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EL METODO CLINICO. S iN & DEL NINO ee ae por Vorm-Baxc El lector de Piaget puede sentirse sorprendido, ex un primer momento, sa ca aparente Sesproporciéa que existe ents la mast de hechos la Houtea de elaboraciones teéricas, por una parte, y, por la otra, la brevedad Gel espacio consagrado a describir las técnicas de investigacién y el tra- sultados. Piaget mismo ha solido irsistir. como diseul- Tibros, acerca del hecho de que “las ideas sringido nimero de piginas, y el resto va ‘ado a una documentaciéa que se entrega para su consulta”. Justa rics, con frecuencia. citados Tepresentaiio mitodo clinico_per- aa; recordar que eLad para destacar-la oposicién con el método de los tests, por entoncss cons 2 Le gentse, des structures. logiques dimentetses, Delachaux y Nicstlé, 1959, prelacio, pig. 7. = Senta nee ee og contrario, a partir de precisas ide2s rectoras, adaptar Iss expresiones ¥, én. Se Ta eeetane, nes Tet RE PE Kast st vocabularie Ge geo Tas Trae toe orerOnaee ae Po tae ie atst Paget Tas’ prefer la expresion:“mésode tico”. EnQ947) en el prélogo a Ton ce raisonnement che: (enfant (Delachaus y Niestlé), Piaget vuelve a insistir mel hecho de que “ (..-] No obserea por el cuando se hellan en ao a que siempre tienen libre acceso (2bid, sede cbsarvar (.-] Estos pasos no tienen para al otra razén que lt ap. II de la segunda edicién, 1930). Pat alee see ie weartde: ficlles su sponder a les objecions 2 las_objeciones de ver claro entre los materiales que ha reunido y hacer . Katz contra x nocién_ de exocentrismo, Piss sobre Is comparacion 5 +0 fllacién, Posee un talento singularisimo para hacer que de las observaciones de uns _de sus colaboradoras, eubraye eb_ contre Faeeracies hablen, mejor dito, paca of?ze hablar” (loc. cit pégs. 89). i Cunienté aios més tarde, aquellas observaciones conservarian toda sv actualidad. Para “oir hablar” se debera seguir siendo Giel a los métodos clinics, aunque sea con detrimento de les enumeraciones estedisicas pre: ledes por el ‘in le entre = ices, aci como de las situaciones experimentales demasizdo estandar Indes ‘no0 esol dl eaten. 6 rcieioysvnnt.ebeeraseik 68 52 das, que bien podrian frustrar lo esencial o introducir algin artefacto. de chorlas diarias de dos horas. s acy afin de cer clara debemes tener el cuidsdo de no ir hacia los hech Pe ceils del folie g del rezonmsento, ek atril” Te coat yer jee Sener cl cuidsdo de.no it hatin loeb Die fode.prachas serbales tamafee 7e Tor tets de Bar, Binet \ soredora_(ibid., cap. II de la segunda edicién). Otro tanto octrte com especto al estudio recaido sobre las 1.125 preguntas esponténess formu- \ | fo que —derpues de yguido nos lo recuerda— Tlaparide, o construidas de igusl manera: test de los hermanos, do sda y de derecha, definicioncs, critica de “frases shsurdas”, risciones verbales, inclusiones 0 roalt ligicas (prueba de Bart Edith, Lili y Suzenne; todos y algunos; 2mo, caballo y mulo, ete.) _E: tun experimental “tanto vale Tx hipdtesis, tsnto vale la experien fe ccurrirle sl experimeniad itd phi sigue, jos He Aenerse 2 eefiniciones puramente verboles. de no- tiones 0 a la erocacién de fenémenos naturales ms 0 menos familiares (al movimento de las nubes, la eorriente del azua, ete.), procede “ponien- do ante el nifo algunas pequeias experiencias de fisiea” y le pide que les 7 Prefscio de Le langsge et fa perste. 2 Paul Fralite, Mansel pratigue ee Pi, expérima ZUR, 1956, ply. 5. cugeme (desparate ‘0 lo conduce de forma rt ‘agua, mientras que un guijarro, a pesar de er menos pe se ta eo Seto es que 0 1922 Piaget es peda a los nigos que Sipojaran. icidetes para explicarles el faysionamiesto de élas, y em qe iengage et le pense, a fin de estudiar la'comprensién y Ta explicacién be range, preeentaba, con I calaboracion de la sefore V. J. Piaget gemas con los cuales explicaba ‘dl funcionamiento de los grifos o de las Ienges (op- et, cap. IV de la tercera edicién). oda (al que podemos adscribir Le jugement moral, sap son alesn en 1932), Plas odo 3p a Cerca de quinientas C sttones, a8 devignades, con este propésito en Le eaissance wT traligence (1986), La constraction a réel (1937) y La formation dha symbole, cuya public aplozé hasta 1945. ‘oo at gbservaciones se extrajeron, sobre iodo, de la vida fomilier diaria. A fos 10 meses, Lucienne, sentada en eu cuna, hace oscilar an jugucie apartado al eecudie, por caroalidad, la sibana_pleseda, (sis, Intel. v,, 130, pig. 230). A los 18 meses, Jacqueline, que los manos (Constr. Réel, observ. i22, pag. iv6)- 4 P oe le tiende fe ey awn campesi Laurent le dice “papa” a su herman de eu padre, y a un sefor que esté a ee quar “ea pipa (Form, Symb, observ. 102, pis. 231), etcetera. punto de vista metodolézico, ues, de un regreso & 1 ee ee rete par Pingel? Podefa penearse que tndiadas; evdentemente, Iq_auszneis de aplicacién de los métedos de bre con : "Pefo no Hempre el lector 4+ dx cuenta de que las observaciones vers des a cobo por Piaget en sus es hijos no son coetineas. Adeinés, er 6% mntacién interna, que pusée constituir un estudio longi- tudinal bien conducido, x las notes tomadss a propésito del hifo mayor determinaron Tes, situaciones pesterformente ofrecides a los més chicos: “4 rsicotocia ¥ coTEcuck UENERCAS No sin ura intercfén precisa atz Piaget on cordéa a @e Laurent. Y eunndo Lucienne, a los tua geto, le presentsa, de una ris sistemdtica, una gelling, ua eabsilo 0 cn elef ipa fos antes han Hlevsdo a que se advierta en Jacqueline la exicasién Qoctuente del esquema verbal wai, con la que inicialmente designaba un perro. Ly lectura de esas observaciones messtra hasta qué punto le mayo! Tones. cle. La presentaciba Seen aa ma oro pe aductos interesantes: el padre capota de Ia cua recses, dice ah para designer explicits: soriscion_sistemitica de 3! alfa de un biberéa al revés-an ef, tena que baya, reveledo por catuelidad « habia re rvaba_!a ‘moticided prensiva sélo para se. gui Gonstrustign de los zrepos de depleramientos. Una ebservacion fortuita —por ejemplo, Ta de ua sobrino que busca Bajo un sillén, entre cuyss patas puede meterse, Ie pelota que ha visto desepare- canapé que no le permite hacer otro tanto— sugiere. al fnstante una serie de situsciones experimentales para estudiar de mane~ ra metédiea la génesis del esquema del cbjeto permanente. Y esas situs. clones son_descritas y explotadas con tanto rigor, que posteriormente fye jorible estendarizarlas sxtroer de elles, de un modo casi directo, una Je pazinas”, en cambio todo lo demés se atribuye no sélo a una docuinentseién anecdética, sino también a la’ demostracién por el razo- frcunloquio dedicado 2 la inteligercia preverbel debie arrojar, ‘guilmonte, importantes consecuencias metcdolézicas. Piaget, en su prélogo Ge 1947 a Ia tercora edicién de Le jugemert et le raisonnement, lo reeuer- se hacfe evidente: ‘el estudio del pensa- toisnta xerts| del nifo proporcirna solamente uno de pe estes sstor del prow blema de la consiruceién de les estructurcs Tézicas [...] . Renanciamos, ena peeeieeemecn sen: iner tantas/pruebas eee coazinat Maforae emparentadss, por 10 men0s, p08? de fos extructut™ TTar de este doble paso —clinico y_ deductive ~ ris cep aralade ta el Tibro ce Inbelder y Pings D ar gard lu logigne de Pedolescent (PUF, 1955), cxyo Préloge\ raza Hatori, etodligeamente ejemplo ee rare oe fe manifesto, en efecto —exciben los autores—, ave J Gist les estructuras operatorias de conjunto propias del peneamiento alias jolescente era necsario uiilizar, ademés de los algorimos de torr aetse ls proposilones, que todos conocen, el grupo, de las, cusle 1 ese genes Linversiones y Teciprocidades) deveito por uno, de nos: irom necesatios para el macionemiento de les mecanfimes de! Peast Li com (op, cia Pag, 2). Ahora bien, exe erupo fue desrito dex sre to deta fongal, en el Traté de Iogigne (pigs. 204796) Y, ee ao em al Bot aur les transformations des opiration eles ' oT), dos libros que los peicdlogos no acostumbran leer, ace, lester) sr que no hallaréa en ellos otra cosa que “t6giea”s So, darian con vm. ireunloquio atemente fatremen- do, Por acidn mstedolagica. Peosigamos con nucetr cita: “En teas 1 ee eede los sutores de ete libro extdiaba el paso de la Ueies 4 to ae Wesel adolescente, prineipalments desde el punto de vista de] 7 val a otro claboraba los instrumentos de, andlisis le Ip interpretaciSa de los resultados obtenidos. Yo ce noe quiera creer, 52 s© ponga en duda ol ta declaracion. fio Jespads de ello (.--] los autores del pecsnte cite verti la sorpgendente ein soetergable-convergencia ci ete fs bes ‘ibe por'ane de eos 7 Teenie fm fopmle aesatoe po wo iF —¥3), Nezotros no ponemos en duda esa dedlarat fo Jemaciado bien De Tae ecadiciones del trabsjo én Ginebra para wee oom Mevades de manera independiente, ambas indagsciones wera dejaron de constitu, tanto de hecko coizo de derecko, ‘os 4 Jectoe de une comén prescupaeién metodoidaica. Tol {Sapam dol "ereerperiogo™ de ls trabajos plagtianey ‘Chalemos para respeter Ia eronologfa que durante exe muismo cobrnan eae dertrolla —en colaboracién, sobre todo, com MM. Lar Tersiena Ins investigeciones acerca del desarrollo dé las percepcioncs, PS Mieades desde 1912 en lon lrchives de Psychologie (hasta shots hen Pe: recido cuarenta ges cate al lugar de mostrar en de cut redo uareta 5 si) Ne Sdbayeron o clzee, por 3 pais [ nto. experimen! problemas de 1a inteligencia gracias a la confrontacién de los modelos (y no de los hechos en bruto) aplicables 2 los procesos cognitives, por un is y cruvmiciechs coxtress lado, Fa los mecanismos perceptivos, por el otro (véare Les mécanismes pereeptijs, PUF, 1961, caps. VI a VIII) & Detacaremos que tila medicin de las ilusiones perceptivas se leva a cabo de acuerdo con las clisicas técnicas generales del laboratorio,, Lambercier y Piaget, pera sdaplar tas a los nifios pequefos, sobre todo, debieron adecuarlas en un método que bautizaron concéntrica clinico. Lambercier, que no tenia nada que ver con el método —muy sencillo, no obstaate—, ya que éste habia legado enire las manos del primer experimentador, de st is lo dist ue esta «centradés en el Paul Fraisse, que durante mucho tierspo tuvo el recelo de que el método pudiera evar a sjustes demasis- do complacientes, recientemente ha convenide en que “el método concéa- trieco clinieo pr: ste no se diferencia, desde el punto de vista de los resultedos, del método constante” (y reconoce que tiene, respecto de este iltimo, Ia ventaja de la.rapidez) *.° + ; 4. Rectexze esanroito (vesoe 1955) Dos acontecimientos, si podemos decir, signan los diez iltimos aiios. Son de muy distinta indole y no hay duda de que no se relacionan entre , pete a lo que pudiera pensarse. Uno es el desarrolla de los Estudios de Ey: que han apareeidosveinte volimenes desde 195 duds, Piaget ya ba- Bia exerito on 1919.50 ea célebre Invre! a “inlroduccida” on tres voldmenes!). Pero solo a partir Je octubse de i255 el Centro Inter- nacional de Epistemologia Genética, cuya historia recientemente ha narra- do Piaget’, pudo reunir de manera regular en Ginebra un equipo inter- disciplinario en el que légicos, matemiticor, fisicos, bidlogos y psicélogos han ‘enido confrontando a diario; tdemés de sus opiniones, sus problemas y tus mélodos de vensamiento. Los Simposios anuales y los contactos uwantenides por sobre los Je vineulaciéa orsonai en contribuide ca gram medida a ampliar el auditorio de Ie pricologia genética y. de abi. 4 profundizar zus métodes y su reflexién. El beneficio que la epistemologia logia Genética, de los CEL Hoo pertensee af cuarto periodo, zero tos Hizeamientos exeneiales de la tecria 72, fguraban, por ejemplo, en el sap. III de La Paychologie de FIntelin gence (Cola, 197). Stande Prrekole 2, pig. 312, de donde tambiéa hemes tomado A, parte. up bfopkie, DUE, Paste, 1285, ahs. S100 EN rsscatocis et SiO 6 pues, defiitivainente, a método de conrersaci6n pura y simple co Proveneia de nvestras invcstigaciones acerca de los prineroe dou Jenreell, para adoplar un mélodo mixto, cuyz fecundided, muy supe- Hos, hemes venido experinentando desde entonces” (loc. cit pig. 7)» La novedad es que, “en vex-de_analizar ante iodo les operaciones

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