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Judith Butler El género en disputa El feminismo y la subversion de la identidad PAIOS iu gre cans ttn Fn ae Seren fay ‘ica enna pore, Nana ek Taal do Mt Mtoe Caer de a Er cultura Libre SUMARIO Prefacio (1999) Prefacio (1990) 1. Sujetos de sexo/género/deseo Las «mujeres» como sujeto del ferinismo El orden obligatorio de sexo/géncro/deseo Genero: las ruinas circulares del debate actual ‘Teorizarlo binario, o unitario y més alli. - Identidad, sexo y la metafisica de la sustancia Lenguaje, poder y estrategias de desplazarniento .Prohibicién,psicoandisisyla produccién dela ma- triz heterosexual serene Elintercumbio cxitico del esteucturalismo Lacan, Riviere y las estrategias de la mascarada Freud y la melancolia del género : La complejidad del yénero y fos Kimites de aiden ficacién . : Reformular la prohibicién como poder ‘Actos corporales subversivos 1La politica corporal de Julia Kristeva Foca, Hercule yi pola de discontinuidad sexual 45 6 34 36 6 70, 8 101 107 15 17 151 16 mB 1B 196 292 BL GENERO BN DISPUTA, ticamente necesaria del feminismo. Obviamente este tipo de preceptismo separatista ya no es probable, Pero, aunque fuese politicamente viable, zque criterios se utilizarian para determinat la cuestin dela «identidacb sexual? Si convertirse en lesbiana es un acto, un tomat licencia de la hetcrosexualidad, una autodenominacién que rechaza los signuficados obligatorios de mujeres y hombres dela he- terosexualidad, cqué evitaré que el nombre de lesbiana se cconvierta en una categoria igualmente obligatoria? ¢Qué ‘quiere decir ser lesbiana? ¢Lo sabe alguien? Si una lesbiana {mpugna la separaci6n radical entre las economias heterose- snual y homosexual que defiende Wittig, cesa lesbiana deja de serlo? Y si es un «acto» lo que determina la identidad ‘como una consecucién performativa de la sexualidad, gha- bri ciertos tipos de actos que cumplan jos tequsitos mejor {que otros para ser fundacionales? ¢Se puede hacer el acto con un «pensamiento recto»? Puede concebirse Ie sexual- dad lesbiana no s6lo como una refutacién de la categoria de ssexom, de «mujeres», de «cuerpos naturales», sino tambien de-lesbianay? Es sorprendente que Witig sugiera una relacién nccese- ria entre el punto de vista homosexual y el del lenguae figu- rativo, como si ser homosexual refutara la sintaxis y a se- tintica obligetorias que elaboran «lo real», Al quedat cexcluido de lo real, el punto de vista homosexual —si lo hay— bien podifa pensar que lo real estéformado pot una serie de exclusiones, méirgenes que no aparecen, atsencias {que no figuran, Seria un gran error construir una identidad g2y/lésbica con los mismos medios excluyentes, como silo cexcluido, precisamente por su exclusién, no siempre se dic- ra por sentado y, de hecho, se exiginfa para construi esa identidad. Resulta parad6jico que esa exclusin instaure jus ACTOS CORPORALES SUBVERSIVOS 233 tamente la relacién de dependencia radical que intenta ven- cer: el ksbianismo entonces exigiia la heterosexualidad. El lesbianismo que se define en la exclusién radical de la hete- rosexualidad se despoja de la capacidad de otorgar nuevos significados a los mismos constructos heterosexuales me- diante los cuales se conforma parcial ¢ inevitablemente. Como consecuencia esa estrategia lsbica afianzara la hete rosexualided obligatoria en sus formas opresoras, La téctica més insidiosa yeficazes, al parecer, una apro- piacién y reformulacién total de las propias categorias de {dentidad, no sélo para negar el «sexo», sino para organizar Ja coneurrencia de numerosos discursos sexutles en el lugar de la widentidad> con el propésito de conseguir que esa ca ‘gor n culgues des formes, es peomanestemente problem INSCRIPCIONES CORPORALES, SUBVERSIONES PERFORMATIVAS Garbo se emgslanaba como una vtravestiden siempre ue tenia gue re presentaro um pererae muy glamoroso, sempre gue se fundis dentro fuera de los bros de um hombre, siempre que sencillamentedeiaba gue exe cxello divinamenteinlnado |] sorters el peso de su co ‘bean echada baci ats (.] (Qué resplandeconte parece el arte de sactuar! Todo et encormacitn, sea 0 na verdadero el sexo que seexconde dees PARKER TYLER, «The Garbo Image», aparcido en Eather Newton, Mother Camp Las eategorias de sexo verdadero, género diferenciado y sexualidad espeecifica han sido el punto de referencia esta- ble para tna gran cantidad de teoriay politica feministas. 204 [EL GENERO EN pisruTa Estos constructos de la identidad son los puntos de partida ~ epistémicos a partir de los cuales emerge la teoria y se ar ticala la politica, En cl caso del feminismo, la politica esta presuntamente articulada para manifestarlos interesesy las vas de las «mujeres». Pero etienen las «mujeres», una forma politica que anteceda y prefigure a evolucién politica de sus intereses y su punto de vista epistémico? ¢Cémo se articul esa identidad, yes la articu lacin politica la que decide que la morfologi y el limite ‘ismos del cuerpo sexuado son el terreno, a superficie o el lugar de la inscripeién cultural? «que menciona puede redefinirse como una regién de inquie- tud y caos culturales. Puesto que acepta la estructura inevi- tablemente binaria de a distincion naturaleza/cultura, Dow- las no puede proponer una configuracin diferente de la cultura en la que tales diferenciaciones se hagan maleables 0 se multipliquen mas allé del marco binario, Sin embargo, su argumentacin ofrece un punto de partida posible para comprender la relacién mediante fa cual los tabties sociales instauran y preservan los limites del cuecpo como tal. Su es- tudio sefiala que fo que conforma el mite del cuerpo nunca ¢€s puramente material, pero que la superficie, la pil, e sig- nificada dentro del sistema por tabiies y transgresiones pre- vistos; en realidad, los limites del cuerpo, en su estudio, se transforman en ls limites de lo social per se. Una formula «ign postestructuralista de su planteamiento bien podria te- ner en cuenta que los limites del cuerpo son los limites de lo socialmente hegeménico. En diferentes culturas —aliema Douglas— hay poderes de contaminaci6n que son inmanentes ala estructura misma de as ideas y que sancionan tanto la ruptura simbélica deo que deberis estar unido como la unida de lo que deberia ‘ACTOS CORFORALES SUBVERSIVOS: 259 ‘star separado, De abt se desprende que la contaminacin es un tipo de peligro que seguramente no sucederé a excepcién dll lugar donde estan definidas las linea de a estructura c6s- mica o social Una persona que contamina siempre esté en el error Ha desarrolledo alguna condicién equivocada o sencillamente Jha traspasado alguns lin que no deberi haber traspasido, Yy este desplacainicnto origina algtin peligro para alguien [pa 113)" En cierto modo, Simon Watney —en su libro Policing Desire: AIDS, Pornography, and the Media—" ha equipara- do Is construccién actual de «la persona contaminante> como la persona que tiene sida, No slo se presenta la afec- cidn como la «enfermedad gay», sino que a través de la fes- puesta homofébica ¢ histérica ala enfermedad por parte de los medios sc advierte una construccién téctica de continui- ad entze la condicién contaminada del homosexual (a con- secuencia de la infraccin de Tos limites que es la homose- sualidad) y la enfermedad como una modalided concreta de |a contaminacién homosexual. El hecho de que la enferme- dad se transmita mediante el intercambio de fluidos corpo- rales indica, dentro de las graficassensacionalstas de ls sis- ‘temas significantes homofébicos, los peligros que los limites corporales permeables prescatan al orden social como tal. Douglas afirma que «el euerpo es un modelo que puede tsarse en cualquier sistema que tenga limites. Sus limites pueden representar todos los limites que estén amenazados © sean precarios» {pég. 115].* ¥ formula una pregunta que se podria haber leido en Foucault: «Por qué se cree que los Imirgenes corporales estin especificamente conferidos de Poder y peligro?» {pig 121]. 260 1 GENEHO EN DISPUTA Douglas alega que todos los sistemas sociales son vulne- tables en sus mérgenes y que, por tanto, todos los mirgenes se consideran peligrosos. Si el cuerpo es una sinécdoque del sistema socal per se oun lugar en el que concurren sistemas abiertos, entonces cualquier tipo de permeabilidad no regu leda es un lugar de contaminacién y peligro. Dado que el sexo anal y oral entre hombres determina claramente ciertos tipos de permeabilidad corporal no permitidos por el orden hhegeménico, la homosexualidad masculina, dentro de ese punto de vista hegeménico, seria un lugar peligroso y conta- ‘inante previo a la presencia cultural del sida e indepen diente de ella. Igualmente, la condicién «contaminada» de las lesbianas, independientemente de su posicién de bajo riesgo respecto del sida, manifiesta los peligros de sus in- tercambios corporales. Resulta revelador que estar «fuera» del orden hegeménico no implica estar «en» un estado de naturaleza sucia y desordenada, De forma paradsjica, la ho- mosexualidad casi siempre se concibe dentro de la econo: ia significante homofébica como incivilzada y antinatural La construccisn de limites comporales estables se basa en Jugares fis de permeabildad c impermeabilidad eorpéreas. En contextos homosexuales y heterosexuales, las pricticas se uales que abren superficies y orificios a una significecién erotica y cietran otros circunscriben los limites del cuerpo en nuevas lineas culturales. Un ejemplo de ello ese sexo anal en- tre hombres, al igual que el re-membramiento radical del cuerpo en El cuerpo leshiano de Wittig. Douglas hace referen- cia. aun tipo de contaminacién sexual que aizma el deseo de conservar intacto el cuerpo (fsico y social)» (pig. 140] lo cual indica que la nocin naturalizada de «eb> cuerpo es de por si una consecuencia de tabties que hacen que ese cuerpo sea diferente a consecuencia de sus limites estables, Asimis- [ACTOS CORPORALES SUBVERSIVOS 261 :mo, los ritos de paso que rigen diversos orificios corporales en ese doble sentido—, la parodia de género wolvia 4 considerer que la identidad original sobre la que se articula el género es una imitaciéa sin un origen, En concreto, es una produecién que, en efecto —o sea, en su efecto, se pre~ senta como una imitacion, Este desplazamiento permanente conforma una fluides de identidades que propone abrirse a la resigniicacién y la recontextualizacién; a multiphicacion ppar6dica impide a la cultura hegeménica y a su critica con- firmar la existencia de identidades de género esencialists © naturalizadss. Si bien los significados de género adoptados en extos estilo parédicos obviamente pertenecen ala cultu- +a hegeménica misdging, de todas formas se desnaturalizan y movilizan a través de su recontextualizacién parsdica 270 EL GENERO EN DISPUTA ‘Como imitaciones que en efecto desplazan el significado del original, imitan el mito de la originalidad en si, En vee de tuna identificacién original que sirve como causa determi: ante, Ia identidad de género puede replantearse como una historia personal/cutural de sigifieados ya asumides, sue- tos aun conjunto de prcticasimitativas que aluden lateral- mente a otras imitaciones y que, de forma conjunta crean la ilusién de un yo primario e interno con género 0 parodian el rmecanismo de esa construccisn, Segiin Fredric Jameson en «Posmodemismo y sociedad cde consumo», la imitacién que se busla del concepto de un original es més propia del pastiche que de la parodia: El pastiche, como la parodia, es la imitacién de un estilo particular dnico, levar une miscaraesilistica, hablar en un lenguaje muerto: pero es una prictica neutral de esa mimica, sin el motivo ulterior de la parodia, sine impuaso stirico, sin ns, sin exe sentimientorodavia oculro de que existe algo nor ‘mal en comparacién coa lo cual aquello que se imita es bas: ‘ante cémico. El pastiche es parodia neutra, parodia que ha perdido el sentido del humor” No obstante, la pérdia del sentido de wo normaly pue- de ser su propio motivo de risa, sobre todo cuando «lo nor- aby, elo originals, resulta ser una copia, y una copia inev- tablemente falda, un ideal que nadie puede personificar. En este sentido, la risa brota al percatarse de que todo el tiem- polo original era algo derivado. La parodia por si sola no es subversiva, y debe de haber luna forma de comprender qué es Jo que hace que algunos tipos de repeticién parddica sean verdaderamente trastor- nadlores, realmente desasosegantes, y qué repeticiones pue- [ACTOS CORPORALES SUBNERSIVOS mm den domesticarse y volver a ponerse en circulacidn como instrumentos de heremonia cultural. Es evidente que no bastaria con una tipologia de acciones, ya que el desplaza- imiento parddico, de hecho la risa parédica, depende de un contexto y una recepcién que puedan provocar confusiones subversivas. es publica, Esas acciones tienen di- ‘mensiones temporales y colectivas,y su cardcter piblicotie~ rhe consecuencias; en realidad, la actuaciGn se realiza con el propésito estratégico de preservar el género dentro de st ‘marco binario, aunque no puede considerarse que tal obje- tivo sea atsibuible a un sujto, sino, mas bien, que establece vafianza al sujeto. El género no debe considerarse una identidad estable o un sitio donde se funde la capacidad de accisn y de donde surjan distintos actos, sino mas bien como una identidad débiimente formada en el tiempo, instaurada en un espacio exterior mediante una reiteracion estilizada de actos. Et efecto del género se crea por medio de la estilizacién del cuerpo y, por consiguiente, debe entenderse como la ma- 4 1 GENER EN DisrUTA nera mundana en que los diferentes tipos de gestos, movi- mento y estilos corporales crean Ia ilusién de un yo con género constante. Este planteamiento aleja la concepcién de género de un modelo sustancial de identidad y Ia siiia ‘en un émbito que exige una concepeién del géner0 como temporalidad social constituida. Resulta tevelador que si cl sénero se instaura mediante actos que son internamente discontinuos, entonces a apariencia de sustancia es exacta- mente eso, una identidad consteuida, una realizaci6n per formativa en la que el paiblico social mundano, incluidos los mismos actores, lega a creer ya actuar en la modalidad de la creencia. El género también es una regla que nunca puede interiorizarse del todo; «lo interno» es una signifi cién de superficie, y las normas de género som, en definiti- va, fantasmiticas imposibles de personifica. Si le base de Ia identidad de aénero es la reteracién estilizada de actos a través del tiempo y no una identidad supuestamente in- consitil, entonces la metéfora espacial de una «base» se desplazaré y se convertiré en una configuraci6n estilizada, cn realidad, una corporalizacién del tiempo marcada con cl género. El yo con un género constante revelaré entonces estar organizado por actos reiterados que desean acercarse al ideal de una base sustancial de identidad, pero que, en su discontinuidad eventual, manifiest lu flta de base temn- poral y contingente de esta cbase». Las probabilidades de transformacién de género radican precisamente en Ja rela- cin arbitraria entre tales actos, en la open de no poder repeti una de-formidad o una repeticin parédica que de- muestra que el efecto fantasmatico de la identidad cons- tante es una construccién politcamente insuficiente, No obstante silos atributos de genero no son expresivos sino performativos, entonces estos atributos realmente de- ACTOS CORFORALES SUBVERSIVOS m5 terminan la identidad que se afirma que manifiestan o reve lan, La distincién entre expresin y performatividad es eru-

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