medicamentosas, los efectos adversos y la necesidad de
monitoreo constante (ver Sección 8).
Entre otros efectos, el litio se asoció con efectos adversos neurológicos 645 y enfermedad
renal.646 El divalproato se ha asociado con efectos adversos motores645 y efectos metabólicos
(ganancia de peso y diabetes mellitus).647 La carbamazepina induce las enzimas del citocromo
P450 y puede reducir los niveles de divalproato y otros medicamentos.648 En relación con los
antipsicóticos, los cuales hoy en día son utilizados muy frecuentemente en adultos mayores con
BD, la reducción de la dosis puede ser beneficiosa en algunos pacientes que envejecen con el fin
de disminuir el riesgo de efectos motores, cognitivos, sedación y síndrome metabólico.649 Existe
una asociación entre la mortalidad y los antipsicóticos en pacientes con demencia,650 pero no es
claro cómo debe manejarse esto en pacientes con BD. Información reciente, relaciona a los
antipsicóticos con la enfermedad renal aguda.651
En particular, cuando el litio se utiliza en esta población, se deben realizar monitoreos de
los niveles de litio y de la función renal, por lo menos cada 3-6 meses; así como un seguimiento de
5-7 días luego del ajuste de dosis del litio o ajuste de la dosis de antiinflamatorios no esteroideos
(NSAID), bloqueantes de los receptores de la angiotensina II (ARB), inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina (ACEI) o antidiuréticos tiazídicos. 652 Se debe prestar especial
atención a la selección de la dosis. Un análisis post hoc del estudio STEP-BD demostró que si bien,
en promedio, para lograr la recuperación los pacientes mayores se requiere una cantidad similar
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de medicamentos que los pacientes más jóvenes, en los primeros se utilizaron dosis menores. En
esa muestra, casi el doble de los pacientes adultos mayores, en comparación con los más jóvenes,
se recuperaron con el uso de litio solo (42% versus 21%, respectivamente).653 En general, se
recomienda iniciar con una dosis baja (ej. 150mg de litio por la noche), con ajustes graduales para
alcanzar el valor más bajo del rango terapéutico para adultos, con la subsecuente titulación de
acuerdo a la tolerancia y eficacia; teniendo en cuenta que algunos pacientes adultos mayores
requerirán niveles de dosis similares que la población adulta general para alcanzar la remisión.
Mayor discusión, incluyendo orientación clínica y mayor detalle para las recomendaciones
terapéuticas, pueden encontrarse en el reporte del grupo de trabajo de ISBD.654 En luz de las muy
limitadas guías internacionales sobre terapia de mantenimiento en adultos mayores con BD, un
grupo de trabajo de ISBD se encuentra actualmente realizando una encuesta internacional de
expertos Delphi, y se le aconseja a los médicos clínicos que consulten estos resultados una vez
que estén disponibles en el futuro (Shulman K, comunicación personal).
Las terapias farmacológicas fueron evaluadas utilizando los criterios para peso de la
evidencia de la eficacia (Tabla 1) en adultos mayores, así como la tolerancia y seguridad (Sección
8). Desafortunadamente, hay escasez de literatura sobre eficacia de los tratamientos en adultos
mayores. Sin embargo, la experiencia clínica avala la noción de que las terapias conocidas en
general en la población adulta también son efectivas en los adultos mayores. La tolerancia puede
ser diferente y este es un tema importante en la selección del tratamiento en adultos mayores.
Los principios generales para el manejo de los episodios agudos descriptos en las Secciones 3 y 4
también aplican a esta población.
Manía aguda
La monoterapia con litio (nivel 2)644 o divalproato (nivel 2)644 se recomiendan como tratamiento
de primera línea. La quetiapina (nivel 2)655 puede ser considerada como terapia de segunda línea.
La asenapina (nivel 4),656,657 el aripiprazol (nivel 4),658 la risperidona (nivel 4),659 o la
carbamazepina (nivel 4)654 pueden ser utilizadas como terapias de tercera línea. Para los episodios
resistentes a la terapia, se deben considerar la clozapina (nivel 4)660 y el TEC (nivel 4).654
Depresión bipolar
No existe RCT de ningún agente en adultos mayores con depresión bipolar aguda. Los análisis
post hoc de los RCT sugieren eficacia de la monoterapia con quetiapina (nivel 2)661 y con
lurasidona (nivel 2)662 y, por lo tanto, estas son las opciones de primera línea. Sin embargo, en
adultos mayores, debido a las preocupaciones sobre los efectos adversos de los antipsicóticos
atípicos, los médicos clínicos deberían primero probar litio o lamotrigina en base a la eficacia en
la población adulta, aunque le evidencia de eficacia es limitada en adultos mayores (litio, nivel 4;
lamotrigina, nivel 4).663,664 El divalproato (nivel 4), el aripiprazol (nivel 4),658 y la carbamazepina
(nivel 4)665 son opciones de tercera línea. El TEC (nivel 4)654 es una opción importante que debe
ser tenida en cuenta en los casos resistentes a la terapia, o en los pacientes con un inadecuado
consumo de alimentos y líquidos.
Si bien el uso de antidepresivos en el BD continúa siendo controversial 260,426 y no hay
estudios sobre BD en adultos mayores; los antidepresivos son frecuentemente utilizados en esta
población (> 40% de los pacientes).666 Los antidepresivos con un menor potencial de viraje a la
manía (ej. SSRI, y bupropion),260 utilizados en combinación con estabilizadores del ánimo, pueden
ser beneficiosos en pacientes seleccionados quienes no pueden tolerar/no responden a otros
agentes con base en evidencia geriátrica más fuerte. Siempre debe tenerse en cuenta las posibles
interacciones medicamentosas con la medicación no psiquiátrica concomitante.
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Mantenimiento
La elección de los agentes debe basarse en lo que haya sido efectivo en la fase aguda,
siendo el litio (nivel 2),667,668 la lamotrigina (nivel 2)668 y el divalproato (nivel 3)667 las opciones
terapéuticas recomendadas en base a su eficacia en la población geriátrica.
Epidemiología
La mayoría de los pacientes con BD también presentarán por lo menos un diagnóstico
psiquiátrico comórbido. La comorbilidad más frecuente es el consumo de sustancias, el trastorno
de ansiedad, el trastorno de la personalidad, y el trastorno de control de impulsos (tales como
ADHD, ODD y CD).45 La comorbilidad impacta el curso del BD al incrementar la posibilidad de
una resistencia al tratamiento y el riesgo de suicidio, y también al incrementar el tiempo
transcurrido con síntomas incapacitantes. 34,50,669,670
Al tratar las comorbilidades, se debe evaluar cuidadosamente qué trastorno abordar
primero. Algunas comorbilidades pueden ser manejadas con el mismo tratamiento utilizado para
tratar los síntomas bipolares (por ej. quetiapina para la ansiedad comórbida y BD), mientras que
otras comorbilidades pueden producir la desestabilización de los síntomas bipolares; por ejemplo,
un antidepresivo indicado para tratar la ansiedad puede producir una elevación del ánimo.
El manejo seguro y efectivo de las comorbilidades frecuentemente requiere de la
implementación de un enfoque con orden jerárquico, dependiendo de las necesidades y
preferencias individuales del paciente. En general, el trastorno o síntoma asociado con la mayor
morbilidad y mortalidad tales como manía aguda, psicosis o ideación suicida debe ser
abordada primero. El trastorno por uso de sustancias puede abordarse de forma concurrente o
secuencial, dependiendo de la gravedad y la contribución a la estabilidad del ánimo. Una vez que
se establece un estabilizador del ánimo, el tratamiento de las comorbilidades adicionales, tales
como ADHD o el síndrome metabólico, debe ser el siguiente paso de acuerdo a su impacto y las
preferencias del paciente.
Existe una escasez de investigaciones para guiar el mejor manejo del BD en el contexto de
las comorbilidades. Se realizaron pocos estudios diseñados cuyo objetivo primario fueron los
síntomas comórbidos para la terapia estabilizadora del ánimo la evidencia deriva
principalmente de un análisis secundario de la información publicada. Por lo tanto, la información
limitada sobre investigación de la terapia de comorbilidades restringe nuestra capacidad para
realizar una recomendación definitiva. Sin embargo, debido a que las comorbilidades son tan
frecuentes y agobiantes para los pacientes, el manejo adecuado de estas es una realidad diaria
desafiante de la práctica clínica. Por lo tanto, CANMAT decidió brindar un pequeño resumen de
los temas clínicos relevantes y de la base evidencial de la terapia farmacológica para tratar las
comorbilidades. Se les aconseja a los lectores consultar las siguientes referencias para ver el rol de
las terapias psicológicas en el manejo de las comorbilidades.671-673
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Impression [impresión clínica global] para la gravedad del uso de sustancias hacia el final del
estudio. Se requieren mayores estudios.
Otros
La terapia adicional con olanzapina fue efectiva para disminuir los síntomas maníacos y las
mediciones del uso de sustancias tales como reducción del deseo en pacientes internados (nivel
2). 718 El aripiprazol tiene un nivel 4 de evidencia para disminuir el deseo por el alcohol, pero no
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para el consumo y un nivel 4 de evidencia para disminuir el uso de cocaína en quienes utilizan
diferentes sustancias.
Trastorno de ansiedad
Los pacientes con BD experimentan con frecuencia síntomas de ansiedad y trastornos de la
ansiedad comórbidos (GAD, trastornos del pánico, estrés post-traumático y otros). Las muestras
clínicas indican que el 24%-56% de los pacientes con BD cumplen con los criterios para uno o más
trastornos de ansiedad, con la mayor tasa en mujeres.720 Los síntomas de ansiedad comórbidos y
los trastornos de ansiedad se asocian con un mayor número de episodios anímicos y síntomas
depresivos, incluyendo trastornos del sueño y suicidalidad, y mayor impedimento de la
funcionalidad psicosocial y de la calidad de vida.721 La presencia de la ansiedad comórbida
también se asocia con altas tasas de uso de antidepresivos,722 lo cuales debe utilizarse con
precaución debido a su potencial para desestabilizar el ánimo (Sección 4).
Si bien el reporte del grupo de trabajo de CANMAT720 describe los estudios claves y las
recomendaciones terapéuticas en extensión, dichas recomendaciones se actualizan más
adelante. Sin embargo, continua siendo el caso que existen pocos estudios que se focalizan de
forma exclusiva en los síntomas de ansiedad o los trastornos comórbidos en el BD, tanto para la
seguridad como para la eficacia. Si bien existen opciones terapéuticas, las limitaciones producto
de la escasez de información impiden un claro desarrollo de las guías o de los algoritmos
diagnósticos.
Principales terapias para los trastornos de ansiedad: ¿deberían ser utilizadas para tratar la ansiedad
comórbida en el trastorno bipolar?
No existe ningún estudio RCT de gran tamaño que examine la eficacia de los SSRI, SNRI, la pregabalina o el
lorazepam para tratar los síntomas de ansiedad en pacientes con BD y GAD como comorbilidad. Sin embargo,
varios RCT evaluaron la eficacia de estos agentes en pacientes con GAD primario y demostraron que eran efectivos
(723). Por lo tanto, ¿deberían los médicos clínicos utilizar estas terapias para tratar los síntomas ansiosos
comórbidos en el GAD? Al igual que con cualquier decisión clínica, CANMAT recomienda que se evalúe la relación
riesgo-beneficio.
La pregabalina es efectiva y no se asocia con riesgo de desestabilizar el estado de ánimo y es bien tolerada. Por lo
tanto, la pregabalina debería considerarse como una opción apropiada, aunque esto no haya sido evaluado en la
población con BD con ansiedad comórbida. El lorazepam no provoca inestabilidad del estado de ánimo pero debido
al potencial de dependencia con un uso prolongado, el uso de lorazepam debe ser utilizado solo por un período de
tiempo corto. En el caso de los antidepresivos, especialmente con SNRI, el riesgo de cambio maníaco/hipomaníaco
es probablemente superior. Por lo tanto, si se considera el uso de antidepresivos para el tratamiento de los
síntomas de ansiedad, se recomienda utilizar primero SSRI. Además, si se utiliza SSRI, es importante asegurar la
adecuada estabilización del estado de ánimo con uno o más agentes antimaníacos de forma profiláctica (ej. litio o
divalproato o antipsicótico atípico).
El lorazepam y el clonazepam no provocan inestabilidad del estado de ánimo, son rápidamente efectivos para el
manejo agudo de la ansiedad y pueden abordar los signos de alarma precoces de la manía al inducir el sueño. Si
bien la prescripción inadecuada puede provocar el abuso y la dependencia, se debe ser precavido a la hora de
prescribir benzodiacepinas particularmente a pacientes mayores, el uso de estos medicamentos puede ser
apropiado para tratar la ansiedad asociada con el trastorno bipolar. Es preferible el uso a corto plazo, pero algunos
pacientes no pueden tolerar otras terapias de ansiedad y experimentan importante alivio sintomático y mejora
funcional debido al uso juicioso de las benzodiacepinas.
Figura 9 ¿Cuál es el rol de las terapias primarias de los trastornos de ansiedad para tratar la ansiedad comórbida en
el trastorno bipolar?
RCT, ensayos clínicos controlados y aleatorizados, (la figura a color puede consultarse en wileyonlinelibrary.com)
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Los síntomas del OCD pueden disminuir durante la terapia del BD; los estabilizadores del
ánimo solos o junto con antipsicóticos atípicos pueden ser adecuados para resolver los síntomas
comórbidos del OCD y los antidepresivos pueden no ser necesarios en la mayoría de los
pacientes.730,736 Si se utilizan antidepresivos, la experiencia clínica sugiere que se prefieren los
SSRI, pero debido a su riesgo potencial de viraje a la manía, los médicos clínicos deben optimizar
los agentes antimaníacos profilácticos previos a la iniciación de estos medicamentos. En 2012, el
reporte de la fuerza de trabajo de CANMAT incluyó varios reportes de pequeños casos que
indicarían un potencial beneficio del litio,743 los anticonvulsivantes, 743,746 la olanzapina, 747,748 la
risperidona, 749,759 la quetiapina751 y el aripiprazol752 para la terapia del OCD comórbido (toda
evidencia de nivel 4).
Desde la publicación de CANMAT de 2012, hubo limitada evidencia con relación a la
terapia comórbida de BD y OCD. Dos reportes de casos publicados describieron un uso exitoso de
aripiprazol inyectable una vez al mes753 y oral754 en pacientes con síntomas bipolares y de OCD
intratables. Otro reporte de casos describió los beneficios del TEC,755 y un pequeño ensayo clínico
también demostró beneficios con el topiramato complementario (nivel 3).756
Trastornos de la personalidad
Un meta-análisis indicó que el 42% de los pacientes con BD también presentan como
comorbilidad un trastorno de la personalidad, y esta característica puede confundir el diagnóstico
y ser un predictor de pobre respuesta al tratamiento. El trastorno de personalidad más prevalente
fue el obsesivo compulsivo (18%), seguido del trastorno límite (16%), el evitativo (12%), el
paranoide (11%) y el histriónico (10%).757 A pesar de la alta prevalencia de estas comorbilidades,
las investigaciones para evaluar la eficacia de estas terapias son escasas. Las recomendaciones de
la fuerza de trabajo de CANMAT describe problemas claves para el manejo de los trastornos de
personalidad, incluyendo la relación entre los trastornos de personalidad y del ánimo, el
diagnóstico certero y el efecto de la respuesta a la terapia y el curso clínico.758
La recomendaciones del grupo de trabajo de CANMAT de 2012 para los trastornos de
personalidad comórbidos concluyó que el divalproato (nivel 3)466 y la lamotrigina (nivel 4)759
pueden brindar un alivio sintomático para el trastorno de personalidad límite comórbido. La
psicoeducación puede ser de valor, ya que uno de los RCT pequeños incluyó pacientes con
trastorno de personalidad como comorbilidad (nivel 3)760 demostrada. Este estudio, junto con
otro de pequeño tamaño que combinó la psicoeducación y estrategias de entrenamiento para
pacientes con trastornos del ánimo más un trastorno de personalidad e ideación suicida (nivel
3)761 mostró un modesto beneficio a largo plazo. Se requieren estudios más específicos y de
mayor tamaño. También existe información para avalar la utilidad del DBT para el tratamiento del
BD, el cual cuenta con datos robustos en cuanto a su eficacia en la terapia del trastorno límite de
la personalidad. 75,762,763
Debido a que esas recomendaciones de CANMAT se publicaron en 2012, pocos estudios
contribuyeron de forma significativa a nuestro entendimiento de la apropiada terapia de estos
trastornos altamente comórbidos. Alesiani y colegas evaluaron el valor del programa Systems
Training for Emotional Predictability and Problem Solving (STEPPS [Sistema de entrenamiento
para predicción emocional y resolución de problemas]) con 32 sujetos con trastornos de la
personalidad y del estado de ánimo (la mitad con MDD y la mitad con BD, en su mayoría BDII), y
antecedentes de intentos de suicidio o de auto-lesión y desregulación emocional y del
comportamiento. Si bien los resultados son preliminares debido al pequeño tamaño de la
muestra y la alta tasa de deserción, los hallazgos sugieren que dicho tratamiento de grupo puede
mejorar los síntomas, así como reducir los intentos de suicidio y las internaciones.761
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175 YATHAM eT Al.
ADHD
El ADHD y BD ocurren en conjunto con mayor frecuencia que la esperada en relación a sus
prevalencias individuales en la población general. Aproximadamente el 10%-20% de los pacientes
con BD cumplen con los criterios para ADHD en adultos y hasta el 20% de los adultos con ADHD
también cumplen con los criterios para BD.764 BD y ADHD tienen un alto grado de síntomas que se
superponen, dificultando el diagnóstico de la comorbilidad y requiriendo mayor atención a los
antecedentes en la infancia y el curso de la enfermedad a lo largo de la vida. Los pacientes con
ADHD comórbida frecuentemente experimentan un curso más refractario a la terapia, más
episodios anímicos, mayor incapacidad funcional y un elevado riesgo de suicidio.765
La terapia para el ADHD que presenta comorbilidades para el BD se discute en detalle en
el artículo anterior de recomendaciones de la fuerza de trabajo de CANMAT.765Las
recomendaciones fueron las de tratar los síntomas bipolares primero con estabilizadores del
ánimo y/o antipsicóticos atípicos para estabilizar el ánimo previo a considerar la terapia de los
síntomas del ADHD. La mezcla de sales de anfetaminas (nivel 3),611 el metilfenidato (nivel 3),612 la
atomoxetina (nivel 4),615 el bupropion (nivel 4)766 o la lisdexanfetamina (nivel 4)767 adicionados a
las terapias para estabilizar el ánimo se reportaron como beneficiosos para mejorar los síntomas
del ADHD.
En un estudio sueco del registro nacional de pacientes con BD y ADHD, la monoterapia
con metilfenidato incrementó de forma significativa el riesgo de manía, mientras que aquellos
pacientes tratados de forma concurrente con estabilizadores del ánimo experimentaron una
significativa reducción del riesgo de manía cuando se utilizó metilfenidato.289
Epidemiología
Si bien existe evidencia coherente que demuestra la alta prevalencia de comorbilidades médicas
en el BD768-774 y el impacto negativo de estos diagnósticos sobre la longevidad,775,776 estas
condiciones frecuentemente no son diagnósticas ni tratadas. En un análisis transversal de gran
volumen realizado en el Reino Unido sobre información electrónica, que incluyó 1,7 millones de
pacientes de la atención primaria, aquellos con diagnóstico de BD, cuando eran comparados con
controles sanos, tenían menores tasas de diagnóstico (odds ratio [OR] 0,59, intervalo de
confianza [CI] del 95% 0,54-0,63) y de tratamiento de condiciones médicas, a pesar de tasas altas
de una (OR 1,2, CI 95% 1,16-1,39) o múltiples enfermedades (OR 1,44%, CI 95% 1,3-1,64).769
El síndrome metabólico en particular es una comorbilidad altamente prevalente en el 20-
65% de los pacientes con BD.777 Definido como un conjunto de características clínicas y
biomédicas, incluyendo adiposidad abdominal, hipertensión, alteración de la glucosa en ayunas,
diabetes mellitus, y dislipidemia aterogénica. 778 El síndrome metabólico no solo incrementa el
riesgo individual de enfermedad cardiovascular, la diabetes mellitus y la mortalidad prematura779
sino que empeora la evolución clínica del trastorno bipolar.780,781 El incremento del índice de masa
corporal (IMC ) es un contribuyente importante del síndrome metabólico, aunque la alteración
metabólica no siempre se acompaña de sobrepeso/obesidad, por lo que los pacientes con IMC
normal también deberían recibir monitoreo regular (Sección 8).
Se planteó la hipótesis que el BD y el síndrome metabólico comparten factores de riesgo
comunes y fisiopatología superpuesta.782-784 Si bien los medicamentos utilizados para tratar el BD,
especialmente los antipsicóticos atípicos, pueden producir alteraciones metabólicas y problemas
de peso (Sección 8), el acceso insuficiente a la atención primaria y atención de la salud preventiva,
bajo nivel socioeconómico, inactividad inusual, inflamación periférica y neuroinflamación, estrés
oxidativo y dificultades en la infancia también son factores contribuyentes importantes.785
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CBC
Glucosa en ayunas
Plaquetas
Electrolitos y calcio
Enzimas hepáticas
Bilirrubina sérica
Análisis de orina
Creatininemia
eGFR
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Prolactina
CBC, recuento sanguíneo completo; eGFR, tasa de filtrado glomerular estimado; HDL, lipoproteína de alta densidad; LDL, lipoproteína de
baja densidad; TC, colesterol total; TG, triglicéridos; vLDL, lipoproteína de muy baja densidad (Adaptado de Yatham et al 20062).
Recomendaciones terapéuticas
Las estrategias terapéuticas cuyo objetivo son los trastornos metabólicos deben incluir
intervenciones del estilo de vida no farmacológico. Se recomienda el reemplazo de medicaciones
psiquiátricas con “alto riesgo metabólico” por medicamentos que tienen un perfil favorable, si la
ventaja terapéutica del agente de alto riesgo sobre la alternativa es mínima y persiste el problema
metabólico/de peso. Se debe considerar la cirugía bariátrica luego de intentos sin éxito de las
estrategias antes mencionadas, si el individuo presenta un IMC ≥27 con morbilidad relacionada
con el peso o IMC ≥30 sin morbilidad metabólica significativa. Para obtener mayor detalle sobre
los principios fundamentales para el manejo de las condiciones metabólicas en pacientes con BD,
los lectores deben consultar el reporte del grupo de trabajo de CANMAT.785
Si bien no hay evidencia específica sobre la terapia de la dislipidemia o hipertensión
comórbida en BD, cabe notar que muchas de las medicaciones utilizadas para el manejo de estas
comorbilidades tienen evidencia epidemiológica o incluso de ensayos clínicos de que pueden
mejorar el ánimo. Los ejemplos incluyen estatinas, aspirinas y agonistas de la angiotensina. 788-793
Las consecuencias son que los clínicos deben jugar un rol activo en el manejo de estos trastornos,
y deben seleccionar para sus terapias aquellos agentes que pueden tener un beneficio sobre los
síntomas anímicos. Nuevamente esto es coherente con la noción de una vía compartida de
riesgos para estos trastornos no transmisibles.
Dos estudios de una muestra al azar de un millón de personas, obtenido de un estudio de cohorte
retrospectivo basado en la población de Taiwán, demostró una reducción del riesgo de accidente
cerebrovascular y de cáncer asociado con el uso de litio en BD. El grupo tratado con litio fue
comparado con controles emparejados.
El primer estudio reportó un hazzard ratio para accidente cerebrovascular durante 11 años
de 0,39 (95% CI 0,22-0,68) para aquellos a quienes les indicaron litio, incluso cuando se ajustó de
acuerdo al riesgo asociado con antipsicóticos atípicos. La reducción del riesgo también se
correlacionó con una mayor dosis, una duración terapéutica más prolongada y una mayor tasa de
exposición al litio.794 En el segundo estudio, con una muestra de 4.729 pacientes con diagnóstico
de BD, la exposición al litio se asoció con una reducción del riesgo de cáncer, en comparación con
el grupo que recibió medicamentos anticonvulsivantes (litio con o sin ellos HR=0,735; IC 95% 0,55-
0,97). El estudio también demostró un relación dosis respuesta.795 En un estudio subsecuente de
cohorte con BD de gran volumen (n=9651) cuyo foco fue el cáncer genitourinario, sin embargo, el
litio no se asoció con ningún cambio en el riesgo.796
Un reciente meta-análisis sugiere un incremento del riesgo de demencia en BD.797 Existe
cierta evidencia de que el litio del agua bebible reduce el riesgo de demencia en la población
general,638 al igual que el uso del litio en los pacientes con BD.798
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8 | SEGURIDAD Y VIGILANCIA
Previo a iniciar la terapia farmacológica en el BD, se debe realizar una historia clínica completa
incluyendo una evaluación del BMI y análisis de laboratorio de base (Tabla 23), en el caso de una
situación clínica aguda tan pronto como el paciente coopere. Para mayor detalle, los lectores
deben consultar guías para una vigilancia segura del BD.652 En mujeres en edad de gestación, se
debe descartar el embarazo y, previo a iniciar la terapia, se les debe advertir sobre la posibilidad
de que la lamotrigina y la carbamazepina afecten la eficacia de los anticonceptivos orales.
Para aquellos en terapia de mantenimiento con litio, se debe evaluar la función renal y
tiroidea, y el nivel de calcio en plasma799 a los seis meses y luego, por lo menos, una vez al año o
según indicación médica. En pacientes en terapia de mantenimiento con divalproato durante el
primer año, y con un intervalo de 3-6 meses, se debe obtener la historia menstrual (para evaluar el
síndrome de ovario poliquístico), perfil hematológico y evaluación de la función hepática; luego
de esto la frecuencia debe ser anual y según indicación médica. Los pacientes que inician terapia
con lamotrigina o carbamazepina deben ser educados de forma rutinaria sobre los riesgos de rash
cutáneo y el potencial síndrome de Steven-Johnson (SJS) y necrólisis epidérmica tóxica (TEN). Se
les debe aconsejar que consulten a su médico tratante en caso de que observen rash cutáneo o
úlceras en las mucosas, ya que pueden requerir de atención médica urgente para determinar la
naturaleza de los rash/úlceras y la implementación de la terapia más apropiada, la cual puede
incluir discontinuar estas medicaciones e iniciar otras estrategias terapéuticas para tratar el rash
grave y prevenir la desestabilización del BD. Además, previo a iniciar la carbamazepina, los
pacientes con origen genético en poblaciones de riesgo como los Han de China u otros pacientes
de origen asiático, se les debe realizar una genotipificación para asegurar que no poseen el alelo
para el antígeno humano del leucocito (HLA)-B*1502, el cual representa un mayor riesgo para
SJS/TEN con carbamazepina.800 Además, a aquellos en terapia con carbamazepina se les debe
medir los niveles de sodio en el suero por lo menos una vez al año y según indicación médica,
debido al riesgo de hiponatremia asociado a este compuesto. En los pacientes que reciben
antipsicóticos atípicos se les debe monitorear el peso mensualmente durante los primeros tres
meses y luego cada tres meses. La presión arterial, la glucosa en ayunas y el perfil lipídico deben
evaluarse a los tres y seis meses y luego anualmente. Los niños menores de 10 años, los ancianos,
los pacientes con enfermedades médicas, y los pacientes con terapias combinadas deben
monitorearse de forma más frecuente. La recurrencia de síntomas clínicos, así como de signos de
alteración hematológica, hepática, cardiovascular y neurológica debe ser una señal de la
necesidad de investigaciones adicionales.
Los pacientes que reciben farmacoterapia deben ser controlados de forma regular en
busca de efectos adversos, incluyendo cambios en el peso y otros eventos adversos tales como
síndrome extrapiramidal (EPS).
En los pacientes que reciben litio, divalproato o carbamazepina se deben monitorear los niveles
séricos de la medicación de forma regular. Esto es particularmente importante para aquellos
quienes no adhieren a la terapia. La medición de los niveles séricos debe repetirse en el punto más
bajo, el cual es aproximadamente a las 12 horas luego de la última dosis. Durante la fase aguda
para litio y divalproato, se recomienda que se establezcan dos niveles séricos consecutivos dentro
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del rango terapéutico, y que luego las mediciones se repitan cada 3-6 meses o con mayor
frecuencia si está indicado por la clínica. Para la carbamazepina, el control de los niveles séricos se
realiza principalmente para asegurar que estos no son tóxicos y para controlar la adherencia al
tratamiento, ya que no se estableció una relación entre la eficacia y los niveles plasmáticos; por lo
tanto el monitoreo de los niveles plasmáticos de carbamazepina puede realizarse a intervalos
cada 6-12 meses y según indicación médica.
Durante la terapia aguda el nivel más alto de litio es de 0,8-1,2mEq/L (0,4-0,8mEq/L en
adultos mayores) mientras que durante la terapia de mantenimiento, niveles séricos de 0,6-
1mEq/L pueden ser suficientes; 801,802los niveles séricos deben obtenerse a los 5 días luego de la
titulación de la dosis más reciente. Los médicos clínicos pueden consultar el “litiometro”
esquemático para mayor asesoramiento.803 Es importante evitar los niveles tóxicos ya que estos
se asocian con un elevado riesgo de daño renal a largo plazo .804. El nivel sérico objetivo de
divalproato es 350-700mM/L (50-100 ug/mL) en la fase aguda y debe pedirse a los 3-5 días
después de la titulación más reciente. Existe evidencia de una relación linear entre el nivel sérico
de divalproato y la eficacia terapéutica en la manía aguda, con niveles más altos asociados a
mayor eficacia. 805 Actualmente se desconoce cuáles son los niveles de divalproato que ofrecen
una eficacia óptima en la terapia de mantenimiento, ya que ningún estudio hasta la fecha evaluó
de forma sistemática la relación entre los niveles séricos de divalproato y el mantenimiento de la
eficacia. Por lo tanto, se les aconseja a los médicos clínicos mantener niveles séricos de
divalproato dentro del rango de laboratorio aceptado durante la etapa de mantenimiento y vigilar
a los pacientes cuidadosamente en busca de síntomas anímicos emergentes y tolerancia, y se
debe ajustar la dosis de divalproato según se requiera, con el fin de obtener la mejor eficacia y
tolerancia.
Se debe monitorear todos los niveles séricos de los medicamentos psicotrópicos en
pacientes tratados con carbamazepina de forma concurrente o con otros agentes inductores de
las enzimas hepáticas, especialmente en casos de respuesta inadecuada o falta de eficacia, para
determinar si se comprometió la eficacia debido a reducción de niveles séricos.
Tabla 24 Problemas de seguridad/tolerancia y riesgos de cambios relacionados con las terapias, con los agentes
farmacológicos indicados en el trastorno bipolar
Litio + ++ + ++ - -
Anticonvulsivantes
a
Carbama- ++ ++ + ++ - -
zepina
a
Divalproato - ++ + + - -
Gabapentín - - + + - -
Oxcarbama- + + + + - -
zepina
Lamotrigina ++ - - - - -
Antipsicóticos atípicos
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Aripiprazol - - + + - -
Asenapina - - + + - -
Cariprazina - - + - - -
Lurasidona - - + + - -
Olanzapina + +++ ++ ++ - -
Paliperidona - + + ++ - -
Quetiapina + ++ ++ ++ - -
Risperidona - + + ++ - -
Ziprasidona ++ ++ ++ + - -
Antipsicóticos convencionales
Haloperidol + +++ ++ ++ - ++
Loxapina + + + + - Nk
b
Antidepresivos (coadyuvantes )
Agomelatina + - - - + -
Bupropion + - + - + -
Ketamina EV ++ nk ++ Nk nk Nk
MAOI ++ ++ + ++ ++ -
SNRI - + + - ++ -
TCA ++ ++ ++ ++ +++ -
Estimulantes
Anfetaminas - ++ + - +++ -
Modafinilo - - - - ++ Nk
Agonistas dopaminérgicos
Pramipexol - + - - ++ Nk
MAOI, inhibidores de la monoamino oxidasa; SNRI, inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina; SSRI,
inhibidores de la recaptación de serotonina; TCA, antidepresivos tricíclicos.
-, limitado impacto en la selección de la terapia; +, menor impacto sobre la selección de tratamiento; ++, moderado
impacto en la selección de tratamiento; +++, impacto significativo sobre la selección del tratamiento; nk,
desconocido.
a
El divalproato y la carbamazepina deberían ser utilizados con precaución en mujeres en edad gestacional (Sección 7)
b
La monoterapia con antidepresivos no se recomienda para el trastorno bipolar I; para mayor información sobre el
trastorno bipolar II, ver Sección 6.
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Los problemas de seguridad y tolerancia, además de la información sobre eficacia, fueron tenidos
en cuenta a la hora de definir las recomendaciones para cada fase de la enfermedad. Los
problemas más notables se describen a continuación y en la Tabla 24 se incluye su potencial
impacto en la selección de la terapia, así como en las tablas de jerarquía en las Secciones 2-4.
Debido a que los efectos adversos de los medicamentos contribuyen de forma importante a la
falta de adherencia, estos problemas potenciales deben discutirse con el paciente que recibe o en
quienes se está considerando terapia con diferentes agentes, con el fin de ayudar a tomar una
decisión informada.
Tanto el litio como divalproato frecuentemente se asocian con náuseas, vómitos y diarrea, y el
35%-45% de los pacientes experimentan estos efectos adversos.372,811 En el caso del litio, esto es
particularmente pronunciado durante el inicio de la terapia, o ante los aumentos rápidos de
dosis.812 La titulación gradual de la dosis, la toma del medicamento a la hora de acostarse, la toma
junto con las comidas y las preparaciones de liberación lenta pueden reducir las náuseas y otros
efectos adversos.813
El litio posee un potencial de toxicidad renal bien conocido, incluyendo diabetes insípida
nefrogénica (NDI), nefropatía tubulointersticial crónica y necrosis tubular aguda; la NDI se reportó
en el 20%-40% de los pacientes.814-816 Más del 70% de los pacientes en terapia crónica con litio
experimentarán poliuria, la cual puede dificultar el trabajo y la funcionalidad diaria. Este efecto
adverso no suele reportarse frecuentemente, salvo que se interrogue por su presencia.817 La
administración a largo plazo (es decir 10-20+ años) además se asocia con un descenso de la tasa
de filtrado glomerular y de enfermedad renal crónica.818 Si bien la administración a largo plazo
del litio probablemente es un factor de riesgo importante para desarrollar enfermedad renal
crónica, existen factores que pueden incrementar la susceptibilidad a altos niveles de litemia:
múltiples dosis diarias de litio (versus una vez al día), medicación concomitante (ej. NSAID, ARB,
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La carbamazepina puede ser un factor de riesgo para la leucopenia, 828,830 aunque los hallazgos no
son sólidos.831 Este efecto adverso generalmente es reversible con una reducción o
discontinuación de la dosis. Existe cierta preocupación sobre el rápido desarrollo de supresión
medular resultado de una hipersensibilidad, especialmente en pacientes ancianos. 831,832
La clozapina posee una alto riesgo de inducir cambios en el recuento de glóbulos blancos,
aproximadamente el 0,18% de los pacientes experimentaron alteraciones que se clasificaron
como inducidas o probablemente inducidas por la droga.828 A todos los pacientes que inician
clozapina se les debe realizar un perfil hematológico y se los debe enrolar en un programa de
vigilancia de la clozapina, el cual requiere de controles regulares de los parámetros
hematológicos: semanalmente al principio y luego cada 2-4 semanas durante el curso de la
terapia.833
El litio puede aumentar el riesgo de prolongación anormal del QT o anomalías de la onda T, 834 un
efecto que es más pronunciado con la edad, ya que el 60% de los pacientes mayores en terapia de
mantenimiento con litio poseen anomalías en el ECG. Diferentes antipsicóticos, incluyendo a la
risperidona, la olanzapina, la ziprasidona y la asenapina, también se asocian con arritmias,
prolongación del QTc y otros eventos adversos cardiovasculares. La clozapina puede incrementar
el riesgo de diferentes eventos infrecuentes pero serios, tales como cardiomiopatía dilatada,
miocarditis y peritonitis. De los antipsicóticos, la lurasidona y el aripiprazol son considerados
seguros desde un punto de vista cardíaco; aunque el aripiprazol puede elevar el riesgo de
hipotensión. 810
Existe una relación entre la terapia de mantenimiento con litio y el hipotiroidismo, el cual también
se asocia con un incremento de los episodios afectivos, el ciclado rápido y depresión más severa.
836,837
Por lo tanto, se recomienda el monitoreo de rutina de la función tiroidea en todos los
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pacientes en terapia con litio. Debido a que este también puede producir hipertiroidismo, se
recomienda el control periódico de los niveles de calcemia, y, si estuviera elevada, se debe realizar
mayores investigaciones para descartar hiperparatiroidismo.838 La presencia de hipotiroidismo no
constituye una indicación para la suspensión del litio en pacientes con buena respuesta; sino que
se recomienda iniciar suplemento tiroideo.
En las pacientes que utilizan divalproato es más frecuente observar inicio de
oligomenorrea o hiperandrogenismo. 839 Aunque existen reportes de un aumento de la incidencia
del síndrome de ovario poliquístico (PCOS) asociado a la terapia con divalproato, un reciente
meta-análisis no avaló estos hallazgos.840 En aquellas pacientes que desarrollan PCOS al recibir
divalproato existe evidencia de una pequeña muestra de que discontinuar el divalproato produce
la remisión de algunos aspectos del PCOS.841
La hiperprolactinemia es frecuente con algunos antipsicóticos, y puede provocar efectos
adversos a corto y largo plazo. La risperidona, la amilsulprida y la paliperidona son los que lo
producen con mayor frecuencia.842 La hiperprolactinemia puede inducir amenorrea, disfunción
sexual y galactorrea, entre otros efectos secundarios. A largo plazo puede producir ginecomastia
y osteoporosis.843 Cuando se presentan dichos efectos, es aconsejable reducir la dosis o rotar a
una medicación diferente.844
8.3.7 | Cognición
Si bien muchos pacientes experimentan alteraciones cognitivas, estos déficits pueden atribuirse
a la enfermedad en sí, con efectos más pronunciados en aquellos con una enfermedad más grave
o crónica.845 Aunque estudios de pequeño volumen sugieren que los pacientes eutímicos
medicados tienen un desempeño similar a aquellos no medicados,846 otros estudios naturalísticos
plantean un potencial impacto negativo de diferentes medicaciones, siendo los efectos
antipsicóticos los más importantes.845 El litio también puede producir una incapacidad en la
velocidad de procesamiento y de la memoria, lo que los pacientes pueden encontrar angustiante;
847
aunque reciente información controlada y aleatorizada sugiere que el litio es superior a la
quetiapina en relación a este problema .329 De hecho, los efectos del litio sobre la neurocognición
son complejos y se requiere mayor investigación para clarificar por completo el impacto
neurocognitivo. 848 Los anticonvulsivantes, excepto la lamotrigina, también se relacionan con una
alteración cognitiva subjetiva.847 Debido a la importancia de la cognición en la funcionalidad y
calidad de vida de los pacientes, se requieren mayores estudios en este área.
8.3.8 | Sedación
La sedación es un problema para muchos, y más de la mitad de los pacientes lo han reportado
como un motivo para no adherir a la terapia.807 El divalproato y los antipsicóticos atípicos son los
que probablemente más producen estos efectos; el 30% al 50% de los pacientes que reciben
antipsicóticos atípicos experimentan sedación, en comparación con el 8%-13% de los que reciben
placebo.164,214,849-851 y el 21%-29% de los pacientes que reciben divalproato.852,853 Esto no es una
preocupación con todos los antipsicóticos; sin embargo; la quetiapina, la clozapina y la
olanzapina generalmente presentarán mayores tasas de sedación en comparación con la
ziprasidona, la risperidona y el aripiprazol.810 La lamotrigina y el litio producen menos sedación
que el divalproato.854,855
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El temblor puede ser una causa de frustración para muchos pacientes, y se presenta en hasta el
10% de los pacientes tratados con litio o divalproato. 668,856,857 El inicio de síntomas neurológicos
en pacientes medicados con divalproato debe plantear la sospecha de una encefalopatía
hiperamonémica, la cual, si bien es rara, puede ser potencialmente fatal, y por lo tanto es de suma
importancia su detección precoz y la suspensión del divalproato para prevenir la morbilidad y
mortalidad.858 Las formulaciones de liberación sostenida y las reducciones de dosis pueden limitar
los síntomas.802,859,860 Si bien los antipsicóticos convencionales tales como el haloperidol se
asocian a EPS con frecuencia (incluyendo pseudoparkinsonismo, acatisia, distonía aguda y
disquinesia tardía),861 este riesgo es bajo o está ausente con los antipsicóticos atípicos. 862,863
Entre estos agentes atípicos, la risperidona, el aripiprazol, la cariprazina, la ziprasidona y la
lurasidona son más probable que produzcan EPS, especialmente en altas dosis.810 En pacientes
ancianos, la incapacidad de la deglución y la disfagia también se asociaron con agentes atípicos,
especialmente en altas dosis.864,865
Aunque es infrecuente, el síndrome neuroléptico maligno (NMS) es un efecto adverso
potencialmente fatal que se asocia con agentes antipsicóticos. En un principio, el riesgo con
agentes atípicos fue considerado insignificante; sin embargo, si bien el riesgo es muy bajo, varios
agentes atípicos han sido asociados con NMS.866 Si bien generalmente es impredecible, el riesgo
es mayor durante la fase inicial del tratamiento o de cambio de dosis, con la administración
endovenosa o intramuscular, con dosis altas o con la polifarmacia, cuando el pacientes está
físicamente contenido o deshidratado, en ambientes a altas temperaturas, en pacientes mayores
y en aquellos con comorbilidades médicas o psiquiátricas. Los pacientes con antecedentes de
DMS y/o antecedentes personales o familiares de catatonía también poseen un mayor riesgo.867
Los antipsicóticos también pueden tener un efecto sobre la termorregulación; estudios de casos
indican un potencial tanto para enfermedades relacionadas con altas temperaturas868 como la
hipotermia869; por lo tanto, los pacientes deben estar informados y deben ser controlados en
busca de este riesgo durante los períodos de temperaturas extremas.
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Como se describió en la Sección 6, los pacientes con BD de por sí presentan un riesgo elevado de
padecer estas enfermedades físicas y el riesgo se exacerba aún más debido a algunos
antipsicóticos atípicos y estabilizadores del ánimo. Tanto la clozapina como la olanzapina se
asocian con el nivel de riesgo más alto, seguido por la quetiapina (particularmente a altas dosis) y
risperidona; mientras que el impacto es menor para el aripiprazol, ziprasidona, asenapina y
lurasidona.810 El litio y el divalproato también se asocian con ganancia de peso corporal.791 Tal
como se indicó previamente en esta sección, todos los pacientes que reciben antipsicóticos
atípicos deben ser controlados en busca de cambios en los niveles de glucosa en sangre y en el
perfil lipídico, y si se detectara alguna alteración, de ser posible, se debe discontinuar el
antipsicótico atípico y de ser necesario iniciar el tratamiento correspondiente.
9 | OBSERVACIONES FINALES
10 | CONFLICTO DE INTERESES
Dr. Martin Alda recibió una beca del Canadian Institutes of Health Research, Genome Quebec,
Nova Scotia Health Authority, Nova Scotia Health Research Foundation, and Stanley Medical
Research Institute; Dr. Serge Beaulieu recibió revisión de pares y fondos para investigación del
Canadian Institutes of Health Research, Pfizer Research Award, NARSAD, y aval para KT y
contrato de investigación con AstraZeneca, Bristol-Myers-Squibb, Lundbeck, Otsuka, Sunovion;
fue consultor o miembro del consejo evaluador para Allergan, Astra Zeneca, BMS, Forest
Laboratories, Janssen-Ortho, Lundbeck, Merck, Otsuka, Pfizer, Sunovion; y orador para Allergan,
Astra Zeneca, BMS, Janssen-Ortho, Lundbeck, Otsuka, Pfizer, Purdue, Sunovion; Dr. Michael
Berk recibió una beca/apoyo para investigación del NIH, Cooperative Research Centre, Simons
Autism Foundation, Cancer Council of Victoria, Stanley Medical Research Foundation, MBF,
NHMRC, Beyond Blue, Rotary Health, Geelong Medical Research Foundation, Bristol Myers
Squibb, Eli Lilly, Glaxo SmithKline, Meat and Livestock Board, Organon, Novartis, Mayne
Pharma, Servier, Woolworths, Avant and the Harry Windsor Foundation, fue orador para Astra
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Zeneca, Bristol Myers Squibb, Eli Lilly, Glaxo SmithKline, Janssen Cilag, Lundbeck, Merck, Pfizer,
Sanofi Synthelabo, Servier, Solvay and Wyeth, y consultor de Allergan, Astra Zeneca,
Bioadvantex, Bionomics, Collaborative Medicinal Development, Eli Lilly, Grunbiotics, Glaxo
SmithKline, Janssen Cilag, LivaNova, Lundbeck, Merck, Mylan, Otsuka, Pfizer y Servier. MB
recibe NHMRC Senior Principal Research Fellowship 1059660; Dr. David Bond fue miembro del
consejo evaluador y/o recibió apoyo de su investigación de Myriad Genetics; Dr. Joseph Calabrese
recibió una beca y/o es asesor u orador CME de las siguientes entidades: Alkermes Inc., the
Cleveland Foundation, Janssen Pharmaceuticals Inc., Lundbeck, the National Institute of Mental
Health, Otsuka Pharmaceutical, Sumitomo Dainippon and Sunovion Pharmaceuticals Canada
Inc.; Dr. Benicio Frey fue consultor para Lundbeck, Pfizer, Sunovion y recibió apoyo para
investigación de Pfizer; Dr. Benjamin Goldstein recibió una beca de Brain Canada, CIHR, Heart
and Stroke Foundation, Ontario Ministry of Research, Innovation, and Science, NIMH; Dr.
Shigenobu Kanba recibió fondos para investigación deDainippon-Sumitomo Pharma, Jansen
Pharma, Asteras Pharma, Nipponchemipha, Pfizer, Mochida Pharma, Esai, Tanabe-Mitsubishi
Pharma, Meiji Seika Pharma, Yoshitomi Pharma, Shionogi Pharma, and Tanabe Mitsubishi. He
recibió honorarios de MSD, Asteras Pharma, Mochida Pharma, Esai, Takeda Pharma, Dainippon-
Sumitomo Pharma, Otsuka Pharma, Taisho-Toyama Pharma, Jansen Pharma, Meiji Seika
Pharma, Yoshitomi Pharma, Takeda Pharma, Nipponchemipha, Daiichi-Sankyo, Pfizer, Mochida
Pharma, Shionogi Pharma, and Tanabe-Mitsubishi Pharma; Dr. Flavio Kapczinski recibió
becas/apoyo para investigación de AstraZeneca, Eli Lilly, Janssen- Cilag, Servier, NARSAD, and
the Stanley Medical Research Institute; fue miembro de consejos de oradores de Astra Zeneca, Eli
Lilly, Janssen and Servier; y fue consultor para Servier; Dr. Sidney Kennedy y recibió fondos de
investigación u honorarios de las siguientes entidades: Abbott, Allergan, AstraZeneca, BMS,
Brain Canada, Canadian Institutes for Health Research (CIHR), Janssen, Lundbeck, Lundbeck
Institute, OMHF, Ontario Brain Institute, Ontario Research Fund(ORF), Otsuka, Pfizer, Servier, St.
Jude Medical, Sunovion and Xian-Janssen; Dr. Jan Kozicky es empleado de Indivior Canada Ltd;
Dr. Beny Lafer avalado por las investigaciones federales de Brasil y becas de CNPq and CAPES y
recibió una beca de Brain & Behavior Research Foundation (NARSAD); Dr. Raymond Lam recibió
honorarios como orador, consejero/consultor o recibió fondos de investigación de: Akili, Asia-
Pacific Economic Cooperation, AstraZeneca, BC Leading Edge Foundation, Brain Canada, Bristol
Myers Squibb, Canadian Institutes of Health Research, Canadian Depression Research and
Intervention Network, Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments, Canadian
Psychiatric Association, Janssen, Lundbeck, Lundbeck Institute, Medscape, Pfizer, St. Jude
Medical, Takeda, University Health Network Foundation, Vancouver Coastal Health Research
Institute, and VGH Foundation; Dr. Glenda MacQueen recibió honorarios como oradora o asesora
de: AstraZeneca, Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments, Canadian Psychiatric
Association, Janssen, Lundbeck, Pfizer, Allergen, Sunovion; Dr. Gin Malhi recibió una beca o
fondos para investigación del National Health and Medical Research Council, Australian Rotary
Health, NSW Health, Ramsay Health, American Foundation for Suicide Prevention, Ramsay
Research and Teaching Fund, Elsevier, AstraZeneca and Servier; fue orador AstraZeneca,
Janssen-Cilag, Lundbeck, and Servier; y fue consultor para AstraZeneca, Janssen Cilag, Lundbeck
and Servier; Dr. Roger McIntyre recibió becas de Allergen Lundbeck, Purdue, Shire, Stanley
Medical Research Institute, honorarios como orador o consultor Shire, Purdue, Otsuka, Janssen-
Ortho, Lundbeck, Pfizer, Neurocrine, Neuralstem, Sunovion, Takeda, Allergan; Dr. Diane
McIntosh recibió honorarios como oradora o consultora de Janssen, Shire, Purdue, Lundbeck,
BMS, Sunovion, Pfizer, Otsuka, Allergan, Valeant; Dr. Roumen Milev recibió una beca por
participar en consejos de asesores o como orador de Lundbeck, Janssen, Pfizer, Forum, CIHR,
Ontario Brain Institute, OMHF, Otsuka, Sunovion and Bristol Meyers Squibb; Dr. Claire
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O’Donovan no posee conflicto de intereses; Dr. Sagar Parikh recibió honorarios como consultor
de Assurex and Takeda, honorarios como orador de CANMAT, becas de investigación de Assurex,
Takeda, the Ontario Brain Institute, the Canadian Institutes for Health Research, the Ethel and
James Flinn Foundation, y posee acciones en Mensante; Dr. Robert Post fue orador para
AstraZeneca, Validus, Sunovion, Pamlabs, and Tekada; Dr. Arun Ravindran recibió una beca y
apoyo de AstraZeneca, Bristol-Myers Squibb, Cephalon, Eli Lilly, GlaxoSmithKline, Janssen-
Ortho, Lundbeck, Pfizer, Roche, Servier and Wyeth. Current industry grant awards: Janssen-
Ortho. Dr Ravindran también fue consultor de algunas de las instituciones antes mencionadas.
También participó en los programas patrocinado por CME programs y otras compañías tales
como, Sunovion. También fue orador o recibió fondos por revisión de pares de Canadian
Institutes of Health Research, Grand Challenges Canada, Ontario Brain Institute, Ontario Mental
Health Foundation, Canadian Foundation for Innovation and Ministry of Economic Development
and Innovation, and National Institutes of Mental Health; Dr. Rej has received research support
from Satellite Healthcare (US di- alysis company). De lo contrario, Dr. Soham Rej apoyo para su
investigación del Canadian Institutes for Health Research (CIHR), Fonds de Recherche Quebec
Sante (FRQS), Ontario Mental Health Foundation, Kidney Foundation of Canada, Physicians
Services Incorporated Foundation, Mind and Life Institute, Brain Canada, Lady Davis Institute,
McGill University, and Charitable donations to the Jewish General Hospital Division of Geriatric
Psychiatry; Dr. Ayal Schaffer recibió honorarios de Allergan, Asofarma, Lundbeck, and Sunovion;
recibió apoyo a su investigación de Ontario Mental Health Foundation; Canadian Institute of
Health Research; American Foundation for Suicide Prevention; Ontario Ministry of Health and
Long-Term Care (IMPACT Award); Dr. Verinder Sharma recibió becas, participó en consejo de
expertos y recibió becas de y fue orador para Assurex, Genome Canada, Neurocrine Biosciences,
Sage Therapeutics, Stanley Medical Research Institute, and Sunovion Pharmaceuticals; Dr. Trisha
Suppes en los últimos 36 meses reporta becas del National Institute of Mental Health, Sunovion
Pharamaceuticals, Elan Pharma International Limited, VA Cooperative Studies Program, Pathway
Genomics, Stanley Medical Research Institute, National Institute of Health, Palo Alto Health
Sciences, and National Institute on Drug Abuse; honorarios por consultas de A/S H. Lundbeck,
Sunovion, and Merck & Co; honoraria from Medscape Education, Global Medical Education, and
CMEology; royalties from Jones and Bartlett and UpToDate; y viáticos por viajes de A/S H.
Lundbeck, Sunovion Pharmaceuticals, Inc., Global Medication Education, CMEology, and Merck
& Co.; Dr. Gustavo Vazquez no posee conflicto de intereses; Dr. Eduard Vieta has received grants
and fue consultor, asesoro u orador CME para: AB- Biotics, Allergan, Angelini, AstraZeneca,
Bristol-Myers Squibb, Dainippon Sumitomo Pharma, Farmindustria, Ferrer, Forest Research
Institute, Gedeon Richter, Glaxo-Smith-Kline, Janssen, Lundbeck, Otsuka, Pfizer, Roche, Sanofi-
Aventis, Servier, Shire, Sunovion, Takeda, the Brain and Behaviour Foundation, the Spanish
Ministry of Science and Innovation (CIBERSAM), the Seventh European Framework Programme
(ENBREC), and the Stanley Medical Research Institute; Dr. Lakshmi Yatham recibió becas, fue
orador o participó en consejos de expertos para Allergan, AstraZeneca, Alkermes, Bristol- Myers
Squibb, Canadian Institutes of Health Research, Canadian Network for Mood and Anxiety
Treatments, Dainippon Sumitomo Inc, Eli Lilly & Co., Forrest, GlaxoSmithKline, Janssen,
Lundbeck, Michael Smith Foundation for Health Research, Novartis, Otsuka, Pfizer, Ranbaxy,
Servier, Sunovion, the Stanley Foundation, and Valeant Pharmaceuticals.
Reconocimientos
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188 YATHAM eT Al.
ORCID
Sidney H Kennedy http://orcid.org/0000-0001-5339-7185
Ayal Schaffer http://orcid.org/0000-0001-6220-5042
Benjamin I Goldstein http://orcid.org/0000-0003-0340-349X
Soham Rej http://orcid.org/0000-0002-3908-9124
Martin Alda http://orcid.org/0000-0001-9544-3944
Glenda MacQueen http://orcid.org/0000-0003-3352-6781
RoumenVMilev http://orcid.org/0000-0001-6884-171X
Raymond W Lam http://orcid.org/0000-0001-7142-4669
Roger S McIntyre http://orcid.org/0000-0003-4733-2523
Jan Kozicky http://orcid.org/0000-0003-0697-0342
Beny Lafer http://orcid.org/0000-0002-6132-9999
Eduard Vieta http://orcid.org/0000-0002-0548-0053
Robert M Post http://orcid.org/0000-0002-4246-524X
Michael Berk http://orcid.org/0000-0002-5554-6946
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Cómo citar este artículo: Yatham LN, Kennedy SH, Parikh SV, et al. Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments
(CANMAT) and International Society for Bipolar Disorders (ISBD) 2018 guidelines for the management of patients with
bipolar disorder. Bipolar Disord. 2018;20:97–170. https://doi.org/10.1111/bdi.12609
Bipolar Disorders. 2018;20:97–170. wileyonlinelibrary.com/journal/bdi © 2018 John Wiley & Sons A/S.
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