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I. LOS ORIGENES DE LA BIOETICA 1. UN NACIMIENTO “DE DOBLE ORIGEN”. 2, ANTECEDENTES HISTORICOS. 3. EL MOVIMIENTO BIOETICO. 4. Los AMBITOS DE REFLEXION Y LA METODOLOGIA DE LA BIOETICA. 5. BIBLIOGRAFIA. 1. UN NACIMIENTO DE “DOBLE ORIGEN” 1 término “bioética” aparece, por primera vez, en dos publicaciones de los lafios 70, cuyo autor es el oncélogo estadounidense Van Rensselaer Potier (Potter, 1970; 1971). La bioética se configuraria, segtn Potter, como una nueva disciplina que est en condiciones de combinar “el conocimiento biolégico con el conocimiento del sistema de valores humanos”, y cuyo objetivo es la supervi- vencia de la especie humana, las naciones y las culturas mediante la promocién de un 6ptimo cambio ambiental (bioética global). La exigencia de semejante reflexién surge por consiguiente del temor de que el progreso cientifico y los cambios del contexto cultural puedan causar dajio a la humanidad y a Ja tota- lidad del ecosistema, poniendo en peligro su propia existencia. Unicamente la reunificacién (bioética como “puente”) del saber cientifico con el saber huma- nista estarfa en condiciones de asegurar un uso adecuado de los conocimientos técnico-cientificos y salvaria al mundo de la catastrofe (bioética como “ciencia ts BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro de la supervivencia’), teniendo como horizonte de referencia la biologia para la identificacién de los nuevos fines morales. Si bien la idea original de bioética pertenece a Potter, e! desarrollo sucesivo de esta disciplina se debe -siempre en los Estados Unidos- a André Hellegers, ginecdlogo y obstetra, que introduce el término “bioética” en el mundo académi- co, en las ciencias biomédicas, en la politica y en los medios de comunicacién. Nombrado en 1971 para dirigir el Kennedy Institute for the Study of Human Re- production and Bioethics de la Georgetown University, en Washington, Hellegers compara la bioética con una especie de arte de la “mayéutica”, en cuanto estaria en condiciones de captar los valores mediante e} didlogo, produciéndose una confrontacion/sintesis entre la medicina, la filosofia y la ética, y sirviéndose de una metodologia interdisciplinar. Esta interpretacién de las tareas de la bioética es adoptada por la Encyclope- dia of Bioethics, publicada en 1978 por dicha Universidad: la bioética —se lee en Ja conocida definicién- es “el estudio sistematico del comportamiento humano en el Ambito de las ciencias de la vida y la salud, comportamiento examinado a la luz de valores y principios morales” (Reich, 1978). Se trata por tanto del anilisis de los problemas éticos de la biomedicina a la luz de princi ya posee la ética: la novedad viene representada no sdlo por la ampliaci6n del saber cientifico y del uso que del mismo se hace, sino también y sobre todo por la metodologia con la cual esas tematicas se abordan y por la multipti las disciplinas implicadas. 2. ANTECEDENTES HISTORICOS Si bien el nacimiento de la bioética se remonta a los afios 70, la reflexién ética siempre ha estado presente en la practica de la medicina (Sgreccia, 2007). Pen- semos, por ejemplo, en la ensefianza de Hipécrates (siglo Va.C.) y de la escuela hipocratica, que procuré elevar la medicina al rango de ciencia raciona! des- pojéndola de un planteamiento magico-supersticioso, pero no de su dimension moral. Es esto lo que se pone de manifiesto precisamente en el Juramento de Hipdcrates (430 a.C,), que sefiala entre otras cosas: “Regularé la forma de vida de Jos enfermos para su propio beneficio de acuerdo con mis facultades y mi propio juicio, evitando producir dafos y ofensas. A nadie proporcionaré, aun cuando me lo solicite, un farmaco mortal, ni lo sugeriré como consejo; me abstendré igualmente de suministrar a mujeres embarazadas medicamentos abortivos”. 16 Capitulo 1: LOS ORIGENES DE LA BIOETICA Con la escuela hipocratica, la medicina se convierte en una féchné vinculada por una parte con la experiencia concreta y por otra con un planteamiento teérico y metodoldgico que permite comprender e intervenir en la experiencia misma. Esta ensefanza tiene dos fundamentos: a. la visién holistica del enfermo, por Ja cual el objetivo de a medicina es hacerse cargo de la persona y no limitarse simplemente a eliminar las manifestaciones patoldgicas; b. el compromiso de trabajar por el bien del paciente, aliviandolo en relacion con la enfermedad, el sufrimiento y la injusticia (medicina hipocrdtica o de beneficencia). Semejante objetivo puede a veces ser logrado por el médico de una manera autoritaria, con el riesgo de caer en lo que se denomina, con una acepcién negativa, “paterna- lismo médico”. Este planteamiento, que se mantuvo inmutable en la medicina medieval y moderna hasta la primera mitad del siglo XX, condiciona también el contenido de los cédigos deontolégicos. Hasta esa época, en realidad, la medicina de beneficencia compromete al médico a trabajar siempre en el mejor interés del paciente, justificandose a veces incluso la decisién de no dar informacién, manipular la verdad o intervenir sin su consentimiento. Mas atin, en todos los cédigos deontolégicos de la antigiiedad, no est prevista la obligacién del médico de solicitar un consentimiento y la informacién que se da al paciente tiene como Unico propésito convencerlo -sino muchas veces presionarlo- a hacer “su propio bien”, aun cuando éste no se perciba como tal. La atencién otorgada al enfermo 0 al que sufre adquiere un caracter central con el advenimiento del cristianismo. Por otra parte, recorriendo los diversos episodios de la vida de Jestis, relatados en el Nuevo Testamento, se puede ad- vertir facilmente cémo la invitacién a ocuparse del débil y a tenderle una mano esta siempre presente. La Encarnaci6n de Cristo misma constituye un testimonio de la atencién enorme ante el sufrimiento de los hombres y es la asuncién de las esperas, las incapacidades, las necesidades y los limites del hombre. Jests efectivamente hizo curaciones, acepté el dolor fisico y espiritual como medio y sefial de la salvacién, ofrecié el precepto primordial de la caridad con el prdjimo y ordené a sus discipulos y a la Iglesia sanar a los enfermos. La narracién del Buen Samaritano es indudablemente aquella que de ma- nera ms clara alude a la invitacién de Jestis a sanar a los enfermos, y al final de la misma E1 pronuncia una frase que es al mismo tiempo un mandamiento y un programa de accién para su interlocutor, el hombre de todos los tiempos: “Vele y haz ti lo mismo”. Es un mandamiento que encuentra su alimento y su fuerza en el amoral préjimo, ese mismo amor con el cual Jestis amé a los hom- bres. Es un programa de accién que no mira el sufrimiento como un problema que explicar, sino como una situacién que es preciso curar. Y si en el sentido i BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro Ultimo de la parabola del Buen Samaritano esta la llamada al deber de caridad ante cualquiera que esté sufriendo en el alma o el cuerpo, también es verdad que el tema abordado es de tipo estrictamente sanitari E] Buen Samaritano limpia, cura y venda las heridas de un hombre pobre, victima de la maldad de los demas. La medicina se convierte asi no sélo en asistencia, sino también en estudio. La indicacién de Jests -“Vete y haz tii lo misno”- parece estimular los propios conocimientos: una medicina basada en ese mandato evangélico de la caridad, que no se encuentra en la antigiiedad clasica y surge del corazon de quien ama al préjimo como a si mismo. Para responder al mandamiento de Jestis, Ja Iglesia crea hospitales, orga- niza la asistencia sanitaria y contribuye a la elaboracién filosdfica y teolégica del concepto de individuo humano como persona en la plenitud de su dignidad natural (dotado de cuerpo y espiritu) y sobrenatural (destinado a la Gracia y la resurreccion). Por otra parte, no deja de indicar al hombre —el cual debe afron- tar decisiones relacionadas con Ja vida y la salud de si mismo y los demas- el camino a recorrer. En esta éptica se integran las mtltiples intervenciones de la Iglesia en el tema: desde Pfo XII hasta Benedicto XVI, pasando por un compendio especifico de bioética, como es la Enciclica Evangelium vitae de Juan Pablo Il. A finales de la primera mitad del siglo XX, con el conocido proceso de Nu- remberg (1946-1947), durante el cual fueron juzgados los delitos de los médicos nazis por dafio a los prisioneros, result6 evidente que junto a una medicina “para sanar” puede existir también una medicina “para matar”. La denuncia de estos delitos representa hoy todavia un testimonio de todo lo que puede hacer un po- der absoluto desprovisto de toda referencia moral o que se considera duenio de Ja moral misma, contando ademis con la colaboracién de médicos entregados al poder politico. El temor de que pudiese repetirse una experiencia semejante condyjo al desarrollo de una doble reflexién: sobre las obligaciones del médico, mediante la elaboracién de cédigos deontolégicos y declaraciones (en relaci6n con la experimentacién con el hombre, esta el Cédigo de Nuremberg asi como la Declaracion de Helsinki de la Asociacién Médica Mundial), y sobre la tutela de los derechos humanos con la elaboracién -ya en 1948- de la Declaracion Universal de Derechos Humanos. Y sin embargo, con posterioridad al proceso de Nuremberg, la sociedad norteamericana de los afios 60 tuvo que enfrentarse con nuevos experimentos muy parecidos ~en su crueldad~ a los crimenes de los médicos nazis. Son tres los episodios mas impactantes. Entre los afios 30 y 60, se realiza en Tuskgee (Ala- bama) un estudio con 600 trabajadores de color afectados por la sifilis. A pesar de existir la penicilina a partir de los afios 40, no se aplica terapia alguna a 399 18 Capitulo 1: LOS ORIGENES DE LA BIOETICA personas con el fin de estudiar la evolucién natural y mortal de la enfermedad. En 1963, en el Jewish Chronic Disease Hospital de Brooklyn, se inyectan, en el curso de una experimentacién, células tumorales en pacientes ancianos —sin que existiese, entre otras cosas, el consentimiento de los mismos- para verificar las modalidades de difusién del tumor. Y por ultimo, en el perfodo 1965-1971, en el Willowbrook State Hospital de Nueva York, se lleva a cabo una serie de estudios sobre la inmunizaci6n contra la hepatitis viral, inoculandose el virus en algunos nifios huérfanos con grave retraso mental y que estaban bajo tratamiento en el hospital. 3. EL MOVIMIENTO BIOETICO La noticia sobre los reiterados experimentos inhumanos conduce en el afio 1974 al establecimiento, en los Estados Unidos, de una Comisié6n Nacional para la protecci6n de los sujetos humanos en las investigaciones biomédicas y del comportamiento. Entre 1974 y 1978, la Comisi6n elabora pautas para la inves- tigaci6n, formula principios éticos de referencia para la experimentaci6n con seres humanos y da indicaciones para los Comités Eticos dedicados a examinar los protocolos de experimentacion. Los principios anteriormente sefialados -de beneficencia, autonomia y justicia-, incluidos en el Informe Belmont (publicado en el Registro Federal con fecha 18 de abril de 1979), adquieren caracter central en el debate de la bioética (Beauchamp, Childress, 1978). No sdlo la experimentacién con seres humanos influye en el nacimiento del llarnado “movimiento bioético”; también estimulan el debate el alto grado de tecnificacién de la biomedicina, la asignacién de recursos sanitarios y la defensa del medio ambiente, todo esto en un contexto sociocultural caracterizado por la ampliacién de las posibilidades de intervencién médica, el cambio en la relaci6n entre el médico y el paciente y la multiplicacion de los Ambitos de intervencién de la medicina, ahora no sélo preventiva, de diagnéstico y terapéutica, sino también sustitutiva (por ejemplo, con los trasplantes de érganos) y regenerativa (por ejemplo, con la utilizacién de las células estaminales). Con respecto a los cambios en la relacién médico-paciente, se pasa del modelo hipocratico-paternalista, ya comentado, al modelo centrado en el respeto a la autonomfa del paciente. Se manifiesta asi una evolucién desde la busqueda del bien del paciente hacia el ejercicio de la decisi6n por parte del mismo, incluso a costa de poner en riesgo el fundamento mismo de la libertad: la vida, La informaci6n se considera fundamental en el modelo centrado en el 19 BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro respeto a la autonomia y por tanto se orienta tnicamente a la posibilidad de poner al paciente en condiciones de tomar una decision, aun cuando ésta po- dria no ser la mds razonable de acuerdo a su situacién clinica. Paralelamente, se configura -destruyendo la relaci6n entre el médico y el paciente basada en Ja confianza- la llamada “medicina contractualista”, regida por una especie de contrato “estipulado” entre el médico y el paciente. Al enfrentarse al paciente como una persona ante la cual debe defenderse, el médico asume a su vez com- portamientos dirigidos inicamente a evitar las posibles consecuencias legales de sus intervenciones (medicina defensiva). Los tres modelos de la relacién médico-paciente que hemos mostrado pre- sentan, sin embargo, algunas limitaciones: el modelo basado en el respeto de la autonomfa no presta atencién al impacto de la enfermedad en las aptitudes para ejercer esa autonomia por parte del paciente; el modelo paternalista podria ser demasiado autoritario; el modelo contractual es inadecuado para la disparidad de condiciones entre el médico y el paciente. Por estos motivos, se ha propuesto un modelo de medicina centrado en la “beneficencia en la confianza’, en el cual el objetivo comtin es la basqueda del bien del paciente dentro de una relacion de confianza. En ese sentido, se logra el mejor interés del paciente restableciendo su capacidad de ejercer decisiones autonomas si esta capacidad es amenaza- da por la enfermedad. E! didlogo y Ja comunicacién pasan a ser los elementos indispensables para generar esta confianza: el paciente puede expresar sus Pro- pias expectativas en cuanto ala enfermedad o solicitar al médico que acttie en beneficio suyo y lo informe tinicamente en caso de intervenciones importantes y de riesgo. Asf, Jos objetivos que se persiguen son la participacién del paciente en la gestion de su propia enfermedad y la personalizaci6n de los esquemas de tratamiento y los protocolos de asistencia. Analizamos a continuacién otros episodios que han dado origen al movi- miento bioético. » En 1953, Watson y Crick identifican la doble hélice del ADN, y al cabo de més de diez afios se anuncia el descubrimiento de Jas enzimas de restric- cin, que permiten “cortar” el ADN y dar origen a nuevas combinaciones de informaciones genéticas (ADN recombinante). A comienzos de los aos 70, Berg presenta en la Stanford University un experimento que prevé la in- tegracion en Escherichia coli del genoma del virus SV40 (responsable de los tumores en el mono, pero no en el hombre, aun cuando esta asociado con tumores cerebrales en el hombre), pero no contintia con el mismo a causa de numerosas dudas en cuanto a las posibles consecuencias. ¢Qué habria ocurrido, en realidad, si Escherichia coli, huésped habitual de} intestino 20 Capitulo 1: LOS ORIGENES DE LA BIOETICA humano, hubiese escapado a todo control? Para afrontar los problemas re- lacionados con la manipulacién genética, se lleva a cabo en 1973 la Gordon Conference (Asilomar ]) en el curso de la cual dos hombres de ciencia, Singer y Soll, redactan una carta para expresar a la National Academy of Sciences y al Institute of Medicine la preocupacién del Congreso sobre las posibilida- des y los riesgos para la salud publica y solicitan que se tomen medidas de control. La National Academy of Sciences constituye el primer Comité Etico, que elabora una serie de recomendaciones, entre ellas la solicitud de que los investigadores se autorregulen y suspendan los experimentos de ingenieria genética no controlables adecuadamente. Recomienda ademés al National Institute of Health constituir un Advisory Committee permanente para elabo- rar pautas sobre el uso del ADN recombinante y organizar una Conferencia internacional sobre el tema. Es la Conferencia de Asilomar (Asilomar II) de 1975, durante la cual se identifican los experimentos de ingenieria genética que deben someterse a una moratoria internacional. En 1978, el Congreso de los Estados Unidos autoriza la creacién de la President's Commission for the study of ethical problems in medicine and biomedical and behavioral research. La Comisi6n se ocupa de analizar los problemas emergentes de la ingenierfa genética y publica en 1982 el informe Splicing life, en el cual define como exagerado el temor ante las posibilidades de la ingenieria genética e invita a adoptar una actitud responsable. Posteriormente, los problemas relacionados con la genética se amplian al ponerse en marcha en 1988 el Proyecto Genoma Humano, en el cual participan diversos grupos de investigacion e industriales de todo el mundo con el fin de determinar la secuencia del genoma humano. Los temores ante las posibles manipulacio- nes genéticas llevan a la UNESCO a declarar al genoma humano patrimonio simbélico de la humanidad, expresién del reconocimiento de la dignidad intrinseca y la diversidad de los seres humanos (Declaracién Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, 1997), con las consiguientes indicaciones éticas: la prohibicién de discriminaci6n sobre la base de las caracterfsticas genéticas individuales; la tutela legal de la persona en caso de investigacion, tratamiento y diagnéstico en relacién con su genoma,; el derecho a recibir informacion sobre los resultados de Jos diagnésticos; el caracter confidencial de los datos genéticos identificables, conservados o tratados con fines de investigaci6n u otros; la prohibicidn de la clonacién con fines de reproduccién de los seres humanos. En cuanto a la investigaci6n biomédica, se hace una llamada a la responsabilidad de los investigadores, de quienes tienen funciones de decisién en materia de politica cientifica, tanto en el Ambito ptiblico como privado, y de los Estados. ea BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro 22 En 1962, John Meyers, un hombre de 37 afios afectado por una grave in- suficiencia renal, es elegido para ser sometido a didlisis uti izandose el Gnico aparato disponible. En la eleccién del paciente, participa un Comité y entre los criterios de evaluacién se considera la edad, el sexo, el estado civil, la situacién social, los ingresos, el capital, la estabilidad emocional, a instruccién, la ocupacién, el tipo de aportes sociales que ha realizado y las potencialidades futuras. Estan en juego diversos problemas éticos: los criterios aplicables en la seleccidn, el poder de decision de un Comité, el acceso a los tratamientos para el mayor numero posible de pacientes y la existencia de un limite en la utilizacion de equipos salvavidas. En 1967, se realiza el primer trasplante de coraz6n, existiendo ya desde hacia més de diez afios los trasplantes renales. Numerosos factores contribuyen en las décadas siguientes al refinamiento de las técnicas y la ejecucién de intervenciones cada vez mds complejas: la evolucién de la cirugia, la posi- bilidad de experimentacién con animales, el avance de los conocimientos en el Ambito inmunolégico, el descubrimiento de medicamentos eficaces contra el rechazo de 6rganos. Se plantean numerosas interrogantes éticas en cuanto a las modalidades de verificacién de la muerte parala extraccién de 6rganos de un cadaver, las posibilidades de supervivencia del donante vivo, el consentimiento informado del donante y del receptor, y los criterios con que se asignan los érganos disponibles. Y ademis, después de la propuesta de utilizar 6rganos de animales 0 fetos humanos anencefalicos, se discutira sobre el cardcter Iicito de los trasplantes, que -respectivamente- puedan influir en Ja identidad del receptor (por ejemplo, trasplantes de gonadas 0 partes del encéfalo) o instrumentalizar a seres humanos unicamente porque carecen de la corteza cerebral. Las posibilidades técnicas de intervencién en pacientes con insuficiencia de un rgano se estan ampliando actualmente hacia nuevos objetivos, pasando por el hecho de recurrir a las células esta- minales adultas (células madre adultas) u obtenidas a partir de embriones (ver el Informe Donaldson, publicado en el afio 2000 en Gran Bretafia) 0 a Ja llamada “clonacién terapéutica”. En 1968, el Ad Hoc Committee of the Harvard Medical School elabora los criterios para definir la llamada “muerte cerebral’, y en 1975 se expone ante la opinién publica el caso de Karen A. Quinlan, con el propésito de suspender los tratamientos que se le estén suministrando. Se abre asi el debate sobre los temas del final de la vida, relacionados por una parte con el diagnéstico de la muerte, pero también con la extraccién de organos, y por otra con la decision de suspender 0 no la utilizacién de medios de Capitulo I: LOS ORIGENES DE LA BIOETICA soporte vital. A fines de los afios 50, los neurdlogos franceses ya habian identificado una forma de coma muy profundo (coma dépassé), que viene acompafiada por la ausencia de actividad eléctrica del cerebro y por la dis- funci6n irreversible del mismo: la “vida” sélo era posible mediante el uso del respirador artificial. Se plantean asf dos interrogantes: {puede considerarse esta situacién un criterio de muerte, que sustituya el criterio de la muerte cardiorrespiratoria y que permita extraer los érganos atin vascularizados para asf mejorar las perspectivas de los trasplantes? cExiste la obligacién moral de aplicar y mantener los tratamientos de reanimaci6n a pacientes con un cuadro clinico irreversible? En 1968, el Comité de la Universidad de Harvard formula al respecto los criterios para el diagnéstico de la llamada “muerte cerebral”, que deben emplearse tanto para proceder licitamente a la extraccién de érganos como para suspender la aplicacién de medios de soporte vital con el fin de evitar un encarnizamiento terapéutico. No todos estan de acuerdo, sin embargo, en considerar “cadaver” a un sujeto cerebralmente muerto, de tal manera que los criterios son revisados en lo sucesivo por otras Comisiones cientificas. El problema de la suspensi6n de los medios de soporte vital llega a ser objeto de debate -como ya se indic6- con el caso de Karen A. Quinlan, una joven de 21 afios en estado vegetativo “persistente” (EVP) a causa de un grave dafio neurolégico. Conectada con el respirador artificial y alimentada durante cinco meses (septiembre de 1975 a enero de 1976) por via endovenosa, la joven pasa posteriormente a la alimentacién mediante sonda nasogastrica. Ante la persistencia del estado vegetativo y la pérdida de toda esperanza de recuperacién del estado de conciencia en la paciente, sus familiares solicitan desconectar el respirador artificial, justificando la medida con supuestas declaraciones anteriores de Karen en ese sentido. Dada la complejidad del caso, la Corte Suprema de Nueva Jersey determina, en la sentencia del 31 de marzo de 1976, el establecimiento de un Comité ético encargado de evaluar las posibilidades de la joven de salir del EVP y aprobar/desaprobar la decisi6n de suspender la asistencia. Por consiguiente, no se solicita al Comité una valoracién ética sobre la suspensién de la asistencia sino mas bien un juicio pronéstico. Esta solicitud suscita muchas dudas en relacién con la competencia del Comité, teniendo en cuenta, entre otras cosas, que no habia un especialista en neurologia en condiciones de evaluar la situacién clinica. Con todo, después de considerar diversos problemas jurfdicos, se decidié finalmente mantener la asistencia y Karen A. Quinlan sobrevivié hasta el 13 de junio de 1986, dia de su fallecimiento. BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro 24 Es muy parecido, e igualmente conocido, el caso de Nancy B. Cruzan, una joven de 25 afios en EVP después de un accidente automovilistico grave en 1983. En 1986, al cabo de tres afios de alimentacién mediante gastrostomia, los padres de Nancy B. presentan una petici6n de interrupcién de la alimen- taci6n y de la hidrataci6n, considerando, entre otras cosas, que interpretan un deseo de su hija. Ante la negativa de los médicos tratantes, los padres se dirigen en 1987 a la Corte del Condado de Jasper, que mediante sentencia del 27 de julio de 1988 autoriza la suspensién de la alimentaci6n/hidrata- cion, sentencia impugnada por el Procurador General de Missouri, quien indica que debe apelarse ante la Corte Suprema del Estado. La sentencia de noviembre de 1988 niega la autorizaci6n para suspender la alimentacién/ hidrataci6n y los padres recurren a la Corte Suprema de los Estados Unidos, que en una sentencia del 25 de junio de 1990 confirma la sentencia de la Corte Suprema del Estado de Missouri, prohibiendo la suspension de la alimentacién/hidratacion por cuanto no existfan pruebas evidentes de que ésa fuese la voluntad de la paciente. Con fecha 30 de agosto de 1990, los padres se dirigen nuevamente a la Corte del Condado de Jasper, solicitando una nueva audiencia en presencia de tres personas, que segtin los padres habfan escuchado a Nancy B. expresar su deseo de morir en vez de vivir en estado vegetativo. En ese momento, basdndose en pruebas de testigos, la Corte da la autorizacién para la suspensi6n de la alimentaci6n/hidratacion y Nancy B, Cruzan muere el 26 de diciembre de 1990. Apartir de éstos y otros casos parecidos (ver el caso reciente de Terry Schia- vo, también en Estados Unidos, y de Eluana Englaro en Italia), ha surgido una amplia bibliografia, asi como numerosas intervenciones de parte de instituciones nacionales e internacionales al respecto, todas ellas centradas enla pregunta “Qué hacer ante un paciente en EVP?”. En 1978, nace Louise Brown, concebida mediante fecundacién artificial in vitro (FIV) con intervencién de Edwards y Steptoe. Hasta ese momento, el debate ético tenia relaci6n con el caracter licito de lainseminacién artificial, incluyendo el uso del semen del “donante”. La posibilidad de producir seres humanos “en probeta” es considerada por algunos como posibilidad de controlar la naturaleza, mientras otros ternen sus efectos negativos. No son pocos, por otra parte, los problemas planteados por el hecho de recurrir a las técnicas de fecundacién artificial: la pérdida de embriones, la seleccién mediante diagnéstico preimplantacional, la experimentacién con embriones “supernumerarios” (sobrantes), la maternidad subrogada, la deshumanizacion de la sexualidad, del matrimonio y de la procreacién. Con la fecundacién Capitulo I: LOS ORIGENES DE LA BIOETICA artificial, se podia decir que se habia llegado a un total dominio de la vida humana, dominio que ya se habia iniciado con las politicas de control de la natalidad mediante la anticoncepcién, la esterilizaci6n y el aborto. Estos y otros temas eran ya objeto de reflexién en el Ambito de los primeros Centros de bioética: desde el Hastings Center, fundado en 1969 por D. Callahan y W.Gaylin, hasta el Kennedy Institute of Ethics, fundado en 1969 en la Georgetown University, Washington D.C. En!talia, el primer Centro de Bioética universitario nace en 1985 en la Facultad de Medicina y Cirugia de la Universita Cattolica del Sacro Cuore, con sede en Roma, con el fin de promover la investigacion interdisciplinar sobre los problemas éticos de Ja biologfa y la medicina y sus aplicaciones en el Ambito asistencial y social. Posteriormente se cre6, en la misma Universidad, el Instituto de Bioética, que desarrolla una actividad didactica y de investigacion dentro de la Universidad y establece actividades de formaci6n permanente con cursos destinados a Jos trabajadores de la salud y a todos los interesados en los problemas de la bioética. 4. Los AMBITOS DE REFLEXION Y LA METODOLOGIA DE LA BIOETICA Se han venido asi definiendo los Ambitos de reflexién bioética y su meto- dologfa. Ya en 1978, la Encyclopedia of Bioethics identifica cuatro Aambitos de reflexion: a. los problemas éticos de las profesiones de la salud (médico, enfermero, obstetra, farmacéutico, psicdlogo, administrador sanitario, etc); b. la investigacion biomédica y en el campo de las ciencias psicolégicas y del comportamiento, independientemente del alcance terapéutico que puedan tener esas investigaciones; c. los problemas sociales relacionados con la salud publica, la medicina laboral, el control demografico y la salud a nivel interna- cional; d. la vida y la salud del hombre en relacidn con la vida del ecosistema, incluyendo los experimentos con animales y la defensa del medio ambiente. ‘Al cabo de més de quince afios, en la segunda edicién de la Encyclopedia of Bioethics de 1995, esa delimitaci6n ya no parece ser suficiente, tanto asi que Daniel Callahan -en el término Bioethics- manifiesta la dificultad para definir un campo en permanente evolucién. La bioética, en realidad, ya no es exclu- sivamente materia del mundo de la salud, sino que también ha entrado en el Ambito del debate legislativo y politico, asi como en la filosofia, la literatura, la pedagogia, las ciencias sociales y los medios de comunicacién. La bioética ya no esta circunscrita puramente dentro del mundo académico, sino que ahora abarca enteramente a la colectividad. BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro Por otra parte, los problemas bioéticos son de tal importancia para la hu- manidad que exigen ser abordados de manera continua y competente y deben considerarse también en las etapas de formacién de las nuevas generaciones para despertar en éstas la conciencia de Jas transformaciones que se estan produciendo y proporcionarles los instrumentos de evaluacién para sus futuras decisiones. Asi, seria preciso favorecer la difusi6n de la cultura bioética o -mejor dicho- proyectar una educacién para la bioética. Temas como la persona, el significado de la vida y de la muerte, la procreacién, la familia, la solidaridad y el respeto por el medio ambiente -por citar sdlo algunos- siempre han sido parte integrante del bagaje de informacién y formacién del individuo. La novedad que hoy es preciso abordar es la interpretacién de estos fenémenos, que tiende a ser modificada por la evoluci6n del saber cientifico y el uso que del mismo se hace. El problema de la metodologia en la bioética es muy complejo y requeriria una mayor profundizaci6n antes de abordar cada una de las problematicas de interés bioético. El concepto de multidisciplinariedad (la bioética como ciencia multidisciplinar) ha sido sustituido progresivamente en el tiempo por el concepto de la interdisciplinariedad: el cardcter estatico de la yuxtaposicién de diversas disciplinas es sustituido por el caracter dindmico de la convergencia de discipli- nas, que si bien tienen condiciones epistemoldgicas y Ambitos de investigacién diferentes, deben integrarse en una perspectiva epistemolégica y de valores uni- taria. Por otra parte, con una simple coordinacién de las disciplinas implicadas, se corre el riesgo de que no exista una verdadera integraci6n entre los saberes. Sin embargo, la unificacién del saber, propia de la cultura universitaria desde la Edad Media, es de dificil realizacién en el momento actual, hasta el punto que aquello que en el pasado se consideraba el punto de partida hoy debe asumirse como objetivo a alcanzar. De aquf surge el compromiso de ir a Ja rafz de la unidad de} saber -el hombre y la moralidad intrinseca de su ser y su conocer- y salir de la rigidez de las disciplinas especificas para organizar los diversos saberes en torno a micleos conceptuales articulados con mayor flexibilidad yen tension dindmica entre ellos. 5. BiBLioGRAFiA BeauchamP TL., Critpress J.R., Principles of biomedical ethics, Oxford University Press, New York 1978; Jonsen A.R., The Birth of Bioethics, Oxford Univ. Press, New York 1998; Porter V.R., Bioethics: the science of survival, Perspectives in Biology and Medicine 14(1970), pp. 127-153; Porter V.R., Bioethics: bridge to the future, 26 (Capittio 1: LUS URIGEIVES UE LA BIUE LILA Prentice Hall, Englewood Cliffs (NJ) 1971; Reicn WT. (@ cargo), Encyclopedia of bioethics, 4 vol., Free Press, New York 1978, Simon & Schuster-MacMillan, New York 1995; Screccia E., Manuale di bioetica, vol. |, Vita e Pensiero, Milano 2007. ee I. LAIDENTIDAD DE LA BIOETICA 1, GEL ESTATUTO EPISTEMOLOGICO DE LA BIOETICA? 2. CIENCIA Y ETICA. 3. EL METODO TRIANGULAR. 4. BIBLIOGRAFIA. 1. éEx Estatuto EpisteMoLocico De La Biogtica? if EF la bioética una nueva disciplina o una rama de la ética tradicional? Si la G bioética es una nueva disciplina, édebe referirse a nuevos principios? Se apoya la bioética en un método cientifico o es puramente una recopilacién de opiniones? En otras palabras, écudl es la identidad de la bioética? Para delinear la identidad de una disciplina, es preciso ante todo identificar su objeto formal (el punto de vista adoptado), su objeto material (el objeto de estudio) y su método. En la definicién de bioética dada por la Encyclopedia of Bioethics de 1978 “estudio sisterndtico del comportamiento humano en el Ambito de las ciencias de la vida y de la salud, comportamiento examinado a la luz de valores y princi- pios morales”- es posible identificar como objeto material “el comportamiento humano en el campo de las ciencias de la vida y de la salud”, como método “el estudio sistematico” y como abieto formal “los valores y los principios morales”, 28 Sin embargo, esta definicién de bioética presenta dos limitaciones: 1. No aclara de qué manera se quiere analizar el comportamiento humano ni si se trata de un enfoque sociol6gico (cémo se acttia) 0 de la ética practica (como se deberfa actuar); 2. La referencia a “valores y principios morales” es genérica y parece vincular la reflexion biolégica con un determinado planteamiento ético, que de hecho se identificé en el llamado “principialismo” norteamericano. Se trata de tres conocidos principios (de autonomia, de beneficencia/no maleficencia y de justicia), teorizados por Beauchamp y Childress y referidos también en el Informe Belmont. El objetivo tiltimo es poner a disposicién de todos un “lenguaje comin’, prescindiendo de la referencia a las diversas teorias élicas y dando indicaciones concretas a los trabajadores de la salud y a todos los encargados de tomar decisiones. » Elprincipio de autonomfa nace en contraposicién con el paternalismo médico ysittia en la base de la accién -sobre todo en Ja relacion médico-paciente- el respeto por las opciones personales, por las preferencias y por la libertad de eleccién del sujeto, que debe sin embargo estar en condiciones de enten- der y querer, de adquirir informacién y de actuar de manera coherente. El principio de autonomfa es aplicable en algunas situaciones (determinacién del consentimiento informado; rechazo consciente de los tratamientos; comunicacion de la verdad al paciente; decisién de interrumpir el emba- razo; expresién con anticipaci6n de la propia voluntad en relacién con los tratamientos para poner fin a la vida), pero no en otras desde el momento en que puede entrar en conflicto con deberes iguales 0 mis fuertes (tutela de la salud publica; costos elevados para la sociedad). > El principio de beneficenci: maleficencia implica, por una parte, el compromiso del médico con la prevencién, con Ja eliminacién del dolor 0 la enfermedad y con la promocién del bien del paciente (en el diagndstico y enlas decisiones terapéuticas; én la terapia del dolor; en la donacién de 6rganos, etc.), y por otra el compromiso de no causar dafio (primum non nocere), como, por ejemplo, con intervenciones fiitiles. Semejante principio, que en algunos casos podria traducirse en paternalismo médico, no puede aplicarse cuando esta en juego el mejor interés del paciente y se pone en peligro su propia vida (por ejemplo, en caso de extraccién de érganos de personas vivas, de la experimentacién no terapéutica 0 de la solicitud de eutanasia 0 del suicidio asistido). > Elprincipio de justicia se basa en la equidad social y en la solidaridad humana, en la divisin de los bienes y las cargas 0 gravamenes. Se hace referencia et al principio de justicia cuando es necesario asegurar los tratamientos a un enfermo 0 al definirse la prioridad en la distribuci6n de recursos en el 4mbito de la salud 0, en general, en la racionalizacion de las intervenciones médicas. Existen con todo algunas situaciones en las cuales el principio de justicia no es de facil aplicacién. Por ejemplo, 2a cudntos y a cudles tratamientos se tiene derecho? éCémo deben seleccionarse los receptores en caso de trasplante de organos? éCudl debe ser el comportamiento de la sociedad en caso de enfermedades causadas por los propios estilos de vida? La inserci6n de estos tres principios en una teoria ética plurivalente —deon- toldgica y teleolégica al mismo tiempo- es motivo de situaciones de conflicto. Como comportarse en estos casos? éEs preciso evaluar las consecuencias del propio actuar (consecuencialismo) o -segtin los casos- elegir la accién que pa- rezca mejor (intuicionismo) y por lo tanto apremiante? Asi, la conviccién de quienes han sostenido el principialismo, pensando haber encontrado un método valido para todo problema ético en el campo biomédico, ha sido desmentida en muchas ocasiones. Se refiere a continuacién un caso Clasico de la bioética, que muestra claramente tanto la posibilidad de conflicto entre los diversos principios como el hecho de que la referencia a un principio (principio de autonomia) mds bien que a otro (principio de beneficencia/no maleficencia) conduce a soluciones distintas e inconciliables entre sf. En noviembre de 1981, en Gran Bretafia, el Doctor Leonard Arthur, un es- timado pediatra, prescribe a un neonato, afectado por el sindrome de Down y rechazado por su madre, dihidrocodeina (un analgésico opioide) y tratamientos de enfermeria aun cuando él necesita otras terapias. E] neonato muere y el Doctor Leonard Arthur es acusado de tentativa de homicidio. Con todo, en el proceso consecutivo es absuelto de la acusacién. Es de gran interés ver como el problema se plantea de distinta manera en la acusacién y en a defensa. Hay una referencia al principialismo, pero se parte de distintos principios: del principio de beneficencia/no maleficencia para la acusacién; del principio de autonomia para la defensa. 30 CASO ARTHUR: LA CONSIDERACION MORAL PARA LA ACUSACION (la preponderancia del principio de beneficencia) CASO ARTHUR: LA CONSIDERACION MORAL PARA LA DEFENSA (la preponderancia del principio de autonomia) > Capitulo % La WEN LIDAU Ue La DIUEHLA, Todos los seres humanos tienen el derecho fundamental a ta vida. Corolarios: es inaceptable matar; es inaceptable negar proteccién. Los médicos, con los pacientes, y los padres, con los hijos, tienen un deber de proteccién. Habria sido inaceptable la conducta del Doctor Arthur con un neonato sano rechazado por los padres. Habria sido inaceptable con un nifio afectado por el sindrome de Down, rescatado, por ejemplo, a raiz de un accidente de trfico. El neonato afectado por el sindrome de Down es por consiguiente un ser humano del mismo modo que lo es el neonato sano 0 un nifio con disca- pacidad integrado en la sociedad. Aun cuando es un deber del médico preservar la salud de los pacientes, puede haber situaciones en las cuales (discapacidades neonatales) no se justifica una intervencién para aumentar la posibilidad de supervivencia. Semejantes vidas, cuando se salvan, pueden resultar de calidad deficiente. Semejantes vidas imponen una carga econémica considerable a los padres, los tutores 0 el Estado al ser rechazados los nifios. No se excluye la posibilidad de que algunos padres puedan considerar enriquecedora su responsabilidad con estos nifios a raiz de lo cual algunos de ellos puedan tener posteriormente una vida digna de ser vivida. | En circunstancias tan variables, por consiguiente, son los padres las personas mis indicadas para decidir y seria arrogante y cruel de parte de! médico u otras personas imponer una decisién en contrario. = =) 31 BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro Est claro, por consiguiente, que de este modo el principialismo conduce a una ética de situacién y por lo tanto al relativismo mas absoluto. Tenemos tam- bién una posible consecuencia relativista en la llamada “casuistica”, un enfoque de bioética clinica que analiza los casos concretos a la luz de cuatro elementos: las indicaciones médicas, las preferencias del paciente, la calidad de vida y el contexto. Una vez desentrafiada la morfologia del caso sometido a examen, se pasa a la comparacién con otros casos parecidos para evaluar semejanzas y diferencias y llegar a una posible conclusién. Si bien en teoria este enfoque es lineal, en el momento de aplicarse puede presentar dificultades que conduzcan aconclusiones distintas a las teorizadas y con riesgo de estar enteramente condi- cionadas por la situacion. Por otra parte, no tiene sentido hablar de beneficencia © justicia sin aclarar previamente el significado del término “bien”, del valor de la persona y su vida fisica y de la extensién y los limites del ejercicio de la libertad. Los Ifmites y las consecuencias de la primera definicién de bioética han conducido por una parte a su revisién y por otra a desplazar la reflexi6n desde los problemas hacia los fundamentos de 1a biostica. Y de hecho la Encyclopedia of Bioethics de 1995 define la bioética como “el estudio sistematico de las dimensiones morales -incluyendo la visién moral, las decisiones, la conducta y las politicas- de las ciencias de la vida y de la salud, utilizando diversas metodologias éticas con un planteamiento interdisciplinar”. Se redefinen de este modo el objeto material (las dimensiones morales —incluyendo la vision moral, las decisiones, la conducta y las politicas— de las ciencias de la vida y de la salud) y el objeto formal (diversas metodologias éticas con un plantea- miento interdisciplinan), sin alterarse el método (estudio sisternatico). Se asiste al mismo tiempo al paso del paradigma de los principios (“qué deberfamos hacer”) al paradigma de las virtudes (“qué personas deberfamos llegar a ser”). Con la éti- ca de las virtudes, se quiere poner el énfasis en la experiencia del hombre como sujeto moral: la motivaci6n y la disposicién de la persona que acttia y al actuar manifiesta y potencia sus propias cualidades morales. Sin embargo, por cuanto en el planteamiento norteamericano no hay todavia una referencia a una teoria ética como fundamento, se presentan nuevamente las mismas dudas suscitadas por el principialismo y ademés las virtudes parecen ser un contenedor vacio: écudles y cuantas virtudes? {Como se garantizan las virtudes y qué virtud predomina en caso de conflicto? éTienen las virtudes sélo valor instrumental? Una vez definidos el objeto material, el objeto formal y el método de la bioéti- ca, es necesario aclarar otros aspectos: des verdad, como algunos sostienen, que la bioética es una disciplina inttil? Se concibe o no la bivética en continuidad con la ética tradicional? {Cual es la relacién entre bioética y teologia? 32 Capitulo 2: LA IDENTIDAD DE LA BIOETICA E] debate sobre la inutilidad de la existencia de esta nueva disciplina data de fines de los aftos 80 y surge de la constatacién de que los temas de los cua- les la misma se ocupa son ya en parte objeto de interés de la ética médica, la deontologia y la medicina legal. En 1991, hubo una tentativa de aclaracién de las relaciones entre bioética, ética médica, deontologia y medicina legal con la elaboraci6n del llamado “Documento de Erice”. La ica de hecho se define como “el andlisis racional de los problemas morales relacionados con la biomedicina y de su conexién con el derecho y las ciencias humanas” con el fin de orientar la conducta personal, el derecho implicito y los cédigos deontolégicos. Se definen por tanto la especificidad (tipo de problemas que enfrenta, naturaleza de las instancias éticas, metodologia utilizada), los instrumentos [el andlisis de Ja naturaleza del hecho biomédico (momento epistemolégico); las implicaciones para la persona (momento an- tropolégico); la identificacion y la justificacin de las “soluciones” (momento aplicativo)] y la naturaleza de las competencias (formacién basica en una de las areas implicadas y profundizacién calificada de las otras). La deontologia se ocupa en cambio de la profundizacién y actualizacién de las normas y re- glas de conducta profesional en relacién con tres érdenes de normas (normas morales, ligadas con la bioética, normas deontolégicas y normas juridicas), mientras que la medicina legal es el estudio de los contenidos bioldgicos y médicos de las normas jurfdicas para una mejor interpretacién, aplicacién y desarrollo, y requiere una competencia especifica en el Ambito de la respon- sabilidad profesional sanitaria. La bioética no puede por tanto identificarse ni con la deontologfa ni con la medicina legal. Quienes estiman que la bioética no puede considerarse una prolongacién de la ética tradicional presuponen que desde el momento en que ha cambiado el proceder humano es necesario también un cambio en la ética (Jonas). Por consiguiente, ya no parece posible hacer referencia a la ética tradicional, sino que seria necesario recurrir a otras categorias éticas, entre ellas la “calidad de vida” (Singer), que se contrapone a la “sacralidad de la vida’. Si se considera que la bioética no es una nueva ética y que existe un alto riesgo de identificar lo “nuevo” con lo “bueno”, es preciso también destacar que no existe conflicto alguno entre la “sacralidad” y la “calidad” de la vida, siempre que esta ultima no se entienda tinicamente como mero parametro de humanidad. El problema de la relacién entre bioética y teologia pasa por fases alternas: presente en el debate bioético desde su nacimiento, a pesar de ser sus interpre- taciones a veces muy discutibles (ver Rahner, Fletcher), la teologia es expropiada por todos aquellos que no la consideran el lugar indicado para el debate bioético 33 BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro (Hellegers, Callahan). Por otra parte, hay quienes sostienen -sobre todo en el Ambito catdlico- que sdlo es posible hablar de bioética a partir del dato de fe. Sin embargo, ciertamente, no hay contraposicién alguna entre teologia y bioética o -mejor dicho- entre reflexion teolégica y reflexién filosdfica: “La fe y la razon -escribe Juan Pablo Il en la Enciclica Fides et ratio- son como las dos alas con las cuales el espfritu humano se eleva hacia la contemplaci6n de la verdad”. La teologfa moral afronta los temas de la bioética a la luz de la Revelacién cristiana, especificada por el Magisterio de la Iglesia, y tiene validez propia en el Ambito de la comunidad de los creyentes aun cuando muchas de sus conclusiones coinciden con las de la filosofia moral. Sin embargo, seria inadecuado para Ja fe misrna negat la legitimidad y la necesidad de una reflexién racional y filos6fica sobre la vida humana y sobre la licitud de las intervenciones biomédicas en el hombre. La vida humana es ante todo un valor natural, racionalmente reco- nocido por todos aquellos que no se mueven por prejuicios. El valor de la vida humana adquiere un caracter precioso mediante la Gracia y el don de! Espiritu Santo, pero no deja por este motivo de ser para todos -creyentes o no-un valor intocable. Es éste, por ejemplo, el principio expresado por la Congregaci6n para Ja Doctrina de la Fe en la Declaracién De abortu procurato, en la cual se reitera que lailicitud del aborto es comprensible no s6lo para los creyentes, sino también ala luz de la mera raz6n, que también esté encaminada a exigir el respeto por la vida humana “basdndose en el andlisis de lo que es y debe ser una persona”. La bioética es por tanto una nueva disciplina con un objeto formal bien definido, un objeto material y una metodologia. 2, CIENCIA Y ETICA éPor qué motivos es necesaria una reflexién sobre el proceder humano en el Ambito de las ciencias experimentales? Para responder esta pregunta, analice- mos algunos pasajes de una novela de Robert Cook, Cromosoma 6, en la cual se relata la historia de un investigador —Kevin- que modificando un segmento del brazo corto del crornosoma 6, crea animales transgénicos y compatibles con el ser humano, de los cuales derivan los genes. Los animales modificados de este modo, los monos bonobo, se convierten en depésitos de érganos para los xenotrasplantes. El hallazgo de un cadaver horriblemente mutilado de un jefe de la mafia y la posterior autopsia, que revela una inexplicable operaci6n de tras- plante de higado, arrojan luz sobre obscuros negocios: los intereses econ6micos 34 Capitulo 2: LA IDENTIDAD DE.LA BIOETICA y de poder, de quienes administran el negocio, se entrecruzan con el temor del investigador de haber llegado “demasiado lejos” con sus manipulaciones gené- ticas y de haber creado una raza de monos “humanizados”. Leamos el didlogo entre Kevin y Jack, que pide aclaraciones sobre la investigacién del primero. “Sin querer he dado el fuego a ciertos animales —agreg6é Kevin-. He descu- bierto por azar el modo de intercambiar algunas particulas de cromosomas, sobre todo el brazo corto del cromosoma 6, de una célula a otra y de una especie a otra” (...). “Y lo que en realidad obtenias ~prosiguié Jack- era la fuente perfecta de un 6rgano de trasplante para un determinado individuo”. “Exactamente. No era lo que tenia en mente al comienzo. Soy sdlo un investigador, un tedrico; pero el potencial econémico me impulsé a poner en practica la teorfa”. “iGenial, extraordinario! -exclamé Jack-. Pero es algo que da miedo”. “Mas que miedo. Existe el riesgo de que sea una tragedia”. Hay dos pasajes relevantes en este fragmento: “mas que miedo, existe el riesgo de que sea una tragedia” y “soy sdlo un investigador, un tedrico”, Estos pasajes son sintoma, por una parte, de malestar, y por otra de una separacion errénea entre la ciencia pura y la ciencia aplicada. “Mds que miedo, existe el riesgo de que sea una tragedia”. No se puede negar que a partir de la segunda mitad del siglo XX ha habido grandes con- quistas en el campo cientifico y tecnolégico: la ciencia y la tecnologia han permitido conocer la estructura, las funciones y las dinamicas evolutivas de los seres vivos y han abierto nuevos caminos para mejorar las condiciones de vida del hombre. “Ciencia y tecnologia”: porque la tecnologia debe procurarse un saber cierto, una “ciencia” de la naturaleza con el fin de imitarla, reproducirla, corregirla, proporcionando los instrumentos para observar, medir o reproducir artificialmente, y la ciencia no puede prescindir de su brazo operativo, la téc- nica. Siendo un gran testimonio de capacidad, tes6n e inteligencia humana, la cienciay la tecnologia pueden, sin embargo, volverse contra el hombre y contra la naturaleza, creando también desde la desilusion y la angustia hasta llegar al temor de perder el control sobre la realidad que nos rodea. Y asi, después del orgullo prometeico del hombre que no acepta “ser hecho”, se asiste a la vergitenza prometeica del hombre que no ha calculado las consecuencias de su propio proceder soberbio e irreflexivo. Después de haber considerado la naturaleza como “material” inerte y de trayectos previsibles, susceptibles de repensar, reconstruir y manipular, el hombre corre el riesgo de convertirse en “esclavo” de sus propias conquistas. Es incapaz, sin embargo, de percatarse de su propia esclavitud. Puede ser “esclavo” y “amo” 35 BIOETICA, EDUCACION Y FAMILIA / Maria Luisa Di Pietro al mismo tiempo y estar en condiciones de reducir a esclavitud, discriminar y tratar como “cosa” a otros seres humanos. Por otra parte, si el hombre es considerado una “cosa”, es posible utilizarlo como medio para alcanzar fines ajenos a él mismo. Y en este caso el orgullo y la vergiienza Negan a mezclarse necesariamente con la mentira. La mentira es por otra parte un modo de acallar la vergiienza. Por ejemplo, negar que los embriones humanos -aun cuando tienen una naturaleza humana— deban tratarse como “personas” significa buscar una justificaci6n para privarlos de esa tutela a la cual tienen derecho. Una operacién simple: no se utiliza el término “persona” como sustantivo, sino como adjetivo calificativo: la “persona” ya no se identifica con el ser humano, sino mas bien con ese ente humano o no humano que posee determinadas caracteristicas biolégicas (individualidad, actividad unificadora del sistema nervioso, capacidad de sentir dolor) o psico- sociales (racionalidad, conciencia autoconsciente, relacionalidad, capacidad de comunicaci6n, capacidad, etc.). La division entre ser humano y ser personal Ilevé luego al reduccionisrno biolégico del ser humano: considerado un conjunto de células y genes, despojado de su naturaleza de ser, el hombre es tratado como cualquier otra especie viviente, incluso de un nivel muy bajo de evoluci6n. Son prueba de esto las tentativas de clonacién, de partenogénesis, de ectogénesis, que por lo demas no son parte de Jos modelos reproductivos de ningtin mamffero: modalidades de desarrollo e instrumentos concebidos y utilizados para especies animales con bajos niveles de evolucién se proponen y aplican ahora al hombre. Se trata de un reduccionismo cuya etiologfa se puede encontrar en las modalidades de aproximacién a la realidad de las ciencias experimentales y la tecnologia. E] método experimental (observacién de los fendmenos, hipédtesis interpretativa, verificacion experimental, evaluacion de los resultados) tiene de hecho una validez intrinseca propia y permite la acumulacion de conocimientos, pero también tiene su propio limite intrinseco: debe hacer referencia a datos empiricos, susceptibles de ser observados y comparados sin que se pueda mi- rar “mas alla”, En la Optica del método experimental, se procura comprender el cuerpo humano mediante el estudio de la estructura (anatomfa), las funciones (fisiologfa), la estructura celular (biologia y bioquimica), los mecanismos regu- ladores y activadores (neurologia inmunologfa), la estructura de los érganos y sus funciones y una serie de enfermedades: un conocimiento que reduce el hombre a mero conjunto de manifestaciones extrinsecas. Por su parte, el enfoque tecnolégico tiende a fragmentar e] cuerpo humano en sus components, desinte- grandolo en las funciones especificas hasta perder la vision unitaria del mismo: 36

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