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FRANGOISE DOLTO C.LM.E.PS. entre Todos para Todos La causa de los adolescentes ‘Truc dl ats por RM. BASSOLS| x SEIX BARRAL. caPiruLo 1 EL CONCEPTO DE ADOLESCENCIA: PUNTOS DE REFERENCIA, PUNTOS DE RUPTURA [No se conoce tan bien al adolescente como al nfo, Hay aque extenderse sobre la realidad que oculta este termino Se habla hoy de la poblacién de los «Ados», expresion me- Gidtica que tiende @ aislar a los individuos Jovenes ade ator, xen trinsiton, encerréndolos en un tipo de edad. En ‘yee de limitarse a situaria en la pirdmide de las edades, ‘es mis interesante busear un consenso y superar las con: troversias y desacuerdos ‘entre psicdlogos, sociélogos ¥ ‘endocrinélogos-neuréloges. ‘Algunps prolongan la infancia hasta los catorce afios y sitdan laladolescencia entre los catorce y los dieciocho hos, coho una simple transicién hacia la edad adult, ‘Aquellos/que la definen en términos de crecimiento, como tun perfodo de desarrollo muscular y nervioso, se slenten teatados inchiso de prolongaria hasta los veinie aos. ‘Los soeidloges toman en cuenta el fendmeno actual de tos eadolescentes retrasadooy, estudiantes prolongados que viven en casa de su padres mucho més alld de su ma¥er i. Algunes psicdlogos reducen la adolescencia a un cape tulo final de la infancia. GES una edad cerrada, una edad marginal, 0 wna etapa original y capital de la metamorfosis del nifo en adult? En mi opinién, es una fase de mutaci6n. Es tan capi- tal para ef adolescente eonfirmado como el nacimiento y los primeros quince dias de su vida lo son. para el nifio ppeguetlo. El nacmiento es una mutaclin que permite dar paso del feto al nino de pecho y su adaptacion al aire y a la digestién. El adolescent, por su parte, pasa por una ‘nuda respecto de la cual nada puede decir, yes, para los n adultos, objeto de un cuesonamiento que, sepin los pa: Ares, eth cargado de sngusta o pleno dc inculgenea. Bi brofeor de fwoli,pararaseando cl prover. dele de tna de mis compateres de ln que peasaba que se habla ‘quedado en la adolescenia: «Dios, esto plangaaay ren 4 se converts?» A sus ojo, todas debevanos haber sido ya jovenesadultas. He aqui na de ls pote: j eri ficas maneras de defn In adolescencia como une ead Gn que ese humane noe dos, esa 2 tina, El eto le aolescencia se prolonga togun Ise proyecciones que los jovenes rectben de le adultos y segin lo guc'e eone dd tes impone eomo limiter de exporactn, Los adultos éstin abt para ayudar a un Joven 2 entrar cb las respon, ssbldades y a'no ser logue se lama adlecente re 1a sociedad toe interés em que el adolescent no per deel tempo on una vida de bonfcade, Pcs lta Dprencupacton lve tombits al crete de ces pas ene ‘estar demasiado a nino dence wes ne te tino prlongado. St bien no hy gue doombon owes 0 hay que precipita las cosas. Ent lenguae pope, 4 dice com frecuencia nStompre te poras a tai Dera mo ees an nifon ¢deaso no es ete a ope totalmente pemicios > eiipabiiznte el paiieee i ‘madre le dicen esto sen preadolscons? Yo. au fn pa ts pes i ndner sR par nl Set mar Sern ae Fonte one esol a Te tne ls Eri Sehr eto lel gas Set ogy ea Soy chs rete oe eee Eimsis Scand aan neue moe Se Tear aero se eipsiae meaelcg cet So iden Bama me de fe de murano en fo fea i ET wy anaes heres ey sear pen ee err pe STE ens Sey coesnele 2 produce Ia freglidad del bebé que nace, sumament sens Blea lo que veibe como mirada ¥ oye come palabras gue inl ee aya aie acon f=, ae se parezea 2 agul otro, que tenga tna nara a © Std, llega hasta lamentar el sexo gue tiene el olor de bs cabli, core el ergo de quedar mareado para toda la ida sonra la gente piensa gue no camprende pada a ‘plado este handicap tocal con el gue ta nardo. A esa tnd; tolos los juice surten efecto, Incluyendo aquelos ue capresan gentes de poco far, por demo, pens floes o resendas con oe padres. El ito no tiene en Cuenta las cosas, no hace més que ot que hablan teal de ese To toma al ple dela letra. se trata de algo que ppde comprometer de por vida, aus relaiones con In 50- Bedad. El papel de las personas ajenas ala familia ¥ que enocen a on adolescente, que tienen raaién on €1 por ass de la ete, o por causa de ia vida soil cs may importante durante alos meses. Pero, desgraciadamen tea gente no sae eal ese periodo sensible para dicho joven. En el caso del bebe, se ignora que oye tado lo que Te dicen. «iA! jQa8 pena que e parezca ts il. Que demonio eran ¥ lego se ponen a hablar de la Lill y Gl auto recite a quetmarropa una descarga negaiva que fe Sfecta profendasneate. Lo sabemos shora. Paes bien, 1o ‘nismo soorde con wn joven en pleno desarola. Para comprender adccuadariente qué es a oop, la debi dela adolescenci,tomemos la imagen de os bo- favanies y langostar que plerden su concha: se ocala ‘ej las rocas en ese momento, lent sogrepan 50 neva conche para adqurir defensas. Pero, si mienas son Yul ‘erablesretben golpes, quedan herios para siempre: su Caparazin recubnira las eridas y las ceaties, pero no ins borars Las personas svundatiasjucgan wa pel muy Stnportante en la edvesi6n de lox joven durante ete pe- ‘odo. Aungue no estén encargadas de dar dichaeducacon, to oa hace puede Invoreraexannie y eco fianza ens, al igual que el valor para superar sus impo- tencias, 0, al contraio, pueden estimiar el decafeno 9 la depres, Hay, muchos renee a pati de los once aos onocenestados deprenvosy estados paranolco. eect fan actos de agresgn grataitos. Ep estas erst el joven 5 opone a todas ls eyes, porgue ie ha pareido que a iuien que representa le ley bole perma era i 3 {Pero acaso esta reaccién de defensa no les deja atin nds desarmados? En este momento de extrema fragilidad, se defienden contra los demas, bien mediante la depresin, 0 por medio de un estado de negativismo que agrava ain més su debi Tidad. La sesualidad podria ser un recurso para ellos. No tienen aii vida sexual, si no es a través de la ima: sinacton. Con much frecuencia, penetran en un falso nivel expansivo de sexualidad, que depende de lo imoginario: 1a rmasturbacion. En el momento dificil en que los jovencs se sienten incémodos en la realidad de los adultos por falta de confianze en si mismos, su vida imaginaria les sostic. ne. El muchacho o la joven estén casi decididos a excitar fen sila zona que les dard fuerza y valor, es deci, la zona genital que se anuncia. Y de ese modo la mastucbacion, de remedio de su depresién, se convierte en tramps. Tram. a, porque de este modo se descargan nerviosemente y ti. ‘nen mayor dificultad para afrontar Ia realidad, para ven. ‘er estas deficiencias, mucho més Imaginarias que Feaes, pero que han sido alimentadae por frases inoportanas de las madres. como por ejemplo: wNo legarés 2 fer nada; e6mo quieres gustar a una chica, si siempre vas tan de Ssaseado?», 0 por el entorno que les sorprende y les hace ruborizar con frases como: wh, vaya, no le ete indiferen te, 2Bs tu novia? Resulta espantoso para un joven set des: cubierto asi y ver puesto de manifieso el seatimiento pre. ‘oz que experimenta; ello puede lanzarle verdaderamente 4 la masturbacién, porque ésta es un sostén a la excita cién de las pulsiones que le permitirian superar esta de presién, Desgraciadament, como se satisface de tna ma: fera imaginaria, carece ya de la fuerza para ir a buscar en la realidad, en otro ser humano, muchacho o mucha. cha, el apoyo, la camaraderia 0 el amor que le sostenga y le ayude a salir de esta trampa en que ie han encerrado algunos adultos indiferentes 0 agresivos. O celosos, pues hay adultos que estan eelosos de esta wedad ingratany Ree cverdan que ellos fueron maltratados por adultos, y, en lugar de evitar cometerel mismo error con los otros, como si fuera més fuerte que ellos mismos, cargan la mano: ‘a 42Qué es lo que vas a pensar? No estés en edad de pea- ‘sar, aGin tenes el gusto de la leche en los morros.» te Cuando un joven comienza a tener ideas propias y a mea- clarse en le conversscién de los adultos, no pirden un ins- tante en desalentarlo, cuando seria el momento de darle Ia palabra: «Te interesas por esto; bien, dime tu opinién: ah, ¢ interesante.» El padre no quiere que se diga que st hijo empieza a ser escuchado por los jovenes que le ro- dean. Es él quien debe tener la supremacla. Hay muchos padres que no saben ser padres de adolescente. Y lo cue Foso es que no saben serio delante de su mujer y de su hija, pero cuando estén solos con los muchachos, oe en- tienden mejor. Eso se debe a que no desean que al mu- chacho se le preste la misma atencién que a ellos cuando Se ponen a hablar en la mesa y el joven diserepa de sa padre. El padre quiere que su opinién prevalezca sobre la de su hijo. La frase justa seria, por ejemplo: «Bueno, a dos edades distintas, pensamos de manera diferente, No hay problema Si el joven se ve interrumpido, o bien [0 tolera con una sonrsa de condescendencia («Paps no qule re reconccer su error: bien. itanto peor), 0 no se atreve 4 afirmarse para expresar en oto lugar una afirmacin que hha sostenido en casa; cuando esto, en otro lugar, le conte: nrg valor. Pero como en casa esto le ha udesvaiorizadon, queda mareado por una depresién y cree que no tiene de- recho a pensar, En este momento es cuando tendria necesidad de ser fortaleciéo. Los educadores parecen muy indicados agui ‘para tomar el relevo, Y no sélo los que imparten disciplinas escolares, sino los que ensefan deporte ate ee. A ells corresponde darle Ja voz al nifo, pidiéndole su opinién, su juieo sobre un ‘combate, su parecer sobre una exposicon. Y que no con: fedan solamente el derecho de hablar a los vozarrones que Se imponen, sino también a todos lor que tienen una opi+ nién pero no dicen esta boca es mia, Se trata de animar- les: uNo dices nada, pero tendrés tu opinién, He visto que ‘contemplabas el partido con mucha atenei6n; seguro que teas hecho una idea sobre éate © quel jugador El joven interpelado reconoce entonces que, aunque no se ba mos- ‘ado enire los acivos, cuenta en el juicio de aque! profe- sor que concce bien el pat, y eso puede salvar a ua mu hacho que en esta es abrumado por sus padres. ‘Se trata de una edad frigi pero asimismo maravilos, porque reacsiona también a toda lo positivo que se hace por El. Séio que los adolescentes no Jo manifiestan en el fismo momento. Ee un poco decepeionante para lor eds- adores que no ven los efectos nmediatos. No me cansaré Ge inctar aloe adultos » perseverar. Digoy repito a todos los que ensefian y se desaniman, que traten de valorzar- Jog: continvad, aunque el joven parezca etomares el pelo», ‘como se dies. Cuando ton varios, con frecuencia Te tora fl pelo a una persona mayor, y cuando estén solos, esta persona es para ellos alguien muy importante. Pero hay {ue soportay ser abucheado, Uno puede pensar: si s9y abu heado porque soy adulto, ero fo que les digo les ayuda y les sostiene Ast pues, clos once efs som realmente tn punto de imézima fragidad? Si, de once a trece afios: tienen rubores, se tapan el rostro con lo cabellos, aotan el aire con las manos para vencer su malestar, su vergienza, © pueden incluso enmas- farar una gran herida que quisd sea indeeble. CEE la puberted la cesta de esta travesia eitca? ‘La época dificil es el momento de la preparacién de Is primera experiencia amorosa. El joven slente que hay en flo un riesgo, lo desea y lo teme al mismo tiempo. Al es- peeto existe una gran poldmlca que la cargada estadistica de suicidios o de conductas sucidas pone sobre el tapete de la setualidad. Plantes en definitive esta pregunta esen- ‘al: clo problemitico er la primers experiencia sexual, que = una eresta culminante en la vida dl edolescente, o cer- fa necesidad de experimentar Ia merte? Es decir: (se ata de a contention co el sg ¥ plo, 0 dl n-den Opine que es indscciable, Porque precisamente el ries go del primer amor es experimentade como la muerte de Ia infancia. La muerte de una época. Y este final que o& arrastra y aniqulla como cuando os dats en el amor. cons: tituye el verdadero peligro de dicha eresta, punto de paso 16 obligado para inaugurar su dimensién de ciudadsno res: ponseble, y acto ireversible. Bn nuestra sociedad, los jo {ener no recben ayuda porgue no tenemos el equivalent de Ios ritos de iniciacién que antafo marcaban esta época de ruptura. Las prucbas colectivas eran impuestas 2 ni- fos de la misma edad, pero que no estaban todos igual- fmonte maducos para que predujeran un efecto mutante en tllos. Sin embargo, era un acontecimiento que marcaba, y {a sociedad lee consideraba entronizados, es decir, que ha bian superado la Iniciacién que permite converarse en ado- Tescente a partir de dicho paso. Tanto si estaban preparades interiormente como sino, os adultos les concedian el de- echo a acceder @ ela. Reducidos a s{ mismos, los jovenes fe hoy no son conducides juntos y solidariamente de una ‘nila Ia otra; vse ven obigados = conseguir este dere ho Ge paco por si mismot. Esto exige de su parte una tondveta de resp. BI Afra negra y Oceania ofrecen a ta einologia una gran variedad de ritas de nicigetin y de eprendizaje. Serd Interesante pasar revista a la diversas soluciones que las Soviedades antiguas encontraron para ayudarles a pasar este periodo de mutacin, la puerte de la infancia. Pero antes de comparar las actitudes del cuerpo social «a travcs de la historia de las eociedades, y de investigar tcbmo los adolescentes de hoy pueden, solos o en grupo, sftontar fa realidad, trataremos de deseribir fo que sucede fen el interior de cada individuo, y poner de relieve la trans Formaciin capital que hace del rio un adolescente en El hecho trascendental que marca la ruptura con el es- tado de infancia es la posibidad de disociar la vida ima- finaria de la realidad; ol suefo, de las relaciones reales. “Tras la ersis lamada edipiana que opone al muche cho pendidamente enamorado de su madre a su rival, el padre, en quien ve, en el mejor de los easos, un motivo de ‘Admiracin, los fuegos se apagan, y el nifo legs ala edad {que nosotros llamamos slatencia» Sabiendo que no es més ‘Que un mifo, se resigna a esperar el futuro. Ello no excls- Ye que tenga claramente la nocién de una sexualidad Ia- tente, pero comprende que no podra encontrar su objeto de amor en la fatilia, Ast pues, en'el mejor de les casos, a 1! nifio del final de Edipo, hacia los ocho-nueve afos, con- Serva una gran temura idealizada por su madre, y tam- bign por si padre, aunque con un sentimiento dividido entre la conflanza y ef temor de apartarse de la ley que el padre quiere que guarde, y que no s6lo es una ley dictada por el padre, sino que éte la representa y ejemplifica, El ho ve en el padre al garante de la ley y al mismo tiempo al testigo ejemplar dueto de sus pulsiones. De todes mados, a los once afos se manifiestan los pri- smeros indicios de una sexualidad que se anuncia con un fortisime componente imaginario antes de que el eerpo entre en juego; esto corresponde, en el muchacho, a las primeras emisiones involuntarias de esperma, yen las mi hachas, a las primeras reglas. Pero antes de que el cuer- po siga, se drfa que el joven y la muchacha preparan este ‘contecimiento fistol6gico con una especie de fiebre psiqui a de amor imaginario por modelos que actualmente se Co rnocen como ldolos de masa, y que han sucedido a los he oes de ayer. El wrelevon ha legado de los Estados Uni dos. Héroes © Idolos constituyen sus compatieros en el juego de papeles donde lo imaginario desplaza a le rea- lidad. eComienza, pues, una segunda vida imaginaria, en ef sumbral de la adolescencia? 1 primera vida imaginaria que se inicia los tres: custo fo, pone In mir en las personas del grupo prox. to a nite, ex decir, sl padre, la nade, hermanos her Imaas tet fain io. Pao dems, ee fn rlsctin con et mundo exterior mediante la opiniones elon padres: pero, dtectamente, nol intrca, salvo que Se podvacan grandes aconecimintos como una invasion, unm gorra, en cuyo eauo elnino qusda preso, como lot padres on la tormenta, En una sociedad reatvement ce {able ia vstn que ef alto ten del exeior quede abso. Ittamente bstrada por Inerés por ln fain pore todo en qe a familareaciona ante la sociedad por lot ‘Sloganes del padre. Lov ules son enteramente de it ‘misma epnign que el padre neayendo ris opiones pai tics. Cando los padres discrep, el nto presenta aif Cuitadea para pensar por su cuenta dfcuades que se smantenditn mis o menos en silencio hasta los once aos | Pero, a esa edad, estallaré el problema latente: en su se- igunda vida imaginari, los temas de interés que encuentra fuera del campo familiar y que deberian prepararle para la vida real siguen teniendo a los pares como referencia. EE padre al que no se ama porque se ha divorciado de ia mati, o la madre que es mal vsta porque el padre dice cosas en contra de ela o 2 sus espaldas, o la abuela pa tema que no quiere a la nuera, conflictos de relacién que trastoran la vida Imaginaria de un nito entre los nueve y los once afos, pero cuyos elects no se ven hasta los once: sigue teniendo difieultad en distinguirel sonido de la rea- Iidad del sonido de lo imaginario. Pero si todo ha ido bien, si no ha habido desgarro familiar, en su segundo mundo imaginario el nino ya no necesitard tomar sus modelos intramuros de Ia faaiia. En lo sucesivo, sus modelos se ran exteriores. Sigue contando con la familia como un valorrefugio, pero no siente que desempene en ella un papel, y pone su empefo en triunfar socisimente. Toda su fnergia se dirige ahora hacia el grupo de compatieros de la escucla, o a los grupos deportivos y deimés, y hacia la vida imaginaria que pueden proporcionar Ia television, las Teeturas © sus invenciones en los juegos. Esto es lo que ‘curre antes de la eclosion de Ia pubertad en un umbral elo imaginario mis alla de la familia, en el mundo exte For. Cuando llega a la adolescencia es cuando este mundo imaginario exterior le provocars, le hard decir que quiere salir. Quiere ir a medir, por decrlo ast, esta discrimina- cién que ha hecho entre lo imaginario y la realidad, peoe- tando en esos grupos sobre los que ha imaginado muchas irrealidades pero que, a mismo Uempo, existen, puesto que se habla de ellos. Fs atraido por pequefias bandas de j6- venes mayores que él y en las que pretende integrarse. Y entrard asi en su adolescenciasaliendo de la familia y mez- ‘lindose con grupos constituidos que, para , tendran mo- ‘mentdneamente un papel de sostén extrafamilir. ‘No puede abandonar completamente los modelos del medio familiar sin antes disponer de modelos de relevo, No son sustitutas, sino relevos para su toma de autono- mia de adolescente confirmada, que se hard merced a las heridas en el amor propio y en las alegras, alas dificuea- des y a los éxitos que serén los acontecimientos de su vide entre los once y los catore aflos. Tanto él como ella. Los JUEGOS Frangoise Dolt: «Cuando era joven, mis camare- ddas me decian continuamente: “Out te apuesiaa? AA ver, gqué te apuestas” "No me apuesto nada” “Es que no crees en lo que dices?” "Desde luego; he dicho 4o gue pensaba. Pero ne tengo ganas de apostar.” Mis ‘amaradas no cesaban de aposta. Las chicas ln teresaoan menos en el juego que shore. Hoy, las muchachas acuden a las méquinas tra- aperras con los chicos. Lo cual le quita tna parte de fantasia al jucgo. El compatiero, el rival, no es ‘mis que una méquina. El juego ya no es cose de hombres. Las chicas estén presentes y apuestan- El fantasma lidico del alfo que se nue de lo imagina- rio (St yo fuera millonario)” desaparese con la pric: Hen de los juegos com dinero.n Hemos intentado delimitar la entrada en la adotescen a, el primer «pasos.

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