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rarito en 1920, "Las ciencias ocultas en la cindad de Buenos Aires” figura ios primeras textos de Roberto Arlt En todos los sentidos podria leerse cate ensayo general. El titulo descriptivo no deja adivinr el carécterd pro: come deol6gica de estas paginas donde se cuenta un tramo de biogralia in tonovela id : oar a iefectal. Como en Eljuguete rabioso, Arlt habla también aqui sobre la iniciacion dewn adolescente. Mezcla de ficcidn y de panfleto, “Las ciencias ocultas en la ciudad de Bue- pow Aives oscil entre la exposicion de saberesclandestnos,secretos, despreca ine ade Ia perspectiva del discurso “razonable",y Ia historia cas fantistca de ‘mmuchacho poseido por las maniobras de sectas orientalistas y parapsicol6gt- tas Arlt cita, parafrasea, comenta y critica una bibliografia underground (una es sie de filosofia y psicologfa para pobres, para muchachos sensibles y para mu- jeves, que también fascin6 a algunos intelectuales). Mucho de lo que dicen los personajes de Los side loos, Arlt lo aprendié en los libros que ley6 cuando escri- bia este texto. “Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires” relata un viaje intelec- tual que tiene mucho de inictico. La locura acecha al adolescente que, intoxt- cado por Baudelaire y De Quincey, cae fascinado ante un joven palido al que, con adjetivacién modernista, Arlt describe como un “un hiperestésico extenuae do’, es decir, un sensitivo, que posee las capacidades del médium: “Cuando de- senvolvia esas tesis extrafias y oscuras, descubria, en el fulgor de sus negras pu- pilas, no sé qué misteriosos arcanos seductores”.* En la biblioteca de ese joven pilido, el narrador de “Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires” des- cubre libros de alquimia, de magia, de teosofia. Por lo que se ve, el narrador ha caido en una red de saberes inickaticos. El ocabulario exético (faquires y yoguis, selvas del Bramaputra, Tibet, Magos Ne- 810s, Sutras, Hatha y Raja Yoga), que aprende velozmente, ofrece, como toda pa- ‘abra iniciética, un camino de ascenso hacia los poderes psiquicos: “Por medio 1 Roberto Arkt, "Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires", en Nuevas Aguafuertes, Buenos ite, Losada, 1975 [1920]. Mid, p. 107, = _—_—_—_—_—Srre—“( a dur 216 mtn SAR 6 ate esos poderes se era clarividente al igual de Swedenborg, se ex $0 ese i ia rf 1s voces de los pianos, de los caos mids distantes, come 1 hab, : : misteriosi ristus, o Isaias, se descorria el velo de Isis, se desenmascaraba la Boh a Estinge y aba en ka Suprema Raz6n, en el espacio de las N dimensiones: pa) Pe Payee GIT: través de libritos de Kio, OY de nev extrvagante, muy difundido en Buenos Ai la prensa, constituye una enciclopedia. ‘Trastornado por los libros, ef narrador se convierte en médium imi Y deli y simios blancuz ira en 8, ObSCeMOS yop soledades pobladas de “pigmeos espantosos covados":! Las notas al pie de pagina reduplican las alucinaciones y las yg, extrasensoriales sefalando sus fuentes eruditas. Se dibuj cae ciones marginales con la cultura: Arlt busca en lugares por donde no a asf un sistema otros escritores, encuentra materiales de segunda mano, ediciones baratas, tr ducciones. Con eso, construye una literatura original. Recorre esa biblioteca de saberes teosoficos y tiene ante ella una posicién doble de atraccién y demuncia Pero, sobre todo, encuentra elementos de su narrativa futura. En “Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires” estd esbozado Los siete locos. Pero hay mucho mas que un conjunto de saberes iniciticos. La conspire cién, la secta, el complot y el secreto son el otro tema de “Las ciencias oculta’, Yalo dijo Walter Benjamin: la sociedad secreta es la forma organizativa de la cons piracin y el espacio de acci6n del conspirador. Arlt demuncia esa red de logis, pero también las toma como modelo para inventar la organizacién delirante de sociedades secretas tal como aparecerd en sus novelas futuras. La sociedad inicidtica es la presencia de lo secreto en el mundo piiblico de la ciudad moderna. El conspirador es un audaz que sintetiza todas las revolucio: nes posibles, de izquierda y derecha; es autoritario y anarquico al mismo ten po; propone una nueva moral de hombres fuertes como alternativa al fracaso de los pobres diablos y la mediocridad de la pequefia burguesia. La sociedad init tica de Las siete locos remite a los anarquistas pero también a los tedsofos. s/s r linaje. Foucault afirmaba q "4 Astrélogo lo sabe; y el Ri sitan tanto como las s que se organiza en las s deliberaciones, en su r precio por quienes es Ja imaginaci6n. La trat gs DHL SELON a7 ae as gociedades iniciaticas se definen por un saber que se traduce en poder. ants de Arlt, que es un desposeido de saber y poder. En Los sie- — sociedad es un instrumento y un fin. Un instrumento que destruye y our jgentidades, donde cada cual tiene la oportunidad de cambiar, de un gale. wna vida que resulta intolerable. Pero esa posibilidad es también un egeisme. que conduce a cada uno de los iniciados al fracaso. Y es un fin por- wk sociedad aparece como el tinico escenario posible de una fantasia de po- grala medida de marginales y derrotados. La sociedad iniciatica tiene como presupuesto la constituci6n de un mun- iodiferente y los personajes de Arlt, esa especie de desajustados incolmables, so podran vivir en el imaginario de una revoluci6n que lo cambiara todo, tan deseada como imposible amd dene Lo maravilloso mo! (1993) iféricas como arenas pre las ciudades peri jap ianes ra Ensuarticlo 10 ang Manchester deo ™ pipotesi uuchos aspects, més representativa de jy “ ten, ria, las reflexiones benjaminjan, 7 gelsy " al como aparece en Jas oe mes nn ining co desma que Par » la capital del siglo © més bien ¢ fue g om jcu0",? que LUVO SUS escenarios en js del consum! ’ nuevo espacio en bién expo des tiendas, smo més conspicuo” las galerias, oe esia de Baudelaii icky, juearia en la poesia de Baudelaire, Como prj alzac y Baudelaire tienen limitacio,..- temo (contintia Morse) Balzac y Baudela int Io modern que, escritor en una ciudad periférica aoa entimiento de nostalgia ni la vivencia defa*rag, simbolizacion en lag Jes, y su hella | nes unive de o Jos compara con Dostoievs! tersburgo, no experimento a co i produce cambios en la sensibilidad (el pasaje por el grote hacia la belleza), que afectan la idea de una modernidad “tinica” y permiten pen- sar en diferentes estrategias que la modernidad despliega cuando la fuerza del cambio encuentra frente a sf tradiciones culturales diferentes. En este sentido, algunas ciudades periféricas no resultarfan solo una copia siempre imperfecta de los grandes modelos urbanos, sino también una soluci6n original que se des pliega, especialmente, en respuestas culturales capaces de rearticular elementos de diferentes registros en nuevas configuraciones de ideas. . Loque me propongo exponer se relaciona con estas observaciones de Mor- ee es a reps de os ntelectuaes a os process mera foma deste, ne Si, en los afios veinte, Borges imagin6 ae ode una ciudad yuna ee ea al senumie: eee a el ntusiasmo y laexpectain ya casi no existian entonces, Roberto ie idamente ae no excluia la critica) frente 4 Va qd afectando el perfil urbano y la vida” sintetiz6 pel g1GL0 X* é 31008 29 judad modern: ia cons enn id a materiales nuevos: wt ao THOS destrezas que emergen del mundo scursos distantes sreada. Hablaba de 10 que nose hablaba en yj 8, sabe- , eae ; literatura, ag como eseriton ee otra parte. Como se piensa en = argen- mi pod ge la elite intelectual, reacciona frente auna distribu Vuido de ta “lu vata” 4¢ & ondiendo con la sobreabundancia pel ci6n desigual ges tar un Taboratorio clandestino, c6mo dominar las fuerm 1 aca mo fundit metalesY Construir maquina. aia el fue. dad con el mundo de los pobres que no se bare saba rien f sgica ni ocupacié: i i pe mid eologica ni en la preocupacién moral, sino en un territorio. de cut. 0 ges Gici6n | heya del repertorio tée pasimpen al que constituia wn piso comin. En la ciudad que se modemniza, usa male’ gn dato para quien pueda verlo: en la electrificaci6n, en el transpor- ges 6 Oe raciones de objetos nuevos ala vida cotidiana, -n reocupaciO” cientifico-técnica marca las ficciones de Roberto Arlt, co- = huella de un impulso que ee elementos de un lugar a otro de la so seid SOP Jos “saberes del pobre ', esto es, el conjunto de instrumentos que en a ‘educacion del intelectual surgido Loan sectores populares ocupaban el lugar ie, en el caso de Jas elites sociales, tenfan otros saberes.° Se trata de un saber de io pritico que cumple la doble funcién de mito de ascenso y compensacién dela pobreza de capital simbélico € inseguridad sobre el capital escolar. Para los sectores populares (y notablemente para. Arlt) las innovaciones técnicas colman reausencia de saber en otras dimensiones. Cumplen una doble funcién: moder- niacion cultural, por un lado; equilibrio (siempre inestable) de diferencias cul- tunales, por el otro. Estos saberes del pobre son versiones aproximativas (cuya fuente son los textos de divulgaci6n) de los discursos de Ia ciencia, en especial dela quimica y la fisica, aunque es posible encontrar también discursos casi fan- tisticos sobre la subjetividad, la normalidad y la locura, la salud y la enfermedad, tas curaciones no convencionales... Creo que Arlt es un emergente de algo que ¢stisucediendo en lugares de la sociedad més o menos alejados de los centros deiniciativa cultural tradicionales, modernizantes o de vanguardia. Estamos fren- teal uso profano de saberes que son, al mismo tiempo, constelaciones fuerte” mente marcadas por la modernidad. Silvio Astier se presenta, en El juguete rabioso, como inventors Jee manuales de divulgacién y folletines. En Ja mezcla de una imaginaci6n literaria con una tasfa técnica, Arlt arma su personaje. Pero también en ese cruce aventurero 6s ao ie Laimaginacin tecnica. Sueios modernos de a cultura argentine, BUSS” a me 992, Retonp en esta presentacion tesis y casos presentados en es reas a Toengs 4g 0b" los “saberes del pobre” en Una modernidad perferica. Buenos * ° » Nueva Visi6n, 1988. vez, 20 se Construye el personaje que es At eign i antina de este siglo. ELASIGIO KO reentte, x saheres indlispensables para el grupo de nititiaen ny cl Astrdlogo, surge a mares a la literature ange cos, Frdosain, que mane ion entre Erdos: Una fas, ina, ces de los dos hados, Erdosai r dice c¢ HOCEE C6 10 ne, volucionatios. L cion muta porque hay saber yo necesita para dar el y VOLPE A UNA soe, vy por la riqueza. Pero tampa. dernidiad tenica, inn obtiene un gas Letal que el Asolo dad embruteeida, anism tiempo, por Ham ain los modos de bun i agiNandy, 4 distribucion ultra sofisticada del poder clavos de una orgsanizacion que py aj esi cain ablan na jerga tecnologica g ony. cl Astrologo fantayea se tuna sociedad futura regida por | ria ficcidn para los » Astier y Erde lico: paraisos de ci den dioses modernos. Silvi truida con retazos de saberes nuevos. 1 pregunta sobre donde y como circulaban €5105 saberey pnicticos emergidos de én cienifica y productiva Hevada a un fimjne casi impensable. Arlt no surgia de la nada. La densidad de sus ficciones testing, u locura, sino también procesos culturales me Surge, entonces, la renovac NOS ex. nia no sélo su talento 0 Arlt es necesario ente rio entender algy cepcionales y mis inclusives. mds: el lugar y Ia gente desde donde Arlt habia Tlegado a la literatura, Hoy todavia recuerdo a Emilio. En los atios cincuenta, venga casi todos og sibados a mi casa para arreglar lo que se hubiera descompuesto: una resistencia las vilvulas de la radio o los ojos méviles de una muiieca de cuerda. Emilio tenig entonces unos cuarenta aiios y lo que sabia hacer lo habfa aprendido en el taller donde trabajaba, Frente a mi padre, un hombre de formacién letrada tradicig. nal, Emilio representaba un saber adquitido aqui y alld, lejos de las universidas des y los colegios, hecho de retazos, zurcidos ¢ incongruencias: el saber de os po bres. Su fuerte estaba en la prictica, su cultura era una cultura del hacery no del entendei lefa revistas técnicas, adherfa al naturismo y (creo recordar) al espirtismo deci 6, por lo menos, lo alentaba la esperanza de un comercio posible con el més all Sus manos se desplazaban sobre la mesa del patio, ordenando tornillos y cable- citos, remendando mas que componiendo una radio de gabinete laqueado. En- tre las ambiciones que Emilio nos contaba, estaba la de utilizar el principio de los ‘antes para instalar un complicadisimo sistema de calefaccién en la vasos comuni casa de diez habitaciones donde vivia con una inmensa familia de vascos. Muchos aiios después, Roberto Arlt me obligé a imaginar los aiios de apren- dizaje de Emilio: la década del 20. Los hombres sofiaban con la técnica como las mujeres sofiaban con el folletin, los actores de Hollywood o los camisones de sa- tén que usaban las actrices de cine. En la técnica habia no sélo un almacén de Tecursos: lo que parecfa mas vinculado a la practica y mas signado por el utilita- rismo, se revelaba como una dimensidn imaginaria donde anclaban deseos de fama, dinero y prestigio. Ni ais LSIGLO xx 22 i .cientos d a Ai ONados pultban Por los corredyr ap istico de sus invent, aa sécnica permitéa emenee des — Ss de 1 praban por las redacciones de Jos diarios Wistro de Marcas y Patentes. Hevando . 1 Tya gelocidad desconocida hagyy a) etn mundo que estaba cambiando NEES. Pero no sélo permitia eso: OCUPS ao samt pien el espacio de la imaging. Ee. ei ; ACION. Los i , ap bilico ¢ industrial det Aste, * inventos hanales de Silvio Astier. el Ko adi un taller suburbano, donde ps Fost metalizada que Erdosain pers « oplastia hablan de vating cat flor con el fuego el metal de i" ‘0548, De | : veenicos adquicrcn en la ima a fuerza poética que los nuevos S* inacié, ginacion Colectiva; del deseo de un cambio ue pee espiar la materia misma de que estén hechos los suediox tecnica es lo maravilloso moderno, una promesa de futuro que d ipsobre el presente. Bilao de laradio, que legs por esos os, permite pens que tron pgosson posibles. En vez de anclar la imaginacion en los limites de lo ined 1, técnica potencia la fantasia: s un “saber hacer” que supera el mundo de Joprictco. Instalada en lo cotidiano, la técnica sin embargo no se tivializa por uso, Un aparato de radio, armado sobre la mesa de la cocina de un aficions- dobarrial, dispara la imaginacién hacia el futuro. En 1924 se creia que la tele sién estaba a la woelta de la esquina, pero también los viajes a la luna, las place formas aéreas intercontinentales, la creacién de vida en laboratorio, los mas barrocos trasplantes de glandulas. Sila radio era posible, todo podia ser posible. La técnica dio un impulso de ensuefio a las fantasias de los aficionados populares pero también de escritores como Horacio Quiroga, un dandy tecnolégico, y Roberto Arlt, un aventurero de lamodernidad. Arlt narr6 la ilusion y el delirio técnicos, trabajando con saberes desprolijamente recopilados en libros de difusién, noticias periodisticas, conver saciones. Quiroga coleccionaba manuales y armaba laboratorios; el fracaso y les desbordes de Ja invencién animan muchos de sus cuentos. Los inventores circ lan (dice Arlt) por las calles de Buenos Aires y casi son tantos como los que Pr meten curas milagrosas y los que se comunican con los espititts. Los diarios y las Tests se ocupan del milagro moderno y, hablando a los sectores populares: SS fran un futuro donde la técnica construira un mundo mis feliz, En este 68 “Yen la Argentina de los afios veinte, la técnica es democritica ¥ leben © ra i i as casas, le meee Br ama apaatoy mi des tit letra ‘is lejanas) hay una pedagosit. Fre Utiges @Parecen estos saberes practicos, que nos dad i oe a relacién mat tig 24 Fino en las paginas de los diarios y en Ia relacion Artefactos, : en los veinte, Ia lesborda de pron- syanntar aNtenas pe adquieren silo en la erial con los BEATRIZ 222 ASARL critores y los habilidosos como Emilio se Cruraban en Las fieciones de los : ee an ca ‘ados ‘orl e Ia misma ciudad y en los mismos afios, capturados por un ellino de prom. Se los puede leer inscriptos en Ia literatura, interpelados en los diatios y re. tas, promoviendo inventos impracticables, alimentando su saber y su fantasig tas. Estas dos dimensiones del suefio modero co. si WJ en los catdlogos de he rrfan juntas aunque hay una gri inventores popu Quizas sca pos cpa que las figuras de la imaginaci6n se escurren cuando 1 entre las novelas de Arlt y los suejios de los ible acercar los bordes de esa grieta, aun- quiere Si acon algo que desborda las obsesiones del ex c mite (aun cifradamente, pero otras veces de manera mas evidente) a descos, debilidade: Or, Si 8 y estrategias de compensacién sociales, puede su- ponerse que algo de lo que se manifiesta en Arlt estaba también en otros luge el! dad, probablemente aquellos mas préximos al mundo popular. La cucstiOn ¢s cémo estudiar lo que sucedié en esos lugares: para decirlo brevemet” Wes posible captar en las fuentes escritas, que son las diene de ls que disp nemos, la materia misma de la que estaban hech, 10S los suefios? . maquinas proféticas qa REO EP 19302 En “Luna roja”, un cuento de Robe oes guerm de clases. En una ciudad ultramodema, sed Arlt de es empleos, las fuces se apagan, los animales salajes wabgjedo- sseacio omineso, comienza el éxodo. De pronto, oa ée = colocd SU cénico perfil entre Gelo y tierra, escupié fuego vere spre su curelia. Y UR silbido largo cruz6 la atmésfera como um elind ; En efecto. In guerra fue una forma del futuro. Pero no fue la a" yo era ambien 12 ciudad moderna, las maquinas y le prolongacién wpa EB jengua cotidiana y en la del periodismo, la palabra “fururo™ que ahh debitido extraiiamente, prometia un cambio que incluiria 2 todos. « ge cen 2805, escribia el diario Critica en 1926, “cada ciudadano tendré ese OT que serd marca Ford”. Yel mismo diario, en 1934, examinaba la a Marte. Estas eran las hipstesis creibles sobre lo PY gaa venir A los objetos modernos se los llamaba “futuristas”. Las helade- SF poraimente, eran de diseiio futurista, lo mismo que los lavarropas de rodi- fovsasinela. Por supuestoy las cabinas de los aviones (como para Le Corbusier sugelosbarcos) tenian es2 cualidad, que se habia independizado del movimien- be ia encabezado por Marinetti en los afios veinte- Para los nuevos consumidores, futurista” era un adjetivo que podia usarse do se inclinaba, en general, hacia el optimismo téc- rporada a la vida cotidiana. Las palabras “avi6n", cia”, organizaban el relato popular de la mo- pe re Ene catempo presente. Su senti ccoy ba magia cientifica incor ‘po’, “cine”, “transmisi6n a distan dervidad. La técnica era un mito expansivo. Las calles de la fantasia Las coma sucedian de modo més conflictivo en Ia terath® is as ‘ccubrié en la ciudad y en la maquina la materia m jecion. sg "xiones tienen la exageracién de la metr6polis jimaginada por Fritz Lang: n te Arlt, “Luna roja”, en El jorobadito, Buenos Aires, Losad, 204 BEAT, ATRIZ, 1 / Z Lat lineas de alta tension y trenes elevados sobre cic} ’ 0s li Arlt el futuro es una explosion de rascacielos a Vivien " deg 1a ciudad futura sera cle vidrio, bro eB bronce 10 de hierro, a piel de I reftaccién, enloquecedoras. Balder, el ingenierg de py.” ode de Elam, no “una red de rascacielos en forn Ma de f i, on ro, Arlt opone una perspectiva desorq Fren. sordenad, Buenos Aires que iria perdiendo ta hori no completo de Jos afios treinta, pa jo el esquelet ininio: superficies de gina su ciudad wtépica com brujo, imaj 1 colgar los rieles de un tranvia aé en cuyo tramo transversal se pudier auna version doméstica del futu te y dindmica: Ja belleza violenta de una zontalidad de la Ilanura. Buenos Aires, que en los cepto el Kavanagh, el Comega 0 ¢ y Chicago. Este futuro de rascacielos no se correspon truccién que ensayaba perfiles modernos pero mas moderados. El futuro esti, sin embargo, todavia no esta, Arlt conocié los pais E pulso ut6pico, positive 0 negative, fue cinematografico. ‘Arlt no ofrece una visi6n ni reconciliada ni optimista. Sostiene una moder. nidad radicalizada, tan inevitable como critica. Es inevitable porque él forma par- te de los hombres nuevos, los hijos de inmigrantes, los que no forman parte de critica porque lo nuevo se instala sobre la podredumbre, el hacina- la “vida puerca”, define Arlt. Sobre todo, hace laerit- que comenzaron a fisurarse veinte aios des afios treinta no tenia verdaderos rascacielos | Safico, debia buscar su futuro en Nueva ‘ fork de con la ciudad en cone ajes nuevos en el cine. Elim, la elite. E: miento y los conventillos: ca radicalizada de las instituciones pués de su muerte: la familia, el matrimonio. Ser moderno, en el caso de Arlt, era representar Jos limites sordidos del barrio, del noviazgo, de la vida cotidiana pequefioburguesa. E] impulso hacia el futuro es sistematico. Arlt coloca los nuevos iconos en a hacia adelante; ve moderno y escucha modem Ios sonidos de las jazz-bands que, ¢% contempordnea mist un movimiento que se desplaz (los chirridos de la ciudad en construcci6n, gus ficciones, curiosamente, se escuchan més que la muy ca de tango). / Arlt usa lo dela ee mica, la metal Jo existe-Y jetos fulle cuando descril maquins modem arios mo yiolen™ ristas: rascaciel bélicas, grias dad tiene la int dernos no so! constructiva 225 mor y muerte nitecturas en fa ficcion argentina. Env 1940, ¢ avon imagina los edificios de la isla donde eee . gor BY U2, etna especie de estilo inoderag csripaet eta Moan ao, en esa isla Morel ba dispuesto una maquina que re = Che vie sus amigos, la mujer amada y él mismo, como veedade sate ei Tae orn conservarse infinitamente, El invento de Morel ae a ae Few hasta sus Iimites t€cnicos mis fantasticos: captar y re one gsctciney a vida como si fueran la vida misma, oe jasimagenes avi 7 OT La maquina esti alojada en los sétanos de un edificio moderno de techos ami 7 horizontal’ y formas geométricas. El interior de este 05 : edificio evoca ma- pnemynente el artdéco, una idea de modernidad atenuada y decorativa, muy ci- lio 1 fcay,segtin el ironico narrador de la novela, wn poco curs “mest sea ygnos Hnzones verdes, como columnas hunclidas’iuminacion dfs a fuentes estin encerradas en “cuatro cilces de alabastro”? Un decor se ead por Erté o la visualidad de una comedia de Lubitsch. Dentro de este edificio art-déco, detris de muros de porcelana, la maquina croce fa imagen “viva” de personas que ya han muerto.Lainvencidn de Bio tones habla del tiempo porque la imagen de la vida se extiende més all de la deaparicin de Ia vida. Es una hipétesis que el cine sugeria alos escrtores. Tam bien afios antes, se la habja sugerido a Horacio Quiroga. No es sorprendente que ea hipétesis sea la de la novela mas perfecta de un cinéfilo como Bios: La temidad vive en el cine y es una cternidad técnica y moderna, Su escenario bri- llacon la nitidez geometrizada del art-déco. Podria decirse: Bioy Casares inventa una tecnologia, cuya base esta en Ta re~ producci6n cinematogrdfica de imagenes, para presentar el argumento de un amor que quiere ser eterno. La maquina de Morel es una maquina pasional que, para reproducir la apariencia de la vida, mata a los hombres y muyjeres cuyas ima- genes ha capturado, Una maquina de amor y de muerte. Las maquinas de Arlt — sociales, urbanas, y maquinas de guerra: desde : iovenionss a les de los muchachos de El juguete rabioso hasta la Fabrica de gas leta he Erdosain disefia en Los siete locos. Ambos, Bioy y Arlt, tan diferentes, escriben an . a - - ig “vela de la maquina: en Bioy como hipotesis fantastica, en Arlt como figura: On social aK Un extremista de la literatura (2000) Lector de folletines, rocambolesco lector, Arlt tie tremista: de un conflicto slo se sale por la violencia. No sen 8tRciin de una ideologia, sino de una forma. En Eljuguete mj, or Sitplem. af . Juguete rabioso, Silvi Mente prenderle fuego a la libreria donde trabaja; deja una brasa soy)" Guin papeles y se va convencido del incendio. Esa noche, Astier Sobre una vila qe vamente libre” y su acto le parece digno del arte: “Qué ping, weet del dependiente dormido, que en suefios sonrie porque iy hard el cuadsg ladronera de su amo?" La grandeza de la ensofacién commas nt ir6nicamen. te con esa brasa que se ha extinguido en el charco grasiento dow € Se lavaroy mn NE Una imag; los platos. Silvio, al igual que otros personajes de Arlt, tiene medios patéticament; decuados a sus fines. Pero lo que importa es que haya elegido la salida i go. Después de su encuentro con el homosexual, en la pieza de pensién, Sih deambula a la madrugada. Detrés de las puertas de los negocios presipone quezas infinitas: “Y yo, como un perro, andaba a la ventura Por la ciudad. Estre- mecido de odio, encendi un cigarrillo y malignamente arrojé la cerilla encend- da encima de un bulto humano que dormia acurrucado en un portico, una pequena llama ondulé en los andrajos”.'! Pocos parrafos después el personaje I, tengo que matarme”. llega “a la inevitable conclusi6n: Es int La violencia de los adjetivos en el relato de sus relaciones con comerciantes pequenioburgueses, carniceros, farmacéuticos, no puede ser més intensa. No hay desprecio menor. Tampoco hay indignidades menores. Silvio delaté a su amigo que preparaba un robo. Una de las explicaciones que da del acto es la siguien- te: “Hay momentos en nuestra vida en que tenemos necesidad de ser canallas, de ensuciarnos hasta adentro, de hacer alguna infamia, yo qué sé--» ig ee zar para siempre la vida de un hombre... y después de hecho eso podrem na ‘e vera caminar tranquilos”.!? Silvio sabe que la delaci6n es un forma extre! la traicién. Por eso delata. . 1981 — eanera Editor de América BM Wnt a me gqqC0S DEL SIGLO XX as 297 gn el contraste que eo establece entre la dela ye se arraiga su subjetividad y se construye uy a jo lo que ha vitido hasta ese momento se sal Masotta, hace muchos aiios, leyé esta cién y eo 2 SUS efectos, Silvio pien- Te atin mueva con ta vida. Por el lado de alguna violen- Oscar delacié 7 my 7 i6n como“ pica alcanzar el absoluto a través del mal”.!3 Esa, radicaliden empresa meta- SF fos mis alld de las ideologfas. El significad ad del Mal pone a Jos . os una forma de enfrentar cualquier I regico: 4 azo si con el asesinato de la Bizea, en Los lanzallamas,Erdoe, so exe movimiento estratégico, El asesinato es gratuito, no va es “me tdleulo tictico, que evakia lo que conviene en cada situacién, roan ne tamiento total. La légica de ese enfrentamiento, que también ey joey jreecta organizada por el AstrOlogo, es extremista, iets Elextremismo arltiano presupone a la violencia no como tactica para resol- yeruna situaci6n, sino como forma de anularla. Entre la ensonacik puerca’ slo la violencia extrema. No hay camino intermedio, Asi los personajes de Arlt buscan siempre un trastocamiento sibito,fulgu- rante einstantdneo de las relaciones entre si, y de ellos con los objetos. Las situa. ciones son extremas y no pueden superarse sin un aniquilamiento que no res ponde a opciones ideol6gicas, sino a una forma de la imaginacién. El movimiento de la ficci6n arltiana es el del extremista que cree que no hay otro camino. Ningiin personaje de Arlt puede regresar a ninguna parte: el deambular, la huida, el suicidio son los tinicos cambios posibles. Erdosain pien- sa: “Ojalé revienten todos y me dejen tranquilo”."* Al repetir una frase hecha, “que revienten todos”, su deseo define una situacién de la que sélo se puede sa- lirexplosivamente. Erdosain dice “que revienten todos” de manera literal: el mundo debe saltar en pedazos. La imaginacién no quiere saber nada de tran- sacciones. Poreso, la literatura de Arlt es completamente radical. La violencia es la tini- -omo delirio. El batacazo es lo di : el acto de Violencia es estra- ‘ocial convencional, i6n y la “vida caforma de la politica, que, a su vez, s6lo se expresa ¢ latinica forma del cambio de fortuna, la tinica proximidad con la riqueza que pueden fantasear los pobres. En el capitalismo, la riqueza no se consigue sino de- lcivamente o por un golpe de fortuna. Delictivamente, reafirmando con Proud- hon a idea de que toda propiedad es un robo. Por un golpe de fortuna, en el cx tino de los buscadores de tesoros y los inventores que, com Una ingenuidad tan ‘Sxtrema como sus deseos, quieren enriquecerse con la produccién de objetos im- Posibles. EI fracaso es un desenlace inevitable, conocido desde el comienz0- 6 Jorge Alvarez, 1965. car Masotta, Sexo y tracién en Roberto Art, Buenos Aires, io \ “ 929), P- * Roberto Alt, Ls site loco, Buenos Aires, Losada, 1985 [1979},P 228 tenn, i6 ita en Arlt ningt “Sh 1 comprobaci6n no susci gti sentiment ) ; jaclosa era Ia cA i ismo, «ura piadosa, como ert la de Boedo, Art impugng 12 Ra la miseria deben representarse como en Ja tradicig idea ién una lite! nto 0 en las emociones. Los miserables de la “vida pucrcar gy hed n frimi prevalect ; Gquinos. No hay idealizaci6n del mundo de los humildes, La yn , i i rimer acto: “Muj SIrViey mons es desripta a en el primer Ato: “Mujer de veinggr de 0 a dura e insolente que de pronto se atempera en un anifamie; suefio barato, Recuerda a Rina, el Angel de los Alpes, o cua destinada a enternecer el coraz6n de las lectoras de Caroli Escrich”.!9 Esos nombres de escritores de folletin sentimen, el comienzo de una obra que vaa torsionar el sentimentalismo d Utada, expresionista alimentada con los fantasmas de héroes populares cee una fang Por fealdad, por mezquindad, por deformidad Psicolégica go = sonajes arltianos a veces piden piedad, pero el relato no se rete lespe, sentimientos. Se podria decir que Arlt construye la perspectva dy ite ese gato podria decirse, Ia perspectivanihlista de quien denuncia la vig? 2 rada pero inexorable de una forma social hipécrita, La refutacion der enn, talismo es una refutacion de la moral en la sociedad burguesa, Arlt también limpia de sentimentalismo a la crénica urbana, El barri es un escenario para la literatura pintoresca; Arlt no Propone — oe cin de lo menor que estaria alli como objeto de un romanticismo que, "i de el comienzo, es nostalgico. Por el contrario, el barrio es e] infiemo delat quefia burguesia, y sus pequefios propietarios grotescos se Parecen més a dibujo expresionista que a las evocaciones del tango cancién. Arlt busca la ten. si6n exasperada del expresionismo. Esa es su vanguardia probablemente noco- Quiet otra MA Inverninig, a Wed bury ‘timen, nocida del todo. Por este lado, no se diferencia sdlo de algunos escritores del grupo de Boe- do, como Lorenzo Stanchina, Roberto Mariani o los hermanos Gonzilez Tuiién. Se diferencia también de Ricardo Giiraldes, con quien lo unié una amistad, a- gunos favores y sobre todo la coincidencia de que, en 1926, se publican la tit: ma novela de Giiiraldes, Don Segundo Sombra, y la primera de Arlt, Eljuguete rabio- so, Dificilmente haya dos novelas tan distintas, separadas por la escritay ideologia. Una es el contramodelo de la otra y s6lo tienen en comin que ellis aparecen los dos primeros adolescentes de la literatura argentina, nos tual que te dos personajes muy jovenes, sino una construccién formal y coo se define como adolescencia: el momento en que se recorte el ry pacio de aprendizaje 0 como escenario del fracaso de todo apr’ implemen 45108 DEL SIGLO XX a | 2 picho esto, es claro por qué las dos novelas son ta andossombraes una especie de n di ester Tapso di i ing” rabiaso es colapso dela posibilidad de adquirir ningin i rT ylico, que incorpore a Silvio Astier a ninguna parte in le mat naje hace un viaje iniciftico por la pampa, guiado i - Giliraldes, Si perso- fosy,corno un especie de hijo de Ulises, varecibiendo en aa nos ms €1 padesuacepiacidn, casi sin conflictos. En Arlt, la ciudad por d lugar una prue- ser es gobernada por la hostilidad y el rechazo, ade, onde se desplaza exitosamente 2 nada y la novela termina con una promesa see aaa aes ie, serum aprendizaje futuro, es el anuncio de una especie de exilio: i ~S orque aqui no hay lugar. ones zstas diferencias también dan la tonalidad emocional de las di . airaldes expande una poética del sentimiento, desde su Tamos. 4 i storia iosgauchos que le sirvieron de modelo hasta su no menos famoso final Art = el sentimiento hasta transformarlo en cinismo, desesperaci6n, cflera hip fresfa. Esos son los tonos acidos de EI juguete rabiose. , om Elamor se representa desde la ambigiiedad del engafio que lo acompatia. como su sombra. No hay amor inocente, no hay sentimiento que no sea enga- ¢ alguna especie. El sentimentalismo es viscoso. La familia y el matime tra par teP' jiod nioson instituciones-trampa; la mujer misma es la trampa, ¥ toda entrega sea- ‘imental masculina se deshace contra algo que no puede ser sino disfraz y ‘maniobra, No existe Flor de Marfa, la muchacha sufrida y conmovedora de Les nisterios de Paris. ‘Arltno recubre los sentimientos con una capa de discursos sentimentales. O os exaspera hasta la inverosimilitud o los arranca del romanticismo waves demotivos que toma de la literatura decadentista: “Ella entoma los ojos. Le rans mite una tal beatitud con la tersa pureza de su frente y el estupor maravillado de sus pupilas, que Balder experimenta tristeza de no poder morir en aquel instan- te’ Esta es la gran operacin de Arlt con la literatura popular y el folletin con el que seo vinculé tantas veces: se distancia de su sentimentalismo por la ironia o por la exageracion donde amor, muerte, sensualidad y pasion se entreveran siempre. Conserva, en cambio, las contraposiciones nitidas. El claroscuro del folle- evoca los contrastes 2 idos tin, una vez que se ha quemado el sentimentalismo, ae del expresionismo. Por eso Arlt es critico y sobre su ‘obra nunca podria decirse, como se dijo del folletin, que consuela alimentando elensuefio de ojos abiertos. 230 son los personajes de Arltlos que sueivan imposibles, farsi Son los pe jectores. Nadie sale consolado de una novela de Arlt. El exer ectores. } tampoco soluciona imaginariamente, a Ge, Misty po hy la porque “ en 0 Nombraré, finalmente, una figura ret6rica que es extremisy ‘ re sta: ta figura de la exageraci6n, un modo del lenguaje por ef ewes ina la F oT Serj ud para lograr el impacto de una ey, cia a la verosin el impa encia mag verosinil, Por insistencia eintensicacibn, el primer eslaygn A caciones sucesivas. Arlt es hiperbolie,g © U se encadena en ampl Exdosain escucha el estrépito de estos dolores repercutir en las fa dedos, en los mufiones de sus brazos, en los nudos de sus miseye sus bios recovecos de sus intestinos... Se aprieta las sienes, se lag Pren: 5, los g. fio; estd ubicado en el negro centro del mundo; es el ee doliense "Be dolor que tiene trescientos sesenta grados...17 mal de up Lahipétbole es el fortissimo de la escritura. Presenta la pasin tenidos evidentes sino por su forma extrema. La hipérbole es dimiento peligroso. Puede ser sublime, pero lo sublime mod el riesgo de su degradacién parddica. La escritura de Arlt constantemente. Ignora el buen gusto. Pasa por encima de turales establecfan como tono apropiado de la literatura, Por la hipérbole, Arlt exhibe y repara una inseguridad radical. Precisamen- te ésa, evocada tantas veces por él y por sus criticos: la de ser un escritor sin for- maci6n literaria, sin los refinamientos de la elite, alguien que carece de toda se. guridad sobre su origen y que duda de su legitimidad simbélica. La hipérbolee el procedimiento de la inseguridad: decir mas, para que por lo menosalgo de lo dicho sea escuchado. Cuando no se confia del todo ni en la capacidad de la escritura para decir, nien la posibilidad de que el lector escuche lo que la escritura dice, la hipérbo- le subraya el sentido ampliandolo, colocandolo bajo una lente que vuelve todo 0 insignificante o grandioso. Es lo contrario de la estrategia de Borges, quien siempre dice menos, atentia, acumula negativas, se aleja del énfasis. La hipérbole es una sefial de clase en la literatura de Ant. Es la marca de escritor pobre. Por la exageraci6n y la radicalidad, Arlt busca Menar esata ginal de la cual hablé tantas veces: no tener ni capital en dinero ni ee io ral. Su marginalidad no fue institucional, ya que desde muy oven 6 P01 dista estrella y un escritor de éxito. Pero, pese a los reconocimientos, sentia un recién legado de apellido impronunciable. 20 Por sus con, también un, Proce. M0 corte siempre atraviesa ese limite To que las elites cu. iAsICOS DEL SIGLO XX 231 La diferencia de clase i sacl énfasis de la escritu os Girondo, con Borges, con Giiraldes, se del ones radicales. La i a arltiana y en el imaginario exasperado de | sole F - La incomodidad de Arlt, después de tantas décad 7 as solu- as, tiene mu- cho que ver con su extremism: ifici smo. Es dificil normalizar un si sendin n sistema de explosiones

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