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5H eel USO Y ABUSO DE LA BIOLOGIA Una critica antropoldgica de la sociobiologia por Marshall Sahlins sie. ventung eters, se siglo veintiuno de espafia editores, sa siglo veintiuno argentina editores, sa siglo veintiuno de colombia, Itda Exelon 1 244, BOGOTA, COLONIA Primera edicién en castellano, septiembre de 1982 Segunda edicién en castellano, diciembre de 1990 © SSIGLO xX1 DE ESPANA EDITORES, 5, Calle Plaza, 5. 28043 Madrid Primera edicién en inglés: 1976 © Marshall Sahlins Titulo original: The use and abuse of biology. An anthropolo- gical critique of sociobiology DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY Impreso y hecho en Espaiia Printed and made in Spain Disefio de la cubierta: El Cubri ISBN: 84-323-0448-4 Depésito legal: M. 43.687-1990 Impreso en Closas-Orcoyen, Paracuellos de Jarama (Ma L. Poligono Igarsa INDICE INTRODUCCION . — 1 PRIMERA PARTE BIOLOGIA Y CULTURA 1, Critica de la sociobiologia vulgar 13 2. Critica de la sociobiologia cientifica: la selec- cién por parentesco ... ee) SEGUNDA PARTE BIOLOGIA E IDEOLOGIA 3. Las transformaciones ideoldgicas de la se- Tecoi6n natural oo. se ce ese see oe 7 4. La dialéctica popular de la naturaleza yi GUNMA ee eee ie wee nee eo 123 Referencias ... 141 Indice de nombres ... 149 Siempre me gusta narrar una historia que el ayudante de Wundt, Kiilpe, nos conté tras una visita a la vecina Universidad de Jena para ver al anciano filésofo Erdmenn, cuya historia de la filosofia, en unos diez vohimenes, todos habfamos leido y estudiado. El viejo estudioso y el joven cientifico tuvieron una charla amis- tosa, célida, sobre los antiguos filésofos y sus sistemas. Pero cuando Killpe traté de hacerle hablar de Wundt y la nueva escuela, Erdmann sacudié la cabeza’ de forma negativa, diciendo que no podia entender a los hombres modernos. «En mi época —explicé— soliamos plantearnos la eterna cuestién, ‘ZQué es el hombre? y uste- des, hoy en dfa, la contestan diciendo: "Era un mono’.» LINCOLN STEFFENS, The autobiography INTRODUCCION La publicacién, en el otofio de 1975, de la obra Sociobiology: the new synthesis, de Edward 0. Wilson, fue acogida con una respuesta de pro- porciones histéricas, tanto dentro como fuera del mundo académico. Al menos la reaccién no guardé proporcién con la que, por lo general, suscita una obra erudita publicada por una edi- torial erudita. En realidad, la tormenta se ha- bia ido formando durante afios: el sefior Wil- son, como reconoceria répidamente, no era el primer sociobiélogo, aunque si el mas eficaz y globalizador. En cualquier caso, el libro se convirtié en un «acontecimiento de los medios de comunicacién», objeto de articulos e incluso titulares en las primeras paginas del New York Times, el Chicago Tribune y otros importantes periédicos americanos. También dio lugar a un debate, todavia sin resolver, en las pagi- nas de la New York Review of Books y en Science, la revista de la American Association for the Advancement of Science. En la prima- vera de 1976, se impartieron clases y cursos completos, a favor y en contra de ja nueva disciplina de la sociobiologia, en Harvard, en la Universidad de Chicago, en la Universidad 2 Marshall Sahlins de Michigan y en otros distinguidos centros de ensefianza superior. Un ataque critico, pu- blicado por el colectivo de Boston «Science for the People», se vendié en los circulos intelec- tuales avanzados de todo el pais, La American Anthropological Association dedicé dos dias al tema en su asamblea anuel de noviembre de 1976, en el que tanto Wilson como otros bid- logos y antropélogos simpatizantes abogaron por una reorientacién tedrica de las ciencias sociales. En resumen, Sociobiology ocasioné una crisis de connaissance y conscience, del conocimiento y de la conciencia piiblica, con connotaciones tanto politicas 0 ideolégicas co- mo académicas. Quiérase o no, este ensayo for- ma parte de la controversia. Se ocupa de los problemas generales, intelectuales e ideolégicos planteados por Sociobiology y otros escritos afines desde el punto de vista particular de un antropélogo en ejercicio, 0, lo que es lo mismo, desde el punto de vista tradicional de lo que es la cultura, El tono sera critico, pero espero que no sea histérico. Porque el problema intelectual central se re- duce en realidad a la autonomia de la cultura y al estudio de la cultura. Sociobiology pone en peligro Ja integridad de la cultura como uma cosa-en-s{, como una creacién humana, dis- tintiva y simbélica, En lugar de una constitu- cién social de significados, ofrece una determi- nacién biolégica de las interacciones humanas que tiene su fuente, en primer lugar, en la ten- dencia evolutiva general de los genotipos indi- viduales a maximizar su éxito reproductivo. Es una nueva variedad de utilitarismo sociolégico, Introduccién 3 pero traspuesto ahora a un cilculo biolégico del provecho sacado de las relaciones sociales. Como corolario, los sociobiélogos proponen cambiar el aspecto y la estructura de las disci- plinas humanas. La «nueva sintesis» consiste en fusionar las humanidades y las ciencias so- ciales. Como el objeto de estas disciplinas no es en realidad unico, deberian ser incorporadas dentro de una biologia evolutiva capaz de pro- porcionarles sus determinaciones fundamenta- les. «La sociologia y las otras ciencias socia- les», escribe E. O. Wilson, «asi como las huma- nidades, son las tltimas ramas de la biologia que esperan ser incluidas en la sintesis moder- na. Asf, pues, una de las funciones de la socio- biologia es reformular los fundamentos de las ciencias sociales de manera que retina estas materias en la sintesis moderna. Queda por ver si las ciencias sociales pueden ser verdadera- mente biologizadas de esta forma» (1975, p. 4). La respuesta que yo sugiero aqui es que no pueden serlo, debido a que la biologfa, aunque es una condicién absolutamente necesaria para Ja cultura, es igual y absolutamente insuficien- te: es completamente incapaz de especificar las propiedades culturales del comportamiento hu- mano 0 las variaciones que experimentan éstas de un grupo humano a otro. Los problemas politicos planteados por la pu- blicacién de Sociobiology se han desarrollado tanto dentro del mundo académico como en la sociedad en general. Por lo que se refiere al primero, no entraré en detalles. Sélo merece la pena sefialar que el proyecto de abarcar otras 4 Marshall Sahlins disciplinas se ha convertido tanto en una prac- tica como en una teoria. Los antropélogos, so- cidlogos y demas que estan convencidos de la correccién de la tesis sociobiolégica encuentran en ella un medio de competicién interdiscipli- naria organizada. A veces, la agresividad del «ataque> a la sabiduria tradicional —pues como tal me ha sido caracterizada por un an- tropélogo cum sociobidlogo— parece ideada para describir y probar su teoria de la natu- raleza humana al mismo tiempo. Por otro lado, en la sociedad en general los sociobidlogos han tenido que resistir vigorosos ataques de las personas de izquierdas. La mayor parte de las discusiones que aparecen en los periédicos y en las revistas intelectuales son de este tipo. Aunque los que ejercen la sociobio- logfa estén tan confinados a sus torres de mar- fil como cualquiera de nosotros, lo que equi- vale a decir que la tinica politica que conocen a fondo es mas bien de tipo feudal, se ven répidamente perseguidos (segtin ellos) como de- fensores a ultranza de un capitalismo conser- vador. Se denuncia a la socicbiologia como otra encarnacién del darwinismo social. Se acusa a los sociobidlogos de ofrecer una justificacién ideolégica de un status quo opresivo en el que casualmente son individuos bastante privile- giados. (Para una reciente versién del debate, véase Bio Science, marzo de 1976.) No creo que Wilson y sus colaboradores estuvieran prepara- dos para este tipo de reaccién ideolégica. Al- guien podria decir que no eran conscientes de las dimensiones politicas de su argumentacién, pero esto plantea complejos problemas de cri- Introduccion 5 tica que una vez més se presentan en dos ni- veles. El primero es: ¢qué se puede decir de las in- tenciones de los sociobiélogos? 0, de modo mas preciso, gimportan algo sus motivaciones? Yo dirfa que en absoluto, y me gustaria abstener- me de sugerir la menor critica ad hominem. Y esto por una razén de principio que resulta ser una de mis principales criticas a la propia teo- ria, a saber, que no hay una relacién necesaria entre el cardcter cultural de un acto, institu- cién o creencia dados y las motivaciones que la gente pueda tener para participar en él o en ella. Aunque creo que la teoria de la sociobio- logia posee una dimensién ideolégic ca —una profunda relacién histérica con el ca- pitalismo competitive occidental—, ése es un hecho que ha de ser analizado cultural y signi- ficativamente, debido precisamente a que la falta de acuerdo entre el caracter-del acto ideo- légico y la calidad del intento excluye cualquier facil explicacién individualista. Ademés, y ésta es la segunda dificultad que debe reconocer la critica, se puede argumentar que no hay ningtin isomorfismo légico entre la sociobiologia y la opresién social. En una re- ciente entrevista en el Harvard Crimson se dice que, segiin E. D. Wilson, después de todo, Noam Chomsky tambign es un «innatista», y sin duda Chomsky es un hombre politicamente honora- ble. Pero si insistimos cientificamente en la infi- nita plasticidad y maleabilidad del comporta- miento humano —contintia el argumento—, ig- norando las constricciones biolégicas sobre el pensamiento y la accién humanos, eso es tam- 6 Marshall Sahlins bién una invitacién abierta a que cualquier totalitario haga con nosotros lo que quiera. Y nos estard bien empleado. Ahora bien, aunque seguramente este argumento es discutible, me gustaria admitir este punto, debido una vez més a que la falta de una conexién estricta- mente racional entre la concepcién innatista y la injusticia social podria agrandar las dimen- siones culturales de la cuestién. ¢Cémo hemos de explicar, pues, la sensibilidad de la izquierda a las tesis de la sociobiologia? Porque esa sen- sibilidad es, sin duda, un hecho social. ¢¥ cé- mo hemos de explicar la fascinacién del publico y de los medios de comunicacién? Ese es otro hecho social. La controversia ideolégica provo- cada por la sociobiologia constituye en si mis- ma un importante fenémeno cultural. Sugiere que hay algin tipo de relacién profunda entre la teorfa de la accién humana formulada por la sociobiologia y la conciencia que tienen los occidentales de su propia existencia social. ‘Aqui hay alguna relacién entre el modelo bio- Iégico del reino animal y el modelo de sf mis- mos de los nativos. Ahora bien, si los nativos en cuestién fueran de alguna otra tribu, el an- tropdlogo no dudaria en pensar que su tarea es tratar de descubrir esa relacién. No obstante, sien cualquier parte de la humanidad hay cul- tura, hay cultura incluso en América, y no tiene el antropélogo menos obligacién de conside- rarla como tal aunque le resulte més dificil trabajar como un participante que observa que como un observador que participa. Me gusta- rfa tratar los problemas ideoldgicos con esta especie de espiritu etnografico. Introduccién 7 La primera parte, «Biologia y cultura», in- tenta determinar las insuficiencias de la socio- biologia como teoria de la cultura. Consta de una critica'en dos etapas. La primera es una breve critica de lo que denomino la «sociobio- logia vulgar», que no es tanto la obra de Wilson como una premisa tomada por la «nueva sinte- sis» de ciertos predecesores recientes. La premi- sa es que los fenémenos sociales humanos son la expresién directa de emociones o disposiciones conductuales humanas, tales como la agresivi- dad, la sexualidad o el altruismo, habiéndose establecido esas disposiciones en el curso de Ja filogenia mamffera, primate u hominida. La si- guiente seccién, mas amplia, se ocupa de la «se- leccién por parentesco», que es una versién particularmente notable de la idea de que el comportamiento social humano esta determina- do por el célculo del éxito reproductive indi- vidual; esto es, que todos los tipos de sociabili- dad y asociabilidad se pueden explicar median- te la tendencia evolutiva del material genético a maximizarse con el tiempo. La objecién a esta tesis constituye una critica de Ia «sociobiologia cientifica» representada por Wilson y sus co- legas. ‘La segunda parte, «Biologia ¢ ideologia», exa- mina las transformaciones de la propia teoria evolutiva ocasionadas por sus peripecias en la organizacién social, y en especial en la organi- zacién social humana. Mantengo que el concep- to tradicional de «seleccién natural» ha sido asimilado progresivamente a la teoria de la accién social tipica del mercado competitivo, teorfa caracteristica de un desarrollo tardio e 8 Marshall Sahlins hist6ricamente especifico de Ja cultura euro- americana. A partir de la idea de una repro- duccién diferencial que depende de unos cam- bios genéticos y ambientales fortuitos, la selec- cién se convirtié sucesivamente en sindénimo de optimizacién 0 maximizacién de los genoti- pos individuales y, por tltimo, de explotacién de un organismo por otro en nombre de una conveniencia genético egoista. A lo largo de esta serie de transformaciones, la seleccién abando- na sw posicién tedrica como fuerza orientadora de la evolucién en favor de! proyecto de maxi- mizacién genética del sujeto individual. En la estructura de la argumentacién evolutiva, la se- Jeccién asume el papel de un medio para los fines del organismo. Una segunda seccién des- cribe el desarrollo paralelo en la conciencia sociolégica y popular de la propia civilizacion occidental. Desde que Hobbes colocara a la so- ciedad burguesa que conocia en el estado de naturaleza, la ideologia capitalista ha estado marcada por una dialéctica recfproca entre las concepciones populares de la cultura y la na- turaleza. Concebida a la imagen del sistema de mercado, la naturaleza, imaginada pues cultu- ralmente, ha sido usada a su vez para explicar el orden social humano, y viceversa, en un in- tercambio recfproco sin fin entre darwinismo social y capitalismo natural. Se dice que la so- ciobiologia-es sdlo la ultima fase de este ciclo: Ja fundamentacion del comportamiento social hhumano en una idea avanzada o cientifica de Ja evolucién orgénica, que es, segim sus pro- pios términos, la representacién de una forma cultural de accién econémica. De ahi la reac- Introduccion 9 cién popular y politica que desperté el anuncio de esta «nueva sintesis». Queda por sefialar que he escrito este ensayo con un cierto sentido de la urgencia, dado el significado actual de la sociobiologia y la po- sibilidad de que pronto desaparezca como cien- cia sdlo para sobrevivir en una renovada con- viccién popular de la naturalidad de nuestras disposiciones culturales. Por este motivo he prescindido del usual aparato erudito de am- plias notas a pie de pagina. En el texto apare- cen las referencias clave, y las pocas notas exis- tentes explican los términos técnicos, que, por Jo general, he tratado de reducir al minimo. PRIMERA PARTE. BIOLOGIA Y CULTURA 1. CRITICA DE LA SOCIOBIOLOGIA VULGAR «Bllos tratan de matarme» —le dijo Yossarian tranquilamente. —Nadie trata de matarte —grité Clevinger. —Entonces, por qué me disparan? —pregun- t6 Yossarian. —Disparan a todo el mundo —respondié Cle- vinger—. Tratan de matar a todo el mundo. —2¥ cual es la diferencia?... —zQuiénes son ellos? —ouiso saber—. gQuié- nes piensas ti que tratan de matarte? —Todos ellos —le contesté Yossarian. —¢Todos quiénes? Todos los que piensas ti. No tengo ni idea. —Entonces, c6mo sabes que no son ellos? JoserH Heiter, Catch 22 Considerada de un modo general, la sociobiolo- gia vulgar consiste en la explicacién del com- portamiento social humano como la expresién de las necesidades e impulsos del organismo humano, habiéndose construido tales tenden- cias de Ja‘ naturaleza humana mediante una evolucién bioldgica. Los antropélogos reconocerén la estrecha se- mejanza existente con el «funcionalismo» de Malinowski, quien, asimismo, traté de explicar los fenémenos culturales meciante Jas necesida- des biolégicas que satisfacian. Se ha dicho que para Malinowski la cultura era una gigantesca extensién metaférica de los procesos fisiolégi- cos de la digestion. 14 Marshall Sahlins Sin embargo, costarfa mucho trabajo reco- nocer la tesis de la sociobiologia vulgar en las obras de bidlogos cientificos tales como E. O. Wilson, R. L. Trivers, W. D, Hamilton, R. Ale- xander o M. West-Eberhard. Estos estudiosos no se han ocupado como tales de defender que la organizacién social humana represente unas disposiciones humanas naturales. Esa_tesis constituyé la preocupacién de autores del pasa- do reciente, defensores de un determinismo bio- légico menos riguroso, tales como Ardrey, Lo- renz, Morris, Tiger y Fox. La sociobiologia cien- tifica se distingue por un intento més riguroso y amplio de basar el comportamiento social en principios evolutivos sélidos, y en particular en el principio de la automaximizacién del genoti- po individual, considerado como la légica fun- damental de la seleccién natural. No obstante, debido a la naturaleza de ese intento, la prin- cipal proposicién de la sociobiologia vulgar se convierte también en la premisa necesaria de una sociobiologia cientifica. Esta ultima mera- mente enclava a la anterior en los procesos genético-evolutivos. En consecuencia, se alarga Ja cadena de la causacién bioldgica: de los ge- nes, pasando por las disposiciones fenotipicas, a las interacciones sociales caracteristicas. Pero para el andllisis cientifico sigue siendo indispen- sable la idea de una correspondencia necesaria entre las dos tltimas, entre las necesidades 0 emociones humanas y las relaciones sociales humanas. La postura de Ia sociobiologia vulgar es que las disposiciones e impulscs humanos innatos, tales como la agresividad o el altruismo, los Critica de la sociobiologia vulgar 15 «vinculos» masculinos, la sexualidad de un cier- to tipo o el interés de los progenitores por sus vastagos, se encarnan en instituciones sociales de cardcter similar. La interaccién de los orga- nismos imprimirén estas tendencias organicas en sus relaciones sociales. En consecuencia, hay un paralelo biunivoco entre el carécter de las tendencias bioldgicas humanas y las propieda- des de los sistemas sociales humanos. En co- rrespondencia: con la agresividad humana en- contramos en todos los hombres un gusto por la violencia y la guerra, asi como por la terri- torialidad y los sistemas de dominacién o ran- go social. El matrimonio, el adulterio, la pros- titucién y la promiscuidad (masculina) se pue- den entender como expresiones de una especie bisexual y altamente sexual. Un largo periodo de dependencia infantil encuentra su andlogo cultural en las normas universales de la mater- nidad y la paternidad. Obsérvese que este tipo de razonamiento es también adoptado implici- ta, explicita y extensamente por Wilson y sus colaboradores. Sociobiology comienza con una discusién de Ja importancia critica de los cen- tros hipotaldmico y limbico del cerebro huma- no, tal y como han evolucionado por medio de la ‘seleccién natural, para la formulacién de cualquier filosofia moral o ética. Se dice que estos centros «inundan nuestra conciencia de emociones» y «orquestan nuestras respuestas conductuales» de manera que proliferen al m4- ximo los genes responsables. Pero més general- mente la tesis de la sociobiologia vulgar se basa en la idea cientffica del sociobidlogo de la or- ganizacién social. Para él, cualquier nocién a i || 16 Marshall Sahlins durkheimniana de la existencia y persistencia independientes del hecho social es una vuelta al misticismo. La organizacién social no es, por el contrario, nada mas que el resultado conduc- tual de la interaccién de unos organismos que tienen inclinaciones biolégicamente fijadas. No hay nada en la sociedad que no estuviera pri- mero en los organismos. El consiguiente siste- ma de estatus y estructuras es una funcién de la demografia y la disposicién, de la distribu- cién en el grupo de animales de diferente edad, sexo u otras clases, cada una con sus tendencias conductuales caracteristicas. Por ello, siempre podemos convertir las formas sociales empiri- cas en las inclinaciones conductuales de los or- ganismos en cuestién, y esa conversién sera exhaustiva y global. La idea que deseo sugerir es la de un isomorfismo entre las propiedades bioldgicas y las propiedades sociales. En conexién con esta premisa del isomorfis- mo se encuentra un modo de discurso caracte- ristico de la sociobiologia vulgar, que equivale a una nomenclatura o clasificacién del compor- tamiento social. Me refiero a las famosas ten- taciones de antropomorfismo. Al observar las relaciones y los estatus sociales de los anima- Jes, reconocemos en ellos ciertas semejanzas con las instituciones humenas; como entre la competencia territorial y la guerra humana, la dominacion animal y el rango o clase humano, el apareamiento y el matrimonio, etc. La analo- gia —sigue la argumentacién— de hecho es a menudo una homologia funcional, esto es, se basa en las comunes capacidades genéticas y continuidades filogenéticas, en una identidad Critica de la sociobiologia vulgar 17 evolutiva del respaldo disposicional. De ello se deduce que los comportamientos sociales en cuestién, tanto humanos como no humanos, merecen la misma designacién, lo cual equivale a decir que pertenecen a la misma clase de re- Jaciones sociales. Usualmente el nombre en in- glés de la actividad animal se considera como a etiqueta general (0 sin marcar) de Ia clase, de tal modo que la guerra se subsume en la «territorialidad» o el caciquismo en la «domina- cin». Sin embargo, a veces el término marcado © antropoldgico’ se adopta como el nombre ge- neral de la clase y se aplica también a los equi- valentes animales. Por supuesto, esto pasa in- advertido en ciertas proposiciones importantes acerca de la «cultura» de los animales. De nue- vo la inclinacién antropomérfica no se limita a la sociobiologia vulgar. Por tomar una mues- tra aleatoria y limitada, en Sociobiology: the new synthesis, de Wilson, leemos que las socie- dades animales tienen «poliginia», «castas», «esclavos», «déspotas», «organizacién social ma- trilineal», «tias», «reinas», «chovinismo. fami- liar», «cultura», «innovaciones culturales», cagricultura», «impuestos» e «inversiones», asi como «costes y «beneficios». No me ocuparé de esta texonomfa antropo- mérfica que otros muchos han criticado eficaz- mente y con justicia, sino del problema autro- poldgico esencial que plantea la tesis de la sociobiologia vulgar. Es un problema que apa- rece a menudo en la historia del pensamiento antropolégico, no sélo con Malinowski sino principalmente en la escuela de la «personali- dad y la cultura» de las décadas de 1940 y 1950. 18 Marshall Sahlins La incapacidad de resolver el problema en fa- vor de las explicaciones psicoldgicas de la cul- tura justifica los propésitos més modestos que en la actualidad se fija esa escuela, asi como su cambio de nombre por el de

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