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Las Siete Copas de Ira: Las 7 Plagas Postreras

Las siete copas son los juicios de Dios contra la humanidad por su pecaminosidad y
tienen el propósito de quebrantar para siempre el poder de "Babilonia" (16 :19). Hasta
este momento no se había mencionado a "Babilonia" sino para anunciar su caída (14: 8).
Ahora Juan describe cómo será hecho. Lo que es Babilonia, se explica en los capítulos
17 y 18: la coalición de la Bestia y el Falso Profeta y el dragón.

Las copas se llaman "copas de la ira de Dios" porque "en ellas es consumada la ira de
Dios". Su ira es a causa de la maldad de Babilonia. Dios es Dios de amor y de
misericordia; pero aquellos que rechazan Su misericordia demasiadas veces algún día
aprenderán, para dolor suyo, que en cuanto mayor ha sido Su misericordia, tanto será Su
ira. "Nadie podía entrar en el templo" creemos que significa que el día de la intercesión
ha pasado y ha llegado el día de dar a todos sus recompensas.

Para entender el Apocalipsis, lo hemos interpretado usando el método de interpretación


histórico (como lo hicimos para los 7 sellos y las 7 trompetas), pero los restante aún no
ha sucedido. Entonces, cómo podemos interpretar las 7 plagas postreras? De nuevo, la
Biblia nos provee ayuda. Estas plagas son parecidas a las que usó Moisés para romper el
yugo egipcio. Fueron plagas literales y por eso tenemos razón para pensar e interpretar
estas muestras de ira divina como literales. Tampoco podemos excluir que haya un
cumplimiento espiritual de estas plagas. De cualquier manera su ira será justa y su
justicia justa y absoluta. De cualquier modo no hay porqué temer, Dios ha prometido
informar a su pueblo todo lo que Su pueblo pueda necesitar conocer.

Algunos enseñan que la iglesia no estará en la tierra cuando las últimas plagas caigan,
pero es un gran error. Las plagas han de castigar a los que tienen la "señal de la bestia".
Lógicamente deducimos que algunos que sí est án en la Tierra no tienen este sello. La
visión de Juan así lo confirma. Los que tienen "el sello de Dios" serán preservados por
el Señor. Igual cuando las diez plagas cayeron en Egipto, el pueblo israelita estaba entre
los egipcios, pero no fueron afectados por las plagas, así será también en los últimos
días.

Recordemos que en ese tiempo ya el Espíritu Santo no va a obrar con los hombres, pues
el tiempo de gracia ha concluido. Ya nadie puede arrepentirse o convertirse, el propósito
de las plagas es castigar preliminarmente a los hombres que han rechazado el último
mensaje de misericordia del Señor, y han perseguido a los que Dios ha usado con la
intención de hacerlos conocedores de sus verdades.

Las cuatro primeras copas (16 :2-9), así como las cuatro primeras trompetas, caen
sucesivamente sobre tierra, mar, ríos y sol.

Creemos que las primeras plagas son locales, o sea, en algún sector del mundo. Si la
primera plaga fuera para todo el mundo, ella sola bastaría para devastar la humanidad.
No podemos decir qué partes serán afectadas, pero sí diremos que el mundo sentirá los
efectos de los juicios divinos Esta primera plaga (16:1,2) es una úlcera maligna y
pestilente. Tal vez como un cáncer externo que escandalizará a la ciencia médica.
Aunque será sólo en un sector del mundo, todos se han de enterar por los medios de
comunicación. El miedo llenará los corazones de los hombres.
Para la segunda copa (16:3) tampoco podemos decir qué mar u océano se convertirá en
sangre, pero será una plaga terrible, que matará a todos los animales de los mares y
escandalizará a los que viven en las costas. El agua tendrá el color, la textura y el olor
de la sangre de muerto.

En la tercera copa (16:4-7) esta vez son afectados los ríos y lagos que suplen agua a las
naciones. Dondequiera que esto suceda causará estragos, sin agua para beber, ni para las
necesidades humanas, este sector del mundo padecerá lo indecible. Todo ser humano
pensará, cuándo nos tocará a nosotros? La ansiedad, la desesperación y el miedo se
apoderarán de la humanidad.

Bajo la cuarta copa (16:8,9) esta plaga afectará a todo el mundo, no sólo afectará los
días, que serán sumamente calurosos y causarán grandes fuegos, sino que las noches
también serán terriblemente acaloradas. Los hombres, al sentir la quemazón, blasfeman
el nombre de Dios y no se arrepienten de sus maldades. Esta expresión no quiere decir
que los hombres puede salvarse de estas plagas y volverse a Dios. Mas bien indica que
ellos siguen en su obstinación contra Dios, tal como el faraón en los tiempos de Moisés.
La cuarta copa, al contrario de la cuarta trompeta que oscureció al sol, intensifica el
calor solar.

La quinta copa (16 :10-11), se derrama sobre el trono de la Bestia, cuyo reino ya había
padecido grandemente bajo las cuatro copas primeras. Su poderío es quebrantado; pero
sigue blasfemando.

La sexta copa (16 :12-16), la Batalla de Armagedón. Esta copa, a semejanza de la sexta
trompeta, afecta al Éufrates. Bajo la sexta trompeta, el ejército demoniaco de
200,000,000 jinetes fue soltado del Éufrates. Aquí, el Éufrates se seca para dar paso a
un ejército aún mayor. Los espíritus del dragón, de la Bestia y del Falso Profeta reúnen
en Armagedón a los reyes de toda la tierra para la batalla del gran día de Dios. Nótese la
admonición parentética (15) de que al aproximarse la batalla, la venida del Señor se
acerca. Un ladrón no da aviso previo de su aproximación; así, también, la venida del
Señor tomará por sorpresa al mundo (Luc. 21: 34).

La séptima copa (16 :17-21) parece ser la batalla misma de Armagedón, que bajo el
sexto sello se preparaba. La copa fue derramada al aire. Habrá granizo de cerca de 110
libras de peso, y un gran terremoto. Caerá Babilonia para siempre y los santos de Dios
son liberados de las manos de los agentes de enemigo con la llegada de Cristo y su
ejército angelical.

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