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RIESGOS DEL TRABAJO DEL PERSONAL SANITARIO J. J. GESTAL OTERO 2.° edicioén HEALTHCARE GRO NUEVA YORK = ST LOUIS « SAN FRANCISCO + AUCKLAND ADRID * MEXICO Gee ee + McGRAW - HILL RIESGOS DEL TRABAJO DEL PERSONAL SANITARIO| (No estd permitica fa reproduccidn total parcial de este libro, su tratamiento informétieo, la transmisién de ninguna otra forma o por cualquier mecio, ya sea electrénioo, mocdnico, por fotocopis, por registro w otros metodas, sin el permiso previo y por escrito de fos ttulares del copyright. Derechos reservados © 1983, respecto de la segunda ecicién en espaol, por JUAN JESUS GESTAL OTERO McGRAW-HILL - INTERAMERICANA DE ESPANA Manuel Ferrero, 13 - 26036 MADRID Segunda edicién: 1893 ISBN: 84-488-0018-5 Depésito legal: M. 24.404 ~ 1993 Cubierta: Jestis Barbeito Compuesto en: FER, S.A. Lenguas, 8 Impreso en EDIGRAFOS, S. A. Edison, 29. Pol. Industrial San Marcos. 28095 Getafe (Madre), Enouade:nacion: F. Méndez. Nicolés Morales, 23 - 28019 Mactid Printed in Spain - impreso en Espana Francisco Alonso Femandez Catedrético de Psiquiatria y Psicologia Médica Ge la Universidad Complutense de Mactid, Gonzalo Aparicio Yague Ingeniero Industrial de la Divisién de Medicina y Seguridad de Hidroeléctrica Espafiola. Madrid, Juan Miguel Barros Dios Profesor Titular y Médico Adjunto del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Publica del Hospital Glinico de la Universidad de Santiago de Com- postela Rafael Battestini Pons Médico del Servicio de Promocién de la Salud det Instituto Municipal de la Salud de Barcelona, José M.° Bautista Navajas Médico Adjunto del Servicio de Medicina Preven- tiva del Hospital Materno Infanti de Mélea. Pedro Blasco Huelva Profesor Titular y Jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Publica del Hospital Clinico de la Universidad de Sevila Adolfo Bobadilla Pardés Profesor Asociado de Psiquiatria de la Universi- dad de Sentiago y Director del Centro de Salud Mental de la Delegacién Provincial de La Consia, Francisco Calbo Torrecillas, Catedrético de Microbiologia y Jefe de! Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Carlos Haya Universidad de Malaga, Javier Cereijo Fernandez Especialista y Master en Medicina Preventiva y Salud Publica. Santiago de Compostela, Victor Conde Rodelgo Subdirector General de la Unidad de Accién Sa- ritaria y Consumo del Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid Luis Conde-Salazar Gomez Jefe del Servicio de Dermatologia Laboral_del Instituto Nacional de Medicina del Trabajo y Pro- fesor de la Esouela de Mecicina del Trabajo de la Universidad Complutense de Madr, José Couceiro Follente Profesor Titular de Cirugia y Jefe del Servicio de Traumatologia y Cirugle Ortopédica del Hospital Clinico de la Universidad de Santiago de Com postela COLABORADORES Salvador Deofia Compan Jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hos- pital Axarquia de Malaga. ‘Manuel Dominguez Carmona Catedratico Emerito de Medicina Preventiva y Salud Publica de la Universidad Complutense de Madrid, Vicente Dominguez Rojas Catedratico de Medicina Preventiva y Salud Po- blica de la Universidad Complutense de Madrid, Miguel Duaso Padin ingeniero industrial. Jefe de Seguridad del Gab+- nete Técnico Provincial de Higiene y Seguridad en el Trabajo de Rande. Vigo. Carlos Ferreirés Espinosa Catedrético de Radiologia y Medicina Fisica de la Universidad de Santiago de Compostela. Javier Gérate Castro Catecritco de Derecho det Trabajo de la Univer sidad de Santiago de Compostela. ‘Angel J. Garcia Calvo Ingeniero Industrial. Técnico de Seguridad del Gabinete Técnico Provincial de Higiene y Seguri- dad en ol Trabajo de Rande. Vigo. Isabel Garcia Gonzalez Jefe Ciinico de Anatomia Patolégica de! Hospital Carios Haya de Malaga Juan Gervas Camacho Médico Titular. Doctor en Medicina. Equipo CES- CA, Escuela Nacional de Sanidad. Madrid, Vicente Ginesta Galan Profesor Asociado y Jefe de Seccién de Aneste- siologia y Reanimacién del Hospital Clinico de la Universidad de Santiago de Compostela. Gumersindo Guinarte Cabada Profesor Titular de Dereciio Penal de la Univers!- dad de Santiago. ‘Ana \sabel Gomez Oliver Técnico Superior de Prevencién del Gabinete Técnico Provincial del Instituto Nacional de Se- guridad e Higiene en el Trabajo de Madrid José M.* Hernandez Cochén Director det Servicio de Salud de ia Delegacion Provincial de Sanidad de La Coruna, CONTENIDO PROLOGO (Jean Francois Caillard) . Cap. 1. RIESGOS DEL TRABAJO DEL PERSONAL SANITARIO. CON- CEPTO, IMPORTANCIA Y CLASIFICACION (Juan Jestis Gestal Otero) Cen, 2. ABSENTISMO LABORAL HOSPITALARIO (Juan Jesis Gestal Otero y Javier Cereijo Ferndndez} . Cap. 3. ACCIDENTES DE TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIO- NALES EN.EL PERSONAL SANITARIO (Javier Garate Castro) Cap. 4. MAPA DE RIFSGOS EN EL HOSPITAL (Ana Isabel Gomes Oliver y Enrique Stnchez Ramos} .. Cap. 5. LA EDUCACION SANITARIA EN LA PREVENCION DE LOS RIESGOS DEL TRABAJO DEL PERSONAL SANITARIO (J. Antonio Sdez Crespo y Margarita Romero Martin) ...... Cap. 6 PATOLOGIA MUSCULOESQUELETICA (Jose Couceiro Folente) Cap. 7. TRAUMA SONORO (Torcuato Labella Caballero, Ascension Loza- no Ramirez y Angel Prieto Monterrubio) ....... : : Cap. 8. ELECTRICIDAD (Angel J. Gareéa Calvo) : Cap, 9. RIESGOS FISICOS EN EL BLOQUE QUIRURGICO (Carlos Meju 10 Pulleiro) ....2..+. Cap. 10, INCENDIOS (Miguel Duaso Padi). iz Cap. 11. CATASTROFE INTRAHOSPITALARIA (Victor Conde Rodelgo) Cap. 12. RADIACIONES IONIZANTES: CARACTERISTICAS Y EFEC- TOS BIOLOGICOS (Carlos Ferreirés Espinosa y M.* Carmen Porto Vazquez) Cap. 13. PROTECCION RADIOLOGICA (Carlos Ferreirds Espinosa y M.° Carmen Porto Vazquez) Cap. 14, RADIACIONES NO IONIZANTES (Enrique ‘Malboyss6n Corre cher y Gonzalo Aparicio Yagiie) Cap. 15. RADIACIONES ELECTROMAGNETICAS: RADIACIONES DE LA HIPERFRECUENCIA Y RADIOFRECUENCIA (Manuel Domingues Carmona) ...... Cap. 16. TRABAJO CON PANTALLAS DE VISUALIZACION (eine Malboyssin Correcher y Gonzalo Aparicio Yagite) Cap. 17, RESIDUOS SANITARIOS (Juan Jess Gestal Otero) Cap. 18. GLUTARALDEHIDO Y FORMALDEHIDO (Juan Jesis Gesal O1ero) Cap. 19. OXIDO DE ETILENO (Juan Jesus Gestal Otero j Juan Miguel Barros Dios) Cap. 20, CITOSTATICOS (Francisco Calbo Torrellas, Jose Maria Bautista Navajas y Salvador Deofia Compan) ... : (Cap. 21. GASES ANESTESICOS (Vicente Ginesta Galan y Juan Jesis Gestal Otero) : xr 36 4L 47 64 B 83 110 122 148 168 189 200 24 23 232 245 Contenido Cap, 22, DERMATITIS DE CONTACTO (Luis Conde-Salazar Gémez) Cap. 23. ALERGIA A ANIMALES DE eee én de Juanes Pardo) sts Cap. 24, ENFERMEDADES DE LOS CLIMATIZADORES Y HUMID FICADORES: ENFERMEDAD DE LOS LEGIONARIOS. ALVEOLITIS ALERGICA EXTRINSECA (Vicente Dominguez Rojas) Cap. 25, INFECCIONES BACTERIANAS (Juan Jests Gestal Oro) Cap. 26. HEPATITIS B (Juan Jesiis Gesial Otero) Cap, 27. VACUNACION FRENTE ALA HEPATITIS B (Juan Jess Gestal Otero y Carlos Quintas Fernandez) Cap. 28. HEPATITIS C (Juan Jesis Gestal Otero) Cap, 28, INFECCIONES POR VIRUS DEL GRUPO HERPES (Juan Jesus Gestal Otero)... : Cap. 30. SIDA (Juan Jess Gestal Otero) Cap. 31. OTRAS INFECCIONES VIRICAS (Juan Jesus Gestal Otero) Cap. 32. EL LABORATORIO QUIMICO (José Maria Hernandez Cachon) . Cap. 33, EL LABORATORIO DE MICROBIOLOGIA. RIESGOS DERIVA- DOS DEL MANEJO DE ANIMALES (José Maria Hernandez Cochon) Cap. 34. EL LABORATORIO DE ANATOMIA PATOLOGICA. SALA DE AUTOPSIAS (Francisco Catbo Torrecillas, José Maria Bautista Navajas, Sal- vador Deoita Compan, Isabel Garcia Gonzilez y Pedro Blasco Huelvo)...... Gap. 5, RIESGOS EN EL CONSULTORIO ODONTOLOGICO (Emesto Smyth Chamosa y Margarita Taracido Trunk) . Cap. 36, SALUD MENTAL Y MORBILIDAD PSIQUIATRICA EN EL PERSONAL SANITARIO (Francisco Alonso Hernandez) ......... Cap. 37, ALCOHOLISMO Y DROGADICCION (Adolfo Bobadilla Pardés) Cap, 38, TRABAJO EN TURNOS (Rafael Battestini Pons) Cap, 32, ESTRES EN LOS PROFESIONALES SANITARIOS (Luis Maria no Heméndez-Monsalve y Juan Gervas Camacho) Cap. 40. BURNOUT, TRABAJO EN UNIDADES DE ALTO RIESGO (An ton‘o Rodriguez Lépe:) ie Cap. 41. LA RELACION MEDICO-ENFERMO COMO. FACTOR DE RIESGO (Manuel Varela Novo) Cap. 42, AGRESIONES AL PERSONAL DE SALUD (Juan Jesis Gestal Otero, Agustin Montes Martinez y Matilde Romani Lestén) Cap, 43. RESFONSABILIDAD CIVIL DEL PERSONAL SANITARIO (An- gel Luis Rebolleda Varela) Cap. 44, RESPONSABILIDAD PENAL DEL PERSONAL SANITARIO (Gumersindo Guinarte Cabada y Fidel det Rio Pardo) Cap. 45. RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA E INSTITUCIONAL (Javier Sdnchez Caro) Cap. 46. UNIDADES DE SALUD LABORAL EN LOS HOSPITALES: OR- GANIZACION Y FUNCIONES (Juan Jestis Gestal Otero) INDICE ANALITICO 288 297 304 313 328 335 396 356 363 373 390 402 ald 424 434 447 458 47 48 496 sul 516 525 En todos los patses del mundo, el personal sa- nitatio constituye una categoria profesional ex- wremadamenie numerosa, diversificada y de ca- ricter mareadamente femenino, dotada de un importante prestigio social, donde, tradicional- mente, el compromiso individual de cada uno (zno hablamos de «vocacién» medica o de enfer- meria?) es muy profundo. Curiasamente, 2 la inversa de otros medios de trabajo, ha sido tardiamente cuando se ha co- menzado a tener interés por aquello que forma parte también del contenido de una profesion, es ecir, las cargas, obligaciones y riesgos que hace corer y soporlar a aquellos que la escogen Mientras que en la industria, la agricultura, ef comercio, los servicios v los transpértes, a no- cin de salud y seguridad en el trabajo constituye tuna parte integrante de las organizaciones, son numerosos los establecimientos hospitalarios donde esto recibe una escasa, 0 ninguna, aten- Es probable que Ia actitud det propio personal de salud, que consiste en consagrar toda su ener- sia a sus enfermos, al progreso de Ios conoci- mientos cientiicos y al desarrollo de la tecnolo- gia médica, absteniéndose por ello de prestar atencién a Sus propias necesidades, haya contri- buido a esta realidad Hoy dfa, sin embargo, se observa un cambio de actitud, En los paises industrializados, algunos ‘movimientos de contestacién social han traido la atencion sobre las condiciones de trabajo en los hospitales y Ia expresion «malestar de la enfer- rmeria» refleja la dificultad creciente de soportar tuna carga de trabajo a menudo muy pesada, ‘unos horarios particularmente.constrictivos, s0- bore todo cuando se trata de mujeres jdvenes, un enfoque de fos cuidados donde la relacigm huma- na cede ante la técnica. La introduccion de una tecnologia muy sofisti- cada en los métodos de diggnéstico (el diagndst- co por imagen, por ejemplo) o de tratamiento (como el Kiser), la utilizacién de férmacos extre- madamente potentes cuyos efectos sobre los que los preparan y administran se conocen ahora (los citostaticos), la reaparicién de enfermedades in- fecciosas no curables (sida y micobacterias atipi- PROLOGO cas) son también factores que imponen la necesi- dad de prestar una atenciGn especial a los ricsgos profesionales. ‘Se aade un tercer elemento: 1a carga econd= mica de la industria sanitaria cada dia es mas dificil de soportar por la poblacién, y se impone el ahorro, La busqueda de la optimacion del ren- dimiento de los establecimientos sanitarios, cuyo funcionamiento se basa esencialmente, y todavia por mucho tiempo, en el recurso humano, pasa por un mluevo planteamiento de la organizacién del trabajo y, por consiguiente, de las condicio- nes en que s¢ efectia, La calidad y la fiabilidad de los cuidados, objetivo final de las estruc- turas sanitarias, son estrechamente dependientes, de estas condiciones. En este contexto es donde esta obra encuentra su justificacion, Juan J. Gestal Otero y sus cola- boradores han realizado un trabajo considerable, aportando a todos los profesionales de la salud, a Jos gestores de los establecimientos, a los arqui- tectas e ingenieros, a las autoridades publicas ya los especialistas de la salud laboral, una suma ex- traordinaria de conocimientos sobre los efectos de los riesgos profesioales en los establecimientos sanitarios y sobre los medios de prevenitlos, apli- cables al hospital, al laboratorio, al gabinete dental, @ la farmacia 0 a Ja consulta privada del médica 0 del auxiliar médico. Demvestran igual- ‘mente, pues todavia no todas las respuestas a las innumeraables cuestiones planteadas son satis- Tactorias, que existe una gran necesidad de inves- tigacién en este campo, investigacion que, cada vez mis, requiere la colaboracién internacional. Esta obra va més alla del fin que se ha fijado: la riqueza de la documentacién que aporta y el carficter diddctico de los textos que componen Jos diferentes capitulos le convierten también en. un libro de referencia para todos aquellos que se interesin por la salud del hombre en el trabajo, ‘sea cual sea su sector de actividad profesional. En hospital, en efecto, no debe limitar su papel s6lo al tratamiento de las enfermedades. La queza de] potencial técnico y humano que lo compone debe ponerse también al servicio de la prevencién, Esto es necesario tanto en nuestros paises desarrollados como en aquellos en vias de xi att Frélogo serlo, 0 que aspiran a serlo, La lectura de este libro es un medio privilegiado de difundir a los profesionales de la salud una verdadera cultura de la prevencién en la medida en que ésta, apl- cada en primer lugar a ellos mismos, tenga una prolongacién natural en el enfoque de los enfer- ‘mos que les sean confiados. Lo mismo se pude decir de la responsabilidad del hospital con res- ecto al ambiente: el capitulo que trata de los desechos hospitalatios es un ejemplo de ello ‘Queda por desear que se creen, en todos los establecimientos hospitalarios, verdaderos servi- cios de salud laboral y que sean dotados de los medios adecuados que les permitan, sobre todo en los hospitales universitarios que reciben a los estudiantes, desempenar en este terreno cl mis- ‘mo papel de ejemplo que les esta naturalmente Feconocido en el conjunto de las diferentes espe- cialidades médicas, Consciente del hionor que se me hace al prolo- gar este libro, querria salar, en reciprocidad, hasta qué punto va a contribuir a aumentar el prestigio de la Cétedra de Medicina Preventiva y Salud Publica de Santiago de Compostela y a re- saltar su papel fundamental en el movimiento internacional de investigacioa y difusién de los conocimientos de salud laboral Rouen, 15 de julio de 1993 Jean Francois Caillard Catedritico de Medicina del Trabajo. Hospital Universitario de Rouen, Francia Presidente de fe Comision Internacional de la Salud en ol Trabajo. CAPITULO 1 Riesgos del trabajo del personal sanitario. Concepto, importancia y clasificaci6n Juan Jestis Gestal Otero a SUMARIO ‘CONCEPTO IMPORTANCIA Riesgos sociales CLASIFICACION DE LOS RIESGOS: Riesgos fi Riesgos quimicos COLECTIVOS MAS EXPUESTOS BIBLIOGRAFIA Fees 2 Riesgos del trabajo del personal sanitario ‘...quien la mina quiera trabajar, en Dios y en la suerte ha de confiar» ‘Teorasto Paaceiso (1492-1541) CONCEPTO La proteccién del trabajador no puede dirigirse exclusivamente a una determinada profesion 0 actividad. Tan necesitado de ella esta el minero que puede ser victima de una silicosis, como el Gjecutivo que tras una fatigosa jomada de trabajo puede caer fulminado por un infarto de miocar- dio Si bien ya Ramazzini sehalé a comienzos del siglo xviu en su Tratado de las enfermedades de {os artesanos (fig. 1) los riesgos de algunos de los profesionales de la medicina (cirujanos, quimi- 0s, farmacéuticos y comadronas), perfectamente extrapolables a la actualidad, como riesgos de la manipulacién e inhalacion de productos quimi- 0s (personal de laboratorio),rieggos en la mani. pulacion de medicamentos (enfermeras de uni- dlades de oncologia) y riesgo infeccioso; hasta bien avanzado este sigio no va a comenzar a pres- tarsele atencidn a esta probleratica, en especial a 1a bioseguridad Enire lo riesgos laborales de los profesionales sanitarios, el infeccioso es el conocido desde mis antiguo, habiendo pagado con sus vidas muchos profesionales sanitarios un importante tributo en la lucha contra fa enfermedad, a lo que la socie- dad no es ajena. En la planta baja de la Facultad do Medicina de Santiago puede contemplarse una hermosa lépida que perpettia el agradeci- Imiento de la ciudad a todos los médicos falleci dos en el cumplimiento de su deber en la pande- mia gripal de 1918 (fig, 2). Muchos otros han perdido su vida al contraer la enfermedad que estaban investigando, como en el caso de Luis Thuillier, diseipulo de Pasteur, que fallocié prematuramente a los veintisiete afios, en 1883, de célera contraido en Alejandria, donde se hallaba formando parte de una misiéu francesa para el estudio de esta enfermedad; 0 de Otto Obermeier, fallecido también de célera en 1873, contraido al manipular las heces de un pa- ciente; 0 de} médico militar Lazear, fallecido de fiebre amarilla, y que con Reed, Agramonte y Carroll (que también enfermé) forma parte de la Comision de! Fjército Americano para el estudio de dicha enfermedad, demostrando, a costa de su vida, tras dejarse picar por mosquitos, que el A. aegypti era su agente transmisor. John Everett Dutton, que estudio y nominé al tripanosoma gambiense, resulto fatalmente infectado por el onganismo que lleva su nombre, Borrelia dutto DE MORBIS ARTIFICUM BERNARDINI RAMAZZINI IN PATAVINO GYMNASIO. PRACTICA MEDICINE PROFESSORIS PRIMARIE DIATRIBA MUTINE OLIMEDITA Nane accedit fupplementum ejufdem argumenti 5 AC DISSERTATIO DE SACRARUM VIRGINUM VALETUDINE TUENDA. PATAVII M.DCC.XIIL Per Jo: Baptiftam Conaattum. SPPER, PERM. AC PRIVIC. MLicono. LANGrANo «PA Pouinanvs.anentsIve 7 A XM Wn COLL saRe-eL VRE T Figura 1. Ported y contraportada de ls obra De marbis aricum, de Sernerdini Remazzin Riesgos del trabajo del personal sanitario, Concepto, importancia y olasificacion 3 fOMIETADEGRATITVD YADMARACION ss? ‘ PRETARONARICCADOERRVIOOE | GURCIVDADCOMPOTEI a icaiee VAUD CARRCRD COLES FALLECDORIE.CHRUF TEND “DeTNTHSNITARDLR nii, durante ol estudio en 1905, en el Congo, de la fiebre recurrente transmitida por garrapatas. Igualmente Ricketts (1910) y von Prowasek (1915) fallecieron por el agente del tifus exante- mitico que inmorializa sus nombres, Rickettsta prowaseki. Si bien el riesgo infeccioso existe en todos los, ambientes, va a sera nivel de hospitales y centros de investigacion con microorganismos donde éste sera mayor, al ser, tedricamente, més fie- cuentes las posibilidades de contagio y contami- nacién, debido al continuo contacto con pacien- tes y 2 la necesidad de manejar objetos y produc 108 sépticos. Algunos actos médicos, tales como la broncoscopia, o el trabajo en determinadas ‘reas (laboratorios, salas de infecciosos, departa~ mento de pediatria), conllevan un mayor riesgo de infeccion, Llama poderosamente la atencion el hecho de que el riesgo de propagaciGn de infecciones noso- comiales del personal sanitario a pacientes fuese cada vez més seflalado y estudiado desde que Semmelweis y sus contemporéneos enuncia- ran el concepto de infeccién adquirida en el hos- pital, implicéndose at personal hospitalario como reservorio, 0 vector de brotes, en tanto Jos riespos, profesionales de infeccién transmitida desde los Figura 2. Lépida oxistente on la planta baja de Ia Facultad de Medicina de San- tiago, y que perpetia of agradecimiento ‘de la ciudad de Santiago de Compostela 2 todos los médicos que fallecieron en ol ‘cumplimiento de su deber en la pande- mia gripal de 1918. pacientes al personal, con excepcién de la virue- la, tuberculosis y hepatitis, recibieran relativa- mente escasa atencion, Estas historias det suftimiento humano desper- taron poco interés y, generalmente, eran conside- radas como parte del precio de la investigacion médica, no surgiendo un interés real sobre estos temas hasta después de la segunda guerra mun- dial, alcanzando su acmé en los afios setenta, Siguiendo a Collins (1984) podemos distinguir dentro de la historia de la bioseguridad los si- guientes tres periodos, que se solapan: — Primer periodo (1947-1966) 0 de conoci- mientos de las causas, también denominado «era de os aerosoles» por eorresponderse con el des- cubrimiento de que los aerosoles, producidos du- rante el trabajo normal de laboratotio, son pro- bbablemente la causa de muchas infecciones, — Segundo periodo (1962-1978) 0 de sensibil zacién puiblica o «era del interés», en el que Ta poblacién comienza a informarse e interesarse por la posibilidad de brotes infecciosos a nivel de los centros médicos (Fiebre de Lassa y otras fie- bres hemorrégicas, viruela, hepatitis B, tubercu- losis) — Tercer periodo (desde 1972) 0 de adopcion 4 Riesgos del trabajo del personal sanitario de medidas preventivas, en el que los gobiernos y ‘organismos pablicos constituyen comités para el estudio y claboracién de normas y cédigos de buena prictica, algunos refrendades como nor ‘mas de obligado cumplimiento, Pero, con ser muy importante, no solo existe cl riesgo infeccioso en los hospitales y centras de investigacién médica, conociéndose ya desde fi- rales del siglo pasado los riesgos por exposicién gases anestésicos, veferidos por Heweitt en 1893 y posteriormente por Kirschner en 1925 en rela. cion con la intoxicacién aguda del personal de guirdfano, y por Hirsch y Kappurs en 1929 y Werthmann en 1948 en relacion con la exposi- ion cronica, si bien hasta la publicacion en 1967 del informe Vaisman no va a prestdrsele atencida a este problema. Los estudios de Bruce y Cohen observaron un elevado indice de suicidios entre Jos profesionales de fa anestesia, que llevé a la Asociacion Americana de Anestesistas a conside- tar éste como el principal problema de salud en os anestesistas-menores de cincuenta y cinco anos. En este sentido cabe recordar que Horacio Wells (fig. 3), un modesto dentista de Hartford (Connecticut) y descubridor de la anestesia, como reconocid en su tiempo Ia prestigiosa So. ciedad de Medicina de Paris, tras su fracaso utili- zando_oxido nitroso, ante el célebre cirujano John Collins Warren en enero de 1845, se suici- Figura 3. Horace Wells, modesto dentista de Hart fore (Connecticut), descubridor de le anostesia, Figura 4. Wiliam Thomas Green Morton, dentista de Boston que utilzé por primera vez el éter como, anestésico ol 16 de octubre de 1846, did en una celda policial de Nuieva York en la fria noche del 24 de enero de 1848, También su antiguo alumno y colega William T. Morton (fig. 4), que triunfS e) 16 de octubre de 1846 ad- ministrando éter con un vaporizador en el mis- ‘mo anfiteatro en que Wells habia fracasado (fig, 5), intent6 suicidarse, falleciendo poco des- Dues en 1868, Las medidas preventivas se iniciaron en 1925, atio en el que Perthes propuso uno de los prime: ros sistemas de extraccion de gases del quiréfano (uberia que recogia los gases en la cabecera de la mesa de operaciones mediante un motor y los conducia al exterior); Wieloch, ese mismo ato, disead un cojin metalica con atificies para la ca. beza del enfermo, y Holscher, en 1928, un filtro de carbén y silice para los gases exhalados. Con los rayos X, descubiertos en diciembre de 1895 por el profesor de fisica de la Universidad de Wurtsburg, Wilhem C, Rontgen, no se co- menzaron a tomer medidas protectoras hasta cinco afos mas tarde, tras la grave afectacion de os médicos que trabajaban con ellos (dermatitis, amputaciones, cancer), a pesar de que ya a prin cipios de 1896 el fisico francés Beckerel habia alertado sobre su peligrosidad. En Espafa los doctores Comas y Pri6, prime- Tos que realizaron una radiografia en nuestro ais, suftieron amputaciones importantes, falle- clendo el doctor Prid de un cancer secundario a tuna radiodermits, as primeras recomendaciones para la protec- Riesgos de! trabajo del personal sanitario. Concepto, importancia y clasificacion 5 Figura 5. Fotografia tomada el 17 de octubre de 1846 en la segunda operecién realizada con anestesia. A la derecha puede varse la sila en la que se sencé el paciente durente la primera anestesia El ciryjano Warren esté ‘en primer plano a la derechs de la mesa, y al fondo'con un chaleco a cuadros el anestesista Wiiam T. G. Morton. cid contra las radiaciones ionizantes son pro- puestas en Inglaterra en el ato 1921, en que se crea el British X-Ray and Radium’ Protection Committee, celebrandose en 1925 en Londres el T Congreso Internacional de Radiologia y credn- dose tres aflos después en Estocolmo, con motivo del II Congreso Internacional de Radiologéa, 1a ‘Comisién Internacional de Protecciéa Radiolégi- ca, organismo que occupa un lugar particular- mente importante en materia de proteccién con- tra las radiaciones. Pero no son éstos los tinicos riesgos del trabajo hospitalario; otros muchos acechan al personal sanitario, asistencial ¢ investigador, algunos ya conocidas y otros nuevos, como los casos de glio- blastomas en tres cientificos que trabajaban con N-metilnitroguanidina, diagnosticados entre 1972 y 1982 en la Universidad Paris Sur, y los mis recientes casos de cancer en tres investigado- res del Instituto Pasteur (1986) que trabajaban en laboratories de recombinacién y toxicalogia go- nética utilizando elementos radiactivos (P* y $2), asi como productos mutigenos y onedge- nas viricos necesarios para el estudio de los me- canismos de regulacién celular. UMPORTANCIA La OMS, constiente de le importancia del tema, auspici6 la reunién de wn «Grupo de tra- bajo sobre los riesgos profesionales en los hospi tales» (La Haya, 20-22 de octubre de 1981) con €l objetivo de especificar os rieseos profesionales de las distintas categorias de trabajadores hospi- talarios y examinar las medidas a tomar para im- pedir su efecto desfavorable para la saluc. El grupo pasé revista a los principales riesgos fisicos, quimicos, bioldgicos y psicosociales a que ‘estin expuestas las distintas categorias de profe sfonales que trabajan en los hospitales, y setialé la existencia de determinados empleados (cale- factores, fontaneros, electricistas, ete.) que no se benefician de la vigilancia ala que tendrian dere cho si trabajasen en una industri. Finalmente Jleg6.a las conclusiones que st ex- ponen en Ia tabla | y que recomienda tomen en consideracion la OMS, los gobiernos y las organi- zaciones profesionales: ‘Si bien los riesgos laborales existen tambien en el ejercicio profesional fuera del hospital, sin duda es en éste y en los centros de investigacién donde se concentran con mayor incidencia En estos uiltimos afos Jos Servicios de Salud Laboral en los hospitales han tenido un gran de- 6 Riesgos del trabajo del personal sanitario TABLA 1 Recomendaciones del «Grupo de trabajo de la OMS sobre los riesgos profesionales en hospitalesn (La Haya, 20-22 de octubre de 1981) 1, Recogida de datos @ informacidn sobre: —Morbidad, —Montalidad, Accidentes y heridas. — Absentismo. 2. Vigilancia del medio ambiente: = Osico de etieno, — Forme. ~ Gases anestésicos, —Disolventes, 3. Vigilancia de la salud de los trabsjadores: — Examenes de salud periédices, Vigancis exgonémica, Organizacién de los métodes de trabajo, Oriontacién y educacién sanitaria Normative legal —Infecciones hospitalarias, —Embarazos, —Tensiones, frustaciones, bienestar. — Nuevas técnicas de vigilencia —Ruido, — Radiasiones, —Rosiduos. Greacion de unidades de salud laboral en ios hospitals. sarrollo en Europa, credindose dentro de Ja Cor sion Internacional de Salud Laboral, un Comité Gientifico de Salud Laboral del Personal Sanita- rio, que organiz6 el | Congreso Internacional so- bre Salud Laboral del Personal Sanitario, en Frei- burg (Alemania), del 9 al 11 de septiembre de 1992 estando previsto celebrar el II en Estocolmo (Guecia) del 26 al 29 de junio de 1994, Por su parte, la Asociacion Internacional de la Seguridad Social (AISS) acaba de crear un Comi- t¢ Internacional para la Prevencidn de los Ries- 208 Profesionales en los servicios de salud, La importancia del sector sanitario en el mun- do del trabajo es creciente y en muchas de nues- tas ciudades los hospitales son las empresas ms importantes en cuanto al numero de trabajadores que ocupan. En los paises desarrollados el ntimero de traba- Jadores en la industria de la salud es elevado y ‘muestra una tendencia creciente. Cabe incluit no s6lo a los trabajadores de los servicios de salud, esiatales 0 no, sino también a los empleados en la fabricacién de productos farmacéuticos, En el Reino Unido, el Servicio Nacional de S Jud es el primer generador de empleo del pais, dopendiendo de él mas de un millon de personas (uno de cada 20 trabajadores del Reino Unido std empleado en el Servicio Nacional de Salud). Tolonen seiala que la extinta URSS tenia en 1980 alrededor de un millon de médicos (357/ 100,000 habitantes). Los paises del Oeste tienen entre 100 y 200 médicos por cada 100,000 habi- tantes. Y [a relacién enfermera-medico oscila en torno a 4/1. Sin embargo, estos profesionales so nilarios son tan s6lo una pequetta parte del total de personal empleado en Jos hospitales, laborato- ros médicos y servicios médicos estatales. Dentro det personal hospitalario podemos dis- ‘inguir dos grandes categorias : de una parte, el personal médico y paramédico (que atiende di rTectamente al enférmo o colabora en el diagndsti- co de la enfermedad) y, de otra, el personal gene- ral 0 no médico, Unas estadisticas confecciona- das on Francia sobre 170,000 personas emplea- das en hospitales arrojaron la siguiente eomposi- ci6n: personal médico y paramédico 68.7 %; per- sonal no medico: técnico y general 23.3 %, y ad~ ministrativo 8 %, En el Hospital Universitario de Santiago «Ge- neral de Galicia-Gil Casares», en 1992 la compo- sicién es: Personal sanitario y directivo: 71.55 % (19.10% personal facultativo, 1.17% ‘personal directivo y 51.28 % personal sanitario no facalta- tivo) y personal no sanitario 28.44 % (8.45 % ad- ministrativos, 11.40% personal de oficio y 8.17% celadores) El personal no sanitario comprende una gran diversidad de profesiones, que indudablemente varian de un hospital a otro. Asi, sin pretender ser exhaustivos, tenemos: servicios de alimenta- cin (cocineros, pinches, camareros, carniceros, panaderos, reposteros); servicios de conservacién de cdifcios y jardines (albanies, pintores, fonta- ‘eros, limpiacristales, ebanistas, jardineros); ser- vicios tenicos (calefactores, electricstas, técni- cos de conservacion}; servicios generales (lavan- deras, costureras, mozos, porteros, recaderos), y personal aéministrativo. Este personal no médico est, hasta cierto pun- 10, expuesto x los mismos riesgos que el personal Riesgos del trabajo del personal sanitario. Concepto, importancia y clasificacion 7 TABLA 2 Distribucién del personal propio de la Seguridad Social or categoria profesional. Afio 1985 ‘Caregora protesionel ‘wimero| Direcci6n y administrecién 11,344 Focultatives jerarquizados hospitalarios y extrahospitalarios 24/587 Facuttativos eupos zona i 36,180 Médicos servicio urgencia 2.897 Practicantes-ATS servicio urgencia 1.483 ATS y aunilar de clinica hospitalarios y extrahosp\talarios 105,921 ‘Auxiliares sanitarios cupos zona 11.748 56,980 2,059 Total 253,109 médico y paramédico; as el personal administra- tivo de Tecepeién entra en contacto directo con pacientes, al igual que celadores, camareros, etc El personal de lavanderia, desinfeccién y limpie- za maneja material infectado y productos quimi cos, desinfectantes y de lavado y limpieza, Elec- tricistas y mecénicos pueden estar expuestos a ra- diaciones ionizantes, etc. Ademés de estar ex- puestos a estos riesges cada colectivo profesional Jo esti tambien a los rieggos laborales espectficos de su profesién, que vienen descritos con detalle en los tratados de patologia laboral y en los que no vamos a entrar aqui ‘A 31 de diciembre de 1985 habia en Espana 929 hospitales y la Seguridad Social tenia en 1985 un total dé 253,109 empleados, cuya distri- bucién por categoria profesional y habitat laboral se expone en la tabla 2. De ellos, el 62 % trabaja- ba a nivel hospitalario, siendo el 12.6 % médicos, 28.6% ATS, el 28% auxiliares y e1 31.3% otro personal En 1989 en Espaiia habia 300,997 médicos y ATS/DUE colegiados (143,803 médicos y 157,194 ATS/DUE). De otra parte, el total de trabajadores expues- toses mayor de lo que cabria deducir del nimero absoluto de empleados en un determinado mo- ‘mento, debido a que las dos terceras partes de la poblacion laboral sanitaria som mujeres y le dura- ‘iGn de su vida profesional es mas corta, Desde una petspectiva puramente econdmica, podemos valorar le importancia teniendo en ‘cuenta el niimero de jornadas perdidas por inca- pacidad laboral iransitoria (ILT) estimando su coste, asf como el de la atencién médica, indem- nizaciones y pensiones a que dan lugar. En un estudio realizado en el Hospital General de Galicia entre 1973 y 1981 observamos un ab- sentismo laboral promedio (calculado conside- rando el _nimero de jornadas trabajador/aio igual a 237) que oscild entre 1.8 % en 1976 y 4% ‘en 1980, en tanto para Mayordomo, en la Ciu- dad Sanitaria La Fe, de Valencia (1977-1980), varié entre el 4.6 y 5%, EI niimero de bajas para un total de 1428 tra- bajadores fue de 505 en 1980, con un total de 21,149 jornadas laborales perdidas. Desde la perspectiva moral, las consecuencias van més allé del quebranto’ econdmico y det dati fisico del trabajador expuesto, asi como del daiio econdmico y moral a su familia 0 de la ex- tension a ésta del dao fisico (aumento de la fre- ccuencia de abortas, malformaciones, bajo peso al naver, prematuridad y mayor mortalidad perina- tal, entre otros), suponiendo, en conjunto, una amenaza para el fururo de Ia bumanidad al pro- Gucir un aumento en el porcentaje de mutacio- CLASIFICACION DE LOS RIESGOS Los principales riesgos laborales a que estén expuestos los profesionales sanitarios se clasi can, desde un punto de vista etiolégico, en: Riesgos fisicos Entre los que destacan: Los incendias, debidos en sus tres cuartas par- tes a intervencidn humana (cigacrillos y cerillas 21 %; mal uso de gases anestésicos, oxigeno y Ii- ‘uidos inflamables 19 %; calefaccién no eléetrica 11%, ¢ instalaciones cléctricas 26 %), siendo la asfixia por humo responsable del 78% de las muertes y 43% de los heridos. Todo hospital debe elaborar un plan antiincendios y darselo a conocer a su personal, de forma que éste sera exactamente lo que tiene que hacer en caso de si- niestro, Su prevencién se basa en medidas sobre la edificacién (vias de evacuacién, escaleras de incendio, etc.), los materiales combustibles, los posibles focos de ignicién (extintores) y la forma- cin del personal para su actuacién, Todo ello para conseguir, en caso de siniestro, su deteccion inmediata, la extincién o aistarniento rapido del fuego, evitar la propagacién de humos y facilitar 8 Aiesgos del trabajo del personal sanitario la evacuacién segura de hospitalizados y perso- nal, Los accidentes de origen eléctrico, que pueden originar efectos directos (electracueién, quema- duras, embolias) debidos al paso de la corriente eléctrica a través del cuerpo, o indirectos, como quemaduras y asfixia, a consecuencia de un in- cendio una explosién de origen eléctrico, 0 traumatismo por caidas consecutivas a una elec- trizacion. Estos ultimos son los mas frecuentes en los hospitales y se deben a la clectricidad estd- tiea que puede existir cn los variados y cada vez mas sofisticados aparatos que en ellos se utilizan, woriginarse como consecuencia del uso de reves: timientos aistantes en los suelos, calzado aislante y ropa de nylon, Para evitar estos accidentes ¢s preciso educar al personal sobre la electricidad y sus peligros, revie sar con frecuencia los aparatos eléctricos y circui- 108, asi como adoptar medidas protectoras gene- sales (toma de tierra, interruptores diferenciales, tension de seguridad y scparacién de circuitos). La formacién de cargas estiticas es dificil de evi- tar, dependiendo su control de la forma de inere- mentar el grado de pérdida, Las explosiones, cuyas areas con mayor riesgo son los laboratorios, quiréfanos y salas de calde- ras, Para su prevencion los productos inflamables © susceptibles de explotar deben estar convenien- temente sefalizados y almacenados, Los traumatismos y heridas, en eaya presenta- cién influyen de modo importante la fatiga fisica (inal de la jornada, salida de una guardia); las ca- racteristicas arquitectonicas del hospital, servicio, categoria profesional (lesiones por sobreesfuerzo al Jevantar peso en enfermeras 0 auxiliares de cl nica); grado de entrenamiento y cualificacion profesional, y caracteristicas del trabajo (proble- mas derivados de la postura). ‘Tambien hay, aunque parezca chocante, riesgo de trauma sonoro en el hospital, ya que la lesivi- dad del ruido no depende exclusivamente de sus propias caracteristicas (intensidad y caden sino también del Ingar de exposicidn y de facto. res personales del sujeto expuesto, Si bien con mucha mayor frecuencia lo que origina es difi- cultad de concentracién, alteraciones de cardcter ¢ itritabilidad. Los dentistas, cirujanos maxilofa- Giales, traumatélogos, cirujanos ortopedas y oto- rrinolaringdlogos son los profesianales sanitarios, ‘mas expuestos, La insonorizacién del hospital, Feparaci6n répida de averias, uso de calzado de suela blanda, sordinas en alarmas y teléfonos, aislamiento de Jos pacientes ruidosos y limita: cion de las conversaciones entre personal y pa- ciente con dificultades de audicién son algunas de las medidas propuestas para disminuir el rui- do ambiente en fos hospitales, recomendandose en Estados Unidos no sobrepasar en salas de hos- pitalizacién los 45 dB durante el dia y Jos 35 dB dusanie la noche. Las radiaciones ton antes son uno de los ries- g08 mejor conocidos, y frente a ellos se han adop- lado importantes medidas preventivas que hacen ‘que los profesionales de las radiaciones apenas ‘engan ricsgos, senda éstos mayores en consulto- rios y pequeias clinicas privadas, donde no se han adoptado las medidas de seguridad, asf como por Ja utilizacion de las radiaciones fuera det de- partamento de radiologia (quir6fanos, traumato- logia, pediatria), El personal no profesional de las radiaciones (traumat6logos, pediatras) es el que tiene actualmente mayor riesgo y en el que ¢s po- sible ver todavia radiodermitis y cancer cutdneo. La radioscopia, reduccidn de fracturas, biisqueda de cuerpos extrafios y cateterismos bajo control radioscépico son las operaciones mas peligrosas. Las radiaciones no ionizantes, a las que puede cexistir exposicién hospitalaria, son las radiacio- nes ultravioleta, rayos lser, campos magnéticos y radiofrecuencias. Si bien tebricamente pueden producir efectos sobre la salud, en la practica el riesgo es insignificante. Al uso de pantallas de vi- sualizacidn se han asociado fatiga visual, trastor- nos musculoesqueléticos y alteraciones psicalogi- cas que pueden Hevar al teenoestrés. Riesgos quimicos En Jos hospitales se utilizan gran cantidad de sustancias quimicas, unas conscientemente y otras muchas sin tener conocimiento de que las estamos manipulando, pudiendo un buen niime~ ro de ellas ocasionar irritaciohes, sensibilizacio- nes alérgicas, dafio sobre diversos érganos, mal- formaciones congénites, mutaciones € incluso cancer. El eczema alérgico profesional es uno de los rocesos mas frecuentes entre el personal sanita- rio, especialmente enfermeras, ayudantes de ciru gia y otros auxiliares, personal de laboratorio, dentistas y técnicos dentales; esto es debido al contacto repetido con productos quimicos, medi- camentos, anestésicos y antisépticos (tablas 3 y 4) TABLA 3 Productos quimicos mas frecuentemente responsables del eczema de contacto en personal de laboratorio limoieze. inseién de ereatinina), Dicromato potésiet Acido pieriao (deter Coloforia, Fenihidracina (determinacion de oxezonas an orina), Nitzeto de mercurio (determinacién de clorernia) Timol (pruebas hepéticash. Hidroquinona (reveladon, Sulfato de p-meti-amino-fenol {revelador} Amonios custernarios, Neranja ce metilo (oH). Dintroclorebencenc, Dinitrofluorobenceno, Riesgos del trabajo de! personel saritario. Concepto, importancia y clasificacién 3 TABLA 4 Productos quimicos més frecuentemente responsables del eczema de contacto ‘en dentistas y técnicos dentales Monémenos acrficas sin curar. Anestésicos locales (procaine, benzocains..) Antisépticos. Aceites esensciales (eugenol, bélsamo de Peri, esencia de evealipto). Formaldehido. Resinas epoxi Pasta pera impresiones dentales. Mercuri, Niquet. y alos frecuentes lavados y cepillados de manos y antebrazos. Entre el personal de traumatologia no es infre- cuente el «sindrome de las manos secas» debido a la manipulacion de yeso. Gran interés han despertado tiltimamente los posibles efectos de una tesina aorilica, el metil> metacrilato, utilizada para la mamufactura de. dentaduras, aparatos para sordos y como cemen- to en cirugta ortopédica. Se ha descrito eczema alérgico de contacto de manos de odontdlogos, cirujanos y enfermeras que preparaban cemento para prétesis dseas, Dado gue el metilmetacrilato puede atravesar los guantes de lstex, se reco- tienda para su manipulacién el uso de guantes de caucho de butilo, ‘También se han descrito efectos generales por ta inkalacion de vapores t6xicos con monémeros liberados al aire del quir6fano durante las etapas de mezelado y colocacién del cemento, caracteri- zados por cefalea, néuseas, trastornos gastrointes- tinales, y anormalidades en las enzimas hepéticas La OSHA ha establecido un TLV de 100 ppm Sin embargo, esos efectos son infrecuentes, ya que durante ia colocacién de una prdtesis de ca- dera, la concentracién de metilmetacrilato en el aire del quiréfano, tras alcanzar un pico de 277 ppm, desciende répidamente pasando 2 menos de 10 ppm a los 11 minutos. Se ha seitalado que los freones (sobre todo el diclorofluorometano y el triclorofluorometano), utilizados como propelentes de muchos sprays usados para el recubrimiento de la herida quirdir- gice, pueden favorecer Ia presentacidn de arrit- ias cardiacas, sumando sus efectos a la acciéa irritante sobre el miocardio de los gases anestési- 03, por la exposicién simultinea a ambos pro- ductos. De las numerosas sustancias que se utitizan en los hospitates y cuyos efectos nocivos para la sa- lud son conoeidos, como glicoles, benzol, xilo, tulueno, etc. merecen especial atencién el glutar- aldehido, formol y dxido de etileno (utilizados para la desinfeccion y esteilizacién), los citastati cos y los gases anestésices, Riesgos bioligicos La hepatitis B era hasta hace poco tiempo la enfermedad infecciosa profesional més impor- tante del personal sanitario, siendo el riesgo de adquitirla mas elevado en Ios primeros aos de ejercicio profesional y en aquellos servicios en los que es frecuente el contacto con sangre, Hoy su importancia ha disminuido mereed 2 las eficaces ‘medidas de prevencion existentes, barreras fsicas (guantes, agujas y jeringuillas desechables), qui- micas (hipoclorito s6dico, glutaraldehido) ¥ bio- ogicas (gammaglobulina hiperinmune y vacu- nas). Su lugar fa venido @ ocuparlo la hepatitis Cy el SIDA. Recientemente se ha sefialado también el posible riesgo de hepatitis A en dentistas y en- fermeras de pediatria Dentro de las enfermedades bacterianas cabe destacar la tuberculosis pulmonar, cuyo mayor riesgo estriba actualmente en la exposici6n a pro- Guctos patologicos de enfermos ingresados por procesos en los que no se sospecha la tuberculosis. EI riesgo es elevado en anatomopatélogos y fo- renses. La rubéota es introducida en el hospital de for: ‘ma constante ¢ inadvertida, siendo el despistaje scrolégico del personal femenino en edad fértil y Ja vacunacién de las susceptibles, las medidas preventivas mas adecuadas para evitar esta infeo- cidn, Menor importancia tienen el sarampidn, 10s ferina, parotditisy virus respiratorio sincitial. EL personal de pediatria, obstetricia y laboratorio Ge serologia y microbiologia es ef mas expuesto a estas infecciones, No es infrecuente la presentacion de brotes de ‘queratoconjuntivitis epidémiea, producida por adenovirus, en consultotios oftalmolégicos y puestos de primeros auxilios en donde se admi- nistren tratamientos para traumatismos oculares. El herpes simple ocasiona panadizo o paroni- ‘quia _herpética, especialmente en enfermeras y médicos de UCI, anestesia y odontologia, ex- puestos a pacientes con sccreciones orales infec tadas. El riesgo de infecci6n por los virus varice- la-zoster y citomegalovirus es bajo en el personal sanitario, si bien deben tomarse medidas preven- tivas, fundamentalmente con relacién a los titi- ‘mos, en gestantes, La erradicacién mundial de la viruela, en tanto existan virus en colecciones, no excluye la posibi- lidad de su adquisicién en el Iaboratorio y la sub- siguiente propagacién hospitalaria. En tanto unas enfermedades infecciosas son erradicadas, otras vienen a ocupar su lugar como Ja enfermedad de los legionarias, que puede transmitizse en los hospitales @ través del aire acondicionado y aerosoles producidos por grifos y alcachofas de duchas; la enfermedad de Mar- ‘burg, por manipulacion de sangre y tejidos de monos verdes infectados: ta fiebre de Lassa; y, fi- nalmente, el SIDA, frente al que existe una gran 10 Riesgos del trabajo del personal senitario sensibilizacion tanto de la_poblacidn general como del personal que trabaja en los hospitales, acrecentada al descubrirse la existencia de porte. ores asintomiticos. del fendmeno «ventana», y aislarse el virus en saliva, Kégrimas y lentes de contacto. Sin embargo, la posibilidad de transmni- sign del virus por estas via es excepcional, sien- do la inoculacion de sangre el mecenismo de transmisiGn en los profesionales sanitarios. Las norms de prevencion son bisicamente idénticas a las de la hepatitis B. Riesgos psiquicos Diversos estudios han confirmado que el alco holismo, drogadiccién, depresién y visitas al psi- quiatra son mas frecuentes entre Ios médicos que en el resto de la poblacién, Las situaciones de ex- eso de trabajo, estrés y ansiedad, junto al fécil acceso a las drogas, condicionan su mayor uso por el personal sanitario. La tasa de suicidios es centre los médicos de dos a tres veces superior a la de la poblaciGn general. También es mayor entre Jos médicos Ia insatisfaccion matrimonial y se- xual, no siendo, sin embargo, mds frecuente el divorcio, E] trabajo puede ser morbigeno para el indivi- duo por factores que dependen de él mismo (per- sonalidad, existencia de conflictos, etc,), del am- biente de trabajo (como se establecen las relacio- nes en el grupo), de sus caracteristicas (no agra: dable, alienador, etc.) o de su ritmo, turnos ete. Los cambios de turno labora! originan proble- mas tanto personales (insomnio, irritabilidad, dispepsia...) como de relacién familiar (alteracio- nes de la orgenizacién doméstica) y social (ma- yor aislamiento y menor participacién en activi- dades colectivas). El trabajo nocturno se realiza en situacién de desactivacidn, que exige un doble esfuerzo, ocasionando mayor fatiga; ademés ésta no se elimina totalmente, ya que el sueno de dia es menos reparador, lo cual lleva @ una situacién de fatiga crénica El trabajo en unidades de alto riesgo (UAR) como servicio de urgencia y UCI, donde se com- bina una gran responsabilidad y una continua disponibilidad a las necesidades de los enfermos, es altamente estresante y agotador, ya que tam- poco permite relajarse durante las pausas y perio- dos de ocio. Este estrés emocional esta caractesi zado por trastornos psicosomaticos, reacciones vivenciales anémalas, neurosis de cardcter y de otros tipos, depresiones ¢ incluso abandonos pro- fesionales. Si bien el hecho de enfermar 0 no va a depender de la significacién de la situacion ee esirés para cada sujeto y de los recursos con que éste cuente para enfientarse a ella Riesgos sociales Dentro de este epartado incluimos las agresio- nes al personal de salud, que pueden ser verbales (las mas de las veces), fisicas o legates (demandas por mala préctica). La mala practica podemos definiria como una prictica profesional inhabil o impropia, que pue- de generar en muchas ocasiones demandas judi- ciales, civiles 0 penales, teniendo estes dtimas mayor interés y trascendencia préctica para el meédico, ya que, como sefiala Martinez-Berganza, la responsabilidad penal es estrictamente perso nal (la civil la cubren los seguros), conileva una pena de mayores consecuencias (incluso la priva- iGn de libertad, en tanto la civil se conforma con la indernnizacién) y ademds leva aparejada la responsabilidad civil. Finalmente, la via penal os preferida por Ia mayoria de los demandantes, por ser més barata para ellos, mas coercitiva para el meédico y més répida procesalmente que la via ci- vil. Debido a todo esto, las demandas penales son las mas frecuentes. La teoria legal a la que con mayor frecuencia se recurre es la de negtigencia, que implica la existencia simultinea de una conducta irmpru- dente del médico (ya sea por impericia o negli- gencia), no acorde con los deberes de cuidado que tiene la obligacin de prestar al enfermo, y de Ja que se derivé un dao para la salud o inie- gridad corporal del paciente, siendo posible de- ‘mostrar el nexo causal entre conducta negligente y dato, Otra teoria tambien utilizada es la del incum- plimiento de contrato (cada vez mayor numero de tribunales reconocen que un paciente efectia un contrato con su médico para conseguir un re- sultado especifico, y que los conflictos que deri- ven de este acuerdo pueden ser objeto de un plei- to contractual) Con mucha menor frecuencia se basa la de- manda en la teoria de fa aceptacion de los riesgos conocidos (ceber del personal sanitario de adver- tir a sus pacientes sobre los riesgos materiales de Ja pauta terapeutica propuesta). La prevencién de estos riesgos debe dirigirse en tres direcciones, 1, Las autoridades sanitarias deben evitar to- das aquellas situaciones de planificacién, tanto de recursos humanos como de aparataje, que puedan dejar lagunas en la asistencia de los en- fermos. 2. Educar a Jos ciudadanos sobre lo que debe reclamarse, 3. El médico debe: a) Conservar los registros, procurando una historia clinica completa que re- coja la actitud del enfermo en relacién al trata- miento y las exploraciones diagndsticas, b) Man- tener una relacion médico-paciente adecuada. ¢) Informar al enfermo de los efectos secundarios y complicaciones previsibles de las exploraciones diagnosticas y tratamiento. d) Intentar establecer Ja causa de cualquier anomalia o sintomatologia que manifieste el paciente. e) Informar por escri to de cualquier irregularidad observada en las Riesgos del trabajo del personal sanitario. Concept, importancia y clasificacion 11 instalaciones o en ta utilizacién de los aparatos 0 instrumentos médicos. /) No asumir la responsa- bilidad del tratamiento de pacientes cuya enfer- medad sobrepase sus conocimientos (Martinez- Berganza), También se ha sefialado la conveniencia del re- forzamiento del juicio eritico profesional a fin de incrementar el nivel de calidad de la prictica mé- ica, Utilizando para ello gabinetes de revision de casos, integrados por profesionales médicos que offezcan una evaluacién profesional ¢ inde- pendiente del trabajo del médico, con cardcter éstrictamente confidencial, En nuestro pais el miimero de denuncias por ‘mala practica, si bien no ha alcanzado el nivel de otros paises, es indudable que va en aumento. COLECTIVOS MAS EXPUESTOS Los diversos eolectivos de profesionales sanita- rios estan particularmente expuestos a determi- nados riesgos segin su categoria profesional, es- pecializacidn o lugar donde ejercen su trabajo, El personal de enfermeria esté mas expuesto a traumatismos y lesiones por levantamiento de enfermos encamados, siendo, en este sentido, el trabajo mas arduo en las salas de ortopedia que, por ejemplo, en oftalmologia 0 neurologia. Esto, unido al rigor del cuidado del enfermo, y acen- tuado por el cambio de turno, puede ser respon- sable de un elevado nimero de ausencias por en- fermedad de corta duracién, Una encuesta realizada en Estados Unidos ha puesto de manifiesto que el 27% de los trabaja- dores masculinos y el 16 % de los femeninos tra- bajan en tumos rotatorios que probablemente se mantienen durante toda su vida laboral. Clarkey y Hussey observan en hospitales ingle- ses que las personas que trabajan de noche tienen mayor absentismo que las que lo hacen de dia, y las de maternidad mas que las de enfermeria ge- neral La administracién de medicamentos conlleva riesgos de sensibilizacion alérgica (antibidticos) y aumento de la actividad mutagénica (citostati- 08). El contacto con gran cantidad de sustancias quimicas y el frecuente lavado de manos condi- cionan uria mayor frecuencia de eczemas. El riesgo infeccioso es también mayor en este colectivo, teniendo gran importancia en la actua- Tidad ta hepatitis Cy el SIDA, asociados al fre- cuente contacto con sangre (microinyecciones, cortes 0 pinchazos con instrumentos contamina- dos con sangre). Asimismo, es también més frecuente en enfer- meras de UAR el estrés emocional EL personal médico esta altamente expuesto a leadiccion a alcohol y drogas, depresiones y neue rosis, debido a fracasos terapéuticos, dificultades diagndsticas, muerte de pacientes jovenes y rup- tura de la vida familiar. EI riesgo de suicidio es muy elevado, ocupando los primeros lugares psi- quiatras y anestesistas Los odontélogos, ademas del riesgo infeccioso y de heridas, estan expuestos al ruido, rayos X, zases anestésicas y sensibilizaciones e irritaciones ciitaneas por nurnerosas sustancias quimicas, en- tre las que cabe destacar el mercurio procedente de las amalgamas dentales, Puede disminuirse cl nivel de mercurio en ef aire almacenando la amalgama en recipientes cerrados y mezclando Ia amalgama fresca debajo del guido en una cé- mara de extraccién de gases. La prevencién det riesgo infeccioso (hepatitis Cy SIDA) por estos profesionales pasa por la rea- lizacin, antes de iniciar la atencién del paciente, de una sencilla historia clinica con el fin de averi- guarssi tiene antecedentes infecciosos, asi como el uso de guantes, lavado de manos (con un jabén de arrastre o un desinfectante, segiin los €asos), uitilizacion de mascarlla quirdrgica e incluso ga- fas protectoras, desinfeccion o esterilizacién, del ‘material que no puede ser desechado y manipu- lacién cuidadosa del material cortante y punzan- te para evitar accidentes. Todo ello ademas de las medidas de profilaxis de disposicién especial- mente frente a la hepatitis B, mediante la vacu- nacién. EI personal de laboratorio tiene un elevado riesgo de accidente. En una investigacion de 2159 accidentes en 96 Jaboratorios entre 1970 y 1974, en Francia se observe que el 13.5% del personal habia tenido un accidente durante los cinco afos del estudio. Los problemas cutdéneos también son impor- tantes en ef Laboratorio, Rycroft (1980) refiere que el 20 % del personal de Laboratorio tiene pro- blemas cutaneos, aunque s6lo la tercera parte son verdaderamente ocupacionales. Los factores ocu- pacionales incluyen irritantes como los antisépti C08, Acidos, alealis y alergenos. El formol es un sensibilizante cuténeo, y puede causar asma en individuos susceptibles, estando especialmente expuestos los anatomistas y embalsamadores, tras dreas con especial riesga son tos quirdfe- nos (explosiones, aecidentes eléctricos, riesgo in- feocioso, exposiciGn a gases anestésicos), unida- des de alto riesgo (riesgo infeccioso, estrés emo- cional, fatiga), salas de infeociosos y central de es- terilizacién (Oxido de etileno y explosiones), Pero no solo el personal sanitario, sino tam- bign el no sanitario, est4 expuesto a riesgos, si bien estos son comunes a otras actividades labo- rales, En las salas de calderas el ruido, calor y polvo pueden plantear serios problemas. El pes- sonal de mantenimiento puede estar expucsto al asbesto, El personal de lavanderia y limpieza, a los agentes limpiadores, desinfectantes y material infectado, 12 Riesgos del trabajo del personal sanitario BIBLIOGRAFIA, |. Collins, C. H. «ln perspective: Laboratory-associa- ted infections». 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