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Ut operaretur ! 4Cabe hablar de «trabajo» en el estado de santidad y justicia del Edén? UN ENSAYO DE RESPUESTA A UNA TESIS ENGANOSA DEL ESOTERISMO CRISTIANO Todos los gustos del mundo, todos los reinos del siglo nada son, ‘Mis vale morir por Cristo que ser rey de toda la tierra. En vano se lisonja de amar a Jesucristo el que ama al mundo. San Ignacio de Antioquia ‘Through Jewish moral theology runs a tendency which regards the getting of money as @ means to an end. The conception is frequently found in books of religious edification, the authors of which realizing but seldom that in their warnings against the acquisition of too much wealth they are glorifying this very practice. ‘Werner Sombart, Los Judios y la Vida Eeonémica INTRODUCCION Es mas viable mostrar la falsedad de una teoria que ofrecer una que sea la verdadera. Siempre la pars destruens resulta més facil que la construens 0 mayéutica. Resumir la posicién catélica en la quaestio disputata aqui planteada se choca con la imposibilidad de hacerse entender rapidamente, porque la revolucién semantica liberal hace dificil que un catélico se haga comprender por un liberal sin grandes quebrantos de cabeza, y disgustos de toda indole. Ademés, he aqui la astucia del diablo, primero nos pone en el aprieto, revoluciondndolo todo, y luego nos convence de que es imposible deshacer la revolucién, Pongamos el caso andlogo del divorcio: primero se propaga, fomenta y legisla, y luego se hace creer alos catélicos que ya seria impracticable intentar imponer una legislaci6n contraria, por las consecuencias sociales, etc. que trae. Es la estrategia y politica de los hechos consumados. Existe una enorme dificultad de desentrafiar el caos liberal, tanto en lo tedrico como en Io practico. Para el catélico liberal la redencidn esta ligada a la idea del progreso. Es el progreso cientificotécnico- econémico que haria humana la vida. Para un catdlico en sus cabales, por el contrario, tal afirmacién es inadmisible, porque afirmar esto significaria echar en cara a Dios que durante unos cuantos milenios no se ha ocupado de nosotros para nada. Como si, ademas, la justicia y misericordia (S. Th. I g. 21) de Dios necesitaran de tal progreso para cumplirse. Para contrastar semejante tesis delirante, se ofrece aqui un anilisis teoldgico sobre lo que significa «operacién» antes y después del pecado original, apoyado en la distincién aristotélica entre la «praxis» (operacién inmanente) y la «poiesis» (operacién transeunte), con lo que ello implica acerca de los conceptos que nos encontramos en la teorie econémica (necesidades, escasez, satisfaccién, dinero, precio, beneficio, competencia, trabajo, propiedad, distribucién, comercio, consumo, ete. Es ahi precisamente donde el catélico ha de manifestar su desacuerdo fundamental con la exposicién teolégica del "ut operaretur" del Genesis hecha por el neocristianismo cabalizado (que acaso echa sus primeras raices eficientes en el nominalismo jesuitico de los teélogos de Salamanca, referido a la teoria econémica). En definitiva, aquello que los liberales «encantados» se figuren realidad originaria y propia del hombre, no es sino una realidad pro statu isto, es decir, en razén del pecado original; y a partir de esta constatacién habra que formular las criticas al naturalismo econémico (liberalismo), en analogia estricta al naturalismo teolégico (pelagianismo); pero esto excederia el marco limitado de nuestro ensayo. Volveremos en otro lugar sobre el fondo psicolégico de la cuesti6n; pero que conste la incapacidad del hombre de hoy de pensar a /o divino ("sanctificetur nomen tuum, adveniat regnum tuum, fiat voluntas tua... et in terra"), de rechazar de plano el status quo del tundy moderno (y sépase que el socialismo no es al respecto sino formulacién extrema de los mismos principios liberales en lo politico y lo econémico; s6lo que los ilusos no lo saben --por engafiados que estan por la propaganda talmétdica-- que ambos son cara y cruz, anverso y reverso de la misma moneda saténica: "he aqui ‘vuestro Dios, el oro" como habia sefialado Aaron). Esa incapacidad, al fin y al cabo, es una cuestién de orgullo; porque siempre cuesta tener que desandar lo andado; con la triste consecuencia de que, para encubrir nuestro orgullo, pasamos por alto una inequivoca sentencia divina; a saber, que es estrictamente necesario buscar "primero el Reino de los cielos", acatando mente et corde que el "todo lo demés", si no es simple aftadidura, no agrada a Dios, ni ayer, ni hoy, ni nunca, Lo que hace falta, pues, es un auténtico «éxodo» del mundo modemo, con su ideologia teogénica y su vida carnal tan empalagosas. Sin embargo, como Dios sabe que ni aun los catélicos que quedan, comprenden esto, ni mucho menos se les hace --con todas las consecuencias-- algo apetecible y deseable, el Sefior de la Historia ha puesto el hacha al arbol de esta «generacién perversan, y a marchas forzadas la estd reduciendo a cenizas, no por su propia mano, sino por medio de los secuaces de Lucifer. No lo dudemos, Dios siempre se ha servido de los «frios» para hacer castigar a los «tibios». Pero Dios, gno es amor?, se preguntar4 el filantropo que ignora las exigencias de la santidad de Dios. Y no cabe otra que responder, en primer lugar, que solo los insensatos y blasfemos se aventuran a juzgar a Dios, en vez de acatar humildemente la Fe divina y eclesidstica. La Sagrada Escritura nos dejé una clara advertencia, para constante y asidua mediaci6n: "Vuestros pensamientos no son Mis pensamientos, y vuestros caminos no son Mis caminos". Y cuando en vez de juzgar creemos, E'] mismo nos ensefiard que castiga en atencién a su Santidad y Justicia, por un lado, habiendo dispuesto que “en el pecado esta la penitencia”, y en atencién a la santidad de sus hijos bautizados, por el otro, permitiendo que los «frios» aprieten las tuercas (de las tentaciones, de las cruces de toda indole) para que los predestinados (segin D. 317-19) se santifiquen mas y més: en la cruz, la ignominia, la persecucién, la pobreza, la privacién, la muerte....; y los pecadores, para que pequen mas y més, o sea, todos aquellos que no tienen puesta su esperanza en Dios sélo, los que no se despojan de su vida para comprar el tinico tesoro, la perla del evangelio, el agua que salta hasta la vida eterna. Ahora bien, y dicho sea aqui por amor a los encandilados del significado teog6nico del “ut operaretur”, lo que hay que entregar y sacrificar, ante todo, son nuestros habitos intelectuales y volitivos (nuestra ideologia liberal, moderna, cabalista, y sus consecuencias en el orden practico); pero también, para concretar, para manifestar esta humildad en el cuerpo (porque nuestra santa Fe es encarnacionista, no maniquea-dualista), hay que saber entregar, renunciar, sacrificar todo ese decoro inutil, hoy mas que nunca, de los bienes externos, de las cosas, porque no sirven en los tiempos de "exodo", de “marcha por el desierto”. No sirven a los que transitan por este valle de lagrimas, peregrinos como son hacia la patria futura. jAy, cudn cémodamente estamos instalados en este mundo, con sus encantos y sus atractivos! ;Cudn ocupados estamos con nuestros pensamientos y deseos! Y asi nos va como aquellos invitados al banquete celestial: no quisieron acudir al precio de dejar y abandonar sus «operaciones inferiores». PRELIMINARES SOBRE LA TESIS DE «CONCILIACION» DE LA IGLESIA CON EL MUNDO MODERNO. Esto nos lleva a otra cuestién de fondo aqui planteada, y puede convenir recordar en primer lugar la condenacién formal --olvidada y hasta negada su infalibilidad-- de la tesis tipicamente liberal de “conciliacién” entre Iglesia y Mundo moderno, condenacién tan importante que en forma “negativa” fue definida por el Syllabus de los Errores modernos (publicado por mandato expreso del Papa Pio IX, y citado una y mil veces como magisterio infalible por el Papa San Pio X): [De la Enciclica Quanta cura, de 8 de diciembre de 1864] D-1699 En medio, pues, de tan grande perversidad de depravadas opiniones, Nos, bien penetrados de nuestro deber apostélico y sobremanera solicitos de nuestra religién santisima.... Asi, pues, todas y cada una de las depravadas opiniones y doctrinas que en estas nuestras Letras estan particularmente mencionadas, por nuestra autoridad apostélica las reprobamos, proseribimos y condenamos, y queremos y mandamos que por todos los hijos de la Iglesia Catélica sean tenidas absolutamente come reprobadas, proscritas y condenadas. [Del «Silabo» o coleccién de los errores modernos (1), sacado de varias Alocuciones, Enciclicas y Cartas de Pio IX, y publicado, juntanente con la Bula Quanta cura, el 8 de diciembre de 1864] Nota: (1) Carta del Emmo. Cardenal I. Antonelli... Por la que se envia a los obispos el Silabo compuesto por mandato del Santisimo. Imo. y Rmo. Seftor: Nuestro Santisimo Sefior Pio IX, ... ya desde el comienzo mismo de su pontificado, por sus cartas Eneiclicas, por las alocuciones habidas en el Consistorio y por otras Letras apostélicas dadas a luz, nunca dejé de condenar y proscribir los principales errores y falsas doctrinas, de modo especial las de esta edad infelicisima. Mas, como ha podido suceder que no todas estas Actas pontificias hayan llegado a cada uno de los Ordinarios, por esto, el mismo Sumo Pontifice ha querido que se compusiera un Silabo [o compendio} de los mismos errores para ser enviado a todos los obispos del orbe catélico, por el que los mismos obispos puedan tener ante los ojos todos los errores y perniciosas doctrinas que por el mismo han sido reprobadas y proseritas: D-1780 [Proposicién condenada. Silabo] 80. El Romano Pontifice puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la civilizacién moderna (cf. Alocucién Jamdum cernimus, de 18 de marzo de 1861, prop. 37, 61, 76 y 80). PRELIMINARES SOBRE LA PSICOLOGIA «ROSACRUZ» DEL MODERNISTA «CREYENTE» Por otra parte, muchos son los que niegan frontalmente, en todo 0 en parte, lo que cualquier buen manual de Dogmdtica solia ensefiar acerca del Deus Blevans (1. Orden sobrenatural. 2. El hombre primigenio en estado de naturaleza integra. 3. Pecado original. 4. Secuelas del pecado original. El hombre caido, en estado de naturaleza caida), El Enchiridion Symbolorum de Denzinger, ignorado por tantos, y abusado por algunos (ya en la editio 31, 1960, preparado por K. Rahner, de triste memoria), oftece esa misma ensefianza al catolico honrado, con tal que acudiese al indice sistematico (VIL, Villg, Xg), con la ventaja ain de ponerlo directamente delante del texto mismo del infalible magisterio de la Iglesia. Constiltese aqui especialmente el decreto del Concilio de Trento (D. 787-92). Pero mas apto acaso para nuestro propésito preliminar, meditese al menos lo que definié el Concilio de Quiersy (San Leén IV, 853): [De la redencién y la gracia] D. 316 Cap. 1. Dios omnipotente creé recto al hombre, sin pecado, con libre albedrio y lo puso en el paraiso, y quiso que permaneciera en la santidad de la justicia. El hombre, usando mal de su libre albedrio, pecd y cayd, y se convirtié en «masa de perdicién» (5) de todo el género humano. Pero Dios, bueno y justo, eligié, segiin su presciencia, de la misma masa de perdicién a los que por su gracia predestiné a la vida [Rom. 8, 29 ss; Eph. 1, 11] y predestiné para ellos la vida eterna; a los demas, empero, que por juicio de justicia dejé en la masa de perdicién, supo por su presciencia que habjan de perecer, pero no los predestind a que perecieran; pero, por ser justo, les predestiné una pena eterna. Y por eso decimos que sélo hay una predestinacin de Dios, que pertenece o al don de la gracia o a la retribucién de la justicia. Nota: (5) Cf. S. AU ip. 190, 3, 9 (PL 33, 859); De dono persev. 14, 35 [PL 45, 1014]. D. 317 Cap. 2. La libertad del albedrio, la perdimos en el primer hombre, y la recuperamos por Cristo Sefior nuestro; y tenemos libre albedrio para el bien, prevenido y ayudado de la gracia; y tenemos libre albedrio para el mal, abandonado de la gracia. Pero tenemos libre albedrio, porque fué liberado por la gracia, y por la gracia fué sanado de la corrupcién. D. 318 Cap. 3. Dios omnipotente quiere que todos los hombres sin excepcién se salven [1 Tim. 2, 4], aunque no todos se salvan. ‘Ahora bien, que algunos se salven, es don del que salva; pero que algunos se pierdan, es merecimiento de los que se pierden. D. 319 Cap. 4. Como no hay, hubo o habra hombre alguno cuya naturaleza no fuera asumida en él; asi no hay, hubo o habré hombre alguno por quien no haya padecido Cristo Jesits Sefior nuestro, ‘aunque no todos sean redimidos por el misterio de su pasién. Ahora bien, que no todos sean redimidos por el misterio de su pasién, no mira a la magnitud y copiosidad del precio, sino a la parte de los infieles y de los que no creen con aquella fe que obra por la caridad [Gal. 5, 6]; porque la bebida de la humana salud, que est4 compuesta de nuestra flaqueza y de la virtud divina, tiene, ciertamente, en si misma, virtud para aprovechar a todos, pero sino se bebe, no cura. Otros, mas astutos (maestros rosacruces), 0 simplemente demasiado candidos (disc{pulos encandilados), no niegan directamente las formulas dogmaticas a este u otro respecto, sino que, o neutralizan su significado, transmutdndolo y transfigurandolo, © aceptan sin pensar tal resignificacién acatélica, sin darse cuenta de que con ello es newtralizado y evacuado el propio significado catélico del dogma (D. 1800; cf. Commonitorium, XXIII: www.thelatinlibrary.com/vicentius.html). Y lo mismo, sin duda, ocurre también con el texto sagrado (aqui el significado del ut operaretur). Lo més grave sin embargo es que, como «encantados», los «discipulos», no menos que sus «maestros», se han entusiasmado y encarifiado de tal modo con el proyecto y obra de la antigua teurgia (revivificada por los maestros cabalistas, y trasplantada a la doctrina y orden rosacruz), que su mera apariencia de verdad les parece mas verdadera que la verdad divina misma. Desde los tiempos de San Pablo la autoridad apostélica esté en alerta respecto a esa neoevangelizacién, en que la Cruz de Cristo es evacuada (neutralizada) por medio de sofismas: “evangelizare: non in sapientia verbi, wt non evacuetur crux Christi” (1 Cor. 1:17). Asi tambien hace cien afios todavia, esa estrategia de neutralizacién volvio a ser desenmascarada y denunciada por el Romano Pontifice, como propia de la herejia modernisia, declarada «compendio de todas las herejias», abominacién de la desolacién que fue introducida primero oculta, luego abierta y descaradamente, en el seno mismo de la Santa Iglesia: Errores condenados de los modernistas acerca de la Iglesia, la revelacion, Cristo y los sacramentos [Del Decreto del Santo Oficio Lamentabili, de 3 de julio de 1907] 24. No se debe desaprobar al exegeta que establece premisas de las que se sigue que los dogmas son historicamente falsos o dudosos, con tal que directamente no niegue los dogmas mismos. Juramento contra los errores del modernismo [Del Motu proprio Sacrorum Antistitum de 1° de septiembre de 1910] También me someto con la debida reverencia y de todo corazon me adhiero a las condenaciones, declaraciones y prescripciones todas que se contienen en la Carta Enciclica Pascendi [v. 2071] y en el Decreto Lamentabili, particularmente en lo relativo a la que llaman historia de los dogmas. Asimismo repruebo el error de los que afirman que la fe propuesta por la Iglesia puede repugnar a la historia, y que los dogmas catélicos en el sentido en que ahora son entendidos, no pueden conciliarse con los mas exactos origenes de la religion cristiana. Condeno y rechazo también la sentencia... como si fuera licito al historiador sostener lo que contradice a la fe del creyente, 0 sentar premisas de las que se siga que los dogmas son falsos y dudosos, con tal de que éstos no se nieguen directamente. Repruebo igualmente el método de jucgar e interpretar la Sagrada Escritura que, sin tener en cuenta la tradicién de la Iglesia, la analogia de la fe y las normas de la Sede Apostélica. De las falsas doctrinas de los modernistas [De la Enciclica Pascendi dominici gregis, de 8 de septiembre de 1907] “Como es tdctica muy astuta de los modernistas (con este nombre se les Hama con razén vulgarmente) no proponer con orden metédico sus doctrinas ni formando un todo, sino como esparcidas y separadas entre si, evidentemente para que se los tenga por vacilantes y como indecisos, cuando por lo contrario son muy firmes y constantes, es preferible, Venerables Hermanos, presentar aqui primeramente en un solo cuadro esas doctrinas e indicar la unién con que entre si se enlazan, para escudrifiar Iuego las causas de los errores y prescribir los remedios para apartar esa peste... Mas para proceder ordenadamente en materia tan abstrusa, hay que notar ante todo que cualquier modernista representa y, como si dijéramos, mezcla en si mismo varias personas: al filésofo [I], al creyente [II], al tedlogo [III], al historiador [IV], al critico [V], al apologista [VI] y al reformador [VII]; todas ha de distinguirlas una por una el que quiera conocer debidamente su sistema y ver a fondo los principios y consecuencias de sus doctrinas” [Intro. Pascendi]. El modernista «creyente» habitualmente es aquel «candido». Habiendo seguido a algin maestro, ocultista disimulado, tal seguimiento --cual circulo hermenéutico-- ha constituido su experiencia religiosa, y su felicidad de creyente. A tal hereje creyente se ha colocado, como advierte ‘San Pio X en la enciclica Pascendi (de la que, 0 no se habla, 0 cuando se habla no se ha lefdo, 0 cuando se ha leido no se ha meditado), en unas determinadas circunstancias morales: [De la Enciclica Pascendi dominici gregis, de 8 de septiembre de 1907] “[Ténganse en cuenta] /as circunstancias morales que son necesarias para que [ésta experiencia] se produzea [porque ésta] es la que verdaderamente y con toda propiedad hace creyente a la persona que la ha tenido. iQué lejos esté todo esto de la doctrina catélica! Ya hemos visto que el Concilio Vaticano [1869/70] condené estas fantasias”. “Ciertamente son ciegos que guian a otros ciegos, hinchados con la soberbia de la ciencia [aqui la ciencia esotérica], que llegan en su locura hasta pervertir el eterno concepto de la verdad...; han inventado un nuevo sistema en el que, empujados por una desenfrenada avidez de novedades, no buscan la verdad alld donde verdaderamente esta, menosprecian las santas y apostélicas tradiciones, se abrazan a doctrinas vanas, fitiles, inciertas, no aprobadas por Ia Iglesia Y. como cabezas huecas, sobre esas doctrinas pretenden fundamentar y asentar la verdad” “Muchos de sus escritos y de su dichos son contradictorios, de mode que podria pensarse que vacilan inseguros. Pero se trata de una actitud deliberada... Por eso encontramos en sus escritos una pagina que un catélico puede aprobar sin reservas, a la cual sigue otra que sélo cabe pensar que ha sido dictada por un racionalista. [Hacen una diseccién entre la exégesis teolégica y pastoral y la cientifica e histérica. Igualmente... cuando disertan sobre filosofia, historia o critica, no tienen empacho en... hacer en todo caso omiso de los maestros catélicos, de los Santos Padres, de los Conci ios, del Magisterio eclesisstico; y si se les llama la atencién, replican que se les esi coartando la libertad”. “[Segiin la herejia modernista] puesto que los simbolos son al mismo tiempo simbolos del objeto e instrumentos para el sujeto, éste -el creyente- ... debe utilizarla [la formula dogmética] sélo para unirse por medio de ella a la verdad, que la formula descubre y encubre al mismo tiempo, sin conseguir expresarla nunca del todo. Ademis, ... el magisterio puiblico [la] ha considerado adecuada para expresar la conciencia comiin, y siempre y cuando el magisterio no determine otra cosa”. “Parten de un principio general: en una religién viva no hay nada invariable y, por tanto, que no deba ser variado. Arrancando de aqui, Ilegan a lo que es casi el punto més importante de su doctrina: la evolucién. ... Por ultimo, la exigencia de que en la Tglesia haya una evolucién, surge de la necesidad de estar en armonia con las circunstancias hist6ricas y con las formas existentes de los regimenes civiles. ... [H]ay que tomar buena nota de esta doctrina de las necesidades 0 indigencias...., pues es la base y el fundamento... de su famoso método, que ellos denominan histérico”. “Perseveran en el camino emprendido; perseveran aunque sean amonestados y condenados, disimulando su increible audacia bajo una mascara de humildad. Hacen como que bajan la cabeza, pero en sus hechos y en sus intenciones contintian con mayor osadia la tarea que comenzaron, Obran asi deliberada y taimadamente, porque estdn convencidos de que no hay que destruir la autoridad, sino sostenerla, y porque quieren permanecer en la Iglesia para ir cambiando paulatinamente la conciencia colectiva. No se dan cuenta de que, al decir esto, estan reconociendo que la conciencia colectiva [cat6lica] no concuerda con ellos y, por lo tanto, no tienen derecho a erigirse en intérpretes de la misma. ... [PJara la doctrina y las maquinaciones de los modernistas no debe haber nada estable ni inmutable en la Iglesia. Han tenido unos antecedentes en aquellos de quienes Nuestro Predecesor Pio IX escribia: Estos enemigos de la divina revelacién, prodigan grandes alabanzas al progreso humano y querrian, con temeraria y sacrilega osadia, introducirlo en la Iglesia, como si la religion no fuese obra de Dios..."193. EL OCULTISMO ANTIGUO (TEURGIA, TEOGONIA, GNOSIS, HERMETICA, ARS REGIA, OPERATIO DEI, GRAN OBRA) HACE DE PADRINO DE LA MODERNA TESIS CABALO-ROSACRUZ EN CUESTION Vaya por delante que existen miles de documentos probatorios, no menos de «iniciados» que de «profanos», de la existencia del Poder Oculto, y de su ciencia y estrategia de subversion de la Cruz de Cristo. Aqui remitimos, a modo de precalentamiento, a una carta de Albert Pike (Limmud-Ensoph) escrita al revolucionario Giuseppe Mazzini (Emounah-Shemed) en el afio 1871. Recomendamos la lectura completa. «EI Serenfsimo Gran Colegio de Masones Eméritos, reunido bajo la presidencia del Muy Ilustre, Muy Poderoso y Muy Divinamente Esclarecido Hermano LIMMUD-ENSOPH, ... fijé las conclusiones legitimas que desde este dia tendran fuerza de ley. «Rihab Sabba, Ahta Ahtnanoc Malog Hesorem, Lucifer. Alleluia! «La destruccién del catolicismo malo, no pudiendo ser lograda de un solo golpe, y a edificacién del buen catolicismo, exigiendo igualmente un trabajo prolongado, son dos obras paralelas, a los cuales hay que dedicarse al mismo tiempo, de tal manera que cuando el templo de Adonai, minado en todas sus partes, estard listo a hundirse para siempre en ruina total, la misma impulsién que lo reducird a la nada descubrird, a los ojos de la humanidad debidamente preparada, el templo de nuestro Divino Maestro, escondido hasta entonces. Lucifer, Dios y Rey, ver entonces al mundo entero consagrarse a él y a adorarle; su religion sera desde entonces catélica de veras Ahora bien, para echar la luz minima necesaria sobre la trama cabalo-rosacruz de evacuacién via la resignificacién y neutralizacién de la Cruz de Cristo, sustentada por el dogma catélico y el propio texto sagrado, también conviene exponer, con cierta extensidn, lo que, entre otras muchas fuentes posibles, ya en 1895, en su libro Lucifer démasqué, reveld Jules Doinel, converso que antes de abjurar de su apostasia, fue Patriarca, de nombre Valentin II, de la “Iglesia catélica gnéstica”. Este libro fue escrito bajo el seudénimo de Jean Kostka, porque Doinel, muy agradecido, atribufa a San Stanislas Kostka la gracia de su conversién. Citemos algunos pasajes capitales, para dar a conocer la misién de esa orden ocultista, que consiste, no en la negacion abierta, sino en la neutralizacién encubierta de la Cruz de Cristo; en silenciar la Cruz por medio de la Gran Obra 0 Ars Regia: CHAPITRE XXI - CHEVALIER ROSE-CROIX “Apres avoir regu, par communication, les degrés qui vont du 48 au 178 grade, le candidat a la Rose Croix est appelé a recevoir le fameux titre de DIX-HUITIEME, qui lui donne entrée dans les igre-loges Lucifériennes. Les naivetés voulues et les insanes Slucubrations du rituel du Grand-Orient ne nous occuperont pas dans ce chapitre destiné tout entier a révéler un des mysteres les plus subtils et les plus nettement démoniaques de la haute-maconnerie, je veux dire le symbole de la Rose sur la Croix.” “Lucifer donne a ce grade un tel charme, un tel éelat qu'on lembrasse passionnément. On se sent fier et triomphant d'étre chevalier de la Rose-Croix.” “ILy a aussi l'allégresse hautaine de la profanation, du sacrilége congu, sinon approfondi, de l'association de la pensée humaine a la pensée du roi des Anges coupables, de l'identification avec Lui, de la participation a sa science, de la communion a son Verbe. Il y aussi I'influence de sa Présence spii “Le grade de Rose-Croix conti donc le satanisme 4 haute dose. II est le germe des hauts grades, comme le degré d'apprenti était le germe du grade du Maitre: avec cette différence, toutefois, que le grade de Rose-Croix constitue le macon parfait, le magon ayant contracté, s'il est intelligent, s'il a le sens religieux, un paete formel avec l'ennemi de Jésus-Christ”. “Dans la loge rouge, il y a entre autres, mais plus spécialement, il y a trois mystéres lucifériens: le mystére de I'INRI, le mystére de Ja Rose-Croix; le mystére du Signe-du-Bon Pasteur. J'ai regu la complete illumination démoniaque sur ces trois mystéres”. “Que signifie donc la Rose du silence apposée sur la Croix et sur celle place de la Croix ot reposait la téte couronnée d'épines du Seigneur? Elle signifie le cachet de l'annulation mais sur la Rédemption. La Rose plaquée a la croix n'est autre chose que l'annulation de l'oeuvre de la Croix. Et seul Lucifer a pu avoir cette pensée. Seul il a pu concevoir cette théorie monstrueuse.” “Ce moyen sera donc de cacheter (sic) la Croix, comme on cachéte un testament précieux qu'on veut rendre inutile. Nous mettrons done sur la Croix le cachet de la Rose. NOUS IMPOSERONS SILENCE A LA CROIX. Ft la croix silencieuse ne parlera plus aux homries d'un salut et d'un devoir, qui ne sont ni le devoir qui nous incombe, ni le salut que nous attendons. D'un autre cété, le catholicisme privé de la Croix et des fruits de la Croix, qui sont la charité, 'abnégation, la patience, le pardon des injures et la réforme de la vie individuelle comme de la vie sociale. Le catholicisme perdra son prestige et son action sur les esprits cultivés, d'abord; sur les masses, ensuite. Cachetons la Croix.” “Lucifer, son tour se manifeste dans les loges rouges et dit : «Je suis le bon Pasteur !» Et il donne a ses brebis, le signe de ce pasteur. Ce signe : le voici : ...PAX ... Les deux bras croisés sur la poitrine, c'est la moquerie de la Croix, déja annihilée par la Rose du silence. Les mains étendues, c'est la dérision de la priére. Les yeux levés au ciel, c'est l'insulte ironique A I'extase et au ravissement des saints. Le geste du signe et du contre-signe, c'est le geste hiératique du Baphomet qu’adoraient les Templiers. C'est en gnose, l'anabase et la catabase ; I'évolution et l'involution. En magonnerie rouge, c'est la menace jetée au ciel et le salut donné a Lucifer. C'est aussi Vinversion du dogme catholique, en ce sens que l'enfer devient le ciel du luciférien. Le croisement des jambes c'est le redoublement du mépris de la croix. On la rejette en arriére et on la foule en simulant sa forme. Le mot Emmanuel qui signifie Prince de la paix, est le mot qui dans Isaie et dans I'Evangile désigne le Seigneur. Le rose-croix l'attribue & Satan, son Emmanuel. L'TNRI est décomposé. On connait son triple sens.” Ahora bien, muy en linea de esta mentalidad luciferina, el autor de un articulo reciente (Martin Ibarra Benlloch, ¢Qué hacia Adén antes del pecado original?, www.arbil.org/arbil120.htm), cual diseipulo fiel de su maestro, y santo de devocién e inspiracién, se salta a la torera el significado real de la diferencia dogmatica de lo que fue «antes» y «después» de la Caida, introduciendo asi, por la puerta trasera, la antigua Gran Obra en el corazén mismo del cuerpo doctrinal del Catolicismo. Recordemos aqui tan sélo la enésima condenacién de tal doctrina por el Concilio Vaticano; aqui no bajo el nombre vario que le da la contraiglesia, sino el teolégico de la Iglesia Catdlica que habla de Naturalismo (por su oposicién teérica y/o practica al orden sobrenatural): [Constitucién dogmdtica sobre la fe catélica, cap. 2 De revelatione, can. 3, sessio III, 24 de abril, 1870] D-1808 [Contra los progresistas] Si alguien dijere que el hombre no puede ser elevado por Dios a un conocimiento y una perfeccién que supere a la naturaleza, sino que puede y debe finalmente llegar por si mismo, por un constante progreso, a la posesion de toda verdad y de todo bien, sea anatema. ‘Tengamos presente, sin embargo, que “puerta trasera” aqui quiere significar que no se niega de frente la gracia, ni atin se absolutiza el progreso humano en teoria. Sin embargo, con eso y todo se conculcan de hecho las excelencias y derechos de la primera, y se desea y ama de corazén al segundo, con que al tradicional “contemptus mundi” se opone el “amar apasionadamente al mundo”; y, lo que es mis grave, lo hace revistiendo ese error nefando de lenguaje catélico. SOBRE LA INCAPACIDAD MODERNISTA DE VISLUMBRAR EL SIGNIFICADO PRACTICO DE LA SANTIDAD Y JUSTICIA ORIGINALES Con esta «composicién del lugar», después de haber dibujado la psicologia, modo de desenvolverse ¢ inmersién esotérica del modernista «creyente», acaso se entender mejor la capital objecién que se merece la rotunda afirmacién de que el «trabajo» hubiese existido en el hombre ain en «estado de naturaleza integra» (sin pecado original). Pero vayamos por partes; y no a modo de demostracién exhaustiva, sino de invitacién a meditar con espiritu ecudnime una cuestién cuya resolucién juzga mas que ninguna del estatuto anticatélico de la civilizacién moderna, en cuyo epicentro esta situado el trabajo entendido como «produccién». Sobre bases doctrinales firmes, pues, y evitando dos extremos, el pelagiano-naturalista y el maniqueo-protestante, respectivamente, hemos de tratar, con santo temor, de la Caida en relacién con el significado de la operatividad humana. Ningiin catélico, so pena de dejar de serlo, negara que la Caida en el origen mismo de la Humanidad, aparte de la pérdida de la santidad y justicia originales, prodvjo un cambio de vastas consecuencias en ja naturaleza y operaciones del hombre, que la mala (0 maliciosa) traduccién del “ut operaretur” por “para que trabajara” echa por los suelos, ofreciendo una salida por la tangente, conforme a la psicologia activista y apetencias fabriles del hombre moderno. Comencemos por el estatuto y la percepcién de nuestra desnudez corporal. Adan y Eva, habiendo vivido desnudos sin sobresaltos, de repenie, como consecuencia de la rebelién y caida, se dieron cuenta de su desnudez, un hecho de significacién carnal no menos que espiritual, que antes, sin embargo, habia resultado irrelevante e indiferente. Como podemos describir la cosa sin abultar demasiado nuestras reflexiones? Decia Aristételes que, por la amistad, los bienes del amigo en cierto modo se asemejan a bienes propios. Asi también, cuando Adan y Eva vivian en amistad con Dios, poseian — al modo de Dios-- tal sefiorio sobre si mismos y las cosas creadas todas, que no habia necesidad alguna, ni siquiera corporal (vestido, vivienda, etc.) al margen de lo estrictamente dispuesto por Dios en el Jardin del Edén (comer cualquier fruto menos los del arbol prohibido). Gen. 1:29 expresamente indica que tan limitadas eran sus necesidades calorificas que podian pasarse con ser vegetarianos. Su estar-con-Dios constituia toda su riqueza: todo lo poseian por participacién de Dios. Ciertamente no como propio, sino como don gratuito, pero siendo sefiores de las criaturas todas. El texto del Génesis expresa este sefiorio con gran precisién: Adan «dio nombre» alas cosas. Dar nombre, efectivamente, significa conocer la esencia de una cosa; en el caso de Adan y Eva, de todo lo creado, creacién. que al conocerla también amaban, como criatura de Dios que es, conociendo y amando en ella al mismo Creador. Por ello, al contrario de la tesis esotérica, antes del pecado original es necesario considerar la «praxis» como tinica actualizacion del mandato divino del ut operaretur. LA «PRAXIS» COMO UNICA ACTUALIZACION EN EL EDEN DEL MANDATO DIVINO DEL UT OPERARETUR En nuestra objecién al esoterismo cristiano es obligado centrar la quaestio disputata en el plano «metafisico» y no atorarnos en pretensiones «linguisticas», interesantes pero secundarias. Este enfoque es como un cancer teolégico desde la herejfa luterana en adelante, cuya infiltracién lenta pero decidida, pese a la resistencia heréica por parte de la autoridad eclesiastica, no pudo ser evitada, dado el amor tan propio del hombre caido a las novedades profanas y la falsa ciencia (cf. 1 Tim. 6: 20) . No sélo en la filosofia, pues, sino ain en [a teologia, la lingitistica ha suplantado la verdadera especulacién metafisica, haciendo pasar por su rasero hasta los més sublimes misterios de la Fe expresados en la Sagrada Escritura. Los amantes candidos del método histérico-critico, seguro que reclamaran que no habia que tomar el término latino como base para tan amplia especulacién, porque lo que importarfa seria el significado hebreo, que segiin ellos ignora la distincién entre lo que en latin, y también en griego (épyéiCeo0ar), son dos operaciones distintas, aunque muchas veces no separables. Sin embargo, ni siquiera el propio término hebreo favorece sin mas la idea de que se trate de una operacién «transeunte». A este respecto recomendamos estudiar la obra Génesis I-11, preparada por Andrew Louth (Madrid, Ciudad Nueva, 2003), que recoge los comentarios de los Santos Padres y otros autores de la época patristica En cuanto al verbo hebreo «abad», traducido por San Jeronimo con el verbo latino «operari», los dos primeros sentidos estan claros: «servir» y «dar cultoy (que precisamente hacen referencia a una operacién «inmanente», no una «transeunte»). Ademés, lo que no resulta nada claro, todo lo contrario, es {qué nexo puede haber entre «abad» y «adamah» (que significa «suelo cultivable», de ahi: el «cultivar» atribuido como tercer significado a «abad», el tinico que permitiria sacar una lectura «transeunte», en el sentido de que “ut operaretur” pueda significar "para que lo trabajara"), Seria bueno aclarar, por tanto, en qué sentido cabe declarar irrelevante sin mas, 0 intercambiable, una "b” y "d" por una "d" y "m" (el «adamah» haciendo referencia ciertamente a «Adam», por ser hecho el primer hombre de suelo, tierra). En todos los idiomas, en principio, son los consonantes los que determinan el corsé de una palakra, y asi también su significado, mucho més que los vocales, Esto se ve por ejemplo en el misterioso Tetragrémmaton, ejemplo grave de los miltiples abusos posibles de interpretacién cabalista, donde, a falta de autoridad fiable, no se sabe si ha de pronunciarse come Yahvé, como Jehova, o incluso como Adonay el sagrado nombre de Dios (YHWH). En resumen, bajo reserva del estudio mas completo de los comentarios de los SS. PP., resulta bastante arbitraria aquella traduscién que da sin més un significado de operacién «transeunte» al verbo hebreo «abad». Y para hablar en la logica del mysterium iniquttatis, la decidida voluntad de pretender, por medio de ese alegato, que el hombre fuera «co-creador» por voluntad divina, nada menos que por medio de unas simples operaciones "transeuntes" (transformacién, produccién), y eso ANTES del pecado original, resulta, para los que saben algo de las sutilezas ocultistas de Lucifer caido, profundamente contrario al estatuto del hombre en santidad. y Justicia, cuando la voluntad humana alcanzaba su objeto o fin, sin que medie tiempo alguno entre querer y poder, participando de un poder, divino, que todavia NSIC evoca cuando recuerda a sus discipulos, por ej., que hasta las montafias se desplazarian por nuesta sola voluntad, sin que medie trabajo alguno, en el sentido de operacién «transeunte». Es curioso, o no tanto, que para los cristianos erédulos de la Gran Obra ocultista, resulta quasi anatema la afirmacién de que el trabajo, propiamente dicho, de hecho no puede ser sino resultado del castigo infligido por Dios DESPUES del pecado original, como bien lo sefiala Dios evocando la realidad nueva del "sudor", "dolor". Y entenddmonos bien, sélo si mide un "tiempo", por poco o mucho que sea, entre el "yo quiero" y el "yo puedo”, cabe hablar de "sudor" y de "dolor". Toda voluntad capaz de alcanzar sin mediacién (0 sea, inmediatamente) su objeto, es incapaz de sufrir ese "sudor" y "dolor" de los que habla Dios DESPUES del pecado original. ‘Abundaremos sobre el tema en otro lugar. Por todo eso, muchos hay los que afirman que la traduecién de «operari» («abad») en el sentido puesto de relieve por José Maria Escriba (de multisecular estirpe kahalista), delata un pensamiento cabalista (acerca del Adam Kadmon), segin el cual el hombre es llamado de llevar a buen término la magna obra de la Creacién que Dios solo no quiere ni puede acabar. Por supuesto, dificilmente pueden unas breves alusiones penetrar en un circulo hermenéutico, una intersubjetividad establecida de afectos e ideas. Queden apuntadas, por tanto, sin énimo de herir a nadie, sine ira et siudio, para estimulo de los que aman sinceramente la verdad. Para los unilaterales adeptos de la lingitistica, no obstante, el quebradero de cabeza de lo que significa «operacion» tendria solucién demasiado facil. Segiin ellos, el texto sagrado habla de «cultivar», y por tanto de agricultura, con lo cual la objecién aqui planteada con rigor metafisico, no tendria ninguna raz6n de ser, porque el mandato divino seria evidentemente un mandato a trabajar la tierra (humus), en el sentido de una operacién «transeunten. Es curioso que justo ellos lo digan, tan dispuestos como estan de reducir el sentido literal de la Sagrada Escritura a simbolos, figuras, alegorias..., 0 sea, a evacuar de ello el significado querido por Dios. No hay que ir tan lejos, porque, segin su amada ciencia lingtiistica, el hebreo, idioma sagrado, ultrareconcentrado, simplemente tiene en virtualidad casi absoluta lo que en forma mas diferenciada nos ofrecen el idioma griego y latino. Por tanto, el término inspirado por Dios en la tradicién oral primero, y en su fijacién escrita después, apenas pudo expresar literalmente aquello que Dios, sin embargo, quiso que fuera su significado propio. No es que Dios hubiera hablado a gente primitiva. Eso es inadmisible en la sana concepcién catélica que no ignora la primorosa capacidad intelectual de aquellos pueblos primigenios poscaida que, nada menos, supieron alzar contra Dios una Torre de Babel. El problema esta en otro lado. Simplemente, Dios no quiso impedir, por respetar atin la libertad humana extraviada, que unos criticos posteriores, herejes las mas de las veces, afirmaran que el término hebreo no pudiera significar aquella cosa exactamente que el texto latino fijaba con el término «operation. Y consta, finalmente, que el texto can6nico es la versi6n latina, mal que les pese a los linguistas, y a los judaizantes, que sélo atienden a lo histérico y nunca a lo metafisico, porque no cabe en su cabeza, por orgullo, e ignorancia del mysterium iniquitatis y sus fuerzas

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