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Arecios Esrmrruauis 137 186 Son Frawcusca Jostra ne 1a Coverrcibs ; » Wem (1); y si preguntas Ta causa; ecce rex tuu nidad, que se entra por las rendijas mas ajusta Btiby ca rey vieke para Wy con El codes tos aun se fomenta entre ellas misinas? 2Quién hai nes. El rey grande, Sefior grande sobre todos los tener el freno y la rienda a tantas deshocadas indes, viene para ti, y viene mansuetisimo, amoro- tias de sus pz 2 efior!, menester es mo, y todo desexble; y viene para ti, en el secre: tengas una grande mi mis escondido de tu corazén, como en la mita ricordia tuya, y segdn Ia multitud de ts misera fu cielo el sol de medio dia, para ahuyentar des- nes vide humilitatem meam (1). Mira, mi Bien All las tnieblas de toda ta terra, y poner en, oF Seior, que soy nada; pobre soy, y en trabajos d toda la repiblica del alma, comunicando vida y mi juventud (2) pequefiez y mi tral lor, y desterrando la muerte y Ja frialdad. vide humilitatem laborem meum. Ti qi Fsta ¢s, alma mia, alguna semejanza del bien que consideras el trabajo y dolor, y no se te esconde lene en Dios el alma fiel; sin El, esta pobre, 1obrega, da, ante traes‘como en Ias'manos todo el dolot con El, dichosa, abundante y rien trabajo del pobre, para ser tutor y ayudador del Alen a presencia, y no callen las nifias serable, Asi como volviendo aquel arnantisimo él Pein Res takin que vuelva a verte, cuando se aU 80, padre y Sefior, toda la casa se_po Taile: joh Seftor, amor y vida eterna, cua Jos hijos se alegran, los esclavos temer fuera para mi quedar sin vida, que Y contrarios tiemblan, Jos daiios se remedia que la pobre fii ser fiel al Seftor f convierte en gozo y ale; ). Convertisti planceu Hocer tu nadal ‘meum in gaudium mihi: conscidisti saccum mew et circumdedisti me latitia, Asi se convierten Lagrimas en gozo, y parece que el amantisimo Sefi con sus manos quita y rompe las tristes vestidi del alma. jEa, alma mia, déja ya el Ianto y Tut vistete de alegria, y dia de fiesta, porque por t partes te cercaré de alegria, A cualquiera parte qi vuelvas los ojos de la consideracién, verds motis imo amor, amado, amabilisimo del al de alegria y consuelo. Con Ia presencia de tu a cualquiera cosa que me das, 0 pudicras revelarme de esposo, ya florecerin las vifias, ya darin su olor, Ti, sin Ti no me satisface; ni codicia mi alma mas los pobres serin saciados de pan. Viduam ejus que desear tus justificaciones (2) ¢n todo cones dicentes, pauperes ejus saturabuntur. Ya pasé el to cs: ser regida y nee a Sete area vierno, y se aceroé la primavera (4), ya el mi fior. Codicia mi alma y se aa Bee amado y amantisimo bien, limpia y quita las i Seftor, codicia ae Be eanleaabtyy AMIEAY mas de tus ojos; mira que ya hace nuevas todas ST erode Ul. earn Tecta voluntad; pero cosas, Gaude et latare filia Sion, exulta satis fill ie parte ‘a tus dones o en tus atrios, descacc = @ Ps, 87, 16. — (9) Pay ag, TT) Zach, 9, 9. — (2) Pas 118, 20. — (9) Pas By AFECTO 31° FUEGO QUE DEVORA A LA ALMA DELANTE DE SU DIOS, POR PADECER Y AMARLE, 138 Som Francisca Josera ne 14 Coxcercion si no pasa ligera por ellos, para Megar al a su alma. Ast como la pobre y débil esposa, en Ia an de su sefior, padre y esposo, no apeteceria j adornos, porque temiera su vileza, y quedar guarda del honor y tesoros de su espos ninguna cosa quiere, sino es la presencia, gobi y disposicién de su querido esposo; sin El, t cosas. pueden serle despefio y pérdida; con’ El, aun las mas adversas, se le convertirén en bien. do aquel rey que hace salud, aun en las cosas migas y contrarias, estd en su casa, y en su lecho, nardos dan su propio olor, las virtudes, son virt Cuando el sapientisimo Maestro tiempla y toca) na dulce, apacible y concertado; de las que parecen disonancias, sabe hacer ve miisica. Ast que, esto sélo te pido, to sdlo deseo, y recibe todo lo que me diste en el ma y cn el cuerpo, en la tierra y en el cielo, con que tenga yo a mo por la parte segurisima. ami herencia, Desce s6lo tus icaciones ent tiempo, en el dia de Ia consolacién, y en k de Ia adversidad. i En Ia alteza del dia temeré, porque no me lumbren los resplandores de la prosperidad, me quen y consuman los ardores, me levanten los vi tos, me detengan las cosas que se apetecen. En la che me cercarin Jos temores nocturnos; mas si em do tiempo deseare s6lo tus justificaciones, y no faltare tu suave gobierno, aunque suba al cielo: Ia consolacién (1), allt estés Ti. Si descendicre infierno de penas y congojas, alli también ests, al amanecer de la consolacién tomare alas para lar, como habito en el mar inconstante de la mortal, aun cuando vea y sienta sus mudanzas, de mi corazén, mar mas tempestuoso que ai otro mar, alli’ me Mevard tu mano, y me t (1) Ps, 198, 8, Avecros Esrimtuatis 139 fiestra; y diré, viendo el furor de las olas, y 1a espe ira de las tinieblas: gacaso éstas me han de pisar, inculcar y hollar? No, que estando en tu mano, en Wu gobierno, en tu proteccién, Dios mio, padre mio, nantisimo, la noche serd mi ilumin: in mis delicias estaré en la noche, Ai T1 estés conmigo, y si en todo tiempo sélo deseo us justificaciones, porque las tinieblas no_escure in acerca de Ti, antes la noche por Ti serd alum- rada como un claro dia, y no descaecerd el alma en Jos atrios, ni de la consolacién, ni de la adversidad, que igualmente pueden ser atrios y puertas para en- rar y Hegar al lugar de tu taberniculo admirable, pasando hasta llegar a la casa del gran Dios, en vou Mle exultacién y confesién, y sonido alegre de los que satisfechos. ‘Oh, cifiete tu espada sobre tu fortaleza (1), sobre tur vestido poderosisimo! {Oh bi Sefior mio y amor mio, Sefior que reinas v Coroso, y cuando te vistes, de fortaleza te cifies! 1Ea, Sefior mio, bien eterno y esperanza firmisima del al ‘ma, defensor y ayudador oportuno en la tribulacién, tma las armas y el escudo, et exsurge in adjutoriu mihi! Ea, mi Senior, effunde frameam (2), sica la esp: da en mi defensa, y desbarata, aniquila y disipa mis adversarios, que no sdlo son los espiritus malos, mas todo aquelio que en mi puede ser contrario a Ti, No perdones jOh Seftor mfo! en el dia de la venganza, hninguna cosa que en mi te dé disgusto; si mi mismo eorazén no esti por Ti, es contra mi, mi mds cruel contrario, y el que en materia mas dolorosa y grave me persigue: Effunde frameam, et conclude adversus ‘eos, qui persequuntur me: dile a mi alma: “yo soy wt salud”. Disipa (3), Sefior, las gentes que quieren gue- ras, quema mi corazén, y mis carnes con aquel ama- Dilisimo fuego que purifica y limpia, para que asi sea fapta, y capaz de ir a Ti, A ninguna cosa que me sepa- (1) Ps. 44 4 — (2) Poe 3h 28 — 8) Ps 67, 81 140 Son Praversca Josera ox 1A Concereiin "4, aparta, o impide ir a Ti, Dios mio, Bien su inico, puedo ni quiero mirar como a mia, € pues me impide el mayor bien, mayor mal. sn humana me detiene, €s mi mayor desprecio. Si mi corazén me entor| Les el mayor mal, Si mis ojos, manos y pies no ven para el fin de caminar a Ti, para nada los qi 10, y ellos son mis contrarios; y asi mi entendimi to, memoria y voluntad, etc, guerras; pues eres rey pacifico, quéma los los (1) y las ai aunque sea m aa fuego y sangre, quemando y dest wsta que todo se te sujete y rinda, Divi con tu espada cortadora mi corazén de si mismo, Hegue su corte poderoso y saludable hasta el alt y el espiritu (3), slo quede aquella parte que de estar unida a'Ti, Sumo Bien y Dios mio, 4 t lo demas destrityelo, abrisalo, qi 10h. Sef en mi todo lo que te desagrada a Ti y mi consolacién, que afligiéndome con Ios lores non parcas, no me perdones. No esté abre da tu mano poderosa para hacer liberal muchos nes, aun a quien es tal como yo; mas por quien eres, por el amor eterno con que te amas, por Madre Virgen, por la intecesién de todos los Sat y Angeles, concédeme una vida que sea todo cer, y amar. Date a conocer a mi alma, para qu amor, Dios mio, sea el cuchillo que la divida para unirla contigo; sea el fuego que la purl y Ia haga digna de tu aceptacién. Sea el haberte ofendido un continuo fuego de dolor, (0) PS 4p 10. = (2) Ps 247, 24. — (9) Ad Hebry Disipa, pues, Seiior Dios mio, las gentes que bi Anroros Esrurruates 1a atormentando consuma y purifique todo lo mds secre: to de mi alma, para que desterradas de cllas_las janchas aborrecibles de la culpa, pueda ser intima- mente unida a Ti, Dios mio; y Tii, como fuego vi fico, como vida verdadera, entres y te apoderes de toda esta pobre criatura tuya, hasta lo mds intimo de su ser y entraftas de su corazén. Descaezca (1) mi virtud (esto es, todo mi ser y subs- tancia) en dolor, y mis afios se acaben en gemidos, desfallézcame el dolor de lo que me aparté de Ti, Y pase mis afios gimiendo; 0 la fuerza de los gemidos por Hegar a Ti, dé fin a los aftos de mi vida tempo: ral, Dios, mi corazén, y mi escogida parte. Dios en a, pues, defensor de mi vida, de aquella ivir en Ti, sin quien todo es mu: ame ya del cuerpo de esta muerte, pues todo mi sin Ti, es como un cuerpo de cjér- to, de guerra, y muerte. Tt solo, Dios mio, pue des librarme (2) del cuerpo de esta muerte: compla ceat (8) tibi ut eruas me; Domine (4) ad adjuvan: dum me festina; respice Domine, que entonces cuan- do Ti mirares mi pobreza, trabajo y dolor, sea pres- ta tu ayuda misericordiosa: respice en me, et misere- re mei (5), que una pobre y sola soy. AFECTO 32° RIESGOS HORRIBLES DE ANTEPONER LA PROPIA VOLUNTAD A LA DIVINA, jOh espesisimas tinieblas del coraz6n_ humano! Dormia oprimido (6) de un grave y pesado suefio en Jo profundo'de la nave, el que huia de Ja cara de Dios, y cuando el mar se alteraba, bramaba y levan- taba sus entumecidas olas hasta las nubes, El dormia, y mds sabiendo que por El cra aquella tempestad. ( Ps, 70, 9. — (a) Ad Rom, 7, 4. — (9) Pes 38) 4 = 6. — (6) Pa, 24, 16. — (©) Jona, », 5 142, ‘Son Francisca Josnra px LA Conceveibx 1Oh cuinto trabaja Dios (si se puede decir asi) para rendir la voluntad humana, y ajustarla a la suya die vina; todas las criaturas obedecen a Dios prontamen- te, aun las mas indémitas, s6lo la voluntad del hom bre Je resiste, aunque con tan grave daiio suyo! Y, joh cuanto Dios, para reducirle, amare y atraerle hace, revolviendo talvez los elementos, alterando los ‘mares, domesticando las fieras, haciéndole guarida en las entrafias, y pasaje seguro por los dientes que podian aniquilarle! No le trata como a esclavo re belde,, haciéndole obedecer forzado, ni quiere quitar- Je la libertad que Je dio; mas le cerca, le amenaza, le lama, le azota, le halaga, produciendo criaturas que le sitvan, y aniquilandolas para reducirle y con. vencerle, ;Oh Dios grande, Sefior grande, y rey gran de! Para que un hombrecillo ejecute el mandato de su Sei fas muestras de poder, de majestad, de amor, de halagos, de amenazas, de favores; zera mis, Seftor, que mandarlo y hacerlo obedecer, al polvo y a la tierra? Pues de los cielos y de todas las cosas se dice (1): El lo mandé, El lo dijo y fueron hechas y criadas, y este decir fue ponerlas en un precepto que eternamente en los siglos de los siglos no waspasaran, Sélo el hombre, slo el corazén del hombre, s6lo su propia voluntad se resiste, se rebela, se endurece para no ver la luz y la verdad, y se ponen sus tinie- blas como sobre la cara del abismo, induciéndolo a un abismo de males, que se encierra en seguir su pro- pia voluntad, apartindose de la de su Seftor. Alli Je oprimen la confusién, la tristeza, las tinieblas los riesgos y castigos, el ser tragado de las ols, combatido de las tempestades, sepultado en um mar de angustias, tragado del profundo, No asi, alk ma, no asi los que buscan la cara de Dios de Jacob. La generacién de los que lo buscan en el cumpli- miento de su voluntad, resplandecerin sus caras dane (Pas 148, 5. ‘Arecros Esrmrrvates 43 rayos del sol de justicia, y serin los eect heart = fomo la centella que resplandece en cl caliave- ral (), por la, hermosura y exeelencia que tendran ‘entre las demés cosas criadas y sobre todas ellas; y porque asi como Jas caflas secas no podran resistit Fr clntella encendida, ni le seran impedimento para hacer su obra, asi todas las criaturas, mi sus acacci- mientos y mudanzas, ni ayasallardn al que tiene su tad unida y sujeta a la de su Senior y Dios Conoceri el alma que Ia ira verdadera sdlo est en su indignacién, y la verdadera vida. en su. voluntad, que s6io. Ia voluntad propia puede tracrle ira grande, y apartarla de aquella vida vita y vivilicadora, Hard juicio de todas las cosas huma- nas, que son como la et vacia a ia oe pes jet continuas mudanzas, y har Y dluciendolas a ceniza en su estimacion, discurriendo las para conocerlas y abandonarlas; entonces y dirs con el salmo (2): @ judiciis enim tuis timui, S6lo tu temor sera, sive el Seiior en mi cosa que me aparte del cumplimiento de su santa voluntad; gqué juicio hard el Sefior, de mi corazéu y de mis obras? Con esta cafla de oro se ha de me- Gir el templo (3), Ia casa y la ciudad de Dios; ast es el alma hecha su taberndculo y propiciatoris se miran una a otra estas dos voluntades; el alma ne st voluntad como su rostro todo yuelto al Senor y el Sefior que se humané por el alma, se convier- ie a mirarla, y no le aparta el rostro, antes est aten- to a la yoluntad de los que le buscan para hacerla (conforme dice la escritura) (4), y mira las peticiones de su corazén para cumplitlas. Asi se miran Dios y cl alma, conforme esté escrito: convertios a mi, y yo me convertiré a vosotros (5); dejad los caminos tor- () Sapient, g. 7. — (2) Ps 118, 120. — (3) APOC. #1, 15 (@) Sapient, 16, 21. — (5) Zach, 2, 8 144 Son Faavcttca Josera wx tA ConcePctén cidos, y no huyais de la luz de mi rostro; no puede estar esclarecido vuestro rostro, si volvéis a Ia luz Jas espaldas. 2En quién pondré yo mis ojos, sino en el pobreci- to, que desnudo de toda propia voluntad, y ham: briento de la justicia de cumplir la mia, anda pere grino en Ia tierra, sin tener en ella ni en sus afectos, asiento ni reposo? El que no edifica de adobes y pa. jas en el Egipto de su destierro; mas con los. prince pes y cénsules (1) (que son los que tienen domina- das sus pasiones, y los que con sabio consejo dicier nen lo verdadero de lo falso) edifican soledades, des truyendo todo lo que es heno y barro, para morar y morir en el nido de su propia nada, haciendo su sepulcro glorioso, encerrada (2) como en un escudo en la voluntad de Dios, asi como la palma se mul tiplicarén sus dias, recibiendo del rostro del Sefior y de su voluntad mds y mas claridad, y iran de’ vite tud en virtud, de claridad en claridad hasta ver al Dios de los dioses y al Sefior de las virtudes en la Sidn santa, As{ que sdlo has de aborrecer tu propia voluntad, y amar la de Dios. AFECTO 33° i ATADURAS FUERTES PARA UNIR EL CORAZON CON DIOS, HALLADAS EN EL OFICIO DIVINO. Dia de Ja translacién de santa Isabel, reina de Hungria, acordindose de lo que le dijo Nuestro Se. flor a esta santa: si tu bis esse mecum, ego evo tecum, et a te mullatenus separabor, sentia unas grandes an. sias de unir su corazén a Dios, y no apartarse de EL Y estando para rezar las horas, entendi6, con grande consuelo, que en todo aquel salmo, que esta repar- tido por ellas, y es el 118, y en cada uno de sus ver: Jos, 8. 14 — (2) Pas 5s a8. Apneros Eseimrrvates 145 sos hallaria afectos y motivos muy fuertes para He- gar, unir y atar su corazén con Dios, y con el cora- zon de Cristo Jestis. Acordandose de aquellas pala- bras: quis nos separabit?, le parecia cada verso 0 afec- to de ellos como una fuerte atadura, lazo 0. clavo con que podia mis y mis quedar atada, unida y cla- vada, iQué mis fuerte lazo, y atadura unirte por un abrasado amor al Sumo Bien, cuya limpieza es tan- ta que hace limpios, cuya riqueza, cuyo poder es tanto que hace limpios, que hace inmaculados, que hace bienaventurados, aun en el camino, a los que andan en su ley santa! |Oh, cuin amable y cudn provechosa ley! jh, qué dador de la ley, tan digno Ge ser amado! jOh, cual serd en si de limpio, de in- maculado, de santo, de bienaventurado, aquel Senor, cuya ley, al que anda en ella hace limpio y bien- aventurado, dichoso y feliz! ;Oh, anima mia (1): mihi autem adharere Deo bonum est! jOb, estréchate més y més con El, y en todo tu corazén escudrifia, medita y piensa sus testimonios y verdades! ;Ob, ‘aan bienaventurada serds, sien todo tu corazén Jo Duscarest No dejes, pues, ninguna partecita de él, no tengas corazin partido, que no podra retener el li- cor de la gracia, que sera despreciable al Seftor. Jun ta todas las fuerzas de tu corazén para abrazar_al Sumo Bien, cuyos testimonios son tan verdaderos, cuyo amor és tan fino que quiere ser buscado en to- do el corazdn, sin permitir se dé a amor 0 cuidado ‘sjeno ninguna partecita de él, como celoso del amor de su esposa. {Oh anima mia: mihi autem adharere Deo bonum est! Llégate més y mas a una tan suma limpieza y san- tidad, deseando con ardiente sed ser limpia y santa, para unirse al santo y limpio, y aplacer a su limpia y Santa voluntad. Mira que el que hiciere iniquidad no andaré por sus caminos; ama la ley santa, lim- (1) Ps, 72, 28. 146 Som Franeasca Jostra pe 1a Coxcercios pia, y inmaculada, para que asi te abraces y legues al dador de Ia ley. Aborrece el camino inmundo y {elicisimo en su fin; y fos, anima mia: mi autem adharere Deo bonum est. Oh Anima mia: mira que el Sefior mandé manda- ta sua custodire y que han de ser grandemen- te honrados sus ‘mandasti- mandata custodire nimis (1), honovati. sunt ami Deus. Inclina tu corazén a guardar sus mandatos y jos. por la re nor y gloria sera el slo sera verdadero y el dia de la eterna Iw : para. pasar légate mas y mas a aquel Sefior que t en sus alas como el dguila a sus polluelos. ;Oh Se- fior Dios mio: mihi autem adharere Deo bonum est! Porque los pecadores, que son los espiritus malos, tienen tendido el arco, y preparadas muchas sactas ‘en la aljaba de la naturaleza corrompida por el pe- ‘eado, con las inclinaciones a los vicios, para asaetear, fen Io oscuro de las turbaciones y persecuciones que Jevantan el corazén del alma que derechamente te de: sea a Ti, Dios mio, Slo Ti, acerca de cuya luz no. hay mudanza, ni en tu vista’ sombr: des dirigir mis caminos con acierto, y saetas, Iazos y redes que yo por mi ignorancia no veo, ¥ por mi debilidad no vens0. Oly ulinam. di. pobre, sola, peregrina y so- 08, engafios y sombras. |Oh, cudnto te importa allegarte mis y 8, 4. — (8) Ps, 10, 2. — (9) Ph, 118, 5, Apcros Esor1uats 47 iis al Sefior: mihi autem adherere Deo bonum ext, para andar el camino limpia, y ser bienaventuradal Entonces no serds confundida cuando te ejercita- res en todos sus mandatos, no serds confundida eter- jOh, mira de cinta confusién te librards evando por guia la ley de tu Dios, que da fiel ss ja a los parvulos, como prestada, para que siem- Ja recongzcan en su duefio, y siempre el acierto ibuya a su origen, que és origen y causa de la , de quien desciende toda dadiva buena y todo dor perfecto! AFECTO 34? EPITALAMIO DEL. DIVINO ESPOSO, CON QUE SE SABOREA EL ALMA. Mira cémo el esposo del alma quiere como em- plear los sentidos en la esposa (1): muéstrame tu ros ‘tro para agrado de mi vista, porque tu rostro ¢s gran- demente hermoso y majestuoso. Suene tu vor para mis oidos, porque tu voz me es como una misica suave. ‘Tus vestiduras a mi olfato, son como el olor cudn hermo- de todos los aromas. {Cun suave eres carisima!, dulce a mi sabor y a mi uun panal de micl, tus labios dest Pues la habla dei esposo en lo més su alma, es un toque suave sobre toda su: erte sobre toda fortaleza, limpi pureza, Y a la manera que I indamente la vihuela, hace en nancias que quiere, asi aquellos amores cas ‘ces y fuertes, se difunden en el alma, Y ella gus- ta, ve, oye, toca y percibe un bien sobre todo bien; luna hermosura, que no esté sujeta a formas; un sa- bor, un olor, una vor penetrativa como el dleo, sua- () Cant, M esté en gi que aun en lo sensible percibia aquel aunque su amado_ pi r como (1) excelso y elevado: et ea, que sub ipso templum, se lenan todas las facul- ¢s del Seftor. Mas || gran Sefior que gobierna las sas ‘cielos, se abate por ra, para que como el pajaro hal casa, la t6r- la nido para si. Esto es, como la parte supe- ‘| alma, como el péjaro que se remonta a edi- jtura de los cedros, casa para parte inferior como la t6r- e también est caro men, ido para nde ponga sus polluelos. Esto para que fortalecida y abrigada en las concavida- des de la piedra, en las cuevas del cercado, que es en él ayuda del Altisimo, morando en su proteccién, pueda ser fecunda de santas obras, y ayudar a su her- mana, para que s apacenten al Sefior y sean apacentadas de su doctrina, reduciéndola a las obras. La paloma, llamada con los tiernos arrullos de st consorte a los agujeros de la piedra, anida en ellos; mas trabaja cargando 1as pajas con sus cortas fuer- ‘as, en. que van al partir con su palomo; y en la pro- ‘duccién y crianza de sus polluclos observan la ma hermandad; donde verds la cooperacién y unién ‘a con su Dios esposo. Ast como es alabada del Taiz, 6, 1. — (@) Phy 62, 2 Avvcros EsrmsvUats 9 sabio la pequeia (1) lagartija, que con sus débiles ‘manos se introduce a los 5 de los reyes, Dios, tomo firme piedra de refugio, ofrece amoroso al alma Iugar donde anide, crezca y viva; y el alma, como pa Joma, junta las débiles pajas de sus obras, débiles en fructuosas en Dios, cooperando con su cor bajo para que sus obras sean hijas de la Tuz, Lleno estaba de gozo el corazén del que contem- plaba los desposorios de su entendimiento de admi afectos, cuando decia (2): eructavit cor meum ve dum bonum: yo digo mis obras al rey, y viendo ta to en El que alabar, tanto que amar, no cabiendo en thi corazdn, ser mi lengua como la pluma de un Yelor escribiente que por més que se dé prisa, mas queda que decir. 2¥ qué diré yo?, dirin mis obras Tiesposo, rey especioso, hermoso, majestuoso, ele- gante en su forma 3 de los hom bres: elect fructuoso, hermoso y suave, entre los Arboles silves- tres (3), atidos y secos; como el manzano entre los lefios de las selvas. Derramada esta Ia gracia en tus labios, porque se difunde de la miel y leche que esté en tu boca, so- tore que se mueve tu lengua: Difusa est gratia is tuis, mel et lac sub lingua ejus; porque tu doc- ‘es sustancial como la leche, suave como la mi hhizo como parvulo para entrar en este reino tuyo, que es paz y gozo en el Espiritu Santo? Por- que Th, oh Cristo Jests, esposo carisimo del alma, thes el ungido de Dios con aquella bendicién eter- nna en que eres uno con tu Eterno Padre. Tu nom- re es aceite derramado, es dleo de alegria, es sani- (0) Proverb, go, 28. — (2) Ps 44 = (3) Cant, 2, 5. 150 Sow Frascasca Jostva pe 1a Coxcereios dad de las gentes, y su salud para todo creyente, que acompaiia, con la fe no fingida, las obras rec- tas, las obras limpias: innocens manibus, et mundo corde. Para éstos eres salud, para éstos bendicién, para éstos alegria, y para el alma, asi limpia, 5 fo amado, Mas sobre estos vest human dad, amor y dulzura, sobre estos los perfuma- dos de mirra, y de los mejores olores de Ia casia, tras que correremos al olor de tus ungtientos, di palacios mds labrados hasta las hijas de los re} indose en ser despojos de tu honor y amor, y y levantados di los, pues, que asi se perciben suaves, ido poderosisimo. sobre estos. ves: i enamoran, que e tu espada sobre tt Yes AFECTO 35° DULCES Y DELIGADAS SON LAS CONSOLACIONES DEL ESPIRITU; PERO EL APEGO A ELLAS SIEMPRE LE ALEJA DE DIOS. Entendi que el comparar el alma a un instrumen- to de flautas muy delgadas, se enter que levo escrito; porque como el ai que toca, es el que se oye en aquel asi lo que que aqui hubiere de Dios, sélo ¢s lo que su majestad envia de su espiritu, por un instrumen- to de cafia, sin virtud para nada, etc. ¥ que el decir que eran delgadas, es por la doctrina 0 ensefianza que contiene, que ha menester, para entenderla y gustarla, tener el rostro cubierto a todos los afectos desordenados, y Ios oidos del alma muy desembara- zados y atentos, porque no es vor que viene en torbe- Hino, sino en aire y silbo blando; no se gusta en el [Avectos Espmrruatrs 151 sonido de los labios, tanto como en los movimientos del corazén, etc. ‘También conoci cual debe ser la guia y padre es piritual que el alma busque y siga, ‘cién y modo, etc,, en aquel amigo fiel, a quien el rey encomendara aquella vil y dichosa esclava a quien amaba, y de quien queria ser amado, etc. $6! del amor de su Sefior, y se me acordaban aquel im vos Dei emulatione. Des- virginem castam exhibere Entendi el premio y amor grande que se granjea- ri para con su rey aquel fiel siervo que atiende al gus- to de su Sefior. Lo cual es para mi un consuelo gran- de, por conocer serin premiados los trabajos, etc. Habiendo tenido estos dias el alma, como metida en una caja de plomo, ahogada, escura, y a mi pare- cer, Iria, pesada, impedida para tomar su alimento en fl amor de su Sefior, ni andar con estas alas, que s6lo son sus pies y manos, y con un ahogo y dolor en el corazén, estaba aun exteriormente atra- festa y Hlena ‘de temores,y vation pensamientos, que no podia apart con indust entendi esto: las prendas de st esposo, los discurso, Ia voluntad, todo hhace padecer; Io que se ve, 1o que se oye, to- excita a amor y dolor, a deseo y ansia del bien wente; por Jo cual el alma es para su esposo como Joma gemidora, como la voz de la tortola, que Wuitcnto, No ves que el arroyuelo en la soledad, siem- ido a Hegar a su centro, que es el mar de ;, y a donde vuelve; y aunque su duefio y sefior beba de él, en el camino, lo guste y vea, ete, 41 no hace sino anhelar al centro, y no parar en las consolaciones, ni querer asiento y casa en el Tabor; Mi, ad Corinth., 11, 2 152 Som Francrsca Josera De 1A Concercibn antes con prisa, dejando que su duefio tome de él lo que quisiere, pasando por en medio de los montes, y traspasando por las amarguras del Calvario, por las espinas, aprietos y congojas, con todo camina al cen- tro? e¥ no ves cémo le ayudan a pasar con mas facili- dad, y prisa, los otros arroyos que se unen con él, Ile- ‘vando los mismos pasos de caminar al centro; mas no. ves cémo si fuere a los charcos y lagunas, quedara empantanado y hecho cieno, cueva de sabai : el Senior deduce y aguas al desierto (1), y las hace pasar por en medio. de os montes (2), y que no se detengan en Ia hondura, de los valles, aun cuando quiere que sean regados de ellas; sabe congregarlas y encerrarlas en su cauce, por- que no se derramen y dejen de crecer; y asi las guarda hhasta que las conduce y Ieva al centro, donde seré el descanso y el reposo en la voz y (8) unién de muchas, aguas, en cuya alteza es admirable el Sefior. No ves que enviando al alma, y Hoviendo en su co- razbn y centro, aquellas pequeiias, candidas y olorosas, flores, en tocando en ellas se volvian fuego y volvian, color encendido, vistoso y agraciado? zPues no entien- des que cualquiera deseo que procede de mi, con que regalo, visito y enriquerco al alma, lo vuelve a mi el amor que yo prendi en su pecho; y en el mio halla re- pox, se muestra y aparece mejorado, y esti guardado, alli como una prenda y joya que el rey estima, y Ia trae al corazbn? ¢No ves que el alma no da cosa que no haya recibido, ni se queda con lo que recibe, en amando de veras; ni por darlo queda pobre, antes se ‘enriquece y se mejora?

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