You are on page 1of 189
’ 4) » 7} B ‘ IN ye ag Valu . G pe irs p Sx \ e NY @625.com CUENTOS EN TU TELEFONO e625 - 2018 Dallas, Texas e625 ©2018 por David Noboa Todas las citas biblicas son de la Nueva Biblia Viva (NBV). © 2006, 2008 por la Sociedad Biblica Internacional. Editado por: Virgina Bonino de Altare Disefiado por: JuanShimabukuroDesign llustraciones por: Joe Traghetti RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. ISBN: 978-1-946707-82-6 INTRO PARA PADRES El mejor salon de clase para los hijos es la relacion con los padres. Los mejores maestros son protago- nistas que traspasan los moldes tra- dicionales y los padres podemos convertirnos en esa clase de maes- tros que siempre abren las puertas de la imaginacion de sus estudiantes y aprendices. Los mejores maestros son visionarios, estrategas, sabios que aprendieron a hacer buenas preguntas y que asimilaron el sorprendente arte de crear mundos de la nada. Los ver- daderos maestros tallan suefios sobre piedras vivas y podemos ser de esos maestros dentro de casa. La mision con este libro de cuentos es encender la llama de la ilusion, crear con estos rapidos simulacros de vida un halo de esperanza, y brindar armas perpetuas a la siguiente generacion. Ezcaneado con CamScanner Mi anhelo con estos cuentos es que puedas cazar imagenes del alma, cap- turar emociones y sembrar momen- tos que ayuden a crecer a tu personita amada. Sé un interprete de infinitos personajes, practica tus gestos, canta, rie, suefia junto con él, la o los peque- fios que te han sido encomendados. En tus manos esta la esperanza de una generacion entera que espera las instrucciones para llevar la posta. No lo saben, pero lo intuyen. Ellos perci- ben que en el fondo hay algo mas que solamente historias y esas son las en- sefianzas. Siente las palabras del Eterno escon- didas en los escenarios y las vivencias de cada protagonista. Toma esas pala- bras y esculpe un espiritu recto en tu aprendiz. Ezcaneado con CamScanner jQué admirable, qué agradable es que los hermanos vivan juntos en armonia! Salmos 133:1 En medio del bosque, escondido de- bajo de unos matorrales, un ejército de hormigas rojas se disponia a traba- jar desde antes que saliera el sol. —Estamos a punto de terminar nues- tro nuevo hogar —grité el Rey de las hormigas con voz de trompeta—, pronto cada hormiga tendra su propio espacio para habitar en este grandioso hormiguero. —jVamos! jHop, al trabajo! jHop, al trabajo! jHop, al trabajo! —canturrea- ban las hormigas mientras marchaban a sus labores. En aquel ejército, habia dos hormigas fuertes y trabajadoras, pero un poco celosas. La primera se llamaba Pacien- te, y siempre se levantaba mas tem- prano para ganar los primeros lugares en el servicio. Serena, su compafiera, cargaba mas peso para hacer su traba- jo en menos tiempo. Sin embargo, como dicen por ahi, los celos sin control pueden traer un mal peor. Un dia Paciente salid temprano, como siempre, para ganarles a las demas hormigas y poder estar en las primeras filas del servicio. Lo que no esperaba era encontrar a Serena que esa mafia- na decidié madrugar. —jEpa!... gcdmo es posible? —dijo Pa- ciente, indignada-, yo siempre llego antes. —jHummml... asi es la vida —espon- did Serena con viveza—, esta vez yo he Negado primero. Esas palabras no fueron del agrado de Paciente. Se propuso tomar muchas ramas y cargar mas del peso que nor- malmente llevaba, solo para ganar a Serena. Ambas, encendidas en celos, se Ezcaneado con CamScanner dedicaron a competir la una con la otra. Mientras todos construian su parte del hormiguero, Paciente y Serena no dejaban de discutir. La una se ponia delante de la otra en la fila o force- jeaban por ver quién hacia tal o cual trabajo. Los celos crecian y las peleas continuaban. Serena y Paciente se encontraban todos los dias para acu- sarse entre si... —éCon que crees que eres mejor? — dijo Paciente desafiando a su compa- fera con los pufios—; tu ni siquiera puedes levantar tanto peso como yo. —éTanto peso? jJa! —contesto Serena con altivez—, ni siquiera puedes levan- tar el peso de una hormiga. Y mientras esto pasaba entre estas dos celosas, el resto de hormigas conti- nuaba el trabajo y, como era de espe- rarse, lo hicieron muy bien juntas. —jHop, al trabajo! jHop, al trabajo! jHop, al trabajo! —entonaba a una sola voz el ejército de hormigas. —jHop, a la tierra! jHop, a las ramas! jHop, al muevo hormiguero! Hasta que al fin culminaron la obra. —Estimadas hermanas, jal fin hemos terminado! —anuncié el Rey—. Cada hormiga que ha trabajade en esta col- mena tendra su espacio seguro dentro de ella. Paciente y Serena fueron con rapidez a la fila para recibir su premio: una cueva propia dentro del hormiguero. Empu- jandose y tropezandose Ilegaban las dos hormigas que ahora eran enemigas. —jHey!, justedes dos! —gritd el Rey de las hormigas a Serena y Paciente—, no tan rapido. Ustedes no tienen un es- pacio. —éCdmo? —levantd su voz Serena arrugando su rostro de asombro. —Pero... jamado Rey! —intervino Pa- ciente fingiendo no estar molesta—, nosotras hemos trabajado mucho mas que el resto de las hormigas. —jEstan muy equivocadas! —asegurd el] Rey moviendo su cabeza descon- tento—, gno han visto lo que ustedes han construido? jMiren! Ambas miraron hacia un par de mon- ticulos de tierra desorganizada fuera del hormiguero: tenian algunos hue- cos de entrada y otros de salida, pero no habia en ellos ninguna cueva que sirviera para poder habitar alli. En su competencia de celos nunca se die- ron cuenta de que no colaboraron en nada para el hormiguero. Las dos celosas empezaron a culparse delante del Rey, lanzandose insultos. Estaban a punto de golpearse: Pacien- te habia perdido la paciencia, y Serena estaba de lo mas alterada... hasta que el Rey hablo: —Paciente, eres una hormiga ejemplar, pero cuando los celos te dominan te vuelves impaciente y pierdes la paz. Paciente bajé lentamente los brazos que estaban a punto de dar un golpe y oculté su rostro con mucha ver- giienza. —Serena, eres una hormiga muy tra- bajadora, pero cuando el enojo te do mina te dedicas a competir de forma desleal y pierdes el control sobre ti misma. Serena bajo su cabeza, miramdo de reojo a Paciente. Ambas lo habian perdido todo. —Afortunadamente —exclamo el Rey mirando sus rostros arrepentidos-, el resto del ejército hizo algunas vivien- das extra. No lo merecen, pero son parte de la familia. jEntren al hormi- guero! Paciente y Serena aceptaron el regalo avergonzadas, pues no habian trabaja- do para obtenerlo. Ambas aprendieron la siguiente leccién: “Los celos sin control pueden traer un mal peor”. —jHop, a la casa! jHop, a la cueva! jHop, al nuevo hormiguero! —canta- ron todas las hormigas juntas, como una gran familia. DIALOGA CON TUS HIJOS » Qué actitudes negativas pudiste ver en Paciente y Serena? » ¢En qué se parecen sus reacciones a las de los seres Lie ELOKeg » Qué piensas de la decision del Rey? scaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner Si, esfuerzate y sé valiente, no temas ni desmayes, porque Jehova tu Dios estara contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9 En la rama mas alta de un frondoso arbol, se erguia con orgullo un regio buho blanco. Todas las aves le tenian respeto, pero no por su sabiduria ni sus modales, sino por miedo. Trataba con desprecio a todas las aves que se acer- caban, pues él consideraba que eran inferiores. Se creia el rey del lugar. Nadie conocié jamas su verdade- ro nombre porque desde que llegé al bosque exigid a todos que le llamasen “Campeon”. Existen buhos de todos los tamajyios y colores, pero a Campeon no le impor- taba pues él se creia el mejor y el mas grande de todos. Un pequefio buho marron llegé has- ta el bosque ese dia. Tan minusculo era, que apenas media la altura de un ala de Campeon, y como todavia no dominaba el arte del vuelo, se convir- tid en presa facil para el abusivo buho blanco. -Y tu... gquién eres? —preguntd Cam- peon amenazante—. gNo sabes que todos los nuevos vecinos deben pre- sentarse ante mi? —Me llamo Willy, sefior. —jLlamame Campeon!, muchacho atrevido —reclamé el iracundo buho blanco—. jéNo sabes que antes de an- dar volando por ahi debes pedirme permiso?! —Lo siento sefior Campedn —respon- dio la debilucha ave-, no lo sabia. Es que apenas estoy aprendiendo a volar. —éAh si?... ija! A eso lo quiero ver! — dijo burlandose—. Desde mi arbol na- die aprendera a volar. Campeon siguid de cerca al pequerio buho gris para presenciar sus flojos intentos de emprender el vuelo. Cada vez que intentaba levantar sus alas, Campeén aleteaba a su costado obli- gandole a caer. Asi lo hizo cinco ve- ces. —éQué? ¢Acaso nunca te vas a rendir? —interrog6 Campeon con su habitual sarcasmo riendo a carcajadas—. ¢No puedes ver que es inutil? —élnutil? A mi me han ensefiado que ningun intento esta de mas y que cualquier cosa es posible para el que de verdad quiere lograr algo. —jJajaja!, pues a mi la vida me ha en- sefiado que unos son fuertes, como yo, y otros son debiles como tu. Esa realidad no la puede cambiar nadie. —Es cierto sefior Campedn, algunos son mas fuertes, pero eso no quiere decir que sean invencibles. Con esas palabras, Willy intenté una vez mas emprender el vuelo, pero otra vez Campeon agité sus alas para ha- cerlo caer por pura diversion. Mientras Ezcaneado con CamScanner Campeon se reia sin parar, el pequefio Willy se levanto de nuevo y se prepa- ro para levantar sus alas. Para enton- ces muchas aves se habian amontona- do para presenciar el desafio de este pequefic buho contra el abusivo de Campeon, que siempre habia encon- trado con qué molestar a todas las aves del lugar. —jRindete de una vez, enano! —se burléd Campeon-, todos aqui te lo di- ran, yo jamas me rindo. —jPues yo tampoco! —contest6 desa- fiante el pequefio Willy—. La verdadera fuerza no esta en las grandes alas sino en la valentia y la motivacion. —éAh si? jJajajajaja! —rio Campeon descontroladamente—. Dime, pues... écual es tu motivacion? —Es mi padre que me esta mirando ahora mismo. Campeon encegié las alas admirado de la respuesta, pues no habia vis- to a ningun otro buho cerca. Gird Ezcaneado con CamScanner completamente su cabeza sin mover su cuerpo, como lo hacen los buhos. Miro con sus redendos ojos, primero para un lado, luego para el otro, pero no vio a nadie. Las aves que estaban alrededor pre- senciando todo empezaron a reir sin parar, al principio unas cortas risillas atascadas, pero luego grandes risota- das despreocupadas se escucharon con frenesi en todo el bosque. Cuando Campedon levanté la mirada hacia atras, sus ojos redondos se hi- cieron grandes como planetas. Se ha- bia percatade de la presencia de un majestuoso buho marron muy cerca de él. Tenia al menos el doble de su tamafio, y nunca lo vio pues lo habia confundido con el tronco de un arbol. El ave se irguid imponente inflando su pecho con autoridad. Ni siquiera tomd en cuenta al despotico pajaro que ha- bia estorbado a su cria; solo se dirigid a Willy con las palabras mas apacibles que encontro. Ezcaneado con CamScanner —No te preocupes, Willy —dijo el gran buho marron en total calma—, levan- tate otra vez, yo estaré contigo a don- de quiera que vayas. Solo esfuérzate y sigue siendo valiente. Campeon tuvo que agachar la cabe- za y salir volando a molestar a algun otro. Willy aprendio a volar en poco tiempo, pero su leccién mas valiosa fue saber que no todos los que son grandes necesariamente son mas fuer- tes, y que ser valiente es mucho mas que ser grande. DIALOGA CON TUS HIJOS. POR ie mmc re AGN merece que Dios siempre estara alli (Cola (Or4 PCOS Cee) aquellos que te menospre- cian o maltratan? EL CUADERNO l \ Ezcaneado con CamScanner De lo alto nos viene todo lo bueno y perfecto. Alli es donde esta el Padre que cred todos los astros del cielo, y que no cambia como las sombras. Santiago 1:17 En una repisa olvidada de una tienda, un cuaderno Ileno de hojas blancas esperaba que alguiem quisiera usarlo para algo. Eran mas populares los cuadernos con lineas y cuadros, pero este cuaderno sin limeas no era atractivo para nadie. —A ti nadie te quiere —insinud el cua- derno alineado—. Es légico que todos quieran buscarme porque mis lineas son utiles para todos, en cambio, tu eres un inutil. —jEs cierto! —afirmé el cuademo cua- driculado-. Las lineas o los cuadros servimos para algo, pero tu sin lineas no eres nada. Ezcaneado con CamScanner —Un cuaderno es un cuaderno —ale- go indignado el pobre cuaderno sin lineas—. Al final, los que deciden eso son los que vienen a comprar. Alguno de ellos seguramente me querra. Llego el tiempo de ventas y los pa- dres venian de todo lugar a comprar cuadernos para sus hijos. Los nifios y nifias corrian a probar todos los cua- dernos disponibles y escribian en ellos. Sin embargo, al pobre cuaderno sin lineas nadie lo queria. Por mas que abria sus paginas y las agitaba como aspas, nadie lo tomaba en cuenta. —Es mejor este cuaderno —afirmé un nifio—, aqui puedo escribir sin que las palabras se vayan muy abajo o muy arriba. —A mi me gusta mas este otro que es de cuadros —dijo esta vez una nifia—, aqui puedo escribir un numero uno debajo del otro y todo queda perfecto. Lleg6 una sefiora esperando comprar un cuaderno para su hijo pequefio Ezcaneado con CamScanner que apenas iba a aprender a escribir. Esa puede ser la persona que me com- pre, pensd el cuadernillo que nadie tomaba en cuenta. —Puede usted llevarse el cuaderno de cuatro lineas —recomendé el ayu- dante—, es el mejor cuando se quiere aprender a escribir. Y asi, todos los cuadernos eran pedi- dos y vendidos, pero no aquel cuader- nillo olvidado que no tenia lineas ni cuadros ni ningun otro atractivo. Resignado a nunca ser util para nadie, se dejé caer en una mesa escondida en un rincon de aquel lugar. Alli per- manecio por muchos dias, estropeado por los nifios, algunos arrancaban sus hojas y otros solo hacian feas man- chas de colores en ellas. Esa tarde, mientras su mama hacia unas cuantas compras, una nifia de unos siete afios se acercd hasta donde estaba aquel cuaderno despreciado. Ezcaneado con CamScanner Ella lo vio, le quité algunas manchas, repar6 las hojas que se habian do- blade y arreglo su cobertura. Luego, tomo un par de lapices y se puso a di- bujar. La nifia lanzaba trazos como si fuera una experta: delicadas lineas curvas, algunas largas, otras cortas, algunas en forma de sombras y otras que pa- recian traer luz. Al principio el cuader- no sin lineas se sintid extrafio, pero en unos pocos segundos supo que estaba en buenas manos, aunque aun no po- dia ver lo que aquella nifta estaba es- cribiendo en sus paginas. —ZéQué letras son estas? —se pregun- to el cuaderno en blanco—. jNo logro descubrir este idioma! Cuando ella termin6, al fin se pudo ver la hermosa figura delineada en toda la pagina. Era un paisaje calma- do con muchos arboles y flores. En el centro habia un caballo galopante que parecia estar vivo. Dibujo flores lenas de rocio y una delicada Iluvia que caia sobre el bosque. El sol parecia ocultarse en aquel dibu- jo pues ya empezaba la noche y algu- nas estrellas se asomaban timidas so- bre el firmamento. Varios nifios y niftas notaron la ha- bilidad de esa muchacha para hacer aquellos trazos. Todos empezaron a pedir como locos algunos de aquellos cuadernos sin lineas donde se podia escribir en este nuevo lenguaje. —jHey, nifia! —exclamo el cuaderno dirigiéndose a la pequefia artista—, écomo se llama este lenguaje que has escrito en mis paginas? La nifia respondié con una sonrisa de satisfaccion. —Se llama “dibujo”. Ezcaneado con CamScanner DIALOGA CON TUS HIJOS. » © ZCual era la habilidad de Ja nina? ¢Cual era la habili- dad del cuaderno? » © Para que piensas que acer oie » © Qué hace Dios con tus verdaderas habilidades? scaneado con CamScanner EL TORDO NO ESTABA SORDO Ezcaneado con CamSeanner No digan malas palabras, ni tengan conversaciones tontas, ni hagan chistes groseros. Todo eso esta fuera de lugar. En vez de actuar asi, sean agradecidos. Efesios 5:4 La ventana de la casa de Adriana siempre estaba abierta. Hace un par de meses un pajaro renegrido entré sin preguntar para picotear los granos que ella habia dejado sobre la mesa. Era un tordo, un ave pequefia pero muy inteligente. Cada mariana, justo cuando la luz del sol empezaba a bajiar la ventana, el tordo entraba para buscar la primera comida del dia. Ella, como buena ama de casa, le daba la bienvenida y con- versaba con el ave, aunque ésta nunca respondia. —jHola pequerio! —saludaba Adria- na como cada mafiana—, {como has Ezcaneado con CamScanner amanecido hoy? Adelante, puedes co- mer lo que encuentres. El tordo no decia nada, ni un pio, ni un solo movimiento de su cabeza, ni siquiera un gesto que le diera a Adria- na la oportunidad de saber que el pa- jaro habia escuchado su saludo. Bus- caba con frenesi los granos y se los engullia con rapidez para luego salir volando apresurado. Adriana pensaba que el tordo estaba sordo porque no respondia a su sa- ludo, sin embargo, ella nunca para- ba de hablar. Mientras el ave estaba alli, Adriana le preguntaba mil cosas al tordito, que solo buscaba algo para comer. El se habia convertido en su unica compafiia matutina. Las vecinas que pasaban cerca de la casa de Adriana miraban al ave con menosprecio y ella escuchaba las pala- bras que venian de aquellas malinten- cionadas sefioras. —Pobre ave, oscura y desplumada... éde donde la habra sacado Adriana? — decia su vecina de al lado. —Debe ser su mascota rescatada de al- gun basurero, jjajajaja! —reia a carca- jadas la sefiora que vivia en la casa de enfrente. —Esas dos son iguales —acotaba otra sefiora que vivia en la misma calle—, oscuras, con las plumas quemadas y comiendo de los basureros, jjajaja!, Aunque ella sabia lo que decian sus vecinas, se hacia la sorda, al igual que su pajaro. Ella sabia que era inutil dis- cutir con personas de esa clase. Cierto dia, un afamado fotdgrafo pa- saba por aquel lugar y se percaté del tordo que entraba por la ventana de la casa de Adriana. Era tan fascinante el momento que quiso plasmarlo en va- vias de sus fotografias. Luego de unos dias, la casa de Adria- na se hizo famosa gracias a un articulo en un periddico local que de- cia asi: “En un lugar escondido de la ciudad, el gran fotdgrafo Jean Pierre LeTrue logré plasmar un momento Unico: un tordo azulado se escabullia por la ventana de una casa para robarse unas cuantas se- millas. Al fondo de la foto encontraran a la audaz duefia de casa hablando con el ave como si estuvieran sosteniendo una animada conversacion”. La gente del barrio reconocio de in- mediato a Adriana hablando con el tordo y las vecinas no tardaron en ir hasta el frente de su casa para burlar- se de ella. —Miren ahora a Adriana, la loca que habla con las aves —bromeaba su ve- cina. —Deben estar conversando de las se- millas que ambas comen en el desayu- —éDonde esta ahora tu mascota, Adriana? —ridiculizaba la sefiora que Ezcaneado con CamScanner vivia unas casas mas alla—, quizas en- contré otros amigos para conversar, El tordo azulado que sobrevolaba el lugar, hizo unos sonidos con el pico llamando a dos de sus amigos volado- res. Las aves pasaron justo por encima de las sefioras, dejando caer sobre sus cabezas una enorme carga de estiér- col de ave como si fueran unas gordas palomas. Al parecer el tordo no estaba sordo, pues defendié a su amiga de la maldad de estas mujeres. Toda la gente de la calle pudo ver a las burlonas llenas de desechos de ave e, ironicamente, Jean Pierre, el fotografo, también estaba alli con su camara. Al dia siguiente el diario local publi- cé una nueva fotografia del artista. Eran las mujeres llenas de excremen- to. A una le cayo en uma oreja, a otra en pleno ojo y a la ultima justo en la boca. El titulo de la fotografia fue: “La Venganza del Tordo Azulado”. belt Wel) ee aCe » éQué opinas de las personas que murmuran y menospre- (arm melacKyg » éComo debes valorar a las demas personas? i / » éQue opinas de la venganza? scaneado con CamScanner Ustedes necesitan seguir confiando para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Hebreos 10:36 Esta historia empieza en el taller de un juguetero, un anciano muy habil para crear artefactos para que los ni- fios puedan jugar. Pero su habilidad era mas que solo crear juguetes, él podia hacer que sus juguetes tengan vida. Les ponia nombre y cada uno tenia su propia personalidad. Lo unico que no podia hacer era que sus juguetes cre- cieran y se volvieran adultos. Asi, una noche de lluvia y tormenta nacid Tomas, un pequefio avin que e] juguetero inventd porque siempre le habian gustado los grandes aviones de pasajeros. Lo que el inventor no esperaba es que Tomas naciera con un sue7fio: el anhelo de crecer. Tomas siempre repe- tia las mismas preguntas al juguetero: —éCuando voy a crecer?, gcudndo seré un avion grande? Dime juguetero, écuando sabré que ya he crecido? La respuesta del anciano venia con una sonrisa. —Un dia podras volar tan alto que atravesaras las nubes. Ese dia seras todo un adulto. Con el paso del tiempo, el juguetero, que ya habia vivido mucho, un dia se quedo dormido y no volvié a desper- tar, pero Tomas nunca perdié la espe- ranza en las palabras del viejo inven- tor. —Un dia voy a crecer y, como dijo el juguetero, volaré tan alto que atrave- saré las nubes. Se levantaba todas las mafianas y su- bia girando sus rueditas hasta un monte. Desde alli intentaba alzar el vuelo y atravesar alguna nube, pero Ezcaneado con CamScanner eso no pasaba porque las nubes esta- ban muy lejos. A pesar de eso, Tomas nunca dejo de levantarse temprano para intentarlo una vez mas, porque para los sofiado- res cualquier cosa es posible. Una nube viajera que le gustaba mo- verse de un lado para otro, mird a To- mas en sus intentos por levantar el vuelo desde aquel monte y se acercé a un avion de pasajeros que cruzaba por alli. —jOye, tu... avidn! —dijo la nube para llamar la atencion de aquel enorme aparato mientas intentaba seguirle el paso al apuro. —Usted dira blanca nube —respondid el avion sin dejar de surcar los aires. —éQué es lo que hace aquel pequerio avion de juguete subiendo cada ma- fiana a ese monte? —jAhl... jeje. Ese es Tomas. Suce- de que él piensa que un dia sera un Ezcaneado con CamScanner adulto si logra atravesar una nube. iJa!, gquién podria creer en semejante barbaridad? nube— Za quien se le pudo ocurrir? Pero después de esta conversacion, la nube no par6 de preguntarse. —éY si nunca se entera de la verdad? iEse avioncito intentara por siempre atravesar una nube y jamas lo lograra! —éY si de tanto subir a las montarias y lanzarse al aire, un dia se estrella contra el piso? —éY si un dia se cansa y nunca mas lo vuelve a intentar? Eso sera peor sin duda alguna... Todos estos pensamientos no deja- ron dormir a la pobre sefiora nube que tuvo que salir a la mafiana siguiente para mirar otra vez a Tomas en su in- tento por volar. Subia Tomas, el pequerio avionci- to, listo para un intento mas. Aunque Ezcaneado con CamScanner esta vez su semblante estaba algo marchito. Tenia esa cara de haber per- dido la esperanza. —Subiré y planearé, y esta vez sera la ultima vez que lo haga —dijo Tomas—, luego de esto me resignaré a ser un pequefto avidn de juguete para siem- pre. Sera mi ultimo intento. La nube escucho todo desde arriba, asi que no pudo mas, tuvo compasion del pequerio Tomas y decidiéd moverse y bajar hasta donde él estaba, justo en el momento del lanzamiento. Tomas abrid sus grandes ojos y boca cuando vio la nube moverse. La espe- ranza le volvié de un solo respiro, sa- bia que esta era su oportunidad. Apre- suro sus ruedas, lanzé su trompa para el frente, estird sus alas y se echo a rodar con todo lo que pudo. La nube mir6 la carrera de Tomas y se colocé justo en el paso calculando que el avioncito pudiera atravesarle... Y... jasi fue! Ezcaneado con CamScanner El pequefio avidn no podia creerlo, la nube estaba alli, y la estaba atravesan- do, lenta y pausadamente, disfrutando de aquel momento que habia espera- do por tanto tiempo. Giré por los aires dando vueltas de alegria, sus hélices de avion giraban sin parar mientras se dejaba llevar por los aires a través de la bondadosa nube. iSu sueno al fin se habia cumplido! Lo que nadie esperaba es que, del otro lado, al atravesar la nube, Tomas iria cambiando de forma: sus alas crecie- ron, también su fuselaje y hasta le sa- lieron unos pequefios bigotes de avidn adulto. La nube no podia creer lo que sus ojos nublados veian. Tomas se convirtid en un avion adulto. Crecid, como dijo el juguetero, atravesando una nube. DIALOGA CON TUS HIJOS. » gCudles son tus suenos? AOC Teac hcas cuando crezcas? » Dios cumple los anhelos del corazon cuando van de acuerdo con su voluntad. (Salmos 37:4). Escaneao con CamScanner EI orgulloso sera humillado, pero el humilde sera honrado. Proverbios 29:23 —éQuién es el rey de la selva? —jE]I leén, el leon! —gritaban todos los animales ante la pregunta del pompo- so felino. Al leon le gustaba escuchar cosas buenas de si mismo y cada dia, tan pronto como abria sus ojos, salia hasta donde estaban todos sus sub- ditos para preguntarles algo que le permitiera pavonearse delante de los demas. —ZéQuién es el mas fuerte? —pregunta- ba el leon en voz alta y grave. —jE] leén, el leon! —respondian todos. —éQuién es el mas valiente? —cuestio- naba al siguiente dia con un rugido. —jEl leén, el len! —contestaban una vez mas. Cierto dia, cuando florecia la mafiana, se le ocurrié preguntar: —éQuién tiene mayor sabiduria? Pero antes de que todos respondieran a coro como siempre lo hacian, una voz salié de entre la muchedumbre: —La rana —aseguré un armadillo pro- vocando que todos volvieran la mirada con susto-, no he visto alguien mas sabio que la rana. —j2£éQueé???! —reclam6 el leon frun- ciendo sus melenudas cejas—. ¢Quién dijo eso? —Fue este armadillo —dijeron las leo- nas sefalando al intruso. —Y tu, gquién eres? —interrogo el leon con toda su autoridad-, gy como te atreves a decir que la rana es mas sa- bia que yo? —Solo soy un viajero su majestad, pero me he encontrado en el camino a una vieja rana que ha demostrado ser Ezcaneado con CamScanner muy sabia, y cuando usted pregunto, se me ocurrid decirlo. —Dime entonces, qué te hace pensar que es muy sabia? —pregunto el leén extrafiado de la respuesta de aquel ar- madillo. —Pues, le contaré su excelencia. Yo venia caminando distraido por un sen- dero cuando la voz de la rana me in- terrumpio diciendo: “No creo que sea una buena idea caminar por ahi... ya te has fijado en el lodo?”. Le respond que no. Asi que me ensefié a recono- cer un pantano antes de caer en él. El rey de la selva no quedo confor- me con esa respuesta. En el fondo se sentia celoso por la forma en que aquel armadillo halago a la rana y no soportaba la idea de ser superado por nadie. Por eso decidio ir a buscar al despreciable anfibio para demostrar que él era el mas sabio de todos. Pronto se acercé al estanque de la rana, paso unos estrechos arbustos y Ezcaneado con CamScanner tuvo que quitar varias veces las ramas que estorbaban en el camino. El de- cidido leén seguia caminando con ra- pidez mientras quitaba las lianas que se le habian pegado al lomo, cuando de alguna parte de la maleza salid una voz que dijo: —No creo que sea una buena idea ca- minar por ahi... gya te has fijado en el lodo? —{Lodo? —rugio el leon sin detener- se—, gcual lodo? Pero no terminé de preguntar cuan- do se vio hundido en una profunda ciénaga que amenazaba con tragarlo completo. —jEse lodo! —respondio la rana sin perder la calma ni por un segundo, usted debié detenerse antes. —jéQué?! éTe atreves a darme leccio- nes ahora que me estoy hundiendo en este lodo pegajoso? Sera mejor que me digas como salir de aqui. —Mmm... jno sera facil! —asegur6 res- petuosamente la rana—. Primero debe usted levantar sus ojos al cielo. —éAl cielo? No ves que no tengo tiempo para tus juegos rana inutil. jBah! Jamas he necesitado ayuda de nadie y no empezaré ahora. —Sin embargo, estimado rey —dijo la rana con mucha sabiduria—, ya me ha pedido ayuda a mi. Ahora intento dar- sela. Pero déjeme decirle que sin ayu- da y buenos consejos jamas saldra de alli. El pomposo rey tuvo que rendirse y levantar los ojos al cielo tal como la rana le dijo. Colgado de unas ramas sobre él, encontré a un mono que se mecia despreocupadamente. —Ahora —continuo la rana—, lan- ce una de las lianas que le rodean el lomo y digale a ese mono que las use para sacarle. El leon no tuvo mas remedio que ha- cerlo asi. Tomo con el hocico una de las lianas y con un giro fuerte de su cabeza logr6 colocarla en las manos del mono. Prento el chimpancé sacu- did los arboles para que cayesen mu- chas ramas cerca del leon y luego usd las lianas para ayudar al soberbio rey a salir del pantano. Una vez afuera, mientras se limpiaba el lodo, el leon refunfuriaba contra la rana culpandola por todo. Por un rato permaneci6 callada pero luego decidid hablar. —Majestuoso rey —dijo la rana sabia—, antes de que usted cayese en el pan- tano yo le habia advertido, pero no me escucho. Luego le ayudé a salir, pero ni las gracias me ha dado. Debo decirle que eso hace que usted no sea muy tespetable, estimado rey. El leon no hizo caso a sus palabras y salié de aquel lugar con actitud ren- corosa. Cuando estuvo otra vez al frente de sus subditos, se aseguré de que el armadillo no estuviese por alli para in- terrumpir de nuevo, y luego volvid a preguntar: —ZéQuién es el mas sabio de todos? Todos dudaron al responder pues el indiscreto mono se habia encargado de contar a todos lo que sucedio en el estanque de la rama. Lo mas sabio que pudo hacer el rey es no volver a preguntar a nadie lo que pensaban de él. Dialoga con tus hijos. DIALOGA CON|TUS iW lees » gQue desventajas rufankene hare i v2 persona altiva y arrogante? » ZQue opina Dios de los or gullosos? » gPor que la rana demostro Pe em Se LO LUaLels scaneado con CamScanner Ezcaneado con CamScanner Yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mi, asi como el Padre me conoce a mi y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. Juan 10:14-15 Una mariana cualquiera en el prado, dos ovejas conversaban. —No entiendo, Maria Paz —dijo Mela— , épor qué el pastor debe sacarnos to- das las mafianas a caminar?, jodio ca- minar! —éAcaso no quieres comer? —replicd Maria Paz al instante—, las ovejas ne- cesitamos alimento. —iYo lo sé! —respondid Mela, la ove- jita que se quejaba-, pero... jquizas podria traernos la comida hasta el re- dil. —jEso es ridiculo! —reclamé Maria Paz colocando sus patas en la cintura—. Si Ezcaneado con CamScanner quieres comida fresca debes tomarla de los verdes pastos. Si no lo hacemos asi, la comida llegaria seca e inservi- ble. Y asi, cada dia Mela se quejaba en contra del pastor por todo lo que te- nia que esforzarse. Ella pensaba que las maltrataba, y por eso cada dia te- nia algo malo que decir. Al dia siguiente... —Si queria darnos agua pudo dejarla en el abrevadero, dentro del redil — suspiré Mela en sefial de desagrado. —Sabes bien que el abrevadero tiene agua empozada —objeté Maria Paz mientras se saciaba de agua—, la me- jor agua de todas es la que sale de este manantial. —jNo lo sé! —discrepé Mela—, ha sido demasiado esfuerzo venir hasta aca. Cuando regresemos seguro estaremos tan sedientas de nuevo que necesita- remos volver. Definitivamente no es buena idea venir a este manantial. Y al otro dia... —éTe has fijado? —susurré Mela a su compafiera con actitud sospechosa—. Dice ser el buen pastor, pero siempre anda con ese palo alistandose para pegaos. —éDe qué hablas? —dijo Maria Paz sorprendida—. jJamas nos ha pegado! Sabes bien que la vara sirve para que sepamos hacia donde dirigirnos. Aun- que, bien valdria la pena que la usara para golpear a algunas ovejas que ne- cesitan ser corregidas. —Si lo dices por mi, mejor arrepiénte- te, jjum! Al fin, lego el dia sabado y el buen pastor habia planificado llevar a las ovejas a los delicados pastos cerca de la montafia. —Alli si que mis ovejas van a estar fe- lices —pens6 el buen pastor mostran- do una gran sonrisa—, podran comer de los mejores pastos que existen en la region. Y salieron a caminar. Maria Paz iba contenta y confiada de que el buen pastor haria lo mejor para ella. Mela no dejaba de quejarse. El resto de ovejas tenia conversaciones similares, pero ninguna era tan atrevida como Mela, que culpaba al buen pastor de todo el esfuerzo extra que, segtn ella, debian hacer. Ya en la mitad del camino Mela se sintid agotada, inclind sus patas y se echo en el suelo. —No caminaré mas —dijo Mela desa- fiante—, ha sido suficiente esfuerzo por el dia de hoy. —Esta bien —dijo en voz alta el pastor como si entendiera lo que Mela de- cia—, descansaremos por unos minutos. Pero los minutos se hicieron horas y con las horas lego la noche. Las ove- jas nunca habian pasado la noche fue- va del redil, pero esta vez, por culpa de Mela, todas tuvieron que esperar. El buen pastor, conocedor de los pe- ligros de la noche, tom6é a Mela en sus hombros y la cargo hasta un lugar cerca de la montafia. El resto de ove- jas vieron eso y siguieron al pastor. El sabria qué hacer. Empezo a levantar con sus propias manos un gtan muro solido hecho de rocas grandes y pequefias, y puso alli a las ovejas. No le tom6 tanto tiempo, pero la noche Ilego sin esperar nada. —jAuuuuu!, jauuuuu! —aullaron los lobos buscando un bocadillo. —jEsto es todo! —dijo Mela-, por cul- pa de este pastor imprudente tendre- mos que pasar la noche aqui. Seguro los lobos atravesaran esa débil pared que ha hecho. —Por favor... jcallate Mela! —repli- c6 Maria Paz—, éno ves que eres tu la culpable de que estemos aqui? —éCulpable yo?, ha sido él, con su vara y su lentitud que no ha sabido llevarnos de regreso al redil cuando era de dia. —Mela, jya basta! —exclamo furiosa Maria Paz—, no te hablaré el resto de la noche. El buen pastor escucho el aullar de los lobos y pronto se colocé en la parte del muro que parecia mas deébil. Las Ovejitas estuvieron asustadas por al- gunos minutos, pensando que esa no- che seria la ultima, pero luego se dur- mieron del cansancio. Al llegar el dia, todo estaba bien. El muro no habia sido tocado y el buen pastor no habia pegade un ojo en toda la noche para cuidar a sus ovejas. —Ahora, ademas de todo, tendremos que regresar caminando al redil —pro- firid Mela quejandose una vez mas. —No has aprendido nada Mela, espe- ro que un dia abras los ojos y veas la realidad. Mela, por primera vez decidio callar. Record6é como aquel hombre de quien se quejaba, la tomo en sus brazos y la llevo hasta un lugar seguro, y también como estuvo despierto mientras ella dormia. Al final solo pudo decir: —En verdad, él es el buen paster. DIALOGA CON TUS HIJOS. » £Quién es el buen pastor? SPAS Mate NG Cale ISNS OKO La (eS te identificas? Escaneao con CamScanner LA PESADILLA DE LA ARDILLA Wu2gay poy aparienciay No juzguen por lo que a ustedes les parece; juzguen con justicia Juan 7:24 La sefiora ardilla construyd su casa en un arbol ubicado en el centro de la hacienda de un granjero. Se la pasaba recogiendo semillas y bellotas, usando una porcion para comer y guardan- do otra para el invierno que estaba a punto de llegar. Cierto dia lego alli un imponente toro negro que el granjero decidié co- locar justo en el patio de la hacien- da. Cuando la sefiora ardilla lo vio se asusto tanto que, de un salto, regresdo al arbol donde vivia. Ese dia ni siquie- ra salid a mirar por la ventana. Tenia mucho miedo. Al siguiente dia, la sefiora ardilla, es- peraba mo encontrarse de nuevo con esa figura espeluznante, pero ape- nas saco su cabeza por la puerta, di- viso al colosal cuadrupedo corriendo con furia de un lado a otro, echando humo por las narices en cada vuelta y desbaratando con sus afilados cuernos los monticulos de hojas secas que el granjero acumulaba en una esquina. jPffuunn!... juna carrera! iPffuunn!... jotra carrera! jFrass!... una sacudida de sus cuernos. iPffuunn!... jotra carrera mas! Otra vez la sefiora ardilla decidiéd que- darse encerrada en su casa, sacando la cabeza de cuando en cuando para ve- tificar el estado de animo de la cruel bestia, y siempre la veia furiosa. La ardillita no iba a quedarse tranquila hasta conseguir almacenar la comida necesaria, y ya que el invierno estaba a punto de llegar, tomd fuerzas y salid corriendo dando rapidos saltos por las ramas intentando burlar al toro. Normalmente hubiera bajado hasta la tierra para luego atravesar la cerca pero, con la amenaza del toro, decidid Ezcaneado con CamScanner tomar impulso desde la rama mas lar- ga de su arbol con la esperanza de Ile- gar fuera de su alcance. En un salto de pelicula la intrépida se- fiora ardilla vold por los aires. iTaras, taras! Desde el arbol. jFruuu! Hasta la cerca. ijPun, pas! Contra el piso. La sefiora ardilla cayé en pleno te- triterio del toro. El sonido de su cai- da llam6 la atencion del enfurecido animal que resopl6 su aliento voraz mientras buscaba como un loco de donde provenia el sonido. Como una buena ardilla se levanté de inmediato, dio un salto y luego otro hasta llegar a la cerca, se abalanz6 trepando por la madera y justo alli su pata derecha se atord, quedando por completo a merced del toro. El oscuro animal la miré fijamente agachando su cabeza, raspo su pata contra el piso, sacd un bufido por la boca y poniendo los cuernos en direc- cidn a la sefiora ardilla, inicid la carrera. Ella hizo todo lo que pudo para soltar su pequeria pata, pero le fue imposible. Al final cerré sus ojos y penso: —Ya no llegaré a ver ni invierno ni ve- rano, este dia mi vida ha terminado. El toro arremetio con fuerza y cla- VO su cuerno justo en la madera que aprisionaba a la ardilla, dio un giro con su cabeza y con fuerza despedazo esa parte de la cerca. La sefiora ardilla penso lo peor. Seguia con los ojos cerrados esperando su fi- nal, pero lo unico que escuchd fueron las gruesas palabras del toro: —Ya se encuentra libre sefiora. Cuando la sefiora ardilla abrid los ojos, miro la expresion afable del gran toro que, lejos de querer hacerle dafio, mas bien parecia sonreirle. Todavia con- fundida, decidio preguntar. Ezcaneado con CamScanner —jS.... sss... serior! —tartamudeod la ar- dilla—, gusted me ha liberado? —Claro que si —respondio el toro con una voz terriblemente ronca—, era una dama en apuros y necesitaba de mi ayuda. —Pensé que venia con rabia para des- triparme —inquirio la ardilla que toda- via permanecia aténita. —éDestriparla? —reaccioné sorprendi- do el toro arqueando una ceja—, épor qué habria de hacer eso? —Pues parecia muy molesto arreme- tiendo contra los monticulos de hojas secas. —jJe...! jJe...! jJe...! —rio con lenta parsimonia el toro—, ese es mi juego favorito querida dama. jJe...! jJe...! jJe...! Desde entonces, la ardilla y el toro fueron los mejores amigos, de esos que se la pasan conversando de todo, sin importarles si es invierno o verano. Ezcaneado con CamScanner DIALOGA CON TUS HIJOS. Pere eae rec MEM oem LI) al principio cuando miraba Fyne) curd éEn qué se parece la forma de ver al toro de la senora ardilla con la vida real? éCémo debemos mirar a las personas que aun no cono- (ean ¥4 scaneado con CamScanner Se S i a No se amolden a la conducta de este mundo; al contrario, sean personas diferentes en cuanto a su conducta y forma de pensar. Asi aprenderan lo que Dios quiere, lo que es bueno, agradable y perfecto. Romanos 12:2 Algun dia en la historia del mundo, alguien invento un felizometro. Era un aparato pequefio, delgado y blan- co, de esos que tienen numeros y me- didas para poder registrar la cantidad de alguna cosa, en este caso, de feli- cidad. Acercabas el felizometro al co- yazon de alguien y el artefacto podia decirte si la persona era feliz 0 no. El felizometro tenia vida propia y aprendié poco a poco a reconocer a los seres humanos. Al darse cuenta de sus habilidades, el aparato iba de per- sona en persona midiendo su estado de animo. Lo peor de todo era que cada vez que media las emociones de alguien, hacia gestos imitando a la persona. —jFeliz! —decia el felizometro a al- guien que pasaba-, jesta persona es feliz...! Y cuando decia eso se ponia sonriente como calabaza. —jTriste!, aquella persona esta tris- te...—, e inmediatamente compungia su figura fingiendo entristecerse. —jMolesta!, esa persona siempre anda enojada —, decia arrugando las cejas en sefial de enfado. Al felizometro le parecia bien divulgar los sentimientos de cada persona que encontraba, pero eso era algo de muy mal gusto. Sin embargo, una familia decididé recogerlo y llevarlo a su hogar. Era la primera vez que alguien decidia llevarlo a su casa. El felizometro pens cumplir con to- das sus ganas la tarea de medir la Ezcaneado con CamScanner felicidad, pero eso no fue algo que aquella familia aprecio. Cuando entraba el papa luego de sus muchas horas de trabajo, el artefacto colgaba los hombros y emitia un piti- llo estridente diciendo: —jCansado y enojado!, jcansado y enojado! Los hermanos se peleaban por algun juguete y otra vez el aparato chirriaba: —jUno esta triste y el otro enfadado!, juno esta triste y el otro enfadado! La sefiora de la casa se asomaba a la ventana por la tarde y el felizometro gritaba: —jSola... se siente deprimida y sola!, jaqui nadie es feliz! Todos los miembros de la familia so- portaban incémodes sus impertinen- cias, hasta que la mayor de los kerma- nos que ya tenia unos siete afios, se acerco al aparato, harta de escuchar sus acusaciones.

You might also like