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Erik H. Erikson EL CICLO VITAL COMPLETADO Nh editorial PAIDOS INDICE PREFACIO| 1, Introduecion Nota historica sobre el “mundo externo” ypla psicosexualidad y el cielo de las gene- Epigénesis y pregenitalidad ‘Modos orgénicos y modalidades posturales y sociales ‘Modos pregenitales, 41. Modalidades posturales, 48 Ritualizacién, $3 iF Estadios fundamentales del desarrollo psicosocial IReerca de fos téminos utilizados y de los diagramas Elaltimo estado PFE vinculo geneaciona: le adultes La adolescencia y la edad escolar {Loe aftos preescolares 5 15 0 69 83 92 99 0 FL CICLO VITAL COMPLETADO mismo”; “de la centricidad yoica a las relaciones entre pares"; “del juego al trabajo". Como concepto, este fesquema evolutive se basa, por supuesto, en las dos: teorias fundamentales del psicounilisis: la del desarro- Ho psicosexualy la del yo. En mi contribucién (1980 a) yo trataba de detinear los “elementos” de una teoria psicoanalitica del deste rrollo pslcosocial. Ademés, rastreé por primera vez la fradual inclusion en el pensamiento psicoanalitico de To que se llam6 una vez “el mundo externo”, desde mis primeros diss de formacién psicosnalitica en Viena, hasta los primeros aflos que pasé en Estados Unidos. Lucgo de acentuar Ia complementariedad de los enfo- ‘ques psicosexual y psicosocisl y su relacidn con el con- cept del yo, procedi a reseftar los correspondientes es- tadios del ciclo de la vida Reformular ahora con tanta extensiOn las considera- clones teéricas que uno fue enunciando a Jo largo de st vida y en una variedad de contextos plenos de datos, puede parecer tarea poco fructifera para el autor y el lector, Pero fue en realidad el Enfasis que se daba al en- foque histérico en la invitacién del NIMH, lo que me sugirié que era ésta una empresa valida, pues tal exten sign de Ia teorfa psicoanalitica s6lo podrfa haberse ori- Binado en Estados Unidos y en un perfodo tas déca- das del 30 y del 40— en que los psicoanalistas, en una atmésfera de creciente turbulencia mundial, fueron bien recibidos en los centros médicos y también en las discusiones interdisciplinarias intensivas. Y tales discu- Siones resulteron més tarde fundamentales para el tema central de la Midcentury White House Conference on jldren and Youth, a la que Joan Erikson y yo con: PREFACIO u tribuimos con wn trabajo titulado “Growth and Crises of the ‘Healthy Personality’ ” (1950). Decidi entonces volver @ editar y ampliar en los pun tos nevesarios lo que habia escrito para el NIMH intro: duciendo s6lo un cambio importante: al Megar (una ‘yer més!) a resefiar los estadios de ls vida, cambié el orden de presentacion, En el capitulo escsito para el NIMH ya habia optado por comenzar la lista de los es: tadios psicosociales no con la ninez, como es costum- bre, sino con Ia adultez: la “idea” es que una vez. que uno ha elaborad la intervinculacién de todos los esta- dios, debe poder comenzar con cualquiera de ellos y Hegar desde éste, de un modo ongénico, a cuslquier otro en el mapa que fos agrupa. Y la adulter, despus de todo, es el vénculo entre el ciclo vital individual y el ciclo de las generaciones, Sin embargo, en este ensayo ‘yoy més lejos y comienzo mi tratamiento de los estar dios con el timo, la vejez, para averiguar en qué me- ddida el ciclo vital, completado puede dar sentido a toda fa trayectoria de la vida No obstante, por dondequiera que comencemos, el ‘al fundamental que los estadios de Ta vida desempenan fen nuestra teorizacin psicosocial nos llevard cada vex ‘mds profundamente a los problemas de la refasividad hist6rica. Asi, una mirada retrospectiva a las altimas <écadas del presente siglo muestra que la vejez sélo se ‘descubrio’” en afios recientes —y ello por razones ta to tedricas como histOrieas~, pues requirid por cierto alguna redefinicién el hecho de que se descubriera(y que los propios viejos descubrieran) que un nimero crecien- te de viejos representan una masa de siejos mds bien que una élite de anctanos. Antes de esto, sin embargo, ree ee —— 2 ELZICLO VITAL COMPLETADO hhabiamos legado finalmente @ reconocer a la adultez como una fase evolutiva y conflictual por si misma, ‘is bien que considerarla meramente como el fin ma- duro de todo desarrollo (p. ej. Benedek, 1959). Antes de esto (y entonces sdlo en los afios 60, perfodo en que se produjo una crisis de identidad nacional reflejada draméticamente en la conducta pablica de algunos de nuestros jévenes’, habfamos aprendido a centrar nues- tra atencidn en ls erlsis de identidad de la adolescencia como algo fundemental para la dinémica evolutiva del ciclo vital (Erikson, 1959). Y como hemos sefalado, la “personalidad sana" del niilo y todos los estadios in- fantiles que s6lo se descubrieron en este siglo no lega- ron a constituire en el centro de la atencidn sistemati~ ceaen Estados Uridos antes de la década del 50. Por lo tanto, al leer este ensayo el lector en st tiempo y lugar sital histérico- puede querer examinar nuestro intento de “completar” el ciclo vital dentro del Tapso de nuestra vida, Esperamos que este titulo suene suficientemente irénico como para que no se lo tome feomo tina promisa de exposicién exhaustive de una vi ‘da humana perfecta, pues s6lo est4 destinado a contir- mar el hecho de que si uno habla de Ia vida como un ciclo, ello implica ya alguna clase de autocomplet miento, Pero la claboracién que de esto se haga en wn Seterminado memento depende, por supuesto, del es- tadio tedrica de la propia disciplina y del significado que pueden tener para nosotros y para nuestros congé= heres diferentes perfodos de la vide. En Ia actualidad, {ullgunor de nuestros términos y conceptos parecen demasiado ligad>s a nuestro tiempo —0 2 nuestra épo- ca? Y si el eanbio de los tiempos sugiere un cambio PREFACIO B cn las ideas, pueden martenernuestos teminor 8 Snitcado orginal 9 spur contibuyendo a que os entendamos? Por ini part, s6lo puedo refrmular agus tem nos tal como "se ine presntaron”™ en su complelidad, Beta ragestva pero tambien adecuadamente Orde caie Somptcidad ves sn cinbareo, condo =m Manio‘s durateros equivncog Al refermlarios on et Prone bro no pucto evar qe sara om algunos de pre cotores la reiterada sspocha de que ya han TefQO wn Mjooma porte este o sel asso, quis extenso Puede gues at, pes me ha presto que en eta {os no tone sentido en algunos casos reform 10 i yi prcoia aber sido expresado en forma adecus- ay Jocurre asf que mis reconocimientos también pue- don formularse referidos a una secuencia de décadas. Lo que he aprendido de mis colaboradores puede no- tarse muy bien observando la lista de las instituciones, Je investigacin con las que tuve el privilegio de estar Vinculado. mientras ejerefs como psicoanalista y parti “ipaba en fas aplicaciones de esta disciplina en fas es “xtelas de medicina, En la década del 30 estuve vincula~ Jo con la Harvard Psychological Clinie y con el Yale Institute of Human Relations; en los afios 40, con el Guidance Study del Institute of Human Development de la Universidad de California, Berkeley, y en los aftos 50, como residente en ci Austen Riggs Center, en las Herkshires. Cada una de estas instituciones, con sus ‘modalidades innovadoras, me permitid una consagra- Gién memorable al estudio clinico o evolutivo de de- terminados grupos de edad de seres humanos, Por al L 1 HL GICLO VITAL COMPLETADD fimo, en los afios 60 mi propio curso para alumnos no. graduados, sobre “El ciclo vital humano”, dictado en Harvard, me permitié compartir el esquema evolutive con un amplio grupo de alumnos que respondian muy bien y estaban profundamente interesados tanto en la vvida como en la historia, En cl texto se nombra a algunas personas cuyo apoyo result especialmente vital alo largo de los afin. Cualquier intento de hacerles “justicia”, en este con- texto a ellos y a otros que no menciono, parecerfa fie i Como en todos mis prefacios, concluy mis reco- ‘nocimientos dando las gracias a Joan Erikson, Nuestra contribucion conjunta (ya mencionada) a la Midcentu ry White House Conference muestra muy claramente que su guia “editorial” ha ido mucho mis allé de har cerme legible: ha logrado vivifiear todo el mundo de imigenes del ciclo vital que aqui dejo reseftado U. Erikson, 1950, 1976). 1 La preparacién de este ensayo conto con et apoyo parclat el Masrce Fae Medical Fond, de Pitebargh, Penylvani, INTRODUCCION SOBRE'EL "MUNDO EXTERNO™ eo bio = El término y concepto “psicosocial”, en un con- fexto psicoanaiftico, esti obviamente ‘destinado a complementar Ia teorfa dominante de la psicosexual- dad, Para presentar un cuadro de los comienzos de tal esfuerzo debo remontarme a la época de mi Formacién en Viena ~el perfodo en que iba cobrando auge la psi cologia del yo~ y esbozar brevemente algunas concep- tualizaciones cambiantes de ta relacién del yo con el ambiente social. Bs cierto que las dos obras bisicas o- bre el yo “ET yo y los mecanismos de defensa, de Anna Freud, y La psicologra del yo y el problema de la adap- taciém, de H. Hartmann solo aparecieron en 1936 y en 1939, respectivamente. Pero las abservaciones y conclusiones en que se basaban estas dos obras domi naron buena parte de la discusién en los afios anterior res al completamiento de mi formacién y a mi emigra- cidn a Fstados Unidos en 1933, Entretanto, las funcio- nes defensivas y adaptativas del yo han leaado a cons- tituir favetas firmes de la teorfa psicoanalftica, Mx pro- pésito af remontarme a sus orfgenes es indicar de qué

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