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ARISTOTELES ACERCA DEL ALMA ~~ DE ANIMA ~ eintroduccién: i | Tradueci6n, tas prélogo | Marcelo D. Boeri | COLIHUE (cLAsiIca “Acerca del alma = De anima / Arstteles; con prélogo de ‘Marcelo D. Boeri. ~ I* ed. ~ Buenos Aires: Colibue, 2010, 488 p. ; 18x12 em. (ColibueClésiea) Traduceién directa del original en griego: Marcelo D. Boeri Asistoteles i 1 | ISBN 978.950-563-064-6 1. Filosofia Aristotlica, Boeri, Marcelo, D, prolog. Il. Boers, Titulo original: Mept yurtig Coordinador de coleccién: Lic, Mariano Sverdlof? Equipo de produceion editorial: Leandro Avalos Blacha, Vanesa Gamazra y Pablo Gauna. Disefto de tapa: Bstudio LimatRoca Todos lou desechos reservados. sta pubieaion no puede ser roproducida, total o percia mene, i repistada en, 0 transmitde por, un sistema de eeuperaién de informa, en ningumaormani por nngin ‘echo, oa mecsnio,foteqaimic, electrénico, magnetic, leetrospic, por fotocopia 0 cualquier oto, sin permiza eset de Ia editorial peng ae Sie mre septa delay contopay gra Eh nm Ae legals «ince complet, dela presente obra exclosvas ‘mente pers nes promocioneles ode registro biblogrfco, ISBN 978-950-563-064-5 © Ediciones Colihue SRL. Av. Diaz Vélez 5125 (C1405DCG) Buenos Aires - Argentina wowwolihue.com ar ecolihue@colihue.comar Hecho el depésito que marca la ley 11.723 IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA, vo PROLOGO [aandttidet de hacer une nueva adccion del Deanine ide AristOteles surgio hace casi cinco atios, cuando en representaci6n de Ediciones Colihue me contacto Andrea Arouxet, antigua compariera de estudios en le Universidad de Buenos Aires, para colaborar con alga texto que me inte resara para la colecciGn clésica de esta editorial. Desde el afio 2008 dlctédistintos cursos y seminarios de grado y posgrade sobre epistemologfa antigua en la Universidad de los Andes (Chile, donde teabajé como profesor investigador entre 2003 y 2010. Como cabia esperar, Aristételes era uno de los autores Centrales de mis cursos y, sobre todo, varias secciones de sus studios psicolégicos contenidos en el De anima. Desde ese ‘momento comencé a raducir algunos capitilos especialmente significativos de ese tratado para mis cursos y seminatios de epistemologia antigua. Pero el impulso final para terminar «este lbro lo tave durante 2007: primero, gracias a un semestre sabitico que me permitid avanzar en varias tareas que tena pendientes (entre las cuales estaba incluido este proyecto} y, segundo, durante la ultima mitad de ese aflo, cuando con ‘i colega Jorge Mittelmann dictamos el seminario conjunto «Los fundamentos de la psicologia aristotlica, su trasfondo platénico y la interpretacién contempordinea de la “flosofia de la mente” de Aristoteles Las conversaciones y discusio: nes que mantuve con Jorge dentro y fuera de ese seminario fueron de una valiosa ayuda y estimulo para avanzar en mi trabajo en este libro y para afinar algunos detalles de mi var MARCELO D. BOER! traduccign e interpretacién general del texto, Gracias a una revision conjunta que hicimos de mi traducci6n del libro I y de los tres primeros capitulos del libro II confronténdola, tuna vez més, con el texto griego pude evitar algunas iem- precisiones y detectar algunas omisiones. Jorge también fue testigo de cOmo nacié y, paulatinamente, comenz6 a crecer (de manera alarmants) fa introduccién; también en este caso me beneficié de su lectura critica. Debo un agradecimiento especial aint estudiante de Licenciatura Sebastian Sanhueza; en un momento en el que no veia de dinde sacaria energia para terminar de revisar este libro Sebastién me auxili6 con su buene disposiciOn e invaluable ayuda durante casi dos dias completos de intenso trabajo, durante los cules pude volver a revisar el Apéndice sobre las interpretaciones de la noética aristotéica que he incluido en este volumen. Mi hije Marfa Florencia me ayud6 a revisar mi traducci6n de casi todo el libro I y el Kbro III completo del De anima, que to- davia debia releer por dltima ver. Gracias aesa nueva lectura pude detectar vasias imprecisiones y omisiones de alguna palabra que feltaba traducir. Puede resultar extrasio hacer tun agradecimiento péblico a.un hijo en este lugar, pero me ‘complace expresar mi sincero agradecimiento a Florencia por su espitita de colaboracién, su buen animo y su amor por mi trabajo. En varios pasajes de le lectura Florencia descubrié lo, atractivo que puede ser todavia un texto algo abstruso y ajeno asus intereses actuales. También deseo expresar mi gratitud a Mariano Sverdioff, responsable de la coleccién «Colihue Clisica», por su paciencia y la comprensiva extensign de los plazos que inicialmente habiamos convenido para la entrega, del manuscrito, Expero que el libro en su version final pueda, ser una justificacion razonable para mis reiterados retrasos en la enicega del original Una parte sustancial de las ideas contenidas en Ia intro- duceidn y en mis notas a la traduccion fue presentada como Paowwco x ponencia en les LL fornadas Internacionales ds Filssofa Antigua {Buenos Aires, 15-17 de octubre de 2008), organizadas por la profesora Maria Isabel Santa Cruz y, sobre todo, en un curso intensivo de seis sesiones en la Universidad de Paraiba (Bra- sil), organizado por el profesor José Gabriel Trindade Santos Uoio Pessoa, 4-7 de noviembre de 2008) y realizado con el apoyo del Centro de Filosofia de la Universidad de Lisboa (Portugal). Estoy en deuda con Ia profesora Santa Cruz y con el profesor Trindade Santos por su generosa invitacion asi como con las audiencias de ambas reuniones. Varias de las observaciones piiblicas y privadas que me hicieron llegar algunas personas asistentes 2 esos coloquios fueron de mucha utilidad para repensar un problema o para intentar formular mis claramente mis puntos de vista. Micurso en Jodo Pessoa fue particularmente importante para este libro: durante tres Intensos dias una audiencia entusiastaasisti6 a mis conferen- cias y debatié mis interpretaciones del De atima, Todas las preguntas y observaciones, incluidas las mas ingenuas, me hicieron repensar mi comprensiOn de algun pasaje, Como cabia esperar para mi, no pade librarme facilmente de las preguntas del profesor Trindade Santos una vez finalizado 1 curso; le estoy agradecido por su sano espititu de dialo- go movido por un genuino interés y «deseo de entender», ‘También debo hacer un reconocimiento especial a Maria, Isabel Santa Cruz y a Daniela P, Taormina por sus ripidas ¥ precisas aclaraciones a mis dudas con respecto al neopla- ‘6nico Marino (citado por Ps. Fil6pono en su discusién de la noética aristotélica; ef. Apéndice 1) Los textos antiguos pueden ser leidos de varias maneras, aunque, por lo general, se reducen a dos o tres: (i) como piezas tedricas de museo, (i.como construcciones colose- Tes a las cuales se rinde pleitesia y ante las cuales el lector no puede mas que estar de acuerdo o (ii) como obras que contienen un pensamiento vivo (susceptible de ser discu x MARCELO ©. BOER tido} que se puede integrar a Ja discusin contempordnea de los temas que tratan (si no 2 todos, al menos a algunos de ellos). El lector advertira rapidamente que he optado por la tercera estrategia; en efecto, tengo la eonviceién de que ios pensadores antiguos pueden ser razonablemente incorporados @ algunas discusiones actuales y que, en mu- chos casos, sus observaciones pueden ser iluminadoras en el intento de comprender un problema. Aristétales, claro std, no es Ja excepeiGn a esto, sino un representante muy digno de lo que estoy sugiriendo. Es muy probable que fen nuestros dies nadie pueda suscribir por completo su psicologia (i e. su «teorfa del alma»), pero sus discusiones sobre «lo animico» (para evitar decir *, Esa rehabilitacion tuvo lugar en el contexto del redescubrimiento de les obras aristotéicas de filosoffa préct- cay de la relevancia que e508 textos comenzaron a tener en contextos de discusion sistemitica, mas que historiogréfica, pues de hecho habian comenzado a ser incorporados a las discusiones que por aque! entonces Hans Georg Gadamer, el fundador de la hermenéutica filosofica, estaba haciendot. En ‘el marco de otra tradicién flos6fica, los trabajos de Elizabeth ‘Anscombe y, de un modo incipiente todavia, los de Donald Davidson también habjan incorporado a Arist6teles a sus discusiones’, De un modo anélogo se podria sugerir ahora que entre los afios 70 y 90 del siglo pasado se produce otra srehabilitacién» de Aristételes, aunque esta vez centraca en sus trabajos psicolégicos, que comienzan a ser estudiados con reciente interés en conexidn directa con algunas discusiones 2. Algunas secciones de esta Introduceién reproducen, de ona manera diferente, lo dicho en Boeri 2007: caps. 67 y Boeri 2008: ‘tras, en cambio, son material completamente nuevo que no habia, sido publicado antes ‘3. CE Volpi 1999, especialmente 35-323 y 338-342. 4. Ch. Gadamer 1993: 295-307, 5. Cl Anscombe 1958. 6. Ver Davidson 1980. av waRceLo 0. BOER contemporéneas de filosofia de la mente dentro dela tradicion anglosajona. Hace varias décadas el filésofo Hilary Putnam ‘comenz5 a redescubrir las posiciones arstotélicas pues ellas, ‘auque mas no sea de un modo general y primitivo, se acer- ‘aban asu enfogue funcionalstaen el dominio de la discusion cespecializada de filosofia de la mente. En un importante ensayo de sus tiltimos aftos Donald Davidson afirmé ~no sin algo de ‘exageracién— que la posicion psicologica aristotéica era un sano intento de abandonarel dualismo sustancialista de Platon y que para Aristteles los estados mentales estin corporizados, de modo que lo mental y lo fisico solamente son dos modos de describir ef miono fenimend. Aunque Arist6telesno Hega tan lejos, sf sefala con especial énfasis que pasiones 0 emociones (Pith, que presaponen ya ciertos estados de creencia como.su Causa, estados de creentcia que pueden ser entendidos como sestados mentales), tales como célera, calma, miedo, compa- sin, etc. se dan acompafiadas de un cuerpo, pues junto con ellas el cuerpo es, en cierto modo, afectado (De Anima [DA} 403a16-19)" O sea, aunque un pathos tiene sa origen en. un cierto estado mental (0 actitad proposicional) ~como creer 0 mer laexpetatioade que lo que se aproxima es malo 0 doloroso para mi, i. ¢ miedo (Ret. 138229-1383a8)- se trata de un estado que no es ni completamente fisico ni completamente «mental, y que para existir presupone una especie de corre- lacién enire lo fsico y lo animnico. Cualquiera que haya examinado la literatura especiali- zada de las tllimas décadas sobre la psicologia aristotélica advertiré que Aristoteles ha vuelto a ser tenido en cuenta en la discusi6n contempordnea del problema mente-cuerpo y, en general, de la naturaleza de los estados mentales. En los 60 la tesis que parecia mas atractiva era la del materialismo 17, Davidson, «Acistolle's Action», en Davidson 2005: 290, 8. Ulzo el texto griego editado por Ross 1961 InreeouccoN aw reductivo, que se presentaba en a forma de la steoria psico- fisica de la identidad, cuya tess principal es que los estados rmentales son simplemente estados del sistema nervioso cen tral o estados del cerebro”. Los erticos de est posicién, en cierto modo radical, sefalaban que los juicios de identidad psicofisica de la forma «el dolor es una. descarga de fibras Co generan ciertas diffcultades conceptuales, pues el dolor parece tener propiedades que los eventos cerebales no tie: nen y viceversa. Mucho mas problematica era la sospecha reciente -compartide por neurofisdlogos y filésofos~de que el proyecto de tratar de aislar un tipo de actividad cerebral para identificarla con cada estado psicol6gico particular esta bbe condenado al fracaso. A partir de los 70 el funcionalismo psicol6gico reemplaz6 a la teoria ce la identidad psicofisica ‘como teoria de le mente dominante, Probablemente una parte importante del éxito de este enfoque se debe a que se cree que el funcionalismo es compatible con la investigacion empftica de la mente y a que el funcionalismo no requiere ~al menos no necesariamente- une reduccién mateialista de 1a mente al cerebro, De acuerdo con los mentores del funcionalismo (Hilary Putnam y Jerry Fodor), los procesos mentales internos 9. Ch Feigel 1958, ctado por Kim 2008: 14, Para una caracterizacién _gonaral de la teoris ela identidads véase Rosenthal 998-244-955, fobre todo 348-351. Algunos materaisias monistasniegan la existencia {ela mente como una realidad distinta del cerebro y adoptan algun forma de reduccionitmo, tratando de explcar los fenémenes mentales tentérminos fscoso biolégicos. Las postursreduccionistasconsideran, fen general, que ln dstincgn entre la mente y el cerebro se debe ala encia actual de nuestros conocimientosacerea de los procesos (ef. Simon 1996), pero que el desarrollo cientfico futuro permitira reducir los fendmengx mentales a fendmenos puramente Fisicor o bioldgleos que tenen lugar en el cerebro. Es evidente que Arstteles no estaria de acuerdo con este ipo de posicion pues, no importa la df que sex estblecer la elacién ente lo iio ylo mental {o. nds precsarnete, slo animicos) él eree que hay que dstinguir lo uno de lo otro (ef DA 411678; 412669). x DaRcELO D. BOER son estados funcionales del organismo, cuyo érgano no es necesariamente el cerebro, Por ejemplo, el dolor no es un estado fisico-quimico del cerebro'o del sistema nervioso, sino un esiado funcional dl organismo tomado en su totalidad. De este modo, los fendmenos mentales pueden entenderse como estados funcionales del organismo y no es posible conocerlos ‘estudliando los procesos parciales en los que estén implicados, ‘como Jos procesos cerebrales. El funcionalismo presupone que una misma funcion puede sor desempenada por sistemas muy distintos, ya que la naturaleza de sus componentes no es esencial para el correcto desempeio de su funcién. Una cosa es un reloj o un termostato por la funcién que tealiza Gar la hora, desconectar la corriente cuando se aleanza una determinada temperatura), y otra el material del que esta hecho. Det mismo modo, las ereencias y dasoos son estados isicas de sistemas fisicas que pueden estar hechos de diferentes tipos de materiales. Algo es una creencia o un deseo en virtud elo que hacey no en virtud de los materiales de los que su sistema «td compucsta. No es analizando el sistema sino su fancién ~argumentaban Putnam y Fodor- como comprenderemos el proceso, De este modo, podemos atribuir estados mentales a seres extraterrestres con una estructura fisicoquimica muy diferente a la nuestra y las fanciones mentales podrian muy bien ser desempenadas por un soporte no orgénico, como un ordenador digital. Cualquier sistema puede tener mente a condicién de que sea capaz de realizar la funcién adecuada, Hay, sin embargo, un sentido en que el funcionalismo es reduccionista, ya que algunas de sus vertientes reducen los estados psicoldgicos a cualquier estado fico que es causado por ciertos estimulos y causa, a su vez, elertas conductas. Tanto las posiciones materialistas reductivas como las funcionalistas intentan reducir los estados mentales a ciertas disposiciones condiuctuales, 0 procesosfsioligicos, oestados fisicos con una faneion causal determinada, Aunque tanto los materialistas sermopuccion xvi reductivos como los funcionalistas han reclamado que su in- terpretacion de lapsicologia aristotélica ela correcta, hay que sefialar que los desacuerdos reinantes se deben, al menos en parte, ala falta de precision que puede advertise en algunos textos psicoldgicos de Aristoteles al hablar de «lo mental, 0 incluso al hecho de que sus intereses eran distintos a los que se tienen hoy en dia en la discusién psicolégica y de flosofia de la mente. Por ejemplo, no es parte de su interés principal ‘enfatizar la fancion causal que desemperia un estado mental, aunque, claro esta, a veces tal funci6n desempeia un papel ‘Uno podifa razonablemente argumentar que la teora aistot6 lica de la percepcién y de ls emociones resulta creiblea varios fildsofos, epistemdlogos y psicdlogos cognitives en nuestros «fas porque hay al menos una posibilidad de interpretar tales teorias en clave del funcionalismo contempordneo (Putnam), esto es, lateora fisicalsta contemporénea que sostiene que los ‘estados mentale (creencies, deseos, estados de dolor o placer, etc} se constituyen solamente por su «papel funcional» y se identifian con tal rol funcional" Un fancionalista considera que le identidad de un estado mental es determinada por sus relaciones causales con estimulos sensorios, otros estados mentales 0 la conducta. De esta caracterizacion general se signe, segin los funcionalistas, que los estados mentales son exmiitiplemente realizables, ie. que pueden manifestarse en diferentes sistemas (incluso en computadoras) siempre y 10, «Dossitemes son funcionalmentesombtieos hay a covespo deca entre los ead de wna yates dl equ conser ls tacos asciraaes(Potoam |S75a: 391; ldestacado entalca ea de Putnara) {© sea, dos sistemas pueden tener consiticiones muy diferentes y set isomédfios desde ef punto de vita funcional, pars cada estado eat siserna hay un estado correspondiente en cloto 292 299) Pade, desde e} punto de vista de fa reaisacion dela funcion le realzacién fsco-gumica del sistema ox completamente acsidentalo contingent pure el funcionasme (Putnam 18752203). xvi MARCELO D, BOER! cuando tales sistemas leven a cabo de una manera apropiada las funciones apropiadas. Nuestra mente seria una especie de software, cuyo hardware es e] cuerpo. Un dolor o un pla- cer, desde el punto de vista funcionalista, no seria mas que quello que es causacio por un datio o un beneficio corpéreo, respectivamente, lo que da lugar a la creencia de que algo csté mal en el cuerpo y al deseo de abandonar ese estado, 0 ala creencia de que algo esta bien en el cuerpo y al deseo de permanecer en ese estado. Dado que el funcionalismo limita Jo mental a su «funcionalidad>, sostiene que cada eentidad mental» es un ejemplo de la propiedad que especifica su men- talidad en términos funcionales, por un lado, y la propiedad {que especifca su naturaleza. material, por el oto. De donde parece seguirse que las propiedades mentales y materiales no son idénticas y que, por ende, puede conservarse la inmate- sialidad de lo mental"! Un enfogue renovado y, en cierto modo, novedoso que intentaba mostrar los limites del materialismo reductivo en la consideracién de tos estados mentales fue el que, ademas del fancionalismo, dio Davidson entre mediados de los 70 y ‘comienzos de los 80: Con su tesis del «monismo anémalo» (i «.latesis de que no hay correlaciones estrictamente slegales> 11, CE. Granger 1996; 24. El funcionalismo fsfalsta no es reduetivae mente materialisiaen la medida en que permite que pueda conservarse Ja inmaterilidad de los estados mentales, Sin embargo, exige que ‘odo estado mental sea ejemplicada en algun upo de stems fisico o ‘material, y para cualquieyvariedad de fancionaliemo el xorganismo> Seri una cosa mater y aunque todos sus estados ser estados ma- teriales, algunos de dichos estados materiales tambien soran estados rmentales porque sein capaces de satafacer certs funciones propias elo mental. En su 1075a Putnam felichaba a Avsételes por andelpar su funcionalismo en varias eimportantes detalles, una observacin que seha well habitual entre los fancionalisiascontempordneos, aunque no siempre ni en todos los casos cian pasajes expecificas de los textos anstotlicos en general o psicologico-anstotelieos en particule. lsreopuecxOn xix entre los enémenos que se clasfican como mentalisy los que se dlasifican como fiscosy que establece que el dominio de lo mental, debido a su esencial falta de normatividad, no puede ser un objeto serio de investigacién cientfica)” ayudé a ubi- car lo mental en un plano diferente del fisico, oponiéndose asi a les posiciones fsicalistas fuertes que sostentan que los ‘eventos mentales eran sinicamente procesos cerebrales. Dax vison sostiene que, aunque el monismo anémalo se parece al materialismo en su afitmacién de que todos los eventos son fisicos, rechaza la tesis, esencial al materilismo, segin la cual alos fenémenos mentales se les puede dar explicaciones puramentefsicas.* Davidson explica su «monismo anémalo» {ela siguiente manera: es un «monismo» porque sostiene que Jos eventos psicolégicos son eventos fisicos; y es «anémalo» porque insiste en que los eventos no caen bajo leyes estrictas cuando se los describe en términos psicoldgicos. Aunque la posicién de Davidson puede ser calificada de «fisicalista © «materialista»(stodes los eventos son fiscos»), su esfuerzo por matizar su posiciGn y diferenciarla de cualquier forma de materialismo burdo puede ser entendido como un sano intento por mostrar la itreductibilidad de los items mentales alos fisicos, contradiciendo de ese modo la tesis de la iden: 12. Davidson, «Could there bea Science of Rationality, en Davidson 2004: 121 18, Davidson, «Mental Events, en Davidson 1980: 207227, 14, Davidson, «Mental Eventss, en Davidson 1980: 214. Desde el momento en que Davidson admite que hay interecciones enusales en Jas que intervienen eventos mentale, también debe admitir gue ales eventos meniales pueden funcionar como factors causales pesto que son idéntico a clertos eventos fsicos. Esto, sin embargo, no implica {que las propiedades mentales sean reductibles a propiodades fiicas (ci: mas abajo la seccién 1, donde hago una exporicton sumaria del emesgentismo). Para las crtieas al monismo anémalo de Davidson puede verse con provecho Liz 1995: 210.292, 15, «Philosophy and Psychology», en Davideon 1980: 231 xe MARCELO D, BOER tidad mente-cuerpo del materialismo fuerte." Los enfoques de Putnam y Davidson son especialmente importantes para la rehabilitacion de Aristoteles que estoy sugiriendo, porque sus puntos de vista, ademas de haber sido particularmente influyentes ya pesar de sus diferencias, dejan cierta autonomia a lo mental, en la medida en que rechazan Ia identifcacién estricta de lo mental y lo corpéreo. Ese rechazo aleja al fan cionalismo y al monismo anémalo del materialisima burdo y los acerca @ una posicion mucho més matizada como la de Avistételes, quien, aun cuando defiende la tesis de que entre lo animico y lo corpéreo hay una relacién estrecha, no esta dispuesto a aceptar que puedan identificarse”, 1.1 La reincorporacién de Aristételes a la discusién contempordnea de filosofia de la mente y la interpretacién funcionalista de la psicologia aristotélica Algunos intérpretes recientes del DA han visto en el fun- ionalismo en sus diversas formas una posicién atractiva para reinterpretar la psicologia zrstotélica porque, al menos en 6. Como vero esses a smonsm angmalo de Davin owes ctnalsno {le atu pueten tender cone bossa Sjomplon de sate no rtvor, Al menos sigue free de CBrgensame yd funcnatwo denen por anions para ‘Simer algunas tos paologen de Aras asus props enpice Sines Bn efecto sungae Atos catngue con ead eyes str defn amnion defense con expec re eis de us to ex ponble que sede I xaos animicen dependents deicoergo ode sen enade corpercor Minas coneeveni dl spies al conan nemter gan psn At lersoticeo ex en al menon el node en gue agumentars fnlasecion ti ceeneeiel Goes trpmentaenconts de stent presertsca ae enone late cn lune ena conpvee DA PERE ere irRopuecion a algunos aspectos, algunos prineipios fancionalistas parecen coincidrcon la tesis de Aristotles segin Ia cual todo se define porsu funcign (ag) y cada cosa eso que verdederamente og cuando es capaz de levar a eabo su fancién propia!” Ahors bien, silo que sostiene el fancionalisio es cetto,entonces el dolor oet placer pueden se realizados por diferentes tipos de estas fsicos» en diferentes tipos de cosas, ose, puteden ser santitiplemente realizados», A pesar de lo que han argumen. tado algunos fancionalistas sobre el hecho de que el funcio. nalismo no caeria ni en el dualismo ni en el materialismo, el fancionalismo ha resultado una teoria especialmente atractiva para aquellos que pretenden dar una explicecion materalista de los estados mentales. En efecto, algunas variantes de In posicién materilistasostienen que cualquier estado que cea capaz de desempetiar los papeles antes descriptos debe ser un estado fisico. Si uno quisiera incorporar las teoras peico logicas aristotelicas a esta discusién, como han hecho varioe Prestigiosos aristotelists contempordneos y varios flGsofos de la mente de las ilimas décadas®,tendria que preguntarse 18. Ct. Meteorologce 3900-13, citado in enese abajo; Demat 709434 b2s De part. on. O81a9-3; 654, 65706 et posi 38, Cohen 1992; Wilkes 1992; Nussbauns- Putnam 1992, Véase tam- bigm el trabajo pionero de Sorabji 1979 (ed, 1970), donde argumenta {ue el fancionalismo psicoldgico (te la teria que establece que los extados mentales son estados funcionales de los organisms) ene ue precedente relevante en la flosoia de la mente de Aditicles, Une fericoa similar puede verse también en Nussbaum 1085, Essay 131 fo gue Sore y Nussbaum sugiten es corset, AistSsles caine Jos funcionalstas contempordneos, habriaevitaéo respeidar el mass Halismo reductivo (que en el ejemplo aristotelio diseutile en Dt T torresponde als posiciones psicoligicas de los atoms) el dualinna {gue en la discusioncialéctica del mismo libra de DA correspon Plato). Modrak, en cambio, sstiene una posiién que, a juico, 2 macho mas matizada y que, probablemente, hace mis justia o lento de Avistteles: la pscologia aistotélice no puede asioanee al fancionalismo psicoligico contemporsneo sn mids entre ara azones, a anceLo D. 80ER! si cabe algmna posibilidad de que dentro de su modelo psi- coldgico Aristotetes habria aceptado la tesis de la «miltiple realizabilidad de lo mental». Me propongo argumentar que no hay razones para creer que Arist6teles habria estado de acuerdo con el funcionalsmo psicologico, i.e Iatesis de que la identidad de un estado mental se determina por sus relaciones causales con estimulos sensorios, otros estados mentales 0 la ‘conducta, caracterizacién general a partir de la cual se sigue, al menos segiin algunos funcionalstas, que los estados men tales son «iltiplemente realizables, i.e. que pueden darse en diferentes sistemas (incluso en computadoras) siempre y cuando tales sistemas leven a cabo de una manera apropiada las funciones apropiadas™. Si la tesis funcionalista es cierta, Por tanto, seria genuino atribuir estados mentales a seres ex: traterrestres que posear una estructura fsica muy diferente de porque Aticoa no ont dopuesto a dar decipionsfanconales Ee exadonanimico pe ne hagan ng pe de fee lage (esa 1967 6; 384 20, Como sefalé antes en mi cetactercniin general el anion, rm finconaltaror rose meals meron near Kineionaes de us orgenimo,euyo Srgeno noes neccraiarente Cerebro: el dolor no ex un esado lo gumico del cerebro © dl Ssteme nevioio sino un estado findonel del organise tomado eat totalidad de lo eval ae seguir que los estados rental sn ead fencionles del organise que no ex penible conocer ise estan Ics procesos parca como los proceno cerebaey)en fos que estan eon Econ conse gh i edo ser desempetada por stemes muy ditrentes porque fa na falera desis componente epustenta el inconaitd notes ocnelal paral correco devempeno de ss fancion (ea lo mismo aque unl Es buco de mad ode dni sempre y uta lense l'quellamemos seo» sex eapaa Go dar a ora Antlogemente, ins reenens y deus ern ends sles de samas feon us pueden estar hechos de diferentes pos Ge mite pet cei a Foncioralita, ses un deseo o una creenci en virud de lo que ace decémofenciona, no en vir de los matesale Geos que same ed compuesto EEE eee ee eee ere puCCION van Januestra, pero también podria suponerse que un ordenador digital podria tener tales estados. O ea, lo que hace que algo set un estaio mental no depende de su constitucion tert, sino de la manera en que funciona en el sistema del cual ia «estado mental es parte. Una parte destacable de los supuestos del uncionalismo es que Tos sistemas materiales no establecen una diferencia esencial para la percepeién, las emoviones oven general, para los estados mentales o, como tal vez preferivia decir Aristétles, los estados animicos» (en efecto, aunque en s1 opinion todo estado mental es un estado animico, no todo estado animico es un estaclo mental). Asi, entonces los estados mentales son reducibies a estados fancionales de la materia Hasta agui mi caracterizacion general del funcionalismo; lo que en particular me interesa mostrar ahora es cuales son las razones de fondo que, en mi opinion, se siguen de los textos aistotélicos para rechazar la posiblidad de que Aristteles hubiera aceptado la tesis de la «miiltiple realizabilidad de lo mental» ~como lo sugieren algunas interpretaciones recientes dela psicologia aristotéica— asi como examiner el papel causal de ciertos estados angmicos en la psicologiaaristotelica”, Spa eRe epee eae ipso Bo pa agai sae renin eee ae ea anaet iene ste dalnspals ma trae oxv NABCELO B. BOER E fancionalismo materialista argumenta que cuando ha- biamos de la mente nos estamos refiriendo a un conjunto de , estados fancionales que se definen en términos de relaciones causales que son intrinsecas a ciertos sistemas materiales or- sganizadios apropiadamente#, Las variedades de funcionalismo tienden a romper la dependencia univoce que vincula los estados mentales con los sistemas fsicos que arvalizan» esos estados mentales. Esta ela denominada «msuliple realizability of the mentab, i la tesis segin la cual lo que se considera como ‘una mente es independiente de su realizacién fsica (en ese sentido, las méquinas también pueden tener

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