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Evaluación Módulo II

Sociedad y Medio Ambiente


Diplomado en Gestión Socioambiental y Sustentabilidad
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad de Chile

El traslado de Chuquicamata y la zona saturada (pm10) de


Calama: el éxodo de una nube negra

Javiera Straub

Introducción

La zona norte de nuestro país ha debido su desarrollo, en gran parte, al negocio de extracción y
procesamiento del mineral de cobre contenido en la tierra, de manera que a su alrededor se han
asentado poblaciones de importancia (en número) y, dadas las características del proceso minero, se
ha generado también polución. Tal es el caso del ex campamento minero de Chuquicamata, que fue
desplazado de su ubicación original –hacia Calama, a unos 15 km al sur- debido a la imposibilidad
de disminuir la contaminación atmosférica que la misma actividad generaba sobre ellos, entre otras
cosas.

Este traslado, planificado y llevado a cabo por la División Codelco Norte, concluyó el año 2007,
esperándose un aumento de la calidad de vida de los ahora ex habitantes de Chuquicamata, además
de una mejora de la infraestructura y la habitabilidad de Calama. Sin embargo, los objetivos
iniciales del Plan Traslado no se vieron satisfechos. Muy por el contrario: el año 2009 Calama fue
declarada Zona Saturada por material particulado (pm10), reproduciendo las malas condiciones del
aire en el campamento, ahora en la ciudad de Calama.

En este sentido no es muy arriesgado señalar que la planificación que se llevó a cabo no permitió
manejar el hecho que los efectos de un traslado masivo (y todo lo que esto involucra) hacia otra
ciudad implicaría, al menos en un corto plazo, que en el lugar de destino se lleven a cabo
actividades que generarán que una parte del problema se reprodujese para dar un resultado similar a
la situación original: la nube negra, junto con los mineros, se desplazó a Calama.

Este ensayo aborda los temas de la planificación del traslado y su posterior ejecución, intentando
explicar por qué se generaron algunos de los problemas que hoy afectan a Calama a nivel ciudad y
que se tradujeron, entre otras cosas, en el empeoramiento de la calidad del aire (particularmente en
el aumento de material particulado) que condujo a la declaración de zona saturada el año 2009.
Desarrollo

El campamento Chuquicamata se fundó el año 1915 por la Chile Exploration Company, como el
lugar de asentamiento de todos los trabajadores que explotarían la gran mina, con viviendas
destinadas a todos quienes se relacionaran con la faena, desde los obreros hasta los grandes
directivos y sus familias. De esta manera, el campamento se configuró desde su origen como una
prestación más de la empresa que lo administraba, recibiendo la denominación de company town,
tal como ocurrió en otras faenas mineras que iniciaron operaciones a principios del siglo pasado.

Con el paso de los años de explotación y la abundancia de mineral de cobre de buena ley, la mina
de Chuquicamata llegó a ser la mina a rajo abierto más grande del mundo. Usando como referencia
de tamaño las comunas de Santiago, Independencia, San Ramón o Lo Prado caben perfectamente al
interior del rajo de 800 hectáreas de superficie. En el campamento habitaban unas 25.000 personas,
a solo metros de una faena que hoy mueve alrededor de 600 mil toneladas de tierra diariamente y
emite sobre 78.000 kilos de polvo al día. (DCN, 2009).

La actividad minera crecía, con miras de aumentar la producción y la vida útil de rajo y fundición,
por lo que la existencia del campamento en el área se convirtió en un problema sin reportar el
beneficio que antaño significaba. En los años 90s, con el aumento de la preocupación por el “tema
ambiental” la salud de quienes habitaban en Chuqui empezó a ser un asunto sobre el cual había que
intervenir: fue declarada como zona saturada por SO2 y material particulado y se generó un plan de
descontaminación, que incluyó la implementación de una serie medidas duras y blandas pero que a
la larga, no consiguieron el cumplimiento de los estándares ambientales mínimos aceptables
(Folchi, 2003).

Se empezó entonces a manejar la idea del traslado del 100% de los habitantes del campamento a la
ciudad de Calama, principalmente por tres razones. La primera razón estaba dada porque en
Chuquicamata, las instalaciones industriales y habitacionales compartían prácticamente un mismo
espacio (Mayorga, 2004), de manera que la única forma de dar cumplimiento a la norma de calidad
ambiental implicaría reducir los volúmenes de producción o bien, incurrir en costos altísimos de
mitigación, los cuales la empresa no estaba dispuesta a asumir.

La segunda razón del traslado se origina desde una suerte de preocupación de Codelco por la
calidad de vida de los trabajadores y su necesidad de insertarse en un medio urbano que les brindase
una perspectiva de desarrollo a ellos y a sus familias. Así desde la visión empresarial, se esperaba
generar a través de la integración de sus trabajadores en Calama, un espacio cívico de participación
dentro de una estructura social superior, dentro de este territorio minero.
El tercer punto que se manejó en el momento de decidir respecto del traslado relación directa con el
proceso minero: se necesitaba un espacio físico donde depositar la gran cantidad de material estéril
extraído del rajo y la respuesta técnico económica que mejores resultados entregaba correspondía al
aumento de la superficie del Botadero 95, que por su cercanía a la mina disminuye los costos de
traslado y minimiza las emisiones atmosféricas provocadas por el transporte1.

Finalmente, ante la imposibilidad de dar cumplimiento a la norma, Codelco aceptó la posibilidad y


decidió cerrar el campamento y Chuquicamata el proceso natural de los company town, ya que
“fueron gestados con una autonomía funcional vinculada a sus horizontes productivos. De hecho, la
falta de permanencia en el tiempo de los company towns ha sido un rasgo recurrente, como lo ponen
en evidencia los sucesivos cierres y desmantelamientos de los campamentos de Sewell, Potrerillos y
Chuquicamata, mientras que se vislumbra el mismo destino para El Salvador”. (Garces et al, 2010)

Luego de tomada la decisión, se generó un plan de traslado, en el que participaron urbanistas de la


talla de Jordi Borja o Pablo Jordán, donde se esperaba reconfigurar Calama desde una perspectiva
integradora y renovada, para hacerla una ciudad más habitable y cohesionada. Para esto se
conformaron mesas de trabajo entre la empresa, la autoridad y actores relevantes de la comunidad,
donde se plantearon las inquietudes de cada sector, en un trabajo sistemático y participativo que
generó grandes expectativas para todas las partes.

Sin embargo, el proceso se materializó básicamente en la construcción y mejoramiento de obras de


infraestructura vial, en la construcción de un mall de Calama, el edificio corporativo de la DCN y la
urbanización de terrenos baldíos al interior de la ciudad y agrícola en los alrededores (por ejemplo,
en la seccional Topater), además de algunos mejoramientos de menor envergadura de locales
comunitarios y centros educacionales.

Orientando la línea de análisis hacia la dilucidación del por qué lo que se hizo condujo en la
reproducción, ahora en Calama, de un sistema de aire de mala calidad, aparecen tres temas que
merecen ser mencionados y que a pesar de no relacionarse con el aire en sí mismos, dan cuenta de
procesos que originan decisiones no siempre acertadas:

1. La predominancia de la empresa en el diálogo

El campamento minero estuvo administrado históricamente por Codelco Norte, de manera que
gestionó la partida desde y la llegada hacia. La minera ha sido también la impulsora del desarrollo
económico del territorio y por lo mismo, el poder (y el capital) que sostiene en significativo. Esta
condición de poder genera una relación asimétrica no permite abordar el tema de la planificación de

1
Al momento de redacción de este ensayo, el Hospital y una porción campamento de Chuquicamata ha sido
cubierta por el avance del botadero 95.
la sustentabilidad como tal, ya que el peso de la empresa es muy superior al de cualquier otra voz en
el diálogo. Es esto lo que lleva al alcalde a reclamar continuamente en contra de la empresa que no
ha cumplido con las expectativas que le generó, lo que se pone de manifiesto en las continuas
reclamaciones contra la empresa que el alcalde vierte a la opinión pública2.

Además, parece difícil construir sustentabilidad en un territorio minero como el que configura
Chuquicamata, Calama y sus conexiones con las vías portuarias, ya que éstos, desde su creación han
sido “configurados en un proceso sistemático de modificación de la base geográfica, mediante la
construcción de obras de infraestructura y otras operaciones territoriales de vasto alcance, que
convirtieron el espacio geográfico baldío y desprovisto de experiencia humana sistemática, en un
espacio de producción industrial” (Garcés et al, 2010: 106). Resulta entonces evidente la hegemonía
de la gran minería en el diálogo, en vista de que ha construido la región como tal.

2. La baja efectividad de la planificación comunal-regional

Otra posible causa está dada por problemas en la planificación, que no permitió evitar los efectos
nocivos en términos del aumento de la polución atmosférica –entre otros- a nivel preventivo.

Es que de acuerdo a los planteamientos de Borja, corresponden a derechos emergentes del hombre
el derecho a la ciudad y al espacio público, estos configurados de manera articulada con el resto,
donde exista un sistema de espacios públicos integrados que denoten y construyan identidad. En
este caso, el nivel de planificación y restricciones vinculantes propuestas en los planes reguladores
no fue suficiente para evitar que surgiera un nuevo problema: el traslado y la explosión demográfica
en un corto periodo de tiempo generó un boom de la construcción inmobiliaria “concentrándose
mayormente en las zonas periféricas cercanas al Oasis, y tiene su origen en parte debido a la gran
especulación del valor del suelo que se generó una vez conocida la noticia del traslado, lo que hizo
casi imposible aprovechar las sinergias propias de un proyecto de esta magnitud y lograr generar en
contraposición un proceso de renovación o de rehabilitación de las manzanas céntricas
fundacionales” (Pérez et al, 2008: 2).

3. Las visiones cortoplacistas y parceladas que se manifestaron en las mesas de trabajo pueden estar
dadas por la falta de manejo de la instancia de participación.

Este punto es un poco más complejo, ya que apunta a la vez hacia dos vértices que se encontraron
en este proceso. Uno corresponde a la incapacidad de trabajar en una instancia participativa de
manera enriquecedora y sinérgica, mientras que el otro parece ser la poca visión de las partes de un
sistema Ciudad integrado. Esta suerte de ceguera pudo haber conducido a que la respuesta a un

2
Ver El Mercurio de Calama, edición digital en www.mercuriocalama.cl
desafío tan grande como la incorporación de un importante número de personas a la ciudad haya
culminado en la construcción de un mall. Como cita Hopenhayn (2001: 124) las palabras de García
Canclini:

No fueron tanto las revoluciones sociales… como el crecimiento vertiginoso de las tecnologías
audiovisuales de comunicación lo que volvió patente de qué manera venían cambiando desde el siglo
pasado el desarrollo de lo público y el ejercicio de la ciudadanía. Pero éstos… fueron desplazando el
desempeño ciudadano hacia las prácticas de consumo… muchas preguntas propias de los ciudadanos se
contestan más en el consumo privado de bienes y de los medios masivos… que en espacios públicos.

Conclusiones

De acuerdo a lo planteado, es posible pensar que el traslado de todos los habitantes de una ciudad a
otra es un proceso complejo que requiere de una planificación profunda, participativa y que
considere todos los tres pilares que sostienen al concepto de la sustentabilidad (ambiental,
económico y social) de manera equilibrada y responsable, a fin de evitar que el proceso genere
repercusiones sobre el bienestar de las personas, a través de la reproducción de las mismas causas
que generaron el malestar inicial.

La planificación de la sustentabilidad es un pensamiento aplicable en varias escalas y niveles y que


puede ser aplicado desde muchas perspectivas, pero dos cosas son ciertas: el desarrollo basado en la
extracción de recursos naturales no renovables solo puede ser sostenible “en la medida que se
gestionen de manera que su tasa de vaciado se limite a la tasa de creación de sustitutos renovables”
(Daly, 2007) y que la primacía del sector minero pone un claro peso en la balanza decisiva. Y para
ponderar o repartir ese peso, es preciso replantear el sistema económico-social desde sus bases.

Por otra parte, sería interesante en futuras aproximaciones a este problema, describir en detalle la
participación en las mesas de trabajo de planificación de una ciudad, para poder observar las
asimetrías de poder que se desprenden del proceso de toma de decisiones o de su puesta en marcha,
de manera de evitar los efectos negativos que ya hemos mencionado y gestionar para esa instancia
“fórmulas” positivas.

Para terminar entregando un desafío desde un enfoque más técnico, existe la posibilidad de que el
problema de la zona saturada de Calama no haya sido exclusivamente una derivada del traslado del
campamento sino también, del sistema de monitoreo de la calidad del aire. Esto porque la norma
superada corresponde a la media anual de tres años consecutivos, que coinciden con el periodo
durante el cual se realizaron obras de construcción de una de las urbanizaciones, vecina a la
estación monitora (Hospital del Cobre). En este caso, sería probable que Calama ya no sea una zona
saturada, sin embargo, el procedimiento obliga a generar un Plan de Descontaminación que tal vez
sea innecesario y engorroso. Sería recomendable entonces, para evitar esta problemática en el
futuro, invertir en un sistema de monitoreo más completo y en medidas de control de emisiones.

Bibliografía

División Codelco Norte (2009), Informe Final Plan Quinquenal. Calama-Chile: DCN.

Folchi, Mauricio (2003), La insustentabilidad del ‘boom minero’ chileno: política y medio ambiente, 1983-
2003. Ecología Política, N° 26, Barcelona: 23-49.
Mayorga, Elena (2004), Sueño de una integración patrimonial o el traslado de Chuquicamata a Calama.
Revista Urbano, N° 10, año 7 2004: 4-8.

Garces, Eugenio, Juan O’Brien y Marcelo Cooper (2010), Del asentamiento minero al espacio continental
Chuquicamata (Chile) y la contribución de la minería a la configuración del territorio y el desarrollo social y
económico de la Región de Antonfagasta durante el siglo XX. Revista EURE, N° 107, vol 36, Abril 2004:
93-108.

Borja, Jordi (¿?) Anteproyectos de la CDHE: sobre derechos emergentes y derechos ciudadanos. [documento
en línea] Disponible desde Internet en <http://www.idhc.org/esp/documents/CDHE/ CDHE_Borja.pdf>

Perez, Gino, Claudio Pavez y Javier Jiménez (2008), Ordenamiento territorial y sustentabilidad de un oasis. El
caso del seccional Topater en Calama. Revista Urbano, N° 17, mayo 2007: 7-14.

HOPENHAYN, Martín (2001), Viejas y nuevas formas de la ciudadanía. Revista de la CEPAL, N° 73, Abril
2001: 117 – 128.

Daly, Herman (2007) Criterios operativos para el desarrollo sostenible. En F. López (coord.) Desarrollo:
crónica de un desafío permanente (pp 275-286). España.

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