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Varones atravesados por los feminismos. Deconstruccién, distancia y reforzamiento del género Daniel Jones y Rafael Blanco Introduccién Por qué comenzamos a discutir la interpelacion de los feminis- mos a los varones? ;Cudles serfan nuestras formas de participa- cién en las acciones y agendas que estos colectivos promueven en el presente? Decidimos escribir este texto en la ciudad de Buenos Aires del afio 2019, un escenario de intenso debate sobre el lugar y las tareas de los varones ante los movimientos feministas y de mujeres. Lo hacemos de manera conjunta para poner en escena la polifonia que implica una discusién que parte de un unico acuerdo: que las respuestas a estas preguntas pueden variar, con- traponerse y coincidir en algun punto segtin las modalidades de devenir varén de cada uno. Para indicar estas variaciones de ex- periencia en el dispositivo de la masculinidad, decidimos ensayar en este texto una escritura que sefiala, en dos de sus secciones —mediante la colocacién de nuestras iniciales— una reflexion “personal”, que integramos a una més general sobre el reconoci- miento, descreimiento o desconocimiento de nuestra condicién de varones. wots Abrimos estos interrogantes en una época de singular revitaliza- cion de la categoria mujer como sujeto politico, no sin desacuerdos 45 Escaneado con CamScanner izaci la visibilida tq.” La organizacion y artir de | del mg Y disputas alrededor de ‘ con hitos sostenidos a pi "de la vuelta qe Miento de mujeres local, ntros Nacionales de Mujeres que se req}: Encuel we . on a democracia, como los a ganaron masividad e impacto puiblicg c 1986, gana 13 juni zan anualmente desde i Una Menos (NUM) el 3 junio de la ae concentracion del Ni Una :festaciones del NUM cada aio, el primer Paro Na. En adelante, las manifestae de 2016, los paros internacionales cag. cional de Mujeres oo ampliacin del debate por la legal 7 cries eet con una movilizaci6n inédita por su hete, ean politica y cultural, colocaron nuevos interrogan; a acerca de las relaciones entre movimientos de mujeres, femninismos y varones.” En un proceso concomitante a estas discusiones, en Ambi académicos, activistas y de militancia estudiantil, politica y gremial S han desplegado numerosas discusiones en torno a las masculinidades ¥; en particular, sobre las formas histéricas que ha adquirido el de nir var6n cis-heterosexual, su forma dominante (usualmente Hamada “masculinidad hegeménica”) y sus posibilidades de transformaci n En este marco epocal, un eje de discusion —Y en particular, los cisexuales— debian Partici nes colectivas impulsadas por el movimiento de cémo. Estas Preguntas se repiten ante nuevas in mujeres y organizaciones feministas que protes' le 2015 ha sido si los varones ‘ipar o no en las accio- mujeres y, en tal caso, iciativas de grupos de tan por una injusticia uesta fue de “En, » Bisexuales, Intersex la tradicional denominacién ler de “Mujeres y autode vezen el 33° ENM en Tr discurso de | dad, Cuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, YNo Binaries” dado el cardcter “obsoleto” d (Mignoli, 2019). Esta Propuesta habia surgido del t erminacién de los pueblos”, que tuvo lugar por primers cn Trelew, mediante “la exigencia de que el Encuentro salte d doa oth afcj, racista y colonialista, a explicitar la plurinacionall- >clicamente afios de invisibilidad y rompiendo cualquier s¢58° Rares 0” (Paterlini, 2018), de est tent, eget 8 encuentra esta discuston e que, ia Neco iso de Og, apttada de Argentina la repuso luego del Encuet i mae 'wetes de 2019: “Encuentro Nacional de Mujeres: ;por qué los ho! ® Pueden participa?” (Clarin, 13/10/2019), s Travestis, 20, al momento de ciert® Escaneado con CamScanner o demandan una reparacién; 2 . : Acorde al caracter nismos en Argentina, sus reg; plural de | ie spuestas son diversas; vou hay corrientes, or- libro sobre masculinidad remos, entonces, en las reacciones ante los femin camos entre varones, y en las potenciales interpel: hacia nosotros mismos que plantea el escenario les. Nos concentra- iismos que identifi- laciones hacia ellos y actual. 1. El continuum de reacciones de varones cis-heterosexuales ante la “marea feminista” 3Cuéles han sido las respuestas ante esta movilizacion y protagonis- mo feministas en la Argentina inaugurada por el NUM? A riesgo de simplificar su impacto, proponemos un continuum de posibles re- acciones de varones cis-heterosexuales frente a la expansién del fe- minismo y la creciente importancia puiblica de las reivindicaciones y acciones del movimiento de mujeres. < DESPATRIARCALIZACION - “DECONSTRUCCION” ACOMPANAMIENTO SILENCIOSO ANSIAS DE PROTAGONISMO IMPOSTURA | BACKLASH DESCONCIERTO i i Sidi toman 21, Por referir a un caso reciente, pero que ilustra las tensiones conidia ater las preguntas planteadas: ante un premio prestigioso entrega = a) nueve varondt yuna mujer, todas personas cis, jquiénes pueden firmar la carta ; 7 todo caso, qué accién politica es més conveniente y efectiva? ;Tiene mayor poten- P nm) excluidas de facto del premio, o suma politicamente la cia silo hacen sélo mujeres, mindos (y premiables)? firma de varones que interpelen a sus pares pre Escaneado con CamScanner estan la despatriarcalizacién y la “deco te mayor carga politica Y precision con El primer término a propuesta programatica de organi: dado que suele re y politicas del campo nacional Y Populay ere militantes. Una de las definiciones de despaty izquierda pare o calizacion refiere a En un ext ‘a emancipadora, de denuncia de la desigug discriminacién en todas sus formas.'Y un ejercicio de reg ion rizontal de los pactos relacionales y desarticulacigny nn om tanto esquema relacional opresivo basado en Ja de Pelorzacién de las diferencias y en el tratamiento estratifies jerarquico e injusto de las mismas (Uriona Crespo, 2012: 41). una estrategi Mientras que esta idea de despatriarcalizar parece circilary yoritariamente en espacios militantes sensibilizados’con el fei i mo, por fuera resulta mas habitual escuchar a varones declarar q estan “en deconstruccién”. Esta expresion, propia de la filoso! Jacques Derrida, es retomada en el habla coloquial para referir a’ proceso de revisién critica de si mismos de varones (cis-hetero) tanto tales, cuyo horizonte seria reducir —e idealmente, elim el machismo constitutivo de la produccién de ciertas masculinid des o del devenir generizado varén. Sostener“me estoy decon yendo” reflejaria este esfuerzo por cambiar y la autoconciencia inacabado del proceso y, a la vez, funcionaria como resguardo af las criticas por cualquier practica machista, resabio del varén qu —se declara— es preciso dejar de ser. q Una segunda reacci6y ndas feministas, Si bie de muchas compafteras en las huchas f n es el acompafiamiento silenciosovalasid 1 su caracter discreto cumple con el re de apaciguar el protagonismo de los Escaneado con CamScanner feminismo a su manera.” Ante un eventual cambio de clima de época ycorrelaci6n de fuerzas hacia uno mis adverso para las demandas fe- ministas, s (hasta aqui silenciosos, hasta aqu{ potenciales) pueden resultar decisivos, por lo qu a del acompafiamiento silencioso son las ansias'dew . La intensa discusién en redes sociales sobre la participacién de varones cis-heterosexuales en las concen- traciones del NUM y el Paro Internacional de Mujeres es ilustrativa al respecto. Dado que desde 2015 en Argentina el feminismo se ha convertido en un tema central de agenda publica y ha concitado ad- hesiones en diversos circulos sociales, cémo un referente politico, un artista o un intelectual progresista van a quedarse afuera? Ahora bien, siblemen- te producto de la forma tradicional androcéntrica de hacer politi- ca y presentarse en la esfera publica, aprendida y ejercitada durante afios), puede acarrear pérdidas significativas? Mencionamos ) materiales e institucionales por los lugares que detentan (jno es mejor tener como aliado al secretario general del sindicato, aunque quiera salir en primer plano en la foto?); yb) perder la iposibilidady beeen eed Otra los varones cis-hetero ante las demandas feministas. Un ejemplovestéreotipado es quien apoya ptblicamente los reclamos del movimiento de mujeres (como 22. Entre aquellos varones mas organizados, esto puede traducirse en demandas propias en relacién con la igualdad (por ejemplo, mediante la creacién de espa- cios de reflexién sobre masculinidades o la exigencia de licencias por paternidad més extensas). ; Creemos que esta Iinea opera en la campafia,“Cambis el trato” de la Fundacién AVON, con sus spots del joven que le dice a su padre que es violento con su ma- dre (https://www.youtube.com/watch’v=UKULcOGbi34) y la de un amigo que confronta a otro “piropeador” sefialindole que es una forma de acoso callejero (https://www.youtube.com/watch?v=FXKDKQSEOY4). 23, Escaneado con CamScanner la prevencion o condena de los femicidios) y a sy oe cotidianas fuertemente refidas con una ética feminist” plo, por violencias que ejerce). Una lectura posible @ (Dor . la correccién politica exigida Pore histrico convive, en un mismo sujeto, con la conciencia a 5 practicas privadas machistas y patriarcales. Si bien estas g le pueden reflejar una mera impostura, en ocasiones t i obligando a muchos va cis-hetero interpelados por el feminismo Lejos de ser una justificacién, lo sefialamos para planteado el interrogante sobre cémo se podria intervenir po] mente al respecto. Finalmente, esta por varones. ” y la implementaci6n de la Educacién Sexual Integral en escuelas), nacido en Perti en 2016 y que hizo pie en Argentina des el inicio del debate parlamentario por la legalizacién del aborto 2018, y la creciente popularidad de intelectuales de derecha com Aqui nos interesa a atenci6n sobre otro tipo'de'backlash, ms difuso, que se reflejae un tendal de varones enojados —Angry White Men; los llama Mi ha Kimmel (2013) en Estados Unidos— quese,sienten ata 0 trata de quienes no han pol ni canalizado organizativamente su enojo producido por circ tancias que vivencian como injustas y atribuyen al feminismo. ejemplo son aquellos varones “escrachados”, es decir, denunciado’ publicamente por acoso 0 abuso (y que consideran que no llevard 24. Quis bic 7 4 Meares junto a Nicolés Marques, Bl libro negro de la nueva izqul Bénero o subversién cultural, Al perfil de sus seguidores lo i analizando Analia Goldentul i n Goldentul y Ezequiel Saferstein (“ Ma Pies para lareacci6n”, Espoiler, 07/07/2019). SA ce Escaneado con CamScanner adelante estas acciones), en este momento histérico, Del cuadro realizado queda una Ultima 2 Teaccié ae (aesconciert@s que ubicamos por fuera del cones on POE descibi, ° ntinuum, Sonne tes secciones avanzamos en este ‘m. En las siguien- F F Y otros puntos, hacie experiencias propias y los modos en que esto; Tae foco en las es s deba nuestra cotidianeidad. tes han atravesado Para hacerlo 2. Del desconcierto puede salir algo mejor (D. J) Ala par de las reacciones que incluimos en el continuum de la sec- cion anterior, entre los varones cis-hetero se dan situaciones dewdes=y . Los le lo aceptable se estén corriendo rpido, y eso trae des- orientacién no sélo politica en un sentido tradicional, sino también en los vinculos sexo-afectivos, familiares, laborales. ellas. Si nosotros nunca golpeamos a una mujer, ni dejamos de ocuparnos de la crianza de nuestrxs hijxs, jrealmente somos tan machistas? Si yo como individuo no elegi tener privilegios, spor qué seria culpable de sus efectos estructurales? No encarnar la pri- mera linea de defensa del patriarcado, como sefiala Jokin Azpiazu Carballo (2017), noiser parté de los haters antifeministas seguido> —retomando el concepto de R. W. Connell (1995)— es decir, a 25. Como reflejan varias notas, presuntamente orientadoras, en medios periodisticos: “Carta g los varones desorientados” (Anfibia, 2018) y “B consejos para (intentar) ser un hombre feminista” (La Nacién, 08/10/2018), entre otras. 51 Escaneado con CamScanner implemente por ser ivilegi todos los varones si s privilegios que’ tenemos ‘ i eclamemos, wo es, aereeo cis hetero. Por mas renuncias que d varones, » : i ivilegios. : tuen estando esos privil ; a u Mucho de lo descrito previamente me interpela de man va di recta. Oscilé —oscilo— entre algunas de eee sre < i i la disc! i i amigas, a partir de " tensiones con compajieras y ap a sobre el lugar de los varones en el feminismo, que durante w oe me han dejado un sabor amargo. Cuando se mee ae 7 i i i lel feminismo, i siderase un aliado politico , oco importé que me cons lit : \ incluso desde antes de que ser cercano al feminismo tuviera algin i imi ial positivo. tipo de reconocimiento social ive a La mayor visibilidad de los feminismos, el crecimiento y la reno- vacién generacional del movimiento de mujeres y sus novedosos briog politicos (nos) dejaron a algunos varones desorientadoss éticamente juizds nuestras compafieras fueron mas condescendientes en el pasado, cuando éramos Pocos (menos que hoy) los varones interesados en el feminismo, y pensamos (pen- sé) que con eso era suficiente para avan: voluntaria, en paralelo a la blicas. Cuesta reconocerlo, Por sentir que deberia(mo: Por haber acompaiiado “ci quizé sea por el duelo de buena voluntad alcanzaba. zar en nuestra deconstruccién Participacién politica en sus acciones pu- Pero quizas algo de ese sabor amargo sea s) gozar de algun tipo de Teconocimiento uando el feminismo no estaba de moda”, la omnipotencia de creer que con nuestra nm n principio, muchas mujeres feministas han sexuales, compajieros y veces se ocupé de plantear la demanda, Asi, aconsejado 0 reclamado a sus Parejas hetero, Varones en general que su princi al no de los “fectos més:tematizados.de-esta deconstruccsse o> CUISO es una Presunta To, Por un lado, a una ivi < refi as Tajereg ™mayor receptividad frente-alas-demandas de desde aquellas politicas (historicamente Subestimadas), 52 Escaneado con CamScanner en un sentido tradicional (como el mayor involu i nes en el reclamo por el derecho al aborto eamiento de varo- ero igualmente estructurantes de |, (como la diferenciacién de roles y distril en organizaciones politicas, equipos de cos). de i dea d& que on Ia igualdad de género “ganamos todos’, Muy Posiblemente haya “pérdidas” pata los varones; en términos de pri- vilegios ejercidos, otrora naturalizados, No estoy seguro de que con esta mayor sensibilidad alcance para reformular nuestros repertorios de género como varones cis-hetero, Pero puede ser un comienzo, siempre y cuando no funcione como una instancia ritual para certi- ficar nuestra voluntad de cambio sin conmover ninguna desigualdad en términos practicos. Por otro lado, esta “nueva” sensibilidad masculina implicaria las desigualdades de género bucion Jerarquica de tareas trabajo o arreglos domésti- , en tiempos pasados més constrefidos por un modelo de masculinidad cuya dureza, for- taleza e inexpresividad emocional eran notas distintivas. Al menos entre los varones adultos de clases medias urbanas parece ganar le- gitimidad “ hombre ‘bueno y sensible’ que ‘respeta a las mujeres” (Azpiazu Car- ballo, 2017: 36). El amor por unx hijx puede manifestarse en las redes sociales, ese escenario ideal para publicitar nuestra intimidad (y pro- ducir nuevas normatividades familiares y de género), sin menoscabo a nuestra masculinidad heterosexual. Si bien el amor filial no nacié con Facebook o Instagram, su publicitacién por estas redes lo torna- ria ampliamente celebrado. Un riesgorde'este girovemocionalista'de® algunos varones es que deje incélumes las estructuras de privlegios, alos que ahora se-sumaria’el'de serreconocidos:como varones sensi-” bles. El propio Azpiazu apunta un matiz critico al respecto: ‘f Estamos rodeados a nivel cuantitativo de hombres que encar- nan el modelo de hombre-varén-masculino de forma bastante Escaneado con CamScanner bargo es otro modelo de a i i ificamos como “nueva masculinj- ‘ad a eee de lo admisible y deseable, = sin ‘embargo gcudnto de lo que antes era aceptable en las eu rn de dominacién y de poder ha cambiado realmente? pana mantiene, pero simplemente ha adoptado formas aaa por lo tanto, se ha tornado invisible? (Azpiazu Car- ballo, 2017: 37-38). “clisica”, pero sin em| Sila deconstrucci6n de la masculinidad —tal como la enteridi- mos en su vieja version hegeménica— es un horizonte normativa- mente deseable, cabe preguntarse quiénes pueden llevarla adelante y si es pasible de lograrse mediante un acto de voluntad. 3. Deconstruccién voluntaria, forzada y vergiienza (R.B.) Retomando la ultima pregunta planteada en la seccién anterior, me interesa detenerme en la primera de las reacciones sefialadas: la de despatriarcalizaci6n/deconstruccién. “Varones feministas”, “varones antipatriarcales”, “varones por masculinidades contra-hegeménicas”, “varones sensibles”, “nuevas masculinidades”, “masculinidades alter- nativas” constituyen algunas de las expresiones mediante las que en el Presente se enuncia la voluntad de transformar los roles, tonos y jerar- quias que adquirié histéricamente el devenir varén. En el uso hoy ex- tendido, “de 0, des”, Tecurrentes en log es] entre algunos Profesiona ‘Pacios universitarios, artisticos, gremiales, les, que se de esa manera, iniciar uns 54 Escaneado con CamScanner camino de “reeducacién”, Hay otros espacios: la Produccién edito- - rial, con las paternidades sensibles; las Tedes sociales, con} ito. gacién de textos en primera persona en la que se mae tins Propa- riencias, declamaciones y solidaridades varias; la nde (desde las revistas de chimentos a las series en las Plataformas o on el prime time) que tematiza las transformaciones Tecientes de los gé- neros, la intimidad, la afectividad. Todos estos artefactos alten componen parte del espacio textual en el que releer —y reescribir a partir de la interpelacién de los discursos contempordéneos—. la propia condicién de varén. Invitacion de la época, primero, y aceptacién voluntaria a ese convite, luego, interesa marcar un matiz en relacién con estas for- mas que adquiere la deconstruccién de la masculinidad en el pre- sente. Usando el término deconstriuccién de manera anacrénica, es posible también referir a un proceso de alejamiento de las normas de género (y de masculinidad especificamente) que para much*s no fue voluntario, o al menos no por incitacién anonima de un mo= mento histérico como lo es hoy, por esta afinidad electiva entre re- flexividad de género y feminismo, entre el abrazo a un must epocal yun discurso social disponible, sino que fue un asunto compulsivo, obligatorio: forzado. En numerosas biografias, la posicién de varén estuvo puesta en duda muy tempranamente: los descalificativos del habla cotidiana (‘amanerado”, “maricén”, “trolo”, “puto”, “afeminado”, parte de un espectro amplio de términos que recuerdo) vinieron a marcar en muchas experiencias, especialmente en la nifiez, Jaydistancia entre quien puede habitar legitimamente la condicién de varén y quién no. Esta marcaci6n fue recurrente, no de una vez y para siempre sino iterativa. Performatividad del lenguaje mediante, con sus efectos practicos y corpéreos, este proceso forzado de alejamiento del géne- ro (de sus reglas dominantes, del modo esperado de actuarlo, de la posibilidad de hacerlo propio) operé a partir de un poderoso meca- nismo tanto de regulacién del orden social como de subjetivacion: la implantacién de la vergiienza. “Sentir vergiienza , pace ea za”, “dar vergiienza” —como modelacién peculiar de a a $93 ciales—, es un modo de marcar un conflicto, una contradiccién, una Bic atnsats Escaneado con CamScanner jas, con las personas con las que ‘i, 6 Norbert Elias, © con intensidad, como sefial consigo mismo que produce miedo ala Ce idad de los otros, indefen- = 5 0 se encuentr: ismo degradacion social, a los gestos de sup sion” (2008: 499). propicié en muchas radictoria y ambivalente, que El ” para much*s no fue una instancia subjetividades esa distancia, cont! puntual sino (voluntars y eee verbalizada) a i lenciosa), 7 5 de poder volver “sobre si mismo” de manera ee este presente en el que se propicia la deconstruc- cin o despatriarcalizacién de las masculinidades. Tal vez muchos de aquellos rasgos que en otra época fueron sefialados comolsig- nos de disvalor (musicas, vestimentas, movimientos del cuerpo y otras formas de expresién del devenir sujetos generizados) §@is. tan volviendo hoy signos de distincién, reapropiados “varén deconstruido”. Veneno y antidoto en tiempos distintos, la vergiienza se evidencié como mecanismo de implantacién de distancia con la forma canénica del devenir var6n, esa forma que hoy a algtin*s les genera vergiienza. Si planteo este contraste esquemiatico e insuficiente entre mo- dos de deconstruccién de masculinidades, es Para compartir algunos interrogantes sobre la potencialidad de este Proceso de transforma- Gon de los géneros al que asistimos. . : ad; una forma de deconstruccién que implements .” « : sentido en espe } acotada biograficamente, que adquiere oe me 5 a a Y Practicas especificas, que toma la forma sclente de “ i ya, . Desde dades hay uma dista en ninguna de ambas modali- de manera volunten infranqueable con aquello que se deja atras, 120 involuntaria, 56 Escaneado con CamScanner masculinidad hegeménica como un miembro pleno: Ya sab. ésta es, sobre todo, un ideal regulatorio, que produce ene que cosas— sufrimiento, exigencias y frustraciones (incluso ae reconocen Jmaginariamente mas cerca de cumplir con sug Paréme- tros no estan exentos de estar sometidos a Prueba). Pero vale la pena preguntarse si es Posible un proceso de deconstruccién como los que se declaman en primera ‘Persona, que se nombran con la fuerza del discurso asertivo que grita de manera triunfante “soy varon femi- nista! a ime estoy deconstruyendo!”, sin estar atravesados por eb sentimiento silencioso dela Vergiienza: ;uno puede deconstruirse sin tener, sentir, dar vergiienza? Vergiienza que produzca un abandono (y no una reafirmacién) de esa condicién de varén; abandono que sefiale una distancia, una huida de “eso” que quiere ser deconstruido; como quien al decir varén declara un domicilio falso, un lugar en el que ya no reside. “Deconstruido”, “feminista” 0 “antipatriarcal” el'términowvarén es convocado de un modo renovado en el Presente, adjetivado con la voluntad de dar cuenta de un matiz, una distincion, un corrimiento, una cualidad que produzca distancia, extranjeria con varén a secas, Pero cabe preguntarse si ese mismo movimiento no refuerza un tér= mino que, més alld de la buena voluntad de su uso actual, de su po- tencia politica, no posee una‘memoria que puede obturar un proce- so de transformacién. Hace casi cuatro décadas, la ensayista y poeta francesa Monique Wittig (2006) sentenciaba criticamente que “las lesbianas no son mujeres” y sugeria el abandono de una categoria (mujer) que participaba de un sistema de opresién: “el pensamiento heterosexuado” (antropologfa, psicoanilisis, semiologia, no pueden Pensarse sin un sistema de opuestos-complementarios, que hoy Ila- marfamos simplemente binarismo de género). Si algunos términos Participaban de una constelacién de conceptos que estaban, para esta autora, “minados”, era necesario buscar otros para nombrar nuevas for- mas de existencia, como la existencia lesbiana. Retomando este planteo de Wittig, de la relaci6n entre lenguaje y experiencia, spuede la insisten- cia del término varén, en su reiteracién renovada por parte de personas cis, subvertir la historia de su significaci6n?);Qué limitaciones tiene a su capacidad de interpelar, teniendo en cuenta que su propia historia ha - Escaneado con CamScanner h*s, sino un activo des- imi tre mucl forjado un vacio de reconocimiento en! conocimiento? 3 masculinidad. La pregunta insistente en Varén, deconstruccion, todo acontecimiento emergente es 4, Reflexiones finales En este texto abordamos algunas reacciones de los varones cis- heterosexuales ante la “marea feminista” de la Argentina en - tiempos del Ni Una Menos, para luego tematizar dos de esos pro- cesos: la deconstruccién/despatriarcalizaci6n y el desconcierto. En particular, apostamos por reflexionar desde nuestras biografias, en las secciones anteriores sefialadas con nuestras iniciales, para iden- tificar cémo las interpelaciones de los feminismos y las reacciones que generan resuenan diferencialmente segtin nuestras experien- cias de devenir varones. La propuesta de deconstruccién adopta significados distintos para quienes alguna vez, o atin hoy en cierta medida, encarnamos los man- datos de una masculinidad hegeménica (y estamos pensando si y cémo desandar ciertos privilegios) y para aquellos que en infinidad de oca- siones fuimos desconocidos como varones. Aunque sean experiencias biograficas distintas, se trata de dindmicas sociales emparentadas: tc si Estas diferencias no sélo Cuenta del cardcter plural de las masculinidades, sino que permi- ten plantear tres Conjeturas que compartimos a modo de cierre. En primer lugar, que i movimientos de mujeres Ho conmueve s6lo Ja relacién que los va~ To uevamente, en especial los cis-hetero) mantienen'con estos) v US reivindica b Os*vinculo € varones. Dicho de otr. Sexos” (como Plificados), @ manera, antes que una rancia “guerra de los q gu a vec ; ; 7 el pre: “S se caracteriza esta controversia en debates sim- se 58 Escaneado con CamScanner torno a las dindmicas de configuracién de los géneros, especialmente en cémo nos construimos/somos producidos como varonés} tal como Jo vienen planteando los movimientos LGTB y de disidencia sexual, En segundo lugar, la presiinta nueva sensibilidad de los varones, tanto hacia las demandas de las mujeres feministas, como aquella traducida en una expresién mas abierta de ciertos sentimientos afec- tuosos (paradigmaticamente hacia Ixs hijxs) abre’una’veta a seguir explorando. ;Cudles son las relaciones posibles entre masculinidad, sensibilidad y poder? Este “giro emocionalista”, ssupone alguna re- nuncia a privilegios 0 conmocién de estructuras generizadas de po- der? 3O se trata de una “vuelta de tuerca” del patriarcado, para que los varones (cis-hetero) mostremos un Tostro menos hostily asi ga- tantizar la legitimidad de la dominacién masculina? Por ultimo, en el texto advertimos que este giro reflexivo puede, como una deriva no deseada, favorecer un Proceso de reconstruccién de algunas masculinidades que —adjetivacién mediante—terminen conservando su lugar central, en un momento de disputas por la re- distribucién del reconocimiento! De ahi que el desafio sea que una mayor reflexividad y sensibilidad no operen como estrategias de per- petuacion y reforzamiento de relaciones de dominacién existentes; 0 de instauracién de nuevas jerarquias entre e intra géneros. Referencias bibliograficas Azpiazu Carballo, J. (201 7). Masculinidades y feminismo. Barcelona: Virus editorial. Bendersky, L. (2018). “8 consejos para (intentar) ser un hombre feminista”. La Nacién. Disponible en: https://www.lanacion, com.ar/lifestyle/8-consejos-intentar-ser-hombre-feminista- nid2176273 Broggi, D. Y Martinez ‘Cabrera, M. (2018). “Carta a los varones desorientados”. Revista Anfibia. Disponible en: http://revis- taanfibia.com/ensayo/carta-a-los-varones-desorientados/ Connell, R. W, (1995). Masculinities, Cambridge: Polity Pre Escaneado con CamScanner

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