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La ESCUELA DE BUFONES* Drama en un acto por MICHEL DE GHELDERODE PERSONAJES Ex Capattero Fottat, Maestro de los bufones Garoiir, su bedel Bufones AsTERIK Farcat Berzone Fouarn. Brrrons Horr Bourranc — Mascaron Cantin Moscut DracMar PARADOR ‘SERLAP En un convento desmantelado. Una sala de construccién ojival, iluminada al fondo, muy alto, por un rosetén de vitrales en los que la luz agoniza apresada en la trampa. Hacia adelante, a derecha e¢ izquierda, dos salidas sobre el exterior de los claustros que apenas se adivinan. Reina en ese lugar una atmésfera de sétano, debido a la solemnidad de la piedra desnuda; las sombras vespertinas se acumulan ya bajo las naves, Al fondo, por algunas gradas, se Wega a una plataforma, sobre ta cual pudo erguirse, no hace mucho, algén altar o un pilpito; hoy en el centro se levanta un teatro extraiio, cuya fachada es de un rojo estridente; sus cortinas hechas de colgaduras de pompas fiinebres, negras guarnecidas de plata. A ambos lados de ese tablado de feria, una salida, Sobre esa plataforma se encuentra, también a la izquierda, un sillén imponente que parece desprendido de un antiguo *Traduccién de Carlos Solérzano, anfiteatro, ademds de cuatro enormes candelabros de cobre colo- cados regularmente con cirios gruesos como brazos. Al frente, dos objetos contrapuestos a los muros: a la izquierda, un navio bien equipado sobre un basamento que leva su nombre en la proa: “Nave de los locos”; a la derecha, un catafalco con colga- duras violetas. En la parte baja de la plataforma todavia yacen algunos instrumentos de misica: latides, violas, bandurrias, flau- tas, juegos de campanillas, etc. .. Por todas partes, en los muros y colgados en diversas alturas, bitos con escudos de armas y también algunos sombrios cuadros religiosos —entre los cuales algunos estén agujereados— en los que se representan suplicios de santos, Durante todo el acto un timbre grave sonaré en algiin lugar, @ intervalos medidos, para indicar la hora, la media y los cuartos, En Flandes, de otro tiempo, en la segunda mitad del siglo XVI. ESCENA 1 Se oye el batir obstinado de un tambor. Entran los bufones for- mados en fila, por la izquierda, en una marcha de peregrinos. Son trece, dirigidos por su bedel Galgiit, quien golpea el tambor para marcar él ritmo de la grotesca procesién. Los bufones can- tan sordamente. Su deambular se acompafia de saludos y de menudos gestos ridiculos. En el conjunto no todos son contra- hechos o deformes; pero todos ellos tienen visibles taras: cojeras, gibas, hidrocefalias variadas, sin contar su fealdad facial agra- vada por el maquillaje. Son repugnantes desechos humanos, cuya aparicin suscita el temor mds que la alegria, Estdn vestidos uniformemente con cortos hdbitos de pafio burdo rojizo, capotillos de piel, calzan medias de color vivo y sandalias de madera, que suenan al caminar. En contraste, lucen excéntricos peinados: uno, un yelmo de acero; otro, un tocado de rosas; el siguiente, una corona de plumas de pavo real; el cuarto, un capuchdn de terciopelo, y alguno un sombrero de mujer; otro, pdmpanos, o bien una mitra, y aun rayos de cobre tomados en préstamo de la cabeza de un santo: ademds, una corneta de behuina, en fin, un nido volteado, y los tiltimos, con cuernos de carnero, una pequeiia colmena o un turbante, Galgiit, el bedel, cifte su obesidad en una malla verde y no tiene mds que su peluca de crines rojizas, erizadas, que lo hacen parecer un sol malsano, 308 Los bufones cantan: Coro: Para el esqueleto, arenque. .. Para la puta, unas hostias.. . Para el biiho, unas candelas. ... Y para el leproso, un beso. Para el mono, unos diamantes. .. Y para el obispo, ortigas. .. Para el rey, unas escréfulas. Para el ebrio, agua bendita. .. Cuando la fila ocupa todo el largo de la sala, ef bedel cesa de golpear su tambor. Y, en silencio, los bufones se detienen, mar- cando la medida con sus pies y balancedndose como osos. El lamentable espectéculo de este ballet de lisiados satisface a Gal- giit, quien muestra una horrible sonrisa de batracio. Al cabo de un momento, ordena: Gataiir: ; Al frente! (Los bufones obedécen y se sittian al frente.) Su baile cesa asi como el tarareo de su cancién, Ahora el bedel los reanima: ¢Para el judio? Coro: Un hisopo. Gatoiit: ;Para el diablo? Coro: Obras pias. Gatoiit: ¢Para el sabio? Coro: La matraca, Gauatir: ¢¥ para los locos? (Un silencio general. Los bufones se rien con ‘malicia,) ; Paz! Yo os lo voy a decir, farsantes. Dos cosas han sido destinadas a Jos bufones de vuestra clase, y esas cosas se parecen, pues ambas son vellu- das y jugosas, Primero, y en tiempo de gracia, csa parte de ellas mismas que 0s concederén las damas de la corte —esas mojigatas cargadas de reliquias— a cambio de la exhibicién de vuestras extravagantes virilidades. (Los bufones rien.) En segundo lugar, y en tiempo de desgracia, para cortar de tajo vuestros grufiidos, las patas peludas del verdugo que os romperé Ja nuca (los bujones gimen.) ;Esté escrito! {Como para todos los vivos, el amor y la muerte compartidos! La parodia de eso: cépulas viles y pantanosas erupciones de las parodias humanas que sois vosotros. Hornir: :Qué somos? ¢Seremos acaso mas semejantes a la imagen de Dios, hermano? Brrrons: gQué somos? zY por qué, primo? 309 Gatsiir: Queridos mios, interrogad al planeta Utero. La naturaleza en sus misteriosas labores, divaga, se equivoca, se arrepiente; en breves palabras, hace monstruos en todos los 6rdenes. Nuestro Maestro nos lo ha ensefiado. Nuestro Maestro ha lefdo a Plinio; é1 sabe todo lo referente a los gigantes, los pigmeos, los ciclopes y los centauros. El puede describiros a la bestia de Catoblepas, que se comfa candorosamente los pies. El sucfia exaltadamente, pero su raz6n triunfa, y reconoce que el hombre es la medida de todas las cosas... Pero puesto que esta noche, la ‘iltima de vuestra reclusién en este seminario, deben seros revelados ciertos secretos de vuestro trabajo, yo quiero adelantarme a vuestro Maestro en esta iiltima leccién, y confiaros lo que sé acerca de vuestra triste existencia, (Un silencio.) Queridos mios, tenéis indu- dablemente un origen noble (murmullo de estupefaccién). Sin duda un prin- cipe o un tirano puede haceros nobles por vuestros talentos, como hizo un rey de Espafia con Folial, nuestro Maestro, pero no podria ennobleceros. Sertar: ¢Qué queréis decir sefior de Galgiit? Gatoiit: (Sin escuchar.) Tomad ese aire digno y cadavérico de los sefiores que se atreven a divertirse con vuestra abyeccién; pues sois iguales a ellos. ¢ Qué significa esto? Esos nobles podrian ser vuestros padres, si cs que sus mujeres no son vuestras madres. ;Y vosotros subsistis tales como ellos os procrearon! Heredais su fealdad y sus vicios, pero no llevais su nombre, ni sus apellidos... (Se frota las manos. Los bufones se interrogan entre ellos con la mirada.) ¢Por qué, mis bravos bastardos, yuestros origenes perma- necen oscuros? ¢ Por qué estdis relegados de Ja sociedad que se considera tan importante? Es que esas gentes, machos y hembras, no pueden soportar, en su inconmensurable orgullo, ver que ellos mismos han engendrado una progenitura que no tiene la belleza de los dioses antiguos. En cuanto alguna de esas damas, que pretenden orinar y parir de pic, ha dado a luz, tan pronto comprueba que el fruto de sus entraiias esté maldito como si hubiese sido procreado por algiin apestoso cabron de aquelarre y no por Jupiter Olimpico, hace llamar con fuertes gritos al experto en monstruos. Y nuestro Maestro Folial, que sabe de ello, declara —ex cathedra— que esta contra- hechura humana, esta picza anatémica, no merece el bautismo, sino més bien el naufragio en las letrinas, Pero él no trata de ahogaros; 0s trac a su convento; os cria con biberén de brujas; hace de vosotros, fuera de la comunién de los cristianos, estos sujetos de mascarada, estos fendmenos de feria que revende por una fortuna, ; Heos aqui! ; Estad satisfechos! ; Mafiana, de aprendices, pasaréis a ser maestros! ;Regresaréis a vuestro mundo de origen, bajo los doceles, cerca de los candelabros y de los trofeos! ; Es un retorno justo! ... ;Burlaréis a yuestros autores y embarazaréis a vuestras hermanas, y aun a yuestras madres! Paravor: zY qué procrearemos nosotros, los horribles?. .. 310 Gaxottr: Esos amores criminales dan generalmente bellos frutos. Seréis padres de bellos tipos y de hermosas mujerzuelas, que se volverin lacayos, criados, soldados, bagazos. La rueda gira. ¢Sabéis de quién nacid, o mAs bien, habia nacido, la mas seductora de las meninas? El pueblo de Madrid os lo diré: de un bufén célebre, que se consideraba, él mismo, de sangre azul. Brrrons: ;Folial? Ga.oiir: |Folial Primero! Que esto 0s induzca a la dignidad profesional. Amén. .. Canin: ZEso es todo, bedel? Gaxciir: Atin no, El resto saldré de Jos labios de vuestro Maestro, y si est ebrio, escucharéis otros sermones. Entre paréntesis, Ia embriaguez sigue siendo nuestro pecado favorito, el cual compartiremos con los monjes. La lujuria, figura en segundo lugar... Pero Folial parece estar alterado, no bebe mas que agua helada; ha bebido en estos tiempos toda la charca de Flandes. No presiento nada bueno; aun me atrevo a predecir que nuestra Gltima noche no tendré nada de alucinante. A menos que tenga éxito un acto improvisado que preparo, Vosotros dos, Bifrons y Horrir, no os alejéis demasiado; esta noche sois mis cOmplices. .. (Bifrons y Horvir se separan de la linea, En voz baja:) Pude leer parte de las cartas llegadas de las Espafias (en voz alta). Primos, seréis vengados, en algunos momentos intensos, de todos estos afios de distorsiones, de sujeciones vergonzosas. Lo juro... (En el fondo, sobre la plataforma, la puerta de la izquierde ha rechinado.) El durmiente se ha despertado. ; Todos en fila! (Se pone de nuevo a golpear su tamborin, Los bufones se balancean en su lugar, haciendo muecas contraria~ das.) ;En fila! ; Marchen! Después de ponerse en fila, la procesién vuelve a salir como entré. Por la derecha, y el coro vuelve a empezar. Coro: Para el céliz, la serpiente. .. Para el soldado, el bastén. Para el toro, la doncella. . Para el creyente, la hoguera. . . Los bufones hacen mutis, su canto se extingue. Se oye inme- diatamente después, afuera, su cacofonia: aullidos, ladridos, maullidos; su hora de recreo empieza, y la cacofonia se aleja. Galgiit se queda cerca de la puerta, espiando la irrupcién del maestro. Sik Voz pe Foust: :Galgiit...2 Galgiit no contesta. Surge Folial con una vela encendida. Es un pequeio viejo calvo y vacilante que permanece muy dgil y flexible. Viste pantalones aglobados de terciopelo negro y una camisa inmaculada con cuello y pufios de encaje. Calza finas botas de caballero. Sus dedos ostentan anillos cuyas piedras se inflaman. En verdad, Folial no es deforme: puede decitse que es un enano crecido, pero proporcionado y aun gracioso, aunque se adivina que Weva corsé. Su personalidad podria expresar la debilidad y la astucia, si no fuera por su mirada magnifica, de agua azul, que por instantes tiene el resplandor metdlico de la voluntad superior. Ademds de sus ojos, tiene unas extraordina- rias manos de mimo, que parecen modelar formas o dirigir mii- sicos, @ la manera de las taumaturgos. Avanza como sondmbulo. Foutan: :Galgiit? Es necesario alumbrar. Garoiir: (Subiendo las gradas.) {Mi sefior! ¢Habéis dormido bien? Foutat: No estoy seguro de haber dormido, pero si de haber sofiado, jy muy feo! Si creo en los presagios, he de adentrarme en el pafs de la desgracia. Estaba rodeado por la superficie Kquida de un estanque negro. Ti flotabas a mi alrededor, como una vejiga hinchada, Tenia el presentimiento de que venias a robarme. Qué es lo que se puede robar a un durmiente? ; Cuando ni siquiera el diablo o Dios dictan nucstros suefios! Foutat: ¢Mi fiebre, algiin propésito, un suspiro?, devuélvemelos. . eVais a castigarme por ese quimérico delito? Fou: En algin otro suefio entonces, .. ;Haré agujeros a tu vejiga, de parte a parte, y te desincharés exhalando tus malos pensamicntos, tus pestilen- cias!... (Le tiende la vela,) La noche que se acerca seri siniestra, ; Alumbra! Gano { Cémo se arrastran estas tiltimas horas! Foun: ;Si! Arrojaria con gusto mi bota en el trasero de las horas, Como tG, tengo prisa por terminar, qué? ; Esta impostura que es mi ensefianza! jEsta locura digna de mi nombre, de creer que un hombre podia ensefiar a los otros! Ga.ottr: (Obsequioso,) Maestro, en los drboles de América, los viajantes han visto con frecuencia a un viejo mono rodeado de jévenes monos traviesos. Este concilio simiesco, comprended, no es otra cosa que el efecto de esta 312 escolistica, tan de moda en todas partes. Sin vuestros golpes de litigo, vuestros insultos y vuestros discursos, no habriamos sido nada. Y vuestros discipulos provistos de vuestro estilo, irin por los imperios y reinados, brillando en la oscuridad pirpura de los tronos y perpetuando ese estilo. Lo cual hard que se diga universalmente, que no hay buenos bufones sino en Flandes, ; Aplaudirdn en nosotros las creaciones del gran Folial, el com- padre del Emperador Carlos V! ; Folial, ese loco tan sabio a quien el rey Felipe hizo noble y no por burla! (Toma la mano de Folial y la besa.) Fouat: (Rechazando a Galgiit.) Sabes halagar maravillosamente. Pero hay que hacerlo con més emocién, hacer vibrar la voz al final de la tirada. Gatoiir: Gracias. (Se rasca la frente.) Realmente, no se ha comprendido bien, por qué Felipe, ese Rey tan rigido, ha elevado a su bufén, aunque hubiera sido el mas genial de los bufones! :Seria porque quiso humillar a la nobleza? Foun: Realmente, .. Gataiir: Sin embargo, es bien sabido que ese rey jamis rié. ;Le habrias ‘acaso hecho perder la gravedad? Fount: No, jamés reiré, ¢Le hice sonreir? ;Es mucho, obtener que tal rey levante el labio sobre los dientes! En fin, yo recibi la gracia de volver a mi patria, (Aparte.) El rey no ignoraba que yo dejaba en esas Espafias. .. mi corazén. Gatoiir: 2A qué os referis? Fount: (Ensimismado.) ;Un corazén? ¢Qué significa ese objeto para un bufén? (En voz alta.) Galgiit, son honores dolorosos aquellos que confieren los reyes. Hasta en tierras lejanas su amistad os persigue. Me ha escrito. .. Gator: ¢Felipe, el rey? Fount: jEl rey! (Vacila, después se frota la cara.) Mira, la cabeza me da vueltas todavia, Gatoiir: ; Esto merece una iluminacién! Se da ala tarea de encender los cirios. Foun: ; Que nuestra iiltima leccién tenga cierta pompa! Gatoitr: Pompa fiinebre, . . Fount: Si. Gatoiir: De acuerdo con vuestra alma... Foun: (Rehuyendo a esta baja complacencia del bedel,) «Qué sabes tii de mi alma?, ; ti que no ticnes! (Galgiit, sorprendido por el apdstrofe, deposita la vela y baja las gradas.) ; Vosotros los bufones no tenéis alma! Escribi un dia a los doctores de Lovaina, y los teblogos me contestaron que, en caso de 313 tener una pizca de alma, considerando que la misericordia de Dios se ex- tendia a los bufones y Jos animales, ésta deberia tener ¢l aspecto de una humareda; que no podia tener la forma de una flama erguida, presta a desplegarse, sino la de una brasa dispersa en vuestra arcilla, Ellos piensan, Pero no se atreven a declararlo por caridad, que sois de esos muertos malos que el cielo y el infierno rechazan, transfigurindose en perversas anatomias. iVete, nalgas de luna!... (Galgiit se escurre hacia la salida, a la derecha, pero espera ahi, mientras Folial, agotado por este arranque de célera, se sienta en el sillén, después de una pausa.) ; Tengo la culpa? ¢No he cultivado meticulosamente la planta venenosa de su rebeldia? ;No es légico, entonces, que sea a mi al primero que envenene? Acércate, Galgiit. (Pero Galgiit se eclipsa. Folial no se dard cuenta de su partida.) Te iba a anunciar una buena noticia j Pero no, es de esas alegrias que se saben siempre demasiado pronto!,.’. Acércate mis. A mi rey descarnado doy un grueso bufén. Sé digno de mi, y de aquel a quien reemplazas. Acércate més. Te tengo des confianza y me disgustas, pero, ga quién quieres que se confiese un bufén, que ha envejecido y que ha vuelto a Ia condicién de hombre? (Pausa,) Lo has presentido; la fatalidad me posce. .. Hace tres meses, por mi doble visi6n, asistfa, por encima de todo, a la tragedia que hoy me anuncian las cartas con gran precisién. Esas luces vienen de abajo, puedes creerme. Desde entonces mi mirada ha perdido su brillo, mi pecho su fuerza; y mis bufones han recobrado su nativa impudicia, Ti eres el Jefe de su conjuracién, no lo niegues. Te gusta servirme, pero adoras también reinar sobre esta banda inmunda. Ahora bien, yo sé... Yo sé, premonitoriamente, que aprovecha- réis mi laxitud. Me mataréis esta noche; me lapidaréis antes de huir. Pero podré defenderme, pues aunque ya no poseo el acero de mi vista, todavia me queda el de mi espada. No temo vuestras trampas, j actuaré sabiamente despidiéndoos ya, abreviando mi leccién. Os la daré, pero usa tu autoridad para que pueda terminarla vivo, pues de otra manera, no seréis nada, ni siquiera unos saltimbanquis de kermesse. ¢Creéis haber aprendido todo? No conoctis el secreto de mi carrera, de mi arte; ;qué digo, de todo arte que quicre ser grande!... Y a menos que me lo roguéis, no diré ese secreto. (Pausa.) No os credis comprometidos, a cambio de este conocimiento su- Premo, a dejarme con vida. ;Pertenezco atin a este mundo?... (Galgiit regresa subrepticiamente, y vuelve a tomar su lugar cerca de las gradas, sin que Folial lo advierta. Escucha. El Maestro cae en una agitada medita- cidn, hace algunos gestos que el bedel imita y murmura palabras incompren= sibles, luego, stibitamente, se pone de pit.) Esas cartas... Hay que escon- derlas... La carta de Felipe... (Desaparece por el fondo, llevando consigo Ta vela.) 314 ESCENA Itt Tan pronto como sale, Galgiit salta hacia la derecha, silba y regresa. Bifrons y Horrir acuden y se pegan al bedel. Gatoiit: ; Manos a la obra! (Entrega un papel « cada uno de los bufones.) He aqui la trama de este breve y espeso juego que terminard en un espasmo. Vosotros inventaréis las palabras, pocas palabras, que expliquen suficiente- mente la insélita accién. Y no olvidéis la primacia de la pantomima, pues aunque Ievaréis falsos rostros, bien sabéis que la mimica sobrepasa los francimientos de 1a cara. Birrons: ; Ay! ¢Entraremos entonces en el cuarto de las miscaras? Gator: ¢Tienes miedo? Vamos queridos, esos rostros humanos, con sus ¢x- presiones de éxtasis 0 de agonia son sélo simulacros, una coleccién de impresos. Horr: Impresos sobre el natural. Es una espantosa coleccién. Gator: ;Inocentes! Un carnaval un poco Itigubre como todas las fiestas en que aparece el hombre y su deseo, Pero es sélo madera, cuero, pergamino, cera. (Autoritario.) Encontraréis ahi, en una vitrina, las dos méscaras de vuestros personajes, excesivamente auténticos porque fueron vaciados sobre vivos, no sobre muertos. Brrrons: ;Irds ti? Es bien sabido que nuestro Maestro, que tiene una inte- ligencia inconcebible en todo, ha captado las caras de los muertos ilustres y las de los grandes criminales. ;Se podria reconstruir un siglo de historia! 2Es ésa, dime, la predileccién de un cristiano? Gatoiit: ; Es la de un artista, el ms famoso de todos; vosotros podéis odiarlo como yo le odio, pero Folia! contin‘ia siendo inigualado, pues fue quien elevé nuestro arte al rango de una ciencia! Pero el tiempo nos apremia. Iréis al cuarto de los trajes. En fin, amueblaréis el teatro en silencio. Y empezaréis cn cuanto cese Ja misica, Horn: ;Chitén! Sin embargo, temo que Folial haya presentido el olor de esta conspiracién, que transpira. .. Birrans: Y que perdamos el beneficio de la sorpresa. Sus ojos de Aguila ven todo, descifran nuestros ocultos pensamientos. . . Gatoiir: Cierto, 1 presiente el complot, espera atin a ser maltratado hasta la muerte violenta. Su mirada se ha extinguido. Esta vez lo encontraremos desprevenido, Le mataremos, y no con nuestros pufios, sino con nuestras lenguas, jprucba de que su ensefianza es excelente!, y si slo pudi¢ramos Jastimarle, eso en si ya seria bastante bueno. (Un ruido al fondo: la puerta de la izquierda se ha vuelto a abrir.) ;{Las bévedas le cacrin encima, lo juro! Y la fiesta terminara en un triunfo patibulario, un coro; y las viboras ‘que sois se desanudaran y se iran arrastrando por los prados florecidos y por 315 los pabellones de seda del teatro universal. (Folial reaparece atento. El bedet ‘empuja apuradamente a los dos bufones bajo el catafalco.) Tomad mi lin- terna sorda, Sale Galgiit répidamente, ESCENA IV Fount: (Se adelanta, inquisidor.) {Hola!... :Quiénes eran esos zdnganos? O es solamente el eco de las confesiones perdidas, que retornan a esta capilla? (Se deja caer en un sillén.) Silencio, don del cielo, ¢te obtendré alguna vez? Y ti, soledad, santa soledad, que me permitirds sufrir larga- mente, sin encogerme, como una arafia paralizada, seris ta al fin mi compaiicra? Y vos, sefior, si no habéis abandonado del todo estos lugares, gescuchartis mi imploracién? Permitidme morir solo, bajo vuestra mirada, sin patetismo, sin ridiculo, sumergido en mi torpeza, pues Ia noche hace subir dentro de mi un agua oscura hacia mi corazén. (Rie dulcemente.) Cuando regresen los santos monjes, encontrarin mi esqueleto en este lugar, meditando acerca de la miseria de las cosas. Pondrin en orden mi osamenta y la dejardn caer bajo este catafalco, cantando con sus grandes voces noc- turnas. .. (Contempla el catafalco.) Objeto sublime que nos permite sofiar. . . (Observa el navio)... Como esta carabela... Madera, tela, y es la partida hacia el infinito... (En ese momento se mueven las colgaduras del cata- falco, del cual sale un raurmullo, Folial estd atento.) Los vientos que giran en el claustro se vienen aqui a refugiar y a tomar aliento. A menos que aniden alli unos pdjaros, lo creeria encantado. .. (Folial se endereza, baja las gradas y se dirige hacia el catafatco,) ola, ;de ultratumba? Voz pe Horm: (Levanténdose stibitamente en falsete.) {Qué puerco! Voz pe Barrons: (Como baritono.) {Qué mojigatal Voz pe Horrm: j Ese juego de manos no esta en tu papel! Voz ve Brrrons: ¢Y qué, quetida? {El bedel nos ha casado! Folial salta y mueve el catafalco, del cual salen escandalosamente los dos bufones. El Maestro los coge por la nuca ¥ los jala sin consideracién al centro de la sala. Fount: Triste placer el vuestro, hijos mios! zSeri acaso el aparato de la muerte el que os sugicre estas hipotéticas lujurias? Idos mejor al cementerio. Entre las yerbas gruesas y las cruces podridas, sobre el humus fosforescente. . . encontraréis para vuestra inspiracién el ejemplo de los gusanos enamorados de la tierra después de Ia Iuvia, 316 Horair: j Maestro, qué desprecio! ; Nosotros somos castos! Fouat: ;Desgracia para los castos, esos impiidicos sin gestos. (Los suelta.) Habia en el Escorial una pintura muy grande que deleitaba al rey; repre- sentaba el jardin de los placeres terrenales; los frutos y las flores, las bestias, Jos hijos y las hijas de los hombres perseguian orgasmos fallidos en una “indecible confusién, {Con qué tristeza feroz esta humanidad se aplicaba al placer, bajo un cielo sin luz, sin aire, en un valle sin salida! ; Me estremezco todavia! (Silvando.) :Sabéis al menos de dénde viene y a dénde va toda Ia carne? Horm: De un agujero a otro agujero. Asi? Todo nos est prohibido. ;La cruz de qué maldicién Mevamos nosotros? Foran: {Qué funesta pregunta! Es tan lejano, que se ha perdido el recuerdo. Ese pecado original... ;He aqui por qué nuestro valle esta poblado de . (Duro.) ,1d a confesaros! ‘Desde cuando tienen los bufones un capellin? lierto. (Continuando su visién.) Los escasos angeles que se aventuran al cenit de ese cuadro, se incendian 0 son destruidos por peces voladores y por cigiiefias cargadas de marionctas diabélicas. De tal suerte, que el infierno invade el cielo y ese jardin de voluptuosidad se vuelve el dominio de la expiacién. . Horrm: Nuestro Maestro divaga. Foutar: ¢Qué decis? ; Id! El'recreo va a terminar. Tocad la campana. Los dot bufones salen a toda prisa por la derecha. La cam- pana resuena. Un vocerio la saluda, el ruido se apacigua. Foliat trepa con ligereza las gradas y desaparece por ef fondo. ESCENA V La sala queda vacia, fuera se oyen algunas drdenes dadas con el silbato, después el tambor, ya no el tamborin, como una caja de grave resonancia, se pone a roncar: es una marcha lenta. Como la noche cae insensiblemente, la flama de los cuatro cirios derrama sobre la plataforma una luz tranquila; pero la parte baja de la sala queda baiiada por la oscuridad. Pronto aparece el cortejo de los bufones, dirigidos por Galgiit, que toca el tambor. Cada uno leva una vela encendida; los dos tiltimos, Horrir y Bifrons, que no Wevan luz, se desprenden inmediatamente de la fila, se precipitan a las gradas y desapare- cen al final de la plataforma, por la salida de la derecha, después 317 de haber intercambiado algunos signos con Galgiit. Cuando la fila ocupa todo lo largo de la sala, el toque del tambor cesa. Gaoiir: j Alto y al frente! (La fila se inmoviliza y se vuelve al priblico.) ;Danza nocturna! (Galgiit golpea de nuevo el tambor, répidamente, ¥ los once bufones dan pequefios brincos ahi, sin gestos, Es un ballet de autémi- tas, que recuerda un baile de los incas, en el que sélo los pies y los hombros funcionan. El tambor se detiene y el baile continiia en silencio, después el tambor reanuda el ritmo, en crescendo frenético, El baile se vuelve verti« ginoso, como un pisoteo forzado. Cuando el estrépito Wega a su médximo, Galgiit silba, y todo se detiene en seco, Los danzantes caen sentados, todos juntos, y colocan las velas, que formardn ast, en el proscenio, una rampa luminosa.) Media vuelta. (Virando sobre las nalgas, los bufones se colocan frente a la plataforma, Galgiit deja su tambor y trepa las escaleras, en lo alto de las cuales se sienta. Bosteza.) Mis gentiles compaficros, toda farsa llega a su fin. Yo, mayor que vosotros, os arengo a manera de un adiés, pues al Ilegar cl alba tomaréis el camino que os levaré a algin lugar, a servi- dumbres doradas: es el camino del sabio, Algunos de entre vosotros perma- neceréis errantes y retornaréis al pueblo: es el camino de los locos. Pero estdis marcados, Bufoncaréis, ya sca que escojais el epigrama o el excremento, sertis bufones bofoneantes, revestidos de ese penoso apostolado de divertir a los humanos. Encontraréis vuestro estilo; unos, con una serena fatalidad, seréis artistas consagrados; otros, actuaréis perversamente, bajo los escupi- tajos y las cachetadas, Domesticados o libres, no escaparéis a vuestra condi- cién. Pero, bien mirado, esta condicién es envidiable, puesto que en nuestra sociedad, despiadadamente jerarquizada, s6lo vosotros podéis burlaros al margen de ella, y cumplir vuestro malicioso deseo. El arte consiste en no forzar vuestro talento, Considerad entonces que os volveréis indispensables en la vida de las cortes, al lado del medicastro y del monje gris; con ellos gravitaréis en la intimidad de los grandes. Sobre todo, sabed reconocer los humores de los grandes, las enfermedades, los vicios, y asf reinaréis. Sabed mirar, escuchar, y callaros; sabed sufrir con una sonrisa y disimular vuestra alegria; sabed el momento de soltar un rasgo de ingenio 0 de ventosearos. Lo extrafio es una gran fuente de diversién y de sorpresa. La observacién de Ios animales os permitiré mil efectos certeramente cémicos. Cultivad vuestra memoria, sorprended la mayor cantidad de secretos posibles, pues ¢8 a vosotros a quienes, en su inquietud, el principe haré sus preguntas, a ‘vosotros hard sus confidencias despreocupadas. Esconded vuestras emociones, vuestros disgustos, vuestras contiendas; o haced creer que no hacéis mis que simular estos sentimientos personales. Que en ningtin momento se sos- peche que podéis ser otra cosa que un bufén, y, por tanto, se pueda descon- fiar de vuestra presencia, .. 318 Cantin: j Frases y parifrasis! :Recetas? Gatsiir: ¢Eh?, zsoy acaso vuestro Maestro? El repetidor, si. Ignoro Ia formu Ia, como vosotros, y también espero la revelaci6n, Y todavia. .. (Los bufones se ponen a bostezar ostensiblemente, y Galgiit hace lo mismo.) ;Y todavia. (Se levanta)... Sufrid que antes de separarnos os exprese mi confraternidad, a la usanza del viejo ¢ ilustre Ulenspiegel, nuestro patron... (Comienza a quitarse los pantalones)... mostrandoos mi trasero, bello como el disco lunar... (Los bufones se levantan y prorrumpen en una rechifla, Galgiit no termina su gesto; la rechifla se detiene en seco; los bufones se vuelven 4@ sentar; mostrando el fondo de la sala, el bedel salta las gradas y se yergue en el barco,) {EI Macstro! ESCENA VI Folial acaba de aparecer, viste sus habitos de pompa; un largo manto lo agranda, una toca de terciopelo le cubre la cabeza, sobre su pecho centellea un collar de oro. En su costado, la espada ornamentada, Su porte severo, todo en negro y blanco, Je da el aspecto de un hombre de iglesia. En la mano derecha sostiene un largo Idtigo, en la izquierda, una pequeiia bolsa de tela, Parece titubeante al caminar, Gatoir: ; Vival... Los Buronzs EN Coro: ; Viva! FouaL: Gracias. Como agotado, se deja caer en un sillén y permanece ensi- mismado, sin ver a la asamblea, En su barco, Galgiit desenrolla un pergamino; todas las cabezas de los bufones se vuelven hacia a. Gaaiit: (Declamando.) Mi sefior, venerado Maestro. . Foun: (Sobresaltado.) ¢Qué? Gatsiir: (Enfético.) Es con el corazén leno de agradecimiento, que después de haber disfrutado la flor olorosa de vuestra suave sabiduria, las abejas vigilantes, que son vuestros alumnos devotos, elevarén su vuelo hacia las regiones cercanas al sol. .. Foust: (Farfullando.) {Asi que antes que ir a situarse sobre las frutas del festin, perdidos de afecto. . .! 319 Gauoiir: zEh? (Rompe su rollo.) {He dichol. . . (Los bufones estallan de risa y silban. Galgiit baja del barco, resollante.) Ademis, nuestros sentimientos os son conocidos. Pero pensaba que deseabais este ceremonial, sefior. Foutan: Lo hubiese deseado en otras circunstancias, Toda mi vida, toda la vuestra, debe ser un ceremonial. Guardad vuestras banderolas de fiesta, no las necesito. .. Sabéis, hijos m{os... (titubea) la edad me pesa, de pronto. Es por ello que os dejo libres, No mafiana, esta noche, Hay estrellas en el ciclo, aprovechaos. . . Gavoitr: (Burlén.) ;Estrellas! {Gracias por ese tesoro que nos concedéis! Fontan: (Sin escuchar.) ¥ después, olvidadme. Dicen que los bufones escapan a los ultrajes del tiempo, como las verdaderas cortesanas. No lo credis. Heme aqui, enfermo... (se frota él pecho) de un mal que me corroe. .. Baja la cabeza y cae stibitamente en una especie de postracién. Los bufones se mueven e interrogan a Galgiit con la mirada. Seftalando al Maestro con el indice. El bedel parece titubeante. Sube las gradas y gira alrededor del silln donde dormita Folial. Gavotr: {Condolémonos...! {Toda una existencia de éxitos, una carga de honores, todo eso abruma a la naturaleza més fuerte! ;Basta de retérica! Os admiramos, Maestro, y 0s compadecemos. Asi que vamos a dejaros discretamente, caminando de puntas. ;¥ que el Todopoderoso os conceda el socorro de un Angel amigo! (Coge el fuete y lo esconde detrds det sillén; ineidente que escapa a Folial,) Abreviemos, pues, el protocolo; recibamos nuestra despedida con vuestra bendicién paternal. Todavia vuestros hijos. .. (sefiala a los bufones) incluid en esa palabra a las ranas, los macacos, los machos cabrios, todos esos ornamentos del bestiario que hormiguea a vuestros pies, esperan lo que les habéis prometido para la hora en que cesariais de sermonearles; en su nombre, si es posible que tengan otra identidad que la de un apodo, os pido como favor que nos comuniquéis el secreto. .. Los Burones: (Como eco.) El secreto. .. Gatoir: . ..de vuestro arte. .. Los Buroxrs: De vuestro arte... Gatsiir: Quiero decir, del gran arte. .. Los Burons: Del gran arte Gatoiir: ...jen fin, del genio!. .. Los Burones: ;En fin, del genio!... Sacudido por este flujo de voz que sube, Folial sale de su postracién, Se levanta. 320 Fount: (Rabucente,) sOot dec? Ht sro | . de mi arte... Del gran + eDel genio | Oa: (obsequior. Os lo suplicamos,.. | Foutat: Si... Recuerdo haberlo prometido... Ell secreto... La de toda una carrera... (Pausa, Folial se arranca\la toca y la tira, Sus manos hablan solas, expresando su desorden, y palpan fu frente como para extracr de ella un pensamiento,) ;Esperad!, .. zEl secteto?... Mi cabeza esth os- cura... Sin embaro, no era més que una palabra... ;Perdonadme!... La encontraré, . Gavoitr: ZEI secreto? Los Burones: ; El secreto?... Folial hace una sefia para mostrar su olvido. Estalla un clamor. Los bufones se han levantadp y gesticulan, vociferando; después patalean, Bajo el influjo de esta impresién, Folial se tambalea y cae en el sillén, boquiabierto. Galgiit da vueltas en torno a los bufones y les impone silencio. Después de obtenerlo regresa al sillén, Gauaiir; Perdonadlos, Maestro. Cristo no pudo ensefiarles la caridad, puesto que no murié por su especie. ;Descansad! Os pediamos demasiado. . (Folial, en un gesto inconsciente, oprime la bolsa de tela contra su pecho.) gEstara, acaso, el secreto encerrado en esa bolsa...? (Baja de nuevo.) Conteneos ain, zorrillos, no vaya a reventar prematuramente. (Regresa hacia Folial que sigue desmayado.) :Maestro? ;Recobrad vuestro espiritul No penséis mds, Vuestros alumnos han preparado una improvisacién, Ya buscaremos el secreto, (Folial ha vuelto a abrir los ojos.) Estiis en el teatro. Queremos distracros y quizis os dignéis aplaudir nuestros talentos, todavia inmaduros. (Sefiala la pequefia escena del fondo, cuya cortina se ha movido.) Atencién. .. (Golpea el suelo con su talén. Inmediatamente los bufones se precipitan sobre los instrumentos de misica y se aprestan, con orgullo, a tocarlos. Folial deja errar su mirada, sin que parezca comprender.) Antes, el preludi ESCENA VII Abajo de la plataforma, los bufones forman una orquesta: cada uno tocando su instrumento preferido, uno la flauta dulce, otro at requinto, otro, la bandurria, otro las campanillas, otro la viola, sin omitir, discordando con esos sonidos, un tipo desga- rrador de oboe que tocard ef Cantus Firmus; fos cinco bufones 321 que no tienen instrumentos se balancean cadenciosamente ¥ hacen un coro de acompaiamiento, sin palabras, con la boca cerrada. A una seiia del bedel, improvisado director de orquesta, la sinfonta empieza: una triste y solemne pavana. Sin duda, esta ejecucién trata de ser una parodia, pero no obstante su tendencia a desafinar, los misicos son artistas, y su mtisica de una moda antigua, es sensual, con repentinos desmayos y stibitos sobresaltos. Galgiit marca sin cesar el compés, y se retira de espaldas hacia la derecha de la plataforma, a fin de despejar el campo visual y jugar el efecto. A los primeros acordes, Folial se muestra atento, su cara sé contrae; escucha. Esta armonia parece obrar sobre sus sentidos, despertar en su alma el recuerdo de antiguas fiestas. Insensible- mente, ¥ como poseido por alguna alucinacién, se pone de pie, € inconscientemente esboza los movimientos de un baile. Des- pués, pasando a la plataforma, baila la pavana, en un éxtasis sonriente, irreconocible, como si bailara con una pareja invisi- ble, En verdad, el actor que fue vuelve a dominarlo y le obliga a improvisar figuras extraiias, de muiiecas automdticas, Es un lento y solitario ballet, que proyecta un ctimulo de sombras; es una evolucién macabra y noble, y es también una leccidn que Galgiit y los bufones consideran con un estupor de admiracién. La miisica termina moribunda. Al fin, el bailarin queda como suspendido por sus propios hilos. Mientras los bufones aplauden, Galgiit se apresura a sostener al viejo, agotado por este esfuerzo, y lo leva hasta et sillén, en et que el viejo bailarin se deja sentar, y Galgiit pone una rodilla en el suelo. Gator: ; Maestro, nuestra gratitud! ¢ Qué? 2Os dedicamos una diversién y sois vos quien Ia dais? ;En verdad se diria que érais mucho mis que el mas perfecto de los bufones; se diria que érais un poeta! ;Y nosotros sufrimos al presentir que, a pesar de haber sido vuestros discipulos, no saldremos jamés de la mediocridad!, | permaneceremos sicndo unos saltimbanquis, unos ¢émicos subalternos! Desde ahora, el especticulo que habéis dado en nuestro lugar ha terminado. Haced, os lo ruego, la sefial que nos despedira. . . Fotta: No, mi amigo; ordeno que la comedia sea representada. .. Gator: La tragedia, por favor. FoutaL: Me gusta. He bailado, no para confundiros, sino por inspiracién, Se cometen asi actos irresistibles, que distinguen el talento auténtico, de todos ‘sus opuestos, Gavoiir: {La inspiracién? ¢Qué es? 322

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