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ee Pensamiento es posible = cias je, cial. Al analizar este a priori desvela Condiciones universales de posibilidad de la !a explicacion cientifica. Mas que de la coniraposicisn entre ex cién-comprensién, habria que hablar de “explicacién y comprenssa como algo complementario. 1. SOBRE LA LOGICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES: THEODOR Ww. ADORNO. Theodor W, Adorno, nacié en Frankfurt a 1903. Muri6 en 1969. Hijo de un rico comerciame te judio de vinos y una cantante corsa de fmm internacional, Si alguno de los representantes de la — Critica de la Escuela de Frankfurt Puede recite cl apelativo de genio polifacético, ése es Adora Espiritu refinado y elitista; musicologo, analiee tanto @ Bach como a Schonberg, a Mahler y Wagner, Fildsofo ques: ts Hegel, Marx, Kierkegaard 9 Husser] Critical » Socidlogo y mtisico aficionado. estrecho colaborador de Max Horkheimer. x= bieron juntos Dialéctica de la Iustracién, Madrid, Trotta, 1971 » = puede decir, en general, que piensan al unisono. Siguiendo una caracteristica de la Teoria Critica utilize mas = ensayo y el aforismo que las obras sistematizadas, Su desconfizem: 226 sente a los sistemas cerrados y su énfasis en lo particular le empu- aban a ello. Se pueden considerar como sus obras més completas y de madu- ez; Dialéctica negativa, Madrid, Taurus, 1974; Teoria estética, Madrid, aurus, 1980. Asimismo son dignas de atencién su Sociologia (con orkheimer), Madrid, Taurus, 1971, Terminologia filoséfica 1 y I, adrid, Taurus, 1976. La vision del concepto de légica de la ciencia' que se expone a entinuacién es para Adorno mucho mas amplio que el de Popper. sues tiene mas presente el método concreto de la sociologia que las eslas generales del pensamiento, la logica deductiva. El auténtico eonocirniento sociolégico es critico y da cuenta de la totalidad, en- endida como dialéctica, a saber, la descripcién de contradicciones les de la sociedad. La sociedad és contradictoria y, sin embargo, eterminable; racional e irracional, es sistema y ruptura, naturaleza ega y mediacién por la conciencia. *|.a sociedad es un proceso total, en el que los hombres abarcados, iados y configurados por la objetividad reinfluyen a su vez sobre wuélla: la psicologia se disuelve tan escasamente en la sociologia el individuo en la especie bioldgica y en su historia natural. No be la menor duda de que el fascismo no puede ser explicado tan o por razones de orden psicolégico-social, ni era ésa, a diferencia Jo que, malentendiéndola, se ha dicho a veces, la intencién de la joritarian personality; pero si el caracter vinculado a la autoridad necesitado de ella no hubiera estado tan extendido —por motivos ciolégicos no menos evidentes, a su vez~ el fascismo dificilmente biera encontrado en las masas la base necesaria para hacerse con soder en una sociedad como Ia de la democracia de Weimar. ‘La autonomia de los procesos sociales no es, en cuanto tal, un en ino que se basa en la cosificacién; también los procesos enajena- s respecto de los hombres siguen siendo inhumanos. De ahi que ontera entre ambas ciencias sea tan escasamente absoluta co- Ja existente entre sociologia y economia, 0 entre sociologia e his- fa. La vision de la sociedad como totalidad no deja de implicar asi- 10 la necesidad de que todos los momentos efectivos en dicha *Th, W, Adomo: “Sobre la légica de las ciencias sociales”, en Th. W. Adorno/K. Popper/R. Dahrendorf/J, Habermas/H, Albert/H. Pilot y otros:, La disputa del sivismo en Ia sociologia alemana, Barcelona, Grijalbo, 1973, pp.136-138. 227 totalidad, y en modo alguno totalmente reducibles unos a otros, tren en el conocimiento; no tienen por qué dejarse aterrorizar por] divisi6n cientifica del trabajo. La preeminencia de lo social respect de lo humano-individual se explica a partir de la cosa, de esa impai tencia del individuo respecto de la sociedad, que para Durkhel constituia, precisamente, el criterio de los faits sociaux. autorreflexion de la sociologia también debe estar, no obstante, pi cavida y vigilante respecto de la herencia hist6rico-cientifica, qui incita una y otra vez a exagerar las autarquias de las ciencias ma Jovenes y en Europa todavia no aceptadas con igualdad de derechos por la universitas literarum. Sefioras y sefores, en la correspondencia que sostuve con él pre: viamente a la formulacién de mi coponencia, el sefior Popper defl ni la diversidad de nuestras posiciones en los siguientes término en su opinién, vivimos en el mejor de los mundos jamés existent ~yo, en cambio, me niego a creerlo asi. En lo que a él correspond ha exagerado, sin duda, un poco, en aras del efectismo de la discus sin. Establecer diferencias en el grado de maldad de sociedades di épocas diversas no deja de ser algo precario; me cuesta mucho acep: tar que no todas hayan sido superiores a la que hizo posibl Auschwitz, y por lo menos en este punto, Popper me ha caracteriza do con fidelidad indiscutible. Slo que para mi, la diferencia es decidible y no lo es simplemente de puntos de vista: ambos podriae Mos sustentar igual postura negativa respecto de la filosofia del punto de vista y, con ello, también respecto de esa misma sociologia. La experiencia del cardcter contradictorio de la realidad social no puede ser considerada como un punto de partida mas varios posibles, en cuanto a tal. Unicamente a quien sea capaz de imaginarse una sociedad distinta de la existente podra ésta convertirsele en problema; tinicamente en virtud de lo que no es sé. hard patente en lo que es, y ésta habra de ser, sin duda, la materia de una sociologia que no desee contentarse ~como, desde luego, la mayor parte de sus proyectos- con los fines de la administracién. puiblica y privada. Quizé quede aludido con ello el motivo por el que en la sociologia, en su condicién de ciencia particular, no hay lugar para la sociedad. El proyecto de la nueva disciplina venia sustenta- do en Comte por la voluntad de proteger las tendencias productivas: de su época ~el desencadenamiento de las fuerzas productivas- del potencial destructor, que ya entonces iba madurando en ellas. Y lo 228 tlerto es que a pesar del tiempo transcurrido, no se ha producido ¢ambio alguno en esta situacion de partida de la sociologia; es mas, § ha agravado en extremo ~y la sociologia deberia reservarse esta videncia. El archipositivista Comte era perfectamente consciente de ese ca- ficter antagonistico de la sociedad -en su opinién, realmente decisi- yo-, al que en su ulterior evolucién, el positivismo ha intentado anu- lar -o escamotear- como simple especulacién metafisica, dando lugar las extravagancias de su fase tardia, que han vuelto a evidenciar Jo intensamente que 1a realidad social ha puesto en solfa las preten- Slones de aquellos cuya profesién es, precisamente, apurar el cono- ¢imiento de la misma. Entretanto ocurre que la crisis, por la que la sociologia ha de mos- trarse no afectada, ya que no es la del orden burgués tan sélo, sino una crisis tal que amenaza literalmente la subsistencia fisica de la sociedad entera. Frente a la increfble prepotencia de las circunstan- clas, ahora evidente en toda su desnudez, la esperanza, alentada por Comte, de que la sociologia pudiera guiar el poder social, se ha re- velado como ingenua -salvo, desde luego, que se decida a facilitar planes y proyectos a los poderes totalitarios. En su renuncia a una eorfa critica de 1a sociedad, la sociologia adopta una postura de re- _slgnecién: no hay valor pata PeVSRT eT Wit porque se Cues dE Be- formarlo. De ahi que si la sociologia aceptara reducirse exclusivamente al imiento de facts y figures Snlbeneficio de To establectdo, seme Jpnte progreso en la carencta de Ta Wbertac acabaria por menoscabar™ progresivamente, condendndolas a la irrelevancia, incluso a esas in- vestigaciones de detalle con las que se hace la ilusion de triunfar sobre la teorfa. | La ponencia de Popper acaba con una cita de Jenéfanes, sintoma Indudable de que esa separacion entre filosofia y sociologia, que hoy tanto ayuda a la tranquilidad de las almas, le satisface tan escasamen- le como a mi, Pero también Jenéfanes era, a pesar de Ja ontologia cledtica, un ilustrado; no en vano encontramos ya en él esa idea nuevamente rastreable en Anatole France-, de acuerdo con la cual si una especie animal pudiera representarse a una divinidad, lo ha- via con su propia imagen. Este tipo de critica es tradicional en la llus- tracién europea desde la Antigiiedad. Su herencia ha recaido hoy, en no escasa medida, en la ciencia social. Apunta a la desmitologizacion. Que no es, desde luego, ningtin concepto teorético, ni equivale tam- 229 poco a una ciencia iconoclasta que al acabar con la diferencia entre lo verdadero y lo no verdadero destruye también el abismo entre lo cabal y Io falso En su lucha contra la magia, la Tlustraci6n se propone -en virtud de su propia esencia- liberar a los hombres de todo encantamiento: del de los demonios, ayer, y hoy de los que sobre ellos ejercen las relaciones humanas. Una Ilustracin que se olvida de esto y, en su desinterés, deja en su lugar —intacto- el viejo encantamiento, agotan- dose en la elaboracion de aparatos conceptuales manejables, comete sabotaje contra si mismo incluido ese concepto de verdad que Popper opone a la sociologia del conocimiento, En el concepto enftico de la verdad viene comprendida también la disposicion cabal de la socie- dad, por poco que pueda ser esbozada como imagen de futuro. La reductio ad hominem en la que toda Ilustracién critica encuentra ins- piracion, tiene como sustancia a esos hombres a los que habria que acceder en una sociedad duefia de si misma. En la actual, por el con- trario, tinice indice es lo socialmente no verdadero”, Actividades reflexivas 6 is puede renun teoria critica de la sociedad’ 7.{CUalss serfan las consecuiencias previsibles de To anterior? 8. 7Cudtsertatacritica de Ta critica de Ja reriuncta? de la verdad consiguienta sas, para pet ciudadanos. nerramientas 0 trabajen comunicacia 1968); Cien sociales (1970 de la Escuela Ciencias Socia ciedad se had néutica. Una de los fendmes

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