El Mago de Villa d´Este,

«en el Horizonte del Tiempo y la Eternidad»

Imágenes
propias
y de Internet

Cardinale
Ippolito d´Este

I.·.P.·.H.·. Guillermo Calvo Soriano, 33°

 Todo en el Jardín
de Villa d´Este
canta Armonía, Simpatía.
Correspondencias
entre los Niveles Cósmicos
que corren del Alma
al Espíritu
y al Cuerpo del Mundo,
comunicando en una refracción
infinita alrededor de este
Plano Mediano que es el Alma.
En este Mundo Diáfano
del Espíritu,
el Mago incorpora “al mas
incorpóreo de los Cuerpos”
el Spiritus, y para animarlo
manipula las imágenes.
 Actuando con la ayuda del Espíritu sobre el Alma y el Cuerpo,
el Mago Comanda a la Naturaleza : el Mago es un Ser Conectivo,
está en los Confines de los Mundos,
es un Ser Nupcial Uniendo el Todo a Sí Mismo,
sustituyendo artificialmente al Alma del Mundo.
 El Mago es un Ser en el Horizonte del Tiempo y de la Eternidad,
definición misma del Alma propuesta en el “Libro de las Causas”,
al Reunir los Elementos Separados,
al hacer surgir la Latencia de los Gérmenes de la Naturaleza
y la Razón Seminal de las Cosas.
 Al reemplazar el Alma del Mundo,
el Mago adquiere el Poder del Demiurgo.
Se apodera de los Secretos de la Naturaleza
para Orientarla manipulando ciertas imágenes, reflexiones,
en el Plano Mediano del Alma, de las Ideas del Mundo Inteligible.
 Marsilio Ficino

Al hacerlo, actúa sobre las Correspondencias

que unen el Cielo con la Tierra, el Alma al Cuerpo.
Como el Amor que Marsilio Ficino califica de Mago,
el Mago es un Intermediario Poderoso
que avala el Circuito que conecta el Mundo Divino
con el Mundo de los Sentidos a través del Alma del Mundo.
 El Mago sabe Guiar
el Flujo de los Espíritus
hacia los Objetos y la Materia,
con la Fabricación de Talismanes,
de modo que, gracias a ellos,
puede influir
en los Innumerables Poderes
que pueblan el Mundo Divino.
 Al unir las cosas de Arriba con las de Abajo y viceversa,
mezclando las imágenes en un Plano Medio, el Mago Controla
la Influencia del Mundo Celestial sobre el Mundo Sublunar,
de acuerdo con los Principios de la Magia Espiritual.
 Marsilio Ficino desarrolla
en su libro “De Vita”,
las Influencias Benéficas
del Sol de Júpiter y de Venus
desviando aquellas maléficas
de Saturno y de Marte.
Mercurio, símbolo de la actividad
intelectual y de la inteligencia,
es un Poder Mediano
rico en Influencias Solares,
protege a los Hermeneutas
y a los Magos.
 Una Imagen del Universo.
En el capítulo XIX
del Libro III de De Vita,
Marsilio Ficino, después de defender
en el capítulo anterior
la Creación de Imágenes Planetarias
usadas de manera “natural”,
propone súbitamente la pregunta:
¿por qué no se permite
una Imagen Universal, es decir,
una imagen del Universo
en sí misma?.
Gracias a lo cual sería posible
esperar obtener
un Gran Beneficio del Universo. Marsilio Ficino
 Es esta “Imagen del Universo en Sí Misma”
con sus Mundos Escalonados, sus Corrientes que fluyen
captando la Luz del Mundo, a la vez “procesión”,
“conversión” y “retorno” de la Vida hacia su Origen, el Sol,
la que permite al Creador de este Jardín de Villa d´Este
convertirlo en una Obra de Arte Mágica,
concebida como un Talismán.
 Así, como el Demiurgo
del “Timeo”,
se aplica a la Fabricación
de una Imagen del Universo
para ocupar
el Lugar Central,
de la misma manera
el Mago,
mediante la Manipulación de
las Imágenes del Universo,
reemplaza al Alma
del Mundo que lo dirige.
 Este Jardín aspira a captar
el Alma del Mundo,
el Espíritu que la impulsa,
colocando en su Corazón al Mago
que manipule los Poderes
practicando
la Magia Natural y Espiritual
que preconiza Marsilio Ficino
en “De Vita”.
Una Magia habitada por un flujo
constante de Purificación
que testimonian las Alegorías
relacionadas al Amor,
al Conocimiento y a la Iniciación.
Una Magia cuyo propósito es Transformar el Alma y el Espíritu
de quien lo Practica, en Ángel, en un Espíritu Puro que sabrá
apropiarse las Virtudes de los Influjos Celestiales que atraviesan
el Jardín y dialogar con los Poderes Divinos
que Gobiernan el Cielo y la Tierra.
 Ideal Hermético del Sabio que espera,
captando el Espíritu a la Manera de los Antiguos Magos,
concentrando de forma Natural el Espíritu, con ayuda
de los Artificios de Agua, comandado por las Estrellas y el Cielo.
Convirtiendo así el Jardín en Inmenso Talismán
como describe Jámblico en “Los Misterios de Egipto”.
 A veces, para Traer la Luz,
Usamos el Agua,
que dispone por Naturaleza
su Transparencia
para recibir la Luz.
Para el Ideal Hermético,
que incluye toda
la Cultura Neoplatónica
del Renacimiento,
los Sabios de la Antigüedad,
así como los Usuarios
Modernos de Talismanes,
no practican
una Magia demoníaca.
 Todo lo contrario,
manifiestan una comprensión
profunda
de la Naturaleza del Todo,
y de los pasos seguidos
por las Ideas Divinas
para Descender aquí.
Utilizan una Magia
esencialmente Natural,
Acorde con los Principios
de la Naturaleza
y las Ideas que las rigen,
sin apelar
a los demonios de la materia.

Adhesión a la Luz
“No hay Fuerza que el Conocimiento
no pueda Dominar,
no hay Destino que no venza,
Estrella que no entienda
nuestro Lenguaje,
ni Energía que no nos sirva”.
En la Complejidad Viviente
del Gran Todo,
¿Hay límites
que no se puedan infringir?
El Mago, de acuerdo con la Naturaleza de la cual Él es el Ministro,
es decir, El Servidor, Transforma el Mundo
y se Transforma a Si mismo, Viviendo al Unísono
con la Armonía del Cosmos en la cual se proyecta su Alma,
Habitante en sus últimas reflexiones, como lo habita Todo Entero.
 De Corazón a Corazón,
del Corazón Heliaco del Universo
al Corazón Solar del Hombre
Convertido en Mago,
según la Enseñanza de Thot,
unido al mismo latido,
nacido de un mismo Fuego
portado por los Rayos de Luz
del Astro Divino.

Thot
Espíritu del Mundo que viene al Encuentro del Espíritu Humano
y lo hace Comunicar con su Fuente, el Sol.
El Mundo Humano y el Mundo Celestial
viven entonces en el mismo impulso que los hace Conjugar
el Plan del Alma, Alma Humana o Alma del Mundo.
Esta Magia Dotada y Natural
no atrae a los demonios
y sus encantos,
se esfuerza por poner en Obra
el tejido de Simpatías
y Antipatías
que regulan el Universo,
que comanda Eros, el Amor,
el Mago por excelencia,
quien en
una Armonía Compleja,
hace comunicarse y comunica
Todas las Partes del Mundo.

Eros y Psique
El Mago, en la Tradición de Thot,
une el Macrocosmos
y el Microcosmos
al forjar Alianzas entre
el Hombre y la Naturaleza,
la Naturaleza y Dios,
en un Universo Unificado
por la “Gran Cadena de Oro”
de Homero,
que hace Comunicar
los Mundos Supraceleste
y Sublunar.
Es así como alude Gian Battista Della Porta a una Cuerda estirada
desde la Primera Causa hasta las Cosas bajas e ínfimas,
por una Conexión Recíproca y Continua
de suerte que la Virtud Superior que Expande sus Rayos
vendrá a este punto, que si tocamos un Extremo de ella,
ella temblará y hará mover al Resto.
La única Filosofía Verdadera de la Naturaleza durante el Siglo XVI
era la de Marsilio Ficino en su Libro de Vida, publicado en 1489,
(“Que tu Espíritu Celestial, sea Ángel otra vez entre los Ángeles”)
y la Magia Natural de Gian Battista Della Porta, del 1589,
una Magia Sapiencial.
 Giovanni
Pico de La Mirándola

Para sus seguidores, la Acción Mágica era la mejor manera

de unir “la Tierra al Cielo”, es decir Unir los Elementos Inferiores
a las Cualidades y a las Virtudes de los Elementos Superiores
como dice Giovanni Pico de La Mirándola en su Oratio ...
 Para Pico, “Mago” significa en el idioma persa,
“un Intérprete y un Adorador de Lo Divino”,
y “la Magia Natural y Espiritual”, “la Buena Magia”,
es esta Magia llena de Misterios Sublimes, que atrae
a la más Profunda Contemplación de las Cosas más Secretas y,
a fin de cuentas, al Conocimiento de la Naturaleza Entera”.
 La Magia saca, por así decir, de sus retiros, para llevar a la Luz,
las Virtudes dispersas y esparcidas en el Mundo por el Favor Divino,
que operan menos de Milagros, lo que anida en la Naturaleza que los
realiza, después de probar en profundidad la Armonía del Universo,
que los griegos llaman expresivamente Simpática, después
de haber meditado el Conocimiento mutuo de las Naturalezas,
confiriendo a cada cosa sus Encantos Naturales,
como a los suyos propios que devienen Mágicos, o Conjuros.
Saca a la Luz, como si ella fuera la autora, las Maravillas escondidas
en los recovecos del Mundo, en el seno de la Naturaleza,
en los confines y escondites de Dios, y así como el granjero
casa los viñedos al abulón, el Mago Une la Tierra con el Cielo,
es decir, los Elementos inferiores a las Cualidades y Virtudes de los
Elementos Superiores. De modo que la Primera Magia resulta ser
monstruosa y dañina, siempre que la Segunda sea divina y saludable
 El Mago que practica Buena Magia, la Magia Natural,
tiene el Poder de extraer la Virtud Secreta de cada Cosa
e integrarla en la Totalidad de los Otros Planos del Universo
según series analógicas que hacen comunicar los Signos entre ellos
de un extremo al otro del Cosmos en un juego
de reenvíos permanentes, que permite actuar a distancia.
 Este Poder Extremo necesita una Gran Prudencia,
la Sabiduría recomienda enterrar estos Signos bajo el velo
del Enigma y los Símbolos. Un Trabajo perseverante de Imaginación
será necesario para aprehenderlos de la Invisibilidad donde
son relegados, que la Actividad Mágica manipula misteriosamente,
a fin de poner en juego Sus Poderes
para adquirir los Beneficios que se supone que deben prodigar.
 La Creación de Alegorías
y Símbolos
que el Mago Escenifica
en el Jardín de Villa d´Este
es Invisible,
recubierta
con un velo delgado.
Crea ese Espejo del Alma
en su complejidad singular,
invisible para el Profano
pero Luminoso
para el Iniciado,
quien sabe escuchar,
pues se esfuerza por revelar,
mientras oculta.
 La Simpatía Universal comanda la Organización
de los Signos Enigmáticos que invaden los Frescos de la Villa
y los Artificios del Jardín, con su carga de Misterio.
Esta Simpatía les hace comunicar en una circulación que suprime
las Particiones entre los Mundos Supraceleste, Celeste y Sublunar,
para restaurarlos en su Unidad Viva, de “la Totalidad de la Vida”,
del Dios Viviente, según las Enseñanzas de Hermes Trismegistus:
 “Sube más alto que cualquier
altura,
desciende más bajo
que cualquier profundidad
recoge en ti mismo
las sensaciones de Todo lo Creado,
del Fuego, del Agua,
de lo Seco y lo Húmedo”.

Hermes Trismegistus
 Hermes Trismegistus

“Imagina al mismo tiempo que estás en todo lugar,

en la tierra, en el mar, en el cielo, que aún no has nacido,
que estás en el vientre de la madre, que eres un adolescente,
un anciano, que estás muerto, que estás más allá de la Muerte.
Si piensas en todas estas cosas a la vez, tiempos, lugares, sustancias,
cualidades, cantidades, puedes Comprender a Dios”.
Hermes Trismegistus
 En la efusión de su Espíritu
y su Alma en el Mundo,
el Hombre Convertido en Mago,
circula
“en el Horizonte
del Tiempo y la Eternidad”
en el Plano Medio de las imágenes.
Desde allí,
puede percibir
la Totalidad del Mundo,
comunicándose con El Divino.
 Puede aprehenderlo convirtiéndose Él mismo en Imagen
de este Todo Múltiple al que Despierta Contemplando el Mundo,
una Imagen Divina a semejanza de su Ángel Celestial
al que aspira a unirse Abrazando al Mundo en su complejidad
de una manera paradójica : vertiéndose en el Todo,
se concentra en el Plano del Alma en una Imagen de Mediación.
Ascenso del Alma Pura del Iniciado
 Es a esta altura, tanto Espiritual como Mágica,
que llevan las Alegorías y los Símbolos del Jardín
refiriendo sus significados entre sí a lo largo de series analógicas
que quieren comprometerse, en el Plano Medio del Alma,
con lo Divino Obrando en el Mundo.
 El Conocimiento Circular,
en el que Todo refleja Todo,
revela el Mundo como
un “Sistema de Referencias”,
un Sistema en Fase,
usado por
los Neoplatónicos del Siglo XVI
en el Arte de la Memoria,
Máquina Suprema
capaz de reflejar
la Realidad Oculta
a través de complejas
representaciones que mezclan
imágenes, signos, emblemas,
jeroglíficos, sellos y símbolos
en una Circularidad Vertiginosa.
 El Patrocinador del lugar
pretende Conquistar lo Divino
con esta Obra
donde el Arte y el Artificio
sirven a una Magia
Espiritual y Angelical,
con el Objetivo de Divinizar
el Espíritu del Mago
que lo practica
para hacerlo Celestial,
un Ángel Nuevo entre los Ángeles,
como enseña Marsilio Ficino
en su libro III de De Vita.
 Un Talismán de Inmortalidad.
Conquistar lo Divino
con la ayuda del Arte y la Magia
Capturando el Espíritu del Mundo,
recogiéndolo en este Talismán
que quiere ser
una Imagen Armónica del Universo
es intentar liberarse de la Fatalidad
y de la Necesidad
del Orden Cósmico,
para Acceder a un Orden Superior,
Aquel del Amor.
Es un poderoso Intermediario que sabrá acompañar al Espíritu
hacia las Regiones Elevadas de la Inteligencia, practicando
este Arte Hierático que conocían los Egipcios y Griegos,
de la Ascensión del Espíritu a lo largo de los Grados del Ser,
a fin de Reconducirlo hacia su Origen Divino,
con el fin de Liberarlo del Devenir Escapando del Fatum
que rige el Cuerpo en el que está preso.
Manipulando Imágenes, Signos,
Símbolos que Dialogan
con los Poderes Celestiales
Encantadores,
encantando el Mundo,
encantamiento que testifican
las Maravillas
de los Artificios de Agua
al realizar operaciones divinas
que atestiguan
“la Transmutación”
del Hombre en Dios, la Magia
se convierte en Teurgia.
Liberará al Hombre de
las Leyes del Mundo Material
y lo Convertirá
en un Ser Espiritual
que Escapará al Destino.
 Como los Teurgos de la Antigüedad
que Dominaban las Estrellas y jugaron con su Poder,
el Mago a la Obra en este Jardín, devuelve su Espíritu Celestial
usando los Artificios desplegados en esta Figura del Mundo,
se Eleva hacia las Inteligencias Angélicas, convirtiéndose Él mismo
en un Ángel que Domina la Totalidad de la Realidad.
 Forma refinada de Magia,
la Teurgia,
por su catártica,
debe favorecer
la Ascensión Celestial del Alma.
El Teúrgo,
por el Conocimiento
de los Símbolos Ocultos,
Ordena las Cosas
de este Mundo,
no con el Poder limitado
de una Voluntad Humana,
sino como si Él perteneciera
a la Sociedad de los Dioses.
 Manipulando Símbolos Ocultos que solo los Poderes Superiores
entienden, el Teúrgo tiene el Poder de Suscitar Apariciones Divinas
dentro de la Irradiación de una Luz Sobrenatural. Es capaz de
evocar Dioses, Ángeles, Héroes, que vienen a dialogar con Hombres
Virtuosos y, asegurándose su ayuda, Él se encamina por el Camino
de su Salvación y se Eleva, en un Destello de Rayos Luminosos,
hacia el Dios Inteligible.
 De todos los Símbolos que operan en la Villa y el Jardín,
el más Poderoso, en todos los aspectos, es el Cristal Líquido
de los Artificios de Agua, que, a la vez, Perla Translúcida y Espejo,
Simboliza el Espíritu, Puro Rayo Luminoso y Alma perfectamente
Refinada. Toda una Teología Poética, Luminosa y Solar,
inspirada en Ficino, que ve en el Sol, el Tabernáculo de Dios,
que irradia en el Jardín y la Villa d´Este.
Dios es, por así decirlo,
un Círculo Espiritual
cuyo Centro
está alrededor
y su Circunferencia
en ninguna parte.
Pero si este
Centro Divino
tiene en alguna parte
del Universo
un sitio de operación
imaginario o invisible,
preferiblemente
reina en medio de los Seres, como un Rey en medio de la Ciudad,
como el Corazón casi en la mitad del Cuerpo, como el Sol
en medio de los Planetas. Por lo tanto, Dios está en el Sol,
Dios ha fijado su Tabernáculo en la Esencia Media de los Seres.
 El Sol reina en el Corazón del Universo, Inteligencia del Mundo
que ocupa una posición mediadora entre la Unicidad Original
y el Alma del Mundo. El Sol, Motor de las Esferas Celestes,
es también el Creador de las Almas que al Nacer envió aquí abajo
en la materia y que hace, después de la muerte, subir en su seno.
Los Rayos Puros del Astro Resplandeciente les sirvieron de Vehículo
“Ochima”, tanto en su Descenso por la Tierra
como en su Ascenso hacia las Regiones Superiores.
 En el Siglo V d. C., Macrobio se esforzó por demostrar
el Carácter Solar de muchas Deidades.
Hizo del Culto al Sol un Culto Universal,
Objeto de un Sincretismo elaborado
al que los Platónicos del Renacimiento demostraron ser sensibles.
 Se Transforma la Villa
en un inmenso Espejo
Luminoso
tendido hacia
los Poderes Celestes,
y en particular al Sol,
para recoger
los influjos benéficos
y las “razones seminales”
que, llevados por la Luz
y el Espíritu,
irradian, reflejados
por el Cristal Líquido
de las Fuentes
en el Cuerpo del Jardín
que se regocija por recogerlos.
 Numerosas Alegorías y Figuras Divinas representadas en
la Villa y el Jardín están asociados con esta Teología Poética Solar.
Ella irradia su Luminosa Presencia a través de los Artificios
del Agua que transforman la vaporosa Corporalidad del Jardín
en un Espejo atravesado no solo por la Luz,
sino también por Multitud de Imágenes destinadas
a captar las diferentes Facetas del Alma del Mundo y del Espíritu.
 Espíritu que desciende
por la ladera del jardín,
desde el Sol deslumbrante
de la Fuente de Leda
hasta las oscuras
circunvoluciones
de los Laberintos,
imagen de los grados
más bajos
Fontana di Leda
de las Profundidades
del Cuerpo,
para Ascender
hacia su Origen Helíaco.
 Todas estas imágenes,
en su Aura Diáfana,
corren sobre el Arco
de los Rayos Luminosos
que,
extendiéndose entre el Sol y
la Opacidad de los
Cuerpos,
son el Vehículo del Spiritus,
sobre el que a su vez corre
el Espíritu del Mago
o Teúrgo de este Jardín,
su Patrocinador.
 En un esfuerzo de Purificación sostenido, se Eleva por estos rayos,
encontrando en una escenografía deslumbrante muchas Apariciones
Divinas que vienen a dialogar con su Alma y le aseguran su ayuda
en la Realización de su Salvación, es decir, de su Regreso al Sol,
Regreso Heliacal de su Alma finalmente Redimida
y Transmutada en Oro, en las Manzanas Doradas
llevadas por el Águila Blanca hacia el Astro Solar.
 Vigoroso Esfuerzo que lo lleva a Convertirse en Ángel,
a unirse a la Sociedad de los Dioses, transformando la parte
vegetativa de su Alma enterrada en la Materia, en Espíritu Puro.
El Hombre, habiéndose hecho Sabio,
no solo Asegura su Salvación, sino también la del Mundo...
Según Marsilio Ficino, como este Rayo Celestial había descendido
al grado más bajo, Refluye hacia las Alturas,
así también el Alma del Hombre aquí abajo,
Restaura el Universo que había caído, porque por su Acción
beneficia al Universo, antes Espiritual y devenido Corporal,
que es constantemente Purificado y deviene Espiritual cada día.
 Orfeo,
el Mago de las Primeras Edades.
Durante la primera mitad
del Siglo XVI,
los seguidores
de la “Filosofía del Amor”
se han convertido en los
cantantes
de una nueva Cultura Sapiencial,
profundizando el significado
de esta “Transmutación”
del Hombre y el Mundo
condenados a Regresar
hacia el Espíritu.
Orfeo
 Han desarrollado una Representación del Mundo,
tanto Filosófica como Religiosa, que pretende conciliar
el Platonismo y el Hermetismo con la Verdad Cristiana,
enriqueciéndolos con las Maravillas de la Fábula
y considerando la Mitología como una Primera Teología Poética
revelada a los Hombres de las Primeras Edades.
Muchos autores en la línea de Ficino,
Pico, Francesca Giorgia Veneto,
Giulio Camilla Delminio
han considerado esta Mutación como
el Verdadero Destino del Hombre:
al Metamorfosearse a sí mismo,
se apartará
del Mundo de la Necesidad
para Unirse al del Amor
comandado por la Belleza.
 Así accederá al Mundo del Espíritu
y lo Inteligible,
Mandato similar
al de los Tiempos Primordiales
cuando el Espíritu
Dominaba el Universo,
Época Dorada en que el Hombre
se comunicaba
con los Poderes de la Naturaleza,
como Orfeo, quien, con su Voz,
encantaba a los Animales Salvajes
y movía las piedras
por el solo Poder de la Palabra.
Orfeo
 Nostalgia de una Época Mítica
durante la cual la Palabra
fue “Milagro” y donde
el Canto de los Poetas-Teólogos
iluminaba y dominaba las Cosas,
sometiéndolas a la Naturaleza Divina
del Alma. Nostalgia por la
Omnipotencia del Espíritu y el Alma,
de una Sabiduría Religiosa fundada
en una Perennis Philosophia
enseñada por los Prisci Theologi,
un Conocimiento de los Orígenes
que no distinguía
entre Teología y Filosofía Natural,
con la que están comprometidos
los más Grandes Sabios Griegos
desde Orfeo. Orfeo
Esta Sabiduría solo podía operar en una perspectiva de Armonía
entre Doctrinas, una Armonía fundada en la Creencia en el Mito
de una Sabiduría Original que los engloba a todos,
en una muy antigua verdad de “Orígenes”.
El Hermetismo y el Platonismo son los Caminos de Retorno
hacia una primera “Revelación” que anticipaba y anunciaba,
a través de las figuras de Hermes y las Sibilas,
la Palabra Salvadora del Verbo Cristiano.
 En el Corazón de esta búsqueda
de una Armonía Original
está la experiencia sapiencial
de figuras emblemáticas como
Orfeo, Zoroastro y Hermes.
Revelación original que incluye
el Mito de Orfeo,
con profundo valor
Mágico-Religioso.
Por la larga tradición
que lo ha cantado,
Orfeo es el Hijo del Sol,
Orfeo el Primer Iniciado,

Mago de los Primeros Tiempos, el Priscus Theologus por excelencia,

encanta al Mundo y a los Hombres
para Despertarlos revelándoles a ellos mismos, preparándoles
el Camino a una Vida en el Espíritu, Promesa de Inmortalidad.
 La Poesía, según Orfeo, es Revelación y Profecía, en la imagen
de esta cabeza que canta y vaticina que aparece en las Bóvedas
del Salón de la Villa, nos revela los Misterios de la Unidad dispersa
y luego reunida. Es la Adivinación, escondida bajo las formas
del Enigma y del Secreto, enterrada en lo Maravilloso
de los Orígenes, que gobierna el Único Poder del Espíritu.
 El Patrocinador
de los Artificios de la Villa
pretende Restaurar
este Mundo Prodigioso en este Jardín,
sorprendente máquina
para producir Significado,
Mundo Mágico y Teúrgico,
habitado por la Voz de Orfeo
que pacifica los instintos
y las pasiones,
y establece
un Orden Universal y Armonioso.

La Voz de Orfeo
Arquetipo del Hombre-Poeta
cuya voz y canto
operaban Maravillas,
Orfeo Restaura
la Armonía del Mundo.
Un Mundo Maravilloso
que conviene restablecer
con los instrumentos
del Arte Humano.
Según los partidarios
de la “Filosofía del Amor”,
se trata de Reanimar
una Visión del Mundo
que restituya al Espíritu
y al Alma su Lugar Central. Orfeo
 A través
de sus Canciones Mágicas,
Orfeo es el Símbolo
de una Comunión Total
con la Naturaleza,
de un abandono
confiando en Dios,
que lo coloca
en el Corazón de una Mística
de Contemplación
y Despertar.
 El Mito de Orfeo es el Mito del Hombre-Poeta
en el Grado más Alto de sus Poderes,
muestra el Alma llena de admiración y ternura
por el Universo Creado del que se descubre, en cierto modo,
como la Fuerza Viva.
 Todas las Alegorías del Jardín
ponen en escena
esta “Fuerza Viva” del Alma
y del Espíritu comunicado
con el Universo,
la más poderosa, es sin duda,
es este Espejo que Transforma :
Espejo del Alma,
Poder Mediador que refleja
la Inteligencia
y el Ardor del Sol,
Espejo análogo al Cielo,
recoge todos los Dones a fin de
Transfigurar el Alma de quien,
en adelante, Vive en el Corazón
de las Alegorías del Jardín
y de la Villa, su Patrocinador,
el Cardenal Hipólito d'Este.
 Próspero,
favorable,
benéfico, es
el Espíritu Radiante
de Hipólito, quien,
infeliz en su cuerpo
enfermo y privado
por la ciega Fortuna
de la Tiara
tan codiciada,
la Providencia
clarividente
le otorga un Conocimiento Purificador y Salvador, testimoniado
por las Imágenes de la Villa, recogidas en el Sello de Ovoide
Emblemático de la Vida del Espíritu, presente en muchas Alegorías
del Jardín, que lo llena de un Poder que no es de este Mundo
y le abre las Puertas del Mundo Celestial y del Más Allá.
 Al confiar su Alma a este tejido de Símbolos,
en el que el Número Órfico mas Poderoso es el del Amor
conquista el Caos y la Necesidad.
Hipólito, el Mago y Teúrgo de este Jardín,
pide la Diligencia del Águila Blanca, el Águila Solar,
que conoce los Caminos Celestiales del Regreso a la Felicidad,
que sabrá Elevarlo al Tabernáculo de Dios en este Mundo, el Sol.
 Viale delle Cento Fontane

Bella Fontana de las 99 y una Fuentes

Hermosa Avenida Celestial
De ti brota el Agua
Purificadora y cristalina
Dando felicidad y encanto.
Arrullas con tu solemne murmullo
Enterneciendo
nuestro angustiado Corazón
¡ Maravilla de Maravillas...!
¡ Tu quietud, tu paz y tu verdor
Desde hace cuatro siglos
Parece invitarnos a seguirte
Como Verdadero Camino al Paraíso...!

Dr. Guillermo Calvo Soriano Poema del Dr. Guillermo Calvo Soriano
 Bibliografía :
- Gérard Desnoyers “La Villa d´Este a Tivoli”
ou “Le Songe d´Hippolyte”, Paris 2002