You are on page 1of 51
Coleceién Teoria e investigacidn en las cieneias del hombre Dirigida por José Sazhén Alberto J. Pla Ideologia y método en la historiografia argentina Ediciones Nueva Visién Buenos Aires La historiografia econémica y social De la historia factica se pasé a de precios a través i formas intermedias, entre Ins cuales las més impor- sa ero, y Toynbee Vico. Los autorés d a de faz. Y si el presente en que vive ol imer testimonio que él mismo debe ana- lizar_para estudiar el pasado, como afirma Witold Kt i ex¢ historiador actual debla_p jones, y su_material Es necesario estudiar el nueren. Y ée es un ciclo que no indose a poner en fila una serie de incluso i Toynbee incorp saben responder 4 cierto nivel de histoviogr ayuda para gue se abriera eé ‘espe: rente en lo que se reflere a Inglaterra, que él tomaba como centro, por ser el sector més desarrollado en su época desde tun punto de vista capitalists, y protagonista, asimismo, de la Rey cambio que presagiaban las nuevas téricas solo se fue dando en forma lent: enfoques eran mas bien Hos 1e8 que los separaba del marxisiio pros tud pragmética de Ja burguesia al filo de sus grandes el siglo xx se trasladaba asf, involuntaria- fel de Ia actitud cientifiea en’ el eampo de la historia de los preeios se presenta como una que, 9 través de un sujeto —los precios—, establece series que se pueden analizar al cabo de clertos perfodos de tiempo mis © menos Lhigos. Y la historia empieza a encontrar su nueva justifieaclin metodoldgica en esta historia de los precios. Dis amos que para algunos esto se convirtié en un fi en sf, pero otros entendieron que era una técnica de apoyo, Cuando de esta manera, el campo de la historia stabs ya sélidamente establecido, Halperin Donghi, al referirse a las dis- as concepeiones de las escuelas listoriogrdficas contempo- rineas, dice sobre esta tima: t Se trata de la historia de precice, Investigacion precios se han hecho desde may attiguo; sSlo la eis registrdas y medidas las pulsaciones mismes dela Vida del parado, he aqui la fe que anima a los invetigadores de precio, Una fe confimada a menudo por Ta experiencia pero previa & toda experiencia. Eve complejo movimiento de sovtaccin re y exp no es ésa Je nk Carlo Cipolla hable, com innico deadén, hoy se y Hamitton tocuneron en la culpa de tomar vn que obstinadamente se reisten a Ta ya. apenas secots torindores de le coyuntura econdmico sonal sells ¥ complejidad fas estructore de las pasadas 40. y % dinimico mediante un sitema cerrado proceso censtenes fle equ 4 pleamarcs y cine wep tes de tt histvn de precios hay una pretemida compastte © ba sentido a ta historia de clon cltrales yf Sl ion des generis, Es de nacsle penn mo J 205, sno Je caplar ln etructucn nme de ese teldad, Ie ora de. tiempo. histrice. Usa tetas no clustada, que denis con instumentos de captacin sit fines yprecbos 9 Dejemos de lado la discustén de ciertos det pl i, Lo importante es que se trata de un indlor argentino adserito con bastante firmcza a la co- rriente que esti clfiniendo, A partir do allf surge un nuevo centro de interés. El estudio de los precios incorpora répidamente el analisis de los ciclos, y ‘través de los precios empiezan a trazarse curvas, a establecerse alperin Donght, "Crisis dea hi graf y ext de Ls cu 1% en Imago Meni, Buenos Ains, mat fo de 1856, pp. LILA 6 de descenso, y re empieza ah isticas. Hay ahora periodos de ascenso y periodos, inevitable introducir algunos matices. Se decenales, de larga 12s, Se hacen distinciones, a su vez, enlre ripido o lento. La acelera is. ¥ sin damos cuenta, Ir concepeiéa de Ta historia como historia de cios se convierte rpidamente en wna téen jest Labrousse dose te que la brar a muchos antes que él, pero preferimos truzar las roducido Ix cuantificacién en dato més que debe tenerse en determinante en el a De todas maneras, se Ih historia, pero no como ‘como saldo, en los dist mpos, erisis que fe necesa superar. Y, como siempre, la toma de concfencia va en retatdo con respecto a lo material, a Yo econbmico. La c torica asume lentamente el cambio. producido iazes con la economia se hacen mis fuertes. dos campos especificos donde jarse enseguida, istas tienden los cambios pero sobre todo e tendencias, et de construceién do curvas, en al tiompo largo. De mis que un pase. Y esta historia cuantitativa que aparece tiny Yeciemestnts ex el punto coniante al gue ha Teed remos este panto. te, que Ia neces a Tn eo tot at etna rouse hice dpoct erst moment Asf, en forma paulatina nos hemos introducido en el campo antes de discut centendemos | ie ‘conupuiesta por diversos Esa interdependencia Ninguno de esos rélaciones de produc- tos miodos de produc econbmnoas, sociales, ete. “se desplan «Ta extractura | i De abf el nombre con que se Ia conoce. Decimas esto porque, en metodologia no hizo més que poner las cosas al derecho al subrayar lo econémico. Luego se mantuvo el nombre “histo- ca” para justficar el cuantitativismo como escuela . Lo cierto es que Ia nueva metodologia deberia Ila- se materialismo histéried, que es de Ta tnica manera en i “Gu Tos Hechios que'se dan en las otras estiacturaé 0 econ6- i fhicas pueden integrarse en una visibn totalizadara, de los he- ch ids en ia, La "m0 os en I “no ¢ un modo de 0 formacién econfmicosocial, pero no puede b- fender el modo de produccibn inberente a “Marx no_eri_miecant relacién din estructuras. No_es_mecdniea ni t a inwariable. Por el contrario, cada ex eBriple eo estabilidades son “alates y des entre Tos elementos qi lanes som alteradas por sus conexiones con s. La estructura mental, iciones preestabl La metodologia politicos prodyeidos en un cierto corto o relativamente costo. La historiogral ‘muestra en forma cabal, incluso més que ln europea, para poner un ejemplo muy eonorida La metodologia econémicosocial centra al sujeto de su ine ign en Ja economia y en Ia sociedad (no en el hombre x, sino en To social). Para visualizar sus cambios len. tos en comparacién con los politicos~ sa andlisis tende a be. cerse estructural y a myinimizar la importancia de hechos veel. 405, 0 singulares. En ciertas ables hechos importantes xr por lo menos das estructura y la 60- que comprends, gue inclae cién_ que ha sido el abjeto de la ional, Claro que el problema ane este enfoque supone que In historigvalia tad coneiba en un solo nivel: Te estructura oe | 8 niveles estructurales y analizar cémo juegat estructura ena ca re Pence Ie pores ei, te desenoh enn tendoncia a cua medi el Sen eep istérico. Y esto es los, se i tas sitvaciones, ya que ninguna econ de amestro mundo de hoy es hist subemos perfectamente que estos au- ny confeccionan estadisticas; es més, a veces ja y eseriben mis que nada famos decir regional icas dentro de warear, rubros absolutamente obi Poro dado que sus cifras de- tales como idud de au a la nacién, Marczewski dice que i movimientos de larga duracién, a fin de contra~ tampoco di es In preeminencia do lo cuantitativo, que da seguridad cio de cifras. Seguridad sparente, actitud seudo- ica que descasta del snélisis variables que no se pueden matematizadora une gradualmente en un titativistas, y los liga sin que prolagonistas. Dice Pierre Vilar, jstomelSglce, Qué butcamcs los bistoladores? @Y ae posbidades? Es necesrlo ante hierioriente, que e necetio elevar la historic a la fers podria consfderane ul oe in sus yes, Pero blvidar que le materia de la bistoda —el Ts sociedad deborda ilinitemente Je materia econd- todo puede aclaar a cada una de las 1a 9 aprebenders. oro, ges posible pover por su dependencia In materia social y humana desde sus ovigenes, fos dos autores puntuatiza istoriadores y economistas Shoginess Pueste que Te constrceiéa de un fe pucde hacer con indopendencia de toda niente aun diseurso se puede hacer utili zanJo como base un exqtems gener, aplicable a todar far real- Ades de wn mismo tipo, 8 nal, inversién, eto. Y se trata de construis ese 2 Oceania” por Ios eustre aos 1995-1838", legitino det dice Vilar, el historiador, la guerra no es ‘exégena’. No Te ar... Su fares; que es lependencia an mis a necarismas do todo el is de tiempo” ccurvas en las cuales pasen inadvertidas las guorras mundiales, pero lo que no se puede es pretender que ello constituye Jn bistoris del siglo xx Este tipo de anilisis que solo e En nuestro pais solo conocemas intentos de hacer estudios texte tipo en los trabajos ce Halperin Donght y Evoluctin del comercio exterior argentino, pero que llega a nuestro medio. Por ‘0 de desctibir en el tiempo corto se olvidan permanentemente 80 series de precios reffejan relaciones sociales de 2Qué hay detrés de los precios? “Es més, esto singulariza n los paises subdesarrcllados es una baj fnversién anual, El lector se puede dar cuenta de que Rostow tebrico de esta escuela. Sin embargo, las estadisticas ‘aciones Unidas demuestran que Venezuela, Colombia yal Congo (ex belga) tienen una tase de inversién anal que oseila entre el 15% y cl 24%, Deberian ser mis desarro- jas que Jos Estados Unidos, Estos autores hacen hincapié y se olviden de que de produceién especifi- mes econémicesociales os- gamottando™ [erat esor sutoes dante ado ns dengue rras mundiales como hechos anecdéticas de la historia eon- temporines, eémo van a detenerse en nada menos que un fenémeno de dominio imperialistal al fos sefiores que casi ni hablan de ismo son, parae nte, el otro extzemo de la tendencin representada por ier Sombart, que hace hincapié en des det 1, pero no toma en cuenta defi nse centr en consideraciones ‘que_ha_inbo- A campo de las efencias sociales, poder actuar, sigie: 5 eoxprender es nese wun modo oie. son bia intelectual que le Jo que no sea En El Capitol encontrames an desstollo muy s tide mis 1 Trangols Bresson, Las estrucivesy Tos hombres, 1960, p. 29, ue como se comprende vale por lo que reconoce ue afirma. Pero en ese mismo trabajo Godelier? nosotros porque.es uno de los rir a Jo mismo, cuando seria de fundamentar otro plan- que en esta polémica solo los mn, pues al rechazar la sobre- idia- Godelier, "Notas sobre os conceptos de estructura y contr Aprosinaeién al » Galeros, Buecoe Ake, cn las disciplines humanas He lo win pequosa parte de twatade del mismo m Esto autor, entre Jas clencias sociales, solo rescata a la lin- y la demografia, “No podrfan pues colocarse —air- le, 0 disfamos cuantificable, porque dice Lévi- : “La desgracta de las ciencias humanas consiste en de interesarse’ por sf mismo”, ta del concepto do ectucture, segtn 1x cual Ia ‘or capaz de persstir como snvariante, pese a Tas mo ‘manera, Ta n0cién centro del andlisi Y ms atin, dice Soboul: En el movimiento de Ia historia, las estructuras son a ln vex sostén Y abstéculo de Ta Ristori Esta sec reveladora de las diferencias conet \diceiones son el motor de las variaciones, y tods la 1 Albert Soboul, Las estucturas y Tos homb pp U8 y ss Atel, Barslona, 1968. 85 1s de diferente grado. Para el marxismo, | 1o de contiadicciones. En cambio, siructralismo es un pensamiento que a | iz ce E¥En historia, el movimiento es™> ya losea In historia, ctenin el También concieeit del movimiento su originalidad fon asto oF esencia. a Pareciera_que estamos en la polémicn de Viar con Mare- niba, Porque en 1ea- pretende hacer de las ue niega Ia posibilidad de gar a la categoria de ciencia, tas y cvantitativstas en Ta misina sprelacién, Quede claro que nos referimos all mé= todo, y no a los asuntos a los cuales circunstancialmente cada is, istas no tendrlan ningtin inconveniente en suscibir lo afitmade por Lévi-Strauss, quien dice que Ia bis- toria econdmiea salo puede existir desde hace doscientos afios, © poco més a lo sumo. Es que antes, no hay sistemas de contabilidad y desde In Revoluciin: Industrial los hay, pero muy defectuosos. Todo el resto. de Ja historia es amrumbada fuera de los limites de Ia efencia, o de In posibi- Tidad del conocimiento cient Por eso no puede extrafiar que, para un Godelier, las con. tradicciones dialécticas en. Marx no son interas con respecto a kas estructuras sino exteviores a ellas, Es ln manera de salvar dn porn on, Te Schnee ern ce ee eee er sus famosas invariantes. NI tampoco puede asombrar el he- cho de que Althusser, que por otra parte tiene sus propios planteos originales en lo que ataie a by escuela, legue negar dad bistéviea por cuanto convierte las es- trueturas i ge de su claro revisionismo nebstali- ‘ice con todas las Tetras.t - 0 que el'rechazo de la dialéctica es total, all margen pretenda recubrirse con unas cuanta: discursi ido Marx sostiene qu Pésito de rechazar Ia idealists en este ‘caso, Por po en lo mater le la metafisiea, pero se iamiento, ya que, como contrap. usser, puede descubrisse muy f ismo Althusser confirma lo que; la dialéoticn de lo que niega Al ebmo, parad6jicam segunda envoltura se le dialéctica, lo hace para * 0. es inseparable de ser, La reoolueiin teérca de Mars, Siglo XXI, México, tuatar de negar todo el hegeliana hasta en su py 10 “hegeliano” en. le su concepetén tema” pueda clasificarse como jinguna quiebia en el esquema ignore el uso que hacen de jue, asf como en alguna parte de su trabajo se manifiesta su Sobers Porras conde tha con te Althusser) el mismo método que Marx Je dn el propésito de proceder eriticamente lo que Marx ignorabs 0 no fue eapaz de explictar, fn otras partes de su trabajo también eta a un Engels 0 un Lenin como autores que, si bien no profundizaron:ciertas cosas 1 de Ia teoria, no eran tan tontos... El perdonavidas |. No puede ser de otra manera, ya que tos es , a partir de clertas estructuras (stalinista) en Ja ‘que sobrepasan lo mera- 0, para intentar su justficacién teética, De tal clogia liquidé el aporte que teéricamente quizh hubiese podido os= al de os Mat Nor eee “usado Como “ideologia” precisamente para ica el stalinismo en Ia épaca de des de su propio den Jo. Que por otra paste es también a Historia econémica y social y lucha de clases Para terminar jcon esta seccién quetemos plantear esta cues- tién que hace @ Is base metodelégica que estamos diseutiendo, coma Mars del conce de llenatin| aloe tividad y su re ts independiente de ann ett que se manifiesta iste en este punto di- 2 Pierro Naville, De Taliénetion a le jouissnee, M. Rivitee, 430, ~» ciendo: “no es cede el obrero Marx y que estén en la base La prasis es anterior aa que se manila Ta bajo e una categora « We soelodael en clases jo volver a ser praxis” como de su praxis —antes de Is \des por medio de Ie ses es ln negneién ivisioncs social meter las eyes econdmicas en benefieio propio; por el coritrario, se dara con la de Gel trabajo como tal y 1a praxis como plena conciencia y que esta concioncin sirva para forjar ja que revolucione la sociedad, y otra muy distinta fs que la conciencia sea Iz que elimine la i tal como hasta el mome Ths bases sociales en las cuales se asicnta ‘wabajo debe desaparceer, ya que es producto sién social; y este plinteo se integra claramente que desarrolla Marx, ‘Las clases, sociales surgen, por lo tanto, en el momento en que la divisién del trabajo impone esa especializaciin al Ihombre, y ello nos de las s0- ciedades tal como surgen después de esta divisién social, El hecho de que la ia historia de la lucha de clases te de la concepeién que convieite a los grupos sociales prot de su propio de Ai = caso conteario, “de Maix en ol sen- 1u historia, aunque no en con- Mars: “El modo de produceién en Ja que determina su existenc fs su existencia social Ia que determina que ¢s tan claro y que figura en la fa- sido utilizade por las escuelas revis texpretaciones absolutamente ¢ el hombre y la itura, y el proceso h e eultura.—E1 el campo de Ta iio dominio de Ta naturaleza p di a convertive en praxis creadora, Por eso Vistéricamente, hasta abora, ha sido a expresién se, 0 se ha expresado poselda por una clase. Pero sunsmente dinimico. En la medida De tal mode Hlegamos ahora al aspecto més tebtico del plan- nurista: Ia teorfa de la plusvalia, Alienscién, clases socia- lucha de clases) y plusvalia estin en Ta base de Ta meto- ites, "Prenat Te cee les ologla del mi mo IIE de la misma obra dice: “En el mundo an- tiguo los efectos del comercio...se traducen siempre en la 1 Carlos Mars, EL capital, Fondo de Cultura Boonémiea, Mésico, 1946, vol I, pp. 630 y 645. 93 y segin el punto de pattida conducen mnsformacién de um sistema esclavista pa- J produccién de medios dizectos de tema orientado hacia Ia produccién de ”” En el mundo moderna, desemboor en el regimen le preduccién. Hay varias partes mis en In obra plusvalia se identifica reiteradamente con reinvertir parte on pagar salarios a los obresos. Sin obreros como las acabamas i. Por ese motivo también se puede expiesar lo arando que el desirrollo de les fuerzas produ hombre en un momento determizado, storia argentina, 1a encarar un enfoque econdmicosccial, isis no solo en determirar con la de la vida econémica, social » sino que, ademas, Bay que dade y cémo se da la transtommaciéa de oxganizacién del Wabajo prOcaprealita en Toriaas capi talistes. Cusindo surge Ia manufactura, y_cuindo aparece el ‘rabafo asala jarvis, pero no el del estructualism. Y ue ain eth por fa- “Tos_Rechios indivi sistematicos, La ‘que merece ser centro se interpreta se refiere« Io socal, o sea In sceiedad o el hom- tegrante de los grupos sociales y no como gests etraso es mayor ain, También en este se 0 que inclusive tudo on 4a de cambio de los grupos ; esto es mis fragmentario que en el caso de los aspects Porque lo primera es parte de ‘in comprometida, y en cuant segundo, cae ids bien en el seguro campo de lo cuant yportante es Jo que se refiere a su enfogue de la precios y economia. For otro lado, su famoso estudio is, que es punto de partida de todas maneras combina lo feo, constituye un anticipo de easto de produccién, los que influyen sobve ta wedora, quits silo aparezca ela bap forms de pequtos pues La Luvestigaciin se leva a cabo por economists, no adores » " 7 ee de confianaa 0 desconfianm en el porvenit de able asegurar boy que la actitud asumida por {que anaman mafana ante idénticn siturclin y, precishmente por 60, Ja historia nunca se repite del todo tud_ mis caula frente a cierto determi el enusante de ‘bo dependen de integrante’ del cin por cuya virtua prticia entenderse, erneamente, que aeiboyo at factor econémice, usa tnfluencia exchsiva sobre al desarolin. de rmucstras gueras eve io proyectar sobre bases porque, en cns0 contrrio, "los actua- y del trabajo van dando por resulta de los + y esto trac consecuericias desis. cuando enon los precios, ya que los tos —dice Alvarez— y entonces se cae les conflictos del do un incesante aus del costo de toss para Ia salarios se mantic en el peligro de econdmica.argen- ura act Es interesante sefialar que de todas maneras los nds serios de los comienzos Alvarez se « problemas del siglo xcx, 0 incluso a la etapa de la preindepen- dencia. Esto es natural, dado que una de las predcupaciones “Tas portant de In éooc eta comprender ol proceso que io origen_a la fonnacién de Ja_nacionalidad. Y, enseguid, ‘Fes problemas coonés oaistas de nuest ya que su Evolucién indus- ‘dos partes. Fn una sigue ol imiento de industrias en el Rfo tas son obras pioneras y, de los avances en algunas de las ust ‘como intredue- soclales, debemos men- sia tervateniente , 0 los trabajos de Emilio Ci al gaucho 0 las Lo cierto es que, en determinado momento, los trabajos sobre temas par 5 comenzaron a ser tema de igadores, Ricardo M. Ortiz ofrece un bosquejo de His- toria econdmica argentina que fue y sigue siendo el intento Ble, aun cuando puede y valederas. parte de esta apertura historiogrfica, y ps rnejor que meneionst los trabajos de Latzina o de Bunge. Las monografiss en las que se intenta proseguir la orien zada por Alvarez sobre Ia nevesidad de estudiar de precios no son muy abundaotes, aungue en um n este campo toda ‘dado .bajos monogrificos a adquirir Paper Money 1880-1900; sefialemos, asimismo, el imicos del fe inte de A. G. Ford, The Gold Stondard 1880-1914. Britain and Argentina, o el de James R. Scobie subtitulado del trigo argentino 1860-1910. Algunas de estas 6 y publicadas en espaol; otras siendo accesibles solo en su ee el trabaj Después de estn presenlacién: general, queremos decir algo uestiones que surgen de algunas de las. de Juan Alvarez sobre las guerras civiles —apai elas connotaciones mecanicistas que se desprenden de cientes de expl naciones andlogas en relacién con la historia europea con obras como las de un J. Akerman— cone tiene varias apteciaciones equivocadas que Halperin Donghi ? destaca, como es el eas0 de interpretar erréneamente que de esas guemas surge el asotariado rural en las primers Aécadas del siglo sax. Si concluyéramos que de esas luchas tuna che de asalariados rurales es obvio que la inter- ién de los procesos de cambio politico deberia ser hecha ‘que realiza Alvarez. Si el pro- propiedad, sino que deban conchabarse por un s los te el niicleo de ese proletaria ae Ortiz. es més acertada porque del fersimeno inmigratorio com el del en el campo, aun cuando se dira que \de_suficientemente Ta cuestién basic eria estar en el niicleo de la ‘preocupacién investign- dora: cules fueron los problemas y Ins tapas el eapitatismo en el pais, y cémo suigieron y qt ofreciernn Jas clases sociales en ese proceso. Ast como c sefialar con-precis del proletsriado ientinas en tee siglos stigaclones Ti Fre, de. Fiosf )'e@ IDES, Buonns Airee-Resav, eetiembre de 1964, p. 12. 102 es esencial indagar el Oddone Ja Hama but plifar nuestro argumento— tam surgimiento de la bi nia hasta la conquista del desi e fares cambios; sin embargo, habs que estudiar cémo sur {ste setoretvelazado con Ins interses de wi buigueia que se podrfa denominar una, compafia el proceso de consolida- fstrictamente mercanti artesanfes locales, pero a través dle una crisis Ee je su desarrollo vas del proceso de eentio de lo que n sociedad y nuestra a los personajes e Argentina que definen a esta cortiente ‘como la. mis “ilustrada” de una burguesfa con mentalidad in- ro de Fener adolece de un defecto fun- ‘a pesar de todo lo significative ra en un mateo propercionado por una imagen, Por ue se quies, del funcionamiento general de la econo- faliamente precise y proporcionarin tm condcimiento x. Por el contrari F ado inGtles— al estudio cada vex mis preciso de la hi a’ se estudien cier- recs, noe conduce entonces a aceptar Ta hecesdad de wn smas Jormadas, al intervenir en el debate dijo Romero: * ‘proceso de la. eco wax deci que los movi ro del fenomeno de Ta erisis del muy poco alo que se espe ‘lén de nuestro pasado eeontimico, Aparte hs exigencias de yok p16, ye ettade, p. 25. Geo evidente que, ones de proceso ‘qie Toealita este process nadas tendenetas yp responder a pee con ele la, I eh Tnvestizaetdn tan superiun coma Tbh (Romero Centon 108 es peculiares a Ia situacién y indo, La expansién del ca 1¢ como objeto Hovar el capitalismo a esas omis accesibles, espe esa ev Industri, EB} Rio de la Plata 16 a Ja independencin coma producto de Ia combinacién de espafil, que recono- cuales es el fe en Io que concierne a Ingla- los patses sus fuerzas p “La Revolucion y allo esti industrial; se trata de ista. En esa coyun- je la tasa media de financioros Jos beneficios que el ca (clevar la tasa de beneticio) sector, y ello se eviden- industria, y en il y urbano en el con- ue en, lo referente a los ‘na sigue depen- crisis de Ia sociedad argentina que seguimos viviendo hoy, esgarrada por contradiceiones insolubles en la medida en Ly proxima nueva crisis mun iat y argentina, Para terminar con esta seccién, queremos destacar que, en en que en este campo de la histola econémica y -comienzos, es importante pre- ‘averse de algunos también es necesario que muestros.investigacores busquen Gefiniciones metodoldgi ‘eas més claras. Si no se rompe Ia dependencia mental estruc- tural con el sistema, no es posible dominar formas de andlisis que superen el atraso cientifico y Ia crisis actual de las cien- cias humanas, Estamos contra las afirmaciones ingenuas, contra las gene- ralizaciones apresuradas y contra los slogans de interés pe sin base efentifiea. Pero entendemos que debe haber un com- ppromiso por parte del historiador, sin eludir definiciones, y ‘que consiste en tomar posicién y en llamar a Tas cosas por su social sminar con esta secei6n, y antes de considerar las in- ios de los autores qué se autodeclaran ‘algunos aspectos de sida metodolégica abierta, Lo haremos utiizando como punto de referencia un trabajo de Tulio Halperin Donghi. jarga duracion en historia en Is lucha del conoreto. Enfrenta el marxisino se tratara de dos actitu- pp. 7486. De dicho tab fenanto & Jo que estamos deiendo: Jas obras de autores europeos, en su mayoria de - Jinfsta, ‘Si bien Halperin es insospechable desde este punto de tae que lor anterior, Aureién candi Is polo isa hg Bonw srpe ote 10 te Tes lace un favor a las inter- Ins confunde con el marzis- smo parte de esta interpretacién el Durguesa al marxismo, Es que el marxismo se presenté como una fuerza no solo te6= ol6gica, sino también politi y social, a partir de la Rusa de 1917; y entonces la historiografia “occi- lcir burguess es mis correeto) tuvo que extraer del de emparen ar iene tanto de co- el marxisin. Sin erberge, y'a pose ls fics quo se Gaboca 6 interesante comprabar que Halperin afirma que se debe acep- te ima de ais jue no se trata de una filosofia de login que debe aplicarse, 10 grafiarargentina, No hay algo “ol ula fa ideotogin, ia elaborada cient medida en que jentes de pen- to burgués en busca de ducto de su época. Y la et lodologia burguesa, ya que los investigadores aceptar el marsismo, aunque lo saquean_parcial- La altemativa cua ista es asi un puerto o refu- iroveso mareado por el st sorprender que bas tal atraso te6rico En Ia visién mardsta, el limite de Ia aceién dado por las estructuras. Yello no implica nada sino algo muy conereto y que, a’ su vez, es crea el investiga \ por el con- ra concep ccién mejor. Si, Halperin Donght no lo puede demostrar, eae trario, lo que habria que demostrar es que ug te comprobar:.cémo investigadores, bur- istas otros. Pero. sucede ave la fuente de donde mana mayor ca YY hemos dicho formas, pues sé trate s es. En lo que se refiere a Ja metodologia, estén los como el racionalismo burgués lo esté del mar- , el campo es fructifero para las éonfusiones, La otra. parte, por los 10 puede ser subsanado ni por el revisionismo an- ni por el remozamiento de viejas tendenctas ideo- Durguesas. : 4 la historiografla argentina, también, te problema. Pero esto merece un tido Socialista en el pals, que arranca de los trabajos de Juan 3 Como producto de esta. deformac el Partido Comu- 1d0 en posiciones refor- ndo tuvo que tomar po- lo cierto es que favorecié la caida de mismo denuneia al radic Ta clase obrera. Luego cambia su gos mos en otro trabajo? esto se produce se benefician con de 1985 fue de nuestra re en su produe- soctalista du- contrarrevolu- xiar el surgimiento de dis la Segunda interpre Durguesia fermativa del cambio de estructuras en el pa iverd la. burguesfa progresista. Solo que no se trata de la Dunguesta no de In nacionslista, Ya veremos de qué se reflejan en nuestra hi en y do) renew te us tio alcanza para afirmar que se’consolida narxista, al menos todavia, 8, que aparece por 1 mismo tiempo, no hace pone en evidencia el Jos caminos son di- ainguno_tiene_nada ico préctico los eam sea, sostenemas ro- i escuclas informacién, pe el punto de vista de Ia inte: el autor sobre estos pr os ya lta us amados marsistas todo eso se Jos desgarran mis inten- Veamos por partes estas dos posibilidades historiografi qué defienden y euiles son sus concsiones. “Hemos dicho fantes que hubo trabajos que aportaron conocimiento sobre clertos rubros, Por el manejo de informacién. no podemos dejar de mencionar el libro de Luis V. Sommi del Noventa, Lo mismo podriamos decir con respecto a Los capitales yanguis en la Argentina, Ni mencionar Ja obra desas- trosa que se refiere « los capitales alemanes, escrita en un mo- mento en causa de las vicisitudes de Ia guerra mu tar los. procesos de cambi La fuerzi que muveve @ estos aut “Mayo-Caseros". Con alto les y la Uniéa Demoeritica, Es "Sus trabajos, aun Tos mis centrado en el tema de historia econémiea y sotial, resulta el tento mas téenon y mds ser por partes 1 La poricidn de Ricardo M. Ortiz con el sen- como sindnimo de sociedad, cs suflclentementeexplcto: clenela que enseia e6mo a” en la fase sin un previo anélisis dada In necesidad de buscar la también a partir de este autor se desenvuelve toda la escue- 1a liberal, Pero en estas regiones hay una estructura preca es determinante, ‘estructura cconémicosocial precapita- fa es una meucla de formas feudales europeas, que oportu- jerras y que agi sm que sea el ms de formas precapit por meio dela observacién wales que observa en m_deeenvoleimi riqueza uacional, pare fondar en ‘conémice, vrdateramente argentina’ requlere para proeperar no son restrieciones y tea- Ta Wberad es un derecho suyo natural. Cadn hombre pede ejercer Ia que le parezca y del modo 4 razea ooa fal que no dafe el derecho de oto «la mizan ‘cuenta de muchos de estos problemas y trateba de encontrar férmulas. Pero una cosa es Echeverria en la tercera década del siglo xx y otte muy distinta el uso y exaltacién que de esa posicién se puede hacer en la segunda mitad del siglo xx. y n0 solo no Jo hace sino que icidenicias en ambas inter 0 y el esclavismo Nueva Orleéns, Brasil y las Antillas) Esto mismo se dem tucién del ‘a mediante la evolucién 29 era de 500 mil quint en 1648 se exportan derrocamient 4 Talo Halperit Donghi, en Jomadas, cit, p. 21, dices “Te mativamente tend a ivitar a que rmaruita, que es en ol fondo. hitoriografia Tenguaje y voeabularia cambiado...” 120 ite es que todo esto implica una. contradic- . No es posible admitir que se haya producido 1k revolucién democraticoburguesa en Mayo (concepto del cual se parte, aunque no se Jo formula taxativamente) y que al mis- mo tiempo sigan preddminando “las més perfectas formas feu- dales” después de 1810. Es més, si seguimos leyendo, nos fencontramos que a esto se une una peculiaridad; consiste en. que en fa provincia de Buenos Aires “no se habia experimen tado el proceso disolvente de sus formas artesahales de pro *, como sucedié en el inter a én el interior ierto es que no se sembrd el germen de ls industria oa ys al mismo tiem po, se comprueba que en Buenos Aires lo que sub: sanal, Correcto. Pero entonces, etm a un Rivadavia como representante y continua- formacién progresista del pais. Por otra parte, levaria a estimular el revi- es un hecho de capital im- reconoce Ortiz y, El period final de Rosas esté caracterizado por los intentos de mantencr Te estructura’ tradicional de la ganader ello los gamaderos més progresistas se unen a Urquiza. Estan- cia y saladero sufsirén transformaciones, y en su etapa este proceso estard determinado por Ia aparicién del Mientras tanto, se entabla una lucha en res: aquellos que se aferran al modo eferirse al go- ictadura habfa provocado la rup. enmarear de manera si Pero junto con esto hay que destacar In contradicciin que sigue siempre presente, BI pSrrafo empieza con un “si” se TEM 129 Ortiz, 1o mismo que los. demds autores llamades “marsistas”, buscan en un grupo u otro de Ia burguesta del siglo xx ef de igual modo proceden en la actualided. zrdadera ‘estancia capi- con Perén, un sec que debié hacerse we, Habfa que enfrentar al im- stas_ simplemente més tud no enitien frente a la burguesia Hberal es- canie en realidad otra concepeién: esta corriente considera necesarip ¢ ineviteble que Ja Argentina recona las etapas del 133 el aiio 1652, podemos compro- que los nuevos oligarcas que se después de Caseros fueron “progeesistas” en febrero de 1852 (Cascvos} 0. Lo tinieo que puede mo- tivar esta ‘nterpretacién es la necesidad de j Caseros, Por otra paite, Je6mo concuerda con Ja critica de este autor 4a olignnquia? “No queda més remedio que sostener que hay una Casercs y setiembre de 1852, En jue estaban antes con Rosas, y por es0 de allf surgen Jos nuevos oligarcas ese momento regresan criticar a Ios nuevos ién es que se ferminan por triunfar en toda I Mis adelante se refiere Ortiz a Ia transformacién en el cam po. La ley de tierras de 1876, al convertir en peones a los in- migrantes, produce una iacién importante, incluso en el régimen de propiedad de Ia tierra. Ahora se consolida de- 1 RM, Ont Historie econémice 2p. 79-50, m4 propiedad. Se acaba Ja etapa de colo- pero lo que no es verdad es que esta desarrollo del capitalismo? como ierras de 1876 favorecié en yue por ese motivo dispusieron medida haya favorecido La ley jente que. aca- ‘que se necesitaba ‘orecer la multiplicacién de la pequefia y mediana pro- iad, YY ello no solo no se favorecié con la ley Avellaneda sino que la ley fue una traba més para la constitucién de las pequetias y medianas propiedades. Desde este punto de vista, ‘es equivorada la defensa que de esta politica hace Ortiz, pero no es de extraiar, ya que se inscribe en la-misma linea de interpretacién que estamos analizando. Destaquemos que favorecer medianas y pequefias propieda- des no era utopia, Y no Eso hubiera sido lo ws ‘similares, vigoosomente dafendida, La adopt Inego Moceno; la die fiundié durante los prolegémvenas de Mayo y pricipid a realizarla en su foguz.Sectetriado de la Janta. Moreno viié el momento revolu- Dolizaba en “una escuela, wn tcléralo yun que, al favorecer Ia indus, hala de sno grapo de ln RecisteMeyodo al par histériea deusiin de 1875 con motivo de rele una va {a trascendencia con sespecto al crecimiento fabri Los oradores no ‘veultan so animes’ contea el capital extsnjore que ya golpen las 18, fe In Argentina en demands de enuces exces LLipen preesa vigorosmente su concepto de ro basta que un pais, mero prodactor de materia Hinsle al abajo enlectiva para ya. que el valor agregado rim, se0 ‘ iapotntesspeto soil do Indust amis pots dar ocpacin sficente» tos or abitaner ‘pais, yu quo vegulee exigun meno de cbra, lo com: deo que Gevire nln apicaira yen i india.” er Ia médula central de toda Ta interpreta- repetidas veces. Y cuendo no aparece ex- ita en las conclusiones inea de Moreno solo histori argentina, de grandes comercian: de un Moreno. En 2 TM, Ontiz, EI penamiento ft, pp. S815 porque fan valida pura ol hugar de const nuestro pueblo je de Echeversfa ene por supuesto usa ps tualidad. Pero el anundo no esti gobemado por ideas an hot, er clawo que fundes resabos foudales que se ballin emsizadoe en el régimen Ge la tina. parece todo muy claxo. El mensaje de E twalidad”.” Pero una cosa es es sin mayores mejor se puede concreta; a icarlo mis de cien afos después. Sos- de la coneepeién echeverriana en mone una idea atractiva que muy distinto es ‘importantes en el pais es solo parte de la necesidad po- de ur la Iinea Mayo-Caseros; asimismo, es la con- 198 ; f pulas que en Ia Argentina se llamé Unién Democritica, y que pareialment rc. Cuando Ortiz se imperialistas, el asunto esti perialismo es algo que en té igenerales no se le negar a la comiente que estainos anslizando, Que politca- mente no siempre se haya expresado en forma consecuente planteo. De tal modo, en la historiografia de ‘este grupo s halla claramente formulado el papel extranjero en el pais. Al referitse a le etapa de la organi cién, con Ia generacién del 80 y Ia inversién de iste, Ortiz dice algunas cosas que conviene transer no presentar de manera unilateral su posielén, ‘que paaiera gcordarle In certeza de wna inversion respetada Y preductiva. No concordaba clerimente con aus eonvectendias, el ‘esempeso de una clase dingente extremadamente diversificada, Si se piensa que mn feroviarla, la mie de le dpe, fre furtiicademente coloe ‘ida econdmica, puede Er cluo que alguns semejanzas tenia este timo con el constitueinal que se propos establecer Rivadavia,, Sélo que en su por largo tiempo, en una condiciin de reserva, 1 cierlas transformaciones in- les produetdas en el siglo xx, al referisse a la década 80, dice: proceso que conduce Aesaivllo de In acu: Viale ya bela ‘que la décaja de los 80, consis justamente adecuscion, fen In década dei 80. gHabré que planteamos pocas piginas mas ama, iz dice que en setiembre de 1852 volvieron los que 3? Los progresistas ape- nde febrero hasta setiembre de 1852. Después se formé Ia nueva oligerqufa, y Ortiz, hay que reconocer que 130 cen forma consecuente, ¢ ligarquie y a la penetre- y ello es lo que queremos destacar, no es todo esto una forma retorcida de justificar un antirro- Sismo que paga esa misma oliga eral antiro- sista? : Para terminar con las referencias a este autor —que, insis- fepresenta el planteo mis importante, incluso por el 0 que demuestra, debemos Hegar aut an doe rerente sh naciollzcl6n del Yet que Intevinen en a dsta sino del pale, al grupo de terratenientes de Ia hg roe pas rismo. Que lidamente extraordinario” no cambia fuerza solo: demuestra ese ¥: sico de la burguesia, Pero ya no existen montoneras o seudo- montoneras, Ahora se tata de cl proceso de la Tucha 132 to sucedia en el siglo xx. Y planteat no se puede confundir a Yrigoyen con Alvear, “extraordinario”. Lo extruordinario es que al Partido Comunista (en 1938, cuando cambia su linea) le ‘on pensar que Alvear e Yrigoyen eran més 0 menos 10, y de alli aquello de que “hay que rodear a Mar- 'Y no caigamos en la situacién més reciente, pues, con la in- comprensién absolute del movimiento obrero, con Ja incom- prensién absoluta del fenémeno peronista y con su alianza smética con los representantes de Ia contranevolucién en la famosa Marcha de la Constitucién y Ia Libertad en 1945, Lo que queremos sefilar es que hay una tontinuidad en toda Ta ines de andllsis. Tas contradieeones son Tas pecllares de_una concep Henada al pen- smiento liberal Burguds. t 2 La posiciin de Rodolfo Puigerés Y ahore corresponde analizar otra posioién que también de- riva de clertos planteos marxistas muy generales y que, a inversa de 1 i bbuto al pensamiento nacioneliste burgués. Pues, en la me- aide en que su ver smo, su posiclén siempre estd Inscripta en una conc En el fondo es antiobrera y proburguesa, éme- rguesi 0 nacionalista burguesa Ta alternativa a la Ibgica origina la ‘Bin pecado de “Soberbia", como dirfa Puiggrés, sino que esenmascarado por Lenin en su époce, ino stalinista —que cae en Jas mismas desviaciones tebricas © ideolégicas del menchevismo de principios de si gle— fue desenmascarado a su tumo por Trotsky. La diferen- cia politica, se manifiesta en los procesos sociales contempo- rdneos. Asi como ni del siglo xx. sin comprender qué es la burocracia soviétia, tampoco se puede entender ta posieiOn teérica marxistasin berrer con Ia escoria revisicnsta. del stalinismo, De forma, wiia cosa es que a wivel tdctico gonereto se Y Ie estrategia queda sumer a ict. combinada’ con la revolucién socia- historia; 2) el desarrollo del capita- | del proletri revoluclén socialista, que en, esta etapa | también vevolucién combinada con Tas consignas demoer’- \tleoburguesas. YY hemos elegido a Puiggrés porque en varios trabajos sis: temnatizn col ‘que este planteo signifiea; ademéé de EI proletariado en la Revelucién Nacional, que es su cbr més tedriea, nos ocuparemos de su reciente libro El peronis- ‘mo, que Ia'complementa. en Io referente 2 los lel pais, fa del proceso de cambio reside en.el papel del protetari en Ja apmicifn, con-ciesta fuoreade la burguesia_ nacional indnsiialoriginadz_por el proceso industrial en_ desarrollo, Cul mo se dig histéric ico por Wsns olras experien fin mds, es empezar a pagar tributo a un nacionalismo que es burgués y no obrero, Los planteos teb- wan en cierta forma de algunas realidades de esas hechos espect vente experle stérica en ambas Iineas de ‘a no tener que realizar toda la expe- lefarin es el primer paso de un revie sionismo sin principios. Ruiggrés sostiene, por ejemplo, que fes_necesario partir de “lo nacional” y no de “lo internacio- fal’ para construis ua theti, y esto, que puede parecer _Intrascendente, 0 discrepancia de segundo o i sta. Nunca el |. Ni el stalinismo of ‘se express con_mayor cl 4 tanto, ““Precisamente porque el punto de partida es intemacional 4 no nnefonal, ei burguesle nacionalista fene un_margen de “maniobra, "puede, en ciertas condiciones, poner en practices jada Pulggrés, BY peronismo (2). Sus causss, Jorge Alvaren, Buenor Aires, 1069,'p. 44 135 yen otros paises menos ostensiblemente-, algunos sectores de las burguestas nacionalistas se lanzan por leva, en: constituir “estados revolucionarias” de nuevo tipo}, Pero ello seria imposible de no mediar el condicionamiento internacio- Posadas, De Ta revaluciin nacionatisa al ecto obrero y El estado volucionaio, su fanctén transitoria y la construccién del soclalima, sta Marusta Latinoamericana, Buenos Aires, febrero de re de 1969, respectivamente, Dice Posadas: proceso de la revolucién nacionaite hacia el Estado Obrezo est rminade. por la infkien YY imds delat “No puede aleanzarse en esta claps ninguna revohiciin democriticn- bburgussa.... La-revolucin en ester paises, aun partendo de revo. Juciones mucionalistes, no puede mantenerse en ede plano, y deben luca, desarollasa como revelucén secielst, revolucléa manda” 1 Estado Capialista y ol Estado Obero, ha sa que es el ‘Estado Nevolucionaie Ni ‘que de) porque parte del 136 nal (crisis mundial del imperialismo, ascenso revolucionario in de nuevos estados obreros en el mun- vez, a un derrotismo burgués y a una ten- encia a aceptar el mal menor sean ganadas por la fuerza de la fo, incluso, se mai concentraremos el andlisis en unos pocos uales de Puiggrds, pero que son la base de .cién ideol6gica. Los dos elementos més im- ‘mia_social” y “antimperialismo”; al analizarlos, tanto en sus niveles tedricos como en su aplicacién politica concreta en el pals, se ponen de manifiesto factores de estrategia y téctica de primordial importancia. Su aplicacién al estudio del mo- vimiento obrero contemporineo, y concretamente a todo el fenémeno del peronismo, nos demuestra que los trabajos de i den en forma espectfica a nuestro foco de elementos tedricos y los politicos se feo, y también lo estardn, inevitable- El problema del progreso on un pals dependiente como la 1 est ligedo, por una parte, a Ia cuestién de su des- econémico y, por otra, a las etapas y dindmica de su progresista nacionalista en la cual se confia para obtener la liberaeién del imperialismo. Fn cuanto al desarrollo econémi- co, se puede combinar, por una parte, con la visiin que ofrece ist ia liberal, que hace hincapié en Tas tradicionales ales) libertades democriticas (como los lamados socia- listas) y, en el otro extremo, con el enfoque que preconizan Ins corrientes nacionalistas burguesas, ya sea claramente como sigue relegada a un segundo pla izi o Perén), se as- tria que posibilite Ia. produ nto. importados ptura con Ja depenclencia del wrse en cuenta, En sus diversas tendencias, Yen se- les son las posicfones que se deben ssumir Digamos por ahora, y , que no creemos que In burguesfa pueda cumpl na de estos objetivas, sen eu ctica que empl Por otta pi is dependiente sino por verialistas. En cuanto a la politica socialista, de las tendencias que pos- do Ia burg lo macion: matices de un rovisionismo que puede o socialismo reformista) o mis reciente (refor- isa). Desaparece la politica de clase y se la zuesia, que Tuego ce hace aliada de ese mismo imperialismo y termina reprimiendo y aplas- tando al movimiento obrero-y popular. 138 Bs evidente que la Revolucién Industral en el siglo x1x se realizé bajo el signo del capitalismo, Es més, aclaremos que nos referimos no solo a Ia primera Revolucién Industrial sino también a Ja Tamada segunde Revolucién Indostial de fines del siglo xx. Esta se Tiga a Ia etapa de le crisis de 1870 que claramente origina Ia apariciém del imperialismo ists y los monapolios aeaparan el proceso su signo. on los representantes del obvio que hay prod talisma esto adquiere una fison nnollo de lis fuerzas productivas puede corresponder a otros modes distintos del no. En cambio, sus_relaciones ¢ de ese moto de pro- real mente estableeldo en ningima >. Sin embargo, Ia industria es la base de la economin de transicién de los 10s mis desarrlldes. por ejemplo In URSS. es independiente de ede desan sta en_muestra_ sociedad a cuindo a dado por es decir, por el establec pielendle dar el salto en su desarrtlo. dustralismo sin pasar por kis prod fuerte on el pals “Flay palses que ban fins cap rudimentari las etapas obl de hoy En Ja actuae Destacamos que se refiere 1925, y que en este pi || mundo a partir de laramente el proble- fal". Un poco mis adelante y la propieds by Gaeta Y esto se:sefuerea al sostener que en casi todos los palses la- 2 Rovdolfo Pulggrés, EI proletarado en 1a revoluciéa nacional, Trafac, Bevos Aies, 1858, p. 12. 2 idem, p15. Mo — 08 contenidos de la propiedad social eanplea de eonceptos ‘que consie- jemplo el de “subdesariollo”, que es ‘este concepto antes y en su aplicacién a Amé- 14; por shora, sefialemos simplemente que es inco- ilo, por cuanto descontamos que Pniggrés no Io 2 peyorativo, por cierto. No obstante, es éste ‘otto ejemplo de cémo la ideologia de la clase dominante se impone apenss las defensas tedrieas se relajan. De lo hasta ahora eitado podemos sacar alguna conclusién, En primer término, ni ln “nacionalizacion” es para ‘provocar el cambio de la dependencia i loves tam- inguna de las medidis qu iene Puiggrés caracterizan hasta ahora ‘a las de Argent ¥ tantos otros confirman lo Estados Unidos ef Estado | pod tm epialismo auténomo. ¥ Teemor ms adelante: + ‘or atencién, La propiedad social apa~ de formas cooperativas y comunales. te con respecto a lo anterior, ya que nacio- por qué suponer sn cuanto al papel estndo es siempre Esto: ya merece rece asi como estas formas comunales 0 coope dol estado, el problema es mis delicado. to para a los ine lan como érgano esa intervencién estatal, se aplica a a? Esto. es fun- de esta aflrmacién dest burgués, pueda ser someter ciertos sectores de a produccidin ca tereses de clase. Rodolfo Poiggrés, EY prolet 42 ta no hizo lo que antes Puiggr6s sostuvo que se puede hacer desde el mero es correeto, Jo segundo es lo ineomecto, ya que ese estado capitalista no puede tocar Jo que hace a la esencia el funciowamiento del sistema en cia muestra que no s este caso comprobamos que iad del justi’ 10 solo en no haber tocado lo esenci iente, los frigorificos, la electricidad— sino 0s sostiene que Ia especulacién, el agio, ete, ronsentidos o apoyados por el estado, * como surge en Ia iltima década de iprescindible de dejar de lado una para producir ese salto revolucionar Un “estado revolueionai transicién, confirma lo politica “capitalista” Poro | privad: de que la “gestién 10 yen el comercio tienen de extrem ipo NEP en la Argen- tina, donde el empresa privada existe, y otra muy distinta (y eo fue To que fundamentales de la economia estén privada, Una cosa do abrero ( das), y en que el estado sta puede ser el instrumento para esa transformaciin a ida “economia y propiedad seciales”. El estado obrero debe combinar formas de t ido desde Le expresa en el pl y exen ev lo mismo todos Aantimiarxistas. De donde la discusién 3 tando nuestro autor, es identificado con la ea de la burgue (es burguesia nacional o imperialism, sino capitalismo sno hay inestable que debe profun- svencién del Estado, planifi- expropiando, abriendo la via al control obrero, ete. avarizando hacia el socialismo; en caso contra corta ‘oa In larga esa burguesfe termina por volver al re e dependencia del imperialismo, Las medidas (impor: es por cierto) del gobierno peronista no produjeron um ‘cambio estructural, y la Revoluciin Libertadora no tuvo i conveniente en modificar muchas situaciones. Es més a que Ia situacién de d YY para terminar con este tema de la economfa y'de Ia pro- piedad social, Puiggrés resume el programa de tal politica, Es interesante destacar que tal formulacién data de 1958, y que fue reiterada en ediciones posteriores de 1a obra. De tal for- mma, la defensa incondicionsl del justiclaiismo como politica na~ _cional tiene superlativa ya que de esa forma no fs solo un aspecto t sino también una pdlitica concreta, Dice: esviadas, mommentincamente de la produc Hemos querido citar in extenso el plrrafo. Considerainos ne- ceserio transeribir a nuestro autor para que surja con claridad su propia coherencia, Existe y es evidente. Se trata del pro- ‘grama para que funcione adecuadamente, como correspond, tun capitalismo nacional como podria ser definido por cual- quier economists. bur trata de reproducir lo que xm) yen otros paises (Europa y ). Lo destacable del caso es que 45 capitalista. ampo. La Reforma Agraria no se puede esperar para producir el salto del pais, pero eso es procisamente lo que ipo de estado y de politica que se debe aplicar. ipétedis de que un sector de Ia burguesta puede aplicar sistemfticamente una Reforma Agraria a fin de obtener fonds producir combust Es obvio que el autor se refiere a una Reforma Agra hay. que combinarla con una verdadera xevelueién agra sea, crear paralelamente, y sobre la base de las grandes pro- piedades, explotaciones colectivas con administracién obrero- campesina. Es la forma democritico-burguesa-socialista que adquiere el progreso en el campo. se derlica nuevamente a la economia y a la pro- te caso hay Woe com respecto iar de formas formulaciéa tan imprecisa que puede manents diferentes. Pero es evidente funcionamiento del ida Ta economia y la pro- No polemizamos To que hace a a afirmacién de la pr Sos. tiene Puiggrés/> ur preguntar simplemente: se acepta la de Ia més, es elerto que de’ lucha por la claro a partir de “lo lel asunto, si no conociéramos del marxismo, y como si eso fuera marxismo, Poco antes’ ya nos habia dicho que el imper ze ells y el imperialism no existe ninguna io Frondiat no defiende la yy Poigers los eonfunde a propésito para combatir. Eso n0 lesa Tos “Francotiredor posiciones que no son ots. rotskismo se bast, precisariénte, en la l mundo en Trotsky. En Ar 1e le burguesla naciona- proletariado debe de esa burguesia, aun cuando pued 1 cierto tiempo. Resulta claro que Ja lucha por la “hegemonia de] proletariado” debe hacerse con sw propia fisonomia y no mezelindose indiferenciadamente con los inte reses de “Ia nacién". O dicho de otra manera, hay que reem- plazar la nocién de “nacién burguese” por “nacién soclalista”, (© mejor atin, de acuerdo con la terminologie marxista, por el estado revolucionario o el estado obrero en sus distintas for- mas dé transiein. Lo interesante de la cuestién, marginal por cierto, es que jvos para atacar Ja posicion de jeron contra Yrigoyen y no entendie- roceso peronista. Pero, al hacerlo, mezcla s, mezcla criticas a S. Frond que solo resulta claro lista burguesa resoltante, si bien dni jo de la posguerra, porque en lo mistio que censura a los Pero dejemos esta cuestién. El antinper fad. Hoy Te Fuchs antinpeialis fo no 8 mis que tells favorable aca que sition em ol sts, en oposcién a la demoeracia formal Dargats; ) un comando nacional énico ous, a oposicion al poder © en el gobiemo de thos y toyan codolfo Puigarts, Bt protetarado ..., ot, p. 92. 9 que es el motor ai lag es. La nn qué es In democracia “de contenido” frente er ugar, [a democracia de vocracia burguesn, dls- yente en as- La prueba es que ambas lo exigen Ins necesidaes de la sea que, a pesar de la retérica, Ta de la democracia, vacinda de su contenido de clase, ste en una mera defense de la democracia forual tictica, Las masas deben respaldar a un comando nacional se plantea Ia pero digamos que, para lista no fue un estado burgués. La ireceién proletaria se transforma ast lena confianza al sector burgués na- 0 ¢) se insiste ~o se resume— en lo que ya hhemos analizado con respecto a Ia economia social. Creemos que ha quedado claro, nargen x de los casos, no es mis icionalisin autamquica, La politica exterior no puede prescindir de alianzas con ai también luchan contra el se construye solo en eneficio de la construceién del de una economia y de una politica ~ Lo que falta le otorga » esta consigna, ‘or polemiza ante todo eon sus. viejos 6 En resumen, 151 compaiieros de partido, y entonees frente a un antimperialismo tefido de liberalismo, contrapone un antimperilismo naciona- liste y burgués. Es’ evidente que esto es progresista. Sig- rifiea un paso adehinte, comparado con la claudicacién ideo- légica del Partido Com ficial frente a la ideologia U- eral burguesa, a la que aquellos viejos compafieros otorgan a progiesista, Pero si bien resulta mds progrestvo alen- tor la politica de la burguesta nacionalisto, es una initifica- cidn, on cambio, pretender que esta ideologia es la teorka det Ja pigina siguiente: El encuentro del movimiento obrero con su teora revoluconaria ela tenemos por delante, Tan difcl que esde hace mis de medio siglo se viene planteando en Is Argentina En una palabra, se pol fen nombre de los supuestos intereses del “ aria”. Y ella consiste ‘pese a muchos. En suma, que no ‘estamos atribuyendo intenciones a Puiggrés, sino que las mis- mas estén forjar ideologia nacional burguesa, no habria inconveniente en plicarlo como un intento coherei x0 cuando a eso se lo quiere presentar como la verdadera teoria del socialismo, es necesario poner las cosas en su lugar para evitar mixtificaciones. En las épocas de crisis se torna mis urgente hablar claro, No pretendemos seguir en cada paso a Puiggrés. Una ver pl teadas estas dos cuestiones esenciales consideramos important in, y en segundo lugar ‘cémho aplica Puiggrés su esquema al andlisis concreto jeronismo, Vayamos por partes. ideramos conveniente citar en algunos pérrafos el pen samiento de Lenin sobre el mismo problema, que fue expresado 152, in que natoralinente acta en lot comlenzos da todo mo- ‘como fuerza hegeménics (dingente) del ism, joyando serps aeitién facional toda burguesia desea o Jrivlegios pas su fa ir & remalgue dela burguesa, cxar eo el “oportunisn: subrayados y comilas son de Lenin.) Se disfa que estos conceptos fueron formulados en forma ex- ppresa para diimnir la polémica con nuestro autor. Como se loren especifica y directamente a los conceptos revi y oportunistas que eplica Puiggeés.. Y un poco ands ismo trabajo, dice Lenin ® ein de uoa naciéa oprimiéa lucha intra la oprezrs, nosotres extamos siempre, en todos los casos y con ms decsiéa que nado, @ favor, ya que somos lo enemigos tie audaces y consecuen- ila burguesia de la nacién opeinida esth por Sila ‘de la nacién oprimida hacia le privile- ‘Low subrayad son de Lenin) : 1a claridad concept +» No existe nacién tebrica,y qué vigeneta mundo que elimine Ia 1 VT, Lenin, Sabre el derecho de las naciones a 1a autodeterminacién (lzero-mayo do 1914), Publicado en Obrar Hicogidas, blemat, Buenos Airs, 1648, tomo TI, pp. 90% y ss. dle clases como motor de I historia, por més heterogé- as que Ins situaciones especificas puedan ser y por més con- tradicciones que puedan aparecer. La eficacia de la thetica La vida sequiewe que en todo Estado anstan Sovies de Giputados obrero y do etes dipwe ‘Eso es Is Comuna Y en 1920, tesis sobre la cuestién nacional, y ccon el propésito de enfatizar las caracteristicas de clase de la Confereneia de Petrogrado del POSDR 5 de mayo) de 1017 Eiicioner Lenguss Extranferas, Moset, 1087, pp. 87837. 154 1 los proletaios y clones y de todas Toe onaria comin por Ta burguesia, ya que slo toiunfo tobre el capitals. Y mas adelante, en el mismo proyecto, pone en guardia contra Jas claudteaciones of ay oe clementos de lor oburgueses dentro de sus. respective tx debe sellar ura alinza temporal con la ceolonias y de Tos pales Insistimos: incluso en pendencia organi plant simiento coherencia En lo que sc refiee a la coineidencia de Lenin y Trotsky y al concepto de Revolucién Permanent , veamos simplemente los problema fl IE Congreso de Ia Internacional Com dos fraymentos; en. pi volucién Rusa en 1921 precisamente ona de lat qoaflemacionas 0 ‘wansformacién de wa reveludién imo de democracin para los fea le roptura con Ia demo- fiento den nuevo tipo de democracs, de a democracia proletaia © dictadura del pry los cerdos de Je moribund burguesia jeboburgess carvrtca teas olla nos AAniverstio dela Revalueién do in Obras Escogkdas, eit, tomo IV, pp. 515 y 5 156 Asrodo snorglleseron y nos ennplleceremos de que nos haya lcdad de ina lu constr el Eatedo 00 tn mova poca de Te historia univers, Ix Epica Ge" una nurs deve, opriniga en tos bv pes ocr, bain in i proketaado, hacia aly do ls gras, En enanto a Trotsky, si bien su planteo se origina en les ex- pperiencias de la revoluciin rust de 1905, en su libro sobre la Revolucién Permanente sistematiza mejor coineidencias de Lenin y TrotskyPson compl problema del trinsito de la sevo- foes otro, en el fondo, el origen Protea Totly, Le Reoledn Permanente, Cent, Madd 1081, tn- “Cadac 1st socialise, en todos los peeblos, coma dor etopas Ta socieded no slo tnlepondi Tira le misma ides domi re Tos marsistas ros, que hacia cla de fe aban no silo los menchaviques, de bos ‘ram, por é decididos para. quienes los problemas de la revolulén socia- yo sélo ino en visperas de TBI7, sonaban como In pporvenir muy remote, ors dee wvlctn geomet, cea on 180, decid 1 goer 2 gue’el eaming de Ie dicts longado periodo de Semocra sei atrosedes, of camino de le demoe rpecto de Is teria carscerzn yn sla revoluiin so ta como tal. A To largo de un sea prolongado, coma lo Jemvestia te experi os rao, con le exstaneia de una dietadura resent de sve, ps 3 tds Ts elyos tempore, pm permanente. ‘Lex ataques de clavidad, conten Tos reveliveién pen nente, Y no podia ser de’ oto modo, puesto que se Estas extensas transeripcfones han sido necesarias para demos- iar que el manto con que algunos pretenden recubrie su oportunismo se arma que los pone al des- cubierto en forna mis violente y defivitiva que cualquier razonamiento maestro. La lucha es requiere temp) ‘enfrentar momen més necesarlos 4 momentos en que la situacién mundial ayuda al proceso de cambio revolucionario, como en Ja actuslidad; solo que ahora se torman imprescindibles para no caer en el oportunismo. Con respecto a Ia situacién del pais y al andlisis concreto dol ema, Puiggrés parte independiente ses, especialmente a partir de Ia aparicién de la buroeracia a en Ie URSS. De tal forma, lega a afixmar que ni el fascismo ni el soviet son aplicables el pais. Habria que discutir qué es el soviet Yy qué es el fascismo, y una vez més aparecen las diserepancias ‘con muestro autor, ya que confunde cuestiones importantes con El soviet es la forma que adquiere el poder obrero. esi que se lame soviet 0 consejos de obreros, cam- ete. Yast lo defendieron Lenin y Trotsky claramente, anterior de Lenin es ilustrativa, sobre todo porque de ln burguesia en cierto momento de su historia. EI del poder burgués. En este sentido, el © semieolonial no puede 0 de una forma de poder rmetropolitano. que no se contrapone al Dburgués como forma espe- los soviets pueden existr 160 a pesar de nuestro autor, el pensamiento de clarecer el asunto: + Dafo wos apasiencin de f or de en cealid presente eu si una atic, No es cisto pian & Inglatert Pero To nagon pec 1 Leda Trotsky, La Revolucion Pormonente, cit, Prélog. Intenta deseubit todos oe en 4s cuenta de que aguellas pecuice fades naconales 20m preceamente ol prodicto mée general, agi! ‘que, por decrln ai, se todo el desrrllo hitérico de ra (La bast ‘A partir de aqui, es obvio que tinleamente resta enumerar algu- nas conchusiones entre tantos planteos ideoldgicos, en lo que se d discusién del cardcter 10s solo algunos puntos margen de gus. El resulta, por puede as ©, por lo menos, el s stra actitud antim. Que Perdn erialista, 44, Habrla que tal como or ‘arsiet, y que fue necesario apoyar sus medidas progresistas es indudable, pero, como decia Lenin, cefticamente, La clase obrera aparece siempre asi, en este planteo de Puiggrés, como vanguard en la lucha, ‘pero no en la conduecién, no en la direceién politica 2) En medio de sus razons quiénes pone a salvo el autor al formular sus ar, a Lisandro de la Torre, FORTA y ndose de que el p pata no referimnos a su apoyo calurosd a Stal os asesinatos de los Famosos procesos de Moscii. En segundo ugar, a Jauretcho, Jo mismo que a muchos intelectuales pero- s, frondizistes y nacionalistas? En su otro libro més re- jientos, es interesante sefialar a Ya que estos autores n Tistas Ademés, sefalemos algo importante. Creemos valioio, es rms, fundamental este tipo de pronunciamiento, Consideramos fundamental e, aporte de wn ar a los cam- sociales venideros, pero frente poli- tico y no con el pi que des 4 ora de nea “nacional y popular”, tal como Ia han defi- vez los intelectuales frondizistas. Vale la a citar al mismo Puiggrés para que no se nos acuse de falsear su planteo: por casualidad se proclman socla- Le tin nacional ast concebida es sustetada por muchos politicos ¢ Sntelectaales pevonietas, frondiitas y macon: su obra mis reciente, al referirse al dirigente vindical 2 Rovbolfo Pulggs, EI proleariade..., city p St Idem, p. Tr 8 Rodolfo Puigaria, El peroniana..., ei, p. 97 168 ada en Reforma Agraria y antimperalismo), para vez establecido un poder burgués na- § ta independiente del imperialismo, se pueda postergar Noes i caso de dincutic « Petet, pero; gaonso Pulggrie Ken pars lay ealendas greges I tarea do le rovouciin socialist, eee ere eae sea, reformismo de nueva cepa. Este contenido ideolégico Gbrero con los qu’ se alimenta su interpretacion , de Ta que, hasta aqui, nos hemos estado octpando bisicament roy ala Hevoluctin burgués y que puede ser presionado para convertitlo en ins- de las masas? No quoremos establecer un paralelo 4) Lo tinico que siempre se salva en su andtisis es el ojér- For lo tanto, el papel del ¥ en el caso del gobierno peronista, cabe destacar se llegé ni siquiera a la concrecién del estado revolu- ara Puigarés 0 casi se puode decir que la 2 cargo de ese sector, que sera 2 Adem, p. 98. 164 168

You might also like