You are on page 1of 32
Massimo Donia Catedrittica de Derecho Penal Universidad de Médena y Reggio Emilia Et DerRECHO PENAL FRENTE A LOS DESAFIOS DE LA MODERNIDAD Esrupios pe DerecHo Penal A jaidea de que la Constituci6n tiene un valor "mas que de ‘limite’ para el Derecho pen juspositivista de ‘fundamento’ al. Un Tecorrido Flenfoque constitucionalista del Derecho penal no supone jricamente que el Derecho penal no pueda estar en contradiccién nla Constitucion. Evidentemente la ley ordinaria no puede violar bley fundamental (que esta por encima de ella). Si la experiencia jaliana telativa a las relaciones entre Derecho penal y Constitucién se jmitasea esto ultimo, no mereceria quiza una mencidn especifica. forel contrario, a partir de los anos setenta del siglo XX, este enfoque se caacteriza por entender que la Constitucién mds que un mero limite, constituye el fundamento de la pena y del Derecho penal'. Yano se trata simplemente y desde un punto de vista negativo, deque tipos de incriminacion pueden ser ilegitimos, qué bienes juri- dicos deben quedar al margen de la intervencién penal, qué técnicas detutela no pueden adoptarse desde una perspectiva penal, o qué thos de sancién no son admisibles en el jus criminale’. Todas estas —— * Tho14, voz «Teoria generale del reato, en Noviss. Dig. It., Utet, Turin, 1973, pesim; para una reconstruccién amplia de la teoria del delito a partir de los fs dela pena (al menos los que pueden deducirse de la Constitucion italiana), ‘II diritto penale tra essere e valore, Funzione deilal pena e ances “3k, ESL, Napoles, 1992; para una reflexién metodolégica sobre ms Re 1 constitucionalista italiana, Donri, Teoria det reato. Una introd aan De Padua, 1996, pp. 5 Y §6,; DEL. MISMO, voz, «Teoria del rea an _ fet Vol. XIV, Utet, Turin, 1999, pp. 226 y $81 DEL MISMO, SDOBITY Se renee politica criminal a orientamento costituaionalisticy, ee a » May rrp delle secelte di criminalizeazione», en De! delitti T «PP. 37 y ss, - activa «negativa” Wilt Boy Sugiere la necesidad de limitarse a esta peer aia W, Deliktstypen des Priventionsstrafrechts- 24" O08 301 _ Massimo DONtNt ————___ seguido encontrando una respuesta ¥ Muchos ‘cultivado como era necesario hacer. Se trata qe diosos lashan aucho mas radical: sino es posible, omés bien una question ™ arenla Carta constitucional una especie de sin, se cesario en ; necesario contra : i es tio modelo de intervencion penal que se imponga ai pais ,u a priort de arriba, Un programa m4 Sono desde fe easel tanto respecto a los iiied e a detallado ave ae e tutela. Después, de este programa o modal los instr yer también 10S limites negativos a la intervencigy, peal oe esta medida, de un autre ee nesta tiva mucho mas comprometida, la Constityg ae todo el Derecho penal. Retomando clout consideraciones propias de la obra de Bricora, en la Constitueign misma seria posible encontrar un cuadro de valores y una jerarquia de bienes a los que el legislador deberia atenerse para construir log intereses merecedores de protecci6n penal. Sélo los bienes de rango constitucional podrian comportar el sacrificio (necesario o eventual) de la libertad personal que el Derecho penal conlleva‘, Los bienes juridicos de nuevo cuno o de rango cons titucional indirecto serian protegidos s6lo en la medida en que const tuyan el presupuesto necesario para la tutela de bienes de (primana}. releyancia constitucional. Descartadas las presunciones absolutas de peligro olos tipos de peligro abstracto en general, asi como las faltas, la Constitucidn (y no simplemente la civilidad del derecho) impor dria también, entre otras cosas, la reserva absoluta de ley, y por tanto, la exclusion de fuentes secundarias (salvo una aprobacién parlamen| aria especifica), el respeto al principio de taxatividad de las no roe nace estricta del principio de culpabilidad y la ori ee a pena, en una dimensiGn solidaria, a objetives ag ae /resocializacion. Finalmente, y con relacina la consi ©’as normas penales, todos los delitos deberian rescribse™ reguntas ——_ eee Duncker & Humblot, Berlin, 2000, pp. 262 y 55. i compatibilizacion “ipecialmente interesante por la atencién dispensaca las teorias del bien juridico respecto a los ™ «complementario», etc, » Voz «Teoria», cit,, p. 24. city pp. 14 y ss, 302 La CONSTITUCION COMO FUND, — NPAMENTO DEL Direct »ERECHO Peat ——__ ue sus Tespectivos ob a de proteccidn de los gjemplo, no la «fe publica» como bien tu ialagee ‘Onstitucional m1 janera q jetos j i a J€tos jurfdicos de tute progr! bienes de televancia ¢ Ta teflejen | falsedad, sino la «certeza de la prueba», no el ‘ptiaigia ces i ; a Admi- action Publica», sino su «imparcialj 7 rl desu actividad, etc.), parcialidad», o bien «el correcto Conforme a lecturas sucesivas y cada y cipio de extrema ratio, el leginiadbe seta miners aes jntroducir nuevos tipos penales, a establecer procedimient J f res de extrapenal 0 a verificar en todo caso, la inutilidad 0 j book tetela : Oimposibilidad de recnicas de tutela extrapenal; de esta manera se respetaria el principi desubsidiariedad que goza también de rango eeratincnak, cipio Es preciso sefalar cuanto antes que este tipo de programa, tal y como argumentan quienes lo han elaborado (en todo o en pa rte) tendria un fundamento estrictamente iuspositivista. Si no existe una Constitucién que permita justificar positivamente estos vinculos, dicho programa s6lo podria basarse en argumentos de racionalidad cultural, sin la «fuerza de la ley» que es propia de las normas juri- dicas y de las constitucionales en particular. El proyecto extrae su fuerza ideolégica y su proyeccién politica, precisamente, de la racio- nalidad prejuridica: no del hecho de deducirse de un precepto u otro”. Sin embargo su base epistemoldgica se ha presentado y «argumentado» (con base en parrafos concretos de los articulos de la Constitucién) como estrictamente positiva. El primer problema de este programa (en orden cronolégico) ha sidoel de persuadir a los juristas de que era un programa basado en el derecho positive, un programa realmente impuesto por la Constitu- cion vigente (sobre todo) en Italia, que es donde se ha formulado y ha conocido sus mayores éxitos. Tras superar este primer escollo, el segundo problema ie = un modelo de este tipo para un extranjero es que es adifics Bricoa, «Carattere sussidiario del diritto penale eoggntto sem ea en Studi Delitala, vol. 1, Giuffré, Milan, 1984, pp. 10 peut i «ll principio di effettivila del diritto penale: profit Po Studi Nuvolone, vol. 1, Giutfre, Mie ee pbs a eau nl impubaione Para una «objecion» de este tipo clr ji del renio, Giuffre, Milan, 1991, pp- 162-168, 303 Massimo Donini——— — e] mismo texto constitucional, ng jen 1 : / sal qu nt mist0 modo y se decanta con mayor facilidag _ alidad juridica que no se elaboran con base : ese fundamentan en bases culturales ra > posee exportable 0 F argumentar del! modelos de racion un texto escrito, sino qu s ao-filosoficas, etc. tico-filos¢ el tercer problema es prabablemente el decisivg, J Finalmente, ; de ser intrinsecamente persuasivo un modelo de Derecho Penal con Fane constitucional tan «fuerte» y,en cierta medida, «cerradoy, uni 1S ' sies posible poner en practica el proyecto ideolégico que esta en sy base respecto a la seleccién de los bienes susceptibles de ProtecciGn nal y ala individualizacion de técnicas de tutela especificaments ales (el peligro concreto y la lesion) y de técnicas seguramente ng penales (el peligro abstracto, delitos con estructura de faltas, etc.) A continuacién realizaremos algunas reflexiones (aunque no ge trataranen este orden) sobre estos tres aspectos. 2. Las dos razones histéricas (0 contingentes) que han hecho posible en Italia este enfoque Laidea de que la Constitucién debe representar no el limite, sino el fundamento y el programa del Derecho penal ordinario, se ha asen- tado hist6ricamente en Italia (a pesar de que nunca ha sido una opinién indiscutida en la praxis y en la ideologia institucional dela jurisprudencia) por dos razones principales. La primera razon es que cuando aquel programa se elabordel legislador republicano atin no habia realizado una reforma general del Cédigo Rocco de 1930, y, por tanto, se encontraba retrasado wee: de dicho programa. Incluso hoy en dia no conocemos en Italia mas que reformas parciales del Cédigo, sdlo intervenciones que lo han ido parchando’, E] cédigo de 1930, e1 did: origi aay aS He ds cece ea Reedhier art 1o la mayor parte de su existencia bajo yno bajo el fascismo, Pero todavia es preciso, sobre todoet V———— vid Pn oe ann della riforma nel cinquantennio republicand, i “PP: 5 y 68,; Thane codice penale e valori costituzionali, Giutire, altuale de} sistema ‘Pe sProgetti di ritorma del codice Roceo: it valle Cee? de INsoLeka, Nale», en AA.VV., Introduzione al sistema pendles vol. be Giappichell, Turin, 24 irae tee Pavarini, Zanorni, (2° ed. rev! ORResh Ysa, 304 — La CONSTITUCION COMO FUNDAMENTO Det, ED) DERECHO Pena, ——_ yelacion conla ae especial, una revisién completa d 7 ge valores del cédigo. Ademis, y respecto a | le stem sancionador, como algunos Precepto s jctuacion de los principios de legalidad, abies referidos ala i ylpabilidad y funcién reeducativa de la penano Wieden” ley, jueron escritos ¥ elaborados en el anio 1930. La mism: eee lingiistica Y cientifica del cédigo es una tarea a la c eacen contemporaneo ya no puede sustraerse. A pesar de ts Boon actualidad unicamente se suceden, entre la intermitencia ¥ a % ae delos gobiernos, nuevas comisiones que elaboran ea es pon narciales 0 totales que son sistematicamente abandonad ee sucesivos cambios politicos’, ados con los todoelcy ladro @ parte general, tanto el Ante esta situacién es logico, por tanto, que la ciencia penal italiana haya depositado sus €speranzas en un mecanismo institucional mas fuerte que el legislativo: el control de constitucionalidad de ils leyes. La desconfianza en el Parlamento ha sostenido al movimiento que ha acudido a la Constitucion y al Tribunal Constitucional para imponer al legislador desde arriba las reformas indispensables La segunda razon del éxito de este programa esta estrechamente vinculada a la propia estructura de la constituci6n italiana: un texto de optima factura que ha permitido formular de manera efectivamente iuspositivista muchas soluciones que de otra forma habrian de argumentarse con los principios de la civilidad del derecho, dotados de la fuerza de la razén que no posee, sin embargo, la razén de la fuerza de la ley. Estas dos condiciones histéricas no se han producido en otros paises: o porque en otros lugares ha intervenido mucho antes la reforma codificadora, o porque no era facil encontrar en los documentos cons- titucionales asideros argumentativos y hermenéuticos lo suficient mente estrictos, o bien porque la tradicién del pensamiento en otros lugares ha estado tradicionalmente mucho menos vinculada a premisas estrictamente iuspositivistas. ft "j a5 de scodificacién en Italia " Sobre las condiciones polfticas y espirituales de la re icacid a hoy en dia, cfr, Doni, «La riforma della legisazion: an i i fal codices, en, ¥ @ significato «costituente» per | 4 del codice», © . La riforma della legisiazione penale CEDAM, Pédua, 2000, pp. 8 y 55 complementare: tgo del mismo fo comparato, ja riforma complementare. Studi 305 , a : ro \ ¥ ; { ‘ \ % eel i | “~— Massimo DONTNT — liares de la experiencia italian, caracteres pect ae-imho metod 7 aNa: up 3. ail clo tedrico-practicn antes q olégico, ¥ ti experiencia colectiva : en la experiencia ita Una caracteristica que destaca en la exp aliana relativg ied | Derecho penal, ha sido | jan constitucional de D ie a a apart hermenéutica sobré Ia teorizacion metodolégieg emi. nenc jATS No ha Hevado mucho tiempo plantearse la correccign todoldgica de ciertas argumentaciones: inmediatamente hes “a = <, adoptadas y experimentadas. ucede respecto a otro tipo de experiencias juridicas eu pee teoria Ee que mucha teoria sin praxis. Est wa hacontado con un punto fuerte ensu favor. En 1956, después de que comenzase a funcionar la Corte Constitucional, No tenia sentidg continuar preguntandose silas normas constitucionales tenian valor tivo o simplemente programatico ~una cuestién que habia atormentado el debate entre 1947 y 1956’— porque habia Negado ef momento de aplicar la Constitucion mediante decisiones de un Organo que habia sido legitimado para promover su actuaci6n. Por tanto, ef movimiento para la aplicacién de la Constitucién ha disefiado un modelo para el legislador y le ha sustituido en parte, aprovechando su ausencia prolongada y culpable. Por otra parte, no se ha tratado de una iniciativa de pocosjuristas (aunque algunos han desempenado un papel de leadership) y tampoco ha sufrido polémicas sibilinas carentes de relevancia practica, comolas que dividen a los teéricos sobre muchas cuestiones dogmaticas. La perspectiva constitucionalista se ha ocupado de cuestiones re y ha sido una experiencia colectiva de varias generaciones de Juristas’®, ners ripe Problematica que ya es «histérica», entre OOS a ‘mi altuali di diritto costitwzionale, Giufére, Milan, 1951, pp: Sy M! Foro padano, 1954, «La Costituzione italiana nel decorso. quinquenio”, reat te #2 a (del resumen); Crsaruiu, La Costitusione elt i “se i principi. uy Costu Principio, Giuffre, Milan, 1952, pp. 27 y ss.; CALamanpieh 8 Sobre oot ele est per attuiarla (1955), Glutfre, Mtilan, 1999, pp. 25 ¥ a Featoe, cit, pp 227 Vso) SsPetiencia colectiva cfr, Doni, vos «Teoria 306 _— La CONSTITUCION COMO FL = COMO FUNDAMENTO. DEL Derecno P, : ENAL—— Aunque aqui no se pueda reconstr gistinguit dos fases, 0 dos estadios quese deprincy (pias de cardcter mds formal (legal etc.) 0 bien, de cardcter mis sustanc, cubsidiariedad, efectividad, proporcio uir la historia", sf es posible ia con la elaboracién i / Teserva de ley, taxatividad tal (culpabilidad, ofensiv ae i, nalidad y racionalidad, etc = La primera fase se ha desarrollado sobre todo Harts 1 i: sta los afios getenta (aunque también ha habido contribuciones Desde los afios setenta en adelante ha ee carues) que se ha ocupado sobre todo de la ainvoaiaence movimiento naturaleza sustancial referidos a la propia politica pee asap de jador, y ala determinaci6n de criterios de legitimacién aa eee positivo de las incriminaciones y de los criterios de meas Esta segunda fase au i i / oe te of ae ie concluido y ha requerido, como veremos enseguida, lo distinto de pensamiento y de argumentacién. 4. Un ‘estilo’ diferente de los penalistas orientados a la Cons- titucién en el periodo comprendido entre los anos 70 y los anos 90 ja Al desplazarse la atencion de los principios de caracter garan- tista-formal a los principios de naturaleza primordialmente sustancial : se transformo también el estilo argumentativo de los penalistas En los afios cincuenta y sesenta predominaba una perspectiva mas exegética, una dogmatica fundada en la exégesis que habia sido *\ muy utilizada en el texto del cédigo y que fue también aplicada al |texto de la Constitucién™. Era un estilo completamente adecuado a "! ‘Todavia hoy se echa en falta un trabajo de reconstruccién histérica de la expe riencia constitucionalista italiana en materia penal. Una laguna que deberia de ser llenada en clave historiografica, antes que dogmitica 0 ideolégica 2 Como es légico, la distincién es relativa: el respeto a la legalidad, la prohibicién de retroactyvidad de las leyes penales, la prohibicién de | analogia, €tc., 00 aseguran valores meramente formales, sino los derechos fundamentales del imputado, Estos principios, por otro lado, sélo se refieren ueenre aa te dav itenidom de las leyes y establecen, mas bien, limites @ Jas poderes del Estado que no son el poder legislativo. La distincién ha. sido aguas po ejemplo, también por Patazzo, Introduzione ai principt der diritto p Giappichelli, Turin, 1999, pp. 120. ae etek 8 En placién a este estilo hermenéutico cfr s observaciones realiza Doni, Dogmatica penale politica criminale, cit PP 60-63; DEL » «Teoria del reato», cit., PP 226-230, MO, VOZ 307 f } _ Masstao DONINT —— “ _ sitivistas del método que Se segula en agi ae d{a atin «romper» abiertamente con | moment tro furidice imperante. Pero el hecho de operar con fi eee donde se contenfan normas-valor, ent vez de tinicameny de as técnicas quecon rretbilided de continuar : : jee Enefecto, elestilo argumentativo de lacorriente constitucionalis ha sufrido una transformacion a medida que la atencién de los intéy. pretes se ha trasladado hacia los temas del bien juridico, del criferig de proporcionalidad entre los bienes, de la culpabilidad, de la cubsidiariedad y del control de racionalidad, para terminar con lag formas de verificar la efectividad y la racionalidad de los tipos de incriminacién. Se ha pasado de los argumentos a contrario, de los vinculos que supone la interpretacion sistematica de la Constituci6n incluyendo las precisas deducciones que ponen.en relacién los apartadas de las diversas disposiciones, a una interpretacién diversa, que utiliza los valores y su ponderacion, y mis recientemente, se ha modificado la | iva metodoldgica que remite a una racionalidad de valores y As juspo: no preter i a in . 7 4 - te contenfan instrucciones precisas, ponia en petigr, fiel a un estilo tan légico y técnico, jas premis | fines (Zweck- y Wert-rationalitit) a través de interpretaciones orientadas de forma mas real a las consecuencias (Folgenorientierung) y, por tanto, acziterios de output y de verificacion empirica de los programas legis- lativos. Desde mi punto de vista, todavia no se ha valorado suficiente- mente en qué medida es distinta una metodologia basada en la idea del fin y en valores, de una metodologia orientada en sentido pragma- tico o empirico a las consecuencias, a los resultados, a la verificacion estadistica, econdmica, etc. En los ultimos afios, como luego se dir, el movimiento constitucionalista ha vivido un periodo de obscuridad, por no decir de crisis y de desconfianza, que se ha manifestado en la gran tibiez® ae se han acogido algunas propuestas significativas de rev aoe te Conutihickin en material penal: el proyecto de 1997 que™ B sg arse fri que hablaremos mas adelante (infra 8). , por otro lado, sintomatico i aii tores que hate f . que mientras los aw q psieordybrsisirawal el enfoque constitucionalista en los aitos ese juridico) un estilo “sal (transformando el método tradicional-teeniee mmenéutico basado en el texto de la Const! 308 _—_— La CONSTITUCION Como. FUNDAMENTO DEL Derecuo P; | ENAL————_ nalistas que en los tiltimos tiemy 105 Pe nci : 0: i jmportancia dela perspectiva cammaii shan intentado teafirmar la jcudidoa las sentencias de la Corte", om ao Derecho penal, hayan Constitucién que, por si sola, resulta hoy ee ellugar de una incluso la obra mAs completa y arti ' ha tenido mayor resonancia, ddtes octet la ne de Bricora al» con base (también) constitucional, a idecie la et aninimalismo FeRRAJOLI", Sigue un camino no exegético a a de Luigi daramente filos6fico, y las razones de su éxito en el pl. ee los proyectos reales, de los slogan, se encuentran SB iketed, ie ropuesta de FERRAJOLI, que no contiene un auténtico aM Ses cédigo, sino sdlo algunas ideas-guia de caracter genet Pe crene confrontadas con la mejor dogmatica penal de los afios ochenta y noventa (sino con la de los afios sesenta hacia atras) de hecho parece conciliarse con las unicas preocupaciones efectivas de los gobernantes italianos: adoptar medidas que reduzcan el ntimero de procesos. Ya que, de hecho, el minimalismo penal se presenta como una receta de tipo sustancial que, sin embargo, haria mucho bien al proceso de deflacién procesal (pocos delitos = pocos procesos); es un programa genérico, que, desde el punto de vista de la imagen, se concilia perfec- tamente con aquel objetivo concreto. Pero enel plano de las elecciones culturales de fondo, y de la politica criminal efectiva, existe un abismo entre los proyectos que labora el Ministerio de Justicia y las posiciones del minimalismo penal. 5. De un Derecho penal de categorias y de reglas a un Derecho penal de principios Una de las caracteristicas del avanzado del texto constitucional se también en el campo penal, dela diferenc y reglas. conocimiento hermenéutico mas basa en.una valoracion adecuada, ia entre categorias, princtplos 4 Ejiemplar Mamnucci/ DOLCINI, aCostituzione e politica det beni gituridici», en the . pen., 1994, pp, 333 ¥ 58 ; ov 2, pea free Eee a Partie ie FERRAsOL!, Diritto ¢ Ts i garantismo penale, Laterza, Bari, 1989. Una visidn de todos | a ihe ie autor sobre este ‘tema en FERRAIOU, «Sul diritto pene ae awe Giorgio Marinucci e a Emilio Dolcini)», en Faro it., Vr ) PP- y nota 5. 309 Massiaio DGNIN| ni Derecho penal tradicional conocido desde la época romana El Derec »cho penal de las categorias, es deg medieval en adelante ae peer) de pena, reo, ier: aM ‘. ah *, a centradoen las noc one gensa/ nia) imputabilidad e imputacign, culpa, dato, agravio el resultado, circunstancias (y grados) tenta. delitos cualificados Oi in se, mala quia prohibita, etc. tiva, crimen, pate sal cies quede claro, sigue siendo tnsustituible Aeste Derec ae ofrece las nociones lingttisticas basilares de] en la medida a q neia penal, le falta todavia una adecuada dimen- lenguaie y de Ss i que adquiriré sélo después del Iuminismo, ae ot eemnernn laintervencién penal no se justifica ya de 2 a sey necesita que se verifique su propia legitimacion. De ahi nace \ el Derecho penal de los principios, es decir, la construccién politico-ra- cional en primer lugar y juridico-cons' titucional después, de una serie levalores y de normas-garantia que someten al Derecho penal aun ). Control critico de legitimidad. Sin embargo, el Derecho penal de los principios slo en parte es | un derecho hecho de reglas en sentido técnico. Diversas normas consti- tucionales o de Cartas internacionales de derechos regulan de manera bastante precisa procedimientos, limites, prohibiciones y obligaciones _del Estado y de los ciudadanos. ¥ otras disposiciones, en cuanto conte- ‘nidas en aquellas Cartas, aunque son «normas» juridicas y no ‘os valores culturales o politicos, no regulan sin embargo, casos terminados que puedan ser subsumidos en ellas: son indicaciones orativas que establecen obligaciones «de m4ximos» para la cons- trucci6n de reglas, muy dependientes de decisiones valorativas que: sin embargo, no pueden ser actuadas sin las propias reglas. Son. normas-principio que pueden ser adoptadas (en el nivel legislativo) S ae eee ya que no parece posible, excepto a una mente mone le ae de estas normas un articulado, un codigo, ee Gutapem el gl a ‘0s y que han de ser valorados entre ellos) enlas pluralismo politico-institucional’®. "* El tema lugar y eee ae mayor profundizacién que no puede hacerse e" este Penalistas. Al rospecto me pornici> eslizada adecuadaments Pi i dellillecito penale, cit, Me permito la remisién a Donini, I! volto atte 310 _ La CONSTITUCION COMO FUNDAMENTO DEL D ERECHO PENAL — Mientras que las reglas Son mucho mas dete jrcunset itas a casos concretos, los princi ye nexibles ¥ se pueden aplicar de De reglas, Y ; Tminadas, taxativas P1os tienen re: : rma gistros mas sibilidad de forma maximalista Oo minim ahi la posibilic € que se desarrollen histé pceaue ley, aplicando sdlo en parte el programa pido enel Principio, no esté en contradiccién con éste, sin: ec i is i Di Lh S010 con una lecture «maximalista» del principio mismo, que nose haya oe tado histéricamente. se hayz alista amente mas asen. El periodo constitucionalista italiano, de los aiios setenta en adelante, no stentpre ha tenido presente la distincién entre principios y fia yhaconsiderado a las normas-principio como si fueran disp< sailor as taxativas Y determinadas que implicasen soluciones legislativas univocas e indiscutibles. También dentro de las propias normas-prin- cpio, na se ha distinguido entre principios de politica criminal que tienen un caracter argumentativo u orientativo (por ejemplo, extrema ratio 9 subsidiariedad) y principios que tienen «fuerza de r gemplo, principio de reserva de ley, de culpabilidad, de taxatividad ete.) que pueden ser utilizados auténomamente por la Corte Consti- tucional, por si solos, sin el auxilio de otras normas de la Constitu- cién, y que pueden anular las leyes que a ellos se oponga 7 Sise prescinde de estos limites 0 exceso s6lo hoy evidentes, el impulso reformista inherente a aquel movimiento ha tenido grandes resultados, en parte traducidos precisamente en «reglas» (leyes ordi- narias) y, en parte, s6lo culturales y politicos y necesitados, por tanto de una actuacién legislativa cuando no de una reforma de la propia Constitucién. 6. Balance positivo hasta los afos ochenta. Vanguardia politica y retraso sistematico Quisiera recalcar lo que y‘ que el balance de la perspectiva constitucionalista me Pp ase ha afirmado en otro lugar, esto &s rece clar a trativa y za de ley demos’ principios conefuer orientacion f ” En cuanto a la distincién entre , ia Principios con caracter mas argumentatiy : a d BS Bae c siendo ambos en algunos casos recanducib ee OS nolitico-file por tanto a principios juridicos, no ula pe Vassatii, «J principii generall di dirilto ne PEE DoNINt T it, dir, proc. pen., 1991, pp: 099 Y §& Y 1 NY 34-236. pp 25 y s6.; net mismo, vor «Teoria, cit., PP: 2 411 Magsind DONIN a mats a politicos de su his! ueden contabilizar tanto la elaboracign, ie Carrs earketet demostrativo (y no de mera Orien- de principios de pod aa efectivoa la actuacién de estos prin. tacién politica) como € felectura erftica de leyes ordinarias que ha cipios a través saree autonomo en una jurisprudencia muy rica ae econniesconal En 2 Ambito de la actuacion de los citados principios se puede mencionar: - ae 1) haber asegurado que dentro de la prevision constitucional del principio de legalidad y dela prohibici6n de retroactividad de lasnormas penales incriminadoras (art.25 Const. it.) se comprende también el principio de reserva (tendencialmente absoluta) de leyy el principio de taxatividad o suficiente determinacién, 2) haber construido, junto al principio de responsabilidad por el propiohecho, tambiénel principio de responsabilidad por el propio hecho culpable o principio de culpabilidad (art. 27. 1 Const. it). 3) haber elaborado también en materia penal el principio cons- titucional de racionalidad y como corolario del principio de igualdad el de proporcionalidad ( art. 3.1 Const. it). haber enriquecido el principio (expresamente previsto porla Constitucién) de la finalidad reeducativa de la pena a través del art. 3. Const. (igualdad sustancial) para darle un conteni- do de solidaridad social que lo estructure como un principio de resocializacion. haber construido el principio de ofensividad, o de necesaria lesividad del delito como principio de rango constitucional que tiene actualmente una dimensién que se coloca a medi camino entre los principios argumentativos y los demostra- Eee sede que es posible que evolucione en el futuro ys* ! un instrumento técnico mas fuerte y util que ie i 2 Corte realizar un control de legitimidad sustancial @ politica criminal del Parlamento. algunos excesos y limites culturales és ‘os reciente"*. 4 5 —— "" Sobre ello tamb én PALAzz0, Introduzione ai principi, cit., pp. 142-145. 312

You might also like