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ee ret enna SEs ee eee eae er ee ee eee ee Se Ronee eee it Fe ee nee ee eect ee een Se ee ven aa eee eee a eens Se eee een tir eens Cee ener en Se ee ee Se ee eee at et ee ee eee ee ere ee ae Ce eee ae ene ee en cc eer Ce ce er Ce eee a nen eee Se ee ee eS eee at Se er Ce ate ener Ee ee nee Se ne an en eater eet nactén radical de la psique humana no estin ‘completamente deteriinados en el sen aan ce eet! Sete ts eee arena ‘oooh oe aceEActs CHENELSCSTORUDIS Ini yee Peele ae Toacin see ira ans Cee dae Seid pte, seis Moa ga ray ae ‘ihr cian ea i inna Cast 081 00-26 Se Cai At ei ens pi Biel Seva Ing ii Pode Titulos de los originales en francés 1, Tiempo y ereaciéon ‘Titulo originalTempe et creation en Les carrefours du labyrinthe Il Le Monde Morcelé. Edicion du Seull, Paris, 1990, Tomado de la versién de la Editorial Altamira (Ar- gontina) y Nordan-Comunidad (Uruguay), 1990. 2.Complejidad, magmas, historia Publié dans le volume commémoratif pour Yves Barel, Systeme et paracdoxe. Le Seuil, Paris, 1993. 8, Imaginacion, imaginario, eflexién Liinconscient et la science. R. Dorey, C. Castoriadis, E. Enriquez, R. Thom, J. Ménéchal, WH. Fridman, G. Borquez, A. Green. Dunod, Parts, 1991. 4.Lo hecho y lo por hacer Autonomie et autotransformation de la société. La Dhilosophie militante de Cornelius Castoriadis. Travaux ‘de droit, d'economio, de sciences politiques, de sociologie tt d’anthropologie, N* 162 , Dirigés par Giovanni Busino, Librairie Droz, Genéve 11, rue Massot, 1989, ‘Tradueci6n de José Malaver Colaboraron en la elaboracin del libro: ‘Marcela Tovar, Angéliea Franco y Zuly Escobar Contenido Presentacién Cornelius Castoriadis| El laberinto del pensamiento y la creacién Fabio Giraldo y José Malaver an ‘Tiempo y creacién 37 Complejidad, magmas, historia 105 Imaginacién, imaginario, reflexién 131 Lo hecho y lo por hacer 213 Imaginacién, imaginario, reflexion Imaginaeion radical, imaginario social instituyente: sig- nificaciones centrales para la reflexion, a partir de las cua Jes el conjunto de la Milosofia puede y debe ser reconstrul- do, Es sorprendente que laimaginacién radical del ser hu ‘mano singular, de la psique ol alma, descubiertay discu- ‘ida por primera vez hace 23 siglos por Aristételes, no haya rnunca edquirido el lugar central que le pertenece en la asides do ese txt en, por una prt, formado ol bjt de una ‘onfronca en eleslegu sLnconcient eta ssonceongizad por la Univerided de Parle X(Nantre) realizado onl Unesco, e156 ‘Se marao de 1988, cn la notable arian de René Thom, Henn ‘any Ande Green Hata eonferenca fe publiceda en Lnconaient fla scone, Roger Dore (6), Pars, Duvod, 191, yen una tee ‘Gon deDavid A Curtis, en American mage wl 40. No 1 ambien en Peychoanalssain cone, Anthony Blot y Stephon Frosh) Lo fares y Nuva Yrs, Roto, 1005. Pr otra porte, clas eas han do expuostas en a marco de xlquio “Raz imaginocin o le ‘ture wader, organize por i evita Thesis Elen, Fala ‘en ngoto de 1991 on Melbourne. on actos de et coli ans publica en Rethinking imagination. Culureanl Creat, Gian osinson yon Rando) Londres Nueva York, Route, 1994; ‘mi conerenea Radical Imagination andthe Soci natting Imaginary: ne encoentra len Ie pp 136158, Agu toms en oni sto para insert alguns nuevos desarrolla. rat Cater a i t Ona sin filosofa de Ia subjetividad. Aén més, que el imaginario social, imaginario radical instituyente, haya sido totalmen- te ignorado alo largo dela historia del pensamiento filo fio, scioligico y politico, y asf permanezea’ Las razo nes de este ocultamiento estén profundamente enraizadas nada menos que en la heteronomia de las sociedades hu ‘manas cuyo pensamiento heredado no ha logrado, en este campo, separarse. He tocado este ultimo punto en varios, ayes desde 1975 y lo relamaré brevemente meade ante, Antes de ir ms lejos, un corto comentario sobre los tér- ‘minos imaginacién, imaginario y radieal, no es inti El retorno del término imaginacién se impone a causa de las dos connotaciones de la palabra: la conexion con I ‘imagen en ol sentido mis general (no so simplemente svisual») del término, es decir, con la forma’ (Bild, Binbildung etc),y su conexién co laden de invencién, 9 mejor y hablando propiamente, de creacin, : Utilizo el término radical, primero para oponetlo a lo que} he llamado la imaginacién «sogunda, la tnica de la quel sehhabla habitualmente, imaginacin simplemente repro. 1. Bia consaacn oan mela dade que prolira, hee una ‘quincona de aos, la ulsecin ndiactiinadn de termina igi ‘o eomosustanto, en contexion gu lo njorreten ao imeging So ini egundo yi mas fecuert os que ertenerean tc. ‘mente ano importa qué carats dela Soca gue leaves Ea artclarmente el eno de clertonscntros univrsarioasqus ll tnvocan en st nombre oiaginari para permits cus proton tn propurata de carers vaparment reais 2 Bin L'nstctionimogineire dela soe (1975) on particular bp. 240-24, 260-265, 293-206, 270.997, 43453. Cor Cats Auctiva yo combinatora, y enseguida, para subrayar la {ea de quo esta imaginacin viene antes de la dstncion ddlo real lo simaginario»o fctico. Para deel bru- talmente:es porque hay imaginacin radical eimaginario Instituyente que hay para nosotros «ealidad> y tal reli dea, aso onset api magia ral dal ipituyenta Es radical porgue caer niulo (in ‘Shia cum nif), No ere -mgenen- enol sentido tabi (ungueerea ambien: ojetonatemics, nde ma tecodos, ee), sino quo ea formas, que pcden Tignes on emo genera x, hablamos da imag inca deuna palabrayper,centalmente soni Scone naitulones ls dos iempre solidaias EI trinolmaginaro sagen eustantv, ys reir lr Tfontea tia ubstanca noes un adjetive que denota una cual ‘Asi, para hablar brevemente, se trata en los dos ensos de tunavis formandi a-causale. A-causale no significa «incon- dicionada> o sabsoluta>, absoluta, separada, destigada, jelativa. Todas las relaciones efeetivas no son causales. Ln sede de esta vis formandi en el sor humano singular es la imaginacién radical, es decir Ia dimensién determinan- to desu alma. La sede de esta vis en tanto imaginario s0- ial instituyente es el colectivo anénimo y més general mente, el campo socal-histrico. [Las péiginas que siguen se refleren en su mayor parte ala imaginacion radical del sujeto singular, Como he tratado 3 Goma en Sarre 0G. Durand 8 4 Onegin largamente el imaginario social instituyente en La inst ‘tuctbn imaginaria de la sociedad, sdlo leconsagro aqui un eapacio limitado, reforido esencialmente a las dimensio- nes obligadas de la institucin y las presiones que pesan cen su creacién. ‘La imaginacién del sujeto - filosofia La historia de Ia imaginacién de la psique est por hacer. No es aqui el lugar de emprenderla. Esta comionza real- ‘mente con Ariststeles, con el Trafado del alma, con el des- ccubrimiento dedos imaginacionesy sus vacilaciones'. Esta ‘se continua en los estoicos y Damascius, conoce un largo desarrollo en Gran Bretaa de Hobbes a Coleridge. Cul- ‘mina con el redeseubrimiento de la imaginacién por Kant ‘on la primera edicién de Critica de la razén pura y la dis- ‘minucion dréstica de au rol en la segunda edicién, su con- siderable restauraciin por Fichte, su reduecién, ineresbe, ‘una variante de Ia memoria por un Hegel maduro, el ‘redescubrimiento del descubrimiento kantiano y su aban- ‘ono subsecuente por Heidesger en el Kant Buch de 1927, silencio total del mismo Heidegger sobre el tema en st ‘obra que prosigue, las dudas de Merlau Ponty en Le visi- ble et Vinvisibleen lo que concierne al estatuto deo «real~ ¥y lo simaginarion’; sin hablar de Freuid —al que me refer 16 largamente mas abajo, que logra la proeza de hablar 1 Ver mi Ueno La decouserte de Mimaginaton, Live No.3, 197 Teton en Domaines de Uhomme, Le earrefors du lbiinthe Ti ps2, Be Ver texto «Merle Ponty oe poids de Phitago ontlguen Dp 15 ates en Fae fie Le ures du labrintheW Baie Bu Seu treo de 197 Cis Catia a través de toda su obra de lo que es de hecho la imagina- cin sin pronunciar una sola ver el nombre de és, Aristételes ‘Comenzamos por la via floséfica y, todo sefior todo ho- nor, por Aristételes. No se ha resaltado, por lo que yo sé que la phantasia de Aristoteles se refiere, en el Tratado del aima, a dos ideas completamente diferentes. La ma: yor parte de su diseusion corresponde a lo que es neces rio llamar la imaginagion segunda (secundaria), imagin- cin imitativa, reproductiva o combinatoria, y ha sumi- nistrado To esencial de lo que desde entonees, pasa por ima- ginacién, Pero, en Ia mitad del libro tres del Tratado, Aristételes introduce de pronto y sin advertir, una ‘phantasia completamente diferente, sin la cual no puede haber pensamiento y probablemente precede a todo pen- samjento, Eso que he llamado imaginacién primera; éta correspond, més.o menos, ami imaginacién radical. Pero cesta apariciin permanece sin continuidad y sin elabora- cidn, Al mismo tiempo es caracteristien que Arist6teles no establezca ninguna relacién entre phantasia y pois, La piss es para 6 echné y la fechné vimita la naturaleza incluso en el caso mis noble, el de latechne poset Motivos del ocultamiento Cémo comprender esta vaclacién, y este retrooeso del {Mlisofo ante una apertura tan importante? Bs porque toda 6, Ver i texto “Techniques (1973), retamado en Les Carrefours du labyrinth, ope, pp 221.268 1% i t i. Ong sin See er tetra mae eee a cuore ere sniscscedom ote ~ ala ratio, Razén, verstand overnunft. Correlativamente, lndoxa ha sido relacionada alas imprsiones de ls set inrennanamemeceee al ser, y esta btisqueda debfa ser asunto del logas y el eae Este parecia excluir que ella debe cualquier cosa. que sea ala ooo eee pare price Eonar que: verdaderamente es cl onda on? Mephatntely Estediscernimiento es deberiaser la obradel logos. Logos {3 lo que ae dice y lo que es dicho; pero es también lo que permite decir, tanto al ser humano singular como ala co: ‘munidad de sores parlantes, y /egein, en griego significa tanto el bien decir como elegi; el elegir presupone ol di comir: En Aristételes, logos es un término miltiplemente 7 Ver lon texionctadosen la nota No.2. elias Cars polisémico; pero en su célebre frase anthropds esti x00m Togon echon, lo humano es un viviente que posee el logos, Jogos se refiere centralmente al lenguaje. La traduecién ‘enimal rationale se debe a Séneca en el primer siglo de hnuestra era, Pero, Zeémo los humanos legan a estar dota~ dos de lenguaje? ide dénde viene el lenguaje? Se sabe que fa discusion que conelerne al cardcter natural (phusei) 0 ‘convencionalinstituida (nom2) del lenguaje es intensa en Grecia al menos desde el siglo V. Los argumentos de Domécrito que se refieren al carécter convencional/inst tuido del lenguaje no han sido superados desde entonces, y no podrian serlo, Hi Cratilo de Paton permanece sin onelusién, pero con toda evidencla apunta a ridiculizar la idea de un cardcter snatural» de las palabras. Aristoteles, definis la palabra como phoné sémantibé hata aynthékén, tuna «oe» (0 sonido) que significa segtin una convencién, peronolleva su reflexion mas ejos Sin embargo esta aper ura permaneceré sin continuidad, Los griegos hablan ‘descubierto la distincién entre physis y nomos, entre ls paturalezaylainsttteiny, més ain, lahabfan puesto en préctiea al cambiar explicitamente sus instituciones. Pero us Mlsofos, los més importantes aparte de Demécrit, 9¢ abstuvieron de elaborarla, y es claro, en el caso de Platon por lo menos, que temian abrir la via a lo earbitrario» y a fa libertad, Ast, el origen social —Ia creacién social— del lenguaje y de todas las intituciones, clara alos ojos tanto de Heradoto como de los autores de los escritos Ihipoeréticos, y demostrada en la prictica de las ciudades, cen particular las democraticas, permanece sin consecuen- ias para la flosott, Dos eonsideraciones permiten elucidar esta extrafia abs- tencion y su validex sobrepasa de lejos el periodo griego 1 Ont deere Cuando la tradicion yo la reliién evsaron de suministrar tuna fuente indiscutible y una formulacion eategorica de la ley y la significacin del mundo, la filosofia vino a ocu- par su lugar. Esta operacign exigia el establecimiento de ‘un fundamentum inconcussum, fandamento inquebran- table que debia ser la Razdn. Y, seguida de las categorias ontolégicas que muy pronto han emergido, esta razén po- da resid en las Cosas, las Ideas o los Sujetos —es decir, cen los Individuos Substainciales, las cosas capaces de ideas, res cogitans — pero ciertamente no en un colectivo social ‘anénimo, que s6lo podta ser visto como una simple colec- ciGn de tales individuos, comprometidos en un comercio a ‘causa do sus necesidades, su miedo o sus «céleulos racio- ales ‘Asi, desde el principio, a en Parménides, a filosofiaafir- ma el axioma ex nihilo nihil, constitutivo de la logica conjuntista-identitaria, Pero la imaginacidn radical del ‘sujeto humano singular y el imaginario social instituyente ferean, y erean ex nihilo. Y lo que éstos crean debe ser un nno-ser, 0 mejor ficciones eilusiones, Desde luego, esto es luna no-solucion, puesto que las fleciones y las ilusiones son (% por ejemplo, pueden tener consecuencias «reales» colosales), Esta dificultad fue recubierta, cuando lo fue, por Ia idea de «grads del ser ~o «intensidad do existen cia», ligadas de inmediato con el criterio de laduracién, de tal suerte que la permanencia, la oternidad y finalmen- te la a-temporalidad devinieron caracteristicas funda- mentales del ser verdadero, identifieado a la inmuta- bilidad —descalfieando asi todo lo que pertenece al fujo heradlitiano— y a la universalidad —opuesta a todo lo ‘que necesariamente debe ser para todos ya lo que simple- ‘mente le sucede a cualquiera—. Es claro también, desde Carolus Catia «que Ia filosoffa devino teologia, que la creacién slo podia, ser pensada como privlegio divino, por definicién, inacce sible a un «50 finitos; esto se ve atin eon elaridad en Kant {¥ sus argumontos contra la posibilidad de una intuiién, intelectual. Mutatis mutandis, odo esto permanece ver- ‘dadero hoy, a pesar de las condenas de la «metafisiea la -ontoteologia», y las habladurias comerciales sobre la ima- sginacin y la creatividad transformadas en slogans publi- itarios. Kant ‘Rogresemos a las consideraciones histriea y abramos a Kant, En la Critica de la razén pura (Seecién 24, B 151), se encuentra una definicién en buena y debida forma: la, Imaginacién es el poder [vermégen| de representar un ob- Jeto en Ia intuicion incluso sin su presencia", Se puede notar que Parménides decia ya lo mismo, sino ms: -con- ‘sidero como los fseres] ausentes en presentes aporipara el nouss*. Curiosamente, Sécrates en Platén, va mucho ‘més loos, cuando afirma que la imaginacién es el poder de represontar(se) lo que no es, Kant prosigue: «camo to das nuestras intuicones son sensblos, la imaginacisn per- tenece a la sensibilidad>. Como intentaré mostrarlo més abajo, es lo inverso lo que es verdadero: la sensibilidad pertenece a Ia imaginacién. La imaginacign de la eual ha- bla aqui Kant es la imaginacién segunda 8 nl trade =. aude de rpresntars en la inti un jee en asenca mi 9D: Kane, FR i os Chea de ean Se sabe que Kant id mucho mas allé de lo que esta defini- cin implica: la eoncepeién dela «imaginacién trastenden- tal», los parrafos que conciernen al esquematismo e inch 0 a substancia de los capitulo sabre el espacio y el tiem po, van mucho més lejos que esta definiidn de psicologia escolar, Volveré sobre ello. Esto es citado aqui para que se le pueda yuxtaponer Ia definicién verdadera: la imagin ‘idn es el poder (la eapacidad, la facultad) de hacer apare ‘er representaciones, que proceden o node una excitacién: externa. En otros términos: la imaginacién es el poder de hhacer lo que, realiter, noes. Realiter aqui quiere decir: se sn la realidad de la ciencia fica () Consideremos, primero que todo, e aso de una incita cin (0 vexcitaciéns) externa, Fichte, que en la primera version de u Wissenschaftslehre le da ala imaginacién un peso mucho més grande que Kant, habla de choque (Anstoss). En esto, tiene razén, Pero Kant, alhablar de los sentidos, opone la «receptividad de las impresiones a la ‘espontanedad de los concepts. La imaginacién,con toda evideneia, deberia estar del lado de a espontaneidad, pero, ‘curiosamente, ella es dejada por fuera de esta oposicion Y, si ella es vista como perteneciente a la -sensibilidads, deberta ser pasiva; idea ala que es dificil encontrarle sen tido. Pero cqué es, de hecho, esta «receptividad de las im- presioness? ZQuées entonces laSinnlichheit la sensbil ado sensorialidad? Dehecho, no hay ninguna -receptividads 0 ~pasividads de Jas simpresioness. Para comentat, no hay simpresioness Las -impresiones- son un artefactoflosifico o psicolgi «0. Hay, en algunos casos, pereepciones, a saber, represen: taciones correlativas a los objetos sexternos» y mas o me- Cus Corins nos «independientes-. (En algunos casos solamente: para toda la filosofa heredada hay un privilegio exorbitante de la percepcién, ain més exacerbada en Huseerl, Heidegger 1 Merleau-Ponty. Estas percepciones contienen sin duda ‘un componente -sensorial». Pero este componente es él ‘mismo una ereacién de la imaginacién. Las «sentides» hhacen emerger a partir de una X cualquier cosa que fs ‘camente- 0 -realmentes no existe; si se entiende por re lidad», la realidad. de I fsica: éstos hacen emerger los colores, sonidos, olores, ete. Bn la naturaleza sfisiea» no hay eolores, sonidos u lores: hay sélo ondas electromag. néticas,vibraciones del aire, especies de moléeulas, ete. El ‘quale sensible, las famosas =cualidades seeundarias» son tuna pura ereacidn de la sensbilidad, es deci de la imagi- nacién en su manifestacién mas elemental, que da una forma, y una forma expecifica a gualquier casa que, ven. sis, no tiene ninguna relacién eon esta forma. Existen, evidentemente, las «dos mesas> de Bddington'™ Esta mesa, la que toeo, yeo, sobre la cual me apoyo, con- tiene tna pluralidad indefinida de -elementos~ ereados , por la imaginacién singular yel imaginario social. La otra ‘mesa —que, en realidad de ninguna manera es una, ‘mesa sino un vaclo salpicado a distancias planetarias por protones, electrones y/o vibraciones electromagnéti- ‘cas es una eonstruecién clentifica tl como la ciencia a fubrica hoy! (¥ esto no Ia hace menos imaginaria, en el "Gentido en que yo entiendo el término). 10. Ver Dinsttaion smaginare dela soit, op cit, capitulo VI pp. #0451, vr tambon -Merleat Ponty tle pol do Theres fontloggue-, Pasi, 1 Calbre Gemplo dado por Radington en La nature dt monde phosique, 1827 Ml m lg deta cea Digresion sobre la fenomenologia ‘Como la validez o Ia pertinencia de esta distinci6n ha sido de nuovo cuestionada recientemente, del lado de los enomendlogos que invocan la aetitud de «primera perso- nna’, una digresién parece itil No hay evidentemente distineién,en el objeto, entre cuali- dades «primarias» y cualidades ssecundarias»; entre el ‘ndimero, la figura, el tamafo en la medida en que éstos so ‘pondrian al color, al sonido, al olor, al gusto, al tacto. Desde ‘miego, las primeras caracteristicas de lo ategorial» y lo ogico-, se presentan como formas universales, mientras ‘que la caracteristica de las segundas.essu concrecion cada ‘vez singular. Pero todas estas -cualidades» son ereaciones del cuerpo viviente, del cuerpo animado; en los hummanos, de ta psique incorporada, ereaciones ms o menos perma. nentes o transiterias, més o menos genéricas o singula- res, Estas creaciones son amenudocondicionadas por una, X sexterna-jno «causadas» por ésta. Las ondas luminosas, rho estén coloreadas, y no eausan el color en tanto color. Estas induce, bajo ciertas condiciones, la creacion por el ssujeto de wna imagens, la cual, en Ia mayoria de los casos ‘—y por asi decir, por definicién, en todos los casos de los| ‘cuales podemos hablar, espartcipacion genérica y socal Esto no significa (lo que es la falacia sidealista» 0 ‘enrtesiana) que estas imagenes sean imagenes «conf sas» «en el espiritur, Estas no son =confusas- ni «mds 0 er por domplo, Chass Taylor, Sout ofthe sei, Cambri, Cpe Veh pp dy siguente, Richard Rory tambien ha atacedo eta ‘istine6,dhdy r panto devs Ro Goro Cais ‘menos confusss, y no estin -en el esprit, stas son justo lo que son: imdgenes, no en el sentido de seonos» 0 ‘imitaciones: sino vorstellungen, ropresentaciones 0, me- Jorpresentaciones: presentaciones de alguna cosa dela que nada puede ser dicho, salvo mediante otra presentacién, a propésito dela cual ol discurso estaré eternamente abier- ‘to, pero que con seguridad no es ni sidéntico» ni «isomor- fox a éstas. (E]andliss familiar alos neurofisidlogos de la -constancia del color» lo muestra elaramente) Son mane. ras originales de «roaecionar.,y esto sélo en cierios casos ‘un compositor al que le «viene> una idea musical, no «reae- ciona a alguna cosa, en todo caso no aeste nively segurae mente no a alguna cosa externa. Esta «reaccién no ex sna idea en el espiritue: ella es un estado total del sujeto (couerpor y salma»), ‘Pero esto no significa por lo dems (a falacia fonomenolgia) que la actitud ven primera persona o «intencional» me de las cosas tl y como ells son». Ksta es la extra thsion realista de la fenomenologia que coexiste paradéjicamente ‘om consecuencias fatalmente solipeistas: Jeémo puedo sa- ber que algo existe para la otra persona a decir verdad, que laotra persona existe simplemente i eatoy confinado en mi actitud en primera personas? Desde el punto de vista esr trictamente fenomenol6gio, no tengoningtin acoes a lex: periencia de las wotras personas; tas yas vexperiencias- slo existen en tanto fendmenos para mi. La simpledesig- nnacién del problema en las Meditaciones cartesianas de Huser! (o en la Fenomenologta de la percepeidn, de Merleau-Ponty) no es suficiente para exoreizaria, La ),en medio del cual siempre soy el ahora en perpe- tuo movimiento. Desde lop, to eto prosupone que de na manera u bern yo de primera mano qué se asemga ver le: ambign que o de primera mano # que ae asemela Cnr onuna sotead done ls cosas ms mportantesson Inv sigmeaciones maginaras soils; por cjmplo ls rina ls billets de faneo Es certo que naa nade pure hacer qusnooton dejeron de vivir "en" “por experiencing a rateton ta misma como un ob Sto, que eqivale alo misno,como una experiencia ‘ie hala poo ser la de oto Taten = verdad, pia continua etando » Taylor, que no puedo -oxperi frentar mi doit de melas como una simple idea en mi coprity casa por aseries dl dente que envien seni Teva lo largo de os nervos hain el corabro~. Pero noes tampocsebigado a areptar eta sexpertenciasegho rar ottan vias de acs hecho fenomenice del door de Intel como las qu mellevan, pr emo, tomar una ‘Spire oa acura dentist ‘To Toylor bro Descartes op. p 162 M6 is Ontos dos ia Detrés de la actitud fenomenolégiea 0 «en primera perso- nna», hay la tentativa de presentar -mi propias experien- ‘cia como la dniea auténtica 0 en todo caso, como privile- iad; la inica que da acceso a «la cosa misma, die Sache ‘selbst. Pero en realidad esta experiencia no es sélamente ‘la mia, ésta participa de una genericidad biologieay 50: ial; de otra manera, no podrfamos nunca hablar de ella tan torpemente como se quisiera; sta no es una , sinouna creacién imaginaria; ella no da acceso a Ja «cosa misma», sino que reeneuentra simplemente una X, y esto sélo en ciortos casos, y sélo en parte. Ella no tiene privilogioMloséfico absoluto. Noes més que un pun= to de partida eternamente recurrente y (provisionalmen- te) terminal, Home is where we start from, escribié. S Elliot, es desde nosotros que comenzamos. Nuestra expe- "encia personales nuestra cas personal pero esta casa, nno seria una easa sino una caverna solitaria, sino eat ran un pueblo o en una ciudad. Pues es Ia colectividad la que nos ensefia c6mo construir éasas y cémo vivir en ellas 'No podemos vivir sin una casa, pero tampoco podemos per ‘manecer herméticamente encerrados en . Bs ésta la di= nis Cat ‘mensin propiamente ontolégiea de la cuestién, que no pueda diseutir aqui (Ql) Pero no tenemos sélamente relacion con las represen- taciones provocadas por «choquess externos, En una in= dependencia relativa (a menudo, absoluta) de estos cho- ‘ques, tenemos un «interior». Aqui, dejamos la eompafia delos animales, ete:;no porque éstos no tengan vinterior=, sino pore de éste no podemos decir nada con sentido. GAA qué puede corresponder el ser de un murcislago?>, ‘en qué piensa tn perro que le ladra a la Luna’). Este interior flujo perpetuo y verdaderamente heracliteano de representaciones, afectos e intenciones, en verdad indisociables. (Sobre esta indisociacion, ni Kant ni Fichte, ai ningiin representante de lafilosofia heredada ha dicho ‘gran cosa, Alo sumo, el sujto serd rolegado ala «psicolo- ‘a empiriea>. Pero esevidente que las preguntas que data Fesalta son de una importaneia cardinal para la ontologia| del para s). No me puedo extender agui sobre este aspec- to. Es suficiente decir que, en ese fluo, as representacio: es (los afectos, las intenciones 0 deseos) surgen en prin- cipio de manera sabsolutamente esponténea», y mas ain; ‘nuestros afectos y nuestras intenciones (deseos) son crea: clones de esta visformancl a-causal por el hecho de ser, su ‘modo de ser y su gor asi. Y en evanto podemos ver, este flujo de representaciones, afactos y deseos, es singular para ccada ser humano singular, Se puede decir que nuestra To be dncutho largamente en vars textos. Ver =Portée tnioloiqu de Phstie deta een en Domoines de mine, op hcp 19-485, yon ate Afton. pp M1 v9 150 Onaga len imaginacion sensorial y sus companentes ligios son, para todos, «idénticos» (esencialmente similares serfa un me Jor término). Pero, en la medida en que sus productos son ‘co-creados, en tin grado decisivo por el «interior», ineluso festa imaginacién sensorial cs, al fin de cuentas, singular (de gustibus et coloribus.... Sin su primer aspecto (el aspecto perceptive que concierne al -exterior-), a imaginacién radical crea para el ser huma- no singular un -mundo propio» geiérico, un mundo sue cienitemente compartido con los otros miembros de la espe- cie humana, en su segundo aspect, el aspecto propiamente Psiquico, ésta erea un mundo propio singular. Bs diffi! no ‘exagera’ la importancia de este hecho. Es este «interior» el ‘que hace posible y condiciona, primero que todo, un distan- ciamiento relativoal mundo considerado como simplemente wdlado- en segundo lugar, una Binstllung, una posicion y disposiion activa y actuante con rolacion a ese mundo. Re- ‘presentacién, afectoe intencién son al mismo tiempo princi- ‘ios de formacién del mundo propio —ineluso materialiter Spectati— y principio de distanciamiento con relacién a exe mundo y de aceién sobre él (ITD) Algunas palabras sobre el tema de la «imaginacién trascendental> de Kant. Sin que se pretenda minimizar la nportancia del descubrimiento kantiano, se deben indi tear los limites de éste, Primero, la imaginacién de Kant fest sometida, de un extremo al otro, alos roquisitos del ssconocimiento verdadero, En segundo lugar, —y precisa- mmente por esta razén—, éta es eternamente sla misma. Si la imaginacion trascendental comienza aimaginar cual ‘quicr cosu, el mundo de Kant se hundiria al mismo tiem- Core Cain po. Por esta misma razén, Kant no puede o no quiere ver Ja funcién creadora de la imaginacién en el dominio cognitive (cientitico filosofico). De este hecho, la exis tencia de una historia de laciencia debe permanecer en el ‘marco kantiano como una simple acumulacién de induc- ciones 3, como éste no es visiblemente el caso, la historia se converte en tn enigma'® Dos anotaciones adicionales se imponen aquf. El punto ‘mas fuerte —y el més verdadero— de la concepeién kkantiana de la imaginacin es evidentemente Ia idea del fesquematismo como mediacién entre las categorias y los ‘datos sensoriales». Alintroducirlo, Kant escribe: -hay una potencia ocultaen las profundidades del alma humana...» que es fuente de los esquemas trascendentales. Pero uno se pregunta qué vienen a hacer aquf el valma humana» y sus -profundidades»? El alma humana, para Kant, eem- plaza la «psicologia emplrica», donde la causalidad reina soberana, Esta no tiene nada que ver con la dimension strascendental- que supuestamente asegurala postilidad de los jules sintéticos a priori La imaginacién aparoce también en La eritica de la facul tod de juzgar, pero éstas6lo es allf mencionada, no utiliza da. Elorigen de la obra dearte es atribuido auna potencia, ‘readora, pero esta potencia no se relaciona con la imag nacion y ésta no es llamada creadora (Kant habla de schaffen, no de schipfen; est ultima palabra s6lo aparece ‘una vez, y en un contexto indiferente), Esta potencia es el genio, pero el genio trabaja como natura (als Natur). No- sotros gozzmos, en la obra de arte del «libre juego de la 15 Wer cPoretroologique de itive el seep 1 utp dele cin {maginacién on conformidad con las leyes del entendimien- to», pero el valor de la obra de arte consiste en que ésta prosenta en In intucién la ideas de la razén. Por mi par- 1, eonfieso ser ineapax de ver las Ideas de la razén pre- sontadas en Antigona, Bl rey Lear, 0 en Bl Castillo, (AV) Regreso al rol cognitivo de Ia imaginacién. Kant, se sabe, distingue y opone la «receptividad de las impresio- ness y la eespontaneidad de los conceptos {puros)». De ‘hecho, mas alld, una vez més, de la simple excitabilidad, Ja espontaneidad —espontancidad imaginante— esté ya desde el principio. Es responsable de la forma de Ie im presiones y su puesta en relacidn; es, en otros términos, responsable de la repreventacin primera. En la constitu: cin de ésta —que Kant llamaria, en la primera edicién de la Critica dela razén pura, la «sintesi de la aprehensién en a intuicién-— podemos reconocer el trabajo de laima- ‘inacidn radical del sujeto, que contiene ya en él mismo Jos gérmenes de la lgica, ya que toda formacin implica ‘puestas en relacién méltiples sagin reglas. [No nos vamos a detener en la segunda sintesis distingui- a por Kant, la sintesia de a reproduccién en la imagina- cidn» que es de hecho la memoria. Pero algunas observa ciones son necesarias sobre la tercera sintesis, a sintesis, del reconocimiento en el concepto». Kant escribe" que =si no tenemos Ia conciencia de que lo que pensamos ea prec- samente la misma cosa que lo que habiamos pensado un ‘momento antes, toda reproduecién en la serie de las re- 1a Tradussion de Barn, Pri, GP-Flammarion, 1967p 645 Cavs Cri presentaciones seria vanas"".{Cémo aseguramos esta con- ciencia? Kant introduce aqui el coneepto. Pero el concep- ta, en el sentido propio, no es necesario. Un perro no tie- ne, probablemente, lo que llamamos el concepto de un co- nig, pero él sabe muy bien que eel mismo conejo el que persigue a lo largo de una trayectoria (Ia cual es por lo ‘demi la slucién de una ecuacién diferencia la dela curva do persecueién, que minimiza a cada instante el espacio ‘que falta por recorrer con relacion a la presa en movimion- to: inmaneneia de Ia logiea matematica en el comporta- siento animal), Esta mismidad de a representacién a tra- vvée de los actos sucesivos del sujeto se debe apoyar sobre ‘algo que sélo puede ser la «imagen- 0 la representacién, como genérica, a saber la capacidad del sujto cualquiera {que sea, hombre o animal, de ver en esta representacién cambiante en el seno dal flujo heracliteano de lo dado lo ‘mismo, de no tener en eventa los elementos secundarios (por ejemplo las simples diferencias de tiempo y espacio) y conservar lo esencial en cuanto a necesidad y uso come la ‘misma imagen. Pero el concepto no es suficiente, La conciencia de la ‘mismidad debe igualmente apoyarse —y aqui entramos en el dominio humano— sobre algo que esté alli para la imagen o la representacién, algo para alguna otra cosa, el ‘uid pro quo. Esto, en lapsique, puede ser variable, puede ser a veces stable, por ejemplo, fijacién sobre una imagen como representante de tal o cual cosa que la supera. Pero 17 am te tae foon inna oe agua cn de a Cite, ‘alma orqr stole dan unelcenlalagsa Cx Hes, Kintydlpblonadelornfn rohan fae, Alperse de Wore Wier Boe Pa Glad, 1853, px. 217268 153

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