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LA NARRACIÓN

2º ESO

IES MONTSERRAT CABALLÉ


DPTO. LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
¿CÓMO IDENTIFICAR UNA NARRACIÓN?
- Argumento
- Trama (cómo se ordenan los hechos)
- Personajes
- Tiempo
- Espacio
- Narrador
ARGUMENTO ¿CÓMO ORDENAR LOS HECHOS?
- CLÁSICA O AB OVO
- CIRCULAR: el desenlace vuelve al estado de las cosas de la presentación
- ABIERTO : la trama se queda sin resolver
- CERRADO: la trama se resuelve

- IN MEDIA RES

- IN EXTREMA RES
ESTRUCTURA CLÁSICA O AB OVO
Final circular
Se había escapado de la escuela. Era la primera vez, y le pareció que la mejor manera de
pasar el tiempo sería viendo una película. Depositó su bolso escolar en un tenducho, llegó al
cine y compró una localidad barata, listo para sumergirse por noventa minutos en un
mundo apasionante. Ya estaban apagadas las luces de la sala, y a tientas buscó un sitio
vacío. Los mágicos letreros de la pantalla daban el título de la cinta, la que comenzó de
inmediato. En la película, un pequeño actor hacía el papel de un escolar que, por primera
vez, se escapaba de la escuela. Pareciéndole que la mejor manera de llenar el tiempo era en
un cine, compra una localidad barata y entra a la sala cuando en la pantalla un actor de
pocos años hacía el papel de un escolar que, por primera vez, se fuga de la escuela, y decide
ir al cine para pasar el tiempo. El actorcito tomaba asiento en el instante en que, en el film,
un niño escolar, fugado de la escuela, entra a un cine para pasar el tiempo. Al frente se
proyectaba la imagen de un niño que, por primera vez, faltaba a su escuela y llenaba su
tiempo viendo una cinta, cuyo argumento consistía en un chico, por primera vez…
Álvaro Menem Desleal
Final abierto
Una desapacible noche de noviembre bajé al sótano en busca de una estufa. Cada
tanto escuchaba ese goteo que poco a poco se convirtió en unas pasos sobre la
tarima del pasillo. Se cerró la puerta de golpe. Estuve horas atrapado.

Cada vez que intentaba abrir la puerta, se sentía una sacudida en la madera y ese
alarido medio animal medio humana. Tras varios intentos desistí. Al poco vi que el
picaporte se movía haciendo un chirrido espeluznante. Apareció una cara pálida sin
rostro, flotando en una bruma sombría. La temperatura bajó todavía más y sentí una
ráfaga de viento helador en mi espalda.

Aquella cosa me cegó y me golpeó. Debí de desmayarme. Desde ese momento no


tengo nada claro, solo aquella presencia fría y oscura.
completa el esquema en los siguientes argumentos
a) Juan se levanta, se mira al espejo, pero no se reconoce

b) Chica deja de estudiar

c) A Sonia siempre le molestaban los zapatos,por lo que iba descalza a todas

partes…

d) Esa noche, cuando el escritor comenzó a escribir, algo extraño le ocurrió:

El bolígrafo no transcribía lo que él estaba pensando...


IN MEDIA RES
In medias res (expresión latina que significa “en mitad de las
cosas”) consiste en comenzar una narración por la mitad de la
historia en lugar de por su inicio
IN EXTREMA RES
El relato se cuenta desde el desenlace.
―No deben impresionarte estas cosas, muchacho. Esto suele
ocurrir.
El muchacho no podía arrancar los ojos del caballo muerto. El
caballo había muerto de repente, mientras marchaban por el
camino. El chico se hizo daño al caer. Fue curiosa la caída. El
animal había encorvado los lomos como un gato y se había ido al
suelo. Al caer, el chico se había cortado en el brazo con una piedra.
La herida sangraba. Y, sin embargo, lo único que le dolía era el
espectáculo del caballo retorcido en el suelo.

Jorge Ferrer Vidal, Los caballos


Este texto no se ajusta al orden cronológico, que ha sido modificado
en el discurso narrativo. Las acciones que se narran son, en el orden
que presenta el texto, las siguientes. ORDÉNALAS
CRONOLÓGICAMENTE

a) Un personaje aconseja o consuela a un muchacho.


b) El muchacho no puede dejar de mirar al caballo muerto.
c) El caballo murió de repente.
d) El chico se lastimó al caer.
e) El caballo se encorvó y cayó.
f) El niño se cortó.
g) Comenzó a sangrar.
h) Al muchacho le duele ver el caballo muerto.
- INDICA EL TIPO DE ESTRUCTURA NARRATIVA
- ¿CÓMO PASA EL NARRADOR DE UN MOMENTO A OTRO DE LA
NARRACIÓN?
Era una mala idea, pensó Julián, mientras aplastaba la frente contra los
cristales y sentía su frío húmedo refrescarle hasta los huesos, tan bien
dibujados debajo de su piel transparente. Era una mala idea esta de
mandarle a casa la Nochebuena. Y, además, mandarle a casa para siempre,
ya completamente curado. Julián era un hombre largo, enfundado en un
decente abrigo negro. Era un hombre rubio con los ojos y los pómulos
salientes, como destacando en su flacura. Sin embargo, ahora Julián tenía
muy buen aspecto. Su mujer se hacía cruces sobre su buen aspecto cada vez
que lo veía. Hubo tiempos en que Julián fue solo un puñado de venas
azules, piernas como larguísimos palillos y unas manos grandes y
sarmentosas. Fue eso, dos años atrás, cuando lo ingresaron en aquella casa
de la que, aunque parezca extraño, no tenía ganas de salir.
Carmen Laforet, El regreso
EL TIEMPO
EXTERNO (ÉPOCA EN LA QUE SUCEDE LA HISTORIA)

INTERNO (el que transcurre en la historia) no transcurre a la misma


velocidad
- CAMBIOS DE RITMO
- SALTOS EN EL TIEMPO
TIEMPO INTERNO
AÑOS
MESES
SEMANAS
DÍAS
HORAS
MINUTOS
SEGUNDOS
...
EL TIEMPO INTERNO: EL RITMO
No transcurre de manera lineal y regular, puede haber cambios de ritmo y saltos en
el tiempo

RESUMEN NARRATIVO (acelera)


PAUSA DESCRIPTIVA O DIGRESIVA (descripciones o reflexiones del narrador)
ELIPSIS: omisión de información que se sobreentiende.
ESCENA: RECREACIÓN DETALLADA DE UN TRAMO DE LA HISTORIA (tiempo real)
ELIPSIS
La semana pasó muy despacio. Tuve que disculparme con Carlos
tal y como prometí a Natalia, y dejar la puerta abierta a una nueva
cita a cuatro. Pero ya resolvería esos problemas cuando llegaran.

Por fin había llegado el domingo y yo me encontraba en la estación


de tren, buscando mi segundo ingrediente: un fragmento del
mundo inmaterial.
PAUSA DESCRIPTIVA
Las estancias se hallaban dispuestas con tal irregularidad que la visión no
podía abarcar más de una a la vez. Cada veinte o treinta metros había un
brusco recodo, y en cada uno nacía un nuevo efecto. A derecha e
izquierda, en mitad de la pared, una alta y estrecha ventana gótica daba
a un corredor cerrado que seguía el contorno de la serie de salones. Las
ventanas tenían vitrales cuya coloración variaba con el tono dominante
de la decoración del aposento. Edgar Allan Poe, “La máscara de la
muerte roja.”
PAUSA DIGRESIVA
No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que
me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos
rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no
es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma. Mi propósito
inmediato consiste en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin
comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de esos
episodios me han aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han destruido.
Pero no intentaré explicarlos. Edgar Allan Poe, “El gato negro.”
RESUMEN
Cada vez que salía el asunto, María cambiaba de tema. Chesi
aún recordaba el día en que le dijeron que su padre había
muerto. Apenas tenía cinco años. Había tenido un accidente
con el camión en Alemania y, años después, su madre le contó
que lo habían enterrado allí porque traerlo al pueblo era muy
caro.
El niño al que se le murió el amigo (Ana María Matute)

Una mañana se levantó y fue a buscar al amigo, al otro lado de la valla. Pero el amigo no estaba, y, cuando volvió, le
dijo la madre:

-El amigo se murió. Niño, no pienses más en él y busca otros para jugar.

El niño se sentó en el quicio de la puerta, con la cara entre las manos y los codos en las rodillas. «Él volverá», pensó.
Porque no podía ser que allí estuviesen las canicas, el camión y la pistola de hojalata, y el reloj aquel que ya no
andaba, y el amigo no viniese a buscarlos. Vino la noche, con una estrella muy grande, y el niño no quería entrar a
cenar.

-Entra, niño, que llega el frío -dijo la madre.

Pero, en lugar de entrar, el niño se levantó del quicio y se fue en busca del amigo, con las canicas, el camión, la
pistola de hojalata y el reloj que no andaba. Al llegar a la cerca, la voz del amigo no le llamó, ni le oyó en el árbol, ni
en el pozo. Pasó buscándole toda la noche. Y fue una larga noche casi blanca, que le llenó de polvo el traje y los
zapatos. Cuando llegó el sol, el niño, que tenía sueño y sed, estiró los brazos y pensó: «Qué tontos y pequeños son
esos juguetes. Y ese reloj que no anda, no sirve para nada». Lo tiró todo al pozo, y volvió a la casa, con mucha
hambre. La madre le abrió la puerta, y dijo: «Cuánto ha crecido este niño, Dios mío, cuánto ha crecido». Y le compró
un traje de hombre, porque el que llevaba le venía muy corto.
Escena
Mi padre estaba en el borde de la carretera, junto a su automóvil. Esperaba, con un bidón de plástico en la
mano, que alguien lo recogiera. Yo iba en moto, con un casco que me ocultaba la cara. Me detuve junto a él sin
identificarme.

¿Te has quedado sin gasolina? -pregunté.

-Sí -respondió.

-Sube.

Mi padre subió a la moto sin haberme reconocido. Hacía cinco años que no nos veíamos, ni nos hablábamos. La
última vez que nos habíamos dado un abrazo fue en el entierro de mi madre. Después, sin que hubiera sucedido
nada entre nosotros, habíamos ido espaciando las llamadas telefónicas hasta que se cortó la comunicación.

Noté cómo agachaba la cabeza para protegerse del aire. Sin duda, reparó en el alza de mi zapato derecho, pues
tengo esa pierna un poco más corta que la izquierda. Mi padre me había hablado muchas veces del disgusto que
se habían llevado cuando, tras mi nacimiento, el médico les dio la noticia. Yo nunca lo he vivido como un
drama, pero siempre me pareció que ellos se sentían culpables por aquellos centímetros de menos, o de más,
según se mire: jamás conseguí averiguar cuál de las dos piernas consideraban defectuosa. Juan José Millás
Escena
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía
historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se
llamaba Armando. Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía


cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su
Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte, el Otro Yo era
melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los
dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió.
Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no
supo qué hacer, pero después se rehízo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Éste no dijo
nada, pero a la mañana siguiente ...

Mario Benedetti “El otro yo”


EL TIEMPO INTERNO: SALTOS EN EL TIEMPO O ANACRONÍAS
ANALEPSIS (retrospección)
- Flashback corresponde a un retroceso temporal breve y a un retorno rápido al
presente, hecho por el narrador o por un personaje
-Racconto: corresponde a un retroceso extenso en el tiempo y un retorno al presente,
recordando hechos directamente a través de los personajes.
PROLEPSIS
- Flash-forward: la proyección hacia el futuro es breve, instantánea
- Premonición: en este caso la visión es a futuro. El narrador, en forma directa o a
través del personaje, hace una vasta incursión en lo posible
¿PARA QUÉ SIRVEN PROLEPSIS Y PREMONICIONES?
● Mostrar el pasado de uno de los personajes, y justificar así una fobia, un
rasgo de carácter, una reacción ante una situación a la que deba
enfrentarse…
● Aportar información. A veces necesitamos narrar un suceso anterior
porque es importante para la historia.
● Contrastar el pasado con el presente.Los flashbacks Del texto ayudan a
crear un contraste claro entre la vida pasada y la presente.
¿PARA QUÉ SIRVEN?
PROLEPSIS Y PREMONICIONES

● Crear expectación. sobre todo si la narración comienza en media o


extrema res. Imagina que empiezas la historia con alguien colgando de
un precipicio, y luego narras cómo ha llegado a esa situación.
● Crear tensión o miedo. Si juegas muy bien con los tiempos, puedes
conseguir crear tensión adelantando pequeños detalles, o dejando caer
frases.
● Anticipar el peligro. mediante un sueño, una advertencia, una visión,
indicio
Esta es la historia de cómo un Bolsón tuvo una aventura,
y se encontró a sí mismo haciendo y diciendo cosas por
completo inesperadas. Podría haber perdido el respeto de
los vecinos, pero ganó… Bueno, ya veréis si al final ganó
algo. EL HOBBIT. TOLKIEN
Fueron aquellos tiempos, verdaderos tiempos felices.
Aunque ellos no lo supieran entonces. Sólo al cabo
de años y años, los recordarían como una época muy
hermosa.
Olvidado rey Gudú, Ana María Matute
RACCONTO
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su
padre lo llevó a conocer el hielo”. Cien años de soledad. Gabriel
García Márquez

El texto empieza con el recuerdo de uno de los personajes que relata toda la
historia.
TIEMPO DEL RELATO

ORDEN RITMO ANACRONÍAS

ELIPSIS
RESUMEN
ANALEPSIS PROLEPSIS
AB OVO
PAUSA FLASH
FORWARD
IN MEDIA RES

IN EXTREMA FLASHBACK RACCONTO PREMONICIÓN


MEDIA RES

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