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CAPITULO 2 ‘Tecténica de placas: el desarrollo de una revolucién cientifica Deriva continental: una idea que se adelanté a su época Encaje de los continentes Evidencias paleontol6gicas Tipos de rocas y semejanzas estructurales Evidencias palcoclimaticas EI gran debate Rechazo de la hipdtesis de la deriva continental La deriva continental y el método cientifico Deriva continental y paleomagnetismo El campo magnético de la Tierra y paleomagnetismo Deriva polar aparente Comienzo de una revolucién cientifica La hipétesis de la expansién del fondo oceanico: Inversiones magnéticas: pruebas de la expansién del fondo oceénico La tiltima pieza de un rompecabezas Tecténica de placas: el nuevo paradigma Principales placas de la Tierra Bordes de placa Bordes divergentes Las dorsales oceanicas y la expansi6n del fondo oceénico La fragmentacién continental Bordes convergentes Convergencia ocednica-continental Convergencia ocednica-oceanica Convergencia continental-continental Bordes de falla transform: (bordes pasivos) Comprobacién del modelo de la tectonica de placas Pruebas procedentes de sondeos oceénicos Puntos calientes y plumas del manto Medicién del movimiento de las placas El paleomagnetismo y los movimientos de placas Meedicién de las velocidades de las placas desde el espacio ¢Qué impulsa los movimientos de las placas? Fuerzas que impulsan el movimiento de las placas Modelos de conveccién placas-manto La importancia de la teoria de la tecténica de placas 33 34 capituto 2 Tecténica de placas el desarollo de una revolucién cientica perfcie de la Tierra se introdujo a principios del siglo 1x, Esta propuesta contrastaba por completo con la opinién establecida de que las cuencas oceénicas y los con- ‘inentes son estructuras permanentes muy antiguas. Esta opi- nin era respaldada por las pruebas recogidas del estudio de las ondas sismicas que revelaron la existencia de un manto s6- lido rocoso que se extendia hasta medio camino hacia el cen- tro de la Tierra. El concepto de un manto sélido indujo a la ‘mayorfa de investigadores a la conclusion de que la corteza, externa de la Tierra no podia moverse. Durante este period, la opinian convencional de la co- ‘munidad cientifica era que las montaias se forman a causa, de las fuerzas compresivas que se iban originando a medida, que la Tierra se enfriaba paulatinamente a partir de un esta- do fundido previo. Sencillamente la explicacién era la si- guiente: a medida que el interior se enfriaba y se contrala, la capa externa s6lida de la Tierra se deformaba mediante plie- gues y fallas para ajustarse al planeta, que se encogia. Se Consideraban las montafias como algo andlogo a las arrugas {que aparecen en la piel de la fruta cuando se seca. Este mo- delo de los procesos tecténicos* de la Tierra, aunque inade- cuado, estaba profundamente arraigado en el pensamiento, geolégico de la época, Desde la década de los afos sesenta, nuestra com- prensién de la naturaleza y el funcionamiento de nuestro pla- neta han mejorado de manera espectacular. Los cientificos se han dado cuenta de que la corteza externa dela Tierra es m6- villy de que los continentes migran de una manera gradual a través del planeta. Ademds, en algunas ocasiones las masas, Continentales se separan y crean nuevas cuencas oceénicas, entre los bloques continentales divergentes. Entretanto, por- ciones mas antiguas del fondo oceénico se sumergen de nue- ‘yo en el manto en las proximidades de las fosas submarinas. A.causa de estos movimientos, los bloques de material con- tinental chocan y generan las grandes cadenas montafiosas, de Ia Tierra. En pocas palabras, ha surgido un nuevo mode- lo revolucionario de los procesos tect6nicos de la Tierra Este cambio profundo de la comprensin cientifica se ha descrito de manera muy acertada como una revolucién cientifca. La revolucién empez6 como una propuesta relati- vamente clara de Alfred Wegener, llamada deriva continen- tal, Después de muchos afios de acalorado debate, la gran mayoria de la comunidad cientifica rechaz6 la hipstesis de ‘Wegener de los continentes a la deriva, El concepto de una ‘Tierra mévil era particularmente desagradable para los geé- logos norteamericanos, quizés porque la mayoria de las prue- bas que lo respaldaban pracedian de los continentes meri- dionales, desconacidos para la mayorta de ellos Durante las décadas de los afios cincuenta y sesenta, ‘nuevos tipos de pruebas empezaron a reavivar el interés por esta propuesta que estaba casi abandonada, En 1968, esos L idea de que los continentes van a la deriva por la su- "Por Tenia se eniende el estudio de los procesos que deforman a corteza dela Tierra y las principales caacterisocasestructrales produ tis por esa deformacion, como las montaias, los eomtinentesy la nuevos avances indujeron el desarrollo de una explicacién ‘mucho mas completa que incorporaba aspectos de la deriva, continental y de la expansién del fondo oceénico: una teoria, conacida como tecténica de placas. En este capitulo, examinaremos los acontecimientos que llevaron a este gran cambio de la opinién cientifica en un intento de proporcionar una visién de cémo funciona la cien- cia. También describiremos brevemente los avances que tu- vieron lugar desde la concepcién del concepto de deriva con- ‘inental, examinaremos los motivos por los que se rechaz6 al principio y consideraremas las pruebas que finalmente con- dujeron ala aceptacién de la teoria de la tecténica de placas. Deriva continental: una idea que se adelanté a su época La idea de que los continentes, sobre todo Sudamérica y Africa, encajan como las piezas de un rompecabezas, se origin con el desarrollo de mapas mundiales razonable- ‘mente precisos. Sin embargo, se dio poca importancia a esta nocién hasta 1915, cuando Alfred Wegener, meteo- rélogo y geofisico alemén, publieé El origen de los conti- rnentes los océanos, En este libro, que se publicé en varias ediciones, Wegener establevié el esbozo bisico de su ra- dical hipétesis de la deriva continental. ‘Wegener sugisi6 que en el pasado habia existido un supercontinente nico denominado Pangea (pan = todo, .gea = Tierra) (Figura 2.1). Ademés planted la hipétesis de que en la era Mesozoiea, hace unos 200 millones de afios, este supercontinente empezé a fragmentarse en continen- tes més pequefios, que «derivaron» a sus posiciones ac- tuales, Se cree que la idea de Wegener de que los conti- nentes pudieran separarse se le pudo ocurrir al observar la fragmentacién del hielo ocefnico durante una expedicién a Groenlandia entre 1906 y 1908. A VECES LOS ALUMNOS PREGUNTAN 5i todos los continentes estaban unidos durante el pe- riodo de Pangea, cqué aspecto tenia el resto de la Tierra Cuando todos los continentes estaban unidos, también debié cexstr un océano enorme que los rodeaba, Este océano se de- snomina Panthalas (pan = todo; thalasa = mat). Panthalassa tenfa varios mares més pequefios, uno de los cuales eral poco profundo mar de Tethyr, situado en el centro (are Fi- gura 2.1). Hace unos 180 millones de ais, el superconti- nente Pangea emperé a separarse y as distintas masas conti- nentales que hoy conocemos empezaron a derivar hacia sus posiciones geagrificas actuales, Hoy todo To que queda de Panthalassa es el océano Pacifico, cuyo tamatio ha ido dis- sminuyendo desde la fragmentacidn de Pangea. Deriva continental: una idea que se adeant6 a su época 35 ‘A Reconstruccién moderna de Pangea B. La Pangea de Wegener 4A Figura 2.1. Reconstruccién de Pangea como se piensa que era hace 200 millones de afos. A. Reconstruccién moderna. B. Reconstruccién ‘ealizada por Wegener en 1915. Wegener y quienes defendian esta hipétesis reco- igieron pruebas sustanciales que respaldaban sus opiniones. El ajuste de Sudamérica y Africa y la distribucién geogré- fica de los fesiles y los climas antiguos parecian apoyar la dddea de que esas masas de tierra, ahora separadas, estuvie~ zon juntas en alguna ocasién. Examinemos sus pruebas. Encaje de los continentes ‘Como algunos antes que él, Wegener sospeché por pri- ‘mera ver.que los continentes podrian haber estado unidos ‘en alguna ocasién al observar las notables semejanzas exis- tentes entre las lineas de costa situadas a los dos lados del Aclintico, Sin embargo, la utilizacién que él hizo de las i- reas de costa actuales para hacer encajar los continentes fue inmediatamente contestada por otros gedlogos. Estos ‘ltimos sostenian, correctamente, que las lineas de costa estén siendo continuamente modificadas por procesos crosivos y sedimentarios. Aun cuando hubiera tenido lu- gar el desplazamiento de los continentes, serfa improbe- ble tal ajuste en la actualidad. Wegener parecia consciente de este hecho, ya que su ajuste original de los continentes cra muy aproximado (Figura 2.1B). Los cientificos han determinado que una aproxima- ién mucho mejor del verdadero limite externo de los continentes es la plataforma continental. En la actualidad, el borde de la plataforma continental se encuentra sumer- ‘sido unos cuantos centenares de metros por debajo del nivel del mar. A principios de la década de los sesenta Sir Edward Bullard y dos de sus colaboradores produjeron un, ‘mapa en el que se intentaba ajustar los bordes de las pla- taformas continentales sudamericana y africana a profun- didades de 900 metros. El notable ajuste que se obtuvo se ‘muestra en la Figura 2.2. Aunque los continentes se sola- paban en unos pocos lugares, se trata de regiones donde las corrientes han depositado grandes eantidades de sedi- ‘mentos, aumentando con ello el tamario de las plataformas continentales. El ajuste global fue incluso mejor de lo que habrian sospechado quienes apoyaban la teorfa de la de- riva continental B6___ CAPITULO 2 _Tecténica de placas el desarollo de una revolucin cienttica Recuadro 2.1 > Entender la Ti Fragmentacién de Pangea Wegener utilis las prucbas procedentes do bien las fechas en las que fragmenos Alla cortera continental estaba muy de files, pos de roca y climas antic indviduales de cortera se separaron unos frectrada lo que proporcionaba vias para {500s para creat un sjonte de fos coti- de ottosytmbign susmovimientosrela- que grandes cantidades de lava ida al- antes el Gora de rempecsbersl ere™ | tres Giguen 2A) omaran la goperfica, En Ia actralidad ee ee leet eee eee eee tuna manera simi, pero wtlrando he- fragmentacicn de Pangea fae la crecion cas fgness meteorizadas que se encwen= rramientas modernas de las que earecia devia eneva» cuencs oceinicselatln- tran ilo fargo del cota oriental de Es- Wegener, los gedlogos han recreado las tico. Como puede verse en la parte Bde tados Unidos, principalmente enterradas tapas de fragmentacién de este super- a Figura2.A,laseparacign del uperconr debsjodelas rocas sedimenarias que for- Continent, oh acontecimiento que em tinente no fae simulkénea alo largo de man la plataforma continental. La data- prs hace cere de 200 millonea deuce. losbordes del Adintico. Lo primero que cin radiométriea de cates lavas solidi eee a eet leer E. Hace 20 milones de aos (Cenozoico superior} F.Enia actualidad 4 Figura 2.A Esquemas de [a fragmentacién de Pangea alo largo de un period de 200 millones de afos. Deriva continental: una idea que se adelanté a su epoca 37 varios estadios hace entre 180 y 165 mi- Ilones de afos. Este lapso de tiempo pue- de utlizarse como la «fecha de nacimien- to» de esta seccién del Atlintico norte ace 130 millones de afos, el Atkin- tico sur empens a abrirse cerca de la pun- ta de lo que ahora es Sudsftica, Confor- sme esta zona de separacién migraba hacia el norte, el Ailintico sur se abrfa de ma- era gradual (compérense los esquemas B y Cede la Figura 2.4). La fragmentac continua de la masa continental meridio- nal condujo al separacin de Africa yla Anirtida y empujé a fa India a un viaje hacia el norte, Al prineipio del Cenozoi- co, hace unos 50 millones de aos, Aus- tris se habia separado de la Antaztia y el Adintico sur habia emergido como un ceéano completamente desarrollado (Fi- gore 2. parte D). ‘Un mapa modemo (Figura 2.4, parte B) muestra que la Indi ace colisionan- do con Asia, un acontecimiento que ex- pers hace unos 45 millones de afiosycre6 Ja cordillera del Himalaya, junto con las tierras alas tibetanas. Aproximadamente al mismo tiempo, la separaciin de Groen- Jandia de Eurasia completé la fragmenta- cin de la masa continental septentrio- nal. Durante los iltimos 20 millones de afios, aproximadamente, de la historia de Ja Tierra, Arabia se separ de Africa y se formé cl mar Rojo, y ls Baja California se separé de Méjco, formando el golfo de California (Figura 2.A, parte F). Mien- tras, el arco de Panama se unié a Norte- américay Sudamérica, produciéndose asi el aspecto modemno que conocemos de nuestro planeta Sudaméica {A Figura 2.2. Aqui se muestra el mejor ajste entre Sudamérica y Arca 210 largo del talud continental a una profundidad de unos '900 metros. Las reas de solapamiento entre los bloques continentales estén coloreadas en matrén. (Tomado de A. G. Smith, «Continental Dit. En Understanding the Earth editado por LG. Gass Evidencias paleontolégicas ‘Aunque la semilla de la hipétesis de Wegener procedia de las notables semejanzas de los mirgenes continentales a ambos lados del Atintico, al principio pensé que la idea de una ‘Tierra movil era improbable. No fue hasta que supo que se habjan encontrado organismos fosiles idénti- cos en rocas de Sudameérica y de Africa cuando empezé a tomar en serio esta idea. A través de una revisidn de la li- teratura cientifica, Wegener descubrié que la mayoria de paleontologos (cientificos que estudian los restos fosiliza- dos de organismos) estaban de acuerdo en que era nece- sario algin tipo de conexién continental para explicar la existencia de fisiles idénticos de formas de vida meso: zoicas en masas de tierra tan separadas. (Igual que las for- ‘mas de vida autéctonas de Norteamérica son muy distin- tas de las africanas, eabria esperar que durante la era ‘Mesozoica los organismos de continentes muy separados serian también bastante diferentes.) Mesosaurus Para afiadir credibilidad a su argumento sobre la existencia de un supercontinente, Wegener cité casos documentados de varios organismos fosiles que se habian encontrado en diferentes masas continentales, a pesar de las escasas posibilidades de que sus formas vivas pudieran haber cruzado el vasto océano que ahora separa estos continentes. El ejemplo clisico es el del Mesosaurus, un rept acustico depredador de peces cuyos restos fési- les se encuentran sélo en las lutitas negras del Pérmico (hace unos 260 millones de afios) en el este de Sudaméri- cay en el sur de Africa (Figura 2.3). Si el Mesosaurus bu biera sido eapaz de realizar el largo viaje a través del enor- ‘me océano Atlintico meridional, sus restos deberian tener una distribueién més amplia, Como esto no era asi, Wege- ner supuso que Sudamérica y Africa debicron haber esta- do juntas durante este perfodo de la historia de la Tierra. Cémo explicaban los cientificos de la época de ‘Wegener la existencia de organismos fésiles idénticos cen lugares separados por miles de kilémetros de mar abierto? La explicacién més ampliamente aceptada a este tipo de migraciones fueron los puentes de tierra transo- ceénicos (Figura 2.4). Sabemos, por ejemplo, que du- rante el iltimo periodo glacial la bajada del nivel del mar permitié a los animales atravesar el corto estrecho de Bering entre Asia y Norteamérica. {Era posible que puentes de Tierra hubieran conectado en alguna oca- sidn Africa y Sudamérica y luego se hubieran sumergi- do por debajo del nivel del mar? Los mapas actuales del fondo oceénico confirman el argumento de Wegener de ‘que nunca habjan existido puentes de tierra de esta mag- 38 capituLo 2 Tectonica de placas: el desarollo de una revolucion clentica > Figura 2.3. Se han encontrado f6sles de Mesosaurus & ambos lados del Aléntico sur y en ringiin otto lugar del mundo. Los restos {sles de Estey otros organismos en los continentesafrcano y suamericano parecen unir estas masas de terra entre el final del Paleozoic y el comienzo del Mesozoleo. > Figura 2.4 Estos bocetor de John Holden dustran varias expliaciones para la aparcin de especies similares en rmasas de tera que en la actuaidad fstén separadas por un enorme océano, (Reimpreso con el permiso de john. Holden) nitud, De ser asi, sus restos estarfan todavia debajo del nivel del mar. Glossopteris Wegener cité también Ia distribucién del helecho f6sil Glosopteris como una prueba de la existen- cia de Pangea, Se sabia que esta planta, caracterizada por sus grandes semillas de dificil distribucién, estaba muy. dispersa entre Africa, Australia, India y Sudamérica du- rante el Paleozoico tardio. Mis tarde, se descubrieron también restos f6siles de Glessopteris en la Antirtida, We- gener también sabia que esos helechos con semilla yla flo- a asociada con ellos crecfan sélo en un clima subpolar. Por consiguiente, legs la conclusién de que cuando las ‘masas de tierra estuvieron unidas se encontraban mucho iis cerca del Polo Sur. Organismos actuales En una edicién posterior de su li- ‘bro, Wegener cité también la distribucién de los organis- ‘mos actuales como una prueba de apoyo para la deriva de los continentes. Por ejemplo, los organismos actuales cu- yyos antepasados eran similares tuvieron que evolucionar ‘laramente en aislamiento durante las tltimas decenas de millones de aftos. El caso més obvio son los marsupiales australianos (como los canguros), que tienen un vinculo Deriva continental: una idea que se adelant6 au época 39. {sil directo con la zarigiieya, marsupial encontrado en el continente americano. Después de la fragmentacién de Pangea, los marsupiales australianos siguieron un camino evolutivo distinto que las formas vivas del continente ame- ricano relacionadas con ellos Tipos de rocas y semejanzas estructurales Cualquiera que haya intentado hacer un rompecabezas sabe que, ademés de que las piezas encajen, Ta imagen debe ser también continua. La imagen que debe encajar en el ‘Aunque muchos de los contemporéneos de Wege- ner se oponian a sus puntos de vista, incluso hasta eonsi- derarlo claramente ridiculo, unos pocos consideraron plausibles sus ideas. Entre los més notables de este iltimo ‘grupo se encontraba el eminente gedlogo sudafricano Ale- xander du Toit y el bien conocido gedlogo escocés Arthur Holmes. En 1937, du Toit publicé Our Wandering Conti- nents, donde eliminé algunos de los puntos més débiles de la teoria de Wegener y afiadié una gran cantidad de nue- vas pruebas en apoyo de su revolucionaria idea. En 1928 Arthur Holmes propuso el primer mecanismo impulsor plausible para la deriva continental. En el libro de Holmes Geologia fisica, elaboraba esta idea sugiriendo que las co- rrientes de conveccisn que actian dentro del manto eran responsables de la propulsién de los continentes a través del planeta. Para estos pocos gedlogos que continuaron la biis- queda, el apasionante concepto del movimiento de los continentes atrafa su interés, Otros consideraban la deri- va continental como una solucién a observaciones previa mente inexplicables, Sin embargo, la mayor parte de la co- munidad cientifica, en especial en Norteamérica, rechazé abiertamente la deriva continental o al menos la trat6 con un escepticismo considerable. Deriva continental y paleomagnetismo En has dos décadas siguientes al falecimiento de Wegener en 1930, se arrojé muy poca [uz nueva sobre la hipstesis de la deriva continental. Sin embargo, a mediados de la hacia la posicién de los polos magnéticos existentes cuando se enfriaron, Luego, si Ia roca se mueve, o si cambia la posicidn del polo magnético, el magnetismo de la roca conservari, en Ia mayoria de los «casos, su alineamiento original. Las rocas que se for- maron hace miles 0 millones de afios y que contienen un «registro» de la direccién de los polos magnéticos en el momento de su formacién se dice que poseen mag- netismo remanente o paleomagnetismo. ‘Otro aspecto importante del magnetismo de las 0 cas es que los minerales magnetizados no sélo sefialan Ia direccién hacia los polos (como una brijula), sino que también proporcionan un medio para determinar la lati- ‘ud de su origen, Para comprender cémo puede estable- cerse la latitud a partir del paleomagnetismo, imaginemos ‘una aguja de bréjula montada en un plano vertical, en vez, de en posicisn horizontal como en las brijulas ordinarias, Como se muestra en Ia Figura 2.8, cuando esta brijuls modificada (aguia de inclimacin) se sitia sobre el polo mag- nético norte, se alinea con las Kineas de fuerza magnéticas y apunta hacia abajo, Sin embargo, a medida que esta agu- ja de inclinacién se aproxima al Ecuador, el sngulo de in- clinacién se reduce hasta que la aguja queda horizontal al alinearse paralela con las lineas de fuerza horizontales en el Ecuador. Por tanto, a partir del éngulo de inclinacién de esta aguja, puede determinarse la latitud ‘De una manera similar, la inclinacién del paleo- ‘magnetismo en las rocas indica la latitud de la roca cuan- do se magnetizé, En la Figura 2.9 se muestra la relacién Detiva continentaly paleomagnetisme 43, ‘A Figura 2.8 Elcampo magnético de la Tierra hace que una agua de incinacién (brijua orientada en un plano vertical se alin con las lineas de fuerza magnética El Angulo de incinacién dlsminuye de manera uniorme desde 90 grados en los polos magnéticos hasta 0 grados en el ecuador magnético, Por Consiguiente, puede determnarse la distancia os polos magnéticos desde el ngulo de incinacin. g 3 2 é ; 3 ° 0 10 20 30 40 Feuador 50 60 Latitus ‘A-Figura 2.9 Inclinacién magnéticay latitud correspondiente. entre Ia inclinacién magnética determinada para una muestra de roca y la latitud en la que se formé. Cono- ciendo la latitud en la que se magnetiz6 una muestra de roca, puede determinarse también su distancia con res- pecto a los polos magnéticos. Por ejemplo, las lavas que 44___capituto 2 Tectonica de placas: el desarollo de una revolucion clentica se forman en Hawaii en la actualidad (unos 20° N de la- titud) se encuentran a alrededor de 70 grados del polo magnético norte, (En el supuesto de que la posicién me- dia del polo norte magnético es la misma que la del polo norte gcografico, que es de 90° N de latitud.) Por tanto, has rocas del pasado distante con una magnetizacién que indica que se formaron en una latitud de 40° N se habri- an encontrado a 50° del polo norte magnético en el mo- mento de su formacién, Si estas mismas rocas se encon- traran hoy en el ecuador, podriamos medir su magnetismo yy determinar que se movieron 40 grados hacia el sur des- de sa formacién, En resumen, el magnetismo de las rocas proporcio- zna un registro de la direccién y la distancia a los polos magnéticos en el momento en el que se magneti26 una unidad rocosa, Deriva polar aparente Un estudio del magnetismo de las rocas llevado a cabo en Europa por S. K. Runcorn y su equipo durante los afos cincuenta lev a un descubrimiento inesperado. Se ob- serv que el alineamiento magnético en los minerales ri- cos en hierro de las coladas de lava de diferentes épocas variaba mucho, Una representacidn de la posicién apa- rente del polo norte magnético con respecto a Europa re- velé que, durante los tltimos 500 millones de afios, la po- sicién del polo habfa migrado de manera gradual desde ‘una posicidn préxima a Hawaii hacia el norte a través de Siberia oriental y, por fin, a su localizacién actual (Figura 2.10A). Esta era una prueba sélida a favor de que o bien los polos magnéticos se habian desplazado a lo largo del tiempo, una idea conocida como deriva polar, o bien que has coladas de lava se movian: en otras palabras, Europa se habia desplazado con respecto a los polos. Aunque se sabe que los polos magnéticos se mueven. en una trayectoria erritica en torno a los polos geogrsfi- cos, los estudios de palcomagnetismo de numerosos pun- tos demuestran que las posiciones de los polos magnéti- cos, cuya media se ha calculado durante miles de afios, se corresponden estrechamente con las posiciones de los po- los geogréficos. Por consiguiente, una explicacién més aceptable para las trayectorias de la aparente migracién de los polos era la proporcionada por la hipotesis de Wege- ner. Si los polos magnéticos se mantienen estacionarios, su movimiento aparente es producido por la deriva de los continentes. Esta sltima idea fue apoyada atin mas al comparar la Iatitud de Europa, determinada a partir del magnetismo fosil, con pruebas obtenidas de los estudios paleoclimsti- cos. Hay que recordar que durante el periodo Pensilva- niense (hace unos 300 millones de afios) los pantanos del carbonifero cubrian gran parte de Europa, Durante este Migracion polar ‘aparente para Eurasia Migrseién polar Migracisn polar spuente para Norteaméries 4A Figura 2.10 Recoridossimplticados de migracién aparente de los polos sequin se a deducido de los datos paleomagnéicos de NNorteaméricay Eurasia, A. Eltecorido mis occidental, determinado a partr de los datos procedentes de Norteamérca, se produ por el ‘movimiento hacia el oeste de Norteamérica siquiendo una trayectoria, ‘de unos 24 grados con respecto a Eurasia. B, Las dos travectorae ‘cuando se renen ls masas de era ‘mismo perfodo, las pruebas paleomagnéticas sitian a Eu- ropa cerca del Ecuador, un hecho compatible con el am- biente tropical indicado por esos depésitos de carbén. ‘Unos pocos aftos después se obtuvo otra prucba a favor de la deriva continental cuando se representé una ‘Comienzo de una revolucién cientica 45 trayectoria de las migraciones polares para Norteaméri- ca (Figura 2.108), Resulté que las trayectorias para Nor- teamérica y Europa tenian formas similares pero estaban separadas por unos 30° de longitud. ¢Es posible que, cuando se cristalizaron esas rocas, hubiera dos polos nor- te magnéticos que migraron paralelos uno con respecto al otro? Los investigadores no han encontrado pruebas que respalden esta posibilidad. Sin embargo, las diferen- cias en esas trayectorias de deriva pueden reconeiliarse si se colocan los dos continentes que en la actualidad estin separados uno al lado del otro, como ahora creemos que se encontraron antes de que se abriera el océano Athin- tico. Véase en la Figura 2.10B que estas trayectorias de deriva aparente casi coincidieron hace entre 400 y 160 millones de afios, lo cual es una prueba de que Nortea- mérica y Europa estaban unidas durante este periodo y se movian, en relacién con los polos, como parte del mis- mo continente Para los investigadores que conocfan los datos pale- ‘omagnéticos y se fiaban de ellos, esto constituia una prue bba de peso de que la deriva continental habsa ocurrido. Sin embargo, las técnicas utilizadas en la extraccidn de datos paleomagnéticos eran relativamente nuevas y no acepta- das universalmente. Ademés, la mayoria de geélogos no estaban familiarizados con los estudios en los que se uti- lizaba el paleomagnetismo y eran algo suspicaces con res- pecto a los resultados. Pese a esos problemas, las pruebas paleomagnéticas restituyeron la deriva continental como un tema respetable de la investigacién cientifica. ;Habia cempezado una nueva era! Comienzo de una revolucién cientifica Después de la Il Guerra Mundial, oceandgrafos equipa- dos con nuevas herramientas marinas y una gran finan- ciacién de la Oficina Norteamericana de Investigacién ‘Naval se embarcaron en un periodo de exploracién ocea- nogrifica sin precedentes. Durante las dos décadas guientes, empez6 a surgir, de una manera lenta y laborio- sa, una imagen mucho mejor de grandes extensiones del fondo ocesnico, De estos estudios legaria el descubri- rmiento del sistema global de dorsales oceénicas que ser- pentea por todos los principales océanos de una manera similar alas costuras de una pelota de beisbol. Uno de los segmentos de esta estructura interconectada se extiende por el centro del océano Atlintico y por ese motivo se la denomina Dorsal Centroatléntica. También fue importan- te el descubrimiento de un valle de rift central que se ex- tiende a todo lo largo de la dorsal Centroatlintica, Esta es- tructura es una prueba de que las fuerzas tensionales apartan activamente la corteza ocednica en la cresta de la dorsal. Ademés, se observé que el sistema de dorsales ‘ocesinicas estaba caracterizado por un intenso voleanismo yun elevado flujo térmico. En otras partes del océano se estaban haciendo también nuevos descubrimientos, Los estudios sobre te- rremotos Ilevados 2 cabo en el Pacifico occidental de rmostraron que se producfa actividad tect6nica a grandes profundidades por debajo de las fosas submarinas. Se des- cubrieron montafas submarinas de cima plana, lamadas _guyots, a cientos de metros por debajo del nivel del mar. Se creia que estas estructuras habjan sido previamente is- las volesnicas cuyas cimas habian sido erosionadas antes de sumergirse por debajo del nivel del mar. De igual im- portancia fue el hecho de que los dragados del fondo ‘ocednico no descubrieron corteza ocednica con una edad. superior a los 180 millones de afios, Ademés, las acumu- laciones de sedimentos en las cuencas ocednicas profun- das eran delgadas y no de miles de metros como se habia predicho. ‘Muchos de estos descubrimientos eran inesperados y dificiles de eneajar en el modelo existente de procesos tecténicos de la Tierra. Recordemos que los gedlogos ere- fan que el enfriamiento y la contraccién del interior ¢ “Tierra provocaban las fuerzas compresivas que deforma- ban la corteza mediante pliegues y fracturas. Las pruebas procedentes de la dorsal centroatlintica demostraron que alli al menos la corteza se estaba separando realmente. ‘Ademés, la delgada capa de sedimentos que cubre el sue~ lo oceanico requiere que la velocidad de sedimentacién en el pasado geoldgico fuera muy inferior ala actual o que el suelo oceanico fuera en realidad mucho més joven de lo aque antes se ereia la La hipétesis de la expansién del fondo ocednico A principios de los aftos sesenta, Harry Hess, de la Uni- versidad de Princeton, incorporé estos hechos recién des- cubiertos a una hipétesis que mds tarde se denominaxia expansién del fondo ocesnico. En cl articulo, ahora clé- sico, de Hess, proponia que las dorsales oceénicas estaban localizadas sobre zonas de ascenso convectivo en el man- to (Figura 2.11). A medida que el material que asciende desde el manto se expande laterslmente, el suelo oeesni- co es transportado de una manera parecida a como se mueve una cinta transportadora alejandose de la cresta de la dorsal. En estos puntos, las fuerzas tensionales fractu- ran la corteza y proporcionan vias de intrusin magmati- a para generar nuevos fragmentos de corteza ovedniea. Por tanto, a medida que el suelo ocesnico se aleja de la cresta de la dorsal, es sustituido por nueva corteza. Hess propuso, ademas, que la rama descendente de una co- rriente de conveccidn en el manto tiene lugar en los alre 46___capituLo 2 Tectonica de placas: el desarollo de una revolucion clentica Fallas transtormantes ‘A Figura 2.11. Expansién del fondo ocesnico. Harry Hess propuso que la ascenslin del material del manto alo largo del sistema de dorsles ‘entroocednicas creaba nuevos fondos ocednices. £1 movimiento de conveccién del materal del manto transport el fondo oceénico de una manera parecida a como se mueve una cinta transportadora hasta as fosas submarinas, donde el fondo aceénico desciende al mant. dedores de las fosas submarinas*, Hess sugirié que éstas son sitios donde la corteza ocesnica es empujada de nue- vo hacia el interior de la Tierra, Como consecuencia, las porciones antiguas del suelo oceénico se van consumien- do de manera gradual a medida que descienden hacia el manto, Como resumié un investigador, «jno sorprende que el suelo ocednico sea joven, esté siendo renovado constantemente!». Una de las ideas centrales de Hess era que «la co- rriente convectiva del manto provocaba el movimiento de la capa externa de toda la Tierra». Asi, a diferencia de Ia hipstesis de Wegener de que los continentes se abrian paso por el suelo ocednico, Hess propuso que la parte ho- rizontal de la corriente convectiva del manto transporta- ba de una manera pasiva los continentes. Ademés, en la propuesta de Hess se explicaba la juventud del fondo oceé- nico y la delgadez de los sedimentos. Pese a su atraccién logica, la expansién del fondo ocednico continus siendo ‘un tema muy controvertido durante algunos afios. Hess presenté su articulo como un «ensayo en ge- opoesfa», lo que podria reflejar la naturaleza especulativa Aunque Fes propuso que la conveccin en la Tierra consise en co- riences asendenter procedentes del manto profundo de debajo dels dorsales oceinicas, ahora es evdente que estas correntesascendentes sn estructuras someras no relacionadas con la conveccin profunda del ‘manto, Trataremos eee tema en el Capcslo 15. de su idea. O, como otros han sugerido, quizs querfa desviar la critica de quienes seguian siendo hostiles ala de- riva continental, En cualquier caso, su hipétesis propor- cioné ideas especificas demostrables, lo que constituye la marca distintiva de la buena ciencia. Con el establecimiento de la hipétesis de Ia expan- sin del fondo ocesnico, Harry Hess habia iniciado otra fase de esta revolucién cientifica, Las pruebas concluyen- tes que apoyaron esta idea procedieron, unos pocos afios después del trabajo del joven estudiante de la Universidad de Cambridge, Fred Vine, y su supervisor, D. H. Matt- hhews. La importancia de la hipstesis de Vine y Matthews radicaba en que conecté dos ideas que antes se pensaba que no estaban relacionadas: la hip6tesis de la expansidn del fondo oceénico y las inversiones magnéticas recién descubiertas (véase Recuadro 2.3) Inversiones magnéticas: pruebas de la expansién del fondo ocednico Aproximadamente en la misma época en que Hess for- mul6 el concepto de la expansidn del fondo ocedinico, los _geofisicos empezaban a aceptar el hecho de que, durante periodos de centenares de millares de afios, el campo mag- nético de la Tierra cambia periddicamente de polaridad. Durante una inversin geomagnética, cl polo norte mag- nético se convierte en el polo sur magnético, y viceversa. ‘Comienzo de una revolucién cienttica 47 Cort Pewee Can Cec) La prioridad en la ciencia Sueledatse la prioridad, o crédito, de una fdea o descubrimiento cientficos a inves- tigador, 0 grupo de investigadores, que publica primero sus descubrimientos en tuna publicacidn cientfiea. Sin embargo, no es infrecuente que dos o incluso mis investigadores aleancen conctusiones recidas casi a la vez. Dos ejemplos bien conocidas son los deseubrimientos inde- pendientes de la evoluecién orginica de Charles Darwin y Alfred Wallace, el de- sarrollo del cileulo de Isaac Newton y Gottfried W. Leibniz, Del mismo modo, algunas de las ideas principales que con- dujeron a la revolucin de la teeténica en Jas ciencias de la Tierra también fueron descubiertas independientemente por mis de un grupo de investigadores. ‘Aunque la hipétesis de la deriva con- sinental se asocia, correctamente, con el nombre de Alfred Wegener, no fue el pri- mero que sugirié Is movilidad continen- tal. De hecho, Francis Bacon, en 1620, ddesarrolld més esta idea. Casi tres siglos sas tarde, en 1910, dos aos antes de que ‘Wegener presentara sus ideas de una ma- neta formal, el geslogo estadounidense F B. Taylor publics el primer articulo que esbozaba lo que ahora llsmamos deriva continental. Entonces, zpor qué se atri- bbuye esta idea a Wegener? ‘Porque los articulos firmados por Tay- Jor tuvieron un impacto relativamente gue entre la comunidad cientfica; We- gener no conocia el trabajo de Taylor. Por consiguiente, se cree que Wegener llegs ‘la misma conclusion simultineamente y de wna manera independiente, No obs- tante, es todavia mas importante el he- cho de que Wegener hizo grandes es- fuerzos durante sa vida profesional para proporcionar una gran eantidad de prue- bas que respaldaran su hipétesis, Por el contrario, parece que Taylor se contents con afiemat: «Existen muchos enlaces de vuaida que muestran que Affica y Suds- mérica estuvieron unides alguna ver» Ademés, mientras Taylor vefa la deriva, continental como una idea algo especula- tiva, Wegener estaba seguro de que los continentes habian ido a la deriva. De acuerdo con H.W. Menard en su libro ‘The Ocean of Truth, a Taylor le incomo- daba que sus ideas se asociaran con la pétesis de Wegener. Menard cits a Taylo, {que escribié: « Wegener era un joven pro- fesor de meteorologia. Algunas de sus jdeas son muy distintas de las mias y fue demasiado lejos con su especulacisn ‘Otra controversia relacionada con la prioridad aparecié con el desarrollo de Ia hipétesis de la expansién del fondo ocesnico. En 1960, Harry Hess, de la Universidad de Princeton, eseribié un ar- ticulo que resumia sus ideas sobre la ex- pansién del fondo ocesnico. En ver. de darse prisa para publicatlo, envié copias del manuscrito « numerosos colegas, una pprictica habitual entre los investigadores Mientras tanto, y aparentemente de una ‘manera independiente, Robert Diet, de a Institucién de Oceanografia Scripps, publieé un articulo similar en la respeta- da revista Nature (1961), ttulado «Evo~ Iucién de los continentes y las cuencas ‘ocednicas por expansin del fondo oces- nico», Cuando Dietz conacié el articulo anterior no publicado de Tess, reconocié aque la prioridad para Ia idea de la expan- sién del fondo ocednico era de Hess. Es interesante destacar que ls ideas basicas del artculo de Hess aparecfan, de hecho, cen un libro de texto que Arthur Holmes cescribié en 1944. Por tanto, la prioridad, para la expansién del fondo oceinico de- berfa pertenecer a Holmes. Sin embargo, tanto Dietz como Hess presentaron nue- vas ideas que influyeron en el desarrollo de la eorla de a teténiea de pleas. As, Jos historiadores asocian los nombres de Hiss y Dietz eon el descubsiesiento de ls expansién del fondo ocesnico con men- comes ocasionales alas contribuciones de Holmes. ‘Qsinis el aspecto mis controversido de la priordad cientfea se produjo en 1963, cuando Fred Vine y D. H. Matt hhews publicron su articula que relaciona- bala hipotesis de ls expansidn del fondo cocesinico con los datos recign descubietor sobre las inversiones magnéticas. No obs- tane, neve meses antes, tn artical si- mila dl geofieo cnadiense LW. Mor- Jey no fue aceptado para publicacion. Un revisor del articulo de Morley coments Una expeculacién como ésta es un tema de conversacién interesante cn una festa, perono.s el ipo de tema que deberia pa blicarse bajo Ts protecciin cientifica se ria». A final, elarrcalo de Morley se pu- blies en 1964, pero yase habia establecido Ja prioridad y a idea se conoeié como la hipétesis de Vine y Matthews. En 1971, ND. Watkins escribié acerca dl Jo de Morley: «dl manuserito tnfa desde Juego un interés hstérico sustancial, sc tuindose como el articulo probablemen- ce mis signficativo entre os articulos de Geologia alos que se ha negado la publi ‘Con el dessrrollo de storia dela t= ‘nica de placss se niciston muchas otras carreras por Ia prioridad entre investiga dores de varias institeciones competido- ras. Algunas de ls nuevas ideas que sur~ gieron de este cuerpo de trabsjo se presentarin en este capitulo y en los uientes, Dado que la frecuencia de des- cubrimientos independientes y casi si- rvlsineos complican la prioridad de las ideas censfea, ex prudente que ls in- vestgadores publiquen sus ideas lo antes posible La lava que se solidifica durante uno de los perfodos de polaridad inversa se magnetizaré con la polaridad opuesta ala de las rocas que se estin formando en la actualidad. Guando las rocas muestran el mismo magnetismo que el campo magnético terrestre actual, se dice que tienen po- tida. Taridad normal, mientras que las rocas que muestran el ‘magnetismo opnesto se dice que tienen polaridad inver- Se obtuvieron pruebas de las inversiones magnéti- as cuando los investigadores midieron el magnetismo de 48 capituLo 2 las lavas y los sedimentos de diversas edades en todo el mundo, Encontraron que las rocas magnetizadas, normal e inversamente, de una edad determinada en un punto se correspondian con el magnetismo de las rocas de la mis- ‘ma edad halladas en otros puntos. Esa fue la prucba con- vincente de que, de hecho, el campo magnético de la Tie- ra se habia invertido, Una vez.confirmado el concepto de las inversiones magnéticas, los investigadores empezaron a establecer una escala temporal para las inversiones magnéticas. La tarea consistia en medi la polaridad magnética de numerosas coladas de lava y utilizar técnicas de datacién radiométri- ca para establecer sus edades (Figura 2.12). En la Figura 2.13 se muestra la escala de tiempo magnético estable- cida para los iltimos millones de aios. Las divisiones prin- cipales de Ie escala de tiempo magnético se denominan «cronesy duran aproximadamente un millén de afios. A me- dida que se dispuso de mas mediciones, los investigado- res se dicron cuenta de que se producen varias inversio- ines de corta duracién (menos de 200,000 afios) durante cada cron. ‘Mientras, los oceanégrafos habian empezado a rea- lizar estudios magnéticos del fondo ocesnico junto con sus esfuerzos por cartografiar con detalle la topografia del fondo. Se consiguis realizar esos estudios magnéticos uti- Tizando instrumentos muy sensibles denominados mag- netémetros. El objetivo de estos estudios geofisicos era cartografiar las variaciones de la intensidad del campo ‘magnético de la Tierra provocadas por diferencias de las, Tectonica de placas: el desarollo de una revolucion clentica ‘A Figura 2.13. Escala temporal del campo magnético de la Tierra ‘en el pasado reciente. Esta escala temporal se desaralld ‘estableciendo la polaridad magnética para coladas de lava de edad ‘conocida. (Datos de Allen Coxyy G. 8. Dalrymple.) 4 Figura 2.12 tlustracién esquematica del paleomagnetisma conservado en coladas de ava de varias edades. Datos como éstos, ptocedentes de vatios puntos, se-tlizaron para establecer una escala temporal de inversiones de polaridad como la mostrada en la Figura 2.13, Comienzo de una revolucién ientica 49° propiedades magnéticas de las rocas subyacentes de la corteza. El primer estudio exhaustivo de este tipo fue lleva- do a cabo en la costa Pacifica de Norteamériea y se obtu- vo un resultado inesperado, Los investigadores descu- brieron bandas alternas de magnetismo de alta y baja intensidad, como se muestra en la Figura 2.14, Este modelo relativamente simple de variacién magnética desafié cualquier explicacién hasta 1963, cuan- do Fred Vine y D, H. Matthews demostraron que las ban- ddas de alta y baja intensidad respaldaban el concepto de Hess de expansién del suelo ocesnico. Vine y Matthews sugirieron que las franjas de magnetismo de alta intensi- dad son regiones donde el paleomagnetismo de la corteza ‘ocednica tiene polaridad normal (Figura 2.15). Por con- siguiente, esas rocas potencian (refuerzan) el campo magné- tico de la Tierra. A la inversa, las franjas de baja intensi- dad son regiones donde la corteza ocesnica est polarizada cena direccién inversa y, por consiguiente, dePlita el cam- po magnético existente. Pero, ;cdmo se forman las fran- js paralelas de roca con magnetizacién normal ¢ inverti- da por todo el suelo ocesnico? Vine y Matthews razonaron que, conforme el mag- ‘ma se solidifica a lo largo de los estrechos rifts de la cres- Polardac normal Polaridad, Invern Bede Ia dorsal de se Juan de Fuca Océano PACIFICO. ‘A Figura 2.14 Modelo de franjas akernas de magnetismo de altay baja intensidad descubierto en la costa de Pacico de Norteaméria ‘Ata intensidad | Baja intensidad {A Registro del magnetémetr que muestra eleampo magréiico simético a Ejede través do una dorsal Ia dorsal B, Bugue de investigacién que pasa el magnetémetro sobre Ta eresta de una dorsal ‘A Figura 2.15 El fondo aceénico como una cinta registradora Imagnética. A. Representacién esquemtica de las intensidades -magnéticas regstradas cuando se hace atravesar un imagnetémetro sobre un segmento de la dorsal Centroatlintca BB. Notense las bandas simétricas de magnetismo de alta y baja Intensidad que corren paralelas ala cresta de a dorsal. Vine y Matthews sugireron que las bandas de alta intensidad se producen donde los basaltos oceénicas con magnetismo normal potencian el campo magnético actual. Ala inversa, las ‘bandas de baja intensidad son regiones donde la corteza esté polarizada en la direccién inversa, lo que debila el campo magnético. ta de las dorsales oceénicas, se magnetiza con la polaridad del campo magnético existente (Figura 2.16). A causa de la expansidn del fondo ocesnico, la anchura de esta fran- jade cotteza magnetizada aumentaria de una manera gra- dual. Cuando se produce una inversién de la polaridad del campo magnético de la Tierra, el fondo oceénico recién formado (con polaridad inversa) se formar en cl medio de la antigua franja. Gradualmente las dos partes de le anti- {gua franja son transportadas en direcciones opuestas lejos de la cresta de la dorsal. Las inversiones posteriores cons- truirfan un modelo de franjas normales ¢ inversas como se muestra en la Figura 2.16. Dado que se van afiadiendo ‘nuevas rocas en cantidades iguales en los dos lados del sue- lo ocednico en expansién, cabe esperar que el modelo de franjas (tamaio y polaridad) existente en un lado de la dor- SO _capituto 2 Tectonica de placas: el desarollo de una revolucion clentica ‘A Period de magnetisme normal Periods de magnetisme normal Normal A Figura 2.16 A medida que se anade nuevo basalto al fondo acednico en las dorsales centroocednicas, se magnetiza de acuerdo con el ‘campo magnético existente en ese momento en la Tierra. Por consiguiente, se comporta de forma parecida a una grabadora a medida que registra cada inversion del campo magnético de nuestro planeta, sal ocesnica sea una imagen especular del otro lado, Unos: pocos afios después, un estudio a través de la dorsal cen- troatléntica justo al sur de Islandia revel6 un modelo de franjas magnéticas que mostraban un grado considerable de simetria con respecto al eje de la dorsal La dltima pieza de un rompecabezas La década de 1960 se ha caracterizado como un periodo de-caos en cuanto al debate sobre la tecténica. Algunos ge-

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