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Masculinidad, femineidad y género: Un enfoque psicoldégico diferente Maria Ragiiz El presente texto pretend ser un aporte, desde Ia perspectiva psicolégica, ‘ala comprensisn del Género, Pero pretende ser, también, un enfoque diferente, {ya que cuestiona tanto a la psicologia tradicional, que ha postulado la socia- lizaci6n diferencial del géncro haciael logro del ideal de identidades femeninas muasculinas y roles estereotipados, como critica a la psicologfa mas moderna, jque aunque Hiega, en algunos casos, a hablar de la “Androginie” y ve a los oles genéricos como cuestionables, en Ia mayorfa de casos no Mega « un ‘Suestionamiento estructural de las relaciones de poder. Pretendemos aqui no s6lo deseribir y explicar cémo se da el desarrollo de le identidad genérica, sino esclarecer para que se da y eémo poxifa hacerse Punt que deje de darse lo que consideramos fuente de diseriminacién de fportunidades hacia el desarrollo pleno del ser humano, en especial, de 1a ier, sustrato de opresién y desigualdad de poder. El Géneto es, desde nuestra perspectiva, una construcciGn social y, a ina construccién psicoldgica. Aunque Ia psicologia ha tratado de ‘explicar e6mo sc da el proceso evolutivo de la construccién de la identidad $168 y Te Adousicsn de Ls esterotipos de to! vox reconociendo gue fo social, el enfoque de lo social a sido bésicamente la familia y los 1 medio inmediato, sin tlegar a niveles mas macro, de ideotogia aSi como de las identidades genéricas, femineidad y masculinidad. ones de poder existentes entre Ios géneros, las cuales se sustentan, n ia Socializacion diferencial de los sexos y la construccién jenéricas tradicionales: hombres masculinos y mujeres feme: A roles claramenie diferenciados, supuestamente basa- Sexuales innatas y en complementariedad. Aunque desde os afios 70, psicdlogas feministas como Sandra Bem y su teorfa de la “Androginie” (Bem, 1975), hacfan un cuestionamiento ala psicologia tradicional, no ha sido hasta estos tiltimes afios que empieza ‘i entenderse el papel de la construccién de la masculinidad y femineidad psicolégicas para el mantenimiento de un starus quo de poder y sumision En manuales de psicologia y manuales de educacién en sexualidad encon~ tramos timidas referencias a la necesidad de eliminar la discriminacién de 1a mujer, de su “empoderamionto” (0 como traduce Gysling -Valdés y Busto, 1994- “empowerment”, la generacién de poder y desarrollo de hutonomfe y Jas capacidades), del logro de Ja igualdad o la equidad, transcendiendo los estercotipos sexvales. Peto son pocos Tos textos, mas ain en nuestro medio, donde se plantes con claridad las verdaderas imnplicancias de la socializacidn diferencial. Encontramos que, por ejemplo, se plantea que Ia mujer “puede” tener estudios superiores y trabajar, postergando la tnaternidad, pero la opcidn de la maternidad sigue viéndose no come una opeida sino como una realizacién “natural” ¢ incuestionable de Ia persona de sexo femeniino. Sigue croyéndose en que Tos estercotipos son algo social, sf, pero de- rivados de diferencias “innatas” y que la psicologia y la identidad de hombres y mujeres es esencialmente diferente -a veces, 1a di favoreciendo aparentemente a Ja mujer, sin embargo en la mayoria no- como son las diferencias en capacidad analitica versus intuitiva, o en moral de cuidado. 0 fen habilidad matemética, o en habilidades sociales. Y los estereotipos, asu: jnidos como verdades inmutables, siguen encontréndose no s6lo en Tos medios de comunicacidn sino en literatura cientifiea actual y en exposiciones de “qutoridades” académicas. Sélo 18 actualizacién en teorfa ¢ investigacion psicoldgica y, en especial, en e] intercambjo interdisciplinario, por ejemplo, de profesionales de las Ciencias Sociales, Ciencias Humanas y Ciencias Biomédicas, se logra entender a mayor cabalidad las interacciones entre lo social y lo psicolégico. 1. Algunas definiciones conceptuales y clarificaciones necesarias A.1. Sexo, Sexualidad y Género Existe cierta confusién a nivel conceptual. En psicologia es comén hacer meneién de género como un equivalente mas moderno de sexo, quizs con alguna conciencia de que género supone mais que sexo, 232< que se refiere a personas sexuadas en una cultura, Asi, se dice que “esta es una investigacién de género” cuando simplemente se comparan mujeres y/u hombres respecto de alguna variable, sin tener la menor alusién cexplicita a relaciones de poder. Las sociedades tradicionales tienen ef ideal de la estereotipia de rol sexual tradicional, y para gue los nifios se desarrollen hacia una alta masculinidad y nada de femineidad, y las nifias, hacia una alta femineidad y nada de masculinidad, se dalasocializacisn diferencial de los sexos. El sexoes definido como hembra © macho, una disyuntiva: 0 Jo uno o lo otro. También la masculinidad y Ia femineidad son consideradas opuestas, o se es masculinof .0 se es femenino/a. Los niflos femeninos y las niflas masculinas son con- siderados una anormalidad que reguiere tratamiento, ticnen problemas de ‘g6nero, una mala identificacién con su padre en el nitio, 0 con su madre en Ja nia, o problemas hormonales Lapsicologla, desde sus inicios, ha sostenido esta visi6n dual de los sexos, Rospondiendo a la estratificaciéa que la sociedad hace, dividiendo a tas personas segtin su sexo bioligico, se han desarrollado las nociones de una identidad sexual masculina o femenina y una identided psicolégica, una identidad de género masculino © femenino que se corresponde, en mayor 0 menor grado, con el sexo bioldgico, Elpsicoanélisis y su visién ortodoxa falocéntrica del desarrollo psicosexual, contribuys a esta visi6n dual de los géneros. Como una reaccién al peso del instinto sobre el comportamiento humano, surgicron les conductistas que explicaban todo en base al condicionamiento clésico y el operante, por premios ¥y castigos. Para dar mds fuerza a Jo social, apareci6 la teoria socioconductista, {que explicaba la adguisicién de la identidad “sexual” masculina o femenina, ‘en base no sélo al condicionamiento sino por aprendizaje por observacién de riodelos, con reforzamientos vicarios o indirectos, como la teorfa del Apren= dizaje Social de Mischel (1966). Las investigaciones y los instrumentos de medida se derivaban de teorfas o modelos explicitos 0 no, que descansaban sobre una determinada visidn de la sexualidad humana, de la salud y enfermedad, y de la ciencia nt general. Ya en Jos afios 30 se intentaban mediciones de los estereotipos Sexuales, como el Test de Estereatipos Sexuales de Katz y Braly de 1933, En una revisi6n de todas las medidas desarrolladas para medir estereotipia € identidad genérica, hemos encontrado mas de 70 instrumentos (Ragiiz, 1991), algunos de dudosa validez interna, comoe! test proyectivo del “Ello”, 0 una escala de Masculinidad y Femineidad de lun lest de personalidad ampliamente empleado ain hoy, el Minnesota, hecho en base a resultados de un pufiado de >< aeromozas, soldados y 13 “hetero y homosexuales varones no neuréticos como representantes delanormalidad yanormatidad en masculinidad y fernineiéad. Para la psicologfa tradicional, las personas se dividfan en hombres con tun mayor o menor grado de masculinidad, y mujeres con un mayor o Menor grado de femineidad, dependiendo de qué tan “adecuado” hubiese sido. en fu desarrollo psicosexual, el logro de su identidad genérica tradicionalmente Concebida, Asi, la maseulinidad era reforzada cn los nitios desde su nacimiento, {la fernineidad en as niias, eprimiéadose la manifestacién de conductes “seh ‘owo sexo” ‘Basdndose en la creencia en diferencias innatas entre Jos sexos atribuidas ‘a la naturaleza (por ejemplo, mayor agresividad en el hombre e instinto toaternal en la mujer), se socializaba diferencialmente a los sexos thacia Tos deales tradicionales de hombre masculino y mujer femenina. La psicologia, ccmtonces, serviacomo instramento deadaptacién de aquellos casos con “problemas Ge identidad genérica”, hombres femeninos y mujeres masculinas, que, en ese momento, se erefa estrechamente asociados a homosexualidad. A través de Tiversos métodos y téenicas, yendo al inconsciente de la persona o utilizando premios y castigos pera reforzar unas conductas © inhibir otras, tratando fe que la persona modifigue su esquemna genérico Inadecuado, Ia psicologta trataba de que la persona “acepte” su sexo y realice una “buena” identificacién Sexual con st rol tasculino 0 femenino. Dentro de la ideologia y el sistema de valores de la época, Ia psicologia cientifica ni siquiera se planteaba 1a posibilidad de estudiar la masculiidad de las mujeres y la femineidad de ios Hombres, que bubieran sido vistas como enfermedad psicol6gica (hasta hace ho mucho se les diagnosticaba como problemas de identidad sexual a estos ‘casos). ‘Un problema de los estereotipos sexuales es que Funcionan como una profecta autocumplidora; en otras palabras, socializamos a nis y niias pars que se conformen a los estereotipos y, cuando nifios y nifias se composts cMtereotipadamente, creemos que es “natural”, innato, determinado por 1a biologia, los eromosomas, las hormonas, las diferencias fisicas, incluyendo Giferencias cerebrales. Asi como bay prejuicios raciales, puede hablarse de prejuisios sexuales, que llevan a juzgar de manera sesgade y distorsionada Ja conduecta y el rendimiento de oiros. La mujer con éxito en éreas teadicio nalmente masculinas se explica porsuerte, vara, casualidad; nunca por esfuer20 D habilidad. Si fracasa, se considera Iégico y natural. Los estudios sobre diferencias sexuales constalaban diferencias predominante o exclusivamente sociales y las atribufan a la naturaleza, los genes, la constitucién Fisica cerebral, las hormonas. Y se segufa socializande diferencialmente, abe sess, femincie ners | Rs La vision det ser hamano com ‘ oan ser qu etd manejo por instntos Se oeeeaoe gece ee tr ected fesealaba la actividad de la persona desde su nacimient, para irconstruyend Pero segu‘a ratindose deuna vsi6n tradicional de lasexualidad. ¥laconfusién conceptual persistia. Asif, la teorfa Cognitiva Desarrollista del Desarrollo Psictenntl de Kohiterg y Uilian (1974), que et a que més peso ene simplemente reemplazaba el término sexo (varé ) por gé ti de esterestipos genézicos y de identidad genérica. Miata a roel que ta comprensién de concepto aero no es aocuada en esta tonfa queda demorteade om se nocion de “eonceroncion del penero Gu sera un paso erfuco en el dovarallo dea Sentidad generics a se de género. A lo que aludia la teoria con esto es a la capacidad de entender uc lanite lem seeddel sox femcutnoyclaite,detmaveatino, congue fe vista 0 porte "como del tro sexo", Pero el trmino es inadecuado. E = Imad Inconstceousovly cldgis dels enteoot por difundido error conceptual (Ragdz, 1991a). me emplo de un Las teorfas tradicionales de la f ici psicologia se vieron cuestionadas hace «asi dos décadas porla eoria dea “androginie” (Androshombe mujer), de Sandra Bem (1975), lego asniads a 1 lamads Teoria de Esquema Genérico (Bem, 1981), que sostions que lo mascalino y lo merino son dos dimensiones que coexist interior de cada persons sea ésta hombre © mujer, Unas personas son estercotipadas en base al sete (ands “esqueméticas en base al género”) as a areca tas femeninas. En ellas noes que no exist a ora dimension exit, pero ¢ muy baj, En cambio, bay personas cuya aulopercepci6n y conducta #8 Tige or su sexo bioldgico y los esteteotipos de rol genric, sino ue tienen un rico potencial de recursos de personalidad tanto masculinos como femeninos. Se trata de | . al ideal de la“ndroginie” personas andrégenas, que corresponder sas fit pouomssmdrginn tones, es aquela qu net eveailads por 2 prisionesresringidoras” de los roles de género al tenes una amplia gam decomporumienosytribulosesudposicionesmésadapaivy __ Beele poriarec como resulte més convenient dadas as creuns- : 8. Tedricos que hablaban de roles de Agencia y Comunién, > 35< en vez de Masculinidad y Femineidad, encontraron también en sus estudios fempiricos que tanto hombres como mujeres evidenciaban agencia y comunion, en diversos grados y no siempre consistentes con su sexo biol6gico (Skevingion y Baker, 1989). Con la Teorfa de la Androginie se cuestionaba, entonces, la creencia tradicional de que los sexos difieren naturalmente teniendo, cada uno, wna psicotogia distinta, una identidad sexual masculina o una identidad femenina Con Sandra Bem se demitificé ef que la masculinidad no existiese también ‘on mujeres y 1a femineidad no se dicra on hombres. Se vio, también, que dentidad de rol no es lo mismo que cleccisn de objeto sexual, y que 1a masculinidad y femineidad psicalégicas son algo diferentes que la homose- nualidad, no pudiendo decizse que el hombre o 1a mujer muy fementnos necesariamente prefieren un compaiiero sexual hombre, por ejemplo. Pero se les critica alas teorfas psicolégicas del género de Mischel (1966), de Kohlberg y Ullian (1974), y de Bem (1981, 1975), el que se centran en €1 andlisis del género desde la persona individual, proponiéndose, en vez, templear una categorfa relacional -por ejemplo, Ia relacién de pareja- pars 1 contexto de relaciones sociales dc poder. realizar el anglisis del género en el ‘Abrams (1994), por ejemplo, pretiere adherirse a la teoria de ta Identidad Social, de Tajfel y Turner, que sf posibilita el tomar en cuenta Tos procesos sociales, Una de las teorias psicolégicas que mejor se acerean a 1a comprensisn dol Género desde Ia psicologta es la teoria de ta Identidad Social de Tajfeh, de 1978 (mencionada en: Skevington y Baker, 1989), Ia cual sostiene que Ta Sociedad esté compuesta por grupos sociales que se encuentran en relaciones: de poder y estatus unos respecte de otros, y que dado que Ia identidad social se veafectada por la membrecta a grupos, Ia formacién de la dentidad depende de la estructura geupal y de la comparacién social, internalizéndose tas ca- tegorfas coctales estereotipadas que permiten diferenciar Ios grupos. La iden tidad social vendria a ser la parte de la identidad de la persona que se deriva de su conocimiento de su pertenencia a uno o varios grupos sociales, junto tcon el vator y significado emocionales asociadas a esa membrecfa, En base testo, Williams y Gile plantearon, en ese mismo afio, que siendo las mujeres Subordinadas y menos poderosas, su identidad social deriva de comparaciones ton los hombres, siendo percibida como inferior y tratando de mejoraria & través de estrategias de movilidad social o de cambio social, tomando control sobre sus vidas. Pero son contadas las perspectivas psicolégicas que superan 1a >35< —Visign tradicional de los sexos y usan inadecuacamente el tér- tino Género, Se habla de Genero para refers a identidad generics rss gue trelciones genera, aYo qu se denomina género psioldgico o ented de nero, Masclinidd yFernnekad role maseulinosyfereninsinteralzads o inegrados en una ientidad, una noc del sf mismo o's mista (Regd, 1991g). Fl énfasis, en la psicologt sdividuates nds queen contextualizar esos procesos en un sistema macosocial (para sat tn terminode la tora Ecologies de Bronfbrennery. Se sigue hablando de hme idenddad genériea masclina para el hombre y femenine para Ta muse de roles menos diferenciados, pero roles al fin, y no se incorpora lo principal del eonoepto de Gere aporado por las Cencas Sociales y tos movimientos feminists: que el Genero es una categorta de anlisis de tipo retaconal que permite entender relaciones de poder entre mujeres y hombres. : sigue puesto en Tos procesos F] estudio cienttfico de Ins diferencias sexuales y la teorfa de los roles Sera bet mento onan oo Tes ats no hicieron sino dar soporte empfrico a la feorfa de que la femineidad y la ‘masculinidad coexisten al interior de cada persona, hombre o mujer, aunque cn grado variable. Era, pues. el momento de cuestionar Ia estercotipia tradi- ional de los roles sexuales, de Ia masculinidad y femineidad, y las nociones de hombre y mnjercoteoponienes a una ienlogia de la repoduccin ya Telaciones sociales de corte patriarcal, con la mujer en su rol Cm con la mujer en su rol reproductor y expresivo (maternal, de cuidado, afecto) que debe cuidar el hombre instrumental (Figura de autoridad en Ia familia que la representa ante Ia sociedad y que ‘media enire familia y sociedad) y cuyo rol productivo es econémicament remunerado, faa 1.2, Riesgos de sobresimplificacién y determinisino Otra dificultad de la teorfa y la investigacién psicoldgica es Ia sobresimplificacién y el determinismo, tratando de identiticar causas y efectos ae slo oscurceen It complejdal de los procesos psicoléyicos y savas, ‘cuando el investigador o la investigadora parten de preconcepciones y teorias tradicionales det Género, dificilmente ven lo que no quieren 0 no pueden ver. ¥ su metodologia puede estar severamente sesgada, como demuestran las Tevisiones de investigaciones sobre diferencias sexuales, seecLit4 ji con 1. Arse, eens Sem de Geen a iteratura psicolégiea hace ya.una década en el prélogo del libro de Shevington yale 089 alert comtalesdtemiismosentasoracon grr ane reducloninmo bolic que rece oo 4 genes, formonas y esteteio reproductives, como el rminismo social de ta subyugasion Ge 12 mujer como Fella del condcionamien ‘También alertaLloyd contrac! tratar de cortegir la falta de datas emmpfricos sobre la mujer, con estudios de "ghettos femeninos”, que pueden haccr creer tn la segregaciGn sexual de la moral, como el caso de Gilligan, o de caminos pura el Logro, o de eddigos lingifsticos o identidades diferentes, Loyd ude que cuando se investiga hombres y mujeres se entuentra que psicalézicn mente son mucho més similares que diferentes, aunque la membrecia a ca togorfas sociales sexunles excluyentes defina expectativas y perfomances diferentes. ‘Esta autora enfatiza que el pertenecer a uma categorfa social en base al sexo no garantiza una identidad social de ka mujer y una identidad social del hombre. La cosa es mucho més compleja, habienda diversos contextos cul: turules y gran variabilidad. As{ como la asignaci6n al grupo social en base lositerio del sexoes algo obligatorio,en las sociedadesestratificadas sexualmente, Jos significados culturales de ese grupo de pertenencia moderaré algunas dimensiones esenciales. Pero la simultinea pertenencia a otros grupos, €n sociedades complejas, como grupos profesionales o grupos organizados, puede ffectar las identidades sociales de las mujeres. Inclusive Lloyd destaca que fl yo sexuado 0 genérico no es una categoria vnitaria a nivel personal, ya que hay aspectos conscientes y aspectos inconscientes de 1a identidad, aspectos racionales y aspectos irracionales de fa identidad sexual. La nueva Sociogenstica det Comportamiento -por ejemplo, los trabajos de Sandra Scatr (1991}- es un drea de la ciencia que hoy demuestra que no hay un simple determinismo genético, innato, del compertamiento humane: que cl medio ambiente juega un rot crucial y que rara ve hay una sola causa de algo (Ragiz, 1991c). El compostamiento humano est causado por une rmultiplicidad de factores interactuantes. Las diferencias en el comportamiento Ue los hombres y mujeres son, mayoritariamente, diferencias debidas a ui aprendizaje social de fos roles masculino y femenino y a una internalizacién de los mismos, con una mayor 0 menor identificacidn sexual tradicional. Dicho deotta manera, as diferencias sexuales pueden explicarse, casi en su totalidad, por un aprendizaje de género, por aprender a set nifios y mifias, hombres y Mhujeres. Mas que diferencias entre los sexos, lo que se encuentra son dife- Tenvias a nivel género. Asf, las personas se comportan de manera distinta y enen diferentes habilidades y capacidades en base al grado -y los tipos-de masculinidad y de femineidad que las caracterice. 1.3. Identidades, masculinidades, femineidades Para nosotros, la Sexualidad es algo mucho més amplio que s6l0 sus aspectosbiol6gicos (Ragiz, 1993c).LaSexualidad, asfentendida, incluye al Género, y en vez de diferenciar Sexualidad de Género, 38< diferenciamos Sexo de Género, y Sexualidad incluye ambos. Asf. a identidad ‘que la persona construye se encuentra marcada tanto por los aspectos sexuales de sexo biol6gico (sexo cromosémico, hormonas y genitales), que llevan a una Identidad Sexual Bioldgica, como por aspectos sexuales sociales (cste- reotipos de roles genéricos y de relaciones entre varones y mujeres), gue llevan ‘una Identidad Sexual Gengrica. Hemos reflexionado mucho sobre las teorfas del desarrollo sexual y no conocemos de autor alguno que haga esta distinciéa de dos tipos de Tdentidades Sexuales cualitativamente distintas Las identidades genéricas reposan sobre los constructos de masculinidad y femineidad y sus combinaciones, sobre los cuales venimos trabajando tedrica Y empfricamente desde hace més de quince afios (Ragiz, 1991¢; 1983). Y a mediados de los afios 70 Ia psicéloge feminista Sandra Bem, por un lado, y ‘el equipo de Spence y Helmreich, por otro, cuestionaron el que la femineidad fuese exclusiva de las mujeres y la masculinidad de tos hombres. Simplemente la psicologfa tradicional ni siquiera habia medido la femineidad en hombres 6 la masculinidad en mujeres. Los estudios de Bem mostraron la coexistencia de estas dos dimensiones al interior de las personas de uno u otro sexo, probando que no son excluyentes, ri que tampoco constituyen un continue que a més de una, menos de Ia otra. Y¥ cred el término andrégeno para denominar a Ia persona, mujer u hombre, ccon alta femineidad y alta masculinidad, Asf, las personas podian ser Mas- cculinas (muy masculinasy poco femeninas), Femeninas (Jo inverso), Andrégenas, ‘olndiferenciadas (pocomasculinas y poco femeninas).Lateoriade la Androginie fue eriticada en su manera de medir masculinidad y femineidad, con el método de particisn por la mediana que es poco preciso y no permite estandarizacién, Jo que afectaba el poder predictive de su teorfa, Un estudio que realizamos precisamente sobre el insirumento de Bem (Ragéz, 1991) hizo patente la multidimensionalidad de los constructos que él consideraba unidimensionales, femineidad y masculinidad, y pudimos depua st instrumento encontrando uno psicométricamente aceptable. Pero, y ésto es way importante, en el proceso, descubrimos la compleja multidimensionalidad de ios constructos, en especial el de Ia masculinidad y, en ese momento, vimos ue habian, por lo menos, dos tipos de masculinidad independientes, Iterna y Social, que podrian explicar, en parte, los fracasos de las predicciones de In teorfa de In Androginie Ora exitica que se Te hizo a Bem fue seguir usando los ‘érminos masculinidad y femineidad que, precisamente, critieaba yy exigia trascender. Par eso que Spence y Hemlrcich prefirieron hablar de Instrumentalidad y Expresividad y ottos hablan de 3396 Instrumentalidad y Rol Comunal. Aunque, desgraciadamente, muchos incorporaron los términos pero no la idea de base, y siguieron asignandolos f uno otro sexo dioldgico. Pero, en mayor @ menor grado, ta teorta de a Androginie cal6, y sus descubrimientos fueron incorporsndose & a teoria psicoldgica, Al planteamiento de Bem podemos agregar que no s6lo masculinidad y femineidad al interior de cada persona, en diferentes tipos de balance, sino jue hay distintas masculinidades y femineidades al interior de wna misma cultura y, a veces, de una misma persona. En la misma linea, Skevitigton y Baker (1989) cuestionan que exista tuna sola “mujereidad” (‘womantiood”), pues aunque existan normas y estereotipos sociales, Jas mujeres tienen una experiencia personal, sus propias ereencias y conocimientos, que pueden contradccir a tos estereo~ tipos. Fl trabajo de Baruch (1989) y el de Silva (1990) son un ejemplo de las diversas identidades genéricas al interior de la mujer, Por otro lado, tres estudios demuestran que cuanto més tradicional es una persona, menos consciente es de las relaciones de poder y sumisién y menos insatisfecha est4 con sus roles, los cuales no suele cuestionar, Los estudios Cuantitativos no han permitide apreciar la complejidad de los procesos de identidad sexual; la metodologia cualitativa es Ja que ha permitide vislumbrar mejor la existencia de complejas definiciones y valoraciones en torno a la sexualidad. S6lo el enfoque multimétodo permititd el avance de la teorfa psicolégica del género, alimentada por los hallazgos y avances te6ricos de Ia interdisciplinareidad Para algunos autores, como Susan Céndor (en: Skevington y Bakes 1989), coexisten socialmente ideas opuestas sobre la categorfa social Mujer Una alude al “Eterno Femenino”, la Naturaleza de la Mujer, a idea de la Majer que perdura a través del tiempo, la permanencia centrada en el rol nutriente, ‘murturante” o de cuidado de la mujer y en la diada madre-hija; y la idea de iempos. Nosotros hemos cuestionado este (Ragiz, 1991b). la Mujer Nueva, cambiante con lo estereotipo del “Eterno Femenin Los resultados que viene arrojando una investigaci6n con sectores muy diversos de la poblacién peruana (Ragz, 1995), nos dan base para decir que la constraccién social y psicolégica del Género varia muchisimo dependiendo de las citcunstancias de vida de las personas. Para un agri ‘cuitorde Piura sural, lt Majer ola Femineidad sonconstructos cualitativamente istintos de los que tiene un universitario 0 una promotora de comedores populares de Lima. >40< Mescliet, finde» snra/ Ra 1.4. Orientacién sexual y Género {Unas personas son més marcadas en su identidad por ef sexo biol6gico, son mas estereotipadas en base al sexo, tienen mayor estereotipia de rol gonérico oson més “esquemsaticas en base al género”. Asi, tenemos hombres ‘masculinos y mujeres femeninas, una estereotipia tradicional; pero tam- bign, hombres femeninos, mujeres masculinas, una estereotipia de sexo eruzado, Pero conviene aelarar que con estereotipia masculina o femenina ios referimos a comportamientos de la persona: atributos de personilidad y conducta que la sociedad considera propios de uno u otro sexo, No debe pensarse que es lo mismo que homosexualidad y heterosexualidad, con- ceptos que van mucho mds allé y guardan relaciones muy complejas con Jo que es estereotipia de rol genérico como para decir que se trata de lo mismo. Lo dnico que puede deeirse, con seguridad, es que la identidad genérica es independiente de fa orientaciGn sexval, que la femineidad del hombre o la masculinidad de la mujer no significa homoerotisto y que andrégivo no es lo mismo que comportamiento homosexual v homoerstico (Ragiiz, 1994; 1993c). 1.5. Implicancias del Género desde la psicologia EL hecho de que la masculinidad sea el predictor de éxito social le logros, en las mis diversas éreas y de bienestar psicol6gico (Ragiz, 1991¢; Saint Claire, 1989, en: Skevington y Baker) y que la femineidad haga una con bucidn mas negativa que positiva, hace que las personas femeninas -hombres 6 mujeres- estén en desventaja en el mundo, tal como esté organizado. Estas personas, debidamente conciontizadas, pueden ser agentes de cambio, més que las personas marcadamente masculinas. Pero es, pues, factible, aspirar la tcascendenciade losrolesde género y aeliminaci6n de las relaciones inequitativas entre los sexos Es casi impensable un rea del comportamiento human que no se ‘yea teflido por las relaciones de Género. Pero es en base @ nuestro interés de los Ultimos aos por la Salud Sexual y Reproductiva, en especial de Ta mujer y de Ta adolescente, que hemos venide reflexionando sobre las telaciones entre ambos y ello nos ha permitido entender, por ejemplo, comportamientos de riesgo reproductivo como el sexo no protegido de las adolescentes (Ragiz, 1994; 1994a; 1993a; 19924; 1991¢; Ragiiz y Bendezs, 1993), 1Las implicancias de la socializacién diferencial del Género son enormes: Hevan a la discriminacién social y econsmica de ‘a mujer, ala inequidad en las oportunidades de acceso al poder > 41 < real, Ni siguiera es posible para la mayoria de mujeres el control de su vida sexual y reproductiva, derecho y prioridad de accién que reconoce la Con- ferencia sobre Poblacién y Desarrollo de El Cairo de 1994, Esta claro, entonces, que en este articulo anatizaremos el Género desde la Psicologia, pero no sélo desde ella y aunque tengamos que reconocer que nuestra teorizacivin descansa en desarrollos de otras autores, no nos adherimos ateorfaalguna, yaque no compartimes algunas conceptualizaciones esenciales ‘> hemos ido un paco mas allé de las conceptualizaciones originales, pero con importantes implicancias académicas, Sin embargo, nuestro desarrollo teérico ts ain limitado, por lo que no podemos hablar, propiamente, de una nueva teoria de In [dentidad Genérica. En este articulo presentaremos algunos avanves teéricos que hemos yenido haciendo sobre la adquisicién de dicha identidad, pero enmarcando ‘este desarrollo de la sexualidad en e} contexto de sociedades patriarcales ~ algunas machistas, como la peruana- y de relaciones de poder gue se sustentan fon la socializacién diferencial de los Sexos y en estereotipos y roles genéricos. ‘Veremos, también, 6mo la psicologfa ha servido, hasta hace muy poco, como un instrument de maptenimiento del sfarus quo. Entraremos a Te efinicién de femineidad, mascutinidad y género, y las implicancias psico- logicas, sociales y politicas de la socializacién diferencial de los sexos hacia ia estercotipia tradicional del género, contemplando algunas posibilidades de icién de la Estereotipia Sexual, la Identidad Jégica y la Identidad Sexual Genérica ser humano recurre a estereotipos fivas sobre: Para simplificar y mancjar la realidac sociales que le permiten categorizar a las personas y tener expectat {qué esperar de ellas y pautas para tratar a las personas de una misma categorfa social comoequivalentes. En estas categorias sociales loscriteriosmasimportantes alo largo de la historia han sido sexo. edad y estatus 0 nivel de poder. Los festereotipos genéricas -antes Hamados estereotipos sexuales- son los que efinen roles, papeles distintos que deben desempefiar hombres y mujeres. El rol del hombre se conoce, tradicionalmente, como rol masculino; el de le ‘mujer, como rol femenino y ello Mleva a.atribuir una identidad masculina masculinidad- a los hombres y una identidad femenina fem. neidad- alas mujeres. Bl rol de la mujer, ao largo de ta historia, ha sido siempre definido bésicamente por la maternidad, siendo sus roles tradicionales los de madre y esposa. En cambio los roles save Mesias fmincd yen 1 Rh del hombre ban vatiado més através del tiempo y de las culturas, (eniendo varios definidores esenciales muy vinculados entre si: iniciativa sexual agresividad, confianza personal, éxito, y no ser femenino (Vasquez y Ochoa, 1992) euaecea Los roles sexuales son prescripeiones de comportamiento (no sélo de conducta, sino de habilidades y capacidades, maneras de pensar y evaluar, procesos internos). Los roles son los papeles que, como actores de un sociedad sexuada, nos toca actuar. La cultura define sus ideales de hombre y mujer, en base @ una ideologia de la reproduccién, con la mujer con un rol reproductive y expresivo (maternal, nurturante, de cuidado y de realizacién a través de otros); el bombre, con un rol produetivo (remu- nerado) ¢ instrumental (de mediador entre la familia y Ia sociedad, de su representante y protector, cosa que hasta hace poco las leyes refrendaban con la “patria potestad”) Los estereotipos sexuales y los estereotipas del rol sexual 0 genérico son expectativas de comportamiento. En base a los ideales de hombre y mujer y de formas de relaci6n supuestamente complementarias, se construyen los onceptos sociales de masculinidad y femineidad, Se erean normas, prescrip- clones sociales y estereotipos sexuales, Y estas normas se desprenden do una ‘concepcién del mundo y un sistemade valores, de una ideologia. El patriarealismo 5 el sustrato de Ia creacién de los estereotipos y roles genéricos. Los estereotipos sexuales no son otra cosa que creencias generalizadas, ‘compartidas por Ia mayor‘a de personas de una sociedad, sobre céma son 0 ‘deben set las personas segin su sexo. Las personas interiorizanestosesterotipos de roles masculino y femenino y desarrollan una identidad sexuall, un sentido de quién son y cudnto valen en base a su sexo. Y se trata a las personas del mismo sexo como si fueran equivalentes o iguales entre si y diferentes del ‘tro sexo; se tienen expectativas de comportamiento para cada sexo. Low atribuos, as caraterfticas de personalidad, Jas capcidades condictas son asinnadosculturaimente so u Ovo sexo, hebindo lunes GE elvan de ser ertercotipada vl femenino tuponetuibutor tlc tados con In materidady “maternalidad”, como las emociones y laexpresividad, ea ‘a moral de cuidado, asi como con una postura de delicadeza, {sli depentenciinseaa, ped ae dota, so 468 Fol selon, yorcl cnt geno al dani cone featrol de si mismo (seguridad, autonomia, buena autoestima, FE : | Asitvidad, capacidad de decid, de defender una posiisn, _aparcearrieszarse)y/conoldevirsapresviialdesective Tasers cts co ae Swe Fstudios transculturales, como el de Williams y Best (1982) con nifios yuniversitarios de 25 paises o los trabajos recopilados por Loeb (1994), parecen mostrar que hay estereotipos sexuales universales (Ragdz, 1991c). Pero cada vez es més claro que lo universal se refiere a estructuras y culturas de dominacién, Los estereotipos més que ser universales, se universalizan. El estudio que estamos realizando pone en evidencia que las y los profesionales y. a veces, las mismas activistas sociales, tienen una serie de estereotipos iradicionales y asumen que son propios de los grupos con los que trabajan (Ragéz, 1995b), Llamala atencién que los resultados varfen tanto dependiendo de con qué técnicas, instrumentos y procedimientos se recoja la investigacisn. BL género es una constructién social de tas culturas, que las personas internalizan de diversas maneras a lo largo de su proceso de desarrollo, identi- ficdndose con modelos, aprendiendo por premio, castigo, observacidn e imi- tacién, y construyendo el concepto de sf mismo y de la realidad externa en base a atributos estereotipados, reflexionando sobre la realidad c hipotetizando una realidad diferente. Psicolégicamente, la construccisn del Género supone el desarrollo y maduraciéa y la interaceiGin de procesos cognitivos, morales, afectivos y sociales, Hasta aqui teconacen las teorfas moderns. Habria que agregar {gue laconstruccisn del géncro supone, ademés, procesos politicos, experiencias vividas y vivencias varias de relaciones de poder cotidianas persuasivas y ‘estructurales. No es de sorprender, entonces, que nucstras inter metodologia participativa y demas- para cambio de actitudes y, en especial, de comportamientos, sean tan poco efectivas, sobre todo, a largo plazo Desde el temprano aprendizaje infantil, se van adquiriendo los estereo ‘ipos sociales en base al sexo. Bl infante aprende a través de imagenes primero, viendo, por ejemplo, las relaciones de sus padres y entre sus hermanos al interior de su hogar, pero también percibiendo imagenes de las relaciones hhumanas entre otras personas, inclusive de los padres con las nifieras y cempleadas domésticas, o entre personas en la televisibn... Relaciones signada por el poder, como cuando un miembro de la pareja es abusado 0 maltratado en el hoger, la televisidn, 1 calle, El aprendizaje del s{mbolo y luego, la conquista del enguaje, marcarin un importante hito en el aprendizaje de la identidad genérica, pudiendo ponerle palabras a las imagenes. Se aprende un Ienguaje sexista, que discrimina sexo y trata diferencialmente a las personas en base a ello (cosa que algunas sociedades estén combatiendo). En el nifio © la nifia vemos que hay un rapido aprendizaje de las etiquetas sexuales: nittol nina, hombre/mujer, tio/tia, bueno/buena, Al alto y medio 0 a los dos aflos de edad evidencian un rudi- ‘mentario conocimiento de los roles genéricos; diferencian qué es propio de nifias y no de nifies, y viceversa, en términos de sade Mca fel» ger Ro vestido, peinado, conductas, traténdose de conceptos bastante ligados a lo conereto, Cerea de un 40% de los nifios y niias se autoclasitican correctamente como tales antes de Tos 2 afios; casi un 80% lo hace entre los 2 y los 3 altos; todos Jo han logrado a los 9 afios (Lépez, 1992a,b). Los estudios trasculturales muestran una impresionante similitud a través de las culturas en que se aprende primero una serie de estereotipos masculinos en tornoa fuerza, poder, tosquedad; To femenino es mas la negacién de lo masculine, y se vincula fuertemente ala maternidad y matemalidad (Rag62, 1991a; 1991¢; 19914), aunque esto pareciera estar cambiando (Ragdz, 1995b). Poco a poco, en base a la experiencia conereta, se van desarrollando conceptos de mayor abstraccién sobre el hombre y la mujer (sexo biolégico), y sobre To masculine y Io femenino (género), que en un comienzo -y en Geterminadas poblaciones con pensamiemto més conereto- se encuentran indesligablemente asociados. Entonces,laidentidad sexual -lanoci6n (autoconcepto) y evaluacidn (autoestima) del sf mismo como ser sexuado y -en una sociedad cstratificada, jerarguizada en base al sexo, con roles socialmente atribuidos y diferencialmente valorados- se basa, primero, en Ia adquisicion de una identidad de género, antes de gue el nifle o la nifla (0 independientemente ‘de que) sea consciente de las diferencias sexuales biol6gicas genitales. Primero se adquiere una identidad sexual genérica, antes de lograrse una identidad sexual bioldgica Es asi que entre Tos dos y tres afios, cuando se esté consolidando una identidad, se adquiere una identidad sexual genética bésica, pero no nece: sariamente una identidad sexual biolégica. En otras palabras, el nifio y la nifia pueden saber clasificarse corectamente on Ia categoria sexual a la que per tenecen -nifio 0 nifia-aunque no sean conscientes de Ias diferencias genitales, pudiendo, por ejemplo, atribuir el rol materno a la mujer sin tener claridad ni de cémo se da el embarazo ylo el parto, o 1a concepcién, con teorfas ingenuas al respecto (como la del nacimiento por el ombligo 0 el ano) sf, el nifio sabe que es nfo y no nia, y viceversa, pero es una identidad de género esencialmente, ya que la diferencia entre nifo/nifa, hombre/mujer std dada por ropa, peinado, vestimenta, manera de comportarse. Por lo tanto, 8 un aprendizaje menos sélido que el aprendizaje de Ia identidad sexual biolégica, ya que es féeil encontrar, cotidianamente, excepciones a Ia regia Esa identidad de género propia de alrededor de los tres itd reforzéndose con la experiencia y nuevos aprendizajes que van enriqueciendo los conceptos genéricos. Se adquieren mas estereotipos de rol genérico, muy ligados a la accién y lo con- creto. Dependiendo de los estilos de vida y culturas, las cons: jos de edad >as< trucciones irén variando. En medios urbanes, occidentales, el ser hombre se asociacon fuerza, poder, tosquedad: la mujer, con lo maternal, emociones como cel amor y la comprensién, pero no [a agresi6n o el odio, Pero en otros medios este puede no ser ef cuadro, Por ejemplo, en nuestro pequeto estudio, ningain campesino © campesina, obrero 9 comerciante informal y ninguna empleada doméstica asociaron Mujer con maternalidad entendida como ternura o instinto maternal, lo que fue més usual (aunque tampoco predominante) en los y las profesionales y universitarios de Lima (Ragiz, 1995). Bl ni y la nia saben que su identidad de género es algo relativamente estable. Sin embargo, como ng hay una clara consciencia de las diferencias genitales y reproductivas, dudan cuando se les preyunta si de bebés fueron nifos (0 niftas) y si de adultos sersn hombres o mujeres; esto es, no tienen “conservacién de sexo”, proceso al que Koblberg, en st teoria cognitivisia del desarrotlo generico llam6 “eonservacién de género”, por la falta de claridad conceptual de los desarrollos teéricos de la psicologia de ese momento Ragtz, 19930) Como dijimos al comienzo, el concepto de sexo, no de género, es lo que se conserva. ¥ es que la identidad sexual genérica es, esencialmente, una construcci6n social; mientras que la identidad sexual biol6gica descansa sobre bases no culturales, fisicas, permanentes, y, en ese sentido, constituyen la esencia inmutable del conceplo. Si varfan los genitales, varié la categoria conceptual. Si varia el vestide 0 el peinado, no necesariamente hay un cambio genérico, De ahi que sélo el sexo biol6gico sea susceptible de conservacién. Al"conquistar” el concepto de identidad sexual genérica y biolégica, los nifios y nifias evidencian menor rigidez en su comportamiento y mayor tolerancia a la transgresién de ta norma, Se toleran més las conductas inapropiadas, ‘especialmente en las nifias. Conforme se va estructurando la identidad sexual genérica, Ia nifia 0 et nito va formando su autoconcepto y desarrotlando preferencias hacia lo que ‘es consistente con su esquema cognitivo de nifia y nifio. Si bien aprende més, sobre su sexo, aprende algo sobre el sexo opuesto; cuanto menos contacto, tengaconel sexo opuesto-porejemplo, educacién segregada- masestereotipadas serén su autopercepcién y sus ereencias y actitudes hacia Ios sexos. Su estereotipia es més marcada hacia los tres afios de edad y hasta los cinco 0 seis, y se encuentra marcada por suexperiencia interpersonal y diferenciaciones nivel condueta, AJ creer que se es esencialmente diferente, los sexos se autosegregan, incentivados por el medio No scré hasta alrededor de los siete ailos (aunque algunos de aoc NO : . 5.66 afios ya lo logren) que la nifia y el nifio conserven género, sete, al darso cuenta de la esencia de las diferencias sexuales, los geniteles, los caractetes sexnales primarios. EL sexo -no el género, como diré Abrams (1989) a esta edad serd visto como inmutable al estar ligado a atributos.fisicos cespectficos. Aunque uno se vista, hable y se porte como del otro sexo, no cambia el ser nifo 0 nia, Es entonces que puede decirse que la identidad sexual esté plenamente adquirida: se sabe a qué sexo se pertenece, cusles son Jas diferencias accesorias, culturales,y cues la biol6gicas, inmutables (salvo operacién quintrgica). No sabemos si las condiciones de vida fueran otras, por ejemplo, que no se segregara socialmente a los Sexos, si este proceso que hemos deserito tendria otro patréa de adguisicién mds ripida o totalmente diferente, Esta conciencia de las diferencias esenciales es In identidad sexual biol6gica, que Iuego se enriquece con la comprensién que hay diferencias fisicas constitucionales (caracteres sexuales secundarios), diferencias hormo- nales (aungue sea impropio hablar de hormonas exclusivamente masculinas ‘ femeninas, ya que s6lo hay diferencia en el balance) y diferencias en el sexo cromosomial © genético, hasta la fecha, inmodificables La identidad y, al interiorde ella, Ia identidad sexual, tanto genérica como bioldgica, es siempre una cognicién con connotaciones afectivas, y, como tal, cs una construccién psicolégica, Por ello, es impropio hablar, como hacen algunos, de identidad genérica como identidad sexual psicol6gica, en contra- posicidn a lo biolégico. Ambas son psicolégicas, aungue una se refiera a Io biolégico y la otra, a aspectos psicasociales de la persona. Volviendo al desarrollo de Ia identidad genérica, no es, entonees, como sostienen las teorfas tradicionales, que se dé porque el nifio se identifique sto concl padre: y laniifa, sélo con la madre y lo que ellos representan socialmente, Estudios de los afios 69 y 81 de Lynn evidencian que ifios y nifias se identifican fuerte y principalmente con Ja madre, aungue también se identifican con otras, figuras significativas, no solo el padre. Entre los 10 y los 18 afios, por ejemplo, se observa que 1a identificacién se da mds con amigos (pares) que con los padres (Abrams, 1989) Tampoco cs cierto que una ver adquirida la identidad sexual, ésta sea fija, inmutable. Abrams (1989) encuentran un patrdn similar de desarrollo de laidentidad genérica en nifias ynifios hasta los 11 afios de edad. Hay momentos fen que sc es més estereotipado ec intolerante de Ia desviacién de la norma cultural. En general, se es mas estereotipado al caracterizar a los demas que al autodefinirse. Hasta fos 11 afios se tiende a adseribir atributos més positivos al propio sexo que al sexo ‘puesto. Sin embargo, las amistades mixtas propias de In infan- bar cia, se reducen, predominando sobre todo a nivel amistad fntima, las amistades con e] mismo sexo. Bs también a partir de los 11 atios que los adolescentes, Ic alribuyen mayor significado emocional al género y los atributos sociales empiezan a ser considerados més importantes criterios de diferenciacién sexual {que los atributos fisicos (Abrams, 1989), Igualmente, 23 a Jos 11 afios que ‘aunque predominan las amistades del mismo sexo, existen también los amigos, romdnticos del sexo opuesto. De los 11 a los 14 aifos, los adolescentes varones evidencian una mayor valoracién de su propio grupo sexual, quiza porque suponga atributos social- mente més valorados. Pero alrgdedor de los 12 alios pareciera que los ado- lescentes tempranos empiezan a dudar sobre la inmutabilidad del género y demuestran preocupacién por cémo se desempenan en sus roles sociales, estatido muy preocupados con su apariencia fisica, su atractivo y sexualidad, ¥ con temas como las carreras y el matrimonio. Cuando el desarrollo abrupt de la adolescencia se produce, la sexualidad empieza a ser un criterio de diferenciacin muy importante, La relacién con hombres mayores (y de mayor estatus y poder), se vuelve importante para las adolescentes, que parecen vyalidar asf su femineidad y valor y su madurez. Las relaciones de géncro se periben més claramente como un indicador de estatus, El que las adolescentes tengan una maduracidn sexual mas precoz puede ser Ia explicacién de una brecha de dos aos de diferencia en el aumento de los contactos heterosexuales, Las adolescentes empiezan a juntarse con ado- lescentes varones mayores que ellas, mientras que los adolescentes contintian evidenciando antagonismo haciael otro sexo, cosa que se considera inapropiada para las adolescentes. Mientras que las nifias rinden mejor que los nifios en el entorno escolar, las adolescentes ompiczan arendir peor que fos adolescentes varones, al margen de su potencial y a retirarse de dreus consideradas mas- culinas. Esto es especialmente cierto en el caso de las adolescentes tradicio- nalmente estereotipadas, muy femeninas y poco masculinas, En el caso de los varones, estos parecen validarse més a través de otros varones que del sexo opuesto. La comparacién intragrupo resulta favorabl aa diferencia de las adolescentes; Ia competitividad es alta. Los adolescentes de 13 aos son marcadamente sexistas y discriminatorios del otro sexo, Abrams (1989) eree que el que los varones adolescentes o jévenes suelan ser mas independientes, econémicamente que las mujeres j6venes, puede hacer que dependan menas de las relaciones interpersonales, Ademés, cl rol mas- cculino tradicional, instrumental, de proveedor, supone competi tividad, dominio, independencia, y nocolaboraciGn osensitividad 2 las necesidales de 10s otros. 48 < Hacia los 15 aftos Ia sociedad, con su doble estindar, permite mayor liberalidad sexual alos varones, Por la mayor maduracién sexual y la seguridad de ella derivada, y al percibir su mayor poder, responsabilidad y estatus, en comparacién con las adolescentes, los adolescentes de esta edad encuentran gratificante su rol y se muestran mds tradicionales que las adolescentes. Una compajicra se vuelve también un indicador de estatus, pero no deriva prestigio del valor de ella, sino de haberla conguistado y hasta “usado”, cuidando de ‘no comprometerse emocionalmente “demasiado”. Ya én In adolescencia tardia, gracias al pensemiento mis desarrollado que permite mayor abstraccién, imaginar una realidad distinta, cuestionar y criticar, es factible un cuestionamiento de los roles de género y las relaciones de poder. Pero esta se ve dificultado por el hecho que él y [a adolescente pasan por una nueva crisis de identidad y redefinicién a la par que su cuerpo termina de madurar sexualmente. Con la maduracién psicolégica -cognitiva, emocio- nal, moral, social- se va necesitando menos de otros para validarse y se tiende aunpensamiento y un accionar mds aut6nomo paralelo aun mayor “sociocentrismo” (Comaren cuenta al otro, en términos Piagetanos) tanto cognitive como afectivo. Pero una vez que él, 0 la adolescente entran al mundo laboral o forman ‘una familia, esto supone una adaptacién amoldes tradicionales, yelliberalismo tipico de Ia adolescencia, disminuye. Con las crisis de la vida adulta y vejez, laidentidad sexual yla dentidaden general sufriran transformaciones. Pérdidas, divorcios, accidentes, diferentes circunstancias de vida que exijan cambios y readaptaciones, asf como la participacién en experiencias de capacitacién, concientizacién © hasta una conversacién con una persona pueden Hlevar a cambios en la estereotipia de género, 3. Las diferencias sexuales: Una cuestionable base de la socializacién diferencial de los sexos Laidentidad genérica se ha definido tradicionalmente como masculinidad ‘en hombres y femineidad en mujeres bajo el supuesto de diferencias sexuales innatas, defendidas por el “saber popular” y la ciencis, nada objetiva. Pero, {qué tan ciertas son estas diferencias? {Qué tienen que decir los estudios ‘empiricos serios al respecto? {Qué tanta credibilidad podemos adjudicarles? En wn att ulo sobre tas diferencias sexuales, Ochoa y Vasquez (1992) identifican diferencias supuestas y falsas, diferencias que existen pero cuya base no se ha identificado, y diferencias reales cuya base es clara pero que no suponen. dicen, inmutabilidad, impo- S1< sibilidad de cambio. Entre las diferencias falsas citan la creencia de que los hombres son mas visuales y las mujeres, més auditivas; que las ‘mujeres tienen menos capacidad sexual; que as mujeres son més sugestionables 0 influibles; que loshombres son menos sociables; que las mujeres son mejores en tareas monétonas y Ios hombres, en tarcas creativas. Hace més de una década comparamos los estereotipos genéricos con diferencias sexuales reales en j6venes universitarios de Lima (Ragtz, 1983), encontrando que los estereotipos sexuales a veces coincidfan con diferencias reales en la autopercepei6n de los sexos, como que se crefa que fos hombres eran mis agresivos, y en su autoconcepto, los hombres se percibfan a sfmismos ms agresivos de lo que se percibfan las mujeres. Pero no siempre cl estercotipo coincidia con diferencias reales; asf, todos crefan que las mujeres aman més 4 los nifios y, sin embargo, hombres y mujeres se aulopercibfan igualmente en este rubro, diciendo amar a los nifios con la misma intensidad. Es lo que Hamilton (1979) llama “distorsiones cognitivas”. Estas creencias generaliza- das sobre diferencias sexuales no siempre tienen hase en Ia realidad, pueden ser diferencias falsas. Entre las diferencias frecuentes sin hase conocidda, Ochoa y Vasquez. citan ‘mayor actividad fisicacn los hombres: mayor curiosidad y conducta exploratoria en los hombres; més conductas de riesgo en Jos varones. Los nifios son igualmente temerosos que [as nifias en Ia infancia y nifiez temprana pero con los afios las nifias desarrollan mas temor y menos confianza en sf mismas y el mundo; en Ia nifiez tarda las nifias muestran mayor dependencia que los nifos, aunque hasta entonces no diferfan; tamhign las mujeres adultas son wns dependientes. A partir de la escolaridad media se aprecian diferencias en matemiticas y capacidad visual espacial, siendo mejores los hombres. Las niftas, en cambio, tienen mejor desarrollo del lenguaje, siendo més precoces para hablar, desarrollando un mejor vocabulario, mayor comprensién y crea- lividad verbal. Desde los primeros meses de vida, las nifias reconocen las caras humanas mejor que los nifios. Las mujeres adultas aftontan mejor el estrés de los conflictos familiares ¢ interpersonales, Entre las diferencias seguras, citan mayor tamaiio (altura y peso) en los hombres, més musculaturacn hombres, mejor dotacién fisica, motora y sensorial de las mujeres, al estar mas desarrolladas fisiea y neurol6gicamente al nacer. Refieren que (al menos en sociedades desarrolladas) se encuentra que por cada 100 mujeres se conciben 120 a 170 hombres, pero sélo nacen 106 varones por cada 100 mujeres y que los varones tienen mas probabilidad de nacer ‘muertos 6 fallecer en el primer allo de vida o ser abortados involuntariamente. Se ve, ademés, que las mujeres a cualquier ssoe edad son menos vulnerables a las enfermedades, incluso a las hereditarias, y a la desnuiriciéa, por la que se dice que son bioldgicamente superiores. Otro dato es que a todas las edades es mayor el indice de mortalidad en varones, y es explicado por genes “protectores” en el cromosoma X versus genes “nocivos” en el cromosoma Y, y por mecanismos més eficientes en las mujeres para desarrollar anticuerpos frente a las infeccioncs (Papalia y Olds, 1990). Ochoa y Vasquez agregan ‘que los hombres tienden a presentar mas problemas escolares en torno a Ja lectura y escritura y al lenguaje; presentan también mis problemas emocionales, se portan mis agresivamente desde el juego temprano, y obedecen menos a sus padres desde temprana edad, pero sobre ests diferencias los resultados de diversos estudios son contradictorios 0 inconcluyentes. Podemos aceptar algunas diferencias genéticas, pero aun en este caso no significa que sean inmutables a tavés de la historia de la humanidad, Cucstionamos el supucsto determinismo de diferencias psicoldgicas entre los sexos; por mas que puedan existir diferencias reales. no significa que sean inmodificables. En una exhaustiva revisién que hiciéramos sobre ¢} tema (Ragiiz, 1991) eriticamos también In poca representatividad 0 validez que tionen muchos de los estudio sobre diferencias bioldgicas entre los sexos. Rosenberg (1974) tiene una extensa revisién de estudios sobre la base biol6gica de las diferencias sexuales en animales y humanos, y encuentra Tuertes objeciones a lametodologta seguidaen cuanto a qué tan representativas son Tas muesttas, el pequefio tamafio de sujetos con “anormalidades”, por ejemplo, pscudohermatroditas, en base @ Tas cuales se generaliza y hacen aseveraciones para toda una poblacidn. Encuentra falta de rigurosidad cicn- tifica en estudios psicolégicas, sociolégicos, antropolégicos € histérices, no 610 por Ia falta de controles y hasta de definiciones operacionales, sino por estat tefidas de prejuicios, preconcepciones que sesgan la interpretacién, siendo més subjetivos y valorativos que objetivos. El sesgo en Ja investigacion es claro cuando el investigador “ve lo que quiere ver", lo cual tiene reper- cusiones éticas y politicas (Raguz, 1994a, b). Como coneluyen una serie de investigadores que han revisado gran parte de lo encontrado en el rea, muy pocas diferencias sexuales puede decirse que existan con seguridad. Eagly y Steffen (1986), Shapiro (1990) y Pulkinnen (1981) son algunos de los que han revisado decenas de estudios sobre agre- sividad, concluyendo que no puesde aseverarse que I0s sexos realmente differam con conducta agresiva, Huston (1983) tiene una de las revisiones més exhaus- tivas sobre diferencias sexuales y afitma que 0 no hay evideneia de diferencias en una serie de comportatnientos y habilidades, © los hallazgos son inconsistentes o incongruentes. psc

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