Colecciin
(Cision del Pensamiento
funda por Antonio Truely Serra
cit de dn Antonio Tol pn rite de mien neiable
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Directores
Luis Garcia San Miguel y Eloy Gaia,
323.401
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John Locke — 7°°6
heundoTeatado
sobre el
Gobierno Civil
Un ensayo acerca del
verdadero origen, alcance y
fin del Gobierno Civil
Traduccién, introduccién y notas
‘CARLOS MELLIZO
Estudio preliminar
PETER LASLETTLX cantosueter0
{que aparecen en Two Treatises of Government, Thomas
Cook (ed.), Hafner, Nueva York, 1947,
Hay muchas otras ediciones modernizadas del Tra
‘ado, pero me limito 2 mencionar aqui las consultadas
por mi,y que sé difieren de la de Cook en detalles me-
notes: Second Treatise of Government, C. B, Macpher-
son (et), Hackett, Iniangpolis, 1980, y Treatise of Ci
vil Government and A Letter Concerning Toleration, C.
, Sherman (ed), Irvington, Nueva York, 1979.
Las notas de Locke que pertenecen al texto origi-
nal quedan asf indicadas; las mias signen la misma
‘numeracién y van encerradas entre corchetes. Quiero
‘agradecer al profesor David R. Cunningham su valio-
‘st ayuda en Ia interpretacion de los textos elisicos que
apareven en Ia obra y que day en su versin latina y en
traducci6n castellana,
cM.
SEGUNDO TRATADO
SOBRE EL GOBIERNO CIVIL.
UN ENSAYO ACERCA
DEL VERDADERO ORIGEN,
ALCANCE Y FIN DEL GOBIERNO CIVILPREFACIO DE LOCKE
ALA PRIMERA EDICION
DE LOS DOS TRATADOS
SOBRE EL GOBIERNO CIVIL (1690)
Leon:
Tienes en tus manos ef comienzo y elf de un discur-
so acerca del Gobierno. No merece la pena que te diga
por qué el destino dispuso de otra manera de los pa-
ppeles que deberian haber Henado la parte intermedia
YY que eran mis que todo el resto. Estos otros papeles
‘que quedan espero que sean suficientes para establecer
el trono de nuestro Gran Resiaurador, Nuestro actual
Rey Guillermo, para validar su titulo, ef cual siendo el
‘més legitimo de todos, él posce con mayor plenitud y
claridad que ningiin otro Principe de la Cristiandad,
YY para justificar ante ef mundo al pueblo de Inglate-
B)4 son 00xe
‘ra, cwyo amor a sus justos y naturales derechos, junto
‘con su resolucién de preservarios, salvaron a fa Na~
cién cuando ésta se hallaba al borde de ta esclavitud
-yde la ruina, Si estos papeles contienen la prueba que
‘reo que es posible encontrar en ellos, no echaremos
en gran falta los otros que se han perdido, y mi lector
‘quedard satsfecho aun sin toners. Pues creo que no
dispongo ni del tiempo ni de las ganas de repetir mi
esfuerz0 y Henar de nuevo la parte que falta de mi res-
puesta a Sir Robert (Filmer), siguiéndolo otra vez por
‘odos esas recavecos y oscuridades con las que nos en-
contrumos en varias ramas de su asombraso sistema,
Tanto el Rey como el Cuerpo {Legislativo] de la Na
cidn han refutado con tanta energia su Hipétesis, que
supongo que ningiin Cuerpo {Legislative} que venga
después tendré la conftanza de alzarse contra nuestra
seguridad comin, o la debilidad de dejarse engafar
por contradiccionesdisfrazadas por un estilo populary
Jrases brillantemente eseritas. Pues si alguien se toma
el esfuerzo, en agugllas partes que agul no comenta-
‘mos, de desnu®®losdiscursos de Sir Robert de expre-
slones floridas y ambiguas, y de redueir sus palabras
a proposiciones directas,claras e inteligibles, compa
rrindotas después entre si, pronto se dard cuenta de que
Jjamés ha habido tanta labia y tanta palabreria envuel-
tas en biensonante inglés. Sifese alguien] piensa que
no merece la pena examinar sus obras [de Filmer] de
arriba abajo, que haga un experiment con ea parte
que trata de la usurpacién, y que haga todo to posible,
hhaciendo uso de todas sus facultades, por hacer a Sir
Robert inteligible y consistenteconsigo mismo o con el
sentido comin. No deberia yo hablar ahora tan abier-
tamente de wn caballero a quien no contest tempo
sscunpo rearapo sonnet GosueeNo civ. 5
‘atrs, ino fuera porque en estos tims atos el pillpi-
{0 se ha aduefiado piblicamente de sus doctrinas y ha
hecho de ellas la feologia al uso en nuestros tiempos.
Es necesario decir a esos hombres que asumiendo la
_fancién de maestros han llevado a otras por el mal ca-
‘mino, qué tipo de autoridad posee su patriarea, al cual
hhan seguido tan a ciegas, para que asi puedan, 0 bien
retractarse de lo que han difundido basdndose en tan
débiles findamentos, 0 jutificar esos principios que
4han predicado como verdad evangélica, a pesar de no
fener mejor autor que un cortesano inglés. No hubiera
130 escrito contra Sir Robert, ni me hubiese tomado fa
‘motestia de mostrar sus crores, inconsistencias y falta
de pruebas basadas en la Escritura (a pesar de que él
‘presume tanto de es0 y de haber construido todo su sis-
‘tema sobre ells), sino hubiera entre nosotros hombres
que alabando sus libros y adoptando sus doctrinas, me
‘salvan de ser reprochado por escribir contra un adver-
sario muerto Han sido tan fandticos en este punto, que
siyo le he hecho algiin mal, no podria yo esperar per-
din de su parte. Quisiera yo que alli donde ellos han
daiado ata verdad y a pibico,estuvieran iguaimente
dispuestas a eparar el davioya dar la importancia de-
bicda a esta reflexion, a saber: que no puede haber ma
sor dati contra un Principe y un Pueblo que propagar
nnociones erréneas acerca del Gobierna, de tal modo
‘que, por fn, no todas las épocas puedan tener razén de
‘qusjarse del pilpite. Si hay algaoxo que, extando ver-
daderamente interesado en la verdad, se proponge re-
futar mi Hip6tesis, le prometo, o bien retractarme de
‘mi posicién si se me convence de que debo hacerlo, 0
responder a sus objeciones. Pero esa persona debe re-
‘condar dos cosas6 son z00Ks
Primer, qu detenerse en minucia de expresion 0
enous dees menores demi dsc no e por
Tere wna manent atecuada fo gue mi lire dice.
Sequel a rang de er
dares arguments, gun sigiera psa ate
fiona las Pow sempre me considera obliga @
der caper lr oe seme
tenga pars sobre Touche dik eeeca de agin
mt, e har ver cul esl verdad razin de us
‘esenpulos.
CAPITULO L
1. Habiendo ya mostrado en el discurso anterior:
1) Que Adin no tuvo, ni por derecho natural de
ppaternidad, ni por don positvo de Dios, wna tal autori=
ddd sobre sus hijos o un dominio sobre el mundo como
lg que se ha pretend asignatle
2) Que silo favo, sus herederos no poseyeron un
derecho as.
3) Que si sus herederos lo tuvieron, como no hay
ley de naturaleza ni ley postiva de Dios que determi
ne cual es el heredero legitimo en todos los casos que
ppuedan darse, el derecho de su sucesién y, consecuente-
mente, el de asumitel gobiermo no pudieron haber sido
determinados con certeza,
4) Que incluso si hubieran sido determinados, el
‘conocimiento de cuales la linea mis antigua de la des-
ceendencia de Adin se perdié hace tantisimo tiempo,
‘que en las razas de la humanidad y en las familias del
afees
8 som socee
‘mundo no queda ya ninguna que tenga preeminencia
sobre otra y que pueda reclamar ser la mis antigua y
poser el derecho hereditai.
‘Como todas estas premisas han quedado, sogin
pienso, claramente probadas, es imposible que quienes
‘hora gobiernan en la terra se beneficien en modo al-
sguno 0 deriven la menor trza de autorided de lo que
se considera fuente de todo poder: el dominio priva-
do y la jurisdiccion paternal de Adén, De manera que
‘quien no quiera der justo motivo para pensar que todo
‘gobiemo en este mundo es solamente el producto de
fa fuerza y de la violencia, y que los hombres viven en
‘comunidad guiados por las mismas regas que imperan
‘ntre las bestias —segin las cuales es el mas fuerte el
{que se alza con el poder—,sentando, asi, los cimientos
del desordien perpetuo, de la malicia, del tumulto, de
la sedicion y de la ebelién —cosas contra las que Tos
defensores de dicha hipétesisgritan a voz en cuello—,
‘debe necesariamente encontrar otra teoria que explique
el surgimiento del gobierno y del poder politica, y otto
modo de designar y conocer alas personas que lo tic~
nen, diferente del que sir Robert Filmet' nos ha ense~
fiado.
2. Para este propésito, creo que no estar de mis,
«el que yo establezca lo que entiendo por poder politico,
‘fin de que el poder de un magistrado sobre su sibdito
‘meds distinguirse del que posze un padee sobre sus hie
ert ime, anor de Perla, opisculo de nei.
‘asin nobbesns cuyas dactaa Lack se propa rf en
Primer Dada. La obit de Fe, compoesa antes de 1653, te
pubizdspctimarente ea 1680)
ssounno mear4no Sones BL coBtERno cia. 9
jos, unamo sobre sus siervos, un esposo sobre su mujer
¥¥ un sefior sobre su esclavo, Todos estos poderes, que
‘on distintos entre sf, se redinen a veces en un mismo
hhombre; mas si estudiamos a este hombre seyin estas
diferentes relaciones, ello pode ayudarnos a distinguir
1unos poderes de otros, y nos mostrar la diferencia que
existe entre quien gobiema un Estado y un pade de fa-
ila o un capitin de galeras,
3. Considero, pues, que el poder politica es el de-
recho de dictar leyes bajo pena de muerte y, en con-
secuencia, de dictar también otras bujo penas menos
graves, a fin de regulary preservar la propiedad y em-
plear la fuerza de la comunidad en la ejecucién de di-
‘chas leyes y en la defensa del Estado frente a injusias
extranjeras. todo ello con la inica intencién de logear
el bien pabiico,