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| Folleto E, ¥. C. 39-4 Precio: § 1.50 A mi HUA €N EDAD DE TENeR NOVIO POR PEDRO SEMBRADOR Mil veces mejor muerta que casada con un masén. Dos mil veces mejor muerta que’ CON LAS DEBIDAS LICENCIAS 1968 — ba. EDICION ——— CUANDO QUIERA UD. ALGUN FOLLETO E.V.C. PIDALO A LAr SOCIEDAD E.V.C—APARTADO POSTAL 2707 MEXICO, D. F. ‘A LOS PADRES DE FAMILIA Y A LOS MAESTROS En el Folleto E.V.C. No. 87 titulado “LA EDUCACION SEXUAL- ¥Y LA DOCTRINA. CATOLICA”, escrito especial mente para log padres y maestros, después de haber explicado la necesidad que hay de instruir a su tiempo a los nifios, en las cosas qe se refieren a la propagacién de la vida, para apar- tarlos de los terribles peligros que la ignorancia en tales cosas Significa para ellos; después de haber probado que la gram guardiana de la pureza, la Iglesia Catélica, no prohibe tal ins- truccién, pues que ella nunca ha aceptado que ignorancia sea sinénimo de inocencia, sino que, por el contrario, quiere que ge imparta esta instruccién siempre que se haga de una ma- mera acertada, a saber: —principalniénit® por los padres; —a su tiempo; —individualmente; —y sobrenaturalizindola; des- pués de lo anterior decimos, dimog toda la instruccién necesa- tia para que log padres y maestros pudieran cumplir con este eacratisimo deber. Gracias a Dios, ese Folleto ha tenido muy buena acepta- cién; pero como muchos padres de familia y maestros, nos han solicitado publicdéramos algo que pudieran poner en manos de . los jévenes, hemos escrito 2 folletos mAs: el No. 38 dedicade a los jovencitos y el No. 39 dedicado a lag nifias y sefioritas. Quisiéramos que fueran principalmente los padres de fa- milia quienes pusieran estos Folletos en manos de sus hijos, En este Folleto No. 39, creemos haber dado toda la ins trucci6n que acerca de estas cosas necesita recibir una joven desde los 12 afios, hasta antes de casarse. _ _ Aunque pensamog ha sido escrito en forma tal, que no re- ulte perjudicial su lectura a ninguna edad, por corta que ésta sea, dejamos al sensato criterio de los padres, el escoger el momento oportuno para ponerlo en manos de sus hijas. Para facilitar su divulgacién se publica también dividido en 4 partes cuyo contenido va indicado en las paginas 1 y 2 de este Folleto y que se pueden obtener -aisladamente. Estas partes se titulan: . —A mi hija a los 12 afios. (8 pAginas). A mi hija a los 14 afios. (28 paginas). —El Sexto Mandamiento, (16 péginas). —A mi hija en edad de tener novio. (20 paginas). > Terminamos estas advertencias recomendando a los padres . que ellos mismos lean este Folleto con cuidado y que, cuando #ea oportuno, cambien impresiones con sus hijas acerca de lo que va expuesto en él. . CONTENIDO DEL FOLLETO E. V. C. 89 Folleto BE, V. C, Néim, 39-1 La mas importante resolucién aue debes tomar en la vida Camo debes leer este Folleto . A MI HVA A LOS 12 ANOS A MI HIJA A LOS 13 ANOS . IMPRIMATUR ....... Folleto E. V. C. Nim. 39-2 A MI HIJA A LOS 14 ANOS ....... seer eee Los dos principales peligros de una adolescente - El primer peligro que encuentra en su vida una joven: cita: las maldg amigas ......6eeeee eee eee eee eee —Criterio recto acerca de las diversiones ¢n genera} —Las malag conversacioncs —las malas lecturas —Los malos especticulos —los bailes inmorales El] segundo y mayor peligro ‘de la felicidad de una jo- ven: el hombre eee ee rere eee reece —La atraccién sexual és “la “fuente "del * peligro que significa el hombre para una joven ....... —Cémo Ja atraccién sexual Hevando a las familiarida- des viene a ser para la joven un peligro tremendo —-Fatales consecuencias de las familiaridades . —Muche desprestigian a las sefioritas . —son causa de atroces enfermedades —son causa de la deshonra y del naeimi fios com todas sus fatales consecuencias ..... —son causa del crimen atroz del infanticidio .. —Manera de evitar los peligros que significa el hom- bre para una joven ......-....: ss eee e eee n ees 1—Deben darse cuenta las jévenes de que realmente las familiaridades con los hombres significam para elias un terrible peligro No es exacto que una_sefiorita pueda refrenar las familiaridades de un joven en un momento dado .. La mas absurda frase para legitimar lo malo: es To que se acostumbra ..............e tenons tees La juventud no ha sido hecha solamente para el placer y Para el AMOK ....... sees eee een yess Ex falso que si las sefioritas no freeyentan el trato , con los jéveneg pierden su virilidad .....,..+..- 2—Deben las jévenes para evitar el peligro que es pa- va ellas el hombre, obedecer el 60. Mandamienta .. 29 30 31 83 34 35 2 Folleto E. ¥, Cs Nam, 39-3 Folleto E. V. C. Nim. 39-3 El Sexto Mandamiento: “No Fornicards” ............. 36 —Qué cosa es Ja pureza.—Su excelencia .... —Lo que ordena y lo que prohibe el Sexto Mandamiento 36 ——Lo que prohibe el Sexto Mandamiento: 3.—las pala- bras, conversaciones, etc, deshonestas, 4——Las mi- radas deshonestas. 5—Las acciones deshonestas. 6.—Las malas compaiilas. 7.—Los bailes inmorales. 8.—Las familiaridades eon personas de sexo dife- rente, 9—La destemplanza, e] vino. 10.—La ocio- sidad. 12—Las modas_ deshonestas wees —Lo que ordena ef Sexto Mandamiento: al principio de la tentacién. 2.—Recordar la presen- cia de Dios. 3—Orar con fervor, 4—Frecuentar los Sacramentos de la Confcsién y Comunién. 5.— La mortifieacién ....... secre eee eens 43 Resumen de lo que debe’ hacer una joven para vencer el peligro que significa para ella el hombre . eee 45 Folleto E. V. C. Nim. 39-4 A MI HIJA EN EDAD DE'TENER NOVIO .... an —El deseo desordenado de casarse ....... . -~Eleccién del novio ........ tees —Cualidades de un buen novio .. —Cémo dehen ser los noviazgos A MI HIJA ANTES DE CASARSE ~—Excelencia del matrimonio Cristiano ... —Fin del matrimorio Cristiano . 36 —E1 divorcio —maldita aberracién diabélica ....... 52 ~Difereacia entre el matrimonio eclesiastico y el matrimonio civil .../.....-.-....--.- bo —Diferencia entre el divorcio y la separacién conyugal ........-e —Razones para condenar el divorcio . —La principal razén de orden practico es que frustra el fin primordial del matrimonio 61 —Otras razones de orden practico para condenar @] diVOrcio oo ee este ete teeter neeneaaeeecs 62 La razén de orden diving para condenar el divoreto 62 —La Iglesia Catélica nunca ha concedido un divorcio 63 —Tristisima condici6m de quien se casa con un di- vorciado ......... —Maldito sea e) divorcio Folleto E. ¥. C. Nam, 39-4 . a A MI HUA EN EDAD DE TENER NOVIO No quiero terminar, hija mia, estas instrucciones sin dat te algunos consejos que pueden normar tu conducta cuando te Negue el tiempo de tener novio; pues la completa ignorancia a este respecto, es también muy perjudicial a las jévenes. En tiempo de tus bisabuelos, los padres no permitian a sus hijas tuvieran ninguna clase de relaciones con los jévenes, las cuidaban tanto, las celaban con exageracién tal, que préc- ticamente no conocia limites, al grado de, en muchos casos, no querer que se ensefiara a escribir a las nifas, para que de grandes no pudiesen escribir al novio. Esto daba por resultado que las nifias tuvieran sus novios a escondidas de sus padres, con todas las malas consecuencias de ello, pues quedaban des- de luego privadas de sus buenos consejés. _Actualmente, viendo lo perjudicial de este proceder, per- miten los padres a sus hijas tales relaciones, pero muchos de ellos han caido desgraciadamente en e] extremo contrario, dandoles a este respecto una libertad y facilidades exagera< das, sin proporcionarles la instruccién necesaria para que e& tas relaciones estén dentro del orden. ‘Y como del mismo modo que la nifiez tiende a volver jue go las cosas mas serias, la juventud tiende a hacer placer de todo, las sefioritas, mal instrufdas a este respecto, han cafdo en el error de hacer objeto de placer los noviazgos, al grado de no ver en ellos, e inconscientemente lo dicen, més que una oportunidad de divertirse, cuando no es que hacen de ellos mo« tivo de intrigas y pecados con jévenes que por amigos tienen. Ahora bien; la razon y la moral hablan un lenguaje del to- do diferente, pues ellas quieren que una sefiorita vea, en los noviazgos, una preparacién al matrimonio, de donde se deduce que no deben tener relaciones amorosas sino con quien encuenw ’ tren bien podrén casarse, Otro error también muy frecuente entre las sefioritas, a om- te respecto y que les trae muchos perjuicios, ea: E] deseo desordenado de casarse, que trae consigo dos inconvenientes: el primero, que ates de lograr casarse, el no poder satisfacer sus deseon desordenados de ello, las tiene en una nervicgidad que las hace muy desgra- ciadas. El segundo, atin més grave, mucho més que ef anterior, ee que, con tal de casarse, se casan aunque gaa mal, lo que las bace desgraciadas para tods la vida, «8 Folleto EB. ¥. C. Nom, 39-4 Después vienen Jas lamentaciones; “para qué me habré ca- sado con éste’; —“qué mala suerte Ja mia”, achacando a una pretendida mala suerte, lo que no es sino resultado légico de su falta de serenidad para elegir el joven adecuado para ser el compaiiero de su vida. *Una joven inteligente o siquiera razonable, no debe desear desordenadamente tener novio y casarse, debe dominar ese sen- timiento, esa anSia contagiosa de casarse a‘ toda costa, de no quedarse, que es muchas veces resultado de la ociosidad en que viven, de no pensar que pueden llenar de otras muchas mane- ras su vida y ser felices, como trabajando en alguna buena obra catélica. Una sefiorita inteligente puede muy bien vivir goltera. Una joven cristiana no debe sentir ese pAnico que se apodera de las jévenes por quedarse solteras, cuando sabe que N.S. Jesucristo nos ensefia que el estado de célibe es mas perfecto que el del matrimonio; cuando San Pablo nos dicet “el que casa a su hija hace bien; y el que no la casa hace me- jor”, nos ensefia que bajo el punto de vista espiritual, es més feliz el estado de soltera que el de casada y que la experiencia claramente nos enSefia que, si en la vida practica puede ser mas conveniente a una: joven casarse bien, que quedarse sol- tera, no cabe la menor duda de que le es mucho mejor no casarse, que casarse mal. Por corta que sea tu edad, hijita, podrés té misma darte cuenta de la verdad de lo que aqui te digo, simplemente con observar la desgracia tan grande en que han cafdo aquellas Befioras que ti conoces, que hicieron un mal matrimonio, De aqui la necesidad indispensable de saber elegir un buen marido. La eleccién del novio. A las jévenes inexpertas ni siquiera se les ocurre cuidar de elegir un buen novio, menos se les ocurre cudles son las cua- lidades que debe tener un joven para que pueda considerir- sele un buen novio. ‘Voy a procurar ilustrarte a este respecto, Nadie mejor para aconsejar a su hija, acerca del novio que pueda convenirle, que un padre o una madre, principalmente cuando son razorp*bles y buenos cristianos, Desgraciadamente las hijas suelen sebelarse contra los consejos de sus padres, cuando no son de su agrado. Ellas, por su inexperiencia, se dejan deslumbrar gencralmente por el aspecto exterior de su pretendiente y. como éste vista a la moda, tenga el pelo on- Neto E. V. C. Nam. 39-4 “a dulado, y baile bien, ya tiene bastante para conquistar su co- razon, Ellas no piensan que eSos detalles que encuentran tan geductores muy poco es lo que valen cuando se trata de elegir compafiero para toda la vida, que, por el contrario, el exceso do alifio personal demuestra vaciedad y egoismo en un joven, tremendos defectos que tendré que soportar su mujer; y que, el que baile bien un joven, muy poco significa para su vida futura de casados, ya que no se van a pasar Ja vida bailando. Muchas veces los padres ven en los pretendientes de sua hijas, defectos que los hacen de] todo inadecuados para ser sus maridos. Desgraciadamente suelen no explicarles cuales son estos defectos y dicen simplemente a sus hijas: “fulano ro te conviene”, o “no me gusta”, a lo que las hijas, en vez de pedir a sus padres la razén y fundamento de sus dichos, pien- san: “qué mds da que no le guste a mi papa, si me gusta a mi y quien se Va a casar no es é] sino yo”; modo de pensar ente- ramente torpe, pues al decir el padre que no le gusta detcr- minado pretendiente de su hija, quiere decir que no encuentra sea éste la clase de hombre que la hara feliz. ‘ También cuando el padre dice a su hija “no te conviene fu- lano” suele ésta pensar tontamente: yo no soy una convenen- ciera que voy buscando en el matrimonio una conveniencia; manera torpe de pensar: es claro que no est& bien que una eristiana busque su propia conveniencia a expensas de la con- veniencia ajena, pero no es esta conveniencia egoista a la que se refieren los padres con estas palabras, sino a que el pretendiente no es el hombre que haré feliz a su hija, que la acercard a Dios, y que su hija tampoco le conviene a él. ¥ te digo todo esto no -pensando que ti necesites aprovechar estas explicaciones, sino para que sepas hacer entrar en razén a alguna amiga tuya a quien veas victima de estos errores. Cualidades de un buen novio. Ciertamente que el tener apariencia agradable, es una bue- na cualidad para un novio, pero no basta ni con mucho con ella, ni es tampoco la principal cualidad que debe tener, pues no s6 trata de filmar una pelicula. . Le que hace que un hombre sea un novio conveniente, son aus cuslidades morales —que sea bueno, es decir, que tenga buenas costumbres —que no tenga viciosy —que sea trabaja~ @or, capaz de ganarse la vida para si y su familia, de mante- ner con dignidad y decoro una casa —de dar buen ejemplo x educar bien a sus nile. : 50 Folleto E. V. C. Nam. 89-4 Conviene que tenga un buen cardcter, gustos educacién y aficiones semejantes a los de la novia, mayor edad que ella, pero sin que tampoco sea mucha la diferencia. ‘Conviene también que tenga una familia semejante a la de la novia. Cuando’ a una joven se le censura su novio o pre- tendiente a causa de su familia, suele decir: no me voy a casar con su familia, sino con él. Cierto, pero ello no quiere decir que no tenga que soportar las consecuencias y molestias que trae consigo emparentar con una familia inconveniente y que el tener tal, sea desfavorable para e] pretendiente. Come lo es también el que no goce de buena salud, peor si padece alguna enfermedad contagiosa, que pucda trasmitir @ su esposa o a sus hijos, mas aun si tiene vicios incorregibles como la embriaguez o el juego, peor si es holgazén y por ende mal entretenido. —Peor atm si es irreligioso y esta irreligio- sidad no se deba a falta de instruccién religiosa, sino que tenga su razén de ser en causas dificilmente remediables y, en fin, todavia peor, mucho peor, que sea masén, a divorciado, casos que imposibilitan pueda casarse con una sefiorita que merezca el nombre de cristiana. Cémo deben ser los noviazgos, ~ . Si se considera que las relaciones amorogas no #on, ni de+ ben ser, un pasatiempo,.menos atin, oportunidad de excitacio- nes sexuales, si se considera que ellas son la época en que dos almas se tratan se estudian, para determinar gi se avie- nen bien, si han sido ereadas una para la otra, si juntas po- dran ser felices 20, 30 afios en esta vida y toda una eternidad en la otra, se concluye que la forma decente de las relacio- nes amorosas, la que da buenos resultados, la forma cristiana, es la que se usaba en México antes de que ellas hubieran ve- nido a ser influenciadas por Jas malas costumbres americanas. Tomar las relaciones amorosas a la ligera, estilo ameri- cano, que a los 6 minutos de haber conocido a una joven, pro- saicamente le dicen: “qué tal si nos caséramos?” y ella lo acepta incontinenti, es una necedad, la més grande de todas las jDevedaddes, que se paga muy cara en esta vida peor aun on otra. *Una sefiorita no debe admitir ol trato de un joven que pre tenda Hegar a ser su novio, gin que antes éste le haya dado pruebas, con su asiduidad, de que ella no es para 6] un simple Resatiompo, un _capricho, un juguete, sin que ella haya teni- lo tiempo de saber qué clase de persona ea el joven que la pre- tende, cud! es su posiciéu social, eudél su género de vida, cudl su comducta. ss . ’ Folleto EB. ¥. C, Nam. 39-4 a Si para aceptar un simple criado se piden recomendaciones, ge toma a prueba, etc., etc., y mas alin, si se trata de tomar un empleado y todavia mas para entregar los fondos a un cajero, con cuanta mas razén no debera proceder con caute- la una sefior..a, para lo m4s importante de todo, para buscar compafiero para toda la vida, un compafiero que va a compar- tir sus penas y alegrias, con el que va a asoclar 5u fortuna, su salud, toda su vida, a quien va a entregar Su Cuerpo, quien va a ser el padre de sus hijos, de quien va 4 depender toda su felicidad en esta vida y atin en la eterna. No puede haber torpeza mAs grande, pues que aceptarlo a la ligera. En épocas anteriores, un joven que pretendia a una sefiori- ta, le daba pruebas de su asiduidad, pasedndole largo tiempo la calle, siguiéndola, cuando salia, a distancia respetable, pro- curando verla en el Templo en los paseos, en las diversiones, y, cuando juzgaba que al dirigirse a ella no seria tomada su pretensién como una falta de respeto, cuando no cabia que ella pensara que buscaba un simple pasatiempo, escribia a la sefio~ rita solicitando tratarla, lo que ella, después de haber consi- derado las cosas con detenimiento y generalmente, de haber escuchado las opiniones de sus padres, o de personas de expe- riencia, le daba oportunidad para que pudiera hacerlo, gene- ralmente thablando con ét por el baleén o la ventana. No era asi sino después de que su trato mutuo los habia he- cho conocerse bastante para darse cuenta de que se avenian, de que habian sido creados uno para el otro, de que sus caracteres y sus circunstancias principales al menos, iban de acuerdo, que aceptaba la sefiorita a su pretendiente como novin. Después se dirigia.a los padres de la novia solicitando ser aceptado como novio formal, “oficial”. Se fijabdn entonces, los dias en que el novio visitara la casa de la novia, visitas en las que estaban presentes las personas de respeto de la: familia que podia asi obscervar su manera de pensar y formar criterio respecto de si seria o no el compaiiero adecuado para la joven y hacerle a ella las observaciones que juzgaban pertinentea @ este respecto. - Y nada mas razonable que asi fuera esto, pues al casarse una sefiorita, viene su esposo a formar parte de la familia de la no- via y viceversa, y justo es que tengan, los que la componen, el derecho de ver a quien van a aceptar como hijo y como hermano aparte de que también tienen ellos derecho a velar por la felicidad del familiar que va a contraer matrimonio. " Fue asf como em cimentaron los hogares de tus padres y t abuelos. \ 52 : Folleto E. V. C. Nam. 39-4 eee ee ¥,por esto es que en lu generacién pasada, hubo tantos hoga- res felices en los que no se hablaba de divorcios, en que los matrimonios desgraciados eran muy pocos. Estas costumbres de los tiempos pasados, hacen ahora sonreir- se burlonamente 2 los jévenes modernos, cuyo criterio se ha CORROMPIDO, insisto, con las malas costumbres americanas, Para ellos hablar con la novia por la ventana, les resulta por completo desabrido. Quieren con ella disfrutar de las intimidades que solamente estan bien entre los casados, quieren saborear el fruto antes de que csté en sazén, enturbiando el agua que después han de beber, Los peligrus de las malas ey costumbres actuales— Nada puede cautivarnos mds que la conducta de un joven digno que sabe respetar y cuidar a su novia. Nada nos cautiva mas que una senorita que sabe darse a respetar, que sabe ser una dama. Desgraciadamente como ya te expliqué en el Folleto 39/2, pdgina 19 y siguientes, influenciadas por las malas costumbres que propagan las peliculas, la televisién y el cine, actualmente Jas sefioritas no piensan que tenga nada de, malo esas familia- ridades que condena el Go. mandamiento. ' Piensan que no tiene nada de malo andar con un amigo, su novio o pretendiente sélos por las calles y ésto realmente no seria nada malo sino se repitiera muchas veces y a ésto se limitara esta familiaridad, pero no es asi, poco a poco,” sino es que con gran facilidad, van intimando mds; después van juntos a tomar un helado o un café, después alguna bebida embriagante, andan sélos en automévil, lo que es seriamente peligroso, y solos van al cine en el que se exhiben peliculas inmorales*que,no pueden menos que excitarlos y van s6los a bailar y a las albercas, lo que traé como resultado que a él y a ella, muchas veces sin darse cuenta, se les exaltan los de- “zeos sexuales y facilmente Megan a cometer alguna accién vi- tuperable gue trae las mas fatales consecuencias y de la que se arrepentiran después todos los dias de su ‘vida. ¥ un peligro eminente son los besos, no est& bien que una sefiorita se deje besar y menos en la boca, por un joven que no- sea de su familia. Besos hay que pueden ser muy inocentes, como por ejemplo felicitando, o por algin éxito logrado, des- pidiéndose por algtin viaje, pero cuando los besos se prolon- gan siguiendo el ejemplo de las corrompidas peliculas actuales, dan lugar a que se desarrolle la pasi6n, lo que trae consigo, como ya te dije, lis mas fatales consecuencias. Folleto B. V. C. Nim. 39-4 63 A MI HIJA ANTES DE CASARSE Bien podia, hija mia, terminar aqui estas instrucciones que con todo el corazon he escrito para ti, pidiendo a Dios que te aprovechen tanto como deseo. La finalidad de ellas, te repito es librar tu felicidad de los peligros que pueden presentarse- te, llevarte pura hasta el matrimonio si Dios te Nama a él. Después de casada encontraras en el Folleto E. V. C. en que se trata el Sacramento del Matrimonio, toda la instruccién ne- cesaria para ser feliz, pero quiero desde ahora darte al menos unos breves apuntes acerca de él. Excelencia del matrimonio cristiano. iene el mundo sobre el matrimonio, como sobre todo lo bue- no, ideas muy equivocadas; generalmente lo denigran, como lo prueban frases tan comuncs como estas: “ya te casaste, ya te amolaste”, —“el matrimonio es la tumba de) amor”, —‘al hom- bre no le conviene casarse pues pierde su libertad”. Estas frases que podrian estar bien cuando se trata de lo que podemos Hamar el matrimonio mundano, son completamente faisas cuando se trata del matrimonio cristiano. Distingamos cuidadosamente estos dos matrimonios. Se distinguen facilmente desde un principio uno de otro, es tos matrimonios, por los diferentes fines que persiguen. Quien busca casarse llevando fines materiales o egofstas, ta- les como: —darse buena vida con su marido —no quedarse —ser rica —Ser envidiada por sus amigas, —por pasién, hace un matrimonio mundano; en cambio, la que se casa por amor bien entendido al novio, por hacerlo feliz, por fundar un hogar hon- rado, y sobre todo llevada por ef deseo de servir a Dios, en el santo estado del matrimonio, trayendo al mund¢ nuevos seres a quienes ensefiar a conocerlo, amarlo y servirlo, ésta si hace un buen matrimonio y funda un hogar cristiano. Ahora bien: nada de extrafio tiene que quien fue al matri- monio Tlevado por sentimientos vanos 0 egoistas, encuentre en él desilusién y sufrimiento, Natural es que la que se casa Jleva- da por el. aspecto exterior del novio, si éste no tiene ademés cualidades internas, encuentre en el matrimonio la tumba del amor. Y natural es también que el que siendo vicioso y mal en- tretenido se casa y no quiera preseindir de sus vicios, encuen- tra que su eaposa quicra coartarle la libertad de andar em § Folleto E. ¥. C. Ném, 39-4 ee matos pasos, pues no va a estar ella de acuerdo con liberta- des que son contra su propia dignidad y que ofcnden a Dios. Y de igual manera, quien procediendo ciegamente, se casa, sin hacer uso de la inteligencia que Dios le dié para prever bien las cosas, nada de extrafio tiene que tenga después que sufrir las consecuencias de su torpeza, por muy buena que haya. sido la intencién que lo Hevara a casarse. Pero quien se casa no solamente Ievando buena intencién, si- no reflexionando bien en lo que va a hacer, haciendo inteligen- temente su eleccién y previendo cuidadosamente las cosas, se- gan todas las probabilidades encontrard, en el matrimonio cris- tiano, algo completamente diferente a To que encuentran en él] los mundanos, pues encontrar4 en él la mayor fuente de felici- dad sobre la tierra, como que la unién del hombre y la mujer, es obra de Dios que cre6 a Eva para que fuera Ja ayuda y com- Pafiera de Ad&n. Cierto que en esta vida en todo y por lo tanto también en el matrimonio, no todo es, como vulgarmente se dice, vida y dul- zura. Cierto que el matrimonio trac consigo algunos sacrificios, pero ellos son recompensados con creces por los goces intensos z puros del hogar cristiano, goces que ni siquiera imaginan los que egoistamente quieren "Mevar, solteros, una vida de inuti- lidad para los demas, ni aquellos casados ‘ ‘que tienen de los go- ees puros del matrimonio tanta ignorancia, que empiezan por no querer tener hijos, renunciando asi, desde un principio tal vez, a lo que es la mayor felicidad sobre la tierra. Traténdose del matrimonio cristiano, es también falso que él sca la tumba del amor. Podra el matrimonio menguar la pasion, que es lo que toman {os mundados por amor, pero si por amor se entiende, como debe ser, un noble sentimiento de adhesién reci- proca, fundada en la mutua estimacién y sostenida por un espfri- tu de renunciamiento y de sacrificio propios, lejos, muy lejos esta el matrimonio de ser la tumba del amor. Otra de tantas ideas equivocadas sobre el matrimonio y por fas que no debe dejarse influenciar una jovencita, se encuentra entre ciertas sefioras que, victimas de una piedad falsa y torpes gacrupatos, o al menos de su falta de instruccién sobre e] Sexto Mandamiento, consideran todo lo que se refiere a la facultad sexual, como impuro y malo y sucio y llevan asi a las jévenea & pensar del matrimonio como algo chocante o impuro. Gélo tiene la mujer un problema en la vida: CASARSE BIEN. Folleto E. V. C. Nam. 39-4 . 55 Estas ideas equivocadas se manifiestan de muchas maneras, como por ejemplo pensando que una madre tiene que sentirse avergonzada cuando teniendo ya hijos e hijas mayorcitos, esté de nueva cuenta préxima a ser madre, ‘Bien estarfa que en este caso se avergonzara si ya fuera viuda, pero teniendo su marido legitimo, qué cosa mas honrosa y mas grata, a los ojos de Dios, que traer a Ja vida nuevos se- res y por qué ha de avergonzarse una madre Por eso y menos aiin ante sus propios hijos, cuando esta dando a ellos un ejem- plo que bien haran éstog en seguir a su tiempo, Otra idea equivocada en fin, acerca del matrimonio, es la de pensar que si bien es un. sacramento, hay algo en él. que lo ha- ce sacramento de débiles; nada mas falso que esto. E] matrimo- nio es un Sacramento y un Sacramento de vivos. El Apéstol San Pablo nos dice: “E] matrimonio es un gran Sacramento, digo, en Jesucristo y en su Iglesia’, es decir, para los que se casan Rr la Iglesia Catélica y con la intencién de servir en 61 a ‘. S. Jesucristo. ‘Es asi, bajo el punto de vista religioso, como el matrimonio cristiano aléanza toda su excelencia. E] suave yugo de Cristo no solamente se encuentra en la vida religiosa o en el Sacer- docio, sino también en cl matrimonio. Los easados tendrin que aceptar y soportar en él, tan grandes sacrificios por amor de Cristo, como los que tendré que soportar el religioso en su con- vento o el sacerdote en su sagrado ministerio. Y en ese santo estado podran santificarse tanto como en estos otros, ;Cudntas madres, de grandes familias, han logrado preservar integra su inocencia bautismal y estan viviendo vidas de santas, como tal vez pocos sacerdotes y monjas Ja vivan y eso Sin que ellas mis- mas se den cuenta, ni sepan apreciarlo las personas religiosas que Jas rodean, Asi pues, hijita, reflexiona en lo que te llevo dicho acer- ca de la excelencia del santo estado del matrimonio. Si Dios te Nama a 61, recuerda que si todo placer sexual siquiera de pen- san.iento, e8 ilicito fuera del matrimonio, estos placeres no s0n solamente Iicitos, sino convenientes y santos en ese estado. Ta debes guardar tu corazén, tu espiritu y tu cuerpo, libres de toda mancha como Dios lo quiere, para que lleves al matrimo- niv tu cuerpo como un templo en el que va a formar Dios el Si easarse bien es tal vez mejor que no casarse, casorse mal es mil veces peor que quedarse soltera. 56 Folleto E. ¥V. C. Nam. 39-4 prodigio de nuevas vidas. Ese depésito de pureza es a tu mari- do a quien ti se lo das. El matrimonio no solamente une los corazones, sino también las almas y los cuerpos y asi, la casta reserva que era tu honor de sefiorita, no debe continuar con aquél que Dios te ha dade en matrimonio y con el que, como nos dice N. S, Jesucristo, hards una sola carne. Abandonate a él pues, con confianza, con ternura. No tengas temor de que las intimidades con tu marido puedan ofender a Dios. Entrégate a é} sin reserva. Estas intimidades Dios las quiere y ellas son necesarias para que bendiga Dios vuestra unién dandole frutos. No te dejes perturbar por tu inexperiencia, si al principio experimentas molestias, aun dolores, ni concibas inquietud por ello, sabe que los goces del matrimonio aumentan en quier ha sabido castamente esperarlos y, esperando el hijo que Dios te dard, gusta de la felicidad de sentirte amada. Finalidad del matrimonio cristiano. Fue Dios mismo quien instituyé el matrimonio en el paraiso terrenal como lo refiere la Sagrada Biblia. En efecto: leemog en ella, en el libro del Génesis, que el Eterno Padre, después de haber creado a Adan, dijo: “No es bueno que el hombre esté solo: hagémosle ayuda y compafifa se- mejante a él” y mandé a Adan un profundo suefio, y, mientras dormfa, le quits una costilla y MHené con carne aaué! vacio y de esa costilla formé el cuerpo de la primera mujer v 1” pre- senté a Addn, quien, al mirarla, dijo: “ésta es hueso de mis hue- sos y carne de mi carne” y Dios la llamé Eva, es decir, madre de los vivientes, Basta analizar este pasaje bdiblico, para descubrir °l fin del matrimonio, que Dios instituyé uniendo al hombre y a la mujer en el paraiso. Dios creé a Eva para dar al hombre una compafiera. Este oa el fin del matrimonio. Pero la Ilam6é “Eva” para que su mismo nombre indicara que le confiaba principalmente la misién de ser madre de todos los vivientes. De aqui que el fin del matrimo- nic, no sea procurar solamente la felicidad del hombre y de la mujer, sino también la procreacién de los hijos y esta es la mas importante y principal finalidad de 41 y tamb su prin- “Sefior, Ta sabes que no movido por concupiscencia, tome a esta doncella por esposa, sino por cl solo deseo de tener hi- jos que bendigan tu santo Nombre” (Tobias VIL, 9). | } Folleto E. V. C. Nim. 39-4 87 cipal bendicién, como continuamente se nos repite en la Sagrada Biblia, De acuerdo con todas las ensefianzas que se encuentran en el Antiguo y sobre todo en el Nuevo Testamento, sobre el matri- monio, que llega a su culminacién al elevarlo N. S. Jesucristo a la dignidad de Sacramento, nuestra Santa Iglesia ha estableei- do su doetrina sobre cuestiones sexuales, fundada toda ella en 2 principios inconmovibles, que pueden resumirse en estos tér- mings, lo.—El placer sexual unicamente es lieito cuando esté uni- do a la generacion de los hijos. 20,--Como solamente el matrimonio garantiza la debida edu- cacién de la prole, inicamente en él! son licitos los placeres sexuales, Yo no sé, hijita mia muy querida, hasta qué punto estés tu capacitada 'ya para comprender toda la sabiduria, profundidad y trascendencia que encierran estos 2 principios que yo aqui te he dejado consignados, en la forma mas breve y clara que me es dado. Tampoco sé que tan necesario pudiera ser entrara yo en mayores explicaciones acerea de esto, pero si quiero desde ahora Namar cuidadosamente tu atencion, para que te fijes bien en que ellos, ademas de condenar toda intimidad sexual entre personas no unidas en matrimonio, condenan también 2 faltas: el divorcio y la que se ha dado, en amar control de la natalidad, sobre lo que paso a darte algunas breves explicaciones, pues quiero que desde jovencita tengas un eriterio recto acerca de ellos, El Control de la Natalidad. Consiste el control de la natalidad en evitar artificialmente el nacimiento de los hijos. ’ Entre los mundanos, que egoistamente no busean sino lo que equivocadamente juzgan su propio bien, es muy general ver en el nacimiento de los hijos, no una bendicién de Dios, sino una carga de la que hay que aligerarse, por lo que juzgan muy den- tro de la razén y del orden, el evitar el nacimicnto de los hijos, alegando para ello muy bien presentadas razones, que no pue- den menos que convencer a quien no tiene formado acerca del matrimonio el altisimo concepto que merece, al que no ve en Una joven que se deja besar por un hombre que no es de su familia, comete una falta que puede ser muy grave. 58 Folleto E, ¥. C. Nam. 39-4 él una institucién divina, a los incapacitados para comprender lo espiritual y que ponen sélo su atencién torpemente en eqi- vocados considerandos materiales. Hay un argumento a favor del control de la natalidad, que sus partidarios juzgan irrefutable, es éste: no hay ningun mal en evitar el nacimiento de los nifios, si se evita la concepcién, puesto que desde el momento en que atin no tienen vida, que no existen, que antes de ser concebidos son nada, no se puede ha- cer mal a la nada. Torpe argumento, repetimos, que se refuta muy facilmente, pues atin aceptando que ne haya ningun mal en evitar la concep- cién de un nuevo ser, por lo que a él se refiere, si lo hay y muy grande, si se tienen en cuenta los derechos de Dios, que ha dado al hombre Ja facultad sexual, no para buscar egoistamen- te el placer, sino para poblar el mundo y que no puede usarse de un don recibido, en forma diferente de aquella para la que fue concedido. Entre las otras muchas cosas que alegan dicen: nadie tiene derecho a tener mas hijos que aquellos que sus recursos mate- riales les permiten criar y educar decentemente, pues es un cri- men traer a la vida nifios, que por causa de Ja deficiencia en la educacién, vengan a sufrir, o atin a cometer crimenes, de los cuales seguramente los padres son en gran parte responsables; y como los deseos sexuales son, por otra parte, incontenibles, un hombre razonable debe satisfacerlos con su esposa, evitando la procreacién, hasta que esté en condiciones de poder eriar y educar convenientemente a sus hijos. El verdadero cristiano, el que merece Ievar este nombre, piensa con la Iglesia, de muy diferente modo. El ve en los hijos una bendicién de Dios y confiando en su Providencia divina, que promete todos los bienes de este mundo, por afiadidura, al que busca el Reino de Dios y su Justicia, es decir, obedecer los Man- damientos de Dios y aleanzar la santidad, recibe con alegria los hijos que Dios quiera enviarle y ve sus bienes de fortuna aumentar a medida que Dios le.concede mas hijos, }o que ha dado lugar al proverbio que dice que “cada hijo trae su torta”, Proverbio cuya verdad ¢s negada por los mundanos, presentan- do casos de matrimonios que tienen muchos hijos y viven en gran estrechez y miseria; pero esto se debe a que si los han tenido, no ha sido por amor a Dios, por buscar su Reino. Nuestra Madre la Santa Iglesia siempre cclosa de la fe-° licidad y bien de sus hijos, ha considerado cuidadosamente en Folleto E. V. C. Nam. 39-4 59 el Concilio Vaticano II todas las razones aducidas tanto en contra como en favor del control de la natalidad y tomando en cuenta las dificultades que en la actualidad tiene crear y edu- car una familia numerosa reconoce en la Constitucién Gaudium et Spes, como con amplitud se expone en el Folleto E.V.C. 564, que los padres de paternidad responsable, es decir, conscientes de que son responsables ante Dios de la facultad que les ha dado da poder reproducirse reconccen Ia obligacién sagrada de traer nuevos seres a Ia vida, tienen el derecho de planear su familia regulando el nacimiento de sus hijos, siempre que haya motivo justo para ello, que no recurran al horrendo crimen det aborto menos al infanticidio, y que los métodos empleados no perjudiquen a la mujer y a la prole, por lo que no deben apar- tarse de Ios Sacramentos de la Confesién y de la Sagrada Eu- caristia, EL DIVORCIO: MALDITA ABERRACION ‘DIABOLICA Voy a darte aqui, sobre el divorcio, hijita, solamente unos breves apuntos, pues te repito, que mayor informacién acerca de él puedes encontrarla en el folleto E.V.C. 157 “No desearas la mujer de tu préjimo —EL DIVORCIO” 6 en el 174/2. . Cuando se trata del divorcio, para evitar confusiones, hay que empezar por distinguir cuidadosamente entre el matrimonio —eclesiiistico y el matrimonio —civil; asi como entre —la sim- ple separacién de los esposos o ednyuges y —el divorcio de ellos, Paso pues a hacer estas distinciones después de lo cual te explicaré —cuiiles son las razones que hay para condenar el di- vorcio y —cual es la tristisima situacién de quien se casa con un divorciado, Diferencia entre el matrimonio eclesiistico y el matrimonio civil En los paises catélicos, euando las personas decentes, cristia- nag se casan, celebrar 2 matrimonios: el matrimonio en la Igle- sia y el matrimonio ‘ante las autoridades civiles. Se llama ecle. sidstico el primero y. matrimonio civil el segundo. * Si tu novio o tu pretendiente o algdn amigo, es un caballe- Yo, nunca se permitiré contigo ninguna familiaridad. 60 Folleto FE. V. C. Num. 39-4 La diferencia entre el matrimonio eclesidstico y el civil, es inmensa. Podemos decir que es la misma que hay entre el cuerpo y el alma. El matrimonio eclesiistico es un Sacramento que une indis- solublemente, en conciencia, ante Dios y ante los hombres, las almas y los cuerpos, regulando sapientisimamente las relacio- nes entre el hombre, la mujer y los hijos. Ei matrimonio civil es simplemente un contrato ante las au- toridades civiles, muchas veces no religiosas, que tiene por objeto, practicamente, regular las obligaciones de orden mate- rial, principalmente las econémicas, que tienen los cényuges en- tre si y con sus hijos. El matrimonio eclesidstieo es una institucién divina, por io tanto perfecta. El matrimonio civil, como institucién humana, tiene todas las imperfecciones ancjas al hombre, sobre todo cuando se trata de pueblos cuyos gobiernos desconocen las au- toridades eclesidsticas, desconocen la ley de Dios y peor ain, cuando, como en México, aceptan la legitimidad del divorcio. Diferencia entre el divorcio y la separacién conyugal Es de todo punto indispensable distinguir cuidadosamente entre el divorcio y la separacién de les cényuges, pues uno ¥ otra son esencialmente diferentes. . Fl Sacramento del matrimonio liga al hombre y a la mujer de una manera indisoluble, crea entre ellos una liga, un vinculo, que tnicamente se destruye con la muerte de uno de los dos. Este vinculo los liga en tal forma que, mientras no muere uno, no puede ninguno de los dos contraer un nuevo matrimonio legiti- mo, Ello no quiere decir, sin embargo, que no puedan vivir ‘se- ‘parados, separacién que Jamentablemente ‘en algunos casos se impons y que es del todo diferente al divoreio, que pretende que no solamente pueden separarse los cényuges, sino romperse el vinculo que los unia en su matrimonio y contraer nuevas nupeias. Muchas personas ignorando lo anterior y observando casos en que la vida en comén de un matrimonio Ilega a hacerse impo- sible, por las desavenencias gravisimas que suelen presentarse entre los cényuges, las que, digamos de paso, generalmente son Peca contra el Sexto Mandamiento, quien se armite cual- quiera familiaridad con alguna persona te sexo diferente, que no es de su familia, . Folleto BV. C. Nitm, 39-4 61 originadas por los deseos de un marido adiiltero, que quiere repu- diar a su mujer para unirse con otra, ven Ja necesidad de que se &epare aquel matrimonio y se declaran partidarias del divorcio, poniéndose asi, por su 3gnorancia, en pugna con la Santa Iglesia Catélica, que si por graves razones permite en algunos casos la separacién, por ningun motivo y en uingén caso permite el di- vorclo. . Razones para condenar ¢] divorcio. Para condenar cl divorcio hay razones de orden practico y de orden divino que paso a exponer, La principal razén de orden practico : para condenar el divorcio, es que frus- tra el fin primordial de] matrimonio El fin primordia] del matrimonio, como te expliqué en el ca- itulo anterior, es la procreacién y debida educacién de la pro- le, procreacién y educacién que sélo pueden lograrse dentro de un hogar estable, estabilidad que inicamente puede encontrarse en el matrimonio indisoluble y he aqui la razén principal, de orden pr&ctico, para condenar el divorcio. En efecto: est4 fuera de discusién que la propia educacién de los hijos, sélo puede lograrse bajo el amparo y vigilancia tanto del padre, como de la madre. Si se acepta que éstos pue- dan separarse para contraer otras nupcias, esto introduce en é] hogar un eényuge extrafic, que nunca vera a los hijos, que no son suyos, con el cuidado, carifio, atencién y esmero que @ sug propios hijos. . Los hijos del cényuge que se ha apartado del hogar, ven. drén a ser asi dentro de su propia casa, causa de desavenen- eias, de dificultades, de molestias, estorbos de los que habré qi deshacerse. Andar4n como pajaritos sin nido, del’ padre a la madre, pasando unas temporadas con uno, otras con la otra, cam- biando de hogar, cambiando de costumbrea, tragicos espectado- res de Ja discordia de sus padres, de los que reciben el més do- loroso y fatal ejemplo para el futuro. £Qué clase de educacién, qué clase de moral pueden recibir los nifios hijos de padres divorciados? Tal vex la mejor solu- T N. 8. Jesucristo terminantemente condené el divorcio con frases tan claras como ésta ¢ Lo que Dios ha unido no lo desuna el hombre ft. : 6z Folleto BV. C. Nim. 39-4 cién seria ponerlos de internos en un buen colegio, el que, muchas veces, no es facil encontrar, menos cuando no se cuenta con los recursos necesarios y en el que, por bien que estén Jos nifios, nunca lo estarén como bajo el cuidado e influencia benéficos de padres que han sabido formar un hogar honrado, Otras razones de orden practico para condenar el divorcio Pero de que la razén principal para condenar el divorcio sea Ja debida proteccién de la prole, no se deduce que éste pudiera permitirse en caso de que no hubiera hijos, pues adem4s del mal ejemplo que divorciéndose dieran estos matrimonios sin hijos, a los que si los tienen y que, cegados por la pasién nunca que- rran ver que su caso es diferente, hay ademas otras muchas ra- zones de orden practico, de gran peso, para no Permitirlo, entre las cuales te enumero las siguientes: ; —Los cényuges que se saben unidos en matrimonio indisoln- ble, ponen de su parte todo cuanto pueden para sobrellevarse mutuamente —no asi los que piensan pueden recurrir al divorcio, —El divorcio hace imposible toda reconciliacién futura en caso de desavenencias, -—Aceptar el divorcio echa por tierra todo el respeto que de- be merecer a todo hombre una mujer casada. —Aceptar el divorcio es gran injcentivo para exaltar las tor- pes concupiscencias del hombre. —La experiencia ha probado que el hombre divorciado, aun- que Se case por segunda vez, siempre cree conservar ciertos de- rechos sobre su primera mujer, lo que da lugar a muchas‘difi- cultades y muchos sufrimientos y hasta a grandes crimenes, La razén de orden divino para condenar el divorcio. Pero sobre todas las razonee de orden practico que hay para condenar el divorcio, hay ‘otra de orden divine que es con mu- cho la principal de todas ellas y ésta es: —las ensefianzas de N. S. Jesucristo a este respecto, quien después de definir de una manera indiscutible, la indisolubilidad del matrimonio di- ciento ¢ lo que Dios ha unido, no lo desuna el hombre + hace reo de pecado de escandalo, al que repudia a su mujer; y reo de Si observas cudn desgraciadas son aquellas sefioras que sé han casado mal, se te quitardn las ansias de casarte. Folleto BE. V. C. Nam. 39-4 63 adulterio, adem&s, si se casa con otra y reo de adulterio tam- bién, a la mujer repudiada que ge casa de nueva cuenta, asi co» mo aj que se casa con ella. La Iglesia Catélica nunca ha concedide divorcios. Es por esta raz6n que Ia Santa Iglesia Catélica nunea ha concedido un divorcio, ni atin tratandose de emperadores y reyes; ejemplos: Enrique VII de Inglaterra y Napoleén Bonaparte de Francia, aunque vié que elio traeria consigo tan grandes" males como evar toda una nacién, Inglaterra, al protestantismo. Hay casos en que la Iglesia declara nulos algunos matrimo- nio3, pero eso es muy diferente a un divorcio. Asi por ejemplo, el divorciado que se casa de nueva cuenta enganando al sacer- uote, hace un matrimonio nulo y la Iglesia, cuando descubre ol engafio, naturalmente declara nulo ese matrimonio. Tristisima condicién de quien se casa con un divorciade. Por lo que te he dicho, te habrds dado cuenta de que el ma+ trimonio verdadero, es cl matrimonio eclesidstico y que las per- sonas que tinicamente se casan por lo civil, realmente no es- tdn casadas, sino que viven en un vergonzoso amancebamienta, autorizado por leyes absurdas que desconocen a Dios, Los que viven casados solamente por lo civil, estan quebran- tando gravemente el sexto mandamiento de la Ley de Dios, que prohibe toda clase do relaciones sexuales entre personas que no estén legitimamente unidas en matrimonio; quebrantan tam- bien el “No mataras”, pues el mal ejemplo que dan es eausa de escandalo. Los casados solamente por lo civil, viven pues en pecade mortal, del que no pueden ser abgueltos en e] tribunal de ta confesién, hasta que no se casen debidamente por la Iglesia, es- téin también, por lo tanto, privades de poder acercarse a reci- bir la Sagrada Eucaristia. Pero todavia la situacién de quien se casa con un divorcia: do es-peor, mucho psor que la de un simple amancebado y eate por 3 razones, a saber; ' Mil veces mejor muerta que casada con un masén. Doa mil veces mejor muerta que casada con un divo!

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