Manual de Intervención en Crisis

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4 CRISIS CIRCUNSTANCIALES EN LA VIDA No todas las crisis se limitan directamente al proceso natural de maduraci6n; muchas son completamente impredecibles. La pérdida de toda una familia en un accidente automovilisti- co, leucemia en un nifio de ocho afos, viola- cién, ser tomado como rehén bajo amenaza de muerte —sucesos como estos se denominan cri- sis circunstanciales. La caracteristica sobresa- liente de estas crisis es que el suceso precipitan- te (inundaci6n, ataque fisico, muerte de un ser querido) tiene poca o ninguna relacién con la edad del individuo o etapa del desarrollo en el curso de la vida. Las crisis circunstanciales pue- den afectar virtualmente a cualquiera en cual- quier momento. Las caracteristicas principales de las crisis circunstanciales son: 1. Trastorno repentino: En tanto que los problemas del desarrollo, por lo general, se for- man en algunos afios, las crisis circunstanciales parecen afectar desde ninguna parte, a todos al mismo tiempo. 2. Lo inesperado: En tanto que los indivi duos y familias pueden anticipar algunas transi- ciones de 1a vida, y prevenir la crisis, pocas estin preparadas para, o creer que, les pueda ocurrir una crisis circunstancial. En la mayor parte de Jos casos, 1a gente piensa que “le suce- derd a alguien mas”. 3. Calidad de urgencia: Puesto que muchas de las crisis circunstanciales amenazan el bienes- 48 tat fisico y el psicol6gico, con frecuencia se ini- cian como urgencias que requieren de accién inmediata. Las estrategias de la intervencién en crisis deben por consiguiente, tener en cuenta prioridades para valorarlas répidamente, segui- ds de la eecucion de etapas de acciénapropia- as. 4. Impacto potencial sobre comunidades completas: Algunas crisis cixcunstanciales afec- tan a un gran nimero de personas simulténea- mente, necesitando intervencién grandes grupos en un periodo relativamente corto. Un incen- dio, como el ocurrido en el Hotel MGM de las ‘Vegas, puede dejar cientos de sobrevivientes, parientes y amigos, todos luchando por enfren- tar la pérdida en la siguientes semanas y meses, 5. Peligro y oportunidad: En tanto que el peligro puede ser la principal sefta de las crisis circunstanciales, debemos recordar que de la desorganizacién que sobreviene, se inicia en for- ‘ma casual alguna forma de reorganizacion. Esta, tiene el potencial para trasladar a la persona y su familia a niveles de funcionamiento altos y bajos. En principio se vislumbra, que el creci- miento resultante de algo tan traumético como un ataque fisico, violacién o pérdida de un ser querido pueden parecer demasiado improba- bles. Sin embargo, desde que estos sucesos exi- gen nuevos métodos de enfrentamiento y pro- porcionan Ia ocasién para examinar y reelaborar problemas personales no resueltos en el pasado, es posible para un individuo surgir mejor dota- Escaneado con CamScanner 49 Crisis circunstanciales en ta vida do de Ia crisis 4 cl futuro. Siguie' (1944), qumeros ue antes de ella, para enfren ndo la guia de Eric Lindemann os practicantes informaron so- (iors reaceiones de los individuos y sus fami: resume [a literatu do las categorfas principales, dos con cada una, asi como 308 clave. Repasaremos tendencias significativas bajo estos importantes encabozados, y conti- ‘nuaremos con una lista de implicaciones para la ropresentativa, enumeran- sucesos relaciona- también los recur- bre it esis ctcunstanciales, El cuadro 4-1 jntervencion Cuadro 4—1. Crisis circunstanciales eqgorla Sucesos rican a ee ee Rete Falemetd | Giurl, pérdida do un | Profesonales de ia se] Cirugia (Avatars Kilmann, 1977; Kim ier | ero del cuerpo, | ud, cero, mismbros de | brell y Silken, 1980 pocoteret aE foe ae erro: | a ramila, empleados, | y cole, 1979: Winder, 1978; Kopaly Mock, ‘a la vida, ineapacidad | maestros ovr Vachon, 1973); enfermedades que fisica imenazan la vida (Sourkes, 19775 Faust ¥ Caldwell, 1979); apoyos ambientales Goyant, 1978); Incapacidad (Lane, 1976; Levinson, 1976; Spink, 1976; Bahr, 1980) STEPS | RESETS 7 eer | Prafeionaen de Ta wx | Froceso de duslo (Parkes, 1970; LGV erereper | Aesermortaes nomi | lod, clero, miembros de | 1944; Vachon, 1979; Sheskin » Warns, pestiva dio, suicidio {a familie, personal del | 1976); redes de apoyo (Caplan, 1976; Walk a ar er etias,- | er ¥ cols, 1977); terapia de duelo (Carey, Sec oeermaal, po. | 1977; Weisman, 1976; Lindemann, 1944) licia Cama VIE | Aas Gato, olan; | Police, poteionaeade | viohetGn (Bure y Helnstram, 1976; 06 Fine Ae | Astenea doméstin (| La salud, vacinos, miem~ | Combie, 1980; Sutherland y Sched 5970) tinas » de | Tlencpnyugr malta. | bros de fama, clr, | vitimas de crimenes (Symonds, 1975); abu. Gosjbuse)i" enearoe | abogados, vglatss | sods noe (Belsky, 1980: Borgman y coe, Inientofibertad de de- | la lbertad bajo palabra, | 1979; Brown, 19795 Helfer y Kempe, 1976; Tineuentes trabajadores sociales” | Parke, 1977); abuso del cényuge (Folling- stad, 19775 Gelles, 1972, 1976; Straus, 1973, 1976; Steinmetz y Straus, 1974; Walker, 1978); deincuentes (Kantor, 1978} Speer, 1974; Satkeu, 1977; Stratton, 1974) See PREIS, manda | Trabajo ded vere | Desastes naturales (Birnbaum yeols.,1978 eS | TR, TaRTES [TOTS eggs | dents avon pari nomere Liton twetteades | dente nuclear, choque | de said mental capac | y Olson, 1976; Schaar, 1980; Titchener y por elhom | aéreo tos, medios de comt- | cols, 1976; Gleser, Green y Winget, 1981); fa niacin planeacion de la comunidad (Butcher, 198 Cohen y Ahearn, 1980; Harshbarger, 197 ae ee investigacion (Dynes y Quarantelli, 1976) Caer salon w ota accion | Fesonal mGdioa, cape | Combates casuales (Leva FE ‘hos. rela | milltar, toma derehenes | lanes, familas, psicote- Baer Geeumuies one eareuiet gt sae: Gonador | prisoneros de gucna | rapeutas mon, 1975; Ishikawa y Swain, 198 liams, 1980); campos de concentracién (Da- ar 1980; Epstein, 1980); rehenes (Sank, Tiais creams | Experieoncla con droqas | Amigos, = profesionales | Drogas paicodd ae Sree | EePegene onan. | deutedudvabajtores | 1998" Brown y Stongold, 1976; Cohen, a vida mo. | dades ccondmicas (in- | privados, patrones, abo- | 1977); d y ‘Stickgold, 1976; Cohen, dema saa exes, Oo | Fase ies, cute, | ue Isic Leer We ier teak, sgracién/reabicacisn, se- | amigos Cis iaiaeie Eaten eee eacion/divorco SV. 1976); dvorelo (Kraus, 1979; Cantor, ba ‘ ane: duh oe 1979; Wallers- in , 1980; Weiss, 1975; Coo 1978: Kessler, 1978) er anes Escaneado con CamScanner 50 ENFERMEDAD FISICA Y LESION Los practicantes médicos reconocen con facilis dad que el dicnestar fisico y psicoldgico estin intimamente ligados. Entre los desarrollos mas importantes en esta area, se han hecho investi- gaciones de la relacién entre los sucesos de la vida y el estrés (Dohrenwend y Dohrenwend, 1974; Holmes y Rahe, 1967). En forma mis amplia, Cousins (1979), y colaboradores consa- ‘» graron su atencién hacia la sensibilizacion de los médicos a los efectos de las actitudes sobre el curso de la enfermedad, Simonton y colegas, hicieron un estudio importante sobre el cincer y Su tratamiento, sobre la hipétesis de que cier- tos tipos de cincer evolucionan porque los sucesos de la vida interactiian con actitudes psicolégicas y ademas interfieren con el sistema inmunitario del cuerpo (Simonton, Matthews- Simonton, y Creighton, 1978). En tanto que, esta drea particular de investigacién no puede estar muy aceptada en la comunidad médica, Pocos médicos no aceptan el papel ctitico del estrés en la exacetbacién de diversos trastornos fisicos. Desde.el punto de vista de la teoria de la crisis, la enfermedad fisica y las lesiones son su- cesos que desafian la habilidad del individuo y de la familia, para enfrentarlos y adaptarse. Co- mo se indica en nuestra lista de principios de la crisis en el capitulo 2, los sucesos, como el diag nostico de una enfermedad grave, cirugia, pérdi- da de un miembro del cuerpo o incapacidad fisica, conservan el potencial para contemplarse como una pérdida, amenaza 0 desafio, hasta que la enfermedad o lesion puedan hacer inase- quibles los objetivos de la vida o aun amenazar nuestra propia vida. Seri decisivo para determi- nar el curso final de la resolucién de la crisis, la forma c6mo el suceso se interpreta especialmen- te en relacion a la autoimagen y planes futuros, ¥ cbmo se realizan las adaptaciones conductua- les. La manera personal de vivir de Betty Rollin (1976), a causa del diagnéstico de cincer de mama, cirugia y recuperaci6n, es una excelente crénica de las diversas etapas por las que un in- dividuo probaolemente puede pasar. (El libro se titula apropiadamente First You. Cry). Se ha desarrollado una investigacion importante con Crisis cirewnstanctates en ta vida (Capitulo 4) Fespecti a lus pacientes con cir fa, intentando lsterminar si ta preparacion facilita 0 ‘no (infor. Hhacibn sobre lo que paso, y su impacto) la cica. arene ka ¥ psicoldgicy subsecuentes (An- 0; Cohen y Lazarus, 1973; if 1971), bstos estudion muestra informs: (ml cién serd o no de ayuda dependiendo dela for, ‘Ma Caracteristica de enfrentar el esteés del indi- viduo, Quienes tienden a ‘Negar o evitar las situaciones de esteés, no obtienen provecho de la informacién sobre la cirugia y su impacto, Por otra parte, aquéllos con una historia de abordaje o enfrentamiento de problemas, se be- nefician de la informacién sobre Ja prueba inmi- nente. La investigacion enfatiza la necesidad de estrategias de intervencion en crisis, que toman E” | €n cuenta estas diferencias individuales en los estilos de enfrentamiento. Kimbrell y Slaikeu (1981), analizaron la i. teratura sobre enfermedades cronicas, con un énfasis particular en intervenciones que refuer- Zan el bienestar dltimo, en vez del desarrollo de un papel enfermo. El sindrome de enfermedad cronica es el dnico resultado posible de una cri- sis seguida de una enfermedad grave. La inter- vencién en crisis se dirige a ayudar a estos pa- cientes y sus familias en (a) el uso efectivo de la negaci6n (el manejo de la ansiedad opresiva en el principio de la enfermedad), (b) el desarrollo de las estrategias de enfrentamiento efectivas para las consecuencias de la enfermedad (activie ‘ades en la vida que se han modificado pero no dominado por la enfermedad), basado en un amplio rango de intervenciones incluyendo apo: Yo, reestructuracién cognoscitiva y consulta fa- miliar. Este enfoque alienta a los practicantes médicos 2 que se conduzcan desde la atencién exclusiva a la enfermedad y sus resultados nega- tivos, hasta la enfermedad en el contexto de las experiencias generales de la vida (Hamera y Shontz, 1978; Kling, 1980; Miles, 1979; Sus- man y cols., 1980). El trabajo con nifios que suften cincer, Proporciona un ejemplo significative de este cambio en el énfasis. En vez de someterse a la ‘preocupacién por la muerte intempestiva, el én fasis se centra en como la familia y el niffo en- frentan ls enfermedad, y aumenta la adaptacion de ambas partes (Eiser, 1979). Diversos articu- OP Jos proponen enfoques al tratamiento especifi, co-para las familias de pacientes con cancer (Kopel y Mock, 1978; Winder, 1978). Las inter-@ Escaneado con CamScanner Crisis circunstanciales en ta vida venciones se apoyan en la premisa de que un Vambio en una parte del sistema familiar ~cin- Ser en un nillo o en un padre debe experimen: tayse también en otros aspectos del sistema fi tniliar. Bahnson (1975), describe Ia situacié Siempre que un individuo esté gravemente enfer- ino y evade rclaciones cereanas con el resto del fistema familia, pretende restablecer el equilibrio BT aistribuir las cargas hostiles y afectivas entre jos miembros de la familia, Los sentimientos de amor ¥ enojo, como el control o actitud depen- dientes, 3 menudo se convierten en "sin hogar” cuando un miembro de la familia Hega a enfer- mmarse gravemente y ya no se dispone de él en el modo acostumbrado de la familia. Quienes brin- Garon y tomaron afecto y amor del enfermo, aho- fa deben buscar a otros miembros de la familia para descargar o recibir, estos afectos y emocio- nes (pig. 306). El papel del ayudante externo se convierte cn Gnico, al auxiliar a la familia a abordar estos cambios en forma constructiva. Bryant (1978), subraya la importancia de las figuras claves en el ambiente externo del ni- ‘ho y como pueden facilitar la rehabilitacion. Di- rigigndose a los maestros de la escuela, Bryant (1978), expone: Recuerden que como maestros ustedes tienen un lugar especial. Representan ef mundo normal del nfo, son un oasis para él. Los doctores y enfer- imeras traen las jeringas y aparatos, los padres lo- tan y se angustian, Ustedes sin embargo, conocen cl mundo cotidiano del nifo. Son una parte de su tarea y comunidad social, Ustedes mis que otros muchos, pueden mantener una imagen de su mundo, anterior por sus visitas, noticias de clase ¥ asignaciones laborales ocasionales (pigs. 239 240). El diagnéstico de incapacidad emocional 0 fisica en un nifio, proporciona la ocasidn para otra forma de crisis en las vidas de los padres y hermanos. Schild (1977), subraya cinco activi- ‘dades psicologicas que enfrenta la familia en es- te momento: (1) reafirmacién de la autoestima del nifio; (2) comprensién de las limitaciones el diagnéstico y aceptacién de la pérdida con- comitante; (3) reordenacién del autoconcepto de los padres y del ni; (4) abordar diversos conceptos de desviacién, incluyendo el estigma social relacionado con el disgnéstico, y (5) el desempefio de los papeles de los padres e hijo y de las relaciones que enriquecen un crecimiento continuo y el desarrollo de la personalidad. st Una revisin de fa literatura del dingndstico de la incapacidad emocional y/o Fisica en un ni- 7 (1980), subraya diversas etapas deh reaccion paternal de In siguiente manera: (1) impacto (noticias del diagndstico que interac- tian con los propésitos de la vida, autoimagen, etc.); (2} negacion (una etapa adaptativa que permite la aceptacion de Ia realidad en incre- mento); (3) duelo (expresion de sentimientos, la realidad dura de contradiccin entre el ni- fio deseado y el real); (4) enfoque exterior trabajando, desarrollando nuevos conocimien- tos, y conductas de enfrentamiento), y (5) acercamiento (aceptacién y perspectiva hacia el futuro). Los asesores de crisis necesitan estar conscientes de todos estos procesos a fin de ayudar a una familia a través de esta experien- cia, En resumen, la enfermedad fisica y la le- sion son sucesos que interactan con los recur- 10s de enfrentamiento del individuo, estructura de vida, autoimagen y de cémo se percibe el fu- turo. Estos sucesos pueden interpretarse como desafio, amenaza o pérdida. En el lenguaje de sistemas, tienen un impacto sobre los otros as- pectos de los sistemas de la persona (sentimien- tos, pensamientos, etc.) y un impacto notable sobre los siguientes suprasistemas més elevados (estructura social familiar). La terapia se dirige hacia la ayuda del individuo y su familia para la comprensién y el enfrentamiento con la en- fermedad fisica en el contexto de estos otros sistemas. MUERTE REPENTINA Al principio discutimos sobre el enfrentamiento de nuestra propia muerte como una transicion del desarrollo hacia la madurez. Te6ricamente en Ia actualidad, la conciencia de la mortalidad se inicia en la infancia con un primer pensa- miento, “Puesto que alguien/algo diferente muere, yo podria”. La anticipacién es una va- siable importante al legar la muerte inminente, la nuestra o la de un ser querido. Desde el pun: to de vista del desarrollo, ésta se vuelve impor- tante en especial en la edad madura, con el teconocimiento de que Ia vida ahora debe estar trazada segiin el tiempo que falta, como opues- to al que se ha vivido. Numerosas experiencias Escaneado con CamScanner a Crisis circunstanciale’ en ta vida de 1a vida, como lamentarse por un ser amalo, ver una pelicula o jugar con la muerte y aun redactar un testamento, son capaces de for a tos ind’ dad. 198 a confrontar su propia mortali Segin la definicidn de crisis proporcionada cen este libro, no todos los duelos son crisis. En cuanto a que la muerte es anticipada (como la yejez), un duelo involucra experimentar e intro= yectar una pérdida, aunque no necesariamente con una desorganizacion ¢ incapacidad graves para enfrentarla. Cuando comparamos los dife- rentes duelos relacionados con el suicidio, muerte natural y accidental, Sheskin y Wallace (1976), encontraron que el duelo es de mayor gravedad cuando la muerte no se previnié o an- ticip6. Por ejemplo, el suicidio deja al conyuge superviviente con la incertidumbre sobre el pa- pel que pudo haber jugado para causar la muer- te, Sheskin y Wallace (1976), también sefialan que'aun cuando las viudas necesitan compartir experiencias y sentimientos con otros, le temen a las reacciones de los demds sobre el descubri- miento de que la muerte fue por suicidio. Una interaccién facil entre el conyuge su- perviviente y los amigos no puede presuponerse cuando el problema de Ia revelacién implica preguntas dificiles. Por lo tanto, alentar a estos pacientes a solicitar apoyo social debe estar pre- cedido por el conccimiento de los clinicos so- bre qué apoyo estard disponible en ese momen- to por amigos y parientes. La literatura sugiere que las reacciones emocionales que acompafian a una muerte re- pentina atraviesan por varias fases (Lindemann, 1944; Parkes, 1970; Moos, 1976). La primera, es la respuesta de letargo 0 negaci6n de senti- mientos y separacién emocional de la realidad de la muerte. Esta se contempla como una reac- ci6n autoprotectora natural, admitiendo sélo tanta realidad como uno pueda soportar. En la segunda, evadirse de la cruel realidad de la muerte ya no puede ser eludida, y los senti- mientos relacionados con la pérdida empiczan a sobresalir. Es un momento de preocupacién por Ja persona muerta y un amor intenso por la pér- dida Gnica, Esta fase se caracteriza por un tras- torno emocional y desorganizacién (depresion y c6lera por el deceso), perturbacion de las ruti- nas regulares (en el trabajo y en el suefio), y una incapacidad general para funcionar. La tercera fase se caracteriza por una aceptacién gradual (Capitulo 4) de la realidad de ta idad de la pérdida y el rumpimiento di Vinulos con el meri, Eats elas fea com: Drende un movimiento hacia un funcionamien- ‘© vital sin cl sor querido, y el desarrollo de ‘nuevas relaciones para reemy eee a plazar al indi duo da Gy MMfOaUe es sobre Otxosaspectos dl vi- a del superviviente, ampliando la perspectiva hhacia el resto de la vida que le falta por vivir. La descripcién de Weisman (1976), del fi- nal del duelo concuerda con nuestra definicion anterior de la resolucién de la crisis: Tal como la mayor parte de Lat heridas sanan, y Se curan las fracturas reunidas, dejando hucllas Pero permitiendo el restablecimiento de la fune ién, asi también, la mayoria de la gente te roca peta de los duelos. No podemos, claro, olvidar Por completo que una muerte ha ocurride y pue- de que la pérdida sea totalmente desvanecida, Pe- ro €l proceso de duelo es completo, cuando el superviviente acongojado se convierte en funcio- nal una vez mis (pag. 268). El proceso de duelo es afectado por la co- munidad dominante, y las expectativas cultura- les, y debe comprenderse en términos de mu- chas variables individuales. Algunas personas expresan sus sentimientos a la familia y amigos; otfos toman una postura mas privada voleando el duelo sobre ellos mismos. Para algunos, el curso del duelo incluiri momentos de amor y frivolidad, en tanto que para otros no los ha- bri En el contexto de estos dos principios el propésito de legar a ser funcional, y de las va- riaciones individuales en el proceso— Weisman sugiere que una distincién entre una muerte oportuna ¢ intempestiva proporciona una gufa sobre las formas para facilitar un proceso de duelo natural Las muertes oportunas son aquellas en las que se observa que la supervivencia se iguala a Ia supervivencia esperada. Una persona que vi- ve dentro del promedio que sugieren las esta: disticas de los seguros de vida, que él ella de- berian vivir més, 0 en tanto que un trastorno fisico particular (cancer) permita que esté con- siderada en este sistema para experimentar una muerte “oportuna”. Weisman se refiere a estas muertes como las adecuadas, esto es, la vida sigue el curso esperado, conduciendo a un sen- tido de tiempo apropiado para morir, Las muer- tes intempestivas, por otro lado, violan las ex- Escaneado con CamScanner | i peetativas individuals de supervivencia. Pueilen Mprevenir a través de la muerte prematura (de Ay nto), inesperada (un adulto maduro muer- to en un accidente automovilistico) o trigico (impredecible, violento y degradante). En el criterio Weisman, muchos siguen siendo iguales, las mucrtes adecuadas y oportu- fas conducen a un proceso de duclo natural. Por otra parte, el duclo tiene el potencial para tomar proporciones de crisis cuando la muerte tes intempestiva por lo prematura, inesperada 0 trigica. E] proceso de intervencién pretende prime- ro que todo, facilitar un proceso de duelo que ces un paso para tener en cuenta las variaciones individuales y la adaptacion a las costumbres psicosociales y expectativas. El objetivo altimo es complementar el proceso de duelo, con un sentido de ayuda, equilibrio restaurado y fran- quoza para enfrentar el futuro. En un sentido prictico, el sistema de Weisman sugiere que Ja intervenci6n inicial, después de una muerte ino- portuna, deberia dirigirse a transformar cognos- citivamente lz mayor parte de las dificultades de las muertes inoportunas dentro de formas mas aceptables: “Nuestra labor especificamen- te, es modificar las muertes trigicas en inespera- das, éstas en prematuras y las prematuras en adecuadas” (pig. 270). Weisman pone el ejemplo de “dar Ia noti- cia" a miembros de una familia después de la muerte de un ser querido, lo que corresponde al personal de urgenci les de policia y cle- ro, por nombrar unos cuantos. No hay argumento que permita dar las malas no~ ficas in dolor. Los superivientes clave serdn lastimados, pero sobrevivirin. Los infarmantes eberin esperar: incredulidad, choque 0 cruel fntagonismo, porque después ‘de todo, son los portadores de las noticas trstes, © incluso los Perpretadores psicologicos de una injusticia, Ak unas veces las respuesta iniciales son de eblera, Confusion o a la deriva, y quedarse sin palabras fecortendo nerviosamente el cuart. Esto puede feguirse por acusaciones, autodirigidas o hacia la Autoridad en quien Ia farnlia ha confiado hasta fae momento. En contrast hay adormecimiento al principio y Ia incredulidad puede dar una falsa impresion de tranquilidad y control. Por tanto, durante estos momentos iniiales, seguidos de fina simple, pero mitigadora piitica de los acon- tecimientos bisicos, el profesional debers preps- farse para. ayudar, absorber diversas respuestas Sin acobardaree ai preciitarse a mejorar median- te explcaciones intelectuales sin ser defensivo, Grisis circunstanciales en ta vida 53 culpable, aprosurnda, sin actos arbitearios de strepentimienta personal. una mujer quo fue informada eruslmen- te sobie fa muerte de au expos on un accidente automorilistic, contest ef teléfono, Oy6 Ia vor tno Wentieada’ de un hombre que deefa "Sta. Habla la poliefa, hace alrededor de una hora un camftnatropelld a su esposo y murld. {Puede venir a identifica el cuerpo al cuartel?” Sus reacciones fueron de exeepticismo y na- turalmente, en seguida se transformé en pnico Y luego en negacion, Es usted una persona se- a?™ exclamé, "Es f lamada de un maniti- co?" Después de tn intercambio de preguntas ¥ fespuestas, fue Perauadida al fin de que la Uama- a er legitima. Entonces esperé a que legara la poliefa y Ia Hevara ala morgue. ‘Obviamente, esta fue una muerte tézica Pero su respuesta podia haber sido algo diferen- te sila llamada hubieta sido menos impersonal, quel y por sf misma tiga. Quizd un profesio: ral, aun un pollea, podria haber ido su casa, pretentarse e intentar algo mis que mitigar ol im- pacto y preparasla para la noticia de la muerte Fresperads, De modo concebible, podria haber ich més 0 menos asi: "Estoy aqui porque ocu- fi8 un accidente, un infeliz accidente. Algunos foches cocaron su esposo estaba en el exrZ0, sult mal herido. Lo levaron al hospital de in- Inediato, los doctores encontraron que estaba g23- femente Retido- debo decile que no sobrevi- Esto es por supuesto un ejemplo bastante brutal de “explicaciéa penosa”. Mucho tiempo después la mujer se recuperd de su duelo, vivie de manera trégica ya que las noticias deshicieron de exe modo su vida, No sélo recordé ese momento tuna y otra vez, sino odi6 la voz que le telefoned primero. El tacto puede ensefiarse no s6lo para hacer que las noticias amargas suenen hipécritamente dulces, sino para cambiar el contexto en el que s¢ da ia informacion. Nétese que la versién sobre cbmo podria haber sido informada, la violencia de la fatal tragedia fue transformada en un acci dente inesperado, Las lesiones de su esposo en el accidente se describieron como necesariamente graves. No fue abandonado para morir solo en el anonimato, se le dio la afencién adecuada, con {mplicaci6n de importancia personal. Diciéndole que su esposo estaba gravemente herido como para sobrevivir, especialmente después de un es ‘men médico, muestra que el suftimiento fue niimo, que expertos estuvieron involucrados, y que el cacs arbitrario y Ia violencia se habian ducido. Aun la afirmacin indirecta de que “El no sobrevivi6” no encubre el hecho de la muerte (pigs. 270271). Esta narracion presenta ideas claves sobre eémo un extrafio podria, con’ compasién, ayu- dar a una persona a enfrentar las duras realida- des de la crisis de una muerte inesperada. Debe Escaneado con CamScanner i Crisis cireunstanciales en ia vida enfatizarse que el propdsito, aqui, no es el de rnegar lo que pas6 o tan solo suavizar el contra tiempo, sino adaptar las realidades de modo que ct individuo pueda empezar a asimilarlo, esto es, tomar las primeras etapas hacia la asimilacién del duelo. CRIMEN: VICTIMAS Y DELINCUENTES En términos de la teoria de la crisis (Slaikeu, 1977; Speer, 1974; Symonds, 1975), se han dis- cutido diversos sucesos con las actividades cri- minales. Diferentes ataques fisicos como viola- cién_y asalto pueden comprenderse como sucesos cuyas manifestaciones, psicologicas de trastornos y desorganizacién, conducen a las crisis abiertas de la vida para las victimas (Mc Combie, 1980). Algunas investigaciones sobre mujeres violadas, proporcionan patrones con- gruentes con las etapas de las crisis de la vida de Caplan, (Caplan, 1964). Sutherland y Scher! (1976), describen una primera fase aguda que se caracteriza por choque, desmayo y ansiedad, que durard desde unos dias a unas cuantas se- manas, La segunda fase, de adaptacion al entor- no, incluye el regreso a la rutina normal y la expresion temporal de sentimientos sobre la violaciOn, en un intento por reducir la ansiedad Y manejar la intensidad de los sentimientos. La etapa final de integraci6n y resolucion puede empezar con el surgimiento de sentimientos y la necesidad de hablar. En esta fase critica, es importante para la victima penetrar en sus sen- timientos, desarrollar y aceptar la perspectiva de sf misma que incluye la experiencia de viola- cign y resolver sus sentimientos sobre el agre- sor. La vietima de violacién puede recibir ayu- da externa en el manejo de cada fase de la crisis. En la fase aguda, los problemas practicos deben Tesolverse, como recalcar los cargos, informar ala familia y a los amigos més cercanos, y cbimo ‘conseguir pruebas de enfermedades venéreas y embarazo. La victima también necesita infor- maci6n sobre reacciones emocionales esperadas y ayuda para enfrentar sentimientos de cOlera, hhumillacion y angustia. La intervencion debe irigirse a la pregunta de cémo la mujer trataré 2, (Capitulo 4) {a experiencia won sus familiares eercanos, Las feslons famillaes pueden incluir la ayuda los rmicmbros de ta familia para comprender la vio. Inci6n y observar como sus actitudes pueden intervenir en ta resolucion psicolbgic: i x ion psicologica final de 'a crisis. Segin Sutherland y Schetl, la necesi, dad de ayuda externa puede Regarse en este momento, aunque los ayudantes externos sin embargo, deben estar disponibles: esto es en la lercera fase, caracterizada con frecuencia por la depresion y necesidad de hablar, en a que ¢l asesor puede ser itil para tratar los recuerdos Obsesivos, enfrentar los sentimientos y desarro- lar el dominio cognoscitivo dirigidos a inte. Brar los sucesos de las crisis con el resto de la experiencia en la vida de la victima, Aquellos quienes tienen los primeros con- tactos con la victima de violacién (policia, tra- bajadores de urgencia y personal del hospital), deben estar conscientes de las reacciones espe: tadas, y preparados para proporcionar la prim Ta ayuda psicolégica. Aquellos que tendran contacto en las proximas semanas a meses, (cle- 10, médicos, trabajadores sociales y otros), tam- bién necesitan saber qué esperar durante el curso de la crisis y qué clase de ayuda externa seria més benéfica, Burgess y Holmstrum (1974), por ejemplo, desarrollaron programas de entrenamiento para los trabajadores de la linea del frente en el érea de Boston, ofreciendo un modelo de seguimiento para la intervencién en crisis por violacion. De igual modo, Bard (1970), y otros desarrollaron programas de en- ‘trenamiento para la intervencién en crisis para la policfa (ver capitulo 12). La violencia doméstica abuso de nifios y cényuge— es otra area que se ha comprendido cada vez mas en términos de la teoria de la cri- sis, en particular al planear las intervenciones para prevenir las violencias (Belsky, 1980; Brown, 1979; Parke, 1977; Warmer, 1981). El abuso por parte de un padre o cényuge, puede crear una crisis para la victima, Mas allé del pe- ligro fisico, hay peligros psicolégicos que sur- gen de la interpretacién de los sucesos por la persona maltratada, en particular las autoatribu- ciones de culpa y aprobacién. Ademés, el acto de abuso de un nifio o cényuge puede enten- Gerse como un signo de la incapacidad del ultra- jador para enfrentar apropiadamente. Las inter- venciones necesitan ser o estar bien definidas, tanto para los ultrajadores como para las victi- mas y asi proveer los mecanismos de enfrenta- Escaneado con CamScanner posibilidad de un nuevo Edmunds y MacDicken ron que las estrategias de inter ‘erisis pueden utilizarse por los traba- ectores de nios, para ayudar a Ins jadores prot jadorigs en que el abuso de mites ocurrié 0 os famifente. Ver tambien Helfer’ y Kempe (1976), observando el abuso de nes en fami- (ery sistemas comunitaris). El abuso en el Bes yuge fa recibido cada vez, més la atenci6n Serpe investigadores (Gelles, 1972, 1976; Stein: sete y Straus, 1974; Straus, 1973, 1976). ak fey (1978). proporcionaron una teoria efclics Net pcidontes agresivos (desarrollar tension, ex plosion o incidentes agudos en bateria, después Hlosalma o alivio amioroso) que da relieve al am- brente (trastorno del antecedente), del inciden- Piet bateria por si mismo, Los problemas en Sea drea son de lo més importante bajo la 1uz Get hecho, de que la mitad de tres cuartas par- tes de todas las amadas que recibe Ia policia, volucran alguna clase de violencia doméstica, evra, los policias estén en peligro de sufrir Gatos fisicos cuando responden a tales Hamadas (Crime in the United States, 1979). “También se Je ha dado atencién para com prender mis la actividad criminal, bajo la luz de Peoria de la crisis (Stratton, 1974; Kantor y ). La experiencia de 55 Crisis cireunstanciales en ta vida es que ol arrosto y encarcolamiento pueden precipitar las ersis. (Vor dectaracitn por el abogado eriminalista Richard “Race Horse” Haynes capitulo 1, sobre la dificultad que un abogado enfrenta para entrevistat Ye sade eagos. psicologicos"). Observando eb Gnearcelamiento, la teoria de la orisis propone aque diversos factores como, exposicion pAblica, Nergienza, autoculpabilidad, pérdida de apoyos Touiales y restriceiin de las posibilidades de en- frentamiento, més la realidad de un ambiente de carcel nocivo, pueden combinarse para crear tas crisis de la vida en delincuentes recién encar- Gelados, Aunque no son pocos los suicidios en fy edreel, un entrenamiento apropiado de los ‘eladores, los hace una excepcion més que una ‘tala (Beigel y Russell, 1972; Farberow, 1980), ‘Otro fin de los sistemas correctivos, es Ja posibilidad de conceptuar que, una instituelo? rove transicion puede precipitar una crisis de quienes tienen libertad bajo palabra y los ave Bin terminado su condena. Se presupone ve an cambio rapido en el medio, falta de trabajo Y recursos sociales (en los mas de los casos Ye {absje y recursos fisicos) y una preparacion de- Helente para enfrentar los retos al integrarse a Ia ociedad, pueden combinarse y liberar una crisis © una conducta criminal posterior, como me- ios para restablecer el equilibrio. En esta e: tructura los programas de intervencién en crisis las cir UMENTA CON EL CLIMA CALIDO* Los temperamentos aument ‘ees semanas ha matado 2 685 se eettrebato de violencia con un nifo en Dass na Tejor obligd al goberador de Alabama, F de urgencia se lleve a efecto al lunes en Misson El presidente Carte en seis estades para proporcionar ayuda a Ia gente da. El dinero se usisd para pr transporte a los centros de ayuda. Torole Bowdry, directora del Child Abi jo, que los incidentes de maltrato en nifios = fonda calurosa se inicié en Dallas. ‘Si tiene calor, se va a enojar is rip “Esto se aplica a do en temperaturas inc! Fuente: “People’s an con las altas temperaturas personas en el Sur y en los sb James a decarar un estado de urgencia ayer. Un estado 1 se dirigié a los oficiales para que ‘$6.73 millon cata on stacines de peli, dbido [a onda ona ade servicios publics, compra de ventiadores, use Program en el Dallas Country Chil Welfare Deporte die ‘han incrementado progresivamente desde el 23 de junio, cuando » dijo ayer la Sra. Bowary. Ios padres y en especial a los nifios. Nuestros oe rates y extremosas de uno U otf0 tipo” dijo la Sra. Bowdry. “Tempers Rising with Temperatures” en The State (Columbia, S.C.) julio 16, 1980. ‘United Press International. Reimpreso con autorizacién, dicen algunos oficiales, la onda célida desde hace ‘Estados Centrales del Norte y puede sor la culpable es de délares se pusieran a disposicion aires acondicionados ¥ ¢h ipoores casos de abuso en nifios se han da- Caron, 1978; Speer, 1974) Tauchos abogados y del personal que trabaja en EL TEMPERAMENTO DE LA GENTE | Escaneado con CamScanner 56 Crisis circunstanciales on a vida para exdelincuentes se ven como poseedores potenciales en la prevencion de nuevos erimina- Tes y por lo tanto reducen el crimen en la comu nidad, Esta hipotesis ha recibido cierto apoyo tentativo, Por ejemplo, Stratton (1974), encon- tr que la intervencion en crisis ofrecida a delin- uentes y predelincuentes juveniles en San Fer nando, California, se relaciona con la reduccién de los rearrestos, necesidad de servicios de prue- ba y el tiempo de detencién, resultando en una reduccin de costos para el condado. Kantor y Caron (1978), sugieren que la li- bertad de prision es una crisis 0 una transicién relativa leve que depende de la fuerza de la es- tructura social bajo palabra en prisin, y su ex- petiencia previa de la misma. Speer (1974), propone que el orden para ser productivos los servicios de crisis deben desarrollarse en conjun- to con el lugar de trabajo y los programas de entrenamiento. Esta perspectiva es amj ‘te compartida por los profesionales de la justi- cia criminal. El programa de Speer conformé tun intento innovador para emplear la linea te- lefonica de urgencia local del condado, como ‘complemento del tiempo de asesorfa en grupo, en un enfoque amplio para trabajar con ex- delincuentes. (Capttulo 4) DESASTRES NATURALES Y PROVOCADOS POR EL HOMBRE Uni de las caracteristicas mag sorprendentes de los desastres, es que afectan a mucha gente al mismo tiempo. Miles pueden morir, dejando a muchos més enfrentando la pérdida. La conse- cuencia inmediata de los desastres (como incen- dios, inundaciones, tornados, chaques aéreos) es actualmente un estado de urgencia; deben tomarse decisiones inmediatas para salvar vidas y atender a los heridos. El potencial para las crisis psicol6gicas se presenta en los dias y se- manas siguientes, en cémo los individuos inten- tan enfrentar la pérdida, Desde una posicién Yentajosa para los individuos y sus familias, los desastres naturales son inesperados para la ma- yoria, Tienen fuerza, entonces, como para pre-~ Cipitar una crisis como Ia definimos: un estado de desorganizacién que se caracteriza por la in- capacidad para enfrentar, y con potencial para un deterioro de gran duracién. La tragedia en 1972, cuando se rompié una presa construida por Ia Buffalo Creek Mining TTRAGEDIA DE UN CORAZON ROTO* completo que tres de sus hijos murieron. El movimiento conocido como The Pes de un afo, El duelo perpetuo conduc ttico. 1,500 dolientes, incluyendo catélices y protestant tn su sermén del requiem, dijo a la congresacior ‘verdad ella murié hace cuatro aos”. Una verd fue del todo excepcional, “Existen cientos de Sras. ‘Agosto 10, 1976; era un dia cio en Belfast. Esa tarde Anne Maguire, la esposa de un mecinico de 31 aos, $8e prensada contr la cerca de una escuela junto con sus cuatro hijos, por un carro que huin conducido por fercoristas del Provisional LR.A. Los soldadas britinicos que los persegufan asesinaron al conductor. La Sra. Maguize fue hospitalizada en estado semiinconsciente; pasaron varias semanas para que comprendiera por Te ane sido, Ia tragedia de Anne Maguize no fue en vano. Betty Williams, que fue testigo del acciden- te, y la henmana de Anne, Nairead Corrigan iniciaron una campafia de puerta en puerta, reuniendo fizmas tad peiclon de eondéna ala violencia continua entre os extlicos comans de Ulster y ls protestants. face People, gand el Premio Nobel de fa Paz en 1976, por reunir la afrenta publica contra los asesinos sectarios insensibles. ero para a Sra, Maguire no habia consuelo. Emi saci negnda ius Suid un isis meron yl not fc . : ve a mas crisis y depresin mental profunda. La semana pasada Anne Ma- ige6 a Nueva Zelanda con su esposo Jack en 1977, y alli fuice, por fin se dio por vencida, Resolvié su propia vida, 90 m del sitio del accident en 1976 y al que asstieron . La mayoria de ellos eran mujeres. El padre James Kelly "Un gorazbn roto fue la causa de la muerte de Anne. En jad adin mis trigica es que el sufrimiento dela Sra. Maguire no ‘Maguires en ilanda del Norte o de quienes ustedes nunca cscuchan, dijo uno de los dollentes. “Todas son viudas y madzes”. "El funeral se ev a cabo en una iglesia a solo Fuente: Copyright 1980 Time, Ine. Todos los derechos reservados, Relmpreso con autora talgia familiar la hicieron regresar a Belfast en menos fcortindose la venasy el cuello con un cuchillo elfe- do Time. Escaneado con CamScanner Crisis circunstunciales en la vida 7 Company, fue un ejemplo chisico de desastee ‘que precipito la crisis en las vidas de los super- vivientes. (Gleser, Green, y Winget, 1981). Cuando a presi se rompi6, arrojé mis de un millon de galones de agua dentro del Buffalo Creek Valley, destruyendo todo a su paso en un lapso de tres horas. Ciento veinticinco personas murieron, y cuatro mil quedaron sin hogar. Un equipo de cientificos sociales y profesionales de Ia salud mental se contrataron posteriormente por abogidos de los supervivientes para brindar- les apoyo legal en contra de la compaitia mine- rm, fundamentando sus casos sobre el deterioro psiquico (ineapacidad social, vocacional y per- sonal) que resultaron de la trage En el ang sis de los sintomas presentados, Titchener, Kapp y Winget (1976), agruparon reacciones al desastre dentro de (1) los efectos agudos del im- pacto, (2) sintomas que persistieron durante meses y alos después, y (3) un cardcter mas pe- netrante y trastornos en el modo de vida. Los ‘efectos agudos incluyen muchos sintomas como trastornos de memoria, pesadillas, insomnio, irritabilidad y pinico. Los sintomas que persis» tieron mas alla de Ja fase aguda, continuaron von ansiedad, fobias, depresién, incremento en el uso de estimulantes y antidepresivos (tabaco y alcohol), pérdida del interés por las relaciones wales, bisqueda de recreaciones y socializa- cién en general. Los sintomas de los nifios in- cluyen perturbacién ‘continua en el suefio, falta de interés por la escuela y angustia por desastres futuros (Frederick, 1977b). Entre el caracter mis pasivo y los efectos en el modo de vida, hu- bo un sentido de culpa y vergiienza por la su- pervivencia, el duelo no resulté sobre ja pérdida del ser querido y modo de vida, un sentido de desesperanza y vacfo sobre la vida, y disminu- cin de la confianza. Lo complejo de los efectos transitorios y persistentes se denominé “el sin- drome del superviviente”. i Lifton y Olson (1976), describieron el sin- drome del superviviente del Buffalo Creek en términos de cinco categorfas. La primera, fue la impresion y ansiedad de Ia muerte —imagenes indelebles y recuerdos sobre el desastre, inclu- yendo suefios terrorificos como los que se ilus- tran (Lifton y Olson, 1976): Suefio que voy en un coche sobre un muclle ro- deado de agua sucia o en otro caso en una tina, Sento cémo puedo asirme aun lado de Ia tina Sito hinge estoy del todo bien. 88 qus no pusdo falieme.” ‘Tengo que perpuancesr dentro (pis. 290). La sogunda categorfa es la de la culpa de ta muerte —Ia autocondenacién dolorosa de fos supervivientes por haber vivido en tanto que otros mufieron, Esto también puede reflejarse en la descripcién de los suefios como (Lifton y Olson, 1976): Sofié que sabfamos que la En el suefio la Sra. T. tenia puesto un vestido blanco. Me pedia que la siguicra hacia el jadi fa un hoyo que parecia una mina, No sé por qué queria que yo fuera con ella ~me exten ja su mano~ pero twve miedo (pig. 298). esa iba a romperse. El entorpecimiento psiquico, se caracteriza por un sentimiento de degradacién y desensibi lizacion a la experiencia, (apatia, aislamiento, depresion), es la tercera categoria, La cuarta y quinta del sfndrome del superviviente se mani- fiesta como: deterioro de las relaciones huma- nas, en particular entre marido y mujer, patron y empleado, y una lucha interna por encontrar alguna formulacién cognoscitiva del significado del desastre, con frecuencia en términos de con- vicciones religiosas. White y Haas (1975), observan que salvo pocas excepciones (Quarantelli y Dynes, 1977), Ia investigacion sobre desastres se limita a pro- blemas locales, con un pequefio desarrollo de la teorfa o de la comprobacién de hipstesis y su- puestos. Existe todavfa confusion, por ejem- plo, sobre el alcance del dafio psicoldgico pos- desastre, Dynes y Quarantalli (1976), sostienen que: como resultado del desastre, la desorganiza- cién individual es de alguna manera minima por- ue los efectos potenciales estin dominados por diversas estructuras sociales, dentro de las que los individuos juegan papeles. En particular estamos intecesados en la familia y comunidad completa como estructuras mediadoras. Las consecuencias de cada estructura mediadora son que, en Ia ma- yor parte de las situaciones de desastre, los indi- Yiduos son capaces de exhibir una conducts adaptativa circunstancial, En vez de caracterizar- s@ por una conducta inadaptada difusa, las situa clones de desastre estin de muchas maneras, ‘caracterizadas por una gran proporcién de con- ‘ducta adaptativa y orientada hacia el objetivo que puede ser verdadero en situaciones llamadas nor- ‘males (pag, 232). Escaneado con CamScanner se Crisis circunstanciales en la vida De manera similar, Frederick (1977b), so- fala que la investigacion ha disipado el mito de fas reacciones de pinico en las consecuencias inmediatas al desastre. La gente rara vez alcanza tanto pinico que come a clegns durante el desastre a menos que esté den tro de un area encerrada que se esté incendian- do, Aunque ciertos trastomos de Ia conducta se felacionan a los desastres incluyendo algunos dra- niticos, lo frenético no es uno de ellos (pig. 45). Para aquéllos a quienes la experiencia les provoca reacciones graves, los sintomas pueden esperarse para cubrir el espectro completo del trastorno emocional y conductual, como en las consecuencias de la tragedia del Buffalo Creek (ver Gleser, Green y Winget, 1981). Frederick sefiala que la informacion disponible sugiere que por lo general, surge la hostilidad entre los amigos y la familia, se muestra resentimiento hacia los vecinos que no han sufrido una pérdi- da personal, o la célera y desconfianza se dirige hacia el personal de ayuda. El resentimiento de- clarado, por Io general, ocurre después del cho- que inicial. La naturaleza del desastre también puede esperarse que juegue un papel en las reacoiones individuales. Lifton y Olson (1976), informaron ‘que el impacto de la cualidad de lo repentino y terrible de la inundacién de Buffalo Creek, se agravé por el hecho de que fue un desestre pro- vocado por el hombre, a presa se sompi6 por negligencia humana. Ademés los residentes aan dependian econdmicamente de los responsables del desastre después de que la habfan terminado. ‘Las crisis siguientes a las de los desastres son las que comprenden quimicos toxicos (Lo- ve Canal, Niagara Falls, 1978) y aocidentes nu- cleares (Three Mile Island, 1979), proporcio- nando més ejemplos de cémo el cardcter Gnico del suceso precipitante afecta el curso de la sis, y también el proceso de resolucion. Estin empezando a surgir ahora, informes sobre los efectos de estos desastres sobre 1a salud mental con implicaciones interesantes para el proceso de intervencién en crisis (A. Levine, 1982; Schaar, 1980). Los efectos inmediatos de los dolores nocivos y quimicos se advirtieron prime ro en el area de Love Canal a través de informes de problemas fisicos y médicos inexplicables: namero de abortos anormal, enfermedades cro- nnicas y defectos del nacimiento (Schaar, 1980). (Capitulo 4) Los coneomitantes psicoldicos de estas dificul- tudles también se manifestaron. El estes se relae ae . a urgencia de los problemas {sens sino tambiin an incertiumbre sobre efectos a largo plazo. Ademés los residentes estuvieron involucrados en una lucha politi con el gobierno sobre qui re de con el gobieino sobre qun eta responsable de piar los desechos quinileos, y para realiz eembolsos por el deterioro, incluyendo reu caciones en nuevas casas, _De igual manera, en las consecuencias del accidente nuclear de ‘Three Mile Island, se dir sid In atencion hacia el estrés psicoldgico sobre los residentes del area. Tal como con los desas- tres de desechos quimicos, se dio mucha impor- tancia a los peligros desconocidos y a la contro- versia sobre su gravedad; el impacto total de que no se percibiria sino hasta dentro de 20 anos 0 més como promedio. La President’s Commission on the Accident at Three Mile Is- land concluyé que entre las consecuencias prin- cipales relacionadas con el accidente, estuvieron el estrés psicolégico y los problemas de salud mental (Kemeny, 1979). Una revision de los es- tudios conducidos inmediatamente después del accidente, descubrieron que los sintomas como depresion y ansisdad en los residentes del érea continuaron casi un afio después del accidente (Baum y cols., 1982). En tanto que las comunidades involucradas no estaban preparadas para ayudar a tratar estas crisis con planes adecuados en caso de desastre, se iniciaron diversos esfuerzos, con algunos re- fultados muy interesantes. El informe de Ri- chard Valinsky, Coordinador de Ia Division of Consultation and Education of the Niagara Falls Community Mental Health Center que sir ve el étea de Love Canal, propuso los esfuerzos Jniciales del centro como medida de largo alcan- ce (se envié a los residentes un folleto explican do el estrés y sus efectos). El folleto no fue bien recibido, los residentes mostraron c6lera sobre ualquier sugerencia, ya que tenian problemas para adaptarse a la stuacién. Argumentaron fue ls necesidad principal para el gobierno era Fede adquirie casas para ellos de modo que pu» dieran cambiar de area. Ademis, “muchos te- fofan un raiedo real a cualquier ayuda Hamada Ruud mental, porque sentian temor de que se fisara para decir que su reubicacién © sus proo- eupaciones en Ia salud “era todo lo que estaba gn'su eabeza’™ (Schaar, 1980, pig. 14). Escaneado con CamScanner | Crisis ctreunstanciales en ta vida 59 Desputs de este inicio falso, el centro redi- rigié sus esfuerzos, manteniendo un perfil mu- ‘cho mds bajo y conduciendo cualquier identifi- eacién de sus enfoques como un esfuerzo de falud mental. El equipo de crisis de tiempo completo, comenz6 a hacer lamddas telefénk- fas y rondas por el vecindario para establecer contacto con los residentes, escuchando sus problemas, y ayudindolos cuando se tuviera que tratar con el servicio social. La socidloga ‘Adeline Levine y sus socios, dirigieron la inves- tigacién de exploracién sobre el impacto del incidente de Love Canal sobre los residentes. Observo que la Love Canal Home Owners Asso- ciation, que ya habfa estado operando durante dos aflos, en la actualidad servfa como una fun- ‘ibn de salud mental sin haber intentado serlo el principio. Apoyada en la premisa de que “nadie puede ayudarnos a no ser que lo hayan vivido”, la organizacién represent6 un esfuer- zo significativo en la autoayuda y el apoyo a los residentes. Aunque la informacion no esté disponible para estos residentes en el curso de la crisis, uno puede suponer, que el dominio de la crisis se inicio tanto a través de la acci6n po- litica como mediante la informacién sobre lo inesperado 0 desnaturalizado de las reacciones de estrés que siguieron al incidente. (Ver capf- tulo 2 y 8 para una explicacién de la interve cidn a través de varias modalidades ~cognosciti- va, conductual, etc., en la resolucién de la crisis). ‘Numerosos escritores proporcionaron pau- tas para planear estrategias de intervencién y uusarse en desastres posteriores (Butcher, 1980; Cohen y Ahearn, 1980; Frederick, 19774; Me- Gee, 1976; Zusman, 1976). Por ejemplo, Fre- derick sugiere que: a. La intervencién en crisis es superior a Ja no intervencién en el momento del desastre; b. la intervencién se debe evar més allé de los procedimientos estandares de Ia psicote- rapia y enfatizar las estrategias mediadoras, in- novadoras convenientes a las necesidades de la comunidad, y la naturaleza de Ia crisis particu- lar; c. los programas mas amplios son més efec- tivos que aquellos que se ubican en una locali- dad particular; d. el lenguaje y los conceptos de salud mental deben evitarse hasta que ‘Ia gente de los desastres, que tiene necesidad de intervencion en crisis, no se observe a si misma como un en- fermo mental y, en el momento del hecho, por lo general no lo es” c. Los expedientes de salud deben conser- varse pata que permitan continuar con Ia inves tigacion "y mejorar nuestra comprensién de la naturaleza de las reacciones, y de la ineficiencia de diversas estrategias (pag, 49). McGee* subray6 ademés la importancia de los voluntarios no profesionales en los servicios de urgencia para la crisis después de un desastre. Sugiere que los organizadores en el desastre ha- cen uso de lo existente, ya sean voluntarios en- trenados (de Lineas de urgencia, centros para la crisis por violacién, salud mental, etc.), disefia- dos después de que la Guardia Nacional, es de- cir, am a los trabajadores, para que entraran en accién, segin un plan preexistente, cada vez que se necesitara. Por iiltimo, Harshbarger (1976), propone que se necesita un modelo ecolégico de asesora- miento personal de grupo y servicios sociales de urgencia eit la crisis para un gran némero de gente. Su modelo identifica a los supervivientes ¢ interventores/ayudantes como “clientes” que necesitan atencién en las consecuencias del de- sastre (fig. 4—1). Los sistemas formal e informal se utilizan en la comunidad en el proceso de in- tervencién para ayudar a los clientes a manejar el estrés y a identificar los recursos (por ejem- plo, Is ayuda legal, bienestar o ayuda moneta- ria, apoyos sociales), y con eso facilitar el en- frentamiento. GUERRA Y -HECHOS RELACIONADOS La guerra y sus variaciones proporcionan otro escenario de sucesos que pueden conducir.a una crisis. La pérdida de la vida y propiedad amena- zan a la identidad nacional, y Ja eleccién en la forma de vivir tiene para los supervivientes im- +” Ponencia por Richard McGee en la conferencia so- bre “Preventing the Youthful Suicide”, Southern Methodist. University, Dallas, Texas: ‘noviembre 10, de 1976. Escaneado con CamScanner 40 Crisis cincuntan PACIENTES lales en ta vida (Capitulo 4) ORGANIZACION sociAL, Sistemas tormolos Sistomos informaies Grupo de supervivientes Supervivientes individvales Cuerpo de interventores PROCESOS DE ENFRENTAMIENTO = ='————_| dol extrés Desarrollo dol Fig. 41. Modelo ecolésico dé plicaciones psicol6gicas de largo alcance. Como indica el cuadro 4—1, se desarroll6 literatura importante en esta area, en particular sobre los combatientes casuales, prisioneros de guerra y el estrés, poco comiin, relacionado con los su- pervivientes en los campos de concentracién. Los impactos negativos que tales crisis pue- den tener por mucho tiempo, se han vuelto més gréficos para el mundo en la investigaciones re- cientes de la segunda generacion de supervivien- tes del Holocausto Nazi (Davidson, 1980; Ep- stein, 1980). Basados en la experiencia del tratamiento a los supervivientes en campos de concentracién en Israel, durante varios aflos, Davidson (1980), descubrié un gran nimero de miembros de la familia de 1a segunda genera- cidn “que sufrian diversas formas de trastornos * Tomado de: “An ecologic perspective on disaster interventior Resnik, y LG. Pacad (eds), Emergency and disaster menageme land: The Charles Press Publishers, Inc., 1976. resoramianto personal, de grupo y servicios soci bs | emocionales, de personalidad, limites y estados psicéticos que se telacionan con claridad con los efectos a largo plazo de la traumatizacion ae ‘en los padres de los supervivientes” (pag. 1). Algunas perturbaciones surgieron en las in- teracciones padres/hijos: (1) sobreansiedad, so- breproteccién por parte de las madres; (2) co- bertura emocional intensa e idealizacién del nifio por los padzes supervivientes; (3) identi cacién de los nifios con hermanos y padres per- didos en los campos de concentracién; (4) transmision de sentimientos de culpa paterna, vergiienza y baja autoestima del nifto que se identificé con sus padres. Muchos nifios toma- ron de sus padres un sentido de peligro y des- confianza, unida a la carga de levar una vida en " por D. Harshbarger, en H.J. Parad, y H.L.P. ‘A mantal health sourcebook. Bowie, Mary- Escaneado con CamScanner Crisis circunstanciales en ta vida at compensacion para aquétlos que muricron de repente. Davidson propone que la terapia fam liar intensiva es el tratamiento a elegir. Encon- rd que cuando las relaciones de confianza se establecen entre el terapeuta y los padres (en particular las madres), ™... los padres fueron Eapaces de contar al nitlo en forma adecuada, gus experiencias traumaticas y pérdidas. Cuando no ¢s posible trabajar por completo en los tras- tornos de los padres y, sila ansiedad y depre- sjdn eran manifiestos, ellos ofrecieron terapia sistemitica y de apoyo (pig. 19). Otras dos reas que recibieron Ia atencién de los terapeuitas en una estructura de crisis, es el tratamiento del trastorno por estrés postrau- mitico en veteranos de Vietnam (Figley y Sprenkle, 1973; Williams, 1980) y el trabajo con rehenes recién liberados (Sank, 1979). Por lo general, el trauma de las experiencias de combate se reprime y luego se reactiva por algu- na otra crisis de la vida (divorcio, desempleo). Figley y Sprenkle (1978), aplican el paradigma sobre las reacciones psicolégicas del trauma de Horowitz y Solomon (1975), a su trate mionto en los veteranos de Vietnam. Quienes se resistiaron primero, se resistieron a hablar de experiencias estresantes, en ocasiones necesita- ron la ayuda del terapeuta externo para esta importante labor (Figley y Sprenkle, 1978): Cuando al fin consegui el humor para hablar so- bre “sangre y tripas", descubri que en realidad nadie queria oitlo. El Gnico que estuvo medio Gispuesto a escuchar fue mi padre, pero s6lo so- bee as partes en las que él se sintieza orgulloso de mi ~el mierda de John Wayne. No pude decir. fe en verdad, cémo me aterré o cOmo asricsgué imi pellejo por nada o cémo los tipos que ame se pperdieron por nada (pig. 57). El tratamiento también se enfoca sobre la familia y grupo social inmediato del veterano, con frecuencia entrendndolos en cOmo abordar las reacciones especificas. Por ejemplo, los cén- yuges se instruyen para resistir el contraataque ue puede conducir a una agresion adicional en vez de catarsis de impulsos violentos, Los tera- peutas necesitan estructurar una postura real y objetiva que permita a los sentimientos expre- sarse sin el abuso fisico y mental. Por ejemplo: Esti bien que te sientas enojado, uataré de enten- der qué-es lo que te pasa. Pero no permitiré que abuser de mi o de los nifos (Pas. 57)- Algunos grupos en E.U.A. durante los dis turbios politicos y sociales de los aos de 1960 y. 1970, eligieron estratepias fisicns a menudo violentas que propician un cambio social, inclu: yendo la toma de rehenes. Los psic6logos y ‘otros, trataron de entender los aspectos psicol6- gicos de Ja experiencia del rehén (identificacion de los raptores por el relién), como también los procesos que fueran iitiles al abordar las conse- ‘cuencias. Sank (1979), informa sobre Ia inves- tigacién innovadora por los terapeutas de la organizacion de conservacién de la salud en Washington, D.C., con 154 hombres y mujeres que fueron tomados como rehenes durante tres dias por los musulmanes de Hanfi en los B'Nai BYRith en 1977. Después de que los rehenes fueron puestos en libertad, proporcionaron se- siones de grupo en el sitio del suceso (dos veces por semana durante cuatro semanas), con sesio- nes de seguimiento a los tres meses y un aifo més tarde. Como se indica en él cuadro 4—2, los terapeutas observaron un amplio rango de pro- blemas en los supervivientes, y emplearon sesio~ nes de grupo para brindar asistencia terapéutica y enfrentar la experiencia de tal manera, que los efectos deteriorantes, se aminoraran, y los su pervivientes de esta penosa prueba pudieran re- gresar a trabajar y continuar su existencia. La caracterfstica Unica de esta intervencién fue su inmediatez y el uso de una variedad completa de tratamientos terapéuticos dirigidos a sinto- mas especificos. Este enfoque se discutira de manera més amplia en capitulos siguientes s0- bre Ia terapia multimodal en la crisis. CRISIS CIRCUNSTANCIALES DE LA VIDA MODERNA La categoria final de las crisis enlistadas en el cuadro 4-1, incluye situaciones diversas que no pertenecen a categorias previas, aunque se les dio crédito hace dos décadas, Por ejemplo, las experiencias inducidas por drogas psicodélicas, proporcionan muchas de las caracteristicas clisicas de las crisis de la vida (desorganizacién, desequilibrio, vulnerabilidad, necesidad de nu vvas estrategias de manejo) y producen, segin muchos tedricos, las oportunidades para el cre- Escaneado con CamScanner 2 isis circunstancialer-e “4 6 en la vida (Copttuto 4) Cuadro 4-2,* Modalidad Problema “Tratainiento ‘Conducta Eitacion Desensibllizacion sstomitia y Usnt, faba mowdsmente con oto | RADY mtn STE O90 Miedo ala separacién Programa plan Fen sendo de exer ye de compat oxpe fe ‘Afeeto dismini ‘upo = Afecto Hido | Grupo antago Para compartir experiencias o oscribir Depresién moderada, near act i Planoar actividades reeompensadoras, confanza establo- Ataques de ansiedad d nq si RMEt, onfentamientos imaginarios, entrenamicntos e Cotera Entrenamiento asertivo Sensacién Trastorno en el sueho RMP, programa comin de actividades relajntes, cree a cio, enftentamientos imaginarios Dolores de cabe RMP con concentric en miseulos del cara, culo y Trastomosintestinaesyestomacales, | RMP eon concentscin sobre lot mi Palpitaciones, tensién muscular, dolo- eee avoes el oni, ese espalda Fatiga Perm ass dois mis yentegae satvidades me Taga | Revs fara sdquids ov [ Subsitctn de cma naga concniane Ser vulnerable en todas lassituaciones:| Imaginacién asestva de la vida, a Tncapaz de atestiquar en una corte | Conducta de ensayo, repasoorponizado de los sucesos Conocinientos | Rumiacion obsesiva Pensamlento eprimido “Terrible” Fomentar la retralimentacin de los miembros del grax “Esto habria sucedido si s6lo. po al adoptar la conducta - ss “Deberia tener, “Debetias tener. ‘No fui un héroe y debi serlo” “Catastréfico” TRET ““Nunea superasé esto” Lo: Hanafis saben de mi nombre y direccién y vendrin a matarme des- 5 "Ning lugares seguro ieee Aisamiento Grupo de participacién, teapeutas que proporcionen in- “Soy el nico que tuvo estas reaceio- | formacién limitada sobre la amplia variedad de reaccio- nes" nes humanas al exrés Tnerpersonal | Tncremento dela dependenciaydesco | Enfrentamientos imaginaros, entienamiento arto, de contacto humano tolerarla comodidad de os otros Desconfianza 8 extrafos ‘Tomar precauciones mis reales (errr la casa y el coche con lave) desensbiizacién en vivo Conflicto familiar y marital Entrenamiento asertivo, referido a la familia y terapeur tas conjuntos Flzmasos “Kumento en eluso de wanquilzantes, | Substitucion del RMP, ojccicio, TRE, enfrentamientos ‘medicamentos, alcohol Iaginaros, wso limitato de firmacos cuando se ha he- Trastomos somiticos cho una revision mééica apropiada después de a renun- cia y antes de reunir a la familia, sepuimientos médicos de nusvas o viejas enfermedades agravadas por el estrés Fuente: Sank, 1, tion Reirmpreso con autorizacién del autor. “Community disasters: Primary prevention and treatment in a health maintenance organiza- ‘American Prychologist, 34: 334338 (1979). Copyright 1979 por la American Psychological Association. t RMP = Relajamiento muscular profundo; TRE = Terapia racional emotiva, Escaneado con CamScanner eimiento como para ct dano (Brown y Stic gold, 1976; Cohen, 1977; Twemlow y Bower 1979). La migracion y reubicacion —en la cima en los anos de 1960 como movilidad ascend te que condujo a la promocion y cambios de trabajo, para después venirse abajo en los mo- mentos econdmicos mis dificiles— se caracte qan por el cambio radical del ambiente, acom- paiiado del sentido de pérdida, el desafio ante nuevos principios y semejantes. Los abasteci- tnientos sociales de los miembros de la familia, se suspenden, necesitando adaptacion y nuevos principios (Fried, 1976; M. Levine, 1976; S. Levine, 1976). Ademds, las condiciones econd- micas variantes —inflacién, desempleo— traen trastornos sociales que claro, tienen efectos so- bre el funcionamiento familiar, psicologico ¢ individual. El estudio hecho por el gobierno de E.U.A. en 1976, procuré estimar los costos so- ciales de la economéa politica nacional (Estima- ting the Social Costs of National Economic Policy, 1976). El descubrimiento més sorpren- dente fue que ain el 1% del incremento en el desempleo se relacioné con los siguientes suce- sos en un periodo de seis aftos: + 36,887 total de muertes, incluyendo 20,240 muertes cardiovasculares, 920 suicidios, 648 homicidios, 495 muertes por cisrosis hepatica, 4,227 admisiones en el hospital psi- quiitrico del estado, y © 3,340 admisiones en la prisién del esta- do (pigs. 5 a 6). Los cambios del ambiente representados en bajas econémicas y migracién tienen claras im- plicaciones para la prevenciOn primaria y tam- sn para la intervencion en crisis. Al igual que el abuso del nifio puede que se incremente du- rante el clima inclemente, Ia ocurrencia de las crisis de la vida puede incrementarse durante ‘momentos econ6micos dificiles. Las lamadas a Jos centros para suicidas y lineas de urgencia, por ejemplo, se incrementan durante momen- tos inflacionarios. Al reconocer esto, algunos empleados tomaron medidas para suavizar el golpe de la migracién en la vida de Ia familia y proporcionar ayuda para enfrentar Ia desorgani- zacion que se puede esperar en las familias después de que el cambio se leve a cabo (ver sunstanclales ent ta vida 63 capttulo 17 sobre intervenciin en crisis en el dimbito laboral), El divarcio se estimé color de rosa uno de cada dos matrimonios en 1975 (Kraus, 1979). En tanto que estas estadfsticas conduje- ron auna considerable alarma, indicindose para algunos que el divorcio es un signo de los indivi duos y ho en Ia sociedad, otras conceptuaron que el divorcio como crisis de la vida conduce al crecimiento o dailo. En la primera investiga- cién sobre el impacto del divorcio, Goode (1956), encontro que las mujeres divorciadas lo Sintieron mis traumatico por haber sido promo- vido por una parte, es decir, sus esposos lo de- seaban pero no ellas. Cuando la decisién fue ‘mutua resulté mucho menos traumético. En una revision de la literatura sobre el di- vorcio, Kraus (1979), presenta un compuesto de varias etapas a través de las que puede fluir una crisis de divorcio. La primera se caracteriza por la negacion, es decir, actuando como si la relacion ain se mantuviera firme. Esto va segui do por célera y culpa en la presencia de la dis- cordia matrimonial, con el sentimiento de culpa por la disolucion del matrimonio expuesto so- ‘bre cualquiera de los dos, ya sea sobre si mismo ‘© el conyuge. La célera puede entonces mez- clarse y alternar con el remordimiento por eva- dir los intentos anteriores para salvar el matri- monio, seguida de la depresiOn en la realizacion de viejas estructuras rotas y que posteriormente ‘no se resolverin en cambios emocionales. Por ‘iltimo, una etapa se desarrolla a partir de los ‘enfoques sobre el funcionamiento actual del in- dividuo, y con el movimiento hacia una reorien- tacion de actividades y aceptacién de un nuevo modo de vida, Kraus sefiala que las etapas repre- sentadas en la literatura sobre el divorcio, sin embargo, no crecen por la informacién genera- da de Ia investigaci6n, sino de informes clinicos, que brindan alguna advertencia de acuerdo a su universalidad. ‘Al procurar resumir variables consideradas, relevantes para comprender la naturaleza de las crisis del divorcio, y preparar el terreno a futu- ras investigaciones, Kraus (1979), proporciona ‘un modelo organizacional (fig. 4—2). Se necesi- ta dar una atencion cognoscitiva especial de su nuevo estatus: el dolor emocional se relaciona con el com= romiso que se contrajo en el matrimonio y tam- Escaneado con CamScanner isa Crisis circunstanciales en circunstanciales la vida (Capttulo 4) Voriubins sugeris Edag Saxo Estodo financiero Salud montal Slstorma de crooncias y vatoros Control de dee lones ‘Apoyo socta ~ Entiat oe Doro sparen at fortalecido vad i ns Go Fock Aorpnacin sine a ae Par (Contusién emocional a corto plazo} ee Picomnota De'“The sis of Divorce: Growth Promoting or Pathogenic’ Copyright 1978, por Hayworth Press, Inc. Fleimpreto con autorizaci6 by S. Kraus, Journal of Divorce, 3, 1979, pig, 116. Fig. 4-2. Impacto del divorcio: Modelo de crisis. bién con ta creencia de que el matrimonio por si mismo, es la mejor forma de vida del adulto. En I estructura de la terapia racional emotiva ..., si se toma Ia creencia irracional de que el divarcio ‘es una catdstrofe, uno puede con faciidad haces- se miserable, Un individuo cuyo sistema de valo- res dice que la persona divorciada es un fracaso, ¥ que aquella sin compafero es despreciable, con la mayor certeza experimentars mucha angusti si €l mismo se encuentra en esa posicién. La is vestigaci6n examina Ja relacién entre el sistema de creencias de uno mismo y las variables de adaptacién entre el sistema de creencias de uno mismo y las variables de adaptacién necesarias, (pis. 115). Una de las tendencias més alentadoras en Ia écada pasada fue la del surgimiento de los ce tros de mediacién en el divorcio cuyo prop sito es el de ayudar a parejas que estén por di- vorciarse y en las que se tengan que disolver Contratos matrimoniales lo més eficiente y favo- rable que se pueda, con procedimientos que se dirigen a manejar los intensos sentimientos de amargura y hostilidad relacionados con Ja sepa- racion y el divorcio (Coogler, 1978; Kessler, 1978; Pearson, 1979). Los conceptos de mediacién se apoyan en la premisa de que el estrés y el dafo psicologico 2 largo plazo en niffos es mas intenso en aque- los que vivieron los conflictos sentimentales de los padres, que en los niffos que vivieron el di- vorcio en casa de uno de ellos. (Leupnitz, 1978, 1979; Wallerstein y Kelly, 1980). Los centros de mediacion apoyados sobre los principios psicolégicos sociales de la resolu- cién del conflicto (Deutsch, 1973), proporcio- nan la tercera parte de asistencia, (un mediador) para parejas que intentan manejar sentimientos de céléra, ofensa y culpa, y al mismo tiempo Escaneado con CamScanner

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