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nmcetfcla zy eae zz 2 8] | a oY OLAYA SANFUENTES DEVELANDO EL NUEVO MUNDO Imagenes de un proceso ‘SICIONES UC 1. EL MUNDO EUROPEO HACIA EL SIGLO XV as imAgenes que el europeo se forjé de América en el siglo XVI son herederas de otra, fruto de siglos de convivencia con culturas diferentes; son la consagracién de suefios forjados durante decenas de aos y de ideas preconcebidas respecto al Oriente, alo lejano y alo exético, Esto nos sugiere comenzar este libro analizando aquellos aspectos de la Europa del siglo XV que nos ayuden a conformar la actitud europea frente al mundo a finales de la Edad Media. Como fenémeno histérico para insertar nuestra pregunta, hemos elegido cl viaje". El viaje medieval nos permitiré describir aquella disposicién cultural del europeo hacia lo diferente. 1. historiograflacontempornea ha puesto al tema del viaje en un lugar protagénico como escenario cultural ro Picio pata indaga en ciestosaspectoshiscricos. La lteraurade vise ns prove de mucha informacion directa y bs connotacionesy caracteriticas del viaje como Fendmeno, nos hablan de formes de conocimiento y de su registro en cada epoca. Para bibliografia de lteracura de viajes, consular los siguientes teulo: Prat, Mary Lo- ise, Oe Imperiale ltenare de viajes y ransculturaciin, Buenos Aites, 1997; Salvatore Ricardo (compiladon), Galturas Imperiale, Esperiacia rpreentacin en América, Avia y Afr, Beats Viterbo, Editor, Argentina, 2005; Monteleone, Jorge El relate de viaje: de Sarmiento Umberto Eco, Buenos Aires, 1999; Escobar, Tatiana, ‘Sin Damiclo Fj. Sobre viajes, viajves ss libros, Psidés, 2002; Carvajal, Julio Ex La cara aca del vgjere, Eitri Bibos, Buenos Aire, 1992; Ceerchia Ricardo, Viirs astadesy romantics en le imainacin na ional, Editorial Tequel, Buenos Ares, 2005; Garcia Casta, Salvador (coordinador), Literate de Vigjes. El Viejo undo y ef Nuevo, Edicorial Casaia, Madrid, 1999; De Boon, Alain, Hl Are de Vain, Elio Taurus, Madrid, 2002; Chatwin, Bruce, La nstalgia del eipacio, Evoral Scix Baral, Barcelona, 2002; Said, Edward, Orientals, Madtid, 2002; Swift, Jonathan, Los Vigjes de Gulliver, Alianza Edicril, Madrid, 1996; Goethe, Johann W, Vigje a fli, Ediciones B, Barcelona, 2000; Paul Fusel, Abroad, British itentryThveling between War, Oxford University Press, 1980; Edith Wharton, Ceaderna de Vines, Edicidn de Teresa Gémez Reus, Mon dadori, 2001; Calvino, lal, Las Cindades Invisibles Editorial Siruela, Madrid, 1990; Conrad, Joseph, £1 Cntzén de las Tiniebes, Barcelona, Lumen, 1974. 27 Develando el Nuevo Mundo { laya Sanfuentes 1. EL VIAJE EN LA EDAD MEDIA a. El viaje y la busqueda de las maravillas EL hombre vij. Ya sea por la necesita de desplaarse en busca de lugares que ofecen m= joresposbildadeso por la mera curiosidad de conocer otras tomas Y ampliar el universo de eotiianeidad, cl hombre se mueve de su hdbitar y busca las emociones nuevas qu FYo- Soon eneanerase con lugares y gente diferentes as propia. Conociendo ota naturalza y costumbres, el sex humano admiraoajeno yvalora lo propio, realizando un doble ejercicio aque resulta fascinante en Ta historia de las vilizaciones. Cuando se sale de lo propio y s¢ oct algo diferente, se experimencan cambios ineriores que evan arepantearse fo que Panne, ences era habitual. A veces confimamos To nuestro y otras queremos cambiasln Pero después de un viaje, nunca se es el mismo. ‘Antes de emprenderto existe la expectativa de la felicidad. Bl permanente inconfor- inismmo eon lo propio mueve al hombre a buscar més felicidad en otros tersitorios [o que conataye al vajecomo una actividad prediectaen la dndmica dea bisqueds de ese mejor estado. ‘.imismo, el vise e8 un fendmeno que colabora en la formacién de las identidades, tanto la propia como la ajena. Los viajeros dejan registro de sus impresiones y éstas son (0- vndas en cuenta pot Tos representados. Sabemos quiénes somos por la imagen que tenemos de nosotros mismos, pero también a través de los ojos del extranjero, Por otra parte, nos “lefinimos en oposcin a otros, cada vez que miramos hacia fuera y nos constituimos ono agurdlo que el ero noes El salvaje es descrito desde el punto de wa del que se considera civilizado y el monsteuo desde una supuesta normalidad. ‘pest de estas caracteritcasantropogcas del viaje como experiencia universal, es ambit un fendmeno hstric y cultural, en la medida qu sein la épocey el lua, 3 quiere caactersticas particulars. De ab surgen nuevas nomenclaturas para poder defi aquellas diferencias suiles o radicales. Exploraciones, viaje de negocios, aventuras, turismo, son algunas de ls formas que el viaje puede adquitir. Tala Edad Media el viaje suponia un grado de inceridumbre,ranto en las condiciones « posiildades de supervivencia, como en la consisrencia del lugar de destino. I viaje medieval es, sutancalmente, un vaje a Oriente. Tanto los que se embarean hacia las India, como los que se quedan en Europa, estin évidos de noticias de terras oren- sae desconondas, Aaen fa atencin ls relatos de mundos ljanos recgn descubirtosy ls aaa toe netic que ocurten en lugares inexstentes, Las historias de vajros que vulven de lugares remotos y exeafios,causan admiracin ene las gents. Historias dle dragones, tablleros ydamas rescatadas, sl como aventuras para apoderarse de objtos capturados por nemigo fascinan a toda la poblacin. Aestose suma eines yeuriosidad de historias de Fee ern la descrpcién de marillas ales como la Fuente de Juventud, dtboes de los que cuclgan corderos, casas enteramenteconstruidas de or, lugares donde abundan 28 nn mmm 1. ET mundo eurapeo hacia el siglo XV las piedras preciosas y otras excentricidades. La prueba de est especial interés por los relatos de viaje es la reteracién en copiar los textos e imagenes resultantes de esas experiencias y las consiguientes traducciones en vatios idiomas. La buisqueda de las “maravillas” constituye uno de los més importantes atractivos de |e exploracién del mundo". Las maravillas encontradas son el gran tema de todos los libros de viaje en la Edad Media. Abundan las expresiones “maravillarse” por tal cosa y “debe ma- ravilla” tal prodigio, El sentido de la expresin se refiere al verbo latino minari, que indica admiracién, sorpresa, gusto por lo nuevo, lo extraordinario, que no es necesariamente lo bello. Lo que nosotros entendemos como maravilloso ahora, difere del significado que el ‘érmino tenia en la Edad Media. Hoy en dia, por maravilloso aludimos a una categoria del cspiritu o de la literatura, mientras que la gente de la Edad Media veia en tal nomenclatura un verdadero universo, un conjunto de cosas que asombraban. Se ianifiesta la amplitud de este universo en a clasificacion de lo maravilloso medieval que aporta el historiador Jacques Le Gof? * — Paises y lugares: naturales (montafias, rocas, fuentes, manantiales, drboles, islas); de- bidos a la accién humana (ciudades, castillos, torres, tumbas). En este punto quedan incluidas maravillas como la isla de Brasil, la Antlla, la isla de San Brandén, la Fuente de Juventud y la tumba de Santiago Apéstol, por nombrar solo algunas. + Seres humanos y antropomorfos: gigantes, enanos, hadas, hombres y mujeres con par- ticularidades fisicas, asf como monstruos humanos, * Animales naturales e imaginarios (grfos, dragones, unicornios y todas los animales del bestiario medieval). + Seres medio hombre-medio animal (melusinas,sirenas, centauros y grfos). * Objetos: anillos, copas, cuernos. Entre estos prodigios figurarian el Santo Grial, el arca de No€ y el cuerno del unicomio. Esa clasificacin nos lleva ala inevitable conclusién de la importancia del mundo de lo ‘maravilloso, universo que constituia un aspecto fundamental, tanto de la realidad como de la mente del hombre dela Edad Media europea. Era un campo amplio, “demasiado amplio’ * Sobre el tema de las “marailas” en l mundo medieval: Amat Vallejo, Eduardo, Viis y Deseubrimienos en fc Edad Media, Madeid, 1994; Acosta, Vidimit, Vigieros y Maravill, Caracas, 1992; Friedman B,, John, Tie ‘monsrons Racer in Medioa! Ar and Thoyelt, 198; Greenblat, Stephen, Marelns Posesion, The Wonder of he ‘New Warld, Oxford, 1991; Kappler, Claude, Monsris, Demonia y Marvillrafnes dele Edad Media, Mxdid, 1986; Le Goff, Jacques, Lo Maravillso y lo Caidiano en el Ocidente Medical, Barcelona, 1996; Yarva Luaces Joaquin, “La ficinacién del viaje a Oriente ene ace medical’ en Segundo ict de Conferencas bre Hora de Arte, Orese, 1988. LeGof, Jacques, Le marley lo cavidiano en ef Occidnte Medical, Barcelona, 1996, Acosta Vi, Op.Cit, Tomo Il, pig. 270, 29 Develando e1 Nuevo Mundo | Olaya Sanfuentes que abarcaba desde objeto y lugares coidianos, hasta fenimenosinslrs,desripcion de dmbitos extras y remotos, como riqueras fabulosas orientale, infiernos y paralsos ‘Una bsqueda y una reinterpreracin de esta dimensién maravillsa son los viajes me- dievales ani como también del conocimiento del mundo, dela verdadera idensidad y del sia de encontrar una verdad superior. Todo lo que se descubre durante la tayectoria oftece ‘una via de acceso al saher y una posible alternativa alo propio y acostumbrad ‘Los mbviles fantésticos que avivan al viajero no distan de los lectores dvidos de estas historias, que se recogen en lt exquista literatura de viajes medieval. “Escapism? Un poco de eso hay en la actitud metieval de aceptacibn total entre el pblico de ls historias de vajros hacia Orient. La realidad europea s dra, fa guetra aoa tm algunas tegones, mientras las pests epidemias y hambrunasasolan en owas. El dis dia ce anluoy la cotiiancidad se torna dificil de sobrellevar en la Europa de finales dela Edad Media, En este contexto, no es extraio que el hombre de entonces quiera amenizar su vida con relatos que excitan su imaginacién y lo transportan a ietras lejanas. Las maravilas son fatles en sensaciones fuertes y ah radica el placer buscado, Las diferencias con lo propio» on lo que ya es habitual y muchas vers tedioso y poco soportabl, es lo que cause adm vecién, la maravilay el delete. La imaginacién se expande y la realidad circundante pierde temporalmente su valor. Contrarioa esta opinién es Joaquin Yarza, quien argument, en cambio, que el piblico aque lela las historias y relaos de vines era un grupo compuesto por nobles que no wivia precisamente Ia pobreza, No obstante esta evidenca, ceemos que las historias de echos Paravillosos se flraban y’ eran, de diferentes modos, conocidas y gozadas por el resto de Ia sociedad, Tanto pobres como ricos podian enterarse de la hazafias de hétoes, eras le agendarias orientalesy seres mitlégicos. No era necesario poser fsicamente un libro para enterarse de sus contenidos. ‘Aunque muchos no habian leido un libro en su vida, algunos habian wsto un mapa mundi, Fstos estban plagados de letseros ¢ iustrados con iconos de ciudades, eyes, ani thales otras Agora que llamaban la atencin de ls audienciay fascinada co la posibilidad “Ye mundos diferentes. El mapa hacfa las veces de libro para la mayoria analfabeta. De tata forma, monsttuos marinos, sees extraiios y deformes, gigantes, pigmeos, cinoeffalos, maronas mil cosas més les entaban por lo ojs alos marinosy al pueblo en general. Tstoe mixanos motivos decorativos se podian volver a identificar en las iglesias, castillo y en las festa piblicas, donde habia un verdadero desplegue de una espléndida arquitecura cfimera y dsfraces que recreaban mundos Iejanos. “Aesa influencia imponderabley dificil de recoger através de as Fuentes esritas, hay que agregar [a fuerza de la tadicién orl en las experiencias del hombre medieval. La doctrina 1 Yarra, Joaquin. “La fiscinain dl viaje a Oriente ye are medieval, Op.Ci. pi 30 Gi, Jan "Delos nits elas Ind. Berard Carmen (compildo), Dauber, comput sari de América a quinienos avs, Fondo de Cultura Econémics, México, 1994, pig, 286. 1. El mundo europeo hacia el siglo XV cristiana, el catecismo, ls oraciones, romances y leyendas se ransmitfan de boca en boca, de padres a hijos, consolidando una cultura y un imaginatio colectivo. En el caso de las noticias sobre Oriente, es muy probable que fabulas ¢informaciones llegaran a la poblacién a través de la tradicién oral. Basta con hacer un ejercicio dela imaginacin y pensar cbmo habré sido la vida en los puettos, con gente yendo y viniendo de viajes a lugares donde otros jamés ha- ban ido y relatando sus fabulosas aventuras para fascinar a todos aquellos évidos de historias casi imposibles. El surcar mares desconocidos y el intercambio con otras culturas resultaba en relatos descritos con los adjetivos del asombro. El gusto por las hiscorias imaginarias dotadas de peligro y herofsmo considerables, se apreciaasimismo en la lectura de novelas de caballeria. A pesar de que no estuvieron siempre muy recomendadas, no dejaron nunca de leerse durante los ltimos afios de la Edad Media, situando a sus lectores en escenarios fantisticos y de valientes protagonistas: caballeros de gran coraje que conseguian el amor de su doncella tras vencer obsticulos y enemigos. El curopeo gozaba al escuchar todas estas historias caballerescas y los relatos de viajes que circulaban a través de libros con imagenes y que se lefan en vor alta en las ciudades 0 en el seno de familias u otro tipo de comunidad. Las miniaturas y las imdgenes en iglesias contribufan asimismo a la divulgacién de elementos de escos viajes al Oriente. Una caracteristica de la época que se adivina de la lecrura de libros de viajes y la rei- teracién en incorporar imégenes maravillosas, es la mayor receptividad existente hacia lo imaginario que hacia loreal. Incluso los falsos viajeros superaban en éxito alos reales. b. Viajeros de la Edad Media Relatos de viajes imaginarios Los relatos de Alejandro Magno, el gran conquistador macedonio, fueron los més populares y cargados de maravllas que conocié el mundo medieval antes de la enorme difusién que alcanzarian @ fines de la Edad Media los textos de Marco Polo y Sir John Mandeville. Las narraciones de sus aventuras estén contenidas en diversas versiones o derivadas de un texto anénimo compuesto en Alejandria en las postrimerfas del mundo antiguo y al que se le conoce como Pseudo Calistenes. Alejandro habia sido considerado, desde la Antigiedad, como el més grande de los vijetos. El relato de sus travestas reales se entremezclarfa pronto con sucesos extraordinarios, lo que crearfa una leyenda rodeada de una atmdsfera maravi- llosa. Sin embargo, los hombres de la Edad Media pensaban que estos relatos eran historias reales porque habrian sido escritas por Calistenes, uno de los historiadores que acompaiis a Alejandro”. Bernheim, Richard, Wild Men inthe Middle Ages A study in art, emiment and demoniology, Harvard University Press, Cambridge, 1952, pig 89. 31 Deyelando el Nuevo Mundo / Olaya Sanfuentes Especialmente fantéstico nos parece el relato que se refiere a la expedicidn de Alejandro hacia “las regiones mas lejanas en el desirto en direccién ala Osa Polar”, Durante este viaje, cl héroe macedonio se encuentra con seres maravillosos: primero hombres gigantes, otros de rostro rojo y aspecto de ledn. Luego se topa con los oclita, que no tenian pelo en el cuerpo y eran sumamente fuertes. Més adelante se encuentra Alejandro con fieras de tes ojos y con el pueblo de los Mel6fagos (comedores de manzanas). Al cruzar luego un rio, estaba éste plagado de piedras negras que ponian de ese color a quienes las tocaran, asf como contenia peces que no se cocfan con agua caliente sino con fifa. TTda la geografiay anttopologia del mundo antiguo, areal y la imaginaria, los mitos y leyendas se fueron integrando al relato de Alejandro, reforzando asi al personaje mitico sobre elreal y constituyendo un cuerpo de informacién sobre Oriente, que tendria gran influencia en el Occidente cristiano medieval La leyenda de Alejandro se cuela en muchas obras medievales que contribuyen a di- fndir su imagen mitica y la de los lugares que visita. La influencia del Pseudo Calistenes Ja encontramos en una traduccién al latin que realizé Julio Valeriano, en la Historia de Proeliis, en el Polyhistor de Solino, en las iologias de San Isidoro de Sevilla, Bestiarios y logos, la Carta del Preste Juan y la Carta de Alejandro a su maestro Aristételes. También nos encontramos con los maravillosos viajes de Alejandro en el Roman de Alexandre (siglo XII), obra que gous de gran popularidad en el mundo cristiano medieval. A pesar de que el Génfass de esa tiltima obra es de tono caballeresco, se da también un espacio considerable al relato de lo exético y lo fantéstico. El mejor ejemplo de viajero imaginario durante la Edad Media es Sir John Mandeville, cuya obra fue la mds popular y preciada de las historias medievales sobre este tema. Aunque no se sabe con certeza la identidad del autor, se puede afirmar, sin embargo, que su reato no ¢s producto de una exploracién realizada, sino que ha surgido del trabajo de escritorio®. En dl se mezclan y entiqueccn diversas obras clasicas y medievales que describen viajes, logrando un cuento fascinante y completo y donde los elementos exéticos y maravillosos brillan por su abundancia. Segiin Vladimir Acosta, el mocor en la obra de Mandeville es una suerte de crescendo que lleva progresivamence la narracién desde el mundo conocido y cercano hasta ‘orr0s cada ver menos conocidos y remotos". Se logra asi una progresién de lo maravilloso que se va apoderando de la historia a medida que el supuesto viajero avanza por tierra ignotas. Los relatos se van convirtiendo en algo absorbence y cai cotidiano, revelando la existencia de mundos completamente cargados de prodigios y monsttuosidades de todo tipo. "Pseudo Calistenes; ide y hazaia de Alejandro de Macedonias Espaia, 1977, pig. 156. Pseudo Calistenes, Op. Cit, pig, 157 y 158. 2 Greenblat, Stephen, Marvels Posesioms The Wonder ofthe New World; Oxford, 1991; Acosta, Viadimis, Vie- ers y Maravillas, Tomo U, Caracas, 1992; The ral of Sir fbn Mandeville, A Manuscript in the Brith Libmary Tntroduccién y Comentarios alas imagenes de Josef Kris, New York, 1983. Acosta, V; Op Cit, Tomo Il pig. 21, 32 |. EI mundo europeo hacia el siglo XV Son muchas las maravillas que Sir John Mandeville detalla a lo largo de su obra, pero mencionaremos solamente aquellas que tendrin pronto alguna relacién con el objetivo de este libro, Mandeville, por ejemplo, contribuye a la difusién del mito de las amazonas, a quienes retrata largamente, basado en la descripcién que de étas se hiciera en la carta del Preste Juan. Respecto a la India, la llama “Ind”, y la describe mas como un inmenso archipié- Jago que como un subcontinente. Como era usual entre los autores medievales, habla de tres Indias: Ia Mayor, tierra de grandes calores que probablemente corresponde a la actual Indias la Menor, también muy cilida y que quizés corresponde a la franja costera que va desde Exiopta hasta Pakistén y una rercera India, de clima més fresco, que parecerta corresponder a Cachemira e Himalayas Al final de su obra, Mandeville menciona el tema del Paraiso, recogiéndolo de una tradicidn cristiana ya antigua. Nos relata que el verdadero paraiso se ubica mas alld de la ritica isla Trapdbana, la que tiene caractersticas ideales el clima es benigno, la vegetacién frondosa, la gente buena y razonable; cerca de ahi existen islas donde abundan el oro y la plata, El Paraiso est més allé todavia, en el punto mds extremo de Oriente. Es mds clevado que el resto del mundo y gracias a ello no fue afectado por el Diluvio Universal. Del centro del punto mds elevado del Parafso brota una fuente de la cual nacen los cuatro principales rfos del mundo: Nilo, Tigris, Euftares y Ganges Estas ideas respecto a la ubicacién geogréfica del Paraso, las caracteristicas de su en- torno y de su gente as{ como la atribucién de lugar de origen de los cuatro rfos de la Tierra, las veremos luego cuando nos encontremos con las ideas de Cristdbal Coldn en su tercer viaje alas tierras que descubrirfa Relatos de viajes reales Habia, por otra parte, los que realmente viajaban y dejaban registro de su experiencia. ‘Transportindose de manera fisica a otros lugares, algunos europeos se aventuraban en busca de emociones, nueva suerte o en cumplimiento de una misién encomendada. El en- cuentro con lo diferente hacta que el viajero tuviera la sensacién de estar en otro mundo, expresin que adquiriria con el tiempo connoraciones revolucionarias, cuando los europeos se encontraran con tna parte del globo que no contemplaban, En el Ambito medieval, en cambio, la expresién otto mundo se referiaa ls sensaciones que experimentaba el hombre ‘occidental al enfrentarse con realidades que existfan desde siempre en la tradicién y en la mentalidad populares a través de mitos y leyendas, peto que por primera ver se vefan con los propios ojos. Y es esta misma sensacién la que los viajeros trataban de compartir con sus lectores. Un verdadero descubrimiento consistéa no solamente en encontrar cosas nuevas, sino sobre todo reconocer en la nueva realidad aquello que la imaginacién y una fe tradicional daban por existente”. La mente del vigjero estaba, por tanto, condicionada % Annar Vallejo, Eduardo, Op Ci, pg 87. 33 Develando el Nuevo Mundo | Olaya Sanfuentes al encuentro de seres fantésticos que conformaban la geografia nevesaria del Oriente tan fnhelado, Aquellos que vefan la realidad con ojos mis criticos y 1a desribfan en forma rns verosimil, permanecfan confiados en el encuentro de las maravilla en lugares atin més alejados, aiin no explorados. Enare las obras medievales que narran viajes a Oriente y que ejercerfan influencia sabre la mentalidad de la época, debemos mencionar aquellas del mundo cristiano tem- prano que hablan de ls peregrnaciones apostéicas hacia paises remotos. En el dia de Pentecostés, el Espiritu Santo habria dotado los apéstoles del don de lenguas, lo que les hizo posible llevar el Evangelio a cada pueblo del planet, viajando a todos los con- fines del mundo, Los telatos de estas travesfas son los que conocemos como Hechos de los Apéstoes y las narraciones también surgidas de esta adici6n, pero no reconocias oficialmente por la Iglesia, son los lamados Hechos Apécrifos. Los primeros, son funda- mentales en lo que se refiere alas maravills religiosas 0 milagros realizados por los apés- toes de Cristo en tierras lejanas. Los segundos, permiten la difusidn de noticias de tierras tmaravillosas, donde habitaban pueblos como los cinocéfalos canfbales, tan famosos en la literatura medieval de viajes. Al apéstol Sanco Toms y, eventualmente, a San Bartolomé se les adjudicaria haber venido a América —por mucho tiempo confundida con la India, y realizar fabulosos recorridos. ‘Avanzando en el tiempo, tenemos luego los relatos de viajeros que se acercaron a COiente, gracias a la coyuntura histérica del dominio mongol sobre gran parte del con- tinente asidtco, Aprovechando el esprtu de apertura que caracteriaé a los mongole, papadocreyé necesito enviar a algunos misioneros para tras al fe crstian. Plan Ca pino, monje fanciscano que fecorié el otiente de Europa y la xtepaastca, esrbié una Gbra que consttuye un extriordinario documento antropoldgico ¢ histérico (1246), Plan Carpino no fueel primer enviado papal a Asia, pero si el primero en cumplirexitosamente ss isin Al legara Sira Orduz, donde cuvieron lugar las ceremonia de eleccin del que seria Gran Khan, le entregé la carta que el Papa le habfa enviado, recriminando a los mongoles su crueldad y violencia, junto con proponerle condiciones de paz y cocxistencia. La vuelta hacia Europa fue sumamente dificil y dura, ya que tuvo que soportar las inclemencias del lima del invierno en la estepa y en las montafias de Asia Central. Después de varios meses, regtesé finalmente a Lyon, donde redactaria su Historia de ls Mongole. Ciro nombre importante entre los vijeros medievaes es el de Guillermo de Ru- bruck, también franciscano, quien enriquece la informacién objetiva que habia otorgado Pian Carpino. A diferencia de éste, Rubruck no fue enviado al Oriente por el Papa, sino por San Luis, rey de Francia, hacia 1254, Sin embargo, el objetivo de su misién no distaba te la anterior, cual era informarse acerca de las costumbres de los tértaros y explorar las posibilidades de acuerdo con ellos y su probable conversin al cristianismo. Para Vladimir ‘Acosta, el Iineraro de Rubruck, “es una de las obras maestas dela literatura de viajs™, Op.Cit, Tomo It, pig, 116. 1. El mundo europeo hacia el siglo XV ya que relata con lujo de detalles todos aquellos elementos coloridas y realistas que re- tratan el mundo oriental Después de los mencionados viajes de Pian Carpino y de Guillermo de Rubruck, el impetu del Papa por cristianizartierras hacia el oriente se debilits hasta extinguirse por un buen tiempo. Todas aquellas expediciones patrocinadas oficialmente por la Iglesia y con un objetivo primordialmente espirtual o bien, con dnimos de incorporar nuevos pueblos a la Cristiandad, dieron paso a viajes cuyo principal objetivo y énfasis seria el comercial. Hacia la segunda mitad del siglo XIII, algunos comerciantes —en sti mayor parte genoveses y venecianos—, se desplazarian en busca de las riquezas orientales, Entre éstos, sein los Polo los que adquirirfan mayor renombre. Uno de ellos Marco Polo—, tiene el mérito de ser el principal gestor de las ideas que el Occidente tardo medieval se formé del mundo oriental. Sus descripciones cuvieron una acogida tal, que se convirtieron en el punto de referencia obligado de todo aquel que hablaba del Oriente, sus maravillas, sus riquecas y sus misterios. ‘Marco Polo era un mercader veneciano que se embarcé con su padre y su tio en un viaje al Oriente que le mantendrfa en China durante varios afos. El afio 1364-65, llegaron los Polo a tierras del Gran Khan Kubilai y estando al servicio de éte, recorteria Marco Polo la parte norte de China, el oeste hasta el Tibet y probablemente Birmania, la costa oriental de |a India y Ceilén, El relato resultante de todos estos afios de viaje fe, posiblemente, escrito por un cal Rusticello y es una combinacién de historia de viaje con enciclopedia o descrip- cidn del mundo”, Predomina lo maravilloso, entendido primordialmente en términos ma- ceriles: riqueza de las ciudades, abundancia de piedras preciosas y grandeza de los pueblos, Es lo exdtico entendido en su dimensién material. Lo exético tiene, asimismo, una vertiente antropolégica y puede apreciarse en la narracién de algunas costumbres curiosas y en la presencia de individuos de excepcién. Bjemplo de esto es la referencia a aquellos monarcas dela provincia de Zorzania que tienen por nauraleza un dguila pintada en el hombro™, la ‘mencién del reino de Lambri donde “existen muchos hombres que tienen cola como los perros, de un palmo de longitud™, y el relato acerca de un rey de la provincia de Ziamba que tenia 336 hijos™. ‘También aparece lo maravilloso entendido en un contexto antropolégico, cuando nos detalla la presencia de pueblos extrafios. Especialmente interesante para nuestro estudio es la narracién de las costumbres del pueblo de las amazonas, tan presentes en las mentes de generaciones venideras que las buscarin sin descanso en el Nuevo Mundo. Dice Marco Polo EH ejemplar de Marco Polo que utizamos esl taducdo por fay Francisco de Peputis de Bolonia que aparece nl volumen preparado por Juan Gil, EI Libro de Marea Polo, Alianza Ealtoral, Madrid, 1992. Este volumen forma parte de una sri dedicada ala Biblioteca de Colén. * Marco Polo, Op.Ci, pig. 19. ° Mare Polo, Op.Cit, pig. 146. © Marco Polo, Op.Cit, pig. 41. 35

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