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PRESENTACION La obra Mes Fondements de 1'Hygidne Vitale” fue prineranente redactada bajo forma de articulos en la revista trigestral de infornaciones higienistas "Nature et Vie". Ante el interés manifestado por el piblico debido a 1a presentacién sintética de los diferentes puntos que constituyen las bases del higienisao, se decidié en 1975 pu- blicar el conjunto de estos textos bajo la forea de un opisculo. EL agotaniento de la prinéra edicién necesité una reedicién. Esta, que presentaba estos trabajos bajo forma de libro, tiene como meta dar a conocer La higiene vitel ‘© higienisno al pablico, Esta obra no conctituye un Fin en ¢f; al contrario, es un aedio de presentacién general de los principios higienistas, que persite igualente introducir e1 estudio de todos los aspectos del higieni: Es en esta perspectiva donde se inscribe el Libro "Les Fuentes de La Alinentacién Muwana", que prolonga el estudio del higienigno abordado en 1a presente obra. Maturalmente recibirenos con mucho interés las observaciones y proposiciones que la Lectura de Ios textos que Siguen inspiren a nuestros lectores. La bisqueda de le de- Finieién de las bases del higienisno debe ser persanente y agradecenos por adelanta- do a todos os que deseen contribuir a hacerla progresar. Désing MERIEN Agradecinientos.- Nunerosos amigos higienistas han contribuide a 1a realizacién téc- nica de esta obra. Agradecenos, particularmente, a Jean WALLON las ilustraciones grdficas anexas, a Paulette MERIEN, Pierrette RITTER y Willias DIELS que han contri- buide @ esclarecer datos que en un primer momento aparecian euy arduos. HISTORIAL DEL METODO HIGIENISTA E1 nétodo higienista nacié en los Estados Unidos en 1a prinera eitad del siglo XIX. A partir de 1820, los principios Fundanentales de 1a higiene vital fueren enunciados por los pionares: los doctores Isaac JENNINGS, Sylvester GRAHAM, Russel TRALL, Geor- ge H. TAYLOR. Esta época fue auy Fecunds para el desarrollo del higienisno. Fosteriornente, nunerosos teéricos y practices contribuyeron a propagar las ideas higienistas. Entre éstos, el doctor TILOEN, autor del estudio titulado "oxenia y desintoxicacisn" (1), tuvo una gran influencis sobre los representantes actuales de) oviniento higieniste. TILDEN murié en 1949, a la edad de 83 afos. Entre los higienistas contenporsnecs, Herbert M. SHELTON ocupa, sin duda, un lugar preponderante. La obra que ha Llevado a cabo es colosal. Ha procedido a una bisqueda sistendtica de los docunentos higienistas redactados por sus predecesores. Después, ha ealizado una sonurental sfntesis de estos trabajos a los cuales ha afiadido Loe resultados de su propia experiencia. Con su colaboradora Virginia VETRANO, dirige una revita higienista y una escuela de salud en los Estados Unidos. AL comienzo de este siglo, el higienisno pernanecié en una relativarinercia. E1 ao- visiento higienista corrié el peligro de ver desaparecer su pureza, bajo 1a acunula- cién de elementos “desviacionistas": principios erigidos en dognas, acoupatiados de nunerosas pricticas y recetas. EL nérite econcial de SHELTON fue el hacer una seleccién seria entre lo accesorie -a veces lo falso- y lo fundamental. Lo consiguié maravillosanente. Koy, los traba- jos de SHELTON sirven de base para las indagaciones de los nuserosos higienistas. Es por la difusién de sus obras traducidas al francés que 1a teorfa higienista ha po- dide propagarse en nuestro pals. Cada vez son nds nunerosos los enfernos que deben a los principios del higienisaa “bien aplicados- 19 vuelta a lo verdadera solud. La verdad no puede ser eternanente ahogada: acabard por triunfar contra les Falsos éognas que predoninan actualnente. Es cierto que el nénero de higienistas convencides no es todavia nuy elevado, peroy por 1a acogida hecha a sus ideas, cabe esperar un renaciniento pars 1a propagacién del noviniento higienista: es a esta tarea a la que debemos dedicarnos. Otro higienists eminente, Janes 0. THOMSON, introdujo 1a higiene vital en Inglaterra e6 1910. Los THONSON han fundado en Edimburge una escuela de salud que funciona aca tualnente bajo la direccién de C. L. THOMSON: autor entre otras obras de "Néthodes Naturelles de Guérison” (nétodos naturales de curacién). La introduccién de las ideas higienistas en Francia es debide 2 Albert MOSGERI, au redacté y tradvjo textos en lengua Francesa. Estos son editados en Francia deed 1953 por Gérard NIZET, que publicé igualmente una revista higienista: La Nouvelld Hygidne". "Nature et Viel’, bajo lo direccién de Désiré MERIEN, desde 1970 public ata revista trinestral y edita obras y casettes que exponen y defienden las tesit enistas. Lt Entroduccién del higienisno en Espata se debe al belga André TORCOUE, quien habit 1 intreducid esta disciplina en Bélgica a partir de 1956. En 1974 constituyé el seiizeca La asociacién PUERTAS ABIERTAS y enpezé a editar en castellano varios doc aersce ze introduceién a la higiene vital. INTRODUCCION E] objeto de estudio, titulade Los Fundanentos de 1a Wigiene Vital, es el de presen— tar al lector elementos de reflexién que conciernen a 1a salud, y 2 10 que habitual- mente Llananos enfermedad. Esta obra debe aucho 2 los precedentes trabajos higienis~ tas. Nonerosas ideas enitidas en el presente texto existen ya en obras anteriores. Sin embargo, 1a presentacién de la teorfe higienista por el estudio sistenético de las deFiniciones -toxonia, enervacién, energia vital, otc...- permite captar el problema de una aanera 1égica. A nivel de vocabulario, henos precisado igualaente ciertos matices: energfa vital y no energia Mnerviosa", que crea confysién con el influjo nervioso. La palabra "natu ral" higiene natural- no se enplea: nos parece demasiado inprecisa. Lo que es lna- tural" no produce 0 no aantiene 1a vida necesarianente. Preferiaos el término VITAL: higiene vital, onergfa vital. A lo largo del texto, hemos queride presentar muy par ticularmente 1a vida celular. La célula ocupa un lugar preponderante en nuestra con cepcién del desarrollo de la vida. Es en ella principalnente donde se produce el me~ taboliswo de base: asimilacién de las fuentes de vida -oxigeno, agua, alimentos-, elininacién de Las toxinas provenientes de La utilizacién, incluso noreal, de estos nutrinentos. E) retraso en 1a eliminacién tiene una gran inportancia para Le expli cacién de la aparicién de la Nenfernedad”. Dos capftulos estSn consagradas al estudio de los sfntonas agudos y estados erénicos de la enfernedad. Es muy importante precisar bien la aparicién de Los sintoras agu- dos y su paso, eventual, 2 Los de estados crénicos, asi coto una deseable vuelta 2 1a verdadera salud por 1a reaparicién de los trastornos agudos de desintoxicacién. Las ideas esenciales que contiernen a la evolucién de los estados sanitarios, asf coro una sintesie de las hipstesis sobre 1a Enferaedad y 12 Salud, han sido presen- tadas con ilustraciones gréficas. Pero, probablenente, lo esencial de nuestra inves tigacién consiste en una presentacién -auy a nenudo repetida- de 1a doble direccién de nuestra vida: 1a voluntad consciente © externa y La voluntad cubconsciente o in- terna. La voluntad consciente dirige la Funeién de relacién por aedic del sistema nervioso cerebroespinal. La voluntad subconsciente anina 1a Funcién de nutricién por medio del sistena nervioso neurovegetativo. Nuestra vida esté denasiado 2 menudo bajo 1a dependencia de nuestra voluntad cons ciente, por lo que exacerba La funcién de relacién. Por el contrario, nuestra volun- tad subconsciente encuentra dificilaente 1a posibilidad de cusplir con su tarea. La Funcién de nutricién -en la cual esté incluida ta de el consecuencia, demasiado reducida, creando nuestros estados ‘enfers inacién- se encuentra, como Por Gitino, todo el sistena de higiene vital esté Fundado sobre la creacién y la utilizacién de la energfa vital que cada individuo dispone, de un lado, por La he rencia y, de otro, por el modo de vida adoptado. Es 1a existencia de esta energia la que condiciona nuestra vida y, en consecuencia, auestra salud. Comprenderlo es osen- cial para enprender el proceso de 1a renovaciéa sanitaria, Esperanos que la lectura de las propuestas y conclusiones enunciadas cree en el lector une tona de conciencia que deberé abocar 2 esta idea extrenadanente simple: Ia salud y Ia enfernedad no son productos del azar, uno y otro estado dependen de 1a eleccién de nuestro node de vida. Esperanos tanbién que, después del estudio de nuestro texto, le sea posible al lec tor construirse una excelente salud: éste es nuestro deseo nds querido, y 1a raz que nos ha enpujado 2 cedactar Las siguientes 1ineas. (1) Traducida at casteDlano per "Puertas Abiertas” y publicado en "Vivir Natural” prinavera 79 (dossier "Higiene Vital"). PRIMERA PARTE: Los PRINCIPIOS DE LA HIGIENE VITAL + LAS DIVERSAS HIGIENES La bisqueda de una salud perfecta -0 por 1o wenos de un estado de equilibrio sanita- rio soportable- es una preocupacién constante para todo ser viviente. Esta biequeda consciente o inconsciente existe siespre, incluso en el case de los que apatentenen- te destruyen su salud por un aodo de vide aberrante. EL conjunto de précticas destinadas a 1a preservacién y restableciniento do la salud se denonina higiene. Para claridad del lenguaje, es preciso separar 1a higiene popu- lar, o falsa higiene, o higiene artificial, de la concepcién de 1a higiene vital, designada por el térnino de higienisno. Esta higiene vital consiste en poner en accién un conjunte de técnicas que actian en Sinbiosis con las fuerzas césnicas, tendiendo a conservar o restablecer 1a salud. Esta accién puede hacerse, ya sea instintivanente, ya sea de un nodo 1égico. cuando lag posibilidades del instinto han cido destouidas por lac malas costunbres de vida. Por eso, la higiene vital estudia los medios que mantienen la vida: La alinentacién, el aire, el agua, 1a luz, el calor, las actividades, el reposo, el conportasientor aental, etc... Se dedica corrientenente a conservar el estado de buena salud. En es- te caso, e6 una higiene preventiva, utilizande los sedios naturales para preservar la integridaé orgénica y Funcional de los individuos, desde su concepcién hasta éu muerte. En caso de que el estado de salud haya sido alterado, 1a higiene vital se camierte en una higiene de restablacimiento © higiene de restauracién de la salud. Es esen- cial precisar que las prdcticas de 1a higiene preventiva o de 1a higiene de resta- bleciniento ponen on accién las misnas fuerzas naturales que conservan la VIDA, te- niendo en cuenta, sin enbargo, las posibilidades de cada individuo: herencia, nodo de vida anterior, tipo de alteracién de 1a salud, etc... La higiene vital es un todo que, después de haberle devuelto al “enferno! 1a salud, le pernite pernanecer en el nejor estado posible y evitar recaer en los errores de vida que provocan las altera- ciones de la salud. De nods que un individuo concebido por unos padees practicantes de 12 higiene vital y conducido por ellos en su infancia segin estas nornac, deberia durante toda su vida- evitar las enfernedades graves y proseguir noraalaente su ci- clo de crecisiento para in desde 1s edad adulta haste 1a vejez, teniendo una averte nornal por desgaste de los tejidos. Por el contrario, 14 fala higiene -o higiene artificial- se podria decir tanbi “oficial”, pues se ensetla en las escuelas y Facultades, utiliza practicas artifici les con el Fin de ahogar Los sfntonas de las enfermedades. Sus preocupaciones estén dinigidas hacia los estados llamades "enfernizas! nds que hacia la salud. Sus téeni- eas han sido utilizadas por los hombres durante milenios de su vida terrestre. Los venenos adsinistrades, que antiguanente eran de origen vegetal o aninal, hoy son Frecuentenente de origen quinico o sintético: ,antisépticos, antibiéticos, sueros, vacunas, etc... Eeta higiene artificial se divide en dos direcciones: = La provencién de 1a enfermedad, © profilaxis. ~ La cunacién de las pretendidas enfermedades por 1a utilizacién de Los renedios quinicos, o terapéutica. Estas prdcticas profilécticas -sobre todo vacunas- y terapéuticas son las més cono- cidas por el pdblico, ya que son las Gnicas ensefadas y propuectas por La nedicins oficial. El estudio de las técnicas de la higiene vital -que seré hecho posterior- mente- nostrars, a través de los principios generaies enunciados anteriornente, que 0s dianetraluente opuesta 2 1a higiene artificial. Pero es necesario precisar igual mente que esta higiene vital se diferencia de 12 higiene natural (conjunto de néto- dos utilizados per los naturistas y que suelen ser Ianados "nedicanentos natura: Lest: plantas, arcills, etc.--) en el hecho de que la higiene vital no autoriza el enpleo de ningin renedio. Es necesario precisar bien todo esto, antes de conencar el estudio de Los fundamen- tos de la higiene vital. Lo que es primordial, ante todo, es conprender porqué y cé- mo uno se ve inducida a utilizar un renedio, sea quisico o natural, para conbatir los sintores de una pretendida "enfersedad". Intentarenos ver tanbién si es posible, y en qué casos, prescindir de estes renedios y poder, sin enbargo, recobrar el esta. do de salud y conservarlo. Es posible =no conociendo és que La higiene artificial~ que os inaginéis que fuerd de sus aedicinas y vacunas no hay posibilidad de salvacién. Es posible también quel habiendo escapado de esta higiene artificial, gracias a las précticas de la higien natural o naturista, atribuySis los renedios “naturales propiedades nilagres: que son inherentes 2 vuestro propio organisno en relacién con el casos. Intentare! aos precisar todo esto para que el estado de salud -0 el de enferaedad- no se2 yi és un problena tan equvoco en nuestra época. LA SALUD ES EL ESTADO NORMAL DEL SER VIVO E1 estado de salud puede ser concedido cono un conjunto de actividades arsoniosas de los érganos y de las funciones del cuerpo. Ee un equilibrio total que raramente es percibide por -las personas con buena salud. Es, precisanente, una ruptura de este equilibrio -con La aparicién de un sintona cualquiera de enfermedad lo que Ilana la atencién cobre el estado sanitario. La vida de Los seres vives varfa en funcién del tieapo, del clina, del entorno, ete. La fuerza de vida que existe en cada ser vivo es extraordinaria; no hay nis que ver c6no ciertos susgos, en apariencia secos, cecobran 1a vida al Llever desputes de un Largo periodo de sequia. Animales extresadasente siaples, como el paresecio por ejeaplo, pueden también aparentar estar sin vida, y sin enborgo 1a rezobran con vi- ger, cuando Tas condiciones de temperatura, de higronatria y de oxigenacién yuelven a ser adecuadas. Uno de los signos de desarrollo de 1a vida de los seres vivos es. 1a Facultad de reproduccién y de ereciniento anplificado, cuando las condiciones le son Favorables. Los animales superiores pasan por estados de reduccién (hibernacién), seguides de atros de acoleracién vital, principalmente en primavera. La vida apenae tigue un curso uniforse, pues todos 10s seres vivos tienen la Facultad, dentro de sus posib Lidades, de pasar de un estado de vida de reposo, a otro de exuberancia. En todas. estas condiciones: LA SALUD ES EL ESTAOD NORMAL OE LOS SERES VIVOS. Ex eeencial conprender que toda expresién de vida se citda, a nivel del cosnas, en el marco de Las leyes naturales, Cuando un organismo vivo se desarrolla en condicio- nes normales de existencia, tiene una salud correcta mientras viva en acnenia con estas leyes naturales. {a fuerza de vida, todavia llamada poder vital, o ads siabélicamente LA NATURALEZA, expresién de un costos infinite, organiza toda Forna de vida a nivel del planeta -y probablenente en otras partes- poniendo a disposicién de cada ser vive los elesentos indispensables para el naciniento y conservacién de la vida. tos elenentos, indispensables para nantener 1a vida, son poco nunerosos. Las plan- tae y los animales salvajes, que viven on libertad, estin obligados a peseerlos para asegurar su subsistencia. Pero, adesés, estén sonetides autondticanente a las Leyes naturales, de las cuales perciben los imperatives gracias a su instinto. Por eso, lo més Frecuente es que ellos persanezcan en el medic que les es apto pare asegurar su pleno desarrollo. Los aninales salvajes, aquellos que pueden actuar por sf misnos, no colonizan el planeta. Viven en las regiones que les convienen y siguen un modo de vida correcto. La desgracie Les llega cada vez que el hosbre interviene para desplazarlos y hacerles vivir en unas condiciones antinaturales. EL hombre poste su libre albedrfo, pero to cierto es que no ha hecho de él un buen use. Casi siempre, rehusa para sf, cono para los animales y las plantas de los que se aduesa, una conducta de vida conforme con las leyes naturales. Esta eleceién implica, a rés o mencs largo plaz0, una perturbacién, luego, si per- siste, un decainiento sanitario seguro. Asi tiene la posibilidad de escoger: vivir en un estado de salud nornal o en un estado de enfernedad. Es precise, sin enbargo, reconocer que, para nuestros contenporaneos, esta eleccién no es completa, en la ne- ida en que su instinto ya no constituye una guia segura para indicarles qué actos de tv vida estin on conformidad con las leyes naturales. Por otro lade, 1a "educa cién, basada en 1a ensefianza wnadernal! de las causas de 1a enfernedad, los deso- tient con précticas contrarias a sus propies intereses vitales. Adenés, incluso después de haber conprendido las reglas de vida conforses con las leyes naturales, Gisponen de una herencia tan desastrosa que, 2 menudo, les es imposible alcanzar 1a salud integral. A pesar de todo, una vida conforae con estas leyes naturales pernite sienpre un acercaniento a una salud perfecta, Si bien la salud es el estado normal de los seres vivos, tasbién es un estado inestable que es preciso asegurar siempre de La mejor Forma, segin las posibilidades propias de cada uno. 3. EL VERDADERO SENTIDO DE LA ENFERMEDAD La enfermedad no es una agresién al organi smo Si 1a salud es el estado normal de Los seres vivos (0 deberfa serlo ya que, por des- gracia, Frocuentenente ol estado ¢anitario ads habitual de nuestros contenpordneos tes el de una salud perpetuanente alterada), entonces el estado de trastorno sanita- rio epissdico es el de la enfernedad. E1 estado de enfermedad esté considerado cone tana Fatalidad que se abate sobre la vida cotidiana, como un conjunto de sintonas, aenude dolorosos, que es.preciso ensascarar a cualquier precio y hacerlos desapare- cer. Es el caso de la utilizacién de 1a aspirina para supriair los dolores de ca beza. May todo un repertorio de sintonas de enfersedad que se cifran en varios centenares. La actitud ads conin consiste en considerar estos sintomas cono independientes entre si. Si es verdad que hay aédicos de sedicina general, también abundan, en estos tiempos en que 1a enfereedad es objeto de tantos cuidados, os especialistas de una determinada funcién e incluso de un deterninado érgano (corazén, higado, etc..)+ La busqueda de las "causas" de estos estados enfernizos ha sido constantenente 1a sreocupacién de toda clase de curanderos: desde el brujo hasta el gran "patrén" de fa nedicina "moderna, Entre los responsables incriminados de La existencia de estas enferacdades, Los a! erohies hin tonade una parte preponderante. Toda la nedicina oficial vive bajo su doninic. La vida del individuo, desde su nacimiento hasta su nuerte, a menuda acele- vada, se sitda bajo el siabolo de 1a lucha a ultranza contra los nicrobios; preven— tivanente al principio, en los prineros afios de su vida, por la adninistracién de sana cantidad increfble de vacunas, a continuacién curativanente, por 1a absorcién de desis inpensables de medicanentos destinados a compensar Las consecuencias de los 4afios ocasionados por esas vacunas y par el modo de vida anoreal que se siguié. En efecto, los padres piensan que sus hijos "supervacunados” estén protegidos centra todes les calamidades de 1a época moderna y, bajo el paraguas de esta "proteccién taceinea", dejan Fracuentenente vivir al nifa de una forna extrenadanente malsana. Pero json cealaente los microbios loz causantes de las enferaedades? Antes de PAS- YEUR, las distintas "enfermedades" tenfan unas causas inaginarias y eran tratadas SintoaSticanente y eapiricanente por unos procedinientos que se asenejaban a los utilizades por los primeros grandes brujos. PASTEUR sports el nicrobio, al que pudo descubrir gracias al sicroscopio. Segin sus teorfas, ciertos wicrobios pardsitos, que viven a costa de los organisnos vives, preduciefan unos venenos: son los nicrobies patSgenos, causa presunta de ciertas enfermedades. Estas afirnaciones parecen claranente exageradas. En efecto, los aicrobios existen dentro de todos los organisnos, pero éstos no se ponen todos enfernos al nismo tiempo. Si los microbios fuesen realnente la causa de las enfermedades, 1a vida sana sélo serfa posible dentro de unos medios rigurosanente asépticos, Io que esté auy alejado de 1a realidad. En efecto, los microbios parecen desenpeniar un papel constructive y benéfico en la naturaleza. Son ellos los que, en el suelo, Favorecen Las transforuaciones que permitirsn vol- verse asinilables, por las plantas, a los minerales y diversos cuerpos orgénicos. Son también elles los que eperan las transforaaciones senejantes sobre lo aateria animal auerta. Durante la enfermedad, nunerosas excreciones se aunentan a nivel ce- lular, No es asonbroso, pues, que los microbios se aultipliquen para cusplir su fun cién, 1a de necréfagos, que se alimentan de estas excreciones, y las transforean ha cindolas desaparecer. Los microbios aconpatian o siguen al estado enfernizo, nés que precederlo. Parece absurdo querer destruir con Frenest estos wicrobios Gtiles para detener la enferaedad. Es mas crefble que el agente destructor de éstos, el aedicanento, se oponga, de hecho, al desarrollo de la enfernedad, engendrada por una causa externa a elles. £1 problena consiste en conocer si este deteniniento del desarrolic de la enfermedad es beneficiose para el paciente. Los espiritus prinarios, alinentades por 1a encfelica médica oficial, pensarén que es una cuestién absurda. Todo iré de aane- ra diferente si se atribuye a 1a enferaedad otro sentido que el de una agresién de- Liberada a on organisao vivo. La enfermedad libera al organismo de una situacién anormal Si ciertos individuos, durante su vida, portan nicrobios abundantes y variados, es| preciso rendirse 3 1a evidencia de que La enferaedad, si sobreviene, proviene de! otra causa que 1a habitualnente atribufda a estos "wiles microbios. La cealidad es que 10s organisms vives -el cuerpo husano en particular estén con-| cebidos para vivir normalnente en buena salud. Precisanente cuando su vide se vuelvel anoraal, es decir, contraria a las leyes naturales que rigen ol univerco, es cuando Los problenas de los estados sanitarios anormales cowienzan a aparecer. E1 estado de salud o de enferaedad pertenecen al orden natural que rige toda vida, Es por ello que ninguna hipétesis conceraiente a 1a causa de 1a enferaedad -y, por consecuencia, a 1a busqueda de 1a curacién- puede estar disociada de las Leyes uni versales de la naturaleza sin acabar en un fracaso. FL doctor TILOEN declara: "La idea de que Le enfermedad es una entidad individual e: ilégica, y esta idea es 1a causa de todas las incertidunbres, que son puntos ée par tida de las és oxtravagantes especulaciones sobre Las causas de las enfersedades de Los tratamientos ea perpétuo cardio. Y esta incertidunbre engendra nuevas escue las, nuevos cultos, cuyos renedies son contradictories y opuestos. Sin enbargo, cad: uno’ de estos cultos y escuelas tienen partidarios y "curaciones® en su haber. L idea de que existen enferaedades particuleres de le infancia, de le adolescencia de 1a nadurez, proviene de que estos niffos, estos adolescentes y estos adultos en: Fernos no viven en araonfa con las Leyes naturales que eigen su vide". La mejor prueba ha sido dada por individuos que respetan, en la redida en que les e posible hacerlo, un nodo de vida correcto y que escapan a todas esas pretendidas en Fernedades de 1a edad. Otra supersticién consiste también en creer en la realidad de las enfersedades here ditarias. Lo que le peraite al enferno coneter todos los falsos errores que desee eonservando tieapre un'a buena conciencia y una Falsa argumentacién que resiste todas Jas tentativas de inforsacién. Giertanente existe un factor hereditario que tiene una gran inportancia a nivel de adquisicién vital en el naciniento, pero eso no es més que un elenento entre todos Tos que son necesarios para la obtencién y el aanteniniento de una buena salud. tea tranpa es la de las enfermedades Ilawadas "alérgicas™. La conclusién sonera, que nfs frecuentenente se extrac de las constataciones prinarias de la alergia, es wwe unos Llanados cuerpos extrafiost” son responsables de ella (1). Esta conclusién Ganufla, de hecho, toda una situacién de vida bastante afs inportante para la crea~ ibn del estado canitario del paciente. £1 enferas se aisla entonces en un ghetto con respecte al pretendido agente causal de su alergia, No se realiza ningin esfuer- 20 para corregir los otros hébitos, lo que encierra al enferno mis y més en su si- tuacién de enferso alérgico, por culpa de los dioses, u otra Fuerza no cualificads explicitanente. Una lucha irracional contra el motivo supuesto de 1a enfermedad alérgica provoca, a veces, modificaciones de sintonas, expecrando, 1a wayor parte las veces, ¢1 estado del paciente. Asi, 1a enferaedad puede ser considerada cono un medio puesto en narcha por el cuer- j@ para renediar una situacién que corre ei riesgo de volverse extrenadanente peli- rosa paca 61. Por ejemplo, cuando Los intestines contienen desechos en putrefac- sign, el organisno, para no ser intoxicado, orienta todos sus esfuerzos hacia ese Sugar particular del cuerpo, provocande una diarrea que vaciaré de los intestinos su contenido téxico. Al contrario, después de estos esfuerzos violentos para vaciar el contenido de los intestinos, no es raro que el cuerpo adopte una posicién inversa: el estrefiniento, EL paciente ingiere entonces cualquier purgante o laxante para, pienea 61, renediar esta situacién. Obliga, asi, al cuerpo a expulsar violentageate el veneno que ha s! desgraciadanente ingerido. Oe este modo, lo que parece una enfernedad, es de he~ eho un medio de conpensacién elegide por el cuerpe para solucionar una situacién anoreal. Es nuy Lanentable que los actos emprendidos por los enfernos vayan siespre en un sentido opueste 2 sus intereses reales: 1a cupresién del sintona de la enferaedad es Ja finalidad buscada. Se considera que el enferso esté curado cuando sus sintonas jarecen. Oe hecha, todos estes actos van esencialmente dirigidos hacia 1a supre- sién de los efectos que aconpahan 2 estos sintonas. Por ejenplo, durante el curso de un catarro, lo primero que se piensa es oponerse a Ja secrecién del noco proveniente de la tos, 0 se intenta hacer desaparecer el dolor que aconpafia a los sintomas de las enfersedades., EL verdadero sentido de La enfermedad na es percibido casi nunca en cu entidad real. Pocas veces el enferno, ni el que esté considerads como su curandero, conprenden el erdadero sentido de la enfermedad: Liberar al organisno de una situacién anoraal. fay que extrafiarse, pues, de que la detencién nomenténea de los s{ntonas no pueda constituir, de hecho, una verdadera curacién? Después del periodo de remisién, observado a continuacién de la tona de nedicanen- tos, no es raro que 1a enferaedad reincida ocasionando los mismos sintomas, acompa- ados, desgraciadanente, con 1a aisea constancia, de los nisaos tratanientos supr sores. A cabo de un cierto tienpa, sucede que los sintomas idénticos de la enfermedad nt ‘Se reproducen és. El enferno se cree realuente curado. De hecho, la situacién s vuelve a menudo ain mds grave, pues nuevos wales ~debidos al constante estado anori mal en el que se encuentra el organisno- se desencadenan en otros sectores del cuer i nada modifica este estado de cosas, el paciente se desliza desde enfernedadel s nds graves, hasta llegar a un estado de enfernedad irreversible « ya salida es la desaparicién del individuo. Asi, todo sintoma de enfernedi incluso el a4s benigno- es una preciosa seal de alarna, cuya existencia es neces: rio couprender, puesto que previene al paciente cada ver que su organisao esté tuna situacién anoraal con respecto a las Leyes qué rigen los equilibrios vitales. 4. EL PODER DE CURACION La accién de 1a fuerza vital La caracterfstica esencial de un cuerpo vivo, que lo diferencia de uno auerto, es que el vivo posee una fuerza de vida o fuerza vital. A partir de la fecundacién de a Svulo por un espermatozoide, esta fuerza de vida desencadenars unos procesos de crecimiento y diferenciacién celular, que acaban en los nillones de células del seerpo adulto. Mientras las condiciones de vida son noraales, el crecisiente y el desarrollo det ser vivo se realizan de una nanera araoniosa, bajo 1a influencia de decisiones que escapan al control de las elecciones voluatarias. EL creciniento dol esqueleto, ol naciniento de los dientes, los fendaenos de trans— Foraacién de los érganos sexuales en los adolescentes, etc., se producen arnoniosa- ente bajo la influencia del poder vital que anina a los seres vives. Y es esta Fuerza de vida quien, adends, respondiendo a 1a preocupacién de 1a especie por per petuarse, enpujaré a los organisnos wachos y heubras a reproducirse y a asegurar su descendencia. Todo esto parece perfectamente comprensible en las situaciones normales de vida. Pe- ro las condiciones de vida, a veces, pueden volverse excepcionales. &s el caso, por ejemplo, de una herida: cortadura de los tejidos cuténeos y nusculares. En este ca- so, Lae mismas fuerzas de vida que precedentenente aseguraban el desarrollo del in- viduo, actuarén para reparar el dafo sufrido. En general, la cicatrizacién de las heridas se realiza arnoniosanente. Sin enbergo, cuando los bordes antagonistas de éstas se alejan devasiado, habrd que ayudar 2 las fuerzas vitales a efectuar su trabajo de restauracién mediante una intervencién ex- terior, Sélo hay que ayudar, pues son las Fuerzas vitales las que efectuarin la res- tavracién, Las heridas de los muertos no se cicatrizan. El poder de restableciniento srtenece a los vivos. Se conocen otros casos de reparaciones vitales cono, por ejemplo, los de los huesos rotos, qué se sueldan de nuevo, rodeands la soldadura de un engrosaniento: el callo. Las fuerzar de la vida pueden entrar en juege para oponerse a una situacién anorsal. Asi, el cuerpo decide, hasta cierto punto, expulsar Los cuerpos extralios que pene- tran a través de Le piel © por el tube digestivo. La Formacién de pus a nivel de la piel o los vonitos son actos necesarios para expulsar esos cuerpos extrafios. El cuerpo vivo busca constantenente 1a posibilidad de vivir, al néxino, en el estado sormal. Toda situacién anormal, provocads por no respetar las Leyes de 1a vida, es cobbatida por esas aisnas fuerzas vitales hasta que desaparece. De este aodo, La fuerza de vi~ da aparece cone el guardién vigilante del estado de salud de todo ser vivo. ¥ 12 en- fermedad aparece cone una accién incitada por esa isna fuerza de vida, para el re~ torno a) estado de salud, que es el estado normal de todo ser vivo. Las erupciones de 12 piel -cono la furunculosis- son aés una del cuerpo que una agresién de tividad de depuracién jerebies, cone se declara oficialaente. Y lo wisno sucede con las situaciones infecciosas internas, que aparecen como una decisién del organisao de elininar una situacién interior de envenenasiento. Ast, desde 1a construcci6n del cuerpo hasta las situaciones de restableciniento, eb; poder de curacién, o poder de vida, proviene de la accién de la Fuerza vital. Los sintomas de enfermedades: tentativas de retorno al estado de salud Los actos de 1a vida son unitarios. C1 ser vivo no acta de una Forma desconsidera- da. Los Fendmenos vitales ordinarios, que aconpafian al estado de salud, son a veces aunentados y se vuelven entonces sintonas de enfernedad. La facultad que posee el cuerpo de sentir Ilega, a veces, al paroxisno: es entonces cuando aparece ¢} dolor, necesario para alertar al cuerpo de una situacién anornal. El cuerpo vive normalaen— te a una tenperatura constante: la Fiebre es entonces un fendseno de aaplificacién de esta temperatura, que peraite 2 unos procesos acelerados restablecer 1a salud. Las secreciones de nocos aparecen, tanbién, cono sintonas que aceleran el retorno a tuna situacién noraal. Lo misao sucede con otros sintonas que aconpafan al estado de enferaedad: son tentativas de retorno al estado de salud. La preservacién de 1a vida, que es inherente a cada cuerpo vivo, hace que lo que es Mamade ENFERNEDAD no sea, de hecho, wis que un proceso VITAL que tiende a restable- cor 1a salud. El proceso de Ja enfernedad puede realizarse de manera extrenadanente viva en Los individuos con excelente salud. sobre todo los jévenes. Es entonces cuando aparece 1a ENFERNEORD AGUDA -accién auy Senéfica para el organisno-, que es preciso esforzarse en conprender y ayudar. La posibilidad de la enfernedad aguda no Siempre existe, sobre todo en los individuos débiles como las personas de edad avan- zada o Las que hayan sido traunatizadas por intervenciones nédicas peligrosas (ra- Giaciones Lonizantes, por ejemplo}. £1 organisno desarrolla entonces unos sintonas atenuados, segin la posibilidad de sus fuerzas vitales: es 1a ENFERREOAD CRONICA. Existe entonces un término medio que se establece entre las posibilidades de cura- cidn del organisno y el deseo permanente de volver a 12 salud integral. Si el orga nisne puede aumentar posteriornente su fuerza vital, seré capaz de desarrollar nue~ vas crisis agudas pare intentar volver al estado de salud. En el caso inverse, cuando 1a fuerza vital no cesa de disainuir -cono consecuencia sobre tode de un estado de vida anoreal- el organisno acepta, poco a peco, un estado de salud sediocre, A menudo pasa a una situacién sanitaria irreparable © irrevesi- ble, Mevando al individuo que renuncié a vivir en confornidad con las Leyes de la vida, hacia una destruccién leota y la muerte. Esta aparece como la salida normal para el organismo que ya no es apto para vivir. Ee bastante evidente que el Factor tieapo os preponderante en todos los actos que conciernen a 1a conservaci6n y desarrollo de 1a vida. Serfa ilusorio querer curarse instanténeanente de una situacién de enfersedad que se ha ido Nengendrando” durante afos. Pero también esté claro que, con aucha paciencia, es posible cambiar Las aalas| costusbres, para intentar recobrar un estado de buena salud. Si el poder de curacién| depende de las fuerzas de vida que nos aninan, nos corresponde no destruirlas, para conservar 1a posibilidad de elaborar un estado de salud. Este estado y el de enfer- edad no son efecto del azar, son dos facetas diferentes pero no contradictorias de una aisna entidad: 1a prolengacién de la vida. Pertenece, pues, 2 los seres| 1“ vivos observar las leyes que les rigen, para conservar su vida. Esto se produce por instinto en la mayor parte de los. animales. Para el honbre, unas costuabres y unos condicionanientos nefastos, heredados del pasado y unas pseudoverdades cientificas, actualmente en voga, hacen que 1a decadencia y 1a enferaedad sean ads a menudo su patrinonio que el estado de salud radiante. Parece, pues, necesario reflexionar, por una parte, sobre lo que podria aparecer co- wo la causa de les estados de enfernedad y, a continuacién, determinar las técnicas vitales a poner en préctica para volver a un estado de salud aceptable. 5. LA VIDA DE LAS CELULAS DEL ORGANISMO HUMANO La bésqueda de 1a causa de 1a enfermedad nos lleva, en priner término, a cbservar y describir las sanifestaciones de la-vida a nivel celular. E1 cuerpo humane esté constituide por érganos: niscules, pulnones, corazén, esténago, etc... Es un o nismo. Los érganos estén conjuntados en grupos que cutiplen unas funciones deternina- das. Estos conjuntos se Llaman aparatos o sistemas, cono por ejemplo: el aparato di- gestive, aparato respiratorio, cistena muscular, sistena nervioso, ete... Los Srganos estin constituides por unos nateriales Lanados tejidos: por eje tejide muscular, tejido ése0, etc... La Fisiologla nos ensefa que si los tejidos son los materiales constituyentes de los Grganos, cada érgano puede contener diversas tejides, y que un.tipo dado de tejido se puede encontrar en diversos Srganos. De aqui sacanos la conclusién de 1a aparente complejidad del cuerpo humano. Estos teji- dos, a su vez, estén conpuestes de uns multitud de windsculas partes, muy parecidas entre sf: las eflulas. La célula esté compuests de una aasa, el eitoplasna, dentro del cual se encuentra el cleo; rodeando al citoplesa hay una delgeda acabrana. Las células son variables en sus foraas y dimensiones. En general, su tamafio es ex- ‘trenadanente pequefio y se evalda en silésinas de ilinetro o wicras, Sin embargo, clertas células "gigantes", cone por ejemplo las nerviosas, tienen unas prolongacio- nes en los nervios, que pueden sobrepasar el netro de largo. | { EL hombre es un netazoo, es decir, un ser pluricelular. El nimero aproxinade de oé- lulas del cuerpo humano se evalda en 100 cuatrillones. Las células de écte, coro Las de cualquier aetazoo, no son todas idénticas sino que se clasifican por especies. Sin embargo, estas células diferentes provienen de una wisna célula original, el hhuevo, obtenido de la Fecundacién del Svulo Femenine por el espernatozcide wacho. EL huevo se divide en dos células iguales, éstas on otras dos, y asf sucesivarente. Estas, prineranente todas iguales, se transforaan llegando a ser células sangufneas, eélulas nerviosas, células musculsres, otc... Este Fendneno de nodificacién de for nas, de estructuras y de funcionaniento de las células es Llanado diferenciacién ct lular. Esto no puede cunplirse més que bajo el efecto de la fuerza vital, necesaria para la promocién de toda vida. La vida celular La vida celular més simple se encuentra en los animales unicelulares © protezoos, cono el paranecio. Este absorbe unos alinentos -residuos vegetales- que entran en el citoplasna -cuerpo del paranecio- en foraa de vacuolas que en é1 se desplazan. Estos alinentos son digeridos Foraéndose unos desechos que son expulsados al exterior pa-| sande a través de 1a membrana. Las sustancias asiniladas sirven para santener el ci- toplasma y eventualaente hacerlo crecer. El paranecio respira su oxfgeno del nedio exterior (oxfgeno disuelto en agua). Cuan- do Las circunstancias exteriores son Favorables (alinento, oxfgeno, tenperatura), el paranecio crece y se divide en dos: se reproduce por aultiplicacién. Puede despl zarse, auy a menudo, para apoxinarse 2 un nedio nds favorable, nds rico en oxfgeno| yen alinentos, Sus cilios baten el agua y se puede observar entonces una verdadera Corriente citoplasxstica: todos estos movimientos son manifestaciones visibles de fenergfa. Hay produccién no solasente de energfa aecénica, que ssegura los aovinien- tos, sino también de calor e incluso de electricidad. Los paranecios pueden evitar ebstéculos, huir de sustancias qufnicas peligrosas, aproximarse a 1a burbujas de aire: son excitables ¢ sensibles. Esto pone de nanifiesto diversos aspectos, muy in- portantes, de la vida de los protoz00s. Cowo éstos, las células de un eetazoo, en articular las eélulas hunanas, absorben, transfornan y asinilan alinentos; resp ran, excretan; prodicen energia -La absorben también, y durante una juventud de du- eacién variable segin las especies, crecen y se dividen para multiplicarse. ro en el caso del hombre, auy pocas de sus 100 cuatrillones de células estén en contacto directo con el nedio exterior. Los alinentos necesarios para la vids, asf zoo el oxigeno, con Mlevades a las diversas células hunanas por los Ifquidos circu- Lantes (sangre y Linfe sobre todo) en los cuales, por otra parte, ellas excretan sus productos de desecho. La respiracién celular Ciertas células de 1a piel, en contacto directo con el aire exterior, tienen une respiracién directa, es decir, que los intercanbios gaseosos de oxigene y de gaz earbénico se hacen entre el aire y la sangre de los capilares de 1a piel. Esta res- airacién es insuficiente para mantener en vide el conjunto de células del cuerpo hu- ano. La respiracién de los eélulat hunanat se efectéa gracias a un releve constituide por Ea sangre, en 1a cual el plasta, pero sobre todo 1a henoglobina de los glébulos ro- fos, tienen La propiedad de cargarse de oxigene a nivel pulaonar, de libererse de 1 a nivel celular, de cargarse allf de gas carbénico, y de restituirlo al aire libre a nivel de los pulnones. Este fendneno, que es en priner Lugar una conbustign « #3- tel celular del carbono aportade por los alinentos, ex de hecho un Fendneno coaple- je, que pone en juege dfastasas celulares y una parte nisma de 1a sustancia viva. Esta respiracién celular es esencial para mantener 1a tesperatura constante ¢el cuerpo hunano. Su detencién prolongada solanente unos minutos puede acarrear la muerte. EL Fendneno de La respiracién es un acto vital. Adends de Los conociniantos ens: aos en fisiologta, es probable que sea uno de los nedios de transportar por nuestro interior esta energfa vital, tan indispensable para 1a vida. La alimentacion celular La alinentacién celular hunana se realiza igualaente, aprovechando unos relevos. Oe ‘suevo la sangre y la Linfa son quienes contribuyen 2 ella, £1 ciego sanguineo se zarga de los elenentos del quilo a nivel intestinal: glucosa, elenentos nitrogena- jos, sales ninerales, que. después de haber pasado por el higado pasan al torrente sanguineo general, Los alinentos grasos penetran por los vasos quiliferes, pero re tornan también a La circulacién sanguinea general. A nivel de los capilares, el alasna sanguines trasuda y se transforma en Linfa, que es el liquide nutritive de todas las células. Asi, 1a eliminacién celular est& asegurada y, para ella, 12 cir- eulacién sanguinea es suy inportante: una parte de nuestra energia vital se utiliza ” LA NIDA CELULAR LA VIDA DE UN _UNICELULAR EI paramecio el eytoptasma, ieee: embide ndcleos| El paramecio ex uv arime| uniceuler, es de cir conetitvide por une ale dhl Em ella we distingse of citoplasms, 12 membra- ta y bee dot obeleos. El peramesio eatd cabiets de cies ; su tme- vimiente segura ob despayamiento del pare mecio en ot leide, El poramecio ex atraide por el ovigene poet te gue resin; absorbe oxigens y cepelse gas earbénice Una célula humana (bucat) =x 4500 EY parametio be aliments 4 ereze , pues qe Ja digestion de resideos vegehles le cuni isla sustanciss nuthitivas, vacuole aitahae Fn un medio favorable , an paramecio se di Vide por caticamiento de fos mics y del topesma: emia - fos niclens ‘stiran para este aprovisionaniente celular. Evidenterente 1 asimilacién de estos alinen- tos, cusndo se realiza correctanente, aportar& un autento de eneraia que persitirs mantener lawida celular. E] metabolismo celular Ast, 1a digestién alinenticia, la respiracién pulmonar, la circulacién sanguinea, son funciones que abastecen 2 las células del erganisno con alimentos propianente dichos y con oxigeno. La sangre, y después 1a Linfa, hacen el papel de transportado- res. Glucose, grasas, alinentos nitregenados, sales ainerales, etc. son, en cada no- wento, descompuestos en las células en elementos nés siaples, o con una parte misna de 1a sustancia viva, conpletanente oxigenados gracias al oxigeno aportado por la sangre. Eetor procesoe de oxidacién, desconposicién y atini¥acién utilizan y produ- cen energia, de 1a cual una cierta parte aparece en forma de calor y trabajo mus- cular, Yor otre lado, con les nuevos productos elaboradas a nivel de las células, éstas construyen nueva sustancia viva. Reparan su desgaste. La célula joven erece y se di vide. Por ejenple, un nito dobla su peso de naciniento en cinco aeses, y lo teiplica en un aio, El hombre conplota asi su crecimiento hacis los dieciocho 0 veinte afos. Las ghéndulas hormonales juegan un papel inportante en el netabolisno celular. El eciniento celular esté sonetido a la accién de ciertas gléndulas; asi las gléndu- las de seceecién interna -la hipéfisis, paratiroides, tircides, timo~ actéan sobre s1 crecimiente de los huesos. La ablacién de la tireides trae concigo el enanicno. fiertos tunores de hipéfisis producen gigantisao. La ablacién de las paratiroides es sortal, y su hiperfuneionaniento produce unadescaleificacién de los huesos. Las secreciones de estas glindulas, cono 1a asinilacién y 1a transforaacién de Los alineatas, se producen mejor cuando las otras funciones del organismo (actividades Fisicas sobre todo) se efectdan convenientenente. La excreci6n celular Las transforeaciones y reacciones complejas que se producen a nivel de cada eélula, ‘engendran unos productos perjudiciales, que es necesario elininar. 44nos brganos juegan un papel de relevo para expulsar estas toxinas, provenientes del Funcionaniento normal de las células, fuera del cuerpo hunano. Es precicanente la Linfa, que bata las células, quien recoge directanente sus desechos y, por los ca lares LinF&ticos, después por Las venas LinFéticas, los conduce a circuito sengul- seo. Este drenaré estas toxinas internas hacia los érganos excretores. En contacto firecto con 1a piel, Las gléndulas sudorfparas excretan por los pores el sudor: ori sa diluida. Los riflones poseen unos tubes urinfferos, que son verdaderos filtros que retiran la rina de la sangre. Esta contiene agua, urea, Scido Grico, sales einerales (entre ‘las el cloruro de sedio), un pignente aaarillo proveniente de los pignentos bilia- res, ete. EL hfgado, al producir 1a bilis, elimina agua, sales minerales, provenientes de lo desconposicién de sustancias nitrogenadas, pigaentos biliares, provenientes de la enoglobina de los glébulos rojos destruides, y otros productos de la VIDA CELULAR. ° EL eudor, 1a ovina y 1a bilis son Liquidas muy téxicos, de los cusles ¢1 cuerpo debe decenbarazarse rdpidanente, bajo pena de perecer. Los pulwones elininan el agua, el gas carbénico, asf como los cuerpos volStiles (alcohol). Ellos detienen y transfor- man ciertos venenos que han podido sen vertides en la circulaciéa sanguinea. Igualnente otros Srganos pueden ayudar a 1a funcién de excrecién: 12 piel, por eje plo, per su respiracién cuténea, su descanacién de la epiderais (cespas), su gléndu- la sedacea que secreta el sedo; cone también los ganglics linféticos, situados en punter de confluencia de los vasos linféticos, que concentran los glébulos rojes, “sepultureros! del organisno. Otras gléndulas de secrecién externa contribuyen a es~ ta exerecién de las toxinas internas: las gléndulas salivares sobre todo, asf cone las glindulas digestivat, y las gléndulas mucosas, que tapizan las vias respirato- pias y, particularnente la traquearteria. En fin, las paredes misnas del tubo diges- tive pueden ser a sede de emisién de toxinas, especialmente durante el ayuno. La Funciéa de excrecién -y par consiguiente 1 vida colular- es favorecida por una buena aarcha de las otras funciones del organisno y, principalaente, de 1a circula- cién y respiracién, estimuladas por un funciananiento suficiente del sistena nervio- 20 y el cunpliniento de ejercicios Fisicos. Unidad det organismo De este modo, es Fécil comprender que el cuerpo es un todo compuesto de aunerosas células. Del estado de vitalidad de las células dependeré el de todo el cuerpo. De aqui 1a ixportancia extrsordinaria, para 1s salud del individuo, del buen Funcien mmiento de sus células. Es inportante renarcar que, entre el conjunto de las célules, cada una de ellas en particular dispone de una energia vital propia para engendrar sus actividades, y su calidad de vida dependers del medio en el que viva: el de 1a linfa que la rodea y Gsta, a su ver, depende de los aportes exteriores transportades por la sangre. ML igual que para los animales unicelulares, las eélulas de los metazoos viven y cunplen sus propias Funciones mientras su enengia vital es cuficionte y su medio favorable. Aci tenanos La interdependencia entre las células y el organisao, sostrando clara~ ente una unidad de vida de todo el organisao.

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