You are on page 1of 6
iTiene sentido la vida fuera de sf misma? Los seres humanos siempre se han preguntado por el sentido de la vida. En opinion del autor, la vida no tiene otro significado que el de perpetuar la supervivencia del ADN Richard Dawkins En sus numerosos libros sobre Ja evolucién y fa se pas leceiin natural, Richard Dawkins analiza los temas desde to que ha denominado “el punto de vista det zen" y no desde la perspectiva de los organismos in- dividuales (como hizo Charles Darwin). Los genes de los seres vivos actuales son, afirma, los genes “egots tas” que se aseguraron su propia’ supervivencia do lando a sus kuéspedes —que Dawkins denomina “md quinas de supervivencia”— de una longevidad lo Suficientemente prolongada como para llegar a repro: dducirse. GOR Te me, puedo convences”, i] ‘escribfa Charles Darwin, “de que un Dios bene: factor y omnipotente hubiera creado intencionslmente los. ieneuménidos con el deseo expreso de que se ali- ‘mentaran dentro. de los cuerpos de las orugas”. Los habitos macabros de los icneuménidos les comparten otros grupos de avispas, como las avispas excavadoras estudiadas por el nati ralista francés Jean Henri Fab. Fabre escribfa que antes de poner su huevo en la oruga (en el salta~ montes 0 en Ia abeja), 1a hembra de avispa excavadora hinca cuidadosa mente so aguijéa en cada ganglio del sistema nervioso central de la presa para inmovilizar al animal sin matarlo, De ese modo, la carne pet- manece fresca para la larva en de- sarrolle, No se sabe si la pardlisis acta como un anestésico general 0 si, aa manera del curare, lo tinico que hace es impedir todo movimiento de Ia vietima, Si ocurre esto sltimo, la presa puede ser consciente de que se Ta estén comiendo viva desde den tro sin poder mover un solo miseulo ni hacer nada al respecto, Esta suena salvajemente cruel, pero, coma ve remos, la naturaleza no es cruel, sino indiferemtemente despindada, En cllo esiriba una de las leceiones mis du: ras que los seres humanos tienen q\ aprender. No podemos aceptar que las cosas no sean ni buenas ina las, ni crucles ni benévolas, sino sim= plemente brutales: indiferentes a todo suftimiento, carentes de sentido. Los seres humanos tenemos el sen- tido 0 finalidad de las cosas en el cerebro, Nos es muy difieil contem- plar cualquier ‘sin preguntarnos su “para qué", cul es su razén de ser, la finalidad subyacente. El de seo de ver intenciones por doquier es natural en un animal que vive 10: deado de méquinas. hherramientas y oltos objetos cons. truidos —un animal ensamientos conscientes se ven do~ minados por sus propios abjetivos y propésitos Aunque un automévil, un abrela- las, un destornillador y’ un tenedor garantizan legitimameme una res- puesta al “zpara qué sirve?", el mero obras de arte ademas, cuyos IivESHIGACION Y ClENCIA, enero, 1996 hecho de que sea posible plante una pregunta no la legitima como tal Hay muchas cosas de las que se pucde uno preguntar “zeus! es sv temperatura?" © “zde qué color es? pero no se pueden hacer preguntas acerca de la temperatura 0 el color de, digamos, los celos. o la oracién, Igualmente, puede uno pregumtar con toda razén el porgué de les guarda- barros de una bicieleta © de la pres de Kariba, pero al me iene derecho a suponer que esa pregunta merece una respuesta cuando s¢ for mula acerea de una roca, una des- gracia, el monte Everest 0 el uni Verso. Hay preguntas que simplemente no proceden, por mucho que se de. seen plantear Los seres vivos estin situados en- tre los limpiaparabrisas y los abre- latas por un lado, y las tocas y el uuniverso por otro. Los seres vivos y Banos son objetos que, a dife- rencia de las rocas, parceen estar Ie~ nos de sentido, De un modo noto- rio, [a finalidad aparente de los cuerpos Vivos domina todavia en el movi miento radical norteamericano de las es Se 2 3 ae 1 “MAQUINAS DE SUPERVIVENCIA™, ‘como ef autor denomina a Tos seres vi- 0s, eonstruidas por Ia seleecion natu. ral para la propagucién del ADN. El 3rdo constituye uno de los ejem: ‘ereacionistas cientificos", que de- jende el “argumento del disefio”, porgue “no hay reloj sin relojero". El proceso verdadero que hia idet- lificado Ia apariciGn de alas, ojos, pices, instintos para anidar y todo Io que concierne a los seres vivos con el espejismo de un disefo intencio- ral se comprende hoy bien, Es Ia se- Teeeisn natural darwiniana, Darwin se dio cuenta de que los organismos vives actuales existen porque sus ante pasados tenfan caracteristicas que les ermitfan prosperar a ellos y a su descendencia, mientras que los indi viduos menos eficaces perecfan de- jando tras de si pocos descendientes ‘© ninguno, Sorpreadentemente nues- tra comprension de Ia evolucin es muy reciente, s6lo hace siglo y me- dio, Antes de Darwin, incluso la gente que ya habia dejado de preguntarse 0 cl porgné de las rocas, rfos y eclip- ses todavia aceptaban implicitamente que esa pregunta era legitima cuando se referfa a los seres vivos. Actualmente solo los analfabetos cientificos se plan- tean esa pregunta. Pero ese “sélo” en. cubre la increible verdad de que nos estamos refiriendo todavia a la ma yor parte de la poblacién mundial La construccién de un guepardo Dri apes ae setecion natural favorecfa a los indivi duos mejor dotados para sobrevivir y reprodiucirse. Lo que equivale a de- tir que a seleccién natural favorece aguellos genes que se replican du: ante muchas generaciones. Aunque las dos expresiones son equiparables, el “punto de vista del gen” presenta ciertas ventajas que se comprenden si traemos a colacién el eoncepto de ingenierfa inversa y In nocién de fon- cién de utilidad. La ingenierfa in- versa responde a la siguiente forma de razonamiento; supéngase el lee- tor que é] es un ingeniero que se en- cuentra con un objeto artificial ¢ ig. nora de qué se trata. Piensa que el objeto en cuestién se ha construido con algin fin. Procede entonces a desmontarlo y analizarlo para ver qué utilidad se le puede atribuir: “Si yo hubiera querido hacer un instrumento para realizar una funcién determi- nada, jlo habria hecho de esta ma- nera? {0 dicho objeto se explica me- jor suponiendo que es un me para hacer esto 0 lo otro?” cy La regla de efleulo, hasta hace poco imprescindible para la profesién de ingeniero, es tan obsoleta en cra clectrénica como si se tratara de una reliquia de la Edad del Bronce. Un arquedloge del futwro que en: contrara una regla de céleulo y se preguntara para qué sirve, podria no- lar que no vendria mal para trazar Tineas rectas o para untar de mante- quilla el pan. Pero un simple borde ecto 0 un cuchillo de untar mante- quilla no precisaria de una parte des lizante en el centro. Por afiadidura, las precisas escalas logaritmicas estin dispuestas demasiado meticulosamente ‘como para ser algo accidental. El ar- queslogo pensaria que en un periodo anterior al de las ealculadoras electro- nicas, esto serfa un aparato ingenioso para multiplicar y dividir con rapi- dez. El misterio de la regla de céleulo se resolveria mediante Ia ingenieria inversa, asumiendo que se hizo me. diante un planteamiento inteligente y La “funcién de utilidad” es un tér- mino habitual entre los economistas. Significa “aquello que se maximiza’ Los planifieadores econémicos y los ingenieros sociales se parecen a los arquitectos ya los ingenieros pro- piamente dichos en que se plantean la optimizacién de algo. Los utilita- ristas tienen como meta “la mayor felicidad para el mayor ndmero” Otros, supuestamente, aumentan su propia felicidad a expensas del bien comin. Si se aplica la ingenierfa in- versa para explicar el comportamiento del gobierno de un pais, se puede concluir que lo que se esté optim zando es el empleo y el bienestar general. Para otro pais, la funcién de utilidad puede resultar ser Ia ma- ximizacién del poder continuado de un presidente, © del patrimonio de una determinada familia en el. go- biemo, o del tamafo del harén del sultin, © de In estabilidad en el Oriente Medio, 0 de las condiciones de la fijaci6n del precio del crudo. Es decir, puede uno figurarse mis de una funeién de utilidad. No esta siempre claro Jo que se pretende con: seguir en el dmbito individual, em- presarial 0 estatal Volvamos a los seres vivos y tra- temos de descubrir su funcién de uti- lidad. Puede haber muchas, pero al final resulta que todas se reducen a una. Una buena manera de teatrali- zar Ja tarea es suponer que Ios s res vivos han sido construidos por tuna deidad ingeniera e intentar des- cubrir, por ingenierfa inversa, qué es Jo que intenté maximizar: Ia funeion de utilidad de esa deidad. ‘Los guepardos tienen toda la pinta de haber sido disefiados para algo, y deberfa ser suficientemente sencillo aplicar Ia ingenieria inversa y cal cular su funcién de utilidad. Parecen estar bien disefiados para matar ge elas. Los dientes, garras, ojos, na. riz, misculos de Tas patas, espinazo y Cerebro de un guepardo son pre- tisamente lo gue esperarfamos si la intencién de la deidad al disenar los wuepardos fuera maximizar la mor- INVESTIOACION ¥ CLENCIA, enero, 1996 2. LA DIVERSH fl ADN para maxi del gueparde Te eapacita padas para burlar a los gu D DE LA VID. parisitas busean la maximizacion de hi ‘avispa hembra deposi refle far su supervivencia. Por ejen para cazar gacelas; pero las gacelas estin bien equl dos. En esta pel jes Iuchan para garantizar su supervivencia y la de sus ADN. Las avispas superviven uum huevo en una oruga paralizada por su ‘aguijén; al eclostonar, la larva se come a la oruga viva. las tGenigas innovador is que utiliza los de ta pata fa de vida y muerte, ambos ani- 's ADN depredando espectalizaciones. que ‘aves, como ef faisin Las plantas también compiten entre sf para su reproduceién. tandad de | 1 con. ttario apticamos ta i saa una gacela, encontraremos asi mismo una manifestacién aplastante de un disefio para precisamente la fi nalidad opuesta: la supervivencia de las gacelas a costa de la hambruna de los guepardos. Es como si los guepardos hubieran sido. disenados por una deidad y las gacelas por otra deidad contraria, Pero si se tratara de una sola, ;quign hizo el tigre y el cordero, el ‘guepardo y la gacela? GA qué jugaba? {Se trata de dad sidica que se divierte con es ticulos donde corre la sangre? {Esti tratando de impedir la superpobla cin de los. mamiferos en Africa? Estas son todas funciones de utilidad ‘que podian ser verdad. De hecho, ns- turalmente, todas son completamente falsas, La verdadera funcién de utilidad de la vida, aquella que se maximiza nel mundo natural, es la supervi veneia del ADN. Pero el ADN no flota libre por ahi. Se halla enc rrado en cuerpos vivos, y ha de em plear todos los resortes de poder que tiene a su disposicién. Las secuen cas genéticas que se sittian en los cuerpos de los guepardos maximizan su supervivencia utilizando esos cuer. pos para matar gacelas. Las secuen cias que se encuentran en los cuer pos de las gacelas aumentan sus posibilidades de supervivencia yando una finalidad opuesta. Pero la misma funcién de utilidad —la su pervivencia del ADN— explica la gacelas. Si por InVESTIGACION ¥ CIENCIA, enero, 1996 {ntencién” tanto en el guepardo como cen Ia gacela, Una vez admitido, este principio explica un conjunto’ de fenémenos que de otra manera son desconcer tantes —por ejemplo, los esfuerzos tan costosos en energia y a menudo e6micos de los machos para atraer a las hembras, inclusive su_inversién en “atractivo fisico”. Loy rituales co- pulatorios recuerdan en ocasiones la eleccién de Miss Mundo, pero con los machos desfilando por la pasa- rela (lo que afortunadamente ya no est de moda). Esta analogia se ob- serva con plena nitidez en ciertas aves como el lagépodo comin 0 el ‘combatiente en las que los machos crean un lek, acotan un terreno, para exhibirse delante de las hembras. Estas, visitan el recinto, el lek, y observan los desplicgues ostentatorios de un determinado nimero de machos an- tes de elegir uno y copular con Los machos de las especies que crean lek a menudo poseen adornos ex- trafios que exhiben con inclinaciones y reverencias igualmente notables. Los vocablos “extraiio” y “notable reflejan, por supuesto, juicios de va: lor. Seguramente, cuando el gallo lira actéa en el Ick danzando y reso- plando 0 acompafindose de expre. siones sonoras secas, a las hembras de su propia especie no les parece extrafio, y esto es todo Io que im- porta. En algunos casos, la idea de belleza de las hembras coincide con la nuestra, y el resultado es un pavo real o un ave del paratso. La funcién de la belleza Lc cases get sist, tas colas de los faisanes, las rafagas de luz de las luciémnagas y las escamas irisadas de los peces que habitan en los arrecifes tropicales Son, todos, ca racteres que maximizan la belleza estética, que no existe, a no ser por casualidad, para deleite del ser hu mano. Si disfrutamos del espectéculo 0 es un beneficio afadido, un efecto secundario. Los genes que hacen que los machos les resulten atractivos a las hembras automaticamente se traspasados a las generaciones. si- guientes, Existe sélo una funcidn dé utilidad que tiene sentido para esas bellezas: la cantidad que se optimiza eficazmente en cada hendedura del mundo viviente es, en todos los ca sos, la. supervivencia del ADN res- ponsable de la caracteristica que se pretende explicar Esta fuerza también da cuenta de cciertas exageracionos misteriosas. Por ejemplo, los pavos reales estén re. cargados con adornos tan pesados y agobiantes que obstacularizarfan se- rlamente sus esfuerzos para hacer una tarea vtil —si se sintieran inclinados a ello, lo que, en general, no sucle ser el caso, Los machos de las aves canoras emplean peligrosamente su tiempo y energfa en el canto, Y pe- ligrosamente, no sélo porque ast se atrae a los depredadores, sino tam- bién porque se gasta energia y tiempo que podrian emplearse en reponer las fuerzas. Un especialista en la bio- 61 El gran igualador Jara maximizar la supervivencia del ADN, los orga- nismos pluricelulares dedican poca energia a la supervivencia indefinida de los distintos érganos. Los constructores de automéviles hacen lo mismo. EI psicdlogo darwinista Nicholas Humphrey es- tudid, durante su estancia en Cambridge, esa analogia en particular. Humphrey, en su li- bro Consciousness Regained: Chapters Jn the Development of Mind (La concien- cia recuperada: capitulos de! desarrollo de la mente), supuso que Henry Ford, Personaje mitico de la eficiencia indus- tral, una vez jencarge un sondeo en los comenterios do auto: réviles de América para averiguar si existian pat- tes del modelo T Ford que so mantuvieran intact. Los inlommes de sus inspectores incluian todo tipo de. piezas Inutlizables: ejes, trenos, pistones —todas acababan inservi bias. Poro una notable excepcién llamd su atencién: a los per- ‘os pivotantes de los vehiculos para el desguace les eeguian quedando todavia anos de vida. Con una logica aplastante Ford concluyé que 40s pornos pivotantes dol modelo T oran demasiado duenes y olo la orden da que en adelante se fa briearan de una calidad inferior. El lector, como yo, puede que no sepa exactamente lo que son los pemos pivotantes, pero eso no importa. Es una parte necesaria del motor del automévil, y la ‘supuesta docisién implacable de Ford era, de hecho, completamente légica. La altornativa habria sido me jorar la calidad de las otras partes del auto para igua lar la de fos pemos pivotantes. Pero entonces ya no estaria fabricando e| modelo T, sino un Rolls-Royce, y 65a no ora su intoncién. Un Rolls-Royce es todo un vehiculo, como lo es al modelo T —pero el precio es diferente. La idea es la de alustarse al tipo de cali dades del Rolls-Royce 0 dol modelo T. Si se cons truye un auto hibrido con unas ‘componentes de la calidad del mo- dalo Ty con otras de la calidad dol Rolls-Royce, se esta obteniendo tun vehiculo peor que los dos ori- ginales puesto que el auto no ser- vira para nada cuando se desgaste la parte de calidad inferior, y el dinero empleado en la manufac- tura de las partes de calidad su- perior que nunca se van a des- gastar es dinero tirado. La lecci6n de Ford reviste todavia mayor interés cuando se aplica @ los sores vivos. Las partes del auto pueden reemplazarse, dentro de cier- tos limites, por piezas de recam- bio. Los monos y los gibones vi- ven en las copas de los arboles y existe siempre el riesgo de que se caigan y se rompan algin hueso. Supongamos que encargamos un sondeo de cuerpos de gibones para ccontabilizar la frecuencia de rotura de los huesos mas importantes del ‘cuerpo. Supongamos que esta fre- ‘cuericia es la misma para todos ios EL GIBON también fue disenado —por la seleccién natural— con partes que no fueran indestructible. EL MODELO T no se disené para que funcionara siem- pre, por lo que habria sido estipide maigastar medios en a: manufactura de piezas indestructibles. hhuesos, menos para uno: el peroné (que es el hueso de la pantorrila colocado paralolamente a la tibia) que ‘nunca ha aparecido roto en el cuerpo de ningun gibén caido. Henry Ford no dudarla en dar la orden de redi sefiar un peroné de inferior calidad, y eso es exacta: mente Io que también hace a seleccién natural. Individuos mutantes con un peroné de inferior calidad se desa rrollan de tal modo, que parte del preciado calcio del peroné se utiliza para reforzar otros huesos del cuerpo y se alcanza asi con el tiempo Ia situacién ideal de que cada huoso tenga la misma probabilidad de rom: Perse. O bien en dichos individuos ese calcio ahorrado se podria emplear en producir mas leche y asi dar de mamar a mas crias. Se puede, pues, recortar sin pro- blemas la parte ésea del peroné, por lo menos hasta que su probabilidad de rotura sea tan alta como la del siguiente hueso que le suceda en resistencia, La alter- nativa —Ia "solucién dol Rolls-Royce” de mejorar la ca- lidad de todos los demas huesos hasta aleanzar la del peroné— es més dificil de conseguir. La seleccién natural favorece una igualacion de la calidad en ambos ssentidos (hacia menos y hacia mas calidad) hasta alcanzarse un equi- librio entre todas las partes del cuerpo. Contemplados desde la perspec- tiva de la seleccién natural, lo mismo el envejecimiento que la muerte por decrepitud resullan ser las conse- cuencias fatales de esa accion equ librante. Descendemos de un largo linaje de antepasados jévenes cu- yos genes aseguran vitalidad en los afios reproductives, pero no reu- nieron provisiones para resistir pa- sada esa etapa. Un joven pletorico de salud es crucial para asegurar la supervivencia del ADN. Pero una vejez pletérica de salud puede ser Un Iujo analogo a los pernos prin- cipales de superior calidad del mo- delo T. FR. D. 6 INvESTIOACION ¥ CIENCIA, enero, 1996 logia del reyezuelo afirmaba que un0 de sus machos silvestres canté lite- ralmente hasta que cayd muerto. Cualquier funcién de utilidad que se tomara en serio el bienestar a largo plazo de la especie, © incluso Ia su- pervivencia individual de un_macho conerelo, rebajaria In dosis de canto, de corteja, de lucha entre machos. Pero si $e considera a la seleccién natural también desde Ia. perspectiva de los genes en vez de reciuirse en la supervivencia y reproducci6a de los individuos, ese comportamiento halla facil explicacidn, Porque lo que real- mente se esti maximizando en los te- yezuelos canoros es Ia supervivencia Gel ADN, nada puede parar la ex- pansidn dé un ADN que no tenga otro efecto beneficioso que hacer a los ma cchos atractivos a las hembras. Si de- terminados genes dotan a los machos de cualidades que las hembras de la especie encuentran deseables, esos ge- nes, se quiera 0 no, sobrevivirén, in- ‘cluso aunque circunstancialmente en- trafien riesgos para la supervivencia de algunos individuos. Los seres humanos tendemos a su- poner que “bienestar” signitica bienes- tar del grupo, que “bien” se refiere al bien de la’ sociedad, al bienestar de la especie 0 incluso del ecosis- tema. La funcién de utilidad, deri- vada de la contemplacién de los en- granajes de la seleccion natural, resulta incompatible con esas visiones. ut6- picas. Claramente, existen situacio- res en las que los genes pueden maximizar su bienestar egofsta pro- gramando para el organismo una c ‘operacién no egofsta que implique incluso un sacrificio individual. Pero cl bienestar del grupo es siempre una ‘consecuencia fortuita y no un efecto principal, EI darse cuenta de que los genes son egoistas también explica los ex- cesos que existen en el reino vege- tal, {Por qué son tan altos los ar- oles del bosque? Simplemente, para superar a los drboles rrivales. Una funcién de utilidad “solidaria” hay que todos fueran bajos. Entonces to: dos obtendrian exactamente la misma cantidad de luz solar con mucho me- nos gasto en troncos anchos y con- traluertes enormes de apoyo. Pero si todos fueran bajos, la seleecion na~ tural no podria favorecer la variante {que ereciera un poco mis. Elevada ésta, el resto la seguirfa. Nada puede impedir que toda esa dindmica se dis- pare hasta que todos los arboles sean ridicula y despilfarradoramente altos. Pero es un despilfarro ridiculo soto desde el punto de vista de un pla- nificador racional que pretende ma- INVESTIGACION ¥ CleNcIA, enero, 1996 ximizar un rendimiento en vez de ta supervivencia del ADN. Las analogfas caseras abundan. En uun cocktail todo el mundo alza la vor hasta quedarse ronco, La razén ces que todos intentan hacerse off. Si los reunidos se pusieran de acuerdo en hablar bajo, se oirfan exactamente igual, alzando menos la vox y gas- tando menos energia, Pero esos acuer- dos nunca funcionan a no ser que se disponga de vigilantes al efecto Siempre hay alguien que lo estropea todo egoistamente hablando un poco ‘mas alto, y, uno a uno, todos le si- auen, Unicamente se aleanza un equi- librio estable cuando todo el mundo rita todo lo que puede, y esto impli- ca un volumen mucho més alto que lo necesario desde un punto de vista nal”, Una y otra vez, una conten- cin cooperativa se va al traste por su propia inestabilidad interna, La fun cién de utilidad de la seleccién natu- ral rara vez resulta en el mayor bien para el mayor németo; antes bien, {raiciona su origen en una lucha des- controlada por un beneficio cgo‘sta. Un universo de indiferencia Resins pesimismo del pe cipio, Ia maximizacién de la su- pervivencia del ADN no es una rece- {a para la felicidad. Mientras el ADN se transmita, no importa quién 0 qué sale mal parado en la operaci6n. A Jos genes no les importa el sufrimien- to, porque no les importa nada, Es mejor para los genes de la avispa de Darwin que Ia oruga siga viva, y asi su catne continic siendo fresca ‘cuando se la coman, sin que les per urbe el sufrimiento que eso suponga, Si In naturaleza tuviera coraz6n, por Jo menos haria posible la concesién ifnima de que las orugas fueran anes- tesiadas antes de que se las comic- ran vivas por dentro, Pero la natu- raleza ni es buena ni deja de serto. No esté ni contra el suftimiento ni ‘a favor, La naturaleza no se interesa por el suffimiento en un sentido u ‘otro, a no ser que influya en la su- pervivencia del ADN. Es facil ima- ginarse un gen que, por ejemplo, tran- quilice a la gacela cuando le van a dar un_mordisco mortal. ,Se veria favorecido un gen asi por la selec~ cidn natural? No, a no ser que el acto de tranguilizar a la gacela me- jorara las posibilidades de que el gen ‘se propagara a generaciones futuras. No es facil imaginarse por qué esto deberia ocurrir, y por tanto tenemos que pensar que las gacelas sufren un dolor y un miedo horribles cuando se las persigue hasta la extenuacién, RICHARD DAWKINS nacid en Ke- hia en 1947, Estudié on la Univer Sidad de Oxford y reali26 el docto- ado. en zoologia bajo la direccién Ge Niko Tinbergen. Después de dos fos de estancia en la Universidad dde California ea Berkeley, Dawkins regresé a Oxford, donde ahora ejer cce come profesor de z00logts, como finalmente sucede con muchas de ellas, La cantidad total de sufrimiento por afio en el mundo natural va mu- ccho mis alld de To que se pueda su- poner. Durante el minuto que tardo cen escribir esta frase, miles de ani- males son pasto vive de otros, mu- cchos corren para salvar su vida, moteando de terror, a otros los estén devorando en sus entrafas parésitos raspadores, miles de organismos de todo tipo se estin muriendo de ham- bre, sed y enfermedades. Si llega en algin momento a haber abundancia de alimentos, este mismo hecho con- ducied a un aumento de la poblacién hhasta que vuelva a establecerse el es- tado natural de falta de alimento y En un universo de electrones y ge- nes egoistas, fuerzas fisicas ciegas y replicacién genética, algunos lo van 2 pasar mal, otros van a tener més suerte, y por mucho que se busque no se encontrar ninguna explicacién, ningtin rastro de justicia, El universo que observamos tiene precisamente las propiedades esperables si en el fondo no hay diseiio, ni intenciona- lidad, ni mal ni bien, nada excepto tuna indiferencia despiadada. Como deefa aquel desgraciado poeta A. E. Housman: Porque la naturaleza, sin coraz6n, necia na turleza Ni preacuparse quiere ni sabe El ADN ni se preocupa ni sabe. EL ADN es, sin més. Y nosotros bai- lamos al son de su mésica. BIRLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA ‘Tue Exrenpen PuieNoryre: THE Lose React of THe GENE. Richard Dass- kins, Oxford University Pres, 1989. EVOLUTION. Mark Ridley, Blackwell Seiemifie Publications, 1993. Darwnn's DANGEROUS IDEA: EvoLv- THON AND THE MEANING OF LiFe. Daniel C. Dennett. Simon & Sehus ter, 1995, 63

You might also like