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Cerro El fantasma Cerro no vivia en ningtin cerro montaiioso. Se Ilamaba asi porque era cerrado como un cerrojo, jcerro’jo! Vivia cerrado a novedades. Cerrado a experimentar. Cerrado a conocer gente. Cerrado a cambios. Si le daban un disgusto, ponfa cerrojo a su coraz6n para no volver a sufrir. Si se refan de él al hablar, ponia cerrojo a sus palabras. Si le proponian practicar una aficidn 0 deporte nuevo, ponia cerrojo a manos y pies... Cuentos de valientes y fantasmas 101 El caballero Ante, de los de antes y que vestfa con ante, era todo apertura mental, Ante era, ante todo, disposicién al cambio. — Ante, eres un libro abierto— afirmé el fantasma. — Y ti eres un candado cerrado, jmas te valia “querer cambiar’! Querer es el primer paso para mejorar, porque a ti... gte gustarfa ser mds abierto?— dijo el caballero. — No, no, ,qué pretendes? ;Pretendes que sea como una puerta abierta para que entren y me roben?— intervino Cerro. — jQué tonterfa acabas de decir! Si abres las puertas de tu coraz6n, entraran amigos y saldras ti mismo de ti. Si abres tu coraz6n te veremos tal cual eres, jestupendo!— dijo Ante. — {Te parezco estupendo?— pregunté el fantasma. — Si, pero s6lo cuando muestras tu fondo y te veo como un fantasma hundido- dijo Ante. — ,Hundido?- cuestion6 Cerro. — Si, en los fondos todos estamos hundidos, jeje- brome6 Ante. — jOh, qué chiste mas malo! Es ademas, un chiste de los de antes, Ante— brome6 también Cerro. Y asf, poco a poco, Cerro se fue abriendo a Ante. Luego se abri6 a otros y a otros y a otros... (Es que, el aperturismo tiene un efecto multiplicador). jAh, y al abrirse le fue mejor!

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