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Discurso y realidad En la obra de Karl-Otto Apel confluyen las principales corrientes de la filosofia contemporanea: el kantismo, la dialéctica, la hermenéutica, el pragmatism, la filosofi analitica del lenguaje, la critica de las ideologias y la fi- losofia de ta ciencia. No es el menor de sus méritos que, como tal crace de caminos, propicie la comunica- cién entre las distintas tradiciones y, ante todo, entre las que atin siguen enfrentando a las filosofias anglosajonas con las del continente europeo. Para contribuir a ese plural encuentro, los doce auto- res reunidos en la presente obra se dieron como objeto comiin de reflexién la tensi6n entre discurso y factici- dad, central para el pensador alemén, Por un lado, en efecto, el orden del discurso est4 condicionado por ele- mentos ficticos como la historicidad, la pluralidad de los juegos lingitisticos, y el soporte corporal; por otro lado, el discurso seria el vehiculo de una aspiracion contraféctica a una situaci6n ideal en la que habrian sido removidas las trabas que impiden un didlogo trans- parente. La polaridad entre facticidad e idealidad reco- re y conforma la propuesta apeliana en sus distintas vertientes: en el orden de la filosofia especulativa, la teoria del conocimiento ha de conjugar lo pre-reflexivo con lo reflexivo, la pertenencia de la teoria a la historia y ala praxis mundana, y la normatividad de los cnones ideales: la ética, por su parte, afronta las dificultades de su aplicaci6n, puesto que ha de conciliar su universalis mo con la diversidad de las formas de vida, lo que exige tuna mediaci6n entre moralidad discursiva y eticidad stancial, entre incondicionalidad normativa histo- ricidad axiolégica. En una u otra direceiGn, mas idealista o més realista, os trabajos aqui reunidos intentan arrojar claridad sobre esa tensién entre «discurso y realidad», lo qu quiere decir entre universalidad y particularidad, entr existencia y esencia, entre raz6n e historia, entre » y percepcion, entre reflexién y espontaneidad. Como no podia ser menos, este haz de oposiciones pregna nuestro convulyo fin de siglo a través del liv entre filoofias que, subrayando ta facticidad de lo ra clonal, propugnan la despedida de la modernidad ilus: trada, y filovofiay que, subrayando, por el contrario, Ws ideales de In razon, aspiran a dar Gn nuevo y efective impulio a ta empresa de ta Husteacién, W Banguole Lidras LA PAMPA 2508 Tel. 4789 0070 Discurso y realidad Discurso y realidad En debate con K.-O. Apel Edicién de Domingo Blanco Fernandez, José A. Pérez, Tapias y Luis Séez Rueda COLECCION ESTRUCTURAS ¥ PROCESOS Serie Filozofie lone Fantndes, ot Rona ss Tp, is Sz Rc Korie hp Ronse: Ao, ss Cot, ese Ga eo vn Jos Ao eet en Ned Cotes va, lon hove Ec, 1994 © fd Tome, SA, 1994 Fox 49 16 15 Dest Jeon Galego Ison s4aiencoee Dopii aga M7 1481994 INDICE Introdueci6n 1. ETICA DISCURSIVA Y FORMAS DE VIDA 1. Las aspiraciones del comunitarismo anglo-americano desde el punto de vista dela ética discursiva: Karl-Otto Apel. 15 2, El trascendentalismo ético y la vida buena: Rem 3. Ela priori insufciencia de la ética discuss omingo Blanco Ferminder : 46 4, Etica del discurso y bioética: Adei 75 5. Universalidad y pluralismo en a ética discuss 90 IL. DISCURSO Y VERDAD 6. La recepcién de la filosofia analitca por Apel: el significado y su va- ider: Juan José Acero t 1s 7. Hermenéutica antropoidgica de la ra 131 81 Teoria de la verdad consenso-evidencial y te menol6gico-real: Juan A. Nicolés 14 IIL DISCURSO E HISTORIA Ditlogo intercultural, tradicin y ética discursiva: Juan Carlos Elvira... 159 ‘Tradiciones religiosasy ética discursiva: Juan Antonio Estrada ..... 177 + Mis all de la factcidad, mis aed de la dealidad: José Antonio. Pérez Tapias e esis 12, Facticidad y excentricidad de la razén: Luis Séez Rueda 228 Epilogo: «Aprioride la facticidad> y «apriori de la idealizacién». Opaci- ddad y transparencia. Entrevista con K.-O. Apel: Luis Sdez Rueda INTRODUCCION Los textos aquf reunidos fueron presentados —en una primera versién, reclaborada tras los debates que suscitaron— en el Sinsposio «Discurso y facticidad» que, sobre el pensamiento de K.-O. Apel, se celebré en Granada en noviembre de 1992. Ha sido éste el tercero de los encuentros. internacionales que el Departamento de Filosofia de la Universidad de Granada ha venido organizando en los tiltimos attos para estudiar la obra de algunas de las principales figuras vivas del pensamiento, en cada caso con la asistencia y participacién del autor. El primero, sobre W. V. Quine, two lugar en 1986, y sus ponencias y comunicaciones estén publicadas en J. J. Acero y T. Calvo (eds.), Symposium Quine, Universidad de Granada, 1987. EI segundo, en noviembre de 1987, 1rat6 sobre el pensamiento de Paul Ricoeur, y las intervenciones ban sido recogidas en T. Calvo y R. Avila (eds.), Paul Ricoeur: los caminos de la interpretacién, Anthropos, Barcelona, 1991. En la tercera ocasién, la eleccidn del autor y del asunto obedecid a la doble intencidn de propiciar la comunicaci6n entre las distintas tendencias actuales a la vez que entre las plurales facetas de un problema filos6fico capital. ‘Las principales corrientes y dreas de la filosofia contempordnea con- leyen, en efecto, en la obra de Karl-Otto Apel: el kantismo, la dialéctica, Ia hermenéutica, el pragmatismo, la flosofia analitica del lenguaje, la ert. tica de las ideologias y la filosofia de la ciencia, por lo que nos aparecia como un cruce de caminos en el que podian encontrarse las distintas tra diciones, y, ante todo, las que atin siguen enfrentando a las filosofias an- slosajonas y a las del continente europeo, didlogo éste que es precisa- ‘mente el cometido de Apel en su conferencia. Un punto de encuentro privilegiado para someter a confrontacién las diversas posiciones lo proporcionaba el tema xdiscurso y facticidad», central para nuestro autor. Por un lado, en efecto, el discurso o el didlo- «go estd condicionado por elementos facticos como la historicidad, la luralidad de los juegos lingiisticos y formas de vida, y la pregnancia corporal de la praxis: por otro lado, el discurso es, segtin Apel, el ve- 9 iculo de una aspiracién contraféctica, pues el ejercicio de la comunica- cin verbal y de la argumentacion se anticipa en una situacion ideal en la (que las trabas de la facticidad que impiden un didlogo transparente ba- brian sido superadas. Teniamos que debatir si esta justficada esa ex- pectativa, y corresponde al lector decidir si, entre las respuestas que en- contrard en estas paginas, pesan mas las que estén a favor o las que estén en contra. ‘La tensi6n entre facticidad e idealidad recorre y conforma la pro- ‘puesta apeliana en sus distintas vertientes: en el orden de la filosofia es- peculativa, la teoria del conocimiento ha de conjugar lo pre-reflexivo con lo reflexivo, la pertenencia de la teoria a la bistoria y a la praxis mun- dana, y la normatividad de los cénones ideales; la ética discursiva, por su parte, se enfrenta a las dificultades de su aplicacién, puesto que la ética universal y deontol6gica debe hacerse cargo responsablemente del respeto 4 la multiplicidad de formas de la vida humana, de valores ¢ ideales de felicidad (diversidad que el neoaristotelismo aleman actual considera irrebasable), lo que exige una mediacién entre moralidad y eticidad sus- tancial, entre incondicionalidad normativa e bistoricidad axiolégica. En uno u otro sentido, mas idealista o mas realista, las reflexion aqui reunidas han querido aportar claridad sobre esa tensidn entre «dis ‘atrso y realidad», como hemos preferido titular el libro para evocar en si ‘maxima amplitud las oposiciones clasicas entre universalidad y particu laridad, entre existencia y esencia, entre razén e historia, entre pensa- ‘miento y percepcion, entre reflexion y espontaneidad. Como no podia ser ‘menos, este haz de oposiciones impregna nuestro convulso fin de siglo a través del ltigio entre filosofias que, subrayando la facticidad de lo ra- ‘ional, propugnan la despedida de la modernidad ilustrada, y filosofias ‘que, subrayando, por el contrario, los ideales de la raz6n, aspiran a dar tun nuevo y efectivo impulso a la empresa de la Tustracion. En el trabajo inédito que abre el volumen, Apel hace valer la ética discursiva para impugnar desde ella el particularismo de los actuales ‘comunitaristas anglo-americanos, tanto los de cuiio neo-aristotélico, ‘como Macintyre, cuanto los de inspiracién neo-hegeliana, como Ch. Taylor, Esta primera intervencisn se integra en el Bloque temdtico titu- lado «Etica discursiva y formas de vida», en el que se incluyen ademés otros textos sobre distintos aspectos de la ética de nuestro autor: el défi- cit del trascendentalismo ante cuestiones de la «vida buena» (R. Avila) los limits de la reflexion discursiva para hacerse cargo desu soporte en el cuerpo propio (D. Blanco); las posibilidades de aplicacién a la pric ‘ca médica de la ética discursiva (A. Cortina); y el examen del cuestiona~ do alcance universalista de la misma (J. Garcia Leal). En un segundo blogue, bajo el rotulo «Discurso y verdad», se agri- pan los trabajos que tratan cuestiones gnoseoldgicas, de teoria de la ra- ‘cionalidad y de la filosofia del lenguaje. Se abordan sucesivamente la re- ‘epcién apeliana de planteamientos procedentes de la filosofia analitica (J. Acero); las bases experienciales del ejercicio de la racionalidad (J. 10 Conill; y la insuficiencia de la apeliana teoria de la verdad a la luz de la Jenomenologia busserliana y de la noologia de X. Zubiri . A. Nicolds). Bajo el titulo «Discurso e historia», en el tercer apartado confluyen trabajos que, desde diversos enfoques, acceden a cuestiones antropol6- wieas y de la filosofia de la bistoria suscitadas por la obra de Apel: la fe- cunda tension entre universalismo ético y pluralidad cultural (J. C. Elvira); a aportacién de las tradiciones religiosas, que la ética discursiva no podria ignorar (J. A. Estrada); el postulado del progreso y sus impli- caciones ético-antropolégicas como pieza clave en el pensamiento tras- cendental-dialéctico de nuestro autor (J. A. Pérez Tapias); y la oposicion entre el mundo féictico y la idealidad de una razon «excéntrica» (L. Saez Rueda). Cierra el libro wna entrevista concedida por Apel, en la que puntua- liza diversos extremos de su pensamiento y responde a objeciones cen- tales sobre el problema de fondo de la relacion entre discurso y realidad. Manifestamos nuestro agradecimiento al Instituto Aleman de Madrid, y muy especialmente a su director Dr. H.-J. Schwieskott, sin cuya comprensién y oportuno apoyo no habria legado a celebrarse el simposio que dio origen a esta publicacién. Granada, marzo de 1994 LOS EDITORES nT 1. ETICA DISCURSIVA Y FORMAS DE VIDA 1 LAS ASPIRACIONES DEL COMUNITARISMO- ANGLO-AMERICANO DESDE EL PUNTO DE VISTA. DE LA ETICA DISCURSIVA Comunidad como a priori de la facticidad y como anticipacién contrafiictica de la razén Karl-Otto Apel 1. INTRODUCCION Preguntas desde el punto de vista del a priori trascendental-pragmético de la comunidad de comunicacion El llamado hoy «comunitarismo» es un fenémeno discursive —por tanto, un fendmeno de la opinidn pablica que razona filos6ficamente— que tiene su contexto hist6rico-particular y sus precedentes en el mundo anglo-sajén, Pienso con esto en fil6sofos como B. Barber, R. N. Bellah, M, Walzer, M. J. Sandel, Ch, Taylor, y también, yno en tikimo lugar, en el filésofo briténico A. Macintyre! . En el contexto norteamericano se hhace comprensible el comunitarismo tanto como reaccién y pretendido correctivo de la tradicin liberal, sobre todo para sa Fenovacién critica en la Teoria de la justicia de J. Rawls, como también en la reflexion positi- va de la tradicién comunitaria pre y extra-liberal de la participacion y autoadministracién republicanas, que nos lleva hasta las comunidades de los puritanos. Pero el comunitarismo actual tiene también afinidades con tradi- cciones culturales europeas, que en parte lo han estimulado considera blemente. A estos estimulos pertenecen, de una parte —por ejemplo, en Maclntyre— la rehabilitacin de la ética de las virtudes aristotélico-to- 1, Sigo sau el rabajo magsual de R. Fort Zar hommuntrichen Krik dontlogicher Gerectghestharien (Fachbereich Philosophie, Frankf. M, 1990), al qu estoy obligato Por ‘othe informacone sobre que sigue 15 mista. Por otra parte —por ejemplo, en Taylor—, la renovada apro- iacién de Hegel y su idea de una «ética substancial» '. A partir de la Filosofia del derecho de Hegel y de su equivoca historia electual se ‘comprenden con mas facilidad la ambigiedad y la ambivalencia de! ‘comunitarismo actual: a saber, por una parte, las razones, suficiente- mente fundadas, de su critica al liberalismo actual; por otra, las reservas Imetacriticas, también actuales, de los liberales frente al forzado recurso ala eticidad de una comunidad particular y a su propagacién de la prio- ridad de lo «bueno para nosotros» sobre lo «justo para todos». En re- lacién con esto iltimo, no se puede obviar, en la recepcién y juicio alemanes sobre el comunitarismo, la experiencia en un principio fas- inante para muchos— con el «Bien» («la utilidad pablica prevalece sobre la privada») de una forma injusta de sociedad en el nacionalso:

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