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eee UN ESTUDIO RECIENTE REVELA QUE LA MAYORIA DE LOS JOVENES DE NUESTRAS IGLESIAS YA NO SON CAPACES DE DETERMINAR LO QUE... ES LENG mr LO QUE USTED NECESITA SABER PARA AYUDAR A LOS JOVENES A TOMAR DECISIONES CORRECTAS EDITORIAL MUNDO HISPANO Apartado Postal 4256, EI Paso, TX 79914, EE. UU. de A. WWW.casabautsta.org Agencias de Distiibucion CBP ARGENTINA: Rivadavia 3474, 1203 Buenos Aires. BOLIVIA: Casilla 2516. Santa Cruz, COLOMBIA: Apartado Aéreo 55294, Bogoté 2, D.C. COSTA RICA: Apartado 285, San Pedro Montes de Oca, San José. CHILE: Casilia 1253, Santiago. ECUADOR: Casilla 3256, Guayaquil. EL SALVADOR: Av. Los Andes No. J-14, Col. Miramonte, San Salvador. 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NICARAGUA: Reparto San Juan del Gimnasio Hércules, media cuadra al Lago, una cuadra abajo, 75 varas al Sur, casa No. 320. PANAMA: Apartado E Balboa, Ancon. PARAGUAY: Casilla 1415, Asuncidn. PERU: Pizarro 388, Trujillo, PUERTO RICO: Calle San Alejandro 1825, Rio Piedras. URUGUAY: Casilia 14052, Montevideo 11700. VENEZUELA: Apartado 36653, EI Trigal 2002 A, Valencia, Edo. Carabobo. Publicado originalmente en inglés por WORD PUBLISHING, © Copyright 1994, bajo el titulo “RIGHT FROM WRONG: What You Need to Know to Help Youth Make Right Choices”. Autores: Josh McDowell y Bob Hostetler. © Copyright 1996 Editorial Mundo Hispano para la traduccién al catellano con permiso de WORD PUBLISHING. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicacién puede ser reproducida por ningtin medio —electrénico, mecanico, fotostatico, fotografico o de otra forma— sin el per- miso previo del publicador. A menos que se indique lo contrario, las citas biblicas son tomadas de la Santa Biblia, Versién Reina-Valera Actualizada (RVA) © Copyright 1982, 1986, 1987, 1989 Editorial Mundo Hispano. Ediciones: 1996, 1997, 1998 Cuarta edicién: 1999 Clasificacién Decimal Dewey: 241 Temas: 1. Etica Cristiana 2. Jovenes - Conducta humana 3. J6venes - Vida religiosa ISBN: 0-311-11081-9 Editorial M.H. Art. No. 11081 10 M7 99 Printed in Canada Contenido PARTE 1 Capitulo La Crisis de la Verdad 2. La Verdad Si inpora 23 5. Ms Realidad que Ficcién .. PARTE 2 La Defensa de la Verdad 6. La Prueba de la Verdad 7. La Evidencia de la Verdad . PARTE 3 La Aplicacién de la Verdad 10. ;Cual Es la Verdad Acerca del Sexo? ....... 11. ;Cudl Es la Verdad Acerca de la Honestidad: 12. ;Cual Es Ia Verdad Acerca de la Familia? ... 13; 2Cual Es la ae ‘Acerca de Oras Verdades? fs Canreete sei ee PARTE 4 El Andlisis de la Investigacién Introduccién al Andlisis de la Investigacién 269 15. Analisis: Encuesta sobre el Amor y el Sexo . 285 16. Andlisis: Encuesta sobre el Matrimonio y la Familia ... 299 17. Andlisis; Encuesta sobre la Fe y la Religién ......... a 18. Andlisis: Encuesta sobre Actitudes y Estilos de Vida . NOPE sssssscsssssssssvssnscesseevessuaassusisisvesesveonctsaesesseussuseses Dedicatoria A nuestras esposas Dottie y Robin Reconocimientos Un libro de esta magnitud no podria haberse escrito sin la con- tribucién y la colaboracién extraordinarias de muchas personas. Deseamos agradecer por su participacién en este proyecto a: George Barna y The Barna Research Group. Ltd., por el servi- cio experto en la direccién de la “Encuesta de jévenes de nuestras iglesias 1994” y por el incisivo anilisis de George de la investiga- cién inicial; Marcus Maranto, del Departamento de Investigacién del Mi- nisterio Josh McDowell, por las horas dedicadas a recopilar inves- tigaciones relacionadas con numerosos capitulos; el doctor Norman Geisler y Daryl McCarthy por revisar el bo- rrador y aportar su valioso discernimiento y consejo; David N. Weiss por aportar el beneficio de su pericia y su opi- nién sobre estas paginas; Becky Bellis por trabajar larga y arduamente en la computado- ra y por el discernimiento aportado; Bob Evans por la pericia técnica y el apoyo desinteresado que mantuvo viable el proyecto en un momento critico; Alyse Lousberry, editora de Word, Inc., por la correccién ex- perta y el discernimiento que contribuyé para completar el ma- nuscrito; ES BUENO O ES MALO Marsh Hamann, los esposos Kotner, Turner, Sheveland, Yerke, Kornweibel, Wallace, Zufiiga y Kuhn por participar en el grupo de enfoque y aportar su discernimiento y consejos tan practicos para darle la forma final al libro. Laura Minchew, vicepresidenta de Productos Infantiles de Word, Inc., quien creyé en este libro y compartié la visién de al- canzar a los nifios con el mensaje de Right from Wrong “Es Bueno o Es Malo” en Word, Inc.; Dave Bellis, compafiero de trabajo de Josh durante diecisiete afios, por disefiar y coordinar el desarrollo de toda la campafia de Right from Wrong “Es Bueno o Es Malo”, desde facilitar el sim- posio denominacional, hasta coordinar la investigacién, proponer el enfoque de la campajfia, desarrollar y producir los numerosos productos de la campajfia y supervisar su comercializacién. La participacién de Dave merece una mencién especial. Esta- mos agradecidos por su trabajo incansable en formar los concep- tos del libro, proporcionar borradores, nuevas redacciones y co- rrecciones de muchos capitulos y en general, en guiar y darle la forma final al libro. En muchos aspectos Dave podria considerar- se un “tercer autor” y estamos muy agradecidos por su contribu- cién. Y, por tiltimo, agradecemos a los numerosos hermanos y her- manas en Cristo que revisaron el libro y ofrecieron sugerencias para mejorarlo y apoyo para su misién. Josh McDowell Bob Hostetler 12 PARTE | CRISIS Una Generacién en Crisis Elizabeth Pefia, de dieciséis afios y Jennifer Ertman, de catorce, cometieron el error de tomar un atajo. Eran las once y media de una noche calurosa y htimeda de junio. Las dos acababan de salir de una fiesta en casa de un amigo. Llamaron primero para avisar a sus madres que estaban en cami- no. Nunca llegaron. Elizabeth y Jennifer tomaron un atajo por una zona boscosa cerca del pantano White Oak en Houston, Texas, y de pronto se encontraron con un ritual de iniciacién de la pandilla “Negros y Blancos”. Los miembros de la pandilla habfan ido a esa zona des- poblada para tomar cerveza y admitir nuevos miembros en una ceremonia que consistfa en el intercambio de pufietazos entre los que eran “iniciados” y los demas miembros. La reunién de la pan- dilla recién se dispersaba cuando aparecieron las jévenes. “Agarrémoslas”, grité uno de los miembros de la pandilla. Los cuerpos desnudos de Elizabeth y Jennifer fueron encon- trados cuatro dias mas tarde. Ambas habjan sido violadas repeti- das veces y estranguladas, una con un cinturén, la otra con un cordén de zapato. Aparentemente no habfan muerto instantdnea- mente. Un portavoz de la policfa informé: “Para asegurarse de que ambas estuvieran muertas, los presuntos asesinos se pusicron de pie encima de los cuellos de las jévenes.”' La edad de los seis miembros de la pandilla acusados de los ase- sinatos (la policia informé que los seis participaron en las viola- ES BUENO O ES MALO ciones y los asesinatos) oscilaba entre los catorce y los dieciocho afios. Uno de los miembros de la pandilla habia aparecido en un programa de televisidn local el dfa antes de los asesinatos; levan- tando una cerveza en alto se jacté ante las camaras diciendo: “La vida no vale nada.” Otro de los muchachos, al enterarse de que podrfan acusarlos de asesinato, supuestamente exclamé: “jFantas- tico! ;Ahora estamos entre los grandes!” @ UNA CLASIFICACION Billy Shehan, de diecinueve afios, obtuvo el primer lugar con sesenta y seis puntos. El competidor més cercano, Dana Belman, habia logrado sesenta y tres puntos. Un partido de baloncesto? ;Un juego de cartas? ;Una compe- tencia de tiro al blanco? jNo!, estos muchachos estaban jugando al sexo. Billy y Dana eran miembros de la infame pandilla Spur Posse, de Lakewood, California, un suburbio de clase media de Los Angeles, de lindas casas y pulcros jardines. Después de que nueve de ellos, de quince a dieciocho afios de edad, habian sido arrestados por vio- lacién y abuso, los Spur se volvieron famosos cuando los medios de difusién se enteraron de que habian elaborado un sistema de clasi- ficaciones para mantener un registro de sus conquistas sexuales. Los Spur, que inclufan de veinte a treinta muchachos, recibian un pun- to por cada joven distinta con Ja cual tenfan relaciones sexuales. Mike Weber, uno de los Spur més temidos, explicé el codigo que utilizaban los muchachos para comunicar su ultimo puntaje. “Cuando alguien estaba con una muchacha, decia: Soy [el juga- dor de béisbol] Steve Sax [numero 7], 0 soy [el jugador de futbol] Barry Sanders [ntimero 20].” A medida que aumentaba la puntuacién de los muchachos, también aumentaban las acusaciones de intimidacién y violacién. Una joven de diecistis afios informé que un Spur le quité la ropa durante un encuentro sexual en el parque y que se negé a devol- vérsela hasta que tuviera relaciones sexuales con los otros Spur; cree que evité una violacién de grupo por haber gritado hasta que se le devolvié la ropa. Una nifia de once afios dijo que estaba pa- 16 UNA GENERACION EN CRISIS sando la noche en casa de una amiga cuando un muchacho enud en el dormitorio por la ventana (aparentemente una practica comtin de los Spur) y le dijo que queria tener relaciones sexuales con ella. Ella accedié, explicando después que lo hizo porque le habian dicho que los Spur lastimaban a las muchachas que no accedfan a sus exigencias. Los muchachos admitieron que las jévenes con las cuales te- nfan relaciones no eran mis que estadisticas. “No tiene nada que ver con el amor”, dijo Matt Nielsen, de dieciocho afios. “No tiene nada que ver con que te gusten” (de hecho, los muchachos se re- ferfan a sus victimas como “prostitutas”). Y ninguno de los Spur se sentfa avergonzado ni mucho menos arrepentido por su con- ducta. “No fue nada”, dijo Mike Webber. “Si uno tenfa relacio- nes, sacaba un punto. Era algo asf como el derecho de jactarse ante el que pensaba que era el mds macho.” * MUNA JUVENTUD SOMBRIA ePor qué se estén volviendo tan groseros y brutos los nifios? Qué ha ocurrido en nuestra sociedad para que los adolescentes sean tan violentos, tan insensibles, tan indiferentes ante lo bueno y lo malo? Como escribiera el periodista Rowland Nethaway en un articulo para la empresa de noticias Cox: Los adultos siempre se han quejado de sus jévenes, pero esto es dis- tinto. Siempre han habido muchachos desenfrenados y rebeldes que se salen de la senda del bien y hacen cosas malas; pero sablan dénde estaba la senda y lo que estaba mal. Pero muchos de los jévenes de hoy no parecen poder distinguir entre lo que es bueno o es malo. Los nifios estan robando, mutilando y matando por impulso, sin piedad ni remordimiento,’ La cuestién es mucho mas seria que cuando Janet Leigh y Dick Van Dyke cantaron “;Qué les pasa a los nifios de hoy?”, en la pe- licula Bye Bye Birdie. La mayoria de los jévenes de hoy no sdlo estén tocando musica estrepitosa y usan peinados exagerados; parece que han pasado a un nivel de agresién, promiscuidad, ci- nismo y violencia que les pone los pelos de punta a los padres. 17 ES BUENO O ES MALO Y esto no s6lo ocurre en zonas aisladas. La investigacién revela una historia de horror en las estadisticas de lo que pasa casi todos los dias en los Estados Unidos de Norteamérica:* 1.000 adolescentes solteras se convierten en madres 1.106 adolescentes abortan 4.219 adolescentes contraen enfermedades venéreas 500 adolescentes comienzan a usar drogas 1.000 adolescentes empiezan a ingerir bebidas alcohdlicas 135.000 jévenes llevan pistolas u otras armas a la escuela 3.160 adolescentes son asaltados; 80 son violados 2.200 adolescentes abandonan los estudios 6 adolescentes se suicidan Este comportamiento no se limita a los “jévenes problemati- cos”. La 24 Encuesta Anual de Buenos Estudiantes, una encues- ta reciente entre estudiantes de secundaria que figuran en el cuadro de honor, revela datos alarmantes acerca de los adoles- centes de hoy. Una de cada cinco de estas jovencitas —recorde- mos que son estudiantes que estan en el cuadro de honor— dije- ron que hab{an sido victimas de un asalto sexual. Uno de cada tres conocia a alguien que habia llevado un arma a la escuela. Uno de cada tres habia pensado en suicidarse, y cuatro de cada cinco de estos buenos estudiantes admitieron haber copiado en algun exa- men. Estas estadisticas son alarmantes. Usted y yo podemos menear la cabeza y hacer un chasquido con la lengua ante el deprimente estado de la generacién juvenil. A veces cuesta trabajo creer las cosas que suceden “por ahi”, en el mundo —a los hijos de otros. Nos consolamos diciendo que nuestros jévenes no son asi. Confiamos en que nuestros hijos de cuatro y ocho afios estan pro- tegidos contra todo eso. Nos consolamos diciendo que los jévenes en nuestras iglesias no son asf; no estan libres de problemas, pero en el fondo son buenos muchachos. Sin embargo, al mismo tiem- po que nos felicitamos, sentimos un temor que nos carcome. Usted tiene miedo (y yo también) de que la locura del mundo exterior de algtin modo, alguin dia se apodere de nuestros jévenes. 18 UNA GENERACION EN CRISIS Yo soy padre de cuatro hijos; mi coautor, Bob, es padre de dos preadolescentes, y ambos tenemos miedo. A usted probablemen- te también le preocupe que sus hijos se vuelvan cada vez menos parecidos a usted y mas parecidos al mundo de “afuera”, donde la promiscuidad, la deshonestidad, la irresponsabilidad y la violen- cia forman parte de un estilo de vida. @ AL BORDE DE LA INMORALIDAD Usted no ¢s el tinico que tiene esos temores. De hecho, si usted es como la mayorfa de los padres cristianos (0 los pastores 0 los Ii- deres juveniles), su mayor temor es que no pueda inculcar debida- mente sus valores a la préxima generaci6n. Teme la influencia del sistema de educacién publica sobre sus hijos; le espanta el poder de la presién de los compafieros; se preocupa por los efectos de los videos musicales y de los distintos medios de comunicacién; tiem- bla ante el posible impacto de una cultura que parece estar esta- Ilandole en la cara. Se pregunta si la influencia del hogar y de la iglesia bastar4 para contrarrestar las fuerzas que amenazan a sus hijos. Resulta que hay suficientes motivos para preocuparse. En marzo de 1993 cuarenta y dos Iideres juveniles cristianos se reunieron conmigo en Dallas, Texas, para un simposio sobre el es- tado de la cultura juvenil. Durante dos dfas y medio conversamos acerca de los problemas més urgentes de los jévenes de hoy y de lo que podfamos hacer para tratar el estado en que se encuentra esta generacién. Los participantes compartieron su preocupacién por los jdvenes involucrados en cosas tales como drogas, relaciones sexuales prematrimoniales y crimenes violentos. A lo largo de esas reuniones el grupo luché para identificar no sdlo los sintomas de las enfermedades que afectan a los jévenes de hoy, sino también sus orfgenes. ;Sabe usted lo que estos hombres y mujeres iden- tificaron como el mayor problema que enfrenta la juventud de hoy? El ciento por ciento de ellos identificé como su mayor preo- cupacién la pérdida de un sistema de valores basado en la Biblia. Es interesante que es la misma preocupacién que compartimos usted y yo como padres, pastores, maestros y obreros juveniles. No estaremos exagerando? Por supuesto que hay motivo de 19 ES BUENO O ES MALO preocupacién, pero nuestros hijos no pueden andar tan mal como los que estin “por ahi”. Mandamos a nuestros hijos a la escuela dominical. Participan en grupos juveniles y campamentos cristia- nos. Los queremos y nos quieren. ;Cudnto podré afectar esta cul- tura “del mundo” a nuestra juventud? Nadie ha podido contestar esa pregunta con seguridad, por lo menos hasta ahora. Con la colaboracién de trece denominaciones evangélicas, realizamos la investigacién mds extensa entre los jéve- nes de nuestras iglesias que se haya llevado a cabo hasta la fecha. Bajo la direccién experta del Grupo de Investigacién Barna, por medio de un proceso cientfficamente disefiado se seleccionaron al azar grupos juveniles de entre miles de iglesias a lo largo de los Estados Unidos de América y Canada. Se realizé confidencial- mente una extensa encuesta entre mas de 3.700 jévenes (véase la “Introduccién a la investigacién” més adelante en este libro para detalles adicionales acerca del proceso de la encuesta y de los gru- pos participantes). En este libro estaremos citando extensamente y examinando meticulosamente datos de esta encuesta realizada en 1994. (Se han dedicado los tltimos cuatro capitulos a un andlisis completo de este estudio.) Los encuestados fueron sus hijos y mis hijos. Los participantes son jévenes activos en los programas de la iglesia (escuela domini- cal, adoracién, grupos juveniles, estudios bfblicos), y que en su gran mayorfa consideran a sus padres carifiosos y su experiencia familiar positiva. Sin embargo, como verd, la encuesta revela que nuestros jévenes viven al borde de la inmoralidad, més cerca del desastre de lo que nos hayamos podido imaginar. Los resultados de la encuesta no sélo reflejan dénde se encuentran nuestros ado- lescentes ahora, sino también dénde estardn nuestros hijos, de diez, ocho, seis afios 0 menos, dentro de pocos afios. Una gran proporcién de nuestros jévenes, la mayoria de los cuales dicen haber hecho un compromiso con Cristo, estan in- volucrados en comportamientos impropios, inmorales y hasta ile- gales. La encuesta revela que durante los tiltimos tres meses: Dos de cada tres (66%) de nuestros hijos (de once a diecio- cho afios) han mentido a un padre, maestro u otro adulto 20 UNA GENERACION EN CRISIS Seis de cada diez (59%) han mentido a sus compafieros @ Casi la mitad (45%) vio *MTV por lo menos una vez por semana @ Uno de cada tres (36%) ha copiado en un examen @ Casi uno de cada cuatro (23%) ha fumado un cigarrillo u otra cosa por el estilo H@ Uno de cada cinco (20%) ha intentado lastimar fisicamente a alguien @ Uno de cada nueve (12%) se ha embriagado @ Casi uno de cada diez (8%) ha tomado drogas ilicitas, no recetadas Los datos muestran que los jévenes de buenos hogares cristianos estan cediendo ante las presiones de nuestra sociedad. Cuando lle- gan a los diecisiete afios, mas de la mitad (55%) ha acariciado los pechos, los genitales y/o ha tenido relaciones sexuales. La mitad (50%) de nuestros jovenes dice que estan estresados. Mas de la mi- tad (55%) dice que estan confundidos. Tres cuartas partes (74 %) dicen que estén buscando respuestas. No puedo enfatizar demasiado la importancia del hecho de que estos datos reflejan el comportamiento de nuestros propios jovenes. Dos tercios (65%) de ellos dicen que oran todos los dfas. El 84% asiste a la escuela dominical yal grupo de jévenes por lo menos una vez por semana, més del doble del promedio nacional para los adolescentes. Los que participaron en la encuesta no son los adolescentes que usted se imagina cuando oye hablar de pro- miscuidad, abuso de drogas y violencia adolescente; son los jéve- nes de su iglesia, los jévenes de su vecindario, los jévenes de su hogar y del mfo... y estan en graves dificultades. Nuestros jévenes andan mejor, en casi todas las dreas citadas, que los jévenes que no forman parte de un grupo en la iglesia. Pero son demasiados los jévenes nuestros que tienen relaciones sexuales. Demasiados estan mintiendo, engafiando y robando. Demasiados estin lastimando a otros. Es penosamente obvio que muchos de nuestros jévenes han perdido la habilidad de distinguir entre lo que es bueno o es malo. *MTY Programas de videos musicales cuyos temas son contrarios a la moral cristiana. 21 ES BUENO O ES MALO Muchos ya no siguen los suefios y los valores de sus padres, sino que absorben Jos valores distorsionados de una sociedad enfer- miza. Pero, ;cémo encararemos esta enfermedad antes de que in- fecte a nuestros hijos o a nuestra iglesia? ;Cémo podremos trans- mitir nuestros valores a nuestros hijos aunque sélo tengan cuatro, cinco 0 seis afios de edad? ;Cémo impediremos que los arrastre la corriente del pensamiento y comportamiento que est arruinan- do tantas vidas a nuestro alrededor? ;Cémo corregiremos el pro- blema sefialado por una profesora de filosofia cuando dijo: “Tal vez seamos una de las pocas sociedades del mundo que es incapaz de transmitir sus ensefianzas morales a los jévenes”?° El gobierno afirma que la solucién es una mejor educacién, dice que con mds programas preventivos la sociedad mejorard. Los educadores opinan que la solucién es mds dinero, si inverti- mos mas dinero en nuestras escuelas, produciremos mejores nifios. Los activistas creen que la solucién es la imparticidn de la justicia, declaran que debemos erradicar la injusticia y la opre- sién. Otros sugieren que necesitamos mds policias, mds castigo corporal, mds carceles, més oportunidades de empleo, més pro- gramas sociales. No me entienda mal; muchas de estas posibilidades son bue- nas, pero siempre se quedan cortas porque sélo enfocan los sin- tomas. Nuestro problema es mucho més profundo que la facil disponibilidad de armas o drogas; desafia a los programas preven- tivos y las soluciones sociales. Yo creo que es un problema que no se solucionara nunca a menos que identifiquemos su origen y tra- temos sus causas bdsicas. 22 A La Verdad Si Importa Una vez un amigo mio pensé en comprar la casa al lado de la suya a modo de inversién. Vivia en una zona que habia tenido mejores épocas; la casa de al lado habfa sido alquilada de vez en cuando por narcotraficantes y drogadictos, y habia sido el escenario de violencia doméstica con intervencién policial. Varias veces se ha- bfan ofdo disparos en la casa o el jardin. Miamigo esperaba que al comprar la casa, trabajar para poner- la en buenas condiciones y luego alquilarla a buenos inquilinos mejoraria el vecindario y protegerfa a su familia. Consiguié que un pariente con experiencia en construccién y renovacién viera la casa con él y le ayudara a detectar los posibles problemas. El edificio estaba en condiciones deplorables y aun- que mi amigo se sintié desilusionado por la cantidad de trabajo que hacia falta segufa esperanzado; hasta que entraron al sétano. Allf su compafiero le sefialé las enormes grietas en los cimientos y la débil estructura de los mismos. “Este lugar se esta cayendo a pedazos —le dijo su compafie- ro—. Nada de lo que arregles ahi arriba —sefialé los pisos supe- riores con el {ndice— valdr4 un centavo por lo que est4 mal acd abajo.” Opiné que probablemente habria que declarar la casa co- mo inhabitable, porque los cimientos estaban agrietados y a pun- to de desmoronarse. ES BUENO O ES MALO lM CUANDO SE DESTRUYEN LOS CIMIENTOS Esa casa es una ilustracidén apta de los problemas con que se enfrenta su familia y la mfa. Todos sentimos que est4 pasando algo con los cimientos morales de nuestra cultura. Durante los ul- timos treinta afios han aumentado los embarazos de adolescentes més del 500%. ;Se debe a una falta de educacién sexual? El sui- cidio entre los jévenes ha aumentado en un 300% en menos de treinta afios. ;Ser4 porque vivimos en una sociedad mas comple- ja y estresante?’ ;Son la violencia, los tiroteos en las calles y las armas en la escuela el resultado de leyes ineficaces sobre el control de armas? ;O hay algo mas fundamental que esta obrando aqui? Creo que tales problemas tienen un origen mucho més profundo. Creo que penetra hasta los mismos cimientos de lo que la gente en nuestra sociedad, y en nuestros hogares, cree y cmo_percibe el mundo. Nuestro anhelo por la gratificacién instanténea y las soluciones faciles no nos ayuda en esto. No encontraremos una respuesta para la violencia de los adolescentes en un supermercado; una vi- sita a una tienda para comprar ropa de moda a nuestros hijos no impedird que ellos mientan y engafien; no podemos resolver la crisis de sexualidad adolescente durante un programa de tele- visién de sesenta minutos. Debemos profundizar. Debemos mirar més alld de los sintomas y tratar las causas fundamentales. MUNA CUESTION ACERCA DE LA VERDAD Creo que una de las razones primordiales por las cuales esta generacién esta batiendo récords de deshonestidad, falta de respe- to, promiscuidad sexual, violencia, suicidio y demés patologfas es que ha perdido su apuntalamiento moral; se ha erosionado su fe fundamental en la moralidad y la verdad. Como dijera el perio- dista Rowland Nethaway, “no parecen poder distinguir entre lo que es bueno 0 es malo’. Hubo un tiempo en que los nifios se criaban en un entorno que les comunicaba normas absolutas para el comportamiento: ciertas cosas estaban bien y ciertas cosas estaban mal. Los padres, 24 LA VERDAD SI IMPORTA maestros, ministros, obreros juveniles y los demas adultos colabo- raban en un esfuerzo comin por comunicar que se debia hacer lo que es bueno y no hacer lo que es malo. En una época, nuestra sociedad, en general, explicaba el universo, la humanidad y el propésito de la vida segtin la tradicién judeocristiana: la creencia de que existe la verdad y que todos pueden conocerla y compren- derla. Un entendimiento claro de lo que es bueno y lo que es ma- lo le daba a a sociedad una norma moral con la cual medir el cri- men y el castigo, la ética comercial, los valores comunitarios, el cardcter y la conducta social. Se convirtié en la lente por medio de la cual la sociedad vefa la ley, la ciencia, el arte y la politica; la cultura en general. Se proporcionaba asi un modelo coherente que fomentaba el desarrollo sano de la familia y de comunidades unidas, y alentaba la responsabilidad y el comportamiento moral. Pero eso ha cambiado drdsticamente. Nuestros hijos se estén criando en una sociedad que en general ha rechazado las ideas de la verdad y la moralidad; una sociedad que ha perdido la habili- dad de discernir entre lo que es bueno o es malo, La verdad se ha convertido en cuestién de gusto; la moralidad ha sido reemplaza- da por la preferencia individual. Los jévenes de hoy estan creciendo en una cultura que refleja la “Filosofia Playboy”, de Hugh Hefner que dice: “si te hace sentir bien, hazlo”. Nuestros hijos rara vez oyen las palabras “bueno” y “malo” en boca de Hollywood, Nashville y las agencias publici- tarias de Madison Avenue; en lugar de ello, son bombardeados con miles de horas de sonidos e imagenes que ensalzan la inmoralidad y se burlan de los valores biblicos. Nuestros jévenes se estan educando en escuelas que dicen ofre- cer una educacién “libre de valores, moralmente neutra”. Los maestros y los libros de texto dicen: “No podemos decirles lo que es bueno y lo que es malo. Ustedes deben decidirlo por su propia cuenta. Sélo podemos darles a conocer todas las opciones.” William J. Bennett (ex secretario de Educacién de los EE.UU. de A.) cita un articulo del New York Times de 1985 en su libro The De-Valuing of America (La desvaloracién de América): El articulo habla de una sesién de consejo para quince estudiantes de 25 ES BUENO O ES MALO los tiltimos dos afios de la escuela secundaria. Durante el transcurso de esa sesién un estudiante lIleg6 a la conclusién de que una com- pafiera habia sido tonta por devolver mil délares que encontré en una cartera en la escuela. Segtin el articulo, cuando los jévenes pidieron la opinién del consejero, “dijo que crefa que la muchacha habfa hecho lo correcto, pero, por supuesto, él no queria imponerles sus valores. ‘Si asumo una posicién con respecto a lo que es bueno y lo que es malo, entonces no soy su consejero’, explicé”.? No es dificil darse cuenta de que tales mensajes no son valores neutrales; ensefian el relativismo: la creencia de que lo que es cier- to para usted tal vez no sea cierto para mi. Si un consejero les dice alos adolescentes que lo que es bueno y lo que es malo es una de- cisién totalmente de ellos, ese consejero esta comunicando una fi- losofia que niega la existencia de normas fundamentales de ver- dad y moralidad. Cuente con ello, si no lo han hecho todavia, sus hijos pronto se encontraran en un ambiente educativo que rechaza la idea de la ver- dad absoluta. La primera oracién del libro The Closing of the Ameri- can Mind (La clausura de la mente americana) de Allan Bloom dice: “Sélo hay una cosa de la cual el profesor puede estar comple- tamente seguro: casi todo estudiante que entra en la universidad cree, o dice creer, que la verdad es relativa.”* Muchas escuelas secun- darias y universidades de la actualidad no sélo refuerzan y pro- mueven esa forma de pensar; jhan pasado de ser instituciones que ayudan en la busqueda del conocimiento a ser instituciones que niegan la posibilidad de conocer algo objetivamente! En un ambiente asf, no es de sorprender que el 70% de la ge- neracién de hoy (tanto los jévenes de nuestras iglesias como aque- Ios que no lo son) declaran que la verdad absoluta no existe, que toda verdad es relativa. La mayorfa dice que todas las cosas en la vida son negociables y que “no se puede saber nada a ciencia cier- ta salvo lo que se experimenta en la vida propia’. En otras pala- bras, no creen que se pueda definir nada como bueno o malo en forma definitiva. Tanto padres como jdvenes me han expresado este punto de vista repetidamente; se refieren a cierto comporta- 26 LA VERDAD SI IMPORTA miento y dicen: “A m{ me parece mal, pero cada uno tiene que decidir por s{ mismo si est4 mal para él; no puedo obligar a nadie acreer lo mismo que yo.” Por supuesto que hay mucho que decir a favor del respeto a las opiniones ajenas. Pero nuestra sociedad ha enfatizado tanto la decisién personal y la tolerancia que pricti- camente una generacién entera de jévenes ha rechazado la exis- tencia de normas absolutas de lo que es bueno o malo. Y este mo- do de pensar ha surtido un gran efecto en sus hijos y en los m{os. Mi NUESTROS JOVENES ESTAN CONFUNDIDOS ACERCA DE LA VERDAD Los datos que surgen de nuestra encuesta son un retrato de los jévenes de nuestras iglesias, que muestra ambivalencia y con- fusién acerca de la verdad. Dentro de ellos se est4 librando una intensa batalla emocional ¢ intelectual (y tal vez espiritual). Mas de la mitad de nuestros jévenes reconoce la existencia de la ver- dad bajo ciertas circunstancias, pero luego niega ese punto de vista cuando se presenta la cuestién de otra forma. Por ejemplo, el 72% dice que la Biblia brinda una descripcidn clara ¢ indis- cutible de la verdad moral; sin embargo, sdlo el 44% dice que los humanos son capaces de comprender el significado de la verdad. Aparentemente reconocen que existe una relacién entre la Palabra de Dios y la verdad moral, pero las respuestas a otras preguntas revelan una gran confusién acerca de esa relacién. Nuestra encuesta inclufa siete declaraciones acerca de normas objetivas de verdad y moralidad. Las reacciones a las declaraciones revelan que nuestros jévenes no estan para nada convencidos del punto de vista bfblico de lo que es bueno y de lo que es malo. Por ejemplo, el 57% de nuestros jévenes ni siquiera puede decir que exista una norma objetiva de la verdad. Aunque el porcentaje no sea tan alto como el de los jévenes que estén fuera de la iglesia, revela que aunque sus hijos estén participando activamente en la iglesia, es probable que aprueben el punto de vista de que “no hay tal cosa como la verdad absoluta; la gente puede definir la verdad en formas contradictorias y, sin embargo, tener razén”. Sédlo el 15% de los jévenes de nuestras iglesias disiente con la 27 ES BUENO O ES MALO declaracién: “Lo que es correcto para una persona en una situa- cién dada tal vez no sea correcto para otra persona en la misma situacién.” En otras palabras, es probable que el 85% de los jéve- nes de nuestras iglesias razone: “El hecho que algo sea malo para ti no significa que sea malo para mf.” Su idea acerca de la dife- rencia entre lo que es bueno o es malo es inestable, algo que esta sujeto a cambios, algo que es relativo, circunstancial y personal, no permanente y universal. Apenas el 29% no estaba de acuerdo con la afirmacién: “Cuando se trata de la moral y la ética, la verdad significa algo dis- tinto para cada persona; nadie puede estar absolutamente seguro de poseer la verdad.” Esto significa que menos de uno de cada tres de nuestros jévenes cree que hay normas reconocibles de lo que es bueno y lo que es malo que se aplican a todos. Apenas mas de un tercio (38%) de nuestros jévenes no disen- tia con la siguiente declaracién: “No se puede saber nada a cien- cia cierta salvo las cosas que se experimentan en la propia vida.” Hay asuntos tales como la moralidad y la ética que estan en el aire para las dos terceras partes de los jévenes de nuestras iglesias. El 45% de nuestros jévenes que asisten a las reuniones de las iglesias no podfa decir que estaba en desacuerdo con la siguiente afirmacién: “Todo en la vida es negociable.” La implicacién asombrosa de esta estadistica es que casi la mitad de nuestros jéve- nes no puede o no estd dispuesta a reconocer que algunas cosas en la vida no se pueden negociar. Es probable que no se den cuenta de los efectos devastadores de tal punto de vista, pero eso es sdlo parte del problema. Sin embargo, todavia més inquietante que cualquiera de esas respuestas es el hecho que, en suma, sélo el 9% de nuestros jéve- nes respondié a favor de la verdad para cada una de las siete decla- raciones. En otras palabras, jmenos de uno de cada diez podia ex- presar un punto de vista coherente sobre la moralidad objetiva! Al examinar las ideas de nuestros hijos acerca de la verdad y la moralidad, resulta claro que los cimientos sobre los cuales muchos padres, pastores y Ifderes juveniles estén intentando construir, se estan derrumbando. Los conceptos biblicos tradicionales se estan 28 LA VERDAD SI IMPORTA erosionando. La mayoria de nuestros jévenes carecen de las ideas morales mas bdsicas que las generaciones anteriores daban por sentado. Muchos de nuestros jévenes estan luchando con el con- cepto de la verdad y con la manera de aplicarla a su propia vida y experiencia. Sus respuestas ambivalentes a las declaraciones recién descritas revelan que, aun cuando expresan una posicién a favor de la verdad, lo hacen con poca conviccién o seguridad. Nuestros hijos estan confundidos en cuanto a qué es la verdad absoluta y quién la determina; sienten incertidumbre acerca de cudles son las verdades absolutas y lo que hace que sean absolutas. En conse- cuencia, estan tomando decisiones condicionales, optando por lo que parece ser la mejor alternativa en el momento, sin referencia a ningtin conjunto fundamental de preceptos o principios basicos que gufen su comportamiento. @ QUE ES “VERDAD ABSOLUTA”? Muchos de nuestros jévenes sencillamente no entienden 0 no aceptan la verdad absoluta: es decir, aquello que es cierto para toda persona, en toda época, en todo lugar. La verdad absoluta es una verdad que es objetiva, universal y constante. Todos hemos establecido varias reglas y directrices familiares. Por ejemplo, yo he establecido un horario para mi hija de trece afios, especificando la hora en que debe llegar a casa después de una actividad escolar. Le he dicho: “No es bueno que estés fuera de casa después de las 11 de la noche.” He establecido una norma firme que debe ser respetada. Si ella obedece el horario esta ha- ciendo lo buena; si lo viola, estd haciendo lo malo. Quiero que mi hija considere que el horario es una regla fija. Y, en la mayorfa de los casos, lo hace. Pero ;debemos considerar que esa norma (estar en casa para las 11 de la noche después de cada actividad escolar) es una verdad absoluta? No, no se aplica a toda persona, en toda ¢poca, en todo lugar. Las comunidades, los Estados y los gobiernos pueden crear ordenanzas, reglamentos y leyes que deben obedecerse, pero no son necesariamente absolutos. Las ordenanzas cambian, los regla- mentos se vencen y algunas leyes sdlo se aplican en ciertos Esta- 29 ES BUENO O ES MALO dos. De hecho, hasta la regla del horario de mi hija puede llegar a cambiar un dia. En contraste, una verdad absoluta es objetiva, universal y constante. Si nuestros hijos van a aprender cémo distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo, deben saber cudles verdades son ab- solutas y por qué lo son. Necesitan saber cudles normas de com- portamiento son correctas para toda persona, en toda época, en todo lugar. Necesitan saber quién determina la verdad y por qué. @ POR QUE LA VERDAD SI IMPORTA Tal vez diga: “Vamos, Josh, toda esta charla acerca de lo abso- luto parece ser tan abstracta. ;Realmente piensa que las ideas de mis hijos acerca de la verdad influiran en su comportamiento?” Esa es una de las revelaciones asombrosas de esta investigacién. El estudio indica que cuando nuestros jévenes no aceptan una nor- ma objetiva de la verdad es: @ jun 36% mas probable que le mientan a usted como padre! @ jun 48% mis probable que copien en un examen! @ jun 74% mas probable que vean MTV! @ ;2 veces mds probable que intenten dafiar a alguien fisica- mente! Il ;2 veces mds probable que vean peliculas pornogréficas! I 2 veces ms probable que se embriaguen! 2,24 veces mas probable que roben! 3 veces mas probable que usen drogas ilfcitas! I 6 veces més probable que intenten suicidarse! Si sus hijos no aceptan la verdad como una norma objetiva que gobierna su vida, el estudio muestra que es: Wi jun 65% mds probable que desconfien de la gente! 2. veces mas probable que se sientan decepcionados! @ 2 veces mas probable que sientan un profundo enojo con- tra la vida! i ;2 veces mas probable que carezcan de propésitos! @ ,2 veces mds probable que sean unos resentidos! 30 LA VERDAD SI IMPORTA Lo que nuestros jévenes piensan de la verdad tiene un efecto determinante en su comportamiento, en las decisiones que toman y en las actitudes que adoptan. ™@ LAS LENTES MAGICAS @ Pero, gqué tiene la verdad que afecta el comportamiento? Fun- ciona asf: Cuando cree que existe una norma objetiva para distin- guir entre lo que es bueno y lo que es malo —que ciertas cosas est4n bien para toda persona, en toda época, en todo lugar— re- conoce que hay directrices morales y éticas fundamentales que existen independientemente de la opinién personal. Reconoce que la diferencia entre lo bueno y lo malo es objetiva (se define més alld de nosotros, no se determina subjetivamente), universal (es para toda persona en todo lugar, no cambia de persona en per- sona ni de lugar en lugar) y constante (es para toda época, no cambia de dia en dia). Cuando se acepta una norma objetiva de la verdad, se acepta un punto de vista moral y ético que gufa las decisiones de lo que es bueno y lo que es malo. La “perspectiva de la verdad” funciona como lente a través de la cual se ve toda la vida y sus muchas opciones. En las décadas de los 60s y de los 70s varios fabricantes de ce- reales atrajeron a clientes j6venes con un “cuadro escondido” en el dorso de la caja de cereal. El cuadro escondido mostraba una escena dibujada intrincadamente; pero las indicaciones en el dor- so de la caja revelaban que habfa otro cuadro escondido dentro de esa escena. La tinica manera de discernir el “cuadro escondido” era con un par de anteojos de color que venian escondidos en la caja (generalmente en el fondo). Una vez que una nifia o un nifio tomaba esas lentes mdgicas y se las ponfa, el cuadro aparecfa mi- lagrosamente en lugar del otro. Asf es cuando alguien ve la vida a través de la lente de la verdad; puede discernir mejor la verdad “es- condida” y distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo. Cuando nuestros jévenes estén equipados con la “perspectiva co- rrecta de la verdad”, podran identificar mejor cuales son las ver- dades absolutas y qué es lo que las hace absolutas... y tendran oportunidad de tomar las decisiones correctas. 31 ES BUENO O ES MALO W@ POR QUE ESTAN ACEPTANDO FALSIFICACIONES lf El motivo, entonces, por el cual es més probable que los jéve- nes que no aceptan la verdad objetiva mientan, engafien o se em- briaguen es que estdn viendo sus opciones a través de lentes de- fectuosas; han aceptado una perspectiva universal de la verdad que no les permite ver la diferencia entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo falso y lo auténtico. Muchos de los jévenes de las iglesias de hoy creen que se puede justificar el hecho de mentir a un padre, que el engafio les puede ayudar a salir adelante 0 que el robo les puede ayudar a vengarse. Pero usted dird: “;No se dan cuenta de lo equivocados que estan o del dolor que ocasionan?” No, la mayoria de ellos no se da cuenta, porque desde su punto de vista todo es negociable. Si las circunstancias lo exigen, piensan que sus acciones se justifican. Piensan y viven en base a una perspectiva distinta, una perspec- tiva que considera lo bueno y lo malo algo dindmico y cambiante. Pero esta forma de pensar les engafia, haciéndoles creer que las de- cisiones malas son “buenas”. En consecuencia, aceptan lo falso y piensan que estdn consiguiendo Jo auténtico. La mayorfa de las falsificaciones que aceptan nuestros jévenes oftecen “beneficios” inmediatos, mientras que las decisiones co- rrectas parecen ofrecer beneficios a largo plazo. El pecado se pre- senta en paquetes muy atractivos en nuestra cultura e incluye una promesa de satisfaccién inmediata. Por eso tantos jévenes optan por el pecado, porque ofrece gratificacién instantinea. Por otra parte, las decisiones correctas frecuentemente requieren posponer la satisfacci6n inmediata para poder lograr mejores beneficios a largo plazo. Por este motivo a la verdad le cuesta competir con las falsificaciones. Pero una falsificacién sigue siendo eso, una falsifi- cacién, un sustituto del original. ¥ demasiados jdvenes estén su- friendo las consecuencias de haber escogido sustitutos dafiinos. Recibf una carta de un padre cristiano que me habfa ofdo ha- blar. Decia que él y su esposa siempre habfan hecho lo mejor que podian para ser buenos padres. Eran miembros de una buena igle- sia y siempre habfan estado orgullosos de sus hijos. Pero me decia que acababan de descubrir algo acerca de su hija mayor, algo que 32 LA VERDAD SI IMPORTA les hizo sentir que el mundo se les vino encima. Describia a su hi- ja como una joven linda, pero que nunca habia sido realmente popular con los muchachos... hasta hacia poco tiempo. Habfa comenzado a salir con uno de los muchachos del equipo de fiitbol y este padre acababa de enterarse que desde el principio ella comenzé a tener relaciones sexuales con él. Fue pasando de jugador en jugador. ;En poco tiempo habfa tenido relaciones con todo el equipo! Este padre torcurado me escribid: “Josh, jse ¢s- taban pasando a mi hijita como una ‘mujer del equipo’!” Cuando estos padres se enteraron del comportamiento de su hija, ya hacia varios meses que esto estaba ocurriendo. Se sentaron junto a ella y le dijeron que sabian lo que pasaba y los tres llora- ron. Cuando le preguntaron: “;Por qué lo hiciste?” La tinica ex- plicacién que ofrecié fue: “Queria sentir que alguien me queria. Ese sentimiento no duraba mucho, y siempre me sentia mal des- pués, pero por lo menos por unos instantes sentia que alguien realmente me queria.” Me duele decir que muchas veces he ofdo historias similares, de primera mano, que derretirfan el corazén més duro. Hace tiempo una adolescente llamada Ménica me escribié una carta pottica pero devastadora. Decia: “Las relaciones sexuales me han dado las emociones mis solitarias que he vivido. Me han dado el temor como regalo y la vergiienza como vestido. Me han cegado los ojos con falso amor y me han dejado una profunda herida en el corazén...” Esa carta pudo haberla escrito su hija, o la mfa. Nuestros hijos no quieren vivir “momentos pasajeros” o las emociones solitarias que reciben de un “falso amor”. Quieren lo auténtico. Pero sin convicciones sélidas acerca de la verdad, nuestros hijos casi inde- fectiblemente comprardn lo falso. Es como una espiral descen- dente. Cuando rechazan la verdad como norma objetiva, su pers- pectiva de la vida se distorsiona. Cuando eso pasa, aceptan facil- mente las falsificaciones. Cuando aceptan las falsificaciones co- mienzan a tomar decisiones equivocadas. Cuando toman decisio- nes equivocadas, sufren las consecuencias negativas. La opcién es, literalmente, escoger entre la verdad y las consecuencias. 33 ES BUENO O ES MALO @ HAY ESPERANZA Da miedo educar a los hijos en medio de una “generacién ma- ligna y perversa’. Las palabras del rey David son tan relevantes hoy como lo fueron cuando pregunté: “Si son destruidos los fun- damentos, ;qué podrd hacer el justo?” (Sal. 11:3). No hay res- puestas faciles, pero hay esperanza. No es demasiado tarde para reforzar los cimientos que han sido debilitados. Si usted y yo esta- mos dispuestos a dejar de lado la mentalidad del “arreglo rapido” y enfrentar la dura realidad de lo que como comunidad cristiana hemos permitido (y tal vez adoptado sin darnos cuenta), creo que hay esperanza. Pero no serd facil. No tengo ninguna cura milagrosa para sanar nuestra cultura corrupta. No puedo ofrecer métodos a prueba de fuego con una garantia de devolucién para educar hijos para que sean perfectos. Vivimos en un mundo imperfecto y ninguno de nosotros es pa- dre, pastor, maestro u obrero juvenil perfecto. Aun los jévenes de las mejores familias y las mejores iglesias cometen errores tragicos. En tiltima instancia, cada uno de nuestros hijos tomard su propia decisién en cuanto a la verdad. Pero aunque no haya soluciones faciles, si hay respuestas. A lo largo de este libro exploraremos una forma practica de identificar cuales verdades son absolutas. Explicaremos un método basico para contestar por qué esas verdades son absolutas. Examinare- mos la forma de ensefiar a los jévenes, y aun a los nifios, a identi- ficar cudles verdades son absolutas. Aplicaremos la verdad a ocho Areas criticas de la experiencia humana: castidad, honestidad, ma- trimonio y familia, amor, justicia, misericordia, respeto y domi- nio propio. Y tal vez lo que es mas importante, a medida que vea la verdad aplicada a esos valores, usted se estar4 preparando para aplicarla a muchos otros en su vida y en la vida de sus jdvenes. En los capitulos que siguen presentaremos tres familias imagi- narias, y le mostraremos cémo cada una ha enfrentado la crisis de la verdad. Pero estas familias son més reales que ficticias porque sus situaciones y sus respuestas, basadas en la realidad, surgen de las muchas cartas y sesiones de consejos que hemos tenido con jé- venes, sus padres, pastores y obreros juveniles. Cada historia tam- 34 LA VERDAD SI IMPORTA bién refleja la investigaci6n que hemos Ilevado a cabo entre los j6- venes de nuestras iglesias. Las pginas que siguen aportan un remedio amargo. Pero creo que es medicina que traerd alivio, renovacién y un renacimiento de valores bfblicos en nosotros y en nuestros jévenes. Usted puede preparar a sus hijos para ir contra la corriente de la cultura. Usted puede reconstruir los fundamentos derrumbados. Tal vez usted y yo no podamos cambiar esta cultura perversa, pero s/f podemos cambiar uno por uno a nuestros jévenes cristianos y a nuestras fa- milias y a nuestras iglesias. 35 ‘) Un Movimiento Sismico Felipe Méndez, un joven de diecisiete afios, entré tras sus padres en el cuarto de su abuelo en el hogar de ancianos. La habitacién estaba oscura, con olor a humedad y medicina. La escasa luz que habia se filtraba por una ventana sucia y a través del dibujo chi- I6n de las cortinas. La madre de Felipe fue directamente a la ventana y abrié las cortinas de un tirén. Dio media vuelta y le hablé al hombre senta- do en una silla de respaldo alto. —Asi est4 mejor, ;no, papa? El hombre sonrié débilmente e incliné la cabeza hacia su hija, la esposa del pastor. Vio que su nieta Sara, de nueve afios, estaba con su padre, pero no dijo nada. —Sara y yo tenemos que hacer algunas compras, papd. En un rato estaremos de vuelta —dijo. —Esté bien, puedes irte pero no pierdas a esa nifia. Sonrié el anciano. Felipe tenfa la mirada fija en su abuelo. El anciano de ochenta afios era casi un desconocido para él; su abuela por parte de su mama habfa muerto antes de que Felipe naciera y sus otros abue- los, a quienes conocfa mucho mejor, eran mucho mis jéyenes que este abuelo. Pero esta visita era parte de una tarea de la escuela y él necesitaba mejorar sus calificaciones. Después de que sus padres y su abuelo habfan conversado un rato, la madre de Felipe le pregunté al abuelo si el muchacho le podfa hacer algunas preguntas para un proyecto escolar; su hija le ES BUENO O ES MALO hablaba como si fuera un nifto. Cuando el anciano dijo que si, la madre de Felipe le acaricié la mano y dijo que volverian dentro de un rato. Felipe carraspeé nerviosamente y sacé lapiz y papel del bolsillo; odiaba hacer este tipo de cosas. Su abuelo no lo estaba mirando. —Supongo que lo primero que debiera preguntarte es cudndo naciste. Los ojos del hombre se volvieron levemente hacia Felipe pero no dijo nada. Felipe miré el reloj. Finalmente el anciano hablo. —Naci por primera vez —comenzé, enfatizando las tiltimas dos palabras con una picara sonrisa—, en 1914. Naci por segun- da vez varios afios después. Felipe se quedé mirando al anciano un momento después de que terminé de hablar. Volvié a carraspear y escribid en su cua- derno. Después de un momento levanté la cabeza y le pregunté: —;,Como eran las cosas en aquel entonces? —No recuerdo mucho acerca de 1914 —fue la respuesta del abuelo—. Dormf la mayor parte del afio —la misma expresién volvié a cruzar su rostro—. Pero supongo que entiendo lo que estés preguntando. Se hizo otro silencio. Felipe esperaba que su abuelo siguiera hablando, pero no hacia més que mirar la pared, como si estu- viera esperando a que comenzara una pelicula. Sintié ganas de ti- rar el lapiz y el papel a la basura y olvidarse del asunto. No seria la primera vez que le pondrian un “cero”. Al paso de largos y te- diosos minutos el anciano volvié a hablar. —Mis primeros recuerdos son de cuando mi padre cortaba le- fia. Eramos bastante pobres, aun para esa época, esto era mucho antes de la Gran Depresién, parecia que mi padre se pasaba la mayoria de las tardes cortando lefia para la estufa que calentaba nuestra casa. Cuando fui un poco mayor, yo también cortaba lefia con él. Ya que yo era el mayor, todas las mafianas era mi res- ponsabilidad prender el fuego en [a estufa para calentar la casa para el resto de la familia; y en cuanto lo prendia, me volvia a me- ter en la cama hasta que se levantaran los demas. —;Tenjan electricidad? 38 UN MOVIMIENTO SISMICO El anciano sonrid. —No, después de que oscurecia usabamos lamparas de quero- seno para alumbrar, para hacer las tareas, para leer y para los jue- gos de familia como dominé, damas y parch{s. Por supuesto que eso fue mucho antes del televisor, mucho antes de Beavis y Butthead. —jConoces a Beavis y Butthead? —Maés o menos. jSabes quiénes son Plutarco y Virgilio? —Quiénes? —No importa. ;Qué mas quieres saber? —;Qué hacfan para divertirse?” —Ya te dije; jugabamos juntos, toda la familia. También me acuerdo cuando compramos nuestra primera radio. Debia haber tenido unos diez u once afios. Era de pilas y tenfamos que usar audifonos para oirla. No tenfa altavoz. Ah, e fbamos de picnic en el verano, naddbamos en el rfo y jugébamos en la arena. Habia una feria que venia una o dos veces por afio. — Te peleabas mucho con tus padres? El hombre miré a su nieto por primera vez. —No —contesté—. No creo. Habia cosas que no me gusta- ban. No me gustaba tener que cortar lefia ni prender el fuego to- das las mafianas. Pero ellos eran mis padres y yo hacfa lo que me decfan. Felipe habfa dejado de escribir, Estaba pensando que su abue- lo probablemente no recordaba lo que era ser joven. —Por supuesto —continué el anciano—, que no era asf con todo el mundo. Recuerdo cuando Viola Pérez, que me Ilevaba dos afios, se corté el cabello y empezé a usar faldas cortas y a bajarse las medias de seda hasta las rodillas como las mujeres modernas. Recuerdo que mis padres hablaban de la pobre sefiora Pérez. —Quedsé embarazada? —,La sefiora Pérez? No, Viola era la mas chica. —No, abuelo, estoy hablando de la muchacha. —jAh! No, era un poco alocada, pero nada mds. No era ese ti- po de muchacha. La puerta se abrid, se escuchéd un chirrido y la mama de Felipe asomé la cabeza en el cuarto. 39

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