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Joseph Ratzinger OBRAS COMPLETAS XI Teologia de la liturgia BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS Este primer volumen que se publica de las Obras completas de Joseph Ratzinger recoge sus escritos sobre liturgia. «Cuando, tras algunas vacilaciones, me decidi —escribe el Papa— a aceptar el proyecto de una edicién de mis obras completas, me result6 claro que en ellas debia primar el orden de prioridades del Concilio y que, por tanto, el volumen de mis escritos sobre liturgia debia ir al principio. La liturgia de la Iglesia fue para mi, desde mi infancia, una realidad central en la vida, y luego, en la escuela de maestros como Schmaus, Séhngen, Pascher o Guardini, se convirtié también en el centro de mi trabajo teolégico». Nada extrafio si, segiin Ratzinger, «en el traro que le demos a la liturgia se decide el destino de la fe y de la Iglesia», VI. VIL VIL VIN/2 IX. XI. XII. XID XIV, Plan general dela Gbra Pueblo y casa de Dios en la eciesiologia de san Agustin Tesis y ottos estudios sobre san Agustin Comprensién de la revelacién y teologia de la historia en san Buenaventura Texto integro de la Habilitacién y otros estudios sobre san Buenaventura EI Dios de la fe y el Dios de los filésofos La relacién circular entre fides y ratio ianismo Fe - Bautismo - Seguimiento Introduccion al cri: Origen y destino del hombre Creacién - Antropologia - Mariologia Jestis de Nazaret Cristologfa espiritual ‘Teologia del Concilio Textos del Vaticano II Iglesia. Signo entre los pueblos Escritos de eclesiologia y de ecumenismo Iglesia. Signo entre los pueblos Escritos de eclesiologia y de ecumenismo Revelacién - Escritura- Tradicién Hermengutica y principios de la enscfianza de la teologia Resurreccién y vida eterna Contribuciones sobre escatologia Teologia de la liturgia Predicadores de la palabra y servidores de vuestra alegria Teologfa y espiricualidad del Orden En didlogo con nuestro tiempo Entrevistas - Opiniones - Objeciones Homilias para el Afio littirgico Meditaciones - Oraciones - Reflexiones Mi vida Textos autobiograficos Bibliografia e indices Obras completas de Joseph Ratzinger XI TEOLOGIA DE LA LITURGIA JOSEPH RATZINGER Obras completas XI TEOLOGIA DE LA LITURGIA La fundamentacién sacramental de la existencia cristiana BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID « 2012 MADRID « 2012 Titulo de la edicion original: Joseph Ratzinger. Gesammelte Schriften. Theologie der Liturgie. ‘Traducida del original aleman por: IRENE SZUMLAKOWSkI (parte A); ROBERTO H. BER- NET (partes B y E) y PABLO CrRvERA (partes C y D). Comité cientifico de revision de los textos: MANUEL AROZTEGUT, PABLO BLANCO, OLE GARIO GONZALEZ DE CARDEDAL y GABINO URIBARRI. Fdicién preparada por PABLO CERVERA y CARLOS GRANADOS. © Verlarg Herder GmbH, Freiburg im Breisgau 2008 © Biblioteca de Autores Cristianos, 2012 © Don Ramon de la Cruz, 57. 28001 Madrid © Tel, 309 08 62 © wwwbacedicorialcom Deposito legal: M-34488-2012 ISBN; 978-64-220-1608-3 (Obra completa) ISBN: 978-84-220-1609.0 (Tomo XD} Preimpresién: BAC Impresion: Fareso, S. A. Pde la Direccion, 5, Madrid Enunernacion Succiores de Felipe Mende, .L Carb, 6 8 Pl. Ind, San José de Valderas I, Lanes adi Impreso en Espafa, Printed in Spain Mustracién de cubierta: Retrato de Benedicto XVI, oleo de Nati Canada (2012) Disefto de cubierea: BAC ‘Cualquicr forma de reproduccion, distribucion, comunicacién publica o transformacidn de esta obra solo ser realizada con la autorizacidn de sus titulares, salvo excepcion prevista por la ley. Dirljase a CEDRO (Cen- tro Espanol de Derechos Reprograficos) si necesita fococopiar 0 escanear algun fragmento de esta obra (wwweconlicencia.com; 91 702 1970/93 272 04 47). fNDICE GENERAL RA LA EDICION ESPANOLA, por Antonio Mt Rouco Varela . IMEN INAUGURAL DE MIS ESCRITOS, por Benedicto XVI {ON DEL EDITOR ALEMAN, por Gerhard Ludwig Maller. IATURAS PARTE A. EL ESPIRITU DE LA LITURGIA, DE LA LITURGIA. UNA INTRODUCCION .. incia de la licurgia so ja y vida: el lugar dela liturgia en la realidad fia - Cosmos - Historia - Antiguo al Nuevo Testamento: la forma fundamental de la liturgia eris- a determinada por laf biblica o 1po y el espacio en la liturgia ones previas acerca de a relacion de la licurgia con el espacio y el tiempo sagrados. El significado del templo cristiano jar yla direccin de a oracion en la lieurgia reserva del Santisimo Sacramento <«Participacion activa» Lasefial dela cruz s) Arrodillarse (Prostratio) b) Estar de pie y estar sentado. Liturgia y cultura ‘yor humana vestiduras lcurgicas xt xu xvu xx wt 116 19 125, 127 131 VI INDICE GENERAL, PARTE B TYPOS - MYTERIUM - SACRAMENTUM. 1. La fandamentacién sacramental de la existencia cristiana . 1. Presupuesto: La crisis dela idea de sacramento en la conciencia modern: 2. Laidea de sacramento en Ia historia de la humanidad 3. Los sacramentos cristianos 4, El sentido de los sacramentos hoy IL, Sobre el concepto de sacramento PARTE C LA CELEBRACION DE LA EUCARISTIA: FUENTE Y CUMBRE DE LA VIDA CRISTIANA I. El significado del domingo para la oracién y la vida del cristiano .. 1. @De que se trata? nnn 2. Latcologia del dia del Senor 3. Sabbat y Domingo a) Elproblema 4) La teologia del Saba 0) La sintesis eristiana 4. Aplicaciones 4) Liturgias dominicales sin sacerdote 4) Culeura de fin de semana y domingo cristiano .. IL, Es la Eucaristia un sacrificio 1. Planteamiento del problema: el deseo de Lutero 2. El testimonio del Nuevo Testamento a) Los textos... 6) El tipo marcano de relato: teologia veterotestamentaria del sactificio. c) Eltipo paulino: critica profética del eulto . d) El centro de convergencia: la idea de la susticucion ¢) Sobre la cuestion de la presencia actual IIL El problema de la transustanciacion y la cuesti6n del sentido de la eucaristia . 1. El erasfondo de la problematica: la objecion de la Reforma a) Calvino .. +) Lutero. 2. La problematica actual 4) El problema filoséfico de la transustanciacion 1b) El significado ceoldgico de la afirmacion Recensiones IV. Lacucar Prefacio 1, Elorigen de la encaristia en el misterio pascual 2. La eucaistia, centro de a Iglesia centro de la Iglesia . 139 139 141 145, 149 153 169 169 v1 174 174 177 179 180 181 183 185 185 188, 188, 188 189 190 192 195 197 197 201 206 207 212 217 223 223 223 232 INDICE GENERAL bre la correcta celebracion de la Santa eucaristia .. |. La presencia real de Cristo en el sacramento de la eucarista nay contenido de la celebracion eucaristica eamiento del problema: la categoria de «forma» . Desarrollo de la forma de la eucarstia en el devenie dela Iglesia. forma definitiva .. esencia de la celebracion litirgica . cept subjetivaa a natuaeza objetiva de iar on ja dela cruz como prenpuestoy fundamenco dela teologiacucarises. ‘eucaristica en la primera carta a los Corintios ... 1 Gor 5,6: la pascua cristiana 1 Cor 612-19: unirse al Sefior.. : 1. Cor 10,1-22: un cuerpo con Cristo, pero ninguna certeza salvifica magica . {) 1. Cor 1117-33: la institucién de la eucaristia y su correcta celebraci6n .. ‘vida cristiana y ministerio apostélico como realizacion de la eucatistia . El martirio como proceso en el que el cristiano se hace eucaristia b) El culto conforme al Logos: la vida cristiana como cucaristia Lamision como el servicio de la liturgia césmica jonclusién: la eucaristia como origen de la misié: ristia, comunidn y solidaridad Conclusion: la eucaristia como sacramento de las transformaciones Construida con piedras vivas>. La casa de Dios y el modo cristiano de rar a Dios _ El mensaje biblico sobre el templo de piedras vivas 44) Laraiz vererotestamentaria 4) Cumplimiento en el Nuevo Testamento .. ¢Como se llega al cemplo cristiano? ‘onsecuencias para el presente bre la cuestin de la orientacidn en la celebracién Observaciones sobre la cuestion de a orientacion en la celebracién Presentacion de Uwe Michel Lang, Conversi ad Dominum. Zu Geschichte und Theologie der christlichen Gebetsrichtung, 2003, mmilias . Sobre la cuestion del culco y el caracter sagrado de la eucaristia Seftor est cerca de nosotros: en nuestra conciencia, en su palabra, en su ‘ia personal, en la eucaristia. Homilia sobre Dt 4.7, VI 240 251 265 265 269 273 276 27 285, 286 290 295 295 297 300 301 301 303 304 308 308 310 312 313 317 318 320 325 328 331 331 332 334 336 340 345, 345, 349 353 353 358 VIL 1 mL, WV. INDICE GENERAL, 3. Estar ante el Seftor - caminar con el Seftor - arrodillarse ante el Senor. Sobre la fiesta del Corpus Christi 4, (Qué significa el Corpus Christi para mi? Tres meditaciones ..... PARTE D TEOLOGIA DE LA MUSICA SAGRADA, El fundamento teoldgico de la misica sagrada 1. Introduecin: aspectosesenciales dela disputa posconcilar sobre la musica sagrada 2. Lamvasica sagrada como problema teologico en la obra de Tomas de Aquino y de sus Auctoritates 4) La misiea sageada puesta en discusion por las Auctoritaes de lateologia 4b) Motivos y trasfondo dela critica teologica a la musica ¢) Fundamentos teologicos de la mtsica sagrada 4) El significado positivo de la critica teologica a la miisica .. 3. Conclusion: principios generales en la crisis del presente La imagen del mundo y del hombre propia de la liturgia y su expresion en la musica de la Iglesia 1, ¢Superar el Concilio? Una nueva concepcion de fa liturgia 2. El fundamento filosofico de esta concepcion y su problematica 3. El modelo antropologico de la liturgia eclesial 4, Consecuencias para la musica ivirgica a) Consideraciones fundamentales.. b) Observaciones sobre la situacién actual 5, Observacidn conclusiva:liturgia, musica y cosmos , que el 4 de diciembre de 1963 fue solem- srobado, como primer fruto de la gran asamblea eclesial, con el rango itucién. Fue casi una casualidad, viendo las cosas desde fuera, que el jiturgia estuviera al principio del trabajo del Concilio y que la res- ynstituci6n fuera su primer resultado. El papeJuan habia convocado de obispos sobre todo con la voluntad felizmente compartida por actualizar el cristianismo en una época de cambios, pero no la habia tun programa fijo. Una larga serie de borradores fue presentada por nes preparatorias. Pero faltaba una clave para encontrar el camino junto de propuestas. Entre todos los proyectos, el texto sobre la sa- gia parecia ser el menos controvertido. Asi, parecié el mas opor- empezar lo mas pronto posible, casi como una forma de entrena- n el que los Padres pudieran ensayar un método para los trabajos . Lo que desde fuera podia parecer una casualidad, se comprobo mas adecuado, incluso partiendo de lo interior, a la vista del orden de cia de los temas y trabajos del Concilio, Mediante este comienzo con lela liturgia se ponia inequivocamente de manifiesto el primado de Ja primacia del tema Dios: Primero Dios, es lo que nos dice el comienzo gia. Cuando la mirada hacia Dios no es lo determinante, todo lo ierde su orientacion. La sentencia de la regla benedictina: «Nada debe erse al culto divino» (43,3), vale de un modo especial para el mona- tiene también validez en cuanto al orden de prioridades para la vida lesia y la de cada uno en particular, segiin su estado. Quizd es util re- Jui, a este respecto, que en la palabra «ortodoxia», la segunda mitad, , No significa «opinién» sino «gloria»; no se trata de tener una n>» correcta sobre Dios, sino de la forma correcta de glorificarle, de letle, Esta es cfectivamente la pregunta fundamental que se formula el que comienza a comprenderse correctamente: :cémo debo encon- con Dios? Por eso, el aprender la forma correcta de adoracién —de ia— es el principal don que nos llega por la fe. rando tras algunas vacilaciones me decidi a aceptar el proyecto de una edi- mis obras completas, me result claro que en ellas debia primar el orden idades del Concilio y que, por tanto, el volumen de mis escritos sobre li- bia ir al principio. La liturgia de la Iglesia fue para mi, desde mi infan- XIV SOBRE EL VOLUMEN INAUGURAL DE MIS ESCRITOS cia, una realidad central en la vida y se convirtié también, en la escuela de maes- tros como Schmaus, Séhngen, Pascher o Guardini, en el centro de mi esfuerzo teoldgico. Como materia de estudio escogt la teologia fundamental, porque yo queria por encima de todo seguir la pista a la pregunta: ¢Por qué creemos? Pero en esta pregunta estaba la otra pregunta sobre la respuesta correcta a Dios y, por tanto, la pregunta sobre el culto divino estaba desde el principio implicada. A partir de aqui se comprenden mis trabajos sobre liturgia. Para mi no se trata de los problemas especificos de la ciencia litirgica, sino siempre del anclaje de lali- turgia en el acto fundante de nuestra fe y, asi también, de su lugar en el conjunto de nuestra existencia humana. Este volumen retine ahora todos los pequetios y medianos trabajos con los que, en el curso de estos afios, en diversas ocasiones y desde diversas perspec- tivas, he tomado postura sobre cuestiones liturgicas. Después de todas las con- tribuciones, que asi fueron apareciendo, me urgia presentar en ultimo término una perspectiva de conjunto, que aparecié en el ano jubilar del 2000 bajo el ti- culo «El espiritu de la Liturgia. Una introduccién» y que constituye el texto central de este libro. Desgraciadamente, casi todas las recensiones se han vol- cado sobre un solo capitulo: el del altar y la direccién de la oracién en la li- curgia. Los lectores que la recensionaban parecian suponer que, a fin de cuen- tas, toda la obra versaba solo sobre [a orientacién de la celebracién, que su contenido tenfa la pretensién de introducit nuevamente la celebracion de la misa «de espaldas al pueblo». Ante esta desfiguracién pensé durante algin tiempo en climinar este capitulo —que consta de nueve paginas sobre un total de 200— para que pudiera expresarse finalmente lo que verdaderamente me interesaba y me interesa en el libro. Esto resultaba mds facil y mas factible por- que entretanto habian sido publicados dos excelentes trabajos en los que la cuestién de la orientacién de la oracién en la Iglesia de los primeros siglos se aclaraba de un modo convincente. Me reficro en primer lugar al importante librito de U. M. Lang, Conversi ad Dominum. Zu Geschichte und Theologie christlichen Gebetsrichtung' (Johannes Verlag Einsiedeln, Freiburg 2003) y muy especialmente a la gran contribucién de S. Heid, «Gebetshaltung und Ostung in der frithchtistlichen Zeit» ? (RAC 72 [2006] 347-404), en la que se examinan las fuentes y la literatura sobre esta cuestidn. El resultado es claro: la idea de que sacerdote y pueblo deben mirarse reciprocamente durante la oracién se formé solo en fa época moderna y es totalmente extrafia al antiguo cristianismo. Sacerdote y pueblo no oran uno hacia el otro, sino hacia el inico Senor. Por eso miran durante la oracién en la misma direccién: hacia el este, como simbolo césmico del Seior que llega, 0, cuando esto no era posible, hacia la imagen de Cristo en el abside, hacia una cruz o simplemente todos ' Nde: Hay traduccién espanola del original inglés: Voluerse hacta el Senior. Orientacion en la plegaria littngica (Cristiandad, Madrid 2007). * Nae: «Postura dela oracién y orientacion en la primera época cristiana». SOBRE EL VOLUMEN INAUGURAL DE MIS ESCRITOS xv a, como hizo el Sefior durante la oracién sacerdotal en la noche pasion (Jn 17,1). Entre tanto, se impone afortunadamente cada vez erencia que hice al final del referido capitulo en mi libro: no hacer strucciones, sino colocar simplemente en medio del altar la cruz, miran sacerdote y fieles a la vez, dejandose asi conducir hacia el ¢ rezamos todos unidos. n ello he hablado nuevamente quizas demasiado sobre este punto, embargo, solo un detalle de mi libro que podria también haber de- La perspectiva esencial de la obra era la de presentar la liturgia, por Jas cuestiones con frecuencia insignificantes sobre esta o aquella su gran marco de relaciones, que yo intentaba representar mediante los, presentes en todos los temas particulares. Esta en primer lugar la sncia interna entre Antiguo y Nuevo Testamento; sin su relacién cia veterotestamentaria no se comprende en absoluto la liturgia El segundo circulo es la relacién con las religiones del mundo. Y fi- viene el tercer circulo: el caracter césmico de la liturgia, que signi- el encuentro de un grupo mayor o menor de hombres. La litur- bra en la anchura del cosmos, abarca creacion ¢ historia a la vez. Esto re se expresaba al rezar hacia el oriente: que el Salvador, al que rezamos, el creador y que, por tanto, en la liturgia siempre esta contenido amor ala creacion y la responsabilidad hacia ella. Me alegraria que dicién de mis escritos litirgicos pudiera ayudar a que se hiciera vi- an perspectiva de nuestra liturgia, y se situaran las pequenas dispu- la forma externa en su lugar preciso. timo y sobre todo, tengo que agradecer. Mi gratitud se extiende en gar al obispo de Ratisbona, Gerhard Ludwig Miiller, que ha asumido Imente el proyecto de las obras completas y ha posibilitado las condi- ersonales ¢ institucionales para su realizacién. Muy especialmente jostrar también mi agradecimiento al Prof. Dr. Rudolf Voderholzer, wertido una extraordinaria cantidad de tiempo y esfuerzo en la reco- y tevision de mis escritos. Igualmente, mi agradecimiento al Dr. D. Schaller, que ha trabajado activamente junto a él. Por ultimo, mi to gracias a la editorial Herder, que con gran amor y atencién ha asu- a dificil y trabajosa labor. Ojala que todo sirva para que la liturgia sea més profundamente comprendida y dignamente celebrada. «El gozo es vuestra fuerza» (Neh 8,10). » en la solemnidad de los apéstoles Pedro y Pablo de 2008, dD dred it an 9 xy BENEDICTO XVI _ INTRODUCCION DEL EDITOR ALEMAN ” nedicto XVI es uno de los mas grandes tedlogos que se ha sen- ia de Pedro. En la larga serie de sus predecesores se impone la n con la excepcional figura del sabio papa del siglo xviii, Bene- 740-1758). Igualmente, se puede pensar en el papa Leén Magno tue formulé las claves decisivas para la confesién cristolégica del cedonia (451). enedicto XVI, en los largos afios de su dedicacién académica or de teologia fundamental y dogmitica, ha llevado a cabo una ica propia, que le sitiia en la serie de los tedlogos mas significativos XX y XXI. Desde hace mas de 50 afios, el nombre de Joseph Rat- senta una original propuesta completa de teologia sistematica. tos vinculan los conocimientos cientificos de la teologia con la 1a fe. Como ciencia, que tiene su lugar genuino dentro de la Igle- éa nos puede descubrit el valor particulag del hombre como cria- sn de Dios. jenedicto XVI ha podido recurrir siempre en sus trabajos cienti- uloso conocimiento de la historia de la teologia y de la dogma- ha elaborado de tal modo, que resulta patente, como base de todo, Dios acerca del ser humano. El dominio que Joseph Ratzinger palabra y de la lengua hace que eso resulte accesible para muchos. s complejos no son sustraidos a la comprensién general mediante ada reflexin, sino que se hacen transparentes en su interior sim- ‘trata siempre de que Dios quiere hablar a cada hombre y de que luz que ilumina a todo hombre (Jn 1,9). académica ha conducido al profesor de teologia, Joseph Rat- escuelas superiores y universidades de Frisinga, Bonn, Miinster, inalmente a Ratisbona, donde trabajé desde 1969 hasta su nom- mo arzobispo de Munich y Frisinga en 1977. También durante iodo como Prefecto de la Congregacién para la Doctrina de la Fe ), Se sentia el cardenal Joseph Ratzinger vinculado con la ciudad is de Ratisbona. Visitaba regularmente a su hermano Georg Rat- ctor durante muchos aiios del célebre coro catedralicio de Ratis- ado «los gorriones de la catedral»> (1964-1994). Inolvidables son sermones en la catedral de Ratisbona, que solia predicar con mo- mis diversos dias festivos. La tumba de sus padres, Josef y Maria XVII INTRODUCCION DEL EDITOR ALEMAN, Ratzinger y de su hermana Maria se encuentra en el cementerio de Ratisbona- Ziegetsdorf. Sobre su lugar de residencia en Pending, a las puertas de la ciu- dad episcopal de Ratisbona, dijo ¢l una vez: Tras todos aquellos afios agitados en diversos lugares de trabajo «estabamos de nuevo en casa». Durante la visita pastoral de 2006 a su tierra de Baviera subray6 otra vez, en su Leccion de Ratisbona momento estelar no solo para la historia de la uni- versidad alemana—, la relacion interna entre fe y razn. Nila razon nila fe pue- den ser pensadas independientemente la una de la otra, si se quiere entender lo que realmente son. Razén y fe son preservadas de peligrosas patologias gracias a una mutua correccion y purificacién. El papa Benedicto XVI se vincula asi a la gran tradicion de las ciencias teolégicas, que puede mostrarse en el todo del organismo de la universidad como el elemento que da unidad al conjunto. Ratisbona se convierte asi de algtin modo en el genius loci, que quiere reu- nir y conservar el conjunto de la obra teoldgica de Joseph Ratzinger. La sede episcopal de Ratisbona, con sus grandes sabios obispos, san Alberto Magno (1260-1262) y Johann Michael Sailer (1821-1832), representa la unidad de la ensenanza episcopal y académica, que confirman la racionalidad de la fe y la fecundidad pastoral de la ciencia. Esta tradicion fue prolongada por el arzo- bispo Michael Buchberger (1927-1961), bajo cuyo gobierno se llevo a cabo el Lexikon fir Theologie und Kirche, que actualmente va, como obra estandar internacional, por su tercera edicidn. Asi, esta ciudad episcopal se ofrece finalmente también como lugar para un centro de investigacién de la obra de Joseph Ratzinger / Benedicto XVI. Des- pués de que el santo Padre me encargara, como obispo de Ratisbona, la edi- cion de sus Obras completas en 16 volimenes, fundé en Ratisbona para llevar acabo este proyecto el Instituto Papa Benedicto XVI. Este deberia ser un lugar en el que se documentara exhaustivamente la vida, el pensamiento y la obra del tedlogo, obispo y papa Joseph Ratzinger / Benedicto XVI. Mediante la reco- leccién y puesta a punto de todas sus obras, publicadas y no publicadas, me- diante el esclarecimiento de sus contextos biograficos y teolégicos, y mediante la formacin de una biblioteca especializada, se han puesto las condiciones ideales para una investigacién completa del conjunto de su obra teolégica, El conjunto del plan editorial ha sido elaborado en didlogo estrecho con el papa Benedicto XVI. Cada volumen particular ha sido aprobado por el mismo santo Padre, tanto en su concepcién tematica, como también en lo re- ferente ala seleccidn de los textos. Se ha buscado la exahustividad. De algunos textos mas pequenos se senala solo el lugar donde pueden ser encontrados. Es, por tanto, adecuado hablar de un testimonio vivo de la teologia de Joseph Ratzinger / papa Benedicto XVI, pues el centro de la obra no es la mera re- coleccion y archivo de textos, sino la exploracién sistematica de un ambito te- matico de la teologia por medio de una ordenacién nuevamente concebida, que facilita las correlaciones y posibilita una mirada de conjunto. INTRODUCCION DEL EDITOR ALEMAN, XIX personal del santo Padre, las Obras completas se publican bajo el autor, Joseph Ratzinger. fen este momento mi particular gratitud al director encargado Voderholzer, de Tréveris, y a su sustituto, el Dr. Christian Scha- Jaborado en la edicién de las Obras completas con amplios cono- on atencion y con una gran competencia teoldgica. mostrar mi mds sincero agradecimiento al santo Padre, el papa Be- La gran muestra de confianza que me ha dado con el encargo de obras es para mi alegria y responsabilidad a la vez. a, en la solemnidad de los apéstoles Pedro y Pablo, 2008 1 Gad Lady GERHARD LUDWIG MULLER Obispo de Ratisbona SIGLAS Y ABREVIATURAS Articulo (en la Suoma de Teologia de santo Tomas de Aquino). Articulo citado anteriormente. TRENEO DE LYON, Adversus haereses. Abhandlungen der Heidelberger Akademie der Wissen- schaften. Philosophisch-historische Klasse. Justino, Apologia. _Articulo. R.G. Kratz - H. SPIECKERMANN (eds.), Das Alte Testament | Deutsch (Vandenhoeck & Ruprecht). Biblioteca de Autores Cristianos. Beitrage zur evangelischen Theologie. Theologische Abhand- Lungen. Biblische Zeitschrifi. Corpus Christianorum. Comentario sobre... Concilium (alemin). Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum. H. DENZINGER - A. SCHONMETZER (eds.), Enchiridion sym- bolorum, definitionum et declarationum de rebus fidei et morum (Herder, Barcelona 1976). * Editor / edicion. Forum Katholische Theologie. Festschrift. Gottesdienst der Kirche. Handbuch der Liturgiewissenschafi. Homilia. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los efesios. Internationale Katholische Zeitschrift «Communio». Innsbrucker Theologische Studien. Jahrbuch fiir Liturgiewissenschaft (ab 1950 A [Fir Archiv] LW). J. RATZINGER, Obras completas (esta edicion). Kleine Katholische Dogmatik. Klerusblatt. XXII LThK* LWQF LXX MBTh MTAS.S Ndt nt. NTD resp. RHPhR sc SChr StANT StdZ ThGl ThJb (L) ThLZ ThRy ThWAT ThWNT TRE TThS TThZ Us SIGLAS Y ABREVIATURAS W. Kasper (ed.) y otros, Lexikon fur Theologie und Kirche (Herder, Freiburg B. 71993-2001), Liturgiewissenschaftliche Quellen und Forschungen. Sepeuaginta (traduccién griega de la Biblia hebrea). Miinsterische Beitrage zur Theologie. Miinchener Theologische Studien, Systematische Abteilung. Nota del traductor. Neue Folge (Nueva serie). Nota. Das Neue Testament Deutsch. Obra citada anteriormente. L’Osservatore Romano. Padre. J.-P. Mine (ed.), Patrologiae Cursus completus. Series Latina, 221 vols. (Paris 1841-1864). Cuestién (en la Suma de Teologia de santo Tomas de Aquino). Reallexikon fiir Antike und Christentum. Revue biblique. Respondeo. Revue d'histoire et de Philosophie Religieuses. COncILIO Vaticano II, Constitucién Sacrosanctum Con- cilium (4-12-1963). Sources chrétiennes. Studien zum Alten und Neuen Testament. Stimmen der Zeit. TOMAS DE AQUINO, Summa theologiae. Theologie und Glaube. Theologisches Jabrbuch (Leipzig). Theologische Literaturzeitung. Theologische Revue, G. J. BoTrERWECK - H. RINGGREN - H.-J. Fasry (eds.), Theologisches Worterbuch zum Alten Testament (Kohlham- mer Verlag, 1973ss). G. KITTEL y otros (eds.), Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament (Scuttgart-Berlin-Kéln 1933ss).. Theologische Realenzyklopadie. Trierer Theologische Studien. Trierer Theologische Zeitschrift. Una Sancta. (Circulares de encuentros interconfesionales). SIGLAS Y ABREVIATURAS Weimarer Ausgabe der Werke Martin Luthers. Wege der Forschung. Zeitschrift fir Katholische Theologie. Zeitschrift fir Theologie und Kirche. XXII PARTE A ESPIRITU DELA LITURGIA El espiritu de la liturgia Una introduccién PROLOGO primeras lecturas cuando comencé a estudiar teologia a prin- 1946 fue ese breve primer libro de Romano Guardini «Sobre liturgia» («Vom Geist der Liturgie>), que se habia publi- ua de 1918 como primera obra de la coleccion «Ecclesia fa por el abad Iidefons Herwegen, y que hubo que reimprimir vas ediciones. Este pequefio escrito puede ser considerado, 10 el punto de arranque del movimiento liturgico en Alema- ido de forma fundamental a que la liturgia, en su belleza, en ndida, en su grandeza intemporal, fuera descubierta de nuevo ¢ anima la Iglesia y como centro de la vida cristiana. Ha con- fuerzo por celebrar la liturgia «més esencialmente» (palabra ini); se queria aprender a comprenderla desde su exigencia je su forma interior como la oracién de la Iglesia, realizada y ismo Espiritu Santo, en la que Cristo continuamente se hace mporanco nuestro, entra en nuestra vida. tiesgarme a poner una comparacion que, como toda compa- ta en muchos aspectos, pero que ayudara a comprender lo ir. Se podria afirmar que por entonces (en 1918) la liturgia se 10s aspectos a un fresco, que, aunque se habia conservado in- oculto casi completamente por un encalado posterior: en el jue celebraba el sacerdote, estaba plenamente presente la forma tollada desde los origenes, pero para los creyentes estaba oculta ja bajo indicaciones y oraciones de caracter privado. Gracias al ittirgico y de modo definitivo por obra del Concilio Vaticano II, al descubierto, y, durante un tiempo, quedamos fascinados de sus colores y sus figuras. Pero desde entonces el fresco esta into por las condiciones climaticas como por ciertas restaura- strucciones y peligra su integridad, si no se lleva a cabo rapi- ecesario para poner coto a estas influencias nocivas. Natural- ¢ ser encalado de nuevo, pero se requiere una nueva reverencia ina nueva comprensin de su mensaje y de su realidad, para que imiento no se convierta en el primer paso hacia su pérdida defi- a esta renovada comprensidn es el propésito del libro que pre- publico, En sus intenciones fundamentales coincide plenamente etendia en su tiempo la obra de Guardini; por esto he elegido 6 PARTE A. EL ESPIRITU DE LA LITURGIA intencionadamente un titulo que evoca inmediatamente ese clasico de la te- ologia liturgica. Unicamente habia que trasladar lo que Guardini expuso a finales de la Primera Guerra Mundial, en un contexto histrico completa mente diferente, a las relaciones actuales de nuestros planteamientos, espe- ranzas y peligros. Al igual que Guardini, tampoco me preocupo de las discusiones 0 investi- gaciones cientificas, sino de ofrecer una ayuda para la comprensién de la fe y y vida: el lugar de la liturgia en la realidad para la correcta realizacién de su forma de expresidn central en la liturgia. Si este libro pudiera impulsar de nuevo algo asi como un «movimiento litur- gico», un movimiento hacia la liturgia que condujera a su correcta celebra- ci6n, tanto externa como interna, se habria cumplido con creces la intencién que me ha movido a realizar este trabajo. I LA ESENCIA DE LA LITURGIA es en realidad la liturgia? ¢Qué sucede en ella? ¢Qué tipo de reali- encontramos en ella? En la segunda década del siglo xx se propuso der la liturgia como un «juego»; el punto de comparacién era en lugar que la liturgia, como el juego, tiene sus propias reglas, construye io mundo, que es valido en cuanto se entra en él y que, por supuesto, Ive de nuevo, en cuanto se acaba el «juego». Otro punto de compa- ra que cl juego, aun teniendo sentido propio, carece de propésito y recisamente posee un efecto curativo e incluso liberador, porque nos mundo de las intenciones y las obligaciones cotidianas para introdu- el de lo improductivo, liberandonos asi por un tiempo de todo el nuestro mundo del trabajo. El juego seria, por asi decir, otro mundo, de libertad, en el que durante un tiempo podriamos dejar correr sin tra existencia. Para poder soportar el peso de la cotidianeidad nece- estos momentos de evasion de su dominio. do esto hay algo de verdad, pero esta explicacion no nos basta. Por- ces, en el fondo, no tendria ninguna importancia a qué jugamos; dicho se puede aplicar a cualquier tipo de juego, cuyo necesario rigor ‘en la sujecién a las reglas desarrolla enseguida sus propias imposicio- induce también a nuevas complicaciones: tanto si pensamos en el del deporte actual, en las competiciones de ajedrez o en cualquier otro ercibimos en todas partes que el juego pasa rapidamente de ser algo © ajeno al mundo a ser una parcela del mundo con sus propias leyes, ie se pierda en un simple jugueteo vacio de contenido. que mencionar todavia un aspecto de esta tcoria del juego que nos ds a la esencia particular de la liturgia. El juego de los niftos aparece, 10s aspectos, como una especie de anticipo de la vida, como una pre- para la vida posterior pero sin llevar en si su peso y seriedad. De este fa liturgia podria indicarnos que ante la verdadera vida, a la cual que- s dirigirnos, todos en realidad seguimos siendo nifios 0, en todo caso, 10s seguir siéndolo. La liturgia seria entonces una forma de anticipo cicio preliminar totalmente distinto; seria el preludio de la vida futura, eterna, a propésito de la cual dice Agustin que, en contraposicién tual, ya no esta entramada por la carencia y la necesidad, sino entera- por la libertad del regalar y el dar. La liturgia seria asi un nuevo des- Nota del editor: En el margen se sefialan los niimero de pagina de la edicién alemana (en tedonda): Der Geist der Liturgie. Eine Einfithrung (Freiburg ‘2000, °2001, ‘2002. Sonderausgabe 2006, 2007); y dela traduccion espafola (en negrita): Elespiritu de la li- turgia (Cristiandad, Madrid 2009) 31 52 33 8 PARTE A. EL ESPIRITU DE LA LITURGIA I. LAESENCIA DE LA LITURGIA o pertar en nosotros de la verdadera infancia, de la apertura hacia una madurez futura que no se ha realizado atin realmente con la vida adulta; seria la forma ti- pificada de la esperanza, que vive ya anticipadamente la vida futura y auténtica, que nos entrena para la vida verdadera, la de la libertad, la de la presencia inm diatade Dios y de la pura apertura de uno para otro. De este modo, la iturgia im- primiria también en la vida cotidiana, aparentemente real, los augurios de la l- bertad, que deshacen constricciones y hacen que alumbre el cielo sobre la tierra, Este giro de la teoria del juego eleva a la liturgia esencialmente por encima del juego comiin, en el que siempre vive el anhelo del verdadero «juego», de Jo totalmente otro a un mundo en el que se funden orden y libertad. Este giro permite que se imponga asi, frente a la superficialidad del juego comtin, que esta sin embargo llena de finalidades o, por el contrario, carente del todo de humanidad, lo especifico y lo particular del «juego» dela sabidurfa, al que se I sale de Egipto no para ser un pueblo como todos los demas; sale para refiere la Biblia, y que se puede relacionar con la liturgia. Pero todavia nos ios, La meta del éxodo es la montana de Dios, todavia desconocida, falta dar contenido a este desarrollo, porque la idea de la vida futura ha apa- io a Dios. Se podria objetar que la concentracién en el culto durante recido por ahora s6lo como un vago postulado, y la vision de Dios, sin el cual iaciones con el Faradn era de indole téctica. Que la verdadera y, en il- la «vida furura» seria solo un desierto, resulta atin muy imprecisa. Por ello mino, tinica meta del éxodo no era el culto, sino la tierra, que consti- guerria proponer un nuevo punto de partida, esta vez desde la conerecion de auténtico contenido de la promesa hecha a Abrahan. No creo que con los textos biblicos. justicia al renor que domina los textos. En el fondo, la contrapo- En los relatos sobre la historia previa y sobre el mismo desarrollo de la sa- tre tierra y culto no tiene sentido, pues la tierra se concede para que lida de Israel de Egipto, aparecen dos metas diferentes para el éxodo. Una, que gar de adoracin al verdadero Dios. La mera posesién de la tierra, la todos conocemos, ¢s la entrada en la tierra prometida, en la que Israel podra onomia nacional, rebajaria a Israel al mismo nivel de los demas pue- finalmente vivir en su propio territorio, dentro de fronteras seguras, como a orientacion ignoraria lo especifico de la eleccidn. Precisamente, toda pueblo con su propia libertad e independencia. Pero junto a esta meta apa- ia de los libros de los Jueces y de los Reyes, retomada e interpretada de rece repetidamente otra. El mandato original de Dios al Faraén era: «Deja in las Crénicas, sefiala que la tierra, considerada como tal y en si misma, salir a mi pueblo para que me rinda culto en el desierto» (Ex 7,16). Esta ex- wvia un bien indeterminado, que sdlo se convierte en el bien verdadero, presin «deja salir a mi pueblo para que me rinda culto» se repite con pocas tico don de la promesa, cuando Dios reina en ella, cuando no existe variantes hasta cuatro veces, es decir, en todos los encuentros del Faraén con estado auténomo cualquiera, sino precisamente cuando ¢s lugar de Moisés y Aaron (Ex7,26; 9,1; 9,13; 10,3). En el transcurso de las negociacio- \ciaen el que se realiza la voluntad de Dios y se instaura asi la forma au- nes con el Fara6n la meta se concreta atin més. El Faraén se muestra dispuesto le existencia humana, Pero la mirada al texto biblico nos permite de- llegar a un acuerdo. Para é! la disputa consiste en la libertad de culto de los de modo atin més preciso la relacién entre ambas metas del éxodo. israclitas, que concede al principio con la siguiente expresion: «Id y ofteced delo gue se le habia anunciado en la conversacién con el Fara6n, el Is- te extranjero sobre la modalidad del culto, no puede someter el culto 0 de compromiso politico. La cuestién referida a la manera de dar estd entre las que se pueden resolver por medios politicos; tiene su medida, es decir, sélo puede ordenarse segiin la medida de la revela- gin Dios. Por este motivo también se rechaza la tercera oferta hecha berano, que ahora va més alli y ofrece que estén autorizados a salir Jas mujeres y los niftos. «Pero dejad las ovejas y las vacas» (10,24). le replica que deben llevar consigo todo el ganado, pues «no sabemos 10s de ofrecer al Senior hasta que lleguemos all» (10,26). En todos £08 no se habla de la tierra prometida; como tinica meta del éxodo Jaadoracién, que debe llevarse a cabo s6lo segtin la medida de Dios y tanto, es ajena a las reglas de juego de los compromisos politicos. sactificios a vuestro Dios en esta tierra» (Ex 8,21). Pero Moisés insiste, segin egrino no descubre pasados tres dias qué tipo de ofrenda quiere Dios. el mandato de Dios, en que es necesario el éxodo para el culto. Su lugar es el argo, «a los tres meses de salir de la tierra de Egipto, aquel dia, los desierto: «Tenemos que ir tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrifi- Israel Ilegaron al desierto del Sinai [..]» (Ex 19,1). Al tercer dia, Dios cios al Senior, nuestro Dios, como nos ha ordenado» (8,23). Tras las sucesivas ala cima del monte (19,16.20). Entonces Dios habla al pueblo, le plagas, el Faraén amplia su oferca para llegar a un acuerdo, Autoriza ahora que el culto se dé segiin el deseo de la divinidad, es decir, en el desierto, pero s6lo quiere dejar partir a los hombres, mientras que las mujeres y los niftos, asi como el ganado, deben permanecer en casa, en Egipto. El Faraén estd asi pre- suponiendo una prictica cultual frecuente, segtin la cual s6lo los hombres eran los responsables activos en el culto. Pero Moisés no puede negociar con el go- cer su voluntad en los diez mandamientos (20,1-17) y establece su por medio de Moisés (Ex 24), que se concreta en una forma de culto samente reglamentada. De este modo se alcanza la meta de la mar- el desierto, segiin lo expuesto ante el Faradn: Israel aprende a adorar T en la forma querida por El mismo. A esta adoracién pertenece el liturgia en sentido propio; pero a ella pertenece también una vida 4 55 15 7 10 PARTE A. EL ESPIRITU DE LA LITURGIA 1, LA ESENGIA DE LA LITURGIA 11 conquista de la tierra. El Sinai no es una estacién intermedia, una espe- descanso en el camino hacia lo decisivo, sino que, en cierto modo, con- tierra interior, sin la cual la exterior seria inhabitable. Sélo porque Is- sido constituido como pueblo mediante la alianza y el derecho divino ido en ella, y porque ha recibido la forma comtin de la vida justa, puede realmente la tierra como don. El Sinai sigue presence en la tierra pro- en la medida en que se pierda su realidad, se perdera desde dentro atierra, hasta llegar a la deportacion, al exilio, Cada vez que Israel se de la auténtica adoracién de Dios, volviéndose de Dios a los idolos (po- valores de este mundo), se desmorona también su libertad. Puede vivir fopia tierra, pero estar sin embargo como en Egipto. La mera posesion copia tierra y del propio estado no garantiza la libertad, puede conver- una burda esclavitud. Cuando la ausencia de derecho ¢s total, desem- luso en la pérdida de la tierra. nsideramos el Pentateuco en su conjunto, es facil ver hasta qué punto vicio a Dios», que se presenta ante el Faraén como tinica meta del es realmente lo auténtico, lo que esta en juego en el Exodo. El Penta- que es el verdadero «canon dentro del canon», el corazén de la Biblia , transcurre todo él fuera de la tierra santa. Concluye en el limite del , «al otro lado del Jordan», donde Moisés vuelve a repetir, a modo de , el mensaje de Sinai, Se hace patente asi cual es el fundamento de la ia en la tierra, la condici6n para poder vivir en comunién y libertad: encia en el derecho divino, que ordena rectamente los asuntos hu- nfigurandolos a partir de Dios y orientandolos a Dios. Iu¢ significa csto, nos preguntamos de nuevo, para nuestro tema? En lugar es obvio que el «culto», entendido en su verdadera amplitud y lad, va mas alld de la acci6n litdirgica. Abarca, en ltima instancia, el toda la vida humana, segiin la afirmacién de Ireneo: el hombre es la le Dios, es quien de algiin modo lo saca a la luz (y esto es el culto), vive orientando su mirada hacia El. Y, al revés, el derecho y el ethos no ienen unidos si no estan anclados en el fundamento litirgico y son los por él. tipo de realidad encontramos por tanto en la liturgia? Podemos decir lugar que quien deja a Dios al margen del concepto de realidad, es temente realista. Hace abstraccién de aquel «en quien vivimos, ‘Mos y existimos» (Hch 17,28). Esto quiere decir que solo cuando 1n.con Dios es verdadera pueden estar en orden las demas relaciones re (las relaciones con los otros hombres y el trato con el resto de la ). El derecho, ya lo hemos visto, es constitutivo para [a libertad y la co- +y laadoracién, es decir, el modo correcto del comportamiento para s, €S a su vez constitutiva para el derecho. Podemos ampliar ahora esta ién dando un nuevo paso: la adoracién, el modo correcto de culto, de segiin la voluntad de Dios, que es una parte imprescindible de la verdadera adoracién, «La gloria de Dios es el hombre que vive, pero la vida del hombre es la vision de Dios», dice san Ireneo (Adv. haer. IV 20,7) describiendo asi precisamente lo que esta en juego en el encuentro al pie del monte en el des- ierto. En ultimo término la misma vida del hombre, del hombre que vive rec- tamente, es la verdadera adoracion a Dios, pero la vida se convierte en vida verdadera sdlo cuando recibe su forma a partir de la mirada dirigida a Dios. El culto existe para transmitir esta mirada y donar asi una vida que sea para glo- ria de Dios. ‘Tres aspectos son importantes para nuestra cuestién. En el Sinai el pueblo recibe no sdlo indicaciones para el culto, sino un ordenamiento completo del derecho y de la vida. Sdlo asi es constituido como pueblo. Un pueblo no puede vivir sin un ordenamiento comin del derecho. Se destruye a si mismo en la anarquia, que es una parodia de la libertad; la abolicion del derecho comtin se convierte en la pérdida del derecho de cada persona, que es la pérdida de su li- bertad. En segundo lugar, el ordenamiento de la alianza en el Sinai entrelaza indisolublemente los tres aspectos: culto, derecho y exhos. Esta es su grandeza, pero también su limite, como se demostrard en la transicién de Israel a la Igle- sia de los gentiles, en la que este entrelazamiento sera disuelto para dejar paso a multiples formulaciones juridicas y ordenamientos politicos, Pero tras esta necesaria desvinculacién, que en la Edad Moderna condujo finalmente a una total secularizacién del derecho, que pretendia excluir del todo la referencia a Dios en la configuracién del mismo, no debe olvidarse que existe de hecho una relacién interna esencial entre los tres rdenes. Un derecho que no esté fundado sobre la moral se convierte en injusticia; una moral y un derecho que no procedan de una referencia a Dios, degradan al hombre, porque le privan de su mas alta medida y de su mas alta posibilidad, le niegan la mirada hacia lo infinito y lo eterno. Con esta aparente liberacion, el hombre queda some- tido a la dictadura de la mayoria dominante, a las medidas humanas azarosas, que, al final, le haran necesariamente violencia. De este modo llegamos a una tercera constatacion, que nos conduce de nuevo a nuestro punto de partida, es decir, a la pregunta sobre la esencia del culto y de la licurgia. Un orden de los asuntos humanos que no reconozca a Dios, empequeiiece al hombre, Por ello, en ultimo término, no se pueden separar totalmente culto y derecho. Dios tiene derecho a la respuesta del hombre, al hombre mismo, y donde des- aparece por completo este derecho de Dios, se desintegra también el ordena- miento juridico del hombre, porque le falta la piedra angular que mantiene unido el conjunto. Que significa esto entonces para nuestra pregunta sobre las dos metas del éxodo, en la que se trata en definitiva de la pregunta sobre la esencia de la li- turgia? Es evidente que lo que sucedié en el Sinai, cuando se detuvieron tras Ja peregrinacién por el desierto, es fundamental para comprender el sentido 58 59

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