You are on page 1of 42
—CDI— Cc VE| ITARIO ch Dy =leye SION (Ne ~Maria\Kovacs CDI INVENTARIO DE DEPRESION INFANTIL \ MANUAL MARIA KOVACS Titulo original: Children’s Depression Inventory, Maria Kovacs, 1992. MultiHealth Systems, Toronto Adaptacién espariola: Victoria del Barrlo Gandara y Miguel Angel Carrasco Ortiz Departamento de Personalidad, Evaluacién y Tratamientos Psicolégicos Facultad de Psicologia UNED Adaptation Norms Copyright © (year of translation) TEA Ediciones. Test items Copyright © 1982, Marla Kovaes, Ph. D., © 1991, 1992 Mult-Health Systems inc. (MHS) Intemational copyright in al countries under the Berne Convention, Bilateral and Universal Copyright Conventions. All rights reserved. Not to be translated or reproduced in whole or in part, stored in a retrieval system, or transmitted in any form or by any means, photocopying, mechanical, electronic, recording or otherwise, without prior permission in writing from MHS. Applications for written permission should be directed in writing to MHS at 3770 Victoria Park Avenue, Toronto, Ontario M2H 3Mé. Spanish edition adapted and published by TEA Ediciones, 8.A. under license from MHS. Compt 2204 ig TEA Ediciones, S.A. Madrid, Es Ecita: TEA Ediciones, $.A. ISBN: 64-7174-789-8 Depésito Legal: M-35.455 - 2004 ER Quecian rigurosamente prohibidas, sin ia autorizacion escrita de los titulares de «Copyrights, bojo las sanciones establecidas en las layes, a reproduccién total o parcial de esta obra por cudiquier medio © procedimiento, comprendidos la reprografia y el frataiento informético, asi come la distibucién de [TEA] ctmicros co otc moctonte ciquoroprestameospubicos Indice CAPITULO I: INTRODUCCION . 1.1. Ficha técnica .. 1.2, Datos histéricos 1.3. Contenido, presentacién y descripcin CAPITULO II: NORMAS DE APLICACION Y CORRECCION. 2.1, Aplicacién ... 2.1.1. Instrucciones fi 2.2. Coreccién e interpretacién 2.3, Perfiles de las escalas y de los ttems CAPITULO Ill: CARACTERISTICAS PSICOMETRICAS.. 3.1. Estudios sobre fiabilidad: consistencia interna y estabilidad temporal 3.2, Estudios de validez en otras Investigaciones .. 3.3. Puntuaciones medias en otros estudios .. 3.4, Punto de corte CAPITULO IV: ADAPTACION ESPANOLA. 4,1, Descripcién de la muestra . 4.2, Desctiptivos por sexo y edad: comparacién de medias entre grupos 4.3, Andlisis factorial exploratorio .. 4.4, Andlisis de items ....... 4.5, Fiablidad de la prueba y descriptivos de las escalas 46. Evidencias de vaiidez .. 4.6.1. Validez de constructo. 4,7, Ejemplo comentado de un caso .. 4.8. Tablas de barem6s .... BIBLIOGRAFIA PROLOGO A LA ADAPTACION ESPANOLA Después de 30 afios de utlizacién del Inventarlo de Depresion Infantil (CD) en el campo de la investigacisn en poblacién espanola, ya era hora de que apareciese una forma adaptada y asequible para los ciinicos que se ocupan de los problemas emocionaies infantile. Es verdad que esta demora ha permitide, recoger una multitud de datos y una copiosa muestra que inc de en que su adaptacién y baremacién se apoye en unas bases sélidas. Alo largo de este manual se proporciona un sucinto repaso de la depresion infantil, su eva- uacién y la evolucién del CD! desde su aparicién en 1977 hasta hoy. Se recoge también la des- * ctipcién de fa prueba, la muestra sobre la que se ha hecho la adaptacién a la poblacién espariola, sus caracteristicas psicométricas y las normas de uso. E1CDI puede aplicarse tanto a poblacién general come clinica, En el primer caso sirve para hacer un tastreo o screening de nifios con depresién y en el segundo como elemento iniciol de diagnéstico. ‘Agradezco especialmente a las personas que han realizado conmigo su tesis doctoral y que han aportado sus datos a ia muestra inicial de este trabajo. Sus nombres son Miguel Angel Carrasco, Maria Dolores Frias, MP José Gonzélez y Rosa Lopez. Victoria del Barrio Gandara CAPITULO | INTRODUCCION 1.1, Ficha técnica 1.2. Datos histdricos La depresion infantil (DD ha existido siempre. sin embargo Ia falta de estudio e investigacion ha demorado su consideracién hasta la década de los setenta del siglo XX. momento en el que a comunidad cientifica acepts la posibilidad de su existencia. EI psicoaniili's, que ocupé en el comnienzo de Ia aparicién de 1a Psicologia un lugar preemi- nente en el estudio del nio, no adimitia la posiblidad de la depresién infant porque la depre- si6n consstia en la pérdida de la estima del yo y el yo se constituye Gnicamente en la etapa ‘adolescent, Esto, unido al desinterés del conductismo por las conductas interiorzadas, conclu- y6 en un abandono del estudio de Ia DI que sdlo se perfils como una posibilidad de investiga- cién con el advenimiento del cognitivismo. Nombres como Spitz, Bowlby, Harlow y Seligman jalonan una serie de estudios pioneros que han culminado en convertir ia depresién infantil en ia emocién patolégica infantil més estudia- a, incluso por encima de la ansiedad (Del Barrio, 1997). Un aspecto fundamental en el estudio de a DI ha sido su evaluaci6n. En 1977 no existia nin- gin instrumento especifico para su evaluacién y en el momento actual son més de 25 los que gs GDL Mana Kowcs s¢ ofrecen al investigador que desee abordar esta tarea. Entre todos ellos destaca el CDI por su uso masivo en una pluralidad de paises. EI Children's Depression Inventory (CD) aparecié por primera vez en 1977 bajo la autoria de Kovacs y Beck. Se trataba de confeccionar un cuestionarlo para nifios desde el punto de vista de la teoria de la depresién de Beck y basado en el Beck Depression Inventory (BDI. Beck, 1967). Este cuestionario contenia 21 elementos enunciados de forma gradual y se convirtié en el pri mer instrumento de depresi6n basado en un marco teérico cognitivo esttictamente psicol6gico, Tanto el BDI como el CDI, por Ia 6poca en la que fueron construidos, se adaptan formalmente @ Ios estandares técnicos de la confeccién de pruebas psicoldgicas dictados por la APA (American Psychological Association). La primera forma experimental del CDI apareci6 en 1975 con s6lo 20 items extraidos de la escala aduita, puesto que se suprimid el de contenido sexual. La siguiente version incluye cinco nuevos items referidos al entomo escolar, a la relacién con los comparieros y al rendimiento y se aplica a poblacién general en lugar de clinica, La adaptacién de los ftems de Ia forma adulta {ila infantil se realiz6 con ayuda de nifios que estaban recibiendo aigtin tipo de tratamiento ps uidtrico y también de nifios normales (Kovacs, 1980/81). Otra version posterior de 1976 aparece con un item més sobre culpabilidad y se aplica a poblacién clinica. La estructura actual del CDI mantiene un formato muy semejante al del BDI, pero con 27 items enunciados también de forma gradual. La mayor parte de los items afadidos tiene que ver con el trabajo escolar y los problemas de conducta. Bl desarrollo del CDI ha estado probablemente ligado a las dificultades de aplicacién det 8D! la poblacién adolescente. El trabajo de Albert y Beck (1975), que revel6 una alsima e insos- tenible incidencia (60%) de depresién en poblacién adolescente, fue uno de los desencade- nantes de Ia construccién de un instrumento especialmente pensado para nifios. También contribuyé el reto que Malmaquist (1977) lanz6 a los especialistas en psicopatologia infantil acerca de la necesidad de construir instrumentos para la evaluacién de Ia DI. ‘A partir de este momento, M. Kovacs comienza una intensa investigacién sobre la depresin yenlos afios 1978 y 1981 aparecen diversos articulos acerca del instrumiento firmado ya s6lo con su nombre. EI CDI se mantuvo sin publicar durante casi dos décadas, ya que su primera edicién comer- cial es de 1992 y durante todo ese tiempo se han utlizado versiones experimentales en la mayor Parte de las investigaciones sobre depresion infantil. El hecho de haber sido el primer instrumen- to publicade ha primado su uso y actuaimente se ha convertido en un instrumento basico, pues- to que permite a comparacién de datos entre distintos paises y continentes. En esta ultima versi6n del CDI (Kovacs, 1992) se han introducido dos novedades: la forma ‘breviada de la prueba (CDIS) y la aparicién de factores que permiten un andlisis mas porme- norizado de la sintomatologia depresiva de los sujetos evaluados. La historia del CDI confirma que se trata de uno de los instrumentos més utilzados y mejor ‘aceptados por todos los expertos en DI. Sin embargo, se le han hecho también algunos crticas, Una de ellas se refiere a la presentacién de cada item en tres frases que expresan distinta gra- dacién del sintoma, puesto que se considera que puede dificultar la comprensién en edades inferiotes a 7 afios. También se ha criticado la baja especificidad del instrumento, que se acha- ca.a su precoz aparicién cuando atin no estaba bien determinado el concepto de depresion infantil lo que hizo que no se incluyeran items que reflejaran conducts externalizadas (Hodges y Craighead, 1990). A pesar de todo ello, su uso ha mostrado un comportamiento muy s6lido desde el punto de vista psicométrico y util desde el punto de vista clinico, 6 a a INVENTARIO DE DEPRESION INaNTL CDE 1.3. Contenido, presentaciédn y descripcién La titima y presente version del CDI contiene 27 items, cada uno de ellos enunciados en tres frases que recogen Ia distinta intensidad o frecuencia de su presencia en el nifio o adoles- cente: Estoy triste de vez en cuando Estoy triste muchas veces Estoy triste siempre Este formato alarga fa aplicacién ya que cada item necesita la lectura de tres frases y su comparacién con lo que, a efectos de duracién, es como sila prueba tuviese 81 elementos. EI contenido de fos items del CDI cubre la mayor parte de os criterios para el diagnéstico de la depresién infantil, Los datos que se obtienen de las contestaciones al cuestionario aportan conocimiento sobre el nivel de depresién total del nifio y sobre las escalas que la constituyen: Disforia (humor depresivo, tristeza, preocupacién, etc.) y Autoestima negativa Guicios de ineft- cacia, fealdad, maidad, etc.). £L.CDI evaltia dos escalas: Disforia y Autoestima negativa. Con el fin de facilitar Ia lectura de este manual usaremos normaimente el término Autoestima para referimos a la segunda escala, pero hay que tener siempre presente que el sentido de la escal es inverso, es decir, una pun- tuacién alta denota una aufoestima débil y una puntuacién baja, por el contrario, refieja un nivel elevado de autoestima. El cuestionario puede ser contestado directamente por los niflos evaluados, como autointor- me, 0 pueden contestarlo adultos de referencia como el padre, la madre, profesores, enferme- ras 0 culdadores. Cuando se aplica por este tlfimo procedimiento los items deben leerse en tercera persona. Por ejemplo, el elemento 18 deberia leerse como sigue: La mayorta de los dias no tiene ganas de comer Muchos dias no tiene ganas de comer Come muy bien Normaimente, la concordancia entre las distintas fuentes es muy baja, sobre todo entre adul- tos y nifios, En general ia investigacién ha mostrado que la informacién aportada por los nifios y los adolescentes correlaciona més potentemente con el diagnéstico de ottos tipos de evalua- cién clinica, por lo que se les considera los mejores informantes (Del Barrio, 1997). Este fenome- no se tepite siempre que se trate de una conducta interiorzada, como es’el caso de la depresion. Las corelaciones entre fuentes adultas entre sison mejores que entre adultos y nifios. su vez, las correlaciones han sido mejores entre nifio y madre que entte nifio, padre y profe- sor, cunque titimamente esta tendencia se esté invirtiendo de modo que es cada vez més fre- cuente encontrar mejores corelaciones entre profesor y alumno que entre hijo y madre. Esto puede explicarse por dos hipétesis, la primera es que cada vez el profesor estd mejor informado que los padres y Ia segunda, que a medida que pasa el tiempo los padres conocen menos a sus hijos. El material necesario para la aplicacién consta de un ejemplar autocorregible de dos pagl- has que se entrega a cada nifo. Los nifios deben disponer de un lépiz y una goma para poder cumplimentar el cuestionario. No se precisa ningun otro material complementario. a aQq7 a -, niioghorsb ¥ noiopinessig odinginoD 1 idones tune mine as one has ead sretrio iG Joti Dole GIB Y carenS.c * ‘valet i Se Fe Arete eee Se OTE ei thtiaiak tl S _ tee: anasrnate sap tlh ater eonet anooupailaum steis qote a O# AiO alo up Atioale. SET oMmGS ea rie sotapie Ds Feb eb s sam ss ems Sear CAPITULO II NORMAS DE APLICACION Y CORRECCION n 2.1. Aplicaci La prueba puede ser oplicada individual o colectivamente. Normalmente con poblacién cf- nica y con nifios més pequefios (7 y 8 afios) se aplica de forma individual y, cuando el objetivo @8 el rastreo de casos (screening) o [a investigacién, es més eficaz la apicacién colectiva, En el ‘6050 de la aplicacién individual deben tenerse en cuenta todas las normas referentes a la eva- luacién clinica de una persona joven. principalmente acerca de Ia creacién del entorno, la ‘empatia y la confidencialidad. Cuando la aplicacién es colectiva, el evaluador debe tener presente que se trata de una poblacién no clinica y que, por lo general, ia aplicacién se lleva a cabo en el aula. En esta stuaci6n es especialmente relevante expiicar a los niios los motives y Ia finalicad de Ia evalu- cién, Cuando se presente a ios sujetos la prueba para su cumpiimentacién, en ningtin caso se debe usar la palabra DEPRESION, 2.1.1, Instrucciones Los datos de identificacién deben cumplimentarse antes de proceder a la explicacién de la prueba. La portada del ejemplar contiene as instrucciones que el evaluador debe leer en voz atta junto con un ejemplo del tipo de items que contiene el cuestionario. En el caso de los nifios pequefios es necesario poner especial cuidado durante las explica- cones, tratando de atraer su atencién y cercioréndose de que todos han entendido lo que tie- nen que hacer. Se repetiran los instrucciones las veces que sea necesario. Una vez repartidos los ejemplares se procede a la lectura en voz alta de las instrucciones que ‘aparecen en ia portada: Los chicos y las chicas como ti tienen diferentes sentimientos @ ideas. En este cuestionario se recogen esos sentimientos © ideas agrupados. De cada grupo, tie- nes que sefialar una frase que sea la que mejor describa cdmo te has sentido duran- te las dos titimas semanas. Una vez que hayas terminado con un grupo de frases, pasa al siguiente. No hay contestaciones correctas 0 incorrectas. Unicamente tienes que sefialar ia {fase que describa mejor émo te has encontrado citmamente. Pon un aspa (0) en @! clrculo que hay junto a tu respuesta, Hagames un ejemplo. Pon una aspa junto a la frase que MEJOR te describa. EJEMPLO: CDI Maan Kowcs Supongamos que has escogido la frase del medio: "Leo libros de vez en cuando". Esto quiere decir que ni todos los dias ni todas as semanas lees un libro sino s6lo de vez en cuando. Vamos a empezar la prueba. RECUERDA QUE DEBES SENALAR LAS FRASES QUE MEJOR DESCRIBAN TUS SENTI- ‘MIENTOS O TUS IDEAS EN LAS DOS ULTIMAS SEMANAS, DE LAS TRES FRASES QUE COMPONEN CADA PREGUNTA ESCOGE SOLO UNA, LA QUE MAS SE ACERQUE A COMO ERES TU. Se deben contestar todas aquellas preguntos que os nifios formulen durante la aplicacién de Ia prueba y evitar asi cualquier mala interpretacién de los enunclados que conlleve un sesgo en las respuestas. En el caso de los nifios mas peque/ios, Ia lectura del item con voz pau- sada y clara normaimente es suficiente para su comprensién. En ningn caso se debe orientar la respuesta, Teniendo en cuenta que actuaimente existen en las aulas nifios de integracion (que estén por debojo del rendimiento medio de su nivel de edad), hay que cuidar, sobre todo en las eda- des més bajas, que es0s nifios posean la suficiente capacidad de comprension lectora para poder realizar la prueba, ‘Sion aigin caso no fuera asi, se le aplicaria iguaimente el cuestionario junto con sus com- Parieros pero su protocolo no se corregirG, puesto que es muy probable que las respuestas sean inadecuadas debido a la fatta de comprensién. Cuando se recoja el cuestionario se debe revisar que el sujeto ha cumplimentado los datos de icentificacién y que ha contestado todas las preguntas. En el caso de que aiguna de ellas esté en blanco debe animarsele a contestaria. La mayor parte de los nifios de 7 a 11 afios consumen en la aplicacién de Ia prueba entre 15 20 minutos; a partir de los 12 afios la media se acorta y el tiempo de aplicacién so suele redu- Cita 10.6 15 minutos. Se ha comprobado que los sujetos deprimidos suelen consumir en Ia tarea un tiempo mayor que los de su grupo de edad. 2.2. Correccidn e interpretaci6én Lo valoracién de cada item se hace con una escala de 0 a 2 puntos. El cero corresponde a quella opcién que representa la intensidad o frecuencia de aparicién del item mds baja, el 1 corresponde a una intensidad o frecuencia media y el 2 a la mayor frecuencia e intensidad (véase el ejemplo). ‘Soy malo siempre 2 Soy malo muchas veces ‘Soy malo algunas veces o La correccién es muy sencilla, puesto que consiste en sumar las puntuaciones de los items ‘que componen cada una de las escalas. El formato autocorregible permite realizar estos cal- culos de manera répida y sencilla, Basta con desprender el original de la copia del ejemplar 10 @ INVENTARIO DE DEPRESION INFANTL ED. para tener a Ia vista tanto las respuestas del sujeto como la escala en la que punttia cada item. Se suman las puntuaciones de los items de la escala D y se traslada el resultado a la casi- lla correspondiente. Se sigue el mismo procedimiento con Ia escala A. Asu vez la suma de las puntuaciones en ambas escalas da lugar a una puntuacién total de depresién. Finalmente, las tres puntuaciones directas pueden transformarse en sus correspondientes percentiles y puntuaciones fipicas meciante la consulta de las tablas de baremos diferenciadas por edad y sexo. La determinacién de cudndo una puntuacién ha de considerarse patolégica se decide en funcién del punto de corte que determina Ia espectiicidad y Ia sensibilidad de la prueba (ver tabla 8). El punto de corte se puede utliizar tanto con poblacién general como con clinica y se ‘plica a la puntuacién global de depresion. El valor de corte més utiizado, tanto en poblacion espafiola como extranjera, es 19 (Del Barrio, 1997). En general, la puntuacién percentil 90 es incicativa de la existencia de la sintomatologia depresiva en el sujeto que Ia alcanza. A partir del percent 9 el grado de esta existencia se con- sidera severo. En las tablas de baremos se han diferenciado con distintos tonos de gtis las tres posibles cla- sificaciones que pueden establecerse: Sin sintomas de depresion. sintomatologia leve y sinto- matologia severa. Recordamos que Ia escala Autoestima evaltia en realiciad la Autoestima negativa 0 Ia falta de autoestima, por lo que son los valores elevados los preocupantes o relevantes a efectos clinicos. No obstante, la interpretacién de las puntuaciones obtenidas por cada sujeto cobran senti- do en un determinado contexto social y en una poblacién concreta. Es frecuente que las pun- tuaciones medias varien en distintos Gmbitos sociales y cutturales (ver tabla 7). Esta variacién se ha constatado en numerosas ocasiones y en distintos tipos de perturbaciones, sobre todo en lo que $2 refiere a problemas de conducta (Del Barrio et al, 2001), pero también en problemas de tipo interiorizado, como es el caso de la depresién (Del Barrio, 2001). £1. CDI puede utilzarse como instrumento de rastreo 0 screening para localizar a nifios que presentan aita sintomatologia depresiva. Si un nifio obtiene una puntuacién alta debe repetirse la aplicacion de Ia prueba. Dado que los estados emocionales de os nifios son la mayor parte de las veces transitorios, no se debe hacer un diagnéstico de depresién a partir de una Unica aplicacién de Ia prueba, sino que sera necesario repetiria en el plazo de una semana a quince lias, Si los sintomas persiston, so contrastarn estos resultados con otras fuentes 0 con la com- probacién mediante presencia de os criterios diagnésticos de depresion. Es decir, debe proce- derse a una evaluacién multimodal. Se puede utllizar también el CD! pora evaluar la eficacia de un tratamiento y Ia evoluci6n de los sujetos sometidos a una intervencién terapéutica. En este sentido analizar el conten do de los items que han obtenido la maxima puntuacién puede ayudar a planificar la inter vencion. Cuando se aplica en el entorno escolar, a menudo los responsables de los centros docentes solicitan que se suprima el item sobre suicidio. A pesar de que algunos profesionales acceden a ello no debe hacerse en ningtin caso. En primer lugar porque, si el nifio no est deprimido, pres- ta muy poca atencién a la pregunta y la contesta negativamente sin dudatlo y sin escandali- zarse. En segundo lugar, si por el contrario el nifio tiene esa idea © proyecto es imprescindible tener conocimiento de ello. Los nifios con ideas o planes de suicidio se senten aliviades cuan- do comprueban que pueden decitselo a aiguien que sabe que eso le ocurre a los nifios y que No €s algo terrible que sélo se le pasa a ellos por la cabezc. CDE Mara Kowcs 2.3. Perfiles de las escalas y de los items Las puntuaciones percentil correspondientes a cada escala (Disforia y Autoestima) y a la untuacién total de depresion pueden representarse en un griifico que proporciona el perfil de cada sujeto. También las respuestas dadas por el sujeto a cada item pueden representarse para ofrecer informacién sobre qué aspectos se dan con una intensidad de frecuencia elevada, media o baja. 122.0 CAPITULO III CARACTERISTICAS PSICOMETRICAS El presente capitulo recoge diversos estudios y andlisis levodos a cabo con poblacién no espaiiola y que dan cuenta de la calidad psicométrica del CDI. 3.1. Estudios sobre fiabilidad: consistencia interna y estabilidad temporal Consistencia interna Las caracteristicas psicométricas del CD! han sido investigadas desde el comienzo de su uso por numerosos investigadores en distintos paises y poblaciones, La mayor parte de estos traba- Jos demuestran que el instrumento es fiable. La tabla 1 contiene un resumen de estos resultados, ‘Tabla 1. RelaciGn de estudios sobre la consistencia interna del CDI Mezis 1978 Oar 0.4 084 (n) Saylor 1984 bts 073 Halsely Matson | 1964 O85 oa 1980 06, 087 (eh, O86 070 1981 0,72 (n), 088 (0) = Kovacs 1983 0,74), 087 (@) z 1986 0188 6), 0,70(6) s 1962 0.86 (n) s Tetkowitzy Tesing_| 1985 O73 = Smuckeretal._| 1986 0.89) = 0% nos = lea} Seer oe | A ee, 0.89 adolesc. _ Wierbick 1987 O67 O88V = Gharecb y Beshal | 1980 o79M e og E appari etal | ~ 1990, 087 oe O85 zs COtlendicky Yule | 1990 i = : 786 nits = Weisseta. | 1991 eee: iS Files al 701 079 = Dal Barro etal | 1999 Oat a Frigro etl. | 2001 0.20 = Figueras-Masip ota | 2001 O82 3 Del Barro etal__| 2001 082 E McGrath etl | 2002 0.85 = ‘Cassyay etal. | 2008 085 Es ‘ALBalham 2008; 085; oo ‘A= Americana: B = Biténica: ¢ = muestra clinica: n = muestra normal; @ = muestra con enfermedad fisica: V = varon: M = mujor a Q 13 CDE Mana Kovacs Estabilidad temporal EI CDI ha tenido un comportamiento muy aceptable en su estabilidad temporal, ya que dada Ia labilidad emocional intantil se hace dificil encontrar cifras altas en este campo. A con- tinuaci6n se muestra una tabla resumen (tabla 2 ) donde se recogen distintos trabajos que han dado cuenta de ello. Tabla 2. Relacién de estudios sobre la estabilidad temporal del CDI Friedman y Butler (1979) Nifios (c) ‘9-13 semanas Kazdin et al. (1983) Adolescentes (c) 6 semanas Kaslow et al. (1984) | Adolescentes (n) | 3 semanas ‘Adolescentes (n) | 1 semana Taylor (1984) ‘Adolescentes (c) | 1 semana 0.87 Adolescentes (c) | _6 semanas 0,59 0,74 3 semanas on ‘Smucker et al. (1986) 9-15 afios (n) Ot ‘A afio 0.69 2semanas 0,82 Finch et al. (1987) Adolescentes (n) 4 semanas 0,66 6 semanas 0.67 0.77 nifios™ Wierzbicki (1987) 8-14 afios (n) 1mes 0,75 madres Weiss y Weisz (1988) 8-16 afios (6) meses OBA Meyer et al. (1989) 9-13 afios: 3 semanas 0,76 tafo 0,52°** Mattison et al. (1990) 8-16 afios (s) 2afios 0,57*** 4afios 0,27* Nifios (@) 70 dias 0.62 Nelson y Poltano (1990) | “dolescentes (c) | __1 mes ose" 2 Nifios (n) 4 meses 0,54 eee en Adolescentes 4 meses 0,56 Del Barrio et al. (1999) 7-16 afios (n) mes 0,70 McGrath et al. (2002) 10-13 afios (n) 3afios 0,55 ‘AtBalham (2003) 9-17 afios (n) | 2 semanas 0,70 Figueras-Masip et al. (2001) | __ 13-18 afios (n) 3 semanas 0,81 ‘+ 1= muestra norma: c = muestra clinica: s = problemas sociales ‘Como se puede comprobar, la estabilidad temporal es muy atta para tratarse de poblacién infantil y adolescente. Por otra parte se puede advertir que en la poblacién normal las correla- clones bojan, mientras que se elevan en la poblacién clinica. También se hace patente que a medida que se distancia la toma de datos, la estabilidad, como cabe esperar, desciende. Twenge y Nolen-Hoeksema (2002), en un trabajo mediante meta-andilsis, advierten que las correlaciones medias son de -0,34 para varones y -0,58 para mujeres. El signo negative indica que en la segunda evaluacién suelen decrecer los valores. E50 explica también que las corre- laciones sean mas débiles a medida que pasa el tiempo. 4a

You might also like