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Mekay ,M. (4991), Avkourkima : wokoecoh y wasiora Danulrno.: Markinee Roo Capitulo 2 La critica patolégica El término critica patoldgica fue acutiado por el psicélogo Eugene Sagan para des- cribir la negativa voz interior que le ataca y juzga. Todo el mundo tiene una voz inte- rior critica, Pero las pesonas con baja autoestima tienden a tener una critica patolgica més viciosa y expresiva. La critica le acusa de las cosas que van mal. La critica le compara con los demés ~con sus logros y capacidades— y le encuentra a usted en desventaja. La critica fija es- Uéndares de perfecci6n imposibles y luego le fustiga ante el minimo error. La critica man- tiene un registro de sus fracasos pero nunca le recuerda sus dones o logros. La critica tiene tun gui6n que describe cémo debe vivir y le tacha de réprobo y malvado si las necesida- des le llevan a violar sus reglas. La critica le pide que sea el mejor, y si no es el mejor, no es nadie. Le lama cosas ~estipido, incompetente, feo, egofsta, débil- y le hace creer que todo eso es verdad. La eritica lee la mente de sus amigos y le convence a usted de que estén aburridos, cansados, desanimados o disgustados por su culpa. La critica exagera sus debilidades insistiendo en que usted «siempre dice cosas estipidas», o «siempre malogra una telacién», 0 «nunca acaba nada a tiempo». La erftica patol6gica se empefia en socavar permanentemente su. valfa todos y cada uno de los dfas de su vida, y su voz es tan insidiosa, esta tan entrelazada en el tejido de su pensamiento que usted nunca advierte su devastador efecto. Los ataques a sf mismo siempre patecen tazonables y justificados. La voz interior quejumbrosa y valorativa pa- rece natural, una parte familiar de usted. De hecho, la critica es tuna especie de chacal psi- colégico que, a cada ataque, debilita y deshace cualesquiera buenos sentimientos que al- bergue usted sobre s{ mismo. “Aunque nos refiramos a Ia critica en femenino, la critica no tiene un sexo determina- do, Su voz critica puede parecer Ia de su madre, su padre, 0 a su propia voz normal. ‘Lo primero y mds importante que ha de saber sobre su critica es que por distorsio- nados y falsos que sean sus ataques, siempre se la cree. Cuando su critica dice: «Dios, soy imbécil», este juicio le parece tan verdadero a usted como la certeza de que esta mafia- na esté cansado, 0 de que tiene los ojos castafios, o de que no entiende los programas de tratamiento de textos, Parece normal juzgarse a s{ mismo porque es muy intimamente 4 4a Lact ea patolégica 25 consciente de lo que siente y hace. Pero los ataques de la critica no forman parte del proceso normal de percepciGn de lo que siente y hace. Por ejemplo, cuando usted exa- Inina cémo se sintié tras una primera cita, la critica echa abajo cualesquiera reflexiones ormales y razonables, pregonando en voz alta que usted fue un Toro inepto, un torpe, tina persona nerviosa y postiza, y que su pareja no volverd a verle nunca més. Le criti ca coge su autoestima y la hace trizas. Una eritica intensa y voluble es enormemente t6xica, Es més venenosa para su salud psicolégica que casi cualquier trauma 0 pérdida. Eso es porque la afliccién y el dolor se pasan con el tiempo. Pero la critica estd siempre con usted: juzgando, culpando, encon- Tando errores. Usted no tiene defensa alguna contra ella, «Aqui estés de nuevo ~dice- haciendo el idiota» Y usted automaticamente se siente mal, como un nifio al que le han dado un cachete por decir algo inconveniente. ‘Considere el caso de un entomélogo de 29 aiios, recientemente doctorado, que soli- citaba un puesto de profesor en la Facultad. Durante las entrevistas observaba la indu- mentaria ¥ modales del tribunal y hacia conjeturas sobre el tipo de personas que eran y Sobre cémo le respondfan. Sopesaba las preguntas buscando la respuesta més adecuada, Gado to que el tribunal parecfa esperar. Y mientras hacia todo esto, también escuchaba un mondlogo continuo en el que su critica le deca: «Eres un fraude, no sabes nada. No vvas a engafiar a esta gente. Espera a que lean esa mediocre sarta de memeces que llamas Mesis".. Fsa fue una respuesta estiipida. {No se te ocurre una broma? jHaz. algo! Se van ‘a dar cuenta de lo aburrido que eres. Aun’ si consigues el empleo, lo perderds tan pron- to como se compruebe tu incompetencia. No vas a engafiar a todo el mundo». Elentomélogo se lo crey6 todo. Todo parecfa tener sentido. Como lo habia ofdo du- rante afios, esa corriente de veneno le parecfa normnal, razonable, cierta, Durante la en- trevista se puso cada vez més rigido, sus respuestas se volvieron cada vez més vagas. Su voz empez6 a sonar monétona, empez6 a sudar y a tartamudear ligeramente. Estaba es- cuchando a la critica, y Ia otitica le estaba convirtiendo precisamenie en todo aquello que él tema. Ctra cosa importante que ha de saber sobre la critica es que habla en una especie de taquigrafia. Puede exclamar s6lo la palabra «perezoso». Pero estas cuatro sflabas contie- nen el recuerdo de centenares de veces que su padre se quejé de su pereza, le critics su pereza, dijo que odiaba la pereza. Todo esta ahf, y cuando Ia critica pronuncia esa pala- bra usted siente todo el peso de ese disgusto. En ocasiones, la critica utiliza imagenes o figuras del pasado para socavar su sensa- cién de valia, Reproduce un momento dificil que usted tuyo con su pareja; saca a relu- cir una bronca que le ech6 su jefe, imégenes de una relaci6n frustrada, y escenas de las veces que usted pegd a sus hijos. Una scoretaria de juzgado comprdb6 que su critica siempre utilizaba la palabra «tor- pen, Cuando pens6 en ello, constaté que «torpe» significaba toda una retahila de cuali- Sades negativas. Significaba incompetente, no querido, que asume riesgos insensatos, al- Buien (como su padre) que rehiye los problemas, Cuando su critica le decfa «torpe>, ella crefa firmemente que era todas estas cosas. ‘Una de las cosas extrafias de la critica es que a menudo parece tener més control de su mente que el que usted tiene, Desencadena de golpe las acusaciones, lanzando un ata- que tras otro o recordéndole una y otra vez una escena penosa. Mediante el proceso de- nominado encadenamiento puede mostrarle un fracaso del pasado, que le recuerda otro y ‘otro, en una larga cadena de asociaciones dolorosas. Y aun cuando usted intente desac- tivarla, le recuerda otro error, otro rechazo, otra confusién. 26 — Autoestima: Bvaluaciéa y mejora Aunque la critica parece tener una voluntad propia, su independencia es en realidad una ilusidn, Lo cierto es que usted esta acostumbrado a escucharla, acostumbrado a creer- la, y no ha aprendido a desconectarla, Sin embargo, con la préctica puede aprender a anali- zat y refutar lo que dice la critica. Usted puede desintonizar con ella antes de que tenga la oportunidad de envenenar sus sentimientos de valia personal. Un arsenal de «debes» La critica tiene muchas armas. Entre las mas efectivas figuran los valores y reglas de vida que ha tenido toda su vida. La critica tiene una forma de volver sus «debes» con- tra usted. Compara su forma de ser con la forma en que deberia ser y le juzga insuficiente © malo. Le lama estipido si el sobresaliente que usted deberia haber fenido se convier- te en notable. Dice «un matrimonio debe durar para siempre», y le considera un fracaso tras su divorcio. Dice «un verdadero hombre sostiene a su familia» y le llama perdedor cuando le despiden de! trabajo. Dice «primero los nifios» y le llama egoista cuando us- ted sale algunas noches. Un camarero de 35 afios describfa cémo su critica utilizaba viejos «debes» que ha- bia aprendido de nifio. «Mi padre era abogado, con lo que la critica dice que yo debia ser un profesional y que todo lo demas es basura. Siento como si hubiese debido obli- garme a ir a la escuela, Siento como si debiera leer libros importantes en vez de la pé- gina de deportes. Siento como si debiera estar haciendo algo en el mundo en vez de mez- lar bebidas y apalancarme en casa de mi novia.» La autoestima de este hombre estaba seriamente dafiada por una critica que insistia en que debfa ser otra persona distinta a la que era, El hecho es que a él le agradaba la compafifa del bar y no tenfa la menor in- quietud intelectual. Pero se rechazaba continuamente por no vivir de acuerdo con las ex- pectativas de su familia. El origen de la critica La critica nace durante su mds temprana experiencia de socializacién a manos de sus padres. Durante toda su infancia sus padres le ensefian qué conductas son aceptables, cus- les son peligrosas, cudles son moralmente reprobables, cudles son loables y cudles causan enojo. Hacen esto abrazindole y premiandole por la conducta correcta y castigéndole por Jas conductas peligrosas, malas 0 molestas. Es imposible crecer sin haber experimenta- do un gran ntimero de situaciones de castigo. El teérico de la personalidad Harry Stack Sullivan denominaba gestos prohibitivos a estas situaciones de castigo, Por su misma naturaleza, los gestos prohibitivos son temibles y rechazables. Un nifio al que su padre le da un cachete o echa una reprimenda siente muy intensamente la te~ tirada de la aprobacién paterna. Es, por unos instantes, una mala persona. Consciente 0 inconscientemente, el nifio sabe que sus padres son la fuente de todo su sustento fisico y emocional. Si fuera objeto de rechazo 0 marginacién por su familia, moriria, La aproba- cin patema es, por tanto, cuestién de vida 0 muerte para el nifio. La experiencia de ser malo puede sentirse muy hondamente, porque el ser malo conlleva el terrible riesgo de perder todo apoyo. Todos Jos niflos crecen con residuos emocionales de los gestos prohibitivos. Retie- nen el recuerdo consciente e inconsciente de todos aquellos momentos en que se sintie~ Lacertica patolégice 27 ron malos o fueron reprobados. Estas son las inevitables cicatrices que el crecimiento deja en su autoestima, Esta experiencia es también el punto de partida de la critica, que se nutre de estos sentimientos de «no est bien». Queda atin una parte de usted dispues- ta a creer que es usted malo tan pronto como alguien se enfada con usted, o cuando us- ted comete un error, o cuando no aleanza un objetivo, Esta sensacién temprana de no estar bien es la raz6n por la cual los ataques de la critica parecen encajar tan bien con lo aque usted ya cree sobre sf mismo. Su voz es la voz de un padre censurador, Ia voz cas tigadora y prohibitiva que configuré su conducta en la infancia El volumen y la maldad de los ataques de una critica estén directamente relaciona- dos con la fuerza de sus sentimientos de malestar. Si los tempranos gestos prohibitivos fuesen moderados, la critica adulta atacarfa rara vez. Pero si se le dieron enérgicos men- sajes acerca de su maldad durante la nifiez, la critica adulta disparard sobre usted a la ‘menor oportunidad que se le presente. Hay cinco factores principales que determinan la fuerza de sus iniciales sentimien- tos de malestar: 1. La medida en que se hicieron pasar por imperativos morales cuestiones de gus- to, necesidades personales, de seguridad 0 buen juicio. En algunas familias, cuando el padre quiere tranquilidad, se hace sentir moralmente mal al nifio que se porta bulliciosa- mente, Otras familias convierten una mala nota en pecado, A algunos nifios se les hace sentir mal por necesitar pasar el rato con los amigos © por tener sentimientos sexuales. Algunos nifios son malos si se olvidan de hacer los deberes, malos si prefieren un cierto corte de pelo y malos si corren por la calle con su monopatin. Cuando la cuesti6n no ¢s cn realidad més que una cuestién de gusto, no cumplimiento de tareas o mal criterio, pero los padres hacen sentir moralmente mal al nifio, estén sentando las bases de una baja autoestima. Es importante reconocer que determinadas expresiones y frases transmiten fuertes mensajes morales. Si un nifio oye que es perezoso, 0 egofsta o que tiene un as- pecto desastroso 0 se comporta como un atolondrado, las situaciones especificas se olvi- dan muy pronto, Pero le queda una duradera sensaci6n de maldad. 2. La medida en que los padres dejaron de diferenciar entre conducta e identidad. Un nifto que oye un severo aviso sobre los peligros de correr por Ia calle tendré mejor autoestima que un nifio que oye que es un «mal chico» cuando corre por Ia calle. El nifio ‘que es un «mal chico» recibe el mensaje de que él y su conducta no son buenas. No aprende Ia diferencia entre lo que hace y lo que es. Cuando sea adulto, su critica ataca- 14 tanto su conducta como su valfa. Los padres que distinguen cuidadosamente entre 1a conducta inapropiada y la bondad basica del nitio crian a nifios que se sienten mejor consigo mismos y tienen una critica interior mucho més suave. 3, La frecuencia de los gestos prohibitivos. La frecuencia de los mensajes negativos de Jos padres tiene un impacto sobre los iniciales sentimientos de valia. El ministro de propaganda de Hitler coment6 en una ocasi6n que el secreto para que se creyese cual- quier mentira era repetirla lo suficiente, La mentira de que no era usted bueno no la aprendié con la primera amonestacion de sus padres. La aprendié con la erftica reitera- da, Tiene usted que ofr «,Qué pasa contigo?» 0 «Deja de molestar» un montén de veces antes de que cale el mensaje. Pero al poco tiempo, usted saca e] mensaje: no estoy bien. 4. La consistencia de los gestos prohibitivos. Suponga que a sus padres no les gus- taba que usted dijese «mierda». Usted puede haber considerado esa prohibicién més bien absurda, pero si sus padres fueron congruentes usted conseguirfa pasarse sin ese término obviamente versétil. Supongamos, sin embargo, que le dejan decir «mierda» en ocasio- nes y le pegan cuando lo dice otras. Y supongamos que fueron igualmente congruentes 28 —Autoestima: Evaluacion y mejora con otras normas. Al principio usted quedarfa confuso, pero el carécter aleatorio de los ataques Je levarfa eventualmente a una penosa conclusién, No era lo que usted hacia ~a veces estaba bien, a veces no~ sino que era usted. Habja algo malo en usted. Los ni- fios que han experimentado una educaci6n incongruente sienten a menudo una inefable sensacion de culpa, Se sienten como si hubiesen hecho algo malo, pero como nunca pue~ den conocer las reglas, no tienen idea de qué han hecho mal. 5. La frecuencia con que los gestos prohibitivos estuvieron vinculados a la célera 0 rechazo paternos. Los nifios pueden tolerar una buena dosis de critica sin experimentar una considerable lesién en su sentido de valia personal. Pero si la critica va acompafia- da de c6lera o rechazo paterno (amenazantes o reales), tiene una enorme potencia, La c6- Jera y el rechazo transmiten un mensaje inequfvoco: «Eres malo, y te rechazo». Como esto es Jo més terrible que puede ofr un nifio, con toda seguridad lo recordaré, Mucho después de concluido el incidente, el nifio retiene la fuerte impresi6n de su maldad. Y la critica utilizard esta sensacién de maldad para fustigarle psicolégicamente y maltratarle en Ia edad adulta. Por qué escucha usted a la criti Usted escucha a la critica porque es muy gratificante hacerlo. Por increfble que pa- rezca, la critica Ie ayuda a satisfacer ciertas necesidades basicas, y puede ser reforzador el escuchar sus pérfidos ataques. Pero ,c6mo puede ser reforzante tanto dolor? ;Cémo puede ser el atacarse a uno mismo Jo mas minimo placentero o ayudar a satisfacer sus necesidades? El primer paso para comprender la funcién de su critica es reconocer que todo ef ‘mundo tiene ciertas necesidades bésicas. Todo el mundo necesita sentirse: Seguro y libre de temor. Efectivo y competente en el mundo. Aceptado por sus padres y scres queridos. Portador de una sensacién de valia personal y bienestar en la mayoria de las situa- ciones. Pepe Las personas con una autoestima suficiente tienden a tener estrategias muy diversas para satisfacer estas necesidades que no tienen las personas con baja autoestima. Si us- ted tiene una autoestima suficiente, tiene también cierto grado de confianza en si mismo. Usted esta seguro enfrentindose o eliminando las cosas que le dan miedo. Usted resuelve los problemas en vez de preocuparse por ellos y encuentra la forma de que la gente le responda positivamente. Usted se enfrenta directamente a los conflictos interpersonales en vez de esperar que pasen, Por el contrario, la baja autoestima le despoja de confian- za. No se siente usted capaz de afrontar la ansiedad, los problemas interpersonales 0 los riesgos que suponen un desafio. La vida es més penosa porque usted no se siente tan efectivo, y es dificil afrontar la ansiedad de hacer que las cosas cambien, Es aqui donde interviene la critica. Las personas con baja autoestima recurren a me- nudo a la critica para ayudarles a afrontar los sentimientos de ansiedad, desamparo, re- chazo ¢ insuficiencia, Parad6jicamente, mientras que la critica le golpea, también le hace sentirse mejor. Esa es la raz6n por la que es tan dificil librarse de la critica. Esta puede ju- gar un papel decisivo en hacerle sentirse més seguro y c6modo en el mundo. Desgracia- La critica patolégica 29 damente, el precio que ha de pagar usted por el apoyo de la critica es muy alto y ade- més socava su sentimiento de valia. Pero es usted reforzado a seguir escuchéndola por- que siempre la critica se las compone para hacerle sentirse un poco menos ansioso, menos jincompetente, menos impotente o menos vulnerable a los demés. El papel del reforzamiento Para comprender cémo pueden ser reforzantes los penosos ataques de Ia critica, es preciso examinar primero cémo el reforzamiento configura su conducta y su pensa- miento. El reforzamiento positivo tiene lugar cuando un suceso recompensante sucede a una conducta determinada y produce un aumento de la probabilidad futura de esa conducta. Si su esposa le da un afectuoso abrazo y agradecimiento después de que ha cortado usted al eésped, esté reforzando positivamente sus actividades de jardineria. Si el jefe elogia la pulera y clara forma de escribir de su siltimo informe, esté reforzando positivamente la conducta de escritura que prefiere. Como el afecto y elogio constituyen recompensas tan poderosas, hay muchas probabilidades de que usted vuelva a desarrollar en el futuro ac- tividades de jardinerfa y caligratfia. Tgual que la conducta fisica, la frecuencia de la conducta cognitiva (pensamientos) también puede incrementarse mediante el reforzamiento positivo, Si usted se siente esti- ‘mulado tras una fantasia sexual particular, es muy probable que repita su fantasia otra vez, La consideracién critica de los demas puede reforzarse con progresivos sentimien- tos de valfa, Las ensofiaciones acerca de unas inminentes vacaciones, si van seguidas de tuna sensacién de excitacién y anticipacién, se repetirén. La creciente sensacién de valfa que acompafia a sus recuerdos de éxito y logro aumenta la probabilidad de volver a te- nerla. La consideraciGn obsesiva de las desgracias de alguien que le desagrada puede re- forzarse por los sentimientos de placer o venganza. EI reforzamiento negativo solo puede darse cuando se experimenta un dolor fisico 0 psicolégico. Se refuerza cualquier conducta que consiga detener el dolor, conducta que tiene por tanto més probabilidades de aparecer cuando se vuelva a sentir un dolor simi- lar en el futuro, Por ejemplo, cuando los estudiantes preparan sus exdmenes finales, sue- len encontrar que las actividades mAs aburridas y triviales se tornan irresistiblemente interesantes. Actividades como los garabatos o contar las canastas en la papelera se re- fuerzan porque proporcionan alivio del estudio estresante, Por regla general, se reforza- 14 todo lo que alivie el estrés y la ansiedad. La célera suele reforzarse por el inmediato cese de la tensiGn que se consigue tras descargar un golpe. El ver la televisién, comer, darse un bafio caliente, aislarse, quejarse, practicar un hobby y hacer deporte puede re- forzarse por la reducci6n de Ia tensi6n o la ansiedad. El culpar a los demés alivia la an- siedad por nuestros errores y puede reforzarse hasta que se cOnvierte en una conducta muy frecuente. La conducta machista tiene el efecto aliviar Ia ansiedad social de algunos hombres, y {a reduccién de ansiedad es tan recompensante que el estilo machista se con- vierte en una poderosa coraza en la que quedan presos. Tgual que con el reforzamiento positivo, el reforzamiento negativo configura su for- ma de pensar. Se reforzaré cualquier pensamiento que alivie sus sentimientos de ansie- dad, culpa, desesperanza 0 insuficiencia. Supongamos, por ejemplo, que usted se siente ansioso cada vez que visita a su irritable y valorizante suegro. Un dia, conduciendo ha- cia su casa, usted empieza a pensar en Io realmente extremista que es, en 10 poco que se

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