Professional Documents
Culture Documents
Preparatio Examen AT II
Preparatio Examen AT II
RUIZ DE LA PEÑA (p.304): «Si bien se mira, lo que late en el fondo del debate que el
decreto quiere solventar no es sino la eterna dialectica creación-salvación, naturaleza-
gracia; la soberanía indiscutible del Dios creador sobre el hombre criatura no puede lIegar
hasta el vaciamiento o la aniquilación de éste, pues en tal caso la salvacion sería la
refutacion de la creacion, la gracia conllevaría la pura y simple abrogación de la
naturaleza. Y así, la Iglesia, que había tenido que defender la gracia ante la preponderancia
que el pelagianismo conferfa a la libertad, tiene ahora que defender la libertad ante la
concepción de una gracia prepotente y avasalladora. Pero lo hace mostrando a la vez la
real potencia de esa gracia, capaz de transformar radicalmente al hombre caído, haciendo
de él una nueva criatura e infundiendole una nueva vida.
D’aquesta manera i aquest és un punt absolutament capital, Trento refusa la idea
filomaniquea d’un pecat dotat d’una força devastadora tan gran que sigui capaç de
corrompre incurablement la creació de Déu. Contra aquesta idea el concili no va fer res
més, en la seva sessió VI, que glossar la sentència paulina: “On va abundar el pecat, va
sobreabundar la gràcia”.»
1
2. EL CAPÍTOL 5È DEL DECRET SOBRE LA JUSTIFICACIÓ DEL CONCILI DE TRENTO ES
TITULA: «NECESSITAT PER ALS ADULTS D’UNA PREPARACIÓ A LA JUSTIFICACIÓ.»
2
limitarse a hacer que este sea simplemente «raído» «no imputado»; consiguien-
temente, la concupiscencia «no es pecado en los bautizados» (DS 1515=D 792).
Era, pues, necesaria la redención en y por Cristo, que se aplica a través del
bautismo (caps. 2-4: DS 1522-1524=D 794- 796; cf. DS 1551-1553=D 811-813), pero no
sin la libre y activa cooperación humana; en este punto el concilio se desmarca
netamente de toda comprensión de la justificacion en la que el beneficiario jugaría
un papel puramente pasivo, si bien se precisa que la colaboración humana es
posible únicamente merced a «la gracia preveniente de Dios por Jesucristo», que
llama sin méritos propios y que excita y ayuda para que se produzca la respuesta y
la cooperacion fibre (cap. 5: DS 1525=D 797; cf. DS 1554=D 814).
Las dos menciones a la libertad humana contenidas en los pasajes que se acaban de
citar tienden a subrayar algo que el concilio consideraba irrenunciable, y que estaba
ya en la raíz de la intuicion agustiniana (ni la gracia sola ni la libertad sola): el
hombre (también el pecador) está permanentemente ante Dios como sujeto
responsable, no como mero objeto inerme; es siempre persona y no cosa; el trato
que Dios le dispensa respeta siempre esta estructura básica de la condición
humana. De lo contrario, Dios no respetaría su propia creacion. La prioridad de la
gracia divina es indiscutible y absoluta, pero no conlleva la anulación —ni
supone la inexistencia— de la Iibertad humana. Sin negar, por tanto, lo que había
de válido en la posicion luterana, el concilio corrige su eventual unilateralidad.
Amb el terme gràcia ens referim a la relació-encontre entre Déu i l’home: la realitat
de l’amor infinit de Déu donant-se i la realitat de l’indigència absoluta i finita de
l’home sent colmat amb aquest amor. Perquè Déu s’ha abaixat l’home pot ser
transcendit cap a Déu (Atanasi). Aquesta relació passa per la llibertat: Déu no té cap
obligació de tractar així a l’home i l’ésser humà ha de respondre amb la seva
llibertat a aquest amor. Pesch: «Gràcia és l’arribada de l’amor etern de Déu a
l’ànima, o dit modernament, al jo més íntim de l’home. El resultat és una amistat en
recírpoca comunicació, que compromet l’obrar humà condentsant-lo en un únic
moviment fonamental cap a Déu.»
3
Gràcia increada: l’autodonació de Déu - Déu en tant que es dóna / Jn 3,16
✓ La cèl·lula germinal, factor constituient de la justificació és el do que Déu fa d’ell
mateix. Dir justificació és dir autodonació (gràcia) de Déu (increada). És el moll de
l’ós de la gràcia santificadora (efecte de l’acció de Déu a l’hora de fer-nos justos)
✓ Realitat contemplada abastament a l’AT («Jo seré amb vosaltres») i que en el NT
apareix en clau cristològica, concretada en l’encarnació, passió, mort i
resurrecció de Nostre Senyor Jesucrist (Jn 15,13).
✓ El misteri de la gràcia increada és el misteri de les tres persones divines
entregant-se cadascuna amb la seva propietat particular, de manera anàloga a
com s’entreguen entre elles: el Pare se’ns entra a través del Fill en l’ES.
✓ El qui creu en Jesús (fe), en virtut de l’ES, participa de la filiació divina i de la
relació que Jesús té amb el Pare: No pot haver gràcia més gran que el do de Déu
Pare mateix!
✓ Per Creació, Déu crea i manté en l’ésser una cosa diferent d’ell; per gràcia,
comunica la profunditat del seu ésser diví.
Gràcia creada i increada no són mai dos dons diferents: són la causa i l’efecte
d’aquest doble moviment de justificació i santificació, on la prioritat la gràcia
increada sense anul·lar la creada. Són inseparables en tant que dimensions d’un
mateix i únic esdeveniment: la’mor creatiu de Déu a l’home. La gràcia creada
significa que som més que criatures, l’efecte creat no és fruit de la creació-evolució,
sinó de l’autocomunicació divina.
4
Gràcies actuals: a més de la gràcia habitual, hi ha altres auxilis divins, gratuïts, no
estables ni permanents, sinó puntuals i intermitents.
✓ Inspiracions, il·luminacions de l’enteniment, mocions de la voluntat.
✓ En el pecador, l’ajuden en el camí de la justificació (atrau + incita: disponantur) i
el disposa a la conversió; en el just, desenvolupa normalment la gràcia habitual:
sostè, madura, porta a plenitud.
✓ Categoria que arrela en sant Agustí i la concepció de gràcia com a adjutorium,
que Trento va relacionar amb la gràcia prevenient (prepara justiifcació)
Professors tots dos de teologia a Lovaina i emparats sota una suposada fidelitat a
sant Agustí (agustinis me extrem - interpretacions esbiaixades), Baius (s.XVI) i
Janseni (s.XVI-XVII) identifiquen llibertat amb voluntarietat. «La llibertat no és
l’exempció de tota necessitat interior (libertas a servitute), sinó la capacitat de fer
alguna cosa espontàniament i voluntàriment (libertas a necessitate)», afirmarà Baius.
5
papel especial. Al margen o fuera de la gracia, todo es pecado, por ello no hay bien
ninguno fuera de la Iglesia; con la gracia parece que no se puede hacer más que el
bien. Nos hallamos ante una especie de «automatismo» de la gracia, que no tiene
presente ni el ser del hombre que obra el bien ni la respuesta de la libertad al
impulso divino.
Con todo, en el estado original existió siempre la posibilidad del pecado; de hecho,
el hombre cayó en él. Después del pecado, la concupiscencia es más fuerte que la
atracción por el bien. Por ello, sólo si la gracia de Cristo lo libera puede el hombre
actuar según Dios. Esta gracia mueve la voluntad, es el auxilium quo que infunde un
amor al bien que supera a la concupiscencia. La gracia tiene ahora que levantar al
hombre «desde más abajo» que antes del pecado, por ello el auxilium quo es de más
entidad que el auxilium sine quo non; pero la ayuda de la gracia era necesaria
también en el estado original. Esta gracia actúa infaliblemente. También, como
veíamos en Bayo, esta gracia es «actual», opera en cada momento en que el hombre
ha de hacer el bien. Al problema de la gracia y la libertad se añade también, para
Jansenio, la cuestión de la voluntad salvífica universal de Dios: la gracia no se da a
todos, no se da fuera de la Iglesia, porque no se alcanza a comprender cómo puede
ser gratuito el don que se otorga a todos; se llega así al extremo de afirmar que
Cristo no ha muerto por todos (cf. DS 2005).
6
5. CONTROVÈRSIA DE AUXILIS
¿Por qué unos se convierten y otros no?
¿Por qué unos perseveran y otros prevarican?
a) De una parte, hay que mantener la prioridad absoluta de Dios en orden a la
salvación del hombre y la eficacia de la acción divina, que otorga al pecador la
posibilidad de convertirse y la propia conversión, y al justo la posibilidad de
perseverar y la propia perseverancia
b) De otro lado, empero, la Escritura reconoce la real libertad humana frente a la
iniciativa de Dios, capaz de frustrar la oferta salvífica divina
La condena del semipelagianismo había solventado la cuestión de por qué
corresponde el hombre a la gracia: porque Dios le da el poder, el querer y el obrar
tal correspondencia. Pero quedaba pendiente la cuestión de la no correspondencia.
Con tales antecedentes la teología acuñará los conceptos de gracia eficaz y gracia
suficiente. Esta sería aquel auxilio divino que, aun conteniendo en sí mismo el
poder obrar saludablemente, no alcanza su objetivo, no porque no baste para ello,
sino porque la libertad humana bloquea su dinamismo y lo hace abortar.
Por su parte, la gracia eficaz confiere no sólo el poder, sino además «el querer y el
mismo obrar» (DS 248 = D 141). La razón última del «fracaso» de la gracia (si se
puede hablar así) es, pues, la libertad culpable del hombre; la razón última de su
eficacia es la soberanía amorosa de Dios.
7
b) ¿Cómo dar razón de la libertad humana bajo la gracia eficaz, con la que «el libre
albedrío no desaparece, sino que se libera» (DS 248 = D 141; cf. DS 1525 = D
797: el pecador «coopera y asiente libremente» a esa gracia eficaz)?
En suma, las dos teorías conducían, aunque por diversos caminos, al mismo
callejón sin salida: el planteamiento antinómico de la gracia divina y la libertad
humana. En realidad, ambas están aquejadas del mismo vicio estructural, de índole
más filosófica que teológica: se aplican a una relación interpersonal categorías
pertenecientes a realidades de orden físico, incluso mecánico (causalidad eficiente,
moción, predetermina- ción, anterioridad cronológica, etc.), o se discurre como si
entre Dios y el hombre fuese posible una especie de sinergismo que homologa sus
respectivas causalidades, concibiéndolas prácticamente como homogéneas
(eficiencia parcial, concurso simultáneo, concausalidad equitativamente repartida, etc.)
Habrá que esperar, con todo, al presente siglo para dar con una renovación de los
planteamientos clásicos: corresponde a A. D. Sertillanges el mérito de haber
iniciado esta nueva vía. Dios y el hombre no son magnitudes homogéneas o
simétricas; sólo en el caso de que lo fuesen tendría sentido la alternativa «o Dios o
el hombre». Dios trasciende infinitamente al hombre; no pueden ser mutuamente
competitivos dos seres cuando uno.
9
6. «SIMUL PECCATOR ET JUSTUS» (ampliar apunts Síntesi final)
DE LA PEÑA (221): «En ell mateix l’home és pecador i no deixa mai de ser-ho.» La
força del pecat sembla vèncer la força de l’acció de Déu. En realitat, l’ésser humà no
deixa de ser mai imatge de Déu. amb Luter sembla que s’ha destruït aquesta imatge
de Déu… «No obstant, el fet que Déu es relacioni amb ell permet adjudicar-li el
calificatiu de just.»
1Avui dia, els luterans veuen en aquesta declaració també una acció performativa: «La Paraula fa això que diu.» Això
salvaria, d’alguna manera, el perill d’extrincesisme (que vindria accentuat més amb Melanchton).
10
Tot i que la simultaneïtat de la visió de l’home com a just i alhora pecador és pròpia
del luteranisme, no s’exclou una interpretació catòlica, molt més matisada, que en cap
cas s’entendria, però, com l’entenia Luter:
1. L’acció de l’home just no són mai del tot perfecte: la cooperació humana no
sempre és satisfactòria del tot.
2. Sense un privilegi especial, el just no pot evitar els pecats venials…
3. El passat continua present en mi (l’alcohòlic es declara sempre alcohòlic).
4. El just camina cap a la consumació però no s’instal·la de cop.
5. L’home és homo viator: no té mai la certesa absoluta de la salvació. Tinc la certesa
que Déu em vol salvar, però no si em salvaré…
6. Poder del pecat en el món: mentre hi hagi pecat al món ningú no es pot sentir
lliure…
7. Només el just que hi ha en nosaltres podrà copsar el pecador que hi ha en
nosaltres: davant de Déu s’adona de la distància i desproporció entre l’oferta
divina i la resposta humana.
11
la qual Déu té per just el qui era i continua sent pecador. El pecat hi és però ja
no es té en compte. Concepció forense de la justificació (element declaratiu2: et
declaro justificat però no vol dir que ho siguis per tu mateix). «El cristià és
certament just, sant, per santedat aliena o extrínseca. És just per misericòrdia i
gràcia de Déu, que no són res d’humà, ni un habitus ni una qualitas. El cristià no
està formalment justificat sinó que és just en relació amb la gràcia divina.» Luter
privilegia la «relació» al habitus o la qualitas, no anant tant contra sant Tomàs,
sinó plantejament posterior. Va contra visió cosista de la gràcia (que es pot
dominar). Li acaba pesant, però, l’esperit nominalista: «L’ésser humà és pecador
però Déu li diu just.» El pecat no se’n va sinó que queda cobert per la justícia de
Déu. La conseqüència immediata és aquell «simul peccator et iustus», en el
comentari a la Carta als Romans: «Pecador en realitat i de veritat, però just per
imputació i promesa». DE LA PEÑA (221): «En ell mateix, l’home és pecador i no
deixa mai de ser-ho.» La força del pecat sembla vèncer la força de l’acció de
Déu. En realitat, l’ésser humà no deixa de ser mai imatge de Déu. Amb Luter
sembla que s’ha destruït aquesta imatge de Déu… «No obstant, el fet que Déu
es relacioni amb ell permet adjudicar-li el calificatiu de just.»
e) Santificació (segona part de la justificació): Tot i que a Luter aposta per la «fe
sola», no s’oblida de les obres. En aquesta segona part de la justificació, el pecat
queda reduït a la mínima expressió, i apareixen les obres que són signes
d’aquesta santificació. Són la garantia de l’autenticitat de la fe.
8. ACORD CATÒLICS-PROTESTANTS
«Junts confessem que Déu perdona el pecat per gràcia i, alhora, allibera els éssers
humans del poder esclavitzador del pecat i atorga el do d’una vida nova en Crist.
Quan les persones arriben, per la fe, a participar de Crist, Déu ja no els impita el
seu pecat i, a través, de l’Esperit Sant, realitza en elles un amor actiu. Aquests dos
aspectes de l’acció graciosa de Déu no estan separats, ja que les persones estan
unides per ala fe a Crist, el qual en la seva persona és la nostra justícia (1 Co 1,30):
tant el perdó dels pecats com la presència salvadora del mateix Déu.»
Quan els luterans emfasitzen que la justícia de Crist és la nostra justícia, la seva
intenció és, abans que res, insistir en el fet que al pecador se li assegura la seva
justícia davant de Déu en Crist a través de la declaració del perdó, que només en
unió amb Crist esdevé renovada la seva pròpia vida. Quan subratllen que la gràcia
de Déu és amor perdonador, «el favor de Déu», no neguen amb això la renovació
de la vida cristiana. Intenten més aviat expressar que la justificació continua
exempta de la cooperació humana i no depèn dels efectes renovadors de la vida de
la gràcia en els ésser humans.
Quan els catòlics emfasitzen la renovació de la persona interior a través de la
recepció de la gràcia atorgada com a do al creient desitgen insistir en el fet que la
gràcia perdonadora de Déu sempre comporta un do de vida nova que, en l’Esperit
Sant, esdevé efectiva en un amor actiu. Amb això no neguen que el do de Déu de
la gràcia de la justificació continuï sent independent de la cooperació humana.»
2Avui dia, els luterans veuen en aquesta declaració també una acció performativa: «La Paraula fa això que diu.» Això
salvaria, d’alguna manera, el perill d’extrincesisme (que vindria accentuat més amb Melanchton).
12
a) Assenyala els aspectes claus de l’acord que en aquest text s’indica.
b) Quins són els matisos que actualment mantenen cadascuna de les confessions
cristianes, tant la catòlica com la luterana?
c) Com es manté el consens diferenciat en aquest aspecte?
d) Quines són les indicacions del Concili de Trento respecte d’aquests punts tractats aquí?
La justificació com a perdó dels pecats i com a allò que ens fa justos.
LUTERANS:
• «Al pecador se li assegura la seva justícia davant de Déu en Crist a través de la
declaració de perdó» — pot entendre´s en sentit declaratiu-forense, però també
resta obert a altres interpretacions.
• «Només en unió amb Crist esdevé renovada la seva pròpia vida» — subratllen
l’element relacional de la justificació.
• «Quan subratllen que la gràcia de Déu és amor perdonador, no neguen la
renovació de la vida cristiana», sinó que intenten expressar la renovació continua
exempta de la cooperació humana i no depèn dels efectes renovadors de la gràcia:
la justificació no és fruit de la cooperació humana ni dels efectes renovadors.
13
CATÒLICS:
• «La gràcia perdonadora de Déu sempre comporta un do de vida nova» — hi ha
una renovació interna real, no és un ase muntat per un genet.
• «Amb això no neguen que el do de Déu de la gràcia de la justificació continuï sent
independent de la cooperació humana» - no és fruit de la cooperació humana.
El catolicismo insiste en la renovación de Ia persona al aceptar la gracia. El protes-
tantismo advierte que la justificación no depende de los efectos renovadores de vida.