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gE TUS ET VERITAS REVISTA EDITADA POR ESTUDIANTES DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU Consejo Directive Giovanni Priori Posada (Director Bjecutivo) Mario Reggiardo Saavedra (Dizector de Publicaciries) Luis Caslos Adzianzén Rodriguez (Director de Imprenta) ‘Edgardo Cavalié Fiedler (Director de Economia) Percy Masias Ramos (Director de Eventos) Gabriel Arrisuedio Fajardo (Director de Relaciones Puiblicas) Publicaciones Juan José Ballén Rossellé ¢ Renato Mejia Madrid « Carolina Rendén Andfa : ‘Marfa Inés Vasquez Rossi Imprenta aia 4 ‘Ursula Baertl Espinoza * Paola Séenz Ramifez~ Economia Paola HiéspuruXamin © Mauricio Gonzales del Rosario + Victoritugo Montoya Chévez Julio Rojas Lara Byentos Javier Flores Ligarda * Angela Grossheim Barrientos + Cecilia Noriega Febres Martin Ruiz, Andia Relaciones Pablicas Mariela Candela Véliz « Luis Enrique Palacios Cisneros + Luis Vargeé Leon, 7 Comité Consultivo Nacional” _ Jonge Avendatio Valdez + Alfredo Bullard Gonzdlez.* Carlos Céirdenas Quirés Femando de Trazegiies Granda * Francisco Eguiguren Praeli » Luis Hemdndez Berenguel Juan Monroy Gélver, * Mazio Pasco Cosmépolis + Beatriz Rematcictti de Cubas : José Ugaz Sénchez-Moreno - Comité Consuitivo Internacional Oscar Ermida (Uruguay) Néstor Pedro Sagiiés (Argentina) Jorge Walter Peyzano (Avgentina) ¢ FI Peru ante el nuevo Derecho del mar Varias razones para ser parte de la Convencion de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar p : 1. INTRODUCCION. E Posiblemente cada vez que estamos frente al jar, desde un acantilado o en la ribera de una playa, 7 ‘argamos en su inmensidad buscando algin punto com Joreto en el horizonte, pensamos en todos los misterios Jqve 1 envuelve y en las infinitas interrogantes que duedan atin por resolver. Es facil confirmar que, apesar de es grandezas que la naturaleza nos ofrece, may pocas veces somos conscientes de su reai valor: el mar no constituye la axcepaiéa. Es paradgjico, pero nuestro planeta indiscriminada que venian efectuando diversas expe-, iciones pesqueras extranjeras en nuestro litoral, ex desmedro de la economia nacional. Asi, uno de los: considerandos del Decreto Supremo No. 781 sefiala 4 apes gu npomalauee dered dena Agen | adit. No obstante, consideramas neceeso mesiionsr brevese? | fatives dentro del nuovo derecho del mas | | eque es igualmente necesario que el Estado proteja ,coaserve y reglamente el uso de los recursos pesqueros y ottas riquezas naturales que se encuentran en las sguas epicontinentales que cubren Ja plataforma sub- | marina y en los mares continentales adyacentes a ella» Resulta clara entonces, la intencién del Estado peruano de zeivindicar los recursos naturales ubicados mn dichas zonas como petrimonio nacional, asi como | proclemer su autorided para regular la explotacién y | conservaciGn de los mismos. Creemos que la medida tomada por el Estado peruano fue necesaria, en tanto la comunidad interna- conal no lograba acuerdos sobre el espacio marino, de Iocontzazio, la depredacién depeces hubiera sido izre- jversible y altamente perjudicial para los intereses eco- ‘némicos y sociales de nuestro pais, Sin embargo, esta declaracién tiene una serie de trasfondos (de alcance mediiato) que es pertinente analizar: a) Enprimer lugar, se declar6ia soberanfay juris dicci6n del Pert sobre una zona distinta al mar territo- ral, Dentro de la concepeién del antiguo derecho del mar esta proclamicién afectaba el alta mar. ») __Seestablecen derechos sobrelaplataformasub- ‘marina o 26calo continental y sobre el mar adyacente a Jas costas. Esto implica el réconocimiento de espacios | distintos a las dos zonas clésicamente establecidas. ©) Seestablece una zona de control y proteccién el mar y sus recursos en un érea de 200 mllas, sujeta |amodifcacién ©. 4) Se respeta el derecho de libre navegacién. Enconsecuencia, el decreto supremo de 1947se | sustentd en dos hechos innegables: 1) Laexistencia de precedentes: como sefialéra- ‘mos anteriormente, algunos paises americanos habian realizado actos unilaterales mediante los cuales modi- | Beaban los limites de su jurisdiccién marina, reivindi- jcando derechos exclusivos en zonas maritimas especi- !ficas. [2 _Eldettitnento de los recursos marinos: ia acti- vided depredadora de empresas extranjeres puso en |peligro la conservacién de especies marinas con el consiguiente riesgo en la cadena ecolégica. “ 23.2, La Declaracitn de Santiago, E118 de agosto de 1952, en a chudad deSantia- g0 de Chile, los gobiemos de Ecuador, Chile y Pert suscribiezon cuatro documentos en el marco de la Pri- mera Conferencia sobre explotacién y conservacisn de Jas riquezas maritimas del Pacifico Sur, entze ellos, le Deciaracién sobre la zona maritima de 200 millas (tam- ‘ign conocida como Declaracién de Santiago). La Deddaracién de Santiago constituye un com- plemento funcamental del Decreto Supremo No. 781 ‘Mientras éste tiltimo establecta la soberanfa y jurisdic- cignestatal sobre el zécalo continentalyy elmaradyacen- ‘tearuestras costas, la Declaracién deSantiago fjabaesta soberania y juriediccién marina «hasta una distancia minima de 200 millas», incluyendo también al suelo subsuelo que se halla debajo de dicho mar, Esta declara «ign se hizo también extensiva al territorio insular. ‘Como se aprecia, 1a Declaracién de Santiagono entz6 a limitar la plataforma continental niaregularlos derechos quepueden ejercerse en ella, ni enotreszonas. Lapreocupacién central fue la conservaciéndela fauna y flora marina en salvaguarde de losiintereses econdmi- os de susrespectivos pueblos; de ahi que al proclamar- se'la soberania y jurisdicciGn sobre el maz, su suelo y subsuelohasta las 200 millas, esto alcanceigualmentea Jas riquezas matinas (a pesar que ello no se dice taxativamente). En este aspecto, coincidimos con el doctor Eduardo Ferrero cuando afirma que valdefinirse que el derecho era de soberanfa y jurisdiccidn exctusi- vas sobrela zona, evidentemente elloimplicélasobera- fa y jurisdiccién sobre los recursos que se encuentran en dicha zona» ©. Nuevamente, la insuficiencia de los espacios reconocidos por el antiguo derecho del mar para con- servary aprovechar debidamente losrecursosmarinos, as{ como le inaccién de la comunidad intemacional frente a estos problemas, motivé la reaccién de los estados perjudicados. 23:3. Fundamento de las 200 rails. @Por qué el Estado peruano proclamé su sobe- sania y jurisdiccién maritima hasta la distancia de 200 snillas? Si la idea fue proteger nuestros intereses, :por gué no fjar una distancia mayor? ;Acaso fue una deci- sign arbitraria fruto del capricho delos goberantes del momento? La respuesta se basa en dos razones de orden técnico: (8) Sobze el particule, l articulo3 del DS, No.7Bi establace que'a modification de las 200 millag ce haré ade acuerdo con lis ccunstancias ‘cbrevizuentes por raadn de ios nevosdescubsindentos,estucis interes naconales que faeran advertdcs en el faturom |TUSET VERITAS No 4 (8). FERRERO COSTA, Eduardo, El-uevo derecho del mar, EI Pers ylas 200 mills. Lima: Pontificia Universded Catéica del Ferg 1979. p60, 189 1) _ Las 200 millasse fijan en funcién de ia Corrien- te de Humboldt (tambign llamada Corriente Peruana) Gado que ésta alcenza esa anchura en gran parte del afi, y constituye as{ una linea de demarcacién fécil- menteapreciable. Este criterio es expuesto porel doctor JoséLuis Bustamante y Rivero, estudioso del derecho delmary Presidente dela Replica durantelapromul- gecisn del decroto supremo de 1947, 2) Esprobadoquegranvariedad deespecies dela flora y fauna merina asf como reservas petroliferas se concentran en el espacio de 200 millas adyacenite a las costas, lo cual faciiitalaexplotacién, conservaciény aso sustentable de estos recursos. Por otvo lado,-existe un fundamento econémni- coesencial:lasubsistencia y el progreso dela poblacién eruanasebasa,en granmedida, enlariquezaictiologica y petrolifera ubicada en nuestro espacio marino. La conservacién ¥ el uso racional de estos recursos se swuelve, pues; indispensable. En este sentido, es justifi- cada la siguiente afirmacién del doctor Juan Miguel Bakula: «nohay duda de queha sido elinterés econémi- co, el que ha estado en el origen de les reivindicaciones de extensiones més amplias bejo el control del Estado costero» ®, Evidentemente las razones expuestas conflu- yenenune fundamentacién juridica de las 200millas”, {que tiene en el principio de la soberania de los estados ~como veremos més adelante- su eje central. 3. LA ONU Y EL NUEVO DERECHO DEL MAR. 3.1. Conferencias de Ginebra, En este orden de ideas, 1a Organizacién de las Naciones Unidas -que para entonces estaba en pleno fortalecimiento-no podia permanecer indiferente ante hechos producidos. Esas{como promuevelos primeros intentos en aras de uniformizar los criterios sobre el derecho del mar y positivizar la costumbre extendida en muchos estados. Se evan 2 cabo, entonces, tres grandes conferencias para discutir los principales te- mas relativos al derecho del mar. Las dos primeras se realizaron en Ginebra, Suiza, en 1958 y 1960, respectivamente, En éstas se discutieron y aprobaron 4 temas: a) Sobre el mar territorial y la zona contigua. b) Sobre el alta mar. so c) __ Sobre la pesca y conservacién de los recursc, vivos del alta mar. : a)" Sobre Ia plataformia continental. 2 Lamentablemente, los temas en cuestién rep: seronconcepios del antigo derecho delmary cares] ron de toda innovacisn, con excepciSn del zferido 21, plataforma continental donde se reconociezon det hos al estado nbereBio cobze esta zona «alos efectos de | ‘su exploracién y de la explotacién de sus recursog 4 naturales» s sai 32, Tercera Conferencia de las Naciories Unidas sobre el derecho del mar. 3.2.1. Antecedentes La Resolucién 2340 (OUI) de Naciones Unidad del 18 de diciembre de 1967 es el punto de partida dé esta conferencia, que a final de cuentas zasulté la mi innovadora de 1as tres, luego dal fracaso de las dos) anteriores. Latercera conierencia culminaconlaexitoss,, aprobacién dela «Convencién de Ias Naciones Unidas: sobre el Derecho de! Mar» (en adelante la Convencion): Juego de 14 afios de trabajos ininterrumpidos. La Convencion constituye tin tratado plural, quenace del consensoy dela cooperacién internacional (©) RUBTADIANTEY RIVERO, Jon at Deh de Maye Confer de Cts Er Deseo NOS. iP Unie Cates del Pers, 1974 (©) BAKGULA, Juan Miguel El dominio martin del Pere. Lima: Fandacén Mi. Bustamante dea Fuente, 966.p2:7.. 7) Nocspropésito de presente texbao asliza os cstintos Fandaments de ordenjurdico que apoyas aon de200 nas No stuns Y 0 So on on sao informatio, enumerames ion fanaamenton ms resarentes tala Coceine tse 0) desta oeaad 8 Scyocenci b)dexecho de accsin, dares te componsacon, 3) aurech de poses sem ; regula todos los aspectos de los espacios ocednicos a zafectos de lograr un orden econémico intemacional justo y equitativo, Condicién primordial paraladacién delaCon- Lvencién fue que ésta fuera aprobada como un todo, como un «paquete» sobre la base del consenso, debido | acla estrecha interdependencia de las numerosas cues- | ones en juego, la gran cantidad de estados participan- ‘esy el enorme niimero de intereses a menudo contra puestose ©) r Deestamanera, conlaidea del «acuerdo global» conto premisa, se abrié un capitulo fundamental er la historia delos tratados y le ONU se puso ala altura del nuevo derecho del mar. 522. Ojetivos. Seria inoficigso detallar todos los objetivos que encierra la Convenci6n, Sin embargo, creemos conve- niente sefialar aquellos que, a nuestro criterio, plasman el sentir de las naciones y se desprenden féciimente de su texto; como son: 2) El replanteamiento de los antiguos conceptos del derecho del mar. d) —_Lapositivizacién de las costumbres maritimas y su adecuacién a la terminologia juridica. © Elestablecimiento de nuevos espacios marinos. a) Laconservacin y utilizacién eficiente, racio- nal y sustentable de los recursos marinos. ®) La preservacién de la libertad de navegacisn, basada en el principio del ius conmunicationis ) La lucha contra la contaminacién del medio narino. 2) Le cooperacin y promocin de la investiga- ‘ign clentifica marina y la asistencia técnica entze los estados, b) Bl fomento del comercio internacional. ) La solucién pacitica de controversias })___ Elapoyo a los patses sin litoral y en situacién geogréfica desventajosa para la explotadin y aprove- chamiento de los recursos marinos. \) El establecimiento definitivo de los fondos marinos 7 oceénicos como patrimonio comtin de la humanidad 3.23. Espacios maritimes. ‘Uno de los logros més importantes de la Con- vencién fue el establecimienta preciso de los nuevos espacios maritimos. De esta forma, la Convencién re- chaza los espacios «clésicos» del antiguo derecho del ‘mar y reconoce nuevas zonas marinas en provecko de todos y, principalmente, en favor de los estados Hiberefios. 3.2.3.1. Mar territorial. Eoun concepto que proviene del antiguo dere- cho del mar, pero a diferencia de éste, la Convencién faculta alos estados para que sean ellos quienes det minen su anchura, hasta un limite que no exceda las 12 millas marinas. La Convencién sostiene que le anchuradelmar territorial se mide en Auncion de wlineas de besen. Estas partes de elevaciones naturales de tierxa que sobresalen durantelabajamary son cubiertas por lasaguas duran- te la‘pleamar, con la particularidad gue se encuentran dentro de una distancia que no excede las 12 millas, desde la costa ®. Deesta manera, el estado siberefio ejerce sobe- ranfa sobre su mar territorial, su lecho y subsuelo, asi como sobre el espacio aéreo que lo cubre, sin perjuicio del paso inocente, El paso inocente es un derecho del que gozan los buques de todos los estados de transitar por cual- quier mar territorial, siempre que este trénsito «no sea erjudicial parala paz, el buen orden ola seguridad del estado ribereviow ™. Conviene afiadir, que la Conven- én oterga al estado riberefio el derecho dee dictar las leyes y reglaméntos pertinentes para regular diversos, aspectos relativos al paso inocente por sumar territorial Ademés,elestadoriberefiopuedeimpedirtodo paso que nosea inocente asf como suspender temporal mente el mismo sobre determinadas zonas de su mar territorial. 3.23.2, Zona contigua, Es un érea de jurisdicci6n administrativa para ©) ZULETA, Bemardo, Introduccién del Texto Oficial de la Convencién de las Naciones Unidas sobre el Derecho det Mer. Neva Yesk Naciones Unidas, 1984. p1V. (9) Apreciaciones técnicts de las liness de base pueden encontrarse en Jos aticuios 5.13, 14y 18de la Convencidn (20) Artcule 38, pézafo 1 de la Convene. TUS RT'VERITAS N2 Lt Jos efectos de prevenir y sancionér las infracciones aduaneras, fiscales, inmigratorias o sanitarias que se cometanen el territorio o en el mar territorial del estado sibereio. La zona contigua no seré mayor de 24 millas marinas contadas desde las lineas de base que miden la anchura del aur terstorial 3.2.3.3, Zona econdmica exclusiva. Es uno de los temas més importantes e innovadores de le Convencién, que le da un giro pro- fando a los conceptos del antiguo derecho del mar. Esta 20na refleja la flosofia dei nuevo derecho del mar que deja de lado proclamaciones liricas y, por el contrario, se sustenta en la necesidad del deserzollo econsmico de los pueblos a través del uso racional de sus recursos marinos, dentro de un contexto de coope- adn internacional, La zona econémice exclusiva es un espacio sui generis que suxgi6 como producto del nuevo derecho del mar. Sus caracterfsticas mas relevantes son: ~ - Lazona econémica exclusiva es un érea conti- gua almar territorial con una extensién no mayor a200 millas marinas contadas desde las ineas de base que miden la anchura de dicho mar. ~ _ Enestazona, elestadoriberefio tiene «derechos de soberanta para los fines de exploracisn y explota- didn, conservacién y administracién de los recursos naturales, tanto vivos comono vivos»®. Asimismo, se establece la jurisdiccidn del estado riberefio respecto a determinadas actividades que realicen en esta zona, = Como contrapartida, el estado riberefio respe- tard los derechos otorgados a los demas estadios sobre ‘su zona econdmica exclusiva; por ejemplo: la libertad denavegacion y sobrevuelo™ y el tendido de cables y fuberfas submarinas. - ___ Elestado riberetio tiene derechos exclusivos para la explotacién de los recursos vives de su zona ‘econémica exclusiva, en base al volumen de captura permisible que él mismo determine. = Hlexcedente no explotado potrd ser aprove- chado por otros estados y sus nacionales (recibiendo iparticular atencién los estados sin literal y en situacién, (12) Antfeulo 56, pézafo 1, literal a) dela Convencién. (2) Acqut encontrans wna diferencia fundamental con el mer eritorial, donde se establece#! peso nocente ya soberanfs del détado sberefe | sobre el espacio aézeo que cubre dicha zone, (3) FERRERO, Eduardo, Op.ct, p67. (18) Acticulo 77, palo 1 dex Convencién. 192 geoprticadesvertajti), para Lo cua Sbservarn ile leyes y eglamentos dados porel estado iberefo cone, objeto de evitar la sobreexplotaaén, La zona econémica exclusiva constituye ung de los aportes fundamentales de la Convencién ya qu reconoce formalmente un espacio marino zecama suucho tiempo atrés por diversos estados, otorgéndal 200 millas ricas en recursos marines, con derechos exclusives y preferentes sobre las demés naciones det mundo.Dé esta forma, la zona econdmica exclusiva consolida como «tina zona de podery controlelestadg! bere, en la cual éste ejerce derechos especiales d soberanfa y jurisdiccién para determinados fines cialmente econémicos» &5), Es “ Es imperiosa la expedicién det una ley integral que regule todos, los aspectos referentes al mar “| peruano, en concordancia con la: Convencién” a 3.2.34. Plataforma continental. a co Las antiguas reivindicaciones de los estas iberefios vuelven a imponerse. La Convencién les ré! conoce derechos de soberania sobre la plataforma con: tinental « alos efectos de su exploracién y dela explo tacién de sus recursosnaturales» ®. Estos derechos som exclusivos, ndependiertemente de toda ocupacién zeal! o ficticia. No obstante, la exploracién y explotacién dé? los recursos naturales ubicados en esta zona es permi tida a otros estados, con el expreso corentimiento del‘) estado riberefio. 2 De otro lado -y tal vez esto sea lo més trascer dente- Ia Convencién define la plataforma continental comellecho y el subsuelo de ies éreas submarinas que: constituyen la prolongacién natural de la masa conti=, | cee eB se eat ental de estedoriberetio ™) Su extensién podra serde i790 2 350 millas marinas contades desde las lineas de Fyese que miden le anchura del mar territorial, esto en Hrci6n de la extensin que alcance el maxgen o masa ontinental del estado riberefo. Plataforma continental y zona econémica ex- Edusiva son «dos cara de una misma moneda»: en jmbas zonas se otorgan derechos exclusivos al esta- | do ribereo para la exploracién y explotacién de sus recursos naturales, respetando la libertad denavega- én y los derechos concedidos a otros estados con sajecién a la Convencién. Sin embargo, a diferencia [de la zona econémnica exclusiva, los derechos del zstado berefio en la plataforma continental no al- canzan a los recursos vivos, con excepcién de «los arganismos vivos pertenecientes a especies sedienta- sins» 32.3.5." Alta mar. ' Es un concepto originario del antigo derecho | del mar, pero a diferencia de la libertad irrestricta de " antavio, la Convenci6n le impone limites y caracteristi- cas definidas. E] alta mar comprende todos los espacios ma- rinos fuera de las zonas econémicas exclusivas, y est abierta a todos los estados para su utilizacién conines pacificos, sin que ninguno de ellos pueda reivindicar soberan{a sobre esta zona. Asi también, la Convencidn se preocupa por el {téfico maritimo en el alta mar, y por la conservacin y administracién de sus recursos vivos. 3.2.3.6. Fondos marines y ocednicos y su subsuelo. (la zona). «Lazonay sus recursos son patrimonio comin de la humanidad» ®, El establecimiento de la zona es otro de los aportes trascendentes de la Convencién , porque no silo establece un espacio geografico como patrimonio ‘comtin, sino que reconoce a la humanidad como sujeto de derecho internacional. En la zona, los estados no renuncian a su scbe- ranié, al contrario, la comparten, de ahi que ning estado pueda reivindicar o ejercer derechos soberancs sobre ella o sus recursos". Estos recursos estén constituidos bésicamente pormédulos de manganeso y polimetélicas, materiales que redundarén significativamente en el desarzollo econdmico giobal. Basta recordar que s6lo en el Océano Pacifico hay 360 billones de toneladas de estos minera- les,lo que representa una reserva para los préximos 400 mil afos. La.utilizacién dela zona se haré exclusivamen- te con fines pacificos, buscando el desarrollo general de los pueblos y el crecimiento del comercio internacional. Para efectos de su administracién, la Conven- cin ha creado la Autoridad Internacional de los Fon- dos Marinos (formada por todos los estacios-parte), la cual se encargard dela organizaci6n y control de dicha zona. En lo referente a la explotacién de los recursos 2 esteblecié un sistema parelelo por el cual ia Autoridad realizard actividades en azona, por unlado, atravésde su empresa;y por otro, en asociacién conestados-parte, quienes pagarén derechos y transmitién tecnologia. Finalmente, 1a Convenci6n presta especial in- terés a los estados en desarrollo cuando fomenta el comercioy la cooperaci6n internacional sobrelosrecur- 08 de la zona, con miras al mayor crecimiento de estas naciones. Cabe sefialar que la explotacién de los fondos marinos requiere la participacién de los paises industrializados; caso contrario, la ejecucién de los acuerdos tornados en la Convenci6n quedaria tan s6lo en buenas intenciones. No deja de ser preocupante el hecho que varias delaspotenciasindustrializadascomo Estados Unidos, Gran Bretafia, Francia, entre otrasno hayanratificadola Convencién, principalmente porél tema dele explota- ion de los fondos marinos; resténdole con ello el éxito deseado dado que el lado material dee Convencién no (05) Para an estudio técico de la plataforma continental e puede consulta l libro Definicdn de la Plataforma Continental, editedo por las NaGiones Unidas en 1994 (26) Article 77, pfrrafo 4 de la Convencién. (27) Aaticalo 136 de la Convencin. (08) Suantecedanta lo encontrasncs enlaDecaradién de 5 principios que regulsn os fondos marines y oceéniosy se subsuelofuerade fos ies {els jussdicrin nacional aprobada por a Asamblea Generel des Naciones Unidas} 17 de dicebre de 1970, atvavés dela Resolacien 2149 000). TUS BT VERITAS N2 Le puede concretarse sin el respaldo tecolégico de estos paises. De oto modo, se deja abierta la posibilidad de tana explotaci6n irrestricta y axbitraria por parte de ‘pocas naciones, en perjuicio de los paises menos desa- rrollados. 3.24. Aspectos varies ®, Adicionalmente, la Convencion regula otros temas relativos al nuevo derecho del mar. Se ocupa de: Jos estrechos utilizados para la navegacién internacio- nal, el caso de los estados archipelagices, el régimen de Jas islas y de los mares cerrados 0 semicerrados, los derechos que asisten a los estados sin litoral, la protec- ign y conservaci6n del medio marino contra la conta- munacién, la investigeciGn cientifica marina y la solu- cidn pacifica de controversias a través del Tribunal Intemacional del derecho del mar, la Corte Internacio- nal de Justicia y los tribunales arbitrales. RESPUESTA DE LOS ESTADOS ®, 41 Peri. 411. Territoriatistas vs. Zonistas En las iltimas décadas, la regulacion de nues- tromarhasidoanalizada desde la épticadedos corrien- tes de opinién radicalmente opuestas: por tn lado, la tesis que sostiene que el Peri cuenta con un mar terri- torial de 200 millas marinas (territorialista); y por otro lado, aquella que establece un mar territorial de 12 millas y la existencia de tna zona especial hasta las 200 millas, donde el Pert ejerce soberanfa y jurisdiecién (zonista). Fare la tesis territorialista, la soberania sobre determinado espacio marino implica la pertenencia de éste al estado. En este sentido, cuando el doctor José ‘Luis Bustamante y Rivero comenta la declaracién pe- ruana de 1947 (Decreto Supremo No. 781) que establece (20) Eidesarrolo deestostemas: tovo issaistas premise ™. La intencién de ambas declaraciones) fue; comolo sefialamos en su momento, la preservacion| Yelcontrol de los recursos marinos ubicados en el fou , 5 dear en claro quesszeguleci| problemas de ‘de Montevideo sobce derecho de! mar (mayo, 3970) ta Declaracion| agosto de 1970) y la Dedlarecion de Santo Domingo Gunde, 1972) | e | / | | | de 200 millas adyacente a las costas, a efectos de su | explotacisn y uso en provecho de nuestra poblacién. : Lamenteblemente, e! lenguaje de la prensa, la \educaci6n escolar y un sentimiento patridtico mal tendido, asimilaron la zona de soberania y jurisdiccién | racional sobze las 200 millas como mar territorial. Lalegislacién peruena, en cambio, es coheren- te cuando se refiere a las 200 millas como una zona de | dominio maz‘timo sobre la cual el estado ejezce sobera- aia y jurisdicciGn ®. Solamente una ley del aio 1961, acualmente derogada, deslizé tangenciaimente el vo- cablo «amar tecritorial>, constituyendo asi el tinico y él sustento legislativo para la tesis tercitorialista ™ Enninguna otra ley -vigente o derogada, alo largo de ja legislaci6n peruana- ni en ninguna otra norma de rango menor se define o menciona como mar territorial ala zona de 200 millas. Laactitud de'los gobiemos que se sucedieron 4 partir de la Declaratién de 1947, estuvo dirigida a reafirmar la tesis peruana que cuestionaba las caducas instituciones del antiguo derecho del mary proclama~ ba la soberanfa y jurisdiccién nacional sobre las 200 nillas. Este sentir se traduce en la politica del Ministe- Ho de Relaciones Exteriores pues «la préctica diplo- nétice dela cancilleria peruanaenel planointemacio- ral, ha sido y sigue siendo la de soberania y jurisdic- cién maritizna hasta las 200 millas y no la de mar itoriabs 41.2. Andtisis constitucional ™, Los «territorialistasy y los «zonistas» vuelvena enfrentarse en el escenario de la Asamblea Constitu- yente de 1978. Los primezos, representados por José Luis Bustamante y Rivero, Andrés Aramburi Menchaca, Alberto Ruiz Eldredge y Enrique Chirinos Soto, soste- (26) Aritculo 54 de la Consttucién de 1983. nian la necesidad de un mer territorial de 200 millas, para cautelar mejor nuestros derechos. Se oponian a la firma de la Convencisn porque pensaban que ella re- Cortaba el territorio nacional en 188 millas y porque la nocién de soberanfa proclamada por ei Peri en 1947 y 1952 era, segiin ellos, absoluta. Al respecto es importante sefialar que la ten- dencia de ia doctrina moderna rechaza una «soberania, absolutay «ya que esto supone que el Estado esté por encima del Derecho» ®, Actualmente, el derecho cons- titucional ha flexibilizado el concepto de soberania, lo que se traduce en competencias y limitaciones a] mis- mo. En el caso de las 200 muillas 20s encontramos arte vuna «soberania modal» que implica la conjuncisn de «soberanfa + jurisdiccién, Por otro lado, los «zonistas», representados por Juan Miguel Békula, Alfonso Arias Schereiber, Eduardo Ferrero Costa, José Pareja Paz Soldén y Do- mingo Garcia Belaunde, manifestaban que la Conver ‘dén no suponia recorte alguno de nuestros derechos sino que, por él contrario, reconocia las antiguas decla- raciones peruanas al otorgar al estado riberefio sobera- nia y jurisdiccién en una zona de 200 millas, llamada «zona econdmica exclusivan. Ante esta disyuntiva, la Asamblea Constitu- Yente, tras arduos debates (muchas veces politizados y carentes de todo fundamento legal), se aleja de la no- i6n de mar territorial y opta por una posicién «inter- media» y sui generis que se plasma en el «dominio maritima» ®, El dominio maritimo es un concepto flexible que implica soberania y jurisdiecién, en los mismos términos expresados por la Declaradién de 1947, Ja Declaracién de Santiago de 1952 y la Convencién. Esta norma constitucional es compatible con los preceptos de la Convenci6n, dado que la soberania y lajurisdiccién del Pent en su dominio marftimo hasta (27) Nos referinos ala Ley 13508; Ley Organica de la Marina de Guerre del Pex (G8) FERRERO, Bévardo. Opt, pads (25) En vista que la Constitucin de 1953 repite, casi textualments, los postuladce de la Constituciin de 1978 relatives a nuestzo wdomvinio ‘marfmroy, efectusreros un andliss paralelo de sunbas carta particndo dels discusionessurgidas en la Asamblea Coneitayente de 1078, (90) BAKULA, Juan Miguel. Opt, p16 (61) GARCIA BELAUNDE, Domingo. Op.ctt TUS ET VERITAS N° 14

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