sino que entra de nuevo a la habitacién. Perpleja, Berenice
repite la operacién un par de veces mas obteniendo el mismo
resultado. Esta dentro de la habitacién, en presencia de
Fenicia, pero para la huésped ella no existe.
Ignorando por completo a Berenice, Fenicia se quita el
vestido de bafio, quedando desnuda. Berenice se voltea,
avergonzada. Fenicia se mete a la ducha
Berenice va al closet, lo abre y mira la urna. La toma, la
destapa y le susurra.
BERENICE
Siento mucho lo sucedido. No era mi
intencién molestar. Por favor, déjame
salir.
Berenice escucha que la ducha se apaga indicando que Fenicia
ya va a salir del bafio. Berenice pone la urna de vuelta en la
repisa del closet, cierra el closet que se vuelve a abrir, y
camina sigilosamente hasta la puerta, la abre, sale y vuelve
a entrar al cuarto justo a tiempo para ver a Fenicia pasar
caminando desnuda hacia el cuarto, mientras amarra una toalla
a su cabeza. Fenicia se sienta en la cama y comienza a
sacarse el pelo. El timbre de su celular, dentro de su
cartera de playa interrumpe el momento. Con pereza, Fenicia
se pone de pie, va hasta su cartera y saca su celular. Al ver
en la pantalla el nombre de contacto "amor de vida", suspira
con cansancio y contesta
FENICIA
Hola.
(PAUSA)
Si, bien. 2¥ ta?
(PAUSA)
No, bien.
(PAUSA)
Ya me las entregaron.
(PAUSA)
Llevarlas conmigo, supongo
(PAUSA)
No habia pensando en eso. é¥ si las
escondo en la maleta?
(PAUSA)
ZA la carcel por eso? Qué idiotez. Ni
que fuera coca.
(PAUSA)
Pues no sé. Algo tendré que hacer con
ellas. Con ella.
(PAUSA)
No sé cual seria su altima voluntadNo lo sé. Como ya te dije, llevabamos
tiempo sin hablarnos.
(PAUSA)
éMolesta yo? Mi madre se acaba de
morir.
(PAUSA)
Igual, es mi madre.
(PAUSA)
Bueno, es que esperaba que me
acompafiaras.
(PAUSA)
Te dije eso, pero no para que me
hicieras caso.
(PAUSA)
Idiota ta.
(PAUSA)
Jédete ta.
Fenicia cuelga, molesta. Unos segundos después, el celular
comienza a timbrar nuevamente, nuevamente “amor de vida"
Fenicia rechaza la llamada y apaga el aparato. Se acuesta en
la cama y se queda alli, desnuda, pensativa, mirando e
techo.
Berenice, quien le ha estado observando todo este tiempo de
pie en la puerta, se acerca y se sienta a observarle desde
una poltrona dispuesta para la lectura
Desde la cama, Fenicia vuelve 1a mirada hacia el closet y
observa la urna.
FENICIA
(Mirando la urna como si ésta le
reclamara)
Qué?
(PAUSA)
Logré todo lo que querfas; la carrera
perfecta, la pareja perfecta, la casa
perfecta... éQué més quieres de mi
(PAUSA)
2¥ ahora qué voy a hacer contigo? No
puedo llevarte conmigo. No puedo
botarte al mar. Td no querias ser
enterrada... éQué se supone que debo
hacer? éPor qué no te viniste a vivir
con nosotros cuando te lo pedi? A lo
mejor atin estarias viva. Vieja terca,
egoista, testaruda
Fenicia niega con la cabeza. La urna le mira nuevamente de
vuelta.FENICIA
Qué quieres? Si, ya sé que fui una
pésima hija, épero acaso no fuiste tt
quien me ensefié que si queria ser rica
jamés me juntara con pobres?
Fenicia mira a la urna sin obtener respuestas. La urna le
mira de vuelta con un silencio implacable. Fenicia niega con
la cabeza, se pone de pie, entra al bafio. Unos segundos
después, ante la mirada aténita de Berenice, sale con su
traje de bafio. Toma su cartera de playa, su sombrero y sale
nuevamente por la puerta, yéndose. Berenice corre tras de
ella para ver si logra escapar, pero al abrir la puerta y
salir vuelve a entrar
BERENICE
(De pie a la entrada de la
habitacion)
Maldita sea... Déjame salir
Berenice va al closet y le grita a la urna
BERENICE
Déjame en paz. Esto es un rollo entre
td y tu hija, y yo no tengo nada que
ver. Me haces el favor y me dejas
salir.
Berenice camina con decisién a la puerta e intenta cruzarla
nuevamente, en vano. Devastada se acuesta en la cama.
Desecha, repite maldiciones para si misma. "Maldita sea,
Berenice. Maldita sea, hotel de mierda. Maldita sea, aseo de
mierda. Maldita sea, vida de mierda. Etcétera. Lentamente sus
sollozos se van apagando hasta quedarse quieta, como
petrificada. Es entonces que algo nuevo sucede. Nuevamente el
viento agita la cortina y una brisa refrescante cae sobre
Berenice. La luz cambiante de la cortina en movimiento llama
su atencién. Berenice alza la cabeza y mirando hacia la
ventana, descubre a Carmela, una anciana de apariencia
humilde, pero digna, de pie ante la ventana mirando hacia la
piscina. En su rostro hay una mezcla de aforanza y
resignacién.
CARMELA,
La ves?
Lentamente, Berenice se pone de pie sin saber muy bien qué
hacer. Mira hacia la puerta, pero sabe que aunque lo intente
no podré salir.