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FIESTA PASCUAL DE LA DIVINA MISERICORDIA

El próximo domingo 1º de Mayo será Beatificado SS Juan Pablo II en el marco


de la Fiesta Pascual de la Divina Misericordia.

La Divina Misericordia es una piadosa devoción propagada por Sor María


Faustina Kowalska durante el primer tercio del Siglo XX.

Sor María Faustina fue canonizada por Juan Pablo II el 30 de abril del año
2000.

Estas coincidencias, que no casualidades, son promesa para la cristiandad y


especialmente para el catolicismo de que el próximo, será un fin de semana
esplendoroso.

El Señor le reveló a Sor María Faustina que las 3:00 de la tarde, la hora de su
muerte es

“Hora de la gran Misericordia para el mundo entero”

Ahora bien, por experiencia personal y habiendo experimentado el poder de la


Divina Misericordia del Señor, con mucho afecto, de seguidas te la recomiendo,
porque te aprecio y deseo para ti y los tuyos las gracias que El Señor nos ofreció
a través de Sor María Faustina:

“En esa Hora puedes obtener todo lo que pidas para ti o para los demás.
En esa Hora se estableció la gracia para el mundo entero: la Misericordia
triunfó sobre la justicia”

“En esta Hora nada le será negado al alma que pida por los méritos de Mi
Pasión...”

También le enseño El Señor a Sor María Faustina como encomendarse a la


Divina Misericordia.

“He aquí como rezarás el Rosario de la Misericordia”, "Empezarás


rezando un Padrenuestro, un Ave María y el Credo”

[Aquí, antes de continuar, puedes incorporar una petición personal para que sea alcanzada por
la divina e infinita misericordia gracias a tu piedad al realizar esta oración, por ejemplo
"ofrezco esta oración por el bienestar de mi familia consanguínea, espiritual y laboral, y por la
satisfacción de nuestras necesidades espirituales y transitorias"]
Para continuar, usa un Rosario Mariano, y:

En las cuentas del Padrenuestro, pronuncia las siguientes palabras: "Padre


eterno, te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu
amadísimo hijo, nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros
pecados y los pecados del mundo entero".

En las cuentas del Ave María pronuncia las siguientes palabras: "Por su
dolorosa pasión, Ten piedad de nosotros y del mundo entero" Una vez
recorridas las 50 cuentas del Rosario, para terminar dirás tres veces: "Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal. Ten piedad de nosotros y del mundo
entero”.

Y seguidamente dirás: "Oh sangre y agua que brotaste del corazón de


Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en ti confío"

Para terminar, realiza la siguiente oración final para todos los días.

Padre Eterno, en Quien la Misericordia es infinita y el tesoro de


compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu Mirada bondadosa y
aumenta Tu Misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles
no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza,
nos sometamos a Tu Santa Voluntad, que es el Amor y la Misericordia
misma. Amén.

“Oh, qué enorme caudal de gracias derramaré sobre las almas que recen
este rosario!”

Finalmente te envío como adjunto la gloriosa imagen que El Señor revelo a Sor
María Faustina para que el mundo entero conociera su verdadero rostro.
“Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. Prometo ya
aquí en la tierra la victoria sobre los enemigos: sobre todo a la hora de la
muerte. Yo mismo la defenderé como a mi Gloria. Ofrezco a los hombres
un recipiente con el que han de venir a la fuente de la Misericordia para
recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Vos
confío”

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