estas multiples figuras, aunque contrarias entre ellas, t4,
que todas son figuras; yo quiero saber lo siguiente: equ
que tt llamas figuras? ¢No comprendes que yo buseo ln iy
hay de igual en lo redondo y en lo recto, y en todas Jas det
figuras que ti dices? (PLAT., Men., 72-75). mis
Meey
4, La induccién y la definicibn. Dos son las cosas que se ’
den atribuir con todo derecho a Sécrates: los Tazonamien,
inductivos y las definiciones de lo universal: y éstas se refcey,
las dos, al principio de la ciencia (Metaf, XIII, 4., 1078),
[Entonces, la ciencia, para Sécrates, es siempre y tinicamentecienc 4
lo universal, permanente: de lo individual mudable, s6lo se da opinign, p,
ro él, tratando de constituir una ciencia de conceptos, con su método prey,
rala doctrina de Platén: si, en efecto, sdlo el conocimiento de los concept,
es verdadero conocimiento, sera verdadera realidad, tinicamente el objeto 4,
estos conceptos, es decir, el mundo de las Ideas eternas.]
IV. Conocer y obrar — ciencia y virtud
1. La identidad de la virtud con la ciencia. Socrates creia que
las virtudes fuesen raz6n, sosteniendo que todas constituian
ciencia... y afirmaba a todo trance, apelando a la raz6n, que
(donde hay ciencia) no puede faltar dominio de si mismo, pues
ningtin hombre de juicio obra contrariamente a lo mejor, sino
que lo hace por ignorancia (ARISTOT., Et. nicom., VI, 13, 1145
y VII, 1146).
[La identidad de la ciencia y de la virtud, afirmada por Sécrates, exig,
para ser comprendida, que se recuerde Ia funcién atribuida a la ciencia por
el pitagorismo, que la consideraba camino de purificacién espiritual y de i-
beracién del pecado. Esta idea, que Platn vuelve a afirmar en el Menén, en
el Fedén, en el Fedro, no debe haber permanecido extrafia a Sécrates, como
parece por el valor religioso que le atribuye a la funcién del fildsofo, y por
la funcién de purgacién espiritual que atribuye a la refutacién del error. Su
ética, entonces, ya no puede considerarse mas exclusivamente intelectualis
ta, porque el aparente intelectualismo esta inspirado en un misticismo pro
fundo.]
[184]
Escaneado con CamScanner2. Del conocimiento a la conviccién, de la conviccién ala accion,
Quien sabe la manera en que se debe honrar a los dioses, no juz-
gant ciertamente que convenga hacerlo de modo diverso de lo
que sabe. -No, en verdad. —...2Y crees tu, que quien sepa qué
eslo que se debe hacer, pueda juzgar que le conviene no hacer-
lo? -No lo creo. -€Y conoces a alguien que haga cosas diversas
de las que juzga que debe hacer? —No. —Aquéllos, entonces, que
saben lo que las leyes ordenan con referencia a los hombres, rea-
lizan lo justo. ~Sin duda... —Por lo tanto, definiremos recta-
mente como a justos, a los que saben lo que las leyes ordenan
con referencia a los hombres (JENor., Memor., IV, 6).
3. Elerror de la opinién comin: la fuerza de las pasiones y del sa-
ber. La mayor parte
f OF F de los hombres tiene, respecto de la cien-
cia, una opinion de este género: que no tiene fuerza activa, efi-
ciente, y que no podria di git ni ser soberana; y no solo pien-
san que ella se encuentra en semejantes condiciones, sino que
también, a menudo, aun estando la ciencia presente en el alma
de un hombre, no es la ciencia la que domina y reina, sino al-
go distinto, ya sea la impulsividad, ora el placer, ora el dolor, 0
tal vez el amor, a menudo el temor, juzgando en todo y por to-
do a la Ciencia como a un siervo que es arrastrado por los de-
mas impulsos en todas direcciones, Ahora, pues, ti también
opinas semejante cosa respecto a ella, o bien dices que la cien-
cia es una bella cosa, capaz de dominar al hombre, por lo cual,
stuno conoce lo que es el bien y lo que es el mal, no podra ser
superado por nada ni obrar de manera distinta a lo que la cien-
cia le ordene, sino que basta la sola sabiduria para socorrer al
hombre? (PLar., Protdg., 352.)
: 4. Ninguno peca voluntariamente: la culpa es error, ‘por ignoran-
Ga. Casi creo que ninguno de entre los hombres sabios admi-
te que algin hombre cometa jamés pecado voluntariamente,
ni voluntariamente Ileve a cabo acciones malas y malvadas, si-
no que saben bien que todos los que cometen acciones feas y
malvadas, lo hacen a su pesar. (Protdg., 345). Ninguno que se-
Pa o crea que haya cosas mejores de las que él hace, y que
[185]
Escaneado con CamScannersean posibles para él, contintia haciendo éstas, teniendo la po-
sibilidad de cosas mejores; y el dejarse vencer por si mismo,
no puede ser sino ignorancia, ni el lograr vencerse a si mismo,
no puede ser sino sabiduria... €Y qué?, éacaso no afirmais vo-
sotros que la ignorancia es algo semejante a esto: tener falsa
opinion y engafiarse sobre argumentos de mucha importan-
cia? €Qué otra cosa decia yo: sino que ninguno va voluntaria-
mente al encuentro de los males, ni de lo que considera co-
mo mal? (Protdg., 358).
5. Elementos contrarios a la ética intelectualista:
4) Laexistencia de una disposicién preliminar: negativa (impul-
stvidad 0 intemperancia), y positiva (dominio de si ‘y temperancia).
—A quien es dominado por los placeres del cuerpo y conver-
tido en impotente para hacer lo que es mejor, élo consideras
tu libre? —De ninguna manera... —2Y te Parece que los intem-
perantes se hallan solamente impedidos de hacer las cosas me-
jores, 0 también constreftidos a cometer las mas innobles?..,
—Entonces los intemperantes sirven a la peor de las esclavitu-
des. —Asi me parece. —2Y no te parece que la intemperancia
aleja a los hombres de la sabiduria, que es el maximo de los
bienes, y los arroja hacia su contrario?... Qué diferencia exis-
te entre el intemperante y el animal
cia?... Sdlo a los temperantes es dado ver lo mejor que hay en
cada cosa, y, distinguiendo las cosas de acuerdo a su género,
escoger las buenas y abstenerse de las malas QENOF., Memor,,
IV, 5).
4) Posibilidad de la conversién del bueno en malo, y permanente
maldad del malo. Asi el hombre bueno, a veces, puede conver-
tirse en malo, por causa de la edad y del cansancio, o de enfer-
medad, 0 de otros casos —porque sdlo ésta puede ser la condi-
cién mala: quedar privado de la sabiduria—; en cambio, el
hombre malo no podria convertirse nunca en malo, pues ya lo
es (PLAT., Protdg., 345).
¢) La eleccién de los discipulos. Mi demonio me impide con-
versar con algunos; con otros, en cambio, me lo permite
(PLAT., Teetetos, 151).
mas incapaz de cien-
[186]
Escaneado con CamScannerAmuchos él (el demonio) los rechaza, y a éstos no les sere
posible obtener ninguna ventaja en conversar conmigo, por lo
ral niami mismo me es permitido conversar con ellos; con mu-
chos no me impide conversar, pero ellos no aprovechan nada de
laconversacion, Aquellos a los cuales el poder del demonio los fa-
yorece en la conversacién, son éstos, que como tt lo has aperci-
bido, obtienen inmediatamente gran provecho (Teagetes, 129).
(Quedan distinguidos asi tres tipos de disposicién espiritual congénita:
1) absolutamente negativa, que se re
evela por una repulsién instintiva inme-
éiata;2) neutra o indiferente,
que se manifiesta por una falta de interés, de-
terminando el fracaso de todo esfuerzo educativo; 3) favorable, que se decla-
tapor la atraccién recfproca o simpatia entre maestro y discfpulo, y confiere
toda su eficacia a la obra educativa,]
4) éConciliacién de la ciencia con Ja culpa? Estoy deseando viva-
mente examinar el punto sefialado ahora, si son mejores los que
pecan voluntariamente o los que lo hacen involuntariamente...
En todas las artes y Ciencias, es (la capacidad) superior la que sa-
be hacer voluntariamente el mal y lo feo, Y equivocarse, mien-
tras que la peor incurre en esto involuntariamente... Entonces,
éserd mejor quien realiza el mal
‘ y peca voluy
lo comete sin quererlo? ~iSeria enorme, oh,
mas bien, me parece consecuencia di
«No nos parecié, tal vez, que el alm.
és tanto mejor y que se halla en me
ambas cosas, el bien y el mal, en ca,
Pio del hombre bueno hacer el m:
lo, involuntariamente, si el buen
ha...
‘a, Cuanto mas capaz y sabia,
Jores condiciones para hacer
da accién?... Por €50, es pro-
al voluntariamente, y del ma-
10 es el que tiene el alma bue-
No puedo concederte esto, Socrates... —Ni yo a mi mis-
mo, Hipias, pero, sin embargo, se concluye necesariamente del
tazonamiento hecho (PLar., Hipias menor, 373-5).
[Entre el explicito testimonio de ARISTOTELES, y estos motivos de PLA-
TON y JENOFONTE, hay evidente contraste. Superable? Quizé para el n. a),
en el cual la rebeldia al dominio de si mismo, y por ello, a la sabidurfa, pue-
de interpretarse como condicién inicial climinable; no para el n. ¢)en el nal
‘lla apareceria como disposicion congénita ineliminable. Superable, ao
‘o, para el n. b) en el que la perversion de los buenos esté subordina
[187]
Escaneado con CamScannerpérdida de la ciencia, y no entra, por consecuencia, én ef Ambito del pecady
voluntario del n. d), Pero es necesario advertir que Sdcrates, al declarar su 45,
pugnancia y la conclusién, insiste en decir que deriva de las premisas estab,
cidas que se hallan precisamente, en la afirmacién de HiPtas (365-6), que “oy
embusteros son capaces, inteligentes y sabios en lo que mienten”:
ton fa reduccidn al absurdo quiere demostrar que a quien tealiza el mal ng
puede atribuirsele sabiduria e inteligencia, pues éstas no son habilidades pap
ciales, sinfo que constituyen una virtud unitaria y completa de todo el espj.
tu (cft. n. sig.). Con esto se diferencian los conocimientos y habilidades pay.
ciales de la sabiduria ¢ inteligencia, que constituyen un habito unitario y sig,
temitico de todo el espiritu. El espiritu purificado por la ciencia en su unj-
dad y totalidad, no es mds capaz de error y de pecado, sino por sobreveni
de las condiciones patolégicas,de las que habla el n. 4.)
6. Unidad e identidad de las virtudes entre ellas y con el saber, Ex.
plicame con precisién lo siguiente: si la virtud es algo tinico y
la justicia, la sabiduria y la santidad-constituyen sus partes, 9
bien éstas, que acabo de nombrar, son todos nombres de una
misma cosa, que es tinica. —Pero, Sécrates, es bien facil respon-
der a esto, que las que tir dices’ son partes de la virtud, que es
una sola... — €¥ cada una de estas partes es distinta a las de-
més? -Si, -€Y cada una tiene también su funcién propia como
las partes del rostro? En efecto, no es el ojo como el oido, ni
su funcién es la misma, ni de las otras partes alguna es igual a
las otras ni por su funcién ni por-lo demas. Asi, pues, étampo-
co las partes de la virtud son iguales la una a la otra, ni en s{ni
en la propia funcién?... —Ciertamente, es asi... —Entonces, ila
santidad no‘es una cosa justa ni la justicia una cosa santa, sino
aquélla injusta y ésta impia? ¢Qué responderemos? Yo, por mi
parte, diré que:la justicia es santa y que la santidad es justa...
éY existe algo.4 lo que denominas:locura? —Si. —