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La conceptualizacién del realismo literario en Jas historias de Ja literatura colombiana »(una:revisi6n historiografica): “Gustavo Adolfo Bedoya* cot wis. Universidad de Antioquia ‘eclbio: 2 dé octubre dé 2006 Aes T0 de novi de 2006 (Es) ‘Resumen: El preente ensayo se propohe revsarcriticamente el atamiento _-tebrico que es historias de la literature colombiana le han dedo al término. autistico-literarfo Realismo, Di velar los proceses historiogréficos gue los hstoriadoresttcraris han lievado a cabo el di” | vison y confusion do qu an enna por et nina ‘Descriptores: Vergara y Vergra, José Muse; Conta, Robert, Gdmez ‘Restrepo, Antonio; Arango Ferre, Javier; Cimacho Guizsdo, Eduardo; CCureio Altamar, Antofio; Estudios Literariog; Historia de te literati | Mistoriografi Ineraria; Divis6a Hiterara; Reslismo literario; Literatura, colombiana,. Abstract: "This feseafeh work nim a értial review of the theoretical treat- ‘ment that histories of Colombian literature have given to Realism as an aris ‘iciterary term, This review will allow the evaluation of historiographical processes" tht historian-literary critics have casried out inthe division and Confit of what hy hiv eine “tonal hire’ a ey words ergy Vern, ost Mata Contaa, Robert; Gomeries- “Alana Antonio; Leary sudles Hite) of erate: Hite ‘Literary division; Literary realism Colombia literature. “Magisier en Literatura Colombjana de Ia Universidad de Antioquia, docente de la Facultad de Comunicesiones de la misma universidad (gbedoya@geomunicaciones.udea.edu.co). Este atfeulo forma parte del proyecto de investigacin: Lox pracesos de canonézavn dela novela “scolombiana en la histariografia nacional, liderado por lx profesora Olga, Vallejo, Mur (Ginanciado por el CODL, Universidad de Antioguie: 2005-2007), i Estudios de Literatura Colombiana No. 19, ullo-dleiembre, 2006, La conceptualizacién del realismo literario Gustavo Bedoya Es urgente preguntarse cémo es nuestra literatura: sus fronteras, su forma, su estructura, su movimiento. Responder a esta pregunta serd poner en comunica- E cién a las obras y revelarnos quie no son monolifos aislados, estelas conmemorativas del desastre en el desierto, sino que forman una sociedad. Un conjunto de monélogos que constituyen, ya que no un coro, un didlogo contradictorio, ‘Octavio Paz: 1967, 41 Introduecién general La existencia de la disciplina denominada como historiografia, dentro de los Estudios Literarios, encargada de reflexionar sobre el modo en que las historias literarias han organizado histéricamente la literatura, parece darse por sentada, y mas atin, cuando en los tiltimos afios han aparecido algunos ejemplos de valor considerable.’ Sin embargo, puede decirse que cl trabajo apenas empieza, y hoy més que nunca se hace necesaria la revi- sién historiogréfica de la literatura nacional? El presente articulo intenta inscribirse en esta linea de investigacién, se entiende asi mismo como un aporte historiografico que se planteé tan solo un objetivo: la descripcién (desde una lectura comparativa y critica) de los comentarios que las his- torias literarias han hecho para referirse a la Hamada literatura realista colombiana, esto, suponiendo, que en aquellas investigaciones, es decir en las historias literarias, existiera una conceptualizacién acerca de este movimiento artistico-literario. En principio se hace necesario distinguir el tipo de realismo? al que se hace alusién, es decir, al realismo como movimiento artistico, més exac- 1 Con la exeepeién de las anotaciones hechas por Anfonio Gomez Restrepo y Gustavo Otero ‘Musioz on 1905 a In segunda edicién de Historia de a literatura de la Nueva Granada (1867) de José Meria Vergara y Vergsra, los trabajos hitoriogrificos de Ia literatura colombiana ‘durante el siglo XIX e inieios del siglo XX son més que escasos. Sin embargo, a finales del siglo XX einicios del XX, aparecicron una serie de aticulosdispersos, casi todos productos de investigaciones universiarias, por ejemplo, los trabajos de Héctor H. Orjuela(1992), Hubert Poppe! (2003), Augusto Escobar (2003), Gerinn Patio (2004), entre otros. 2. Sobre todo luego de hacerse palpable la necesidad de llevar a cabo la consolidacién de una ‘nueva historia literaria, como qued6 plantendo en el Congreso Nacional de Investigadores de Literatur, celebrado en Quirara (Antioquia) en el aho 2005 (Véase: Vallejo: 2005), 3) Aunque la naturaleza del presente ariilo hace impensable la inclusién del significado det témino relismo, para contrastarlo con los comentarios aparecidos en ls historias, no sobra Incluiruna breve resefia de dich inwvestigacion (Vase la definicign completa del movimiento en Bedoya: 2006). 40 ‘Estudios de Literatura Colombiana osr/5 6 .NosA9,jullodieiem bre de 2006 tamente literario, y diferenciarlo de los diversos significados que posee en otras disciplinas, como en la filosofia, la misica, la fotografia y la pint: 1a, Asi mismo, debe ser diferenciado de la calidad de adjetivé que posee (aungue.s cierto que el realismo ppict6rico esta: muy relacionado:con'el literario, al igual que, comosse verd més adelante la utilizacion del realismo Emin esfuerzo de sintesis,oo°puede enotarque- como thovimients artistico-literario, el realismo es propiamente europeo, que segiim las histo- del viejo continente se desazrolla desde los afios1830-hasta lo,.como oposicidn al ideario artistico:de dos movimientos +I neoclasicismo y el romanticismo. El realismo se diferencia de aquellos dos por la objetividad descriptiva que desarrolla-en suestilo, al igual que por la creacin de personajes “reales” (de allf su nombre); y:por el tratamiento de temas que atafien, tsar, todo, ala lao social ‘burguesa "Sin embargo, os investigadores del movimiento allan suis origenee ena mayoria de Jas obras literarias, ya que'todas:ellas, quiéranlo:0 no, han debido:partir de una idea de.realidad para configurar sus mundos fice cionales, Es decir, la realidad-real del mundo les ha servido como materia prima que alimenta sus creaciones. Lukics (1965). es muy-claro ‘al decir, que hasta el relato mas fantéstico es plausible de realidad, ya que debe te- nier,en cuenta constantemente esa realidad, de la cual'se intenta alejar. Por. ello, autores tales como Homero yila tragedia griega marcan clinicio dela literatura realista. Por supuesto; os autores clasicos de‘dicha manifestacin. fueron Stendhal y Balzac, iniciadores sin saberlo del movimiento. Flaubert ~-Hicen los historiadores—— le dio un nuevo sentido (sobre todo formal) al movimiento que empezaba a “degenerarse” en el naturalismo de Zolay los ‘hermanos Goncourt. El movimiento, que para entonces tenia representantes. en otras naciones, a la cuenta Alemania e Inglaterra, por nombrar las més comentadas, recibi6 de Rusia un nuevo aliento, calificado de renovador, que’ vino de la pluma de Dostoievski, pero sobre todo, de Tolstoi. Cada autor lo’ matiz6 de una nueya forma, adaptindolo a las exigencias-del lugar, y-antes desu supuesta muerte en Francia y Rusia, el movimiento logré desarrollarse: en Espafia con autores tales como; Benito Pérez Galdés, Leopoldo Alas'y: ‘Urefia, alias Clarin y Jos¢ Maria de Pereda:' Por supuesto, no’ es solo lal 4 La conceptuatizacién del realismo literario Gustavo Bedoya nacién espafiola la que logra llevar la inffuencia del movimiento al Nuevo Continente, sino que también las obras'de autores franceses e ingleses. Al finalizar el siglo XIX, y ante la apaticién de nuevas corrientes y ‘nuevos movimientos, el realismo no desaparecié totalmente del panoraia, sino que logré desencadenar la aparicién de obras hasta inicios y mediados del siglo XX, por ejemplo, la obra de Proust, segin Harry Levin (1974), ola de Brecht y Virginia Woolf, en palabras de ‘Auerbach (1982), 0 la de _—Ionesco y Kafka.como lo asegura Matilde Lépez (1965),-0 la de Thomas Mann, segiin Lukes (1963,'1965). Para el uiltimo tercio del siglo XX, sobre todo en América Latina,'el modernismo dio nacimiento a corrientes y movimientos que bebiendo directamente de la inffuencia de la literatura kafkiana y las vanguardias; retornard al realismo, por ejemplo, el realisma critico y el magico. El iltimo de gran valor cultural para él mundo entero, 4 llegar a convertirse en la mxima expresién atistca de América Latina para el mundo, en palabras de Angel Rama (1985). Elmovimiento pacté la relacién mas fuerte, existente hasta él moinenito; entre la realidad de la vida con la literatura. De igual forma, hay que notar que paralelo al recotrido del movimiento por las naciories dotide fue adop- tado, se:vivié ol desarrollo de las revoluciones politicas y sociales; y aim mis interesante, la metamorfosis, del género literario novela’ Finalmente, la caracteristica mas preciada ha sido la configuracién del hombre total, el personaje tipo, representante de 1o universal desde la singularidad de un ser (ya loeran Odiseo, el Quijote, Hamlet, Fausto, y ahora también To eri Emma Bovary y Rodian). Ademés, cabe resaltar el cairibio'de espacio'que sufre la narrativa gracias al'impulso por nartar las vicisitudes del burgués desimonénico, donde se pass del- castillo del principe ale leaba del en- fermo en Proust; por ejeinplo, Siguiendo con Rama (1985); es evita ‘que los procesos sociales y artisticos europeos, al llevarse a cabo en América, toma otro matiz,tafite que sélo en su esencia se reconocen como tales. Asi; inientras la tratisicién, entre los diversos movimientos'artisticos europeos se leva a cabo de ria forma casi tajante; negando al movimiento anterior, contradiciéndolo eri todo sentido posible, en América el-paso entre aquellas manifestaciones artisticas apenas se difumina en ocasiones; por ejemplo, la transicién hacia elrealismo, desde el romanticismo, fue lenta, sutil, casi imperceptible, tanto que por momentos no se notaron sus coritradicciones; lo que hacia que todos los movimientos parecieran fases dé un mismo proceso.!!) ' 42 studios de Literatura Colombiana ° Nol 19,Jallo-aitembre de 2005 En la evolucién del movimiento, cada nacién y.cada autor hallé una manera especial de estilarlo, de emplearlo, a tal grado que el propio movie miento evolucioné aleanzando matices insospechados: Por ello desde su nacimiento se ha hablado de diversos realismos: roméntico, costumbrista, social, critico, psicolégico, socialista, mégico; testimonial; neocritico y el realismo sucio norteamericano, por llamar a lista a los mas reconGcidos, ya que Jos matices son tantos que parece inoficioso nombrarlos. El desarrollo que ha vivido el movimiento es tal que por niomentos parece perderse de la escena cuando se le ve surgir de nuevo. Y aunque'es cierto que hoy, como. allo largo del siglo XX, no se escribe:como en el-momento de los grandes maestros realistas, cl conocimiento de la realidad comio problema estético y politico ni siquiera flaqueé por esta cuestidn, al contrario, parece que la desaparicién del realismo como movimiento literario y como manifiesto de. toda una generacién, facilité el desarrollo de lapostura realista, Haquedado: con el tiempo Ja esencia del movimiento, su aspiracién por establecer-la: literturaen un nivel centico; como documento ideoligieo, que al mismo tiempo que habla de la realidad intnta modificarla. i EH realismo en. as historias de la literatura, colombi na’ ‘Vergara y Vergara? enelsigio xD, ic Alvato Pineda Botero (1990, 1999, 2001, 2005) de finales del sigh XX ¢ inicios del siglo, 3x, Se. ‘cuentan 138 afios de torias literarias, que en menor 0 mayor medida han establecido, el literario de lo que « cominmente ' se. ‘ha querido tender como nacién Ineraria. Cada una de elias, jesde un estudio singular, da cuenta de Joque 4 Se trata en principio de una lecturadiacrénica de les historias literaiassurgidas durante ts siglos XIX, XX y XT, haciendo énfass en cinco momentos claves: Historlade literatura: de la Nueva Granada (1867) de Jos$ Maria Vergara y Vergara, La novela en Calonbia (1908) ‘de Roberts Cortiza, Evan de fa novela en Colombia (1957) de Antonio Carcio Alismar, ‘Manual de literatura colombiana (1988) editado pot ProcultirayLiteraturay cultura. Narrativa ‘olomblana| del siglo XX (2000), compiled por Maria Mereedes Jaramillo, Bety Osorio Aegean Rote. Exes ceo omens ara una esr lege sins XIKY ‘5 La primera historia leraria de a neién, psa de comprende os fos 1538-1820, peiodo nnalizada como piéza fundadora do la discipline histérico-lterari dé le navién, qucha logrado ‘convertrse en precedente acivo pera las posterioes historias clard-que‘en esta historia ‘parecer Ins consideraciones politicas, religiosas y poco iteraris, que envuelven fos trabajos de le dinimice historiogrifice, por lo menos, hasta mediados del siglo XX. a [La coneeptualizacin del relismo literario Gustavo Bedoya’ se ha entendido a lo largo del tiempo por términos tales como “literatura” y “nacién’”. De igual forma, han quedado en ellas explicitas las considera- ciones de Jos autores en relacién con los géneros, e! anilisis critico y las bases epistemolégicas de los estudios literarios, etc. En las historias literarias, la utilizacién de los términos “realista” 0 “tealismo” parece expresar, en la mayoria de las ocasiones, su relacién con el movimiento literario, 0 por lo menos la calidad de adjetivo que dichas palabras tienen. Sin embargo, en muchos momentos su utilizacién parece designar ciertas facultades estilisticas del autor que responden a sus “cunlidades” para expresar el mundo. Por'lo tanto, su sentido cambia, ya que si a veces es positivo ser realista, en otros momentos serlo significa el desprecio estilisticoy hasta moral del critico.* Por momentos, lautilizacién del término conlleva un sentido peyorativo, por ejemplo en Jesiis Maria Ruano (1925), donde es sinénimo de exageracién, de crudeza, casi de limite con lo pomogrifico. Aunque en su texto anterior (1918) ve en Homero los inicios del arte realista,y lo diferencia radicalmente del arte expuesto por un desprestigiado naturalismo, tipo Zola. Roberto Cortizar’ (1908) sefiala la obra Manuela de Eugenio Diaz ‘como una “pintura de las costumbres” (56),"“inminentemente realista” (57), ‘comparada con La cabafia del tio Tom (Beecher Stowe, 1852). Y a pesar de que en'la misma seccidn dedicada al realismo trabaja a José Marfa Vergara y Vergata, Luis Segundo de Silvestré, José Manuel Marroquin y Rodrigo de Rahavinez, en ningini momento intenta precisar acerca de lo que se debe entender por “novela realista” o tan s6lo por “realismo”, En otras circunstancias el realismo puede alcanzar un limite insospe- chado, como momento fundacional de la literatura nacional. En este punto 6. Algo similar habiesucedio ya en Ios inicios del movimiento, en Francia, cuando el término ‘empezé 0 utlizarse de forma peyorativa hacia un grupo de pintores que refejabanel‘color local en sus obras, hasia que estos mismos utlizaron dicho término como bandere y praciama de a conciencia des actividad y la importancia que ésta revestn para fa sociedad. 7. --Suhistoria es vital pra el presente trabajo ya gue ademés de delimitar su objeto de etucio al ‘Eénetoliterario novela, le dedicd un capitulo especial al realism. De igual forma, su fecha de aparicidn marca —aparentzmente— el final de los modelos y Ia investigaci histrico- literaia del siglo XIX y le dal bicavenida al siglo XX. Debe anotarse también que shstoria «de Cortzar esi primers en incluir un capftalo especial acerca de Maria (1867), la novela de Jorgs Isaacs, y ora literatura entioqueie (como posteiorments fo harén Gémez Resto: 1953 y Otero Muiioz: 1928) y que fue escrta como tesis doctoral él eutor, fo que la hace ademas un texto cas enseystico que la diferencia de le forma dite yencilopédica de las ems historias de ln époea. 44 Estudios de Literatura Colombiana "No, 19, jullo-dieierabre de 2006 destacan las obras de Eugenio Diazy José Manuel Mairoqutn’ Sin embarg- la confusidn acerca del uso de este término y otros afines'sigue'a mediados del siglo XX, donde para Arango’ Férrer (1940) ima novela’como La'vo- rrdgine (1924) es tipica del naturalism, lo cual, para’el ator, és tun buen sfitoma estético, pero ala vez, la‘obra’ que no la demeritan, sito que’al cont para Arango Ferrer una obra comparte afinidades con dos movVimientos sin que’esto indique’algiin problema: Asi mismo, para Sani Cano'(1944) la ctiqueta de naturalismo es favorable a una determinada literatura. Nicolés Bayona Possda (1942) piensa que'ser realista es tina caracteristica de gran ‘valor literario, pero ‘io mayor que pettenecer‘al romanticismo.’ Pero ‘para’ otros autores, el tealismo-no pasa’ dé set’in-momento’de” ‘transicién, sin necesidad de’ahondat en él,'por ejemplo; para José A. Niez Segura (1962), que a pesar de hablat del paso’del romanticismd al moder: nisin; liza tan solo una nota a pe de pg para explica€ sighiniGade de los movimientos: ole Antonio Cureio Altamar* (1975) propone que ta tathlcnetd asic te snientos européds en Colombia no es solo espafiola, sino también francesa, inglesa’y aleniaha: El rortianticismo petietié Ja realidad ‘americana y'se manifest primeramente en la novela histérico-roméntica’ Sin ‘embuitgo; durante la decadencia del romanticism “se intensificé la explotacién de lo autéctono nacional con una acentuiada matizacién de realismo” (95): Aquel impulso produjo la primera novela pensada como tal: E/ mudo'o secretos de Bogota, de Bladio Vergara y Vergara’ Surge; posteriormente, la novela costumbrista'como resultado de'una de-las catégorias del Tomanticismo’ (217), que posefa un aire de realismo mayor due de sentimentalismo. Pa: rafraseando'a Laverde Amaya, Curcio dicta’ que: “Proliferd en Colombia | el Gostimbrismo, con mayor profusion que en los demas paises de Hispa- & Elbo sbora a eratra dentro de un mareo genera de periociacin que abarca tanto tovimientes, géners, como obms,periodosy autores. Dicho mareo-eompora un inten ‘de integracin de os fendmenosen una ren dindmica itera, similar aI ce Ia evolvcién, pero al mismo tiempo, compart un nia iferencador de los erandes fensmenes, como st Surgieran pros, nuldnomosy complementariosl smo tempo: La hiv de Curso, que ha seb considera como de las mejores nvestigaciones hstricosterarias que ten In ‘naciéa Colombiana, también se centra en el género novelfstico, desde sus inicios, o mis bien, desde su nisenci en In epoeneoloial ero siempre resaindo sv ica apart, hast as divers ces d vel eel siglo XECy XX, donde por spss, ev hcp spare pare la novela imade elisa, 45 La conceptualizacién del reallsmo literario Gustavo Bedoya noamérica, con ser que en todos ellos Jos ‘articulos’ y ‘cuadros de costum= bres’ ejercicron un absorbente y obsesivo predominio” (118). Ademés de los ya mencionados Eugenio Diaz y Eladio Vergara y. Vergara, sobresale Fermin de Pimentel y, Vargas “quiz4 el autor nacional mejor dotado para el costumbrismo, y su tiltimo exponente genuino” (131). Es importante dejar registro, que para Curcio Altamar, Eugenio Diaz fue desprestigiado estilisticamente por atribuirsele una escasa formacién académica, asunto que en-realidad-no.esta comprobado,-y-que-segtin-German.Colmenares es relativamente falso. Sin embargo, el mayor logro del costumbrismo, dice Curcio Altamar, fue haber servido de antesala al realismo (119): “el cos- tumbrismo en Hispanoamérica no alcanzé altura y tuvo.siempre un vuelo corto, aras de suelo, del que solo se liberé al fundirse con la novela realista” (118). La evolucién que quiere plantear el autor se consolida mejor con la novela realista, luego de los intentos romanticos y costumbristas. Figuras como José Manuel Marroquin le imprimirén al género el empleo exacto Ge los recursos linguisticos. EI movimiento alcanza mayores logros que en. la misma Espaia (138), y tiene su centro vital en Antioquia, con un fuerte grupo de autores, a los cuales les dedica un espacio aceptable, teniendo en: cuenta. que los historiadores anteriores se centraban tan solo en la figura de Tomés Carrasquilla. El ‘olvido’ de los historiadores en el momento de conceptualizar los términos utilizados, poco a poco va cambiando, por ejemplo, con documen- tos como los de, Gutiérrez Girardot (1978-1979), quien ademés no utiliza ninguna etiqueta periodolégica, o los de Eduardo Camacho Guizado (1965, 1978, 1978-1979), quienes problematizan en tomo al uso de ésta y otras denominaciones,’ De igual forma, poco a poco, y gracias a los cambios teéricos y epistemolégicos que viven los criticos ¢ historiadores, la defi- nicidn de literatura y de términos afines se amplia. Pero hay que decirlo, estos trabajos son la minorfa, ya que la no conceptualizacién rige hasta en las historias latinoamericanas (Grossman, Oviedo), donde se destaca como 9 Gutirez Girardot en su corto ensayo no utilize denominacién periodoldgica algunas no ‘ser para ejempliicar el puesto en que critieas e historiadores limitaban la obra, Su propuesta ‘comprende que las obras lterarias latinoamericanas se componen de Ios diversos matices que {os moyimientos las escucias I brindaban. Por su parte, Cumacko Guizado lla la atencién ‘ene momento de utilizar denominaciones periodolégicas temporales, por ejemplo, considera ‘que el verdadero siglo XIX lterario colombiano no es eronolégico, sino que inci alrededor de los afos 1830 cuando se empiezan a imitary adaptar as infuencias europeas y a proponer ‘unos modelos propos. 46 Estudios de Literatura Colombiana No: 19; jlio-diciembre de 2006 elmayor escritor realista al chileno Alberto Blest Gana,con su obra Martin Rivas. Por supuesto, antecediendo a este dictamen no se encuentra ninguna explicacién sobre‘lo que se debe‘entendet por “escritorrealista”, niimucho’ menos'se encuentran discutidas o:descritas, las caracteristicas singulares dela obra.o.del autor que hacen alos criticos decir aquello:: > =°! El-panorama de Ja literatura tealista en Colombia se’ amplia; légica- mente; revisando sus propias historias nacionales y no las continéntiles donde se centran en Ja figura de Tomds Carrasquilla: En las historias de‘ literatura de cardcter nacional se incluyen autores tan’ vatiados y tan dis tintos como: José Joaquin Ortiz} José Manuel Marroquin, Eugenio Diaz, Eustaquio Palacios, Luis Segundo de Silvestre, José Maria Vargas Vila, Eladio Vergara y Vergara, José Maria Angel Gaitén, Daniel Samper‘Ortega y Josefa Acevedo de Gémez; ademiis de los antioquefios Francisco de Paula’ Rendén,Sammel Velésquez.y Eduardo Zuleta: En las obras de estos autores; segiin los historiadores litérarios de la-nacién, éxisten caracteristicas que! os posicionan como realistas, Sin embargo, las mismas propiedades que +hacen pensar a una obra como realista (descripciones); hacen que otra deje: de ser onda on cuenta (y-pot ejemplo pasen a exgrosar lista dorelatos costumbristas).i 5010) renoge 200 oy : ‘Aunque las menciones al realismo son varadas alo laigo de los dos tomos del: Manual de literatura colombiana' (1988), son pocas las-que hacen referencia al realismo como categoria del movimiento artistico- literario, europeo-del siglo XIX. En:la-mayorfa de los casos’se’suceden como caracteristica estética que, por cierto, permanecé sin éxplicar por Parte del autor del ensayo. Bl-rabajo de Elisa Mifjie: “Bogotdy su ero: 1d) Lnsennocia dl Manvel de Leramraeraobye ls aueian ares sadn hse. Iierarios que la nacion colombiana ha vido. EI Manual ha coro ls misma suerte que su 2 Uemano mayor, el Manual de hisiorta de Colombia, ya que ibs son, quzks, los trabajos amis consultados, dé mis relevancia en sus mterias, esos, tniendo en realidad su pico es.una minora de investgadores, slgunos profesores y estudiantes uivetsitarios Por su estructura, embos Manualesreprescotan los primerosejercicios totalmente ‘aeadémicos gue son altamente Garcientes gue la dsividad académiee-investigativa tone que lovers acabo desde a interdiscilinaieded, convocando. tin conglomérada de investigndores, specasasen determined fendmeno cultural trai, EL Manual de lieraturgcolombiana pata el easo gue interes en este momenio se dasaca por acoger entre sus plginas un eomjunto « de‘ensayos qué resi los comentarios eticds de los mavriientosy las obres de fieién de literatura eolombiana. Cabe real finalment, que la propucsia metodoldgica del Manual ser. retomada por trabajos posteriores, nor ejemplo, los tres tomas que componen Literatura ‘y eiltura: Narraitva colombia del siglo XX. 47 La conceptualizacién del realismo literario Gustavo Bedoya nista Cordovez Moure” se subdivide en un item titulado “El realismo de Cordovez” que no-ofrece ninguna conceptualizacién acerca del uso del término. De esta misma forma, los diversos autores utilizan la categoria de realista para referirse a las descripciones, o aun tipo de calidad de obra; Sélo dos ensayos tienen més directamente que ver con el desarréllo del realismo como movimiento en Ja literatura colombiana, a saber: el ensayo de Carlos José Reyes, “El costumbrismo én Colombia”, y el de German -Colmenares, "Manuela; lanovela de-costumbres dé Eugenio Diaz”, ambos pertenecientes al primer tomo. El ensayo de Carlos José Reyes inicia con los antecedentes del cos- tumbrismo en la nacién'y sefiala a Josefa Acevedo de Gémez como una de las iniciadoras del movimiento, lo cual amplia la mirada que se habia registrado en los demas trabajos. Al igual que sus antecesores, Reyes marca El Mosaico como lugar de encuentro de los contertulios costumbristas, y la novela Manuela,como la primera novela de importancia producida por la literatura colombiana. Sin embargo, es claro que para el autor, la novela no se restringe al panorama costumbrista, todo lo contrario, en ella, como en la mayoria de las “obras clasificadas: bajo ‘el rétulo general de “cos tumbristas’, existen elementos narrativos de diversa naturaleza y estilos distintos” (202). ’ De acuerdo con un‘comentario de Antonio Gémez Restrepo, el autor define qué se debe entender por costumbrismo: “Género realista, debe ser saleroso al propio tiempo para conservar sti cardcter de mero cuadro de costumbres” (215), y no més: Prosigue con lanoticia bio-bibliogréfica deun amplio grupo de autores recogidos bajo tal pardmetro, y un comentario que puede parecer novedoso para muchos: “La Comisién Corogréfica influy notablemente en la mejor literatura costumbrista, al relacionar sus cuadros y relatos con la investigacién cientifica y la pintura detallada y precisa de lag regiones y sus personajes” (226), por lo cual le.dedica una seccién a tal aporte, destacando la figura de Manuel Aneizar; de la misma forma, al final de su ensayo, le dedica unas palabras al trabajo adelantado por “los cronistas de la Vida cotidiana de pueblos y ciudades enel siglo XIX” (242). Finalmente, apunta que el cuadro de costumbres no tuvo una fuerza tal para Llegar'a ser novela, lo que ocasiona su desaparicién con el pasar de Jos afios (229-230). En los intentos de novela se destacan los cuadros y las descripciones de Maria y las novelas Manuela, Trdnsito y El Moro. Por supuesto, también apunta que es Carrasquilla el encargado de darle un aire 48 ‘Estudios de Literatura Colombiana “No: 19, julio-diciembre de 2006 mucho mis pesado, pero el espacio que le dedica al autor es casi irrisorio, ‘a pesar de indicar que la importancia del antioquefio es tal que: “La novela de‘Tomds:Carrasquilla-es un fruto maduro'de la evolucién ala que nos hemos referido y-no puede incluirse, salvo algunos cuentos y sus primeras novelas, dentro de la lista de los escritores costimbristas” (240). En algunos estudios eriticos ¢ histéricos sobre la literatira nacional se encuentran tendencias a calificar algunas dbras como rrealistas sinllegar’ a confrontar el término, tan solo bordeando.un poco el tema, sin compro- meterse demasiado con él:por miedo a.no saber.de qué se-esté hablando ‘-confundirlo con-algo'més. Dan por sentado el significado ‘del realismo enla literatura colombiana, sin entrar en detalles y explicaciones (Gémez: Restrepo;’ 1953) mientrds-que algunds utilizan dicha etiqueta deforma’ peyorativa con'el material iamparado bajo tal (Nicolés Bayona Posada, 1942, Jestis Marla Ruano,:1918, 1925); 0’tan:solo:aludiendo:a in tipo de! descripcién narrativa (Gustavo Otero Mufioz; 192! Alvaro: eee peter, 1999, 2001, 2005): 2 ‘Alo largo del-volumen I de-Literaturay eultura! (2000) la jnlaben realismo esmencionada 22 veces; Por ejemplo; en'su “Estudio preliminar® (11-85), las compiladoras trazan las lineas generales histéricas del iecdrrido literario ‘colombiano, y en él, utilizan la palabra realismo'(7. veces) como referencia al movimiento literario artistico sin definirlo antes. Simplemente se dice que aquella obra o que dicho auitor bebe de las fuentes del realismo, del realismo decimonénico:o ‘de los diversos realismos americanos: “El: texto [la novela Leopardo al'sol de Laura Restrepo} ¢s elaborado a partir deun didlogo entre el narrador [...] y una voz.colectiva [/]y fluetia terreno intermedio entre la verdad y-la leyenda con recursos del realismo mégico” (75)-Al interior de los ensayos individuals sucede otro tanto. Sin! ‘embargo, existe un punto de vital importancia: Es:curioso notar:cémo las. novelas: Cosme-y Pax son resefiadas en este estudio que marca la’ transi- igi de Ja nartativa'del siglo XIX al XX, ciando se piiede pensar que son’ juistamente las novelas canénicas'del romanticismo, él costumbrismo y el’ realismo decimonénico las que entablan ese didlogo entre centurias, como es el.caso de las ya renombradas: Maria; Manuela y El Moro, 11 Lier ele viene 8 il ‘novela colonibiansdelsiglo XX, ya qutesa es 5 expecializacin,y por ello interes sobrerianer ppraesa investgocién. Son mis ¢e 2000 piginns ies que se le dedicanaladlndmica novelistica colembiana. La conceptualizacién del realismno literario Gustavo Bedoya tra importante caracteristica hallada como concepcién metodolégica errlos ensayos, a pesar de no tratarse de una idea directriz en cada uno de ellos, es que los autores saben que es imposible y perjudicial para las obras literarias delimitarlas con rétulos taxonémicos, lo que en cierto sentido, se contrapone a Ja antigua actitud de clasificarlos con dichos apodos euro-cén- tricos. De igual forma, los criticos saben que cuando utilizan esas etiquetas con las:obras, les conceden el significado de categoria estética, pero al mismo tiempo, saben que aquella categoria estética no anula la presencia de otra; es decir, que una obra realista puede ser igualmente romantica. Asi, no se plantea ninguna jerarquia entre los mismos movimientos, y por ello, ningtin critico piensa; por ejemplo, que el costumbrismo no sea tan: importante estéticamente comparado con el realismo_y éste iiltimo con el modemismo, lo que en cierto sentido sucedia en los primeros trabajos histérico-literarios cuando se intentaba' plantear la “evolucién” de la lite- ratura nacional. En esta historia los autores saben de Ja plurisignificacién. de las obras: “Carrasquilla ha sido llamado modernista, costumbrista, regionalista, y lo han afiliado con el realismo uso, el romanticismo y el naturalismo espaol, pero su obra se resiste’a limitarse a cualquier cate~ goria” (177); de.igual forma, saben de Ja confluencia de los movimientos literarios-y artisticos en Latinoamérica: “En este breve recorrido por las aproximaciones més innovadoras a La vordgine cabe destacar también el planteamiento de Ivan Schulman, quien atribuye las caracteristicas insélitas 0 desconcertantes del texto a su cardcter eminentemente moderno, producto de-un-“triptico simbiético’ del modemnismo, del realismo/naturalismio y de Ja vanguardia” (217). Enelsegundoy tercer tomo de Literatura y cultura sucede lo mismo: Enel segundo tomo aparece 38 veces Ja palabra realismo, casi todas ha- ciendo alusién al realismo magico que se explora desde Ia obra de Gabriel Garcia Marquez y otros, en el ensayo de José Cardona Lépez: “Literaturay narcotrifico: Laura Restrepo, Fernando Vallejo, Dario Jaramillo Agudelo”, y Susanne Lange: “El espejo inverso: la literatuira colombiana en Alemania -y Francia”, Enel tercer tomo las referencias son menores; tan'solo en ocho ‘ocasiones se menciona pero en definitiva, no existe una conceptualizacién sobre la palabra, su significado se da por entendido. En este uiltimo tomo, cuatro de esas ocho referencias citan al realismo como calidad estética, Jas otras cuatro se refieren a un movimiento literario, tres para el realismo magico y uno solo para'el realismo testimonial. 50 Essidias de Literatura Colombiana ‘No. 19, julio-diciembre de'2006 Panorama critico de la periodizacién literaria colombiana: el caso del realism "De esta forca.es palpable que por io,menos enuAmétes. y:diguiendn, a Angel Rama (1985), las.caracteristicas de los movimientos literarios se entrecruzan de una obraa otra, de un autora otro. Por ello es Iicito y. apenas I6gico que se hable del “realismo roméntico” o del “romanticismo realista”, es decir, de una obra que facilmente puede ser encasillada en el realismo, eto que tiene caracteristicas propias, ain, del romanticismo, o viceversa. ‘No.obstante, no, es claro'que a pesar de esta propiedad de la literatura, es decir, de su calidad de amalgama de influencias artisticas, los historiadores americanos hagan uso de la misma seffalizacién europea para designar los objetos literarios de América. Ademis de perpetuar un modelo de periodi- zaci6n extrafio ala dindmica literaria y cultural de las naciones americanas, loshistoriadores de la literatura americana han encontrado en aquel modelo, la facilidad operativa en cuanto a dar razén‘de lo sucedido en un.terreno: como el.artistico. Es decir, Ja periodizacién por corrientes y movimientos literarios, facilita Ja organizacién de toda una literatura: es facil encasillar las obras literarias y.los autores siguiendo patrones tales como el tipo, de descripcién que configura la obra. Es facil encasillar la dindmica literaria. bajo estos rétulos cuando enningin momento se ha discutido la eficacia de dicha taxonom{a para dar cuenta de las fucrzas agentes que han provocado, los cambios estilisticos, pero también sociales, de la cultura de un pueblo., También hay que decir que dicho método taxon6mico, le impide dar cuenta. de las singularidades que se esconden detrés de todo aquel proceso y de toda aquella “evolucién” o recorrido artistico. La periodizacién, como es) obvio, generaliza las singularidades literarias,,los.pequefios cambios, las manifestaciones apenas palpables, y esto, por-supuesto, para una yisién historica literaria totalizante es negativo. Si se dejan por fuera estos ele- ‘mentos serfa dificil comprender los aspectos que enyuelven la, verdadera. indmica literaria, es decir, el desarrollo de la literaturanacional, alo largo de los siglos, no se resume en la clasificacién bajo etiquetas sin sentido.’ La conceptualizacién acerca de lo que se debe entender por cada una de las etiquetas periodologicas, debe aclarar en si lo que se quiere decir con’ a etiqueta. Aunque puelle’pensatée que Los criticos no se detienen en la explicacién de los conceptos clasificatorios porque lo consideran un saber consensuado, las tradicionales denominaciones en las cualeé los criticos acomodan las obras del Siglo XIX, han degenerado en simples motes que Si La conceptualizacion del resliemo literario Gustayo Bedoya no aportan mucho a la comprensidn de la obra literaria. Los eriticos poco comprometidos o sin sentido de investigacién convierten en verdades estas denominaciones que la tradicién se encarga de afianzar.” Esta evaluacién a los rotulos debe ser hoy en dia aplicada incluso a la utilizacién de, por ejemplo, los géneros litetarios, o zacaso queda claro cuindo y por qué se debe denominar a'una obra como novela y no-como relato 0 cuento? Decir que una obra literaria pertenece al realismo, sin antes explicar qué _s¢ entiende pordicho término, no significa nada, al contrario, le niega'a la obra los posibles didlogos que puede estar entablando al mismo tiempo con! otros discursos 'o movimientos artisticos: Sin émbargo, como s¢ ha visto, es usual que los lectores de los manuales y las historias de la literatura colombiana encuentren la denominacién de “Realismo”, reuniendo a'un tipo de literatura 0 a’un grupo de obras literarias —en sti mayoria— del siglo XIX, sin una explicacién anterior sobre su naturaleza (histérica, estética, literaria). Otto tanto sucede en las tesefias, las crticas literarias, los andlisis, Jos erisayds y en los ptopics libros escolares. Parece algo dé lo més comin utilizar ésta y otras denominaciones—comio romanticismo, costumbrismo, modemismo-, dando por sentado el significado que deben tener. Se uti- Jizan con tanta frecuencia estas denominaciones que en ocasiones se corre cel riesgo dé no saber a ciencia cierta a qué se reficren. No se sabe:si las divisiones por movimientos aitisticos,'sin’ninguna contextualizacién, se deban a un mero olvido por parte del éritico} olvido lie se ha répetido a lo largo del tiempo por otros estudiosos de la materia; 0 si esponden al affin humano de querer clasificar y acomodar las representacio- nes artisticas a través de esta serie de etiquetas historiogréficas. El hombre, parece, no soporta la idea de que sus manifestaciories artisticas deambulen alo largo de la historia'sin poderlas denominar, sin tratar de abarcarlas en la totalidad de'su sentido, con la utilizacién de una categoria. ‘Son pocos los trabajos que antes dé utilizar un conicepto, que aparente- mente el lector conoce, lo explican detalladamente en aras de contextualizar sobre sus raices y el papel que desempefia en el terreno literario (mal que bien lo hace Ayala Poveda: 1984). Asf, las'denominaciones de literatura 12. El wabajo de Rodrigue? Arenas (2004) es iluscrativa al respecto. Se trata del andlisis de a obra de Soledad Acosta de Samper y José Maria Samper deste Ia denominecién de costurnbrismo a ‘a cual la critica tradicional tiene relegnda lo obia de los esposos. Si tesisconsiste en exponer los matices de la narativa de los autores quelindan con el eosturtbrismo pera también con el realismo, diferenciando claramente ls dos categorias como movimientos independientes, 52 Estudios de Literatura Colombiana ‘No, 19, julio-diciembre de 2006 realista y todas sus posibles variantes; tales como el realismo roméntico, elrealismo costumbrista, el realismo social, el realismo critico, el realismo mégico, el realismo ‘téstimonial, el realismo ‘neocritico ¥ todas las que el: critico quiera, abundan en libros y revistas sin una clara conceptusalizacién que anteceda al’ méro hecho de nombrar y clasificar. Lo que hia llevado a observar una generalizacién de las obras sin partir de tina base tedrica que sistente las categorizatciones. De esta forma el sentido de Ia obra literaria se ve limitado para el lector de dichos estudios. " Lautilizacién de una etiqueta tal como “‘ealista” puede no aportarle nada ala obra literaria, en cambio, puede negarle el didlogo con otras manifes- taciones artisticas y sociales. El actual panorama de los estudios literarios carece de investigaciones que confronten la denominacién conyertida en lugar comén. Por ello desde el principio la idea central del presente, ensayo hha sido clara: llamar la atencién sobre los peligros que se corren al utilizar ‘términos sin una debida conceptualizacién; este principio es basico para: entablar una comunicacién, ya que dar por sentado el significado de éstos nombres implica dejar al lector y al estudiante ala deriva, con el riesgo de que aquella persona crea entender algo cuando.en realidad se trata de algo muy distinto. Por supnesto; este es solo él principio, lo miismo debe hacer se con los otros movimientos para la literatura colombiana y en general, ppata la literatura latinoamericana que ha configurado sus procesos de tina forma muy distinta a la europea. Ademis, la aclaracién de los términds, es decir: la creaci6n de un leniguaje universal, como lo supone el trabajo de la’ ‘eoria literaria dentro de 1os estudios iterarios, debe ser el primer paso para cualquier tipo de investigacién, y sobre todo, para la idea de coneretar un modelo tedrico y metodolégico que conduzea al desarrollo de una historia de Ja literatura colombiana que imprima las actuales consideraciones sobre el significado y la funcién dela literatura en Ja nacién colombiana. Bibliografia Arango Ferrer, Javier. La literatura de Colombia. Bueiios Aires: Imprentay Casa, Editorial “Coni”. Institito de Cultura Latindamericand, Facultad de Filosofia xy Letras de la Universidad de Buenos Aires, 1940, 158. Auerbach; Erich. 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