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El tesorillo de dirhames de Los Lobicos (Priego de Cordoba): Una muestra de las acufaciones de moneda califal omeya andalusi Circunstancias del hallazgo Las monedas que integran el tesorillo del que nos ocupamos fueron descubiertas, de forma casual, por Carmen Lopera du- rante la campaiia de recogida de la aceituna de 1991, en la finca conocida con el nombre de Los Lobicos (término municipal de Priego de Cordoba). Estetopénimo se localiza a unos 2 kms. al Oeste de Priego, colindando con la ca- rreteraC-336 de Aguilar alznalloz, en las coordenadas geograficas N 37° 26' 28" y W 4? 13'02", segin la hoja de Lucena (989) del M.T.N.E., escala 1:50.00. Las primeras monedas que aparecieron se encontraban al ple de un olivo y no se evidencié, en ning’in momento, que pudieran estar contenidas en algiin reci plente ceramico, aunque el hecho de que el conjunto se encontrara poco disperso nos hace sospechar que, originariamente, fueran es- condidas dentro de una bolsa 0 contenedor de materia organica, del que no hemos hallado vesti- gios. Cabe también la posibilidad de que las monedas fueran per- didas, pero, ante los datos de los que disponemos, resulta muy aventurado pronunciarse al res- pecto. El emplazamiento fue prospec- tado en sus alrededores, no pu- diendo ser considerado como ya- cimiento arqueolégico, a tenor, al menos, de losrestos superficiales. La descubridora del conjunto comunicé el hecho al Museo His- torico Municipal de Priego, donde se expone la practica totalidad de las monedas, a excepcién de cuatro ejemplares. Para el pre- sente articulo, hemos numerado el lote desde el n? 1 al 25, co- rrespondiendo los niimeros 1 al 21 alas monedas expuestas en el museo (Registro de Entrada des- de 91/42/1 a 91/42/21) y las cuatro tiltimas, del n® 22 al 25, a NTIQVITAS 4 (p. 67-80) - 1993 - NLILML Priego de JORGE LIROLA DELGADO Universidad de Granada, JOSE MIGUEL PUERTA VILCHEZ RAFAEL CARMONA AVILA Museo Histérico Municipal de Priego de Cérdoba. las que se encuentran en colec- cién particular. Estado de conservacion y proceso de limpieza / restauracion En el momento de su hallazgo, las monedas presentaban un es- tado de conservacién aceptable debido, especialmente, a la no- bleza del metal en que estén acufadas. Sin embargo, estas monedas habian sufrido ya en su propia época un considerable desgaste al haber permanecido en circulacién buen niimero de ellas mas de medio siglo. El des- gaste afecta, con frecuencia, ala nitidez de las inscripciones, aun- que algunas monedas se encuen- tran en mejores condiciones de conservacién, como la n® 3, que, curiosamente, es una de las mas antiguas de las que componen la coleccién. Ademas, diez de las veinticinco monedas fueron seccionadas, habiéndonos llega- do sélo un fragmento de las mis- mas que oscila entre 1/4 y 1/3, aproximadamente. Por otra parte, el tiempo que han permanecido enterradas, junto a factores de otra indole, ha provocado en ellas las siguientes alteraciones: a) Deformacién mecénica, mo- tivada por la presién a la que han sido sometidas ya lamaleabilidad del metal, Esta alteracién es visi- ble, de forma evidente, en las monedas 4, 5 y 11, Los fragmen- tos, sin embargo, son los ejempla- res mas deformados, aunque por otras causas, ya que se deben al proceso de fraccionamiento in- tencionado al que fueron someti- dos. b) Concreciones de carbonato cdilcico, de aspecto blanco amari- lento. Estaban presentes en la totalidad de los ejemplares. El medio fisico de la regién, con sueloscalizos, ha posibilitado este precipitado que, si bien no perju- dica, en sentido estricto, al metal, si lo patina groseramente, dificul- tando su estudio visual. ©) Presencia de sales de cobre, deaspecto verdoso claro (cloruros de cobre), Su constatacién en distintos ejemplares (1, 3,4, 5,7, 8, 10, 13 y 19) nos demuestra la existencia de una aleacién de la plata, que ha visto rebajada su pureza con el afadido de una determinada cantidad de cobre. Esta alteracion es perjudicial para las monedas, al producir un de- bilitamiento en la estructura in- terna del metal aleado, a pesar de la proteccién catédica de la plata, ) Puntualmente, se ha detec- tado la presencia de malaquita (carbonato basico de cobre). El proceso de limpieza/restau- racién fue realizado en el labora: torio de restauracién del Museo Histérico Municipal de Priego en el mes de enero de 1992, como fase previa ineludible para proceder a la documentacién y el estudio. Como preliminar, se produjo un desengrasado previo de lasmone- das mediante cepillado con diso- lucién de detergente neutroyagua destilada, Posteriormente, se procedié a la aplicacién de un método de limpieza quimica-acida, como el mas conveniente a los productos de alteracién constata- dos. Se eligié el Acido formico, utilizado en multitud de ocasio- nes en casos similares, porque disuelve los compuestos de cobre sin atacar a la plata (PLENDER- LEITH, 1967: 250), La ficha de tratamiento fue aplicada en la va- riante usada por la Escuela de Artes Aplicadas a la Restauracién de Madrid, ‘Se sumergieron las monedas enuna disolucién de dcido férmico al 50% en aqua destilada, mante- niéndose la temperatura durante todo el tratamiento entre 85% y 95% C. A los pocos minutos se fueron extrayendo dela disolu y fueron sometidasa un cepillado con agua destilada. Se repitié la operacién en varias ocasiones, manteniendo el nivel delagua para evitar variar el tanto por ciento de la concentracién. El tratamiento fue éptimo, procediéndose, finalmente, a la neutralizacién con cepillado y se- cado. No se consideraron trata- mientos de inhibiciény proteccién, Dada Ia escasa entidad de las deformaciones mecanicas de al gunas monedas, que no impiden en absoluto su documentacién, nose actué en este sentido, maxi me cuando las alteraciones de las fracciones podemos considerarlas como auténticas evidencias de uso, El entorno arqueolégico: Madtnat Baguh El asentamiento urbano de madinat Baguh ' —pronunciado Biguh por efecto de la imala—, actual Priego, se encontraba a es- casa distancia de la finca de Los Lobicos y constituia el centro ad- ministrativo de la comarca en época arabe-islémica, Elhallazgo se produjo aun lado del conocido como Camino Alto 0 Camino Viejo a Rute, itinerario que tenemos constatado ya en época romana y que continué en uso durante toda la Edad Media. Este mismo camino es el que vi- gila la torre del Espartal, atalaya caracteristica de lossigios XII-XIV, que controlaba los accesos a la madina por un lugar de escasa visibilidad a causa de lo acciden- tado y encajonado del relieve. Alldrisi no menciona este recorri- do, que hemos de suponer secun- dario, aunque si hace pasar por Priego uno de los caminos de ‘Cérdoba hasta la costa, situando- lo comoestacién intermediaentre Luque (Lukka)¢ Izndjar (EHisn ASar) (ALADRISI, Uns: f, 150). Elmismo geégrafo ceuti, en su obra mas conocida (Nuzha: 204), la sittia entre Izndjar y Alcaudete (al- Qabdaq). En las fuentes arabes se prodi- gan las alusiones a Baguh, insi- nuandose en ellas diferentes as- pectos dest geografia, economia, administracién o politica (JIMENEZ MATA, 1990: 144-146). Los auto- Fes que refieren este toponimo son varios: al-Razi, Ibn Hayyan alUdri, alldrisi, Ibn Galib, Ibn LMagribI, Yaqiit, AbaL-Fida’, alfimyari, Ibn alvatib, alMaqqari, vw, aunque bien es cierto que la mayoria de las noticias son breves y, en muchos casos, reiterativas. ndonosal siglo X ycomien- zos del XI, marco cronoligico en el que se encuadran las monedas del tesorillo, poseemos diversos testimonios de los avatares politico-militares del momento y arqueologicos, que pueden ayudar a esbozar el ambiente hist6rico Inmediato al conjunto de las mo- nedas, dentro del cual se desen- volvié su circulacion. Fue precisamente con ‘Abd al-Rahman lil con quien la comarca de Priego se pacificé totalmente, tras lareduccion y destruccion, en el alo 509/92 1-922, de las forta- lezas que los rebeldes de laregion mantenian en su poder (CRONICA ANONIMA: 65/136; IBN HAYYAN, ‘Mugtabas V: 112; e IBN ‘IDART: Il, 181), Gracias a Ibn Hayyan, sabemos que en el aho 317/929 Priego y sus alfoces, junto a otros territo- rios vecinos, se separaron de la Cora de Elvira, siendo conferido el gobierno de la nueva circuns- cripcién politico-administrativa a Ahmad b, Qasim al-Kalbi (IBN HAYYAN, Mugtabas V: 112). Bl mismo historiador andalusi se hace eco de los sucesivos gober- nadores de la Cora de Priego y sus dependencias en los aios si- guientes, contabilizandose hasta un total de seis en los trece anos restantes que cubre el volumen V de su Mugtabas®, Con esos cont nuos cambios, que no sélo afecta- ban al gobierno de Priego, sino que estaban generalizados en la administracién omeya, el califa andalusi probablemente preten- dia que ningiin alto cargo echara raices en una determinada region. Priego nuevamente volvié a formar parte de la Cora de Elvira, pues Ibn Hayyan la incluyd entre sus dependencias al referirse a una de las recepciones ofrecidas porel alifaalifakam IlenCérdoba en el aio 364/974; la menciona ‘como uno de los territorios del ylind de Damasco (IBN HAYYAN, Mugtabas Vi 201/242). Mas tar- de, durante la época de los reinos de taifas, continué en la orbita de Granada, al estar ligada al reino ziri (ABD ALLAH: 115, 143, 146 y 154). ‘Como conclusién, podemos resefiar que la importancia politi- ca de Priego tuvo su punto algido en la €poca inmediatamente pos- terlor a que ‘Abd al-Rahman Il la reincorporara al estado omeya, importancia que se mantuvo a lo largo del siglo X, debido al caréc- ter militarizado de la zona, como sede de tropas que prestaban sus servicios al estado. La construc: cién del recinto amuraliado es una evidencia de esta posicién, que decaerd de forma paralela al ‘ocaso del califato, que la susten- t6, Los restos arqueolégicos re- frendan este .esplendor» con la existencia de numerosos restos materiales encuadrables dentro de los siglos X-XI, pertenecientes no s6lo a las excavaciones ar- queolégicas realizadas en la pro- pia madina 0 en sus arrabales (CARMONA, 1990), sino también en diferentes yacimientos de su entorno geografico, incluidas las cavidades subterraneas, con res- tos que podemos asociar a una economia ganadera que explota- ria adecuadamente la accidenta- da orografia de la comarca. En las partes bajas, en los valles, la agricultura de huerta, los vifiedos, el cultivo del azafran y la abun- dancla de agua y, por ende, de molinos, fueron caracteristicas econémicas peculiares que no escaparonalosautores arabes de la época, Dataci6n del tesorillo Bl desgaste, por un lado, y la fragmentacion de algunas piezas, por otro, dificultan —o impiden por completo— conocer el ano aula exacto en el que fueron acufiadas parte de las monedas. No obstan- te, através de otros datos, nos ha sido posible encuadrar todas las monedas en un espacio cro- nolégico mas 0 menos preciso, que, en el peor de los casos (n° 13, 16, 1720), hatenido que ser el relativo a los afos de gobierno de alguno de los cuatro califas omeyas a cuyo nombre se acuiiar ron los dirhames que constituyen nuestro tesorillo. A continuacién ofrecemos el nombre (ism), sobrenombre (lagab) y periodo de gobierno de cada uno de esos califas ‘AbdalRahman (iI) alYasir it-din Allah (316/929-350/961). Ante- riormente, emir, desde el 500/ 912 al 516/929. Hisam (I) abMu’ayyad bl-llah (366/976-399/1009 y 400/ 1010-403/1013). Muhammad (I) al-Mahdi bi-llah (899/1009-400/1009). Sulayman al-Musta‘n bé-llah {400/1009-1010y403/1013-407/ 1016). El cuadro 1 muestra el nimero de monedas que corresponde a cada uno de los califasy el porcen- taje que representa. La moneda en la que podemos leer la fecha mas antigua es la n® 5, que data del afio 336/947-9468. Sin embargo, el hecho de que en la moneda n? 15, en cuyo frag- mento conservado no aparece fecha y que pertenece a la época de ‘Abd alRamhan Ml, se lea al-Andalus como lugar de acu- acion hace que podamos deter- minar que, como méximo, fue acuiada en el 536, pues a partir de esemismoano, como veremos, fue préctica habitual consignar el nombre de Madinat alZahra’, al ser trasladada alli la ceca de Cér- doba. Pero podemos ser mas precisos, dado que se menciona en lamisma monedaa(Qa)sim (b. Jalid) como el encargado de la ceca y sabemos que este perso- naje desempené tal cargo entre los afios 330 y 352/941-944, Las monedas acufiadas en fe- cha mas tardia son las ntimeros 8 y 10, ambas del aio 402/1011- 1012. La ocultacién de las mo- nedas debié de producirse algu- nos aitos después de esta ittima fecha, los suficientes para que pudieran sufrir el desgaste mate- rial que se observa en ellas, pero Cuadro 1. ‘Abd alRahman al-Nasir 12 48% Hi8am al-Mu‘ayyad a 44 | Muhammad abMahdi 1 4% ‘Sulayman al-Musta‘in 1 4% Total 25 100 % 0 70 sin que, por otra parte, el tiempo transcurrido entre la acufacin de esas iltimas piezas ylaretirada definitiva de la circulacién de to- daslasmonedasdel tesorillo fuese excesivamente largo, pues resul- taria dificil explicar entonces el Por qué no ha aparecido alguna con fecha posterior, No obstante, hemos de tener presente que el periodo en cuestién se caracteri- 26 por revueltas continuas que provocaron una crisis general da del estado omeya hasta con- ducirlo a su desmembracién en numerosos reinos de taifas; en el aspecto particular del que nos ‘ocupamos, fue un periodo en el que escasearon las acunaciones de moneda, aunque nos consta por las conservadas que hasta el 406/1015-16 hubo acunaciones anuales, espaciandose en el tiem- po las emisiones de numerario durante unos aos. Llama poderosamente la aten- clon que no se encuentre en el tesorillo ninguna moneda de la época de allakam I (350/ 961-366/976), cuando se sabe que hubo acufaciones de mone- da durante todos los aiios de su gobierno, En realidad, si analiza mos las fechas de las monedas del tesorillo, observaremos que la inmensa mayoria de ellas se agrupa en dos periodos concretos: los anos comprendidos entre el 336/947 y el 547/959, por un lado, y ei 3593/1002 y el 402/ 1012, por otro, Tan s6io dos mo- nedas de entre aquellas cuya fecha de acunacién conocemos quedan fueran de esos afos. No se trata de periodos definibles por una serie de hechos que les confieran unaentidad histéricaauténoma». No obstante, en ambos casos son momentos de apogeo de al- Andalus frente a los estados ve- cinos, A mediados del siglo X, el poder andalusi se encontraba en pleno apogeo, tanto a nivel po- litico-militar como socio-eco- némico. Los reinos cristianos, in- cluido el Imperio bizantino, enviaban embajadas a Cérdoba con el deseo de establecer acuerdos con el califa omeya. La situactén en el Norte de Africa, donde desde hacia unos aiios in- tervenian directamente las tropas andalusies, también era favorable a los intereses omeyas durante esos afios, si bien se ibaa produ. 111A, 11a, cir un vuelco espectacular en los aiios 547-548/958-959, a conse- cuencia de la ofensiva del general fatimi Yawhar. A finales del siglo IV de la hégira/principios del XI cristiano, la supremacia militar andalusisobrelosreinos cristianos era también indiscutible, Las campafias de Almanzor casi se contaban por éxitos. Su muerte, acaecida en el afio 392/1002, no supuso una Inmediata alteracion de esa superioridad, pues su hijo ysucesor, ‘Abdal-MaliicalMuzaffar (392/1002-599/1008), se. pre- ‘ocupé de continuar las mismas directrices de la politica de su padre. Con el segundo de los hijos de Almanzor que gobern6, ‘Abd | Raman sSanchuelo», afloraron las tensiones y las luchas que pusieron fin, oficialmente, al califato omeya, Como curiosidad, tan s6lo es- tadistica, diremos finalmente que Poseemos un solo ejemplar por cada una de las fechas de fiacion de nuestro tesorillo, excepto en los afios 401/ 1010-1011 y 402/1011-1012, los més tardios, de los que conserva. Inscripciones En un principio, los arabes acu- fiaron sus monedas siguiendo los estilos locales bizantinos o sasanidas y haciendo algunas transformaciones iconograficas ¢ incluyendo el nombre del califa, la profesion de fe istamica y la fecha de acunacién, pero mante- niendo elementos figurativos precedentes, Sin embargo, el ca- lifa omeya de Damasco ‘Abd al-Malik emprendié una profunda reforma para establecer una iconografia imperial isiamica con simbolos visuales arabes ®, Este califa dejé de imitar las monedas bizantinas y sasdnidas y creé una tipologia puramenteanicénica que limitaba el espacio dela acuacion a inscripciones ciificas y que, con levesmodificaciones, continuaron los omeyas de al-Andalus, tal y como podemos observar en las monedas que aqui presentamos. Estas monedas contienen dos inscripciones por cada una de sus caras: una en el centro, dispuesta en lineas horizontales, y otra en el borde exterior, escrita formando una circunferencia, Las del anver- so’ recogen, respectivamente, solemnes proclamaciones delgran dogma islamico de la Unicidad divina (tawtitd)? y los datos relati- vos a la acufacién (lugar y afio). Coinciden estas inscripciones en todas las monedas, pudiendo va- riar tnicamente en cada una de ellas los datos relativos al lugar y alafio de acuiiacién, Estas son las leyendas que aparecen en el an- verso: Centro: wall sang ll Spot ‘Transcripelén: La ilaha ila /Allah wahda-hu, / La Sarika la-hu. ‘Traduccién: «No hay dios, sino / Allah, iinico El, / No tiene seme- Jantes, Periferia: Baa os op plyall 13h iy lh puny Transcripcié sismillah duriba hada dirham bi... sanata ... Traduccién: «En el nombre de Dios, este dirham ha sido acuita- do en .., (lugar) en el ato ...» En la mayoria de las monedas aparece unnombre propio (ism) en la parte inferior de 1a inscripcion central. Hace referencia, como veremos, al encargado de la ceca. Bndos casosmuy concretos (n™ 8 y 10), ese nombre aparece en la parte superior, mientras que en la Inferiorse completa con un nasab (parentesco por linea paterna). En ambas monedas, del mismo aio, elnombre en cuestion esSa'Tdy el nasab, Ibn Yasuf. Las inscripciones del reverso se refleren: una, la del centro, al califa, en la que aparece, junto a su nombre, el lagab que ha adoptado *; y la otra, la circular, a la misién profética, a través de una aleya coranica. Légicamente, la leyenda central es diferente, segiin el califa del que se trate. Veamos los modelos que encon- tramos: ‘Abd aL-Rahiman II (monedas n® 2,5, 11, 16, 19, 20, 21, 24y 25) abil pLal gaol age al geal ttogall acl Transcripci6n: al-mam al-Nasir /it-dmni liah ‘Abd al-Rahman /amir almu‘minin. ‘Traduccion: Bl imam al-tasir / lidini llah (el defensor de la reli- gion de Dios), ‘Abd alRahman, / emir de los creyentes (= califa) Las monedas n* 5, 15, 17 pre- sentan la misma leyenda, pero distribuida de modo diferente; en cuatro lineas en lugar de en tres, de la siguiente forma: lal gual yall yagll ase all cosiaell jul ‘Transcripcién: alimam /abNasir It-dinl /llah ‘Abd al-Rahman / amir almu‘mimn, En un principio pensamos que podia existir una relacién entre los afios de acuitacién y la dispo- otra forma, hecho que parecia confirmarse por los datos que ofrece nuestro tesorillo, puesto que las monedas que presentan cuatro lineas son las de fechamas antigua. Pero un andlisis de los modelos recogidos porG, C. Miles, muchisimo mas numerosos y completosen cuanto acronologia, hace que desistamos de tal hipé- tesis. Higam I!(monedas n? 1, 4, 6,7, 8, 9, 10, 12, 13, 14 y 18) plus pla usiagell pl lly asgoll Transcripcién: al-imam Higam / amir al-mu’mirin / alMu‘ayyad bitan, ‘Traduccién: -El imam Hisam, / ‘emir de los creyentes (= califa), / alMu’ayyad billah (el que esta apoyado en Dios). En las monedas n* 4, 6, 7, 12, 13, 14y 18, se afade el nombre del chambelan o primer ministro (hapib), que en los n 6, 13 y 18 es Abii ‘Amir Muhammad b, ‘Abd Allah b, AbT‘Amir, mas conocido en las crénicas histéricas por el sobrenombre de al-Manghr (Al- manzor), adoptado en el aio 371/ 981, Aparece mencionado en las monedas bajo elnombre de ‘Amir, que en realidad era parte de su kunyay de su nasab. En las cuatro restantes, en los que, a diferencia de los anteriores, aparece expre- samente el titulo de al-hapib en la parte superior, se trata de ‘Abd al-Malik, hijo y sucesor de Alman- zor, Muhammad Il (n® 23) send pla casiapoll jul ally gage Transcripcién: al-imam Muham- mad /amir al-mu’minin /al-Mahdt billah, ‘Traduccién: +E] imam Muham- mad, / emir de los creyentes (= califa), / alMahdT billah (el bien guiado por Dios)». Sulayman (n? 22) tala pled cegell sul Aly, ancl Transcripcién: almam Sulay- man / amir al-mu’minin / alMusta‘In bila, ‘Traduccién: -Elimam Sulayman, Jemir de los creyentes (= califa), / al-Musta’th billah (el que pide ayu- da a Dios)», Sera sélo tras la autopro- clamaclén como califa de ‘Abd abRahman Ill, en el 316/929, cuando aparezca mencionado el nombre de los gobernantes ‘omeyas en las monedas anda- lusies, en el lugar quesolian ocupar n nD las breves aleyas de la azora CXII del Coran. Asi pues, hasta enton- ces, los emires omeyas habian acuniado moneda anénima, si- guiendo el mismo modelo que habia establecido su antepasado oriental el califa ‘Abd al-Malik. En la periferia se encuentra la siguiente inscripcién: Gel giag gulls lust al dpa sone orbrtell 6 gly 6 guall gle ay Transcripelén: Muhammadrasiil Allah, Arsala-hu biLhuda wa-din al-hagg I-yuzhira-hu ‘ala din kulli-ht wa-law kariha LinuSriktin Traduccién: «Muhammad es el enviado de Dios. Lo envié con el buen camino y la religion verda- dera, para que prevalezca sobre todas las religiones, a despecho de los politeistas», Setrata de unaadaptaci6n dela aleya coranica 33 de la azora IX 0 dela aleya 9 de la azora LXI. Dada lalongitud del texto, s6lo en casos muy contados (monedas 3, 5 y 24) aparece completa. En las de- més, se corta por un punto que ifiere segiin las monedas, pero que, en ningtin caso, es anterior a It-yuzhira-hu, donde se interrum- pen las inscripciones de las n? 8, 9, 10 y 22, Resulta muy significativa, a nuestro entender, la distribucién que adoptan las diversas inscrip- clones. En una cara se inscriben proclamaciones de la Unicidad divina, cuya formula més repre- sentativa (La flaha illa Allah) forma parte de la Sahada, es decir el stestimonio de buena fe» musul- mana, y los datos relativos a la acuiacién, incluido, en muchos casos, el nombre del responsable delaceca, que habia de velar para que las monedas fuesen de buena ley y evitar asi los fraudes. En la otra cara, la misién profética de Mubammad ampara a leyenda en la que se menciona al califa, que no es sino su ssucesor» (tal es el sentido que tiene el término jalifa en arabe). Esta es también la cara en la que aparece el nombre del hafib, persona de la mas alta cate- goria dentro de la jerarquia del Estado, después del califa. 231A, Caracteristicas epigraficas En la sencillez del diseno de estas monedas califales, y desde la gran reforma iconografica del califaomeyaoriental ‘Abdal-Malik, €lpeso de larepresentacion de un poder eminentemente islmico lo asume la caligrafia, como signo visual de arabidad y como porta- dora de un contenido legible, el del poder islamico asumido por el califa, El espacio circular de las monedas se ocupa sin vacios dispontendo las inscripciones en una doble cartela a menudo mar- cada, como es habitual en la ca- ligrafia ornamental, por lineas sencillas, dobles o triples, tanto para la inscripcién central alinea- da horizontalmente como para la exterior que la rodea siguiendo periféricamente el borde de la moneda, La funcionalidad y limi- tacion de espacio, mas el fuerte contenido teoldgico y politico de las inscripciones, asi como los valores Visuales de la letra en si, en su doble movimiento vertical y horizontal, es suficiente para marcar con rigor, sencillez y ele- gancia la impronta del poder omeya, Encuanto a suaspecto formaly ortografico, hay que destacar que, como es bien sabido, la escritura clifica empleada en las inscripcio- nes de estas monedas, se caracte- riza, fundamentalmente, por la angulosidad de su trazo y por la supresién de los puntos diacri ticos. En lineas generales, resulta evidente la uniformidad en los trazos de un mismo signo en las diferentes monedas. Como sefia- 16 Manuel Ocafa, hasta la época de las taifas el ciifico no presenté una pluralidad sustancial en al-Andalus y hubo que esperara la €poca almohade para que este estilo fuese sustituido progresiva- mente por la escritura nagjfen la epigrafia andalusi. No nos deten- dremos en la forma particular de representar cada uno de los ca- racteres, sino que nos conten- taremos con destacar algunas ca- racteristicas ortogréficas genera- les: — Omisién sistematica de la letra alif de prolongacion en los numerales (alat (tres) y sus com- puestos, pero no en el caso de famani® (ocho); —ausencia del grafema hamza en alZahra’ y — supresién en ocasiones, por falta de espacio, del término mi’a (clen) ¢ incluso del numeral que lo acompafia. Cuando aparece, adopta la forma con alif, ‘Tampoco vamos a extendernos en Io que normalmente se consi- dera como simbolos y ormamen- tacién, de los que se ocupé G. C. Miles (1950: 106-110 y 574-589) Y que aparecen por encima o por debajo de la leyenda central de ambas caras. Todos los indicios apuntan a que estos signos son, enrealidad, marcas que individua- lzaban con mayor precision las diversas emisiones de moneda, Dado que algunas de las marcas que aparecen en las monedas de nuestro tesorillo difieren de las catalogadas por Miles, que se cuentan por centenares, hemos creido conveniente reproducirlas en el cuadro general que acom- paha a este trabajo. Respectoalaslineascirculares, ‘modo de anillos, que enmarcan las leyendas, destaquemos que, mientras los reversos de todas las monedas poseen uno de esos anillos separando la leyenda cen- tral de la periférica (salvo en el caso de la n® 3, en la que son dos las lineas), en los anversos no existe ningtin anillo en esa misma posicién, sino que sélo aparecen en el borde exterior. Ahora bien, en esta iiltima zona, en bastantes casos, se observa claramente la existencia de hasta tres lineas circulares sucesivas ¢ incluso de cuatro (n? 24), En los reversos encontramos menor nimero de anillos exterlores que en los an- versos. Cecas Hasta el aio 356/948 aparece en todas las monedas al-Andalus como el lugar de acunacion. A partir de entonces, a consecuen- Gia del trasiado de la casa de la moneda de alZahra’, muy raras son las mone- das en las que no figura el nombre de esta ciudad palatina construt daporiniciativade‘Abdal-Rahman IILy a la que fue trasladado tam- bién el resto de los servicios ad- ministrativos (IBN HAYYAN, Mug- tabas V, 160; eIBN“IDART, I, 215). En las monedas acuhadas mas tarde, durante el califato de Hisam 11(622-852), nuevamente volvid a ser habitual que apareciese al-Andalus en el lugar reservado a la ceca, quizds coincidiendo con un nuevo trastado de la casa de la moneda. Tal practica continué con Muhammad I y Sulayman al- Mustain, ‘Todos los dithames del tesorillo en los que aparece el lugar en el que fueron acunados, seajustan a lo dicho por lo que respecta a la ceca, excepto uno. El caso parti- cular lo constituye la moneda n® 6, en la que parece estar escrito Madinat Nakiir, De ser correcta la lectura, no debe resultar extraio, pues hay constancia de emisiones de moneda a nombre del tercer califa andalusi, Hi8am Il, en distin- tas localidades norteafricanas a finales del siglo IV de la hégira; en concreto en Fez, Sifilmasay Naktir (también escrito Nakiir). De esta iltima —capital de un pequefio estado costero mediterréneo ubi- cado en torno a la bahia de Alhucemas y que desde la época de‘Abdal-Rahman Il habiamante- ido excelentes relaciones politi casy econémicasconal-Andalus— se conocen acunaciones con el nombre de Hisam Il de los aios 372/982-985 (muy dudosa), 387/ 997, 596/1005-1006 y 397/ 1006-1007, en escaso nuimero y en mal estado de conservacion (SAENZDIEZ, 1984, 58-62), pero no habia aparecido ninguna, que sepamos, del aiio referido. Ello permite ampliar en uno mas los afios de los que consta la utiliza: clon de Naktr como ceca omeya en el Norte de Africa. Es bastante probable que en un futuro, prox mo o lejano, aparezcan nuevos ejemplares de monedas que per mitan completar el cuadro de las acufiacionesomeyasrealizadasen ako, que hasta el momento son las peor conocidas. Peso, médulo y grosor Resulta muy dificil valorar los datos proporcionados por las monedas estudiadas en relacion con su peso, grosor y diémetro (magnitudes estrechamente liga das entre si), pues en ello incide de forma determinante el estado de conservacién, en particular hasta qué punto se han visto afec- tados los bordes por los recortes yeldesgaste sufridos, alos que ya nos hemos referido, En lineas ge- nerales, se observa que el peso de las monedas correspondientes a ‘Abd al-Rabman lll es inferior al de las pertenecientes al periodo de Hisam Il, A este respecto, ya G. C. Miles indicd como peso medio para la época del primer califa omeyaandalusi2'88 grs., mientras que para la de su nicto, 3'11 grs. (MILES, 1950: 91), En consonanciacon estos datos se muestra el médulo de las mo- nedas, mayor, por término medio, en el caso de las monedas acu- fiadas a nombre de Hi8am Il. Las de mayor diémetro de la época de ‘Abd al-Ralimain II] son las n®%® 3 y 24, con 23'6 y 23°7 mms, res- pectivamente, mientras que la n® 1, de Higam Il, presenta un diame- tro maximo de 25 mms., ademas de darse la circunstancia de que el bordeexterior de éstase encuentra mis desgastado que el deaquellas, Difiere levemente, por tanto, nues- tra observacién de la realizada por Miles, al afirmar éste que los primeros dirhames de ‘Abd al-Rahman III tendrian un diame- tro aproximado de 26 mms, que se reduciria durante su califato a unos 24 mms., manteniéndose este tamano, salvo casos conta- dos, hasta la desaparicién de la dinastia omeya (MILES, 1950: 95). Respecto al grosor, ala vista de los datos que proporciona el tesorillo, las monedas de ‘Abd al-Rahmin Ill resultan, en conjun- to, ser menos gruesas que las de Hi8am TI. Cuno La variedad que presentan las monedas respecto a la posicin de los cufios, sinrelacién aparente con la época en la que fueron emitidas y la ceca consignada, no parece conducir a ninguna con- clusion de interés. Politica monetaria andalusi durante el califato omeya En el aho 316/928-929 ‘Abd al-Rahmaan III dio orden de que se acufara numerario en la ceca de Cérdoba (CRONICA ANONIMA: § 60;IBNHAYYAN, Mugtabas V: 160; e IBN ‘IDARE: Il, 198), tras uni pa- réntesis de un cuarto de siglo aproximadamente, en el caso de las monedas de plata (darahim, sing. dirham), y de poco menos de dos siglos, por lo que respecta a las de oro (dananir, sing. dinar) (BARCELO, 1975), Esta decision, que coincidié con su autoprocla- n como califa, supuso el inicio de un periodo de abundantes acufaciones, mayor que el que se habia producido también en al-Andalus en el siglo IX con ‘Abd al-Rahman IL ‘Cuando la ceca cordobesa re- anudé su actividad, el estado omeya andalusi estaba practica- mente reunificado y lagrave crisis politico-social que estuvo a punto de hacerlo desaparecer ya habia sido superada, La economia andalusi no dejaba de crecer, al amparo ahora de un Estado cada vez més fuerte y poderoso, que actuaba como regulador en la vida econémica. En sus manos estaba el monopolio de la acuntacion de moneda. Los particulares acudian | alaceca (daraldarb, dar absikka B w | alta ‘Ao Nombre det | Nombre det Marces ége/eristano averse irene reed [Rees 1 | rim (ty aoyioro-1011 | al-Andalus 000 al-Mu'ayyad ‘Aba Alan 00 2 | casdavrahman | 348956957 | Maaina (um aN avant 3. | ‘AbdatRanmin — | a36047-988 | atAndatus of tu a Nagi «| risa om eei002-1003 | al Andaus ab aLMivayad Aer aMa S| cavdarratmin — | aaa940.9s0 (iat Nise Natammnd 6 | vias my s099-1000 | Macinat : aLMiayad Naor “Tae 7 | kn sosnooei00s | abandaue atap 5 q a Mrajyad eave | ApoatNOTE ® 8 | Hii my aanori012 | atandans | sata abMitayad Ibn Yost lc Pon Ie & oJ at Matayed Raa —— Pre 10 | iim soanorii012 | avandaies | sata arMrayyed 1 | canoarranmin — | (ay9se9ss | Madina _F (it ab Nair Sianmd 12 ‘Higa [IT] 39[nyn1007" * . [al-halgib at aLMitajyad "Abd aM 5 13 ‘Higam [II] . . . . aLMinyad “4 ‘Higim [11] a2 * ‘Abd al-Malik ab Mayad a a 18 | ‘Abd al-Rahmin 8 al-{Andalus) . or ca aNagir iia - * 5 5 5 sr 7 | Abd ab Rahman : . . : : cyan 1s | sim [m ts7jinst-se2 | atAndatus : a1-Mtajyad Natal 19 | ‘Abd alRahman 1379958959 | (Madinat * . ooo tu ana avant) | Anfoadl : 20 | ‘Aa at Raman * * . — |. (at aN F at | ‘aba atayman | jaejansa9ss | (Madina) : : ci aN svzahea" | Matammad 22) sutayman 4oor009.1010 | atAndaus avian © ii Maat? 23 | Motammad iy | aoro08009 | atandas | al-Mahdi Yahwar 24 | ‘ataatranmin | a46n57-958 (ut) abner Salama 25 | ‘Andatratman | sossiss (ity anise avzanre_| Mufammad 4 Estado de conservaclon Méduto | Grosor | Peso | Cufio (ams) | (mms) | (9s) Muy gastada 25 os rem | 2 Bastante gastada 24 1 2430 | 2 Algo gastada 236 07 31so | s ‘Algo gastada 2B os 2m0 | 9 Algo gastada 25 09 290 | 8 Muy gastada 23% os 2n0 | 10 Bastante gastada 2 1 4040 | 10 Bastante gastada 236 07 220 | 12 Bastante gastada 24 08 2790 | 6 Muy gastada 2s 09 2860 | 4 Bastante gastada 22 os 2160 | 3 Bastante gastada 228 08 24m | 6 Frag, que no supera el 759% Bastante gastada, 186 06 vod | 11 Brag. aprox. 1/3 Bastante gastada, 2s o7 vo6o | 12 Frag, aprox. 1/3 Bastante gastada, 167 06 v200 | 2 Frag, que supera el 1/3. Bastante gastada 201 Vv vex | 8 Frag. muy préximo al 1/2 Bastante gastada, 7 07 oso | 14 Frag. que supera el 1/4. Algo gastada ars 07 090 | 3 Frag. préximo a 1/3, ‘Algo gastada, 173 08 oso | 10 Frag. préximo a 1/4 Bastante gastada, 148. 07 oso | 8 Frag. préximo a 1/4 Muy gastads, 4 07 os | 4 Frag. aprox. 1/3 ‘May gastada am 08 3so0 | 10 Bastante gastada 3, 07 2970 | 12 Bastante gastada 237 07 2m | 8 Bastante gastada 27 06 soso | 4 * Bl dato no aparece por no conservarse la moneda complet 1, Por aparecer ‘Abd al-Malik como hajib, puede ser fechado entre 392/1002 y 398/008, 2. Quizss se pueda fechar entre 392 /1002 y 398/008, al aparecer el nombre de ‘Abd ai- ‘Malik, uno de los hijos de Almanzor que ocupé durante esos afios_el cargo de isib Curiosamente, el nombre aparece en la parte superior del ‘anverso, justo encima de tres ‘pequefios cirulitos. Miles (n° 333 (c)) recoge un dirhem exactemente como éste. En este cas0 cesté acuiado en Fez en el 396/1005-1006. 3, Dado que aparece Qisim b. Jalid como el ‘encargado de la ceca, podemos precisar que este dlithem fue acufiado entre los afios 330/41 y 3370944. 4 Por ef fragmento de la leyenda central del reverso se puede determinar que es de al-Nair 16 © atsiitka simplemente) con una cantidad determinada de plata 0 de oro para que alli fuera transfor- mada en moneda, que le era de- vuelta previo pago de los dere- chos deacuriacion, De este modo, elEstado, quegarantizabala buena ley del metal utilizado, recaudaba directamente una nada despre- ciable cantidad de dinero, quelbn Hawgal cifra en 200.000 dinares anuales 0, 10 que es lo mismo, 5,400,000 dirhames, alestar jada laequivalenciaoficial entre el dinar yeldirham en 1a 17 (IBNHAWQAL: 108). Segiin calculos de E, LéviProvengal, esos 200.000 dinares correspondian a una emisién de 8.000.000 de dinares (LEVI-PROVENGAL, 1957: 25) * Pedro Chalmeta, por su parte, la eleva a 12.000.000 de dinares (CHALMETA, 1989: 110). La circulaclon de moneda be- neficiaba enormemente la vida ‘econémica, al favorecer las tran- sacciones mercantile, Al mismo tiempo, simplificaba la recauda- cidn de impuestos que el Estado realizaba, De ahi también el inte- rés evidente del gobierno en de- sarrollar una politica monetaria eficaz. El pago en moneda, frente al que se hacia en especie, pre- sentaba enormes ventajas, al ser la plata y el oro mucho mas faciles de manejar, almacenar y conser- var, maxime cuando los ingresos fiscales alcanzaban cifras astro- némicas para la época. Sabemos, por ejemplo, a través de los datos que nos ofrecen algunos autores arabes, que los tributos recauda- dos por el Estado alcanzaron, en la época de ‘Abd al-Rahman Ill, la suma de 5.480.000 dinares, sin contar las rentas personales del califaydeloszocos, queascendian a 765.000 dinares y la parte co- rrespondiente del botin de guerra (USE: 136; 1BN “IDARE: I, 231-252; AL-MAQQARI, Naffr: I, 211, 579, 524-525 y 569; y Azhar Il, 271)" BiEstado pudo asi acumular gran- des reservas de dinero en sus arcas, Segiin Ibn Hawqal, el teso- ro de ‘Abd al-Rahmaan Ill, hasta el ‘aio 340/95 1, era poco menos de 20 millones de dinares, sin contar las mercancias, joyas labradas, aparejos de navios y las piezas de orfebreria (IBN HAWQAL: 112). En tiempos de Hi8am Il, 4.000.000 de dinares era lo recaudado, apar- te los impuestos en especie (AL“UDRT: 121), ‘Aunque esas grandes sumas se ofrecen en dinares, por ser la moneda fiscal, la plata circulaba en proporcién mucho mayor, sin duda, que el oro, razén por la cual es mas usual encontrar tesorillos de dirhames que de dinares. El peso de las monedas consti- tuia uno de los elementos funda- mentales en el funcionamiento del sistema monetario, A este respecto, la oscilacién que pre- sentan las monedas conservadas, que estaban en circulacién enuna misma época, son de tal magnitud que explican el por qué se recurria a pesarlas cuando las circunstan- clas asi lo requerian. Con gran frecuencia se encuentran en las fuentes drabes, en particular en contextos en los que se hace re- ferencia a considerables sumas de dinero, la expresién bi--wazna (© wazina, es decir, val pesor 0 »pe- sadas-, Este hecho explica, por otra parte, los cortes que presen- tan buen numero de las monedas conservadas en este tesorillo (10 de 25; del n? 12 al 21). Para pesarlas, se utilizaba como unidad mas pequeha el grano (abba), Otro de los pilares basicos del sistema monetario era la pureza del metal utilizado en laacunacién, Elevitar que en ello se cometiera fraude era preocupacién principal del Estado y de ello era respon- sable el encargado de la ceca. La direccién de Ia ceca Este cargo correspondia a un funcionario de alto rango, al que os autores arabes se refleren con el titulo de gahib alsikka (Jefe de laCeca) 0, mas frecuentemente, a través de una perifrasis del tipo waliya Lsikska (asumié la adminis- tracion de laceca), ‘uzila ‘ant -sikka (fue cesado de su cargo en la ceca) 0 walla ‘ala Fsikika ((el califa) puso al frente de la cecaa). Estaba autorizado a grabar su nombre en las monedas, en la cara en la que aparecen referenciasa la Unicidad divina, pues los nombres de quie- nes ocuparon el puesto durante el califato omeya fueron inscritos en las monedas conservadas, pero s6lo aparece el ism y rara vez al- giin nasab. Por ello resulta extre- madamente dificil identificar a los personajes en cuestién, salvo cuando se encuentra en las fuen- tes hist6ricas mencién expresa de larelacion deaigin personaje con laceca, circunstancia que nosuele ser frecuente, A este respecto, son de gran valor las noticias re- cogidas por Ibn Hlayyan, entre las que se encuentra una lista de je- fes de la ceca cordobesa, que tomé de Ahmad al-Razi, Desgra- cladamente, s6lo cubre los aios comprendidos entre el 316/928 y el 536/948, es decir, desde el momento en que ‘Abd abRalman Ml puso en marcha la ceca de Cordoba hasta que fue trasladada a Madinat al-Zahra’ " Si hacemos un seguimiento de los cargos que habian ocupado aquellos que durante algunosafios dirigieron la ceca, observaremos que es frecuente encontrar entre ellos los de jefe de la Policia In- ferior, zalmedina y zabalzoque, ademas dele visir, que ocupaban en muchas ocasiones simulta- neamente, Todos ellos eran, sin duda, puestos de gran responsa- bilidad, para los que el califa buscaba hombres de confianza, Abundan, como era de esperar, miembros de las mas importantes cinfluyentes familias cordobesas, tales como las de los Bani [{udayr ylos Bani Futays, queacaparaban Jos mas importantes cargos con Jos gobernantes omeyas ", Una de las tareas de mayor importancia encomendada al jefe de la ceca, como ya hemos seria- lado, consistia en velar por la pu- rezadela plata del oro utilizados en el proceso de acuiiacién. Pero no faltaban quienes cometian es- tafa, al mezclar los metales pre- .S08 con otros de menor valor. Las fuentes arabes se hacen eco dealgunos de esos fraudes, como el cometido por Said b. fassas, quien desempené la direccion de la ceca entre los afios 522/934 y 530/941, con una breve inte- mupeién en el ano 327/940-941, en el que fue sustituido por su hermano ‘Abd Allah '. Segin en- contramos en el Mugtabas de Ibn Hayyan, Sa’id straicioné su obliga- cién y cometio fraude, que fue descubierto al investigar sus acufiaciones», probablemente en la inspeccién realizada por al-tiakam, hijoy heredero de ‘Abd al-Rahmaan Ill, pues éste le habia encargado en el 329/940-9041 supervisar los tributos, el tesoro y la ceca, con sus rentas, lo que hizo son manifiesta correccién, de modo que satisfizo al califa su competenciay. Sa’ld ocupaba isir desde primeros de Sawwal del 329 (29 junio 941), De unoydeotro puesto fue destituldo a finales de rabr’ I del 330 (23 diciembre 941) y en- carcelado, Bl escandalo también Ie costé el cargo al primer minis- {roo da Fwizaratayn Ahmad b. ‘Abd al-Malilsb. Suhayd ", considerado por al-Nasir megligente al ocultar- Ie laalteracién de moneda y dejar de reprender a Sad, puesto que era una de las competencias que le habia encomendador (IBN HAYYAN, Mugtabas V: 160, 318, 517 y 527). Las medidas tomadas por el califa ante engafios como éste eran, por tanto, duras y ejempla- res, pues perjudicaban grave- mente al Estado y a la vida eco- noémica en general, Sa’Td b, fassas permanecié encarcelado afio y medio, siendo puesto en libertad el 1 de Sawwal del 332 (19 junio 942), con motivo de la fiesta de la ruptura del ayuno (IBN HAYYAN, Mugtabas V: 328). _, Laestafa cometida por Sad b. Yassiis hizo que fuese «mafiesta la mala calidad de la moneda emit- da durante su mandato y su cam- bio» (IBN HAYYAN, Muqlabas V, 527). Bl hecho de que apareciese el nombre del jefe de la ceca, ademas del afio de acunacion y algunasmarcas individualizadoras en las diferentes emisiones, per- mitia controlar, hasta clerto pun- to, esos fraudes provocados por una mala gestion de la ceca, al poder ser reconocidas las mone- das y ser evitadas en las transac- ciones econémicaso ser valoradas de modo distinto a las demas. Otros encargados de la ceca, a diferencia de Sa'Td b. Yassas, fue- ron célebres por su buena ges- tidn. Asi, de excelente fue califica- da la actuacion de Ahmad b. Muhammad b. Misa b. Hudayr, el primero de los designados por ‘Abd al-Rahman Ill para ocupar el cargo, entre los aftos 516/928 y 520/952. Pero, sin duda, el caso conocido fue el de Qasim b. Jalid, Con él vamos a iniciar el recorrido cronolégico por los nombres que encontramos en el tesorillo objeto de este trabajo: (Qa jm (moneda n? 15; no se conserva la fecha). ‘Como acabamos de adelantar, se trata de Qasim b. Jalid, vautor de la excelente acuhacién que es hasta hoy proverbial, en palabras recogidas por Ibn Hayyan (Muq- tabas V; 160), Ocupé la jefatura dela ceca tras ser destituido Sa‘Td b. fassas, a finales de rabT'I del 530 (23 diciembre 941), y estuvo en el cargo hasta ser asesinado por sus esclavos, en el mes de dit Lga‘da del 352 (25 junio-24 julio 944) (IBN HAYYAN, Muqtabas V: 327 y 160). ‘A él hacen referencia los dirhames qasimies (darahim qasimiyya) que se mencionan en las fuentes arabes e incluso en las fuentes cristlanas de los siglos X y XI, como pone de relieve la ante- rior de cita de Ibn Hayyan, quien en otro pasaje se reflere val exce- lente patron que se le ha seguido atribuyendo a lo largo del tiempo, pues Qasim se atuvo estrictamen- te alas érdenes sobre la moneda, con excelente resultado, para sa- tisfaccién del sultan yalabanza de sus siibditos» (IBN HAYYAN, Mugtabas V: 528). Sin duda, en la calidad de la monedaacufiadabajo sudireccién influy6 el férreo control al que se vio sometido por parte del califa ‘Abd alRabman Il, quien encarg6 de [a tarea anteriormente en ma- nos del mencionado Ahmad b. Suhayd asu propio hijo al-takam, rque ayudd a Qasim en el minu- closo cuidado de la moneda que se le habia ordenado con gran utilidad, hallando en él su sultan un hombre probo y enérgico» (IBN HAYYAN, Mugtabas V: 528). ‘Abd Allah (moneda n* 3; aio 356). Graciasalbn Hayyan e Ibn‘ sabemos que se trata de ‘Abd Allah b. Muhammad abJarrabT, que fue destituido como Jefe de la Ceca y encarcelado por negligen- cia en el 356/947-948, el aio del trastado de la ceca de Cérdoba a Madinat Zahra’ (IBN HAYYAN, Mugtabas V: 160; ¢ IBN “IDART: I, 2.15), Asi pues, otro caso mas de fraude cometido. Esta circunstan- cla quizas pueda explicar el hecho de que esta moneda, pese a su antigtledad, sea la mejor conser- vada de todo el tesorillo. Apenas circularia por la mala calidad de su plata, una vez que fue descu- bierto el engatio cometide, ‘Sabemos que se hizo cargo del depésito de armas (jizdnatal-siléh) en el 313/925-926 y dos ahos mas tarde era encargado del alar- de (IBN ‘IDART: Il, 191 y 195), La direccion de la ceca la habia asu- mido en el335/946-947. Procedia de una familia beréber (LEVI- PROVENGAL, 1957: 109, nota 47). Muhammad (monedasn™5, 25, 21, 2 y 24; aftos 338, 340, 541, 542, 345 y 346, respectiva- mente), Hasta ahora no ha sido posible identificario. Slo podemos decir de él que desempené el cargo durante diez anos: desde el 336/ 947-948 hasta el 346/957-958, dado que su nombre aparece en las monedas de todos esos aos. Sustituyd a ‘Abd alRahman b, Yahya vel sordor, el primer encar- gado de lacecade Medina Azahara y que también habia estado al frente de lade Cérdoba en el 352/ 944, aunque en ambos casos tan poco tiempo que de él no se ha conservado moneda con su nom- bre (IBN HAYYAN, Mugtabas 160; ¢ IBN “IDART: Il, 215). Ahmad (moneda n® 19; aio 347), No sabemos a ciencia clerta de quién se trata, Miles (1950, 56), entre seis posibles candidatos que encontré, se inclind por identifi- carlo con Ahmad b, Nasr b. Jalid, uno de los Jefes de Policia de ‘Abd al-Rahman Ill, Nacido en el 288/ 901, ocupé numerosos cargos pti- blicos. Su nombre aparece en varias inscripcionesde la Mezquita de Cérdoba, datadas en el 354/ 965, Murié en el 370/980-981. El otro de los nombres que apuntd como probable, Ahmad b. ‘Abd al-Maliitb. Suhayd, fue, comotuvi- mos oportunidad de ver, el Di Iwizaratayn destituido a conse- cuencia del fraude cometido en la ceca por Sa’id b. Yassas en el aio 350/941, razén por la que parece improbable que puedatratarse de él Lo que si podemos decir con seguridad es que, sea cual sea, fue Jefe de la Ceca entre los afios 346/957-958 y 350/961-962, a tenor de los datos que aparecen en las monedas. Muhammad (monedan? 18:ai0 ci

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