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I término castellano “ecumenismo” no es demasiado y familiar para muchos de nues~ tras conciudadanos. Es difil saber a qué se refiere cuando es empleado en una con- versacién, De origen griego, esta primera Ticha intenta desentra- lar sus rafces y su contenido actual ORIGEN GRIEGO DEL TERMINO “ECUMENISMO” ECUMENISMO: UNA PALABRA EXTRANA A. Sentido geografico, cultural... La palabra griega Oikoumene, de la que proviene el término “ecumenismo’, pertenece a tuna familia de términos relacionada con vocablos que tienen que ver con la vivienda, el asen- tamiento, la permanencia. He aqui algunos términos-rafz de esta familia lingUlstica: Oikos. casa, vivienda, habitacién, pueblo; Oikeiotés: relacién, emparentado, amistad; Oikeiow: habi- tar, cohabitar, reconciliarse, estar familiarizado; Oikonomeo: administraci6n, encargado y res: ponsable de la casa; Oikoumene: tierra habitada, mundo conocido y civlizado, universo. La raiz primera de la que provienen los otros términos es, pues, Oikos, casa, lugar donde se mora, espacio habitable y habitado. Oikoumene, de donde procede directamente ecume- nismo seré consecuentemente, 6| mundo habitado en el que coexisten diversos pueblos, con diversidad de lenguas y culturas. Pero en su sentido primero y més obvio serfa la “tierra habi- tada por los helenos', es decir, por un pueblo civlizado que ofrece una cultura abierta a todos dando esa unidad basica de cosmovisién que exige una civilizacién auténtica. De ahi que Oikourene Negara a entenderse como el “mundo habitado” hasta donde se extendia la influencia griega, porque mas alld esté el mundo de los bérbaros. Las perspectivas geogréfica y cultural, entrelazadas, aparecen como el significado prime- ro de la palabra ecumenismo. Roma aportara, después, una perspectiva politica y la "pax romana’ seré el simbolo de la Oikoumene, es decir, de todos los pueblos que aceptan vivir bajo la influencia del “mundo civilizado" que viene a identiticarse con el Imperio Romano. . Sentido biblico. El término Oikoumene aparece también en la literatura brblica. En el Nuevo Testamento se emplea en quince ocasiones, en algunas de las cuales recupera el viejo sentido de mundo (Hec.11, 28), 0 de Imperio Romano (Le 2, 1). En la carta a los Hebreos (2, 5) se pone especial énfasis en el cardcter transitorio de la presente Oikoumene, para afirmar con fuerza la inrni- nente llegada de una nueva y transformada Oikoumene regida directamente por Jesucristo, Oikoumene, desde una perspectiva neotestamentaria debe entenderse como un proceso en continuo desarrollo que se inicia como la “tierra habitada’, que va haciéndose “lugar habi- table’; la casa en la que cabe toda la familia humana y cuya realidad no se encierra en la fron- tera inmanente de la Historia. La respuesta de! hombre en esta tierra, ante la llamada de Dios, es como el germen de una nueva Oikoumene, que viene como obra de Dios pero con la cola- boracién humana. 2. EL DESARROLLO POSTERIOR DEL TERMINO ECUMENISMO A. Sentido cristiano primitivo En el oristianismo primitivo el término Oikoumene -siguiendo la trayectoria biblica- es usado en las acepciones ya conocidas: mundo, Imperio Romano, mundo civilizado, etc. Ya desde el siglo Il el término es empleado a veces con referencia a “la Iglesia Catélica extendi- da por la Oikoumene’. La palabra se introduce en el lenguaje eclesidstico oficial cuando el Concilio de Constantinopla (381) denomina al Concilio de Nicea ~celebrado en el 325- como “Concilio ecuménico”. Desde ese momento el término “ecuménico” va a designar aquellas doctrinas y Usos eclesiales que son aceptados como norma autoritativa y con validez universal en toda la Iglesia Catdlica Sentido cristiano clasico Con la caida del Imperio Romano, el término deja de tener obviamente connotaciones politicas y pasa a tener ya un sentido exclusivamente eclesidstico: la Olkoumene es la Iglesia Universal. Tres grandes hombres de Iglesia serdn designados “doctores ecuménicds: Basilio el Grande, Gregorio Nacianceno y Juan Criséstomo. A partir de ahi se emplea para designar los Concilios que hablan en nombre de toda la Iglesia. ‘Se ha recordado muchas veces que las condiciones para que un Conoilio pueda ser deno- minado verdaderamente ecuménico varfan segtin las Iglesias. Para la Iglesia Catélica un con- cilio es ecuménico solamente cuando representa a toda la Iglesia y sus decisiones son con- firmadas por el obispo de Roma; en cambio para la Ortodoxia, solamente seré ecuménico cuando toda fa Iglesia extendida por el orbe haya aceptado sus decisiones. De ahi que estas Iglesias hablen de soto siete Concilio Ecuménicos porque en ellos esté expuesta la “doctrina ortodoxa” aceptada por todas las Iglesias de Oriente y Occidente, Més tarde la palabra se aplica también a los grandes Credos de la antigua Iglesia, y asf son llamados “credos ecuménicos" los de los Apéstoles, el de Nicea y el de San Atanasio. Ficha SUGWIFICADO MODERNO DEL TERMINO “ECUMENISM” 1, DURANTE EL SIGLO XIX A. El ecumenismo como actitud fraterna Durante el siglo XIX aparece un nuevo significado que con el tiempo tendrd la acepcién ‘técnica moderna, En 1846 se constituye en Londres una Alianza Evangélica, con el fin de pre- Parar un “Coneilio ecuménico evangélico universal’, Sus participantes pertenecen a diferen- tes denominaciones. En la clausura de aquel encuentro, el pastor calvinista francés Adolphe Monod agradecia a los organizadores briténicos “el fervor de su piedad’” y el “espiritu verda- deramente ecuménico” que hablan demostrado. Visser't Hooft ha recordado que aquella expresiGn del pastor francés “parece haber sido la primera cita consignada respecto del uso de la palabra para indicar una actitud més que un hecho. Igualmente Henry Dunant, el fundador de la Cruz Roja y uno de los pioneros del YMCA, esoribié ampliamente sobre la necesidad de que esta Asociacién fuese “ecuménica” en el sentido de “propagar aquel espiritu ecuménico que trasciende la nacionalidad y ta lengua, las, denominaciones y las cuestiones eclesiiticas, la clase y la profesién. B. Hacia un sentido de cooperacién eclesidstica Pero el uso del término en la acepcién recordada no goza todavia de una aceptacién uni- versal. Hay posiciones encontradas. Algunos piensan que esas reuniones de eclesisticos no pueden ser llamadas, en rigor, “ecuménicas” pues no entran en ellas eclesidsticos de las tra- iciones ortodoxa y catélico romana, No reprsentan al cristianismo universal. Por eso mismo €l caiificativo de “ecuménico” estaria tomado con mucha ambigiedad. Sin embargo, hay otras posiciones que dando mas énfasis al sentido geogréfico de universalidad, piensan que el tér- mino puede aplicarse con toda propiedad. Ast, por ejemplo, en 1900 se celebra en la ciudad de Nueva York una “Conferencia Ecuménica Misionera’. Los organizadores dejan muy claro que han aceptado ese calificativo porque se han propuesto un plan de expansién misionera que “abarque toda la tierra’. Y a ello contribuiran las Sociedades Misioneras protestantes que ‘con enormes posibilidades estén presentes en todos los continentes. 2. DURANTE EL SIGLO XX A. Primeros titubeos a la hora de aplicar el término ecumenismo La acepcién comtin continia siendo la del primitivo sentido geogréfico, universal. Poco después, en la famosa “Conferencia Misionera Mundial” de Edimburgo (1910), el titulo de “ecuménica” es eliminado pues la ausencia de las Iglesias Ortodoxas y Catélica -segin sus organizadores- hace inapropiado su uso. Los movimientos Fe y Constitucién y Vida y Accién ~de los que se hablaré en las Fichas 18 y 19+ van a suponer un dréstico cambio en el significado del término “ecumenismo’. El arz0- bispo luterano Nathan Séderblom durante la Primera Guerra Mundial sugiere la creacién de tuna “reunién intemacional de Iglesias” con el apelativo de “ecuménica” para intentar resolver el problema de la paz. Y propone la puesta en marcha de una especie de “Consejo Ecuménico de las Iglesias” B. Hacia la aceptacién del término con todo rigor La idea de Nathan Séderblom sélo tomard cuerpo varios decenios después. Pero la pala- bra adquiere ya una nueva acepcién: fa relacién amistosa entre Iglesias con la finalidad de promover la paz intemacional, de tratar de la unién de varias Iglesias, 0 incluso de generar el espiritu de acercamiento entre cristianos de diversas confesiones. La Conferencia de Estocolmo (1925) universaliza todavia més el nuevo uso del término “ecuménico’. El vocablo es aceptado sin reticencias por parte de los alemanes, suecos y fran- ceses. Mis dificultades hallan los cristianos de lengua inglesa que prefieren emplear los tér- rminos “mundial” 0 “universal. La raz6n es obvia: en la tradicién inglesa la palabra “ecuméni- co” se asocia muy fuertemente a los clésicos “Concilios Ecuménicos" de la antigledad, lo que dificulta su empleo para designar cualquier otro significado. ‘A partir de la Conferencia de Oxford (1937), el término “ecuménico” designa ya con toda claridad las relaciones amistosas entre las diferentes Iglesias con el expreso deseo de reali- zar la Una Sancta y de estrechar la comunién entre todos los creyentes en Jesuctisto. Por eso, tras la fundacién del ‘Consejo Ecuménico de las Iglesias’ -en el mundo anglosajén prefieren referirse a é! como ‘Consejo Mundial de Iglesias’- en Amsterdam (1948), el término “ecumé- nico” expresa ya sin duda alguna el intento de reconciliacién de las Iglesias cristianas como expresi6n visible de la “universaliiad del cristianismo” y como signo “para que el mundo crea’. ‘Alas primeras acepciones de tipo geogratico, cultural y politico, se afiade después la refe- rencia a la Iglesia, tanto la Iglesia Universal extendida por todo el universo, como mas tarde al interés por la tarea misionera y al deseo inequivoco de unidad cristiana que se extiende por fas distintas Iglesias separadas durante siglos. Ficha Se hace imposible una “definiciin” -en el sentido clftsico del tér- ‘mino- que abarque la ‘esencia del ecumenis- ‘ma. ¥ ello fundamen- talmente porque ef ecumenismo se sitda en una dindmica, en un movimiento. Por eso es _preferible recordar algunas des- cripciones que desde Ja toologia y desde ef magisterio de algunas Iglesias se han offeci- do en estos limos decenios. He aqul algunas mas significa twas: TeOLogds £ IGLESIAS DESCRIBEN EL ECUMENISMO 1. ALGUNAS DESCRIPCIONES DE LOS TEOLOGOS ‘A. Las primeras descripciones del ecumenismo Las tres estén tomadas del tedlogo Wes Congar: “Es un movimiento constituido por un conjunto de sentimientos, de ideas, de obras e ins- tituciones, de reuniones o de conferencias, de ceremonias, de manifestaciones y de publica- ciones que tienden a preparar la reunién no solamente de los cristianos, sino de las diferen- tes Iglesias actualmente existentes, en una nueva unidad’. “El ecumenismo comienza cuando se admite que los otros -y no solamente los individuos, sino los grupos eclesiasticos como tales- tienen también razén, aunque afirmen cosas distin ‘as que nosotros; que poseen también verdad, santidad, dones de Dios, aunque no pertenez~ can a nuestra cristiandad. Hay ecumenismo... cuando se admite que otro es cristiano no a pesar de su confesién, sino en ella y por ella’ “El ecumenismo no es, en modo alguno, el resultado sincretista de una suma de Lutero 0 de Calvino a Santo Tomas de Aquino, o de Gregorio Palamas a San Agustin. Pero, enfocado desde la vertiente teol6gica que nos interesa, implica un esfuerzo hacia dos cualidades de la vida cristiana, que, a veces, parecen opuestas una a otra, pero que deben alcanzarse y con- setvarse conjuntamente: la plenitud y la pureza’ B. Algunas descripciones mas recientes “Movimiento suscitado por el Espiritu Santo con vistas a restablecer la unidad de todos los cristianos a fin de que el mundo crea en Jesucristo. En este movimiento participan quie- nes invocan el Dios Tiino y confiesan a Jesucristo como Seftor y Salvador, y que en las comu- rnidades donde han oido el evangelio, aspiran a una Iglesia de Dios, Una y visible, verdadera- mente universal, enviada al mundo entero para que se convierta al evangelio y sea salvado para la gloria de Dios” U. E. Desseaux). “El ecumenismo es una actitud de la mente y del coraz6n que nos mueve a mirar a nues- {ros hermanos cristianos separados con respeto, comprensién y esperanza. Con respeto por- que los reconocemos como hermanos en Cristo y los miramos como amigos més que como oponentes; con comprensién, porque buscamos las verdades divinas que compartimos en comtin, aunque reconazcamos honestamente las diferencias en la fe que hay entre nosotros; ‘con esperanza, que nos hard crecer juntos en un mas perfecto conocimiento y amor de Dios y de Cristo..” (C. Meyer) EI movimiento ecuménico no es el lugar de encuentro para el triunfo de una Iglesia sobre otra. Es la confrontacién fraterna de los cristianos divididos pero hermanos... La finalidad del didlogo ecuménico no es hacer conversiones. Es un esfuerzo del amor cristiano para dar y recibir testimonio del evangelio” (Weige’). . ALGUNAS DESCRIPCIONES ECLESIASTICAS ‘A. Desde Asambleas oficiales La Segunda Asamblea de Consejo Ecuménico de las Iglesias, reunida en Evanston (1954) ‘se expresaba ast: “Es cierto que la perfecta unidad de la Iglesia no seré totalmente alcanza- dda hasta que Dios resuma todas las cosas en Cristo. Pero el Nuevo Testamento afirma que esta unidad esté siendo realizada ya dentro del actual orden historico. Por el poder de su resu- rreccién, Cristo ha concedido esta gracia a su lglesia atin ahora, y las seftales de su obra son discemnibles para aquel que tiene ojos para ver. En medio de los trastornos de la hora pre~ sente, Jesucristo esté reuniendo a su pueblo en una verdadera comunidad de fe y obedien- cia, a despecho de las divisiones existentes... En esta perspectiva escatol6gice, todas nues- tras divisiones humanas son provisionales” Y en un Informe de la Comisién Fe y Constitucién, y del Comité Central, reunido en St. ‘Andrews (1969) se lee: “La Comisién de Fe y Constitucién entiende que aquella unidad que es 2 la vez voluntad y don de Dios a su Iglesia es tal, que coloca a todos los que en un lugar dado confiesan a Jesucristo como Seftor en una comunidad plenamente consagrada de unos con otros mediante un Gnico bautismo en El, el mantenimiento de una misma y tinica fe apostoli- a, la predicacién del tinico Evangelio y la fraccién de un mismo pan, y una vida corporada que se offece en testimonio y servicio a todos; y que a la vez los une con toda la comunidad cristiana en todos los lugares y épocas, de tal manera que ministerio y miembros sean reco- nnocidos por todos y que todos puedan hablar y obrar juntos, segtin lo requiere la ocasiGn, en aquellas tareas para las cuales Dios llama a la Iglesia’. B. Desde la documentacién de la Iglesia Catélica El Concilio Vaticano I! se ha expresado ‘asf en el Decreto Unitatis Redintegratio: ‘Con todo, el Seftor de los tiempos, que sabia y pacientemente prosigue su voluntad de {gracia para con nosotros los pecadores, en nuestros das ha empezado a infundir con mayor abundancia en los cristianos separados entre sf la compuncién de espiritu y el anhelo de unién. Esta gracia ha llegado a muchas almas dispersas por todo el mundo e incluso entre nuestros hermanos separados ha surgido, por impulso del Espiritu Santo, un movimiento dit gido a restaurar la unidad de todos los cristianos. En este movimiento de unidad, llamado ecu- ménico, participan los que invocan al Dios Trino y confiesan a Jesucristo como Seftor y Salvador, y esto lo hacen no solamente por separado, sino también reunidos en asambleas en las que oyeron el Evangelio y a las que cada grupo llama Iglesia suya y de Dios” (n. 1). Desde una visién os- trictamente religiosa y ssegiin las glescripcio~ nes expuestas en Ia Ficha 3, para descrbir correctamente el ecu- ‘menismo deben ser resaltados tres elo ‘mentos esenciales: La originalided, ls actitud Y voluntad de dislogo, la espirtualidad. TEs ELEMENTOS ESENCIALES PARA DESCRIBIA EL ECUMENISMO 1, LANOVEDAD DEL ECUMENISMO ‘A. Superada la etapa de la polémica. El ecumenismo constituye una experiencia inédita, original, sin precedentes en la historia del cristianismo. Su novedad radical estriba en que las Iglesias confrontadas en didlogo ~superada ya la etapa de la polémica- mantienen viva la conviccién de que en las relaciones entre las Iglesias cristianas divididas no se ha llegado a un callején sin salida. El ecumenismo contradice de manera frontal la teoria de que todo esté dicho y experimentado en Ia Iglesia. La dimensién utépica del proyecto ecuménico soslaya, por una parte, el peligro de caer en el escepticismo o el relativismo ante la verdad que pueda desprenderse de las otras, Iglesias, y, por otra, supera la dificultad.que se antojaba insuperable de llegar a ver algun dia a comunién de Iglesias separadas secularmente no s6lo por una lectura distinta de la Buena Noticia de Jesiis, sino también por unos condicionamientos sociales, geograficos y culturales que las moldearon de maneras tan radicalmente diversas. B. Se hacen necesarias Ia actitud y la voluntad del didlogo En las descripciones anteriores que se han dado del ecumenismo, y a pesar de su nota- ble variedad, aparece siempre como tel6n de fondo la actitud dialogal. Cabe decir que el ecu- menismo es fundamentalmente una actitud. La historia de las relaciones entre los crstianos y las Iglesias separadas es la historia del eterno monélogo. Fue la larga noche de la polémica. Cada Iglesia daba su opinién sobre si misma pero también sobre las demés. Por eso la condena era la forma habitual de las rela- ciones interconfesionales. Uno s6lo era el agente que se interpretaba a si mismo y que inter- pretaba a los demés. En la actitud dialogal, por el contrario, existen dos agentes. Cada uno da la propia interpretacién de si mismo, pero escucha la del otro. La actitud y voluntad de dislogo llega, sin embargo, mas pronto o mds tarde a la convic- ion de las dificultades que supone franquear los limites de la comprensién de las otras Iglesias, Dificultades debidas al peso de la propia tradicién, de las propias costumbres, de la ‘manera propia de presentar y vivir la fe cristiana. Pero la actitud dialogante, precisamente por su conciencia de las limitaciones, produce una incesante movilidad en los planteamientos de la problemética de la desunién cristiana. Por ello es una actitud creativa. Es el ensayo conti- nuo de nuevos enfoques, ya que desde uno sélo las oposiciones son casi siempre irreducti- bles. El ecumienismo es rastreador de nuevas pistas, forjador de utopfas. 2. NO HAY ECUMENISMO SIN ESPIRITUALIDAD A. Una conviccién comin El ecumenismo tiene una dimensién espiritual innegable. Los cristianos saben que en el fondo de ta problematica ecuménica existe un acuerdo implicito y una conciencia muy viva de que las divisiones son humanamente insuperables, y que la unidad tendré que ser obra de Dios. A partir de esa fundamental convicci6n surge esponténeamente una actitud orante. ‘A medida que han pasado los afios se ha ido comprobando que la cuestién ecuménica ‘no consiste solo en resolver problemas doctrinales aislados, y es que la fe cristiana es un cuer- po total -una cosmovisién- que implica también un determinado comportamiento ético y una manera de ver y afrontar la vida Sin embargo las Iglesias cristianas se desunieron también en esas cosmovisiones que trascienden los problemas meramente doctrinales. Y asi cada Comunién cristiana fue encar- nndndose de tal manera en una particulatidad que la universalidad del evangolio sufrié dete- rioros irreparables generéndose factores nuevos de divisién. Piénsese, por ejemplo, en la pre- sentacién latina del catolicismo romano, en la germanidad del luteranismo, 0 en la britaniza cién del anglicanismo. EI problema se agrava cuando estas visiones -marcadamente euro- céntricas- fueron presentadas a los pueblos de! Tercer Mundo como inseparablemente uni das a la esencia del evangelio. La incapacidad humana para afrontar la cuestién ecuménica aparece asi con todo su realismo. B. La espiritualidad ecuménica Por esa raz6n desde los comienzos mismos del movimiento ecuménico, las asambleas y reuniones ecuménicas han estado casi siempre precedidas por “cultos de apertura” y se han clausurado con plegarias interconfesionales. &! Concilio Vaticano Il legard a afirmar que la “plegaria” es el alma del ecumenismo (UR 8). El llamado “ecumenismo espiritual” que tiene en Paul Couturier uno de sus grandes ins- piradores, y en la Semana de Oracién por la Unidad (18-25 enero) su més fuerte expresién, es Teflejo de la conciencia que existe respecto a la eficacia de la plegaria en orden a la reconci liacién cristiana, La unidad -bajo esta perspectiva- se revela entonces mas como “mister ue como “problema’, y su acceso requiere una actitud orante, humilde, de siplica y oracién. El ecumenismo, pues, implica una vida teologal. Dentro de! “monasterio invisible” por la Unidad -la expresién es de Paul Couturier designando con ella la oracién callada a través del mundo que se eleva al Padre por mediacién de Jestis- hay unas vivencias en la fe y en la cari- dad que hacen al cristiano vivir en un clima espiritual como si ya se hubiese adelantado el tiempo definitivo del Reino, aunque en realidad todavia no ha llegado a su plenitud. Vivir en esa dialéctica es lo que da sentido teologal a la experiencia ecuménica, Se trataré mas dete- nidamente este tema en la ficha 6 y en las 51-60. 1.3. Conclusiones: mo’ ecumenismo. jento ecuménico, identidad ecuménica y Uno de los autores mas relevantes de la actualidad dedicado a cuestiones de didlogo interreligioso KARL-JOSEF KUSCHEL, en un precioso libro Discordia en la Casa de Abrahan. Lo que separa y lo que une a judios, cristianos y musulmanes (Verbo Divino, Estela 1996), hace la siguiente reflexion: “Una teologia ecuménica de la paz, que sea critica y creativa, tendré primero que explicar a fondo lo que significa la Ecumene y lo que es la conciencia ecuménica. Y esta conciencia solamente se puede defi cuando se describe el horizonte mundial, que se ha modificado hoy dia”. Por de pronto el término mismo “Ecumene” nos obliga a ello, porque su sentido es el de “toda la tierra habitada”. Por tanto, la conciencia ecuménica es un pensar en entrelazamiento global con otras culturas y religiones, sintiendo mutua responsabilidad dentro de la comunidad mundial. Asi que aquél que piensa ecuménicamente esté pensando en conexiones universales, esta pensando en categorias de la historia de la humanidad, esta pensando en responsabilidad humana. Para quien piensa ecuménicamente, no sdlo es importante su regién, su nacién o su religién, sino la suerte de todas las, religiones, el futuro de la humanidad total." Parece que a partir del texto de KUSCHEL puede deducirse que el “ecumenismo” es primariamente una actitud basica ante la realidad antes que un hecho. Igualmente, HENRY DUNANT, el fundador de la Cruz Roja, escribié ampliamente sobre la necesidad de que esta asociaci6n fuese “ecuménica” en el sentido de: “propagar aquel espiritu ecuménico que trasciende la nacionalidad y la lengua, las denominaciones y las cuestiones eclesiasticas, la clase y la profesion Esta concepcién del Ecumenismo tiene que ver mucho con la etimologia de la misma palabra “Ecumene”. Hoy, el Ecumenismo cristiano se ha abierto a lo que se ha denominado un wide ‘ecumenism que recupera las raices etimoldgicas originarias del término y que se describe muy bien en el texto de KUSCHEL. Esta apertura de horizontes que tiene que ver con el descubrimiento inédito y original del movimiento ecuménico cristiano. Un movimiento que arranca de las siguientes premisas: -La voluntad original de Dios es la unidad de la comunidad cristiana. Su division en confesiones o denominaciones confrontadas es un escandalo y una incoherencia frente al don de la unidad que Cristo ha dado a su Iglesia. ' KUSCHEL, K.J, Discordia en la Casa de Abrahén, Lo que separa y lo que une a judios, cristianos y ‘musulmanes, Verbo Divino, Estela 1996, 238, Citado en BOSCH.J., Para comprender el Ecumenismo, 11. -En la relacién entre las Iglesias no est todo dicho: con voluntad de superar la etapa de polémica, los pioneros del movimiento ecuménico intuyen que se ha deformado al otro, que las relaciones estan falseadas por la polémica y el monélogo doctrinal, que no se han agotado las posibilidades de reconciliacién sin renunciar a la busqueda sincera de la verdad, y que esta vision o esta actitud esta inspirada por el Espiritu y es voluntad de Dios. -Poco a poco las Iglesias descubren que si estan llamadas a ser una el sentido de esa llamada es ser gérmen de unidad para el género humano. Esta forma de pensar “ecuménica’, tan prefiada de sugerencias y de desafios no ha ‘llovido del cielo de la noche a la mafiana’ tiene una historia: 1°) Es fruto de la memoria de procesos histéricos dolorosos. 2°) Del pensamiento y la accién de muchos visionarios y visionarias que han creado en nosotros la conciencia de lo apremiante que es hoy dia el entendimiento ecuménico -porque “sin voluntad de Ecumene, no podré haber Ecumene; si no se siente dolor por la Ecumene fracasada, no podra haber voluntad de Ecumene futura’’- y que han iniciado un movimiento que haga posible y real esa ‘visién" 3°) Es también el resultado de la evolucién doctrinal de las grandes instituciones religiosas, que lideran a millones de creyentes de todo el mundo, en su forma de concebir los principios que deben regir sus relaciones con los. creyentes de otras religiones, una evolucién que ha ido cristalizando en instituciones muy recientemente. 4°) Su apremiante necesidad, posibilitada por una ampliacién de horizontes, se ve agudizada por los cambios que se estan produciendo a nivel global y por el “nuevo orden mundial” que se esta gestando en este final de siglo y comienzo de milenio. Tenemos pues ante nosotros una historia, unos principios doctrinales que condicionan las formas de relacién, y que son los presupuestos de las formas de relacién entre las religiones, y unos problemas abiertos que desafian nuestras formas de pensamiento y nuestras practicas, en resumen, un desafio a nuestra identidad, a la forma en que hasta ahora nos hemos comprendido a nosotros mismos, que, como veremos, ya nunca mas va a poder ser univoca, porque en este nuevo contexto sdlo puede construirse dialégicamente y en un horizonte de busqueda de la verdad, y un CAMBIO DE PARADIGMA en las relaciones interreligiosas. ° KUSCHELK.J., Discordia...0.c., 238. EL CAMBIO DE PARADIGMA EN LA RELACION DE LA IGLESIA CATOLICA CON OTRAS RELIGIONES, “Cree firmemente, confiesa y predica [el Concilio] que ninguno de los que existen fuera de la Iglesia Catélica, no sélo los paganos, sino también los judios 9 heréticos asi como los cismaticos, pueden llegar a ser participes de la vida etema; sino que iran al fuego eterno, ‘que esta preparado para el diablo y sus angeles’, a no ser que antes del fin de su vida sean agregados a ella [a la Iglesia]’. (Concilio de Florencia) ‘La Iglesia Catélica nada rechaza de io que en estas religiones [no cristianas] hay de verdadero y de santo. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, auque discrepan en muchos puntos de lo que ella profesa y ensefia, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. (...) Por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante el didlogo y la colaboracién con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de la fe y la vida cristiana, reconozean, guatden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, asi como los valores socioculturales que en ellos existen”. (Declaracién sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas del Concilio Vaticano Il Nostra aetate n. 2) “En nuestra época, en que el género humano se une cada vez mas estrechamente y aumentan los _vinculos entre los diversos pueblos, Ia Iglesia considera con mayor atencién en qué consiste su relacién con respecto a las religiones no cristianas. En su misién de fomentar la unidad y la caridad entre los hombres, y mas atin, entre los pueblos, considera aqui, ante todo, aquello que es comtin a los hombres y conduce a la mutua solidaridad Todos los pueblos forman una comunidad, tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todos los seres humanos sobre la tierra, y tienen también el mismo fin ultimo, que es Dios, cuya providencia, manifestacién de bondad y designios de salvacién se extienden a todos (...)”.(Nostra aetate n.1) “Las palabras clave decisivas para definir la conciencia ecuménica se hallan aqui presentes: -La percepcién de que el destino de los pueblos se halla cada vez mas intimamente entrelazado y de que todos los pueblos dependen cada vez mas los unos de los otros. -La necesidad de estimular entre los pueblos la unidad y el amor de los unos hacia los otros, y convertirlos asi todos ellos en una comunidad -La conciencia de que esta comunidad tiene una base religiosa: Dios mismo es la razén primordial y la meta de todo el linaje humano”. (KUSCHEL, J., Discordia en la casa de Abrahan, Verbo Divino, Estella 1996, 244) “La Iglesia es, en Cristo, de alguna manera, el sacramento, es decir, el signo a la vez que el medio de la unién intima con Dios y de la unidad del género humano”. (Concilio Vaticano II, Lumen Gentium n. 1)

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