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Ecademie High Schoo! < A Mamita: Cartas a mi mame En la calle me encon Ahora no hago otra cosa que mirarme en é!. La Sun pedazo de espe} frente, los ojos, la nariz, la boca. gSabes? He descubic que mi @ los tuyos que mds bonitos no podian sex di Si Dios existe, seguro estd bravo de o y mi boca son normales. No me ¢ que los negros son fatos y tiei gente criticando su obra. gCOmo crees que me veria con los ojo la nariz finita y la boca como una raya jFeisima! sNo Algunos no saben ser negros, Dan pena verdad? eae SVNAGUVO VSAUSL VINVWN IN V SVLUVO A rafz de la muerte de su madre, una jove para desahogar pena y expr sar su lucha cont! racismo, z= o 8 S 2s & ee igBN-13 bea Sear scceze Be Con WN vi N N < LIBROS TIGRILLO GROUNDWOOD BOOKS HOUSE OF ANANSI PRESS TORONTO BERKELEY Cartas ami mama Teresa Cardenas © 1998 de Teresa Cardenas Este libro fue publicado originalmente en Cuba como Cartas al cielo, Publicado por primera vez en Canada y en los Estados Unidos en 2006 ‘Ninguna parte de esta publicacién podré ser reproduce, archivada en un sistema de recuperacion otransmitida en cualquier formato 0 : or medio algun, sin el previo consentimiento por escrito de los ' : elites o sin una licencia de The Canadian Copyright Licensing — ‘Agency (Access Copyright). Para obtener una licencia de Access ‘ A Susy, Felipe y Mamd Copyright, visite wwwaccesscopyright.ca o llame (libre de cargos) al 1-800-893-5777, ‘ Groundwood Books / House of Anansi Press 110 Spadina Avenue, Suite 801, Toronto, Ontario MSV 24 Distribuido en los Estados Unidos por Publishers Group West 1700 Fourth Street, Berkeley, CA 94710 Library and Archives Canada Cataloguing in Publication Cardenas, Teresa : Cartas a mi mama / Teresa Cardenas. ISBN-13: 978-0-88899-722-7 (bound) ~ ISBN-10: 0-88899-722-1 (bound) ISBN-13: 978-0-88899-723-4 (pbk,) ~ ISBN-10: 0-88899-723-X (pbk) 1. Racism-Cuba-Juvenile fiction. 2. Cuba-Juvenile fiction. L Title. P273.C34Ca2006 j86364 C2005-907009-9 Disefto de Michael Solomon Fotografia de portada por Manuel Cruzado Cazador Impreso y encuadernado en Canadé aaa ss peepee Estaria mejor alld, contigo. Todas las noches espero que vengas con tu pa- palote y me invites a morir de una vez. Ya es marzo. Las flores casi te saltan a los pies cuando las miras. Pero ti no estas. Sin saber cémo, mis libretas estdn llenas de palabras, ntimeros, frases, recuerdos, dibujos... Dibujos de una nifta déndole la mano a ma- md, del papd y la mamé besdndose, de estrellas sobre los ojos de mamd, de mama jugando en medio de las nubes. Imagenes de suefio en mis libretas. Todos son tuyos, en todos estds tu. Mamé, no sé por qué me dejaste tan sola. Sin tus besos, sin tus brazos, sin ese olor de margaritas que siempre tentas... CARTAS A MI MAMA A nadie le cuento lo que te extrano. Ya no pue- do con tanto silencio, empezaré a escribirte... ‘ot Querida mama: 5 Anoche te vi en suefios. Tenfas un mofo largo con una cinta roja preciosa. Corrfas de un lado a otro del cielo empinando un papalote de nubes. ® No eras feliz, pero allf estabas, corriendo y " saltando como una nifia de nueve afios. Te pare- g cfas a mf, como si fueras mi hija y no al revés. Te amé en vano. Fue triste. : Desperté llorando. Nadie vino a ver qué me pasaba. No sé por qué tfa Catalina se quedé conmigo. S6lo le importan sus hij Lilita y la Nia se pasan el dfa buriandose de mi. ‘Yo no me burlarfa de ellas si su mamé muriera. ‘Teresa Cérdenas CARTAS A MI MAMA I] 5 : i ro Mamita: Me han puesto en la escuela de aqui. No me gus- ta nada. Le falta luz. Soy la nifia més alta y prieta del aula. Quizés la ms triste. Una de las nifias se llama Sara, Es clara de piel. No sé por qué. Su pap4 no es asf. je acuerdas del carpintero Pedro? Pues, el pa- dre de Sara es igual y jcuidado! Yo creo que siente vergiienza porque cuando va ala escuela, a reco- gerla o a hablar con la maestra, Sara se hace la desentendida y se aparta un poco para que los demés piensen que no vienen juntos. Un hijo no debe sentir vergitenza porque su papa sea como el carpintero Pedro. El carifio no tiene que ver con el color. CARTAS A MI MAMA y 4 cic Algunos nifios le dicen a Sara que se quiere hacer blanca, y que es “piola” porque le gusta Roberto, un blanquito del aula. Me parece que entre todos nosotros, la mas desgraciada es Sara. : < ot Mama: Dice abuela que es bueno adelantar la raza. Que lo mejor que puede pasarnos es que nos case- mos con blancos. Ella quiere trabajar de criada en casa de una familia blanca. Y aunque tfa protesta diciendo que eso es cosa de antes, abuela insiste en que no sabe hacer otra cosa. Me imagino que ella ya no est para adelan- tar nada. $ 1 Teresa Cardenas CARTAS A MIMAMA 15 eT : : i ‘ . eh eee nempaiagecc eps Querida mama: Parece que Lilita tiene algo malo. Tia se pasa llo- ra que te llora, y en la casa hay que hablar bajito. Un dfa, de pronto, se sintié mal y no quiso le vantarse de la cama. No reconocia a nadie. Abuela dijo que era un “dafo” que le habian echado y que tenfamos que despojarnos. Apenada, le pregunté: “;Lilita se vaa morir?” Me dio un manotazo fuerte: (Céllate, bembona! iPareces un pdjaro de mal agitero!”, me solt6 y fue tras tfa para el cuarto donde Lilita estaba vo- lada en fiebre. Desde entonces me dicen bembona en esta casa donde no quisiera vivir. CARTAS A MI MAMA ia lean i oes Mama adorada: La Nifia no habla conmigo. Desde que supo que irfamos juntas a la escuela, no quiere ni mirar- me. Antes, ella y Lilita cantaban por todo el ca- mino olvidadas de mf. Esta mafiana, cuando salimos ni siquiera me dio la mano. La Nifia tiene siete aitos, yo le Ilevo tres. Ten- go que cuidarla, pero a ella le importa un pepi- no. Me grita cosas feas y me saca la lengua. Lo hace para fastidiarme. Sabe que tfa me mata si le pasa algo. CARTAS A MI MAMA hh Raa e mums a epee ansbiets et ee oe Mamita: En la calle me encontré un pedazo de espejo. Ahora no hago otra cosa que mitarme en él. La frente, los ojos, la nariz, la boca... jSabes? He descubierto que mis ojos se pare- cen a los tuyos que més bonitos no podian ser, y mi nariz y mi boca son normales. No me gusta que digan que los negros son fiatos y tienen bemba. Si Dios existe, seguro est bravo de oft tanta gente criticando su obra. 3Cémo crees que me verfa con los ojos azu- les, la nariz finita y la boca como una raya? jTei- simal No es verdad? Por eso no me dejo pasar el peine caliente. No quiero parecerme a Sara. Prefiero hacerme mofiitos. Como las africanas. Antes, cuando Lilita y la Nifta jugaban a tirar- CARTAS A MI MAMA 21 ca a se agua en el baiio, trataban de que fuera de la barriga para abajo, porque si se mojaban el pelo, volvia a ponérseles duro. La Nifia muchas veces se pone un bhimer 0 una toalla en la cabeza y la mueve de un lado a otro cantando: “;Tengo el pelo lacio! ;Tengo el pelo lacio!” Me da risa pero a la vez rofia. Algunos no saben ser negros. Dan pena. ‘Teresa Cardenas Mama de amor: He tenido que darme no sé cudntos bafios de despojo. Abuela y tia piensan que traje la mala suerte. Llenaron mi cuarto de yerbas. Tienen un olor fuerte. Debo bafiarme con ellas y echarle casca- rilla y perfume al agua. El perfume est bien, pe- ro la cascarilla se pega y deja la piel cenicienta. Un dia me pinté la cara con cascarilla y albo- roté mi pelo. Parecfa un fantasma. Tras una puerta, esperé que abuela pasara. Entonces grit Se me6 del susto. Cuando se le pas6, por poco acaba conmigo. “{Juuuuuuuuhhh!” CARTAS A MI MAMA | ot Mamita: Nadie sabe lo que tiene Lilita. Abuela estd como loca. Sacudié la casa con las yerbas. Después cogié un gajo de quitamaldi- cidn, le ech6 aguardiente y humo de tabaco y nos “limpid” con él. A mf me dejé para el final. Me dio duro con el gajo. Todavia tengo las marcas. CARTAS A MI MAMA Ae me ¢ : ; | i ascent a penaiens ee ot Mamita querida: Lilita tiene algo malo en la columna Abuela la baiia, le da de comer y por la noche le hace cuentos. Todo en su cama. Ya se cans6 de hacerle remedios. jTotal! Nin- guno le hace efecto. Una vez trajo una sefiora que tenia muchos collares. Pensé que era un ar- coiris. Escondida vi cémo la sefiora sacaba cosas de una jaba y las ponia en el piso. Mientras tanto, abuela le quitaba la ropa a Lilita. Entonces por poco me descubren, porque de la jaba se escap6 un pollito prieto y la sefiora empezé a caerle atrés por todo el cuarto, Me dio tremenda risa. Por suerte tenfa una soguita en la CARTAS A MI MAMA pata, sino todavia estarfa revoloteando por los tincones. Prendieron tabacos y dieron muchos rezos extrafios. Ahi fue cuando la sefiora cayé al piso temblando y echando espumarajos por la boca. Se encojidé como si fuera un carretel de hilo. Abuela le preguntaba qué le hacfa falta para que su nieta se curara. La sefiora le contestaba con voz ronca: “;Babali dice que la moquenquen td tené dafio!” Abuela mir6 a tfa y coment6: “Te lo dije!” La sefiora fue arrastrandose hasta la cama y le pass el pollito y dos mazorcas de mafz tostadi- tas a Lilita diciendo: “Hay que hacerle santo. Después yo va a ver.” En ese momento me vino un estornudo tre- mendo y todo el mundo descubrié donde esta- ba. Me sacaron a pellizco limpio. Teresa Cardenas anenianieinenen re Mamita linda: Tia nunca habla del padre de sus hijas. Abuela dice que es un sinvergiienza. Se llama Manuel y tiene malas pulgas. Un dia salié y ne regres6. “Mientras més lejos, mejor’, dijo abuela. Tia sigui6 fregando como si nada. Luego abuela solté una maldicién por lo tarde que se le habfa hecho y se fue. Ella trabaja para la familia blanca que te dije. Allf cocina, lava, plancha y hace lo que se pre- sente. Se mata trabajando, pero no se queja. Al contrario, habla maravillas de ellos cunque le paguen una boberia. CARTAS A MIMAMA 29 oe Mam de primavera: Ya le hicieron “santo” a Lilita. Tia sacé todos sus ahorros y aun asf tuvo que pedir prestado, Abue- la dice que ya las cosas no son como aates. “To- do se consegufa ms facil, jy barato! {Un chivo te salfa en dos pesos!” Cada vez que se acuerda re- pite la misma historia. El santo se lo hicieron en casa de la sefiora que despojé a Lilita. Habia cantidad de gente. No pude ver nada porque la ceremonia es secreta. Me quedé arreglando el al- tary ayudando en la cocina, hasta que tia me mands a casa de Ment a comprar flores. Ment vive en una casita de madera que esta rodeada de un patio enorme, lleno de matas y flores. Yo creo que est4 medio loca. Dice que vende las flores porque son demasiadas y salen CARTAS A MI MAMA dondequiera. Que por las noches no dejan dor- mir con sus canciones extrafias. Una ver, le crecié un geranio en lacama y era tan grande que no podia acostarse. Tt crees eso? Para mf que me ve cara de bo- ba. En su patio hay muchisimas flores. Escog/ las mas bonitas. Azucenas para Obatald, mariposas y girasoles para Yemayé y Ochuin y galan de noche para Oya. Cuando regresé con las flores, habia empeza- do la mataz6n de animales. El calor de la sangre se sentfa en toda la casa. Auna de las mujeres le daba miedo retorcerle el pescuezo a su gallina, entonces cogid una so- gay la ahorco. La gallina qued6 colgando en medio del pa- tio, haciendo murumacas sin que nadie le hicie- ra caso. La puerta de la casa no se puede abrir completa por la cantidad de cosas que le han puesto a Ele- gua. Pitos, caramelos, bolitas de colores, tabacos, Teresa Cardenas ERD aguardiente en una jicarita, mufiequi:os, mone- das, jde todo! Elegué es un nifio que a veces es. malo y otras muy bueno, por eso hay que darle cosas que le gusten para tenerlo contento. De vez en cuando y sin que nadie me vea, sa- co un caramelo y me lo como. ;Total! Se van a podrir y él no se los va a comer. Lilita luce mayor con el vestido nuevo. Es malva porque es el color de Babalti. Segtin abue- la es muy misericordioso y cura a los enfermos que creen en él. Alo mejor hace que Lilita vuelva a caminar. CARTAS A MI MAMA a pianos aco ot Mama: Abuela estd brava conmigo. Quiere que lave la ropa de la casa donde trabaja. Dice que asf aprendo a hacer algo titil y ayudo con el dinero que gane. Ya hablé con ellos y todo. Yo no quiero. No pienso ser sirvienta. Pero ella insiste y no me deja tranquila. Menos mal que tfa hablé con ella y ya no me molesta tanto. Ahora tengo que limpiar y cocinar. Es una forma de ganarme lo que como. Asi dice tia. Pero pienso que es igual que si trahajara para “los se- fiores”, Ayer me hice la boba y salf sin limpiar nada de nada. Lilita formé tremendo alboroto. Que si el pol- vo no la dejaba respirar, que si hacia semanas CARTAS A MI MAMA 3 que no pasaba la escoba. Que yo no era mas que una aprovechada y una sucia como mi mama. Le di duro, sin importarme que no pudiera levantarse del sill6n. Abuela y tfa oyeron los gritos y legaron co- rriendo. Teresa Cardenas Mama: Me duele toda la espalda. Abuela me ha golpea- do como se le hacia a los esclavos. Meni, la viejita de las flores, dice que es una salvaje. Ella viene a curarme los verdugones con sus yerbas. Tienen peste, pero alivian. También estoy castigada. Salgo de m: cuarti- co sdlo para cocinar. Tfa no quiere verme cerca de Lilita, ni de la Nifia, ni de nadie. Encerrada en mi cuarto, el dia parece una eternidad. Trato de encontrarte en los tablones del te- cho, pero es intitil. No apareces. Otras noches brillabas en mi cuarto como si fueras la luna. Me gustaria estar bien lejos de aquf, junto a ti, en el cielo. CARTAS A MI MAMA 37 : ct Mamita: Abuela sofi6 contigo. En el suefio le decfas bar- baridades y la amenazabas con llevartela. Lo of todo. No hagas caso de las flores, ni del agua con perfume y el café, ni del platico de dulce que te puso en el rineén de los muertos del patio. iLlévatela, mamital ;Llévatela para el otro mundo! Te en CARTAS A Ml MAMA preemerseaus: i ‘ [ | ; : ' i i ‘ 5 ct Mama: iSi vieras lo que pas6! Tenia ganas de orinar y cuando Ilegué al bafio, mi blimer estaba man- chado de sangre. Me asusté muchisimo. ‘Tia dijo que eso lo tienen todas las mujeres. Segiin ella, ahora soy una sefiorita. Abuela dice que a partir de este momento, hay que tener cuatro ojos arriba de mino vaya salir prefiada. 4Cémo es eso mamé? Yo no creo que por un poco de algodén que me pongo entre las piernas vaya a salir prefiada. Eso no es asf. Primero una tiene que casarse, comprar una casa linda y ser feliz. Entonces es cuando viene la cigiiefia y se te hincha la barriga. Eso lo sabe cualquiera. CARTAS A MI MAMA 41 Total! Yo sigo igual que siempre. No he cam- biado nada. ct Mamita linda: Mi cabeza va a reventar. El dfa lo he pasado pen- sando en barrigas y en bebés. Recuerdo una vez que me dijiste, que los hi- jos hacen felices a sus padres. Pero conmigo la historia fue diferente. Td y papa eran felices has- ta que nacf yo y todo se eché a perder. No sé qué pas6. Nunca me lo dijiste. Nos quedamos a vivir solas en aquella casa grande. Después no tenfas dinero y nos muda- mos para el solar Venecia. All estuvimos hasta que te fuiste para el cie- lo. Yo creo que lo hiciste porque no soportabas ia lluvia y las discusiones. Aunque a veces, era me- jor que la gente discutiera a que empezara a llo- ver. Te pasabas el dia diciendo que en cualquier 42 Teresa Cardenas CARTAS AMIMAMA 42 momento te irfas adonde nadie pudiera encon- trarte. ¥ eso fue lo que hiciste. Mucha gente no lo entiende. Yo si. Mejor que estés en el cielo y no en Veneci Allf nunca serfas feliz. | Teresa Cardenas vated inieneegsiineei ha mn) latinas manana. Parece que se sentia mal. Cuando llegué, te- nfa una pierna amarrada en un trapo. “Estoy renga’, dijo, “necesito que me ayudes”. Ycomo ella es buena conmigo, la ayudé. Cociné algo y recogi algunas matas que me dijo para hacer sus cocimientos. Cuando salf de su casa, alguien tropez con- migo. Por poco me caigo. Le iba a decir cuatro cosas, pero de la sorpresa no pude ni abrir la bo- ca. Era Roberto, el blanquito del aula. Estaba llo- rando. Ya se iba, cuando no sé por qué, cogi unas cuantas extrafias rosas y se las di. CARTAS A MI MAMA staan 16 Se demoré en cogerlas. Bajito, me dio las gra- cias. Desde ese dia, viene de vez en cuando a casa de Ment. La mayorfa de veces esté callado. Tal parece que tiene un gran problema. ‘Teresa Cardenas Mama: La gente dice que en casa de Menti salen fantas- mas. Lo dirfan porque cuando uno entra al patio, parece que lo hace a un bosque encantado. Dondequiera hay sombra, flores y pajaros. Por las noches, el perfume del patio lo siento en mi cuarto. iQué cosa tan rara! Es como si tuviera todas las flores encima. ‘También hay una ceiba. Grandisima. Algunos le tienen miedo a la casa, porque di- cen que hay un muerto enterrado. Al principio cref que era mentira. Después ella me lo conté todo. Menti perdié a su hijo cuando era chiquito. No sé cémo lo enterré en el patio. Alrededor de su tumba hay muchas flores. Ella dice que el CARTAS A MI MAMA cuerpo de su nifiito enriquece la tierra. Porque él no est enterrado, sino sembrado. Por eso, las frutas se dan todo el afio y aunque chapea y cha- pea con una guataca vieja, las yerbas crecen de Ja noche a la mafiana. La tumba esté cubierta de centavitos, bolitas, patines y muchas cosas mas. Muchos van a pe- dirle favores y le rezan y le piden por los nifios que tienen enfermos. Vienen hasta de Oriente. Dicen que es milagroso. Algunos han visto su fantasma en la casa 0 en el patio, jugando con las moneditas. Ment al principio se puso brava y le tiraba piedras a los que venfan. Ya no. Se cans6. Ahora hasta le hace café a la gente que viene de lejos. Yo la ayudo en lo que puedo. jEsta tan viejita! Parece que tiene cien afios. ‘Teresa Cardenas ee eis ot Mamita: Ya sé por qué Roberto esta triste. Su mamé anda con varios hombres por dinero. A veces sale y no regresa hasta el otro dia. El no quiere que los de la escuela se enteren y me hizo jurar que no se lo dirfa a nadie Dice que una vez, se demoré muchos dfas en regresar. Cuando lo hizo, estaba ojerosz y muy flaca. Se pas6 todo el dfa llorando y no salié en muchas semanas. Roberto dice que prefiere no tener mama a que sea una cualquiera. No sé, pero me parece que no lo dice de verdad. Si yo te tuviera, mamita, nunca me avergon- zarta de ti. CARTAS A MI MAMA Mama: El otro dia, abuela dijo que se acordaba de su mama, Me parecié extraiio ofrle la palabra MAMA. Era como si no lo supiera mencionar. Nunca ha- bia pensado que tuviera mam, pap4 o abuela. 0 que de nifia le gustara hacer esto 0 aquello. Siempre la he visto rofiosa, mano suelta. Abuela parece que nacié vieja y amarga, con poco carifto. Avveces, quisiera quitarle el pafiuelo y acari- ciarle las canas, las manos, el corazén. Pero me da miedo. Ella no quiere que nadie le dé carifio. Dice que para qué, si eso no se come. Yo sé que es mentira, porque cada vez que le trae un dulce ala Nifia le pregunta: Tut quieres a aduelita? Entonces ésta, con tal de Dime, jt me quieres CARTAS A MI MAMA comerse el dulce, dice que sf, que la quiere mu- cho, Esto es triste, es como si abuela pagara por un poco de carifio. Yo no la quiero. Me da muchos pescozones y nunca me trae un dulce. ot Mama querida: {Tia Catalina, al fin, tiene novio! Se llama Fernando. Es bastante claro y tiene el pelo casi lacio. Abuela dice que tia tuvo suerte. Todas estén encantadas con él. A mi no me cae ni bien ni mal. Si me habla, es para decir: “;Mu- chacha, trdeme el cenicero!”, 0 “jNifia, tréeme café!” Se siente el duefio de la casa, pero no me im- porta. Por lo menos no me dice bembcna. niga Teresa Cardenas CARTAS A MI MAMA ‘ac aR es rei a eatetriaisia on iu in eneecedlemmichiamiven cen chien NERiERa, oa Mama: Fernando duerme con tia en el cuarto. Y que yo sepa, no se han casado, Por las noches se oye el temblequeo de la cama. Tia empieza a quejarse como si la estuviesen matando. jTotal! Después rie como una chiquilla. Fernando siempre llega por la tarde y ya la mesa tiene que estar puesta. Entre abuela y tia cargan a Lilita y la sientan cerca de él. A ellale encanta oirle los chistes y las historias sobre su familia. “Aqui se esta mejor”, dice, “la gente no es tan atrasa”, ‘Tia se vuelve una melaza cada vez que habla de matrimonio. “Llegué a este pueblo con el pie derecho. Vi- ne buscando una mujer bonita para casarme, y, CARTAS A MI MAMA iquién sabe?, a lo mejor la encontré”. Abuela dice que, al fin, a tfa le leg la hora de la feli- cidad. Teresa Cardenas * oe Sol de mama: Al “sefior” Fernando le ha dado por desayunar como un principe. Antes, era solo café. Ahora es pan, tortilla, jugo y dulce. A veces, cuando tia sa le temprano, Fernando le lleva el desayuno a Li- lita y se quedan hablando bastante tiempo. Pare- ce que se han hecho muy buenos amigos. Si llego tarde a la escuela, la maestra me rega- fia, pero de ahf no pasa. Mi maestra se llama Sil- via y siempre se esta riendo. Me gustarfa ser como ella. Es muy buena, ex- plica las cosas una y ola vez hasta que todo el mundo entienda. Segtin ella, soy inteligente, por eso llegaré a algo en la vida. CARTAS A MI MAMA ca” Mamé preciosa: Ment me ensefié a rezar. A decir las palabras exactas para que Dios me oiga. Dios es bueno y misericordioso, y tan considerado, que ni siqui ra toc6 a Marfa para embarazarla, sino que solté una fina Iluvia de oro sobre su cuerpo. Entonces nacié Jestis para salvar a la gente del pecado. Pecado es algo asf como lo que no le gusta a Dios que la gente haga, y sin embargo, lo si- guen haciendo porque a la gente le gusta. ;En- tendiste? Al principio, las personas de su pueblo, deci- an que estaba loco, que hablaba boberias. Mu- chos lo persegufan para matarlo y otros para oirlo. CARTAS A MI MAMA En las fotos, Jestis luce buen mozo. ¥ muy blanco. Con los ojos azules y el pelo rubio. Alo mejor nacié en Francia o en algtin otro pais don- de la gente es asf. ct Mama: Pui a la biblioteca de la escuela, pero allino hay nada que explique esas cosas, entonces me lle- gué hasta la iglesia del parque. Me prestaron un libro que habla de Jestis y el pais en donde na- ci6. Mama! ;Por poco nace en Africa! ;Te imagi- nas eso? Mamita, jtti crees que Dios entiende cuando le hablan en africano? Para mf que no. La viejita de las flores me explicé que el Dios de los negros se llama Olofi, pero que es el mismo Dios de los blancos, lo que cada quien le pone el color y el nombre que le da la gana. Y que Dios hizo alos hombres de todos los colores porque es como un nifio, que no le gustan las cosas iguales porque se aburre. Me imagino que muchos blancos no conocen i i i ; 60 Teresa Cardenas CARTAS 2 MI MAMA 61 idee esta historia. A ellos no les gustarfa adorar a un Dios retinto y bembén por muy misericordioso que fuera. No les parecerfa bonito. ee Querida mama: i Tia y Fernando fueron a un baile. Regresaron % tardisimo. Ella estaba borracha. Fernando la acost6 y fue a la cocina a tomar un café. Desp lo of abrir el cuarto de Lilita. ‘Aquello me extrafié. Entonces fui a ver sia Li- lita le hab{a pasado algo. Me quedé fria. Fernando estaba sentado en la cama y mira- baa Lilita como un bobo. Ella tenia la bata abierta, y de la pena, no levantaba la cabeza. No pude pegar um ojo en toda la noche. Si se lo cuento a tia no me lo cree. Preferirfa no saber nada a estar sola de nuevo. Mejor cierro la boca. Y cuidado. Mucho cui- dado no quiera pasarse conmigo también. t 62 ir ‘Teresa Cardenas CARTAS A MI MAMA i i i i 2 i | . oh Mama: Me quedé dormida y llegamos ms tarde que nunca a la escuela. Vi cuando regafiaban a la Nifia. Me mniré co- mo si quisiera matarme. Por la tarde no estaba en toda la escuela. Busqué en el patio, en los escondites, en los ba- ios y en la cerca de atras. Si llego a casa sin ella, tfa acaba conmigo. Parece que rogué tanto, que finalmente no me castigaron. ‘Tfa me estaba esperando en la puerta, su cara decfa un millén de cosas. Muy seria dijo: “Tui te salvas porque no le pas6 nada. Si no la mano de palo no te la quitaba nadie de encima’. Respiré aliviada. Cuando iba a entrar, me did un pescozén du- CARTAS A MI MAMA t | prep pete tee rfsimo. {Ponte al hilo! ;Pa'la otra, te mando a vi- vir con mamél” Esa noche no salf del cuarto. No querfa que tia se acordara de lo de mandarme para casa de abuela. Pensé que iban a regafiar a la Nifia por irse sola de la escuela, pero de eso nada, Abuela se la llevé a pasear diciendo que lo que habfa hecho era cosa de muchachos. Me encerré en mi cuartico y empecé a sofiar que era una reina y tenfa muchos criados que me llevaban el pan con leche a la cama. ‘Teresa Cardenas ‘ i E : ad Mama: Algunas tardes, Roberto se aparece en casa de Ment. Cuando no hace un mandado, le carga un cubo de agua 0 si no, se la pasa en el patio abriendo huecos para sembrar nuevas matas Dice que prefiere estar con nosotros, a que- darse en su casa y ver a su mamé saliendo con esos vestidos apretados. A Meniti le cae bien, siempre le hace limona- da o dulce de leche. ‘A veces nos tiramos en la yerba a descubrir ani- males 0 cosas en las nubes y asf nos pasamos el tiempo. “Veo, veo...jun hombre con un perro!”, dice. Y yo, “veo, veo...jun barquito en una cla!” “Y yo, una palma gigante’, “yo, una canasta de flores, CARTAS A MI MAMA una guitarra, un zapato roto, una jfcara con plu- mas, una mujer diciendo adiés, un oso polar...” Y¥ entonces mama, te vi, entre las nubes, co- rriendo como siempre. Ahf fue cuando Roberto ‘ j dijo: “Veo, veo...juna nifia con un papalote!” i | Lo besé y lo abracé mucho. El me miré como i i si estuviera loca. Me dio vergiienza, pero creo i a : | que le gusté. f Mamita: | ; i 5 Hoy es tu cumpleafios. Cumples treinta y siete | i afios. En la casa no dicen nada, pero sé que se j : acuerdan. Abuela trajo un retrato tuyo que nun- ‘ i ca habfa visto. Pareces una nifia. Tienes los la- j § bios apretados como si estuvieras brava. ‘ Debajo del retrato pusieron jazmines en flor, tus preferidos, Tia no me ha dejado trabajar. Ella misma hi- zo el desayuno y limpi6 la casa. Tal parece que es el dfa de los milagros. Teresa Cardenas CARTAS A MI MAMA 69 i 1 ok as ana Ror ORE Khe en RNR ee iu NecRGa CE) OU) cod Mama: Sara se va de la escuela. Su papd consigui6 tra bajo en otra provincia. Nos enteramos por la mafiana cuando los vimos hablando con el di- rector. Ella tenfa la cabeza gacha. Yo creo que Sara nunca va a cambiar. Hay personas asf, que aunque quieran, no cambian nunca. CARTAS A MI MAMA Mamita: La otra noche Fernando Ileg6 borracho y casi mata a tia. La empujé para el patio y le dio muchos bo- fetones. Menos mal que abuela no estaba, si no le da un soponcio. Esa noche tfa durmi con la Nifia. Al otro dia Fernando se perdié de la casa. Yo creo que tfa no le dijo nada a abuela, pero de seguro ella sospe- cha. 1 a oni itso Fernando aparecié como a los quince dias. Sin afeitarse, sucio. Parecfa veinte aiios mas viejo. Sin decir nada a nadie, se metié en el cuarto y allf se queds toda la tarde. ‘Tia le preparé el baiio y le dio de comer como CARTAS A MI MAMA oe se le hace a un nifio. Esa noche, la cama no paré. iKitipam, kitipam, kitipam! ;Kitipam, kitipam, ki- tipam! Teresa Cardenas es Mami, te extrafio: Antes de llegar a la escuela, la Nifia se paré a mi- rarme como a un bicho raro. “De verdad eres prieta y bembona’, me dijo. iY sabes lo que hizo? Me escupis. Tuve ganas de pegarle, pero me acordé de cuando lo de Lilita y no le hice nada. La dejé sola y me fui. No queria que me viera llorando. Estuve en casa de Ment todo el dfa. Al caer el sol abuela fue a buscarme con un palo. La discusién de Ment y abuela fue terrible. Es una pena que dos mujeres tan viejas se hayan ido casi a las manos. Y todo por mf. Abuela me persiguié con el palo por todo el patio. Me es- condi detras de la tumba y ella, de un palazo, CARTAS A MI MAMA destrozé la cruz de madera. Menti empez6 a chi- lar y halarle los mofios a abuela, Eso me dio ri- sa. Ella me vio y soltando a Menti me lanz6 el palo. Todo se volvié negro. Cuando desperté, estaba en el hospital. Me dieron cinco puntos. Menti dijo que mejor me pasaba unos dias, con ella. Por las noches suefio que el viento sopla y se lleva todas mis cosas al cielo. Los dolores de cabeza me matan. No puedo pensar en nada. Teresa Cardenas onnne ce Mama: Le he caido en gracia a Silvia. Gracias a eso, le pi- dié permiso a tfa para llevarme un fin de semana asu casa. Para llegar alld, tuvimos que atravesar la ciu- dad. Silvia vive con su papa que es viejito y usa espejuelos para leer. Cuando llegué, me regalé un libro. Creo que nunca lo voy a leer, esté muy gordo. Silvia rién- dose, dijo que, por muy inteligente que fuera, no iba a entender ni pito. El libro es de Francia. jSabfas que hay un pafs grande que se llama Francia? Pues en verdad, Sil- via dice que alla hay mucha cultura, mucho ade- Ianto. Que los novios se besan en la calle y nadie dice nada porque eso es normal. CARTAS A MI MAMA 4, iyo quiero ir a Francia! Quisiera ver la torre famosa que tienen. Dicen que si te subes, puedes ver toda Francia de una vez. Mamé que estas en las nubes: Roberto no cree que la gente se va al cielo. El di- ce que simplemente se mueren y ya. Trato una y otra vez de explicarle pero no entiende. El cielo de verdad, no se ve, se siente. Es una » ke b ¥ cosa tan linda y serena, que uno no se la puede imaginar. Y silo hace, cada quien lo ve diferente. Para cada uno hay un cielo. Me imagino que es un lugar donde no se di- cen mentiras y en el que todos se llevan bien. | Yo quiero un cielo donde las abuelas sean | buenas y repartan dulces a los nietos. Donde na- I die maltrate a los nifios, ni los obligue a hacer cosas que no les gustan. Un cielo donde no me lamen bembona ni fea y donde no me sienta sola. Para mi, que el cielo esté leno de las cosas 8 Teresa Cardenas CARTAS 4 MI MAMA que més quieres. No importa si es persona o no, si esta viva o muerta. Yo quiero un cielo asi, donde Roberto, Meni ¥ su hijito, Silvia, tti y yo juguemos eternamente. Teresa Cardenas 7 Mamité Hace dfas abuela est4 hablandole a los rincones y mirando de reojo a Fernando. El se hace el bo- bo y casi no sale del cuarto. Pero cuando llega la noche, se emperifolla y va para la calle. Tfa no dice nada, se encierra en el cuarto y ya no se le ve el pelo hasta el otro dfa. Cada vez que veo a Fernando, recuerdo lo que le hizo a Lilita. Quisiera decirselo a tfa, a abuela...pero no me atrevo. Desde ese dia le tengo ldstima a mi prima, y como no se me ocurre la manera de decir lo que pas, de vez. en cuando, mudo mi catre para su | cuarto y asf la acompaiio. Ella, al principio se extraé, pero no dijo na- da. Cuando tia quiso que me fuera, ella le dijo que no. CARTAS AMIMAMA — &/ Fernando se enteré una noche en la que en- tr6 al cuarto y me vio sentada en mi catre. Entonces se hizo el inocente y pregunté c6- mo seguia Lilita, que en ese momento dormia. Le dije que bien y me puse a leer un libro. En- seguida se fue. Esta tarde, abuela llegé brava. Cogié a tia por el brazo y se la llevé para el fondo de la casa. Des- de alld se oyeron los gritos. Abuela quiere que deje a Fernando y tfa grita que no. Discutieron tremendo rato. Luego abuela se fue dando un portazo. ‘Teresa Cardenas cs Mamita querida: Estaba en receso, jugando y saltando, cuando un nifio de los grandes empezo a meterse conmigo porque llevo mofiitos. No le hice caso, pero él se- gufa diciéndome cosas por todo el patio. Hasta que me halé los mofiitos. Entonces, y yo no sé de dénde, Roberto sali y le cay6 encima hecho una fiera. Los demas formaron tremendo alboroto. El otro muchacho era bien grande, pero a Ro- berto no le import6. Se dieron cantidad de pifta- zos. Mi amigo termin6 colorado y con muchos araiiazos. El otro también tuvo lo suyo. Primera vez que alguien pelea por mi. Si me lo pide seré su novia. Es bueno tener quien te defienda. Es maravi- lloso sentir que alguien te quiere. CARTAS A MI MAMA i AAAS laa os Mama mia: Cuando Roberto y yo paseamos no me gusta darle la mano, porque muchos se nos quedan mirando como si vieran una cosa extrafia. Pero Roberto se puso bravo y dijo que lo que pensara la gente no era importante. “La gente siempre habla’, dice él. Y es verdad. Abuela cada vez que habla de la familia para la que trabaja, dice, “los blancos esto 0 aquello”, 0 sino, “hoy la blanca me dijo”, Siempre he ofdo que los llama asi. Un dia me pregunt6: “Y quién es ese blanqui- to que anda contigo?” Yo no supe qué contestar- le. Ni recordaba que Roberto era blanco. Entonces supe que cuando queremos a al- guien, el color de su piel no importa. Y que ademas, es més lindo decir Roberto, que el “blanquito”. CARTAS 4 MI MAMA cs Mamita: ‘Tia no atiende a nada, nia abuela, nia las niftas Anada. Se pasa el tiempo de un lado pera otro, vorni- tando todo lo que tiene en la barriga. Todo le da asco: el huevo, el ajo, los chicha- ros. Ya no sé qué cocinar sin que lo vomite al final. Le dije que fuera al médico, pero no hace ca so. A Lilita hay que llevarla dos veces cada semana al hospital. Le ponen un foco en la columna y le hacen unos ejercicios extrafios en las piernas. Allf va mucha gente que tiene problemas para caminar, Yo la Ilevo porque nos entendemos un poco mas. CARTAS A MI MAMA, Por las tardes hablamos de lo que pasa en la escuela, y un dfa hasta quiso ir a conocer a Me- ni. Cuando quiere, le invento peinados raros con muchas presillas de colores. Ya no le tengo lésti- ma. Est4 hecha una muchacha linda. Y sabe mu- cho. Asegura que tendré un trabajo donde se ha- ré famosa. Algo asf como escritora 0 locutora de radio. Es una muchacha fuerte. No le teme a nada. Toresa Cardenas Mama: Dicen que Fernando se fue del pais. Tia no quie- re creerlo y recorre el barrio dos 0 tres veces bus- candolo. Hasta fue a casa de otra mujer que te- nfa por alld por el puerto. Pero nadie sabe dénde estd metido. Lo busca en los bares, en casa de sus amigo- tes, en casa de su padrino y nada. No aparece. Como si la tierra se lo hubiese tragado. Y como tampoco estd en los hospitales ni en la policfa, ya cree que es verdad lo que la gente dice. De to- das formas se la pasa en la puerta esperando una noticia suya. Los vomitos no se le quitan. Y esta engordan- do. La ropa no le sirve. Ahora usa un vestido que parece una bata de casa. CARTAS A MI MAMA Mamita: Abuela hace dias que no viene. Esta enferma, es el coraz6n. Tia repite que tiene que ir a verla, pero ha ido tres veces cuando mas. El médico aconsejé descanso y nada de emo- ciones fuertes. Debe cuidarse. Pasé mil trabajos para encontrar la casa de abue- la. No sé cémo puede vivir en una casa tan pe- quefia. Das un paso y es el cuarto, otro y ya estas en la cocina. “Estoy matunga’, dijo al verme y enseguida se durmié. Le preparé un caldo con muchas viandas y esperé a que despertara. Miréndola asf, tan callada y tranquila, parecia CARTAS A MI MAMA otra persona. No sé por qué es mala conmigo. Yo no le hice nada. ‘A veces pienso cémo serfa si nos llevaramos bien. Si nos quisiéramos de verdad. Mami, ja qué sabran los besos de abuela? 92 Teresa Cardenas Cielo de mama: Ya sé quién es papa. Abuela me dijo todo de un golpe. Como si le estuvieran apretando el cuello. Dice que quiere irse de este mundo limpia, sin remordimientos. Me lo dijo y todavia no lo creo. 4C6mo creer que papé es Manuel, el “sinver- giienza” de las malas pulgas? ;Cémo entender que Lilita y yo tenemos el mismo papa? Segtin abuela, le robaste la felicidad a tfa. Después de aquello no ha tenido suerte con los hombres. “Ni con el papd de la Nina, que al principio era tan bueno.” “Todos son iguales, el mejor merece que lo ahorquen’, dice. Abuela estuvo mucho tiempo sin saber de ti. Y cuando nact, la cogié conmigo. Segtin ella, ca- CARTAS A MI MAMA da vez que me mira, se acuerda de todo. No sé lo que hubieras hecho si te pasara a ti. Para tia de- bio ser muy duro. Aunque pienso que si se enamoré de ti, fue porque ya no la queria. Por eso te llevé lejos, con él. Lo malo es que después te abandon6. Se fue. Desapareci6. TU quisiste irte al cielo, porque no podfas so- portarlo. Te fuiste y no pensaste en m(y en la falta que me harias. Quisiera ponerme brava contigo, pero no puedo. Te quiero mucho. Casi siempre suefio que bajas del cielo con unas ropas muy blancas yen tu pelo negro tienes jazmines y marpacfficos enredados. Me dices: “Quiero vol- ver", pero me despierto sabiendo que no puedes, que no vas a volver, asi te lo pida mil veces. Teresa Cardenas is Mamita: Roberto me ayuda a encontrar a papa. Sé que es dificil. Ni tia ni abuela se imaginan dénde pueda estar. Abuela dice que como él trabajaba en un tren, puede en estos momentos vivir en cual- quier parte de la isla. “Sabra Dios dénde.” Me da miedo ira hablar con ély que no quiera saber de mo sea un borracho o un hombre malo. No sé, por mas vueltas que le doy, no entien- do porqué se fue asi, de pronto, sin decir nada. Si papd apareciera, no me imagino lo que pa- sarfa. Cuando cierro los ojos, lo veo grande, fuer- te, entrando por la puerta de la calle con muchos paquetes en la mano. No sé por qué me Io imagi- no asi. CARTAS A MI MAMA Lo tinico que sé es que se llama Manuel Ocanto, que le decian Tren de Carga, por lo fuerte y que esta vivo en algtin lugar de Cuba. Roberto dice que lo vamos a encontrar a dondequiera que es- té. “3A cudnta gente tui crees que le dicen Tren de Carga?”, pregunta riéndose. Y creo que es verdad que lo vamos a encontrar, asf sea en la tiltima parada de tren del mundo. Y no s6lo por mi, también lo hago por Lilita, que se muere de de- seos de abrazarlo. Empezaremos a buscarlo por la Estacién de Trenes, a lo mejor alguien sabe donde vive. esa Cardenas Mama de luces: E] tiempo ha pasado y no por gusto. Ya tengo quince afios. Di tremendo estirén. Si pudieras verme, sabrias cuanto he cambiado. De hacerme tantos moiitos, el pelo me ha crecido. Casi lo tengo como tti lo tenfas. Cada dfa me parezco més a ti, segtin abuela. Quiero estudiar Magisterio, pero Lilita dice que mejor me hago peluquera, que mis manos son magicas. Lo tinico que sé, es que me encanta ensefar a los nifios. Ver como aprenden cosas que nunca olvidardn. Saber que en el futuro se acordaran de mi, su maestra. Igual que ahora recuerdo a Silvia, mi buena Silvia. En casa también han cambiado las cosas. CARTAS A MI MAMA f k | | Tia finalmente encontré “un hombre que sir- viera” y se fue con él. Sdlo se llevé a Fernandito. Viene de vez en cuando, se pasa dos 0 tres df- as y vuelve a irse. La Niffia est grandfsima. Se quiso becar en una escuela de deportes. Esa sf no ha cambiado mucho. Es testaruda. En eso salié a la abuela. Lilita es otra cosa. Me emociona ver cémo se esfuerza para encontrar a papa. Tiene buenas ideas. Ya tiene en un papel la lista de todos los pueblos de Cuba que tienen ferrocarriles. Y ha escrito mds de veinte cartas a los jefes de esta- ciones preguntando si saben algo de papa. Con el tiempo ella y yo hemos aprendido a tra- tarnos como hermanas. Nos hemos perdonado muchas cosas. Ahora dice que de seguro ser escritora. En- vfa sus cuadernos a todos los concursos, pero to- davia no ha ganado ninguno. Ella dice que no se rendira. Una vez me ley6 unos versos suyos. En ver- dad eran bonites, pero también tristes. Hace po- co escribié unos cuentos sobre nuestra familia. Teresa Cardenas bo Esos no los va a enviar a ninguna parte. Sern nuestros, Hace dias que estoy pensando en regalarle al- go a Lilita. Algo que le alegre mucho. Y para eso estoy ahorrando. Sera una maquina de escribir. B ante vieja, pero por lo menos no tendra que escribirlo todo a lapiz. En cuanto a abuela, bueno...Ya aprendio a vivir con su coraz6n enfermo, y conmigo. En casa hace muy pocas cosas. Aunque a ve- ces se pone bruta y hay que dejarla hacer lo que quiera. Vive con nosotros desde aquel infarto. Nos dio tremendo susto. Por poco se muere. Me cuesta trabajo, pero la voy comprendien- do, la voy queriendo un poquito. Muchas veces la vieja se vuelve un rompecabezas y no hay Dios que la entienda. Tiene dfas en que esta tranquila, y en otros, parece un ciclén dentro de la casa. A cada rato va al rincon de los muertos del patio y enciende una vela. Ella no lo dice, pero sé que busca que la perdones y a la vez quiere perdonarte. CARTAS A MI MAMA Cuando se siente bien, sale a dar una vuelte- cita por la cuadra o se llega a casa de Menti. Dice que las viejas “fiongas” se entienden entre si. Quisiera acompafiarla, pero no me deja. No quiere que le tengan léstima. Yo la miro y me pregunto si recuerda todo lo que me hizo, lo que sufrf por su culpa. Y creo que si, que nunca podré olvidarlo. Roberto y yo seguimos amigos. Bueno, novios. Cuando no vamos al cine, nos llegamos a un lugar cerca del mar o al “bosque encantado” de Ment. Esta estudiando para ser algo asf como el “médico” de los arboles. Nunca imaginé que los Arboles y las flores tenfan nombres tan extrafios. Estudia mucho, pero siempre deja un Iugarcito para ayudarnos a escribir cartas a las estaciones de trenes y para su viejita linda, como llama a Ment. Su maid hace un afio se cas6 con un espa- fol y todavia no ha regresado, aunque escribe mucho diciendo que extrafia cantidad y que aquello no se parece a esto. ‘Teresa Cardenas Mamita: Anoche volvi a soar contigo. Me decfas adiés. Creo que al fin, como dirfa Ment, la luz lleg6 a tualma y tu espftitu se esté elevando. Estabas allf, con tu papalote, sonriéndome. Entonces, de pronto, empezaste a crecer y a crecer y te convertiste en miles de pajaritos que llenaron el cielo. Mamé, aunque quisiera que estuvieras aqui, conmigo, y no alld tan lejos, quiero que sepas que te perdono. Te perdono por los dias que no estuviste con- migo y los que faltan atin. $é que desde el cielo cuidards de mi. No te preocupes. Estoy bien. Pronto encon- traremos a papa. CARTAS A MI MAMA 0 Todo quedaré atrds. Ya nos veremos algun dfa, mamé. Adiés. Te quiero mucho... Tu HUA ‘Teresa Cardenas GLOSARIO Babalii: orisha de origen araré que sincretiza con San Lazaro. Muy venerado en Cuba, es el dios al que se le pide por la salud. Bembona: calificativo despectivo para nombrar a personas de labios gruesos. Cascarilla: bola pequefia y compacta, hecha de restos de cascaras de huevos. Para los reli- giosos afrocubanos, tiene el poder de ahuyentar la mala suerte y los espiritus per- turbadores. Flegud: dios yoruba que abre y cierra los caminos a la suerte 0 al infortunio. Nongas: viejas, ancianas. Obatala: es el orisha, el dios de la paz y la sabiduria. Olofi: dios supremo para los religiosos afrocubanos. Oshiin: significa “la que fluye”. Diosa que repre- senta el amor, la alegria y la feminidad. Oya: significa “la que desgarra’. Diosa del cementerio y los espiritus. Piola: forma despectiva para d se a los que CARTAS A MI MAMA prefieren amigarse solamente con personas de raza blanca. Renga: coja, maltrecha. Roja: rabia, enfado. Solar: casona abarrotada de pequefias habita- ciones donde cohabitan muchas familias. Yemaya: significa “duefia de los peces’. Diosa yoruba, madre universal y duefia de todas las aguas del mundo. 104 Teresa Cardenas

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