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¿Qué es el amor?

Basándonos en que el punto 1 es cierto, cuando estamos frente a una


determinada situación podemos separar los elementos que la componen.
Por ejemplo si vemos una película y decimos que nos encanto, será por la
actuación, la dirección, producción, efectos visuales y sonoros, la
historia, el guión, es decir que si nos gusta todo ello entonces
podríamos decir que "yo amo a esa película" o "me encanta esa película".
Preferimos decir amor a ideas o personas, en algunos casos "amo a mi
guitarra", "amo a mi computadora", etc. Por lo general se dice en ideas a
"amo a la ciencia", "por amor al arte", "por amor a la vida". Entonces el
amor sucede cuando un
determinado objeto es
presenciado, y proseado, por
nuestra personalidad y son
separadas sus propiedades.
Cada propiedad despierta un
sentimiento y la combinación
de dichos sentimientos
producen al amor. Se puede
decir que la combinación de
las propiedades, que forman al
objeto, es lo que despierta al
amor.

Ahora si el punto 1 de este


análisis no es cierto de todas
maneras estaríamos llegando a
que el amor es generado por un objeto que tiene determinadas
propiedades, y sus combinaciones despiertan al amor, casi la misma
definición que la anterior por más que las concepciones sean diferentes,
pero se basan en lo mismo.

Una de las concepciones que quiero citar sobre el amor es la


descubierta por Friedrich Nietzsche. El creía que el amor se llegaba
cuando se intenta abarcar el bien con su totalidad hacia algo y no se
consigue, "un desbordamiento hacia algo ilimitado" decía el filósofo
alemán. Entonces de esas propiedades que hablamos, las del objeto que
nos atrae, no podemos, por más
que hagamos el esfuerzo,
tratar de abarcar nuestro bien
en su totalidad. Además,
Nietzche dice que cuando
amamos juntamos todas las
mejores propiedades de las
cosas más maravillosas y
perfectas que consideramos en
el mundo, y como estas son
similares con el objeto es
considerado como esa cosa maravillosa, ese algo perfecto.

Estas afirmaciones llegan a la conclusión de que los sentimientos nos


engañan, y siempre lo han hecho y voy a demostrárselos más adelante. Y
demostrare también que gracias al razonamiento se ha llegado a los
progresos científicos y por ello también el hombre ha progresado. Y
progresaremos en una filosofía de amor real, un amor perfecto.

Amor materialista

La influencia superficial hacia nuestros sentimientos es


(lamentablemente) el primer síntoma de amor que nosotros creemos. En
realidad lo que es superficial son las necesidades básicas sexuales. El
amor liberal, que existe en nuestra sociedad y está bien, apuesta al libre
sexo y es bastante superficial. Pues claro que el liberal no tiene el toque
mágico del dialéctico. Puede decirse que el amor materialista es el tipo
de amor que vemos y que decimos que es falso. Pero es un amor, un
amor casi erróneo.

Por ejemplo yo me enamoro de una chica que tiene un auto y una gran
casa, y me enamoro porque la chica tiene esos objetos. En el amor liberal
esto esté bien, es mas se puede decir que el amor materialista es parte
del amor liberal. El amor puro también acepta este tipo de amor.
En el dialéctico el
amor materialista no es
muy del todo
verdadero. Si
empezamos a pensar, si
le quitamos a la chica
su auto sigue siendo la
misma, siempre fue la
misma pero creíamos
que antes era otra y
ahora no tiene ese
valor. Y si nos ponemos a pensar, si ella no me agrada ahora porque no
tiene su auto, significa que fui un egocéntrico que estaba interesado
por un objeto que me satisfacía a mí. Nosotros nos estamos
enamorando de la persona, no de sus objetos. El amor materialista piensa
que los objetos son parte de la persona amada, y luego el amor hacia
esta persona es similar al amor de los objetos que la rodea. Y se
considera que se ama a la persona por lo que tiene, aunque no la amo
por lo que tiene, sino por lo que es, y hay una diferencia entre ser y
tener.

Pero el problema es si en realidad amamos a la persona que está


rodeada por objetos. Si creemos que la persona es de una manera con
esos objetos es porque lo sentimos, y los sentimientos nos engañan en
eso, y si pensamos vemos que nos enamoramos de sus objetos.

Scout McCloud estudio la reacción de las personas frente a objetos


que utilizan. Como por ejemplo cuando nos ponemos un gorro, cuando
usamos lentes, un lápiz, estamos simulando tener extremidades, objetos
que son parte de nosotros. Pero en realidad no lo son, todo es generado
por nuestros malditos sentimientos que nos engañan como lo dijo
Nietzsche. Nuestros puntos débiles son los sentimientos, y hay que estar
atentos en como los atacan y defenderlos con el razonamiento.
“OJOS VEMOS, CORAZONES NO SABEMOS”

El hombre siempre ha buscado un estado de satisfacción, de plenitud.


Todo lo que hace a lo largo de su existencia tiene un solo y único
objetivo: ser feliz. Un gran pilar que constituye tan anhelada y auténtica
felicidad es el amor, el cual es la entrega de uno mismo a los demás,
sentirse tan atraído por el otro que sólo se desee su felicidad. Eso es
amar: entregarse libre y mutuamente. Pero el arte de amar no es “color
de rosa” del todo, existe el sufrimiento que de una u otra forma
condiciona aquella plenitud. Este sufrimiento que no se expresa de
forma corporal localizada y definida, sino que es global y difusa. Tiene
un sentido de trascendencia y profundidad psíquica, se caracteriza por
una sensación de carencia, vacío o ausencia. Vivencialmente el
sufrimiento es carencia.

Es indudable que frente al


goce o satisfacción
siempre existe la posibilidad
de sufrimiento,
incluso hay quienes
piensan que este es parte
del amar, o que el
sufrimiento vivido se llame
amor. Por ello surge un gran
interrogante: ¿será
necesario sufrir para amar? Llamarse hombre o mujer y no aceptar que el
amor es la fuente de la vida es simplemente no serlo. El corazón
humano fue creado para amar, pero es tan oscilante que un día, en
júbilo se remonta a las nubes, y otro día herido, desciende a los abismos;
En consecuencia, se asume que el amor y el sufrimiento aunque son dos
conceptos diferentes van de la mano, a tal punto que podría afirmarse
que el camino hacia el amor verdadero debe estar necesariamente
empedrado por obstáculos.

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