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DOCUMENTO DE TRABAJO PROGRAMA FLACSO-~SANTIAGO DE CHILE NUMERO 156, Octubre 1982 09 48 109% - NOTAS SOBRE ESTILOS ALTERNATIVOS DE DESARROLLO, POLITICA Y MOVIMIENTOS SOCIALES. Enzo Faletto corn © documento es parte de_un trabajo sobre “Estilos de Desarrollo Aiter- tivo" que cuenta con el apoyo del Instituto de Cooperacién Iberoamericana. Esta Serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se pr sentan, asi como los andlisis e interpretaciones que en ellos se coritienén, son de la responsabilidad exclusiva de sus au- tores y no refleja’ necesariamente los puntos de vista de la Facultad. Tee Ne Diet Cres Paginas 1 tema de estilos alternativos de desarrollo.... eases 1 stilos alternativos e intereses...... seeee 8 PNecesidades y estilos alternativos....eceeeeeeeeeeeeeeeeee 11 Estilo alternativo y superacién de la enajenacién......... 15 Estilos alternativos y valores de uso (s.f. Bettelheim)... 19 yay gbstilos alternativos y politicass.ssseesseseseeecereeeeees 28 i IMovimientos sociales y opciones..sseicecersceceesecceeenss 32 ce eee esc gee ee wee El propésito de este ensayo es revisar algunos de los conéeptos que con frecuencia aparecen en las varias propues- U¢as sobre "Estilos alternativos de desarrollo". * Es asf que se hace referencia a las nociones de interés social, necesidades y enajenacién. Se plantea una discusién sobre el tema de valor de cambio y valor de uso considerandose a ambos como pautas centrales de distintos ordenamientos eco- némico-sociales. Por filtimo se explora la dimensién politica en la puesta en marcha de un estilo alternativo, con especial referencia a la opcién democrética. Una breve indicacién respecto al papel de los movimientos sociales cierra estas reflexiones. EL TEMA DE ESTILOS ALTERNATIVOS DE DESARROLLO Permanece la discusién sobre la validez del tema - “Es- tilos Alternativos de Desarrollo” y es evidente en algunos a autores cierta désis de pesimismo frente a 61; pueden servir . fde ejemplo los articulos publicados por Marshall Wolff en varios FH. pGmeros de la “Revista de CEPAL". Se reconoce la buena voluntad i de quienes intentan abordar el problema, pero se sefiala que, de hecho, la mayor parte de las propuestas son “utopias concretas ereadas por-comités', en donde se entremezclan en distinto grado @las dimensiones: “concretas” con las “utépicas”, (la misma con= tradiceién de los términos es ya de por si significativa) y, se subraya adem4s, el carécter restringido de lo creado. M4s afin, las utopias propuestas son “utopias normativas” que, indican por tanto un ‘deber ser’, cuyas dificultades para constituirse son miltiples. Por una parte, las propuestas de "estilos alternativos’ mAs en boga, aparecen como divergentes de la realidad de la lucha de clases, tal y como se conoce en el capitalismo; por otra, las indicaciones hechas adolecen de la sambiguedad de aparecer como posibles concesiones de los poderes existentes 0, como propuestas veladas de derrocamiento de los mismos. El divoreio de la realidad aparece como evidente” cuando 6e'dice que: los pobres - en cuyo nombre se pretendé hablar - Nada saben de tales propuestas; que las clases medias estan de- masiado preocupadas por su autodefensa y poco dispuestas a suinir los posibles sacrificios que la puesta en marcha de un “estilo Alternativo’ podria significarles y, que los poderosos poco interés tienen en un posible cambio y s6lo quieren conservar el Poder, En referencia concreta a América Latina, el Estado, -sobre Quién si re se cifran expectativas - es resultado del compromiso entre fuerzas sociales cuyas orientaciones no corresponden a la esperanza de un nuevo estilo. En suma, - y como siempre - el problema estriba en saber "quien le pone el cascabel al gato”, puesto que, descontada la influencia que pueden ejercer, no bastarian los esfuerzos de unz pequefiaélite ilustrada para provocar el cambio esperado. A pesar de todo, se busca un punto de apoyo para la trans- formacién y se sefiala una propuesta de Alain Touraine, quien vecomienda no centrar la preocupacién en la idea de crisis, puee tal actitud implica la bisqueda casi desesperada de un grupo de salvacién, sino que, partiendo de la nocién de que "algo esta cambiando", intentar ver qué es lo que cambia y en qué direccié: lo hace. En cierta forma, nos parece que no conviene abandonar del todo la preocupacién por la utopia, aunque a ésto debemos agre- garle el adjetivo atenuante.,de: posible. Se trata de encontrar la relacién entre posibilidad y realidad, entendiendo por esta filtima la existente ahora. El esfuerzo de la investigacién pue orientarse por la bisqueda de las poteneialidades de innova- cién o cambios contenidos y latentes en la presente sociedad, teniendo en cuenta que las posibilidades se constituyen como alternativas, por lo que adquiere importancia el determinar quienes y en qué condiciones son los sostenedores de una u otra Asi mismo, la. determinacién de alianzas y conflictos entre grupos sociales es fundamental para una, cabal comprensién de la posibilidad y potencialidad de realizacién de las distintas alternativas, , : Como puede presumirse, las més de las veces las opciones adquiecren un cardcter politico, por lo que importa averiguar "ja capacidad de los grupos.o clases sociales para’ astmir la res- ponsabilidad dela decisién politica como asi mismoy~el: caracter de la misma. Me, i £; @omo: havsefialado Anibal Pinto, la preocupaciéh poh un estilo alternativo surge: de las insatisfacciones que. produce’ €1 estilo vigente; en otros:términos, existe una contradi¢cién' entre .las condiciones. objetivas de: la existencia y las necesidadés'-sub- swajetivas' de lavvida, lo que obliga a detectar cémo. se dan‘ éstas ntre los.distintos grupos y cudles son las alternativas que'a cxpartir de esaredntradiccién’ desarrollan. Recordando a Adorno, conviene:anotar que la sociedad sélo se convierte en problema para aquel que;puede pensarla distinta a la existente. Quienes en qué condiciones tienen esta capacidad, es otro de los temas acuciantes., Z oi Hemos“habiado hasta ahora de la biisqueda de'un estilo al- ‘sterpnativo, pero estamos consci¢ntes de que la nocién délmisite® =xestilo posee ufa cierta imprecisién. Quizds el uso del ‘conéepto ide:@stilo entd historia'y la sociologia del arte, ‘pueda»é6ns'! ‘tituir algunacayuda; con tal propésito, ‘nosotros hemos éénsultado dai'sociologia del Arte" de. Arnold Hauser.” Se afirma aif, que® un estilo supone 1a idea de un nficleo que atrae a las dem&s'marti- festaciones. Un estilo; -~se afiade \- implica una cierta totali- .-Gad, que en él proceso histérico se.se da como posibilidad. -Ano- tamos de pasada que la nocién de posibilidad hi'stérica aparéce en sla definicién de Hauser respecto a estilo. Pero, ademés, Hay una nota de interés:

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