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Panorama del proceso Prehispanico: a manera de introduccién Luis Guillermo Lumbreras S. Cuando llegaron los espafioles en 1532, encontraron en este territorio una sociedad organizada de manera altamente compleja, bajo la hegemonfa de un Estado que tenia como su centro capital la ciudad del Cusco. Los gobernantes eran lamados Inkas, cuyo poder se manifestaba sobre los pueblos que habitaban el extremo sur de Colombia, en la tierra de los Pastos, toda la sierra ecuatoriana, todo el Pert, el Altiplano y los valles serranos de Bolivia, todo el noroeste yel centro oeste argentino y todo Chile hasta el dominio de los Mapuches. Muchas cosas Ilamaron la atencién de los recién llegados. Entre ellas, la extensién de este territorio ‘manejado por los Inkas del Cusco, su estructura centralizada, su organizacién militar y sacerdotal y suriqueza acumulada, con una red de caminos muy bien servida y articulada, con una serie de servicios instalados para la comunidad, con una produccién agraria y ganadera, suficiente para sustentar a una alta poblacién, asf como otros detalles de orden econémico y social. Los espafioles tenian como referente de una organizacién parecida al viejo Imperio Romano, y por esta causa intitularon 2 sta formacién politica con el nombre de Imperio de los Inkas, El intento de entender las condiciones en las que ésta sociedad se sustentaba, generé la demanda de Conocimientos sobre sus condiciones de vida y el sustento ideol6gico del Estado. Eso provocé una serie de actividades de registro de sus formas de vida y Ia historia que estaba detras de ellas. Los secretarios y aun los soldados que participaron en Ja toma de posesién de este territorio, se ocuparon de escribir la historia y la descripcién del pais intentando dar apoyo y justificacién al proceso de conquista que ellos iniciaban. Tanto los funcionarios de los conquistadores, como los cronistas viajeros o soldados, basaron su informacién en todo aquello que les podia ser referido por los habitantes del pais, por Io tanto su registro de ta historia del territorio que los nativos llamaban Tawantinsuyu, solo tenia como fuente testimonial lo que la memoria de sus contemporaneos podia contener, 0 lo que os mismos espafioles podian ver. En términos evaluativos, dicho registro podia comprometer tres y quiz hasta cinco generaciones de memoria histérica, convirtiendo en leyendas todo aquello que podia estar mis alla de la quinta generacién, Per Prehpinco: nesta del cues, Ls ie Csi Eis Majic, tes, 2036 oO ‘Cusco, Direccién Desconcentrada de Cultura de Cusco, 2019. i a mee ee RR = 2» Panorama del proceso Prehispanico que puede calcularse, arbitrariamente, en un lapso de 300 a S00 afios. Es decir, una memoria de tres generaciones, que cubre algo mas de 100 afios y una comprometida con la leyenda que cubre los 200.0 300 aitos anteriores. Fsa historia es la que nos contaron quienes recibieron la informacion direcla de los testigos de la conquista, entre ellos los soldados Pedro Cieza de Leén, Juan de Betanzos y otros, los que se nutrieron de fuente directa por quienes habian vivido durante la gestion de Wayna Qhapaq, el liltimo emperador, Thipag Inka Yupanki, y tal vez, los mas viejos durante el gobierno de Pachakuti Inka Yupanki. Esa es una historia cuya época més ejana debe estar entre los siglos XIII y XIV y nos da cuenta de lo que ocurtié en ese tiempo con el gobierno de estos tres Inkas, aun cuando los inicios de Pachakuti ingresan ya al campo de la leyenda. Nos cuenta esa historia que el Inka Pachakuti se convirtié en gobemnante del Cusco y funds el impe- tio de los Inkas luego de una larga guerra que los cusquefios habjan mantenido contra los Chankas, Sus vecinos al oeste del Cusco. El padre de Pacha. ‘kuti era el Inka Wiragocha, personaje efectivamente legendario, que debe haber vivido en el siglo XIII ¥Y que descendientes suyos como el Inka Garcilaso de la Vega, consideraban el fundador legendario del imperio, hecho que cronistas como Cieza y Betanzos no contemplan, asignéndole ese papel 2 Pachakuti. Desde Iuego, antes de Wiraqocha, que era considerado el octavo rey del Cusco, habia una lista de Inkas que se iniciaba con un casi mitico héroe fundador, llamado Manko Qhapaq cuya tarea de fundacién del Cusco oscila entre el mito y la leyenda, y muy arbitrariamente la podemos colocar entre los siglos XI y XII. Esa es la historia que se puede manejar con los documentos, la narracién de los cronistas, los registros oficiales del Estado espafiol y la memoria de los que vieron u oyeron sobre el imperio de los Inkas, que de acuerdo con esta historia no podia tener mas de 200 afios de existencia, Nadie est en condiciones de aceptar que todo lo que existia cuando legaron los espafioles, en el siglo XVI, era producto de una historia tan corta, Vso ayud6 a crear la fantasia de my venian de lejanas tirras 0 ain extra e arqueologia pudo agregar, entonces a t S Una la toria que nos habla de milenios, mucho mas compleja que los dindsticos © generacionales que los Inkas pudieron decir de ellos On Una trayectn, simples camp, Bistaba io gy, mismos, En efecto, la arqueologia nos est Permitiendy saber que ésta fue una historia que comenys por lo menos 14 000 afos, sino mis, Fue evan Hegaron pueblos migrantes, queen forma depeque fos grupos humanos, identficados como “bandacr fueron desplazdndose en distintas direeciones Viniendo desde el norte. Todo lo que sebemoshas, ahora es que esos migrantes procedian de un Alesplazamiento de bandas del Asin Oriental, que Juego de haber cruzado un puente natural formado en el cuaternario, que conocemos con el nombre de Beringia, fueron desplazéndose por toda Améticaa lo largo de miles de afios. Algunos prehistoriadores Taman a estas migraciones “oleadas”, pero enreal- dad, sin mas propésito expansivo gue el de cubrir sus demandas de subsistencia, las bandas fueron expandigndose. Las bandas son grupos de familias de cazadores y recolectores, formados por parese hijos, que pueden tener hasta diez o quince miem- bros. Cuando crecen los hijos, cada uno forma su propia banda y las nuevas bandas se separan de las de sus padres y buscan nuevos territoris para cazar orecolectar plantas y animales para su sustento. Asi Hegaron al Peri, y ocuparon todos los lugares donde odian obtener recursos para subsistr. En ese tiempo, entre 12 000 y 14000a.C.,10d0 era distinto. Las cumbres de la cordillera estaba cubiertas de nieve hasta muchos metros més, de bajo de los 4000 msnm, la costa era ya desérice, Jos flujos de agua que bajaban desde la cordillera eran muchos mas que los de ahora, y por lo ca ‘generaban una mayor cantidad de espacios verdeS en la costa, donde ademas los humedales, ie dos por aguas subterrineas, eran también a ‘numerosos y quiz mas grandes. Ali vivien 0° animales que ahora yano existen, iguales 0 fantes,a los que se identifica como *mastodo td una especie de perezosos gigantes de hast 77” altura, a los que se identifica como “megs Luis Guillermo Lumbreras 5, a que vivian junto con unos caballitos muy pequetios, unos armadillos gigantes, unos camélidos parecidos. a los dromedarios, llamados “paleolama” y otros animales mas, como unos felinas, del tamafio de Jos pumas 0 mas grandes, cuyos colmillos eran realmente gigantes, parecidos a los de las morsas, por lo que se les llama “tigres con dientes de sable” Era pues un paisaje totalmente distinto al de ahora y, dentro de una turbulenta fase de disolucién de ese periodo conocide como Pleistoceno, cambié la flora, desaparecieron los animales y todo fue remplazado por las plantas y animales que ahora conocemos, ingresando a nuestro periodo que se llama “Holoceno”, Esa es una historia que estamos descubriendo. Los seres humanos recién llegados vivieron en. esos tiempos y adaptaron su existencia a esas condiciones naturales. De esos primeros tiempos, en verdad sabemos muy poco. En algunos casos, sabemos que se acomodaron a vivir en cuevas ¥ que comian came de esa fauna extinta. Los cazaban con instrumentos bastante rudimentarios, hechos de piedras talladas que convertian en puntas de Janza para herir a los animales, 0 en cuchillos y raspadores para el beneficio de sus cares. En Cupisnique, cerca de Trujillo, y en Pikimachay, en ‘Ayacucho, se han encontrado restos de esta gente y de los animales que cazaban. Allfinal del Pleistoceno y comienzos del Holoce- 1no, entre Los aflos 10.000 y 8 000a.C., se produjeron ‘grandes cambios en la naturaleza y también en los seres humanos. Ahi concluye la primera época de nuestra historia, a la que el arquedlogo José Luis Lorenzo bautiz6, para México, con el nombre de “Arqueolitico”. La siguiente etapa, a la que Lorenzo Ilamé Ce- nolitico, esta mejor definida, con la existencia de bandas de cazadores y recolectores asociados a los ‘nuevos tipos de animales y a condiciones climaticas similares a las nuestras. Una de sus caracteristicas importantes es la definicién de los instrumentos de ‘caza y pesca que aparecen, as{ como una definida vocacién por la vida en las cuevas y en campamen- tos que se organizaron en zonas lianas. Los primeros restos encontrados fueron los de Lauricocha, en las Punas de Hudnuco, Luego se encontrarem tester cn Paijan, al norte de Trujillo, en Ia parte haya cel Chillén y en Ancén, al norte de Lirna, ¥ una larga secuencia en las Punas de Junin y en diverse eer sistemas de Ayacucho, Se conoct cen Chupaca (Huancayo) ¥ otros punters en Moque gua y Puno, pero las secuencias més completas fueron las de Ayacucho y Junin. n restirs asta, Gracias a los hallazgos sobre esta época, que se desarrollé entre los 10 000.9 5.000 a.C., fue posible, advertir que se hicieron visibles las diferencias entre, los pobladores de la costa y Jos de fas alturas, fin Paijan se encontraron restos de cazadlores.riarintn ‘que fabricaban unas delicadas puntas para tener ar pones que hicieran posible la caza de lobos marines y posiblemente de algunos peces grandes del mar, junto desde luego a otro tipo de instrumentos tarn- bién refinados, tanto como aquellos que fabricabyan los cazadores de camélidos y de otros anirnales mayores, como veriados, en los valles y las punas de la cordillera. Los arquedlogos establecen las diferencias que se van dando entre las bandas de recolectores de alimentos en base a la forma de Jos instrumentos de piedra que ellos fabricaban, espe- cialmente las puntas de proyectil, y los cuchillos y raspadores tallados en piedras tales como silex, ‘cuarcitas y feldespatos que usaban para la caceria En las pampas de Junin, los arqueblogos han encontrado una extensa cantidad de instrumentos en tuna secuencia que ha hecho posible determinar ef mantenimiento de una economia basada en la caza de camélidos, especialmente vicutas, y el trénsito hacia una nueva forma de manejo de los caméli- dos, a partir de la domesticacién de estos animales hacia la forma que conocemos como alpaca, fsto cocurria entre el Vy VI milenio antes de nuestra cera, Pero esto ya es parte del ingreso a otra etapa de la historia, que se identifica con el nombre de Arcaico, donde lo caracteristico es, precisamente, la domesticacién de plantas y animales. La domesticacién de plantas y animales dio origen ala agricultura y la ganaderia, El tener dis- ponibilidad estable de los recursos alimentarios, defini la tendencia generalizada del sedentarismo de los pobladores, no tanto porque se quedaran en Panorama del proceso Prehispénico a un territorio sin desplazamientos némades, que no fra una préctica usual en el Perd, sino porque gen- ‘eraba la tendencia a formar unidades poblacionales agrupadas cerca 0 entorno a los campos de cultivo 6 las zonas de concentracién de la caza. Asi naci- eron los caserios y las aldeas de dos, tres 0 mas grupos de familias de las antiguas bandas, cuya relacién se formalizé en agrupaciones mayores @ Jas que conocemos como tribus. Ast pues, la vida aldeana y tribal no fue producto de influencia de ninguna parte, sino el resultado de un proceso de crecimiento de la poblacién organizada en torno a ‘una nueva forma de produccién, caracterizada por Ja domesticacién de las fuentes alimentarias. Enestas condiciones, las poblaciones tribales se vieron enfrentadas a la necesidad de identificarse con el territorio que habitaban, lo que en un medio multi bidtico como el de los Andes implicaba, necesariamente, la diversificacién de los habitos y las costumbres de cada uno de los pueblos, segin las caracteristicas del ambiente en el que les tocé vivir, Eso fue determinante en Ia historia del an- tiguo Peri, pues en los lugares en donde la priictica agricola podia realizarse sin grandes alteraciones del territorio, las condiciones de vida fueron unas que permiticron la continuidad de estrategias que incluso mantuvieron costumbres similares a las del periodo Arcaico antiguo, con caserios simples 0 incluso el mantenimiento de la vida en las cuevas y abrigos rocosos. Eso no ocurtia en aquellos lugares donde las ccarencias de agua o la desigualdad de los terrenos requeria una intervencién modificadora del terri- torio, habilitando medios para el traslado del agua hasta los campos de cultivo, con diversos grados de dificultad, o la habilitacién de terrenos planos para el sembrio estable de los cultivos. En tales casos, comenzaron a operar sistemas hidréulicos de diversa complejidad y tamafio, asi como la preparacién de terrenos con limpiezas de diversos grados de magnitud, con traslados de tierra y otros medios de preparacién de las sementeras. Pelt arcu, en el Pert, ndssolo exigia cambios en la preparaciény habilifacion de terrenos de cultivo, Su mayor complejidad estab asociada vr, a sus condiciones cdsmicas. Una de las caracteris- ticas de este territorio es que no hay regularidad estacional, ni en términos de alternancia climitica, que es muy inestable, como tampoco la hay en la calidad de las condiciones climéticas que debieran darse de manera equivalente en cada estacién, Los veranos y los inviernos no tienen la misma duracién cada aiio, y las épocas de Iuvia 0 sequia pueden darse, 0 no, en el curso del tiempo. Por eso hay largos periodos de sequias y épocas proclives a las inundaciones de origen fluvial. Esto, para los agricultores, es objeto de sensibles preocupaciones, Por eso, a diferencia de otros territorios, donde la regularidad estacional permite programar con anticipacién los eventos laborales y festivos, en los Andes esto no es posible, pues se requiere otro tipo de calendarizacién, diferente a la regularidad que nos ofrecen los fendmenos césmicos, tales como el desplazamiento diario del sol, el movimiento semanal de la luna, los desplazamientos trimestral, semestral y anual del sol en el horizonte, o la regu- Iaridad del comportamiento de las constelaciones. Todo eso sirve para tener un cronograma fijo, es- table, a partir del cual uno puede definir el tiempo. Sin embargo, en Ia costa y la sierra de los Andes, este tipo de calendario solo sirve si va acompatiado de otros indicadores que permitan predecir las irregularidades internas de las estaciones. Eso da origen a los oréculos, que son los medios a partir de los cuales la gente se entera de los eventos que salen fuera de las reglas ordinarias, ¥ que afectan vitalmente los diversos quehaceres. Los ‘orculos se sustentan en Ia astrologfa y en el dominio de los fenémenos susceptibles de ser advertidos en conexién con los eventos desiguales ¢ irregulares. Generalmente se trata de observaciones de los Ciclos bidticos asociados a tales fendmenos, como © Ja presencia o ausencia de determinadas especies ‘maritimas o terrestres, fundamentalmente insectos, aves, moluscos y peces, cuya aparicién se asocia predictivamente a ciertos eventos, como ocurre com el comportamiento de la concha Spondylus, cuy# asociacién con el fenémeno ENSO la convirtié en uuno de los componentes littirgicos més apreciados del antiguo Peri. Esto porque gracias a su presencia y/o ausencia es posible anticipar las caracteristicas, Luis Guillermo Lumbreras S. s y magnitud de los procesos climiticos asociados a dicho fenémeno, con una anticipacién anual bastante precisa. En estas condiciones, no solamente se requeria mano de obra calificada para el manejo de las opera- ciones hidraulicas o terrenales, sino de especialistas en e] manejo y registro de los medios litirgicos indicados. Estos especialistas, cuyo trabajo estaba asociado al calendario y la prediccién del tiempo, eran personajes dedicados a tiempo completo @ tales labores, con una fuerte dosis de capacitacién y conocimientos, y que por lo tanto, debian estar excluidos de las tareas propias del resto de la comu- niidad, esto es, a produccién de bienes de consumo. En cambio, los especialistas debian aparecer como personas ligadas a un espacio Jaboral de prestigio, que justificara su manutencién por la comunidad sin participar directamente en el trabajo comin. Los arquedlogos les Haman sacerdotes, por su estrecha relacién con los centros de observacién del tiempo, que aparecen normalmente como plataformas de forma piramidal 0 no. El conjunto de sacerdotes, con sus asistentes novicios y auxiliares formaron los centros ceremoniales. Los més antiguos centros ceremoniales que se conocen son los que aparecen en el valle de Supe yy los valles vecinos. Algunos de ellos tan grandes como Caral o Aspero, en Supe mismo, son en verdad el inicio de una tradici6n de vida urbana. Esto se estaba produciendo durante el tercer mile- nio de la era pasada y se definié plenamente en el segundo milenio, cuando, a raiz de la aparicién de la cerdmica, se definié un nuevo periodo llamado Formativo, Si bien el Arcaico es la etapa final de este pro- ceso de toma de posesién del territorio andino, el Formativo es la época que da inicio al proceso civilizatorio gue se habia configurado durante el Arcaico. Se crea el nicleo de establecimiento de la civilizacién andina, de base urbana y caracteristicas singulares que articulan procesos diferenciados en la costa, sierra y selva. Pero, justamente debido a lo que es caracteris- tico del espacio andino, el fenémeno costefio no era el inico que caminaba en esa direccién. Si bien todo esto esta igualmente en proceso de investigacién, debe sefialarse que algo parecido a lo que ocurria en la costa norte estaba también sucediendo en la misma franja latitudinal al otro lado de la cordillera, en Huinuco, en un registro que los arquedlogos identifican con el nombre de Kotosh. Kotosh es una formacién diferente a la de Supe. Aparece con la agricultura en su fase inicial, con los especialistas en la observacién del tiempo y el manejo de una sociedad donde la divisién social del trabajo ha establecido dos ejes sociales diferenciados, el de los trabajadores del campo y el de aquellos que trabajan y viven en los lugares donde estin sus dioses. Lo {que esta ocurriendo en esa banda latitudinal, que integra también la Galgada en la sierra occidental semidesértica, es el origen de la civilizacién andina, desde donde se expanden los diversos matices de manejo territorial y social que haran suyos los tér- minos definitorios del mundo andino. Asi pues, el Formativo, que es punto de partida de la civilizacién, se caracteriza por integrar en un solo proyecto histérico a los varios componentes, de la diversidad andina, cuya articulacién es la que singulariza la civilizacién andina frente a las demas de otras partes del mundo. Arqueolégicamente, el Formativo que nace de este Arcaico urbano va a tener expresiones sobre- salientes en todo el norte fértil peruano, con una exitosa presencia de lo andino en la costa norte, que si bien tiene muchas variables locales, a raiz de la fundamentacién original dada por Rafael Lareo Hoyle, hoy se le identifica con el nombre Cupisnique. E1 éxito de este Formativo, es el haber logrado domesticar el cance de los rios que existen entre Lambayeque y Lima, formando los primeros valles orgénicos de esta regiGn, que sustentaron su crecimiento a lo largo de toda la historia, con proyectos hidraulicos de gran aleance, con represas y sistemas de canales intra e intervalles. Algo similar ocurrié en la sierra norte, en los valles de Cajamarca, desde el alto Jequetepeque, aun cuando el proceso de desarrollo urbano quedé restringido a Ia organizacién de los centros cere- moniales sin dar paso a la formacién de niicleos urbanos de vivienda. En Ancash, en la franja latitu- dinal de exitosa figuracién en el Arcaico, nacié un niicleo de gran importancia en esta historia: fue el de Chavin. Ch win de Huantar es un punto de con- vergencia de los pueblos formados originalmente en los Andes orientales y el borde occidental de la Amazonia, en la sietra donde se unen la puna y el paramo, y en la costa donde se forman los valles y los centros urbanos de mayor complejidad. Chavin de Huantar no era simplemente un centro ceremonial. Todo indica que cumplia un papel de oraculo internacional, asumiendo que estaban en formacién las naciones que ocupaban cada uno de los espacios diferenciados de toda el rea norte del Peri, Hay registros que indican que a Chavin iban, como peregrinos, gentes de Cajamarca, tal vez de Piura, Lambayeque y Trujillo, de Hudnuco y An- cash, de Lima y tal vez Ica, Iban llevando ofrendas que por el momento no estamos aiin en condiciones de enumerar, pero en la cerémica que quedé con los potajes y bebidas con las que festejaban su presencia, hay evidencia de que habia gente de todos esos lugares rindiendo culto a los dioses de Chavin en sus templos. Eso debié requerir caminos con rutas formalizadas y un cierto manejo de disci- plinas de coexistencia entre los pueblos que debian cruzar las caravanas de peregrinos desde lugares tan ejanos como Cajamarca o Lambayeque. Curiosa pax con una religién que, segiin se advierte en las imAgenes de sus obras de arte, concebia un medio sumamente represivo y peligroso, con monstruos, degolladores, inmensas serpientes, etc. Curiosa pax de un templo como el de Chavin, en cuyas paredes principales aparecen clavadas cabezas y rasgos de sacrificios humanos que, al parecer, se realizaban junto a practicas canibalfsticas generalizadas. Pero este desarrollo del Formativo en el norte {értil no fue el unico camino que tomé el proceso, pues del mismo modo, como el Formative de los Andes septentrionales, en el sur arid y en el territorio Circum-Titicaca, el desembalse del Areaico fue diferente. Sabemos poco sobre las fases del proceso en esta parte del Pera, aunque nos queda claro que el proceso de domesticacién de plantas y animales siguié otras Iineas. Se mantuvieron hasta ‘el Formativo las formas de vida de los pueblos del Panorama del proceso Prehispanico sur. En Ayacucho y en Ica se tiene el registro més amplio y eso permite saber que la domesticacién de plantas fue diferente, y presumiblemente mientras que en el norte se domesticé la alpaca, en el sur lo fue la llama. El norte fue la zona preferentemente ligada a la domesticacién de las plantas mesotérmicas y macrotérmicas, en tanto que en el sur parece que la forma dominante fue e1 de las plantas microtérmicas. Lo que es claro es que los centros ceremoniales del sur eran totalmente distintos a los del norte, y si bien se advierte influencias desde el norte hasta Ayacucho ¢ Ica, es claro que no fueron influencias significativas. Hay unos pocos templos, y los c6- digos religiosos parecen no haber estado compro- metidos con los rigores de los nortefios. Una de las, manifestaciones mejor conocidas es la de Paracas, que florecié principalmente en Chincha en los valles de Pisco e Ica, Hay una larga secuencia que se advierte en los cambios a los que estuvo sometida la cerdmica Paracas en Chincha y en Ocucaje. Esa secuencia indica que hubo contacto con las tradi- ciones propias de Chavin y Ayacucho. Hay ves- tigios de contactos entre esa regién y Cupisnique. Sin embargo, tanto la historia del arte como de los procesos en si mismos, indican rumbos diferentes que, en efecto, se visualizan mejor en las épocas posteriores. Wichqana, Chanapata, Qaluyu, son Jas formaciones contempordneas con Paracas que ‘acompafian el proceso en la sierra sur y el altiplano del Titicaca. El Formativo es la época de desenvolvimiento de la regionalidad. El intercambio activo entre los pueblos de todo el territorio tiende a mostrar una cierta uniformidad en los logros tecnolégicos. Asimismo, los alcances econémicos y sociales son semejantes, se advierte que en cada regién hay singularidades que hacen posible prever un avance en direcciones diferenciadas, con desarrollos desiguales, cuya unificacién se debe, entre otras, ccausas, a procesos tales como los que indujeron a Jos peregrinajes que convergian en Chavin, gracias a los cuales se intercambiaban logros y nuevos conocimientos, en eventos que asumimos que eran regulares y constantes. Gracias a la informacién etnohistérica, sabemos que los dioses reclamaban Luis Guillermo Lumbreras $ de los peregrinos una serie de informaciones sobre lo que ocurria en sus lugares de origen, pero al mismo tiempo es obvio que los peregrinos se llevaban no solo noticias del centro, sino todo un conjunto de ideas y diversos aleances de quienes convergian en este lugar. Hacia el siglo V antes de nuestra era, Chavin de Huantar colapsé y dejé de ser un centro de peregrinaje de la misma magnitud e importancia que tenia en su época de apogeo. En efecto, después de la caida de Chavin, los procesos de regionalizacién se fueron intensificando y los ejes de unidad trazados por la existencia de un punto de referencia central, dejaron de convocar a formas de unificacién, aunque fuera formal, que eran propias del Formativo. Después del siglo V a.C. se inicié un proceso de desarrollos regionales, con intensificacién en 1a habilitacién de los recursos locales que dieron origen a manifestaciones artisticas que permitieron a los arquedlogos segregar culturas locales y re~ gionales en base a los estilos manufactureros que se desarrollaron. Desde luego, muchos de esos estilos regionales eran expresiones tangibles de los procesos de captura de las poblaciones sobre sus territorios, y tenfan una mejor expresin en fend- menos tales como los proyectos de infraestructura agraria, Ios asentamientos de vivienda y la forma y magnitud de sus centros ceremoniales. Chavin declin6, y casi al mismo tiempo, unos pocos afios antes 0 después, fueron igualmente declinando los grandes templos asociados a Chavin, En esta etapa, del niicleo de Cupisnique se formé la civilizacion Moche 0 Mochica, del nucleo de Huacaloma y Kunturwasi (Cajamarca) se dio lugar al proceso identificado como “Cajamarca”, Chavin de Huantar fue remplazado por Huaraz~ Recuay, el Formativo de Lima fue seguido por la formacién regional Hamada “Lima”, Paracas por Nazca, asi como sobre Ayacucho nacié Huarpa, y sobre Qaluyu-Marcavalle, nacié Pukara. Cada una de estas entidades sociales se diferencian arque~ oldgicamente por su cerémica y sus artes plasticas pero, en profundidad, corresponden a una misma etapa de desarrollo social en todo el Peri, donde n cada cual, con sus particularidades, avanza hacia la implementacién de una produceién agearia efi- az, asi como hacia una organizacién politica que responda a la complejidad de los erecimientos es- tablecidos. Hay un proceso de regionalizacién con desarrotlos culturales desiguales pero, al mismo tiempo, desarrollos sociales equivalentes. Todo esto se da entre unos siglos antes del comienzo de nuestra era y aproximadamente el siglo VI 4.C. EI resultado de esta regionalizacién fue la aparicién de las mas exquisitas versiones del arte, expresado en la arquitectura, cerémica, orfebreria, textileria y otras formas. Es la época que décadas atras los arqueélogos identificaban como “Clésica”, porque en efecto las mejores obras de arte son de este tiempo. Hay también el supuesto de que durante esta ctapa tomé forma el Estado, especialmente en el territorio de los Mochicas, que segin se puede advertira partir de los restos arqueol6gicos, lograron establecer un dominio muy fuerte a lo largo de todos los valles que estén entre Lambayeque y Casma, con extensiones hacia Piura y también la sierra. Es inobjetable que la influencia Mochica fue muy fuerte en el Callején de Huaylas, donde los pueblos de Recuay se expresaron con bastante fidelidad dentro del lenguaje mitolégico que los Mochicas habian desarrollado intensamente desde los tiempos del Formativo. Los famosos huacos retratos, las escenas de cépula entre dioses y humanos, la reproduccién de modelos arquitect6nicos y, en fin, el discurso narrativo del arte Recuay, todo ello tiene un sustento muy fuerte en las influencias de Moche, cuya estructura militar lo ubica como un fenémeno histérico comprometido con una estructura muy cdmpleja, que si bien no dejaba la religién al ‘margen, sin duda estaba en la primera linea de sus comportamientos. Es decir, el desarrollo cultural estaba fuertemente atraido por un escenario en donde la violencia militar estaba en una posicién tan fuerte como la religiosa, No todos crecieron con la misma energia y posibilidades que tuvieron los Moches, pero en condiciones préximas, aunque de tamaiio mas reducido, el proceso en lugares como tos valles de Lima, alcanzé igualmente niveles destacables de crecimiento, En Lima, los asentamientos de Maranga, Pucllana o Pachacamac, fueron niicleos de desarrollo urbano similares a los que tenian los Mochieas. y si bien en los valles intermedios al sur de Lima no se aleanzanon los resultados eqnivalentes alos valles centrales, también figuraron con logros eXitosos los que siguen mis al sur, especialmente el valle de Caitete y sobre todo el de Chincha, donde se tiorjaron process significativamente urbanos Mas al sur, a partir de Pisco, especialmente en lea y Nazea, las condiciones del desierto fueron determinantes en el no establecimiento de grandes centros urbanos. No obstante, en lo que retiere al manejo de recursos hidricos asi como en la produccién manufacturera, la civilizacién identifi- cada como Nazea es reconocida como uno de los logros clasicos de la historia prehispénica andina Este es el limite sur de este proceso de regionali- zacion. Mas adelante, las condiciones del desierto, sin la posibilidad de habilitar el territorio con oasis como los de Ica y Nazca, no permitié que fueran territorios agricolas econémicamente ventajosos, lo que no impidié que la intervencién del ser humano generara un crecimiento progresivo con un manejo mas generoso del que pudo darse en medio del desierto, combinando los productos marinos con aquellos que el desierto mismo proveia. Es asi que se ampliaron los intercambios con la ayuda de los camélidos, que permitfan el transporte de bienes entre territorios distantes. En estas circunstancias, aproximadamente en- tre los siglos IV y VI 4.C., que se produjeron una serie de alteraciones en el ambiente, generando problemas serios en la produccién agraria y la habi- tabilidad de las poblaciones asentadas en los térmi- nos “clasicos” antes referidos. De alli nacieron dos contingentes sociales que movilizaron los recursos existentes dentro de un proyecto de expansién con caracteristicas y resultados diferentes. En el norte, la gente de Wari en Ayacucho, y en el sur la gente de Tiwanaku en el lago Titicaca, se movilizaron en Ia perspectiva de asumir la hegemonia de los pueblos que estaban al norte y oeste de Ayacucho asi como de los que estaban al sur, oeste y este del , Titicaca, Los Wari eran guerreros cuyo plan era la conquista; los Tiwanaku, cuya capital era un gran centro ceremonial, optaron por la colonizacién, Panorama del proe so Prehisps Hacia el siglo IV de nuestra era, en elaltiplany del Titicaca se habia producido el asentamicnty de una civilizacion euyo ce de cohesidn consistig fundamentalmente en el manejo de la puna se los oasis del desierto costero y los valles orientale qe Ja cuenca amazonic En torno al lago Titicaca se Forjé un proceso civilizatorio comprometido con el dominio de las frias tierras altas y su proximidad con las tierras de bosques espinosos que estan en el borde de la sierra, Su actividad agricola reque- ria de agudas intervenciones sobre Ia tietra y un manejo diferenciado de los recursos de agua, que eran abundantes en el oriente y casi inexistentes en el occidente y el sur, Ese manejo, gracias a sus conexiones con tierras selvaticas inundables, les, permitié hacer suyas la estrategia de cultivo en “camellones”, que es un recurso de tierras inunda- bles que permite una notable capacidad de siembra, con éxito probado en Colombia, Ecuador y todo el frente sur de la Amazonia, especialmente en Mojos, en las vecindades de Tiwanaku, El acondicionamiento de camellones en las proximidades del lago Titicaca, en ambientes inundables, permitié que entre los siglos IV y XI de nuestra era Tiwanaku dispusiera de una fuente de aprovisionamiento agricola de primer nivel. Eso, combinado con el acceso a un territorio con muchos pastos que hacen posible una actividad ganadera eficiente, y las tierras fértiles que hay en el entorno inmediato del lago Titicaca, representaban factores favorables para su desarrollo. Los tiwanakenses no eran un pueblo con vocacién militar. Sus viviendas y centros urbanos pricticamente estaban desprotegidos porque las fortificaciones no estaban dentro de sus cAnones de conducta. Desde luego existe evidencia de lo que parecen haber sido guerreros tiwanaquenses, pero estos ocuparot territorios como el de Moquegua, sin evidenci® de guerra o formas de ocupacién violenta. Las fortificaciones que aparecen en algunos centros de esta regién son posteriores a Tiwanaku, ¥ 10 mismo ocurre hasta donde sabemos con Jas colonias establecidas en el frente oriental del altiplano, co? en Cochabamba, donde no hay restos tales ‘como caracteri ocupacién Wari, Luis Guillermo Lumbreras S. = John Murra rescaté un modelo que permite entender las caracteristicas expansivas de los ti- wanakenses. Consistente en Ia existencia de una ocupacién estable de pobladores altiplinicos en los valles y territorios més bajos, a lo que él llamé “verticalidad”. Esto es, los pueblos del altiplano asientan como colonos permanentes en los tertito- rios bajos y manticnen una conexién permanente con su gente. De este modo es posible presumir que los habitantes tiwanakenses de todo el territorio eran basicamente gente de Tiwanaku, quizé unidos con lugareiios, que no necesitaron del uso de la fuerza para asentarse en los territorios donde los arquedlogos los encontraron, En esas condiciones, ef formato de vida tiwa- nakense se expandié provocando el desarrollo de ‘muchas poblaciones, estimulando el avance de sus recursos agricolas y pastoriles, con una activa politi- ca de formalizacién poblacional e intensificacién de la manufactura, especialmente en la produceién ‘extil,alfarera, orfebre y la artesania en madera, con capacidad de exportar sus productos hacia los otros centros de influencia tiwanakense. Eso cubria un rea bastante grande al norte de Chile, el altiplano de Peri, Bolivia, Chile y Argentina, con extensiones hacia cl noroeste Argentino, donde algunas for- maciones locales, como La Aguada, reaccionaron de manera positiva. Este proceso expansivo de Tiwanaku, ha sido y es identificado por algunos arquedlogos como testimonio de la existencia de un imperio, que tenia Tiwanaku como capital. En el entorno del lago Titicaca existen varios centros ‘ceremoniales menores, pero ceilidos a los eédigos arquitecténicos y urbanisticos de Tiwanaku, Fuera de estos, no hay una reproduccién equivalente en los territorios donde se hacen presentes los colo- ‘nos tiwanakenses, salvo el caso del sitio de Omo, ‘en Mogquegua, donde hay un centro ceremonial pequetto pero definidamente tiwanakense. Este es cl ‘unico caso conocido, salvo que en investigaciones posteriores se descubran otros semejantes, tanto en los valles occidentales como en los orientales o en el desierto. ero la influencia tiwanakense fue mas alla de estos posibles procesos de colonizacién directa, donde parece que la conexién entre ¢! altiplano del Titicaca y Ia regién del Cusco fue un punto de enlace muy importante, En efecto, durante el lapso comprendido entre los siglos IV y VI de nuestra era, todo el territorio andino estaba movilizado ‘como resultado de eventos naturales que alteraban significativamente las condiciones de la produccién agricola, En el altiplano del Titicaca y su entorno, los efectos de este proceso, esencialmente climatico pero afectado ademas con eventos tecténicos diversos, trasladé el eje central del crecimiento econdmico, asociado a Pukara, hacia el lado oriental del Iago, provocando una alza significativa de la capacidad productiva del valle de Tiwanaku, lo que posibilité el crecimiento de una urbe de las dimensiones de Tiwanaku, desde donde se ejercié el fendmeno antes descrito Paralelamente, en las regiones de Ayacucho y Cusco, las poblaciones aldeanas, que en Ayacucho se identifican con el nombre de Huarpa, habian crecido dentro de un modelo de vida que favorecia la ‘manufactura y la circulacién de bienes en calidad de ‘mercancfa, como factores que permitian amortiguar los efectos de la crisis ambiental existente en los siglosTV a VId.C. La manufactura exige la dotacién de insumos que cubran las demandas de materia prima, y no todos ellos eran accesibles en la region inmediata, lo que exigia el desplazamiento de los ayacuchanos a los territorios donde era posible encontrarlos. La necesidad de generar un mercado para cambiar los productos manufacturados con alimentos era otro factor presente. En ambos casos, las condiciones de desarrollo vigentes exigfan que los portadores de bienes, en una y otra direceién, requirieran proteccién y seguridad para su traslado y transporte, sobre todo en medio de una crisis que provocaba alteraciones ambientales. Para eso, los mercaderes o traficantes requerian estar provistos de medios de defensa que podian disponer ellos mismos, 0 contar con un conjunto de personas que tuvieran ese papel. De ese modo, Jos huarpenses se organizaron con artesanos en el centro de a produccién, mercaderes y soldados para su seguridad y la de los bienes que conducfan. ‘Cabe imaginar que a la llegada a cada punto de los tratos de trueque o intercambio de productos, las poblaciones receptoras recibian a una suerte de ¢jército armado y cargadores junto a llamas en una 30 Panorama del proceso Prehispanico caravana obviamente numerosa, De ese modo, el viaje de mercaderes era propiamente el viaj deun ejército de gente preparada para la defensa, pero sin duda tambign para el ataque. En esas condiciones, los pueblos aldeanos, no necesariamente guerreros, hacian tratos con los Huarpas. En Ayacucho, los Huarpas crecieron y se instalaron en nucleos urbanos de desarrollo continuo, haciendo que asentamientos como los de Conchopata y Wari se convirtieran en grandes niicleos habitacionales, en donde los palacios y las reas de vivienda eran mas importantes que Jos templos y los lugares sagrados, a diferencia de Jo que ocurria en todo el resto del Perd. Asi, Wari se convirtié en una ciudad con inmensos espacios destinados a la produccién alfarera, textil y de joyeria. Es asi que en este lugar lleg6 a convivir todo este tipo de gente junto con Ios campesinos y pastores de su entorno, que eran a su vez los soldados que les acompaflaban en la proteccién de la ciudad y en sus traslados mercantiles. Por eso, la ciudad estaba guamecida con murallas, ala espera de ser violentada por todos aquellos que podian beneficiarse con lo que sus proveedores de distintas partes del territorio les entregaban. Bran bienes consistentes en materia prima especial, productos ‘limenticios conservados y dems provisiones que requeria la gente dela ciudad para su uso y consumo. Sin duda, Wari era un lugar apetecible para quienes estaban sufriendo los rigores de la crisis ambiental de ese tiempo, incluidos los habitantes de la cuenca de Ayacucho, Huanta, San Miguel y Pampas, que era el entorno local inmediato a Wari. ‘A-este periodo, los arquedlogos 1o identifican como “Horizonte Medio”, que incluye la expansion de Tiwanaku y la expansion de Wari, ambos con dis- tintos signos, procedimientos y alcances. Se puede decir que el primero fue un caso de colonizacin, donde si exist Ia fuerza, era complementaria. Pn fl segundo la imposicién del dominio fue producto Fandamentalmente de la fuerza. Enel siglo VId.C- ambos procesos ya estaban definidos, con una expansi6n fiwanakense de eénones de agin modo Similares a los que tavo Chavin en el norte fet arnilenio atrés, ¥ el otf con el establecimiento Yel dominio Wari en el sur érido entre las ciudades de Cusco y Arequipa, Lima y Junin, y el eon del norte fértil hasta cubrit Lambayeque y Chet poyas, todo un territorio que ya habia avanva, mucho en términos de instalaciones urbanas 4c definici6n regional, que se constituyé en la base da fo que en el siglo IX se definié como un imperio, Enel caso de Tiwanaku se traté de la inserciby de territorios que fueron colonizados, en cambio en el caso de Wari, la incorporacién de los pueblos sometidos a Ia fuerza incluyé estados y jefaturas ya instalados, aparte de las autonomias tribales que pudieron ser insertadas en los bordes del territorio, Enel siglo IX d.C., los arquedlogos identificaron lz, segunda fase de Wari, cuando la ciudad ya estaba formalmente estructurada y en condiciones de crear satélites urbanos en todo el territorio conquistado, pero especialmente en un punto del norte fs en Huamachuco. Desde ahi se podian manejar los, movimientos econémicos y sociales de las pobla- ciones coloniales. Asimismo, en el sur érido, en el Cusco, se construyé otro asentamiento urbanizado llamado Pikillagta, desde donde era posible manejar la gestién de todo el territorio sur del imperio. ‘Wari, al entrar en contacto con los pueblos euyos aleances tecnol6gicos y econémicos habian logrado exitosos triunfos sobre el medio, elev6 notable- ‘mente su potencial politico durante los tres sigles que corresponden a la fase que los arqucdlouos siguiendo a Dorothy Menzel, reconocen eon? cid Horizonte Medio 1A. La segunda fase es con0™ como IB, y es la que corresponde 2 Ia gran pansién del siglo IX. En esta etapa, Wari ents vontacto con Tiwanaku, aparentemente como Pare de lavoluntad de conquista de Wari, Warise sie tn el valle de Moquegua, creando un centt0, UP lamada Cero fortaleza, en la punta de una colina li Baiil, donde se instala en condiciones fortificadssY establecen con los habitantes tiwanakens’s de _ quegua una relaci6n que esté en proceso de est i pero que tiene como caracteristica el hecho de = ro invadieron el territorio, No hay indicios dea su vocacién conquistadora los Hlevare a incorpo" en su imperio todo aquello que Tiwana iat Solonizado. Solo existen algunos indiciO® a vances o las conexiones de Wari con Tiwari “i dado que se han encontrado piezas aisladas de Luis Guillermo Lumbreras S. es tan lejos como en Arica, ¢ indicios alin muy burdos de contactos con las poblaciones de Ia isla Parit del lago Titicaca. Todo eso en esta fase HM-1B de la historia. Los efectos de estos contactos sobre los ayacu- chanos fueron muchos, no tanto en cuanto al disefio de sus estrategias econémicas y politicas, pero sien la insereién de toda una serie de iconos ligados a ‘un personaje que aparece plenamente configurado en la llamada “Portada del Sol” de Tiwanaku. Se trata de un personaje de una larga historia. Es un ser humano, parado, que tiene una cabeza de donde salen rayos que terminan en cabezas de pumas, de serpientes 0 peces. Tiene un rostro cuya boca se convierte en las fauces de un carnivoro. Esta ves- tido muy elegantemente, tiene los brazos abiertos y sostiene una vara en cada una de sus manos. ‘Varian los componentes terminales de las varas asi como los elementos de disefio de sus trajes. Es una divinidad que tiene una versin femenina y una versién masculina, y a la que unos arqueélogos la identifican como Wiracocha, aunque no hay nin- guna prueba de eso. Las versiones mas antiguas de este personaje las tenemos en Chavin de Huantar, ‘en una famosa escultura litica conocida como Estela Raimondi. Puede ser que ésta se haya hecho entre los 500 y 1000 aifos antes de nuestra era, y que no sea necesariamente Chavinense. En ese mismo tiempo, alrededor del siglo VI-V a.C., encontramos ‘esta divinidad representada en tejidos asociados al mar y al algodén, en la Bahia de la Independencia en Ica, También la encontramos casi en la misma época en la iconografia de Pukara, donde hay una pieza escult6rica de este ser antropomorfo con Ia cabeza radiada y los dos brazos abiertos con varas, que en este caso tiene un manto en forma de las alas de un halcén. No es una pieza aislada, pues en el Cusco aparece el personaje de cabeza radiada y rostro felinizado en objets de cobre, como el !la~ mado “Disco Oberti” o el pectoral de la coleccién Billingurst, que ahora es el escudo del Cusco. Son de estilo Pukara y su edad no puede ser posterior al inicio de nuestra era. Los Wari, en sus relaciones con Tiwanaku, adoptaron este icono y junto a sus “angeles”, lo representaron a su manera en piezas textiles y cerémica, lo que generé un estilo nuevo ‘que ha sido bautizado como Conchopata, y también como Robles Mojo, aunque en realidad hay diver- sas versiones del personaje donde se representa de cuerpo entero 0, como en Tiwanaku, solo la cabeza. La presencia de este icono y sus “Angeles” asociados, hizo pensar en el estilo Wari como una versién de Tiwanaku, Io que solo es un testimonio de los evidentes contactos entre ambas civiliza- ciones, que hizo posible que Wari incorporara como suyos varios de los logros de los tiwanakenses, en un sentido similar a lo que ocurri6 con los compo- nentes Nasca, Mochica y de otros pueblos con los {que estuvo en contacto, aun cuando es evidente que la influencia de Tiwanaku fue mucho mas fuerte y de algin modo equivalente a la que affos més tarde tendria sobre los Inkas. En efecto, aparte de que hay tecnologias arquitect6nicas y escultéricas de origen Tiwanaku, éstas tienen una estructura urbana muy diferente, La mitologia que se comienza a descu- brir en las etapas iniciales de los Wari se parecen mucho a aquellas que los Inkas transmitieron a los espaiioles al contarles las leyendas y los mitos que sostenfan sus cédigos de relacién con la naturaleza y con otros seres humanos. Es tentador identificar el mito que transmiten algunos cronistas sobre los fundadores del Cusco, la leyenda de los hermanos Ayar, con unos iconos que aparecen en las épocas tempranas de Wari. Los hermanos eran Ayar Manco, Ayar Auca, Ayar Cachi y Ayar Uchu. Manco, el hermano principal, Hevaba consigo a una faleénida, que era lo que lo simbolizaba. Ayar Cachi, el de la sal, tenia un arco con cuyas flechas derribaba cerros. Ayar Uchu, el del ajf y seguramente las frutas, junto a Ayar Auca, portaban porras. Salieron del lago Titicaca, caminaron a lo largo de todo el Vileanota y llegaron al valle del Cusco luego de una serie de peripecias cuyo resultado fue que solo Manco quedé vivo, con una vara de oro que al hundirse en el valle del Cusco determiné que alli fuera el centro de su reinado. Los distintos puntos de este peregrinaje se identifican con cerros, lagunas y otros fenémenos naturales. Los hermanos fueron desapareciendo luego de hechos magicos en distintos puntos del camino. Uno de los primeros en sucumbir fue Ayar Cachi, que alland el camino con sus flechas que derribaban cerros, y él se convirtié en piedra, Panoram: Ocurre que enc Fagg tue en Conchopata se han enconin de estilo Wari en cerim Suya Tepresentacién coincid ado iconos donde hay personajes le con la descripeign S Con los miticos het Bie hacen os miticos hermanos °s de ellos estin parados sobre ba como | aue hay ahora en el lago Titicaca, uno Ihe con- S180 una falednida, igual que Manco: ene arco y una flecha y los otros dos Porras. En Ayacucho no hay lagos navegablesy on cambio si hay muchas noticias de las relaciones con ¢ Tago Titicaca, donde hasta hoy se usan balsas da ‘Otora similares a las que figuran en la iconografia de estilo Wari. tro tiene un Son guerreros con Siguiendo la ruta de los hermanos Ayar, se Hega al Cusco pero también se llega o se pasa por Pikillagta, que es un punto en el camino, En una Teconstruccién del mito se puede conectar esto con la adopeién por los Wari de una mitologia que explica la fundacién del poder y de los dioses desde el Titicaca en el siglo VII-IX, y que se mantuvo hasta cuando los Inkas asumieron el poder del Tawantinsuyu, y que transmitieron luego a los espafioles que Ilegaron en el siglo XVI. Esta etapa llamada “Horizonte Medio”, que duré casi cinco siglos, removié todo lo que estaba ocurriendo en el antiguo Pert hasta el siglo IV- VI, cuando se inicié la crisis medioambiental. En efecto, procesos tan estructurados como el de los Mochicas, se vieron seriamente afectados. Los Mochicas habian Ilegado a un notable manejo de su territorio y habian iniciado un proceso de incor- poracién de los valles vecinos al norte y al sur de Trujillo, teniendo como foco principal el valle de Moche, apoyado por el de Chicama, con alcances significativos en los pequefios valles de Chao y Virit y luego con el del Santa y Nepeiia. Los Mochicas del norte, que ocupaban los valles de Jequetepeque y Lambayeque, habjan comprometido los desiertos ampliando su territorio agricola, ganandole terreno al desierto y mantenian un contacto muy fut, aue todavia est por ser explicado, con los pueb jos que habitaban los valles de Piura, comprometides co una formacién social de tipo cepenona aan. sximidades serranas. Cuan\ Bs ebiental Jos Mochicas estaban en su apogeo, aml . 3 del proceso P: ehispanico mismo modo como lo est Jamarea y Huaytas, En esas citcunstancia War, inpresando por la sierra insialing Callejon de Hua las, Hua Desde alli, teniendo como b base de Viracochapampa y el complejo de M £0, el ejere io del poder Heg6 haci los Mochica: ‘aban sus veins dee Marcahuamachy, Hubo una serie de a e en lacosta norte, entre los cuales dex delos centrosurbanos consttuids principal base de editficios ceremoniates como lysine Moche 0 El Brujo, hacia formaciones que una mayor presencia de ocupaciones no liga en el interior de os cents urbans, como ona ocurre en Galindo en el valle de Triilo-o fe curre en Pampa Grande en Lambayeque, lazamientes ‘aca el trasadg las Huacas de Como producto de estas nuevas condiciones Se modificaron incluso los iconos caracteristicos Previamente dominantes, y aparecieton nuevos Personajes y nuevos recursos iconogritficos, La cerémica, que era esencialmente escultérica 0 bictoma, comenzé a manejar varios colores, ce ando estilos alfareros tricolores a lo largo de toda la costa, lo que indujo en algan momento a hablar de un “Horizonte Tricolor” y la identifieacién de un Estado caracterizado por la difusién de ese es tilo de ceramica, En efecto, todo cambia de forma Y aparece un estilo Mochica nuevo al que Larco Hoyle habia bautizado como Mochica V, que dejo de lado el clisico estilo naturaista de los viejo tiempos. Junto a éste aparece, por ejemplo en Sin José de Moro, evidencia del contacto y presencia de Wari en esta regidn que, ademiis de introdueit Ia tecnologia de cerimica policroma. represen tambign una importante noticia acerea del pes tenia el valle det Rimac enel proceso dedominin costefia de Wari, En esa época, en Lima se ho formalizado una ciudad Hamada Cajamenu"™ que estaba en progresivo remplazo de [os coh ceremoniales de Maranga, Pucliana y ser regién. En San José de Moro, la ceramics tn Nieveria del valle del Rimac ocupaba un es significativo entre los Mochicas, fe asta el nucleo mis> e de su dominio’ : .omo Huarmey. $0 Los Wari entraron hast Moche, pero la intensificacion mucho mas patente en valles ¢ Luis Guillermo Lumbreras S. al en el lugar llamado E1 Castillo, se ha encontrado el mausoleo de un personaje de notable importancia en la regién, puesto que imita en barro el patron funerario de élite que hay en el mismo sitio de Wari, con una tumba central y un conjunto de sepulturas que le rodean, y que posiblemente son personajes sacrificados en homenaje al diftunto, tal como son los mausoleos encontrados en el ugar Uamado Monjachayog en Wari. Més adelante, los Chinnis, descendientes de los Mochicas reproducirin mau- soleos similares en su ciudad capital, Chan-Chan, Los cambios provocados en esta etapa derivan en una total recomposicidn de los sistemas de vida propios de la regién, a tal grado que el modo de vida conocido como Mochica 0 Moche, identificado con los centros ceremoniales, revirtié en un sistema basado en ciudades que, como Chan-Chan, tenian como componente més importante las unidades conocidas como palacios. Estos palacios eran ‘grandes espacios cercados en cuyo interior existian patios y recintos diversos, destinados a albergar en su vida doméstica y laboral a los grandes personajes del sistema, donde los jerarcas como el CI-QUIC, el rey, vivian rodeados de toda clase de servicios y facilidades, con ambientes para recepcién de ter- ceros, ambientes de trabajo interno, grandes pozas, Tlamadas “wachaques”, donde al parecer se criaban peces. Los centros ceremoniales estaban asociados alos dioses. Todo parece indicar que en esta época se da un trénsito del culto a los dioses hacia el de los sefiores poderosos, como luego ocurriria con los Inkas, que eran dioses a los que se rendia culto, sin dejar de considerar a los dioses mayores. Por esta causa, las obras cambiaron su eje de importancia. Los palacios pasaron a ser mas importantes que los templos. Desde los tiempos de Galindo y Pampa Grande, hasta los de Chan-Chan, los templos para los dioses no se abandonaron, pero pasaron a un segundo nivel de importancia. Si bien todos esos cambios son visiblemente importantes y ocurren en todo e! terrtorio, de donde la civilizacion Nasca es remplazada por la de Ica, donde Lima se convierte en Chancay y todos con el mismo tipo de diferencias, lo que es notable- mente importante es lo que ocurre en el campo de la produccién. La intensificacién agricola es, junto con el urbanismo, la caracteristica principal deeste tiempo. Todos los valles amplian considerable- mente el ambito de sus terrenos de cultivo gracias a que la tecnologia hidraulica es manejada de manera mis intensiva, con proyectos intervalles de largo aleance. Eso hace que los valles con mayores posi- bilidades de ampliacién de terrenos se conviertan en zonas de alto poder econémico, de alguna manera reproduciendo un patrn que se habia forjado en la fase de los Desarrollos Regionales, que preceden al Horizonte Medio. Enuna linea similar ala de Wari, la manufactura y la circulacién de bienes se convirtieron en compo- nentes de primer nivel en el manejo de la economi donde zonas como las de los Chimiis, la de Chincha © la de los cusquefios, habian adquirido una base de crecimiento sumamente importante, Entre esos productos se suele destacar los procedentes del ‘rea textil. Hubo lugares dentro del Estado Chimti que, como Chancay, lograron un prestigio notable debido a la cantidad y variedad de los productos que pusieron en circulacién. Este prestigio del tejido permitia establecer visualmente sectores ciados de uso y consumo, los que coinciden con la diferenciacién social que a partir del Horizonte Medio se definié casi en términos clasistas. sren- Los tejidos finos, con productos escogidos ‘como la fibra de lana de vicuiia 0 de alpaca o las fibras de algodén cuidadosamente seleccionadas y escarmenaddas, eran Ilamados Kumbi y eran usados por los altos dignatarios, en tanto que los textiles ordinarios, llamados Awaska, se usaban para cubrir necesidades de servicio o para vestir a los sectores populares. Sabemos que cuando legaron los espa- fioles, los Inkas del Cusco entregaban como regalo Jos productos textiles, y una forma de tributacién era la de lenar los almacenes imperiales con telas © matera prima textil. La confeccién textil cubria la demanda de muchos componentes, que incluian no solo las fibras vegetales y animales que estaban en su base, sino también los tintes y elementos ‘complementarios tales como las plumas, destinadas a fos mas elegantes componentes del vestir, placas de oro, plata o cobre que eran dispuestas como lentejuelas, y toda otra gama de adomnos que, se agregaban a los tajidos wd { M4 Panorama del proceso Prehispinico nenan ie ae hay una serie de compo- alae oe larga acumulacién de cono- que van mas alla de la simple memoria. Se encuentran incorporadas tecnologias de crecimiento multilineal, en donde las versiones iniciales debieron enfrentar ala necesidad de adap- aciOn de cada region, manteniendo o mejorando la cficacia de su aplicacién, Si bien atin noes claro que Pudieran existiro no formas de registro equivalentes alos de la escritura, queda claro que si existian for. mas de conservacién y mantenimiento de la realidad concreta de interés de los usuarios. Hay sistemas contables, medios de evaluacién cuantificada de los bienes y la poblacién, ¢ incluso un sistema hecho con nudos, al que llamamos Kipus, junto a ideogramas que atin no podemos decodificar y que aparecen en los tejidos o en la cerémica. Ademas de estos medios —a los que se agrega unas table- tas pintadas que ain no hemos podido descubrir y que aparentemente contaban con un almacén en el Cusco, asi como los petroglifos y los grafiti que se encuentran en varios puntos del pais y en algunos restos arqueolégicos— la memoria era garantizada a través de la existencia de un sistema de tradicién oral, mediante la elaboracién de cénticos que eran transmitidos de generacién en generacién, contando las hazafias de los gobernantes. Este periodo que se dio entre el siglo XI 0 XI y el siglo XIV, se ha identificado con varios. nombres, poniendo énfasis en que es la etapa del urbanismo pleno, o en que la vida militar adquirié un rol pre- ponderante sobre la vida religiosa. Las ciudades crecieron, las 4reas de cultivo se incrementaron, las poblaciones aumentaron y pricticamente no quedé un solo territorio del Pert que no tuviera ‘ocupacién humana. Bs el tiempo en el que los reyes y los jefes militares ten‘an el dominio pleno del es- cenario, y en el que la produccién de alimentos a Goma la manufactura de bienes se amplid a niveles ciertamente industriales. Segiin dicen los testimo- nios, existian ofertas de telas con muestrarios, y al parecer la produccién alfarera crabs id el i e telas y vai ee Frajillo ilegaked hasta Lima, a A Me Cusco, y también al altiplano. En el elias Chincha la poblacién estaba dividida en- ao Tabradores de los campos, los pescadores y tre los mercaderes. Los document centenares y hasta millares de balsas en ur de Tambo de Mora, y dicen tambien gue caderes no solo iban caleteando por as costag nes también iban cubriendo mercadosen lasiems ne mismos documentos nos indican que en la ona norte habia mercaderes especializados, dedicados Profesionalmente a su papel en la circulacisn & bienes, y nos dicen que ellos vivian en las. Ciudades Junto con los artesanos y los labradores, Nada de exo existia antes del siglo [X, aun cuando los Mochicas avanzaban en esa direccién. 'os dicen que habig Desde luego no todo era igual en todas partes El desarrollo de los pueblos nunca fue mas desigual Algunos eran muy ricos y tenian excedentes suf. cientes como para tener lujos, mientras otros eran bastante pobres. Esta condicién desigual generabe obvias confrontaciones entre los pueblos, y porlo tanto existia el incentivo para el robo y el crimen. Los pueblos, siguiendo de algtin modo las estrate gias dejadas por los Wari, comenzaron a fortificar sus asentamientos y a ubicarlos en los lugares menos accesibles de su territorio. Esto explica el por qué cuando los Inkas tomaron el poder. est blecieron como sus eédigos de relacién social los conceptos de Ama-Sua, Ama-Qella y Ama-Llulla no ser ladrén, ni ocioso, ni mentiroso— que g2- rantizaba la intervencién comunitaria sobre estos problemas que debilitaban las relaciones sociales y sobre todo las relaciones que debian establecers? ‘entre los individuos y sus comunidades 0 el Estado En toda la regién norte, donde el urbanism estaba asentado, se organizaron Estados, lo que 2° ccurrié en el sur, donde las jefaruras ereieron» mejoraron sus eualidades de vida peo sia past! la condicién de Estados, Los més avanzados ba taban el terttorio Circum-Titieaca, de modo qu seitorios de los Collas, Lupacas, Pacajes Y BE Jos Chichas y Amparaesy otros, se consttuyerOe, entidades con una estructura centralista, Essbit conflictos unos con otros, y la mayor pare conflictos tenia que ver con acceso a Los me produccién (tierras irrigables). jcticament? En Cusco, Ayacucho, asi como practi i in de & en toda la sierra, los asentamientos era! Luis Guillermo Lumbreras 5. fy circulares. y excepcionalmente rectangulares, que se adaptaban a las curvas de nivel de los cerros. Eran modelos resueltos a nivel doméstico con albafileria simple, techos hechos con troncos y paja. y la produccién tanto alfarera como orfebre estaban debilitadas, resuelta también a nivel doméstico. Sin embargo, existia un mantenimiento singular de los recursos productivos, solo afectados por los continuos conflictos entre vecinos, sin una estructura estabilizadora como la que disponian los Estados. Al enterarse de estas estructuras, los espafioles las identificaban como Behetrias, que eran las instituciones también aldeanas que existian en Espaiia al margen de los Estados, y que normalmente actuaban como autonomias, con sus propias regulaciones y orden, generalmente dependientes de un jefe equivalente al tipo de persona que en los Andes se conocia como curaca. En estas condiciones se produjo la guerra entre los Inkas y los Chancas, cuyo término puede ubi- carse entre los siglos XIII y XIV. Eliminados los ‘Chancas, los Inkas, que actuaron en alianza con los Collas, ampliaron su ambito expansivo. Hasta en- tonces, la tarea de los Inkas legendarios, conocidos ‘como Manko Qhapag, Sinchi Roca, Lloque Yupan- qui, Mayta Qhapag, Qhapaq Yupanqui, Inka Roca, Yawar Waqag y Wiraqocha, habia consistido en ‘convertir el pequefio valle del Cusco en el centro de poder de la cuenca del Vileanota. Eso representaba conquistar a todos sus vecinos del sur y del norte ée dicha cuenca. En el sur, apenas separado por el pasaje de San Sebastian y San Jerénimo, estaban ‘sus enemigos més inmediatos, asentados en la tinica ‘ciudad grande de la cuenca, llamada Pikillaqta, capital provincial de los Wari. Para conectarse con Jos Collas y dirigirse hacia ¢! Urubamba o la parte alta del rio Apurimac, los Inkas tenian que someter ‘a.estos vecinos que ocupaban el valle de Lucre. En el valle de Lucre, habia un fuerte contingente Wari, al que los Inkas del Cusco identificaron con Jos nombres de Muyna (Mohina) y Pinaguas. Més al sur estaban los Kanchis y Kanas, asociados con Jos Collas que vivian en las inmediaciones de Ia ‘cuenca norte del lago Titicaca. Todos estaban en guerra entre ellos, y los Inkas y Collas estaban aliados en contra de sus enemigos Pinaguas y Muynas en cuyos flancos vivian. Asi pues, para vencer a Pikillagta se estrech6 esa alianza que desestabiliz6 al enemigo principal, cuyo centro principal estaba en Wari, al oeste. La hipétesis es que luego de someter Pikillaqta, cuyos habitantes al parecer habrian previamente cercado Ja ciudad del Cusco (hecho atribuido a Jos Chancas en la leyenda), los sobrevivientes huyeron con direccién a Andahuaylas, que era seguramente uno de los pocos relictos que debia quedar del viejo imperio Wari, que ya habja iniciado su declive en el siglo XI. Derrotados los Chancas de Andahuaylas, el Inka ‘Yupanqui Pachakuti pudo avanzar en la direccién de los antiguos dominios de Wari e iniciar la organi- zaci6n del imperio Inka. Desde luego, ésta es una hipétesis que tiene que ser sometida a la critica de Ios testimonios arqueol6gicos. Instalado el imperio de los Inkes, Pachakuti avanzé hacia el llamado Chinchaysuyo, siguiendo lared de caminos instalados por Wari, dominando primero a los Wankas, Lupacas y Chocorbos, para Tuego bajar a lacosta de Ica y Lima, en donde pudo instalar en Pachacamac un santuario que ya tenia una larga trayectoria y prestigio, como oréculo exitoso de toda la regiGn central del Peri. En esas conquistas pudo instalar sus centros de poder mas importantes en el valle de Cattete. Siguié avanzando y llegé al Callején de Huaylas y Huanuco, donde instalé otro centro de poder en Huanucopampa, desde donde pudo avanzar sobre Huamachuco y Cajamarca, instalando, en este tltimo lugar otro de sus centros de poder, para desde allf bajar a la conquista de los Chimt, en la costa, cuya capital Chan-Chan fue finalmente sometida. Tal vez llegé hasta la sierra de Piura, aunque hay noticias de que (ta fue una tarea cubierta por Tpac Inka Yupanqui. Hacia el sur la tarea fue menos complicada. Los Inkas alli instalaron el Contisuyu, en tierras también ocupadas antiguamente por los Wari y que fueron manejadas directamente por el Cusco, con instalaciones de apoyo en diversos lugares. El Collasuyu fue una continuacién de las relaciones previamente establecidas con los pueblos de la cuenca alta del Vilcanota y del norte de! Titicaca. Solo tuvieron que conquistar a los Lupacas y Pacajes y, mas adelante, a los otros habitantes del altiplano. Era tierra conocida y conectada histéricamente con los cusquefios. El Antisuyu fue el resultado de una ampliacion del sometimiento de los habitantes del Valle Sagra- do del Urubamba, extendiendo el dominio inkaico hacia territorios de La Convencién, que ya habian estado también bajo el imperio Wari. Desde luego. se buscé la ampliacién del dominio, especialmente con la perspectiva de tener mayor acceso 4 la coca y los demas productos macrotérmicos, junto con la disponibilidad de maderas duras y plumas mul- ticolores. Luego de la expansi6n, tanto Pachakuti Inka Yupanki como sus sucesores Tupaq Inka Yupanki ranorama del proces: y Wayna Qhapaq, se dedicaron a crecer. Ello se dio como resultado de las expediciones que debieron hacer en plan de pacificacién de los territorios pre- viamente sometidos, aunque en muchos casos sé bid a la necesidad de cubrir fas demandas econdmi- cas 0 politicas del Estado. que lleg6. finalmeme a manejarse dentro de un proyecto expansionisia. Cuando Ilegaron los espafioles. ya habia merio el Inka Wayna Qhapag —unos cinco aiios atras— y sus hijos Huascar y Atahuallpa estaban en plena guerra por la sucesi6n del trono. Atahuallpa habia logrado vencer a su hermano y era el nuevo em- perador. Francisco Pizairo, el jefe de los espafiolss. Jo mandé a ahorcar, quedando él como gobemant del Peri. La historia continn6, pero con nav condiciones y personajes.

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