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El pensamiento heterose: y otros ensayos Monique Wittig ‘Traduccién de Javier Séez y Paco Vidart EL PENSAMIENTO HETEROSEXUAL! Estos tiltimos afios, en Paris, la cuestién del lenguaje como fenémeno ha dominado los sistemas tedricos modernos, las ciencias llamadas humanas, y ha penetrado en las discusiones politicas de los movimientos de lesbianas y de liberacion de las, mujeres. Se trata de un campo politico importante en el que lo que se juega es el poder 0, mis bien, un entrelazamiento de poderes porque hay una multiplicidad de lenguajes que produ- cen constantemente un efecto en la realidad social. La impor- tancia del lenguaje en cuanto tal como asunto politico s6lo ha aparecido recientemente’, El desarrollo gigantesco de la lingiis- tica, la multiplicacién de las escuelas, la aparicién de las ciencias de la comunicacién, la tecnicidad de los metalenguajes que estas, ciencias utilizan, constituyen sintomas de la importancia de esta cuestién politica. La ciencia del lenguaje ha invadido otras cien: cias como la antropologia con Lévi-Strauss, el psicoanilisis con Lacan, asi como todas las disciplinas que trabajan a partir del estructuralismo, La primera semiologia de Roland Barthes casi consigue esca- par de la dominacidn de la lingiiistica para constituirse en anili- 1, Tea publica por primera vex en Fein Ie 1 (etano 1980, Fue edo por primers ex en Nua York en la Modern Language Astocation Convention en 1978 y (Gil deicado a ls lrbinas americana 2 Loe gregosclisicos tabi, no obstante, que sn el dominio de as tcncasortorias to hay poder pollo, sobre todo on una democraca 145] El pensamiento heterosexual sis politico de los diferentes sistemas de signos, | relacién tales sistemas de signos —por ejemplo, lo: clase pequefioburguesa— y Ia lucha de clases del cuya veladura dichos sistemas tienen como efect creernos salvados porque la semiologia politica ci arma (un método) precisa para analizar lo que llamz gia. Pero el milagro no duré mucho. Mas que introc to modo en la semiclogia conceptos que le son ex este caso, conceptos marxistas—, Barthes en seg que la semiologia no era sino una rama de la lingtifs objeto es el lenguaie. Asi, el mundo entero es slo un gran registro en ¢ a inscribirse los lenguajes mas diversos, como el Inconsciente’, el lenguaje de la moda, el lenguaje del de las mujeres en el que los seres humanos son lite signos que sirven para la comunicacién. Estos leng bien estos discursos, se ensamblan unos con otros, ¢ tran, se soportan, se refuerzan, se autoengendran otros. La lingiifstica engendra la semiologia y 1 estructural, la lingtifstica estructural engendra el estr el cual engendra el Inconsciente Estructural. El estos discursos levanta una confusa cortina de hu oprimidos, que les hace perder de vista la causa m opresi6n y los sume en una suerte de vacio ahistéri Estos discursos dan una version cientifica de social en la que los humanos son dados como int afectados por la historia, no trabajados por conflic con una psique idéntica para cada uno porque esta genéticamente. No afectada por la historia ni traba Conilictos de clase, esta psique provee a los especi 3._En este arcu, cuando nos refiramos al wso que Jacan hace Tnconscientes lo pondcemos en maylecula como él hace, [46] El pensamiento heterosexual el comienzo dél siglo XX todo un arsenal de invariantes: el céle- bre lenguaje simbdlico que tiene la ventaja de funcionar a partir de poquisimos elementos ya que, como los digitos (0-9), los simbolos que la psique produce «inconscientemente» son muy poco numerosos. Resultan, pues, por via de teorizacion y de terapia, muy faciles de imponer al inconsciente colectivo e indi- vidual. Con lo que se nos enseiia que el Inconsciente tiene el buen gusto de estructurarse automiticamente a partir de estas metiforas, por ejemplo el-nombre-del-padre, el complejo de Edipo, la castracion, el asesinato-o-la-muerte-del-padre, el inter cambio de mujeres, etc. Sin embargo, aunque el Inconsciente sea facil de controlar, no lo ser por cualquiera; lo mismo que las revelaciones misticas, la aparicidn de los simbolos en la psi- que exige interpretaciones miltiples. Unicamente los especialis- tas estin capacitados para llevar a buen puerto el desciframien- to del Inconsciente. Sélo a ellos, los psicoanalistas, les esta permitido (zautorizado?) organizar ¢ interpretar manifestacio. nes psiquicas que harin Surgir el simbolo en su sentido pleno. Y mientras el lenguaje simbélico es extremadamente pobre y esen- cialmente lagunar, los lenguajes o metalenguajes que lo interpre- tan se desarrollan, cada uno de ellos, con un fasto, una riqueza, que s6lo las exégesis teol6gicas de la Biblia han igualado. 2Quign les ha dado a los psicoanalistas su saber? Por ejemplo, Lacan, lo que él llama el «discurso psicoanalitico» y la wexperien- cia analitica» le wensefian» lo que sabe. Y cada uno le ensefia lo que el otro le ha ensefiado. Pero, enegaremos que Lacan ha adquirido conocimiento cientificamente en la «experiencia ana- litica» (una experimentacién en cierto modo) de las estructuras del Inconsciente? ¢Haremos caso omiso irresponsablemente de los discursos de los/las psicoanalizados/as tumbados/as sobre €l divan? Por lo que a mi respecta, no me cabe ninguna duda de que Lacan ha encontrado en el Inconsciente las estructuras que A dice haber encontrado ya que se habia encargado de ponerlas alli con antérioridad. Los y las que no cayeron bajo el poder de [47] El pensamiento heterosexual la institucién psicoanalitica pueden experimentar sentimiento de wisteza ante el grado de opresién ( ci6n) que los discursos de los y las psicoanalizados tan, Porque en la experiencia analitica hay un oprim psicoanalizado, cuya necesidad de comunicar se expl las brujas no podian antaio mas que repetir bajo t guaje que los inquisidores querian oir); al psicoan queda mis eleccién (si no quiere romper el contr que le permite comunicarse y del que tiene ne intentar decir lo que se quiere que diga. Parece qu durar toda la vida. Cruel contrato que obliga a un < hacer ostentacidn de su miseria ante el opresor qu mente responsable de ella, que lo explota econém ideol6gicamente, y que lo interpreta reduciéndolo ras del discurso. Sin embargo, la necesidad de comunicar lo que implica gs6lo puede realizarse en la cura psicoanal esta necesidad de comunicar realizarse en el hechc do o de ofrecerse como «experimento»? Si creemos nios de las lesbianas, de los gays y de las feministas es asit. Todos estos testimonios subrayan el sentide reviste en la sociedad heterosexual actual la imp comunicar —de otro modo que no sea con un ps que tienen las lesbianas, los hombres gay y las muj de conciencia del estado de cosas general (no es enfermo o necesite cura, ¢s que uno tiene un enem generalmente por parte de los y las oprimidos/as del contrato psicoanalitico. Esto es lo que se dese testimonios, junto con la ensefianza de que el con nalitico no era un contrato consensuado sino forzs 4. Ver, por ejemplo: JAY, K. y YOUNG, A. (dit): Out of the Cle Lieraon, New York, inks Books, 1982 [48] El pensamiento heterosexual Los discursos que nos oprimen muy en particular a las les- bianas, mujeres y a los hombres homosexuales dan por senta- do que lo que funda la sociedad, cualquier sociedad, es la hete- rosexualidad’. Estos discursos hablan de nosotras y pretenden decir la verdad en un espacio apolitico, como si todo ello pudie- ra escapar de lo politico en este momento de la historia, y como si en aquello que nos concierne pudiera haber signos politica- mente insignificantes, Estos discursos de heterosexualidad nos optimen en la medida en que nos niegan toda posibilidad de hablar si no es en sus propios términos y todo aquello que los pone en cuestién es enseguida considerado como «primarion ‘Nuestro rechazo de la interpretacin totalizadora del psicoané- lisis los lleva a decir que no tenemos en consideracién la dimen- sidn simbélica. Estos discursos nos niegan toda posibilidad de crear nuestras propias categorias. Su accién sobre nosottas es feroz, su tirania sobre nuestras personas fisicas y mentales es incesante. Cuando se recubre con el término generalizador de «ideolo- gia» todos los discursos del grupo dominante, se relegan estos discursos al mundo de las Ideas Irreales. Se desatiende la violen- cia material (fisica) que realizan directamente sobre los y las oprimidos/as, violencia que se efectiia tanto por medio de los discursos absteactos y «cientificos» como por medio de los dis- cursos de los medios de comunicacién de masas, Insisto en esta opresién material de los individuos por los discursos y querria subrayar sus efectos inmediatos tomando el ejemplo de la por- nografia, Sus imagenes —peliculas, fotos de revistas, catteles publici- tarios en las paredes de las ciudades— constituyen un discurso, y este discurso, que cubre nuestro mundo con sus signos, tiene tun sentido: significa que las mujeres estén dominadas. Los 5. Heterosexuilidad: un término que hace sv primera aparicién en faneés en 1911 [49] El pensamiento heterosexual semidlogos pueden interpretar el sistema de este ¢ cribir su disposicién. Y lo que leen entonces en son signos que no tienen como funcién significar raz6n de ser es la de funcionar como elementos de tema o disposicidn. Para nosotras, sin embargo, est esti divorciado de lo real, como lo est para los set s6lo mantiene relaciones muy estrechas con la re que es nuestra opresién (econémica y politica), mismo es real, ya que es una de las manifestacione sién y ejerce un poder preciso sobre nosotras. El « nografico forma parte de las estrategias de violenci cen sobre nuestro entorno, humilla, degrada, contra nuestra chumanidad». Como tactica de h tiene otra funci6n, la de una advertencia: nos orde cer en fila, marca el paso a aquellas que tuvierar olvidar lo que son, apela al miedo, Estos mismos semidtica de los que hablabamos més arriba nos re] fundir, cuando nos manifestamos contra la pornog cursos con la realidad. No ven que este discurso para nosottas, una de las facetas de la realidad de 1 sidn, creen que nos equivocamos en el nivel de an: He puesto el ejemplo de la pornografia porque s el mas sintomitico y el mas demostrativo de la vio nos hace a través del discurso, como en general et Este poder que tiene la ciencia o la teoria de actu realmente sobre nuestros cuerpos y mentes no abstracto, aunque el discurso que produzcan silo Jas formas de la dominacién, su verdadera expres mds bien uno de sus ejercicios. Todos los oprimide y han tenido que vérselas con este poder que di derecho a la palabra porque tu discurso no es cien rico, te equivocas de nivel de andlisis, confundes di lidad, sostienes un discurso ingenuo, desconoces ¢ ciencia. [50] El pensamiento heterosexual Si los discursos de los sistemas tedricos modernos y de las ciencias humanas ejercen un poder sobre nosotras es porque trabajan con conceptos que nos tocan muy de cerca. A pesar del advenimiento histérico de los movimientos de liberacion de las feministas, de las lesbianas y de los gays cuyas intervenciones ya han puesto patas arriba las categorias filoséficas y politicas de estos discursos en su conjunto, estas categorias (que fueron puestas en cuestién de este modo brutal) no por ello han deja do de ser utilizadas sin examen por la ciencia contemporinea Las categorias de las que se trata funcionan como conceptos primitivos en un conglomerado de toda suerte de disciplinas, teorias, ideas preconcebidas, que yo llamaria «el pensamiento heterosexual (ver E/pensamiento salvaje, de Claude Lévi-Strauss). Se trata de «mujer, chombren, «sexo», «diferencia» y de toda la serie de conceptos que estan afectados por este marcaje, inclui- dos algunos tales como «historia», «cultura» y «reab. Y por mucho que se haya admitido en estos tiltimos afios que no hay naturaleza, que todo es cultura, sigue habiendo en el seno de esta cultura un micleo de naturaleza que resiste al examen, una relaci6n excluida de lo social en el anilisis y que reviste un caric- ter de ineluctabilidad en la cultura como en Ia naturaleza: es la relacién heterosexual. Yo la llamaria la relacidn obligatoria social entre el «hombre» y la umujer». (Aqui me remito a Ti-Grace Atkinson y su anilisis de la relacién sexual como una institu- cin’). Habiendo planteado como un saber, como un principio evidente, como un dato anterior a toda ciencia, la ineluctabilidad de esta relacidn, el pensamiento heterosexual se entrega a una interpretacién totalizadora a la vez de la historia, de la realidad social, de la cultura, del lenguaje y de todos los fendmenos sub- jetivos. No puedo sino subrayar aqui el caricter opresivo que 6 ATKINSON, TG: Anagon Ochs: New York, Links Books, 1974, p. 13-23, (51] El pensamiento heterosexual reviste el pensamiento heterosexual en su tendenc zat inmediatamente su produccién de conceptos, a generales que valen para todas las sociedades, tou todos los individuos. Es asi que se habla de: ¢/ i mujeres, la diferencia de sexos, e/orden simbélico, « a Deseo, ¢! Goce, la Cultura, la Historia, categorias sentido en absoluto mas que en la heterosexua pensamiento que produce la diferencia de los dogma filos6fico y politico. sta tendencia a la universalidad tiene como que el pensamiento heterosexual es incapaz de cor tura, una sociedad, en la que la heterosexualidad n s6lo todas las relaciones humanas, sino su produ ceptos al mismo tiempo que todos los procesos q) conciencia. Estos procesos inconscientes se tor parte, histéricamente cada vez mis imperativos enseftan sobre nosottas mismas por medio de los la retérica que los expresa, revistiéndose de mitos, enigmas, procediendo por acumulaciones de m_ poder de seduccién no subestimo, tiene como fu el caracter obligatorio del «tti-seras-heterosexual-c Segiin este planteamiento, rechazar la obligaci las instituciones que dicha obligacién ha producie sarias para constituir una sociedad, es simpleme ya que hacerlo significaria rechazar la posibilidad ™. Debemos poner de manifiesto claramente que el psicoanilisis después de Freud, y particularmente después de Lacan, ha lleva- do a cabo una’ rigida mitificacién de sus conceptos: la Diferencia, el Deseo, el Nombre-del-Padre, etc. Incluso ha «sobremitificado» los mitos, una operacin que le ha sido nece- saria para heterosexualizar sistematicamente aquella dimension personal que emergia repentinamente en el campo histdrico a TT, gAcavo los ingresos anual de millones de délres de los psicoanalistas son simbs licost 12 BARTHES, R: Mbrfolgis, New York, Hil and Wang, 1972, p11. [55] El pensamiento heterosexual partir de los individuos dominados, en particular que comenzaron su lucha hace casi dos siglos. Y mente se ha venido haciendo esto en un concierte iplinariedad que nunca ha sido tan armonioso ct los mitos heterosexuales se pusieron a circular con un sistema formal a otro como valores seguros ¢ puede invertir tanto en antropologia como en como, por otra parte, en todas las ciencias humana Este conjunto de mitos heterosexuales es un sis nos que utiliza figuras de discusso y, por tanto, pu diado politicamente desde la ciencia de nuestra opr mos-que-era-esclavitud> es la dindmica que i diacronia de la historia en el discurso fijado de las ¢ nas, Este trabajo deberia ser en cierto modo un politica, aunque con «esta pena que hemos penado también en el nivel del lenguaje/manifiesto, del leng que transforma y hace historia. Mientras tanto, en estos sistemas (que parecian | les y eternos —humanos en cierto modo— que se } cir de ellos leyes con las que atiborrar los ordenador caso, por el momento, atiborrar la maquina ince estan produciendo desplazamientos, gracias a nuest nuestro lenguaje. Un modelo como por ejemplo el de mujeres, reabsorbe Ia historia de forma tan brut que el sistema entero, que se crefa formal, bascu dimensién de conocimiento. Esta dimensién de la pertenece ya que hemos sido constituidas alli en cie porque hablamos, como dice Lévi-Strauss, digamos ‘mos el contrato heterosexual. Pues bien, esto es lo que las lesbianas dicen un p partes por este pais y en algunos otros, si no cc menos con una prictica social cuyas repercusiones y la sociedad heterosexual no se pueden adivinar ait pélogo dir que hace falta esperar cincuenta aftos. [56] El pensamiento heterosexual versalizar los funcionamientos de una sociedad y extraer de ella sus invariantes, Entretanto, los conceptos heterosexual van sien- do minados. ¢Qué es la mujer? Panico, zafarrancho general de la defensa activa. Francamente es un problema que no tienen las lesbianas, por un cambio de perspectiva, y seria impropio decir que las lesbianas viven, se asocian, hacen el amor con mujeres porque «la-mujem no tiene sentido mas que en los sistemas heterosexuales de pensamiento y en los sistemas econémicos heterosexuals. Las lesbianas no son mujeres. [57]

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